Un error cometido al actuar en la carne; Hechos 1:15-26

Muchos vienen a la Biblia con lentes – lentes de lo que han escuchado de un sacerdote, pastor o YouTube. Lentes de libros que han leído. Queremos quitar esos lentes y dejar que el Espíritu Santo nos hable. Cuando abrimos la Biblia siempre queremos leer la palabra misma primero. Hay Biblias de estudio escritas por pastores famosos. El peligro es leer sus notas y no dejar que el Espíritu te hable. Sus comentarios no tienen la misma inspiración que las escrituras. Después de leer y orar y reflexionar, podemos leer varias traducciones para discernir mejor el significado del pasaje. Siempre es bueno tener un cuaderno para anotar nuestras observaciones o preguntas. Entonces podemos leer varios comentarios, desde varias perspectivas. Luego, guiados por el Espíritu, hacemos nuestra interpretación, y siempre una aplicación personal. Estudiar la Biblia nunca es solo un ejercicio intelectual. Queremos dejar que la Palabra nos forme y transforme nuestras vidas.

El caso aquí no está cerrado. Los mejores eruditos no son unánimes. Hay quienes creen que Pedro hizo lo correcto. Hay otros que creen que él no, y yo estoy de acuerdo con ellos. No soy dogmático; puedo estar equivocado. Estudiemos el pasaje; entonces sacaré mis conclusiones, y tú puedes sacar las tuyas. Sea lo que sea, por favor sigue leyendo el libro; no es un asunto de tanta importancia.

15 Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas.

Este es el primer discurso registrado de Pedro. No es sorprendente que él haya tomado la iniciativa. Puede ser que él ya estaba harto de orar y esperar. Recuerda que fue Pedro en Juan 21 quien sugirió volver a pescar porque estaba cansado de esperar a Jesús. Nos cuesta mucho esperar. Queremos hacer algo. El peligro es hacer algo que no sea la voluntad de Dios (como en el famoso pasaje de Mateo 7:21-23).

16 Les dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús. 17 Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio. 

Él empieza bien, citando la Biblia. La traición y el suicidio de Judas tuvieron que ser muy fuertes para los discípulos. Él era uno de ellos. Durante tres años estaban muy unidos. Judas participaba en el ministerio igual a ellos, predicando, sanando y echando fuera demonios. Seguramente había una mezcla de ira, tristeza y dudas acerca de cómo podría suceder. Pedro posiblemente estaba reflexionando sobre eso mientras oraba, y esta escritura le vino a la mente. No siempre tenemos que compartir todo lo que el Señor nos revela, pero siendo Pedro, lo hace.

Lucas agrega una explicación de la muerte de Judas:

18 (Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras. 19 Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de Sangre”).

Puede parecer una contradicción a lo que dice Mateo 27:5: Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó. Pero podría ser que cuando se ahorcó (o un rato después) el cuerpo cayó y se reventó. Fue una muerte muy fea, pero la paga del pecado siempre es la muerte, y Judas es un buen ejemplo de las consecuencias de negar o traicionar a Jesús, o ser cegado por las riquezas.

20 »Porque en el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito: »“Que su lugar quede desierto,
y que nadie lo habite”.

Pedro cita el Salmo 69 (verso 25) donde David habla de los enemigos de Dios y los maldice, pidiendo el castigo de Dios sobre ellos. Hay varias referencias en los Evangelios que aplican este Salmo a Cristo, incluyendo una del mismo Jesús (Juan 15:25).

También está escrito:

»“Que otro se haga cargo de su oficio”.

Este es el versículo 8 del Salmo 109, también escrito por David, y es otra súplica a Dios para que juzgue a sus enemigos. Como en varios ejemplos de textos del Antiguo Testamento citados en el Nuevo Testamento, no parece muy claro que estas citas se apliquen a Judas. Es una práctica muy común hoy en día: citar versos para apoyar algo que la persona cree o quiere hacer, independientemente del contexto o el significado basado en una sana interpretación.

21-22 Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros».

Pedro termina postulando una respuesta a la muerte de Judas: elegir un nuevo apóstol. Él da tres calificaciones muy claras:

  1. Tiene que ser testigo de la resurrección.
  2. Tenía que acompañarlos todo el tiempo que Jesús vivió entre ellos.
  3. El plazo tenía que ser del ministerio de Juan hasta ese día reciente cuando Jesús ascendió al Padre.

