Una amenaza a la unidad de la iglesia y su resolución; Hechos 6:1-7:70

El problema

1En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. 

Acabamos de ver las mentiras de Ananías y Safira y el intento del diablo de corromper a la iglesia con hipocresía. Fue la primera indicación de un problema dentro de la iglesia, pero ahora hay un problema con el potencial de dividirla.

He comentado que los apóstoles no respondieron al crecimiento de la iglesia con programas. Tampoco tenemos registro de que Jesucristo haya hablado de la importancia de alimentar a las viudas. Jesús nos mandó hacer discípulos, sanar a los enfermos, liberar a los endemoniados y amar. Pero el amor se manifiesta en la vida cotidiana, en el cuidado de los necesitados, y casi siempre toca la economía de alguna manera. Por su propia voluntad, los hermanos vendieron casas y terrenos (entregando el dinero a los apóstoles), por el impresionante resultado de eliminar de toda necesidad financiera en la iglesia. Ahora vemos que rápidamente establecieron un programa diario de distribución de alimentos a las viudas, que puede ser masivo en una iglesia de más de diez mil personas. Un programa tan grande invita a abusos y quejas. A pesar de la presencia de Dios en la iglesia, todavía son seres humanos, y había un problema.

Siempre habrá problemas, y por desgracia, siempre habrá quejas, incluso entre los redimidos del Señor. Era un problema fatal para los hebreos en el éxodo, y ahora también ha invadido la iglesia. Cuando el diablo no logra su resultado deseado con ataques desde el exterior, las murmuraciones (RVR) pueden destruir una iglesia desde adentro.

No es nada nuevo tener problemas de cultura, nacionalidad e idioma. Esas divisiones naturales prueban la unidad de cualquier iglesia, incluso la iglesia primitiva. Algunos de los creyentes hablaban griega. Se criaron en otras provincias del imperio, el resultado de la diáspora judía, y tenían una cultura muy diferente de los judíos de habla aramea en Judá. La diferencia en el idioma crea dificultades, y los hablantes de griega tendían a ser más prósperos y más estudiados. Pero eran “extranjeros,” y de alguna manera (ya sea realidad o percepción) en la distribución de alimentos, sus viudas fueron desatendidas (NTV: discriminadas). Es triste, pero la realidad es que la discriminación es demasiado común en la iglesia hoy, ya sea de raza, idioma, cultura, clase o cualquier otra diferencia que pueda existir entre nosotros. Siempre debemos vigilar y luchar contra esa discriminación.

La solución

Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra».

Los doce tomaron la iniciativa: No lo hizo en secreto; reunieron a toda la comunidad y presentaron una solución al problema. Parece que era una cuestión de prioridades y tiempo: los apóstoles no solo predicaron e hicieron el ministerio, sino también administraron estos programas. Es una prioridad que muchos pastores deben observar: Dedicarse a la oración y el ministerio de la palabra en lugar de ocuparse de los detalles de edificios y programas.

Su solución es delegar; otorgar a hombres fieles la responsabilidad de servir y atender a todas las viudas cuidadosamente, pero en lugar de escogerlos, los apóstoles confían en la iglesia para hacer esta selección y así mantener su propiedad del programa. Los apóstoles solo exigieron algunas características de los candidatos:

  1. Serian siete; el número de consumación en la Biblia.
  2. Hombres (y eran hombres) de buena reputación.
  3. Hombres llenos del Espíritu.
  4. Hombres llenos de sabiduría.

No eran cuestiones de habilidad sino de carácter y espiritualidad. Es importante tener en cuenta que las calificaciones para un ministerio de servicio son tan altas como para el ministerio de la palabra. A veces, la iglesia puede elegir un hombre de negocios exitoso o alguien altamente estudiado que parezca calificado para administrar los negocios de la iglesia, pero no tienen esas calificaciones espirituales. ¿Buscamos estas calidades en los diáconos en nuestras iglesias? ¿Tenemos incluso diáconos?

Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.

Cuando presentamos algo sabio, inspirado por el Espíritu, agradará a toda la iglesia. No dice cómo fueron elegidos, pero fueron presentados a los apóstoles. Ellos no cuestionaron su elección, pero oraron y les impusieron las manos para ordenarlos a este ministerio.

