Hechos 2: Un modelo de una iglesia llena del Espíritu

El objetivo de estos cuatro libros ha sido andar como Jesús anduvo. Ya hemos visto cinco errores que los apóstoles cometieron en los primeros días después de la ascensión de Jesucristo. ¿Son estos los hombres que van a transformar el mundo? Bueno, ya sabemos que les faltaba el ingrediente más importante: El Espíritu Santo, lo esencial para hacer posible caminar como Jesús. Quiero hacer una propuesta muy sencilla pero muy radical: ¿Por qué no seguimos el ejemplo de la iglesia primitiva? Es la base de este último libro de la serie: Tú también puedes hacer lo que hicieron estos creyentes. Claro que en aquellos días Dios quería establecer la iglesia, pero si lo hizo hace 2000 años, ¿por qué no puede hacer lo mismo hoy? ¿No hay aún más necesidad? Yo creo que sí.

Encontramos en Hechos 2 tres cosas que pueden transformar tu vida y tu iglesia por completo. La palabra que resume el capítulo es “sobrenatural;” es una obra soberana de Dios.  ¿Quieres una vida sobrenatural? ¿Crees que Dios puede, y quiere, moverse en tu vida sobrenaturalmente? Prepárate para algo poderoso.

Primer paso: Todos llenos del Espíritu

1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.

Los discípulos obedecieron el mandato de Jesús del capítulo uno de esperar el poder del Espíritu Santo. Dios trabaja cuando estamos juntos, sometidos a obedecerle y con el mismo sentir y el mismo corazón. El hermano que no tenía ganas de ir al aposento alto esa mañana no recibió el Espíritu Santo

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Ésta fue totalmente una obra soberana de Dios, aunque ellos tenían su parte: estaban juntos, tenían una expectativa y estaban en oración. Pero no hicieron nada para facilitar estas lenguas; no había música especial ni un apóstol que orara por ellos.

Cuando Dios se mueve de esta manera es para todos, no solo para la gente más espiritual. La multitud que no estaba muy entregada a Cristo ya había abandonado a estos discípulos; los 120 restantes estaban comprometidos con Jesús.

  • El viento llenó toda la casa.
  • La lengua de fuego se asentó sobre todos los presentes.
  • Todos fueron llenos del Espíritu.
  • Todos hablaron en otras lenguas.

Dios tenía todo el control. Vino del cielo, como lenguas de fuego. El Espíritu Santo se apoderó de ellos y les daba que hablasen.

Lenguas

Un estudio en profundidad de lenguas es útil, pero no para este libro. Por alguna razón, hay mucha controversia acerca de este don. Muchos que quieren hablar en lenguas no las reciben. Algunos dicen que es el signo esencial del bautismo del Espíritu, basado en parte en estos versículos, pero la Biblia nunca dice que es el único signo. Pablo dice que él hablaba en lenguas más que todos, y desea que todos hablasen en lenguas (1 Corintios 14:5 y 18). El problema en Corinto fue que un don que Dios nos dio para facilitar la comunicación con Él se convirtió en una fuente de orgullo, y los cultos en Corinto eran caóticos, con todos hablando en lenguas a la vez. Pablo dice que son lenguas angelicales, y tenemos que orar en español (con la mente), y también con el Espíritu, en lenguas (1 Corintios 14:14-15). Es un lenguaje de oración; cuando no sé cómo orar, el Espíritu ora por mí.

He visto mucha manipulación para ayudar a la gente hablar en lenguas, como instrucciones para repetir “alaba” rápidamente. A veces, si la persona supuestamente habla en lenguas una vez, dicen “qué bueno, recibió el bautismo.” ¡Y puede que nunca vuelva a hablar en lenguas! Es muy común tener dudas al principio si es de Dios o no. Como cualquier idioma, debes practicar y desarrollar este lenguaje.

El bautismo del Espíritu

Lo importante aquí no son las lenguas sino el bautismo del Espíritu Santo. ¿Qué podemos decir acerca de este bautismo?

  • Es bíblico. Es la promesa del Padre y de Jesucristo. Él dijo que no nos dejaría huérfanos, sino que vendría a nosotros (Juan 14:18).
  • A veces es un derramamiento soberano, pero a menudo tenemos que pedirlo: Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!» (Lucas 11:13) ¡Dios quiere darte su Espíritu! ¡Pídele por ello!
  • Para experimentar la vida de la iglesia primitiva, este bautismo es esencial.
  • A menudo es una experiencia poderosa que hace que pierdas el control de tu lengua y alabes a Dios y ores en otras lenguas.

