Pedro en la casa de Cornelio; Hechos 10:23-48

23Al día siguiente, Pedro se fue con ellos acompañado de algunos creyentes de Jope. 24 Un día después llegó a Cesarea. Cornelio estaba esperándolo con los parientes y amigos íntimos que había reunido. 

No parece un viaje tan largo, pero ya es el cuarto día después de la visión que Cornelio recibió. Pedro permitió que esos gentiles pasaran la noche en la casa en Jope, y ahora se van juntos para Cesarea. ¡Que interesante saber de qué estaban hablando en el camino!

Cornelio tenía una gran fe en que Pedro vendría, y parece que tenía alguna idea de cuándo. La visión lo había impresionado mucho, y ha reunido a sus parientes y amigos cercanos. ¡Qué triste sería si Pedro ignorara la voz del Espíritu y se negara a ir a la casa de un gentil! ¡Qué triste cuando Dios prepara el corazón de alguien que sinceramente busca a Dios, y debido a nuestra desobediencia, nadie viene a compartirle el evangelio!

Pedro llega a la casa de Cornelio

25 Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y, postrándose delante de él, le rindió homenaje (lo adoró, RVR). 26 Pero Pedro hizo que se levantara, y le dijo: —Ponte de pie, que solo soy un hombre como tú.

Pedro está acostumbrado a los elogios de la gente; incluso ellos buscaban que su sombra cayera sobre ellos para recibir una curación. Puede ser tentador recibir la adoración de un centurión, pero Pedro ya sabe algo importante: todos somos iguales ante Dios. Nunca se debe rendir homenaje a otro hombre. Pedro está a punto de abandonar el prejuicio contra los gentiles que le inculcaron desde la infancia como judío.

Nunca debemos recibir la adoración de las personas a las que ministramos. Tal vez no se postran ante nosotros, pero hay pastores, apóstoles y otros ministros que permiten o incluso animan esta elevación encima de la gente común de la iglesia.

27 Pedro entró en la casa conversando con él, y encontró a muchos reunidos. 28 Entonces les habló así: —Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. 29 Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?

Me parece un poquito raro que Pedro no pudiera discernir por el Espíritu qué hacer, para compartir el amor de Dios y las buenas noticias de salvación. Dado el respeto y honor con que Cornelio lo recibe, la respuesta del apóstol puede parecer muy brusca. Es casi como dice: “Esta es primera vez que entro en la casa de un gentil. Solo por una revelación de Dios me encuentro acá. Pero no entiendo por qué me hicieron venir en este largo viaje.”

30 Cornelio contestó: —Hace cuatro días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante, 31 y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia. 32 Por lo tanto, envía a alguien a Jope para hacer venir a Simón, apodado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar”. 33 Así que inmediatamente mandé a llamarte, y tú has tenido la bondad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que el Señor te ha encomendado que nos digas.

Otra vez se nota el buen corazón del hombre. Está muy agradecido de que Pedro haya venido. Él sabe (¡tal vez mejor que Pedro!) que están en la presencia de Dios. Está confiado de que Dios ha dado un mensaje importante a Pedro para compartir con ellos.

Pedro predica

34 Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, 35 sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. 36 Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan. 38 Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero, 40 pero Dios lo resucitó al tercer día y dispuso que se apareciera, 41 no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección. 42 Él nos mandó a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos. 43 De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.

Tal como las otras prédicas de Pedro, este es un mensaje muy corto. Se tarda unos dos minutos en proclamarlo (aunque algunos eruditos dicen que es solo un resumen de su mensaje). No es necesario mucho tiempo predicar para comunicar el evangelio. En ese período Pedro comunica unas cosas muy importantes. Seguramente no lo había preparado de antemano, pero Dios le dio las palabras:

  • Introducción: Lo que Dios le reveló a Pedro
    • No hay favoritismo con Dios
    • No importa la nación, Dios ve con agrado a:
      • Los que le temen
      • Los que actúan con justicia
    • Cornelio es una de esas personas
  • Lo que Dios inició con el pueblo de Israel: Buenas nuevas de paz por medio de Jesucristo
    • El camino del evangelio
      • Comenzó con el bautismo que predicó Juan
      • El ministerio de Jesús se originó en Galilea, en Nazaret
      • Se difundió por toda Judea
      • Pedro sabe que las buenas nuevas ya han llegado a Cesarea
    • Quien es Jesús
      • Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con poder
      • Anduvo haciendo el bien
      • Sanó a todos los que fueron oprimidos por el diablo
      • Dios estaba con Él
      • Los judíos lo mataron, colgándolo de un madero
      • Dios lo resucitó al tercer día
      • Es el juez de los vivos y los muertos
    • La parte de los apóstoles
      • Son testigos de todo lo que hizo; no hay duda que Jesús resucitó físicamente
      • Eran previamente escogidos por Dios
      • Comieron y bebieron con Él después de su resurrección
      • Jesús los mandó predicar al pueblo
      • Tienen que dar testimonio de que Jesús ha sido nombrado por Dios como juez
    • No solo los apóstoles, sino todos los profetas dan testimonio de su salvación
      • Es para todos los que creen en Él
      • Es por medio de su nombre
      • Reciben el perdón de los pecados

El Espíritu cae sobre los gentiles

44 Mientras Pedro estaba todavía hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. 

Posiblemente Pedro estaba al punto de dar una invitación, pero no fue necesario. Los corazones estaban tan abiertos y recibieron la palabra con tanta fe que el Espíritu soberanamente descendió sobre todos.

45 Los defensores de la circuncisión que habían llegado con Pedro se quedaron asombrados de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles, 

Pedro ya recibió la revelación de la inclusión de los gentiles, pero fue acompañado por otros judíos de Jope que probablemente estaban muy incómodos en la casa de gentiles. Lucas los llama “los defensores de la circuncisión” y, como la mayoría de los judíos, no podían creer que Dios puede bendecir a alguien incircunciso. Cuando entraron a esa casa, no tenían ninguna expectativa de que Cornelio y los demás pudieran encontrar la salvación, y mucho menos recibir el don el Espíritu Santo. Pero Dios dio la confirmación:

46 pues los oían hablar en lenguas y alabar a Dios.

Hablar en lenguas solo sería posible para alguien bautizado en el Espíritu, lo que Pedro y sus compañeros ya habían recibido. Me imagino algo parecido a Pentecostés en esa casa, con mucho gozo y alabanzas.

Entonces Pedro respondió: 47 —¿Acaso puede alguien negar el agua para que sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?— 48 Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedara con ellos algunos días.

