Pablo y Bernabé enviados en su primer viaje misionero; Hechos 12, 13 y 14

12:25 Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su servicio, regresaron de Jerusalén llevando con ellos a Juan, llamado también Marcos.

La última vez que vimos a Bernabé y Saulo (Hechos 11:30), traían una ofrenda de Antioquía a la iglesia en Jerusalén. Posiblemente estaban allí por la muerte de Jacobo y el encarcelamiento de Pedro; la cronología no está muy clara en ese punto.

Se menciona a Juan Marcos (12:12) como el hijo de la dueña de la casa donde la gente estaba orando para Pedro. Bernabé tiene buen ojo para los siervos potenciales del Señor; se acerca a ellos y los suelta en un ministerio. Trajo a Saulo a Jerusalén y luego lo buscó en Tarso. Ahora, lleva a Juan Marcos a Antioquía con ellos. ¡Qué hermoso ministerio! Presentar a creyentes al campo misionero u otra cultura, y ser un mentor para ellos. Con razón le pusieran el nombre  Bernabé, que significa “Hijo de consolación” o “Hijo de ánimo” (Hechos 4:36). ¿Puedes tu ser un Bernabé para alguien?

El llamado y la ordenación de Bernabé y Saulo

1En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo. Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».

Este es el primer llamado misionero claro. Estos líderes reflejan la naturaleza cosmopolita de Antioquía y su diversidad, tal como el liderazgo de una iglesia de hoy debe reflejar su diversidad:

  • Bernabé, Levita de Chipre.
  • Simeón; “el Negro,” un nombre judío pero probablemente de África.
  • Lucio de Cirene, en el norte de África.
  • Manaén; de una clase alta, criado con Herodes.
  • Saulo; Fariseo de Tarso.

La iglesia también estaba bien ordenada, con estos hombres reconocidos como profetas y maestros, dos de los cinco oficios que Pablo nombra en Efesios 4:11. Es posible que una persona ocupe dos de esos oficios (o más; Pablo era un apóstol).

El llamado ocurrió en el contexto de la iglesia, en un culto, con los dones funcionando conforme al plan de Dios. Además, estaban en ayuno, buscando al Señor y en su presencia. Claro que alguien puede recibir un llamado de Dios solo (como Moisés y la zarza ardiente), pero hay un orden en el reino de Dios que era muy obvio con el sacerdocio del Antiguo Testamento, y que aún hoy es muy importante. Dios opera dentro de la autoridad de la iglesia.

El Espíritu llamó a dos hombres. Aunque hay casos en que alguien va solo, Jesús envió a los discípulos de dos en dos, y creo que es el patrón bíblico. Saulo ya sabía que su trabajo sería con los gentiles, y el Espíritu guio a Bernabé a buscarlo.

Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.

Tan importante como el llamado es la ordenación de una iglesia. Es peligroso (espiritual y físicamente) que alguien salga al campo misionero sin esa cobertura. La iglesia en Antioquía obedeció al Espíritu sin dudarlo, pero pasaron un tiempo en ayuno, preparándose para orar, imponerles las manos y despedirlos.

Enviados por el Espíritu Santo

Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 

Si eres enviado por el Espíritu Santo, tienes la certeza de que Él guiará, ungirá y preparará el camino. Todo fue la obra del Espíritu, a través de la iglesia. Si tu sales a algún ministerio, es importante ser enviado por el Espíritu.

Primero bajaron a Seleucia, la puerta de Antioquía, unos 24 km (15 millas) de la ciudad. No es de extrañar que empiecen en Chipre, la tierra natal de Bernabé; él ya tendría algún conocimiento de la isla y su cultura.

Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan como ayudante.

Aquí nos enteramos de que Juan Marcos los acompañó, como ayudante y estudiante para aprender de ellos. Aunque el llamado de Pablo fue a los gentiles, él siempre empezó en las sinagogas de los judíos.

Pablo se enfrenta a un falso profeta

Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús, que estaba con el gobernador Sergio Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por escuchar la palabra de Dios. Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. 

Uno supondría que estaban predicando a la gente durante el viaje desde la costa este a la costa oeste de Chipre (unos 144 km o 90 millas). Hasta ahora todo parece tranquilo; aparentemente no experimentaron mucha oposición de los judíos mientras recorrían toda la isla. No hay mención de señales y prodigios; simplemente predicaron la palabra. El gobernador, en Pafos, la capital de la provincia, tenía hambre de algo espiritual. Era común que los gobernadores tuvieran un hechicero o un mago para dar consejos, y él estaba recibiendo palabras de un falso profeta. Sergio Paulo había oído hablar de Bernabé y Saulo, y los llamaron a escuchar la palabra, la cual recibió con fe. Pero Elimas, el hechicero, no quiere perder su posición e influencia, y se les oponía.

