Jueces 1: Después de la muerte de Josué

1Después de la muerte de Josué,

El libro de Josué empezó y terminó con las palabras “muchos años después.” Este libro inicia con otro hito importante: La muerte de este gran guerrero. Josué les dejó consejos muy claros. Pero, ¿después de su muerte? Creo que todos hemos conocido familias que se desintegran después de la muerte de la matriarca o el patriarca, o una iglesia después de la salida de un pastor amado.

¿Has experimentado la muerte de alguien muy importante en tu vida? ¿Cómo te impactó? ¿Qué hiciste después de su muerte?

 

 

los israelitas le preguntaron al Señor: —¿Quién de nosotros será el primero en subir y pelear contra los cananeos?

Estaban acostumbrados a recibir la guía de Josué, y ahora andan conforme a las promesas que Dios le hizo. No hay duda de que van a pelear contra el enemigo; la pregunta es: ¿quién subirá primero?

Por dicha, buscan al Señor. Es muy importante consultar a Dios, pero la ausencia de adoración o algo que muestre una relación personal con Él es notable. Podemos consultarlo para que nos oriente en los negocios o en el hogar solo porque queremos prosperar o tener una vida feliz.

¿Tienes el hábito de consultar a Dios antes de dar un paso importante en tu vida?

 

¿Tienes la confianza de que Dios te guiará si sinceramente buscas su voluntad?

 

Dios ya entregó el país en manos de Judá

El Señor respondió: —Judá será el primero en subir, puesto que ya le he entregado el país en sus manos.

Judá no era la tribu más grande o más importante, pero fue el primero en subir, tal vez una indicación de la importancia de Judá debido a la ubicación de Jerusalén y el templo, como la tribu de gran rey David y, mas tarde, la tribu del Mesías.

La victoria ya era suya. Dios ya les ha entregado a su enemigo. Solo tienen que subir y tomar posesión de la tierra.

¿Crees que Dios prepara el camino ante ti? ¿Cuál ha sido tu experiencia consultando a Dios y recibiendo su dirección?

 

 

Qué lástima que muchos, por miedo, dudas, incredulidad o impaciencia, no andan en esa victoria y pierdan muchas bendiciones porque hacen las cosas a su manera.

Entonces los de la tribu de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: «Suban con nosotros al territorio que nos ha tocado, y pelearemos contra los cananeos; después nosotros iremos con ustedes al territorio que les tocó». Y los de la tribu de Simeón los acompañaron.

¿Hicieron lo correcto aquí? Dios no dijo que otra tribu debería acompañar a Judá, pero tampoco condenó a Judá por incluirlos. Puede ser que dentro de la revelación que Dios nos da, hay alcance y libertad para tomar decisiones sobre cómo cumplir su voluntad. En este caso, es un ejemplo de ayuda mutua entre hermanos, algo que seguramente agrada a Dios.

¿Hay alguien a quien tú puedas pedir que te ayude en alguna batalla? Si alguien te ayuda, ¿eres fiel para ayudarlo en su batalla?

 

 

Cuando Judá atacó, el Señor entregó en sus manos a los cananeos y a los ferezeos. En Bézec derrotaron a diez mil hombres. Allí se toparon con Adoní Bézec y pelearon contra él, y derrotaron a los cananeos y a los ferezeos. 

Dios ya los había entregado en sus manos, pero aún tenían que atacar. Tuvieron que pelear. Tener la victoria garantizada por Dios no significa que no hagamos nada. Si tenemos temor o equivocadamente creemos que no tenemos que hacer nada, el enemigo no será derrotado.

Pagado con la misma moneda

Adoní Bézec logró escapar, pero lo persiguieron hasta que lo alcanzaron, y le cortaron los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies.

Puede que tu enemigo escape, pero tienes que perseguirlo hasta que lo alcances. Al principio parece raro y cruel cortarse los pulgares y los dedos gordos de los pies, pero Judá probablemente conoció este detalle sobre Adoni Bezec:

Entonces Adoní Bézec exclamó: «¡Setenta reyes, cortados los pulgares de las manos y los dedos gordos de los pies, recogían migajas debajo de mi mesa! ¡Ahora Dios me ha pagado con la misma moneda!» Luego lo llevaron a Jerusalén, y allí murió.

