Piensen y actúen como Jesucristo: Un mensaje de Filipenses 2 para celebrar su resurrección

A nuestro Dios le encantan las celebraciones. Ordenó a Israel a recordar sus hechos en varias celebraciones. Como la Pascua, recordando su liberación de la esclavitud en Egipto. La sangre del cordero pascual en el dintel de sus casas salvó a sus primogénitos del ángel de la muerte. No es casualidad que el Cordero de Dios fue crucificado durante la Pascua. La Fiesta de los Tabernáculos le recuerda a Israel cómo vivió en tiendas durante el éxodo. Primicias es una fiesta de acción de gracias por la cosecha. Pentecostés (Shavout, o Fiesta de las Semanas) honra la ley que Moisés recibió en el monte. Así que, aunque hay cristianos que no celebran la resurrección de Jesús, desde los inicios de la iglesia ha sido una celebración muy importante. Tal vez es el día más importante de toda la historia. Selló la victoria de Jesucristo. Hace apenas unos días el mismo Cristo murió en una cruz. Podría haber parecido que Satanás había derrotado al Hijo de Dios. Pero Dios siempre tiene la última palabra. Su poder se manifestó en esa tumba y Jesus resucitó. Era un cuerpo espiritual, pero aún con las heridas en sus manos y en su costado. Pablo describe este incomparable poder en su oración en el primer capítulo de Efesios. Es el mismo poder que opera en nosotros hoy y es una oración que ofrezco al Padre  para usted:

Padre, pido que sean iluminados los ojos del corazón de este hermano(a) para que sepa a qué esperanza Dios le ha llamado, cuál es la riqueza de tu gloriosa herencia entre los santos,  y cuán incomparable es la grandeza de tu poder a favor de nosotros que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz  que ejerciste en Cristo cuando lo resucitaste de entre los muertos y lo sentaste a tu derecha en las regiones celestiales,  muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero.  Sometiste todas las cosas al dominio de Cristo y lo diste como cabeza de todo a la iglesia.  Esta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.

Ese poder que resucitó a Cristo es sobrenatural. Opera hoy a favor de usted. Es la fuerza grande y eficaz del Todopoderoso. La iglesia es la plenitud del Cristo resucitado. Es la mayor expresión del poder de Dios en el mundo de hoy. Esta resurrección no fue el final, sino la clave para nuestra salvación y el fundamento de una iglesia victoriosa. Fue el resultado de una decisión que tomó Jesús. Es un proceso que Dios quiere para usted, siguiendo el modelo de Cristo. Es un proceso que vemos en el segundo capítulo de Filipenses. (Ofrezco para las Escrituras algunas alternativas de otras traducciones para ayudarle entender la riqueza del pasaje.)

Jesus, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse

>siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse

Empezamos aquí. Su identidad. Su forma y su naturaleza. La naturaleza misma de Dios. Igual a Dios. Las escrituras enseñan claramente que Jesús es Dios. Pero por amor, Jesús tomó la decisión de no aferrarse a ese privilegio.  Para hacer lo que hizo Jesús, debemos estar establecidos firmemente en nuestra identidad: Hijos adoptados, hechos a imagen de Dios. No nos aferramos a ningún puesto, privilegio, talento, activo o plata que tengamos. No es que neguemos esas cosas, sino que no las consideramos, no las estimamos, como importantes.

sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 

>En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano.

>Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.

La clave aquí es la palabra “voluntariamente.” Cristo renunció a todos los privilegios divinos para nuestro beneficio. Para ser nuestro sumo sacerdote, tenía que experimentar nuestra vida y ser tentado en todo como nosotros. Vivió lo que nos enseñó: el que quiere ser grande tiene que ser servidor de todos. Hay algo hermoso en el servicio. Una cosa es nacer como esclavo, o ser esclavizado por otros. Otra cosa es amar a alguien tanto que eliges ser su esclavo.

y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 

>Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz!

