Una amenaza a la unidad de la iglesia y su resolución; Hechos 6:1-7:70

El problema

1En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. 

Acabamos de ver las mentiras de Ananías y Safira y el intento del diablo de corromper a la iglesia con hipocresía. Fue la primera indicación de un problema dentro de la iglesia, pero ahora hay un problema con el potencial de dividirla.

He comentado que los apóstoles no respondieron al crecimiento de la iglesia con programas. Tampoco tenemos registro de que Jesucristo haya hablado de la importancia de alimentar a las viudas. Jesús nos mandó hacer discípulos, sanar a los enfermos, liberar a los endemoniados y amar. Pero el amor se manifiesta en la vida cotidiana, en el cuidado de los necesitados, y casi siempre toca la economía de alguna manera. Por su propia voluntad, los hermanos vendieron casas y terrenos (entregando el dinero a los apóstoles), por el impresionante resultado de eliminar de toda necesidad financiera en la iglesia. Ahora vemos que rápidamente establecieron un programa diario de distribución de alimentos a las viudas, que puede ser masivo en una iglesia de más de diez mil personas. Un programa tan grande invita a abusos y quejas. A pesar de la presencia de Dios en la iglesia, todavía son seres humanos, y había un problema.

Siempre habrá problemas, y por desgracia, siempre habrá quejas, incluso entre los redimidos del Señor. Era un problema fatal para los hebreos en el éxodo, y ahora también ha invadido la iglesia. Cuando el diablo no logra su resultado deseado con ataques desde el exterior, las murmuraciones (RVR) pueden destruir una iglesia desde adentro.

No es nada nuevo tener problemas de cultura, nacionalidad e idioma. Esas divisiones naturales prueban la unidad de cualquier iglesia, incluso la iglesia primitiva. Algunos de los creyentes hablaban griega. Se criaron en otras provincias del imperio, el resultado de la diáspora judía, y tenían una cultura muy diferente de los judíos de habla aramea en Judá. La diferencia en el idioma crea dificultades, y los hablantes de griega tendían a ser más prósperos y más estudiados. Pero eran “extranjeros,” y de alguna manera (ya sea realidad o percepción) en la distribución de alimentos, sus viudas fueron desatendidas (NTV: discriminadas). Es triste, pero la realidad es que la discriminación es demasiado común en la iglesia hoy, ya sea de raza, idioma, cultura, clase o cualquier otra diferencia que pueda existir entre nosotros. Siempre debemos vigilar y luchar contra esa discriminación.

La solución

Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra».

Los doce tomaron la iniciativa: No lo hizo en secreto; reunieron a toda la comunidad y presentaron una solución al problema. Parece que era una cuestión de prioridades y tiempo: los apóstoles no solo predicaron e hicieron el ministerio, sino también administraron estos programas. Es una prioridad que muchos pastores deben observar: Dedicarse a la oración y el ministerio de la palabra en lugar de ocuparse de los detalles de edificios y programas.

Su solución es delegar; otorgar a hombres fieles la responsabilidad de servir y atender a todas las viudas cuidadosamente, pero en lugar de escogerlos, los apóstoles confían en la iglesia para hacer esta selección y así mantener su propiedad del programa. Los apóstoles solo exigieron algunas características de los candidatos:

  1. Serian siete; el número de consumación en la Biblia.
  2. Hombres (y eran hombres) de buena reputación.
  3. Hombres llenos del Espíritu.
  4. Hombres llenos de sabiduría.

No eran cuestiones de habilidad sino de carácter y espiritualidad. Es importante tener en cuenta que las calificaciones para un ministerio de servicio son tan altas como para el ministerio de la palabra. A veces, la iglesia puede elegir un hombre de negocios exitoso o alguien altamente estudiado que parezca calificado para administrar los negocios de la iglesia, pero no tienen esas calificaciones espirituales. ¿Buscamos estas calidades en los diáconos en nuestras iglesias? ¿Tenemos incluso diáconos?

Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.

Cuando presentamos algo sabio, inspirado por el Espíritu, agradará a toda la iglesia. No dice cómo fueron elegidos, pero fueron presentados a los apóstoles. Ellos no cuestionaron su elección, pero oraron y les impusieron las manos para ordenarlos a este ministerio.

