1 Samuel 13  Cómo el pecado de un solo hombre impacta toda una nación

A mí me encanta la historia. Me fascinan todas las personas de la Biblia y sus experiencias. Doy gracias a Dios por los muchos hombres y mujeres reales que sirven como modelos para nosotros. Como Saúl, el primer rey de Israel. Un rey puede enseñarnos mucho, porque Dios diseño a nosotros para reinar. Somos príncipes y princesas. Esta vida es una preparación para la eternidad, cuando vamos a reinar con Cristo. A la misma vez, Dios quiere que reinemos en las circunstancias de la vida actual; en el hogar, en el trabajo, en la iglesia, y en la sociedad. Somos miembros de su reino, y queremos establecer ese reino aquí en la tierra. Oramos en el Padre Nuestro: “Que venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

Una de las lecciones de 1 Samuel es la importancia de 100% obediencia.  Eso puede parecer muy exigente a ti, pero Dios solo lo requiere porque te ama, y sabe lo que es mejor para ti. Por ejemplo, si hay un vaso de veneno, y Dios dice que es prohibido tomarlo. Pero si creo que Él quiere privarme de algo rico, voy a probarlo – pero solo voy a tomar el 5% del vaso. ¡Todavía voy a morir!

Otra lección importante de 1 Samuel es que no hay nadie perfecto. Siempre vamos a cometer errores, pero gracias a Dios, Él tiene a un David, Él tiene a un Samuel, o Él se levanta soberanamente para liberarnos del enemigo y darnos la victoria. Porque somos sus hijos, somos el cuerpo de Jesús, y Él es por nosotros.

En los primeros versículos de 1 Samuel 13 Saúl ya comete tres errores. ¿Puedes discernir cuáles son?

1Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil estaban con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus tiendas.

Tres errores que preparan el escenario para derrota

  1. No sabemos mucho acerca de Jonatán en este punto. Es un buen muchacho, pero es un muchacho, y para entregar una tercera parte del ejército a un joven no es muy sabio.

Es bueno incluir a gente más joven en el liderazgo, pero la Biblia también nos advierte acerca de un creyente nuevo como líder. 1 Timoteo 3:6 dice: no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Otras traducciones dicen que se vuelva presuntuoso o no se le suba el cargo a la cabeza. Un neófito puede ser joven o viejo, pero es importante que un pastor o líder en la iglesia tiene tiempo para ser probado y establecer un buen testimonio. Es fácil para un neófito, o un joven como Jonatán, caer en orgullo y cometer errores graves. Saúl no actuó con prudencia cuando entrego mil soldados a Jonatán.

2  Saúl no proporcionó la supervisión necesaria para su hijo. Están separados por unos 16 km (10 millas). No es mucho, pero no había teléfonos celulares en ese entonces, y sería imposible comunicar rápidamente con su hijo. Saúl tenía su ejército en tres lugares. Sería mejor tenerlo unido y dedicarse a adiestrar y apoyar a su hijo. No es sabio dar demasiada independencia a un joven.

Uno de los errores más comunes en la iglesia es delegar alguna responsabilidad y no proporcionar el apoyo y la supervisión necesarios. Hay un balance importante: No debe controlar a la persona; necesita la libertad para crecer o fallar. Pero si no hay una relación y comunicación, es fácil sentir más “usado” que “amado.”

3 El tercer error es despedir a la gran mayoría del ejército; Saúl se queda con solamente 3 mil hombres. Como vamos a ver, es una decisión necia. Posiblemente Saúl estaba muy confiado en sí mismo (o en Dios), pero también es posible que quería agradar a ellos, enviándolos a sus tiendas y a sus mujeres.

Cada persona es importante. He oído muchas veces cuando alguien deja la iglesia o se aparta de Jesús: “Pues, él no era sumiso, no tenía una doctrina sana, no estaba en serio en las cosas de Dios.” La verdad es que cada hermano y hermana en la iglesia tiene mucho valor. Jesús dijo que un buen pastor deja a las 99 ovejas para buscar a la oveja perdida o descarriada.

