La expansión de la iglesia; Hechos 11

Fueron días emocionantes y llenos de nuevas experiencias para Pedro en Cesarea. Cornelio inmediatamente empezó a compartir su nueva fe con sus tropas, y más personas aceptaron a Jesús. Pedro se quedó en la casa de gentiles por primera vez (y muy posiblemente comió alimentos no aprobados por la Ley). Pero una cosa es estar en medio de un movimiento sobrenatural de Dios y ver esa gente bautizada en el Espíritu, y otra cosa es recibir las noticias desde lejos.

Críticas

1Los apóstoles y los hermanos de toda Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Así que cuando Pedro subió a Jerusalén, los defensores de la circuncisión lo criticaron diciendo: —Entraste en casa de hombres incircuncisos y comiste con ellos.

Nada ha cambiado en dos mil años. Siempre hay alguien dispuesto a criticar, y se puede imaginar los rumores:

  • “¿Qué le pasó a Pedro? Ya no guarda la ley.”
  • “¡Estaba en la casa de gentiles y alguien dijo que comió camarones!”
  • “Lo perdimos. Satanás lo engañó. Tal vez va a dejar a su esposa y se mudará a Cesarea para vivir la vida buena.”

Cuando Pedro vuelve a casa, a Jerusalén, tiene que explicar lo que aprendió. Si no lo aceptan, puede causar una división en la iglesia. Eso ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia.

Pedro se defiende

Gracias a Dios, Pedro tiene la oportunidad de defenderse. En los peores casos, una iglesia podría simplemente sacar a un pastor que “ha caído en pecado.”

Entonces Pedro comenzó a explicarles paso a paso lo que había sucedido:

Afortunadamente, escucharon a Pedro mientras les explicó lo que había sucedido. No habla fuerte, no denuncia el prejuicio de los defensores de la circuncisión o su falta de educación, comparte pacientemente toda la historia con ellos:

—Yo estaba orando en la ciudad de Jope y tuve en éxtasis una visión. Vi que del cielo descendía algo parecido a una gran sábana que, suspendida por las cuatro puntas, bajaba hasta donde yo estaba. Me fijé en lo que había en ella, y vi cuadrúpedos, fieras, reptiles y aves. Luego oí una voz que me decía: “Levántate, Pedro; mata y come”. Repliqué: “¡De ninguna manera, Señor! Jamás ha entrado en mi boca nada impuro o inmundo”. Por segunda vez insistió la voz del cielo: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro”. 10 Esto sucedió tres veces, y luego todo volvió a ser llevado al cielo.

11 »En aquel momento se presentaron en la casa donde yo estaba tres hombres que desde Cesarea habían sido enviados a verme. 12 El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo estos seis hermanos, y entramos en la casa de aquel hombre. 13 Él nos contó cómo en su casa se le había aparecido un ángel que le dijo: “Manda a alguien a Jope para hacer venir a Simón, apodado Pedro. 14 Él te traerá un mensaje mediante el cual serán salvos tú y toda tu familia”.

Esa última parte no se incluyó en el capítulo anterior. Es una promesa de salvación para toda su familia a través de la palabra que Pedro traería. Es lo que sucedió también con la familia del carcelero en Filipos, y es el deseo del Señor: Cuando la cabeza de casa, el padre y el esposo, recibe a Cristo, toda la familia lo sigue y se salva.

15 »Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros. 16 Entonces recordé lo que había dicho el Señor: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”. 17 Por tanto, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros al creer en el Señor Jesucristo, ¿quién soy yo para pretender estorbar a Dios?»

Pedro no presenta un caso bíblico para la inclusión de los gentiles ni resuelve la cuestión de cuales alimentos son permitidos para creyentes. Es la promesa del bautismo con el Espíritu Santo que para él fue la confirmación de la validez de lo que Dios hizo.

18 Al oír esto, se apaciguaron y alabaron a Dios diciendo: —¡Así que también a los gentiles les ha concedido Dios el arrepentimiento para vida!

Claro que el Espíritu estaba trabajando en los corazones de esos creyentes; abandonaron fácilmente sus críticas y alabaron a Dios. Es un paso gigante: la iglesia no solo sería una secta dentro del judaísmo, sino otra religión que acoge a todos.

Estado de la iglesia

Este es el cierre de esa porción que empezó con el problema de las viudas de habla griego y su resolución con la selección de los diáconos, la muerte de Esteban y el paso radical de la inclusión de los gentiles en la iglesia. Incluye a Felipe en Samaria y evangelizando el eunuco etíope, la conversión de Saulo y la experiencia de Pedro con Cornelio. Ahora, característicamente para Lucas, nos da un retrato de la iglesia en este punto.

19 Los que se habían dispersado a causa de la persecución que se desató por el caso de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin anunciar a nadie el mensaje excepto a los judíos. 20 Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, comenzaron a hablarles también a los de habla griega, anunciándoles las buenas nuevas acerca del Señor Jesús. 21 El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.

Otras ciudades también recibieron el evangelio, y un gran número creyó. Pero estos hermanos no estaban listos para evangelizar a los gentiles; anunciaron el mensaje solo a los judíos. Fue en Antioquía donde se abrió una puerta para incluir también a los de habla griega. Era una ciudad hermosa de unos medio millón de habitantes, incluidos chinos, indios y persas. Fue la capital de la provincia romana de Siria, y una ciudad muy cosmopolita. Fue gente de Chipre y Cirene quien llevó el evangelio a los de habla griega en Antioquía. Continuaron como siempre evangelizando al pueblo de habla aramea, pero también a los judíos y griegos de habla griega. Aunque Jerusalén era la iglesia madre, ya estaban perdiendo un poco de su influencia, con sus lazos con el templo y la religión judía.

22 La noticia de estos sucesos llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén, y mandaron a Bernabé a Antioquía. 23 Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor, 24 pues era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Un gran número de personas aceptó al Señor.

Bernabé también era de Chipre, aunque moraba en Jerusalén. Tal como enviaron a Pedro y a Juan a confirmar que todo se hizo bien en Samaria, Bernabé fue una elección lógica para ir a Antioquía y poner todo en orden. Él ya estaba funcionando como apóstol. Hemos visto el gran corazón de este varón en la donación de su terreno y su apoya a Saulo. Aquí Lucas afirma eso, diciendo que era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Él vio mucha evidencia de la gracia de Dios en Antioquía y animó a los hermanos. Parece que se quedó allí un rato y evangelizó más, con una buena cosecha.

25 Después partió Bernabé para Tarso en busca de Saulo, 26 y, cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Durante todo un año se reunieron los dos con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Fue en Antioquía donde a los discípulos se les llamó «cristianos» por primera vez.

Que buen ejemplo de buscar un hermano menor en la fe y llevarlo a trabajar juntos. Fue una verdadera obra apostólica, enseñando a “mucha gente” durante un año. De ese ministerio surgió el nombre “cristiano” para los creyentes, porque Cristo era claramente el centro de su fe.

27 Por aquel tiempo unos profetas bajaron de Jerusalén a Antioquía. 28 Uno de ellos, llamado Ágabo, se puso de pie y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo, lo cual sucedió durante el reinado de Claudio. 29 Entonces decidieron que cada uno de los discípulos, según los recursos de cada cual, enviaría ayuda a los hermanos que vivían en Judea. 30 Así lo hicieron, mandando su ofrenda a los ancianos por medio de Bernabé y de Saulo.

Otra parte del intercambio entre las iglesias era el ministerio de profetas. No tenemos los nombres de la mayoría de ellos y no sabemos mucho sobre su ministerio, pero ellos también hicieron visitas a las iglesias en distintas partes del mundo. Cuando Ágabo profetizo una gran hambre, los discípulos tomaron la decisión de enviar ayuda a los hermanos en Judea, una provincia más pobre. Fue la primera de muchas ofrendas que Saulo, esta vez con Bernabé, recogió para ayudar a otras iglesias. Fue la segunda visita de Pablo a Jerusalén, tal vez la que él describe en Gálatas 2:1-10. No fueron obligados a dar, fue una decisión de los discípulos, y fue según lo que cada uno podía dar. Algunos creen que Lucas estaba entre los conversos en Antioquia; allí empezó su gran amistad con Pablo.

En estos capítulos hemos observado una gran expansión del ministerio de la iglesia y un crecimiento continuo. Ahora tiene diáconos, apóstoles y profetas que visitan a los discípulos cada vez más lejos de Jerusalén. Pero como siempre, hay oposición del enemigo.

Más que vencedores: Romanos 8:18-39

Estamos viviendo un momento muy complicado: Covid 19, problemas en el gobierno, la economía colapsada. Es obvio que hay algo mal. El cristiano no niega que haya problemas. No vivimos en una burbuja; también experimentamos enfermedades y desempleo. Muchos sufren de escasez. Tienen dudas (y deudas). El estrés está afectando a los matrimonios y las familias. El futuro es incierto, y esta situación puede durar años. Muchos dicen que el mundo se ha cambiado para siempre. Dios tiene un plan para un reino de paz y justicia libre de todo sufrimiento cuando Cristo venga otra vez. Pero ahora estamos en un tiempo difícil, de espera.

Este mensaje se llama “Más que vencedores.” ¿Eres un vencedor? La verdad es que hay muchos cristianos derrotados, pero Dios te promete que vencerás. Estoy feliz con vencer, pero la Palabra dice que eres “más que vencedor.” ¿Qué significa? Vamos a ver cuatro cosas poderosas que te permiten vencer el temor, la ansiedad, la soledad y la depresión, y ser más que vencedor. Primero es la esperanza.

18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Hay mucho sufrimiento en el tiempo presente. Lamentablemente, es parte de esta vida, pero no debería ser así. El problema empezó con la rebelión de Adán y Eva. Ahora todos vamos a morir. Vamos a perder muchos seres queridos, y muchos vamos a sufrir enfermedades crueles como el cáncer. Pero hay una gloria venidera más allá de lo que podemos pensar o imaginar. Esa es nuestra esperanza.

Pablo escribió en el capítulo 5 del mismo Romanos, los versículos 2-5: nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.

¿Cómo es tu esperanza? Muchos han perdido la esperanza. La realidad es que cuesta tener esperanza en este ambiente. Cuesta tener esperanza cuando pierdes tu trabajo, tu casa y posiblemente tu familia. Cuesta cuando te encuentras en cuidados intensivos, muriendo de Covid-19. Si te enfocas en tus circunstancias y lo que está sucediendo en el mundo, perderás la esperanza. Si siempre ves las noticias, vas a caer en una depresión. Pero hay buenas noticias en medio de estas aflicciones. Pablo escribió en 2 Corintios 4:17: Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.

En la infinita sabiduría de Dios, Él usa el sufrimiento para producir una gloria eterna en ti. No solo morarás en la gloria del cielo y la presencia de Dios, la gloria se manifestará en ti. Tendrás un cuerpo glorificado. Ni siquiera el apóstol Juan, quien vio a Jesús en el Monte de la Transfiguración, sabía exactamente lo que sería. Escribió en 1 Juan 3:2: Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Sería suficiente ver a Jesús, pero tú eres un hijo de Dios, y serás semejante a Él. ¡Serás más que vencedor! ¿No es suficiente para darte esperanza? ¿Para soportar el sufrimiento actual?

19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Vemos la contaminación y la destrucción de nuestro medio ambiente. Muchas especies de animales han desaparecido. La creación, la naturaleza, es esclava de corrupción. Dios nos encargó la mayordomía de la creación, y hemos fracasado. Debido a nuestro pecado, Dios maldijo la tierra y perdimos el hermoso jardín de Edén. Ahora la tierra produce espinos y cardos. Dios mató animales para vestir a Adán y Eva.

Pero la creación se queda con una esperanza: La manifestación de los hijos de Dios. ¿Escuchaste eso? ¿Puedes comprender lo que significa? ¡Tú eres un hijo de Dios! No se ha manifestado en su totalidad, pero ya tenemos las primicias. Tenemos el sello de nuestra adopción. Toda atadura, toda opresión, desaparecerá. ¡Habrá gloriosa libertad! Es algo tan impresionante que la creación misma anhela ese día porque sabe que el abuso se acabará y recibirá la atención que merece. El Antiguo Testamento describe con gran detalle la belleza de la creación en el futuro: Hermosas flores, arboles grandes y fructíferos y todo tipo de animales.

22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23 y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.

Muchas de ustedes, hermanas, conocen los dolores de parto. Duran hasta varias horas. La creación lleva miles de años con esos dolores de parto. La verdad es que todos estamos en un tipo de embarazo. Algo se está formando en nosotros, sabemos que hay nueva vida, pero no hemos dado a luz. La mujer soporta el dolor, las náuseas y todos los inconvenientes, porque sabe que nacerá un alma eterna.

Mientras tanto, todos gemimos. Sabemos que hay más, porque tenemos las primicias del Espíritu. Anhelamos estar libres del dolor, enfermedad y depresión, con cuerpos redimidos. Tenemos la garantía de nuestra adopción, pero aún no vivimos en el palacio del Rey, de Papá Dios. Pablo escribió en 2 Corintios 5:2-5 que estamos desnudos: Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.

La creación gime a una. Nosotros gemimos. Estamos en este difícil tiempo de espera. ¿Conoces esos gemidos? ¡Es bueno expresarlos! Respira profundo ahora, y deja ese gemido expresarse. Hemos estado tan cómodos, tan metidos con nuestras computadoras, teléfonos, rica comida y tantas cosas del mundo que casi hemos olvidado que esta es una vida dura. Hemos perdido una visión del cielo y ya no gemimos. Ahora podemos llorar y gemir. Está bien. No es una falta de fe.

24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

Muchos quieren todo ahora: Dinero, placer y salud. Hasta que casi no hay lugar para la esperanza. ¡Queremos verlo todo! Y si no lo vemos, no tiene mucho valor para nosotros. ¡Pero fue en esperanza que fuiste salvo! No para experimentar y tener todo ahora, sino para tener una esperanza para el futuro basada en  la resurrección de Jesucristo y las primicias del Espíritu. Dios quiere restaurar la esperanza en tu vida. Esa esperanza te da paciencia para aguardar lo que Dios tiene preparado para ti.

Mientras tanto, Dios nos ha dado alguien para ayudarnos. Pablo ya habló de las primicias del Espíritu; es la segunda provisión para hacerte más que vencedor.

26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Allí está de nuevo: Gemidos. Hay muchas cosas que no podemos expresar en español. Cosas profundas. A veces no hay palabras para el dolor que sentimos, pero el Espíritu lo sabe. ¿Sientes a veces que no sabes cómo orar? ¿Qué pedir? ¡Dios sabe! Él sabe que somos débiles en la oración, pero tiene esta provisión maravillosa para ti.

El Espíritu escudriña tu corazón. Analiza todo el dolor, los anhelos y la alegría; todo lo que haya en tu corazón, y entonces Él intercede perfectamente por ti. Siempre es conforme a la voluntad de Dios. Dale al Espíritu la oportunidad de gemir. Dios también nos da un lenguaje angélico, lenguas, que el Espíritu expresa a través de nuestras bocas. Recibe ese don de Dios y deja que esas lenguas fluyan. Tener esta comunión íntima con el Dios del universo es una maravilla.