Fue la muerte más agonizante y humillante. Se humilló hasta el extremo. El que se enaltece a si mismo será humillado, por Dios y por los demás. El que se humilla será enaltecido por Dios. ¿Cómo se manifiesta la humildad? En la obediencia. ¿Cómo está tu obediencia? ¿Hasta qué punto obedeces a Dios? ¿Hasta la muerte? ¿O renunciarías a Jesús para salvar la vida?

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 

Esta es la voluntad de Dios. Esto sucederá, tarde o temprano. Por obligación o por voluntad propia. Es mucho mejor doblar la rodilla ahora. El propósito del Padre al exaltar a su Hijo fue tocar nuestros corazones para reconocer la grandeza y supremacía de Jesús. Cristo nos ofreció un ejemplo de cómo entrar en la plenitud del plan de Dios para cada uno de nosotros. Hay algo poderoso en la humildad.  Al rendirse. Al doblar la rodilla.

No hay otro nombre como el nombre de Jesús. Es el nombre sobre todo nombre. Sabemos que bíblicamente el nombre no es sólo lo que uno se llama, sino que incluye todo lo que una persona es. Así que, Yeshua, el Mesías, Jesús, representa todo lo que Dios es. Él dijo que cuando lo vieron a él, vieron al Padre.

Hay salvación en el nombre de Jesús. Hay sanidad en su nombre. Hay liberación. Todo demonio tiene que doblar la rodilla ante el Nombre de Jesús. No puede resistir su autoridad. Los más rebeldes, los más pecadores, también doblarán la rodilla.

11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Todos harán esa confesión. Jesucristo es Señor. Rey Soberano. Tiene el control de todo. Él reina, supremo.

Este es el Cristo que celebramos hoy. Y qué lindo es cantar alabanzas, gritar, danzar y celebrar. Qué bueno es recibir todos los beneficios de lo que Jesús logró en su cruz y en su gloriosa resurrección. Pero ahora Jesús te llama a hacer lo mismo que él hizo. Crucificar la carne. Morir. Y nacer de nuevo.

5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 

>Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús

>Compórtense como lo hizo Cristo Jesús

>Piensen y actúen como Jesucristo

¿Es posible? ¡Es una meta muy exaltada! ¿Pensar y actuar como Jesús? ¿Andar como Jesús anduvo? ¡Sí! Ser cristiano es más que ir a la iglesia y recibir las bendiciones de Dios. Es glorioso alabar a Jesús por esa victoria en la cruz. Debemos adorar al Cristo resucitado, que vive y reina ahora y que vendrá otra vez. Pero es hipocresía si cantamos alabanzas y nos arrodillamos y no hay ningún cambio en cómo nos relacionamos unos con otros. Cuando entramos en esa relación con Jesús ya experimentamos muchos beneficios de estar unidos con Dios. Pablo nos los presenta como nuestros derechos del nuevo nacimiento. Hay consecuencias naturales de que Dios viva en nosotros. Primero, en el verso 1, vemos lo que usted debe experimentar ahora.

1Por tanto,

>si hay alguna consolación en Cristo

*algún estímulo

*si Cristo les ha dado el poder de animar

*si se sienten animados al estar unidos a Cristo

*si hay algún aliento en Cristo

*Si Cristo les ha dado a ustedes poder para animar a los demás

>si algún consuelo en su amor

*si algún refrigerio de caridad

*si el amor los impulsa a consolar a otros

*si el amor que ustedes tienen los lleva a consolar a otros

>si alguna comunión del Espíritu

*si nos une el mismo Espíritu

*¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu?

>si algún afecto entrañable

*¿Tienen ustedes un corazón tierno?

* ¿hay algún afecto profundo?

>si alguna misericordia

*si  son compasivos

*si tienen un corazón compasivo

Dios nos ministra y nos llena de todas estas cosas no solo para sentirnos bien y muy amados. Es para tener un impacto profundo en el cuerpo de su Hijo, en la iglesia. Existe unidad sobrenatural entre nosotros, la familia de Dios, sus hijos adoptados, nuestros hermanos y hermanas. Si hay divisiones y contiendas, algo anda muy mal. El Cristo resucitado está con nosotros cuando nos reunimos en su Nombre.