Todos tenían nombres griegos, lo que implica que incluso los que hablaban arameo tenían conocimiento de la cultura griega. Desde el principio, Esteban fue destallado como un hombre lleno de fe y del Espíritu. Fue nombrado primero y obviamente era un hombre especial. De los demás, vamos a conocer a Felipe en el capítulo 8, Nicolás era un prosélito (gentil que había aceptado la religión judía) de la ciudad de Antioquía y, por lo tanto, de habla griega. El grupo tendría la diversidad necesaria para atender bien a las viudas griegas.

El resultado

Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Este versículo sigue el patrón normal de Hechos; un resumen o retrato del estado de la iglesia. Este es el primero de seis resúmenes del crecimiento de la iglesia en Hechos (9:31, 12:24, 16:5, 19:20 y 28:30-31). El mensaje es claro: La naturaleza de la iglesia es crecer.

Con los apóstoles liberados de los detalles del programa de alimentación, se dedicaron a la palabra, que se difundía aún más. Cuando hacemos cosas en obediencia al Espíritu, veremos más crecimiento. Incluso muchos sacerdotes aceptaron a Jesús como su Mesías, y el número de discípulos aumentaba considerablemente (se multiplicaba grandemente, RVR). Ese éxito y crecimiento a menudo causan envidia y persecución.

Oposición levantada por celos

Esteban, hombre lleno de la gracia y del poder de Dios, hacía grandes prodigios y señales milagrosas entre el pueblo. 

¿Has notado la importancia de hombres que caminan con Jesús en el poder del Espíritu? Hasta ahora, en Hechos, Pedro se ha destacado, pero ya Dios está levantando a otros. Lamentablemente, este poderoso ministerio de Esteban será de corta duración, pero pronto veremos a Felipe, Pablo, Bernabé y otros que son instrumentos en las manos del Señor. ¿Puede que tú seas un hombre (o mujer) que Dios usa en señales y prodigios?

Seleccionaron a Esteban para coordinar el ministerio de alimentación de las viudas, pero está claro que tiene un llamado más amplio. Eso pasa mucho en iglesia; alguien puede empezar con un ministerio humilde, pero cuando sirve fielmente, Dios le abre otras puertas. Ya dijo que Esteban estaba lleno del Espíritu, de fe y de sabiduría, y tenía una buena reputación; ahora dice que estaba lleno de la gracia y el poder de Dios.

Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban. (DHH)

Ya hemos visto la tensión que invadió incluso la iglesia de Jesucristo, entre creyentes de habla aramea y griega. Tal como nosotros tenemos iglesias formadas en gran parte por un grupo étnico, así era entre los judíos también. Hay dos grupos nombrados aquí; los dos de una minoría:

  1. Una sinagoga compuesta de esclavos libertados y sus descendientes.
  2. Un grupo de extranjeros; judíos de nacimiento y algunos prosélitos, pero de una cultura distinta.

No sabemos por qué discutieron con Esteban. Posiblemente tenía algo que ver con la alimentación de las viudas, pero más probablemente con el poder de su ministerio de palabra y señales milagrosas, que atrajeron a muchos de esos grupos a Cristo.

10 Como no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba Esteban, 11 instigaron a unos hombres a decir: «Hemos oído a Esteban blasfemar contra Moisés y contra Dios».

El hombre impío se frustra aún más cuando no puede hacer frente al cristiano. Esteban fue inspirado por el Espíritu Santo y ellos no podían competir con su sabiduría. Así que inventaron un caso, un caso muy serio, de blasfemia contra Moisés y contra Dios. El diablo los utilizó para instigar a otros, y lamentablemente muchos creyeron las mentiras. ¿Te suenan familiares las acusaciones contra Esteban? De tal palo, tal astilla;  dijeron lo mismo sobre Jesús (Marcos 14:64, Juan 10:33).

Debemos tener mucho cuidado hoy con lo que creemos en las redes sociales. Todos tienen sus opiniones y quejas. Las discusiones teológicas siempre son peligrosas, y pueden rápidamente descender en calumnia, mentiras e incluso demandas legales. Tenemos que resistir la tentación de caer en lo mismo.

Esteban ante el Consejo

12 Agitaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley. Se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo. 13 Presentaron testigos falsos, que declararon: «Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la ley. 14 Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dejó Moisés».