No habría muchos que cumplirían con todos estos requisitos; posiblemente algunos del grupo de los Setenta que siguió a Jesús. Estos no aparecen en otra parte como requisitos para un apóstol, y eran en parte la base de la lucha continua de Pablo para defender su apostolado (él no cumplió ninguno de estos requisitos). Jesús nunca los dio como necesarias para ser un apóstol.

23 Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías. 24 Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido 25 para que se haga cargo del servicio apostólico que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía». 26 Luego echaron suertes y la elección recayó en Matías; así que él fue reconocido junto con los once apóstoles.

Al igual que la influencia de Pedro que vemos en Juan 21 cuando salieron a pescar, no hay argumento de los demás. No sabemos cuántos calificaron, pero propusieron a dos. Oraron después de seleccionarlos, y le ofrecieron a Jesús las dos opciones. Terminan echando suertes para discernir la voluntad del Señor.

¿Por qué pienso yo que actuaron en la carne?

  1. Jesús nunca dijo nada acerca de elegir otro apóstol. Fue Jesús quien designó a los primeros, y en la iglesia es su Espíritu que llama, confirma y envía apóstoles. El versículo dos de este capítulo enfatiza que fue Jesús quien escogió a los apóstoles. Si Él quisiera que alguien ocupara el lugar de Judas, seguramente Él lo hubiera escogido durante los 40 días posteriores a su resurrección.
  2. Es cierto que oraron, pero ellos ya habían elegido a los dos candidatos. Oraron después de tomar la decisión de nombrar a otro apóstol. Es muy común en la iglesia de hoy; tomamos la decisión y oramos para que Dios la bendiga. O le ofrecemos a Dios algunas opciones, en lugar de entregarle todo a Él. Para algo tan importante, debe quedar muy claro lo que quiere Dios.
  3. Echar suertes era común en el Antiguo Testamento, pero solo en los primeros años de la nación se vio de manera positiva (Levítico 16:8, Números 26:55 y Josué 7:14 y 18:6). Ningún ejemplo tiene que ver con algo de mucha importancia espiritual. Los otros ejemplos no son de gente piadosa (el rey Saúl en 1 Samuel 14:42, los marineros en Jonás 1:7, Amán en Ester y los soldados en la crucifixión de Jesús). Nunca se practicó en el ministerio de Jesús o después de Pentecostés. El patrón es orar juntos, esperar una palabra de Dios y llegar a un acuerdo unánime.
  4. Pedro toma escrituras totalmente fuera de contexto para apoyar su plan. ¡Y se contradicen entre sí! La primera dice que nadie habite su lugar, la segunda que otro se haga cargo de su oficio.
  5. Nunca escuchamos nada más sobre Matías. Es cierto que hay otros de los Doce que no aparecen en Hechos, pero es raro que él nunca aparezca, ni siquiera en los libros apócrifos del primer siglo.
  6. Cuando Jacobo murió varios años después, no hicieron nada para nombrar a otro apóstol que tomara su lugar.
  7. Muchos creen que la selección de Dios fue Pablo. Los frutos de esa elección lo confirman. Pedro y los demás no querían esperar el tiempo del Señor.

Dios no los reprende. Parece que Él simplemente ignora algo hecho en la carne, sabiendo que pronto el Espíritu Santo los bautizaría y se transformarían. Pero hay varias consecuencias posibles cuando actuamos en la carne:

  1. Lastimamos a la persona elegida, en este caso Matías. Le damos una falsa esperanza y un llamado que no es de Dios.
  2. Damos un mal ejemplo para los creyentes jóvenes.
  3. Podemos causar conflictos, como los que existieron a veces entre Pablo y los demás apóstoles.

¿Fue un error? Yo puedo estar equivocado, pero creo que hay varios puntos importantes para nuestra reflexión que nos pueden ayudar cuando estamos administrando la iglesia de Jesucristo. Me recuerda la queja de Dios contra Israel en Oseas 8:4: Establecen reyes que yo no apruebo, y escogen autoridades que no conozco. Yo no quiero caer en el error de Israel, o hacer en la carne algo tan importante como elegir a un apóstol.

¿Cuál sería la aplicación de este pasaje?

  • Si eres pastor o líder, tienes una gran responsabilidad de guiar bien a tu gente. Espera en el Señor por su voluntad. Ten mucho cuidado de no perseguir cosas dudosas, como echar suertes, para discernir la voluntad de Dios. Y ten la humildad de confesar errores y recibir la corrección del Señor u otros.
  • Si eres un seguidor, y ves algo cuestionable, ten la confianza de cuestionar al pastor o líder. No son infalibles. Con humildad, puedes cuestionar una decisión que parece estar en contra de la palabra de Dios.
  • Aprende a interpretar la Palabra de Dios sanamente.

