Jueces 2: El problema de una generación que no conoció al Señor

1El ángel del Señor subió de Guilgal a Boquín y dijo: «Yo los saqué a ustedes de Egipto y los hice entrar en la tierra que juré darles a sus antepasados. Dije: “Nunca quebrantaré mi pacto con ustedes; ustedes, por su parte, no harán ningún pacto con la gente de esta tierra, sino que derribarán sus altares”. ¡Pero me han desobedecido! ¿Por qué han actuado así? Pues quiero que sepan que no expulsaré de la presencia de ustedes a esa gente; ellos les harán la vida imposible, y sus dioses les serán una trampa».

Cuatro partes importantes e impactantes de este breve mensaje

  1. Dios les ha sido fiel. Ha hecho milagros. Prometió la tierra a Abraham y a sus antepasados. Pasaron cientos de años de esclavitud en Egipto con la esperanza de volver algún día a esa tierra. Dios cumplió su palabra, y los sacó de Egipto. Hizo muchos milagros en el camino a Canaán y ahora ha peleado muchas batallas para hacerlos entrar en la tierra. Hizo un pacto con ellos que afirmaron antes de entrar en la tierra. Dios los promete que nunca quebrantará ese pacto.

¿Cómo has visto la fidelidad de Dios en tu vida? ¿Cuáles milagros has experimentado? ¿Cuáles batallas ha peleado por ti?

 

Nosotros tenemos un pacto en la sangre de Jesús, un nuevo pacto, que afirmamos cada vez que recibimos la Santa Cena. Dios siempre será fiel a ese pacto. Y tú, ¿le has sido fiel?

  1. Casi todas las promesas y pactos de Dios tienen condiciones o requisitos de nuestra parte. Aunque Dios les dio los Diez Mandamientos y muchas otras leyes para guardar como su parte del pacto, aquí Él señala solo dos requisitos específicamente para esta etapa de la conquista de la tierra prometida: No hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra, y derribar sus altares. De hecho, tenían que eliminar por completo a todos los habitantes de la tierra y destruir cualquier rasgo de su religión.

¿Sabes cuáles son los requisitos para nosotros en el Nuevo Pacto? Jesús nos dio un nuevo mandamiento: Amar los unos a los otros como Él nos ha amado. ¿Cómo te va con la obediencia a ese mandamiento?

 

¿Qué más crees que Dios espera de ti para ser fiel a su pacto?

 

 

  1. Esta es la queja que Dios tiene contra ellos, y es muy sencilla: Le han desobedecido. No han cumplido esos dos requisitos. Es una palabra de juicio; una palabra que a menudo necesitamos cuando no somos conscientes de nuestro pecado y cómo ofende a Dios.

La obediencia es muy importante para Dios. ¿Cómo está tu obediencia? ¿Eres consciente de áreas donde andas en desobediencia?

 

  1. La consecuencia de quebrantar el pacto. La misma gente a la que permitieron vivir, en contra del mandato de Dios, ahora les hará la vida imposible. Sus dioses, cuyos altares no quisieron derribar, ahora les serán una trampa. Dios les prometió que expulsaría a estos enemigos; ahora, dado su pecado, no los expulsará. Siempre les quedarán como un aguijón.

Aquí hay un concepto muy importante para la vida cristiana: Cuando seguimos a Cristo, Él quiere liberarnos de la opresión del enemigo y echar fuera a todo espíritu inmundo. Pero si permanecemos en el pecado y permitimos esas influencias malignas, llega el momento en que es demasiado tarde, y Dios permite que sigan siendo piedras de tropiezo para nosotros.

¿Hay algún pecado o algo del mundo que hayas permitido en tu vida, sabiendo que Dios te llama a arrepentirte y dejarlo? ¿Has experimentado ese dolor, ese tropiezo, ese aguijón a causa de tu desobediencia?

 

 

El ángel del Señor

En el Antiguo Testamento, la identidad de un ángel es un poco complicado. Sabemos que los ángeles son mensajeros de Dios. En este caso, claramente comunica un mensaje de parte de Dios Todopoderoso. Pero hay momentos en lo que es difícil diferenciar entre el ángel y Dios. Y algunos creen que hay instantes en los que un ángel puede ser Jesucristo en una aparienciapreencarnada. Aquí parece que tiene forma de un hombre, pero no sabemos por qué estaba en Guilgal, cómo llegó a Boquín o por qué se reunió mucha gente en Boquín para recibir este mensaje.