Entonces, Dios quiere avivar tu esperanza, quiere que permitas al Espíritu gemir y orar en lenguas para interceder perfectamente por ti. La tercera cosa es la profunda certeza de que Dios es por ti.

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Esta traducción de la Reina Valera no es buena; las cosas no te ayudan a bien, es Dios quien te ayuda. Como dice la NVI: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

Esta promesa no se aplica a todos. La primera parte es de Dios. Él tiene un propósito para tu vida, y te llama de acuerdo con ese propósito. Te llama a seguir a Jesus. Tienes que responder a su llamado para experimentar el beneficio de la promesa.

Si nunca respondiste al llamado de Dios, tú puedes en este momento. No es por casualidad que lees este mensaje. Dios está llamándote. Él tiene un hermoso plan para tu vida. Si lo rechazas, vas a sufrir mucho. Si respondes a Él ahora, Él toma el control del caos de tu vida y empieza a trabajar por tu bien en todos esos problemas.

Tu parte es amar a Dios. ¿Amas a Dios? Es más que decir “te amo” y cantar alabanzas sobre nuestro amor por Dios. Jesús dijo que el que lo ama, lo obedece. Con esas condiciones, Dios trabaja con todo su poder y sabiduría para que todo lo que sucede en tu vida te ayude a bien. No significa que todo sea bueno, pero Él puede redimir incluso las cosas más feas. Él tiene un papel muy activo en tu vida. ¿Por qué? ¡Porque tiene un propósito para ti en su reino, te ha adoptado como su hijo o hija, pagó el precio por tu salvación con la sangre de su Hijo y te ama!

¿Cuál es la prueba más difícil en tu vida en este momento? Podemos soltar el poder de Dios para trabajar en medio de ese problema para que te ayude a bien. Confiésalo: Gracias Dios, que tú me llamaste de acuerdo con tu propósito. Yo te amo. Yo te entrego estas pruebas. Tu palabra dice que tú trabajarás en ellas para mi bien. Yo creo tu palabra y te doy gracias por lo que harás. En el nombre de Jesús, amén.

29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Estos versos son muy importantes. Son el corazón del evangelio. Para algunos son controvertidos, pero esta es la Palabra de Dios; no es la mía. Deben traer mucho consuelo a nuestros corazones, porque dicen que todo depende de Dios.

  • Él te conoció antes – antes de que nacieras, antes de aceptar a Cristo.
  • Te llamó – por medio de la Biblia, un pastor, un amigo. Cuando estabas perdido en tu pecado, Él tomó la iniciativa para llamarte a seguir a Jesus.
  • Había un problema: Tu justicia es como trapos de inmundicia. Para ser su hijo, tienes que ser limpio y libre del pecado. ¿La solución? Dios te reviste con la justicia de Jesucristo. Te justifica, te declara no culpable y borra todo tu pecado – es como si nunca hubieras pecado.
  • Dios tiene un destino para ti. Ya determinó hacerte conforme a la imagen de Jesus, como el barro en las manos del alfarero. Ese es un proceso a veces doloroso, donde Él trabaja a través de todas las cosas de tu vida para formarte, incluso estas aflicciones ahora. ¡Te ha elevado al estatus de hermano de su Hijo! Somos parte de una familia gloriosa.
  • Y, el último paso, Él ha determinado que después de todo ese trabajo, Él te glorificara.

¡Estamos en manos de Dios! ¡Él tiene el control! ¡Nos da mucha seguridad! Si sigues creyendo en Dios y siguiendo a Jesús, está garantizado.

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

¿Qué más podemos decir? ¡Dios es por ti! ¿Te parece que hay muchas personas y muchas cosas en tu contra ahora? ¿Tu conyugue? ¿Tu jefe? ¿Tu carne? ¿Cómo se comparan con Dios? ¡No hay comparación!

Incluso hay muchos cristianos que visualizan a Dios como un juez severo, listo para castigarlos. Sienten que Dios está en contra de ellos. Es mentira. Si eres un hijo adoptado de Dios, ¡Él es por ti! ¿Cómo lo sabemos? ¿Son meras palabras? ¡No!

32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Dios ya ha dado el máximo. Padre, ¿puedes imaginar entregando tu hijo para ayudar a alguien que te odia? ¡Dios lo hizo! ¡Él te ama tanto! Si no escatimó a su hijo, seguramente nada te lo va a retener. Dios es un dador. Le encanta derramar sus bendiciones sobre nosotros y contestar nuestras oraciones. Pero también es un Padre sabio, y no nos da más de lo que podemos manejar.

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

¿Hay gente que te acusa? ¿Quién te condena? ¿El diablo? Dios te defenderá de todos tus acusadores. Él ya ha dicho que eres un santo, su hijo adoptivo. Como todo padre, Él reprende a esos acusadores. Y tienes un abogado, el Hijo de Dios a la diestra del Padre, que está intercediendo por ti en este momento.

Es una combinación poderosa: El Espíritu dentro de ti intercede por ti, y Cristo a la diestra del Padre, tu sumo sacerdote, intercede por ti, 24/7.

Dios es por ti. Nada puede separarte de su amor. Ese es el cuarto punto. Todos anhelamos el amor. Lo más duro es perder el amor de un conyugue o alguien importante en tu vida. Vendrán muchas cosas en contra, pero nada puede separarte del amor de Dios.

35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Pablo experimentó todas esas cosas. Son parte de esta vida. Nosotros no estamos exentos de esas aflicciones como cristianos. De hecho, ya sabemos que vamos a sufrir en esta vida:

36 Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.

Con el fundamento de todo lo que ya hemos visto en esta porción, tenemos una fe firme que vamos a vencer en todo.

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Todas estas cosas que Pablo menciona son externas. Cuando estamos establecidos en el amor de Dios no pueden tocarnos. En esta mañana Dios quiere confirmar como nunca antes su gran amor por ti.

Tenemos que luchar contra el desánimo, la depresión, y la desesperación. Todos en este mundo te dejarán decepcionado en algún momento, pero Dios quiere darte esperanza nueva esta mañana. Medita en estas cuatro cosas. ¡Dios te ha hecho más que vencedor!

Pedro en la casa de Cornelio; Hechos 10:23-48

23Al día siguiente, Pedro se fue con ellos acompañado de algunos creyentes de Jope. 24 Un día después llegó a Cesarea. Cornelio estaba esperándolo con los parientes y amigos íntimos que había reunido. 

No parece un viaje tan largo, pero ya es el cuarto día después de la visión que Cornelio recibió. Pedro permitió que esos gentiles pasaran la noche en la casa en Jope, y ahora se van juntos para Cesarea. ¡Que interesante saber de qué estaban hablando en el camino!

Cornelio tenía una gran fe en que Pedro vendría, y parece que tenía alguna idea de cuándo. La visión lo había impresionado mucho, y ha reunido a sus parientes y amigos cercanos. ¡Qué triste sería si Pedro ignorara la voz del Espíritu y se negara a ir a la casa de un gentil! ¡Qué triste cuando Dios prepara el corazón de alguien que sinceramente busca a Dios, y debido a nuestra desobediencia, nadie viene a compartirle el evangelio!

Pedro llega a la casa de Cornelio

25 Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y, postrándose delante de él, le rindió homenaje (lo adoró, RVR). 26 Pero Pedro hizo que se levantara, y le dijo: —Ponte de pie, que solo soy un hombre como tú.

Pedro está acostumbrado a los elogios de la gente; incluso ellos buscaban que su sombra cayera sobre ellos para recibir una curación. Puede ser tentador recibir la adoración de un centurión, pero Pedro ya sabe algo importante: todos somos iguales ante Dios. Nunca se debe rendir homenaje a otro hombre. Pedro está a punto de abandonar el prejuicio contra los gentiles que le inculcaron desde la infancia como judío.

Nunca debemos recibir la adoración de las personas a las que ministramos. Tal vez no se postran ante nosotros, pero hay pastores, apóstoles y otros ministros que permiten o incluso animan esta elevación encima de la gente común de la iglesia.

27 Pedro entró en la casa conversando con él, y encontró a muchos reunidos. 28 Entonces les habló así: —Ustedes saben muy bien que nuestra ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. 29 Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?

Me parece un poquito raro que Pedro no pudiera discernir por el Espíritu qué hacer, para compartir el amor de Dios y las buenas noticias de salvación. Dado el respeto y honor con que Cornelio lo recibe, la respuesta del apóstol puede parecer muy brusca. Es casi como dice: “Esta es primera vez que entro en la casa de un gentil. Solo por una revelación de Dios me encuentro acá. Pero no entiendo por qué me hicieron venir en este largo viaje.”

30 Cornelio contestó: —Hace cuatro días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante, 31 y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia. 32 Por lo tanto, envía a alguien a Jope para hacer venir a Simón, apodado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar”. 33 Así que inmediatamente mandé a llamarte, y tú has tenido la bondad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que el Señor te ha encomendado que nos digas.

Otra vez se nota el buen corazón del hombre. Está muy agradecido de que Pedro haya venido. Él sabe (¡tal vez mejor que Pedro!) que están en la presencia de Dios. Está confiado de que Dios ha dado un mensaje importante a Pedro para compartir con ellos.

Pedro predica

34 Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, 35 sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. 36 Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan. 38 Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero, 40 pero Dios lo resucitó al tercer día y dispuso que se apareciera, 41 no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección. 42 Él nos mandó a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos. 43 De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.

Tal como las otras prédicas de Pedro, este es un mensaje muy corto. Se tarda unos dos minutos en proclamarlo (aunque algunos eruditos dicen que es solo un resumen de su mensaje). No es necesario mucho tiempo predicar para comunicar el evangelio. En ese período Pedro comunica unas cosas muy importantes. Seguramente no lo había preparado de antemano, pero Dios le dio las palabras:

  • Introducción: Lo que Dios le reveló a Pedro
    • No hay favoritismo con Dios
    • No importa la nación, Dios ve con agrado a:
      • Los que le temen
      • Los que actúan con justicia
    • Cornelio es una de esas personas
  • Lo que Dios inició con el pueblo de Israel: Buenas nuevas de paz por medio de Jesucristo
    • El camino del evangelio
      • Comenzó con el bautismo que predicó Juan
      • El ministerio de Jesús se originó en Galilea, en Nazaret
      • Se difundió por toda Judea
      • Pedro sabe que las buenas nuevas ya han llegado a Cesarea
    • Quien es Jesús
      • Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con poder
      • Anduvo haciendo el bien
      • Sanó a todos los que fueron oprimidos por el diablo
      • Dios estaba con Él
      • Los judíos lo mataron, colgándolo de un madero
      • Dios lo resucitó al tercer día
      • Es el juez de los vivos y los muertos
    • La parte de los apóstoles
      • Son testigos de todo lo que hizo; no hay duda que Jesús resucitó físicamente
      • Eran previamente escogidos por Dios
      • Comieron y bebieron con Él después de su resurrección
      • Jesús los mandó predicar al pueblo
      • Tienen que dar testimonio de que Jesús ha sido nombrado por Dios como juez
    • No solo los apóstoles, sino todos los profetas dan testimonio de su salvación
      • Es para todos los que creen en Él
      • Es por medio de su nombre
      • Reciben el perdón de los pecados

El Espíritu cae sobre los gentiles

44 Mientras Pedro estaba todavía hablando, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. 

Posiblemente Pedro estaba al punto de dar una invitación, pero no fue necesario. Los corazones estaban tan abiertos y recibieron la palabra con tanta fe que el Espíritu soberanamente descendió sobre todos.

45 Los defensores de la circuncisión que habían llegado con Pedro se quedaron asombrados de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles, 

Pedro ya recibió la revelación de la inclusión de los gentiles, pero fue acompañado por otros judíos de Jope que probablemente estaban muy incómodos en la casa de gentiles. Lucas los llama “los defensores de la circuncisión” y, como la mayoría de los judíos, no podían creer que Dios puede bendecir a alguien incircunciso. Cuando entraron a esa casa, no tenían ninguna expectativa de que Cornelio y los demás pudieran encontrar la salvación, y mucho menos recibir el don el Espíritu Santo. Pero Dios dio la confirmación:

46 pues los oían hablar en lenguas y alabar a Dios.

Hablar en lenguas solo sería posible para alguien bautizado en el Espíritu, lo que Pedro y sus compañeros ya habían recibido. Me imagino algo parecido a Pentecostés en esa casa, con mucho gozo y alabanzas.

Entonces Pedro respondió: 47 —¿Acaso puede alguien negar el agua para que sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?— 48 Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedara con ellos algunos días.

Otra vez vemos la importancia del bautismo en agua. El primer instinto de Pedro es que si ya tienen el bautismo en el Espíritu, también deben ser bautizados en agua. No existe un modelo único para recibir esos bautismos. Aquí, como en Pentecostés, fue un don soberano de Dios, probablemente necesario para convencer a Pedro y a sus compañeros que realmente fueron salvos.

Lo maravilloso en esta historia es el amor de Dios por alguien sincero y las medidas extraordinarias que el Señor puede usar para traer la salvación a esa persona. Pedro ahora es su “padre espiritual,” y por supuesto quieren que se quede con ellos unos días. Cuando andamos como Jesús anduvo, no tenemos que preparar una agenda. Dios nos manda a donde quiere, y la gente nos recibe y nos hospeda. Tal como el cojo que no soltó a Pedro y Juan, esta gente está muy agradecida con Pedro. Y ha sido una lección inolvidable para Pedro: Por primera vez tiene un centurión romano para hermano.

¿Estás disponible a Dios? ¿Estás abierto a confrontar algunos conceptos comunes entre cristianos que no necesariamente son bíblicos?

El primer viaje misionero de Pedro; Hechos 9:32-10:23

Si alguien realmente busca a Dios y quiere saber la verdad, el Señor puede usar medidas extraordinarias para revelarse y llevarlo a la salvación. Hoy hay muchos testimonios, sobre todo entre musulmanes, a menudo de que Cristo se les aparece en sueños. Ya hemos visto dos ejemplos en Hechos:

  • Con el eunuco, envió a Felipe a un viaje largo por el desierto, solo para presentarle a Jesús, ¡e incluso le proporcionó el agua para bautizarlo!
  • Con Saulo fue una revelación del Cristo viviente y una interrupción completa de su vida. Ananías fue el discípulo que Dios usó para ministrar a Saulo.

Dios está preparando todo para la inclusión de los gentiles en la iglesia. Ya tiene su apóstol/misionero (Saulo/Pablo), pero tiene que cambiar la mente de Pedro, el líder de los apóstoles. Pedro era un hombre terco, y requiere una revelación casi tan dramática como la conversión de Saulo, una visión que le permite viajar a la casa de un hombre gentil. Pero primero, tendrá la oportunidad de sanar a un paralitico y resucitar a una mujer muerta.

