Corinto: Lo bueno, lo malo y lo feo 1 Corintios 1:4-17

Lo bueno: Acción de gracias por lo que Dios ha hecho

Pablo casi siempre comienza sus cartas con acción de gracias, algo positivo, antes de criticar.  Es fácil ir directamente al problema y ofrecer una solución; es posible que lo hayas intentado con tu esposa. ¡Espérate! Primero párate y piensa en lo bueno de la relación, y enfócate en lo positivo. ¡Sigue el ejemplo de Pablo con tu cónyuge, familia y hermanos en la iglesia!

Siempre doy gracias a Dios por ustedes, pues él, en Cristo Jesús, les ha dado su gracia. Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en ustedes nuestro testimonio acerca de Cristo, de modo que no les falta ningún don espiritual mientras esperan con ansias que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

¡Este breve párrafo está lleno!

  • Pablo siempre agradece a Dios por ellos. Mantén esa actitud de gratitud hacia tu familia e iglesia imperfectas.
  • Tenían una relación complicada y a menudo difícil, algo similar a la relación padre-hijo.  Pablo los amaba, pero también sufrió por su pecado y el rechazo de su autoridad.
  • Recibimos la gracia de Dios a través de Jesucristo, en relación con Él.
  • Somos unidos a Cristo.  Fluyendo de esa unidad, Dios ya nos ha llenado con toda riqueza.  ¿Te sientes rico? ¡No busques las riquezas del mundo!  Ya tienes toda riqueza, en palabra y conocimiento.  Ahora hay que descubrir y desarrollar esas riquezas.
  • Pablo les había testificado acerca de lo que Cristo hace, y ese testimonio ha sido confirmado en ellos.  Su testimonio incluyó los dones espirituales que Cristo reparte a sus discípulos; no había falta de ellos entre los corintios. ¿Hay abundancia de dones en tu iglesia?
  • También vivían con la esperanza de un reino venidero, de la venida de Jesucristo. Jesús ya está presente entre nosotros, pero se manifestará cuando regrese. ¿Estás esperando ansiosamente su venida?  ¿O estás tan cómodo en este mundo que no piensas mucho en el cielo?
  • A pesar de todos sus problemas, Pablo confía en que Cristo los mantendrá firme hasta el final.  ¡Qué promesa preciosa!  ¡Cristo es por ti! SoloCristo te mantendrá firme; tú no puedes en tu propia fuerza.
  • Cristo quiere que tú seas irreprochable cuando venga.  Está trabajando ahora para preparar a su novia.
  • Pablo ya dijo que fueron llamados a ser un pueblo santo; ahora dice que son llamados a tener comunión con Jesús.  Quienes somos, en relación con Dios, es más importante que lo que hagamos. ¿Cómo está tu comunión con Cristo?
  • Podemos ser infieles, pero Dios es fiel.

Lo malo: Divisiones en la iglesia

A pesar de todas estas bendiciones, no todo está bien en la iglesia: No hay unidad; hay divisiones en el cuerpo de Cristo.

10 Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.

Ésta es la súplica de Pablo por cada iglesia:

  • Que todos vivan en armonía, que estén de acuerdo.
  • Que no haya divisiones entre los hermanos.
  • Que se mantengan unidos.
  • Que tengan un mismo pensar.
  • Que tengan un mismo propósito.

Suena como la oración de Jesús en Juan 17.  Allí, el Hijo de Dios estuvo suplicando no solo por una iglesia, sino por toda la iglesia. ¡Imagina la potencia de la iglesia si tuviéramos el mismo propósito!

  • ¿Por qué actuamos como si fuese imposible?
  • ¿Por qué hay cristianos sospechosos de otros creyentes que promuevan la unidad?
  • ¿Compartes la carga de Pablo por la unidad de la iglesia?
  • ¿Cómo está la unidad en tu iglesia?
  • ¿Qué estás haciendo para fomentar la unidad (u obstaculizarla) en tu iglesia y con otras iglesias?

 11 Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes.

En la prisión se llama “chota.”  Nadie estima a un chismoso. El apóstol o el pastor debe saber lo que está sucediendo en la iglesia, pero ¡ten cuidado!