Otra vez vemos la importancia del bautismo en agua. El primer instinto de Pedro es que si ya tienen el bautismo en el Espíritu, también deben ser bautizados en agua. No existe un modelo único para recibir esos bautismos. Aquí, como en Pentecostés, fue un don soberano de Dios, probablemente necesario para convencer a Pedro y a sus compañeros que realmente fueron salvos.

Lo maravilloso en esta historia es el amor de Dios por alguien sincero y las medidas extraordinarias que el Señor puede usar para traer la salvación a esa persona. Pedro ahora es su “padre espiritual,” y por supuesto quieren que se quede con ellos unos días. Cuando andamos como Jesús anduvo, no tenemos que preparar una agenda. Dios nos manda a donde quiere, y la gente nos recibe y nos hospeda. Tal como el cojo que no soltó a Pedro y Juan, esta gente está muy agradecida con Pedro. Y ha sido una lección inolvidable para Pedro: Por primera vez tiene un centurión romano para hermano.

¿Estás disponible a Dios? ¿Estás abierto a confrontar algunos conceptos comunes entre cristianos que no necesariamente son bíblicos?

El primer viaje misionero de Pedro; Hechos 9:32-10:23

Si alguien realmente busca a Dios y quiere saber la verdad, el Señor puede usar medidas extraordinarias para revelarse y llevarlo a la salvación. Hoy hay muchos testimonios, sobre todo entre musulmanes, a menudo de que Cristo se les aparece en sueños. Ya hemos visto dos ejemplos en Hechos:

  • Con el eunuco, envió a Felipe a un viaje largo por el desierto, solo para presentarle a Jesús, ¡e incluso le proporcionó el agua para bautizarlo!
  • Con Saulo fue una revelación del Cristo viviente y una interrupción completa de su vida. Ananías fue el discípulo que Dios usó para ministrar a Saulo.

Dios está preparando todo para la inclusión de los gentiles en la iglesia. Ya tiene su apóstol/misionero (Saulo/Pablo), pero tiene que cambiar la mente de Pedro, el líder de los apóstoles. Pedro era un hombre terco, y requiere una revelación casi tan dramática como la conversión de Saulo, una visión que le permite viajar a la casa de un hombre gentil. Pero primero, tendrá la oportunidad de sanar a un paralitico y resucitar a una mujer muerta.

Pedro sana a un paralitico en Lida

Jesús siempre estaba en movimiento: recorría toda la región de Judea y Galilea e incluso las regiones contiguas. Así es la obra de un apóstol. A diferencia de lo que casi siempre hemos visto en Hechos, Pedro viajó solo aquí. Una simple visita a la iglesia en Lida resulta en una curación que sirve como la chispa para una explosión en el crecimiento de la iglesia:

32 Pedro, que estaba recorriendo toda la región, fue también a visitar a los santos que vivían en Lida. 33 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama. 34 «Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama». Y al instante se levantó. 35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.

Si estamos buscando una fórmula para ministrar curaciones, no hay ninguna. Con el paralitico en Hechos 3, Pedro dijo “En el nombre de Jesús;” aquí dice “Jesucristo te sana.” Es lo misma; en ambos está claro que es Jesús quien sana. Pedro dice “levántate” a los dos, pero aquí no tiene que extender su mano. Simplemente le manda que se levante, y, curiosamente, agrega que debe tender su cama, tal vez para confirmar que ya no siempre tiene que estar en esa cama. Aquí otra vez la curación es instantánea, aunque no es siempre así.

Aparentemente Eneas salió de la casa, anunciando a todos que Jesús lo sanó. En estos pueblos pequeños las noticias se difunden rápidamente; resulta que “todos” que vivían en esas aldeas lo vieron y creyeron en Jesús. Otra vez vemos como un milagro llama la atención de un pueblo y, por supuesto, quieren conocer a este hacedor de milagros. La que empezó como una simple visita a los santos (bíblicamente todos nosotros los creyentes somos santos) da como resultado una expansión impresionante de la iglesia. El milagro confirmó la palabra que esos santos ya estaban compartiendo.

Dorcas levantada de los muertos

36 Había en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido es Dorcas). Esta se esmeraba en hacer buenas obras y en ayudar a los pobres. 37 Sucedió que en esos días cayó enferma y murió. Pusieron el cadáver, después de lavarlo, en un cuarto de la planta alta. 38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al enterarse de que Pedro se encontraba en Lida, enviaron a dos hombres a rogarle: «¡Por favor, venga usted a Jope en seguida!»

Mientras Pedro se quedó un rato en Lida, la noticia del milagro llegó a Jope, una aldea vecina, a unos 18 km (11 millas) de distancia. Parece que Pedro no había visitado Jope, aunque ya había una iglesia allí. Dorcas, una de las hermanas mayores de la iglesia y viuda, era conocida por sus buenas obras y por ayudar a los pobres. Aunque estaba claramente muerta, la reputación de Pedro era tal que creían que él aún podía resucitarla. Nos recuerda a Jesús y Lázaro (Juan 11). En ese caso Jesús esperó unos días para ir a Lázaro, pero Pedro se fue de inmediato.

39 Sin demora, Pedro se fue con ellos, y cuando llegó lo llevaron al cuarto de arriba. Todas las viudas se presentaron, llorando y mostrándole las túnicas y otros vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas. 40 Pedro hizo que todos salieran del cuarto; luego se puso de rodillas y oró. Volviéndose hacia la muerta, dijo: «Tabita, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. 41 Él, tomándola de la mano, la levantó. Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva. 

Este es el primer registro de una resurrección por un apóstol. Primero, Pedro hizo que todos salieran del cuarto, como Jesús lo hizo con la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5:40). Pedro quiere prepararse y centrarse en oración, y probablemente en ese tiempo de comunión con su Maestro recibió una confirmación de que Él quería resucitarla. Aquí Pedro no menciona el nombre de Jesús, a diferencia de las dos curaciones anteriores; posiblemente en esos casos lo dijo en beneficio de los demás. Aquí Pedro simplemente le manda: Levántate. Como hizo con el cojo en el capítulo tres, la toma de la mano y la levanta. ¡Que emoción cuando la presenta viva a los creyentes y a las viudas!

42 La noticia se difundió por todo Jope, y muchos creyeron en el Señor. 43 Pedro se quedó en Jope un buen tiempo, en casa de un tal Simón, que era curtidor.

Así se acabó su ministerio en Lida; ahora tiene muchos nuevos creyentes para discipular en Jope, el resultado del testimonio de Dorcas.

Un ángel visita a un centurión romano

1Vivía en Cesarea un centurión llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano. Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente. 

