Andar como Jesús anduvo en la tentación   Lucas 4:1-14

¡No puede ser! Acabo de tomar la decisión de coger el camino angosto y dejarlo todo para caminar con Jesús. ¡Y me dices que tengo un enemigo que va a tentarme a volver al camino espacioso! ¿Tengo que aprender a guerrear?” Lo siento, pero así es. Antes de empezar su ministerio, Jesús tuvo que pasar una prueba muy dura: 40 días de tentaciones cara a cara con el diablo. Él resistió todas esas tentaciones, pero no fue el final de las pruebas; toda su vida Él fue tentado. Puede que ya hayas caído y el diablo te esté tentando con el pensamiento que nunca serás un buen cristiano. Puede que aquí, al principio de este caminar nuevo con Jesús, estés tentado a tirar la toalla y rendirte. Una parte importante del crecimiento es ejercer nuestra fe en las batallas espirituales, del mismo modo que hacemos ejercicio con pesas cuando queremos desarrollarnos físicamente. Aprender a resistir y vencer la tentación es un comienzo.

Si estamos descuidando nuestra vida espiritual, habrá más tentación, aunque la persona que está lejos de Dios no se dé cuenta. Mientras caminamos cerca de Jesús, lleno del Espíritu, estamos menos propensos a caer en la tentación, pero vemos en esta porción que no estamos exentos de ella.  De hecho, a veces la tentación más fuerte viene después de una gran experiencia espiritual. En el caso de Jesús, fue inmediatamente después de su bautismo en agua y el Espíritu.

1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto.

Oramos en el Padre Nuestro “No nos metas en tentación,” pero Jesús fue llevado por el Espíritu al lugar de la tentación, al desierto. Ya sea que Dios te haya traído allí con un propósito o estás allí a causa de tu rebelión, ¿estás en un desierto? Casi siempre luchamos con la tentación en los desiertos de la vida.

Las fuentes de la tentación

Dios nunca nos tienta, pero puede permitir la tentación:

Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte (Santiago 1:13-15).

La tentación tiene tres fuentes:

  1. Tus propios deseos; tu concupiscencia que te atrae. Hay que evaluar tus deseos, evitar esas situaciones en las que tienes más probabilidades de ser seducido, y rechazar esos deseos carnales antes de que se traduzcan en actos pecaminosos. Aprende a reconocer la tentación. Todos tenemos deseos de la carne, dados por Dios. La cuestión es cómo los manejamos, para satisfacerlos de una manera que agrada a Dios. Si el hombre carnal quiere ver porno, él abre esa aplicación en su teléfono sin pensarlo dos veces. El hombre espiritual sabe que es una tentación que puede dar a luz al pecado, romper su comunión con Cristo y llevar a la muerte. Ahora, cuando llegue esa tentación, di al Señor: “Estoy tentado de ver porno. Ayúdame a no dejarme seducir por esa tentación.”
  2. La gente y las cosas del mundo. Evita compañeros, lugares, programas en la televisión y páginas de Internet que te arrastran y seducen. Puedes evitar mucha tentación del mundo si realmente quieres. Si un amigo te ofrece un negocio que gana un montón de dinero rápido, debería ser una luz roja: ¡Tentación! ¡Tengo que huir de aquí! Si eras alcohólico y un amigo te invita a la cantina, ¡peligro!
  3. Aquí, con Jesús, fue el diablo, pero rara vez es tan obvio. Satanás anda alrededor como león rugiente (pero a veces vestido como un cordero), buscando a alguien para tentar y devorar. Nadie está exento; puede ser la oveja que está sola, débil o descarriada, o el Hijo de Dios.

La tentación no es pecado

Es común tener tentaciones muy feas (por ejemplo, matar o violar a alguien), pero eso no significa que tú estés en pecado o seas un mal cristiano. Nuestra carne es corrupta y muy posiblemente tuvimos años de ser seducidos por sus deseos. El mundo está bajo el control del maligno, y no hay límite para las cosas perversas que Satanás usará para tentarnos. Pero recuerda: ¡la tentación no es pecado!

40 días de tentaciones

Por cuarenta días era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.

Tradicionalmente, hemos pensado que Jesús pasó 40 días de ayuno, con algunas tentaciones al final. Pero la mejor traducción del griego dice que hubo 40 días de tentaciones; solo tenemos registradas las últimas tentaciones (y las más fuertes). Muchas veces el diablo te tienta día tras día con la misma tentación. El primer día es fácil; sales de la iglesia fortalecido y rechazas la tentación. Pero después de varias semanas de que Satanás te presente la misma imagen (¡casi como una realidad virtual!), te cansas, y en un momento de desaliento y debilidad, caes. ¡Persevera firme en tu fe y en el Espíritu! ¡Sigue resistiendo!

