Hechos 2: Un modelo de una iglesia llena del Espíritu

El objetivo de estos cuatro libros ha sido andar como Jesús anduvo. Ya hemos visto cinco errores que los apóstoles cometieron en los primeros días después de la ascensión de Jesucristo. ¿Son estos los hombres que van a transformar el mundo? Bueno, ya sabemos que les faltaba el ingrediente más importante: El Espíritu Santo, lo esencial para hacer posible caminar como Jesús. Quiero hacer una propuesta muy sencilla pero muy radical: ¿Por qué no seguimos el ejemplo de la iglesia primitiva? Es la base de este último libro de la serie: Tú también puedes hacer lo que hicieron estos creyentes. Claro que en aquellos días Dios quería establecer la iglesia, pero si lo hizo hace 2000 años, ¿por qué no puede hacer lo mismo hoy? ¿No hay aún más necesidad? Yo creo que sí.

Encontramos en Hechos 2 tres cosas que pueden transformar tu vida y tu iglesia por completo. La palabra que resume el capítulo es “sobrenatural;” es una obra soberana de Dios.  ¿Quieres una vida sobrenatural? ¿Crees que Dios puede, y quiere, moverse en tu vida sobrenaturalmente? Prepárate para algo poderoso.

Primer paso: Todos llenos del Espíritu

1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

Los discípulos obedecieron el mandato de Jesús del capítulo uno de esperar el poder del Espíritu Santo. Dios trabaja cuando estamos juntos, sometidos a obedecerle y con el mismo sentir y el mismo corazón. El hermano que no tenía ganas de ir al aposento alto esa mañana no recibió el Espíritu Santo

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Ésta fue totalmente una obra soberana de Dios, aunque ellos tenían su parte: estaban juntos, tenían una expectativa y estaban en oración. Pero no hicieron nada para facilitar estas lenguas; no había música especial ni un apóstol que orara por ellos.

Cuando Dios se mueve de esta manera es para todos, no solo para la gente más espiritual. La multitud que no estaba muy entregada a Cristo ya había abandonado a estos discípulos; los 120 restantes estaban comprometidos con Jesús.

  • El viento llenó toda la casa.
  • La lengua de fuego se asentó sobre todos los presentes.
  • Todos fueron llenos del Espíritu.
  • Todos hablaron en otras lenguas.

Dios tenía todo el control. Vino del cielo, como lenguas de fuego. El Espíritu Santo se apoderó de ellos y les daba que hablasen.

Lenguas

Un estudio en profundidad de lenguas es útil, pero no para este libro. Por alguna razón, hay mucha controversia acerca de este don. Muchos que quieren hablar en lenguas no las reciben. Algunos dicen que es el signo esencial del bautismo del Espíritu, basado en parte en estos versículos, pero la Biblia nunca dice que es el único signo. Pablo dice que él hablaba en lenguas más que todos, y desea que todos hablasen en lenguas (1 Corintios 14:5 y 18). El problema en Corinto fue que un don que Dios nos dio para facilitar la comunicación con Él se convirtió en una fuente de orgullo, y los cultos en Corinto eran caóticos, con todos hablando en lenguas a la vez. Pablo dice que son lenguas angelicales, y tenemos que orar en español (con la mente), y también con el Espíritu, en lenguas (1 Corintios 14:14-15). Es un lenguaje de oración; cuando no sé cómo orar, el Espíritu ora por mí.

He visto mucha manipulación para ayudar a la gente hablar en lenguas, como instrucciones para repetir “alaba” rápidamente. A veces, si la persona supuestamente habla en lenguas una vez, dicen “qué bueno, recibió el bautismo.” ¡Y puede que nunca vuelva a hablar en lenguas! Es muy común tener dudas al principio si es de Dios o no. Como cualquier idioma, debes practicar y desarrollar este lenguaje.

El bautismo del Espíritu

Lo importante aquí no son las lenguas sino el bautismo del Espíritu Santo. ¿Qué podemos decir acerca de este bautismo?

  • Es bíblico. Es la promesa del Padre y de Jesucristo. Él dijo que no nos dejaría huérfanos, sino que vendría a nosotros (Juan 14:18).
  • A veces es un derramamiento soberano, pero a menudo tenemos que pedirlo: Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» (Lucas 11:13) ¡Dios quiere darte su Espíritu! ¡Pídele por ello!
  • Para experimentar la vida de la iglesia primitiva, este bautismo es esencial.
  • A menudo es una experiencia poderosa que hace que pierdas el control de tu lengua y alabes a Dios y ores en otras lenguas.