  • Discierne bien el espíritu de la persona que trae la información.
  • Cuidado con el favoritismo.
  • Busca una confirmación de alguien confiable.
  • No des lugar al chisme.

12 Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo.» 13 ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O es que fueron bautizados en el nombre de Pablo?

Me parece que hay rivalidades en la mayoría de las iglesias: Entre aquellos que quieren ser un líder del equipo de adoración, o de los diáconos, o de los ancianos; competencia para ser el mejor predicador u orar con más fervor. ¡Que Dios nos libere de esas rivalidades!

En este caso la rivalidad se centraba en la lealtad a un apóstol.  Los “más espirituales” dijeron que solo seguían a Jesús, y no a ningún hombre.  ¿No es ésta la situación en la iglesia hoy?  Hay un sinnúmero de apóstoles, y cada uno tiene sus seguidores. Me parece que hay más lealtad hacia hombres (y menos unidad) que nunca.

Es una tentación para el predicador exitoso  sentirse orgulloso de todos sus seguidores, su sitio web y su programa en la televisión. A él le gusta cuando alguien dice “yo voy a la iglesia del tal y tal.” ¡No tomes el lugar de Jesucristo!  ¡Es su iglesia!  ¡Es su cuerpo!

 14 Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo, 15 de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. 16 Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de éstos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. 17 Pues Cristo no me envió a bautizar sino a predicar el evangelio, y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia.

Cuando llenamos nuestra predicación y nuestros libros con discursos de sabiduría humana, la cruz de Cristo pierde su eficacia.

Jesús no bautizó a nadie, pero nos mandó a nosotros a bautizar.  Pablo sabía que no fue llamado a bautizar, y él mismo bautizó a muy pocos.  Siempre tenía varios hermanos para ayudarlo, o los líderes de la iglesia local bautizaron. En este caso fue provechoso, porque estaba más claro que fueron bautizados en identificación con Jesús, y no con Pablo. Evita todo lo que te llame la atención a ti mismo.

Lo feo

Vemos en esta introducción un corazón cargado.  Pablo ama a esta iglesia. Está muy agradecido por su crecimiento y todo lo que Cristo ha hecho por ellos, pero sabe que sus divisiones apagan el Espíritu, y conoce muchos otros problemas, que abordará en esta carta. Debajo de la fachada de la espiritualidad, los corintios están feos. Podemos tener mucha confianza, pero podríamos estar realmente en una situación muy peligrosa. ¿Podría ser que estamos tan feos como los corintios?

 

Humildad Falsa

¿Es tu corazón un templo limpio y humilde; una morada apropiada para el Señor del universo? Por desgracia, he hablado con muchos cristianos que no están experimentando la presencia sanadora del Señor. Pueden estar quebrantados de corazón y parecer contritos, pero solo Dios sabe si son humildes. Un arrepentimiento genuino es necesario para ser contrito. Es común ser engañado y creer que eres humilde, cuando en realidad es otra manifestación del orgullo llamada humildad falsa, la cual quita al cristiano la bendición de la presencia de Dios. Un padre de la iglesia primitiva, Chrystosomos, dijo: “Hay un extraño orgullo que se presenta como el estándar de la humildad. Esta falsa humildad es casi en su totalidad producto de la hipocresía santurrona.”

¿Cuáles son las características de una humildad falsa?