El joven provoca una guerra

Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.

Geba (donde estaba la guarnición de los filisteos) estaba muy cerca de Micmas. Gilgal está en la orilla del rio Jordán, unos 25 km alejados. No sé por qué el pueblo se juntó allí, tan lejos.

Aquí el problema de la juventud y falta de experiencia de Jonatán se manifiesta. El joven actuó por su propia cuenta, sin consultar a su padre; ni Dios ni el rey ordenó al joven atacar la guarnición. Es común para un joven probar su virilidad con cosas imprudentes.

Hay una mentira aquí también: No fue Saúl que ataco a la guarnición, pero él tiene vergüenza de confesar que su hijo hizo algo sin su autorización; el pueblo puede cuestionar su liderazgo, y Saúl tiene que cubrir para su hijo. También si el pueblo sabe que fue Jonatán, pueden pensar: ¿Por qué no la atacó nuestro rey? ¡Su hijo parece más valiente!

La Biblia es muy clara acerca de la importancia de autoridad y sumisión a ella. El problema principal de Satanás fue su rebelión a la autoridad de Dios, y su deseo de mandar y tener el primer lugar. La búsqueda de posición y fama y plata es la base de la caída de muchos pastores. Dios coloca a apóstoles en la iglesia, y entonces pastores y ancianos. La congregación debe someterse a una cobertura piadosa. El problema muchas veces nace con la persona que tiene la autoridad. Puede ser un esposo abusivo que no gobierna su casa con amor, o líderes en la iglesia que no siguen el modelo de Jesús, de servir, amar, y apoyar a las ovejas. De lo que sabemos de Saúl, probablemente no estaba muy involucrado en la vida de su hijo. Muchos hijos, muchas mujeres, y muchas iglesias anhelan una autoridad cariñosa y piadosa en sus vidas.

Hay otro consejo importante también: si tu enemigo es más formidable que tú, no te hagas abominable a él.

Algunos invitan una pelea con el diablo. No es un juego reprender al diablo. Un pastor que declara muchas cosas y mofa del diablo puede hacer su iglesia el blanco para un ataque fuerte del diablo. Entrar en la guerra espiritual es muy serio; requiere santidad y consagración. Hay que orar y considerar muy bien las consecuencias de nuestras acciones. La iglesia tiene que estar preparada en ayuno y oración. Muchas familias de pastores sufren porque el diablo ataca a ellos.

Un ejército inmenso, y otro temeroso

Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.

¿Cómo te parece la batalla? Israel tiene 3 mil soldados. Los filisteos tienen 6 mil de a caballo, 30 mil carros, y pueblo numeroso como la arena. Parece que habrá una masacre.

Si enfocamos en la oposición y los problemas con finanzas y contiendas en la iglesia, o problemas en el hogar, la vida puede parecer abrumador. Los números no son muy importantes a Dios. Él puede hacer más con una congregación pequeña, pero unida y consagrada, que una iglesia grande que sirve solo para entretener a la gente.

¿Cómo responden los valientes de Israel con su fe en el Dios Todopoderoso?

Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.

Primero, las buenas noticias, porque hay algo bueno aquí: Saúl no se escondió. Permanecía en Gilgal. Todo el pueblo iba tras él. Eso es bueno.

¿Lo malo? Todo el pueblo iba temblando (incluso Saúl). La mayoría de los hombres se escondieron, o huyeron al otro lado del rio Jordán.

El líder, el pastor, determina como anda toda la congregación. Igual con un padre y su familia, y un rey y su país. El temor de Saúl frente a Goliat era contagioso, tal como la valentía de David inspiró a todo el ejército. A veces es tentador escondernos en el templo, o en la casa, y no servir como la sal de la tierra o la luz del mundo, pero Dios dice que los cobardes no van a entrar en el reino. Él quiere levantar una iglesia valiente.