Los apóstoles cometen cuatro errores; Hechos 1:1-14

Nuestra meta en esta serie de cuatro libros es andar como Jesucristo: El que dice que permanece en [Jesús], debe andar como él anduvo (1 Juan 2:6, RVR). Hemos estudiado el ejemplo y las enseñanzas del Maestro para aprender cómo anduvo. Ahora vamos a ver que la iglesia primitiva hizo exactamente eso.

Los apóstoles tenían 3 años de aprendizaje. En el último volumen vimos la gran comisión y la preparación que Jesús dio a sus discípulos para cumplirla. Jesús volvió a la gloria del cielo, dejando a esos apóstoles para establecer la iglesia y cumplir con esa comisión. Pero ellos no están solos. Este libro, un estudio de los Hechos de los Apóstoles, va a demostrar si Jesus hizo un buen trabajo al prepararlos.

Este primer capítulo de los Hechos es glorioso; es un puente entre los evangelios y el ministerio maravilloso del Hijo de Dios, y la poderosa obra del Espíritu Santo en la iglesia primitiva. Es el final de la vida más increíble que cualquier hombre haya vivido en esta tierra. Cristo murió, ¡pero resucitó! ¡Cristo vive! Durante cuarenta días se presentó vivo a sus discípulos con muchas pruebas convincentes, y les prometió algo transformador: El bautismo del Espíritu Santo con poder sobrenatural. Cumplió su misión, entregó a los apóstoles una Gran Comisión para hacer discípulos de todas las naciones, y luego ascendió a la gloria del cielo para reinar y sentarse a la diestra de su Padre.

De ninguna manera quiero pasar por alto estas maravillas, pero el tema de esta serie de libros es “Andar como Jesús anduvo.” Estos discípulos andaban tres años con Cristo. Puede que hayas estado caminando con el Señor por varios años. Es posible que ya hayas leído los primeros libros en esta serie y estés haciendo discípulos en obediencia a la Gran Comisión. Pero la verdad es que aún es posible fracasar. Allí, en la misma presencia de Jesús, y luego de dos ángeles, los apóstoles cometen cuatro errores. Después de toda la preparación de esos años de andar con Jesús, ellos muestran una falta de comprensión de la misión de su Señor y la tarea que Jesús les encomendó. Estos primeros errores son menores, pero en el mismo capítulo (capítulo dos de este libro), sin la presencia física de Jesús o los ángeles, y aún sin la plenitud del Espíritu, toman su primera decisión como iglesia, y cometen otro error, más grave (aunque no tuvo consecuencias graves).

Lo que hizo Jesús

En los primeros tres versículos, Lucas cubre los puntos más importantes de la vida de Jesús, los cuales nos dan una base para lo que él va a registrar en este libro.

1Estimado Teófilo, en mi primer libro me referí a todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar hasta el día en que fue llevado al cielo, luego de darles instrucciones por medio del Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios. 

Lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar.

El autor, un médico llamado Lucas, está hablando de su Evangelio. Ese primer libro, igual a este, fue escrito para un Teófilo. El nombre significa “Amante de Dios” y puede ser para una persona específica o cualquier persona que ama a Dios. Lucas señala las dos cosas que siempre eran parte del ministerio de Jesús: hechos y palabras. Pero, ¿por qué dice Lucas que sólo comenzó a hacer y enseñar estas cosas? Es cierto que Cristo dijo que había terminado su trabajo aquí en este mundo, pero siempre está trabajando hasta el día de hoy, por medio de su Cuerpo, la iglesia. Este libro es el registro de los hechos y enseñanzas de los apóstoles. Ya estaban haciendo las mayores cosas que Jesús dijo que haríamos (Juan 14:12). Aunque el libro se llama “Los Hechos de los Apóstoles,” podría llamarse “Los Hechos y las Palabras de los Apóstoles,” porque ellos siguen el patrón de su Maestro, haciendo y enseñando.

Padeció muerte.

Jesús hizo milagros y enseñó sobre el reino de Dios, pero el propósito principal de su vida fue morir como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Ahora, en este libro, el enfoque es lo que sucedió después de su muerte.

Se les presentó dándoles muchas pruebas de que estaba vivo.