Era un hombre muy cruel; ahora reconoce la mano de Dios contra él en recompensa por lo que hizo.

¿Crees que Dios nos paga “con la misma moneda” por los pecados cometidos contra otros? ¿Hay algún ejemplo que tú hayas visto en tu vida o en la experiencia de otra persona?

 

¿Cómo has experimentado la misericordia de Dios al no cosechar lo que sembramos?

 

 

Los de la tribu de Judá también atacaron a Jerusalén; la capturaron, matando a todos a filo de espada, y luego incendiaron la ciudad. Después la tribu de Judá fue a pelear contra los cananeos que vivían en la región montañosa, en el Néguev y en la Sefelá. 10 Avanzaron contra los cananeos que vivían en Hebrón, ciudad que antes se llamaba Quiriat Arbá, y derrotaron a Sesay, Ajimán y Talmay. 11 Desde allí, avanzaron contra los habitantes de Debir, ciudad que antes se llamaba Quiriat Séfer. 

No menciona a Simeón, pero Judá está disfrutando de una serie de éxitos en sus batallas, como lo prometió Dios.

Caleb ofrece a su hija como galardón

Ahora nos enteramos de que Caleb, el que tenía “un espíritu diferente” y volvió de explorar la tierra prometida con un buen informe, es parte del ejército de Judá. Para alguna razón, él cree que es necesario motivar a los hombres a derrotar a Quiriat Sefer con algo que nos parece extraño:

12 Entonces Caleb dijo: «A quien derrote a Quiriat Séfer y la conquiste, yo le daré por esposa a mi hija Acsa». 

La pobre muchacha es el galardón por la conquista de esa ciudad. Ella no tiene la oportunidad de decir nada. Peor aún desde la perspectiva moderna, fue su tío quien la consiguió como esposa:

13 Y fue Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, quien la conquistó; así que Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 14 Cuando ella llegó, Otoniel la convenció de que le pidiera un terreno a su padre. Al bajar Acsa del asno, Caleb le preguntó: —¿Qué te pasa?

15 —Concédeme un gran favor —respondió ella—. Ya que me has dado tierras en el Néguev, dame también manantiales.

Fue así como Caleb le dio a su hija manantiales en las zonas altas y en las bajas.

Ella es muy astuta, pidiendo manantiales. Aparentemente Caleb tenía mucha tierra, y de buena gana le da a su hija tierras y manantiales. No sabemos nada más de lo que sucedió en este matrimonio. Otoniel fue el primer juez de Israel (Jueces 3:9, 10), lo que demuestra que fue un hombre muy exitoso, posiblemente en parte debido a la influencia de esta mujer sabia.

¿Hay formas más sutiles en las cuales abusamos de nuestras familias, ofreciéndolas sobre un altar para impresionar a otros hombres?

 

16 Los descendientes de Hobab el quenita, suegro de Moisés, acompañaron a la tribu de Judá desde la Ciudad de las Palmeras hasta el desierto de Judá, que está en el Néguev, cerca de Arad. Allí habitaron con la gente del lugar.

De repente se menciona a los descendientes del suegro de Moisés, Jetro, quien conocemos de Éxodo 3:1, 4:18 y 18:1 y 2. Números 10:29 nos dice que Hobab era un hijo de Jetro. Parece que Hobab acompañó a su padre cuando Jetro visitó a Moisés en el desierto, y se quedó con ellos hasta que entraron en la tierra prometida. Allí habitó con ellos en el Néguev.

17 Después fueron los de la tribu de Judá con sus hermanos de la tribu de Simeón y derrotaron a los cananeos que vivían en Sefat, ciudad a la que destruyeron por completo. Desde entonces Sefat fue llamada Jormá. 18 Los hombres de Judá también conquistaron las ciudades de Gaza, Ascalón y Ecrón, cada una de ellas con su propio territorio.