Llorar a gritos

Cuando el ángel del Señor les habló así a todos los israelitas, el pueblo lloró a gritos. Por eso llamaron a aquel lugar Boquín, y allí ofrecieron sacrificios al Señor.

Es algo que observamos muchas veces durante el éxodo y también en nuestra experiencia: Cuando conocemos las consecuencias de nuestro pecado, lloramos, nos arrepentimos y buscamos al Señor. En este caso, no hay indicios de que estos sacrificios hayan motivado a Dios a cambiar su juicio contra ellos. Y no hay ningún indicio en el registro de un arrepentimiento genuino.

¿Ha habido ocasiones en tu vida en las que recibiste un mensaje duro de Dios? ¿Una profecía? ¿Algo que leíste en la Biblia que sabias que vino directamente del Señor?

 

¿Cómo respondiste? ¿Te motivó a cambiar de rumbo?

 

Aparte de la cuestión del ángel, hay otro detalle en este capítulo: Está claro que los siguientes versículos fueron escritos aparte de lo que ya hemos leído en Jueces, and se remontan al final de la vida de Josué.

El problema de una generación que no conoció al Señor

Cuando Josué despidió al pueblo, los israelitas se fueron a tomar posesión de la tierra, cada uno a su propio territorio. El pueblo sirvió al Señor mientras vivieron Josué y los ancianos que le sobrevivieron, los cuales habían visto todas las grandes obras que el Señor había hecho por Israel.

Este es un problema que vemos una y otra vez en la iglesia y en un mover de Dios. Hay un avivamiento, con un pastor u otro siervo de Dios que el Señor usa de una manera maravillosa. Hay un grupo de personas que reciben sanidad, liberación y nueva vida en ese avivamiento. Entre ellos se encuentran ancianos y líderes con experiencia de primera mano que mantienen el fuego encendido en esa iglesia. Pero cuando ese pastor fallece, y más tarde esos ancianos fallecen, la siguiente generación no ha tenido la misma experiencia con Dios, y la iglesia cae en una rutina y pierde la unción. Lo mismo sucede en las familias con los hijos o nietos de alguien que tuvo un encuentro poderoso con Dios.

¿Has observado este tipo de transición y pérdida del fuego en tu vida, en una iglesia o en tu familia?

 

Josué hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años, y lo sepultaron en Timnat Jeres, tierra de su heredad, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte de Gaas. 10 También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel. 

Este es el mismo problema que la ausencia de un líder preparado después de la muerte de Josué. Es un problema grave, y la culpa es de los padres y líderes del país. Es su responsabilidad compartir con sus hijos y la juventud las historias de los patriarcas, el éxodo y la Palabra de Dios. Depende de ellos presentarles una relación viva con el Señor.

¿Cómo ayudas a tus hijos y nietos a conocer a Jesús? ¿Compartes con ellos lo que el Señor ha hecho por ti?

 

¿Cómo lo hace tu iglesia? ¿Cómo pueden mejorar esa educación para conservar la cosecha de la juventud en la iglesia?

 

Provocar la ira del Señor

11 Esos israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal. 12 Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses —dioses de los pueblos que los rodeaban—, y los adoraron, provocando así la ira del Señor. 13 Abandonaron al Señor, y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté. 

Aquí hay una explicación de la desobediencia que el ángel señaló en el versículo 2. En lugar de adorar, temer y obedecer a Dios, sin esa relación personal con Dios y esa educación, han hecho lo que ofende a Dios. Lo abandonan en favor de los dioses de los pueblos que permitieron permanecer en la tierra. Fue exactamente la razón por la que Dios dijo que tenían que exterminarlos y derribar sus ídolos. Él sabía la tentación que presentarían. Adoraban y seguían a esos ídolos y falsos dioses. Cuando abandonamos a Dios, provocamos su ira. Habrá una consecuencia fea.

¿Cuáles son los ídolos o dioses que te rodean? ¿De qué manera sientes la tentación de seguirlos y adorarlos?

 

 

14 Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente. 15 Cada vez que los israelitas salían a combatir, la mano del Señor estaba en contra de ellos para su mal, tal como el Señor se lo había dicho y jurado. Así llegaron a verse muy angustiados.

