Los próximos pasos Nehemías 7:1-5

Nehemías no fue intimidado por sus enemigos, y siguió adelante con la obra en Jerusalén.

1Una vez que se terminó la reconstrucción de la muralla y se colocaron sus puertas, se nombraron porteros, cantores y levitas. A mi hermano Jananí, que era un hombre fiel y temeroso de Dios como pocos, lo puse a cargo de Jerusalén, junto con Jananías, comandante de la ciudadela. A los dos les dije: «Las puertas de Jerusalén se abrirán cuando ya haya salido el sol, y volverán a cerrarse y se asegurarán con sus barras cuando los porteros estén en sus puestos. Además, los habitantes de Jerusalén montarán guardia, unos en sus puestos y otros frente a su propia casa.»

Prepara a líderes capaces

Nehemías sabe que no va a estar allí para siempre. Es hora de buscar a gente capacitada para administrar y pastorear la obra.  Tú no puedes hacerlo todo, y es muy posible que Dios te llame a un proyecto nuevo.   Desde el principio tienes que preparar a otros para mantener y continuar la obra.  Esa era la mente de nuestro Señor Jesucristo.  Más importante que sanar a los enfermos y enseñar a las multitudes, Jesús se dedicó a formar discípulos que serían líderes en la joven iglesia.  ¿A quién estás preparando para el liderazgo futuro? ¿Estás siempre pendiente por personas con potencial, para invertir en ellas?

Cuando pongas a alguien en una posición, da instrucciones claras de lo que exactamente esperas de él. Confirma que sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo.

Nehemías buscó a hombres fieles y temerosos de Dios, con corazones sinceros y entregados.  Nota que ellos no eran:

  • Los más populares
  • Los más educados
  • Los más ricos
  • Los más experimentados
  • Los más religiosos

Muchas veces nos llama la atención la persona que alaba mucho a Dios, ofrece oraciones impresionantes o conoce muy bien la Biblia.  Pero esa persona también puede ser un fariseo. Lo que yo busco en los líderes es:

  • Un espíritu enseñable. No necesito a la persona que cree que ya lo sabe todo.
  • Humildad y el corazón de un sirviente, con un buen record de servicio en la iglesia.
  • Un buen testimonio.  No perfecto, pero con evidencia de un arrepentimiento genuino, y no practicando el pecado. Honesto con sus fracasos y listo para pedir perdón a Dios y a otros.
  • Amor sincero por Dios y otros.

Nehemías nombró a los líderes.  Nosotros tendemos a elegir líderes, o buscar voluntarios.  Pero el modelo bíblico es llamar y nombrar a los líderes.  Dios llama, nosotros discernimos su voluntad, y luego los nombramos y los ungimos.

La ciudad ocupaba una gran extensión, pero tenía pocos habitantes porque no todas las casas se habían reconstruido. Mi Dios puso en mi corazón el deseo de reunir a los nobles, a los oficiales y al pueblo, para registrarlos según su descendencia; y encontré el registro genealógico de los que habían regresado en la primera repatriación.

Después de las murallas, reconstruir la ciudad

Nehemías ya estaba pensando en el próximo paso.  Reconstruyó los muros; ahora necesita gente para reedificar las casas y poblar la ciudad.  Era parte de la misión de Jesús (Isaías 61:4), y la nuestra también. Nadie quiere vivir en ruinas.

Este trabajo requiere de todos, incluso a los nobles que se aliaron con los enemigos de Nehemías.  Dios puso en su corazón el deseo de reunir a la gente. Muchas veces, un proyecto comienza no con una palabra o una voz audible del Señor, sino con un deseo que Dios ponga en tu corazón. El primer paso puede ser simplemente reunir a la gente. Hay que aprender a prestar atención a los deseos de tu corazón y discernir cuáles son de Dios.

Nehemías era un muy buen organizador.  Primero va a poner todo en orden, con un registro de la gente. Muchos carecen de esa habilidad de administración, la cual también es un don espiritual.  ¿Hay algo que tengas que organizar en tu vida o iglesia ahora?