Después de cruzar el río: Josué 4:1-5:1

Cuando era niño, después de lo que era para mí un largo tiempo en el carro, a menudo les preguntaba a mis padres: “¿Ya llegamos?” Todos queremos llegar al destino. Queremos descansar. Queremos esa casa, esa familia feliz. Queremos nuestra recompensa en el cielo. Pero el viaje es tan importante como el destino. Podemos murmurar (como los hebreos en el éxodo), o podemos ver los obstáculos como oportunidades para aprender algo nuevo y ver la provisión de nuestro Dios.

Después de tantos años vagando por el desierto, están a punto de cruzar el rio y tomar posesión de su tierra. Pero no será fácil. Habrá muchas batallas. Y hay un orden que tienen que mantener. Hay cosas importantes que Dios los manda hacer. Es bueno ver ese milagro y cruzar el rio en tierra seca. Es tentador tomar el camino fácil y reclamar cualquier tierra disponible. Pero Dios manda, y habla por medio de su siervo escogido:

1Cuando todo el pueblo terminó de cruzar el río Jordán, el Señor le dijo a Josué: «Elijan a un hombre de cada una de las doce tribus de Israel, y ordénenles que tomen doce piedras del cauce, exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. Díganles que las coloquen en el lugar donde hoy pasarán la noche».

Doce piedras para un memorial

Al principio puede parecer que fue una elección de parte del pueblo, pero el siguiente verso lo deja claro: Josué los escogió. No son los jefes del capítulo 1 ni los hombres que escogieron el día anterior (3:12). Pueden verlo como una molestia, o como un privilegio. Un hombre de cada tribu tiene que volver al río, recoger una piedra y llevarla al campamento. Cuando servimos a Dios, hay cosas que tenemos que hacer a su manera; obedecer completamente la palabra y los mandamientos que nos ha dado. No puede ser una piedra cualquiera; tiene que ser exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. ¿Por qué? Porque es importante para Dios. Y eso es suficiente.

Entonces Josué reunió a los doce hombres que había escogido de las doce tribus, y les dijo: «Vayan al centro del cauce del río, hasta donde está el arca del Señor su Dios, y cada uno cargue al hombro una piedra. Serán doce piedras, una por cada tribu de Israel, y servirán como señal entre ustedes.

Ahora nos enteramos que son piedras grandes, que tienen que cargar sobre sus hombros. Todo el pueblo ya había cruzado, pero los sacerdotes y el arca permanecen allí en el rio. Ellos tampoco pueden tomar la decisión de cuándo abandonar sus puestos.

En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”, ustedes les responderán: “El día en que el arca del pacto del Señor cruzó el Jordán, las aguas del río se dividieron frente a ella. Para nosotros los israelitas, estas piedras que están aquí son un recuerdo permanente de aquella gran hazaña”».

Nosotros los evangélicos tendemos a menospreciar el simbolismo y ritual de algunas iglesias. Puede parecer innecesario colocar esas piedras, doce de ellas, exactamente del lugar donde los sacerdotes estaban de pie en el río. Pero hay un significado en cada detalle, y hace que sea más impresionante a sus hijos describir la importancia de ellas. ¿No sería suficiente simplemente con leer la historia bíblica? Dios dice que no. Él quiere algo que nos ayude a visualizar lo que sucedió. Como las aguas del bautismo. O el pan y la copa que representan el cuerpo y la sangre del Señor. Esos monumentos, esas fiestas, como la Pascua, tienen gran importancia para el Señor.

Hay que comunicar a nuestros hijos lo que Dios ha hecho por nosotros y nuestros antepasados. Claro que es importante leerles la Biblia, pero pregúntale al Señor lo que puedes hacer como un memorial físico para recordarles siempre del acto. Podría ser una foto, un cuadro en la pared, tu primera Biblia o la silla de ruedas que usabas antes de recibir esa curación. Dios te guiará en qué hacer.

¿Qué puedes hacer en tu casa, tu familia o tu iglesia para conmemorar momentos importantes?

 

¿Hay lugares cerca de tu casa que puedas visitar que sean semejantes a estas piedras? Claro que una visita a Tierra Santa seria lo máximo.

 

 8 Los israelitas hicieron lo que Josué les ordenó, según las instrucciones del Señor. Tomaron las piedras del cauce del Jordán, conforme al número de las tribus, las llevaron hasta el campamento y las colocaron allí. Además, Josué colocó doce piedras en el cauce del río donde se detuvieron los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Esas piedras siguen allí hasta el día de hoy.

Parte del proceso es aprender a obedecer; actuar, cuando no tengas las ganas o no tenga sentido para ti. Israel aprendió esa lección con dificultad en el desierto. Incluso Moisés falló en el asunto del agua de la roca y perdió la oportunidad de entrar a la tierra.