Yo recibí el bautismo solo. Estaba leyendo un libro llamado Poder en Alabanza, y empecé a alabar a Dios en inglés. De repente estaba alabando en otra lengua y sentí como olas cubrirme con el amor y la presencia de Dios. Mi vida fue transformada:

  • Pasé mucho tiempo en oración y adoración.
  • La Biblia cobró vida para mí.
  • Dios me dio muchas oportunidades para testificar de mi fe.
  • El Espíritu me dio poder para vencer la tentación y el pecado.

Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

¿Lenguas conocidas?

Dios derramó su Espíritu justo a tiempo: Gente de todas las naciones estaba en Jerusalén para la fiesta de Pentecostés (la Fiesta de Semanas). Desde ese Aposento Alto se podían oír la bulla en toda la ciudad. No tenían que anunciar el culto, pagar publicidad o rogar a la gente que viniera.

Yo creo que hubo dos milagros ese día: en la lengua de los creyentes, y en los oídos de los demás. Muchos han dicho que los discípulos estaban hablando en lenguas conocidas, de todos estos países. Pero tres veces dice “les oímos hablar;” por esa razón estaban confusos y atónitos. Se puede hacer un experimento sencillo: Toma 120 personas, hablando lo suficientemente alto para atraer a una multitud. Aquí él menciona 15 grupos distintos; si 120 personas hablan 15 idiomas a la misma vez, no se puede entender nada. Dios realizó un milagro de traducción para cada persona.

12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.

El mundo quedará atónito y perplejo cuando vea una iglesia llena del Espíritu. Estamos tan alegres y bajo la influencia del Espíritu que parecemos embriagados.

El primero de los tres pasos importantes en este capítulo es esperar y buscar el bautismo del Espíritu Santo.

Segundo paso: Predicar el Evangelio

Alguien tiene que explicar a la gente lo que está sucediendo. Dios bautizó a los creyentes soberanamente. Nadie les impuso las manos, predicó u oró por ellos. Dios puede dar el mensaje de salvación a alguien en sueños, pero casi siempre Él usa a nosotros. Dios nos llama a evangelizar. ¡Sería un gran pecado no decir nada a toda esta gente reunida!

El segundo punto es salir bajo la unción del Espíritu para predicar el evangelio, con la expectativa de que Dios quiere salvar a muchos. No es sorprendente que ese día fue Pedro, el líder de los discípulos, quien predicó.

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

Este es el mismo Pedro que hace unos 53 días negó conocer a Jesús por temor a los judíos. Unas dos semanas atrás estaba listo para tirar la toalla y volver a su vida vieja; fue a pescar. Pero ahora está lleno del Espíritu y denuedo, y predica con unción.

La profecía de Joel cumplida

15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;

18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;

20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;

21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Pedro predica de la Palabra de Dios. Nuestra predicación tiene que ser de la Biblia. Pedro cita una profecía de Joel, que también se aplica a nosotros:

  • Es algo nuevo y muy especial para estos días postreros: Dios derramará su Espíritu sobre toda carne. En el Antiguo Testamento solo unos pocos reyes o profetas recibieron el Espíritu; ahora es para cada creyente.
  • La profecía, las visiones y los sueños deben ser parte de nuestra experiencia. Dios quiere revelarse y comunicarse con nosotros.

22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

David profetiza al Mesías

Otra vez Pedro vuelve a las Escrituras, citando un Salmo escrito por el amado rey David:

25 Porque David dice de él:
Veía al Señor siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

26 Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua,
Y aun mi carne descansará en esperanza;

27 Porque no dejarás mi alma en el Hades,
Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

28 Me hiciste conocer los caminos de la vida;
Me llenarás de gozo con tu presencia.

29 Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.

33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,

35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

¿Qué observamos acerca de su prédica? ¿Cómo se compara con la nuestra?

  1. Fue muy sencilla; hoy queremos una predicación muy compleja e impresionante.
  2. El enfoque es Jesucristo; él exalta a Jesús. Hoy es común exaltarse a sí mismo y entretener a la gente. Muchas veces me pregunto: ¿Dónde está Cristo en este mensaje?
  3. Él predica la Biblia y explica lo que dice la Biblia; hoy escucho a muchos que citan un verso de la Biblia y luego ni siquiera mencionan la Biblia.
  4. No es una predicación muy larga; actualmente hay muchos sermones muy largos.
  5. No tiene temor; habla sobre la culpabilidad de los judíos. Muchos pastores de hoy tienen temor de hablar sobre temas delicados como el pecado y la santidad.

