Falsos profetas: 1 Juan 4:1-6

1Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. 

He notado que cuando Juan dice “queridos hermanos” hay algo importante que él quiere decir. Él nos acaba de dar algunas pruebas para la persona que permanece en Jesús, y ha hablado de la prioridad del amor. Pero este versículo me da la sensación de que incluso dentro de la iglesia hay que discernir y evaluar a la gente.

Tienes toda la razón. Juan ya habló de unos mentirosos que dicen ser de Cristo pero odian a sus hermanos. Esta es una advertencia muy importante para hoy: No creas a todo aquel que parece estar lleno del Espíritu y se llama a sí mismo profeta. Dios nos llama a probar a todos los que vienen con una palabra. Hay espíritus que no vienen de Dios, como traduce este versículo la NTV: Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo.

Entonces, ¿hay falsos profetas en la iglesia y en internet hoy?

Juan dijo que había “muchos” en la iglesia primitiva y Jesús nos dijo que habría aún más en los días previos a su venida:

Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. (Mateo 24:24)

Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?  Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán. (Mateo 7:15-20)

Me parece que sí, hay muchos. Estos pueden parecer muy ungidos y tener muchos seguidores, pero no son de Dios. Por eso es importante ser parte de una iglesia con un pastor de confianza que puede discernir si alguien que viene con una palabra es un falso profeta. El internet ha abierto una puerta para muchos que se llaman a sí mismos profetas, y muchos de ellos son falsos. Me parece que muchos ignoran este mandato bíblico de poner a prueba todo “profeta.”

¿Qué prueba puedo usar? ¿Cómo es posible saber si son falsos o verdaderos?

En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús no es de Dios, sino del anticristo. Ustedes han oído que este viene; en efecto, ya está en el mundo.

La prueba sencilla que Juan nos da aquí es el reconocimiento de que Cristo vino a esta tierra en cuerpo humano. De hecho, Juan introduce algo nuevo aquí: estos falsos profetas, los que niegan que Cristo vino en cuerpo humano, son del anticristo, son del diablo.

Ya hablamos de Juan usando la palabra “todo.” Yo he visto “profetas” que creen en Jesús, pero obviamente son falsos. Su palabra no cuadra con la Biblia, y están motivados por la ganancia financiera. También he conocido cristianos sinceros que han sido seducidos por otros “profetas” haciéndoles creer que son profetas, pero su palabra obviamente no se cumple y no es de Dios.

Sí, estos son casos complicados. Jesús dijo que podemos evaluar a un profeta por sus frutos. Tal vez el más seguro es alguien con un don de discernimiento de espíritus, confirmado por el liderazgo de una iglesia. Yo creo que la prueba que Juan nos presenta aquí es una entre varias.

Juan dice que el anticristo ya está en el mundo. Yo siempre he oído que el anticristo viene como parte de la gran tribulación. ¿Cómo es posible que ya estuviera en el mundo en los días de Juan? ¿Está presente ahora el anticristo en el mundo?

Juan habla del “espíritu” del anticristo (1 Juan 2:18, 22), y 2 Juan 7:

Es que han salido por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que así actúa es el engañador y el anticristo.

Estos versículos en las cartas de Juan son los únicos en el Nuevo Testamento que usan la palabra “anticristo”. Desde los días de Jesucristo ese espíritu maligno ha tratado de destruir todo lo que tiene que ver con Cristo. Parece que habrá una manifestación muy impresionante de ese espíritu durante la gran tribulación, lo que Apocalipsis (capítulos 11 y 13) describe como la bestia.

Pablo también escribió sobre el “hombre de maldad” en 2 Tesalonicenses 2:3-12:

No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.

¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes? Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo.  Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos.  Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.  Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira.  Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.

Es interesante que Jesús nunca habló de este hombre de maldad o anticristo.

Es fácil estar demasiado interesado en el anticristo. No hay que temerlo, y no debe ser el centro de nuestra experiencia. Por eso Juan nos recuerda algo muy importante:

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. 

¿Puedo yo vencer a los falsos profetas?

¡Sí! Porque tú eres de Dios y su Espíritu que mora en ti es más poderoso que el diablo y sus demonios que obran en los falsos profetas. Pero tal como la victoria sobre el diablo y el pecado ya es nuestra, tenemos que reconocer la tentación, la mentira y el engaño, y resistir con el escudo de la fe y la verdad. Sí, estos falsos profetas son peligrosos, pero no se les debe temer.

¿Cómo puedo reconocerlos, aparte de que ellos no confiesan a Jesucristo?

Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha. 

¡Tres  veces aparece la palabra “mundo” en este versículo! Tienden a decir cosas que la gente inconversa del mundo quiere escuchar y, a menudo, buscan popularidad. Su propósito no es fortalecer nuestra relación con Cristo o glorificar a Dios, sino llamar la atención sobre ellos mismos. La fama y el dinero los motivan. Es importante que el cristiano entienda el “punto de vista” del mundo y el de la Biblia.

El apóstol Pedro casi cayó en esa trampa cuando reprendió a Jesús por hablar de ser crucificado. Jesús le dijo:

¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

El falso profeta piensa en las cosas de los hombres.

Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.

¿No es posible que si por alguna razón alguien no me escucha a mí, yo pueda decir que esa persona no es de Dios?

Por supuesto. A lo largo de la historia ha habido grupos que creen que solo ellos “son de Dios” y los que no les hacen caso son del diablo. Hay que tener mucho cuidado de este engaño. La clave es ser lleno y guiado por el Espíritu de verdad.

No es de extrañar que alguien que no es de Dios no reciba la advertencia de lo demás. Cuando hablamos inspirados por el Espíritu, el verdadero creyente nos escuchará.