Notamos varias cosas sobre este Elimas:

  • Era judío, pero no guardaba la ley.
  • Era un hechicero, pero también un falso profeta. ¿Puede ser que muchos falsos profetas operen con un espíritu de brujería? Podrían recibir mensajes, pero son del maligno.
  • Su nombre “Barjesús” significa “hijo de salvación” (probablemente no tuvo nada que ver con Jesucristo).
  • Incluso hombres inteligentes, como Sergio Paulo, pueden ser engañados por falsos profetas.
  • Un falso profeta o hechicero intenta apartar al creyente de su fe.

¿Cómo van a responder Bernabé y Saulo?

Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10 «¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor? 11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol».

Por primera vez, Lucas llama a Saulo “Pablo” (y nunca más lo vuelve a llamar Saulo), y él se levanta con una unción especial del Espíritu Santo. Al igual que Pedro y Juan que fijaron sus ojos en el cojo en la Puerta Hermosa (Hechos 3), Pablo clavó los ojos en Elimas y dice las cosas tal como son, inspirado por el Espíritu:

  • Es un hijo del diablo. No solo está equivocado, está endemoniado, un siervo de Satanás.
  • Es enemigo de toda justicia; pueden ser lobos vestidos como ovejas, pero son enemigos de la justicia.
  • Está lleno de todo tipo de engaño y fraude.
  • Tuerce los caminos rectos del Señor; puede proclamar cosas supuestamente de Dios o de la Biblia, pero las tuerce.
  • Alguien tiene que revelar lo que es, y Pablo proclama que la mano del Señor ahora está en su contra. Hay gente malvada que perjudica la obra del Señor, pero aparentemente Dios está esperando que alguien como Pablo (¿o tú?) proclame un juicio contra ellos.
  • La confirmación será una señal: ceguera. Pablo está muy familiarizado con eso; fue su experiencia en el camino a Damasco.

Pablo no le ofrece la oportunidad de arrepentirse; tiene que caer bajo el juicio de Dios.

Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas a alguien que lo llevara de la mano. 12 Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.

Con mucha fe y la unción del Espíritu, Pablo proclamó la ceguera, y así sucedió. No sabemos nada más sobre lo que sucedió a Elimas, pero fue suficiente para convencer al gobernador. Como vemos tantas veces, la manifestación del poder de Dios confirma la palabra y resulta en que la persona cree y se maravilla del Señor.

No dice nada acerca de cuánto tiempo permanecieron allí o si intentaron de formar una iglesia. Siguen adelante en su viaje.

Juan Marcos se separa de ellos en Panfilia

13 Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar desde Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a Jerusalén; 14 ellos, por su parte, siguieron su viaje desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. 15 Al terminar la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Hermanos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».

Se produjo un cambio importante en Chipre: Pablo obviamente toma la posición de liderazgo y Bernabé sirve, como su nombre lo sugiere, para animarlo. Posiblemente eso no le cayó bien a Juan Marcos, y él se separó en la primera oportunidad de volver a casa en Jerusalén. Algunas veces nuestros intentos de iniciar a alguien en el ministerio son prematuros o no están guiados por el Señor. Tristemente, el problema con Juan Marcos sirvió para separar a Pablo y Bernabé más tarde (Hechos 15:36-41), aunque más tarde Juan Marcos viajaba con Pablo. Posiblemente, en el plan de Dios, Juan Marcos pasó este tiempo con Pedro en Jerusalén, y escribió el Evangelio de Marcos.

Fue un viaje de unos 160 km (100 millas) desde la costa de Asia (hoy Turquía) a Antioquía de Pisidia. Conforme a la costumbre de los judíos, los visitantes tienen la oportunidad de compartir una palabra.

16 Pablo se puso en pie, hizo una señal con la mano y dijo: «Escúchenme, israelitas, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: 

Este es el primer sermón registrado de Pablo (versículos 17-41), y sigue un patrón similar a la predicación de Pedro:

  • La historia de Israel, con énfasis en la iniciativa de la gracia de Dios. Señala a David, “hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”.
  • El ministerio de Juan el Bautista.
  • La muerte y resurrección de Jesucristo, cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento.
  • Jesús ofrece el perdón del pecado si no endurecen sus corazones.

Es totalmente Cristo-céntrico y basado en la Biblia. Termina su sermón con esta cita de 2 Samuel 7:13-14:

»“¡Miren, burlones!
¡Asómbrense y desaparezcan!
Estoy por hacer en estos días una obra
que ustedes nunca creerán,
aunque alguien se la explique”».

42 Al salir ellos de la sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas cosas. 43 Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.

Reciben la palabra y hay una puerta abierta para el sábado siguiente; mientras tanto, Pablo y Bernabé siguen hablando con ellos entre semana, animándolos a perseverar en la gracia de Dios.

44 El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor. 45 Pero, cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.

La noticia se difundió, ¡y casi toda la ciudad quiere oír la palabra! De repente, los corazones abiertos de los judíos cierran y maldicen a Pablo, contradiciéndolo. ¡Los celos son poderosos!

46 Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles. 47 Así nos lo ha mandado el Señor:

»“Te he puesto por luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”».

