Dalila: Jueces 16:1-22

En la casa de una prostituta

1Un día Sansón fue a Gaza, donde vio a una prostituta. Entonces entró para pasar la noche con ella. 

Esperarías que Sansón ya hubiera aprendido que meterse con mujeres filisteas no es muy sabio. Peor aún una prostituta. Él ya estaba “gobernando” a Israel, sea lo que sea que eso signifique. En Gaza él está bastante lejos de su casa. ¿Fue allí en busca de problemas? Ya sabe que tiene debilidad por lo que ve. No puede resistir la tentación de la carne. Y parece que después del fracaso de su matrimonio nunca se volvió a casar. Así que pasa la noche con ella.

¿Tienes problemas con tus ojos y lujuria? ¿Qué tipo de pecado sexual ha sido un problema para ti?

 

Si ya has aprendido a resistir esas tentaciones, ¿qué te ayudó?

 

Al pueblo de Gaza se le anunció: «¡Sansón ha venido aquí!» Así que rodearon el lugar y toda la noche estuvieron al acecho junto a la puerta de la ciudad. Se quedaron quietos durante toda la noche diciéndose: «Lo mataremos al amanecer».

Sansón es notorio, y odiado. No es la primera vez que lo quieren matar.

Pero Sansón estuvo acostado allí hasta la medianoche; luego se levantó y arrancó las puertas de la entrada de la ciudad, junto con sus dos postes, con cerrojo y todo. Se las echó al hombro y las llevó hasta la cima del monte que está frente a Hebrón.

La fuerza del hombre es increíble. Los hombres de la ciudad acechaban por esa puerta, pero Sansón simplemente las arranca. No basta con dejarlas allí, las lleva a la cima de una montaña, para mostrarle a esa gente su gran fuerza.

Dalila le pide a Sansón su secreto

Pasado algún tiempo, Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec, que se llamaba Dalila. Los jefes de los filisteos fueron a verla y le dijeron: «Sedúcelo, para que te revele el secreto de su tremenda fuerza y cómo podemos vencerlo, de modo que lo atemos y lo tengamos sometido. Cada uno de nosotros te dará mil cien monedas de plata».

Una vez más, la fuente de sus problemas es una mujer, esta vez la conocida Dalila. Los jefes ya reconocen su debilidad y creen que Dalila puede ser la clave de su éxito. Uno supondría que sería especial ser la novia de un hombre tan varonil como Sansón, pero hay pocos indicios de que ella lo ame. Si tiene que escoger el amor o la plata, elige la plata.

Dalila le dijo a Sansón: —Dime el secreto de tu tremenda fuerza, y cómo se te puede atar y dominar.

Sansón le respondió: —Si se me ata con siete cuerdas de arco que todavía no estén secas, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

Se podría suponer que sospecharía de esta petición, pero el amor es ciego. En lugar de decirle que tiene un voto con Dios y no puede revelar su secreto, le miente.

¿Cuál es más fácil para ti? ¿Explicar a la gente tu compromiso con Cristo y cómo afecta tu estilo de vida? ¿O mentirles?

 

 

Los jefes de los filisteos le trajeron a ella siete cuerdas de arco que aún no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas. Estando unos hombres al acecho en el cuarto, ella le gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!

Pero él rompió las cuerdas como quien rompe un pedazo de cuerda chamuscada. De modo que no se descubrió el secreto de su fuerza.

Inmediatamente ella pasa a los filisteos su secreto. Obviamente esas cuerdas son nada para él. Pero Sansón no tiene la inteligencia ni la sabiduría para dejar a la mujer y abandonar del lugar. Se queda con ella.

10 Dalila le dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me dijiste mentiras! Vamos, dime cómo se te puede atar.

11 —Si se me ata firmemente con sogas nuevas, sin usar —le dijo él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

12 Mientras algunos filisteos estaban al acecho en el cuarto, Dalila tomó sogas nuevas y lo ató, y luego le gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!

Pero él rompió las sogas que ataban sus brazos, como quien rompe un hilo.

Una segunda vez, lo mismo.

¿Alguna vez has estado tan engañado y tan ciego que repites las mismas tonterías?

 

 

13 Entonces Dalila le dijo a Sansón: —¡Hasta ahora te has burlado de mí, y me has dicho mentiras! Dime cómo se te puede atar.

—Si entretejes las siete trenzas de mi cabello con la tela del telar, y aseguras esta con la clavija —respondió él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

Entonces, mientras él dormía, Dalila tomó las siete trenzas de Sansón, las entretejió con la tela 14 y las aseguró con la clavija.

Una vez más ella le gritó: «¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!» Sansón despertó de su sueño y arrancó la clavija y el telar, junto con la tela.

¡Tres veces!

15 Entonces ella le dijo: «¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mí? Ya van tres veces que te burlas de mí, y aún no me has dicho el secreto de tu tremenda fuerza».

16 Como todos los días lo presionaba con sus palabras, y lo acosaba hasta hacerlo sentirse harto de la vida, 17 al fin se lo dijo todo. «Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza —le explicó—, porque soy nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Si se me afeitara la cabeza, perdería mi fuerza, y llegaría a ser tan débil como cualquier otro hombre».

No siempre es una mujer, pero a menudo para un hombre lo es. La persona presiona día tras día sobre algún tema. Desesperado, finalmente se rinde. Volvemos a ver su estupidez. ¿Por qué no simplemente la dejó para irse de la ciudad? ¿No es obvio que ella no lo ama? Pero es demasiado común permanecer en una relación abusiva que no te sirve para nada.

¿Has estado en una relación tan disfuncional que te sientes harto de la vida? ¿Estás en una ahora? ¿Cómo puedes resolver la presión?

 

 

18 Cuando Dalila se dio cuenta de que esta vez le había confiado todo, mandó llamar a los jefes de los filisteos, y les dijo: «Vuelvan una vez más, que él me lo ha confiado todo». Entonces los gobernantes de los filisteos regresaron a ella con la plata que le habían ofrecido. 19 Después de hacerlo dormir sobre sus rodillas, ella llamó a un hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabello. Así comenzó a dominarlo. Y su fuerza lo abandonó.

20 Luego ella gritó: «¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!»

¡Qué dura es la traición de un ser amado! ¡Qué triste hacerlo dormir sobre sus rodillas, llamar al hombre que le corta el cabello y ser la quien grite que vengan sus perseguidores!

Sansón despertó de su sueño y pensó: «Me escaparé como las otras veces, y me los quitaré de encima». Pero no sabía que el Señor lo había abandonado.

Esas son algunas de las palabras más tristes de todo este libro. Sin saber que el Señor te ha abandonado. Pensando que todo está bien y que Dios te librará y te bendecirá como en el pasado. Pero es muy tarde.

¿Alguna vez has sentido que el Señor te ha abandonado? ¿Cómo estuvo para ti?

 

Jesus dijo que nunca te dejará. ¿Pero en qué situación te puede abandonar el Señor?

Sansón capturado

21 Entonces los filisteos lo capturaron, le arrancaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo sujetaron con cadenas de bronce, y lo pusieron a moler en la cárcel. 22 Pero, en cuanto le cortaron el cabello, le comenzó a crecer de nuevo.

Él fue a Gaza en busca de una chica hermosa; ahora lo llevan allí preso. Una y otra vez eran sus ojos y la codicia de su carne lo que le metían en problemas; ahora le arrancaron los ojos. Parece que ya es el final de Sansón. Pero incluso en esta historia tan trágica, hay un “pero.”