La vida de un pecador en las manos de un Dios enojado es muy dura. Las palabras aquí son muy fuertes:

  • Se enfureció
  • Los entregó en manos de invasores
  • Ellos los saquearon
  • Los vendió a sus enemigos
  • No pudieron hacerles frente
  • La mano del Señor estaba en contra de ellos para su mal
  • Se vieron muy angustiados

Puede que tú ya sepas lo difícil que es luchar con Dios, lo serio que es Él hacia la obediencia y el pecado y la agonía de la persona que ha abandonado a Dios.

¿Cómo pueden convertirse de la niña de su ojo, su hijo adoptado, a alguien que sufre la mano dura de Dios? Es como un padre que disciplinando a su hijo. Dios nos da muchas oportunidades. La historia del éxodo y los tratos de Dios con su pueblo revelan su paciencia. Pero cuando permanecemos en rebelión y cerramos nuestro corazón a Dios, las consecuencias son severas. Lamentablemente, aún hay personas que no reconocen la fuente de su angustia, y culpan a satanás, a la iglesia o su “mala suerte.” Pueden hacer todo lo posible en la carne para fortalecerse y pelear, pero será fútil.

¿Estas angustiado ahora? ¿Sientes que el Señor te vendió a tus enemigos? A pesar de tus muchos esfuerzos, ¿no puedes hacerles frente?

 

¿Sabes lo que es tener la mano de Dios contra ti? ¿Conoces a alguien que el Señor ha entregado en manos de sus enemigos para saquearlo? ¿Alguien sufre esta disciplina del Señor?

 

 

En su misericordia, Dios envía libertadores

16 Entonces el Señor hizo surgir caudillos que los libraron del poder de esos invasores. 17 Pero tampoco escucharon a esos caudillos, sino que se prostituyeron al entregarse a otros dioses y adorarlos. Muy pronto se apartaron del camino que habían seguido sus antepasados, el camino de la obediencia a los mandamientos del Señor. 18 Cada vez que el Señor levantaba entre ellos un caudillo, estaba con él. Mientras ese caudillo vivía, los libraba del poder de sus enemigos, porque el Señor se compadecía de ellos al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y afligían. 19 Pero, cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse aún más que sus antepasados, pues se iban tras otros dioses, a los que servían y adoraban. De este modo se negaban a abandonar sus malvadas costumbres y su obstinada conducta.

A pesar del juicio fuerte que observamos en los versículos anteriores, Dios siempre los ama y quiere rescatarlos. Él tiene paciencia con nosotros y siempre quiere darnos otra oportunidad. Se compadece de nosotros y escucha nuestro clamor.

La ayuda aquí viene en forma de un hombre. Un caudillo o un juez; de allí el título del libro, aunque no son jueces en el sentido en que nosotros entendemos a los jueces.

Ellos ya vieron su liberación a manos de estos líderes que Dios se levantó. Pero en lugar de escucharlos, arrepentirse y agradecer a Dios por su liberación, se prostituyeron entregándose a otros dioses y adorándolos. Tal vez por un breve momento siguieron el camino angosto de la obediencia a Dios, pero pronto se apartaron de ese camino. La influencia de un líder ungido es muy poderosa. Mientras ese caudillo viviera, estaban bien. Pero nunca establecieron su relación con Dios, y cuando el caudillo murió, volvieron a su pecado.

Esta es la historia del libro de Jueces, y desafortunadamente, de gran parte de la historia de Israel. Y es un patrón muy común, un ciclo, con el que viven muchos cristianos. No tienen su propia relación con Dios. Dependen de la unción de otra persona. Y nunca hay un arrepentimiento genuino.

Si eres un líder en la iglesia, ¿has visto estos altibajos en las vidas de tus hermanos? ¿Te ha usado Dios para liberar a otros? ¿Has experimentado la decepción de gente que es liberada, pero vuelven a sus malas costumbres y obstinada conducta?

 

¿Eres tú una persona débil, que depende de otros para tu fortaleza espiritual? ¿Es tu vida una serie de altibajos?