Jesús reconoció la gran fe de un centurión que resultó en la curación de su siervo (Mateo 8:5-13), pero este es el primer romano mencionado en Hechos. Es un varón de oración, temeroso de Dios y un hombre de familia. El daba generosamente al pueblo de Israel y toda su familia era devota. Dios quiere bendecirlo, ¿pero cómo? Cuando Dios quiere hacer algo, Él busca a alguien disponible y lo arregla todo.

Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía: —¡Cornelio!

Ya sabemos que las tres de la tarde es la hora de oración para los judíos. Probablemente él estaba orando y en una actitud para recibir del Señor. Me fascina cuando alguien me dice: “Yo quiero oír de Dios,” pero siempre tiene la televisión, el internet o los audífonos de su celular saturando sus ojos, oídos y mente. Para recibir una visión es importante estar en un lugar apropiado (o, como Saulo, ser echado al suelo por el impacto de la luz brillante de la presencia de Dios).

Es impresionante recordar que Dios sabe tu nombre. Te llama por nombre y te conoce por completo.

—¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo.

Se nota otra vez el corazón recto de Cornelio. Claro que tenía mucho miedo. En la Biblia es normal tener miedo cuando el Señor o su ángel aparecen. Las historias hoy de gente que conversan con ángeles sin temor no me parecen muy auténticas. A pesar de su temor, lo mira fijamente. Sabe que es enviado del Señor, y su primer instinto es ponerse disponible: “¿Qué quieres, Señor?” No le pide nada al ángel, solo quiere hacer la voluntad de Dios.

—Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel— Envía de inmediato a algunos hombres a Jope para que hagan venir a un tal Simón, apodado Pedro. Él se hospeda con Simón el curtidor, que tiene su casa junto al mar.

Primero, el ángel alivia su temor. Dios ha recibido como una ofrenda sus oraciones y lo que ha hecho para ayudar a los necesitados, y está complacido con Cornelio. Casi siempre pensamos en las ofrendas como dinero, pero tus oraciones y buenas obras pueden ser una ofrenda a Dios. Está claro que Dios tiene algo positivo para Cornelio, pero no le dice qué sería. Solo le da instrucciones muy precisas de qué debería hacer, y hay una urgencia: tiene que enviar a algunos hombres de inmediato. Dios sabe tu nombre, y Él sabe dónde vives y donde estás en este momento.

El ángel puede predicarle a Jesús, pero Dios casi siempre nos usa a nosotros para evangelizar, y la educación de Pedro fue tan importante como la conversión de Cornelio.

Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente. Les explicó todo lo que había sucedido y los envió a Jope.

No lo dijo, pero ahora nos enteramos de que Cornelio es obediente también. Sin preguntar nada más (a diferencia de Moisés, María y muchos otros en la Biblia que recibieron una palabra de Dios), envía a tres hombres confiables a Jope, directamente al sur a unos 63 km (39 millas). Las dos ciudades estaban en la costa del mar Mediterráneo (Jope hoy es un suburbio de Tel Aviv).

Cornelio ha hecho su parte. Sus sirvientes ya están camino a Jope. Ahora Dios necesita la cooperación de Pedro. Él confía en Pedro, tal como confió en Felipe y Ananías para el ministerio importante para el eunuco y Saulo.

Pedro, hambriento, ora y le sobreviene un éxtasis

Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era casi el mediodía. 

No era la hora de oración, pero fue cuando Pedro apartó un tiempo para orar que Dios pudo hablarle. Desde la azotea podía ver el mar y comunicarse con su Señor.

10 Tuvo hambre y quiso algo de comer. Mientras se lo preparaban, le sobrevino un éxtasis. 

Pedro solo sabía que tuvo hambre y tuvo que esperar mientras le preparaban la comida. Pero allí, en presencia del Señor, le sobrevino un éxtasis, una visión muy impresionante. ¿Por qué no lo envió un ángel? Tal vez para poder ver, casi como una película, el mensaje que Dios tiene para él.

11 Vio el cielo abierto y algo parecido a una gran sábana que, suspendida por las cuatro puntas, descendía hacia la tierra. 12 En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves.

13 —Levántate, Pedro; mata y come —le dijo una voz.

14 —¡De ninguna manera, Señor! —replicó Pedro—. Jamás he comido nada impuro o inmundo.

¿Podría ser una prueba? Parece que reconoció la voz; Pedro lo llama “Señor.” Pedro conocía a Jesús íntimamente. ¿Por qué no simplemente le habló el Señor? ¿Por qué el misterio? No lo entendemos, pero muchas veces Dios nos habla así. La voz le manda que viole una ley que se ha guardado toda la vida.

15 Por segunda vez le insistió la voz: —Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.

16 Esto sucedió tres veces, y en seguida la sábana fue recogida al cielo.

Dios no le reprende ni le explica el mensaje, aunque está claro: Los animales que no podían comerse bajo la Ley, los animales impuros, se han purificado, y Pedro puede comerlos. Esto sería un cambio radical en la interpretación de la Ley y como se aplica al cristiano.

17 Pedro no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión. Mientras tanto, los hombres enviados por Cornelio, que estaban preguntando por la casa de Simón, se presentaron a la puerta. 18 Llamando, averiguaron si allí se hospedaba Simón, apodado Pedro.

¿Te ha pasado a ti? Puedes estar meditando en la Palabra o en oración, y tu esposa o hijos te llaman, alguien viene a la puerta o recibes una llamada telefónica. ¿Por qué Dios no le permitió la oportunidad de reflexionar y entender la visión?

19 Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, Simón, tres hombres te buscan. 20 Date prisa, baja y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado».

Para hacerlo más complicado, ahora el Espíritu claramente le dice que debe acompañar a los tres hombres que acaban de llegar a la casa. No le dice por qué; solo que él tiene que obedecer a toda prisa. Dios claramente está organizando todo, y Pedro tiene una parte clave. Ya confundido por la visión, ahora tiene que salir con tres hombres, probablemente romanos, a quienes no conoce. ¡Que emocionante escuchar la voz del Espíritu así y participar en la gran obra del Señor de esa manera! ¡Tú puedes también!

21 Pedro bajó y les dijo a los hombres: —Aquí estoy; yo soy el que ustedes buscan. ¿Qué asunto los ha traído por acá?

Pedro no discute con el Señor, pero acepta que es de Dios, y tiene la actitud que siempre debemos tener cuando Dios nos llama a hacer algo: Aquí estoy. Heme aquí, Señor. Envíame a mí.

22 Ellos le contestaron: —Venimos de parte del centurión Cornelio, un hombre justo y temeroso de Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dio instrucciones de invitarlo a usted a su casa para escuchar lo que usted tiene que decirle.