Saúl entre la espada y la pared

Ahora, hay un detalle importante que no es incluido en este capítulo: Samuel dijo a Saúl que tiene que esperar 7 días, y el profeta vendría para ofrecer holocausto a Dios con la esperanza que Él hiciera el milagro necesario para la sobrevivencia del país.

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.

Saúl era un hombre débil. Saúl depende de Samuel para su apoyo y su conexión con Dios. Y Saúl espera conforme a lo que Samuel dijo, pero el profeta no aparece. El pueblo se le desertaba. Hay miles y miles de filisteos listos para atacar. Su ejército está escondido en cuevas y fosos. Necesitan a Dios. Saúl sabe que es prohibido para el ofrecer el sacrificio, pero no sabe dónde esté Samuel. Tiene que actuar.

Cuando prometemos hacer algo en la iglesia hay que cumplir con nuestra palabra. Posiblemente tú has estado decepcionado por un pastor u otro líder en la iglesia, y sabes cómo sintió Saúl. Pero si el pastor falla en sus responsabilidades, es entre él y el Señor. Hay que tener mucho cuidado con chisme o tomar una posición o ministerio que no toca a nosotros. La falla de Samuel o de un pastor no es una excusa para pecar.

Y, ¡qué sorpresa! Apenas cuando Saúl acababa de ofrecer el holocausto,  ¡apareció Samuel! Yo sé que muchas veces es difícil esperar a Dios, pero es muy peligroso actuar con prisa.

Tres palabras que traicionan a Saúl

10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.

Saúl tiene muy buenas excusas, pero Dios no acepta nuestras excusas. ¿Qué harías tú?

Hay unas palabras aquí que revelan el problema en Saúl: “vi,” “me dije,” y “me esforcé.” Saúl está caminando por vista, y no por fe. No buscó a Dios ni buscó el consejo de ninguna otra persona. Muchas veces las apariencias son engañosas. Todas estas son circunstancias externas. Saúl parece religioso. Quiere el favor de Dios para ganar. Pero también teme a los filisteos.

“Me dije:” Saúl está pensando lógicamente, conforme a la lógica del mundo, pero no tiene la mente de Dios. Saúl nunca oyó de Dios.

“Me esforcé.” “Me vi obligado.” Se atrevió. Nosotros no tenemos las fuerza necesaria. Cuando hacemos algo en nuestra fuerza, en la carne, muy posiblemente va a fallar. Debe esforzarse en el Señor.

La iglesia no es una empresa; no funciona conforme a las normas del mundo. Siempre tenemos que acordarnos de que Cristo es la cabeza de su iglesia. Él es soberano y Él va a hacer lo necesario para liberarnos del enemigo. No podemos cambiar las normas que Dios nos ha dado para pastores o ancianos en la iglesia. Tenemos que guardar lo que Dios ha dicho en la Biblia.

Las consecuencias de su desobediencia

13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

Saúl tenía la oportunidad de ser el antepasado del Mesías; un reino para siempre sobre Israel. Esta es la primera indicación que a causa de su desobediencia iba a perder todo. Dios le dio otra oportunidad, en el capítulo 15, pero otra vez desobedeció al Señor. Dios sabe que somos humanos y cometemos errores. Pero es importante aprender de ellos, y no cometer el mismo error una y otra vez.

14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.

¡Hablar de desesperación! Su padre espiritual, su mentor, su conexión con Dios, le abandona, después de reprenderle, y darle las noticias que iba a perder su reino. Y el rey se queda con 600 hombres (de los 3000).

Eso puede pasar con una iglesia. Alguien llamado y ungido por Dios cae en pecado y pierde el apoyo de su concilio o denominación, pierde la mayoría de su congregación, y posiblemente la familia también. Un pastor necesita un buen corazón, un corazón conforme al corazón de Dios, y tiene que guardar la palabra de Dios.

16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. 17 Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, 18 otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.

