Josué 1:1; Después

1Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun asistente de Moisés:

Después. Esta es una transición. Hay algo nuevo. Hay un cambio. Un cambio drástico. Moisés acaba de guiar a miles de personas durante cuarenta años a través de un desierto. Fue una lucha continua, con mucha rebelión. Incluso la fabricación de un becerro de oro por el hermano de Moisés, el sacerdote Aarón. Pero también fue una época, aparte del ministerio del Hijo de Dios, de los milagros más impresionantes de toda la historia. El último capítulo (34) de Deuteronomio nos habla del hombre extraordinario que fue Moisés:

10 Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.  (RVR: a quien haya conocido Jehová cara a cara) 11 Solo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país. 12 Nadie ha demostrado jamás tener un poder tan extraordinario, ni ha sido capaz de realizar las proezas que hizo Moisés ante todo Israel.

Ahora bien, este gran hombre, el único líder que esta nación ha conocido, ha muerto: Allí en Moab murió Moisés, siervo del Señor, tal como el Señor se lo había dicho. Y fue sepultado en Moab, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura. Moisés tenía ciento veinte años de edad cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor. 

La nación está de luto: Durante treinta días los israelitas lloraron a Moisés en las llanuras de Moab, guardando así el tiempo de luto acostumbrado.

¿Cuál es tu “después”? ¿Estás en un punto de inflexión? ¿Has perdido a alguien importante en tu vida? ¿Qué crees que el Señor tiene para ti ahora?

Al mismo tiempo, están a punto de ingresar a su tierra prometida. Moisés ha hecho su parte, y la hizo bien, pero por una falla que puede parecer pequeña (golpear una roca en lugar de hablarla) él no pudo entrar en esa tierra: 1Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo. Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la Ciudad de Palmeras, hasta Zoar. Luego el Señor le dijo: «Este es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él».

¿Estás sufriendo las consecuencias de algún fracaso del pasado? ¡Incluso este gran hombre las sufrió!

Una de las cosas más importantes que hizo Moisés fue entrenar a un nuevo líder. Josué fue uno de los espías que reconoció la tierra que fluye leche y miel cuarenta años atrás. Él y Caleb fueron los únicos que tuvieron la fe para entrar en la tierra. Durante todos los años que vagaban por el desierto, disciplinados por la incredulidad de los demás, Josué sirvió a Moisés y aprendió de él. Pasó horas en la presencia de Dios con su mentor. Y Moisés le hizo algo muy importante antes de su muerte: Entonces Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

¿Hay un Moisés en tu vida? ¿Un mentor? ¿Alguien a quien has servido? ¿Alguien que te impuso las manos?

Dios honra la imposición de manos. Josué se llenó del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría, porque Moisés le impuso las manos. Y todo el pueblo de Israel reconoció la autoridad que había recibido y le obedeció tal como habían obedecido a Moisés (algo que habían aprendido con dificultad durante esos cuarenta años).

¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo, prometido a cada cristiano? ¿Estás lleno del Espíritu ahora? ¿Hay evidencia de la sabiduría que el Espíritu nos da en tu vida? Si tienes alguna duda, aquí, al comienzo de este libro, es importante buscar a Dios para esa plenitud.

Nota la importancia de las relaciones en este versículo: Moisés era un siervo del Señor. Josué era su asistente. Y era un hijo. Josué tenía un padre terrenal, pero también un padre espiritual. Los dos, Moisés y Josué, eran servidores. Lo más importante para Josué en este momento de luto y transición es escuchar la voz de Dios y mantener esa relación con el Señor.

Dice que Moisés conoció a Dios cara a cara. A través de la sangre de Jesus podemos entrar en el Lugar Santísimo y tener un trato directo con Dios. ¿Aprovechas ese privilegio? ¿Sabes lo que es tener una relación directa con Dios?

¿Cuándo fue la última vez que Dios te habló? ¿Cuáles son las relaciones más importantes de tu vida? ¿Te consideras un siervo del Señor?

El último versículo de Deuteronomio habla del poder extraordinario que Moisés demostró, y de las grandes proezas que hizo. Jesús nos prometió que haríamos obras mayores que las que Él hizo. ¿Crees que el mismo Dios que operó en Moisés está contigo también? ¿Crees que puedes hacer grandes proezas en el Nombre de Jesús?