Las pruebas eran convincentes. Jesús hizo lo que fuera necesario para dejarlos sin duda de que estaba vivo. En comparación con todos los hechos y las enseñanzas antes de su muerte, su ministerio en esos cuarenta días fue muy limitado: Sólo se les apareció a aquellos que creyeron en Él  para darles esas pruebas, algunas instrucciones finales y más enseñanza sobre un solo tema:

Durante cuarenta días les habló acerca del reino.

Era uno de los temas principales de su ministerio, y para esos días habló sólo del reino (el tema del segundo volumen en esta serie); no habló sobre los detalles de cómo establecer la iglesia o la vida cotidiana del creyente. ¿Qué parte ocupa el reino en tu enseñanza y predicación?

Instrucciones dadas a los apóstoles.

Jesús dijo que no habló ni hizo nada por su propia cuenta. Incluso les dio estas instrucciones por medio del Espíritu Santo, el mismo Espíritu que pronto bautizaría a los apóstoles, quien se manifiesta poderosamente en este libro y nos inspira hoy para hablar y hacer la obra del reino. Lucas deja en claro que los apóstoles fueron escogidos por Jesús.

El día que fue llevado al cielo.

En el libro anterior de esta serie hablamos de la importancia del trabajo. Jesús estaba trabajando y haciendo la obra de su Padre hasta el día en que ascendió a Él.

Los apóstoles continúan lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar.

Ese es el tema de este libro. Jesús solo puso los cimientos. Él es la piedra del ángulo. Ahora les toca a los apóstoles establecer la iglesia, hacer las obras de Jesús y enseñar su Palabra.

La última instrucción: Esperen

La Nueva Versión Internacional coloca este mandato mientras comían, aunque ese detalle no está claro en el griego.  Lo que está claro es que las comidas y el tiempo compartido alrededor de la mesa son importantes para Jesús. En Galilea, les preparó un desayuno en la playa cuando restauró a Pedro (Juan 21). No hay certeza de que estaban comiendo; lo que es cierto es que estaban juntos.

Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: —No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.

Sería un desastre para ellos dejar el compañerismo y la relativa seguridad de Jerusalén sin el bautismo del Espíritu Santo. Pero, ¿no fueron suficientes tres años de discipulado con el Hijo de Dios? ¿No son suficientes tres años en un instituto bíblico? Él sopló sobre ellos y dijo “recibe el Espíritu Santo” (Juan 20:22). ¿Qué más necesitan?

Necesitan lo que el Padre prometió. Este bautismo no es opcional o solo para algunos creyentes súper espirituales. No tenemos que rogarle al Padre que lo reciba. Es una promesa. Lo que tenemos que hacer es esperar. Hay muchas promesas de Dios, pero no las recibimos todas a la vez. Tenemos que esperar a muchas de ellas. En este caso, no sería una espera larga; será dentro de pocos días.

Jesús compara esta plenitud con el bautismo de Juan el Bautista. Ese bautismo de arrepentimiento es distinto del bautismo del creyente en agua, lo cual Jesús mandó en la Gran Comisión. Este bautismo no es en agua, sino en el Espíritu Santo; es una inmersión, un llenado del Espíritu.

¿Eres bautizado en el Espíritu Santo? Si eres, responderás “sí” con mucha confianza y gozo, pero muchas veces yo escucho respuestas como:

  • “Sí…creo que sí.”
  • “Alguien me dijo que todos los creyentes son llenos del Espíritu.”
  • “Yo no soy de una iglesia Pentecostal.”
  • “Fui bautizado en agua y me dijeron que a la misma vez el Espíritu vendría sobre mí.”
  • “Claro, yo voy a una iglesia Pentecostal.” ¡Pero yo conozco a muchos (tal vez la mayoría) en iglesias carismáticas y Pentecostales que no han recibido el bautismo del Espíritu!

Todas esas excusas realmente no importan. Tampoco importa lo que lo llames. No es el propósito de este libro promover una cierta doctrina de cómo recibir el Espíritu Santo. Solo podemos decir y creer lo que claramente está escrito en este libro de Hechos. Lo esencial es tener este poder y presencia del Espíritu en tu vida. Algunos llaman a este libro los Hechos del Espíritu Santo, porque es el Espíritu quien hizo la obra en la iglesia primitiva. Es la promesa del Padre. Dios quiere bautizarte en el Espíritu.

La respuesta de los apóstoles al recibir esa promesa

Parece increíble. Jesús acabó de darles una promesa preciosa y no expresan anticipación o gratitud. No le preguntan más detalles acerca de cómo recibirán el Espíritu.