Todos tenían nombres griegos, lo que implica que incluso los que hablaban arameo tenían conocimiento de la cultura griega. Desde el principio, Esteban fue destallado como un hombre lleno de fe y del Espíritu. Fue nombrado primero y obviamente era un hombre especial. De los demás, vamos a conocer a Felipe en el capítulo 8, Nicolás era un prosélito (gentil que había aceptado la religión judía) de la ciudad de Antioquía y, por lo tanto, de habla griega. El grupo tendría la diversidad necesaria para atender bien a las viudas griegas.

El resultado

Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Este versículo sigue el patrón normal de Hechos; un resumen o retrato del estado de la iglesia. Este es el primero de seis resúmenes del crecimiento de la iglesia en Hechos (9:31, 12:24, 16:5, 19:20 y 28:30-31). El mensaje es claro: La naturaleza de la iglesia es crecer.

Con los apóstoles liberados de los detalles del programa de alimentación, se dedicaron a la palabra, que se difundía aún más. Cuando hacemos cosas en obediencia al Espíritu, veremos más crecimiento. Incluso muchos sacerdotes aceptaron a Jesús como su Mesías, y el número de discípulos aumentaba considerablemente (se multiplicaba grandemente, RVR). Ese éxito y crecimiento a menudo causan envidia y persecución.

Oposición levantada por celos

Esteban, hombre lleno de la gracia y del poder de Dios, hacía grandes prodigios y señales milagrosas entre el pueblo. 

¿Has notado la importancia de hombres que caminan con Jesús en el poder del Espíritu? Hasta ahora, en Hechos, Pedro se ha destacado, pero ya Dios está levantando a otros. Lamentablemente, este poderoso ministerio de Esteban será de corta duración, pero pronto veremos a Felipe, Pablo, Bernabé y otros que son instrumentos en las manos del Señor. ¿Puede que tú seas un hombre (o mujer) que Dios usa en señales y prodigios?

Seleccionaron a Esteban para coordinar el ministerio de alimentación de las viudas, pero está claro que tiene un llamado más amplio. Eso pasa mucho en iglesia; alguien puede empezar con un ministerio humilde, pero cuando sirve fielmente, Dios le abre otras puertas. Ya dijo que Esteban estaba lleno del Espíritu, de fe y de sabiduría, y tenía una buena reputación; ahora dice que estaba lleno de la gracia y el poder de Dios.

Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban. (DHH)

Ya hemos visto la tensión que invadió incluso la iglesia de Jesucristo, entre creyentes de habla aramea y griega. Tal como nosotros tenemos iglesias formadas en gran parte por un grupo étnico, así era entre los judíos también. Hay dos grupos nombrados aquí; los dos de una minoría:

  1. Una sinagoga compuesta de esclavos libertados y sus descendientes.
  2. Un grupo de extranjeros; judíos de nacimiento y algunos prosélitos, pero de una cultura distinta.

No sabemos por qué discutieron con Esteban. Posiblemente tenía algo que ver con la alimentación de las viudas, pero más probablemente con el poder de su ministerio de palabra y señales milagrosas, que atrajeron a muchos de esos grupos a Cristo.

10 Como no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba Esteban, 11 instigaron a unos hombres a decir: «Hemos oído a Esteban blasfemar contra Moisés y contra Dios».

El hombre impío se frustra aún más cuando no puede hacer frente al cristiano. Esteban fue inspirado por el Espíritu Santo y ellos no podían competir con su sabiduría. Así que inventaron un caso, un caso muy serio, de blasfemia contra Moisés y contra Dios. El diablo los utilizó para instigar a otros, y lamentablemente muchos creyeron las mentiras. ¿Te suenan familiares las acusaciones contra Esteban? De tal palo, tal astilla;  dijeron lo mismo sobre Jesús (Marcos 14:64, Juan 10:33).

Debemos tener mucho cuidado hoy con lo que creemos en las redes sociales. Todos tienen sus opiniones y quejas. Las discusiones teológicas siempre son peligrosas, y pueden rápidamente descender en calumnia, mentiras e incluso demandas legales. Tenemos que resistir la tentación de caer en lo mismo.

Esteban ante el Consejo

12 Agitaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley. Se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo. 13 Presentaron testigos falsos, que declararon: «Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la ley. 14 Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dejó Moisés».

Estos no son los líderes de los judíos que agitan al pueblo; son de una sinagoga de extranjeros, pero solo unas pocas personas pueden causar caos. Con tanta gente, fácilmente se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo (o el Concilio) de los líderes judíos. Al igual que con Jesús, un juicio justo sería imposible con estas mentiras. Es interesante que sus acusaciones se centren en un edificio (el templo) y tradiciones. Este es el tercero (y más fuerte) de los intentos del diablo de destruir la iglesia.