23 Entonces Pedro los invitó a pasar y los hospedó.

Sería difícil rehusar esa invitación. Es una puerta abierta para ministrar. Solo habría un problema para Pedro: Un judío no debería tener gentiles en su casa ni comer con ellos.

¿Qué harías tú? ¿Te ha provisto Dios oportunidades similares? ¿Estás disponible para Dios y obediente a su voz? ¿Hay algún momento en tu vida cuando Dios tenga tu atención y pueda hablarte?

Otro hombre disponible: Ananías ministra a Saulo; Hechos 9:1-31

Ya hemos visto varios ejemplos de la obra soberana de Dios y la maravillosa forma en que Él puede trabajar por medio de una persona disponible a Él. Pero siempre hay cosas difíciles de comprender:

  • ¿Cómo podría Dios permitir la muerte cruel de Esteban, uno de sus siervos tan especiales?
  • ¿Cómo podría permitir que este hombre, Saulo, haga tanto daño a la comunidad de fe?

¿Hay algo en tu vida en este momento que sea difícil de entender? A pesar de tus muchas oraciones, la persona complicada no cambia y la situación difícil no se resuelve.

En este pasaje vamos a ver un poquito más sobre cómo el Señor trabaja, y qué significa andar como Jesús anduvo. Esta es la segunda de tres conversiones claramente orquestadas por el Señor. Dios tiene un propósito importante para cada una:

  • Un hombre que llevaría el evangelio a Etiopía (Felipe y el eunuco).
  • Saulo, quien sería el gran apóstol Pablo, llevando el evangelio a los gentiles
  • En el siguiente capítulo, Cornelio, quien abrió los corazones de Pedro y la iglesia a la inclusión de los gentiles.

Saulo intenta destruir la iglesia

1Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. 

Hay mucha gente terca en el mundo, persiguiendo un camino malvado y haciendo mucho daño al reino de Dios. Este hombre, Saulo, parece un caso perdido. Tiene mucho celo religioso y está decidido a eliminar esta secta herética. Años más tarde, cuando relató su testimonio, dijo que estaba violentamente en contra de ellos y enfurecido sobremanera contra ellos (Hechos 26:11, NTV).  ¿Hay alguien en tu vida que parece un caso perdido y está tan endurecido en contra del evangelio?

No es suficiente que Saulo fuera responsable de una gran persecución en Jerusalén; ahora quiere “limpiar” a todas las comunidades judías del imperio de los cristianos, y tiene el apoyo del sumo sacerdote y de los líderes judíos en Jerusalén. En aquel entonces era inusual arrestar a mujeres; casi siempre eran los hombres que sufrieron por su fe. Pero Saulo estaba tan celoso que persiguió a hombres y mujeres iguales. Sería complicado matarlos fuera de Judea, pero Saulo obtuvo cartas de extradición para llevarlos a Jerusalén, para matarlos. ¡Nada ni nadie va a detener a este hombre!

Esta es la primera vez que el nombre “El Camino” para los cristianos aparece en la Biblia (también aparece en Hechos 19:92322:424:1422). Era un nombre apropiado: Jesús dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6); estos creyentes habían encontrado el único verdadero Camino a la vida.

Intervención soberana

En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

—¿Quién eres, Señor? —preguntó.

—Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.

Dios esperó hasta que casi llegó a su destino, un viaje de unos 241 kilómetros (150 millas). A menudo no entendemos el tiempo del Señor, pero Él siempre tiene sus propósitos. Cuando hay alguien tan endurecido como Saulo, a quien nadie puede tocar con la palabra, Dios es muy capaz de revelarse y hacer lo que sea necesario para salvarlo. Ver esa luz y escuchar esa voz tenía  que ser muy impactante, y de hecho fue un momento transformador para Pablo, quien siempre lo incluyó en su testimonio.

La pregunta que Jesús tiene para Saulo es “¿por qué me persigues?” Y Saulo respondió “¿Quién eres, Señor?” Él puede estar confiado que nunca hizo nada contra Jesús, pero Cristo dice que perseguir a su iglesia es perseguir a Cristo mismo.

Años después, frente al Rey Agripa, Pablo compartió más de lo que sucedió ese día (Hechos 26):

»Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret. 10 Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación. 11 Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.

12 »En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes. 13 A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes. 14 Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” 15 Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—. 16 Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar. 17 Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a estos 18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.

Hay dos cosas importantes que no aparecen en el capítulo 9:

  1. Jesus le pregunta: “¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” Otras versiones dicen: “Te estás haciendo daño a ti mismo, como si dieras coces contra el aguijón” (DHH) o “Es inútil que luches contra mi voluntad” (NTV). Aunque este encuentro parece repentino, posiblemente Saulo había visto a Jesús antes de su crucifixión, y había estado resistiendo su llamado por un tiempo. Estaba turbado y luchando con dudas, porque en su búsqueda de la justicia de Dios, se sintió impotente ante los deseos de su carne. Podría ser que estaba convencido por las palabras y la apariencia de Esteban el día que le apedrearon.

Muchos de nosotros sabemos que dura cosa es dar coces contra el aguijón. ¿Hay algún área de tu vida en este momento donde haces daño a ti mismo porque estás luchando contra la voluntad de Dios?

  1. El propósito de este encuentro incluye la salvación de Saulo y la bendición de conocer a este Cristo que había perseguido, pero el mayor propósito (como en tu llamado a la salvación) es el ministerio que Saulo tendrá ministrando a los gentiles. Saulo no buscaba a Dios, pero desde el vientre de su madre Dios ya lo había llamado. ¿Hay libre albedrío? Sí, pero Dios es soberano, y hay veces en que Él claramente puede llamar y tocar a alguien. Seguramente, muchos cristianos también estaban orando fervientemente por su salvación (¡o muerte!). ¿Qué has visto en tu vida del llamado y la obra soberano de Dios, y tu libre albedrío?

Tal como a Abraham, Dios no le revela todo a Saulo a la vez. Él tiene que levantarse, ir a la ciudad (humillado, en lugar de respirar muerte) y esperar el próximo paso. Podría rebelarse, no entrar en Damasco y volver a Jerusalén, pero eso realmente sería dando cabezazos contra la pared. Es mucho mejor seguir las instrucciones del Señor; si una vez tú has luchado con Dios, ya sabes que lo duro que es.

Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

Este hombre altamente entrenado ahora era como un bebé. No sabía nada. No sabía si su visión sería restaurada. Algo lo impulsó a no comer ni beber nada, aunque no sabía cuánto tiempo tendría que ayunar.