Pedro sana a un paralitico en Lida

Jesús siempre estaba en movimiento: recorría toda la región de Judea y Galilea e incluso las regiones contiguas. Así es la obra de un apóstol. A diferencia de lo que casi siempre hemos visto en Hechos, Pedro viajó solo aquí. Una simple visita a la iglesia en Lida resulta en una curación que sirve como la chispa para una explosión en el crecimiento de la iglesia:

32 Pedro, que estaba recorriendo toda la región, fue también a visitar a los santos que vivían en Lida. 33 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que llevaba ocho años en cama. 34 «Eneas —le dijo Pedro—, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama». Y al instante se levantó. 35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.

Si estamos buscando una fórmula para ministrar curaciones, no hay ninguna. Con el paralitico en Hechos 3, Pedro dijo “En el nombre de Jesús;” aquí dice “Jesucristo te sana.” Es lo misma; en ambos está claro que es Jesús quien sana. Pedro dice “levántate” a los dos, pero aquí no tiene que extender su mano. Simplemente le manda que se levante, y, curiosamente, agrega que debe tender su cama, tal vez para confirmar que ya no siempre tiene que estar en esa cama. Aquí otra vez la curación es instantánea, aunque no es siempre así.

Aparentemente Eneas salió de la casa, anunciando a todos que Jesús lo sanó. En estos pueblos pequeños las noticias se difunden rápidamente; resulta que “todos” que vivían en esas aldeas lo vieron y creyeron en Jesús. Otra vez vemos como un milagro llama la atención de un pueblo y, por supuesto, quieren conocer a este hacedor de milagros. La que empezó como una simple visita a los santos (bíblicamente todos nosotros los creyentes somos santos) da como resultado una expansión impresionante de la iglesia. El milagro confirmó la palabra que esos santos ya estaban compartiendo.

Dorcas levantada de los muertos

36 Había en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido es Dorcas). Esta se esmeraba en hacer buenas obras y en ayudar a los pobres. 37 Sucedió que en esos días cayó enferma y murió. Pusieron el cadáver, después de lavarlo, en un cuarto de la planta alta. 38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al enterarse de que Pedro se encontraba en Lida, enviaron a dos hombres a rogarle: «¡Por favor, venga usted a Jope en seguida!»

Mientras Pedro se quedó un rato en Lida, la noticia del milagro llegó a Jope, una aldea vecina, a unos 18 km (11 millas) de distancia. Parece que Pedro no había visitado Jope, aunque ya había una iglesia allí. Dorcas, una de las hermanas mayores de la iglesia y viuda, era conocida por sus buenas obras y por ayudar a los pobres. Aunque estaba claramente muerta, la reputación de Pedro era tal que creían que él aún podía resucitarla. Nos recuerda a Jesús y Lázaro (Juan 11). En ese caso Jesús esperó unos días para ir a Lázaro, pero Pedro se fue de inmediato.

39 Sin demora, Pedro se fue con ellos, y cuando llegó lo llevaron al cuarto de arriba. Todas las viudas se presentaron, llorando y mostrándole las túnicas y otros vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas. 40 Pedro hizo que todos salieran del cuarto; luego se puso de rodillas y oró. Volviéndose hacia la muerta, dijo: «Tabita, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. 41 Él, tomándola de la mano, la levantó. Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva. 

Este es el primer registro de una resurrección por un apóstol. Primero, Pedro hizo que todos salieran del cuarto, como Jesús lo hizo con la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5:40). Pedro quiere prepararse y centrarse en oración, y probablemente en ese tiempo de comunión con su Maestro recibió una confirmación de que Él quería resucitarla. Aquí Pedro no menciona el nombre de Jesús, a diferencia de las dos curaciones anteriores; posiblemente en esos casos lo dijo en beneficio de los demás. Aquí Pedro simplemente le manda: Levántate. Como hizo con el cojo en el capítulo tres, la toma de la mano y la levanta. ¡Que emoción cuando la presenta viva a los creyentes y a las viudas!

42 La noticia se difundió por todo Jope, y muchos creyeron en el Señor. 43 Pedro se quedó en Jope un buen tiempo, en casa de un tal Simón, que era curtidor.

Así se acabó su ministerio en Lida; ahora tiene muchos nuevos creyentes para discipular en Jope, el resultado del testimonio de Dorcas.

Un ángel visita a un centurión romano

1Vivía en Cesarea un centurión llamado Cornelio, del regimiento conocido como el Italiano. Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente. 

Jesús reconoció la gran fe de un centurión que resultó en la curación de su siervo (Mateo 8:5-13), pero este es el primer romano mencionado en Hechos. Es un varón de oración, temeroso de Dios y un hombre de familia. El daba generosamente al pueblo de Israel y toda su familia era devota. Dios quiere bendecirlo, ¿pero cómo? Cuando Dios quiere hacer algo, Él busca a alguien disponible y lo arregla todo.

Un día, como a las tres de la tarde, tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se le acercaba y le decía: —¡Cornelio!

Ya sabemos que las tres de la tarde es la hora de oración para los judíos. Probablemente él estaba orando y en una actitud para recibir del Señor. Me fascina cuando alguien me dice: “Yo quiero oír de Dios,” pero siempre tiene la televisión, el internet o los audífonos de su celular saturando sus ojos, oídos y mente. Para recibir una visión es importante estar en un lugar apropiado (o, como Saulo, ser echado al suelo por el impacto de la luz brillante de la presencia de Dios).

Es impresionante recordar que Dios sabe tu nombre. Te llama por nombre y te conoce por completo.

—¿Qué quieres, Señor? —le preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo.

Se nota otra vez el corazón recto de Cornelio. Claro que tenía mucho miedo. En la Biblia es normal tener miedo cuando el Señor o su ángel aparecen. Las historias hoy de gente que conversan con ángeles sin temor no me parecen muy auténticas. A pesar de su temor, lo mira fijamente. Sabe que es enviado del Señor, y su primer instinto es ponerse disponible: “¿Qué quieres, Señor?” No le pide nada al ángel, solo quiere hacer la voluntad de Dios.

—Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —le contestó el ángel— Envía de inmediato a algunos hombres a Jope para que hagan venir a un tal Simón, apodado Pedro. Él se hospeda con Simón el curtidor, que tiene su casa junto al mar.

Primero, el ángel alivia su temor. Dios ha recibido como una ofrenda sus oraciones y lo que ha hecho para ayudar a los necesitados, y está complacido con Cornelio. Casi siempre pensamos en las ofrendas como dinero, pero tus oraciones y buenas obras pueden ser una ofrenda a Dios. Está claro que Dios tiene algo positivo para Cornelio, pero no le dice qué sería. Solo le da instrucciones muy precisas de qué debería hacer, y hay una urgencia: tiene que enviar a algunos hombres de inmediato. Dios sabe tu nombre, y Él sabe dónde vives y donde estás en este momento.

El ángel puede predicarle a Jesús, pero Dios casi siempre nos usa a nosotros para evangelizar, y la educación de Pedro fue tan importante como la conversión de Cornelio.

Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente. Les explicó todo lo que había sucedido y los envió a Jope.

No lo dijo, pero ahora nos enteramos de que Cornelio es obediente también. Sin preguntar nada más (a diferencia de Moisés, María y muchos otros en la Biblia que recibieron una palabra de Dios), envía a tres hombres confiables a Jope, directamente al sur a unos 63 km (39 millas). Las dos ciudades estaban en la costa del mar Mediterráneo (Jope hoy es un suburbio de Tel Aviv).

Cornelio ha hecho su parte. Sus sirvientes ya están camino a Jope. Ahora Dios necesita la cooperación de Pedro. Él confía en Pedro, tal como confió en Felipe y Ananías para el ministerio importante para el eunuco y Saulo.

Pedro, hambriento, ora y le sobreviene un éxtasis

Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era casi el mediodía. 

No era la hora de oración, pero fue cuando Pedro apartó un tiempo para orar que Dios pudo hablarle. Desde la azotea podía ver el mar y comunicarse con su Señor.

10 Tuvo hambre y quiso algo de comer. Mientras se lo preparaban, le sobrevino un éxtasis. 

Pedro solo sabía que tuvo hambre y tuvo que esperar mientras le preparaban la comida. Pero allí, en presencia del Señor, le sobrevino un éxtasis, una visión muy impresionante. ¿Por qué no lo envió un ángel? Tal vez para poder ver, casi como una película, el mensaje que Dios tiene para él.

11 Vio el cielo abierto y algo parecido a una gran sábana que, suspendida por las cuatro puntas, descendía hacia la tierra. 12 En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves.

13 —Levántate, Pedro; mata y come —le dijo una voz.

14 —¡De ninguna manera, Señor! —replicó Pedro—. Jamás he comido nada impuro o inmundo.

¿Podría ser una prueba? Parece que reconoció la voz; Pedro lo llama “Señor.” Pedro conocía a Jesús íntimamente. ¿Por qué no simplemente le habló el Señor? ¿Por qué el misterio? No lo entendemos, pero muchas veces Dios nos habla así. La voz le manda que viole una ley que se ha guardado toda la vida.

15 Por segunda vez le insistió la voz: —Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.

16 Esto sucedió tres veces, y en seguida la sábana fue recogida al cielo.

Dios no le reprende ni le explica el mensaje, aunque está claro: Los animales que no podían comerse bajo la Ley, los animales impuros, se han purificado, y Pedro puede comerlos. Esto sería un cambio radical en la interpretación de la Ley y como se aplica al cristiano.

17 Pedro no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión. Mientras tanto, los hombres enviados por Cornelio, que estaban preguntando por la casa de Simón, se presentaron a la puerta. 18 Llamando, averiguaron si allí se hospedaba Simón, apodado Pedro.

¿Te ha pasado a ti? Puedes estar meditando en la Palabra o en oración, y tu esposa o hijos te llaman, alguien viene a la puerta o recibes una llamada telefónica. ¿Por qué Dios no le permitió la oportunidad de reflexionar y entender la visión?

19 Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, Simón, tres hombres te buscan. 20 Date prisa, baja y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado».

Para hacerlo más complicado, ahora el Espíritu claramente le dice que debe acompañar a los tres hombres que acaban de llegar a la casa. No le dice por qué; solo que él tiene que obedecer a toda prisa. Dios claramente está organizando todo, y Pedro tiene una parte clave. Ya confundido por la visión, ahora tiene que salir con tres hombres, probablemente romanos, a quienes no conoce. ¡Que emocionante escuchar la voz del Espíritu así y participar en la gran obra del Señor de esa manera! ¡Tú puedes también!

21 Pedro bajó y les dijo a los hombres: —Aquí estoy; yo soy el que ustedes buscan. ¿Qué asunto los ha traído por acá?

Pedro no discute con el Señor, pero acepta que es de Dios, y tiene la actitud que siempre debemos tener cuando Dios nos llama a hacer algo: Aquí estoy. Heme aquí, Señor. Envíame a mí.

22 Ellos le contestaron: —Venimos de parte del centurión Cornelio, un hombre justo y temeroso de Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dio instrucciones de invitarlo a usted a su casa para escuchar lo que usted tiene que decirle.

23 Entonces Pedro los invitó a pasar y los hospedó.

Sería difícil rehusar esa invitación. Es una puerta abierta para ministrar. Solo habría un problema para Pedro: Un judío no debería tener gentiles en su casa ni comer con ellos.

¿Qué harías tú? ¿Te ha provisto Dios oportunidades similares? ¿Estás disponible para Dios y obediente a su voz? ¿Hay algún momento en tu vida cuando Dios tenga tu atención y pueda hablarte?

Otro hombre disponible: Ananías ministra a Saulo; Hechos 9:1-31

Ya hemos visto varios ejemplos de la obra soberana de Dios y la maravillosa forma en que Él puede trabajar por medio de una persona disponible a Él. Pero siempre hay cosas difíciles de comprender:

  • ¿Cómo podría Dios permitir la muerte cruel de Esteban, uno de sus siervos tan especiales?
  • ¿Cómo podría permitir que este hombre, Saulo, haga tanto daño a la comunidad de fe?

¿Hay algo en tu vida en este momento que sea difícil de entender? A pesar de tus muchas oraciones, la persona complicada no cambia y la situación difícil no se resuelve.

En este pasaje vamos a ver un poquito más sobre cómo el Señor trabaja, y qué significa andar como Jesús anduvo. Esta es la segunda de tres conversiones claramente orquestadas por el Señor. Dios tiene un propósito importante para cada una:

  • Un hombre que llevaría el evangelio a Etiopía (Felipe y el eunuco).
  • Saulo, quien sería el gran apóstol Pablo, llevando el evangelio a los gentiles
  • En el siguiente capítulo, Cornelio, quien abrió los corazones de Pedro y la iglesia a la inclusión de los gentiles.

Saulo intenta destruir la iglesia

1Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas de extradición para las sinagogas de Damasco. Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos los que pertenecieran al Camino, fueran hombres o mujeres. 

Hay mucha gente terca en el mundo, persiguiendo un camino malvado y haciendo mucho daño al reino de Dios. Este hombre, Saulo, parece un caso perdido. Tiene mucho celo religioso y está decidido a eliminar esta secta herética. Años más tarde, cuando relató su testimonio, dijo que estaba violentamente en contra de ellos y enfurecido sobremanera contra ellos (Hechos 26:11, NTV).  ¿Hay alguien en tu vida que parece un caso perdido y está tan endurecido en contra del evangelio?

No es suficiente que Saulo fuera responsable de una gran persecución en Jerusalén; ahora quiere “limpiar” a todas las comunidades judías del imperio de los cristianos, y tiene el apoyo del sumo sacerdote y de los líderes judíos en Jerusalén. En aquel entonces era inusual arrestar a mujeres; casi siempre eran los hombres que sufrieron por su fe. Pero Saulo estaba tan celoso que persiguió a hombres y mujeres iguales. Sería complicado matarlos fuera de Judea, pero Saulo obtuvo cartas de extradición para llevarlos a Jerusalén, para matarlos. ¡Nada ni nadie va a detener a este hombre!

Esta es la primera vez que el nombre “El Camino” para los cristianos aparece en la Biblia (también aparece en Hechos 19:92322:424:1422). Era un nombre apropiado: Jesús dijo “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6); estos creyentes habían encontrado el único verdadero Camino a la vida.

Intervención soberana

En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

—¿Quién eres, Señor? —preguntó.

—Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz—. Levántate y entra en la ciudad, que allí se te dirá lo que tienes que hacer.

Dios esperó hasta que casi llegó a su destino, un viaje de unos 241 kilómetros (150 millas). A menudo no entendemos el tiempo del Señor, pero Él siempre tiene sus propósitos. Cuando hay alguien tan endurecido como Saulo, a quien nadie puede tocar con la palabra, Dios es muy capaz de revelarse y hacer lo que sea necesario para salvarlo. Ver esa luz y escuchar esa voz tenía  que ser muy impactante, y de hecho fue un momento transformador para Pablo, quien siempre lo incluyó en su testimonio.

La pregunta que Jesús tiene para Saulo es “¿por qué me persigues?” Y Saulo respondió “¿Quién eres, Señor?” Él puede estar confiado que nunca hizo nada contra Jesús, pero Cristo dice que perseguir a su iglesia es perseguir a Cristo mismo.

