Bienaventurados los que padecen persecución    Mateo 5:10-12

Jesús dijo que esta es la “vida bienaventurada.” Por desgracia, hemos visto que tiene poco parecido a lo que se promueve regularmente en las iglesias de hoy. ¿Pobre? ¿Manso? ¿Hambriento? ¿Puros de corazón? ¿Está Jesús tratando de desalentarnos de seguirlo? Parece que sí, especialmente con esta conclusión espantosa para sus bienaventuranzas:

10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. (RVR)

NTV: Dios bendice a los que son perseguidos por hacer lo correcto, porque el reino del cielo les pertenece.

¡Jesús acaba de decir que deberíamos ser conocidos como pacificadores! Es cierto que debe ser nuestro objetivo, pero puede que no sea posible en un mundo caído. Pocas personas dan la bienvenida a la persecución, ¡pero no es del todo malo! De hecho, si nunca la experimentas, tienes que preguntarte si realmente estás siguiendo a Jesús.

Tu padecimiento (porque eres un discípulo de Jesús y estás haciendo lo correcto) toca al corazón de Dios. ¡Él derrama sus bendiciones sobre ti! Y, en la sabiduría de Dios, de alguna manera la persecución te permite entender la naturaleza del reino de los cielos, y entrar en él. Aquellos que disfrutan de la aclamación del mundo y nunca conocen el sufrimiento o la persecución pueden estar tan cómodos en este mundo que sea difícil para ellos comprender lo que es el reino de los cielos. Jesús dijo: ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! Dense cuenta de que los antepasados de esta gente trataron así a los falsos profetas. (Lucas 6:26). Claro que hay lugar para reconocer la buena obra de alguien; está bien cuando el mundo premia la contribución de un cristiano en el deporte, la ciencia u otra área. Pero a menudo la persona “bendecida” según estas bienaventuranzas no estará elogiada por el mundo.

¿Qué califica como persecución?

Por desgracia, ¡muchos no están sufriendo por hacer lo correcto! ¡No hay bendición si estás actuando sin amor o como un idiota!

Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente. Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.

«Él no cometió ningún pecado,
ni hubo engaño en su boca».

Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia (1 Pedro 2:19-23).

Pedro fue testigo del sufrimiento de Cristo, y ya había sufrido por su propia fe; estaba bien calificado para hablar de cómo responder a la persecución.

  • Cristo fue mal entendido, rechazado, perseguido y finalmente crucificado. Estamos llamados a seguir su ejemplo.
  • El sufrimiento no necesariamente significa que estés en pecado. ¡Una fe firme y obediencia a Dios no garantizan una vida libre del dolor!
  • Es especialmente difícil soportar el sufrimiento inmerecido. ¡Queremos clamar por justicia! Pero estamos llamados simplemente a soportarlo.
  • Debemos resistir la tentación de tomar represalias e insultar a los que nos insultan.
  • No amenaces con el infierno o el juicio de Dios a quienes te persigan; entrégalos a Dios y déjalos en sus manos.
  • Incluso si significara la muerte, confiamos en Dios para cuidar de nosotros. Nuestra fe y confianza en Dios nos permiten ver más allá del sufrimiento actual.

El propósito de Dios en el sufrimiento

Dios utiliza el sufrimiento, incluso en la vida de su propio hijo:

Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; y, consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen (Hebreos 5:8-9).

Si el Padre utilizó el padecimiento en la vida de Jesús, sin duda tú también te beneficiarás de ello. ¿Cómo es tu obediencia a Cristo? ¿Necesita Dios permitir más sufrimiento para perfeccionarte y enseñarte la obediencia? ¿Está Dios llamándote a tomar unas decisiones costosas? ¿Podría Dios permitir tu sufrimiento actual para que crezcas en obediencia?

