Josué 5: Circuncisión y celebración de la Pascua

En aquel tiempo, el Señor le dijo a Josué: «Prepara cuchillos de pedernal, y vuelve a practicar la circuncisión entre los israelitas». 

Ya han cruzado el río Jordán. Los guerreros están armados y listos para la batalla. Están frente a Jericó. Los espías volvieron con un informe positivo, aunque no sabemos si fue prudente enviarlos o no (los comentaristas están divididos sobre esto). ¡Ya queremos avanzar y llegar al destino! Pero también sabemos la importancia de una buena preparación y de hacer todo conforme a la palabra de Dios. Primero tienen que circuncidar a todos los varones; nade fue circuncidado en el desierto.

Una tarea desagradable

Esta es una tarea desagradable y posiblemente inesperada para Josué. Cuando aceptamos un llamado del Señor o un puesto en la iglesia, habrá cosas difíciles de las que tal vez nadie nos advirtió. ¡Qué cambio del triunfo de erigir las piedras y estar engrandecido a los ojos de los israelitas! Hay quienes dirían: “Ya basta. Nunca accedí a hacer eso.” Podría ser una prueba de su obediencia, y una prueba de la obediencia que el pueblo prometió unos días atrás. Fácilmente algunos hombres podrían decir: “No voy a participar en eso.” Puede ser desagradable, humillante y doloroso, pero si van a aprovechar la bendición de Dios en este nuevo paso, no es opcional.

¿Has experimentado algo parecido en tu servicio al Señor?

 

¿Hay algo ahora mismo que sabes que tienes que hacer, pero también sabes que será impopular entre tu iglesia o tu familia?

 

¿A quién vas a agradecer?

Así que Josué hizo los cuchillos y circuncidó a los varones israelitas en la colina de Aralot. 

¡Bravo! ¡Obedeció! No sabemos exactamente cuántos, pero solo Josué los circuncidó.

Realizó la ceremonia porque los israelitas en edad militar que habían salido de Egipto ya habían muerto en el desierto. Todos ellos habían sido circuncidados, pero no los que nacieron en el desierto mientras el pueblo peregrinaba después de salir de Egipto. El Señor les había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al Señor, y por ello él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años, hasta que murieron todos los varones en edad militar. 

La importancia de obedecer el mandamiento de circuncidar

La promesa del Señor no está garantizada. No seas presuntuoso. Ese “pero” nos causa muchos problemas. La rebelión y la desobediencia nos roban las bendiciones de Dios. Sí, Dios fue fiel a su promesa, y ahora esta generación poseerá la tierra. Lamentablemente, incluso murieron aquellos que salieron de Egipto y no se rebelaron ni desobedecieron. Somos un solo cuerpo, y el pecado de los demás también nos impacta.

El comando de Dios fue muy claro (Génesis 17:14): Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto. No hay explicación por la falla de circuncidar a aquellos que nacieron en el desierto. Siempre circuncidaron a los niños en Egipto, pero Dios nunca le mandó a Moisés que lo hiciera. Él tuvo su propia experiencia de no circuncidar a sus hijos (Éxodo 4:24-26), así que estoy seguro que él estaría consciente de la importancia de esto. Fue algo extraordinario lo que sucedió en el desierto en su rebelión (Números 14:28-34): Dios suspendió para ese tiempo la circuncisión y la Pascua, las señales del pacto. A pesar de la humillación y el dolor de la circuncisión para los varones, sería algo muy especial volver a tener esta señal del pacto que le fue dado a su padre Abraham. Ahora se identificaron a sí mismos como el pueblo de Dios.

¿Hay algo que tú hayas ignorado como resultado de algún pecado o tiempo difícil en tu vida? ¿Recibir la Santa Cena? ¿Bautizarte? ¿Participar de todo corazón en las actividades de la iglesia?

 

¿Podría ser hora de que vuelvas a proclamar tu identificación con el pueblo de Dios de esa manera?

 

7A los hijos de estos, a quienes Dios puso en lugar de ellos, los circuncidó Josué, pues no habían sido circuncidados durante el viaje. Una vez que todos fueron circuncidados, permanecieron en el campamento hasta que se recuperaron.

Quitar el oprobio

La circuncisión de un hombre adulto es muy doloroso y humillante, pero no era opcional. Todos fueron circuncidados, lo cual deja a la comunidad vulnerable. Ellos sabrían lo que sucedió con el engaño de los heveos después de la violación de Dina, la hija de Jacob, en Génesis 34:25. Los médicos de hoy dicen que, en promedio, se necesita de 2 a 3 semanas para sanar; otros dicen hasta 6 semanas. Recomiendan no tener relaciones durante un mes. Josué tuvo a muchos hombres miserables, y ellos no disfrutaron de los beneficios de la medicina moderna.

Luego el Señor le dijo a Josué: «Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto». Por esa razón, aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy.

¿Hay algún oprobio del pasado, del mundo, que Dios tenga que quitarte?

 

¿Un paso de obediencia? ¿Tal vez el bautismo?

 

Guilgal suena como la palabra hebrea para “quitar” o literalmente “salir rodando como una piedra.” Fue un paso muy importante para borrar el oprobio de la opresión y la esclavitud en Egipto y ser restaurado a la plena estatura del pueblo de Dios.

La primera Pascua en la tierra

Ya han cumplido dos pasos inesperados que retrasen el avance para tomar posesión de la tierra. Ahora, ¿pueden seguir adelante? No. Primero tienen que obedecer a Dios y celebrar la Pascua, recordándoles el milagro de su salida de Egipto. Sería emocionante; la habían celebrado solo una vez, un año después de salir de Egipto (Números 9:1-5). Posiblemente solo Josué y Caleb estuvieron presentes como adultos para esa Pascua. No es por casualidad, sino en el plan soberano del Señor: es el día 14 del primer mes, el día que la celebraron en Números y el día ordendado por Dios. Sería la primera Pascua en la Tierra Prometida y un gran recuerdo de todos los milagros de Dios que los llevaron allá.

10 Al caer la tarde del día catorce del mes primero, mientras acampaban en la llanura de Jericó, los israelitas celebraron la Pascua. 11 Al día siguiente, después de la Pascua, el pueblo empezó a alimentarse de los productos de la tierra, de panes sin levadura y de trigo tostado. 12 Desde ese momento dejó de caer maná, y durante todo ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra.

Cruzaron el río el día diez; esta Pascua sería cuatro días después. Cómo cuadra con la circuncisión no está claro; posiblemente celebraron la Pascua antes de la circuncisión.

No fue solo una celebración de su liberación de Egipto, sino también la celebración de un cambio en su dieta. Después de 40 años de comer el mismo maná (y codornices), esa provisión milagrosa cesó, y empezaron a disfrutar del prometido fruto de la tierra. Es otro signo poderoso de que Dios tiene el control. Ahora han hecho todo de acuerdo con su plan, y están listos para avanzar.