Yo recibí el bautismo solo. Estaba leyendo un libro llamado Poder en Alabanza, y empecé a alabar a Dios en inglés. De repente estaba alabando en otra lengua y sentí como olas cubrirme con el amor y la presencia de Dios. Mi vida fue transformada:

  • Pasé mucho tiempo en oración y adoración.
  • La Biblia cobró vida para mí.
  • Dios me dio muchas oportunidades para testificar de mi fe.
  • El Espíritu me dio poder para vencer la tentación y el pecado.

Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

¿Lenguas conocidas?

Dios derramó su Espíritu justo a tiempo: Gente de todas las naciones estaba en Jerusalén para la fiesta de Pentecostés (la Fiesta de Semanas). Desde ese Aposento Alto se podían oír la bulla en toda la ciudad. No tenían que anunciar el culto, pagar publicidad o rogar a la gente que viniera.

Yo creo que hubo dos milagros ese día: en la lengua de los creyentes, y en los oídos de los demás. Muchos han dicho que los discípulos estaban hablando en lenguas conocidas, de todos estos países. Pero tres veces dice “les oímos hablar;” por esa razón estaban confusos y atónitos. Se puede hacer un experimento sencillo: Toma 120 personas, hablando lo suficientemente alto para atraer a una multitud. Aquí él menciona 15 grupos distintos; si 120 personas hablan 15 idiomas a la misma vez, no se puede entender nada. Dios realizó un milagro de traducción para cada persona.

12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.

El mundo quedará atónito y perplejo cuando vea una iglesia llena del Espíritu. Estamos tan alegres y bajo la influencia del Espíritu que parecemos embriagados.

El primero de los tres pasos importantes en este capítulo es esperar y buscar el bautismo del Espíritu Santo.

Segundo paso: Predicar el Evangelio

Alguien tiene que explicar a la gente lo que está sucediendo. Dios bautizó a los creyentes soberanamente. Nadie les impuso las manos, predicó u oró por ellos. Dios puede dar el mensaje de salvación a alguien en sueños, pero casi siempre Él usa a nosotros. Dios nos llama a evangelizar. ¡Sería un gran pecado no decir nada a toda esta gente reunida!

El segundo punto es salir bajo la unción del Espíritu para predicar el evangelio, con la expectativa de que Dios quiere salvar a muchos. No es sorprendente que ese día fue Pedro, el líder de los discípulos, quien predicó.

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

Este es el mismo Pedro que hace unos 53 días negó conocer a Jesús por temor a los judíos. Unas dos semanas atrás estaba listo para tirar la toalla y volver a su vida vieja; fue a pescar. Pero ahora está lleno del Espíritu y denuedo, y predica con unción.

La profecía de Joel cumplida

15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;

18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;

20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;

21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Pedro predica de la Palabra de Dios. Nuestra predicación tiene que ser de la Biblia. Pedro cita una profecía de Joel, que también se aplica a nosotros:

  • Es algo nuevo y muy especial para estos días postreros: Dios derramará su Espíritu sobre toda carne. En el Antiguo Testamento solo unos pocos reyes o profetas recibieron el Espíritu; ahora es para cada creyente.
  • La profecía, las visiones y los sueños deben ser parte de nuestra experiencia. Dios quiere revelarse y comunicarse con nosotros.

22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

David profetiza al Mesías

Otra vez Pedro vuelve a las Escrituras, citando un Salmo escrito por el amado rey David:

25 Porque David dice de él:
Veía al Señor siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

26 Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua,
Y aun mi carne descansará en esperanza;

27 Porque no dejarás mi alma en el Hades,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

28 Me hiciste conocer los caminos de la vida;
Me llenarás de gozo con tu presencia.

29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,

35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

¿Qué observamos acerca de su prédica? ¿Cómo se compara con la nuestra?

  1. Fue muy sencilla; hoy queremos una predicación muy compleja e impresionante.
  2. El enfoque es Jesucristo; él exalta a Jesús. Hoy es común exaltarse a sí mismo y entretener a la gente. Muchas veces me pregunto: ¿Dónde está Cristo en este mensaje?
  3. Él predica la Biblia y explica lo que dice la Biblia; hoy escucho a muchos que citan un verso de la Biblia y luego ni siquiera mencionan la Biblia.
  4. No es una predicación muy larga; actualmente hay muchos sermones muy largos.
  5. No tiene temor; habla sobre la culpabilidad de los judíos. Muchos pastores de hoy tienen temor de hablar sobre temas delicados como el pecado y la santidad.

Así son los grandes evangelistas; no traen una revelación nueva, sino que hablan con la unción del Espíritu, y el Espíritu hace toda la obra. Pedro no tiene que rogarles; el Espíritu está trabajando en sus corazones.