Dios hizo lo que ningún hombre podía hacer. Él puede soberanamente restaurar su visión y bautizarlo en el Espíritu, pero Dios prefiere usar a nosotros. Sería importante para Saulo recibir la ministración de un hermano cristiano, y sería una oportunidad para que Ananías crezca en su fe.

Un hombre disponible para ministrar al asesino de cristianos

10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión. —¡Ananías!

—Aquí estoy, Señor.

¿Crees que Dios todavía nos llama en visiones? ¿Por qué no? La cuestión es si estamos escuchando. Dios siempre busca hombres y mujeres disponibles para hacer su voluntad. Hay muchas cosas que Él quiere hacer en este mundo, pero tal como Jesús dijo: “La mies es mucha, más los obreros pocos” (Lucas 10:2). ¿Tienes esa actitud de Ananías? “Heme aquí, envíame a mí.” El hombre no sabe lo difícil que será esta tarea, pero cuando Dios nos llama, Él nos capacita y prepara el camino delante de nosotros.

11 —Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, 12 y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.

¡Será difícil escapar de esta tarea! ¡Saulo ya está esperando a Ananías! ¿Una vez había orado Ananías para que alguien recuperara la vista? No sabemos. ¿Qué hizo Saulo esos tres días ciego y ayunando? ¡Oraba! Y Dios sigue revelándose en visiones. Saulo está ciego, pero ahora ve más que nunca. La dirección para Ananías está muy clara; sabe exactamente qué hacer y dónde ir (la calle Derecha sigue siendo una de las calles principales de Damasco).

13 Entonces Ananías respondió: —Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén. 14 Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.

Ananías no es el primero en cuestionar un llamado del Señor. Dios lo permite, pero cómo Él  responde depende de la persona. ¡Puede ser fuerte! Probablemente todos los creyentes en Damasco ya saben que Saulo quiere llevarlos presos a Jerusalén, y estaban orando y temblando. Los creyentes se han divulgado las noticias en todo el imperio del mal que ha hecho. Pobre Ananías tiene temor; le parece una trampa (¿puede ser el diablo hablando con él?).

15 —¡Ve! —insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. 16 Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.

Dios no le da una salida fácil. Tal vez nadie más estaba disponible para realizar esta tarea tan importante. Nunca escuchamos nada más acerca de Ananías, pero este discípulo humilde tiene el privilegio de ministrar a uno de los generales de Dios. Pablo tendrá un ministerio muy impresionante, pero también es el propósito de Dios que padezca por el nombre de Jesús (¿tal vez porque lo perseguía tanto?).

17 Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». 18 Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado; 19 y, habiendo comido, recobró las fuerzas.

No sabemos muchos detalles de exactamente cómo sucedió. ¿Se fue Ananías con mucho temor, o con mucha autoridad y confianza? Lo importante es que obedeció; la obediencia es evidencia de nuestra fe, y las emociones no importan tanto. Dios honra esa obediencia y hace la obra. A pesar de sus temores, llama a Saulo “hermano;” probablemente la primera vez que Saulo escuchó ese término de afecto aplicado a sí mismo. No menciona el Espíritu Santo en su llamado (verso 12) ni después, pero probablemente junto con su bautismo en agua, cuando Ananías impuso las manos, el Señor bautizó a Pablo en el Espíritu. Puede ser que cuando Ananías proclamó esa palabra, Saulo recobró la vista. Estaba débil, pero comió y recobró las fuerzas. Solo podemos imaginar el asombro y gozo de Ananías, y ese primer tiempo de comunión entre aquellos que ahora son hermanos en Cristo. No menciona lo que sucedió con los compañeros de Saulo que lo acompañaron desde Jerusalén; posiblemente ellos también recibieron a Cristo, o volvieron asustados a Jerusalén para compartir la noticia con los sacerdotes.

Saulo predica en las sinagogas de Damasco

Saulo pasó varios días con los discípulos que estaban en Damasco, 20 y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que le oían quedaban asombrados, y preguntaban: «¿No es este el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?» 22 Pero Saulo cobraba cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías.

Por lo general, le damos un tiempo a un nuevo converso para establecerse, dar testimonio de una vida transformada y estudiar la palabra. De hecho, hay muchas historias tristes de personas famosas que reciben al Señor y de la noche a la mañana están predicando y ministrando, pero son blancos para el diablo y no tienen bases firmes en el Señor, y fracasan. Pero Pablo fue un caso especial. Como fariseo, ya tenía mucha formación y conocimiento de la palabra, y ahora era lleno del Espíritu Santo. Yo he visto hombres salvad la cárcel, y dentro de unos días están predicando la palabra con unción. Dios puede levantar a alguien cuando Él quiera.

Aunque su llamado fue a los gentiles, lógicamente (como lo hizo siempre hacía en sus viajes misioneros), primero fue a las sinagogas, proclamando a Jesucristo como su Mesías. Estaban asombrados y confundidos por la fuerza de su palabra.

23 Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para hacerlo desaparecer, 24 pero Saulo se enteró de sus maquinaciones. Día y noche vigilaban de cerca las puertas de la ciudad con el fin de eliminarlo. 25 Pero sus discípulos se lo llevaron de noche y lo bajaron en un canasto por una abertura en la muralla.

La NVI dice “para hacerlo desaparecer,” pero el griego dice “matarlo” o “asesinarlo.” La verdad es que cuando hay alguien que nos confunde, queremos hacerlo desaparecer, o como dice en el verso 24, eliminarlo. Esta es la primera de muchas experiencias cercanas a la muerte de Saulo; ya está aprendiendo cuánto tiene que padecer por el nombre de Cristo.

Sabemos de Gálatas 1:17-18 que los “muchos días” fueron tres  años y medio que pasó en “Arabia;” probablemente un tiempo de estudio y preparación en el desierto cerca de Damasco.

Es interesante que dice que “sus discípulos” lo ayudaron a escapar. Parece que en esos “muchos días” ya se había establecido como un maestro que manejaba muy bien las Escrituras.

26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera discípulo. 

¡Los que oraban y debían tener mucha fe, regocijándose en la transformación de este hombre, le tenían miedo! ¡Que duro es cuando alguien quiere juntarse con la iglesia, pero, debido a su vida anterior, los cristianos tienen miedo y no lo reciben! Alguien tenía que llevarlo a los “apóstoles” para recibir su apoyo, y cae a Bernabé, ese hombre especial que ya apareció al final del capítulo 4, para hacerse amigo de él. ¿Tienes ese corazón de Bernabé para ayudar a alguien?

27 Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con libertad en el nombre de Jesús. 28 Así que se quedó con ellos, y andaba por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en el nombre del Señor. 29 Conversaba y discutía con los judíos de habla griega, pero ellos se proponían eliminarlo. 30 Cuando se enteraron de ello los hermanos, se lo llevaron a Cesarea y de allí lo mandaron a Tarso.

