Moisés en el resto de la Biblia

El nombre “Moisés” aparece 803 veces en la Biblia. No sorprende que 603 de ellas estén en los libros que él escribió, los primeros cinco libros de la Biblia. Hay 51 más en Josué. Obviamente, Moisés seguiría teniendo mucha influencia en el país durante muchos años. ¡Pero también hay 85 referencias en el Nuevo Testamento! ¡Aproximadamente 1,300 años después de su muerte! ¡Esa es una influencia duradera! ¿Qué perspectiva nos da el resto de la Biblia de Moisés? Muchas de esas escrituras se refieren a las experiencias de su vida y el éxodo, o los libros que escribió, y la ley que dio.

Los descendientes de Moisés

La Biblia nunca dice mucho acerca de su familia. Sus descendientes no eran líderes en Israel, pero sí, sabemos que entraron en la Tierra Prometida:

A Moisés, hombre de Dios, y a sus hijos se les incluyó en la tribu de Leví. Los hijos de Moisés fueron Guersón y Eliezer. Sebuel fue el primero de los descendientes de Guersón. Eliezer no tuvo sino un solo hijo, que fue Rejabías, pero éste sí tuvo muchos hijos (1 Crónicas 23:14-17).

¡Nada más! A mí me parece un poco extraño para un hombre de la importancia de Moisés, pero Dios nunca le dijo que tendría una dinastía como David. Tampoco le dio promesas para sus descendientes, como Dios le dio a Abraham. Reflexionando sobre la vida familiar de Moisés, en todos sus aspectos era inusual.

Salmo 90: Una oración de Moisés, hombre de Dios

Esta es la única porción escrita por Moisés fuera de sus cinco libros. Es probablemente el más antiguo de todos los Salmos.

Señor, tú has sido nuestro refugio (o morada, u hogar)
generación tras generación.
Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios.

Dios es el creador. Él nunca cambia. Muchos tienen casas muy humildes; cuesta mucho conseguir casa propia. Dios es la única morada segura. He conocido a mucha gente que anhela un hogar, y nunca lo encuentra. Dios es tu hogar. Es tu refugio. Qué hermoso saber que Dios nos proporciona ese lugar de reposo y seguridad. Es especialmente relevante que Moisés conociera a Dios como su morada, refugio y hogar: fue criado en el palacio de Faraón, huyó a otro país extranjero y pasó los últimos cuarenta años de su vida vagando sin hogar en el desierto. ¡Y luego se le prohibió entrar en la Tierra Prometida! En toda la inseguridad y las transiciones de su vida, Moisés descubrió que Dios era el único refugio seguro.

Dios nunca te fallará. No va a morir. Nadie puede echarte de su hogar. Desde el principio y hasta el fin, de tu vida, de tu matrimonio y de la historia, Él es Dios.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, mortales!»
Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó;
son como unas cuantas horas de la noche.
Arrasas a los mortales. Son como un sueño.
Nacen por la mañana, como la hierba
que al amanecer brota lozana
y por la noche ya está marchita y seca.

Una enfermedad debilitante o la muerte de un ser querido nos recuerdan rápidamente que esta vida es pasajera. Desde la perspectiva de la eternidad, toda tu vida es un milisegundo. Dios suena un poco duro barriéndolos como un torrente y diciendo  «¡Vuélvanse al polvo, mortales!» Pero nos da una perspectiva sobre nuestro egocentrismo muy inflado. Sí, Dios te ama y eres de gran valor para Él, pero no eres el centro del universo. Moisés había visto a Dios destruir a miles de personas en un momento de juicio, y Moisés no pudo entrar en la Tierra Prometida debido a su pecado. Sin embargo, también vio la cara de Dios y su grandeza como ningún otro hombre.

Tal vez, después de vagar por el desierto durante tantos años, Dios le mostró que lo que parecía una eternidad para Moisés no era nada en el calendario de Dios. ¿Te parece que Dios está tardando mucho en cambiar algo en tu vida? ¿Te preguntas por qué Jesús aún no  ha regresado? Recuerda que para Dios mil años son como unas pocas horas de la noche.

Tu ira en verdad nos consume,
tu indignación nos aterra.
Ante ti has puesto nuestras iniquidades;
a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.
Por causa de tu ira se nos va la vida entera;
se esfuman nuestros años como un suspiro.
10 Algunos llegamos hasta los setenta años,
quizás alcancemos hasta los ochenta,
si las fuerzas nos acompañan.
Tantos años de vida, sin embargo,
sólo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros.
11 ¿Quién puede comprender el furor de tu enojo?
¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe!
12 Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría.