37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

¿Cómo se debe responder al mensaje?

¿Qué tenemos que comunicar a alguien que quiere aceptar a Cristo y ser salvo? ¿Qué tiene que hacer?

  • Arrepentirse
  • Bautizarse y recibir el perdón del pecado
  • Esperar que sin duda recibirá el don del Espíritu Santo

No habla de prosperidad, de todas las bendiciones o de cómo Dios va a solucionar todos sus problemas, sino del arrepentimiento, el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu.

41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.

Dios sabe que los apóstoles están preparados para que la iglesia crezca y cuide a todos estos nuevos creyentes. En un solo día la iglesia creció de 120 a tres mil. ¿Es posible hoy? ¿Por qué no? Cuando el Espíritu tiene toda la libertad, debemos ver muchas conversiones. No tenemos que atraer a cristianos de otras iglesias, Dios va a añadir nuevos creyentes. Es una gran responsabilidad cuidar tantos nuevos, y esa es la tercera parte. No queremos perder la cosecha. No queremos decisiones, sino discípulos; Jesús nos mandó hacer discípulos.

42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Tercer paso: Un compañerismo sobrenatural

Aquí hay cuatro características muy importantes de una iglesia llena del Espíritu:

  • Perseveran en la sana doctrina de las Escrituras. Enseñan, predican y estudian la Biblia.
  • Disfrutan de una comunión dulce entre ellos.
  • Comparten la santa cena para recordarse que Jesús es el centro de la iglesia. Puede incluir compartir una comida.
  • Oran juntos.

43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

La naturaleza de la iglesia es sobrenatural: Maravillas, señales, liberaciones y sanidades deberían ser una parte normal de nuestra experiencia. Cuando Dios empieza a liberar adictos y endemoniados, cuando Él sana a gente conocida en la comunidad, la noticia se difundirá rápidamente. Y cuando Dios se manifiesta así, hay un temor que sobreviene a la gente; saben que el Dios vivo está allí, y respetan a los creyentes.

44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

Esta es una comunión radical: Tenían en común todas las cosas. Había igualdad entre los hermanos. Los más ricos vendían sus propiedades y compartieron con los necesitados, dentro y fuera de la iglesia. Nadie tenía necesidad. Ya esas cosas materiales ya no importan mucho; ¡Cristo es toda su vida! Esto es muy radical, y algo que se ve muy poco hoy.

Cuando el Espíritu nos llena, queremos estar con nuestros hermanos. No solo los domingos y entre semana, sino que estaban juntos toda la semana.

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

¿Qué más registra este capítulo sobre una iglesia viva y sana y llena del Espíritu?

  • Se reunían cada día. En la universidad y en la prisión, yo vi la gran diferencia que las reuniones diarias hacían en la iglesia. Un par de horas en la iglesia los domingos no es suficiente para sostener la vida cristiana.
  • Perseveraban unánimes. No había división ni contiendas. Mantenían la unidad que proviene de compartir el mismo Espíritu. No es algo que podamos fabricar.
  • También compartían comidas en las casas.
  • Sus vidas se caracterizaron por la alegría y la sencillez de corazón.
  • Alababan a Dios.
  • Tenían el favor de todo el pueblo, dentro y fuera de la iglesia. Eran conocidos por su honestidad, sinceridad y generosidad.
  • Esa vida atrae a la gente. Todo esto es poderoso. Cada día el Señor añadía más gente a la iglesia.

¿No es lo que nosotros queremos también en nuestras iglesias?

¡No caigas de nuevo en la ley!

Ahora, hay algo muy importante que fácilmente puede destruir una iglesia. No podemos programar estas cosas. No planeamos reuniones en las casas y obligamos a todos a participar. No llenamos una agenda de cultos diarios. No presionamos a nadie para que venda su casa u ofrende. Esa es la ley. Ese es el Antiguo Testamento. Todo tiene que fluir del Espíritu. Cuando estamos llenos del Espíritu, estas cosas suceden naturalmente. Queremos orar con nuestros hermanos. Anhelamos más tiempo con ellos. Dios trae gente a nosotros para testificarles.

¿Cómo es tu experiencia? ¿Similar a lo que vemos en este capítulo? ¿O te recuerda lo que experimentaste hace muchos años? Si no, ¿podría explicar por qué la iglesia es aburrida para ti y a veces tienes dudas sobre si Dios es real? ¿Puede Hechos proveer un modelo para tu vida y tu iglesia?

