1 Samuel 13  Cómo el pecado de un solo hombre impacta toda una nación

A mí me encanta la historia. Me fascinan todas las personas de la Biblia y sus experiencias. Doy gracias a Dios por los muchos hombres y mujeres reales que sirven como modelos para nosotros. Como Saúl, el primer rey de Israel. Un rey puede enseñarnos mucho, porque Dios diseño a nosotros para reinar. Somos príncipes y princesas. Esta vida es una preparación para la eternidad, cuando vamos a reinar con Cristo. A la misma vez, Dios quiere que reinemos en las circunstancias de la vida actual; en el hogar, en el trabajo, en la iglesia, y en la sociedad. Somos miembros de su reino, y queremos establecer ese reino aquí en la tierra. Oramos en el Padre Nuestro: “Que venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

Una de las lecciones de 1 Samuel es la importancia de 100% obediencia.  Eso puede parecer muy exigente a ti, pero Dios solo lo requiere porque te ama, y sabe lo que es mejor para ti. Por ejemplo, si hay un vaso de veneno, y Dios dice que es prohibido tomarlo. Pero si creo que Él quiere privarme de algo rico, voy a probarlo – pero solo voy a tomar el 5% del vaso. ¡Todavía voy a morir!

Otra lección importante de 1 Samuel es que no hay nadie perfecto. Siempre vamos a cometer errores, pero gracias a Dios, Él tiene a un David, Él tiene a un Samuel, o Él se levanta soberanamente para liberarnos del enemigo y darnos la victoria. Porque somos sus hijos, somos el cuerpo de Jesús, y Él es por nosotros.

En los primeros versículos de 1 Samuel 13 Saúl ya comete tres errores. ¿Puedes discernir cuáles son?

1Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil estaban con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus tiendas.

Tres errores que preparan el escenario para derrota

  1. No sabemos mucho acerca de Jonatán en este punto. Es un buen muchacho, pero es un muchacho, y para entregar una tercera parte del ejército a un joven no es muy sabio.

Es bueno incluir a gente más joven en el liderazgo, pero la Biblia también nos advierte acerca de un creyente nuevo como líder. 1 Timoteo 3:6 dice: no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Otras traducciones dicen que se vuelva presuntuoso o no se le suba el cargo a la cabeza. Un neófito puede ser joven o viejo, pero es importante que un pastor o líder en la iglesia tiene tiempo para ser probado y establecer un buen testimonio. Es fácil para un neófito, o un joven como Jonatán, caer en orgullo y cometer errores graves. Saúl no actuó con prudencia cuando entrego mil soldados a Jonatán.

2  Saúl no proporcionó la supervisión necesaria para su hijo. Están separados por unos 16 km (10 millas). No es mucho, pero no había teléfonos celulares en ese entonces, y sería imposible comunicar rápidamente con su hijo. Saúl tenía su ejército en tres lugares. Sería mejor tenerlo unido y dedicarse a adiestrar y apoyar a su hijo. No es sabio dar demasiada independencia a un joven.

Uno de los errores más comunes en la iglesia es delegar alguna responsabilidad y no proporcionar el apoyo y la supervisión necesarios. Hay un balance importante: No debe controlar a la persona; necesita la libertad para crecer o fallar. Pero si no hay una relación y comunicación, es fácil sentir más “usado” que “amado.”

3 El tercer error es despedir a la gran mayoría del ejército; Saúl se queda con solamente 3 mil hombres. Como vamos a ver, es una decisión necia. Posiblemente Saúl estaba muy confiado en sí mismo (o en Dios), pero también es posible que quería agradar a ellos, enviándolos a sus tiendas y a sus mujeres.

Cada persona es importante. He oído muchas veces cuando alguien deja la iglesia o se aparta de Jesús: “Pues, él no era sumiso, no tenía una doctrina sana, no estaba en serio en las cosas de Dios.” La verdad es que cada hermano y hermana en la iglesia tiene mucho valor. Jesús dijo que un buen pastor deja a las 99 ovejas para buscar a la oveja perdida o descarriada.

El joven provoca una guerra

Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.

Geba (donde estaba la guarnición de los filisteos) estaba muy cerca de Micmas. Gilgal está en la orilla del rio Jordán, unos 25 km alejados. No sé por qué el pueblo se juntó allí, tan lejos.

Aquí el problema de la juventud y falta de experiencia de Jonatán se manifiesta. El joven actuó por su propia cuenta, sin consultar a su padre; ni Dios ni el rey ordenó al joven atacar la guarnición. Es común para un joven probar su virilidad con cosas imprudentes.

