1La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos.
Muertos. Pero mucho más que muertos. Ya llevan bastante tiempo muertos. Son huesos secos. No hay carne ninguna. No hay ninguna evidencia del cuerpo que tenían. Solo huesos. Y muchísimos. Pero algo está a punto de cambiar. Y comienza cuando la mano del Señor viene sobre Ezequiel.
La mano de Dios
¿Cuándo fue la última vez que la mano del Señor vino sobre ti? ¿La quieres sobre tu vida? Muchas veces su mano viene cuando Dios tiene una tarea especial para nosotros. ¿Estás dispuesto a tener las experiencias que tenía Ezequiel? ¿Estás dispuesto a tener tus planes interrumpidos? Porque cuando la mano de Dios viene sobre ti, traiga muchos cambios. Te lleve a valles de huesos secos. Lugares de gran necesidad. Te haga pasear entre cosas feas y muertas. Si vamos a experimentar un avivamiento hoy en día la primera necesidad es hombres y mujeres disponibles a Dios, totalmente rendidos a su voluntad. Y con la mano del Señor sobre ellos.
Una vez que su mano está sobre ti, el Espíritu te llevará adonde puede usar tu vida. ¿Quieres ser llevado por el Espíritu? ¿Te acuerdas de Felipe, en Hechos 8? Fue llevado por el Espíritu a Azoto después de caminando en el desierto en obediencia al Señor, y testificando al eunuco etíope. ¿Hay lugares donde tú ya sabes que el Espíritu quiere llevarte? ¿Tal vez para testificar a alguien acerca de Cristo? ¿O a un “cementerio” que necesita la Palabra de Dios?
¿Dónde estuviera tu valle de huesos secos?
- ¿Tu hogar?
- ¿Tu trabajo?
- ¿Tu iglesia?
- ¿Tu ciudad?
¿Te encuentras en medio de la muerte? ¿En lugares sin vida, con gente desesperada?
- ¿Crees que el Señor puede usarte para traer vida a esos huesos?
- ¿Crees que él tiene un propósito para ti en ese valle?
- ¿Crees que Dios puede revivir tu matrimonio? ¿Puede revivir tu iglesia?
¿Es tu vida propia nada mas que huesos secos? ¿Vacia? ¿Sin vida? Tu seas el primero que el Senor quiere revivir. Clama a él ahora. No esperes. Hay huesos secos en tu familia y tu comunidad que te necesitan, pero no puedes ayudarlos si tu no tienes la vida de Cristo en ti.
¿Podrán revivir huesos secos?
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»
La situación era tan fuerte que Ezequiel no pudo responder. Tal vez en ese momento le parecía imposible. Nunca había visto una situación tan difícil – y él ya llevaba bastante tiempo sirviendo al Señor.
Posiblemente en el pasado tú tenías mucha fe. Dios te usaba para evangelizar y predicar, y viste muchas manifestaciones de su poder. Pero ahora te encuentres en situaciones tan difíciles que tienes dudas. Hace tiempo que no has visto milagros. Tu fe se ha debilitado. Ni aun tengas mucha fe que Dios puede revivir tus propios huesos secos.
Había dos cosas que Ezequiel sabía:
- Dios es omnipotente. Todo depende de su voluntad. No era para el profeta declarar algo o mandar a Dios que hiciera algo. Ezequiel se sometió a su Señor. Sabía que Dios puede. Pero no quería pretender saber la mente de Dios.
- Dios es omnisciente. Dios sabe lo que quiere hacer en tu valle de huesos secos. Hay varias maneras en que él puede revivir esos huesos. No es para nosotros mandar como lo hace. Es para nosotros esperar en él para su palabra, hacernos disponibles a ser útiles en sus manos, y obedecer lo que diga.
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré espíritu, y ustedes volverán a vivir.6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’” »
Pasos a una nueva vida
Dios puede resucitar a los muertos. Jesús lo hizo. Está sucediendo en el mundo hoy en día. Pero esto es más que una resurrección. Dios está formando un cuerpo nuevo sobre la fundación de esos huesos. Dios puede hacer milagros creativos también. Por ejemplo, él puede crecer nuevas piernas para alguien que las perdió.
Reflexionemos en los pasos hacia nueva vida para estos huesos:
- Primero Dios necesita a alguien listo para oír su voz y proclamar su palabra a los muertos. Si el siervo de Dios no le obedece tal vez se queden secos en ese valle.
- Los huesos tienen que escuchar la palabra de Dios. ¿Pero cómo pueden huesos secos oír una palabra? ¿Cómo puede alguien espiritualmente sordo o con corazón endurecido oír la palabra de Dios? Posiblemente parte del milagro es abriendo los oídos para oír la palabra.
- La clave aquí es proclamando la palabra. La Palabra de Dios tiene poder para transformar vidas y revivir a los muertos.
- El milagro es un proceso. No sucede instantáneamente. Dios pone tendones, sale carne, y entonces él los cubrirá de piel.