 

Cambio: Una reflexión para un año nuevo

Seis mil, seiscientos, treinta y ocho millas (10,682 kilómetros). Ese fue un viaje que hicimos una vez en carro, de Nueva York a la costa oeste de los Estados Unidos. De camino pasamos momentos maravillosos con amigos y familiares. Yo noté la misma cosa en cada lugar: Todos están bregando con dolor, pérdida, o tribulación. Pasamos tiempo en casas preciosas. En muchos casos, todo parecía perfecto. De sus cartas y mensajes en Facebook sus vidas parecen llenas de puras bendiciones. Pudiera haber sido enterrado muy adentro, pero después de unas horas platicando (o tal vez por la mañana siguiente), algo profundo saldría.

¿Es que nosotros somos parte de un círculo de personas disfuncionales? ¿O es posible que la condición humana implica sufrimiento y lucha? ¿Has mirado a tu alrededor, tal vez en la iglesia, y te has preguntado por qué todos parecen tan victoriosos? ¿Eres el único que no tiene una familia perfecta? ¡Si ellos solo supieran tus luchas! ¡Si tú solo supieras las de ellos! Mi conclusión después de treinta y cinco años en el ministerio es que el cristiano-siempre-victorioso, caminando en las nubes, es una ilusión. Es raro encontrar a alguien que tiene todo  perfecto, a menos que están muy fuera de contacto con la realidad.

Y eso me lleva al punto de este mensaje para un nuevo año. La tradición es hacer resoluciones, identificando algo que deseamos cambiar. Para muchos son una broma, porque se supone que casi nadie realmente puede cambiar. Pero yo creo que el cambio es algo que Dios quiere para nosotros, y así te ofrezco estas sugerencias:

  • Separa un tiempo para reflexionar sobre en el año pasado. Identifica áreas de victoria, alegría, y crecimiento. Son regalos – probablemente mejor que cualquier regalo que recibes para Navidad. Da gracias a Dios por ellos. Entonces, examina tu corazón y haz una lista de áreas de dolor y lucha.
  • Marca las cosas que no puedes cambiar. Piénsalo bien; puedes descubrir que tienes más poder que creías para cambiar las cosas, pero habrá otras cosas donde tu influencia es limitada. Por ejemplo, si estás luchando en tu matrimonio, habrá cambios que tú puedes hacer para mejorar la relación. Sin embargo, a fin de cuentas, tú no puedes controlar tu cónyuge, ¡y no es una opción cambiar para un nuevo cónyuge! Reconoce las cosas que estén fuera de tu control, y renuncia tus intentos inútiles y frustrantes para controlarlas. Entonces reconoce que Dios es soberano y Él tiene el control, aunque no manipula a la gente como pudieras querer. En ayuno y oración, entrega a Dios esas cosas fuera de tu control, confiando que Él puede cambiarlas.

 

  • Prepara una lista de las cosas que puedes cambiar, y ora acerca de los cambios que Dios quiere que tú haces. Mejorar tu dieta y condición física es obvio. Pero cambiar una situación difícil en tu iglesia o trabajo no sea tan obvio. ¿Debes salir de la iglesia? ¿O te está llamando Dios a permanecer allí y ser un agente de cambio? En oración, decide cual cambio tiene prioridad. ¡Ten cuidado con el desánimo! ¡No se puede cambiar todo a la vez! Selecciona uno o dos, y en oración entrega el resto a Dios. Luego pídele que te muestre cómo hacer los cambios necesarios.

 

  • Mantén un diario. Te ayuda ser honesto y darse cuenta de tus éxitos y fracasos para tomar los pasos audaces (y difíciles) para cambiar tu vida. Me gusta leer lo que escribí veinte años atrás en mis diarios. A veces es un doloroso recordatorio de lo poco que he cambiado durante esos años. En otras ocasiones, puedo regocijarme en un cambio significativo, aunque sucedió tan lentamente que ni siquiera era consciente de ello.

 

  • ¡No seas muy duro contigo mismo! Ni aun lo recordé, pero en mis veinte me puse un plazo para tener mi vida en orden cuando llegué a los cincuenta años. Me deprimí cuando me di cuenta de que todavía yo no era perfecto. Ahora, cuando hablo con gente mayor, veo que nunca vamos a «llegar» mientras que estamos en esta tierra. La vida es un proceso de aprendizaje continuo. Las batallas y tentaciones cambian, pero apenas cuando piensas que tienes todo resuelto, la vida te envía una nueva bola curva. Si puedes ver la vida como una aventura con Dios que te prepara para la eternidad, puede ser más fácil para manejar.