Años después, frente al Rey Agripa, Pablo compartió más de lo que sucedió ese día (Hechos 26):

»Pues bien, yo mismo estaba convencido de que debía hacer todo lo posible por combatir el nombre de Jesús de Nazaret. 10 Eso es precisamente lo que hice en Jerusalén. Con la autoridad de los jefes de los sacerdotes metí en la cárcel a muchos de los santos y, cuando los mataban, yo manifestaba mi aprobación. 11 Muchas veces anduve de sinagoga en sinagoga castigándolos para obligarlos a blasfemar. Mi obsesión contra ellos me llevaba al extremo de perseguirlos incluso en ciudades del extranjero.

12 »En uno de esos viajes iba yo hacia Damasco con la autoridad y la comisión de los jefes de los sacerdotes. 13 A eso del mediodía, oh rey, mientras iba por el camino, vi una luz del cielo, más refulgente que el sol, que con su resplandor nos envolvió a mí y a mis acompañantes. 14 Todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en arameo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” 15 Entonces pregunté: “¿Quién eres, Señor?” “Yo soy Jesús, a quien tú persigues —me contestó el Señor—. 16 Ahora, ponte en pie y escúchame. Me he aparecido a ti con el fin de designarte siervo y testigo de lo que has visto de mí y de lo que te voy a revelar. 17 Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a estos 18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.

Hay dos cosas importantes que no aparecen en el capítulo 9:

  1. Jesus le pregunta: “¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” Otras versiones dicen: “Te estás haciendo daño a ti mismo, como si dieras coces contra el aguijón” (DHH) o “Es inútil que luches contra mi voluntad” (NTV). Aunque este encuentro parece repentino, posiblemente Saulo había visto a Jesús antes de su crucifixión, y había estado resistiendo su llamado por un tiempo. Estaba turbado y luchando con dudas, porque en su búsqueda de la justicia de Dios, se sintió impotente ante los deseos de su carne. Podría ser que estaba convencido por las palabras y la apariencia de Esteban el día que le apedrearon.

Muchos de nosotros sabemos que dura cosa es dar coces contra el aguijón. ¿Hay algún área de tu vida en este momento donde haces daño a ti mismo porque estás luchando contra la voluntad de Dios?

  1. El propósito de este encuentro incluye la salvación de Saulo y la bendición de conocer a este Cristo que había perseguido, pero el mayor propósito (como en tu llamado a la salvación) es el ministerio que Saulo tendrá ministrando a los gentiles. Saulo no buscaba a Dios, pero desde el vientre de su madre Dios ya lo había llamado. ¿Hay libre albedrío? Sí, pero Dios es soberano, y hay veces en que Él claramente puede llamar y tocar a alguien. Seguramente, muchos cristianos también estaban orando fervientemente por su salvación (¡o muerte!). ¿Qué has visto en tu vida del llamado y la obra soberano de Dios, y tu libre albedrío?

Tal como a Abraham, Dios no le revela todo a Saulo a la vez. Él tiene que levantarse, ir a la ciudad (humillado, en lugar de respirar muerte) y esperar el próximo paso. Podría rebelarse, no entrar en Damasco y volver a Jerusalén, pero eso realmente sería dando cabezazos contra la pared. Es mucho mejor seguir las instrucciones del Señor; si una vez tú has luchado con Dios, ya sabes que lo duro que es.

Los hombres que viajaban con Saulo se detuvieron atónitos, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver, así que lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

Este hombre altamente entrenado ahora era como un bebé. No sabía nada. No sabía si su visión sería restaurada. Algo lo impulsó a no comer ni beber nada, aunque no sabía cuánto tiempo tendría que ayunar.

Dios hizo lo que ningún hombre podía hacer. Él puede soberanamente restaurar su visión y bautizarlo en el Espíritu, pero Dios prefiere usar a nosotros. Sería importante para Saulo recibir la ministración de un hermano cristiano, y sería una oportunidad para que Ananías crezca en su fe.

Un hombre disponible para ministrar al asesino de cristianos

10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor llamó en una visión. —¡Ananías!

—Aquí estoy, Señor.

¿Crees que Dios todavía nos llama en visiones? ¿Por qué no? La cuestión es si estamos escuchando. Dios siempre busca hombres y mujeres disponibles para hacer su voluntad. Hay muchas cosas que Él quiere hacer en este mundo, pero tal como Jesús dijo: “La mies es mucha, más los obreros pocos” (Lucas 10:2). ¿Tienes esa actitud de Ananías? “Heme aquí, envíame a mí.” El hombre no sabe lo difícil que será esta tarea, pero cuando Dios nos llama, Él nos capacita y prepara el camino delante de nosotros.

11 —Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, 12 y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.

¡Será difícil escapar de esta tarea! ¡Saulo ya está esperando a Ananías! ¿Una vez había orado Ananías para que alguien recuperara la vista? No sabemos. ¿Qué hizo Saulo esos tres días ciego y ayunando? ¡Oraba! Y Dios sigue revelándose en visiones. Saulo está ciego, pero ahora ve más que nunca. La dirección para Ananías está muy clara; sabe exactamente qué hacer y dónde ir (la calle Derecha sigue siendo una de las calles principales de Damasco).

13 Entonces Ananías respondió: —Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén. 14 Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre.

Ananías no es el primero en cuestionar un llamado del Señor. Dios lo permite, pero cómo Él  responde depende de la persona. ¡Puede ser fuerte! Probablemente todos los creyentes en Damasco ya saben que Saulo quiere llevarlos presos a Jerusalén, y estaban orando y temblando. Los creyentes se han divulgado las noticias en todo el imperio del mal que ha hecho. Pobre Ananías tiene temor; le parece una trampa (¿puede ser el diablo hablando con él?).

15 —¡Ve! —insistió el Señor—, porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. 16 Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.

Dios no le da una salida fácil. Tal vez nadie más estaba disponible para realizar esta tarea tan importante. Nunca escuchamos nada más acerca de Ananías, pero este discípulo humilde tiene el privilegio de ministrar a uno de los generales de Dios. Pablo tendrá un ministerio muy impresionante, pero también es el propósito de Dios que padezca por el nombre de Jesús (¿tal vez porque lo perseguía tanto?).

17 Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». 18 Al instante cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado; 19 y, habiendo comido, recobró las fuerzas.

No sabemos muchos detalles de exactamente cómo sucedió. ¿Se fue Ananías con mucho temor, o con mucha autoridad y confianza? Lo importante es que obedeció; la obediencia es evidencia de nuestra fe, y las emociones no importan tanto. Dios honra esa obediencia y hace la obra. A pesar de sus temores, llama a Saulo “hermano;” probablemente la primera vez que Saulo escuchó ese término de afecto aplicado a sí mismo. No menciona el Espíritu Santo en su llamado (verso 12) ni después, pero probablemente junto con su bautismo en agua, cuando Ananías impuso las manos, el Señor bautizó a Pablo en el Espíritu. Puede ser que cuando Ananías proclamó esa palabra, Saulo recobró la vista. Estaba débil, pero comió y recobró las fuerzas. Solo podemos imaginar el asombro y gozo de Ananías, y ese primer tiempo de comunión entre aquellos que ahora son hermanos en Cristo. No menciona lo que sucedió con los compañeros de Saulo que lo acompañaron desde Jerusalén; posiblemente ellos también recibieron a Cristo, o volvieron asustados a Jerusalén para compartir la noticia con los sacerdotes.

Saulo predica en las sinagogas de Damasco

Saulo pasó varios días con los discípulos que estaban en Damasco, 20 y en seguida se dedicó a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que le oían quedaban asombrados, y preguntaban: «¿No es este el que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?» 22 Pero Saulo cobraba cada vez más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías.

Por lo general, le damos un tiempo a un nuevo converso para establecerse, dar testimonio de una vida transformada y estudiar la palabra. De hecho, hay muchas historias tristes de personas famosas que reciben al Señor y de la noche a la mañana están predicando y ministrando, pero son blancos para el diablo y no tienen bases firmes en el Señor, y fracasan. Pero Pablo fue un caso especial. Como fariseo, ya tenía mucha formación y conocimiento de la palabra, y ahora era lleno del Espíritu Santo. Yo he visto hombres salvad la cárcel, y dentro de unos días están predicando la palabra con unción. Dios puede levantar a alguien cuando Él quiera.

Aunque su llamado fue a los gentiles, lógicamente (como lo hizo siempre hacía en sus viajes misioneros), primero fue a las sinagogas, proclamando a Jesucristo como su Mesías. Estaban asombrados y confundidos por la fuerza de su palabra.

23 Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para hacerlo desaparecer, 24 pero Saulo se enteró de sus maquinaciones. Día y noche vigilaban de cerca las puertas de la ciudad con el fin de eliminarlo. 25 Pero sus discípulos se lo llevaron de noche y lo bajaron en un canasto por una abertura en la muralla.

La NVI dice “para hacerlo desaparecer,” pero el griego dice “matarlo” o “asesinarlo.” La verdad es que cuando hay alguien que nos confunde, queremos hacerlo desaparecer, o como dice en el verso 24, eliminarlo. Esta es la primera de muchas experiencias cercanas a la muerte de Saulo; ya está aprendiendo cuánto tiene que padecer por el nombre de Cristo.

Sabemos de Gálatas 1:17-18 que los “muchos días” fueron tres  años y medio que pasó en “Arabia;” probablemente un tiempo de estudio y preparación en el desierto cerca de Damasco.

Es interesante que dice que “sus discípulos” lo ayudaron a escapar. Parece que en esos “muchos días” ya se había establecido como un maestro que manejaba muy bien las Escrituras.

26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera discípulo. 

¡Los que oraban y debían tener mucha fe, regocijándose en la transformación de este hombre, le tenían miedo! ¡Que duro es cuando alguien quiere juntarse con la iglesia, pero, debido a su vida anterior, los cristianos tienen miedo y no lo reciben! Alguien tenía que llevarlo a los “apóstoles” para recibir su apoyo, y cae a Bernabé, ese hombre especial que ya apareció al final del capítulo 4, para hacerse amigo de él. ¿Tienes ese corazón de Bernabé para ayudar a alguien?

27 Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con libertad en el nombre de Jesús. 28 Así que se quedó con ellos, y andaba por todas partes en Jerusalén, hablando abiertamente en el nombre del Señor. 29 Conversaba y discutía con los judíos de habla griega, pero ellos se proponían eliminarlo. 30 Cuando se enteraron de ello los hermanos, se lo llevaron a Cesarea y de allí lo mandaron a Tarso.

Gracias a Dios por su denuedo y obediencia a predicar. Seguramente fue un gran susto para los sacerdotes y líderes religiosos, quienes lo enviaron a arrestar a los discípulos en Damasco. Ahora vuelve a casa, a su pueblo natal, Tarso. Esta es ya la segundo vez que los judíos querían eliminarlo.

Resumen: El estado de la iglesia

31 Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se consolidaba en toda Judea, Galilea y Samaria, pues vivía en el temor del Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.

Característica de lo que ya hemos visto en Hechos, esta parte termina con otro resumen del estado de la iglesia. Esta porción empezó en el capítulo 6 e incluye la primera persecución, la primera vez que el evangelio llega a los gentiles (los samaritanos) y el llamado de Saulo, el apóstol a los gentiles. Con su conversión, esa persecución termina, y nuevamente hay paz.

Ahora, la iglesia de Jerusalén (sin incluir hermanos en otros lugares, como Ananías en Damasco) se consolidaba no solo en Judea, sino también en Galilea y Samaria. Tenían paz, pero parece que también tenían un nuevo respecto para Dios, viviendo en el temor del Señor. Su número sigue creciendo, debido a la obra del Espíritu Santo que los fortalece y les da poder para testificar acerca de Jesús.

Tu camino a Damasco

¿Has tenido un encuentro con Jesús como Saulo tuvo en el camino a Damasco? ¿O todavía te estás lastimando, como si dieras coces contra el aguijón?  Saulo era un hombre muy estudiado y muy religioso. Estaba en camino para cumplir lo que él creía que era la voluntad de Dios, pero estaba equivocado. He conocido a pastores que se dan cuenta de que nunca han tenido una conversión real. Han servido a Dios a su manera. No todas las conversiones son tan dramáticas como la de Saulo, pero es importante tener ese encuentro con Jesús y nacer de nuevo.

La conversión de Saulo es una afirmación poderosa de la realidad del Cristo viviente. Saulo era un escéptico. Necesitaba algo muy fuerte para convencerle de que Cristo era su mesías. No hay duda de que Saulo era un hombre, un fariseo, que vivió en el primer siglo, plantó muchas iglesias y escribió cartas que forman parte de nuestras Biblias. Es normal tener dudas a veces, pero esta historia (y todo el libro de los Hechos) es una confirmación sólida de lo que creemos.

Lo que Dios puede hacer con un hombre disponible; Hechos 8

Felipe era uno de los diáconos nombrados en el capítulo seis; un hombre de buen testimonio, lleno del Espíritu y de sabiduría. Felipe nos da un ejemplo de cómo evangelizar una ciudad y un individuo. Con este capítulo hay un cambio importante en la dirección de la iglesia. Hasta ahora se ha centrado en Jerusalén. Tres veces hemos visto intentos (sin éxito) para silenciar a la iglesia. Pero como siempre, Dios redime lo que el diablo pretende para el mal. Durante el resto de este libro, la iglesia se expande cada vez más, hasta llegar a la capital del imperio, la misma Roma, al final del libro.

La primera persecución

Las cosas pueden cambiar rápidamente. Cuando Dios se mueve en poder, el diablo se levantará en contra. ¿Crees que la persecución es posible en tu país? Jesús dijo que sería parte de los últimos días antes de su venida (Juan 16), pero cuando hay tanta bendición es fácil creer que no se aplica a nosotros.

La muerte de alguien tan piadoso como Esteban fue un duro golpe para la joven iglesia, pero ahora hay una amenaza aún peor: ese fariseo llamado Saulo.

1Aquel día se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén, y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, causaba estragos en la iglesia: entrando de casa en casa, arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.

La Nueva Traducción Viviente da en el verso tres una sola meta que tenía Saulo: de acabar con la iglesia. Este hombre fue responsable de desatar una gran persecución. Nadie pensaría que Saulo se convertiría en Pablo, uno de los apóstoles más grandes de toda la historia, pero Dios puede transformar a la persona más endurecida.

La verdad es que la iglesia era muy próspera y cómoda. Casi se olvidó del propósito del Espíritu Santo que Jesús declaró justo antes de su ascensión: Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8).  Con tantas bendiciones en la iglesia, fue fácil perder esa visión misionera. Así que Dios permitió una persecución para ayudar a los hermanos a obedecer su mandato, y dispersó a los hermanos a Judea y Samaria. ¡Es mejor no esperar una persecución que nos obligue a salir al campo misionero!

Felipe evangeliza Samaria

Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera que iban. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les anunciaba al Mesías. 

Ahora todos (no solo los apóstoles o diáconos) predicaban. No tienes que ser enviado como misionero; solo predica la palabra donde quiera que vayas en la vida cotidiana.

Felipe salió de Jerusalén angustiado (era un amigo cercano de Esteban), y se fue de luto a la ciudad principal de Samaria. No es la primera vez que el evangelio llega a Samaria; Jesús mismo había ministrado allí después de su encuentro con la mujer samaritana (Juan 4), pero hasta ahora, nadie de la iglesia quería ir allá.

Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas que realizaba, mucha gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje. De muchos endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos, y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos. Y aquella ciudad se llenó de alegría.

Una vez más vemos esa poderosa combinación de palabra y milagros. Es importante “oír” y también “ver” para tener fe. Cuando los paralíticos caminan y los endemoniados son liberados, todos prestan atención. Esa ciudad fue transformada y llena de alegría. ¿No crees que es algo que el Señor quiere hacer por su gloria hoy también?

Un hombre complicado

Ya desde antes había en esa ciudad un hombre llamado Simón que, jactándose de ser un gran personaje, practicaba la hechicería y asombraba a la gente de Samaria. 10 Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le prestaban atención y exclamaban: «¡Este hombre es al que llaman el Gran Poder de Dios!»

Ahora hay un choque de reinos. ¿Quién va a ganar? Muchas veces en la obra misionera (o simplemente en la iglesia) encontramos una persona complicada. Hasta la llegada de Felipe, Simón era la superestrella en Samaria. Se hacía pasar por alguien grande. Al igual a Felipe (quien atrajo a toda la ciudad), todos prestaron atención a Simón. Era un hechicero, y con su poder diabólico podía asombrar (y engañar) a la gente. Este sería un caso difícil.

11 Lo seguían porque por mucho tiempo los había tenido deslumbrados con sus artes mágicas. 12 Pero, cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron. 13 Simón mismo creyó y, después de bautizarse, seguía a Felipe por todas partes, asombrado de los grandes milagros y señales que veía.

Ya sabemos que Felipe era un hombre lleno del Espíritu Santo y de sabiduría. A pesar de ser solo un diácono (y por muy poco tiempo), hizo todo bien:

  • Anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.
  • Bautizó a los nuevos creyentes.
  • Hizo grandes milagros y señales.

Ahora su ministerio sería probado. Simón ya tenía una larga historia en esa ciudad; quería experimentar el poder de Dios, y fue asombrado por las maravillas que hizo Felipe. ¿Realmente se había arrepentido? En este punto es difícil saberlo. Es posible que haya percibido que ya ha perdido su audiencia, y sería mejor ser parte de este nuevo movimiento. Parece que quería ser un líder en la iglesia, tal como lideraba con sus artes mágicas. Él también quería hacer milagros y señales. Andaba pegado a Felipe, y Felipe lo permitió. En sí, podría ser una buena oportunidad para discipular a alguien que ya tiene experiencia en el liderazgo. Simón podría  ser el primer pastor de esta iglesia nueva.

Hay gente que tiene interés en las cosas espirituales, y posiblemente en su ignorancia pueden aceptar las doctrinas de demonios. Hay poder satánico en la magia. Hay que tener mucho cuidado con esas cosas; engaña a la gente, y Felipe necesita mucha sabiduría para tratar con Simón.

Bautizados en el Espíritu

Aparentemente, los apóstoles no enviaron a Felipe a Samaria, y pasó un buen rato hasta que la noticia llegó a Jerusalén de que Samaria había recibido la palabra de Dios. A pesar del mandato de Jesús, el prejuicio judío contra los samaritanos dejó a los apóstoles con una duda de si fuera posible salvar a los samaritanos, y enviaron a las dos columnas de la iglesia para investigar:

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que los samaritanos habían aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. 15 Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 porque el Espíritu aún no había descendido sobre ninguno de ellos; solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y ellos recibieron el Espíritu Santo.

Que extraño. Felipe estaba lleno del Espíritu, pero a pesar de todas las manifestaciones del Espíritu Santo, y los muchos que recibieron el mensaje y fueron bautizados en agua (que en otras ocasiones incluyó el bautismo en el Espíritu), ninguno de los samaritanos había recibido el Espíritu. Algunos eruditos han postulado que fue para confirmar a los apóstoles que realmente fueron salvos, pero podemos notar algunas cosas importantes aquí:

  • Lo primero que hicieron cuando llegaron fue orar para que recibieran el Espíritu.
  • Había algo obvio para que supieran que no fueron bautizados en el Espíritu. Parece que en su experiencia, cuando alguien aceptó a Jesús y fue bautizado en agua, al mismo tiempo el Espíritu descendería con manifestaciones de lenguas, tal como en Pentecostés en el aposento alto y lo que Pedro predicó (Hechos 2:38).
  • Hay algunas sectas (la más común se llama “Apostólicos”) que no creen en la trinidad y dicen que hay que ser bautizado solo “en el nombre de Jesús.” Pero esa fue precisamente la razón dada aquí para no recibir el Espíritu: no fueron bautizados de acuerdo con el mandato de Jesús, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Tal vez Felipe nunca recibió una orientación sobre cómo bautizar a los nuevos creyentes.
  • Parece que o todos, o ninguno, recibieron el bautismo. En Pentecostés, todos fueron bautizados. Aquí, el Espíritu no había descendido sobre nadie. Parece que ahora todos recibieron el Espíritu.
  • Lo recibieron cuando Pedro y Juan impusieron las manos.

Un estudio de las ocasiones en Hechos cuando el Espíritu descendió revela una gran variación; no hay una sola forma de recibir el Espíritu. Puede ser en el momento de conversión, junto con el bautismo en agua o una experiencia única después de la conversión y el bautismo en agua. Lo esencial es recibirlo. Y tú, ¿ha descendido el Espíritu sobre ti? ¿Es una parte importante de tu ministerio asegurarse de que la gente haya recibido el Espíritu?

Simón pide el mismo poder para ministrar el bautismo

18 Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero 19 y les pidió: —Denme también a mí ese poder, para que todos a quienes yo les imponga las manos reciban el Espíritu Santo.

Había algo obvio e impresionante que sucedió con la imposición de manos, y Simón característicamente quiere ese poder. Podría ser que él era  sincero y solo ignorante de que no puedes comprar ese don. Simón parece ser alguien a quien no quieres ofender; tal vez solo necesita más tiempo en el discipulado, pero Pedro puede ver su corazón, y lo confronta:

20 —¡Que tu dinero perezca contigo —le contestó Pedro—, porque intentaste comprar el don de Dios con dinero! 21 No tienes arte ni parte en este asunto, porque no eres íntegro delante de Dios. 22 Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención. 23 Veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.

No puedes comprar el don de Dios o un puesto en la iglesia. Incluso un curso de seminario no te califica para administrar el don de Dios. Tienes que ser íntegro ante Dios y llamado por el Señor.

Pedro no le asegura a Simón el perdón de Dios por su pecado; dice “tal vez” el Señor le perdonará. Simón creyó, fue bautizado y andaba pegado a Felipe, pero no había un arrepentimiento genuino. Posiblemente necesitaba liberación de los espíritus inmundos de su tiempo practicando las artes mágicas. Con una palabra de ciencia, Pedro vio que todavía era un esclavo del pecado e iba camino a la amargura.

24 —Rueguen al Señor por mí —respondió Simón—, para que no me suceda nada de lo que han dicho.

Es común que alguien confrontado con su pecado y sus consecuencias parezca arrepentido. No sabemos si rogaron por él o si echaron fuera sus demonios. Los padres de la iglesia primitiva escribieron que Simón era un hereje.

Es posible tener fe e incluso ser bautizado, y no ser salvo. Y tú, ¿eres realmente salvo, libre de la esclavitud al pecado? Dice que Simón fue asombrado por las señales y milagros que vio. Hay gente que viene a la iglesia que se asombran por la presencia de Dios, la buena música, el amor y los milagros que pueden suceder. Quieren ser parte de algo tan hermoso, pero no hay arrepentimiento y no son salvos.

25 Después de testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de los samaritanos.

Una nueva tarea para Felipe

Felipe abrió el camino para que Samaria recibiese a Jesús. Ahora Pedro y Juan predicaban en muchas aldeas samaritanas, y dejaron la nueva iglesia en manos de Felipe. Pero Dios tiene otra tarea para él; Él le llama a dejar este hermoso avivamiento y una iglesia nueva para evangelizar a una sola persona:

26 Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza». 

No hay ninguna razón dada por este viaje. Sería fácil creer que fue el diablo que sacó a Felipe de un campo de ministerio muy fértil para ir al desierto, pero parece que Felipe estaba acostumbrado a recibir mensajes angelicales. Es un mandato claro, pero muy inconveniente. Primero tiene que caminar a Jerusalén (unos 43 km, o 27 millas), y luego caminar en el calor del desierto hacia Gaza (nadie sabe cuántos kilómetros caminó; todo el camino sería de 79 km, o 49 millas). Y sin saber por qué. Puede parecer loco.

27 Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar 28 y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carroza, leyendo el libro del profeta Isaías. 

Felipe no discutió con el ángel; simplemente obedeció y emprendió el viaje. Esa respuesta automática de obediencia abrirá muchas oportunidades para evangelizar y ser usado por el Señor. Dios está buscando hombres y mujeres disponibles, y parece que le cuesta encontrarlos. Puede ser que ninguno de los apóstoles en Jerusalén estuviera disponible. ¿Eres tú una persona de la que Dios puede depender, con quien puede contar para escuchar su voz y obedecerla? Debe ser tu meta.

¡Dios es soberano!

En este caso era alguien muy importante: un alto funcionario de la reina de los etíopes. Un hombre piadoso, él había viajado unos 4,220 km (2,622 millas) para adorar en Jerusalén. Y (¡por casualidad!) estaba leyendo Isaías.

Cuando andamos en obediencia al Señor, Él prepara el camino delante de nosotros. Él va a preparar a la gente y enviarte a ellos, o traerlos a ti. ¿Estás dispuesto a caminar horas en el calor del día para evangelizar a una sola persona? Dios empieza con cosas pequeñas, y cuando observa nuestra obediencia, nos brinda oportunidades cada vez más importantes. Esta fue una tarea muy importante. La tradición es que este hombre trajo el evangelio a Etiopía y estableció una iglesia que permanece hasta nuestros días.

29 El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».

Muchas veces nosotros queremos una visión amplia de la voluntad de Dios: “¿Cuál es el ministerio que tienes para mí? ¿Con quién me voy a casar? ¿Cuál es el propósito de mi vida?” Pero a menudo Dios nos guía paso a paso, esperando nuestra obediencia al primer paso para dirigirnos al siguiente. ¿Crees que Dios puede guiarte tan claramente como guio a Felipe aquí? ¿Tienes la fe para obedecer y acercarte a alguien que no conoces?

30 Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?

Felipe obedeció “de prisa” (NTV: corriendo). Dios no le dijo qué decir, pero nos da sentido común. Tenemos que observar lo que está sucediendo con la persona y buscar una entrada para hablar acerca de Jesús. Aquí es muy obvio: Está leyendo al profeta Isaías. Siempre es una buena pregunta para alguien a quien ves leyendo la Biblia (o literatura cristiana): “¿Entiendes lo que estás leyendo?

31 —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó— si nadie me lo explica?

Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. 

La puerta está abierta. Cuando alguien te invite a compartir a Cristo, ¡aprovecha la oportunidad! Siéntate con la persona (¡qué bendición después de horas caminando al sol!). Qué importante es conocer la Biblia y saber cómo responder las preguntas de los inconversos y explicar lo que dice la palabra.

32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente:

«Como oveja, fue llevado al matadero;
y como cordero que enmudece ante su trasquilador,
ni siquiera abrió su boca.
33 Lo humillaron y no le hicieron justicia.
¿Quién describirá su descendencia?
Porque su vida fue arrancada de la tierra».

34 —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe.

35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús. 

Otra vez vemos la poderosa mano del Señor, incluso guiando al eunuco a uno de los pasajes más claros acerca del Mesías en el Antiguo Testamento (Isaías 53). Es un capítulo muy bueno para evangelizar a un judío, y un capítulo muy especial para el eunuco. ¿Por qué? Yo siempre había pensado: “Qué hermoso. Este era un hombre muy especial. Un adorador de Dios. Un alto funcionario de la reina. Un hombre muy bendecido.” Y seguramente Dios lo había bendecido. Pero era un eunuco. No era un hombre, en el sentido de que entendemos ser un hombre. Fue vendido o sacado de su hogar cuando era niño. Le quitaron los testículos. Nunca podría casarse o tener hijos. Fue despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto y molido. Este eunuco viajó a Jerusalén en busca de esperanza y respuestas, y ahora volvió a casa leyendo sobre otro hombre despreciado y molido. Otro hombre que nunca tuvo relaciones con una mujer. Pero, ¿quién sería? Ahora Felipe le presenta a Jesucristo. ¡Claro que este eunuco quiere recibir a Jesús!

36 Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?

Allí están, en medio del desierto, y Dios milagrosamente proporciona agua justo a tiempo para que el eunuco tome la decisión de aceptar a Cristo. ¡Y el hombre quiere ser bautizado!

37 —Si cree usted de todo corazón, bien puede —le dijo Felipe.

—Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios —contestó el hombre.

El bautismo en agua es importante. Casi siempre en Hechos, en la iglesia primitiva, la gente se bautizó tan pronto como recibió a Cristo (por ejemplo, el día de Pentecostés en Hechos 2, y Pablo y Silas con el carcelero y su familia en Hechos 16). Pedro dijo que la condición es el arrepentimiento; aquí Felipe dice que se tiene que creer de todo corazón, y el eunuco hizo esa confesión de fe. Simplemente no hay fundamento bíblico para el bautismo infantil; un bebe no puede arrepentirse ni tener fe.

Yo estoy de acuerdo de que las clases tienen valor para asegurarse de que alguien entienda la salvación y el bautismo, pero no dieron clases en Hechos. ¿Has sido bautizado en agua como creyente?

38 Entonces mandó parar la carroza, y ambos bajaron al agua, y Felipe lo bautizó. 

39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, pero siguió alegre su camino. 40 En cuanto a Felipe, apareció en Azoto, y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos hasta que llegó a Cesarea.

Cuando Felipe terminó su tarea, el Espíritu se lo llevó. Siempre es bueno proporcionar un seguimiento (y es más fácil hoy en día con WhatsApp y las redes sociales), pero en este caso sería el Espíritu Santo quien lo proporciona. Este era un versículo popular en las prisiones: ¡la posibilidad de ser llevado milagrosamente a otro lugar!

Azoto era una de las ciudades principales de los filisteos, unos 35 km (22 millas) de Gaza. El camino a Cesarea sería de 105 km (65 millas), lo que le daría a Felipe muchas oportunidades para evangelizar. En Hechos 21, Pablo se quedó en la casa de Felipe en Cesarea, 25 años después. Parece que Felipe estableció la iglesia allá, y tenía a cuatro hijas solteras que profetizaban.

Un solo hombre disponible para Dios fue responsable de la transformación de una ciudad entera, y de la conversión de un hombre importante que trajo el evangelio a Etiopía. Dios puede hacer lo mismo contigo. ¿Tienes los oídos para escuchar su voz? ¿Estás disponible y dispuesto a obedecer su voz? Es una parte esencial de andar como Jesús anduvo.

 

Una amenaza a la unidad de la iglesia y su resolución; Hechos 6:1-7:70

El problema

1En aquellos días, al aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. 