A lo menos Saúl, su hijo, y sus pocos soldados están juntos. Pero ya tres escuadrones filisteos están avanzando contra ellos, y ahora Saúl se encuentra con otro problema muy grave, un resultado de otra decisión necia.

Un arreglo necio con el enemigo

19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. 20 Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21 Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. 22 Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.

Nadie – excepto Saúl y Jonatán – tenía espada o lanza. Había aceptado un arreglo con el enemigo para dejar a los filisteos todo el trabajo de hierro. Los filisteos les cobraron mucho. Por alguna razón Saúl no se levantó para decir: ¡Esto es ridículo! ¡Vamos a hacer armas! No se puede excusar a Saúl por su falla aquí. ¿Cómo se puede tener a un ejército sin armas?

¿Y tú? ¿Tienes tu espada? ¿Tienes armas? Hay veces cuando un pastor tiene la espada del Espíritu, mucho conocimiento de la Biblia, pero no capacita su congregación para la batalla. Una de las tareas más importantes de un pastor es enseñar a su iglesia como usar las armas del Espíritu; enseñar la Palabra de Dios, la Espada del Espíritu, y hacer disponible buenos recursos para prepararnos. Ya es tarde en el día de la batalla buscar una espada o un versículo en la Biblia para pelear con el diablo. Tenemos que prepararnos ahora.

A veces hacemos acuerdos necios con el enemigo. A veces un edificio o terreno puede parecer atractivo, pero puede ser un acuerdo con el diablo que resulta en muchos conflictos.

Lo que es muy triste en este capítulo es que Saúl tiene toda la culpa por este desastre. Varias veces tomó decisiones necias sin consultar a Dios. Despidió a la mayoría de sus soldados. Entregó la tercera parte de ellos a su hijo joven, quien actuó en presunción y provocó una guerra. Desobedeció el mandato de Dios. Un solo hombre puede tener un impacto muy grande, para bien o para mal.

Parece que no hay esperanza ninguna de una victoria aquí. Pero siempre hay esperanza con Dios. Tenemos que leer el próximo capítulo para ver el milagro de Dios.

1 Samuel 17: David y Goliat

El capítulo 15 de 1 Samuel es el punto de cambio en el libro: Saúl, el primer rey de Israel, pierde su reinado a causa de su desobediencia. Dios dijo que uno mejor (David) sería rey, pero la transición era un proceso largo y doloroso. La primera parte de 1 Samuel tiene su enfoque en Saúl, pero empezando con el capítulo 16, el enfoque es David. Saúl está presente hasta el final trágico del libro (cuando se suicida), pero va bajándose más y más, y David sube.

Hay una relación muy interesante entre el rey rechazado y su sucesor:

  • Saúl era el suegro de David. David se casó con su hija Michal. Saúl creía que sería una oportunidad para matar a David cuando le dio el precio de 100 prepucios de los filisteos. Pero con gusto David cumplió.
  • El hijo de Saúl, Jonatán, era el mejor amigo de David.
  • David tocaba música en el palacio para aliviar los ataques del diablo contra Saúl
  • Saúl tenía muchos celos de David y lo persiguió y varias veces intentó a matarlo

¡Era una relación muy complicada y compleja! Aunque David ya fue ungido como rey, tenía que esperar muchos años para ascender al trono, y en esos años Dios estaba moldeándole. David tenía algo en común con Moisés: el campo de su preparación fue el rebaño, y mucho tiempo a solas con Dios. La soledad es dura, pero también es una oportunidad para acercarnos más a Dios. En esos tiempos David empezó a escribir los Salmos que todavía son de mucha bendición para nosotros.

Ahora, en 1 Samuel 17, Dios se aprovecha de una oportunidad para presentar a David al país. Es una de las historias mejor conocidas de la Biblia, con razón; hay unas cosas muy importantes para nosotros aquí.

Cansado del camino, frente a la batalla

1Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.

