Jueces 2: El problema de una generación que no conoció al Señor

1El ángel del Señor subió de Guilgal a Boquín y dijo: «Yo los saqué a ustedes de Egipto y los hice entrar en la tierra que juré darles a sus antepasados. Dije: “Nunca quebrantaré mi pacto con ustedes; ustedes, por su parte, no harán ningún pacto con la gente de esta tierra, sino que derribarán sus altares”. ¡Pero me han desobedecido! ¿Por qué han actuado así? Pues quiero que sepan que no expulsaré de la presencia de ustedes a esa gente; ellos les harán la vida imposible, y sus dioses les serán una trampa».

Cuatro partes importantes e impactantes de este breve mensaje

  1. Dios les ha sido fiel. Ha hecho milagros. Prometió la tierra a Abraham y a sus antepasados. Pasaron cientos de años de esclavitud en Egipto con la esperanza de volver algún día a esa tierra. Dios cumplió su palabra, y los sacó de Egipto. Hizo muchos milagros en el camino a Canaán y ahora ha peleado muchas batallas para hacerlos entrar en la tierra. Hizo un pacto con ellos que afirmaron antes de entrar en la tierra. Dios los promete que nunca quebrantará ese pacto.

¿Cómo has visto la fidelidad de Dios en tu vida? ¿Cuáles milagros has experimentado? ¿Cuáles batallas ha peleado por ti?

 

Nosotros tenemos un pacto en la sangre de Jesús, un nuevo pacto, que afirmamos cada vez que recibimos la Santa Cena. Dios siempre será fiel a ese pacto. Y tú, ¿le has sido fiel?

  1. Casi todas las promesas y pactos de Dios tienen condiciones o requisitos de nuestra parte. Aunque Dios les dio los Diez Mandamientos y muchas otras leyes para guardar como su parte del pacto, aquí Él señala solo dos requisitos específicamente para esta etapa de la conquista de la tierra prometida: No hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra, y derribar sus altares. De hecho, tenían que eliminar por completo a todos los habitantes de la tierra y destruir cualquier rasgo de su religión.

¿Sabes cuáles son los requisitos para nosotros en el Nuevo Pacto? Jesús nos dio un nuevo mandamiento: Amar los unos a los otros como Él nos ha amado. ¿Cómo te va con la obediencia a ese mandamiento?

 

¿Qué más crees que Dios espera de ti para ser fiel a su pacto?

 

 

  1. Esta es la queja que Dios tiene contra ellos, y es muy sencilla: Le han desobedecido. No han cumplido esos dos requisitos. Es una palabra de juicio; una palabra que a menudo necesitamos cuando no somos conscientes de nuestro pecado y cómo ofende a Dios.

La obediencia es muy importante para Dios. ¿Cómo está tu obediencia? ¿Eres consciente de áreas donde andas en desobediencia?

 

  1. La consecuencia de quebrantar el pacto. La misma gente a la que permitieron vivir, en contra del mandato de Dios, ahora les hará la vida imposible. Sus dioses, cuyos altares no quisieron derribar, ahora les serán una trampa. Dios les prometió que expulsaría a estos enemigos; ahora, dado su pecado, no los expulsará. Siempre les quedarán como un aguijón.

Aquí hay un concepto muy importante para la vida cristiana: Cuando seguimos a Cristo, Él quiere liberarnos de la opresión del enemigo y echar fuera a todo espíritu inmundo. Pero si permanecemos en el pecado y permitimos esas influencias malignas, llega el momento en que es demasiado tarde, y Dios permite que sigan siendo piedras de tropiezo para nosotros.

¿Hay algún pecado o algo del mundo que hayas permitido en tu vida, sabiendo que Dios te llama a arrepentirte y dejarlo? ¿Has experimentado ese dolor, ese tropiezo, ese aguijón a causa de tu desobediencia?

 

 

El ángel del Señor

En el Antiguo Testamento, la identidad de un ángel es un poco complicado. Sabemos que los ángeles son mensajeros de Dios. En este caso, claramente comunica un mensaje de parte de Dios Todopoderoso. Pero hay momentos en lo que es difícil diferenciar entre el ángel y Dios. Y algunos creen que hay instantes en los que un ángel puede ser Jesucristo en una aparienciapreencarnada. Aquí parece que tiene forma de un hombre, pero no sabemos por qué estaba en Guilgal, cómo llegó a Boquín o por qué se reunió mucha gente en Boquín para recibir este mensaje.

Llorar a gritos

Cuando el ángel del Señor les habló así a todos los israelitas, el pueblo lloró a gritos. Por eso llamaron a aquel lugar Boquín, y allí ofrecieron sacrificios al Señor.