 6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: —Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?

—No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—. 

Después de contarles tanto sobre el reino de los cielos, podría ser muy desalentador para Jesús saber que ellos nunca captaron ese mensaje. Aún estaban pensando en este mundo. Como muchos cristianos hoy pierden la bendición del Espíritu porque se centran en la prosperidad y las bendiciones en este mundo, pierden por completo esta gloriosa promesa. Mientras Jesús les habló sobre el reino, ellos estaban pensando en la independencia y la gloria del reino anterior de la nación de Israel, y probablemente su parte en él. Sí, su respuesta puede ser desalentadora, pero Jesús conoce un secreto: pronto el Espíritu Santo soberanamente descendería sobre ellos y les revelaría muchas verdades acerca del reino. Mientras tanto, Jesus tiene que corregir estos errores.

Tres errores

  1. Le preguntaron a Jesús si iba a “restablecer” el reino; estaban pensando en un reino territorial. ¡Pero el reino de Dios es espiritual! ¡No es de este mundo! Su reino se establecerá cuando Cristo venga. A lo largo de los siglos, ha habido muchos que han querido establecer un reino territorial en esta tierra, y siempre han terminado desilusionados. No funciona. Hay una tendencia fuerte en la iglesia hoy a perseguir este mismo error.
  2. Pensaban en un reino de una nacionalidad, de un solo país o grupo de personas. Jesús responde que el reino incluye a los despreciados samaritanos y a la gente de toda nación y raza del mundo. La perversión de lo que Cristo pretende para su reino ha llevado a la tragedia de toda clase de racismo, prejuicio y abuso en el mundo de hoy, incluso en la iglesia.
  3. Ellos desean el reino “ahora.” Es cierto que podemos experimentar muchos beneficios del reino ahora, pero el reino crece gradualmente hasta que Cristo venga para establecerlo físicamente. Se requiere mucha paciencia y fe para mantener una visión del reino y perseverar mientras el mundo nos persigue y se opone. Hay muchos libros, videos en YouTube y sitios web dedicados a temas del anticristo, la gran tribulación y cuándo podría venir Cristo. Siempre hay gente que quiere establecer fechas para su regreso, pero no nos corresponde conocer esos detalles. Algunos dicen: “Aquí Jesús habló sobre la hora y el momento, pero, sí, podemos saber el día o el año.” Ellos pierden el claro mensaje de Jesús. Es cierto que tenemos que observar lo que está sucediendo en el mundo y ser sabios, pero la mayoría de estas cosas las tenemos que dejar en manos de Dios. Hay cosas más importantes para nosotros.

Lo importante: Recibir poder y ser testigos

Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Esto es lo que debemos hacer: ser testigos de Jesucristo, o, en otras palabras, obedecer la Gran Comisión. No podemos hacer eso sin el poder del Espíritu. ¿Tienes ese poder? Si eres bautizado en el Espíritu y tienes su poder, vas a testificar acerca de Jesús. Él te dará muchas oportunidades. Será natural; Él  quitará todo el temor. El Espíritu nos enviará hasta los confines de la tierra. Si sientes que no tienes poder y casi nunca testificas acerca de Jesús, deberías examinarte para ver si eres bautizado en el Espíritu. Evangelizar es para cada creyente lleno del Espíritu, no solo para el pastor o evangelista.

La ascensión

Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. 10 Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:

11 —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.

Están en estado de shock. No esperaban esto. Esas fueron sus últimas palabras para ellos. Ascendió a su Padre y en este momento reina en el cielo a su diestra. Cuando dice que “vendrá de la misma manera,” no significa que vendrá al Monte de los Olivos o que vendrá a un grupo de solo once apóstoles. Así como subió, vendrá en una nube, pero todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7).

¿Tienes esa esperanza de que Cristo vendrá otra vez? Es preciosa, pero no nos enfocamos en eso, sino en la tarea que Cristo nos asignó.

Cuarto error

Los apóstoles se quedaron boquiabiertos, mirando fijamente al cielo, y los ángeles estaban incrédulos: ¿No oyeron lo que dijo Jesús? Hay algunos cristianos mirando al cielo. No quieren tener nada que ver con este mundo, pero el mundo necesita a Jesús, y vamos a ver en este libro el poder que tenemos para transformarlo.

