1 Con todo, David pensaba: «Un día de estos voy a morir a manos de Saúl. Lo mejor que puedo hacer es huir a la tierra de los filisteos. Así Saúl se cansará de buscarme por el territorio de Israel, y podré escapar de sus manos».
¿Alguna vez has luchado la buena batalla, confiando en Dios, y parece que no habrá fin de la batalla? Has clamado a Dios, has sido obediente a su voz, has honrado a aquellos que Dios ha puesto sobre ti en autoridad. Incluso puede ser tu matrimonio. Y llegas al punto de decir basta ya. Solo quieres escapar de tu pareja y huir de la casa. Yo creo que David está a ese punto.
Hemos visto como buscada a Dios en oración y escuchado al consejo de unos sacerdotes y profetas. Hizo todo lo posible para restaurar la relación con Saúl. E incluso Saúl le pidió perdón por perseguirlo, pero luego volvió a lo mismo. Yo creo que esas palabras “huir” y “escapar” en este versículo son importantes. David está cansado. Hay veces cuando ya no queremos luchar más y enfrentar al enemigo. Queremos escapar del conflicto. Huir de la iglesia. Desaparecer. El único problema es que David va a huir al enemigo. Es como huir de una iglesia a un grupo de hechiceros. Los filisteos son el aguijón de Israel. Y esta vez no menciona nada sobre buscar a Dios. David pensaba. Podemos caer en muchos problemas si nuestra naturaleza pecaminosa piensa demasiado. ¿Y qué de su llamado a ser rey de Israel?
2 Acompañado de sus seiscientos hombres, David se puso en marcha y se trasladó a la tierra de Gat, donde reinaba Aquis hijo de Maoc. 3 Tanto David como sus hombres se establecieron allí, y quedaron bajo la protección de Aquis. Cada hombre había llevado a su familia, y David tenía consigo a sus dos esposas, Ajinoán la jezrelita y Abigaíl de Carmel, la viuda de Nabal. 4 En efecto, cuando Saúl se enteró de que David había huido a Gat, dejó de perseguirlo.
David logro lo que quería, pero está bajo la protección de un rey pagano. Como líder, sus seiscientos hombres le siguieron allá, con sus familias. Cuando un pastor de una iglesia toma la decisión, tiene que pensar bien en como impactara a todo su rebano y sus familias. A menudo la familia sufre mucho cuando nosotros tomamos una decisión indebida.
A la otra mano, podemos dar gracias a Dios por alguien que los recibió y los protegió. Un lugar seguro donde pueden establecerse después de años de andar perseguidos por las montañas y desiertos de Israel.
5 David le dijo a Aquis: «Si en verdad cuento con el favor de Su Majestad, le ruego que me conceda algún pueblo en el campo, y allí viviré. No tiene ningún sentido que este siervo suyo viva en la capital del reino».
6 Aquel mismo día Aquis le dio la ciudad de Siclag, la cual hasta hoy pertenece a los reyes de Judá.
El rey era tan amable que le dio a David una ciudad.
7 David vivió en territorio filisteo un año y cuatro meses. 8 Acostumbraba salir en campaña con sus hombres para saquear a los guesureos, guirzitas y amalecitas, pueblos que durante mucho tiempo habían habitado la zona que se extiende hacia Sur y hasta el país de Egipto. 9 Cada vez que David atacaba la región, no dejaba a nadie con vida, ni hombre ni mujer. Antes de regresar adonde estaba Aquis se apoderaba de ovejas, vacas, asnos y camellos, y hasta de la ropa que vestían.
Suponemos que David estaba cansado de la guerra, pero parece que no. Estaba cansado de la opresión de un hombre que David no sentía la libertad para matar, dado que fue el ungido del Señor. Pero aun tenía la sangre de guerrero. No podía sentarse tranquilo con sus mujeres y cuidar un jardín. Y era despiadado. Mato a todos. No dejo a nadie para traicionarlo a Aquis. Y acumulaba muchos animales y otro botín. Y ni una vez menciona aquí al Señor. Se quedó allí hasta que murió Saúl.
10 Si Aquis le preguntaba: «¿Qué región saqueaste hoy?», David le respondía: «La del sur de Judá»; o bien: «La del sur de Jeramel»; o «La del sur, donde viven los quenitas». 11 David no dejaba con vida ni a hombre ni a mujer, pues pensaba que si llevaba prisioneros a Gat lo denunciarían por lo que estaba haciendo. Este fue su patrón de conducta todo el tiempo que estuvo en territorio filisteo.
La verdad es que David estaba mintiendo y engañando al rey que lo trataba tan bien. Es como adopto algo del patrón de los filisteos incircuncisos.
12 Aquis, por su parte, confiaba en David y se decía: «David se está haciendo odioso a los israelitas, su propia gente. Sin duda me servirá para siempre».
Y Aquis lo creía. Y sospecho nada, pensando que David sentiría una deuda a él por su bondad.