Es algo que observamos muchas veces durante el éxodo y también en nuestra experiencia: Cuando conocemos las consecuencias de nuestro pecado, lloramos, nos arrepentimos y buscamos al Señor. En este caso, no hay indicios de que estos sacrificios hayan motivado a Dios a cambiar su juicio contra ellos. Y no hay ningún indicio en el registro de un arrepentimiento genuino.

¿Ha habido ocasiones en tu vida en las que recibiste un mensaje duro de Dios? ¿Una profecía? ¿Algo que leíste en la Biblia que sabias que vino directamente del Señor?

 

¿Cómo respondiste? ¿Te motivó a cambiar de rumbo?

 

Aparte de la cuestión del ángel, hay otro detalle en este capítulo: Está claro que los siguientes versículos fueron escritos aparte de lo que ya hemos leído en Jueces, and se remontan al final de la vida de Josué.

El problema de una generación que no conoció al Señor

Cuando Josué despidió al pueblo, los israelitas se fueron a tomar posesión de la tierra, cada uno a su propio territorio. El pueblo sirvió al Señor mientras vivieron Josué y los ancianos que le sobrevivieron, los cuales habían visto todas las grandes obras que el Señor había hecho por Israel.

Este es un problema que vemos una y otra vez en la iglesia y en un mover de Dios. Hay un avivamiento, con un pastor u otro siervo de Dios que el Señor usa de una manera maravillosa. Hay un grupo de personas que reciben sanidad, liberación y nueva vida en ese avivamiento. Entre ellos se encuentran ancianos y líderes con experiencia de primera mano que mantienen el fuego encendido en esa iglesia. Pero cuando ese pastor fallece, y más tarde esos ancianos fallecen, la siguiente generación no ha tenido la misma experiencia con Dios, y la iglesia cae en una rutina y pierde la unción. Lo mismo sucede en las familias con los hijos o nietos de alguien que tuvo un encuentro poderoso con Dios.

¿Has observado este tipo de transición y pérdida del fuego en tu vida, en una iglesia o en tu familia?

 

Josué hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años, y lo sepultaron en Timnat Jeres, tierra de su heredad, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte de Gaas. 10 También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel. 

Este es el mismo problema que la ausencia de un líder preparado después de la muerte de Josué. Es un problema grave, y la culpa es de los padres y líderes del país. Es su responsabilidad compartir con sus hijos y la juventud las historias de los patriarcas, el éxodo y la Palabra de Dios. Depende de ellos presentarles una relación viva con el Señor.

¿Cómo ayudas a tus hijos y nietos a conocer a Jesús? ¿Compartes con ellos lo que el Señor ha hecho por ti?

 

¿Cómo lo hace tu iglesia? ¿Cómo pueden mejorar esa educación para conservar la cosecha de la juventud en la iglesia?

 

Provocar la ira del Señor

11 Esos israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal. 12 Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses —dioses de los pueblos que los rodeaban—, y los adoraron, provocando así la ira del Señor. 13 Abandonaron al Señor, y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté. 

Aquí hay una explicación de la desobediencia que el ángel señaló en el versículo 2. En lugar de adorar, temer y obedecer a Dios, sin esa relación personal con Dios y esa educación, han hecho lo que ofende a Dios. Lo abandonan en favor de los dioses de los pueblos que permitieron permanecer en la tierra. Fue exactamente la razón por la que Dios dijo que tenían que exterminarlos y derribar sus ídolos. Él sabía la tentación que presentarían. Adoraban y seguían a esos ídolos y falsos dioses. Cuando abandonamos a Dios, provocamos su ira. Habrá una consecuencia fea.

¿Cuáles son los ídolos o dioses que te rodean? ¿De qué manera sientes la tentación de seguirlos y adorarlos?

 

 

14 Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente. 15 Cada vez que los israelitas salían a combatir, la mano del Señor estaba en contra de ellos para su mal, tal como el Señor se lo había dicho y jurado. Así llegaron a verse muy angustiados.

La vida de un pecador en las manos de un Dios enojado es muy dura. Las palabras aquí son muy fuertes:

  • Se enfureció
  • Los entregó en manos de invasores
  • Ellos los saquearon
  • Los vendió a sus enemigos
  • No pudieron hacerles frente
  • La mano del Señor estaba en contra de ellos para su mal
  • Se vieron muy angustiados

Puede que tú ya sepas lo difícil que es luchar con Dios, lo serio que es Él hacia la obediencia y el pecado y la agonía de la persona que ha abandonado a Dios.

¿Cómo pueden convertirse de la niña de su ojo, su hijo adoptado, a alguien que sufre la mano dura de Dios? Es como un padre que disciplinando a su hijo. Dios nos da muchas oportunidades. La historia del éxodo y los tratos de Dios con su pueblo revelan su paciencia. Pero cuando permanecemos en rebelión y cerramos nuestro corazón a Dios, las consecuencias son severas. Lamentablemente, aún hay personas que no reconocen la fuente de su angustia, y culpan a satanás, a la iglesia o su “mala suerte.” Pueden hacer todo lo posible en la carne para fortalecerse y pelear, pero será fútil.