Saúl ya perdió su reino, pero el pueblo de Israel no lo sabe. Es una lucha diaria para él para mantener el ánimo y permanecer en la batalla. Esta era la historia de su vida; una batalla tras otra. Una vez más se juntaron y una vez más acamparon, pero Saúl está cansado y no tiene las fuerzas para guerrear. No está en ninguna condición para una batalla fuerte.

Es posible que tú te sientes como Saúl. Ya has experimentado muchas batallas y estás cansado. Puedes sentir que no tienes las fuerzas para una batalla más; que ya se acabó la vida. Dios parece muy lejos. Todavía hay esperanza mi hermano, aunque el diablo no tiene misericordia. Él se aprovecha de nuestro cansancio y debilidad para atacar aún más fuerte. Para Saúl era un paladín, pero para ti puede ser una enfermedad, un accidente, o problemas familiares o económicos. El problema parece gigantesco, e imposible.

El paladín

Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo (3 metros). Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce (57 kilos). Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

Satanás trabaja mucho con apariencias. Hace todo lo posible para sembrar temor en el corazón. Todos estos detalles añaden al sentido que esta es una situación imposible.

Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

Yo creo que el diablo ha desafiado a la iglesia. Habla muchas mentiras y exageraciones. Se mofa de nosotros. Nos hace sentir muy pequeños y sin poder. En este momento él tiene la ofensiva; el establece las normas para la batalla. Él presenta la batalla como ganar todo o perder todo y ataca nuestra virilidad.

Ya es tiempo recuperar la batalla del enemigo. Él no tiene el control; Dios tiene el control. ¿Hay algún desafío que él se ha presentado a usted?

11 Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

Estas palabras tenían exactamente el impacto deseado. Se turbaron y tuvieron gran miedo. En otras ocasiones Saúl se levantó en el poder de Dios para animar a su ejército y vencer al enemigo, pero ahora Dios se ha apartado de él, y el temor se ha apoderado de él. Saúl es inútil como líder de su pueblo. Sin alguna intervención de Dios, parece que Israel va a ser esclavos otra vez; esclavos de los filisteos. Satanás quiere que tú vuelvas a tu vieja esclavitud al pecado, pero esta vez será aun peor. Es fácil pensar que no hay posibilidad de volver a Dios, pero Dios nunca rechazo a Saúl como hombre, sino como rey. Él tuvo la oportunidad para humillarse y volver como siervo de Dios, pero no quiso.

Un muchacho que puede vencer al enemigo

12 Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama; 14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.

David era el menor. Cuando Samuel fue a la casa de David, su padre ni siquiera pensó en David como posiblemente escogido por Dios.

A veces los que el mundo dice son los más importantes están siguiendo a alguien equivocado; en este caso son los primeros tres hermanos de David.

Ahora hay un “pero” importante. Los “peros” de la Biblia son importantes. A veces el “pero” (y no hablo de la mascota) es el mejor amigo del hombre.

15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.

David había ido también, en pos de sus hermanos, pero no le gustó lo que vio allí, y dejó a Saúl. Dejó el ejército, y volvió al redil para apacentar ovejas.

A veces tenemos que reconocer que estamos en un camino equivocado,  volver al redil de Dios, y dejar a alguien que antes tenía la unción de Dios pero ya no la tiene.

16 Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.

Satanás es paciente. Persevera. Viene por la mañana y por la tarde para acusarnos y mofarse de nosotros. Se puede resistir sus tentaciones y acusaciones para unos días, pero después de 40 días es fácil rendirse y caer en la tentación o la desesperación.

17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18 Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

No hay ningún pensamiento en la mente de Isaí que David puede guerrear; era muy  joven. Solo pudo traer panes y quesos y servir como mensajero, lo que es muy humillante para el muchacho.

David llega al campo de batalla

19 Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos. 20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. 21 Y se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.

Todos los días hicieron lo mismo: Se pusieron en orden de batalla, como un ritual, lo que siempre hacían en el pasado. Pero no hay batalla, y no hay esperanza de ganar. Dan el grito de combate, pero entonces vuelven al campo, más cansado y desanimado que nunca.

