Listo para reinar: 1 Samuel 9:22-10:13

Saúl comenzó el día en busca de burros. Esa misma noche él cenaba con el hombre más importante de todo Israel. A veces Dios trabaja de manera sutil y lenta, pero cuando Él decide que es el momento, las cosas pueden cambiar de forma rápida y espectacular. ¿Recuerdas cómo los hermanos de José lo vendieron? Era un esclavo y prisionero en Egipto. Pasó años en preparación, pero dentro de un día se trasladó desde la cárcel al palacio (Génesis 41). Te puede parecer que tu tiempo nunca llegará, pero en el momento señalado, Dios revelará sus planes y provisiones asombrosos. ¿Estás listo? Él tiene algo especial planeado, reservado, y guardado – sólo para ti.

Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados que eran unos treinta hombres.  Y dijo Samuel al cocinero: Trae la porción que te di, de la cual te dije: “Ponla aparte.” Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él y lo colocó delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado. Ponlo delante de ti y come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo. Y Saúl comió con Samuel aquel día. (9:22-24, LBLA)

¡Qué cena! Samuel hace todo lo posible para impresionar a Saúl de que el joven es alguien escogido y muy especial para Dios. Saúl no lo sabe todavía, pero él ha conseguido a un padre espiritual. Una buena relación con un mentor es de mucho valor, ya sea formalmente establecido o no. Es posible que tú ya seas ese mentor de alguien, sin saberlo. Elí era un mentor para Samuel, y ahora Samuel naturalmente asume ese papel con Saúl. Lamentablemente, ni Elí ni Samuel eran padres muy buenos para sus propios hijos. Eso sucede mucho hoy en día en las familias de líderes que están muy ocupados en la iglesia. Un hombre debe aprender a ser un hombre y padre de su papá, pero si eso no sucediera, Dios puede darte un padre espiritual.

Un padre espiritual presenta a su hijo a los varones de Dios

Más importante que lo que Samuel dijo o hizo fue simplemente estar juntos. Algo poderoso sucedió en Saúl en el lugar alto, en la cabecera de la mesa, y en el tejado. No era muy común invitar a un muchacho a la azotea para hablar con hombres adultos. Cuando Saúl estaba listo para irse, Samuel no solo le muestra la puerta; fue con él a la entrada del pueblo. Samuel estaba caminando con Saúl, fortaleciendo la confianza del joven. Dios ya comenzó a transformar un don nadie en un rey.

Un padre espiritual camina con su hijo

 Descendieron del lugar alto a la ciudad, y Samuel habló con Saúl en el terrado.  Se levantaron temprano, y al romper el alba Samuel llamó a Saúl en el terrado, diciendo: Levántate, para que yo te despida. Saúl se levantó, y ambos, Saúl y Samuel, salieron a la calle. (9:25-26, LBLA)

¿Hay algún siervo de Dios que haya caminado contigo? No tienen que hacer algo especial; simplemente estar juntos. ¿Anhelas a un padre o un hombre mayor que quiera sentarse contigo y hablar contigo? Si has tenido ese privilegio, da gracias a Dios. Has sido bendecido. Si no, pídele a Dios que te traiga a alguien. No tengas miedo de decirle que te gustaría pasar tiempo con él. Puede ser un honor para él.

Si tú tienes más experiencia, ¿crees que es posible que Dios te use como mentor o padre espiritual para un hombre más joven que Dios está tocando? Busca oportunidades para darles un lugar de honor en la reunión de hombres. Y no te olvides de tu propio hijo; Dios puede usarte como un padre espiritual para él también.

Un padre espiritual nunca abusa de su hijo

Desafortunadamente, creo que una palabra de precaución es necesaria aquí. Con demasiada frecuencia, un hombre mayor se ha acercado a un joven con intenciones deshonrosas. Si Dios te ha confiado con alguien, tienes una gran responsabilidad ante el Señor de mantener la pureza total en esa relación, y no estoy hablando sólo de pecado sexual. Hay otras formas en que podemos abusar de hombres jóvenes y usarlos para nuestros propios fines. Guarda tu corazón y rinde cuentas a otro hombre, evitando todo lo que parezca sospechoso.

Si un mentor cristiano, o cualquier otra persona, ha abusado de ti, Dios quiere sanar esas heridas profundas, restaurar la confianza y traer hombres verdaderamente piadosos a tu vida. Pero ten cuidado de confiar ciegamente en otros; ese padre perfecto que anhelas probablemente no existe.

