Anuncio del nacimiento de Sansón: Jueces 13

1Una vez más los israelitas hicieron lo que ofende al Señor. Por eso él los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.

Cuarenta años

¡Los filisteos fueron muy útiles al Señor! Y tuvieron muchas oportunidades de pelear contra Israel, porque una y otra vez ellos hicieron lo que ofende al Señor. Aquí hay una sentencia de cuarenta años. Cuarenta días de lluvia con Noé, cuarenta años en el desierto en el éxodo, cuarenta días de tentación para Jesús. Cuarenta es un número importante en la Biblia. Es un tiempo fijo. La buena noticia es que paró la lluvia y Dios hizo un pacto con nosotros con la hermosa señal del arcoíris. Israel llegó a su tierra prometida. Y Jesús resistió la tentación y volvió en el poder del Espíritu para iniciar su ministerio. Lo que no sabemos es qué hará Dios para restaurar a su pueblo después de esos años difíciles.

¿Has hecho lo que ofende al Señor? ¿Recibiste alguna sentencia? ¿Cuál fue el instrumento que usó para castigarte?

 

Puede que ahora estés en manos de algún enemigo como resultado de un pecado. Habrá un final. Sigue confiando en el Señor y en la restauración que te espera. Él también puede tener compasión de ti si lo buscas con todo tu corazón.

Una mujer estéril concebirá

Cierto hombre de Zora, llamado Manoa, de la tribu de Dan, tenía una esposa que no le había dado hijos porque era estéril. Pero el ángel del Señor se le apareció a ella y le dijo: «Eres estéril y no tienes hijos, pero vas a concebir y tendrás un hijo. 

Dios tiene algo especial en su corazón para la mujer estéril. Es cierto que puede parecer un castigo de Dios (como Mical, la esposa de David y la hija de Saúl, 2 Samuel 6:16–23). Pero Sara, Rebeca, Raquel, Ana y Elizabeth quedaron estériles y milagrosamente dieron a luz a unos hombres muy especiales. Aquí hay otro caso, ¡pero el nombre de la mujer nunca se menciona!

Durante todo este período de los jueces hubo una gran necesidad de una intervención sobrenatural de parte de Dios. Tal como Israel esperaba en Egipto por un libertador (Moisés), a menudo puede ser difícil para nosotros entender por qué Dios a veces parece no hacer nada, pero luego llama a alguien totalmente inesperado para que sea su instrumento (Gedeón, y ahora Sansón).

¿En tu matrimonio, han sufrido de infertilidad? ¿O conoces a alguien que sí? ¿Cómo afecta el matrimonio? Parece tocar más a la mujer, pero ¿cómo crees que sufre el hombre?

¿Estás en un periodo de angustia y gran necesidad y parece que Dios no hace nada?

 

¿Estás disponible a Dios para que seas su instrumento? Tú puedes ser la madre o el padre de alguien especial, o el hijo mismo que nació como un milagro de Dios.

 

Un nazareo, consagrado a Dios

Cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni tampoco comas nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja sobre su cabeza, porque el niño va a ser nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Él comenzará a librar a Israel del poder de los filisteos».

Este niño será muy especial, entre los pocos consagrados a Dios desde antes de nacer. ¡No fue una cuestión de responder a un llamado de Dios! ¡O preguntarle a esta mujer si quiere un hijo después de años de infertilidad! Lo maravilloso es que Dios puede actuar soberanamente, y a veces lo hace. Pero no siempre. Lamentablemente, no todas las mujeres estériles reciben este milagro. Tenemos que someternos a su tiempo y su manera de trabajar. Claro que todo primogénito estaba consagrado a Dios, pero Sansón sería nazareo.

El nazareo no tiene nada que ver con el pueblo de Nazaret, sino que proviene de la palabra hebrea que significa separado, dedicado o consagrado. El término se originó en el sexto capítulo de Números, para una persona que tomó ciertos votos especiales voluntarios y temporales para dedicarse a Dios. Podía seguir viviendo una vida normal en sociedad, pero tenía que:

*Abstenerse de cualquier producto derivado de la vid.

*Dejar de cortarse el cabello.

*Evitar la contaminación ritual por no acercarse a un cuerpo muerto. Si accidentalmente entraba en contacto con un cadáver, debí­a ofrecer sacrificios especí­ficos y comenzar de nuevo todo el perí­odo de su voto.