 

  • Aprovéchate de todos los medios de gracia. ¡Necesitas toda la ayuda posible! ¡El Espíritu de Dios sabe mejor que nadie como transformar tu vida! Camina en la plenitud del Espíritu, llenando tus pensamientos con la Palabra y adoración. Ora continuamente y mantén comunión con otros creyentes. Mirar la televisión o pasar horas en el Internet pueden ser entretenidos, pero no sirve para facilitar el fluir del Espíritu.

 

  • Es una bendición de Dios tener a alguien dispuesto a ayudarte ser honesto. Puede ser tu cónyuge, aunque a menudo es mejor tener a alguien que no está tan invertido en tu vida. Si no tienes a nadie, pídele a Dios que te de alguien, mantén los ojos abiertos a las posibilidades, y no tengas miedo de pedir ayuda de alguien.

Es fácil caer en una rutina, especialmente a medida que envejecemos. Dichos como «No se puede enseñar a un viejo perro nuevos trucos» comunican a gente mayor que ellos no pueden cambiar. Es cierto que es más difícil cambiar algo que ha sido parte de tu vida para muchos años. Tenemos muchos mecanismos de afrontamiento que nos permiten vivir con nuestras disfunciones. Quizá ya sea tiempo para desmantelar algunos y abrazar algo nuevo que Dios tiene para ti. Han dicho que las siete últimas palabras de la iglesia son «Nunca lo hicimos de esa manera antes.» Ese era el problema de los líderes religiosos judíos en rechazar a Jesús, ¿verdad? Los cambios que trajo Jesús eran demasiados radicales y amenazantes. ¡No caigas en el mismo error!

Un ejemplo del peligro de resistir el cambio

Encontré esta carta, que al parecer es auténtica, enviada del gobernador del estado de Nueva York al presidente de los Estados Unidos. Es un gran ejemplo de cómo resistir el cambio y así perder la oportunidad de algo nuevo que Dios tiene para nosotros:

31 de enero 1829

Presidente Jackson;

El sistema de canales de este país está siendo amenazado por la propagación de una nueva forma de transporte conocido como ferrocarriles. El gobierno federal debe preservar los canales por los siguientes motivos:

Uno, si los barcos son suplantados por los ferrocarriles, resultará un grave desempleo. Los capitanes, cocineros, conductores, mozos, y técnicos se quedarán sin medios de subsistencia, junto con los numerosos agricultores no empleados en el cultivo de heno para los caballos.

Dos, constructores de barcos sufrirán y los responsables de transporte por cadenas, látigo, y arneses se quedarán en indigencia.

Tres, los barcos del canal son absolutamente esenciales para la defensa de los Estados Unidos. En el caso de guerra con Inglaterra, el Canal de Erie sería el único medio por el que alguna vez pudiéramos mover los suministros tan vitales para hacer la guerra moderna.

Como usted bien sabe, señor Presidente, vagones de ferrocarril se tiran a la enorme velocidad de quince millas (24 km) por hora por los motores que, además de poner en peligro la vida y la integridad física de los pasajeros, rugen y esnifan su camino a través del campo, prendiendo fuego a los cultivos, y asustando a los animales, a las mujeres, y a los niños. El Todopoderoso ciertamente nunca tuvo la intención de que la gente debe viajar a una velocidad tan vertiginosa.

Atentamente,
Martin Van Buren
Gobernador de Nueva York

Qué bueno que gente más sensata, que estaban abiertos al cambio, prevalecieron, y hoy tú no estás viajando en caballos y barcazas. El argumento sonaba muy convincente en el momento. Un hombre inteligente como Van Buren (que llegó a ser presidente) lo creía, y aun clamó a Dios para respaldarle. ¿Estás resistiendo los cambios necesarios en tu vida, tu familia, o tu iglesia? Sabemos que están presionando la iglesia a hacer algunos cambios que tenemos que resistir, porque van contra la Palabra inmutable de Dios. Pero ten cuidado de ser dogmático acerca de algo que no es claramente bíblico.

Una escritura para un nuevo año: Romanos 8:28-30

La vida no es fácil. De hecho, puede ser abrumador. Tenemos que entregar a Dios un montón de cosas que están fuera de nuestro control. Pero suceden milagros, y Dios te ayudará hacer cambios para ser más como Cristo; ese es su propósito para ti. Muchas veces Dios me ha dado una Escritura para guiarme a través de un período de mi vida. Si no tienes ninguno en este momento, te ofrezco versículos 28-30 de Romanos 8. Todo el capítulo es uno de los más ricos de la Biblia, pero estos versículos en particular se aplican a este tema del cambio:

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.  Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.  A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.