Un padre espiritual trae una palabra del Señor

Mientras descendían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: Di al criado que pase delante de nosotros y siga, pero tú quédate para que yo te declare la palabra de Dios. (9:27, LBLA)

La comunión y un buen ejemplo son importantes, pero Saúl necesitaba algo más: una palabra de Dios. Puede ser la Escritura, o una palabra que Dios pone en tu corazón. Claro que no tengas una palabra profética profunda para cada reunión, pero pídele a Dios una palabra, y cuando la tienes, sé fiel para compartirla. No te reprimas porque te sientas incómodo al respecto, o te da miedo ofenderlo y perder su amistad. Si tú te has ganado el derecho de hablar a su vida, con entusiasmo él recibirá la palabra. ¡Ésta es una gran responsabilidad! ¡No la tomes a la ligera! Si tú tienes a un mentor que te habla a tu vida, escucha atentamente, anota la palabra y ora al respecto. Estas palabras son valiosas. Si tú nunca has recibido una palabra de tu padre espiritual, pídele que ore para recibir una palabra de Dios para ti. Puede ser que él no esté acostumbrado a hablar a la vida de alguien. Dile que te gustaría oír cualquier palabra que Dios le dé.

Ungido con aceite

Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el Señor por príncipe sobre su heredad?  (10:1)

Antes de la palabra, Saúl recibió la unción con aceite, el símbolo del Espíritu Santo y algo por lo general reservado para los sacerdotes. Dios está equipando a su primer rey. La palabra sin el Espíritu puede ser rígida y abrumadora; el Espíritu sin la palabra puede dar lugar a todo tipo de excesos. Necesitamos ambos. Un padre espiritual debe ayudar a su hijo a mantener ese equilibrio, y estar abierto a usar símbolos proféticos, como ungir con aceite o lavar los pies.

La palabra de Samuel para Saúl

Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí, tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas y está angustiado por vosotros, diciendo: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’” De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino;  ellos te saludarán y te darán dos tortas de pan, las cuales recibirás de sus manos. (10:2-4, LBLA)

¡Éstas son instrucciones muy detalladas! Después de los eventos de los últimos días, ¿cómo se sentiría un joven al oír esto? Dios conocía todos los detalles de la vida de Saúl, y también conoce tu corazón y tu futuro. ¿Hay alguien mejor equipado para guiar tu vida? La mayoría de los hombres quieren manejar (o arruinar) sus propias vidas, y lo hacen. Entrega tu vida a las manos de Dios y confía en Él para manejar los detalles. Te liberará a escuchar su voz sobre tu futuro.

Saúl tenía la bendición de saber los detalles de lo que le sucedería, probablemente para probar su obediencia y asegurarle que esto realmente era del Señor. Todavía existía la posibilidad de que Saúl decidiera que todo esto era una locura y que regresaría a casa.

¿Saúl entre los profetas?

Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando. (10:5, LBLA)

El día terminará con Saúl unido a esta increíble procesión. No sabemos mucho acerca de estas “escuelas” de los profetas de Dios. Se juntaron para ministrar y animarse unos a otros. Este grupo había subido a una montaña para ofrecer sacrificios en el lugar alto. Ahora están bajando, llenos del Espíritu, tocando instrumentos, profetizando y alabando al Señor. Pensamos en la profecía como proclamando un mensaje de Dios, pero esta profecía parece ser alabanza ungida, quizás extática. El libro de Números (11:25) registra el mismo fenómeno cuando el Espíritu vino sobre los setenta ancianos. La experiencia de los discípulos en Pentecostés no era totalmente nueva para los judíos. Tal como el Aposento Alto en Hechos 2, era un ambiente en el que Saúl fácilmente puede recibir el Espíritu.

Resultados de la venida del Espíritu

Saúl ya fue elegido y ungido, pero este derramamiento del Espíritu le dio el poder que necesitaba. Los discípulos de Cristo tenían que esperar en Jerusalén hasta que recibieran ese poder. Hay diferencias entre cristianos acerca de la semántica y proceso exacto – pero la verdad es que necesitamos ese poder. Estoy más preocupado por una vida que refleja el poder del Espíritu que cuándo o cómo se lo recibe. El hecho de que Saúl haya recibido el Espíritu de esta manera no significa que todos lo recibirán de la misma manera. Tenemos mucha prisa para organizar nuestra versión de una “procesión profética,” tocando la misma música, para que la gente reciba el Espíritu de cierta manera. Dios quiere que tú experimentes la plenitud del Espíritu. Él se encargará de cómo la recibes. ¿La tienes tú?