Acabamos de ver las mentiras de Ananías y Safira y el intento del diablo de corromper a la iglesia con hipocresía. Fue la primera indicación de un problema dentro de la iglesia, pero ahora hay un problema con el potencial de dividirla.

He comentado que los apóstoles no respondieron al crecimiento de la iglesia con programas. Tampoco tenemos registro de que Jesucristo haya hablado de la importancia de alimentar a las viudas. Jesús nos mandó hacer discípulos, sanar a los enfermos, liberar a los endemoniados y amar. Pero el amor se manifiesta en la vida cotidiana, en el cuidado de los necesitados, y casi siempre toca la economía de alguna manera. Por su propia voluntad, los hermanos vendieron casas y terrenos (entregando el dinero a los apóstoles), por el impresionante resultado de eliminar de toda necesidad financiera en la iglesia. Ahora vemos que rápidamente establecieron un programa diario de distribución de alimentos a las viudas, que puede ser masivo en una iglesia de más de diez mil personas. Un programa tan grande invita a abusos y quejas. A pesar de la presencia de Dios en la iglesia, todavía son seres humanos, y había un problema.

Siempre habrá problemas, y por desgracia, siempre habrá quejas, incluso entre los redimidos del Señor. Era un problema fatal para los hebreos en el éxodo, y ahora también ha invadido la iglesia. Cuando el diablo no logra su resultado deseado con ataques desde el exterior, las murmuraciones (RVR) pueden destruir una iglesia desde adentro.

No es nada nuevo tener problemas de cultura, nacionalidad e idioma. Esas divisiones naturales prueban la unidad de cualquier iglesia, incluso la iglesia primitiva. Algunos de los creyentes hablaban griega. Se criaron en otras provincias del imperio, el resultado de la diáspora judía, y tenían una cultura muy diferente de los judíos de habla aramea en Judá. La diferencia en el idioma crea dificultades, y los hablantes de griega tendían a ser más prósperos y más estudiados. Pero eran “extranjeros,” y de alguna manera (ya sea realidad o percepción) en la distribución de alimentos, sus viudas fueron desatendidas (NTV: discriminadas). Es triste, pero la realidad es que la discriminación es demasiado común en la iglesia hoy, ya sea de raza, idioma, cultura, clase o cualquier otra diferencia que pueda existir entre nosotros. Siempre debemos vigilar y luchar contra esa discriminación.

La solución

Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra».

Los doce tomaron la iniciativa: No lo hizo en secreto; reunieron a toda la comunidad y presentaron una solución al problema. Parece que era una cuestión de prioridades y tiempo: los apóstoles no solo predicaron e hicieron el ministerio, sino también administraron estos programas. Es una prioridad que muchos pastores deben observar: Dedicarse a la oración y el ministerio de la palabra en lugar de ocuparse de los detalles de edificios y programas.

Su solución es delegar; otorgar a hombres fieles la responsabilidad de servir y atender a todas las viudas cuidadosamente, pero en lugar de escogerlos, los apóstoles confían en la iglesia para hacer esta selección y así mantener su propiedad del programa. Los apóstoles solo exigieron algunas características de los candidatos:

  1. Serian siete; el número de consumación en la Biblia.
  2. Hombres (y eran hombres) de buena reputación.
  3. Hombres llenos del Espíritu.
  4. Hombres llenos de sabiduría.

No eran cuestiones de habilidad sino de carácter y espiritualidad. Es importante tener en cuenta que las calificaciones para un ministerio de servicio son tan altas como para el ministerio de la palabra. A veces, la iglesia puede elegir un hombre de negocios exitoso o alguien altamente estudiado que parezca calificado para administrar los negocios de la iglesia, pero no tienen esas calificaciones espirituales. ¿Buscamos estas calidades en los diáconos en nuestras iglesias? ¿Tenemos incluso diáconos?

Esta propuesta agradó a toda la asamblea. Escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, un prosélito de Antioquía. Los presentaron a los apóstoles, quienes oraron y les impusieron las manos.

Cuando presentamos algo sabio, inspirado por el Espíritu, agradará a toda la iglesia. No dice cómo fueron elegidos, pero fueron presentados a los apóstoles. Ellos no cuestionaron su elección, pero oraron y les impusieron las manos para ordenarlos a este ministerio.

Todos tenían nombres griegos, lo que implica que incluso los que hablaban arameo tenían conocimiento de la cultura griega. Desde el principio, Esteban fue destallado como un hombre lleno de fe y del Espíritu. Fue nombrado primero y obviamente era un hombre especial. De los demás, vamos a conocer a Felipe en el capítulo 8, Nicolás era un prosélito (gentil que había aceptado la religión judía) de la ciudad de Antioquía y, por lo tanto, de habla griega. El grupo tendría la diversidad necesaria para atender bien a las viudas griegas.

El resultado

Y la palabra de Dios se difundía: el número de los discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

Este versículo sigue el patrón normal de Hechos; un resumen o retrato del estado de la iglesia. Este es el primero de seis resúmenes del crecimiento de la iglesia en Hechos (9:31, 12:24, 16:5, 19:20 y 28:30-31). El mensaje es claro: La naturaleza de la iglesia es crecer.

Con los apóstoles liberados de los detalles del programa de alimentación, se dedicaron a la palabra, que se difundía aún más. Cuando hacemos cosas en obediencia al Espíritu, veremos más crecimiento. Incluso muchos sacerdotes aceptaron a Jesús como su Mesías, y el número de discípulos aumentaba considerablemente (se multiplicaba grandemente, RVR). Ese éxito y crecimiento a menudo causan envidia y persecución.

Oposición levantada por celos

Esteban, hombre lleno de la gracia y del poder de Dios, hacía grandes prodigios y señales milagrosas entre el pueblo. 

¿Has notado la importancia de hombres que caminan con Jesús en el poder del Espíritu? Hasta ahora, en Hechos, Pedro se ha destacado, pero ya Dios está levantando a otros. Lamentablemente, este poderoso ministerio de Esteban será de corta duración, pero pronto veremos a Felipe, Pablo, Bernabé y otros que son instrumentos en las manos del Señor. ¿Puede que tú seas un hombre (o mujer) que Dios usa en señales y prodigios?

Seleccionaron a Esteban para coordinar el ministerio de alimentación de las viudas, pero está claro que tiene un llamado más amplio. Eso pasa mucho en iglesia; alguien puede empezar con un ministerio humilde, pero cuando sirve fielmente, Dios le abre otras puertas. Ya dijo que Esteban estaba lleno del Espíritu, de fe y de sabiduría, y tenía una buena reputación; ahora dice que estaba lleno de la gracia y el poder de Dios.

Algunos de la sinagoga llamada de los Esclavos Libertados, junto con algunos de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, comenzaron a discutir con Esteban. (DHH)

Ya hemos visto la tensión que invadió incluso la iglesia de Jesucristo, entre creyentes de habla aramea y griega. Tal como nosotros tenemos iglesias formadas en gran parte por un grupo étnico, así era entre los judíos también. Hay dos grupos nombrados aquí; los dos de una minoría:

  1. Una sinagoga compuesta de esclavos libertados y sus descendientes.
  2. Un grupo de extranjeros; judíos de nacimiento y algunos prosélitos, pero de una cultura distinta.

No sabemos por qué discutieron con Esteban. Posiblemente tenía algo que ver con la alimentación de las viudas, pero más probablemente con el poder de su ministerio de palabra y señales milagrosas, que atrajeron a muchos de esos grupos a Cristo.

10 Como no podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba Esteban, 11 instigaron a unos hombres a decir: «Hemos oído a Esteban blasfemar contra Moisés y contra Dios».

El hombre impío se frustra aún más cuando no puede hacer frente al cristiano. Esteban fue inspirado por el Espíritu Santo y ellos no podían competir con su sabiduría. Así que inventaron un caso, un caso muy serio, de blasfemia contra Moisés y contra Dios. El diablo los utilizó para instigar a otros, y lamentablemente muchos creyeron las mentiras. ¿Te suenan familiares las acusaciones contra Esteban? De tal palo, tal astilla;  dijeron lo mismo sobre Jesús (Marcos 14:64, Juan 10:33).

Debemos tener mucho cuidado hoy con lo que creemos en las redes sociales. Todos tienen sus opiniones y quejas. Las discusiones teológicas siempre son peligrosas, y pueden rápidamente descender en calumnia, mentiras e incluso demandas legales. Tenemos que resistir la tentación de caer en lo mismo.

Esteban ante el Consejo

12 Agitaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley. Se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo. 13 Presentaron testigos falsos, que declararon: «Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la ley. 14 Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dejó Moisés».

Estos no son los líderes de los judíos que agitan al pueblo; son de una sinagoga de extranjeros, pero solo unas pocas personas pueden causar caos. Con tanta gente, fácilmente se apoderaron de Esteban y lo llevaron ante el Consejo (o el Concilio) de los líderes judíos. Al igual que con Jesús, un juicio justo sería imposible con estas mentiras. Es interesante que sus acusaciones se centren en un edificio (el templo) y tradiciones. Este es el tercero (y más fuerte) de los intentos del diablo de destruir la iglesia.

¿Había alguna base para sus acusaciones? Es cierto que Jesús dijo que su cuerpo espiritual, la iglesia, tomaría el lugar del templo. Jerusalén ya no sería el centro del culto. Jesús también profetizó, correctamente, que ese templo sería destruido. De hecho, fue destruido por los romanos en el 70 d.C., y nunca fue reconstruido. Jesús también habló frecuentemente en contra de las tradiciones que los judíos guardaban fuera de la ley, más notable en el Sermón del Monte. Jesús mismo es el cumplimiento de la ley.

15 Todos los que estaban sentados en el Consejo fijaron la mirada en Esteban y vieron que su rostro se parecía al de un ángel.

No podían dejar de mirar al rostro de Esteban; nunca habían visto a un hombre tan parecido a un ángel. En la Biblia, solo el rostro de Moisés brilló así.

La predicación de Esteban

El capítulo seis es el capítulo más breve de Hechos; el séptimo es el más largo. La mayor parte de ese capítulo es la prédica de Esteban al Consejo. Empieza con un resumen de la historia de Israel, en cuatro épocas:

  1. Abraham y los patriarcas (7:2-8).
  2. José y el exilio en Egipto (9-19).
  3. Moisés y el éxodo en el desierto (20-44). Señala la rebelión del pueblo y su deseo de volver a Egipto como la primera evidencia de la dureza de sus corazones.
  4. David y Solomón y el establecimiento de la monarquía (45-50).

En cada una de esas épocas, la presencia de Dios no se limitaba a un solo lugar. Dios es un dios vivo, que se mueve y hace cosas nuevas. El Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas (7:48). Así, Esteban despreció la importancia que daban al templo (y nos da una pausa para reflexionar sobre nuestra atracción por los edificios).

Ellos escucharon atentamente hasta ese punto, pero entonces Esteban los condena y no pueden tolerar más:

51 »¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado 53 ustedes, que recibieron la ley promulgada por medio de ángeles y no la han obedecido».

Este es un hombre valiente, sin temor ninguno, sabiendo que probablemente lo matarían. Una y otra vez denuncia a estos líderes del país y de la religión:

  • Son tercos.
  • Duros de corazón.
  • Torpes de oídos.
  • Iguales a sus antepasados; siempre resisten al Espíritu Santo.
  • Igual a ellos, persiguen a los profetas de Dios.
  • Mataron a Juan el Bautista, quien anunció la venida del Mesías de antemano.
  • Traicionaron y asesinaron a Jesús, el Justo.

Tenían el gran privilegio de recibir la ley promulgada por medio de ángeles. ¡La misma ley que los acusadores de Esteban dicen que él habla en contra, y ellos no la han obedecido! Con esa condenación, ¿qué otra opción tienen estos líderes?

El primer mártir

54 Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.

56 —¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!

Las piedras no le importan a Esteban. ¡Ya ha visto a Jesús y la gloria del cielo! Pensamos en Cristo sentado a la diestra del Padre, pero aquí está de pie, tal vez listo para recibir a Esteban.

57 Entonces ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, 58 lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo.

Esta es la presentación de Saulo. Quizás él era parte del grupo de extranjeros, como era de Tarso y de habla griega. No participó en la lapidación, pero el primer versículo del capítulo ocho dice: Y Saulo estaba allí, aprobando la muerte de Esteban (¿por qué alguien separó ese versículo del capítulo siete?). Es casi como Saulo estuviera supervisando su muerte.

Es difícil aceptar el cambio y confesar estar equivocados. Por desgracia, a lo largo de los siglos de la historia de la iglesia, muchas personas murieron a manos de otros cristianos que no querían aceptar el cambio, no querían renunciar su posición y no querían confesar que estaban equivocados o en pecado.

59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba. —Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.— 60 Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!— Cuando hubo dicho esto, murió (griego: durmió).

Al igual que Jesucristo, mientras muere, pide perdón por sus asesinos. Y así murió el primer mártir cristiano. ¿Por qué permitiría Dios que alguien tan donado y piadoso muriera así? Esas son las preguntas que son difíciles de contestar. Pero ese día empezó una obra poderosa en la vida del joven Saulo, y la persecución resultó en un gran crecimiento para la iglesia.

Una liberación milagrosa de la cárcel; Hechos 5:12-42

Ya hemos visto un patrón en este libro: algún evento o milagro (el Espíritu derramado, el cojo sanado), una predicación (en ambos casos por Pedro), y luego otro retrato de la iglesia. En el capítulo cuatro hubo la primera oposición del establecimiento religioso a los apóstoles, pero no detuvo el crecimiento de la iglesia. Acabamos de ver un pecado fuertemente juzgado por el Señor, pero la iglesia sigue adelante. Puedes ver lo mismo en tu vida: estás caminando bien cuando sucede algo: una enfermedad, un accidente o una crisis económica. Al principio puede parecer un desastre, y puedas estar confundido y preguntar a Dios “¿por qué?”. Pero Dios te ayuda y terminas en paz; puedes ver la mano del Señor en la prueba. Se puede ver el mismo patrón en muchas de las experiencias de la vida de Cristo. Así es la vida cuando andamos como Cristo anduvo.

Una vida sobrenatural

Aquí está el retrato de lo que les está sucediendo a los creyentes ahora:

12 Por medio de los apóstoles ocurrían muchas señales y prodigios entre el pueblo; y todos los creyentes se reunían de común acuerdo en el Pórtico de Salomón. 

Hay un ambiente sobrenatural: fuego, avivamiento y mucha expectativa de manifestaciones del poder de Dios. Sigue el patrón evidente en el ministerio de Jesús: milagros y señales que preparan a la gente para la palabra. Esas predicaciones ya han ganado miles para el reino de Dios (aquí no se menciona la palabra, sino solo los muchos señales y prodigios).

Lo impresionante es la vida corporal de la iglesia y las reuniones diarias en el templo, en el Pórtico de Salomón; el mismo Pórtico donde Pedro predicó en el capítulo tres. Todos los creyentes estaban allí. Raramente hoy encontramos a todos los creyentes de una iglesia presentes para un culto, pero aquí el Señor se movía de tal manera que nadie quería perderse ninguna reunión. Y estaban de común acuerdo, unánimes (RVR y LBLA). Mantuvieron la unidad, a pesar de las multitudes de nuevos creyentes y la gran diversidad en la iglesia.

