Deuteronomio  34 La muerte de Moisés

Ya llegó esa hora que viene para cada hombre, la hora en que este gran varón de Dios muere. Moisés tuvo una vida increíble:

  • Su infancia en el palacio del faraón.
  • Su llamado con la zarza ardiente.
  • Un milagro tras otro en Egipto y en el desierto.
  • Hablar con Dios cara a cara.

Ahora Dios le dice cuándo va a morir. ¿Te gustaría saber la hora de tu muerte? Moisés no protesta; lo que aún le molesta es morir sin pisar la Tierra Prometida. Dedicó cuarenta años de su vida a guiar a su pueblo a esa tierra. Sí, Dios le dijo que podía verla desde lejos, pero al comienzo de sus mensajes finales a Israel le pidió un cambio de opinión a Dios una última vez.

Dios niega su súplica (Deuteronomio 3:23-29)

Sí, él era un gran hombre de fe cuyas oraciones a menudo movieron la mano de Dios. Salvó a Israel de mucha destrucción. Pero Dios le negó esta simple petición de ver la Tierra Prometida:

23 »En aquella ocasión le supliqué al Señor: 24 “Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas? 25 Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano.” 

Es interesante que él siente que Dios solo «ha comenzado» a mostrarle su grandeza y su poder. Vio la liberación de Israel en Egipto. Cruzó el Mar Rojo en tierra seca. Vio tantas manifestaciones del poder de Dios. ¡Pero Moisés anhela mucho más! Ahora, como lo había hecho tantas veces, le recuerda a Dios su poder y su compromiso con su pueblo, y le recuerda que él ha sido un siervo fiel. ¡Moisés no pide mucho! Dios  ya se he arrepentido muchas veces de algún juicio debido a sus oraciones, pero no sería así para Moisés.

26 Pero por causa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: “¡Basta ya! No me hables más de este asunto. 27 Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán. 28 Dale a Josué las debidas instrucciones; anímalo y fortalécelo, porque será él quien pasará al frente de este pueblo y quien les dará en posesión la tierra que vas a ver.” 29 »Y permanecimos en el valle, frente a Bet Peor.

Todavía es difícil para Moisés aceptar la responsabilidad de sus acciones. Su resentimiento es notable cuando dice que Dios se enojó consigo “por causa de ustedes.” Moisés pudo mirar la tierra, pero no tocarla. Pudo ver lo hermosa que era, pero Dios es firme en que no va a cruzar el Jordán, y si él, en rebelión, lo hubiera intentado Dios probablemente lo habría matado. La tarea de Moisés era preparar al hombre que los llevaría a la tierra: Comisionarlo, animarlo y fortalecerlo.

Eso puede ser agridulce. Imagina invertir toda tu vida en un joven, preparándolo para el liderazgo. Ahora él tiene la oportunidad de experimentar lo que tú tanto has anhelado. Y tienes que animarlo y fortalecerlo, mientras tú te preparas para morir.

La Biblia enseña perseverancia en la oración. Jesús nos exhortó a perseverar en varias parábolas (Lucas 11:1-13; 18:1-8). Pero si Dios está enojado con nosotros, o si simplemente no es su voluntad, a veces podemos experimentar lo que sucedió con Moisés. Dios no le hizo caso, y de hecho, lo reprendió: «¡Basta ya! No me hables más de este asunto.» En ese momento ya no podemos discutir con Dios; tenemos que aceptar su voluntad.

Moisés predicó sus últimos mensajes y compartió la canción que Dios le dio. Ese mismo día, después de bendecir a las tribus (capítulo 33), subiría a la montaña una vez más, para morir.

Las últimas palabras de Dios a Moisés (Deuteronomio 32:48-52)

48 Ese mismo día el Señor le dijo a Moisés: 49 «Sube a las montañas de Abarín, y contempla desde allí el monte Nebo, en el territorio de Moab, frente a Jericó, y el territorio de Canaán, el cual voy a dar en posesión a los israelitas. 50 En el monte al que vas a subir morirás, y te reunirás con los tuyos, así como tu hermano Aarón murió y se reunió con sus antepasados en el monte Hor. 51 Esto será así porque, a la vista de todos los israelitas, ustedes dos me fueron infieles en las aguas de Meribá Cades; en el desierto de Zin no honraron mi santidad. 52 Por eso no entrarás en el territorio que voy a darle al pueblo de Israel; solamente podrás verlo de lejos.»

No parece muy compasivo de Dios para recordarle a Moisés sus fallas el día de su muerte. Está claro que esa desobediencia fue muy grave para Dios.