Si tú estás en una temporada de tentación fuerte, considera un ayuno para fortalecerte espiritualmente. El ayuno le dio a Jesús más fuerza espiritual, pero también lo dejó más vulnerable a la tentación del pan. Jesús estaba solo (¡excepto por la poderosa comunión del Padre y el Espíritu Santo!). La tentación casi siempre es más fuerte cuando estamos solos. Acuérdate que Dios está allí 24/7. También puedes enviar un mensaje a un hermano de confianza, compartiendo la tentación y pidiendo oración. Y, si es posible, puedes dejar la soledad de tu casa, a visitar a alguien o dar un paseo.

La primera tentación: Satisfacer el deseo de la carne

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.

La primera tentación fue algo que podría parecer inocente. Dios ya proveyó pan (el maná) para los hebreos en el desierto. Más tarde Jesús multiplicaría pan para multitudes. Comer pan no es pecado. Podemos racionalizar que una tentación no está mala, pero no importa cuán legítimo pueda parecer algo, ¡nunca obedezcas al diablo!

¿Cuál fue la naturaleza de esta tentación?

  • Cuestionar tu relación con Dios y tentarte a defenderte y hacer algo indebido para probar a otros que tienes poder espiritual y una conexión con Dios. La palabra griega traducida “si” también puede ser “dado que.” Pueda que el diablo no dude que Cristo es el Hijo de Dios; él sabe que Cristo puede hacerlo, pero también sabe que sería pecaminoso usar su poder para satisfacer sus necesidades personales.
  • Hacer algo para satisfacer tus apetitos carnales, ya sea sexo ilícito, o algo que parece inocente, como pan. Muchas veces significa no esperar el tiempo del Señor (para algo bueno), sino tratar de avanzar el plan de Dios con tu fuerza. Por ejemplo, en el matrimonio el sexo es una gran bendición, pero es una fuerte tentación tener relaciones antes de casarte.
  • La palabra de Jesús tuvo el poder de crear el universo y resucitar a un hombre muerto, y hay mucho poder en la palabra que nosotros proclamamos en su Nombre. Debemos estar seguros que hablamos de acuerdo con la voluntad de Dios.

Satanás a menudo siembra una semilla con una tentación. Puede ser que en ese momento, fortalecido por su ayuno y sabiendo que la tentación vino del diablo, Jesús pudo resistir. Pero en otra ocasión cuando estaba solo y muy hambriento, esa semilla podría dar a luz: “Es cierto que por mi palabra creé el universo. Olvídate del pan. Yo puedo crear un rico filete por medio de una palabra.” Por supuesto eso no sucedería con Jesús, pero nosotros tenemos que destruir la semilla, no permitir un ambiente favorable para que crezca, y mantener la vigilancia.

En este caso fue solo un pensamiento, pero muchas veces eso es suficiente para seducirnos. La tentación es más fuerte si se puede oler el pan recién horneado, o saborearlo.

Escrito está

Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.

En cada caso Jesús no discutió con Satanás, ni lo reprendió; simplemente declaró lo que dice la Palabra de Dios (aquí citó Deuteronomio 8:3). Tienes que estudiar y memorizar la Palabra, para que permanezca en ti. En el momento de tentación no habrá tiempo para buscar un versículo en tu teléfono o tu Biblia – tienes que tener la Palabra en tu corazón. La Palabra de Dios es tu pan, tu vida y tu espada (Efesios 6:17); no solamente unas pocas promesas o versículos favoritos, sino toda la palabra de Dios.

Jesús no contempló la posibilidad de hacer lo que el diablo quería. Si empezamos a evaluar las posibilidades y las consecuencias de algo que viene del maligno, será más fácil caer en la tentación. Si hay una duda, es mejor decir “no” desde el principio.

Satanás no intentó convencer a Jesús ni cuestionó la Palabra de Dios; cambió sus tácticas.

La segunda tentación: la fama, el poder, y la gloria

Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. (RVR)

¿Es posible que así como el Espíritu lo llevó al desierto, el diablo le llevó a este monte alto? Podría ser. Esta vez el diablo es más sabio, y le mostró los reinos. Los hombres responden mucho a lo que ven.

Ésta fue una tentación de tomar el camino fácil a las riquezas, el poder, y la fama. Jesús sabe que el Padre le ha prometido toda potestad y un reino (no solo de esta tierra, sino de todo el universo), pero ésta sería una manera de evitar la agonía de la cruz. Jesús nos ordena que llevemos nuestra cruz y lo sigamos, y que crucifiquemos al viejo hombre y sus deseos. Nadie, ni siquiera Jesús, quiere ser crucificado. Muchas veces la tentación del diablo es evitar el duro trabajo y dolor de hacer las cosas a la manera de Dios. ¿Puede ser que Satanás quiera impedir el propósito de Dios para tu vida?