Un nazareo era “santo para Jehová” todos los dí­as de su “nazareato”. Al final del perí­odo que habí­a especificado, debí­a presentarse ante el sacerdote con ciertos sacrificios prescritos, y su cabello debí­a ser cortado y quemado.

Algunos dicen que el vino de la Biblia no era alcohólico, pero esto claramente confirma que es una “bebida fuerte.”

El padre recibe la noticia y busca a Dios

La mujer fue adonde estaba su esposo y le dijo: «Un hombre de Dios vino adonde yo estaba. Por su aspecto imponente, parecía un ángel de Dios. Ni yo le pregunté de dónde venía, ni él me dijo cómo se llamaba. Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. Ahora bien, cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni de comer nada impuro, porque el niño será nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte”».

María, con razón, no le dijo nada a José. Pero esta mujer va directamente a su esposo. Ella vivió en una época impía, pero reconoce al hombre como mensajero de Dios y no duda de su mensaje.

Aquí nos enteramos de un detalle más: su consagración sería para toda la vida. Desde antes de nacer hasta el día de su muerte. El profeta Samuel y Juan el Bautista son los únicos otros conocidos que fueron nazareos de por vida, y los tres son productos de embarazos milagrosos. Veremos que Sansón luchó contra esa consagración y no era un “santo,” pero alguien con ese llamado no puede escaparlo.

Entonces Manoa oró al Señor: «Oh Señor, te ruego que permitas que vuelva el hombre de Dios que nos enviaste, para que nos enseñe cómo criar al niño que va a nacer».

La fe y sumisión de Manoa es impresionante. No cuestiona a Dios ni se queja de los requisitos. Tampoco lo elogia por la oportunidad de ser padre después de muchos años, ni pierde el sueño pensando en el futuro. Va directo a Dios en oración. Él quiere ser un buen padre y criar a este niño especial como debería. Tal como José y María, no tenía experiencia en criar a un hijo. Dios confió en esta pareja para criar a este joven consagrado a Dios.

¿Cómo responderías tú a esta noticia? Si tienes hijos, ¿le has pedido a Dios que te enseñe a criarlos?

 

 

Dios escuchó a Manoa, y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras esta se hallaba en el campo; pero Manoa su esposo no estaba con ella. 

Tal como Dios respondió misericordiosamente a Gedeón y esperó su ofrenda y honró su vellón, Dios envía al ángel de nuevo en respuesta al pedido de Manoa. Pero se apareció (¡en el campo!) a la mujer.

Hay cosas en nuestro caminar con Dios que no tienen sentido para nosotros. ¿Por qué no envió al ángel a su casa, cuando ambos estaban presentes? Parece que lo envió a propósito cuando Manoa no estaba presente.

¿Hay algo similar que tú hayas experimentado, que no tenga sentido para ti?

 

 

10 La mujer corrió de inmediato a avisarle a su esposo: «¡Está aquí! ¡El hombre que se me apareció el otro día!»

¿Te parece un poco raro que haya dejado el ángel allí en el campo? Posiblemente le pidió permiso para buscar a su esposo. Cuando Dios trae un niño especial a este mundo, es responsabilidad de ambos padres trabajar juntos para criarlo. Esta vez la mujer está decidida a incluir a su marido.

Hay algunos hombres incrédulos. La primera noticia, y ahora esta segunda aparición, puede parecer una ilusión en la mente de su mujer. Hay hombres que no les hacen caso de las experiencias religiosas de sus mujeres. Pero sin preguntar ni demorarse, se levanta.

11 Manoa se levantó y siguió a su esposa. Cuando llegó adonde estaba el hombre, le dijo: —¿Eres tú el que habló con mi esposa?

—Sí, soy yo —respondió él.

Es cierto que el hombre es la cabeza de la casa y la mujer debe seguirlo, pero hay veces que el hombre tiene que seguir a su esposa. Manoa también la cuida. Si hay algo indebido con este hombre, él quiere saber y hacer lo que sea necesario para proteger a su esposa.

12 Así que Manoa le preguntó: —Cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo debemos criar al niño? ¿Cómo deberá portarse?