El Dios que no cambia siempre está provocando cambios: Él te llama, está trabajando arduamente a conformarte a la imagen de Jesús, y Él te glorificará.

Versículo 28 es una promesa bíblica favorita, pero hay una condición importante: es para aquellos que aman a Dios y son llamados conforme a su propósito. No son las cosas que te ayudan a bien, como implica la Reina Valera. Dios utiliza todo para tu beneficio, aunque muchas de las cosas pueden ser malas. Ellas mismas pueden servir para tu destrucción en lugar de tu bien, pero Dios es capaz de redimir siquiera a ellas.

Algunos puntos claves de estos versos:

  • Amar a Dios es el primer mandamiento, y entonces el amor para los demás. ¿Cómo está tu amor? Intenta a ser un hombre o mujer de amor en el nuevo año. Dios puede poner a personas antipáticas en tu camino para enseñarte a amar. ¡Ellos aun puede hacerlo difícil para amar a Dios mismo! Si estás caminando en el amor, todo lo demás será mucho más fácil.

 

  • Si estás leyendo esto, probablemente Dios te ha llamado. No fue por casualidad que Él te llamó. Dios tiene un propósito específico para tu vida. ¿Sabes lo que es? Parte del cambio de este año puede ser descubrir y comenzar a caminar en ello. Deja las cosas que no te ayudan, y dedica más tiempo y energía al desarrollo de lo que Dios sabe te satisfacerá de verdad.

 

  • No será fácil, pero decide a aceptar todo lo que viene a tu vida como permitido por un Dios soberano que te ama. No siempre entiendes cómo Él pudiera utilizarlo para tu bien, pero confía en Él y lo que dice su palabra. Mira cómo ves la mano de Dios trabajar activamente en cada circunstancia y espera que algo bueno saldrá de cada una.

 

  • El cambio puede sentir arriesgado o temeroso. Hay gran seguridad en saber que Dios te conoció de antemano. Te formó, ya sabe todo sobre ti, y tiene un futuro increíble para ti.

 

  • Ese futuro tiene que ver con relación: En primer lugar, y lo más impresionante, a tu «hermano mayor» Jesucristo, sino también a una gran familia de hermanos y hermanas. Puede ser difícil relacionarse con otros. Puede parecer más fácil dedicarte al trabajo u otras cosas, pero el cambio profundo viene en relación con otros.

 

  • El propósito principal de Dios es conformarte a la imagen de Jesús. Eso significa un cambio radical, ya que la mayoría de nosotros tenemos un largo camino por recorrer antes de ser como Cristo. De hecho, no vamos a ser completamente como Él hasta que lo vemos cara a cara. ¿Quieres ser como Jesús? ¡Entonces prepárate para que los cambios comiencen!

 

  • A veces, pensando en los cambios necesarios y lo lento que suceden, caemos en auto-condenación. Por medio de Jesucristo (tu abogado), Dios Padre (el juez) te ha justificado. Eso significa que te declaró no culpable. Eres perdonado de todos sus pecados. ¡Regocíjate en esa libertad!

 

  • Dios comenzó la buena obra en ti, y es fiel para terminar lo que comenzó (Filipenses 1:6). Aunque te puede parecer increíble, tú serás glorificado. Recuérdate del futuro hermoso que Dios tiene para ti con Él, por toda la eternidad. ¡Recibe nueva esperanza y nuevas fuerzas!

¡Prepárate para una gran aventura en el nuevo ano! ¡Dios está contigo!

1 Samuel 14: Un verdadero hombre

Este capítulo nos presenta con un cuadro de un verdadero hombre, un verdadero líder. Alguien muy diferente de su padre, Saúl. No es sorpresa que su mejor amigo era David.

1 Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.

Supimos del capítulo 13 que Jonatán tenía a mil soldados en su carga. El provocó esta guerra cuando presuntuosamente atacó una guarnición de los filisteos. Es un buen muchacho, pero no ha estudiado la guerra y no tiene mucha experiencia. Lo que tiene, como muchos jóvenes, es mucha energía, mucho deseo de conquistar y demostrar su virilidad, y muchos celos para las cosas de Dios.

Jonatán provocó esta guerra, y sabe que su padre se queda con solo 600 hombres, y está muy desanimado. Casi todo el ejército se ha escondido o ha huido. Tal como David con Goliat, nadie más va a hacer nada; le toca a Jonatán. Pero no incluye a los otros soldados en su carga. Lo hace a escondidas, por la noche, y solo con su paje de armas. Y no dice nada a su padre. ¿Por qué? Porque Jonatán sabe que su padre diría que “no.” Igual como Saúl dijo a David que no puede pelear con Goliat. Saúl no tiene ninguna solución o esperanza, pero tampoco quiere dejar a otro hacer algo grande para Dios.