Gracias a Dios por su denuedo y obediencia a predicar. Seguramente fue un gran susto para los sacerdotes y líderes religiosos, quienes lo enviaron a arrestar a los discípulos en Damasco. Ahora vuelve a casa, a su pueblo natal, Tarso. Esta es ya la segundo vez que los judíos querían eliminarlo.

Resumen: El estado de la iglesia

31 Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.

Característica de lo que ya hemos visto en Hechos, esta parte termina con otro resumen del estado de la iglesia. Esta porción empezó en el capítulo 6 e incluye la primera persecución, la primera vez que el evangelio llega a los gentiles (los samaritanos) y el llamado de Saulo, el apóstol a los gentiles. Con su conversión, esa persecución termina, y nuevamente hay paz.

Ahora, la iglesia de Jerusalén (sin incluir hermanos en otros lugares, como Ananías en Damasco) se consolidaba no solo en Judea, sino también en Galilea y Samaria. Tenían paz, pero parece que también tenían un nuevo respecto para Dios, viviendo en el temor del Señor. Su número sigue creciendo, debido a la obra del Espíritu Santo que los fortalece y les da poder para testificar acerca de Jesús.

Tu camino a Damasco

¿Has tenido un encuentro con Jesús como Saulo tuvo en el camino a Damasco? ¿O todavía te estás lastimando, como si dieras coces contra el aguijón?  Saulo era un hombre muy estudiado y muy religioso. Estaba en camino para cumplir lo que él creía que era la voluntad de Dios, pero estaba equivocado. He conocido a pastores que se dan cuenta de que nunca han tenido una conversión real. Han servido a Dios a su manera. No todas las conversiones son tan dramáticas como la de Saulo, pero es importante tener ese encuentro con Jesús y nacer de nuevo.

La conversión de Saulo es una afirmación poderosa de la realidad del Cristo viviente. Saulo era un escéptico. Necesitaba algo muy fuerte para convencerle de que Cristo era su mesías. No hay duda de que Saulo era un hombre, un fariseo, que vivió en el primer siglo, plantó muchas iglesias y escribió cartas que forman parte de nuestras Biblias. Es normal tener dudas a veces, pero esta historia (y todo el libro de los Hechos) es una confirmación sólida de lo que creemos.

Lo que Dios puede hacer con un hombre disponible; Hechos 8

Felipe era uno de los diáconos nombrados en el capítulo seis; un hombre de buen testimonio, lleno del Espíritu y de sabiduría. Felipe nos da un ejemplo de cómo evangelizar una ciudad y un individuo. Con este capítulo hay un cambio importante en la dirección de la iglesia. Hasta ahora se ha centrado en Jerusalén. Tres veces hemos visto intentos (sin éxito) para silenciar a la iglesia. Pero como siempre, Dios redime lo que el diablo pretende para el mal. Durante el resto de este libro, la iglesia se expande cada vez más, hasta llegar a la capital del imperio, la misma Roma, al final del libro.

La primera persecución

Las cosas pueden cambiar rápidamente. Cuando Dios se mueve en poder, el diablo se levantará en contra. ¿Crees que la persecución es posible en tu país? Jesús dijo que sería parte de los últimos días antes de su venida (Juan 16), pero cuando hay tanta bendición es fácil creer que no se aplica a nosotros.

La muerte de alguien tan piadoso como Esteban fue un duro golpe para la joven iglesia, pero ahora hay una amenaza aún peor: ese fariseo llamado Saulo.

1Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén, y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.

La Nueva Traducción Viviente da en el verso tres una sola meta que tenía Saulo: de acabar con la iglesia. Este hombre fue responsable de desatar una gran persecución. Nadie pensaría que Saulo se convertiría en Pablo, uno de los apóstoles más grandes de toda la historia, pero Dios puede transformar a la persona más endurecida.

La verdad es que la iglesia era muy próspera y cómoda. Casi se olvidó del propósito del Espíritu Santo que Jesús declaró justo antes de su ascensión: Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8).  Con tantas bendiciones en la iglesia, fue fácil perder esa visión misionera. Así que Dios permitió una persecución para ayudar a los hermanos a obedecer su mandato, y dispersó a los hermanos a Judea y Samaria. ¡Es mejor no esperar una persecución que nos obligue a salir al campo misionero!

Felipe evangeliza Samaria

Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesías. 

Ahora todos (no solo los apóstoles o diáconos) predicaban. No tienes que ser enviado como misionero; solo predica la palabra donde quiera que vayas en la vida cotidiana.

Felipe salió de Jerusalén angustiado (era un amigo cercano de Esteban), y se fue de luto a la ciudad principal de Samaria. No es la primera vez que el evangelio llega a Samaria; Jesús mismo había ministrado allí después de su encuentro con la mujer samaritana (Juan 4), pero hasta ahora, nadie de la iglesia quería ir allá.

Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje. De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos, y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Y aquella ciudad se llenó de alegría.

Una vez más vemos esa poderosa combinación de palabra y milagros. Es importante “oír” y también “ver” para tener fe. Cuando los paralíticos caminan y los endemoniados son liberados, todos prestan atención. Esa ciudad fue transformada y llena de alegría. ¿No crees que es algo que el Señor quiere hacer por su gloria hoy también?

Un hombre complicado

Ya desde antes había en esa ciudad un hombre llamado Simón que, jactándose de ser un gran personaje, practicaba la hechicería y asombraba a la gente de Samaria. 10 Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le prestaban atención y exclamaban: «¡Este hombre es al que llaman el Gran Poder de Dios!»

Ahora hay un choque de reinos. ¿Quién va a ganar? Muchas veces en la obra misionera (o simplemente en la iglesia) encontramos una persona complicada. Hasta la llegada de Felipe, Simón era la superestrella en Samaria. Se hacía pasar por alguien grande. Al igual a Felipe (quien atrajo a toda la ciudad), todos prestaron atención a Simón. Era un hechicero, y con su poder diabólico podía asombrar (y engañar) a la gente. Este sería un caso difícil.

11 Lo seguían porque por mucho tiempo los había tenido deslumbrados con sus artes mágicas. 12 Pero, cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron. 13 Simón mismo creyó y, después de bautizarse, seguía a Felipe por todas partes, asombrado de los grandes milagros y señales que veía.

Ya sabemos que Felipe era un hombre lleno del Espíritu Santo y de sabiduría. A pesar de ser solo un diácono (y por muy poco tiempo), hizo todo bien:

  • Anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.
  • Bautizó a los nuevos creyentes.
  • Hizo grandes milagros y señales.

