El fin de Sansón: Jueces 16:23-31

23 Los jefes de los filisteos se reunieron para festejar y ofrecerle un gran sacrificio a Dagón, su dios, diciendo:

«Nuestro dios ha entregado en nuestras manos
a Sansón, nuestro enemigo».

Sansón puede haber pecado y traicionado a su pueblo y a su Dios, pero el Señor no se complace cuando otro dios recibe estos elogios.

24 Cuando el pueblo lo vio, todos alabaron a su dios diciendo:

«Nuestro dios ha entregado en nuestras manos
a nuestro enemigo,
al que asolaba nuestra tierra
y multiplicaba nuestras víctimas».

25 Cuando ya estaban muy alegres, gritaron: «¡Saquen a Sansón para que nos divierta!» Así que sacaron a Sansón de la cárcel, y él les sirvió de diversión.

Se burlan no solo de Sansón, sino también de su dios.

Cuando lo pusieron de pie entre las columnas, 26 Sansón le dijo al muchacho que lo llevaba de la mano: «Ponme donde pueda tocar las columnas que sostienen el templo, para que me pueda apoyar en ellas». 27 En ese momento el templo estaba lleno de hombres y mujeres; todos los jefes de los filisteos estaban allí, y en la parte alta había unos tres mil hombres y mujeres que se divertían a costa de Sansón. 28 Entonces Sansón oró al Señor: «Oh Soberano Señor, acuérdate de mí. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas solo una vez más, y déjame de una vez por todas vengarme de los filisteos por haberme sacado los ojos». 

Es sólo la segunda oración registrada de este hombre. Y no le pide a Dios que se glorifique ni que se manifieste para defender su honor, sino para vengarse de los filisteos que le sacaron los ojos. No le importa que él también muera allí.

29 Luego Sansón palpó las dos columnas centrales que sostenían el templo y se apoyó contra ellas, la mano derecha sobre una y la izquierda sobre la otra. 30 Y gritó: «¡Muera yo junto con los filisteos!» Luego empujó con toda su fuerza, y el templo se vino abajo sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba allí. Fueron muchos más los que Sansón mató al morir que los que había matado mientras vivía.

Es un final igualmente impresionante y dramático como lo fue toda su vida. Uno de los hombres más inusuales de todos los líderes de Israel. Cumplió el propósito de Dios de juzgar a los filisteos. Fue consagrado a Dios antes de nacer. Pero no hay nada piadoso en su vida.

31 Sus hermanos y toda la familia de su padre descendieron para recogerlo. Lo llevaron de regreso y lo sepultaron entre Zora y Estaol, en la tumba de su padre Manoa. Sansón había gobernado a Israel durante veinte años.

Solo ahora nos enteramos de que después de su nacimiento milagroso su madre había dado a luz a otros  hermanos.  Aparte de matar a unos filisteos, no hay indicio de lo que hizo durante veinte años de gobernar a Israel.