13 Nadie entre el pueblo se atrevía a juntarse con ellos, aunque los elogiaban. 14 Y seguía aumentando el número de los que confiaban en el Señor. 

Eso es extraño. Las multitudes se unieron a la iglesia, pero dice que de entre el pueblo (se supone de los judíos que no habían aceptado a Jesús) nadie se atrevía a juntarse con ellos. Es decir que había una distinción muy clara entre creyentes y los inconversos. Tal vez la experiencia de Ananías y Safira, o el temor que se menciona varias veces, los hizo sentir miedo, pero de alguna manera muchos lo superaron para confiar en Jesús y unirse a la iglesia.

Qué bueno que los inconversos tenían a los creyentes en gran estima, elogiándolos. Mantenían un testimonio muy bueno en su vida cotidiana, y contaron con el respeto de toda la comunidad. Sus vidas y su ejemplo atrajeron a los inconversos, lo que resultó en muchas conversiones. ¿No es ésta la iglesia que Jesús quiere? ¿No es eso lo que quieres tú en una iglesia? El compañerismo, la unidad, las manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios y una buena reputación con la gente fuera de la iglesia. ¿Crees que es posible hoy?

15 Era tal la multitud de hombres y mujeres que hasta sacaban a los enfermos a las plazas y los ponían en camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. 

Esto está afectando a toda la ciudad. Pedro se ha convertido en una súper estrella, con tanta unción y poder espiritual, y una reputación tan alta, que parece que su misma sombra cayendo sobre alguien podría sanarlo.

16 También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas.

Aquí hay dos palabras que ya se ven muchas veces en Hechos: “multitudes” y “todos.” ¡No es de extrañar que hubiera multitudes! Hay mucha fe y muchas expectativas. Cada persona enferma o atormentada salió sana. Trajeron enfermos de todos los pueblos vecinos. Es parecido a lo que hemos escuchado de algunos avivamientos hoy y en el pasado que han impactado a todo un país. Es una transformación. Todos hablan de este Jesús que sigue haciendo milagros por medio de sus discípulos.

El diablo dice “basta:” Los apóstoles metidos a la cárcel

Lamentablemente, cuando Dios se mueve con tanto poder, siempre habrá envidia, a menudo de otros pastores y otras iglesias, pero en este caso de los sacerdotes y líderes de los judíos. ¿Qué pueden hacer? Ya han amenazado a Pedro y a Juan, pero eso solo los envalentonó más. Sabemos que nuestra lucha no es contra sangre y carne (Efesios 6:12), sino contra los principados y potestades del maligno. Este es el segundo de tres intentos de parte del establecimiento religioso para detener la iglesia.

17 El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. 18 Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común. 

Esta es la segunda vez que fueron encarcelados. No dice exactamente quienes fueron; seguramente Pedro y Juan, pero posiblemente todos los apóstoles que Jesús nombro.

Otro “pero” de Dios

19 Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó. 20 «Vayan —les dijo—, preséntense en el templo y comuniquen al pueblo todo este mensaje de vida».

La Biblia está llena de “peros,” y este “pero” es poderoso. Nadie lo pidió ni lo declaró. Dios actúa soberanamente. Una cárcel no es un problema para Dios; Él simplemente manda a un ángel parar abrir las puertas y sacarlos de la cárcel. ¡Tantos reos le han pedido a Dios que envíe a ese ángel a su cárcel! Sabemos que Dios puede. ¡Gloria a Dios por esos milagros! Pero sabemos también que no es siempre así.

En lugar de esconderse, dejando a Jerusalén para ir a un lugar más tranquilo, o al menos no predicar en público en el templo, el ángel les ordena que aparezcan en el templo y continúen predicando.

¿Qué harías tú? ¿Eres obediente a compartir el mensaje de la vida a pesar de las consecuencias?

21 Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los ancianos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. 22 Pero, al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe: 23 «Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero, cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro».

Al amanecer hay tres escenas muy distintas:

  1. En el templo los apóstoles se ponen a enseñar. No pierden ni una hora para ministrar a la gente. No hay evidencia de temor; obedecen la palabra del Señor.
  2. En el gran salón de la asamblea general, los ancianos de Israel, encabezados por el sumo sacerdote, convocan al Consejo, con la esperanza de parar este movimiento. Ya sea crucifixión o cárcel, tienen que hacer algo para preservar su posición y la paz de Jerusalén.
  3. La cárcel está vacía, pero no hay evidencia de una fuga. Todo está en orden (¡el ángel cerró la puertas después de sacarlos!), pero hay una gran sorpresa adentro. Los guardias traen la noticia al Consejo.

24 Al oírlo, el capitán de la guardia del templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello. 25 En esto, se presentó alguien que les informó: «¡Miren! Los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el templo y siguen enseñando al pueblo». 26 Fue entonces el capitán con sus guardias y trajo a los apóstoles sin recurrir a la fuerza, porque temían ser apedreados por la gente. 

Qué bueno cuando la obra de Dios deja a sus enemigos perplejos. No hay explicación para su presencia en el templo, y ya tienen una gran audiencia en ese momento; tantos que los guardias temen ser apedreados por ellos. Los apóstoles no resisten; saben que están en la voluntad de Dios y confían en Él, pase lo que pase.

Los apóstoles ante el Consejo

27 Los condujeron ante el Consejo, y el sumo sacerdote les reclamó: 28 —Terminantemente les hemos prohibido enseñar en ese nombre. Sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte de ese hombre.

La raíz de su ira es la culpa por la muerte de Jesús. Es el nombre de Jesús que siempre es el problema. Tenemos que enseñar y ministrar en ese nombre, como si Jesús mismo estuviera hablando. Cuando enseñamos así, hay un impacto poderoso. Esta no es una “exageración evangelística” (que lamentablemente, muchos ministros cometen). La verdad obvia es que la ciudad está llena de esta enseñanza. Todos hablan de los milagros y la vida de la iglesia.

¿Cómo responderán los apóstoles? ¿Qué dirías tú?

29 —¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—. 

Pedro ya les dijo lo mismo la última vez. Es un tema delicado, porque la Biblia también enseña la importancia de obedecer a las autoridades que Dios ha establecido. Pero cuando hay un claro conflicto entre la voluntad de Dios y la de los hombres inconversos, tenemos que obedecer a Dios, a pesar de las consecuencias. Solo tenemos que estar seguros de que Dios realmente lo ha mandado, y no es simplemente una excusa para hacer lo que queremos hacer.

30 El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. 31 Por su poder, Dios lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Nosotros somos testigos de estos acontecimientos, y también lo es el Espíritu Santo que Dios ha dado a quienes le obedecen.

Dadas las circunstancias, uno podría esperar que Pedro diga algo para calmar al Consejo, pero fuertemente los acusa de ser responsables de la muerte del “Príncipe y Salvador.” Nuevamente, el enfoque sencillo de su breve mensaje es Jesús. Los  apóstoles son testigos del Cristo resucitado y no pueden dejar de compartir esta buena noticia de arrepentimiento y perdón de pecados que Israel necesita tanto. Y ellos no son los únicos, el Espíritu Santo de Dios también es testigo.

Pedro dice algo interesante sobre el Espíritu aquí: es un don, pero no para todos; es para aquellos que obedecen a Dios. Este Espíritu trabaja con nosotros hoy para testificar sobre Jesucristo. Pedro inicia y concluye sus palabras hablando de la obediencia. ¿Son estos líderes judíos obedientes a Dios? Pedro no lo dice, pero es obvio que él cree que no. Los apóstoles han experimentado las bendiciones de la obediencia, sobre todo la presencia del Espíritu Santo, y no van a arriesgar esa unción al desobedecer a su Señor.

¿Y tú? ¿Cómo está tu obediencia? ¿Puede que la desobediencia sea una razón por la cual no experimentas más de la plenitud del Espíritu?

La decisión del Consejo

33 A los que oyeron esto se les subió la sangre a la cabeza y querían matarlos. 

¡Es muy frustrante!

  • Crucificaron a Jesús para poner un fin a sus enseñanzas, y Dios lo resucitó.
  • Mandaron a los apóstoles que no hablaran más en el nombre de Jesús, y la evidencia de todas las sanidades y liberaciones, y el apoyo popular es tanto que tienen miedo de matarlos.
  • Los arrestan y los encarcelan, y un ángel abre las puertas de la cárcel.

Estos son hombre comunes, y el Consejo tiene mucho dinero y mucho poder, ¡pero son impotentes frente a los apóstoles! Pedro no hizo nada para acomodar al Consejo o tranquilizarlos. Están furiosos y decididos a matarlos, pero Dios tiene planes para ellos, y Él levanta a un fariseo con palabras muy sabias:

34 Pero un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la ley muy respetado por todo el pueblo, se puso de pie en el Consejo y mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles. 35 Luego dijo: «Hombres de Israel, piensen dos veces en lo que están a punto de hacer con estos hombres. 36 Hace algún tiempo surgió Teudas, jactándose de ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos sus seguidores se dispersaron y allí se acabó todo. 37 Después de él surgió Judas el galileo, en los días del censo, y logró que la gente lo siguiera. A él también lo mataron, y todos sus secuaces se dispersaron. 38 En este caso les aconsejo que dejen a estos hombres en paz. ¡Suéltenlos! Si lo que se proponen y hacen es de origen humano, fracasará; 39 pero, si es de Dios, no podrán destruirlos, y ustedes se encontrarán luchando contra Dios».

En estas situaciones es fácil responder con las emociones, y sobre todo la ira. Pocas personas analizan la situación, reflexionan sobre la historia y lo que ha sucedido en otras situaciones parecidas, y hablan sabiamente. Creo que Dios inspiró a Gamaliel a decir estas palabras.

Hay momentos en la escrituras cuando tenemos que recordarnos que algunas palabras son de gente que no conoce a Dios. Las palabras de Gamaliel se citan muchas veces, como garantía de que algo de origen humano fracasará y que algo de Dios no puede ser destruido. Puede ser cierto en muchos casos, pero también sabemos que hay muchas cosas de origen humano que han prosperado, y hay obras de Dios que han sido destruidas por hombres malevolentes. Es duro luchar contra Dios, pero muchos lo hacen.

Posiblemente Gamaliel había escuchado las enseñanzas de Jesús y tenía verdadera fe en Dios. Era nieto del famoso rabino Hillel y maestro de Saulo, y muy respetado por todo el pueblo.  Ciertamente, sus palabras expresan esa fe: dejar a los apóstoles en las manos de Dios.

Se dejaron persuadir por Gamaliel. 40 Entonces llamaron a los apóstoles y, luego de azotarlos, les ordenaron que no hablaran más en el nombre de Jesús. Después de eso los soltaron.

Aceptaron lo que surgió Gamaliel y los soltaron, pero no antes de azotarlos y ordenarles que no hablaran en el nombre de Jesús.

No dejan de andar con Jesús

41 Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre. 42 Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.

Al igual que la primera vez (en el capítulo 4) que amenazaron a los apóstoles, esto solo sirvió para animarlos aún más. No pueden dejar de enseñar y anunciar las buenas nuevas; cada día están ministrando no solo en el templo sino también de casa en casa. Así otra vez la porción termina con un retrato de la iglesia victoriosa.

Dios convertirá el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza (Oseas 2)

El libro de Oseas empieza con una fuerte denuncia del pueblo de Israel y su pecado, y un llamado al arrepentimiento (Oseas 1:2): El país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!

Dios, el amante de corazón roto por el adulterio de su “esposa”

Dios le dio a Oseas un mensaje que retrata la relación de Dios con su pueblo como un matrimonio. Dios lo acusa de infidelidad, de adulterio. Él ha hecho todo por ellos, pero han perseguido a otros dioses, adorando a los ídolos y a Baal. No significa que no sean religiosos; siempre guardan los sacrificios, el sábado y los días de fiesta. Pero con un corazón adúltero, esas cosas no agradan a Dios, y Él dice:

11 Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades.

Siempre hay consecuencias del adulterio, y siempre hay consecuencias de nuestra infidelidad y pecado.

De repente han puesto fin a todos los cultos y programas de las iglesias. ¿Podría ser una oportunidad para evaluar si realmente exaltan a Dios y lo complacen? ¿Para escudriñar nuestros corazones?

Dios destruirá los símbolos de la “vida buena” que disfrutaron como resultado de su adoración al dinero, el éxito y el placer:

12 Devastaré sus vides y sus higueras,
que consideraba la paga de sus amantes.
Las convertiré en maleza,
y los animales del campo acabarán con ellas.

Con el colapso de la economía, nos enfrentamos a la pérdida de un estilo de vida que puede ser más importante que nuestro amor a Dios y obediencia a Él.

13 La llamaré a cuentas por los días
en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses,
cuando se adornaba con zarcillos y joyas,
y, olvidándose de mí, se iba tras sus amantes
—afirma el Señor—.

¿Cuántas personas se han olvidado de Dios en su búsqueda de sexo ilícito, pornografía, horas de entretenimiento de Netflix y los “falsos dioses” de este mundo? Dios nos llama a cuentas por todas esas cosas, y las oportunidades perdidas para pasar tiempo con Él y ministrar a los demas. Nos llama a buscarlo de todo corazón.

El amante todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta

A pesar de ese pecado, ¡hay esperanza! ¡Dios siempre ama a sus hijos e hijas! Tiene un corazón dolorido como el de un amante rechazado, pero hará todo lo posible para conquistarnos de nuevo:

14 «Pero luego volveré a conquistarla.
La llevaré al desierto
y allí le hablaré tiernamente.

Como un hombre en el cortejo, Él nos llevará a un lugar para hablarnos tiernamente. ¿Puede este tiempo ser ese “desierto”? Otras versiones dicen que nos “atraerá” y nos “seducirá.” Escucha para la voz tierna del Señor.

15 Le devolveré sus viñedos
y convertiré el valle de la Aflicción en una puerta de esperanza.

Solo Dios en su gran amor puede convertir el valle de la Aflicción, el valle de la sombra de la muerte, en una puerta de esperanza. Dios quiere devolver lo que ha comido la langosta. Hay una puerta de esperanza ante de ti. Puede ser una puerta estrecha que entra en un camino angosto, pero la puerta se abre a una relación de amor con Dios.

Allí se me entregará
como lo hizo hace mucho tiempo cuando era joven,
cuando la liberé de su esclavitud en Egipto.

¿Te acuerdas de esos días cuando primero conociste a Jesús? ¿Cuándo Él te perdonó y te libró de tu pecado? ¿Y tú le entregaste todo a Él? Ya es tiempo volver al primer amor.

16 Al llegar ese día —dice el Señor—,
me llamarás “esposo mío”
en vez de “mi señor”.

¿Qué es la diferencia? El “señor” es alguien distante, que puede ser exigente. Dios quiere el amor, el compromiso y la fidelidad de una esposa.

17 Oh Israel, yo borraré los muchos nombres de Baal de tus labios
y nunca más los mencionarás.

Los falsos dioses ya han perdido su atracción. ¡Estás enamorado de Jesús! Ya no tienes que buscar ningún otro dios.