Uniéndose con otros para adorar a Dios

Una vez que vino el Espíritu, Saúl se uniría a otras personas caminando en el Espíritu y adorando y alabando al Señor. Esto es lo que sucedió en Números 11 y en Pentecostés. Ahora Dios puede formarle como un hombre de Dios y parte de la comunidad de profetas. De hecho, Saúl se identificó tanto con ellos que surgió un dicho “¿Está Saúl también entre los profetas?” ¿No sería una bendición identificarse con hombres de Dios de esa manera? Si Saúl se hubiera unido a ellos y hubiera nutrido esa relación, su vida podría haber terminado de una forma muy diferente.

Dios quería que la base de su reinado fueran esas relaciones con varones de Dios y la adoración de un corazón lleno del Espíritu. Lamentablemente, Saúl no volvió a adorar al Señor ni a caminar con varones de Dios durante muchos años, hasta que fue atormentado por espíritus malignos. Entonces ya fue demasiado tarde y fue tan extraño para Saúl que tenía que depender de David para adorar y brindarle algún alivio. La adoración es poderosa. ¿Qué parte tiene en tu vida espiritual? No estoy hablando sólo de escuchar alabanzas o participar en una iglesia conocida por su gran banda de adoración. Los servicios de “adoración” parecen ser cada vez más un espectáculo, donde pocos realmente adoran a Dios. Jesús dijo que el Padre busca a los que lo adoran en espíritu y en verdad. El Espíritu de Dios te ayudará a ser un adorador verdadero.

Cambiado en otro hombre

Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre. (10:6, LBLA)

Saúl mismo dijo que sus calificaciones no eran muy impresionantes, pero Dios simplemente lo cambió en otro hombre. Tus problemas y limitaciones no son tan importantes. Cuando vienes a Cristo, Dios no está interesado en rehabilitarte o mejorarte. Él simplemente te hace un hombre nuevo. El cambio es tan dramático que Jesús dijo que la persona “nace de nuevo.” El apóstol Pedro es un gran ejemplo de la transformación hecha por el Espíritu: Él era un cobarde que negó conocer a Cristo, pero cuando el Espíritu vino sobre él en Pentecostés, fue cambiado y se levantó para predicar el Evangelio con valentía a miles de personas.

Si tú realmente has nacido de nuevo, debe haber un cambio notable en tu vida. ¿Eres una “nueva creatura?” ¿Has nacido de nuevo? ¿Dirías tú que has sido cambiado en una persona diferente? ¿O hay sólo destellos de la presencia y el poder del Espíritu en una vida carnal y mundana? ¿Sigues luchando en tu propia fuerza para cambiar poco a poco? Es maravilloso experimentar la plenitud inicial del Espíritu Santo, pero para una vida transformada tienes que caminar todos los días en su poder. Tú puedes apagar, entristecer o ignorar al Espíritu.

Dios hizo su parte en el cambio total de Saúl, pero Saúl todavía tenía que fomentar esa relación y darle libertad al Espíritu en su vida. Por desgracia, no lo hizo.

Haz lo que te viniere a la mano

Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo. (10:7, RVR)

Samuel concluye con esta promesa increíble. Dios dio una promesa similar a Josué, si él fuera valiente y anduviera en obediencia a la palabra de Dios. No garantiza el éxito, al menos en nuestra comprensión del éxito, pero la bendición de Dios estará en todo lo que hace.

¿No te encantaría tener esa promesa? Yo creo que puedes. Estudia las Escrituras para discernir el corazón de Dios, y luego sigue sus caminos. Él quiere bendecirte y usarte, y lo hará, si tú estás lleno, motivado y guiado por el Espíritu. Muchos hombres fervientemente buscan la voluntad de Dios y, sin embargo, viven frustrados, sintiendo que no están logrando nada. Saúl no tenía que averiguar lo que Dios quería; si él estuviera caminando en el Espíritu, podría hacer lo que viniera a su mano, porque Dios estaba con él. Si tú estás viviendo en el poder del Espíritu Santo y bajo el señorío de Cristo, Dios está contigo. Él soberanamente permite las situaciones y oportunidades que vienen a tu vida. ¡Mira cómo arregló las cosas para Saúl! ¡Estoy seguro de que Dios puede hacer lo mismo por ti! Puede que sólo tengas que moverte, o puede que tengas que esperar.

