Salmo 54

Este es uno de esos Salmos que claramente se identifica con un momento de la vida de David. Esto es lo que dice la Biblia hebrea: Masquil de David, cuando gente de Zif fue a decirle a Saúl: «¿No está David escondido entre nosotros?».

1 ¡Sálvame, oh Dios, por tu nombre!
¡Defiéndeme con tu poder!
¡Escucha, oh Dios, mi oración!
¡Presta oído a las palabras de mi boca!

Empieza con un clamor:

  • ¡Sálvame! ¡Rescátame! ¡Muestra quién eres! (TLA)
  • ¡Defiéndeme! El Todopoderoso tiene todo lo necesario para defender a David.
  • ¡Escucha mi oración! ¡Presta oído a mis palabras! Escucha las razones de mi boca. (RVR)

¿Hay momentos en los que parece que Dios no te escucha? ¿Hay una situación en tu vida ahora mismo tan complicada como la de David? ¿Crees que el Señor puede rescatarte y defenderte con su poder?

Pues gente extraña se levanta contra mí;
gente violenta procura matarme,
sin tener en cuenta a Dios.
 Selah

¿No cree David que Dios ya sabe esto? Yo creo que sí. Pero es parte del proceso en un tiempo de angustia compartir tu temor y prueba con el Señor. Él describe a sus enemigos (especialmente a Saúl) como:

  • Extraños. (Desconocidos, arrogantes)
  • No les importa Dios en lo más mínimo.

¿Qué experiencia has tenido con gente como estos enemigos de David? A veces podemos pensar que vivimos en días muy oscuros, y así es. Pero a lo largo de la historia siempre ha habido personas a las que no les importa Dios.

Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene.

Hará recaer el mal sobre mis enemigos.
Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos!

Aquí habla de Dios en tercera persona. Confiesa su confianza en el Señor y termina con una simple petición: ¡Destruye a mis enemigos! Hay cuatro cosas que le dan confianza y descanso a David:

  • Dios es su socorro, auxilio y apoyo. David no confía en ningún hombre, porque son muy pocos los que le ofrecen ese socorro.
  • Es Dios quien sostiene su alma y su vida.
  • Dios es fiel a su palabra y a su promesa.
  • Así Dios hará recaer el mal sobre sus enemigos.

Te presentaré una ofrenda voluntaria
y alabaré tu nombre, Señor, porque es bueno;
pues me has librado de todas mis angustias
y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

David ya ha visto muchos milagros. Dios ha sido muy fiel con él. Qué triste que en esta formación de un rey, en este proceso, su vida haya estado llena de angustias y enemigos. Pero Dios lo ha librado de todas esas angustias, y lo mismo hará contigo. Así que David responderá con una ofrenda (posiblemente a los sacerdotes o profetas del país, porque no hay templo), o puede ser un sacrificio, como lo manda la ley de Moisés. Y cantará alabanzas a su nombre. ¿Ha sido bueno Dios contigo? ¿Sería este un momento para ofrecer un sacrificio de alabanza al Señor?