Ahora su ministerio sería probado. Simón ya tenía una larga historia en esa ciudad; quería experimentar el poder de Dios, y fue asombrado por las maravillas que hizo Felipe. ¿Realmente se había arrepentido? En este punto es difícil saberlo. Es posible que haya percibido que ya ha perdido su audiencia, y sería mejor ser parte de este nuevo movimiento. Parece que quería ser un líder en la iglesia, tal como lideraba con sus artes mágicas. Él también quería hacer milagros y señales. Andaba pegado a Felipe, y Felipe lo permitió. En sí, podría ser una buena oportunidad para discipular a alguien que ya tiene experiencia en el liderazgo. Simón podría  ser el primer pastor de esta iglesia nueva.

Hay gente que tiene interés en las cosas espirituales, y posiblemente en su ignorancia pueden aceptar las doctrinas de demonios. Hay poder satánico en la magia. Hay que tener mucho cuidado con esas cosas; engaña a la gente, y Felipe necesita mucha sabiduría para tratar con Simón.

Bautizados en el Espíritu

Aparentemente, los apóstoles no enviaron a Felipe a Samaria, y pasó un buen rato hasta que la noticia llegó a Jerusalén de que Samaria había recibido la palabra de Dios. A pesar del mandato de Jesús, el prejuicio judío contra los samaritanos dejó a los apóstoles con una duda de si fuera posible salvar a los samaritanos, y enviaron a las dos columnas de la iglesia para investigar:

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que los samaritanos habían aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. 15 Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 porque el Espíritu aún no había descendido sobre ninguno de ellos; solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.

Que extraño. Felipe estaba lleno del Espíritu, pero a pesar de todas las manifestaciones del Espíritu Santo, y los muchos que recibieron el mensaje y fueron bautizados en agua (que en otras ocasiones incluyó el bautismo en el Espíritu), ninguno de los samaritanos había recibido el Espíritu. Algunos eruditos han postulado que fue para confirmar a los apóstoles que realmente fueron salvos, pero podemos notar algunas cosas importantes aquí:

  • Lo primero que hicieron cuando llegaron fue orar para que recibieran el Espíritu.
  • Había algo obvio para que supieran que no fueron bautizados en el Espíritu. Parece que en su experiencia, cuando alguien aceptó a Jesús y fue bautizado en agua, al mismo tiempo el Espíritu descendería con manifestaciones de lenguas, tal como en Pentecostés en el aposento alto y lo que Pedro predicó (Hechos 2:38).
  • Hay algunas sectas (la más común se llama “Apostólicos”) que no creen en la trinidad y dicen que hay que ser bautizado solo “en el nombre de Jesús.” Pero esa fue precisamente la razón dada aquí para no recibir el Espíritu: no fueron bautizados de acuerdo con el mandato de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Tal vez Felipe nunca recibió una orientación sobre cómo bautizar a los nuevos creyentes.
  • Parece que o todos, o ninguno, recibieron el bautismo. En Pentecostés, todos fueron bautizados. Aquí, el Espíritu no había descendido sobre nadie. Parece que ahora todos recibieron el Espíritu.
  • Lo recibieron cuando Pedro y Juan impusieron las manos.

Un estudio de las ocasiones en Hechos cuando el Espíritu descendió revela una gran variación; no hay una sola forma de recibir el Espíritu. Puede ser en el momento de conversión, junto con el bautismo en agua o una experiencia única después de la conversión y el bautismo en agua. Lo esencial es recibirlo. Y tú, ¿ha descendido el Espíritu sobre ti? ¿Es una parte importante de tu ministerio asegurarse de que la gente haya recibido el Espíritu?

Simón pide el mismo poder para ministrar el bautismo

18 Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero 19 y les pidió: —Denme también a mí ese poder, para que todos a quienes yo les imponga las manos reciban el Espíritu Santo.

Había algo obvio e impresionante que sucedió con la imposición de manos, y Simón característicamente quiere ese poder. Podría ser que él era  sincero y solo ignorante de que no puedes comprar ese don. Simón parece ser alguien a quien no quieres ofender; tal vez solo necesita más tiempo en el discipulado, pero Pedro puede ver su corazón, y lo confronta:

20 —¡Que tu dinero perezca contigo —le contestó Pedro—, porque intentaste comprar el don de Dios con dinero! 21 No tienes arte ni parte en este asunto, porque no eres íntegro delante de Dios. 22 Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención. 23 Veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.

No puedes comprar el don de Dios o un puesto en la iglesia. Incluso un curso de seminario no te califica para administrar el don de Dios. Tienes que ser íntegro ante Dios y llamado por el Señor.

Pedro no le asegura a Simón el perdón de Dios por su pecado; dice “tal vez” el Señor le perdonará. Simón creyó, fue bautizado y andaba pegado a Felipe, pero no había un arrepentimiento genuino. Posiblemente necesitaba liberación de los espíritus inmundos de su tiempo practicando las artes mágicas. Con una palabra de ciencia, Pedro vio que todavía era un esclavo del pecado e iba camino a la amargura.

24 —Rueguen al Señor por mí —respondió Simón—, para que no me suceda nada de lo que han dicho.

Es común que alguien confrontado con su pecado y sus consecuencias parezca arrepentido. No sabemos si rogaron por él o si echaron fuera sus demonios. Los padres de la iglesia primitiva escribieron que Simón era un hereje.

Es posible tener fe e incluso ser bautizado, y no ser salvo. Y tú, ¿eres realmente salvo, libre de la esclavitud al pecado? Dice que Simón fue asombrado por las señales y milagros que vio. Hay gente que viene a la iglesia que se asombran por la presencia de Dios, la buena música, el amor y los milagros que pueden suceder. Quieren ser parte de algo tan hermoso, pero no hay arrepentimiento y no son salvos.

25 Después de testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de los samaritanos.

Una nueva tarea para Felipe

Felipe abrió el camino para que Samaria recibiese a Jesús. Ahora Pedro y Juan predicaban en muchas aldeas samaritanas, y dejaron la nueva iglesia en manos de Felipe. Pero Dios tiene otra tarea para él; Él le llama a dejar este hermoso avivamiento y una iglesia nueva para evangelizar a una sola persona:

26 Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza». 

No hay ninguna razón dada por este viaje. Sería fácil creer que fue el diablo que sacó a Felipe de un campo de ministerio muy fértil para ir al desierto, pero parece que Felipe estaba acostumbrado a recibir mensajes angelicales. Es un mandato claro, pero muy inconveniente. Primero tiene que caminar a Jerusalén (unos 43 km, o 27 millas), y luego caminar en el calor del desierto hacia Gaza (nadie sabe cuántos kilómetros caminó; todo el camino sería de 79 km, o 49 millas). Y sin saber por qué. Puede parecer loco.

