Un error cometido al actuar en la carne; Hechos 1:15-26

Muchos vienen a la Biblia con lentes – lentes de lo que han escuchado de un sacerdote, pastor o YouTube. Lentes de libros que han leído. Queremos quitar esos lentes y dejar que el Espíritu Santo nos hable. Cuando abrimos la Biblia siempre queremos leer la palabra misma primero. Hay Biblias de estudio escritas por pastores famosos. El peligro es leer sus notas y no dejar que el Espíritu te hable. Sus comentarios no tienen la misma inspiración que las escrituras. Después de leer y orar y reflexionar, podemos leer varias traducciones para discernir mejor el significado del pasaje. Siempre es bueno tener un cuaderno para anotar nuestras observaciones o preguntas. Entonces podemos leer varios comentarios, desde varias perspectivas. Luego, guiados por el Espíritu, hacemos nuestra interpretación, y siempre una aplicación personal. Estudiar la Biblia nunca es solo un ejercicio intelectual. Queremos dejar que la Palabra nos forme y transforme nuestras vidas.

El caso aquí no está cerrado. Los mejores eruditos no son unánimes. Hay quienes creen que Pedro hizo lo correcto. Hay otros que creen que él no, y yo estoy de acuerdo con ellos. No soy dogmático; puedo estar equivocado. Estudiemos el pasaje; entonces sacaré mis conclusiones, y tú puedes sacar las tuyas. Sea lo que sea, por favor sigue leyendo el libro; no es un asunto de tanta importancia.

15 Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas.

Este es el primer discurso registrado de Pedro. No es sorprendente que él haya tomado la iniciativa. Puede ser que él ya estaba harto de orar y esperar. Recuerda que fue Pedro en Juan 21 quien sugirió volver a pescar porque estaba cansado de esperar a Jesús. Nos cuesta mucho esperar. Queremos hacer algo. El peligro es hacer algo que no sea la voluntad de Dios (como en el famoso pasaje de Mateo 7:21-23).

16 Les dijo: «Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura que, por boca de David, había predicho el Espíritu Santo en cuanto a Judas, el que sirvió de guía a los que arrestaron a Jesús. 17 Judas se contaba entre los nuestros y participaba en nuestro ministerio. 

Él empieza bien, citando la Biblia. La traición y el suicidio de Judas tuvieron que ser muy fuertes para los discípulos. Él era uno de ellos. Durante tres años estaban muy unidos. Judas participaba en el ministerio igual a ellos, predicando, sanando y echando fuera demonios. Seguramente había una mezcla de ira, tristeza y dudas acerca de cómo podría suceder. Pedro posiblemente estaba reflexionando sobre eso mientras oraba, y esta escritura le vino a la mente. No siempre tenemos que compartir todo lo que el Señor nos revela, pero siendo Pedro, lo hace.

Lucas agrega una explicación de la muerte de Judas:

18 (Con el dinero que obtuvo por su crimen, Judas compró un terreno; allí cayó de cabeza, se reventó, y se le salieron las vísceras. 19 Todos en Jerusalén se enteraron de ello, así que aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de Sangre”).

Puede parecer una contradicción a lo que dice Mateo 27:5: Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó. Pero podría ser que cuando se ahorcó (o un rato después) el cuerpo cayó y se reventó. Fue una muerte muy fea, pero la paga del pecado siempre es la muerte, y Judas es un buen ejemplo de las consecuencias de negar o traicionar a Jesús, o ser cegado por las riquezas.

20 »Porque en el libro de los Salmos —continuó Pedro— está escrito: »“Que su lugar quede desierto,
y que nadie lo habite”.

Pedro cita el Salmo 69 (verso 25) donde David habla de los enemigos de Dios y los maldice, pidiendo el castigo de Dios sobre ellos. Hay varias referencias en los Evangelios que aplican este Salmo a Cristo, incluyendo una del mismo Jesús (Juan 15:25).

También está escrito:

»“Que otro se haga cargo de su oficio”.

Este es el versículo 8 del Salmo 109, también escrito por David, y es otra súplica a Dios para que juzgue a sus enemigos. Como en varios ejemplos de textos del Antiguo Testamento citados en el Nuevo Testamento, no parece muy claro que estas citas se apliquen a Judas. Es una práctica muy común hoy en día: citar versos para apoyar algo que la persona cree o quiere hacer, independientemente del contexto o el significado basado en una sana interpretación.

21-22 Por tanto, es preciso que se una a nosotros un testigo de la resurrección, uno de los que nos acompañaban todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros, desde que Juan bautizaba hasta el día en que Jesús fue llevado de entre nosotros».

Pedro termina postulando una respuesta a la muerte de Judas: elegir un nuevo apóstol. Él da tres calificaciones muy claras:

  1. Tiene que ser testigo de la resurrección.
  2. Tenía que acompañarlos todo el tiempo que Jesús vivió entre ellos.
  3. El plazo tenía que ser del ministerio de Juan hasta ese día reciente cuando Jesús ascendió al Padre.