 

 

El propósito de Dios al dejar enemigos en tu vida

20 Por eso el Señor se enfureció contra Israel y dijo: «Puesto que esta nación ha violado el pacto que yo establecí con sus antepasados y no me ha obedecido, 21 tampoco yo echaré de su presencia a ninguna de las naciones que Josué dejó al morir. 22 Las usaré para poner a prueba a Israel y ver si guarda mi camino y anda por él, como lo hicieron sus antepasados». 23 Por eso el Señor dejó en paz a esas naciones; no las echó en seguida ni las entregó en manos de Josué.

Dios no quiere dejarnos en esta posición tan complicada. Nos envía pastores u otros hermanos para advertirnos y ayudarnos. Nos da muchas oportunidades. Él siempre quiere echar fuera de tu vida todas las malas influencias. Pero cuando persistimos en nuestro pecado y rebelión, llega el momento en que Él dice, en efecto: Bueno, ¿tú quieres estar con esta gente rebelde? ¿Quieres permanecer en tu desobediencia? Entonces, no te libraré de esos enemigos. Los permitiré en tu vida para que te pongan a prueba. Siempre serán una piedra de tropiezo para ti. Te revelarán lo que verdaderamente hay en tu corazón. Tienes la oportunidad de andar por el camino del Señor, pero tú has hecho tu vida más difícil.

¿Hay “naciones,” siervos del maligno, que Dios ha permitido en tu vida para ponerte a prueba? Tal vez algún pecado que tu hayas permitido y siempre te sirva de piedra de tropiezo. Dios quería librarte por completo de ese pecado, pero tú no querías dejarlo. Ahora siempre sirve de prueba para tentarte y ver tu respuesta.

 

Jueces 1: Después de la muerte de Josué

1Después de la muerte de Josué,

El libro de Josué empezó y terminó con las palabras “muchos años después.” Este libro inicia con otro hito importante: La muerte de este gran guerrero. Josué les dejó consejos muy claros. Pero, ¿después de su muerte? Creo que todos hemos conocido familias que se desintegran después de la muerte de la matriarca o el patriarca, o una iglesia después de la salida de un pastor amado.

¿Has experimentado la muerte de alguien muy importante en tu vida? ¿Cómo te impactó? ¿Qué hiciste después de su muerte?

 

 

los israelitas le preguntaron al Señor: —¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos?

Estaban acostumbrados a recibir la guía de Josué, y ahora andan conforme a las promesas que Dios le hizo. No hay duda de que van a pelear contra el enemigo; la pregunta es: ¿quién subirá primero?

Por dicha, buscan al Señor. Es muy importante consultar a Dios, pero la ausencia de adoración o algo que muestre una relación personal con Él es notable. Podemos consultarlo para que nos oriente en los negocios o en el hogar solo porque queremos prosperar o tener una vida feliz.

¿Tienes el hábito de consultar a Dios antes de dar un paso importante en tu vida?

 

¿Tienes la confianza de que Dios te guiará si sinceramente buscas su voluntad?

 

Dios ya entregó el país en manos de Judá

El Señor respondió: —Judá será el primero en subir, puesto que ya le he entregado el país en sus manos.

Judá no era la tribu más grande o más importante, pero fue el primero en subir, tal vez una indicación de la importancia de Judá debido a la ubicación de Jerusalén y el templo, como la tribu de gran rey David y, mas tarde, la tribu del Mesías.

La victoria ya era suya. Dios ya les ha entregado a su enemigo. Solo tienen que subir y tomar posesión de la tierra.

¿Crees que Dios prepara el camino ante ti? ¿Cuál ha sido tu experiencia consultando a Dios y recibiendo su dirección?

 

 

Qué lástima que muchos, por miedo, dudas, incredulidad o impaciencia, no andan en esa victoria y pierdan muchas bendiciones porque hacen las cosas a su manera.

Entonces los de la tribu de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: «Suban con nosotros al territorio que nos ha tocado, y pelearemos contra los cananeos; después nosotros iremos con ustedes al territorio que les tocó». Y los de la tribu de Simeón los acompañaron.

¿Hicieron lo correcto aquí? Dios no dijo que otra tribu debería acompañar a Judá, pero tampoco condenó a Judá por incluirlos. Puede ser que dentro de la revelación que Dios nos da, hay alcance y libertad para tomar decisiones sobre cómo cumplir su voluntad. En este caso, es un ejemplo de ayuda mutua entre hermanos, algo que seguramente agrada a Dios.

¿Hay alguien a quien tú puedas pedir que te ayude en alguna batalla? Si alguien te ayuda, ¿eres fiel para ayudarlo en su batalla?