Los últimos dos versículos de las bienaventuranzas

La enseñanza de Jesús sobre la persecución es compatible con muchas de sus otras enseñanzas: vivir una vida cómoda ahora, pero  pagar el precio por ella en la eternidad, o sufrir ahora, y cosechar recompensas eternas. Los versos finales de las bienaventuranzas prometen bendiciones y abundantes recompensas celestiales para los que son perseguidos por su fe:

11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. (RVR)

NTV: »Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores. ¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que a los antiguos profetas los persiguieron de la misma manera.

  1. Para calificar como persecución, debe ser el resultado de tu identificación con Jesús, siendo reconocido como su seguidor y haciendo lo correcto. La persecución por tu propia necedad no cuenta.
  2. Puedes esperar ser burlado, insultado y tener todo tipo de cosas malas (probablemente mentiras, o verdades a medias) dichas de ti.
  3. No sólo debes soportar la persecución, sino gozarte y alegrarte en ella, porque los demás ven a Jesús en ti y dirigen su odio para Él hacia ti.
  4. Estás recibiendo el mismo tratamiento que los fieles hombres y mujeres de Dios han experimentado a través de los siglos; no es algo fuera de lo común.

Después del sufrimiento

Recuerden aquellos días pasados cuando ustedes, después de haber sido iluminados, sostuvieron una dura lucha y soportaron mucho sufrimiento. Unas veces se vieron expuestos públicamente al insulto y a la persecución; otras veces se solidarizaron con los que eran tratados de igual manera. También se compadecieron de los encarcelados, y cuando a ustedes les confiscaron sus bienes, lo aceptaron con alegría, conscientes de que tenían un patrimonio mejor y más permanente.  Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada (Hebreos 10:32-35).

La iglesia perseguida tiende a producir creyentes fuertes. En muchos países donde la persecución ha terminado, la iglesia se ha vuelto complaciente y ha perdido su fervor anterior. Los creyentes que recibieron la carta a los Hebreos habían conocido una severa persecución. Ahora, después de un período de paz, están sufriendo de nuevo, y luchando por mantener su fe.

  • Una rica recompensa espera a aquellos que perseveran y soportan la persecución.
  • Parte de la persecución anterior incluyó la confiscación de sus bienes. En vez de lamentarse y luchar por sus derechos, lo habían aceptado con alegría, conscientes que nuestras posesiones palidecen en comparación con las posesiones duraderas que nos esperan en el cielo. ¡La persecución nos ayuda a centrarnos en la eternidad!
  • Los insultos y la persecución son a menudo públicos; visibles a todo el mundo.
  • Si has sido agraciado para evitar la persecución, estás llamado a estar al lado de los que sufren. Grupos como Voz de los Mártires te permiten apoyar la iglesia perseguida.
  • Dios puede llamarte a identificarte con aquellos que están sufriendo. En este caso, incluía visitar a los encarcelados por su fe, y posiblemente incluso pasar tiempo con ellos en la cárcel.

La experiencia de los héroes de la fe

¿Crees que tu gran fe te guardará del sufrimiento, o que el sufrimiento es un signo de una fe débil? ¿Crees que tu vida es dura? Esta es la experiencia de muchos de los grandes héroes de la fe:

Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas (Hebreos 11:36-38).

¡Realmente no lo tenemos tan duro! ¡Ora por los que son perseguidos y están muriendo por su fe!

La promesa y provisión de Dios en medio del sufrimiento

Si tú estás libre de problemas, ¡gloria a Dios! No necesitamos un complejo mártir y provocar la persecución, para que de alguna manera cosechemos más bendiciones. Pero no seas complaciente. Especialmente con la situación actual del mundo, podemos esperar que la persecución va a aumentar. ¿Estás preparado? ¿Vas a ser capaz de soportarla, e incluso regocijarte en medio del sufrimiento?

El testimonio de innumerables creyentes perseguidos es que en medio de su sufrimiento experimentan el amor de Dios como nunca antes. ¡Nada te separará del amor de Cristo! ¡Eres más que vencedor en cada situación!

¿Quién nos separará del amor de Cristo?

¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, peligro, o espada?

Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

(Romanos 8:35-37)