Entonces completad mi gozo y llénenme de alegría; voy a pedirles algo que me haría completamente feliz:

¿Tienes a dos o más hijos? ¿Cómo te sientes cuando pelean y se odian? Malo, ¿verdad? Desanimado. Enojado. ¿Cómo te sientes cuando hay armonía y paz y amor entre ellos? Gozoso, ¿verdad? Así que Pablo, como su padre espiritual, tendrá gozo cuando estas cosas están presentes en la iglesia de Filipos. Esto sólo es posible cuando el Espíritu Santo realmente ha hecho una obra profunda en nuestros corazones. Veamos qué impresionante es la unidad que debe existir entre nosotros:

>sintiendo lo mismo

*teniendo el mismo pensar

*piensen de la misma manera

*poniéndose de acuerdo de todo corazón entre ustedes

> unidos; amándose unos a otros y teniendo el mismo amor

>unánimes

*unidos en espíritu

*viviendo en armonía

*Pónganse de acuerdo en lo que piensan

*trabajando juntos con un mismo pensamiento

>sintiendo una misma cosa

*dedicados a un mismo propósito

*deseen las mismas cosas

La mayoría de nosotros tenemos que crecer más. Parece que pocas iglesias alcanzan este nivel de unidad. Y no se trata de programas ni de exhortaciones a estar más unidos. O regañar a quienes no tienen el mismo pensar. Es volver al verso 1 y buscar más de esas calidades en nuestras vidas.

Los versos 3 y 4 ofrecen algunos consejos prácticos para guiar nuestra vida diaria. Primero, algo que tenemos que evitar a toda costa:

Nada hagáis

>por contienda o por vanagloria;

*por egoísmo

*por rivalidad

*no traten de impresionar a nadie

Puede incluir celos, ambición y competencia también. Estas son las cosas que tenemos que perseguir:

>antes bien hagan todo con humildad; con actitud humilde

>estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo

*considere a los demás como mejores que él mismo 

Esto no tiene nada que ver con los hechos, con la realidad. No importan los estudios, la posición, el dinero o cualquier otra cosa. Jesucristo, el Hijo de Dios, estimó a los demás mayores que él mismo. Estimamos, consideramos, a los demás como mejores.

>4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

*Nadie busque el bien sólo para sí mismo, sino para todos

*Que cada uno busque no su propio provecho, sino el de los otros

La mayoría de gente en el mundo siempre piensa primero en sí misma. Como cristianos, Jesus ocupa ese primer lugar, luego los demás y luego uno mismo. No es que sea pecado cuidarse a uno mismo. Pero siempre buscamos primero el beneficio de otros.

Poner en práctica estas cosas sencillas puede revolucionar tu vida, tu familia y esta iglesia. Sí, este pasaje se aplica también a una pareja cristiana o familia cristiana. Lamentablemente, muchas parejas en la iglesia no experimentan ese nivel de unidad.

La resurrección de Jesucristo inició la era de la iglesia. Vemos en estos pasajes la gran importancia del Cuerpo de Jesucristo. Para pensar y actuar como Jesús, lo cual nos manda la Palabra, tenemos que relacionarnos con otros creyentes. La mayoría de lo que hemos visto aquí tiene que ver con esas relaciones. No es posible actuar como Cristo y estar aislado en la casa. Ver predicadores en la tele o internet no es lo mismo. Cuando estudiamos la vida de Jesucristo, siempre estaba con las personas. Le encantan las personas. Es cierto que había un ritmo en su vida, y a veces se retiró para pasar tiempo a solas con su Padre. Eso también es importante. Que Dios provea un Cuerpo de Jesús vivo para poner en práctica esta palabra.    

Este día de resurrección celebramos una gran victoria. Pero es sólo un paso hacia una eternidad gloriosa. Este proceso que Jesús vivió lo llevó a la cima. Allí, a la diestra de su Padre, Él está trabajando, y su Padre está preparando a nosotros como su novia, para reinar con Cristo.