¿Te parece la vida muy pesada y dura? ¿Buscas algo para llenar los días vacíos y aliviar el aburrimiento? ¿O están tan llenos que te estás perdiendo momentos especiales con tu esposa o tus hijos? ¿Es Dios el último en tu lista de prioridades? ¡Señor, enséñanos a vivir bien! Hoy es un regalo de Dios para ti. Que Él te otorgue sabiduría para aprovechar al máximo cada día. No desperdicies tu vida en páginas interminables y sin sentido de Internet, o programas de televisión. No caigas en la trampa de buscar las riquezas y los placeres del mundo. Inviértete en cosas de valor eterno: tu familia y el Reino de Dios. ¿Qué quiere Dios que hagas con tu vida? ¿Cómo afecta eso el uso de tu tiempo, el tiempo que Dios te ha dado como mayordomo?

Aunque Moisés tenía 120 años cuando murió, sabía lo rápido que pasan los años. Al envejecerse, uno es cada vez más consciente de eso. De hecho, cuando yo tenía veintitantos años,  la vida parecía casi interminable. Ahora soy muy consciente de cómo está llegando a su fin. Tal vez Moisés había visto suficiente de la ira de Dios que él la conociera todos los días. Es cierto que la ira es parte de la naturaleza de Dios, pero estoy agradecido con Jesús de que Él sufrió la penalidad de esa ira en la cruz. Ahora somos libres de adorarlo y servirlo con un corazón agradecido, acompañado de un temor apropiado y reverencia por Él.

Durante muchos años yo creí en el mito popular de que la vida es básicamente buena. Los estadounidenses son expertos en cómo aislarse de las realidades más difíciles de la vida, y todos quieren ese estilo de vida. Los programas en televisión y películas difunden el mito y brindan un escape de la realidad, pero la verdad es que para la gran mayoría del mundo la vida es muy dura. El optimismo de la juventud es bueno, y hay que ver las dificultades de la vida a través de los ojos de la fe, pero el mensaje muy popular de que Dios quiere hacer tu vida muy cómoda y libre de dolor simplemente no es toda la verdad.

¿Y el pecado? Eso parece ser tabú en muchos círculos. ¿Le has pedido al Espíritu de Dios que te revele cualquier pecado u oscuridad que pueda haber en tu corazón? ¿Cómo te sientes acerca de Dios poniendo tus iniquidades delante de ti? (Versículo 8) ¿Hay pecados secretos que crees que puedes esconder de Dios? ¿Sabes que Él brilla su luz sobre ellos para exponerlos? ¡Jesús dijo que serían gritados a los cuatro vientos! ¿Eres consciente de la profundidad de tu naturaleza pecaminosa? Moisés lo había visto claramente día tras día en el éxodo.

13 ¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros?
¡Compadécete ya de tus siervos!
14 Sácianos de tu amor por la mañana,
y toda nuestra vida cantaremos de alegría.
15 Días y años nos has afligido, nos has hecho sufrir;
¡devuélvenos ahora ese tiempo en alegría!
16 ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos,
y tu esplendor a sus descendientes!

¡Espérate! ¡Pensé que Moisés estaba diciendo que la vida es difícil y que Dios está enojado con nuestro pecado! Sin embargo, a medida que sentimos el impacto del pecado cada día y somos conscientes de la ira de Dios, su compasión y amor nos rodean y nos ayudan a través de las pruebas.

Moisés acaba de decir que el tiempo (que para nosotros puede parecer interminable) es para Dios como una vigilia de la noche, pero ahora tiene que preguntar cuándo Dios se volverá hacia ellos. ¿Estás en un lugar donde clamas: “Ten misericordia de mí, Señor”? “¡No puedo soportar mucho más!” ¡Dios es compasivo! Donde hay enfermedad, Él puede sanar. Donde hay oscuridad, puede brillar su luz. Donde hay pecado, Él puede perdonar.

¿Te acercas a Dios temprano de la mañana para recibir su amor? A menudo me despierto atribulado y tengo que bañarme en su amor para hacer frente a las dificultades del nuevo día. Cuando Dios te libere de esa pesadez, alábalo y reflexiona sobre su esplendor,  poder y fidelidad.