Los discípulos corrían el riesgo de caer en dos extremos: demasiado centrado en el mundo (restablecer el reino político de Israel) y demasiado centrado en el cielo (quedarse mirándolo fijamente). Hay un equilibrio saludable, con la consciencia de que somos ciudadanos del cielo con la esperanza de la vida eterna, pero aprovechando cada oportunidad para predicar y establecer el reino de Dios en este mundo.

De regreso a Jerusalén

12 Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad. 13 Cuando llegaron, subieron al lugar donde se alojaban. Estaban allí Pedro, Juan, Jacobo, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hijo de Jacobo. 

¡Imagina los sentimientos en esta caminata desde el monte de los Olivos hasta Jerusalén! Esta vez no están desesperados, sino maravillados de lo que habían visto. Compartieron esta experiencia con las mujeres, la familia de Jesús y los demás discípulos, 120 personas en total. Alternaban entre ese Aposento Alto y tiempos en el templo (Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios, Lucas 24:53).

14 Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María.

Los hermanos de Jesús, que antes lo despreciaban, ya creían. Todos obedecen a Jesús: esperan, están juntos, tienen el mismo espíritu y se dedican a la oración. Es un buen consejo para una iglesia hoy que quiere recibir el poder y el bautismo del Espíritu Santo, y algunos obedecen esa parte, pero luego agregan algo que Jesús nunca mencionó. Nosotros lo hacemos mucho: Agregamos otros requisitos o cosas al ministerio que Jesús nunca intentó. En el próximo capítulo vamos a ver de qué se trataba el quinto error de los apóstoles.

Dios puede hacer lo imposible para ti esta navidad

Es hora de prepararnos para la celebración de la venida de Hijo de Dios a este mundo. Para muchos, eso implica un portal, ya sea en el banco, el supermercado o la casa (está a todos lados aquí en Costa Rica). Es un tiempo de muchas fiestas y regalos. Tal vez para la mayoría es simplemente el lindo niño Jesús en el pesebre. Es bueno celebrar la navidad centrada en nuestro Salvador, pero aún más importante es la preparación para el regreso de Jesús a este mundo.

Dios empezó esa preparación con una familia. Una familia ordinaria. Una familia humilde. La familia es importante para Dios. Esta navidad Dios quiere trabajar en tu familia. Hay algo importante que Él quiere hacer en tu vida a través de esta historia de la familia del profeta que preparó el camino para el Mesías.

La historia empieza en Lucas 1:5:

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea,

Judea era una provincia del Imperio Romano, que permitió una medida de soberanía para esta pobre provincia. Herodes reinó entre los años 37 y 4 antes de Cristo. No era del linaje de David. Era Edomita, descendiente de Esaú, el hermano gemelo de Jacob que Dios odiaba, pero había aceptado la religión judía. Era conocido por sus proyectos masivos de construcción, como la renovación del templo y la fortaleza de Masada.

Es importante observar y analizar los signos de lo que está sucediendo en política, economía y sociedad. Ellos proporcionan el contexto para la obra de Dios. Hay cosas muy impresionantes sucediendo en el mundo de hoy.

Hubo un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; 

El padre de Juan Bautista se llama Zacarías, que significa  “Recuerda a Jehová”. Era de la clase de Abias. David organizo los sacerdotes en 24 divisiones, y Abias era la cabeza de una de esas familias. Hubo unos 20,000 sacerdotes en el país, con aproximadamente mil en una clase. No siempre estaban en el templo; cada clase sirvió como sacerdote dos semanas al año.

su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.

Su esposa era del linaje del primer sumo sacerdote; su nombre significa  “Mi Dios ha jurado”.

Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

Eran justos y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Personas muy especiales. ¿Pueden decir eso de usted? Esa es la persona que Dios busca para tareas muy importantes. Nuestra justicia es como trapos de inmundicia, pero somos revestidos con la justicia de Jesucristo, y Él nos ayuda andar en sus ordenanzas.

Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

Casi todos nosotros tenemos un “pero” en la vida. No hablo de una mascota, sino la palabra “pero.”

Puede parecer que esta es una pareja modelo. Justos e irreprensibles. Un sacerdote. Pero tienen un “pero.” Su “pero” fue la esterilidad. No tenían hijo. Eso era aún más importante en esa época. La esterilidad se veía como un castigo de Dios. La mujer estéril era despreciada por las otras mujeres. Y ya eran de edad avanzada. Ya es tarde. No hay esperanza para un hijo.