¿Había alguna base para sus acusaciones? Es cierto que Jesús dijo que su cuerpo espiritual, la iglesia, tomaría el lugar del templo. Jerusalén ya no sería el centro del culto. Jesús también profetizó, correctamente, que ese templo sería destruido. De hecho, fue destruido por los romanos en el 70 d.C., y nunca fue reconstruido. Jesús también habló frecuentemente en contra de las tradiciones que los judíos guardaban fuera de la ley, más notable en el Sermón del Monte. Jesús mismo es el cumplimiento de la ley.

15 Todos los que estaban sentados en el Consejo fijaron la mirada en Esteban y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.

No podían dejar de mirar al rostro de Esteban; nunca habían visto a un hombre tan parecido a un ángel. En la Biblia, solo el rostro de Moisés brilló así.

La predicación de Esteban

El capítulo seis es el capítulo más breve de Hechos; el séptimo es el más largo. La mayor parte de ese capítulo es la prédica de Esteban al Consejo. Empieza con un resumen de la historia de Israel, en cuatro épocas:

  1. Abraham y los patriarcas (7:2-8).
  2. José y el exilio en Egipto (9-19).
  3. Moisés y el éxodo en el desierto (20-44). Señala la rebelión del pueblo y su deseo de volver a Egipto como la primera evidencia de la dureza de sus corazones.
  4. David y Solomón y el establecimiento de la monarquía (45-50).

En cada una de esas épocas, la presencia de Dios no se limitaba a un solo lugar. Dios es un dios vivo, que se mueve y hace cosas nuevas. El Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas (7:48). Así, Esteban despreció la importancia que daban al templo (y nos da una pausa para reflexionar sobre nuestra atracción por los edificios).

Ellos escucharon atentamente hasta ese punto, pero entonces Esteban los condena y no pueden tolerar más:

51 »¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado 53 ustedes, que recibieron la ley promulgada por medio de ángeles y no la han obedecido».

Este es un hombre valiente, sin temor ninguno, sabiendo que probablemente lo matarían. Una y otra vez denuncia a estos líderes del país y de la religión:

  • Son tercos.
  • Duros de corazón.
  • Torpes de oídos.
  • Iguales a sus antepasados; siempre resisten al Espíritu Santo.
  • Igual a ellos, persiguen a los profetas de Dios.
  • Mataron a Juan el Bautista, quien anunció la venida del Mesías de antemano.
  • Traicionaron y asesinaron a Jesús, el Justo.

Tenían el gran privilegio de recibir la ley promulgada por medio de ángeles. ¡La misma ley que los acusadores de Esteban dicen que él habla en contra, y ellos no la han obedecido! Con esa condenación, ¿qué otra opción tienen estos líderes?

El primer mártir

54 Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.

56 —¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!

Las piedras no le importan a Esteban. ¡Ya ha visto a Jesús y la gloria del cielo! Pensamos en Cristo sentado a la diestra del Padre, pero aquí está de pie, tal vez listo para recibir a Esteban.

57 Entonces ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, 58 lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo.

Esta es la presentación de Saulo. Quizás él era parte del grupo de extranjeros, como era de Tarso y de habla griega. No participó en la lapidación, pero el primer versículo del capítulo ocho dice: Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban (¿por qué alguien separó ese versículo del capítulo siete?). Es casi como Saulo estuviera supervisando su muerte.

Es difícil aceptar el cambio y confesar estar equivocados. Por desgracia, a lo largo de los siglos de la historia de la iglesia, muchas personas murieron a manos de otros cristianos que no querían aceptar el cambio, no querían renunciar su posición y no querían confesar que estaban equivocados o en pecado.

59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. —Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.— 60 Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!— Cuando hubo dicho esto, murió (griego: durmió).

Al igual que Jesucristo, mientras muere, pide perdón por sus asesinos. Y así murió el primer mártir cristiano. ¿Por qué permitiría Dios que alguien tan donado y piadoso muriera así? Esas son las preguntas que son difíciles de contestar. Pero ese día empezó una obra poderosa en la vida del joven Saulo, y la persecución resultó en un gran crecimiento para la iglesia.