Es muy atrevido que el diablo le pida a Jesús que se postre y lo adore, pero cuando alguien le ofrece a un hombre poder y fama, puede hacer cosas muy tontas.

¿Es cierto que los reinos de esta tierra han sido entregados a Satanás, y él puede dárselos a quien quiera? Hasta algún punto. ¿Podría haber alguien a quien Satanás le haya dado un reino en el mundo hoy? Nosotros vamos a heredar un reino en el futuro también; la tentación es impacientarse y tratar de reclamar algo antes de tiempo.

Adora y sirve sólo a Dios

Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. (RVR, cita Deuteronomio 6:13)

¡Jesús está harto del diablo! ¿Adorar a un ángel que Él creó? ¡Eso es ridículo! Está bien decirle al diablo: ¡Vete!

Satanás puede ofrecer el mundo y sus placeres a nosotros también, pero hay un costo muy alto y eterno a pagar por adorarle y servirle. La tentación de un camino fácil a las riquezas, fama y poder es fuerte, aunque no pensaríamos en postrarnos delante de Satanás. Pero, aun sin postrarte delante del diablo, ¿estás realmente adorando a Dios? Es más que cantar unas alabanzas en la iglesia; es un estilo de vida, una vida de servicio a Dios. ¿Cuánto tiempo pasas llenando tu mente con cosas impías en la televisión e Internet? Si es más de lo que gastas en la presencia de Dios y sirviéndole, ¿es posible que realmente estés adorando a Satanás? Jesús dijo: “a Él solo servirás.” ¿A quién estás sirviendo? Incluso tu trabajo debes hacer como para el Señor.

La tercera tentación: Torcer las escrituras y tentar a Dios

El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí! 10 Pues escrito está: »“Ordenará que sus ángeles te cuiden. Te sostendrán en sus manos 11 para que no tropieces con piedra alguna”».

Satanás también conoce la Palabra y la tuerce (aquí cita el Salmo 91:11 y 12). Una cosa es sacar versículos de la Biblia (a menudo fuera del contexto), o aun tener un conocimiento amplio de la Palabra, y otra cosa es obedecer y andar conforme al espíritu de la Palabra. Aquí hay otro “viaje;” esta vez a la santa ciudad, al templo, al mismo centro de la adoración del verdadero Dios. Una vez más, no sabemos si físicamente estaban en Jerusalén, permitiendo que sus ciudadanos los vieran en el pináculo del templo, o si estaban allí espiritualmente. ¿Crees que Satanás va a la iglesia? ¡Seguro!

Hay varias tentaciones aquí, entre ellas la de suicidarse. ¿Permitiría Dios que Jesús muriera tirándose del templo para probarse a sí mismo como el Hijo de Dios? Quien sabe, pero creo que Satanás pensó que Jesús moriría. La tentación también tocó el orgullo humano y la tendencia a enaltecernos. Dios no es nuestro mago en el cielo, y siempre tenemos que rechazar pruebas necias de su poder y palabra.

No pongas a Dios a pruebas

12 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le replicó Jesús.

Jesús no está impresionado con el conocimiento bíblico de Satanás. Esta vez Jesús no dijo “escrito está” sino “dicho está,” pero todavía refiere a la palabra de Dios (Deuteronomio 6:16). Puede ser entendido en dos maneras:

  1. Jesús estaría tentando a su Padre si hace algo presuntuoso para probarse a Satanás y ver si Dios va a rescatarlo.
  2. Jesús está hablando directamente al diablo, diciendo “Basta ya. Yo soy el Señor, tu Dios. Es prohibido para ti ponerme a prueba.”

¡No juegues con Dios ni trates de manipularlo!

Jesús fue tentado en todo, como tú

Esta experiencia capacitó a Jesús a entender nuestra lucha con la tentación. ¡Nunca, por toda la eternidad, había sido tentado! Éstas fueron tentaciones reales, con la posibilidad real de pecar. Y ésta no fue la única vez que fue tentado. Hebreos 4:14-16 dice:

Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.

Aquí hay cuatro cosas muy importantes para ayudarte en la tentación:

  • Tú tienes a un sumo sacerdote que está intercediendo por ti ahora mismo. Él es por ti, y te apoya con su intercesión cuando estás pasando por pruebas.
  • Sigue firme en tu fe. Declara lo que dice la Palabra de Dios acerca de quién eres y lo que Cristo ha hecho por ti.
  • Tu tentación no es única; Jesús fue tentado en todo igual como tú.
  • Acércate a Dios en oración; allí hallarás misericordia y gracia para ayudarte en el momento más difícil de tentación.

Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados (Hebreos 2:17-18).

Un versículo importante para memorizar

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir (1 Corintios 10:13, NTV).

O la Reina Valera:

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Aquí hay otras cosas valiosas para ayudarte en tu lucha contra la tentación:

  • Satanás ha estado observando la raza humana durante muchos años y sabe muy bien cuáles son las tentaciones más aptas para hacernos caer.
  • Dios es fiel en la tentación.
  • Dios es Señor de las tentaciones; Él permite solo lo que Él sabe que puedes soportar. Si la tentación es fuerte, Él sabe que tienes una gran fuerza.
  • Aunque sea muy fuerte, tú puedes soportar esta tentación actual.
  • En medio de cada tentación, Dios te mostrará una salida. Siempre hay una salida. Nunca estás obligado a caer en la tentación, pero tienes que resistirla y tener la voluntad de buscar a Dios para esa salida. La triste verdad es que muchas veces queremos caer en la tentación.

Cuando Jesús estaba orando en Getsemaní en su angustia, dio este consejo a sus discípulos para superar la tentación:

Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil (Mateo 26:41).

El final de la tentación en el desierto

13 Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad.

Mateo añade (4:11): Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.

Habrá tiempos de tentaciones fuertes. A veces podemos caer en ellas, y en vez de 40 días, puede que pasemos años en el desierto. Pero si resistimos la tentación, el diablo tiene que huir (Santiago 4:7). Él se alejará de ti por un tiempo y puedes experimentar un descanso de sus ataques, pero seguro que volverá.

Puede ser que tú te sientas tentado con algo toda tu vida. Por ejemplo, si la porno era un problema para ti en el pasado, es posible que siempre sea una tentación fuerte. Para otro hombre podría ser el alcohol. Satanás te observa y te tienta conforme a tus debilidades y lo que te sedujo en el pasado. No te apures cuando eso pasa. Reconócela como una tentación, dile “no,” y sigue adelante. No significa que eres un mal cristiano si estás tentado con cosas muy feas. Con tiempo y más madurez espiritual, a menudo las tentaciones cambian y son más sutiles; sé vigilante para ellas.

Dios está observando todo el proceso. Él puede dejarte en las manos del diablo por un tiempo para probarte, pero nunca te abandonará. Y cuando pasas la prueba, tal como Jesús, Él puede mandar ángeles (o hermanos cristianos) para ministrarte.

14 Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región.

Jesús empezó estos 40 días lleno del Espíritu. Fue tentado y probado fuertemente. Estoy seguro que a veces en el ayuno, hambriento y cara a cara con el diablo, no sentía mucha presencia del Espíritu. Es una de las tentaciones que nosotros también enfrentamos: La tentación de incredulidad; pensar que Dios me ha desamparado, y nunca voy a salir de este desierto. Sí, Jesús fue tentado en todo como tú y yo. Si tú estás en un desierto ahora y estás tentado a creer las mentiras del diablo, esfuérzate y se valiente, porque si permaneces firme en tu fe, el día vendrá cuando sales del desierto y volverás en el poder del Espíritu a tu familia, tu ministerio o tu caminar con el Señor.

El primer hombre, Adán, fue tentado y no pasó la prueba. El segundo Adán, Jesús, pasó la prueba, y ahora puede arrancar su ministerio público. Jesús nunca buscó publicidad; de hecho casi siempre pidió a la gente quien Él sanó o liberó no decir nada a nadie, pero todavía se extendió su fama por toda aquella región.

¡Soporta con paciencia las pruebas y las tentaciones!

Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman (Santiago 1:12, NTV).

La Nueva Traducción Viviente captura el sentido del griego; la palabra puede ser traducida “prueba” o “tentación.” Las tentaciones son pruebas, ¿verdad? Pruebas que revelan cuan serio estamos para resistir al diablo y el pecado. Ninguna prueba o tentación es agradable, pero tal como vemos en la vida de Jesús, hay una bella recompensa después de superarlas. El consejo aquí es para soportarlas con paciencia. Ni “soportar” ni “paciencia” tienen una sensación positiva para nosotros, pero cuando superamos las tentaciones, Dios tiene una corona de vida esperándonos.

¿Cuáles son las tentaciones más fuertes para ti en este momento? ¿Cómo te va resistiéndolas? ¿Es posible que Dios le haya permitido a Satanás probarte y tentarte en preparación para algo grande que el Señor tiene para ti?