¡Qué triste cuando un pastor socava los intentos de los hombres de Dios para hacer proezas para el Señor! Esos guerreros hacen las cosas secretamente porque tienen temor que el pastor va a enojarse o detener lo que el Señor ha puesto en su corazón.

Lo mismo pasa muchas veces en la familia. El hijo sabe que papá va a decir no; que no le permitirá hacer lo que quiere hacer. El padre puede tener mucha razón – o no. A veces los padres operan de temor – no permiten algo porque temen que el muchacho va a lastimarse. Joven – es importante comunicar con tus padres y no hacer algo a escondidas. Y madre y padre – es importante mantener una comunicación abierta y aceptar que Dios puede trabajar por medio de tus hijos también.

Y Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres. Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.

Esto es increíble. Es un retrato muy vívido de las diferencias entre padre e hijo. Mientras que Jonatán se levanta en el poder de Dios para defender su pueblo, su padre está sentado debajo de un granado. Al extremo; lejos de la batalla. Estaba metido en una religiosidad muerta. Este sacerdote era el nieto del hijo maligno de Elí. Parece que él también era un sacerdote impío. No depende de una relación viva con Dios, sino del efod, un vestido del sacerdote que creían que ganara favor con Dios. Saúl ni aun se da cuenta de que Jonatán se fue. Está fuera de contacto con la realidad.

Gracias a Dios por los muchos pastores que están en el campo de batalla y tienen el corazón de Jonatán y David. Pero por desgracia también hay algunos como Saúl; sentados frente al televisor, escondidos en el templo, o metidos en una religión de tradición y rituales. Pablo dice que tienen la apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella. Pueden estar tan fuera de contacto con sus familias y sus congregaciones que un hermano de la iglesia o un hijo puede irse y no se dan cuenta de ello.

Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa. Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

Jonatán era un hombre de fe audaz. Está listo para arriesgar su vida para la gloria de Dios. No queremos probar a Dios, pero él tiene una perspectiva sana, la misma que tuvo David frente a Goliat: Ellos son incircuncisos; no conocen a Dios. Nosotros somos hijos del Rey. Esa autoimagen correcta es muy importante. Hace la diferencia entre el temor y cobardía de Saúl, y la fe y valentía de Jonatán y David.

A pesar de su juventud, Jonatán tiene mucha madurez en cómo se acerca a la situación: Él reconoce que Dios es soberano. La verdadera fe no es presuntuosa. No simplemente declaramos algo, como si fuésemos nosotros quienes mandamos. Si Dios lo hace o no, es su decisión. Pero Jonatán se hace disponible; se pone en un lugar donde Dios puede hacer un milagro, y confía en Dios para protegerlo.

Es tentador quedarnos en el campamento bajo el granado y lamentar la situación del mundo y posiblemente orar por un avivamiento. O podemos salir a la calle con la Biblia y esperar en Dios para puertas abiertas para predicar y testificar del poder de Dios.

Jonatán también sabe que los números no importan mucho a Dios. No hay nada difícil para Dios. No importa que su papá perdió casi todo el ejército. No importa que solo son dos que no tiemblan con temor. No hay nada difícil para Dios. A veces Él usa muchos, pero puede hacer milagros con un solo hombre. Hay mucho poder en la oración de dos creyentes unidos en el Espíritu.

Es fácil para una iglesia perder ánimo cuando no crece y se ve a las iglesias megas en la tele. Es fácil para un pastor creer que está fallando si tiene una iglesia pequeña. Es cierto que, en general, por naturaleza el reino crece. Pero no siempre. El pastor que está preocupado con números puede pensar más en como entretener y agradar a la gente que en obedecer a Dios. No desprecies el día de pequeños comienzos. Dios puede transformar una ciudad con una iglesia pequeña.

El pastor tiene que modelar una fe saludable en Dios. No para mandar a Dios, sino para confiar en la soberanía de Dios, someterse a su señorío, y ponerse en un lugar donde Dios puede usarlo.

Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad. Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 10 Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.

Un verdadero varón de Dios inspira a otros hombres. Quieren acompañarle y apoyarle. No actúa solo. Pablo siempre tenía a un compañero. Jesús andaba con sus discípulos. Él dijo que cuando hay dos o más reunidos en su nombre Él está presente entre ellos. Que gran bendición oír esas palabras de un hermano: “estoy contigo.” ¡Cuánto se alegra el corazón de un pastor oír esas palabras! Por desgracia, hay muchos pastores solitarios. No saben cómo compartir sus vidas y sus ministerios con otros. No quieren que nadie vea ninguna debilidad o defecto en ellos. Un pastor necesita a un paje de armas. El necesita a alguien que le diga: Haz todo…   ¿Tienes la voluntad para decir eso a un pastor? ¿Has tenido a un paje de armas? ¿Puedes ser ese paje de armas para alguien?