 

 

Cuando Judá atacó, el Señor entregó en sus manos a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil hombres. Allí se toparon con Adoní Bézec y pelearon contra él, y derrotaron a los cananeos y a los ferezeos. 

Dios ya los había entregado en sus manos, pero aún tenían que atacar. Tuvieron que pelear. Tener la victoria garantizada por Dios no significa que no hagamos nada. Si tenemos temor o equivocadamente creemos que no tenemos que hacer nada, el enemigo no será derrotado.

Pagado con la misma moneda

Adoní Bézec logró escapar, pero lo persiguieron hasta que lo alcanzaron, y le cortaron los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies.

Puede que tu enemigo escape, pero tienes que perseguirlo hasta que lo alcances. Al principio parece raro y cruel cortarse los pulgares y los dedos gordos de los pies, pero Judá probablemente conoció este detalle sobre Adoni Bezec:

Entonces Adoní Bézec exclamó: «¡Setenta reyes, cortados los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, recogían migajas debajo de mi mesa! ¡Ahora Dios me ha pagado con la misma moneda!» Luego lo llevaron a Jerusalén, y allí murió.

Era un hombre muy cruel; ahora reconoce la mano de Dios contra él en recompensa por lo que hizo.

¿Crees que Dios nos paga “con la misma moneda” por los pecados cometidos contra otros? ¿Hay algún ejemplo que tú hayas visto en tu vida o en la experiencia de otra persona?

 

¿Cómo has experimentado la misericordia de Dios al no cosechar lo que sembramos?

 

 

Los de la tribu de Judá también atacaron a Jerusalén; la capturaron, matando a todos a filo de espada, y luego incendiaron la ciudad. Después la tribu de Judá fue a pelear contra los cananeos que vivían en la región montañosa, en el Néguev y en la Sefelá. 10 Avanzaron contra los cananeos que vivían en Hebrón, ciudad que antes se llamaba Quiriat Arbá, y derrotaron a Sesay, Ajimán y Talmay. 11 Desde allí, avanzaron contra los habitantes de Debir, ciudad que antes se llamaba Quiriat Séfer. 

No menciona a Simeón, pero Judá está disfrutando de una serie de éxitos en sus batallas, como lo prometió Dios.

Caleb ofrece a su hija como galardón

Ahora nos enteramos de que Caleb, el que tenía “un espíritu diferente” y volvió de explorar la tierra prometida con un buen informe, es parte del ejército de Judá. Para alguna razón, él cree que es necesario motivar a los hombres a derrotar a Quiriat Sefer con algo que nos parece extraño:

12 Entonces Caleb dijo: «A quien derrote a Quiriat Séfer y la conquiste, yo le daré por esposa a mi hija Acsa». 

La pobre muchacha es el galardón por la conquista de esa ciudad. Ella no tiene la oportunidad de decir nada. Peor aún desde la perspectiva moderna, fue su tío quien la consiguió como esposa:

13 Y fue Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, quien la conquistó; así que Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 14 Cuando ella llegó, Otoniel la convenció de que le pidiera un terreno a su padre. Al bajar Acsa del asno, Caleb le preguntó: —¿Qué te pasa?

15 —Concédeme un gran favor —respondió ella—. Ya que me has dado tierras en el Néguev, dame también manantiales.

Fue así como Caleb le dio a su hija manantiales en las zonas altas y en las bajas.

Ella es muy astuta, pidiendo manantiales. Aparentemente Caleb tenía mucha tierra, y de buena gana le da a su hija tierras y manantiales. No sabemos nada más de lo que sucedió en este matrimonio. Otoniel fue el primer juez de Israel (Jueces 3:9, 10), lo que demuestra que fue un hombre muy exitoso, posiblemente en parte debido a la influencia de esta mujer sabia.

¿Hay formas más sutiles en las cuales abusamos de nuestras familias, ofreciéndolas sobre un altar para impresionar a otros hombres?

 

16 Los descendientes de Hobab el quenita, suegro de Moisés, acompañaron a la tribu de Judá desde la Ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, que está en el Néguev, cerca de Arad. Allí habitaron con la gente del lugar.