La derrota de Sefat es la única vez que se menciona a Simeón batallando con Judá.

Una nota alarmante

Hasta ahora todo parece estar procediendo de acuerdo con la Palabra de Dios. De hecho, hay tantas victorias que casi podemos perder la importancia del siguiente versículo:

19 El Señor estaba con los hombres de Judá.

Es obvio que Dios estaba con estos hombres, lo que hace lo siguiente alarmante:

Estos tomaron posesión de la región montañosa, pero no pudieron expulsar a los que vivían en las llanuras, porque esa gente contaba con carros de hierro. 

El autor no nos ofrece más explicaciones. Dios ha estado con ellos y les ha dado victorias impresionantes. Pero, ¿qué le ha sucedido con este gran Dios en las llanuras? ¿Es sólo el Dios de las montañas? ¿Son los carros de hierro demasiado para Dios? Judá juega una parte importante en la historia de Israel, siendo la tribu del Mesías, pero fracasó en estas primeras batallas.

¿Hay algunos enemigos que te parecen demasiado fuertes, y no puedes expulsarlos de tu vida? ¿Cuáles son sus “carros de hierro” que te intimidan tanto?

 

¿Qué ha sido la consecuencia en tu vida de no poder expulsarlos?

 

Solo el principio de una historia deprimente

20 Tal como lo había prometido Moisés, Caleb recibió Hebrón y expulsó de esa ciudad a los tres hijos de Anac. 21 En cambio, los de la tribu de Benjamín no lograron expulsar a los jebuseos, que vivían en Jerusalén. Por eso hasta el día de hoy los jebuseos viven con los benjaminitas en Jerusalén.

No es sorprendente que Caleb recibió lo que Moisés prometió. Por su fe y valentía (¡incluso en su vejez!) expulsó a los habitantes de Hebrón. Pero los benjaminitas no tenían tanto éxito. Ésta sería la ciudad santa, la capital de Israel y la sede del templo, pero otra gente pagana resistió a Benjamín y siempre permanecieron en Jerusalén.

22 Los de la tribu de José, por su parte, subieron contra Betel, pues el Señor estaba con ellos. 23 Enviaron espías a Betel, ciudad que antes se llamaba Luz, 24 y estos, al ver que un hombre salía de la ciudad, le dijeron: «Muéstranos cómo entrar en la ciudad, y seremos bondadosos contigo». 25 Aquel hombre les mostró cómo entrar en la ciudad, y ellos la conquistaron a filo de espada; pero al hombre y a toda su familia les perdonaron la vida. 26 Y ese hombre se fue a la tierra de los hititas, donde fundó una ciudad a la que llamó Luz, nombre que conserva hasta el día de hoy.

Caleb salió victorioso, pero Benjamín no logró expulsar al enemigo. La tribu de José sigue el ejemplo de Josué en Jericó, enviando espías y solicitando la ayuda de un habitante de la ciudad. Ese hombre y su familia escaparon y fundaron otra ciudad. ¿El motivo de su triunfo?: “el Señor estaba con ellos.” ¿No estaba con Judá o Benjamín? Parece que ellos tenían la misma promesa, pero tal vez carecieron de la fe para avanzar con valentía contra el enemigo. La siguiente tribu continúa el mismo patrón de derrota después de la victoria de sus hermanos:

27 Pero los de la tribu de Manasés no pudieron expulsar a los de Betseán y de Tanac con sus respectivas aldeas, ni tampoco a los habitantes de Dor, Ibleam y Meguido con sus respectivas aldeas, porque los cananeos estaban decididos a permanecer en esa tierra. 28 Solo cuando Israel se hizo fuerte pudo someter a los cananeos a trabajos forzados, aunque nunca pudo expulsarlos del todo. 

Tal como las otras derrotas, esta gente pagana siempre permaneció en la tierra, violando el plan de Dios de limpiarla completamente para establecer un pueblo santo. Otra vez, la razón dada, de que “estaban decididos a permanecer,” parece muy débil ante el poder del Dios omnipotente. Puede delatar una falta de perseverancia por parte de Manasés.