Hay una mentira aquí también: No fue Saúl que ataco a la guarnición, pero él tiene vergüenza de confesar que su hijo hizo algo sin su autorización; el pueblo puede cuestionar su liderazgo, y Saúl tiene que cubrir para su hijo. También si el pueblo sabe que fue Jonatán, pueden pensar: ¿Por qué no la atacó nuestro rey? ¡Su hijo parece más valiente!

La Biblia es muy clara acerca de la importancia de autoridad y sumisión a ella. El problema principal de Satanás fue su rebelión a la autoridad de Dios, y su deseo de mandar y tener el primer lugar. La búsqueda de posición y fama y plata es la base de la caída de muchos pastores. Dios coloca a apóstoles en la iglesia, y entonces pastores y ancianos. La congregación debe someterse a una cobertura piadosa. El problema muchas veces nace con la persona que tiene la autoridad. Puede ser un esposo abusivo que no gobierna su casa con amor, o líderes en la iglesia que no siguen el modelo de Jesús, de servir, amar, y apoyar a las ovejas. De lo que sabemos de Saúl, probablemente no estaba muy involucrado en la vida de su hijo. Muchos hijos, muchas mujeres, y muchas iglesias anhelan una autoridad cariñosa y piadosa en sus vidas.

Hay otro consejo importante también: si tu enemigo es más formidable que tú, no te hagas abominable a él.

Algunos invitan una pelea con el diablo. No es un juego reprender al diablo. Un pastor que declara muchas cosas y mofa del diablo puede hacer su iglesia el blanco para un ataque fuerte del diablo. Entrar en la guerra espiritual es muy serio; requiere santidad y consagración. Hay que orar y considerar muy bien las consecuencias de nuestras acciones. La iglesia tiene que estar preparada en ayuno y oración. Muchas familias de pastores sufren porque el diablo ataca a ellos.

Un ejército inmenso, y otro temeroso

Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.

¿Cómo te parece la batalla? Israel tiene 3 mil soldados. Los filisteos tienen 6 mil de a caballo, 30 mil carros, y pueblo numeroso como la arena. Parece que habrá una masacre.

Si enfocamos en la oposición y los problemas con finanzas y contiendas en la iglesia, o problemas en el hogar, la vida puede parecer abrumador. Los números no son muy importantes a Dios. Él puede hacer más con una congregación pequeña, pero unida y consagrada, que una iglesia grande que sirve solo para entretener a la gente.

¿Cómo responden los valientes de Israel con su fe en el Dios Todopoderoso?

Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.

Primero, las buenas noticias, porque hay algo bueno aquí: Saúl no se escondió. Permanecía en Gilgal. Todo el pueblo iba tras él. Eso es bueno.

¿Lo malo? Todo el pueblo iba temblando (incluso Saúl). La mayoría de los hombres se escondieron, o huyeron al otro lado del rio Jordán.

El líder, el pastor, determina como anda toda la congregación. Igual con un padre y su familia, y un rey y su país. El temor de Saúl frente a Goliat era contagioso, tal como la valentía de David inspiró a todo el ejército. A veces es tentador escondernos en el templo, o en la casa, y no servir como la sal de la tierra o la luz del mundo, pero Dios dice que los cobardes no van a entrar en el reino. Él quiere levantar una iglesia valiente.

Saúl entre la espada y la pared

Ahora, hay un detalle importante que no es incluido en este capítulo: Samuel dijo a Saúl que tiene que esperar 7 días, y el profeta vendría para ofrecer holocausto a Dios con la esperanza que Él hiciera el milagro necesario para la sobrevivencia del país.

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.

Saúl era un hombre débil. Saúl depende de Samuel para su apoyo y su conexión con Dios. Y Saúl espera conforme a lo que Samuel dijo, pero el profeta no aparece. El pueblo se le desertaba. Hay miles y miles de filisteos listos para atacar. Su ejército está escondido en cuevas y fosos. Necesitan a Dios. Saúl sabe que es prohibido para el ofrecer el sacrificio, pero no sabe dónde esté Samuel. Tiene que actuar.

Cuando prometemos hacer algo en la iglesia hay que cumplir con nuestra palabra. Posiblemente tú has estado decepcionado por un pastor u otro líder en la iglesia, y sabes cómo sintió Saúl. Pero si el pastor falla en sus responsabilidades, es entre él y el Señor. Hay que tener mucho cuidado con chisme o tomar una posición o ministerio que no toca a nosotros. La falla de Samuel o de un pastor no es una excusa para pecar.

Y, ¡qué sorpresa! Apenas cuando Saúl acababa de ofrecer el holocausto,  ¡apareció Samuel! Yo sé que muchas veces es difícil esperar a Dios, pero es muy peligroso actuar con prisa.