Josué hizo algo adicional. No hay registro de que Dios le haya ordenado que lo haga, pero el colocó doce piedras en el cauce del rio como un memorial al lugar donde los sacerdotes se detuvieron. Tenían que ser grandes para permanecer allí tanto tiempo.

10 Los sacerdotes que llevaban el arca permanecieron en medio del cauce hasta que los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había ordenado a Josué. Todo se hizo según las instrucciones que Josué había recibido de Moisés. El pueblo se apresuró a cruzar el río 11 y, cuando todos lo habían hecho, el arca del Señor y los sacerdotes cruzaron también en presencia del pueblo. 12 Acompañaban al pueblo los guerreros de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, según las órdenes que había dado Moisés. 13 Unos cuarenta mil guerreros armados desfilaron en presencia del Señor y se dirigieron a la planicie de Jericó, listos para la guerra.

Guardaban las palabras de Dios y de Moisés. Hicieron todo conforme. Ahora ellos creen que están listos para la guerra, aunque habrá un importante paso más.

Dios engrandece a Josué

14 Aquel mismo día, el Señor engrandeció a Josué ante todo Israel. El pueblo admiró a Josué todos los días de su vida, como lo había hecho con Moisés.

El Señor cumplió lo que le prometió a Josué: lo engrandeció ante todo el pueblo. Es importante ganar los corazones del pueblo al que servimos. No lo hacemos con favoritismos ni regalos. Cuando andamos en rectitud ante de Dios y en integridad ante del pueblo, cuando obedecemos a Dios y Él nos usa para comunicar su palabra y hacer milagros, nos admirarán. Eso está bien. Solo tenemos que guardar nuestro corazón del orgullo o la tentación de abusar esa confianza y admiración.

¿Has visto a Dios engrandecer a un pastor o líder que tú conoces?

¿Cómo lo hizo?

 

Si eres un líder, ¿has visto a Dios engrandecerte ante el pueblo que sirves? ¿Cómo?

 

Si no, ¿has cometido algún error, que perdiste esa confirmación de Dios?

 

¿Qué puedes hacer para guardarte del orgullo o de abusar esa confianza?

 

15 Luego el Señor le dijo a Josué: 16 «Ordénales a los sacerdotes portadores del arca del pacto que salgan del Jordán». 17 Josué les ordenó a los sacerdotes que salieran, 18 y así lo hicieron, portando el arca del pacto del Señor. Tan pronto como sus pies tocaron tierra firme, las aguas del río regresaron a su lugar y se desbordaron como de costumbre. 

Los sacerdotes y el arca permanecieron en el rio hasta que Dios dio la palabra, a través de Josué. Los doce sacerdotes estuvieron de acuerdo. Nadie dijo: “Estoy cansado de llevar este arca. No me necesitan. Voy a buscar a mi familia.” Nadie cuestionó a Josué ni lo desobedeció. Esperaron su palabra y actuaron conforme. En el momento que llegaron a tierra firme, el rio regresó a la normalidad.

Un resumen y conclusión de la introducción a la tierra

19 Así, el día diez del mes primero, el pueblo de Israel cruzó el Jordán y acampó en Guilgal, al este de Jericó. 20 Entonces Josué erigió allí las piedras que habían tomado del cauce del Jordán, 21 y se dirigió a los israelitas: «En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”, 22 ustedes les responderán: “Porque el pueblo de Israel cruzó el río Jordán en seco”. 23 El Señor, Dios de ustedes, hizo lo mismo que había hecho con el Mar Rojo cuando lo mantuvo seco hasta que todos nosotros cruzamos. 24 Esto sucedió para que todas las naciones de la tierra supieran que el Señor es poderoso, y para que ustedes aprendieran a temerlo para siempre».

Josué realiza una ceremonia con las piedras y les recuerda su significado. Tan importante como cruzar el Mar Rojo, Dios les abrió el camino. El propósito de Dios en tales milagros es que le temamos, y que los demás vean el poder de Dios para quedar impresionados con su grandeza y su fidelidad para con su pueblo.

El temor de Dios es algo que tenemos que aprender. A pesar de nuestra relación íntima con Dios y la “amistad” que tenemos con Jesus, tenemos que temer a Dios. Él permite cosas en la vida y actúa para enseñarnos a temerle.

¿Dirías que le temes a Dios?     ¿Cómo lo aprendiste?

 

¿Es algo que intentas inculcar en otros en tu ministerio?

 

En tu vida, ¿cómo han aprendido otros que Dios es poderoso?

 

¿Cuáles serían sus actos que más comunican su poder al mundo?  

 

5:1En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!

A veces las divisiones de capítulos en nuestras Biblias (insertadas en el siglo XII) no tienen sentido. Este verso obviamente confirma lo que Josué le dijo al pueblo cuando erigió las doce piedras. No solo abrió el camino para que Israel cruzara el río, sino que también preparó el camino para derrotar a los reyes de la tierra, ya que un gran pánico los invadió. Todo está casi listo para avanzar. Pero hay una cosa más muy importante que tienen que hacer.