Lo mismo pasa con muchos cristianos. Vamos como siempre al culto. Cantamos, declaramos, gritamos. Pero muchas veces el corazón no está en lo que hacemos. No tenemos la fe que Dios va a hacer algo grande; ya estamos derrotados.

22 Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. 24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.

¡Que malo ejemplo para el joven David! ¿Qué ha pasado con los varones de Israel? Cuando el líder (puede ser el rey, el pastor, o el padre) pierde su ánimo y su fe, todos sufren. Huyen de la batalla. Son débiles. El temor paraliza.

¿Cómo respondes tú a las acusaciones del diablo? ¿Cuándo un gigante aparece en tu casa o tu iglesia? ¿Quieres esconderte? ¿O sales confiado a la batalla, para enfrentar al enemigo?

25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.

Parece que sería mucha motivación, pero no. Todos tienen demasiado temor.

26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

De todo ese ejército parece que David era el único sin temor. No huyó. Ya está pensando en vencer al gigante. Ya refleja un corazón conforme al corazón de Dios. Alguien tiene que quitar el oprobio del pueblo de Dios, pero no hay más nadie.

Alguien hoy en día tiene que quitar el oprobio de la iglesia de Jesucristo. Muchos ven a los cristianos como hipócritas. ¿Dónde está el poder? Encuentran obstáculos y lloran de persecución. Nos olvidamos de quien es Dios. David tiene una perspectiva clara y sana. Él sirve al Dios viviente, el Dios todopoderoso. Si Dios es por ti, ¿quién contra ti?

No puedes

27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere. 28 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

Por desgracia, muchas veces cuando alguien se levanta en fe sencilla, el mundo se burla de él. La iglesia se burla de él. La familia se burla de él. Se burla de tu trabajo, de las “pocas ovejas” que tienes. Por alguna razón están amenazados por alguien con fe, y lo atacan. Dicen cosas para hacerte dudar la sinceridad de tu fe y lo que quieres hacer para la gloria de Dios. “Soberbia, malicia de corazón.” Son mentiras, pero esas palabras duelen y siembran dudas.

29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?

Puede que tú sabes cómo es. Tú eras el menor de varios hermanos, o el más pequeño en un grupo de amigos. No importa lo que hiciste, siempre echaron la culpa a ti. Te criticaba. Tú intentabas hacer lo mejor, pero siempre había una crítica. Siempre señalan a ti. Pero David es muy sabio. Sabe que son meras palabras.

Es una lección muy importante que podemos aprender de David: Separar la realidad de las palabras y discernir que es verdad. Hablan mucho de noticias falsas hoy en día; es difícil saber que se puede creer. Es cierto que las palabras lastiman, pero es importante aprender a no estar muy impactado por las palabras. Es mero hablar. Hay un refrán que repetimos mucho como niños: Los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño. Pues, la verdad es que las palabras pueden hacernos mucho daño si no aprendemos que es mero hablar.

30 Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes. 31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

De entre todo el ejército hay un solo hombre listo para ir y pelear. David escucha a todos, pregunta a todos para confirmar la situación, y ahora llama la atención de Saúl, y el rey le llama.

33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.

Por desgracia hay gente como Saúl en la iglesia también. No están haciendo nada para el Señor, pero cuando otra persona se levanta con la unción de Dios para hacer algo, son todo negativo. Desaniman a los más jóvenes hasta que no quieren hacer nada.

¿Has oído algo parecido? Tú no eres estudiado, eres muy joven en el Señor, no tienes títulos.

No puedes. ¿Por qué? Porque David es un muchacho y Goliat un hombre de guerra desde su juventud. ¿Cuál es la razón que dan a ti? ¿Sabes que esas cosas no importan a Dios? Quita de tu mente esas palabras: No puedes. Esas palabras de otros pueden convertirse en tu autoimagen: Yo no puedo. ¡No puedo hacer nada! Dios te dice: ¡Sí! ¡Puedes! ¡Todo lo puedes en Cristo que te fortalece!