Si tu vida ha sido muy dura, Dios quiere llenarte de su amor y alegría. Puede que Dios no cambie todas las circunstancias difíciles, pero te dará una canción y un gozo inexplicable en medio de las pruebas. Dios quiere saciarte con su presencia.

17 Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros.
Confirma en nosotros la obra de nuestras manos;
sí, confirma la obra de nuestras manos.

Y que el Señor nuestro Dios nos dé su aprobación
y haga que nuestros esfuerzos prosperen;
sí, ¡haz que nuestros esfuerzos prosperen!
(NTV)

Hay tanto trabajo malgastado, hecho fuera de la voluntad de Dios y sin su favor. Sin embargo, con Dios, nuestro trabajo puede producir resultados duraderos. El trabajo es bueno. ¡Él nos dio las manos para usarlas! Y cuando Dios está en medio de ese trabajo, nuestros esfuerzos prosperarán. ¿Has experimentado la frustración de gastar un gran esfuerzo en algo que no era de Dios, solo para verlo desmoronarse? ¡Que Dios confirme la obra de tus manos!

Moisés y Jesús

Jesús se refería con frecuencia a Moisés como el autor del Pentateuco, y afirmó lo que Moisés escribió allí. Para los judíos en los días de Jesús, Moisés fue visto como el «estándar de oro» por el cual Jesús fue comparado: Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de éste no sabemos ni de dónde salió (Juan 9:29).

Tal vez el homenaje más impresionante de la importancia duradera de Moisés es su inclusión (junto con Elías) en la Transfiguración:

Unos ocho días después de decir esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Jacobo, subió a una montaña a orar. Mientras oraba, su rostro se transformó, y su ropa se tornó blanca y radiante.  Y aparecieron dos personajes —Moisés y Elías— que conversaban con Jesús.  Tenían un aspecto glorioso, y hablaban de la partida de Jesús, que él estaba por llevar a cabo en Jerusalén (Lucas 9:28-31).

Hemos visto a Moisés en la presencia de Dios en el Monte Sinaí. Murió y fue sepultado en la cima del Monte Nebo. Y ahora está en la cima de una montaña de nuevo, con alguien que Moisés obviamente conoció antes de su nacimiento en este mundo: El Hijo de Dios. Moisés ya tenía conocimiento del milagro más grande de la historia: la salvación que Jesús logró para nosotros por su muerte en la cruz. ¡Y Moisés aparece en glorioso esplendor! ¡Y era muy amigo de Elías!

Jesús quería asociarse con Moisés, y señaló los muchos lugares donde Moisés escribió sobre Él:

Si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él (Juan 5:46).

Moisés fue parte de la conversación el día de su resurrección. En el camino a Emaús, Jesús explicó lo que Moisés había escrito acerca del mesías:

Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos (Lucas 24:27, 44).

¡Me encantaría saber lo que dijo Jesús sobre los libros de Moisés!

Moisés en el libro de Hebreos

Está claro que Moisés era uno de los hombres más grandes de toda la historia, pero el autor de Hebreos, escribiendo a judíos, enfatiza que hay uno infinitamente mayor:

[Jesús] fue fiel al que lo nombró, como lo fue también Moisés en toda la casa de Dios. De hecho, Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés, así como el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma (Hebreos 3:2-3).

Solo Abraham recibe más espacio entre los héroes de la fe en Hebreos 11:23-29:

Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.  Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.  Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron.

Moisés es elogiado como un gran héroe de la fe. Hemos visto esa fe una y otra vez en el éxodo. Es interesante que éstos son apuntados aquí:

  • Su decisión como adulto de renunciar a su adopción y sus privilegios, y alejarse de su madre adoptiva, la hija de Faraón.
  • Su elección de identificarse con sus hermanos israelitas y sufrir con ellos, rechazando los placeres pecaminosos del palacio.
  • Confiar en que una recompensa eterna valía más que el éxito temporal.
  • Su fe lo hizo salir de Egipto, no temer la ira de Faraón. Como siempre, la fe echa fuera el temor.
  • Perseveró a través de muchas pruebas debido a su profunda confianza en Dios.
  • Celebró, y condujo a todo Israel a celebrar, la Pascua, protegiendo a sus primogénitos del ángel de la muerte.

La última referencia a Moisés se encuentra en Apocalipsis 15:2. Ya vimos la canción que él va a cantar con Jesús. Sí, ¡Moisés estará allí con Jesús cuando lleguemos al cielo!