No habría muchos que cumplirían con todos estos requisitos; posiblemente algunos del grupo de los Setenta que siguió a Jesús. Estos no aparecen en otra parte como requisitos para un apóstol, y eran en parte la base de la lucha continua de Pablo para defender su apostolado (él no cumplió ninguno de estos requisitos). Jesús nunca los dio como necesarias para ser un apóstol.

23 Así que propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, apodado el Justo, y a Matías. 24 Y oraron así: «Señor, tú que conoces el corazón de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido 25 para que se haga cargo del servicio apostólico que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía». 26 Luego echaron suertes y la elección recayó en Matías; así que él fue reconocido junto con los once apóstoles.

Al igual que la influencia de Pedro que vemos en Juan 21 cuando salieron a pescar, no hay argumento de los demás. No sabemos cuántos calificaron, pero propusieron a dos. Oraron después de seleccionarlos, y le ofrecieron a Jesús las dos opciones. Terminan echando suertes para discernir la voluntad del Señor.

¿Por qué pienso yo que actuaron en la carne?

  1. Jesús nunca dijo nada acerca de elegir otro apóstol. Fue Jesús quien designó a los primeros, y en la iglesia es su Espíritu que llama, confirma y envía apóstoles. El versículo dos de este capítulo enfatiza que fue Jesús quien escogió a los apóstoles. Si Él quisiera que alguien ocupara el lugar de Judas, seguramente Él lo hubiera escogido durante los 40 días posteriores a su resurrección.
  2. Es cierto que oraron, pero ellos ya habían elegido a los dos candidatos. Oraron después de tomar la decisión de nombrar a otro apóstol. Es muy común en la iglesia de hoy; tomamos la decisión y oramos para que Dios la bendiga. O le ofrecemos a Dios algunas opciones, en lugar de entregarle todo a Él. Para algo tan importante, debe quedar muy claro lo que quiere Dios.
  3. Echar suertes era común en el Antiguo Testamento, pero solo en los primeros años de la nación se vio de manera positiva (Levítico 16:8, Números 26:55 y Josué 7:14 y 18:6). Ningún ejemplo tiene que ver con algo de mucha importancia espiritual. Los otros ejemplos no son de gente piadosa (el rey Saúl en 1 Samuel 14:42, los marineros en Jonás 1:7, Amán en Ester y los soldados en la crucifixión de Jesús). Nunca se practicó en el ministerio de Jesús o después de Pentecostés. El patrón es orar juntos, esperar una palabra de Dios y llegar a un acuerdo unánime.
  4. Pedro toma escrituras totalmente fuera de contexto para apoyar su plan. ¡Y se contradicen entre sí! La primera dice que nadie habite su lugar, la segunda que otro se haga cargo de su oficio.
  5. Nunca escuchamos nada más sobre Matías. Es cierto que hay otros de los Doce que no aparecen en Hechos, pero es raro que él nunca aparezca, ni siquiera en los libros apócrifos del primer siglo.
  6. Cuando Jacobo murió varios años después, no hicieron nada para nombrar a otro apóstol que tomara su lugar.
  7. Muchos creen que la selección de Dios fue Pablo. Los frutos de esa elección lo confirman. Pedro y los demás no querían esperar el tiempo del Señor.

Dios no los reprende. Parece que Él simplemente ignora algo hecho en la carne, sabiendo que pronto el Espíritu Santo los bautizaría y se transformarían. Pero hay varias consecuencias posibles cuando actuamos en la carne:

  1. Lastimamos a la persona elegida, en este caso Matías. Le damos una falsa esperanza y un llamado que no es de Dios.
  2. Damos un mal ejemplo para los creyentes jóvenes.
  3. Podemos causar conflictos, como los que existieron a veces entre Pablo y los demás apóstoles.

¿Fue un error? Yo puedo estar equivocado, pero creo que hay varios puntos importantes para nuestra reflexión que nos pueden ayudar cuando estamos administrando la iglesia de Jesucristo. Me recuerda la queja de Dios contra Israel en Oseas 8:4: Establecen reyes que yo no apruebo, y escogen autoridades que no conozco. Yo no quiero caer en el error de Israel, o hacer en la carne algo tan importante como elegir a un apóstol.

¿Cuál sería la aplicación de este pasaje?

  • Si eres pastor o líder, tienes una gran responsabilidad de guiar bien a tu gente. Espera en el Señor por su voluntad. Ten mucho cuidado de no perseguir cosas dudosas, como echar suertes, para discernir la voluntad de Dios. Y ten la humildad de confesar errores y recibir la corrección del Señor u otros.
  • Si eres un seguidor, y ves algo cuestionable, ten la confianza de cuestionar al pastor o líder. No son infalibles. Con humildad, puedes cuestionar una decisión que parece estar en contra de la palabra de Dios.
  • Aprende a interpretar la Palabra de Dios sanamente.