  • Moisés (y Aarón) le fueron infieles a Dios a la vista de todos los israelitas. Pecaron contra Dios (RVR), y lo traicionaron (NTV) con su desobediencia. Es una cosa desobedecer en privado, pero cuando se está frente a toda la congregación es mucho más grave.
  • No honraron la santidad de Dios entre los israelitas. Dejaron que la ira los dominara y golpearon la roca en lugar de hablarle a ella. No reflejaron ni el amor de Dios ni su provisión graciosa para su pueblo.

Moisés fue uno de los hombres más grandes en toda la historia del mundo. Durante cuarenta años él proporcionó un liderazgo ejemplar a Israel. Sería muy difícil encontrar un líder en la iglesia de hoy como él. Sin embargo, pagó un precio alto por un solo fracaso. Tú y yo también podemos sufrir dolorosas consecuencias por nuestras acciones. He visto un error tonto destruir a hombres que sirvieron fielmente a Dios por muchos años.

La muerte de Moisés (Deuteronomio 34:1-8)

1Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo. Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la ciudad de palmeras, hasta Zoar. Luego el Señor le dijo: «Éste es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él.»

Moisés pasó muchos días con Dios en el Monte Sinaí. Él tuvo el privilegio de escuchar más directamente de la boca de Dios que cualquier otro hombre. Ahora una vez más, sólo él y Dios están en la cima de la montaña. ¿Estaba Israel mirando a Moisés subir los 805 metros (2,643 pies) del Monte Nebo?

Estas son las últimas palabras de Dios:

  • Esta es la tierra que le prometí a Abraham, Isaac y Jacob.
  • Se la daré a sus descendientes.
  • Te he permitido verla con tus propios ojos.
  • Pero no podrás entrar en ella.

Mientras Moisés la vio, murió. Los judíos tradicionalmente creen que Dios se lo llevó con un beso.

Allí en Moab murió Moisés, siervo del Señor, tal como el Señor se lo había dicho. Y fue sepultado en Moab, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura.

Moisés tenía ciento veinte años de edad cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor. Durante treinta días los israelitas lloraron a Moisés en las llanuras de Moab, guardando así el tiempo de luto acostumbrado.

¿Quién lo enterró? Al parecer, Dios. Dios le quitó la vida, ya que él todavía estaba sano. Con 120 años escaló la montaña y sus ojos eran lo suficientemente fuertes para ver toda la Tierra Prometida.

Hay una intrigante referencia del Nuevo Testamento a la muerte de Moisés: El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba contra el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que solamente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» (Judas 9) No sabemos lo que significa, pero el cuerpo de Moisés probablemente habría sido un premio para el diablo. Tal vez Satanás quería impedir la entrada de Moisés en la presencia de Dios, citando su pecado golpeando la roca y matando al egipcio.

El legado de Moisés

Entonces Josué hijo de Nun fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

Tal vez «espíritu» debería ser con mayúscula “E”. Seguramente fue el Espíritu Santo que llenó a Josué cuando Moisés le impuso las manos, el primer ejemplo de la imposición de manos para ungir a un nuevo líder.

10 Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.11 Sólo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país. 12 Nadie ha demostrado jamás tener un poder tan extraordinario, ni ha sido capaz de realizar las proezas que hizo Moisés ante todo Israel.

Moisés conocía al Señor cara a cara. Nadie más se acercó a esa intimidad con Dios, hasta que Jesús llevó una vida sin pecado, revelando plenamente al Padre, e iniciando el Nuevo Pacto.

¿Qué más te inspira en la vida de Moisés? ¿Puedes imaginar conociendo al Señor cara a cara? ¿Hay algo que te impediría la entrada en la tierra prometida? ¿Qué dirá la gente acerca de ti cuando mueras?

Una respuesta a «Deuteronomio  34 La muerte de Moisés»

  1. A lo que se refiere dios, es que no son años de como los vivimos,para empezar Moisés a sido y sera el hombre mas humilde del planeta tierra,fue elegido,por dios por su gran humildad,y era cervical y obediente a los mandamientos,es el único que hablo cara,a cara,al único que le entrego las tablas,osea los mandamientos,la escritura afirma que cuando murió,tenia gran vigor y una excelente vista,y que por no darle honor y gloria,en el momento que da de beber al pueblo de isrrael,dios decide que no entrara a la tierra prometida,pero si lo deja que vea al menos la tierra que mana leche y miel,pero no es casualidad,porque dios ya tiene todo previsto, ejemplo,así como jose,el 11 avo hijo de abraham,se saben la historia? Bueno,como les decía la vida de Moisés fue de 120 años,pero en la escritura vemos que mas personajes bíblicos vivieron mas de 120 años,pues bien mis keridos hermanos aquí se refiere dios a 120 jubileos,y los jubilios son de 50 años,y en el año 1967 fue el jubileo num.119y en el año 2017 e estamos viviendo el ultimo jubileo,comparado con los años de Moisés seria de la edad de 120 años y no ay mas jubileos ni años,por eso se dice que estamos viviendo los últimos tiempos,

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