Acomodándose a la gente que Dios quería expulsar

29 Los de la tribu de Efraín tampoco pudieron expulsar a los cananeos que vivían en Guézer, de modo que los cananeos siguieron viviendo entre ellos. 30 Los de la tribu de Zabulón, por su parte, tampoco pudieron expulsar a los cananeos que vivían en Quitrón y Nalol, y estos siguieron viviendo entre ellos, aunque fueron sometidos a trabajos forzados. 31 Tampoco los de la tribu de Aser pudieron expulsar a los habitantes de Aco, Sidón, Ajlab, Aczib, Jelba, Afec y Rejob. 32 Por eso, como no pudieron expulsarlos, el pueblo de la tribu de Aser vivió entre los cananeos que habitaban en aquella región. 33 Tampoco los de la tribu de Neftalí pudieron expulsar a los habitantes de Bet Semes y Bet Anat, sino que vivieron entre los cananeos que habitaban en aquella región. Sin embargo, sometieron a trabajos forzados a los que vivían en Bet Semes y Bet Anat. 

El fracaso de las tribus más importantes se extiende a las otras tribus, Efraín, Zabulón, Aser y Neftalí. Es como dijo Pablo (Gálatas 5:9): «Un poco de levadura fermenta toda la masa». El pecado de una persona en la familia o en la iglesia puede afectar a todos. Ya dejaron el ideal de eliminar a esta gente pagana, ya no tienen esa fe ni esa valentía. Se acomodan a un estándar mucho más bajo de lo que Dios intentó para ellos. Cuando se esforzaron, en lugar de eliminarlos, los sometieron a trabajos forzados, como esclavos, algo que Dios nunca quiso para su tierra santa.

¿Hay algo que no agrada a Dios que se ha permanecido en tu vida, tu familia o tu iglesia? ¿Hay alguna manera en que los hayas “sometido a trabajos forzados” para racionalizar su presencia?

 

 

34 Los amorreos hicieron retroceder a los de la tribu de Dan hasta la región montañosa, y no les permitieron bajar a la llanura. 35 Los amorreos también estaban decididos a permanecer en el monte Heres, en Ayalón y en Salbín. Pero, cuando se acrecentó el poder de la tribu de José, los amorreos también fueron sometidos a trabajos forzados. 36 La frontera de los amorreos iba desde la cuesta de los Escorpiones hasta Selá, e incluso más arriba.

Este primer capítulo de la experiencia de Israel después de la muerte de Josué empezó con buscar el plan de Dios, obedecerlo y ver el poder de Dios obrando a su favor. Pero rápidamente declinó. Lo que es notable en su ausencia en este capítulo es un líder como Moisés o Josué, que animó y ayudó al pueblo en tantas ocasiones. El único hombre que nos impresiona en el capítulo es Caleb, parte del grupo enviado por Moisés y el compañero de Josué. ¿Fue una falla por parte de Josué no nombrar y preparar a alguien para liderar al pueblo después de su muerte? No lo dice, pero puede ser.

El capítulo termina no solo con el fracaso de no expulsar a los habitantes, sino también de ser sometidos a la fuerza del enemigo. Los amorreos los “hicieron retroceder” y “no les permitieron” bajar a la llanura. En lugar del pueblo de Dios poderoso y ungido, esta tribu de Dan parece débil. Es un comienzo muy triste para este libro y este nuevo capítulo en la vida de Israel.

Desafortunadamente, la experiencia de algunos cristianos es parecida a la de Israel. Empiezan su discipulado con muchas victorias y fe en el Señor. Pero cuando encuentran con enemigos más fuertes, retroceden, se apartan, y nunca andan en la victoria y la libertad que Dios quiere para ellos. ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Dónde estás ahora comparado con la experiencia de Israel?

 

Notamos la ausencia de un líder para guiar al pueblo, y la posible falla de Josué en nombrar y preparar a un líder. Si tú estás en el liderazgo, ¿haces tu parte para preparar nuevos líderes? ¿Tienes un pastor o alguien en quien confías para darte consejos y orientación?