De nuevo observamos su fe; no es si se cumplen sus palabras, sino cuando se cumplan. Solo quiere saber cómo criarlo.

Cuando tú piensas de las promesas de Dios en tu vida, ¿tu actitud es de fe, de decir “cuando”, o hay dudas, y dices “si”?

 

 

13 El ángel del Señor contestó: —Tu esposa debe cumplir con todo lo que le he dicho. 14 Ella no debe probar nada que proceda de la vid, ni beber ningún vino ni ninguna otra bebida fuerte; tampoco debe comer nada impuro. En definitiva, debe cumplir con todo lo que le he ordenado.

¿Has notado que muchas veces Dios no responde nuestras preguntas? Se lo nota una y otra vez con Jesucristo. A menudo Dios nos guía un paso a la vez. Por el momento, lo único importante es que la mujer se cuide mucho. Tienen que cumplir con esa palabra. ¡Y el ángel ni siquiera incluye a Manoa! Todo es lo que debe hacer su esposa. Cuando llegue el momento, él confía en que Dios les revelará qué más tienen que hacer.

¿Hay algo en tu vida en este momento sobre lo que, como Manoa, quieras más orientación? ¿Puedes confiar en Dios para que te guíe en el momento adecuado?

 

¿Estás cumpliendo con todo lo que ya sabes acerca de la voluntad de Dios?

 

Manoa quiere bendecir al angel

15 Manoa le dijo al ángel del Señor: —Nos gustaría que te quedaras hasta que te preparemos un cabrito.

Manoa está contento con la respuesta del ángel, pero quiere honrarlo con un cabrito.

16 Pero el ángel del Señor respondió: —Aunque me detengan, no probaré nada de tu comida. Pero, si preparas un holocausto, ofréceselo al Señor.

Manoa no se había dado cuenta de que aquel era el ángel del Señor. 

La respuesta del ángel me recuerda la respuesta que podría tener un predicador cuando se le ofrece una ofrenda: Puede que yo no la acepte, pero puedes hacer una ofrenda para la obra del Señor.

En su comportamiento y apariencia, no había nada que diferenciara a este ángel de cualquier hombre. Puede ser que los ángeles no suelen comer nuestra comida, aunque Lot preparó una comida para los ángeles visitantes (Génesis 19:2).

17 Así que le preguntó:—¿Cómo te llamas, para que podamos honrarte cuando se cumpla tu palabra?

18 —¿Por qué me preguntas mi nombre? —replicó él—. Es un misterio maravilloso.

Manoa es un buen hombre. Quiere hacer todo conforme, y honrar al hombre cuando se cumple su palabra. Pero el ángel dice que es un “misterio maravilloso” y se niega a revelarlo (aunque sabemos que muchos ángeles tienen nombres). Nosotros sabemos que no sería posible visitar su casa después del cumplimiento de la palabra.

19 Entonces Manoa tomó un cabrito, junto con la ofrenda de cereales, y lo sacrificó sobre una roca al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo maravilloso: 20 Mientras la llama subía desde el altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendía en la llama. Al ver eso, Manoa y su esposa se postraron en tierra sobre sus rostros. 21 Y el ángel del Señor no se volvió a aparecer a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa se dio cuenta de que aquel era el ángel del Señor.

No es usual tener estos encuentros con ángeles. En este caso apareció dos veces, pero nunca más. Manoa tuvo que aprender de otra forma cómo criar a su hijo. Dios hizo una maravilla, que finalmente convenció a Manoa de que era un ángel (su esposa le creyó desde el principio).

22 —¡Estamos condenados a morir! —le dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios!

23 Pero su esposa respondió: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no nos habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereales de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas esas cosas ni anunciado todo esto.

La mujer parece tener mucho más discernimiento espiritual. Ella no tiene temor. Es el hombre, que se supone que es más valiente, que teme que se vayan a morir.

24 La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. 25 Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él mientras estaba en Majané Dan, entre Zora y Estaol.

Sansón fue instruido por Dios, con manifestaciones del Espíritu de Dios. No tenemos detalles de cómo (o si) el Señor  les instruyó en cómo criarlo, pero fue bendecido por Dios. Parece que tendrá un ministerio extraordinario, posiblemente lo más impresionante (y, como verás, el más insólito) de todo este libro de Jueces.