- En este punto es solamente un cuerpo. Necesita un espíritu también. Solo Dios puede dar ese aliento de vida.
- Aunque sea un proceso, no hay duda del fin: Revivirán.
¿Por qué permitió Dios que muriesen y llegasen a un lugar tan desesperado? Para que Dios hiciera un gran milagro y recibiera más gloria. No habrá ninguna duda que es una obra soberana de Dios. Dios quiere manifestarse. Quiere glorificarse. Quiere que este mundo incrédulo sepa que él es Señor. ¿Que quisiera hacer en tu situación para que sepan que Jesús es Señor?
¡No era difícil lo que Ezequiel tenía que hacer para levantar a estos muertos! ¡Solo tenía que hablar! ¿Cuantas personas muertas estén esperando a un siervo obediente al Señor para traerlas su palabra y revivirlas? ¿Tienes los oídos para oír la voz de Dios y recibir una palabra que puedes proclamar en su poder? ¿Llenas tu mente con la Biblia y la proclamas a los muertos? ¿Conoces a gente en ese proceso? A veces necesiten a alguien para acompañarlos y animarlos mientras que Dios esté trabajando. No caigas en desanimo porque todavía no estén revividos. Confía en Dios que va a cumplir el proceso. Tu solo tienes que ser obediente a su voluntad.
El poder de la palabra profética
7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. 8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
¿Qué pasó? ¡Dios dijo que revivirían! Tú hicieras todo conforme a la voluntad de Dios pero todavía no haya vida. Ezequiel estaba acostumbrado a hacer todo tal y como el Señor le mandaba. ¿Y tú? ¿Cómo está tu obediencia? Comienza en cosas pequeñas. Casi nunca se comienza resucitando a los muertos. Es cuando Dios ha observado tu obediencia en algo pequeño que te dará oportunidades más importantes. ¿Añades algo a la Palabra de Dios? ¿La cambias un poquito para acomodarla a la cultura actual? O, como Ezequiel, ¿la proclamas tal y como el Señor la dio?
Pablo habla de la importancia de profecía en 1 Corintios 14. Vemos aquí que simplemente proclamando la palabra profética suelta el poder de Dios. Cambia el ambiente espiritual. Profecía debe ser una parte normal del ministerio en la iglesia, para edificar, exhortar, y consolar. La oficina del profeta es distinta de una persona con el don de profecía. El profeta también tenga el poder para establecer y derrumbar reinos (Jeremías 1).
Dios quiere usar profecía en tu iglesia para dar nueva esperanza y nueva vida a gente desesperada y herida. El problema es que hoy en día, como profetizó Jesucristo, hay muchos falsos profetas. Hay muchos declarando cosas que no son de Dios. ¿Cómo sabes si son de Dios? Algunas de las señales, como vemos en este pasaje:
- ¿Hay iglesias revividas y entrando en guerra espiritual como un gran ejercito?
- ¿Está derramado el Espíritu de Dios?
- ¿Están otros alrededor convencidos que Jesucristo es Señor?
Cuando viene el Espíritu Santo
9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; dile al Espíritu: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’”»
Después de la “salvación” de estos huesos, hay un segundo paso necesario: el Espíritu Santo llena a los que han “nacido de nuevo.” Qué triste sería si Ezequiel insistió que Dios ya dijo que revivirían con la primera palabra. O si creía que el nuevo nacimiento era suficiente. ¡No! ¡Dios quiere un avivamiento! Él quiere los cristianos muertos y dormidos revividos. Pero necesitan al Espíritu. Y necesitan a alguien como Ezequiel para clamar al Espíritu e invitarle a dar vida al pueblo de Dios, y ministrar el bautismo del Espíritu Santo.
Yo sé que hay diferencias entre cristianos de cómo se recibe al Espíritu. Muchos creen que, como vemos en verso 6, todo debe ser un paquete, recibiendo al Espíritu cuando se recibe a Cristo. Hay algunos opuestos a cualquier mención del bautismo del Espíritu. Yo creo que es una trampa del diablo, robando al pueblo de Dios de la vida del Espíritu y desviándolos a entrar en controversias de palabras, y exactamente como y cuando debe pasar. La verdad es que Dios está trabajando. Ya ha hecho el milagro de salvación. Están en el proceso. Pero, como estos huesos aquí, necesitan una palabra más. Necesitan a alguien obediente al Señor para ministrar a ellos. ¡No descanses hasta que esos huesos muertos estén revividos y alabando al Señor!
Yo no sé por qué, pero yo oigo muy poco acerca del bautismo del Espíritu hoy en día. Y veo pocas manifestaciones de su presencia y poder. Oh, sabemos muy bien como manipular las emociones con música y dar la apariencia de su presencia. Pero todo es prosperidad y las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Es casi como tenemos vergüenza del bautismo en el Espíritu. ¡Necesitamos a alguien como Ezequiel para profetizar y proclamar la Palabra de Dios, y ministrar el bautismo para que los huesos vivieran!
Un gran ejercito
10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el Espíritu entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército grande en extremo!