Seguramente agonizaron sobre ese pero. Fueron a los médicos, oraron, declararon y reclamaron ese hijo. Pero nada. ¿Por qué, Dios? He hecho todo bien. ¿Por qué me castigas? ¿Hay algún pecado oculto?

A pesar del dolor, la vejez y la perdida de la esperanza que a menudo la acompaña, Zacarías ha resistido la tentación de buscar otra mujer para tener un hijo. No hizo lo que hizo Abraham con Agar para adelantar el plan de Dios. Porque tú no puedes adelantar su plan. Puedes destruir tu vida y la de otros, pero no puedes adelantar su plan. El hecho es que, debido a nuestro pecado, a menudo demoramos su plan, como Israel vagando 40 años en el desierto. Pero Zacarías fielmente ha servido a su Dios. Otras mujeres intentaron llamar su atención. Lo admiraban como sacerdote and todos sabían de la situación con Elisabet. Muchas veces la infertilidad afecta la intimidad de la pareja. Pero Zacarías soportó todo eso.

¿Qué es tu “pero”? ¿Tienes algún aguijón? Pablo tenía un aguijón y le pidió al Señor que se lo quitara. Dios dijo que no, bástate mi gracia. Casi todos tienen alguna herida, algo doloroso que ha tocado toda la vida. Jesus es el Señor de los “peros”.

Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.

Zacarías vivía en Hebrón, pero para esta tarea especial subió los 28 km norte, hasta Jerusalén, al templo. Puede ser la única vez en su vida que tuvo la suerte de ofrecer el incienso. Dice que “le tocó en suerte,” pero sabemos que no hay casualidades con Dios. No es por casualidad que tú estás leyendo este mensaje ahora. Dios tiene una palabra para ti.

Todo empieza a cambiar cuando entramos en el santuario del Señor, aun mejor cuando hay una multitud orando, creando un ambiente adecuado para el mover del Espíritu Santo. Ofrecieron el incienso por la mañana y al atardecer. Cuando la gente vio el humo, empezaron a orar. El incienso representa las oraciones subiendo a Dios. Ya no tenemos que quemar incienso, pero nuestras oraciones son un olor fragante para el Señor.

Todos los días oraron en el templo. Yo he visto en la universidad y las prisiones la importancia y el poder de las reuniones diarias. Una vez a la semana simplemente no es suficiente para mantener el fuego en nuestros corazones.

Es hermoso e importante estar con la multitud, unidos en oración. Pero hay veces que tenemos que dejar la multitud afuera y entrar solo en el lugar santo, para una comunión íntima con el Señor.

11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

¿Por qué nos turbamos cuando Dios aparece? ¿No es por eso que vamos a la iglesia? ¿Por qué nos sorprende cuando Dios contesta nuestra oración? ¿Estás listo para una palabra del Señor? ¿Para una visita angélica? ¿Crees que es posible? Zacarías nunca lo había experimentado. Durante cientos de años Dios guardó silencio. No hubo milagro ni una palabra de Dios. Nada. Esta fue la primera vez en cientos de años que Dios apareció. Seguramente Zacarías no estaba esperándolo. En lugar de glorificar a Dios y caer de rodillas para recibir su palabra, se turbó y le sobrecogió temor.

13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.

Aquí hay otro “pero”. Nosotros tenemos nuestros “peros,” pero en medio de nuestro temor y confusión, Dios también tiene su “pero”.

Durante todos esos años Zacarías le estaba pidiendo a Dios un hijo. Tal vez 40 o 50 años. Creía en un Dios de milagros, pero año tras año no lo vio. ¿Estás pidiendo a Dios un milagro? ¿Cuantos años puedes perseverar en esa oración? He conocido a demasiados hombres que oran a Dios por un milagro en su matrimonio durante 5 años y dicen, basta, yo no puedo esperar más. Y se divorcian y buscan a otra mujer. Zacarías había perseverado, porque era justo, y sabía que la bendición vendría por medio de su esposa, su mujer estéril.

La palabra de Dios para ti es: No temas. Dios tiene planes para tu vida y lo que parece temeroso no es nada para el Señor.

Otra palabra es: Tu oración ha sido oído. ¿Crees eso? No necesariamente significa que Dios va a contestarla como quieras. ¿Pero puedes creer que Él sabe mejor que tú lo mejor para tu vida? ¿Puedes esperar su tiempo para contestar esa oración?

14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;

Todos esos años en la oscuridad. Fielmente sirviendo a Dios. Haciendo lo recto. Sin recompensa. Sin gozo. Y su única misión es traer a este mundo un niño muy especial. ¿Estarías bien si tienes que esperar hasta los 60 para algo importante que Dios tiene para ti? ¿Puedes esperar tantos años para gozo y alegría?