Tres palabras que traicionan a Saúl

10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.

Saúl tiene muy buenas excusas, pero Dios no acepta nuestras excusas. ¿Qué harías tú?

Hay unas palabras aquí que revelan el problema en Saúl: “vi,” “me dije,” y “me esforcé.” Saúl está caminando por vista, y no por fe. No buscó a Dios ni buscó el consejo de ninguna otra persona. Muchas veces las apariencias son engañosas. Todas estas son circunstancias externas. Saúl parece religioso. Quiere el favor de Dios para ganar. Pero también teme a los filisteos.

“Me dije:” Saúl está pensando lógicamente, conforme a la lógica del mundo, pero no tiene la mente de Dios. Saúl nunca oyó de Dios.

“Me esforcé.” “Me vi obligado.” Se atrevió. Nosotros no tenemos las fuerza necesaria. Cuando hacemos algo en nuestra fuerza, en la carne, muy posiblemente va a fallar. Debe esforzarse en el Señor.

La iglesia no es una empresa; no funciona conforme a las normas del mundo. Siempre tenemos que acordarnos de que Cristo es la cabeza de su iglesia. Él es soberano y Él va a hacer lo necesario para liberarnos del enemigo. No podemos cambiar las normas que Dios nos ha dado para pastores o ancianos en la iglesia. Tenemos que guardar lo que Dios ha dicho en la Biblia.

Las consecuencias de su desobediencia

13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

Saúl tenía la oportunidad de ser el antepasado del Mesías; un reino para siempre sobre Israel. Esta es la primera indicación que a causa de su desobediencia iba a perder todo. Dios le dio otra oportunidad, en el capítulo 15, pero otra vez desobedeció al Señor. Dios sabe que somos humanos y cometemos errores. Pero es importante aprender de ellos, y no cometer el mismo error una y otra vez.

14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.

¡Hablar de desesperación! Su padre espiritual, su mentor, su conexión con Dios, le abandona, después de reprenderle, y darle las noticias que iba a perder su reino. Y el rey se queda con 600 hombres (de los 3000).

Eso puede pasar con una iglesia. Alguien llamado y ungido por Dios cae en pecado y pierde el apoyo de su concilio o denominación, pierde la mayoría de su congregación, y posiblemente la familia también. Un pastor necesita un buen corazón, un corazón conforme al corazón de Dios, y tiene que guardar la palabra de Dios.

16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. 17 Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, 18 otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.

A lo menos Saúl, su hijo, y sus pocos soldados están juntos. Pero ya tres escuadrones filisteos están avanzando contra ellos, y ahora Saúl se encuentra con otro problema muy grave, un resultado de otra decisión necia.

Un arreglo necio con el enemigo

19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. 20 Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21 Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. 22 Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.

Nadie – excepto Saúl y Jonatán – tenía espada o lanza. Había aceptado un arreglo con el enemigo para dejar a los filisteos todo el trabajo de hierro. Los filisteos les cobraron mucho. Por alguna razón Saúl no se levantó para decir: ¡Esto es ridículo! ¡Vamos a hacer armas! No se puede excusar a Saúl por su falla aquí. ¿Cómo se puede tener a un ejército sin armas?

¿Y tú? ¿Tienes tu espada? ¿Tienes armas? Hay veces cuando un pastor tiene la espada del Espíritu, mucho conocimiento de la Biblia, pero no capacita su congregación para la batalla. Una de las tareas más importantes de un pastor es enseñar a su iglesia como usar las armas del Espíritu; enseñar la Palabra de Dios, la Espada del Espíritu, y hacer disponible buenos recursos para prepararnos. Ya es tarde en el día de la batalla buscar una espada o un versículo en la Biblia para pelear con el diablo. Tenemos que prepararnos ahora.

A veces hacemos acuerdos necios con el enemigo. A veces un edificio o terreno puede parecer atractivo, pero puede ser un acuerdo con el diablo que resulta en muchos conflictos.

Lo que es muy triste en este capítulo es que Saúl tiene toda la culpa por este desastre. Varias veces tomó decisiones necias sin consultar a Dios. Despidió a la mayoría de sus soldados. Entregó la tercera parte de ellos a su hijo joven, quien actuó en presunción y provocó una guerra. Desobedeció el mandato de Dios. Un solo hombre puede tener un impacto muy grande, para bien o para mal.

Parece que no hay esperanza ninguna de una victoria aquí. Pero siempre hay esperanza con Dios. Tenemos que leer el próximo capítulo para ver el milagro de Dios.