Una liberación milagrosa de la cárcel; Hechos 5:12-42

Ya hemos visto un patrón en este libro: algún evento o milagro (el Espíritu derramado, el cojo sanado), una predicación (en ambos casos por Pedro), y luego otro retrato de la iglesia. En el capítulo cuatro hubo la primera oposición del establecimiento religioso a los apóstoles, pero no detuvo el crecimiento de la iglesia. Acabamos de ver un pecado fuertemente juzgado por el Señor, pero la iglesia sigue adelante. Puedes ver lo mismo en tu vida: estás caminando bien cuando sucede algo: una enfermedad, un accidente o una crisis económica. Al principio puede parecer un desastre, y puedas estar confundido y preguntar a Dios “¿por qué?”. Pero Dios te ayuda y terminas en paz; puedes ver la mano del Señor en la prueba. Se puede ver el mismo patrón en muchas de las experiencias de la vida de Cristo. Así es la vida cuando andamos como Cristo anduvo.

Una vida sobrenatural

Aquí está el retrato de lo que les está sucediendo a los creyentes ahora:

12 Por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo; y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón. 

Hay un ambiente sobrenatural: fuego, avivamiento y mucha expectativa de manifestaciones del poder de Dios. Sigue el patrón evidente en el ministerio de Jesús: milagros y señales que preparan a la gente para la palabra. Esas predicaciones ya han ganado miles para el reino de Dios (aquí no se menciona la palabra, sino solo los muchos señales y prodigios).

Lo impresionante es la vida corporal de la iglesia y las reuniones diarias en el templo, en el Pórtico de Salomón; el mismo Pórtico donde Pedro predicó en el capítulo tres. Todos los creyentes estaban allí. Raramente hoy encontramos a todos los creyentes de una iglesia presentes para un culto, pero aquí el Señor se movía de tal manera que nadie quería perderse ninguna reunión. Y estaban de común acuerdo, unánimes (RVR y LBLA). Mantuvieron la unidad, a pesar de las multitudes de nuevos creyentes y la gran diversidad en la iglesia.

13 Nadie entre el pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque los elogiaban. 14 Y seguía aumentando el número de los que confiaban en el Señor. 

Eso es extraño. Las multitudes se unieron a la iglesia, pero dice que de entre el pueblo (se supone de los judíos que no habían aceptado a Jesús) nadie se atrevía a juntarse con ellos. Es decir que había una distinción muy clara entre creyentes y los inconversos. Tal vez la experiencia de Ananías y Safira, o el temor que se menciona varias veces, los hizo sentir miedo, pero de alguna manera muchos lo superaron para confiar en Jesús y unirse a la iglesia.

Qué bueno que los inconversos tenían a los creyentes en gran estima, elogiándolos. Mantenían un testimonio muy bueno en su vida cotidiana, y contaron con el respeto de toda la comunidad. Sus vidas y su ejemplo atrajeron a los inconversos, lo que resultó en muchas conversiones. ¿No es ésta la iglesia que Jesús quiere? ¿No es eso lo que quieres tú en una iglesia? El compañerismo, la unidad, las manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios y una buena reputación con la gente fuera de la iglesia. ¿Crees que es posible hoy?

15 Era tal la multitud de hombres y mujeres que hasta sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. 

Esto está afectando a toda la ciudad. Pedro se ha convertido en una súper estrella, con tanta unción y poder espiritual, y una reputación tan alta, que parece que su misma sombra cayendo sobre alguien podría sanarlo.

16 También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas.

Aquí hay dos palabras que ya se ven muchas veces en Hechos: “multitudes” y “todos.” ¡No es de extrañar que hubiera multitudes! Hay mucha fe y muchas expectativas. Cada persona enferma o atormentada salió sana. Trajeron enfermos de todos los pueblos vecinos. Es parecido a lo que hemos escuchado de algunos avivamientos hoy y en el pasado que han impactado a todo un país. Es una transformación. Todos hablan de este Jesús que sigue haciendo milagros por medio de sus discípulos.

El diablo dice “basta:” Los apóstoles metidos a la cárcel

Lamentablemente, cuando Dios se mueve con tanto poder, siempre habrá envidia, a menudo de otros pastores y otras iglesias, pero en este caso de los sacerdotes y líderes de los judíos. ¿Qué pueden hacer? Ya han amenazado a Pedro y a Juan, pero eso solo los envalentonó más. Sabemos que nuestra lucha no es contra sangre y carne (Efesios 6:12), sino contra los principados y potestades del maligno. Este es el segundo de tres intentos de parte del establecimiento religioso para detener la iglesia.

