Los celos del rey Saúl: 1 Samuel 17:55-18:16

Cuán rápido pueden cambiar las cosas. Al principio del capítulo 17 David es el héroe. Totalmente inesperado, pero orquestado por Dios. De repente David es el centro de la atención nacional. Ahora el rey lo llama a su palacio. ¡Pero luego quiere matarlo! Cuando Dios te escoge y te unge, cuando él te eleva y de repente eres muy popular, atrae la atención del enemigo y los celos de la gente insegura.

Este pasaje puede parecer problemático. En el capítulo 16 David ya estaba en el palacio de Saúl, y era su escudero, muy querido por el rey. Por alguna razón Dios permitió ese capítulo fuera de secuencia. Aunque David ya habló con Saúl en la pelea con Goliat, puede ser que en la presión de la batalla Saúl no le prestara mucha atención, posiblemente pensando que Goliat lo mataría fácilmente. Pero ahora está impresionado por la valentía del joven, y quiere saber más sobre él.

55 Anteriormente Saúl, al ver a David enfrentarse con el filisteo, le había preguntado a Abner, general de su ejército: —Abner, ¿quién es el padre de ese muchacho?

—Le aseguro, Su Majestad, que no lo sé.

56 —Averíguame quién es —le había dicho el rey.

57 Tan pronto como David regresó, después de haber matado a Goliat, y con la cabeza del filisteo todavía en la mano, Abner lo llevó ante Saúl.

David no tuvo tiempo de hablar con sus hermanos ni de descansar. ¡El rey lo llamó! Vino a él con la cabeza de Goliat en la mano.

58 —¿De quién eres hijo, muchacho? —le preguntó Saúl.

—De Isaí de Belén, servidor de Su Majestad —respondió David.

Lo llama “muchacho.” Es muy joven. Obviamente aún estaría en la casa de su padre. David responde al rey con gran respeto.

1 Samuel 18:1-2 Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre.

Parece que Saúl le pidió permiso a Isaí, pero David  era tan importante para él que no podía volver a casa. Un día fue un pastor de ovejas en un pueblito pequeño. Al día siguiente estaba en el palacio del rey. Dios lo tiene en un camino exprés hacia la madurez.

Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo. Tanto lo quería que hizo un pacto con él: Se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David; también le dio su túnica, y aun su espada, su arco y su cinturón.

No sólo a Saúl le gustaba David, sino también al hijo del rey. Esta amistad es un hermoso ejemplo del amor puro que puede existir entre dos hombres. Obviamente, había algo en David que atraía otros hacia él. Hoy en día apenas entendemos este compromiso de una amistad entrañable que se traduce en un pacto, sellado por el intercambio de cosas personales.

¿No es curioso que casi parezca extraño leer que Jonatán amaba a David como a sí mismo? ¿No es amar a tu prójimo como a ti mismo el segundo mandamiento más importante? ¿Sabes lo que es tener una amistad entrañable? Qué triste que hoy en día muchos piensen automáticamente en una relación homosexual. Dios quiere que tengamos buenos amigos. Es algo hermoso.

Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

Esto es un paso gigantesco para un joven y una manifestación importante del favor de Dios en su vida. ¿No es esto lo que Dios quiere hacer cuando su mano está sobre nosotros? Otros te buscarán para diversas tareas porque todo lo que haces lo haces bien. Dios quiere que logres todo con éxito, y que se te dé más y más autoridad. No dice qué le pasó a Abner, quien estaba a cargo del ejército, ni cómo respondió Abner a David. En lugar de sentir celos, todos los soldados y otros oficiales amaban a David.

Ahora bien, cuando el ejército regresó, después de haber matado David al filisteo, de todos los pueblos de Israel salían mujeres a recibir al rey Saúl. Al son de liras y panderetas, cantaban y bailaban, y exclamaban con gran regocijo:

«Saúl mató a sus miles,
¡pero David, a sus diez miles!»

Este es un vistazo de la cultura de la época: Mujeres que salían a vitorear al vencedor, cantando y danzando. Era otra novedad para este muchacho. Pero ese tipo de alabanza puede causar problemas. Es agradable recibir ese tipo de elogios, pero a Saúl no le sentó bien. Tal vez sea mejor evitarlos, ya que pueden alimentar las preocupaciones de alguien que tiene autoridad sobre ti.

Disgustado por lo que decían, Saúl se enfureció y protestó: «A David le dan crédito por diez miles, pero a mí por miles. ¡Lo único que falta es que le den el reino!» Y a partir de esa ocasión, Saúl empezó a mirar a David con recelo.

Desde el principio, Saúl era un hombre inseguro. ¡Cuán rápido pueden cambiar los sentimientos! Es casi como Saúl estuviera profetizando el futuro reino de David.

10 Al día siguiente, el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, quien cayó en trance en su propio palacio. Andaba con una lanza en la mano y, mientras David tocaba el arpa, como era su costumbre, 11 Saúl se la arrojó, pensando: «¡A este lo clavo en la pared!» Dos veces lo intentó, pero David logró esquivar la lanza.

El espíritu maligno aparece de nuevo. Sigue atormentando a Saúl, y ahora se apodera de él. David lo ministra como siempre con su arpa, pero esta vez, en lugar de paz y alivio, Saúl intenta a matar a la misma persona que amaba, la misma que lo servía.

¿Has visto manifestaciones de espíritus malignos? ¿Crees que están operando en el mundo de hoy? ¿Cuál es la mejor manera de responder en una situación como esta?

12 Saúl sabía que el Señor lo había abandonado, y que ahora estaba con David. Por eso tuvo temor de David 13 y lo alejó de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados para que dirigiera al ejército en campaña. 14 David tuvo éxito en todas sus expediciones, porque el Señor estaba con él. 15 Al ver el éxito de David, Saúl se llenó de temor. 16 Pero todos en Israel y Judá sentían gran aprecio por David, porque él los dirigía en campaña.

A continuación se presenta un resumen importante de lo rápido que puede cambiar la situación. A menudo, cuando alguien se aleja del Señor, las cosas rápidamente van de mal en peor, y se inicia un ciclo vicioso empieza. Mira los pasos aquí:

  • Por su pecado de no cumplir las órdenes del Señor, Dios había abandonado a Saúl.
  • En cambio, Dios estaba con David. David estaba en el palacio, y era evidente cada día que la mano de Dios estaba ahora con él.
  • En esa situación, en lugar de buscar a Dios y arrepentirse, muchos tienen miedo de la persona que Dios bendice.
  • Saúl aleja a David de su presencia, nombrándolo jefe de mil soldados con la esperanza de que David fuera asesinado, o al menos estuviera lejos de las alabanzas del pueblo y de su hijo Jonatán.
  • Pero en todo lo que emprende, Dios lo bendice, y David tiene éxito en todas sus expediciones.
  • Eso aumenta aún más el temor de Saúl.
  • Mientras tanto, por su excelencia al dirigir a sus soldados y su evidente cuidado de ellos, todos sintieron un gran aprecio por David.

Es mucho para que un joven como David lo maneje. ¿Alguna vez has sentido celos de alguien que casi te consumieron? ¿O has sido el blanco de los celos de otra persona? ¿Cómo reaccionas cuando ves que Dios bendice claramente a alguien y pone su mano sobre él? Siempre es una tentación vanagloriarse cuando Dios te bendice, tienes éxito y todos te aprecian. ¿Cuál es la mejor manera de manejar estas situaciones?

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