De repente se menciona a los descendientes del suegro de Moisés, Jetro, quien conocemos de Éxodo 3:1, 4:18 y 18:1 y 2. Números 10:29 nos dice que Hobab era un hijo de Jetro. Parece que Hobab acompañó a su padre cuando Jetro visitó a Moisés en el desierto, y se quedó con ellos hasta que entraron en la tierra prometida. Allí habitó con ellos en el Néguev.

17 Después fueron los de la tribu de Judá con sus hermanos de la tribu de Simeón y derrotaron a los cananeos que vivían en Sefat, ciudad a la que destruyeron por completo. Desde entonces Sefat fue llamada Jormá. 18 Los hombres de Judá también conquistaron las ciudades de Gaza, Ascalón y Ecrón, cada una de ellas con su propio territorio.

La derrota de Sefat es la única vez que se menciona a Simeón batallando con Judá.

Una nota alarmante

Hasta ahora todo parece estar procediendo de acuerdo con la Palabra de Dios. De hecho, hay tantas victorias que casi podemos perder la importancia del siguiente versículo:

19 El Señor estaba con los hombres de Judá.

Es obvio que Dios estaba con estos hombres, lo que hace lo siguiente alarmante:

Estos tomaron posesión de la región montañosa, pero no pudieron expulsar a los que vivían en las llanuras, porque esa gente contaba con carros de hierro. 

El autor no nos ofrece más explicaciones. Dios ha estado con ellos y les ha dado victorias impresionantes. Pero, ¿qué le ha sucedido con este gran Dios en las llanuras? ¿Es sólo el Dios de las montañas? ¿Son los carros de hierro demasiado para Dios? Judá juega una parte importante en la historia de Israel, siendo la tribu del Mesías, pero fracasó en estas primeras batallas.

¿Hay algunos enemigos que te parecen demasiado fuertes, y no puedes expulsarlos de tu vida? ¿Cuáles son sus “carros de hierro” que te intimidan tanto?

 

¿Qué ha sido la consecuencia en tu vida de no poder expulsarlos?

 

Solo el principio de una historia deprimente

20 Tal como lo había prometido Moisés, Caleb recibió Hebrón y expulsó de esa ciudad a los tres hijos de Anac. 21 En cambio, los de la tribu de Benjamín no lograron expulsar a los jebuseos, que vivían en Jerusalén. Por eso hasta el día de hoy los jebuseos viven con los benjaminitas en Jerusalén.

No es sorprendente que Caleb recibió lo que Moisés prometió. Por su fe y valentía (¡incluso en su vejez!) expulsó a los habitantes de Hebrón. Pero los benjaminitas no tenían tanto éxito. Ésta sería la ciudad santa, la capital de Israel y la sede del templo, pero otra gente pagana resistió a Benjamín y siempre permanecieron en Jerusalén.

22 Los de la tribu de José, por su parte, subieron contra Betel, pues el Señor estaba con ellos. 23 Enviaron espías a Betel, ciudad que antes se llamaba Luz, 24 y estos, al ver que un hombre salía de la ciudad, le dijeron: «Muéstranos cómo entrar en la ciudad, y seremos bondadosos contigo». 25 Aquel hombre les mostró cómo entrar en la ciudad, y ellos la conquistaron a filo de espada; pero al hombre y a toda su familia les perdonaron la vida. 26 Y ese hombre se fue a la tierra de los hititas, donde fundó una ciudad a la que llamó Luz, nombre que conserva hasta el día de hoy.

Caleb salió victorioso, pero Benjamín no logró expulsar al enemigo. La tribu de José sigue el ejemplo de Josué en Jericó, enviando espías y solicitando la ayuda de un habitante de la ciudad. Ese hombre y su familia escaparon y fundaron otra ciudad. ¿El motivo de su triunfo?: “el Señor estaba con ellos.” ¿No estaba con Judá o Benjamín? Parece que ellos tenían la misma promesa, pero tal vez carecieron de la fe para avanzar con valentía contra el enemigo. La siguiente tribu continúa el mismo patrón de derrota después de la victoria de sus hermanos:

27 Pero los de la tribu de Manasés no pudieron expulsar a los de Betseán y de Tanac con sus respectivas aldeas, ni tampoco a los habitantes de Dor, Ibleam y Meguido con sus respectivas aldeas, porque los cananeos estaban decididos a permanecer en esa tierra. 28 Solo cuando Israel se hizo fuerte pudo someter a los cananeos a trabajos forzados, aunque nunca pudo expulsarlos del todo. 