17 El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. 18 Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común. 

Esta es la segunda vez que fueron encarcelados. No dice exactamente quienes fueron; seguramente Pedro y Juan, pero posiblemente todos los apóstoles que Jesús nombro.

Otro “pero” de Dios

19 Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó. 20 «Vayan —les dijo—, preséntense en el templo y comuniquen al pueblo todo este mensaje de vida».

La Biblia está llena de “peros,” y este “pero” es poderoso. Nadie lo pidió ni lo declaró. Dios actúa soberanamente. Una cárcel no es un problema para Dios; Él simplemente manda a un ángel parar abrir las puertas y sacarlos de la cárcel. ¡Tantos reos le han pedido a Dios que envíe a ese ángel a su cárcel! Sabemos que Dios puede. ¡Gloria a Dios por esos milagros! Pero sabemos también que no es siempre así.

En lugar de esconderse, dejando a Jerusalén para ir a un lugar más tranquilo, o al menos no predicar en público en el templo, el ángel les ordena que aparezcan en el templo y continúen predicando.

¿Qué harías tú? ¿Eres obediente a compartir el mensaje de la vida a pesar de las consecuencias?

21 Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los ancianos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. 22 Pero, al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe: 23 «Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero, cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro».

Al amanecer hay tres escenas muy distintas:

  1. En el templo los apóstoles se ponen a enseñar. No pierden ni una hora para ministrar a la gente. No hay evidencia de temor; obedecen la palabra del Señor.
  2. En el gran salón de la asamblea general, los ancianos de Israel, encabezados por el sumo sacerdote, convocan al Consejo, con la esperanza de parar este movimiento. Ya sea crucifixión o cárcel, tienen que hacer algo para preservar su posición y la paz de Jerusalén.
  3. La cárcel está vacía, pero no hay evidencia de una fuga. Todo está en orden (¡el ángel cerró la puertas después de sacarlos!), pero hay una gran sorpresa adentro. Los guardias traen la noticia al Consejo.

24 Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello. 25 En esto, se presentó alguien que les informó: «¡Miren! Los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo». 26 Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente. 

Qué bueno cuando la obra de Dios deja a sus enemigos perplejos. No hay explicación para su presencia en el templo, y ya tienen una gran audiencia en ese momento; tantos que los guardias temen ser apedreados por ellos. Los apóstoles no resisten; saben que están en la voluntad de Dios y confían en Él, pase lo que pase.

Los apóstoles ante el Consejo

27 Los condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les reclamó: 28 —Terminantemente les hemos prohibido enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte de ese hombre.

La raíz de su ira es la culpa por la muerte de Jesús. Es el nombre de Jesús que siempre es el problema. Tenemos que enseñar y ministrar en ese nombre, como si Jesús mismo estuviera hablando. Cuando enseñamos así, hay un impacto poderoso. Esta no es una “exageración evangelística” (que lamentablemente, muchos ministros cometen). La verdad obvia es que la ciudad está llena de esta enseñanza. Todos hablan de los milagros y la vida de la iglesia.

¿Cómo responderán los apóstoles? ¿Qué dirías tú?

29 —¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—. 

Pedro ya les dijo lo mismo la última vez. Es un tema delicado, porque la Biblia también enseña la importancia de obedecer a las autoridades que Dios ha establecido. Pero cuando hay un claro conflicto entre la voluntad de Dios y la de los hombres inconversos, tenemos que obedecer a Dios, a pesar de las consecuencias. Solo tenemos que estar seguros de que Dios realmente lo ha mandado, y no es simplemente una excusa para hacer lo que queremos hacer.

30 El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. 31 Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Nosotros somos testigos de estos acontecimientos, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha dado a quienes le obedecen.

Dadas las circunstancias, uno podría esperar que Pedro diga algo para calmar al Consejo, pero fuertemente los acusa de ser responsables de la muerte del “Príncipe y Salvador.” Nuevamente, el enfoque sencillo de su breve mensaje es Jesús. Los  apóstoles son testigos del Cristo resucitado y no pueden dejar de compartir esta buena noticia de arrepentimiento y perdón de pecados que Israel necesita tanto. Y ellos no son los únicos, el Espíritu Santo de Dios también es testigo.