Así son los grandes evangelistas; no traen una revelación nueva, sino que hablan con la unción del Espíritu, y el Espíritu hace toda la obra. Pedro no tiene que rogarles; el Espíritu está trabajando en sus corazones.

37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

¿Cómo se debe responder al mensaje?

¿Qué tenemos que comunicar a alguien que quiere aceptar a Cristo y ser salvo? ¿Qué tiene que hacer?

  • Arrepentirse
  • Bautizarse y recibir el perdón del pecado
  • Esperar que sin duda recibirá el don del Espíritu Santo

No habla de prosperidad, de todas las bendiciones o de cómo Dios va a solucionar todos sus problemas, sino del arrepentimiento, el bautismo en agua y el bautismo en el Espíritu.

41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.

Dios sabe que los apóstoles están preparados para que la iglesia crezca y cuide a todos estos nuevos creyentes. En un solo día la iglesia creció de 120 a tres mil. ¿Es posible hoy? ¿Por qué no? Cuando el Espíritu tiene toda la libertad, debemos ver muchas conversiones. No tenemos que atraer a cristianos de otras iglesias, Dios va a añadir nuevos creyentes. Es una gran responsabilidad cuidar tantos nuevos, y esa es la tercera parte. No queremos perder la cosecha. No queremos decisiones, sino discípulos; Jesús nos mandó hacer discípulos.

42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Tercer paso: Un compañerismo sobrenatural

Aquí hay cuatro características muy importantes de una iglesia llena del Espíritu:

  • Perseveran en la sana doctrina de las Escrituras. Enseñan, predican y estudian la Biblia.
  • Disfrutan de una comunión dulce entre ellos.
  • Comparten la santa cena para recordarse que Jesús es el centro de la iglesia. Puede incluir compartir una comida.
  • Oran juntos.

43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

La naturaleza de la iglesia es sobrenatural: Maravillas, señales, liberaciones y sanidades deberían ser una parte normal de nuestra experiencia. Cuando Dios empieza a liberar adictos y endemoniados, cuando Él sana a gente conocida en la comunidad, la noticia se difundirá rápidamente. Y cuando Dios se manifiesta así, hay un temor que sobreviene a la gente; saben que el Dios vivo está allí, y respetan a los creyentes.

44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

Esta es una comunión radical: Tenían en común todas las cosas. Había igualdad entre los hermanos. Los más ricos vendían sus propiedades y compartieron con los necesitados, dentro y fuera de la iglesia. Nadie tenía necesidad. Ya esas cosas materiales ya no importan mucho; ¡Cristo es toda su vida! Esto es muy radical, y algo que se ve muy poco hoy.

Cuando el Espíritu nos llena, queremos estar con nuestros hermanos. No solo los domingos y entre semana, sino que estaban juntos toda la semana.

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

¿Qué más registra este capítulo sobre una iglesia viva y sana y llena del Espíritu?

  • Se reunían cada día. En la universidad y en la prisión, yo vi la gran diferencia que las reuniones diarias hacían en la iglesia. Un par de horas en la iglesia los domingos no es suficiente para sostener la vida cristiana.
  • Perseveraban unánimes. No había división ni contiendas. Mantenían la unidad que proviene de compartir el mismo Espíritu. No es algo que podamos fabricar.
  • También compartían comidas en las casas.
  • Sus vidas se caracterizaron por la alegría y la sencillez de corazón.
  • Alababan a Dios.
  • Tenían el favor de todo el pueblo, dentro y fuera de la iglesia. Eran conocidos por su honestidad, sinceridad y generosidad.
  • Esa vida atrae a la gente. Todo esto es poderoso. Cada día el Señor añadía más gente a la iglesia.

¿No es lo que nosotros queremos también en nuestras iglesias?

¡No caigas de nuevo en la ley!

Ahora, hay algo muy importante que fácilmente puede destruir una iglesia. No podemos programar estas cosas. No planeamos reuniones en las casas y obligamos a todos a participar. No llenamos una agenda de cultos diarios. No presionamos a nadie para que venda su casa u ofrende. Esa es la ley. Ese es el Antiguo Testamento. Todo tiene que fluir del Espíritu. Cuando estamos llenos del Espíritu, estas cosas suceden naturalmente. Queremos orar con nuestros hermanos. Anhelamos más tiempo con ellos. Dios trae gente a nosotros para testificarles.

¿Cómo es tu experiencia? ¿Similar a lo que vemos en este capítulo? ¿O te recuerda lo que experimentaste hace muchos años? Si no, ¿podría explicar por qué la iglesia es aburrida para ti y a veces tienes dudas sobre si Dios es real? ¿Puede Hechos proveer un modelo para tu vida y tu iglesia?