48 Al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna.

Como sucedió tan a menudo, los judíos tuvieron la primera oportunidad de creer, pero rechazaron la palabra, y ahora Pablo y Bernabé se dirigieron a los gentiles, quienes recibieron la palabra de salvación con mucha alegría.

Aquí hay un indicio de algo que ha causado mucha controversia en la iglesia: habla de algunos que “estaban destinados a la vida eterna.” Obviamente no eran todos, pero Dios preparó sus corazones para recibir la palabra y creer en Jesús. No es el propósito de este libro resolver esta controversia; simplemente tenemos que reconocer que la idea de algunos destinados a la salvación existe en la Palabra, y podemos confiar en la obra del Espíritu para abrir sus corazones.

49 La palabra del Señor se difundía por toda la región. 50 Pero los judíos incitaron a mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé. Por tanto, los expulsaron de la región. 51 Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. 52 Y los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.

Lucas termina esta porción con un resumen del estado de la iglesia allá. Pablo y Bernabé tenían mucho éxito, predicando en toda la región y dejando a los discípulos llenos de alegría y del Espíritu. Los que no estaban “destinados a la vida eterna” estaban celosos, y tenían conexiones con las personas más influyentes de la ciudad. Otra vez Pablo y Bernabé sufrieron persecución y fueron expulsados de la región, sacudiéndose el polvo de los pies, conforme a las instrucciones de Jesús (Lucas 9:5 y 10:11).

El viaje continúa en el capítulo 14

Hay mucho de interés en estos viajes de Pablo, pero para el propósito de este libro, no vamos a estudiarlos todos.

Su experiencia en Iconio (14:1-7) era familiar: Empezaron con los judíos, quienes los rechazaron, pero “una multitud” de judíos y griegos creyeron. Aquí nos enteramos de que Bernabé también fue incluido entre los apóstoles. Ministraban allí “bastante tiempo, hablando valientemente,” con muchos señales y prodigios. Cuando se dieron cuenta de un complot para apedrearlos, huyeron a Listra y Derbe (¡buena decisión!).

En Listra (14:8-20) la curación de un hombre lisiado de nacimiento abrió un camino para el evangelio, pero el pueblo llamó a Bernabé Zeus, y a Pablo, Hermes, y quería ofrecerles sacrificios como a los dioses. En esta ciudad pagana Pablo no habló del Antiguo Testamento, sino del Dios viviente de la creación. En un cambio dramático, llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto (14:19).

Derbe y regreso a casa

Seguramente sería difícil para Pablo (quien pensaban que estaba muerto) caminar los 100 km (60 millas) hasta Derbe, pero su tiempo allá era más tranquilo. No sabemos cuánto tiempo estaban allí, pero de Derbe volvieron a las ciudades donde habían dejado a discípulos, y luego volvieron a casa, después de casi dos años.

21 Después de anunciar las buenas nuevas en aquella ciudad [Derbe} y de hacer muchos discípulos, Pablo y Bernabé regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían. 23 En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído. 24 Atravesando Pisidia, llegaron a Panfilia, 25 y, cuando terminaron de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía.

Esta es una parte muy importante del seguimiento. De su propia experiencia, podían hablar sobre las “muchas dificultades” por las que pasamos para entrar al reino. Muy posiblemente estos nuevos creyentes ya las estaban experimentando también. Nuevos discípulos necesitan ser fortalecidos y animados a perseverar en la fe. El amor manifestado por Pablo y Bernabé al volver a verlos sería de mucho valor, tal como las palabras de aliento y la oración por ellos. Ese toque personal es muy importante en el seguimiento, si no en persona, de los mensajes electrónicos. Jesús nos mandó “hacer discípulos,” no “conversos.” Nosotros tenemos infinitamente más recursos para compartir con discípulos para fortalecer y animarlos.

No solo animaron a los hermanos, sino que formaron iglesias con ancianos, quienes solo tendrían unos meses en el evangelio. Pero ya sería evidente quién permanecerá y quién tiene el corazón para guiar a la iglesia. Es difícil dejar una iglesia joven, sabiendo que estos ancianos van a pasar por muchas dificultades, pero los encomendaron al Señor, con la fe manifestada en su ayuno y oración. Jesucristo los cuidará. La meta de Pablo en su obra misionera no era la fama o las multitudes de conversos, sino establecer a iglesias, cuerpos de Jesucristo, en cada lugar. Él para siempre sería su “padre espiritual” y proporcionaría una cobertura espiritual para estas iglesias.

26 De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado. 27 Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos, y de cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

Ellos mismos habían sido “encomendados a la gracia de Dios” meses antes, cuando salieron de su iglesia en Antioquia. Han pasado por “muchas dificultades,” pero Dios ha sido fiel, y vuelven con muchos testimonios para compartir con una iglesia hambrienta para noticias de ellos. Hoy tenemos conexiones con todo el mundo con WhatsApp, pero es ese momento podrían pasar meses sin ninguna noticia. Con razón se quedaron allí mucho tiempo, para descansar, ministrar a la iglesia y refrescarse en el Señor.