Pedro dice algo interesante sobre el Espíritu aquí: es un don, pero no para todos; es para aquellos que obedecen a Dios. Este Espíritu trabaja con nosotros hoy para testificar sobre Jesucristo. Pedro inicia y concluye sus palabras hablando de la obediencia. ¿Son estos líderes judíos obedientes a Dios? Pedro no lo dice, pero es obvio que él cree que no. Los apóstoles han experimentado las bendiciones de la obediencia, sobre todo la presencia del Espíritu Santo, y no van a arriesgar esa unción al desobedecer a su Señor.

¿Y tú? ¿Cómo está tu obediencia? ¿Puede que la desobediencia sea una razón por la cual no experimentas más de la plenitud del Espíritu?

La decisión del Consejo

33 A los que oyeron esto se les subió la sangre a la cabeza y querían matarlos. 

¡Es muy frustrante!

  • Crucificaron a Jesús para poner un fin a sus enseñanzas, y Dios lo resucitó.
  • Mandaron a los apóstoles que no hablaran más en el nombre de Jesús, y la evidencia de todas las sanidades y liberaciones, y el apoyo popular es tanto que tienen miedo de matarlos.
  • Los arrestan y los encarcelan, y un ángel abre las puertas de la cárcel.

Estos son hombre comunes, y el Consejo tiene mucho dinero y mucho poder, ¡pero son impotentes frente a los apóstoles! Pedro no hizo nada para acomodar al Consejo o tranquilizarlos. Están furiosos y decididos a matarlos, pero Dios tiene planes para ellos, y Él levanta a un fariseo con palabras muy sabias:

34 Pero un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la ley muy respetado por todo el pueblo, se puso de pie en el Consejo y mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles. 35 Luego dijo: «Hombres de Israel, piensen dos veces en lo que están a punto de hacer con estos hombres. 36 Hace algún tiempo surgió Teudas, jactándose de ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron y allí se acabó todo. 37 Después de él surgió Judas el galileo, en los días del censo, y logró que la gente lo siguiera. A él también lo mataron, y todos sus secuaces se dispersaron. 38 En este caso les aconsejo que dejen a estos hombres en paz. ¡Suéltenlos! Si lo que se proponen y hacen es de origen humano, fracasará; 39 pero, si es de Dios, no podrán destruirlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios».

En estas situaciones es fácil responder con las emociones, y sobre todo la ira. Pocas personas analizan la situación, reflexionan sobre la historia y lo que ha sucedido en otras situaciones parecidas, y hablan sabiamente. Creo que Dios inspiró a Gamaliel a decir estas palabras.

Hay momentos en la escrituras cuando tenemos que recordarnos que algunas palabras son de gente que no conoce a Dios. Las palabras de Gamaliel se citan muchas veces, como garantía de que algo de origen humano fracasará y que algo de Dios no puede ser destruido. Puede ser cierto en muchos casos, pero también sabemos que hay muchas cosas de origen humano que han prosperado, y hay obras de Dios que han sido destruidas por hombres malevolentes. Es duro luchar contra Dios, pero muchos lo hacen.

Posiblemente Gamaliel había escuchado las enseñanzas de Jesús y tenía verdadera fe en Dios. Era nieto del famoso rabino Hillel y maestro de Saulo, y muy respetado por todo el pueblo.  Ciertamente, sus palabras expresan esa fe: dejar a los apóstoles en las manos de Dios.

Se dejaron persuadir por Gamaliel. 40 Entonces llamaron a los apóstoles y, luego de azotarlos, les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron.

Aceptaron lo que surgió Gamaliel y los soltaron, pero no antes de azotarlos y ordenarles que no hablaran en el nombre de Jesús.

No dejan de andar con Jesús

41 Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre. 42 Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.

Al igual que la primera vez (en el capítulo 4) que amenazaron a los apóstoles, esto solo sirvió para animarlos aún más. No pueden dejar de enseñar y anunciar las buenas nuevas; cada día están ministrando no solo en el templo sino también de casa en casa. Así otra vez la porción termina con un retrato de la iglesia victoriosa.

Dios convertirá el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza (Oseas 2)

El libro de Oseas empieza con una fuerte denuncia del pueblo de Israel y su pecado, y un llamado al arrepentimiento (Oseas 1:2): El país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!