Tal como las otras derrotas, esta gente pagana siempre permaneció en la tierra, violando el plan de Dios de limpiarla completamente para establecer un pueblo santo. Otra vez, la razón dada, de que “estaban decididos a permanecer,” parece muy débil ante el poder del Dios omnipotente. Puede delatar una falta de perseverancia por parte de Manasés.

Acomodándose a la gente que Dios quería expulsar

29 Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron expulsar a los cananeos que vivían en Guézer, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos. 30 Los de la tribu de Zabulón, por su parte, tampoco pudieron expulsar a los cananeos que vivían en Quitrón y Nalol, y estos siguieron viviendo entre ellos, aunque fueron sometidos a trabajos forzados. 31 Tampoco los de la tribu de Aser pudieron expulsar a los habitantes de Aco, Sidón, Ajlab, Aczib, Jelba, Afec y Rejob. 32 Por eso, como no pudieron expulsarlos, el pueblo de la tribu de Aser vivió entre los cananeos que habitaban en aquella región. 33 Tampoco los de la tribu de Neftalí pudieron expulsar a los habitantes de Bet Semes y Bet Anat, sino que vivieron entre los cananeos que habitaban en aquella región. Sin embargo, sometieron a trabajos forzados a los que vivían en Bet Semes y Bet Anat. 

El fracaso de las tribus más importantes se extiende a las otras tribus, Efraín, Zabulón, Aser y Neftalí. Es como dijo Pablo (Gálatas 5:9): «Un poco de levadura fermenta toda la masa». El pecado de una persona en la familia o en la iglesia puede afectar a todos. Ya dejaron el ideal de eliminar a esta gente pagana, ya no tienen esa fe ni esa valentía. Se acomodan a un estándar mucho más bajo de lo que Dios intentó para ellos. Cuando se esforzaron, en lugar de eliminarlos, los sometieron a trabajos forzados, como esclavos, algo que Dios nunca quiso para su tierra santa.

¿Hay algo que no agrada a Dios que se ha permanecido en tu vida, tu familia o tu iglesia? ¿Hay alguna manera en que los hayas “sometido a trabajos forzados” para racionalizar su presencia?

 

 

34 Los amorreos hicieron retroceder a los de la tribu de Dan hasta la región montañosa, y no les permitieron bajar a la llanura. 35 Los amorreos también estaban decididos a permanecer en el monte Heres, en Ayalón y en Salbín. Pero, cuando se acrecentó el poder de la tribu de José, los amorreos también fueron sometidos a trabajos forzados. 36 La frontera de los amorreos iba desde la cuesta de los Escorpiones hasta Selá, e incluso más arriba.

Este primer capítulo de la experiencia de Israel después de la muerte de Josué empezó con buscar el plan de Dios, obedecerlo y ver el poder de Dios obrando a su favor. Pero rápidamente declinó. Lo que es notable en su ausencia en este capítulo es un líder como Moisés o Josué, que animó y ayudó al pueblo en tantas ocasiones. El único hombre que nos impresiona en el capítulo es Caleb, parte del grupo enviado por Moisés y el compañero de Josué. ¿Fue una falla por parte de Josué no nombrar y preparar a alguien para liderar al pueblo después de su muerte? No lo dice, pero puede ser.

El capítulo termina no solo con el fracaso de no expulsar a los habitantes, sino también de ser sometidos a la fuerza del enemigo. Los amorreos los “hicieron retroceder” y “no les permitieron” bajar a la llanura. En lugar del pueblo de Dios poderoso y ungido, esta tribu de Dan parece débil. Es un comienzo muy triste para este libro y este nuevo capítulo en la vida de Israel.

Desafortunadamente, la experiencia de algunos cristianos es parecida a la de Israel. Empiezan su discipulado con muchas victorias y fe en el Señor. Pero cuando encuentran con enemigos más fuertes, retroceden, se apartan, y nunca andan en la victoria y la libertad que Dios quiere para ellos. ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Dónde estás ahora comparado con la experiencia de Israel?

 

Notamos la ausencia de un líder para guiar al pueblo, y la posible falla de Josué en nombrar y preparar a un líder. Si tú estás en el liderazgo, ¿haces tu parte para preparar nuevos líderes? ¿Tienes un pastor o alguien en quien confías para darte consejos y orientación?