27 Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar 28 y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carroza, leyendo el libro del profeta Isaías. 

Felipe no discutió con el ángel; simplemente obedeció y emprendió el viaje. Esa respuesta automática de obediencia abrirá muchas oportunidades para evangelizar y ser usado por el Señor. Dios está buscando hombres y mujeres disponibles, y parece que le cuesta encontrarlos. Puede ser que ninguno de los apóstoles en Jerusalén estuviera disponible. ¿Eres tú una persona de la que Dios puede depender, con quien puede contar para escuchar su voz y obedecerla? Debe ser tu meta.

¡Dios es soberano!

En este caso era alguien muy importante: un alto funcionario de la reina de los etíopes. Un hombre piadoso, él había viajado unos 4,220 km (2,622 millas) para adorar en Jerusalén. Y (¡por casualidad!) estaba leyendo Isaías.

Cuando andamos en obediencia al Señor, Él prepara el camino delante de nosotros. Él va a preparar a la gente y enviarte a ellos, o traerlos a ti. ¿Estás dispuesto a caminar horas en el calor del día para evangelizar a una sola persona? Dios empieza con cosas pequeñas, y cuando observa nuestra obediencia, nos brinda oportunidades cada vez más importantes. Esta fue una tarea muy importante. La tradición es que este hombre trajo el evangelio a Etiopía y estableció una iglesia que permanece hasta nuestros días.

29 El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».

Muchas veces nosotros queremos una visión amplia de la voluntad de Dios: “¿Cuál es el ministerio que tienes para mí? ¿Con quién me voy a casar? ¿Cuál es el propósito de mi vida?” Pero a menudo Dios nos guía paso a paso, esperando nuestra obediencia al primer paso para dirigirnos al siguiente. ¿Crees que Dios puede guiarte tan claramente como guio a Felipe aquí? ¿Tienes la fe para obedecer y acercarte a alguien que no conoces?

30 Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?

Felipe obedeció “de prisa” (NTV: corriendo). Dios no le dijo qué decir, pero nos da sentido común. Tenemos que observar lo que está sucediendo con la persona y buscar una entrada para hablar acerca de Jesús. Aquí es muy obvio: Está leyendo al profeta Isaías. Siempre es una buena pregunta para alguien a quien ves leyendo la Biblia (o literatura cristiana): “¿Entiendes lo que estás leyendo?

31 —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica?

Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. 

La puerta está abierta. Cuando alguien te invite a compartir a Cristo, ¡aprovecha la oportunidad! Siéntate con la persona (¡qué bendición después de horas caminando al sol!). Qué importante es conocer la Biblia y saber cómo responder las preguntas de los inconversos y explicar lo que dice la palabra.

32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente:

«Como oveja, fue llevado al matadero;
y como cordero que enmudece ante su trasquilador,
ni siquiera abrió su boca.
33 Lo humillaron y no le hicieron justicia.
¿Quién describirá su descendencia?
Porque su vida fue arrancada de la tierra».

34 —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe.

35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús. 

Otra vez vemos la poderosa mano del Señor, incluso guiando al eunuco a uno de los pasajes más claros acerca del Mesías en el Antiguo Testamento (Isaías 53). Es un capítulo muy bueno para evangelizar a un judío, y un capítulo muy especial para el eunuco. ¿Por qué? Yo siempre había pensado: “Qué hermoso. Este era un hombre muy especial. Un adorador de Dios. Un alto funcionario de la reina. Un hombre muy bendecido.” Y seguramente Dios lo había bendecido. Pero era un eunuco. No era un hombre, en el sentido de que entendemos ser un hombre. Fue vendido o sacado de su hogar cuando era niño. Le quitaron los testículos. Nunca podría casarse o tener hijos. Fue despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto y molido. Este eunuco viajó a Jerusalén en busca de esperanza y respuestas, y ahora volvió a casa leyendo sobre otro hombre despreciado y molido. Otro hombre que nunca tuvo relaciones con una mujer. Pero, ¿quién sería? Ahora Felipe le presenta a Jesucristo. ¡Claro que este eunuco quiere recibir a Jesús!

36 Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?

Allí están, en medio del desierto, y Dios milagrosamente proporciona agua justo a tiempo para que el eunuco tome la decisión de aceptar a Cristo. ¡Y el hombre quiere ser bautizado!

37 —Si cree usted de todo corazón, bien puede —le dijo Felipe.

—Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios —contestó el hombre.

El bautismo en agua es importante. Casi siempre en Hechos, en la iglesia primitiva, la gente se bautizó tan pronto como recibió a Cristo (por ejemplo, el día de Pentecostés en Hechos 2, y Pablo y Silas con el carcelero y su familia en Hechos 16). Pedro dijo que la condición es el arrepentimiento; aquí Felipe dice que se tiene que creer de todo corazón, y el eunuco hizo esa confesión de fe. Simplemente no hay fundamento bíblico para el bautismo infantil; un bebe no puede arrepentirse ni tener fe.

Yo estoy de acuerdo de que las clases tienen valor para asegurarse de que alguien entienda la salvación y el bautismo, pero no dieron clases en Hechos. ¿Has sido bautizado en agua como creyente?

38 Entonces mandó parar la carroza, y ambos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó. 

39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino. 40 En cuanto a Felipe, apareció en Azoto, y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos hasta que llegó a Cesarea.

Cuando Felipe terminó su tarea, el Espíritu se lo llevó. Siempre es bueno proporcionar un seguimiento (y es más fácil hoy en día con WhatsApp y las redes sociales), pero en este caso sería el Espíritu Santo quien lo proporciona. Este era un versículo popular en las prisiones: ¡la posibilidad de ser llevado milagrosamente a otro lugar!

Azoto era una de las ciudades principales de los filisteos, unos 35 km (22 millas) de Gaza. El camino a Cesarea sería de 105 km (65 millas), lo que le daría a Felipe muchas oportunidades para evangelizar. En Hechos 21, Pablo se quedó en la casa de Felipe en Cesarea, 25 años después. Parece que Felipe estableció la iglesia allá, y tenía a cuatro hijas solteras que profetizaban.

Un solo hombre disponible para Dios fue responsable de la transformación de una ciudad entera, y de la conversión de un hombre importante que trajo el evangelio a Etiopía. Dios puede hacer lo mismo contigo. ¿Tienes los oídos para escuchar su voz? ¿Estás disponible y dispuesto a obedecer su voz? Es una parte esencial de andar como Jesús anduvo.