19 Te haré mi esposa para siempre,
mostrándote rectitud y justicia,
amor inagotable y compasión.
20 Te seré fiel y te haré mía
y por fin me conocerás como el Señor.

Qué triste. Después de tanto tiempo, por fin me conocerás como el Señor. ¡Dios quiere intimidad contigo! Varón, Él quiere mostrarte el mismo amor que tú tienes por tu esposa. Él toma la iniciativa, tal como un hombre inicia la relación con una mujer:

  • Te hará su amado, el suyo, para siempre.
  • Te mostrará rectitud y justicia.
  • Te mostrará amor inagotable.
  • Te mostrará compasión.
  • Te será fiel.

¡Y eso después de nuestra rebelión e infidelidad! Sí, en medio de este valle de la Aflicción, Dios te abre una puerta de esperanza. Una relación con Jesucristo, con el Dios vivo, como nunca la has tenido.

La economía de la iglesia primitiva: Hechos 4:32-5:11

El patrón que ya hemos observado en Hechos es evidente en esta porción:

  1. Una introducción que describe la iglesia.
  2. Algún evento que la impacta.
  3. El resultado del mover del Espíritu Santo.

Introducción: La unidad caracteriza la iglesia

4:32 Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar (RVR: un corazón y un alma).

Esta unidad es muy importante. Cuando esperaban el bautismo del Espíritu, estaban unidos en oración en el Aposento Alto. Pedro y Juan subieron juntos al templo, y fueron encarcelados juntos. En el verso 24 de este capítulo, todos oraron unánimes. Ahora, a pesar del fuerte crecimiento, mantenían esa unidad. Eso es muy impresionante, dada la diversidad de la iglesia:

  • Creyentes de varias naciones y provincias de Israel.
  • Fariseos, saduceos y levitas.
  • Gente despreciada, como prostitutas y publicanos (recaudadores de impuestos).

¡En cuestión de semanas, miles de personas fueron añadidas a la iglesia!

¡Qué difícil es para nosotros mantener la unidad, incluso en una iglesia pequeña! Una revisión de Facebook revela las muchas divisiones en la iglesia universal; creo que sería difícil encontrar una iglesia grande con todos de “un solo sentir y pensar.” ¿Qué programa tenían que podamos duplicar para tener “un corazón y un alma” entre los hermanos en nuestras iglesias?

La respuesta no es un programa; la respuesta es la plenitud del Espíritu Santo y la dedicación a la oración. La respuesta es el dinamismo de muchos milagros y nuevas personas añadidas a la iglesia todos los días.

Jesús oró por nuestra unidad la noche de su arresto (Juan 17:21-23). Cuando Cristo realmente sea la Cabeza y el Espíritu se mueva, tendremos esa unidad. Es hermoso ser de un solo sentir y pensar, con tu conyugue, y con todos los hermanos de tu iglesia. ¡Es posible! Tenemos que orar y buscar esa unidad. Cristo no quiere que su cuerpo esté dividido o contencioso.

El impacto de esa unidad

Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones (TLA: nadie se sentía dueño de nada), sino que las compartían (RVR: tenían todas las cosas en común).

Disfrutar tanto amor y unidad naturalmente resulta en compartir todo. Están tan ocupados en oración, adoración, enseñanza de la Palabra, servicio y evangelismo que esas posesiones simplemente no importan. Mira las palabras que Lucas usa aquí: “nadie” y “ninguna.” No son solo los ricos o algunos hermanos muy generosos; el Espíritu ha tocado cada corazón. No es solo ropa vieja o ese televisor extra; son todas sus posesiones. Pero no predicaron la eliminación de la propiedad privada. No es pecado tener posesiones. Dice que no “consideraban” las posesiones como propias. Le entregaron todo a Cristo; todo estaba a su disposición.

Igual a todo lo que hemos visto hasta acá en Hechos, no es un programa. No tenían que entregar una lista de sus posesiones para “depositar” en un “banco” de la iglesia. Nadie fue juzgado porque mantenía algo en su poder. No era un requisito para ser parte de la iglesia. Todo fue guiado por el Espíritu. Cuando obligamos a la iglesia a compartir todo lo que tienen, estamos bajo la ley nuevamente, y no hay ninguna ley bíblica que nos exige a compartir todo. Es algo que viene de un corazón agradecido a Dios.

La eliminación de necesidad económica

33La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, 34 pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas 35 y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.

La gracia de Dios se manifestó en la eliminación de la necesidad financiera en la iglesia. Nadie se enriqueció; de hecho, quienes poseían casas o terrenos los vendían, para poner el dinero a disposición de la iglesia. Dios bendice a su iglesia por medio de los hermanos mismos. No estaban predicando prosperidad; era una distribución para dejar a todos al mismo nivel. Dios no quiere a nadie en necesidad en su iglesia. El ejemplo de Pablo en las colecciones que recibió para las iglesias necesitadas confirma que no es solo dentro de una iglesia, sino que las iglesias ricas en países prósperos deberían compartir con sus hermanos en países pobres que tienen casi nada. Que tal necesidad exista en algunas partes del mundo revela el pecado de los creyentes ricos.

Esto puede sonar como socialismo o comunismo, pero hay algunas diferencias importantes:

  • Fue voluntario. La Biblia nunca dice que es pecado tener su propia casa o terreno.
  • No involucró todas las propiedades. La iglesia nunca debe obligar a nadie a vender su casa.
  • Nunca menciona que vender propiedades o diezmar era un requisito para ser bautizado y ser parte de la iglesia.

Con tanto dinero llevado a la iglesia, habría una gran tentación de abusar de ello. Si seguimos este ejemplo de la iglesia primitiva, necesitamos procedimientos y procesos muy claros y transparentes para garantizar que todo el dinero se maneje de una manera responsable y digna del Señor.

Dos ejemplos de ventas de propiedades

Aunque la división del capítulo (que se agregó siglos después, en el siglo XIII) separa estos dos ejemplos, está claro que Lucas los presenta como comparación y un contraste de cómo funcionó esta venta de propiedades.

Primero, un buen ejemplo:

36 José, un levita natural de Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa: Consolador), 37 vendió un terreno que poseía, llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.

Aquí se presenta a un hermano que tendrá una parte muy importante en el ministerio de Pablo. Él era de la tribu sacerdotal y nativo de Chipre, una isla en el mar Mediterráneo y un destino para dos de los viajes misioneros de Pablo (el primero fue con este Bernabé). El hecho de que se haya señalado la venta de su propiedad es evidencia de que no todos vendieron sus terrenos.

Judas Iscariote era el tesorero de los apóstoles, y era ladrón, pero ahora, bajo la guía del Espíritu Santo, los apóstoles manejan grandes cantidades de dinero, que fue literalmente puesto a sus pies.

Segundo ejemplo

A pesar de la poderosa presencia del Espíritu, el pecado todavía existía en la iglesia. Dios lo juzga fuertemente como una advertencia a toda la iglesia: No juegues con Dios (o con su iglesia).

5:1-2 Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles.

No parece haber ningún problema. No es pecado quedarse con parte del dinero. Es bueno que haya llevado la otra parte a los pies de los apóstoles. Nadie se vio obligado a darles todo el dinero de una venta. El problema aquí era otro. A veces el pecado no es el acto en sí, sino el corazón y el motivo de la persona.

Un esposo puede engañar a su esposa, mentir acerca de una ofrenda hecha a la iglesia y quedarse con un dinero para algún motivo indebido, pero Ananías lo hace en complicidad con su esposa.

—Ananías —le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres, sino a Dios!

Pedro confirma que la propiedad privada no es ilícita. Incluso el monto donado a la iglesia es nuestra decisión (ojalá guiada por el Espíritu). El problema aquí es el engaño y la mentira. Quieren impresionar a la iglesia con su generosidad y esconder algo de los apóstoles. Es la misma hipocresía que Jesús condenó fuertemente.

Pedro reconoce que la fuente de este pecado es el padre de la mentira, el engañador. Aunque no podemos atribuir todo pecado al diablo, el Espíritu le revela a Pedro que Satanás inspiró esto. Es la primera mención de Satanás trabajando en una iglesia que hasta ahora parecía casi perfecta. Está claro que el diablo puede trabajar así en un creyente e incluso llenar su corazón. El dinero puede ser un área vulnerable para muchos cristianos.

La mayoría de los cristianos no consideran que mentir es un pecado muy grave. Mentirle a un pastor sobre algún ministerio realizado en la iglesia o tal vez una cantidad de dinero ofrendado es bastante común. Pero Apocalipsis 21:8 incluye los mentirosos entre aquellos que están destinados al lago de fuego (junto con los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas y los idólatras). Mentir a un líder de la iglesia es mentirle al Espíritu Santo que mora en esa persona; le está mintiendo a Dios (y al decir eso, Pedro afirma que el Espíritu es divino, es Dios). Nuevamente, vemos en Pedro un denuedo que proviene de Dios, inspirado por la revelación de la verdad y el conocimiento de lo que está sucediendo en la vida de una persona. ¿Tienes ese denuedo para enfrentar mentiras y pecados en tu iglesia?

¿Qué hay de mentir en tu vida? ¿Has mentido a un pastor? ¿Has tratado de engañar a la iglesia para que parezcas más santo e impresiones a sus líderes? ¿Eres más como Bernabé, o Ananías?

Al oír estas palabras, Ananías cayó muerto. Y un gran temor se apoderó de todos los que se enteraron de lo sucedido. Entonces se acercaron los más jóvenes, envolvieron el cuerpo, se lo llevaron y le dieron sepultura.

Tal como al principio de la nación de Israel en Éxodo, cuando Dios juzgó fuertemente el pecado, aquí, al comienzo de la iglesia, Él quiere impresionarla con la gravedad y las consecuencias del pecado. Con razón, un gran temor se apoderó de todos los que escucharon este suceso. ¿Dónde está ese temor en la iglesia hoy? ¿Cuántos morirían si Dios juzgara las mentiras y otros pecados de esta manera? Sí, la paga del pecado es siempre la muerte; eternamente, y a veces ahora también.

Esta historia es similar a la tragedia de Acán (Josué 7) en la conquista de la Tierra Prometida. Él y su familia perecieron debido a su avaricia y desobediencia.

Unas tres horas más tarde entró la esposa, sin saber lo que había ocurrido. —Dime —le preguntó Pedro—, ¿vendieron ustedes el terreno por tal precio?

Dios a menudo nos da la oportunidad de confesar, arrepentirnos y salvar nuestras vidas. Safira tuvo la oportunidad de decir la verdad; en lugar de confrontarla con la mentira de su esposo, Pedro le da una salida de la tentación, pero ella no la toma:

—Sí —dijo ella—, por tal precio. —¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? —le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora te llevarán a ti. 10 En ese mismo instante ella cayó muerta a los pies de Pedro. Entonces entraron los jóvenes y, al verla muerta, se la llevaron y le dieron sepultura al lado de su esposo. 

Antes, Pedro dijo que Ananías le mintió al Espíritu, ahora dice que pusieron a prueba .eal Espíritu. ¡No juegues con Dios! ¿Hay cosas que tú has hecho para poner a prueba el Espíritu? Podría ser que Dios está dándote la oportunidad, como Pedro le dio a Safira, de confesar tu pecado y arrepentirte.

Algunos han dicho que la sorpresa de las noticias de su esposo la mató, pero creo que fue Dios quien lo hizo.

Resultado

11 Y un gran temor se apoderó de toda la iglesia y de todos los que se enteraron de estos sucesos.

Sí, había milagros, gozo, amor y vidas transformadas en la iglesia primitiva. ¡Gloria a Dios! Pero ahora hay un fuerte recuerdo de que Dios es santo. Es el mismo Dios del Antiguo Testamento que no puede soportar el pecado; quiere el cuerpo de su Hijo puro y sin mancha. Él es paciente y misericordioso, pero también hay un juicio venidero. Puede ser ahora o más tarde, pero todo pecado que no sea confesado y abandonado será juzgado. Gran temor se apoderó de toda la iglesia, y también de la gente de la comunidad, fuera de la iglesia.

¿Es posible vivir la economía de la iglesia primitiva hoy?

Igual al esfuerzo de muchos para minimizar las enseñanzas de Jesús y la Biblia en general, muchos eruditos y pastores están listos para decir que esta economía era única para esa época; nosotros no podemos experimentarla hoy. Es cierto que no se presenta como modelo para toda la iglesia en todas las edades, aunque Jesús enseñó cosas parecidas y radicales acerca del dinero y las cosas materiales (lee los capítulos 16 – 18 en el segundo libro de esta serie, El ADN del Reino).

A lo largo de los siglos ha habido muchos intentos de seguir este modelo, en monasterios y comunidades cristianas. La mayoría de ellos han fracasado, a menudo con abusos e incluso delitos. Grandes cantidades de dinero nos presentan con muchas tentaciones e incluso el pecado de Ananías y Safira. Como la Biblia enseña varias veces, es más difícil para los ricos seguir fielmente a Cristo. El hombre pobre que no tiene nada que vender estaría exento del pecado de esta pareja.

Hay unos principios importantes aquí para tu reflexión:

  1. Esta economía fue el resultado directo de la manifestación y plenitud del Espíritu Santo en la iglesia. No podemos organizarla ni gestionarla; tiene que ser obra del Espíritu, o fracasará.
  2. Necesitamos transparencia y normas claras en el manejo de las ofrendas. Tenemos que hacer todo lo posible para evitar abusos con el dinero de la iglesia.
  3. Dios quiere igualdad entre sus hijos. El patrón bíblico es que aquellos con más recursos los comparten con aquellos que tienen pocos: Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia (Deuteronomio 15:4).
  4. Tenemos que evaluar la tendencia actual de predicar la prosperidad y aprobar el materialismo y avaricia de nuestro mundo.
  5. El Espíritu puede guiarte a vender una propiedad u otra cosa para ofrendar a la iglesia.
  6. Siempre debemos evitar la hipocresía y el deseo carnal de impresionar a otros con nuestra espiritualidad.
  7. Es demasiado fácil y común pasar por alto los pecados en la iglesia (como él de Ananías y Safira). Algunas veces Dios soberanamente disciplina a alguien, pero necesitamos líderes con el discernimiento del Espíritu (como Pedro) y procedimientos para la disciplina en la iglesia. Demasiados pastores recibirían cualquier ofrenda sin cuestionar los detalles, como si el dinero fuera robado o sucio.
  8. Dos veces ya en Hechos hemos visto este intercambio de recursos:
    1. 2:44-45: Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común:vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.
    2. 4:34-35: No había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.
    3. La repetición señala su prevalencia e importancia.

Es notable cómo la iglesia primitiva seguía las huellas de su Maestro. ¿Y tú? No necesariamente tienes que vender tu casa, pero ¿has puesto todas tus posesiones a los pies de Cristo? ¿Estás ofrendando fielmente a tu iglesia? ¿Has caído en la trampa del materialismo y prosperidad del mundo? Si eres pastor, ¿cómo puedes ayudar a tu iglesia eliminar necesidad financiera?