Jonatán anda paso a paso en fe. Como Gedeón, él pone un “vellón de lana” y le da la oportunidad a Dios para abrir o cerrar la puerta. Él está abierto a la voluntad de Dios, pero se pone en un lugar donde Dios puede usarlo. Jonatán ha aprendido a discernir las señales que Dios nos da. Sabe que la batalla es de Dios, y Él puede entregar todo un ejército en sus manos. Si Jonatán no tiene cuidado, si no escucha y observa bien, o si actúa con prisa, puede morir. Posiblemente Jonatán aprendió de esta guerra que él provocó, y ahora espera una confirmación de Dios.

¿Sabes cómo discernir señales de Dios? ¿Esperas en Dios para una confirmación antes de actuar? Un pastor debe ayudar a su congregación discernir las señales y entrar en la batalla cuando Dios lo manda.

11 Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido. 12 Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel.

Es una amenaza: “Os haremos saber una cosa.” Un hombre temeroso se olvidaría de su llamado y huiría. Pero Jonatán estaba firme en su fe y recibe esas palabras como una señal para subir a la batalla.

Vendrán amenazas y palabras fuertes del enemigo. El pastor tiene que estar firme en su fe y seguir adelante a pesar de todas esas amenazas. ¿Hay algo que el Señor te ha llamado a hacer? Puede ser que tomaste el primer paso, pero el enemigo se mofó de ti, y retiraste. No permitas que el diablo te intimide.

13 Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. 14 Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. 15 Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.

Con un paso de fe y obediencia de parte de Jonatán,  Dios se levanta poderosamente y manda un pánico y un temblor al enemigo.

Dios está esperando para hombres y mujeres de fe como Jonatán para derribar las fuerzas de maldad. Hay muchas personas dispuestas, pero ocupan a un líder como Jonatán para inspirarlos y guiarlos.

16 Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha. 17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas.

Saúl casi no pudo creer que uno de los suyos fuese responsable para esta turbación. Otra vez vemos que Saúl no estaba proporcionando mucha cobertura o supervisión a su hijo. Lástima que muchos hijos carecen de la presencia y el apoyo de su padre. Incluso a veces el hijo del pastor. Él ministra a toda la congregación, pero puede ignorar a su propio hijo.

18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.

Saúl todavía está con su religión. En vez de moverse con el Espíritu y entrar en la batalla, quería traer el arca, tener un culto, pasar un día en ayuno, y seguir todas sus tradiciones antes de entrar en la batalla. ¡Pero entonces estaría muy tarde! Y no se nota ningún amor ni cuidado por el bienestar de su hijo.

20 Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran confusión.

Llegan tarde, pero llegan a la batalla. ¿Te acuerdas que solo Saúl y Jonatán tenían espadas (1 Samuel 13:19-23)? Pues, a pesar de la estupidez de ese arreglo con los filisteos, Dios hace todo lo necesario para remediar la situación. ¡La espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero! ¡Estaban matándose unos a otros! ¡Dios mandó una terrible confusión a todo el campamento de los filisteos! ¡La batalla es de Dios! ¡No hay nada difícil para Él!

21 Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, se pusieron también del lado de los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán. 22 Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, también ellos los persiguieron en aquella batalla. 23 Así salvó Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.

¡En la cuestión de unas horas todo cambió completamente! Algunos hebreos se habían juntado con los filisteos, pero ahora vuelven a sus paisanos. Otros que se habían escondido también aparecieron.

Es algo parecido a lo que he observado en unas iglesias. Cuando no hay un buen liderazgo, algunos hermanos van a otras iglesias. Otros se quedan escondidos en sus casas con la televisión. Pero cuando Dios manda un varón de Dios y el Señor hace milagros, de repente aparecen de nuevo.

La batalla de verdad es de Dios. La victoria es muy grande. Yo oigo a muchos que quieren experimentar más del Espíritu de Dios. Si tú quieres ver el poder de Dios y ser lleno de su Espíritu, sube a la batalla. Muchos se quedan en la iglesia, orando y esperando para un mover de Dios. Eso es bueno. Pero a veces estamos bajo un granado como Saúl, y Dios está en la calle, en la prisión, en el campo de batalla. ¿Quieres ser un Saúl? ¿O un Jonatán?