La fe de David

34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

David no hizo caso de la negatividad e incredulidad de Saúl. Son meras palabras. Es posible que Dios le reveló algo del corazón del rey, o puede ser que simplemente era obvio, pero David no toma una actitud superior al rey, la cual es una falla de muchos jóvenes. Menosprecian a los que tienen el poder. Pero no, David se llama a sí mismo: “tu siervo”. Habla con humildad, pero también con mucha fe.

David aplica lo que aprendía en la vida diaria, en situaciones más pequeñas, a esta situación más difícil. Así Dios nos edifica la fe y nos enseña cómo enfrentar a problemas en la vida. De la misma manera que Dios te ayudó superar un problema pequeño, Él te ayudará con esta prueba grande. ¿Cómo has visto la mano de Dios ayudarte en problemas pequeños de tu vida? ¿Cómo puedes aplicar lo que aprendiste al problema que te enfrenta ahora?

David no está tan confiado porque se cree ser alguien muy especial; Goliat es un incircunciso, un pagano, que ha provocado al ejército del Dios viviente. ¡Claro que Dios va a levantarse para honrarse y vencer al enemigo!

37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

David también es muy consciente de cómo Dios le ha librado de las garras del león y del oso. Tiene una fe sólida que Dios hará lo mismo con Goliat. No confía en sus armas, en sus fuerzas, o su inteligencia; toda su confianza está en Dios.

Echa de ti las cargas del mundo

38 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.

Puede ser el mundo, o incluso hermanos en la iglesia, pero hay muchas personas que quieren cargarte con toda clase de cosas. Cosas que ellos usan para sobrevivir. Pero son una carga insoportable. Se tiene que practicar mucho para llevar todas esas cosas del mundo, pero la verdad es que es muy difícil andar con todo eso.

Si tú tienes muchas cosas que no son necesarias, que pesan demasiado, hoy tú puedes tomar esa decisión de echarlas, ser libre, y confiar en Dios.

David enfrenta a Goliat

40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.

Cuando tú te levantas para desafiar al enemigo prepárate para toda clase de maldición y amenaza. Si no tienes una fe firme en ese momento sería fácil dudar y tener miedo e incluso dejar la batalla para volver a la seguridad del redil. David ha tomado un paso muy valiente, y no es fácil.

44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

Cuando Satanás y sus siervos empiezan a amenazarte, tenemos que declarar y proclamar la Palabra de Dios y la verdad. Hay varias cosas muy importantes aquí:

  • David mantiene el enfoque completamente en Dios. La batalla es de Dios. Goliat ha provocado a Dios; está en contra del pueblo de Dios. No es algo personal, como que David tiene que probarse como hombre.
  • No confíes en las armas de este mundo. David no tenía lanza ni espada ni jabalina. Él tenía algo mucho más poderoso: el nombre del Dios de los ejércitos.
  • David quiere que todo el mundo sepa quién es Dios. Claro que Dios va a entregar al enemigo en su mano.
  • Dios también quiere probarse a la congregación, a la iglesia. Hay demasiados como Saúl que no saben cómo vencer al enemigo.
  • La batalla es espiritual. No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados y potestades. Tenemos que dejar a Dios pelear la batalla.

48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. 51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.

Un solo muchacho que se levanta en fe cambia la historia. El enemigo huye delante de un verdadero varón de Dios. Toda la confianza de los filisteos fue puesta en Goliat. Sin él, son vencidos. La cobardía e incredulidad de Saúl era un cáncer que contamino a todo el ejército de Israel. Ahora la fe de David anima a todo ese ejército.

52 Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53 Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento. 54 Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda.

¿Crees que Dios quiere saquear el campamento del enemigo? ¿Por qué estamos temblando y huyendo del enemigo y todas sus palabras? ¿Dónde están los hombres y mujeres que tienen un corazón conforme al corazón de Dios? ¡La batalla es de Dios! ¡Levántate en su Nombre para derrotar al enemigo!