¡Ya es tiempo para el cuerpo de Jesucristo ponerse de pie! Estamos en una guerra – y estamos perdiendo muchas batallas porque no hay nadie ministrando a los huesos secos en nuestras familias e iglesias. Mi hermano – padre y esposo – tú tienes la autoridad y responsabilidad de proclamar la Palabra de Dios a tu familia, para que se pongan de pie y estén revividos en el Espíritu.
Dios no nos da su Espíritu para tener experiencias extáticas o cultos gloriosos. Eso está bien. Pero él quiere y él necesita a un gran ejército en este día que guerreara en el nombre de Jesús para traer vida a muchos huesos secos. ¡Esfuérzate y se valiente! ¡Despiértate! ¡Cristo viene pronto y su iglesia necesita el poder del Espíritu Santo!
Lo impresionante aquí es que estos huesos pasaron tal vez muchos años en ese valle, pero en muy poco tiempo revivieron con la Palabra de Dios. Así Dios puede transformar tu vida y los huesos secos a tu alrededor. No es siempre así – a menudo es un proceso más largo. Pero Él puede.
¿Se ha secado la iglesia?
11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!”
Ahora vemos que huesos secos todavía pueden hablar y andar. Pero andan desesperados. Perdidos. ¿Por qué? Porque no tenían pastor. Ezequiel apenas habló del fracaso de los pastores en capítulo 34. No están recibiendo ni la Palabra de Dios ni consejos sabios.
Yo creo que esto describe una gran porción del cuerpo de Jesucristo hoy en día. Andan descarriados y sin esperanza ni poder. Las predicas consisten de muchas invenciones de hombres y poca Palabra de Dios. Hay pocos verdaderos pastores. Hay una gran sequía espiritualmente.
¡Se trata del pueblo de Dios!
12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor.14 Pondré en ti mi Espíritu, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor.” »
Israel estaba en exilio en Babilonia cuando recibió esta palabra. Como ya hemos visto, estaban andando y hablando. Y ahora, gracias a Dios, y a la obediencia de Ezequiel, han oído la palabra de Dios. Tienen la oportunidad de vivir de nuevo. ¡Estaban en tumbas! ¡Como Lázaro! Jesús le mandó: ¡Lázaro, ven fuera! Y con una palabra salió de su tumba.
¿Estás en una tumba? ¿Eres solo huesos secos? ¿Andas desesperado, alejado de Dios? Dios puede, y Dios quiere, abrir tu tumba y sacarte de ella. Quiere revivirte y hacerte regresar a tu tierra. Pero vemos aquí que no es algo individual. El revivió todos esos huesos a una vez.
Nosotros no tenemos tierra como tenía Israel. No hay ningún templo ni muros de Jerusalén para reconstruir. No, nosotros somos templos del Espíritu Santo, y la iglesia es el edificio de piedras vivas que Dios quiere edificar. Yo sé que muchos han sufrido en la iglesia y andan desilusionados con pastores e iglesias. Lamentablemente, en muchos casos el Cuerpo de Jesucristo es nada más que huesos secos. La vida se fue hace años. Muchas iglesias son tumbas. Frías. Muertas. Pero Dios quiere levantar a un gran ejército. Si sabes algo de lo que está pasando en el mundo de hoy en día, ya sabes que la batalla es más fuerte que nunca. Ya es tiempo salir de nuestras tumbas y volver a una comunidad de creyentes revividos y llenos del Espíritu. Dios quiere establecerte fortalecido en su Espíritu, y quiere establecer su iglesia. Ya está cansado de todas las burlas contra creyentes y la iglesia. Va a levantarse para que todos sepan que Él es Señor. Quiere que el mundo sepa que su Palabra es verdad y da vida, y tenemos que someternos a ella. Y quiere derramar su Espíritu como en el día de Pentecostés. No para enriquecer o para que se vanaglorie algún hombre, sino para revivir el Cuerpo de Jesucristo. La situación parezca tan imposible como lo que vio Ezequiel cuando llegó al valle de huesos secos. Pero todo eso cambió con la Palabra de Dios.
Tú estés en la celda de una prisión. Estés trabajando en un país extranjero. Estés separado de tu esposa. No importa. Esto sucedió en el Espíritu. Era una visión. No importa donde estés, hay poder en la proclamación de la Palabra de Dios. La guerra es espiritual, contra principados y potestades.
Habrá un día cuando todas las tumbas se abrirán. Todos los muertos resucitarán – para un gran día de juicio. Algunos pasarán a vida eterna con Jesús. Otros pasarán a un castigo eterno en el infierno. Dios nos ha dado el gran privilegio de ministrando vida a otros. ¿Eres tan egocéntrico que vas a callarte y no compartir una palabra que dará vida a huesos secos? El Señor Jesucristo quiere hacer entrar vida en ti, y vivirás. Él está quitando las dudas. Sabrás que él es Dios todopoderoso. Tú serás parte de un gran ejército de Dios. Espíritu Santo, ¡ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos secos! En el Nombre de Jesús, ¡Amen!