15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

¡Ni siquiera Jesucristo fue lleno del Espíritu desde el vientre! ¡El Espíritu vino sobre Él en su bautismo! A manos de este mismo Juan Bautista que anuncia el ángel.

16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

Hará que muchos hijos de Israel se conviertan al Señor. ¿No son ya parte del pueblo escogido? Sí, pero hay muchos en la iglesia hoy que tienen que convertirse al Señor. Necesitan un arrepentimiento genuino.

17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías,

Yo creo que Dios quiere levantar a muchos con el espíritu y el poder de Elías. La unción de Elías era muy especial, pero nosotros ahora tenemos el Espíritu Santo. En lugar de un solo hombre, ahora habrá un gran ejército en todo el mundo moviéndose en el espíritu y el poder de ese gran profeta. ¿Quieres andar en el espíritu y el poder de Elías?

para hacer volver los corazones de los padres a los hijos,

Cuando pensamos en Elías, pensamos en los milagros que hizo. Pero aquí lo primero que dice que haría es hacer volver los corazones de los padres a los hijos.

¿Cómo está tu corazón? ¿Hay necesidad de perdón, restauración o reconciliación con tus hijos? ¿Está tu corazón endurecido hacia un hijo? En Malaquías donde primero aparece esta profecía, dice también que hará volver los corazones de los hijos a sus padres. ¿Hay ira en tu corazón hacia tu papá? ¿Tienes que perdonarlo? ¿Tienes que buscarlo con la posibilidad de restauración?

y de los rebeldes a la prudencia de los justos,

para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Zacarías fue el primero en enterarse de la venida del Mesías. El fin de todo lo que haría Juan sería preparar al Señor a un pueblo bien dispuesto. Dios quiere prepararte para algo grande. Para andar en el espíritu y poder de Elías. Pero Él tiene que quitar toda rebeldía. ¿Eres consciente de rebelión en tu corazón? ¿Hacia Dios, tu esposo o tu jefe? ¿Estas andando en justicia? ¿O estás haciendo cosas imprudentes?

18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Después de tantos años sirviendo a Dios y pidiendo un milagro, no tiene la fe para recibir esta palabra. No tiene sentido. Lógicamente es imposible. Elisabet ya ha pasado por la menopausia. ¿Qué te parece imposible en tu circunstancia?

19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

Cuando Dios envía a un ángel u otro mensajero con una palabra, tenemos que prestarle atención. El único castigo para Zacarías es que queda mudo hasta el nacimiento. Lo que Dios promete lo da, y lo cumple a su tiempo.

21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el santuario. 22 Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el santuario. Él les hablaba por señas, y permaneció mudo. 23 Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa.

Elisabet estaba esperándolo. Quería escuchar las historias de su experiencia en el templo. ¡Pero llegó a casa mudo! ¡Y este viejo solo quiere acostarse con ella y hacer el amor!

24 Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo: 25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.

¿Hay alguna afrenta que te aflija? ¿Algo vergonzoso en tu vida? Siempre te sentiste despreciado por los demás. ¿Crees que el Señor puede y quiere quitar esa afrenta?

Él quiere que muchos que se llaman hijos de Dios y cristianos se conviertan al Señor su Dios. ¿Tienes que arrepentirte y genuinamente convertirte al Señor? Dios quiere liberarte de toda rebelión e imprudencia.

Zacarías y Elisabet carecían de gozo y alegría. Eran justos, pero la infertilidad les robó esa alegría. Cantamos de gozo. Supuestamente esta es una temporada de mucho gozo, pero para muchos no lo es. Dios quiere restaurar el gozo de tu salvación.

¿Cómo está tu corazón hacia tus hijos? ¿Se ha endurecido? ¿O hacia tu papá? Dios quiere restaurar esa relación. Quiere volver tu corazón a tus hijos y a tu padre.

La primera palabra para Zacarías era “No temas”. Dios quiere quitar todo temor de tu corazón; ha oído tu oración.

Zacarías dudaba la palabra de Dios. ¿Hay dudas en tu corazón? Para Zacarías, sería imposible tener a un hijo. Pero no hay nada imposible para Dios. Ese dolor en su familia le parece imposible de sanar. ¿Hay algo que parezca imposible en tu matrimonio? ¿Con tus hijos? ¿En tu caminar con Dios?