Estos no son los líderes de los judíos que agitan al pueblo; son de una sinagoga de extranjeros, pero solo unas pocas personas pueden causar caos. Con tanta gente, fácilmente se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo (o el Concilio) de los líderes judíos. Al igual que con Jesús, un juicio justo sería imposible con estas mentiras. Es interesante que sus acusaciones se centren en un edificio (el templo) y tradiciones. Este es el tercero (y más fuerte) de los intentos del diablo de destruir la iglesia.

¿Había alguna base para sus acusaciones? Es cierto que Jesús dijo que su cuerpo espiritual, la iglesia, tomaría el lugar del templo. Jerusalén ya no sería el centro del culto. Jesús también profetizó, correctamente, que ese templo sería destruido. De hecho, fue destruido por los romanos en el 70 d.C., y nunca fue reconstruido. Jesús también habló frecuentemente en contra de las tradiciones que los judíos guardaban fuera de la ley, más notable en el Sermón del Monte. Jesús mismo es el cumplimiento de la ley.

15 Todos los que estaban sentados en el Consejo fijaron la mirada en Esteban y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.

No podían dejar de mirar al rostro de Esteban; nunca habían visto a un hombre tan parecido a un ángel. En la Biblia, solo el rostro de Moisés brilló así.

La predicación de Esteban

El capítulo seis es el capítulo más breve de Hechos; el séptimo es el más largo. La mayor parte de ese capítulo es la prédica de Esteban al Consejo. Empieza con un resumen de la historia de Israel, en cuatro épocas:

  1. Abraham y los patriarcas (7:2-8).
  2. José y el exilio en Egipto (9-19).
  3. Moisés y el éxodo en el desierto (20-44). Señala la rebelión del pueblo y su deseo de volver a Egipto como la primera evidencia de la dureza de sus corazones.
  4. David y Solomón y el establecimiento de la monarquía (45-50).

En cada una de esas épocas, la presencia de Dios no se limitaba a un solo lugar. Dios es un dios vivo, que se mueve y hace cosas nuevas. El Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas (7:48). Así, Esteban despreció la importancia que daban al templo (y nos da una pausa para reflexionar sobre nuestra atracción por los edificios).

Ellos escucharon atentamente hasta ese punto, pero entonces Esteban los condena y no pueden tolerar más:

51 »¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado 53 ustedes, que recibieron la ley promulgada por medio de ángeles y no la han obedecido».

Este es un hombre valiente, sin temor ninguno, sabiendo que probablemente lo matarían. Una y otra vez denuncia a estos líderes del país y de la religión:

  • Son tercos.
  • Duros de corazón.
  • Torpes de oídos.
  • Iguales a sus antepasados; siempre resisten al Espíritu Santo.
  • Igual a ellos, persiguen a los profetas de Dios.
  • Mataron a Juan el Bautista, quien anunció la venida del Mesías de antemano.
  • Traicionaron y asesinaron a Jesús, el Justo.

Tenían el gran privilegio de recibir la ley promulgada por medio de ángeles. ¡La misma ley que los acusadores de Esteban dicen que él habla en contra, y ellos no la han obedecido! Con esa condenación, ¿qué otra opción tienen estos líderes?

El primer mártir

54 Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.

56 —¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!

Las piedras no le importan a Esteban. ¡Ya ha visto a Jesús y la gloria del cielo! Pensamos en Cristo sentado a la diestra del Padre, pero aquí está de pie, tal vez listo para recibir a Esteban.

57 Entonces ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, 58 lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo.

Esta es la presentación de Saulo. Quizás él era parte del grupo de extranjeros, como era de Tarso y de habla griega. No participó en la lapidación, pero el primer versículo del capítulo ocho dice: Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban (¿por qué alguien separó ese versículo del capítulo siete?). Es casi como Saulo estuviera supervisando su muerte.

Es difícil aceptar el cambio y confesar estar equivocados. Por desgracia, a lo largo de los siglos de la historia de la iglesia, muchas personas murieron a manos de otros cristianos que no querían aceptar el cambio, no querían renunciar su posición y no querían confesar que estaban equivocados o en pecado.

59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. —Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.— 60 Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!— Cuando hubo dicho esto, murió (griego: durmió).

Al igual que Jesucristo, mientras muere, pide perdón por sus asesinos. Y así murió el primer mártir cristiano. ¿Por qué permitiría Dios que alguien tan donado y piadoso muriera así? Esas son las preguntas que son difíciles de contestar. Pero ese día empezó una obra poderosa en la vida del joven Saulo, y la persecución resultó en un gran crecimiento para la iglesia.