Espera

Baja luego a Guilgal antes que yo. Allí me reuniré contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión, y cuando llegue, te diré lo que tienes que hacer. Pero tú debes esperarme siete días. (10:8)

Todo esto sucedería solamente “cuando te hayan sucedido estas señales.” La instrucción final de Samuel alude a lo que finalmente provocó la caída de Saúl: Tuvo que esperar. Esperar a Samuel, y esperar el tiempo de Dios. Si Saúl va a ser un rey exitoso, necesita paciencia para esperar y ser obediente a instrucciones que no tienen sentido para él. Un joven arrogante puede sentir que ya no necesita al viejo profeta, pero Dios quiere que Saúl sepa que Samuel seguirá desempeñando un papel importante en su vida. Parte del trabajo de un mentor es enviar al joven delante de él. El joven necesita libertad, pero también necesita saber que su padre espiritual guardará su palabra. Si tú dices que vas a reunirte con él a cierta hora, o vas a hacer algo con él, ¡asegúrate de hacerlo!

¿Se han cumplido estos signos en tu vida? Muchos no esperan ser parte de una compañía de creyentes llenos del Espíritu Santo, ni para adorar ni para ser transformado. Empujan en la carne y se preguntan por qué todo fracasa. Si los discípulos de Jesús hubieran intentado organizar una campaña evangelística antes de Pentecostés, habría sido un desastre. ¿Estás dispuesto a esperar el tiempo de Dios y confiarle los detalles?

Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día. Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.  Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?  Y un hombre de allí respondió, y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por lo cual esto se hizo proverbio: ¿Está Saúl también entre los profetas?  Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto. (10:9-13, LBLA)

¡Confía en la palabra de Dios! Dios fielmente hizo exactamente lo que dijo que haría. Cuando Saúl se volvió para irse, Dios cambió su corazón. Espero que tú hayas conocido el poder del Espíritu y la bendición de Dios en todo lo que hiciste. También tu puedes saber cómo es que todo fracase si vuelves a caminar en la carne, aunque a veces estamos tan alejados de Dios que ni siquiera nos demos cuenta de que hay algo mal.

Puede que no estés sirviendo plenamente a Dios porque te sientes inadecuado o tienes demasiados problemas, pero Dios tiene un propósito para tu vida y puede cambiarte por completo, al igual que cambió Saúl. Él puede arreglar tus circunstancias, como lo hizo por Saúl. ¡Eso incluye tu lectura de este libro! Dios dispuso que Saúl conociera profetas llenos del Espíritu Santo; Él puede arreglar para que tú también conozcas a un hombre lleno del Espíritu. Tú también puedes entrar en alabanza y adoración y convertirte en un hombre totalmente diferente.

Tú puedes ser un hombre joven como Saúl. El anhelo de tu corazón es servir a Dios y hacer una diferencia para Él, pero tus pasiones te dominan y te meten en muchos problemas. A menudo, la respuesta es refrenarlas, pero Dios te dio esas pasiones, y Él quiere dirigirlas de una manera que le glorifiquen, para tu beneficio y el beneficio del mundo. ¡Dios quiere usar tu vida! La adoración y el compañerismo con otros hombres piadosos son importantes, pero no puedes experimentar el propósito de Dios hasta que el Espíritu venga sobre ti. ¿Estás bautizado en el Espíritu? Tú lo sabrás cuando suceda. Entonces la palabra de Dios para ti sea “haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.”

Si tú eres un hombre mayor, puedes recordar cómo es estar entusiasmado con todas las posibilidades de tu vida, pero a lo largo de los años y muchas decepciones, te has vuelto cínico y has perdido esa pasión. Cuando ves a un joven como Saúl, te sientes un poco asombro, e incluso envidia. Tú corazón puede ser conmovido de nuevo con lo que Dios quería hacer con tu virilidad. Comparte tu sabiduría con Saúl, mientras que Dios renueva tu pasión por Jesús, tu familia y la obra de Dios en el mundo.