¿Estas angustiado ahora? ¿Sientes que el Señor te vendió a tus enemigos? A pesar de tus muchos esfuerzos, ¿no puedes hacerles frente?

 

¿Sabes lo que es tener la mano de Dios contra ti? ¿Conoces a alguien que el Señor ha entregado en manos de sus enemigos para saquearlo? ¿Alguien sufre esta disciplina del Señor?

 

 

En su misericordia, Dios envía libertadores

16 Entonces el Señor hizo surgir caudillos que los libraron del poder de esos invasores. 17 Pero tampoco escucharon a esos caudillos, sino que se prostituyeron al entregarse a otros dioses y adorarlos. Muy pronto se apartaron del camino que habían seguido sus antepasados, el camino de la obediencia a los mandamientos del Señor. 18 Cada vez que el Señor levantaba entre ellos un caudillo, estaba con él. Mientras ese caudillo vivía, los libraba del poder de sus enemigos, porque el Señor se compadecía de ellos al oírlos gemir por causa de quienes los oprimían y afligían. 19 Pero, cuando el caudillo moría, ellos volvían a corromperse aún más que sus antepasados, pues se iban tras otros dioses, a los que servían y adoraban. De este modo se negaban a abandonar sus malvadas costumbres y su obstinada conducta.

A pesar del juicio fuerte que observamos en los versículos anteriores, Dios siempre los ama y quiere rescatarlos. Él tiene paciencia con nosotros y siempre quiere darnos otra oportunidad. Se compadece de nosotros y escucha nuestro clamor.

La ayuda aquí viene en forma de un hombre. Un caudillo o un juez; de allí el título del libro, aunque no son jueces en el sentido en que nosotros entendemos a los jueces.

Ellos ya vieron su liberación a manos de estos líderes que Dios se levantó. Pero en lugar de escucharlos, arrepentirse y agradecer a Dios por su liberación, se prostituyeron entregándose a otros dioses y adorándolos. Tal vez por un breve momento siguieron el camino angosto de la obediencia a Dios, pero pronto se apartaron de ese camino. La influencia de un líder ungido es muy poderosa. Mientras ese caudillo viviera, estaban bien. Pero nunca establecieron su relación con Dios, y cuando el caudillo murió, volvieron a su pecado.

Esta es la historia del libro de Jueces, y desafortunadamente, de gran parte de la historia de Israel. Y es un patrón muy común, un ciclo, con el que viven muchos cristianos. No tienen su propia relación con Dios. Dependen de la unción de otra persona. Y nunca hay un arrepentimiento genuino.

Si eres un líder en la iglesia, ¿has visto estos altibajos en las vidas de tus hermanos? ¿Te ha usado Dios para liberar a otros? ¿Has experimentado la decepción de gente que es liberada, pero vuelven a sus malas costumbres y obstinada conducta?

 

¿Eres tú una persona débil, que depende de otros para tu fortaleza espiritual? ¿Es tu vida una serie de altibajos?

 

 

El propósito de Dios al dejar enemigos en tu vida

20 Por eso el Señor se enfureció contra Israel y dijo: «Puesto que esta nación ha violado el pacto que yo establecí con sus antepasados y no me ha obedecido, 21 tampoco yo echaré de su presencia a ninguna de las naciones que Josué dejó al morir. 22 Las usaré para poner a prueba a Israel y ver si guarda mi camino y anda por él, como lo hicieron sus antepasados». 23 Por eso el Señor dejó en paz a esas naciones; no las echó en seguida ni las entregó en manos de Josué.

Dios no quiere dejarnos en esta posición tan complicada. Nos envía pastores u otros hermanos para advertirnos y ayudarnos. Nos da muchas oportunidades. Él siempre quiere echar fuera de tu vida todas las malas influencias. Pero cuando persistimos en nuestro pecado y rebelión, llega el momento en que Él dice, en efecto: Bueno, ¿tú quieres estar con esta gente rebelde? ¿Quieres permanecer en tu desobediencia? Entonces, no te libraré de esos enemigos. Los permitiré en tu vida para que te pongan a prueba. Siempre serán una piedra de tropiezo para ti. Te revelarán lo que verdaderamente hay en tu corazón. Tienes la oportunidad de andar por el camino del Señor, pero tú has hecho tu vida más difícil.

¿Hay “naciones,” siervos del maligno, que Dios ha permitido en tu vida para ponerte a prueba? Tal vez algún pecado que tu hayas permitido y siempre te sirva de piedra de tropiezo. Dios quería librarte por completo de ese pecado, pero tú no querías dejarlo. Ahora siempre sirve de prueba para tentarte y ver tu respuesta.