Dios, el amante de corazón roto por el adulterio de su “esposa”

Dios le dio a Oseas un mensaje que retrata la relación de Dios con su pueblo como un matrimonio. Dios lo acusa de infidelidad, de adulterio. Él ha hecho todo por ellos, pero han perseguido a otros dioses, adorando a los ídolos y a Baal. No significa que no sean religiosos; siempre guardan los sacrificios, el sábado y los días de fiesta. Pero con un corazón adúltero, esas cosas no agradan a Dios, y Él dice:

11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades.

Siempre hay consecuencias del adulterio, y siempre hay consecuencias de nuestra infidelidad y pecado.

De repente han puesto fin a todos los cultos y programas de las iglesias. ¿Podría ser una oportunidad para evaluar si realmente exaltan a Dios y lo complacen? ¿Para escudriñar nuestros corazones?

Dios destruirá los símbolos de la “vida buena” que disfrutaron como resultado de su adoración al dinero, el éxito y el placer:

12 Devastaré sus vides y sus higueras,
que consideraba la paga de sus amantes.
Las convertiré en maleza,
y los animales del campo acabarán con ellas.

Con el colapso de la economía, nos enfrentamos a la pérdida de un estilo de vida que puede ser más importante que nuestro amor a Dios y obediencia a Él.

13 La llamaré a cuentas por los días
en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses,
cuando se adornaba con zarcillos y joyas,
y, olvidándose de mí, se iba tras sus amantes
—afirma el Señor—.

¿Cuántas personas se han olvidado de Dios en su búsqueda de sexo ilícito, pornografía, horas de entretenimiento de Netflix y los “falsos dioses” de este mundo? Dios nos llama a cuentas por todas esas cosas, y las oportunidades perdidas para pasar tiempo con Él y ministrar a los demas. Nos llama a buscarlo de todo corazón.

El amante todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta

A pesar de ese pecado, ¡hay esperanza! ¡Dios siempre ama a sus hijos e hijas! Tiene un corazón dolorido como el de un amante rechazado, pero hará todo lo posible para conquistarnos de nuevo:

14 «Pero luego volveré a conquistarla.
La llevaré al desierto
y allí le hablaré tiernamente.

Como un hombre en el cortejo, Él nos llevará a un lugar para hablarnos tiernamente. ¿Puede este tiempo ser ese “desierto”? Otras versiones dicen que nos “atraerá” y nos “seducirá.” Escucha para la voz tierna del Señor.

15 Le devolveré sus viñedos
y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza.

Solo Dios en su gran amor puede convertir el valle de la Aflicción, el valle de la sombra de la muerte, en una puerta de esperanza. Dios quiere devolver lo que ha comido la langosta. Hay una puerta de esperanza ante de ti. Puede ser una puerta estrecha que entra en un camino angosto, pero la puerta se abre a una relación de amor con Dios.

Allí se me entregará
como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven,
cuando la liberé de su esclavitud en Egipto.

¿Te acuerdas de esos días cuando primero conociste a Jesús? ¿Cuándo Él te perdonó y te libró de tu pecado? ¿Y tú le entregaste todo a Él? Ya es tiempo volver al primer amor.

16 Al llegar ese día —dice el Señor—,
me llamarás “esposo mío”
en vez de “mi señor”.

¿Qué es la diferencia? El “señor” es alguien distante, que puede ser exigente. Dios quiere el amor, el compromiso y la fidelidad de una esposa.

17 Oh Israel, yo borraré los muchos nombres de Baal de tus labios
y nunca más los mencionarás.

Los falsos dioses ya han perdido su atracción. ¡Estás enamorado de Jesús! Ya no tienes que buscar ningún otro dios.

19 Te haré mi esposa para siempre,
mostrándote rectitud y justicia,
amor inagotable y compasión.
20 Te seré fiel y te haré mía
y por fin me conocerás como el Señor.

Qué triste. Después de tanto tiempo, por fin me conocerás como el Señor. ¡Dios quiere intimidad contigo! Varón, Él quiere mostrarte el mismo amor que tú tienes por tu esposa. Él toma la iniciativa, tal como un hombre inicia la relación con una mujer:

  • Te hará su amado, el suyo, para siempre.
  • Te mostrará rectitud y justicia.
  • Te mostrará amor inagotable.
  • Te mostrará compasión.
  • Te será fiel.

¡Y eso después de nuestra rebelión e infidelidad! Sí, en medio de este valle de la Aflicción, Dios te abre una puerta de esperanza. Una relación con Jesucristo, con el Dios vivo, como nunca la has tenido.