  • Un enfoque en el “yo.” La persona humilde se olvida de sí misma. Por su propia naturaleza, la humildad no habla de sí misma ni atrae mucha atención a sí misma. Muchas veces la persona humilde no cree que sea humilde. Es muy consciente de su pecado y su necesidad de Cristo.
  • La humildad falsa es una fachada que puede parecer humilde. La persona habla mucho sobre su humildad. Pablo dice de tales personas en 2 Timoteo 3:5: Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!(DHH: No tengas nada que ver con esa clase de gente.)
  • Problemas con la autoestima. No tiene un concepto saludable o una perspectiva clara de sí mismo. En un momento dice que él no es nada y no merece nada; en el otro momento se jacta y anhela la aprobación y elogio de otras personas. Los que se exaltan a sí mismos muchas veces tienen una autoestima muy baja. La falsa humildad no es atractiva.
  • No experimenta la gracia y la libertad del Espíritu. La persona con una falsa humildad experimenta lo que dice Romanos 7:24: ¡Soy un pobre miserable! Todavía está bajo la ley, trabajando para ser un buen cristiano, y nunca procede a Romanos 7:25: ¡Gracias a Dios soy librado de este cuerpo mortal por medio de Jesucristo nuestro Señor! 
  • Manifiesta una modestia falsa que no puede aceptar elogios genuinos de otros. Unos ejemplos:
    • “¡Que buena prédica!” “Oh, no fue nada. Toda la gloria a Cristo. Es su Palabra;” pero en su interior quiere escuchar aún más alabanzas.
    • “Qué bonita está esa camisa.” “Oh, es vieja;” pero realmente la compraste el otro día y pagaste mucho. En realidad estás esperando más elogios sobre la camisa.
    • “Eso fue un muy buen estudio.” “Gracias, pero creo que no fue muy bien. Lo hice a toda prisa;” pero realmente agonizabas horas con el estudio y esperabas esos cumplidos.

La persona humilde acepta con gracia un cumplido, pero no lo necesita para fortalecer su ego. Puede gozarse en el fruto de sus propios logros, pero también regocijarse con otros que Dios ha bendecido. La humildad falsa manipula a otros para recibir más elogios. No es honesta ni genuina.  La persona verdaderamente humilde sabe quién es, y no tiene que demostrar nada a nadie. Manifiesta el gozo y la confianza que da Dios, que atraen a los demás. La humildad no significa que debemos derrumbarnos. No confundas la humildad con el desprecio propio, que es una manera de vivir tímida y buscar excusas.

Verdadera humildad

La verdadera humildad es un realismo informado por la Biblia, la cual celebra las habilidades genuinas que Dios nos ha dado y también reconoce nuestras debilidades. Pablo es un buen ejemplo, como escribe en 1 Corintios 15:9-10: Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. (Si se para allí sería humildad falsa.) Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo sino la gracia de Dios que está conmigo.

Un ejemplo aún mejor, como en toda la vida, es nuestro Señor Jesucristo. Estudia su vida para ver un ejemplo de una autoestima saludable.

Si crees que esta falsa humildad te describe, no te condenes a ti mismo ni te desanimes. Dios te está abriendo los ojos porque te ama y anhela morar en ti. Una parte importante de humillarte y crecer es ser honesto acerca de donde estás. Dios quiere revivirte y darte nuevo ánimo. No es fácil hallar el equilibrio entre la humildad y el orgullo, pero Dios te mostrará si estás cayendo en una humildad falsa, y te dará las circunstancias necesarias para humillarte.

 

¿Dónde habita Dios?

 “Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.” Isaías 57:15

¡Qué maravilla! El Dios del universo habita en un lugar increíble, santo y sublime. Varias escrituras nos dan visiones del esplendor del cielo, pero este Dios también descendió en la forma del hombre para morar entre nosotros. Todavía quiere habitar entre nosotros, pero no mora en templos o palacios. Cuando Jesús vino a este mundo, nació en un pesebre y nunca tuvo una casa propia. Ahora Él mora en los corazones de hombres y mujeres como tú y yo. Pero Dios no habita en cualquier corazón; Isaías dice que Dios habita con el contrito, humilde y quebrantado de corazón. Nosotros somos sus templos; templos del Espíritu Santo. Me recuerda a las bienaventuranzas; Jesús dijo que son dichosos los pobres de espíritu, los que lloran, los humildes y los que tienen hambre y sed de justicia.

Este versículo es muy importante para nuestro estudio de la humildad. Si quieres experimentar la presencia de Dios, la humildad no es opcional. Esta palabra dice que el corazón contrito, humilde y quebrantado es el corazón que agrada a Dios. Él está muy cerca de esas personas. Él busca a tales personas. ¿Eres tú una de ellas? ¿Cómo está tu corazón? ¿Cómo está tu templo? ¿Limpio? ¿Puro?

La presencia de Dios toca el espíritu de los humildes para reanimar, reavivar, fortalecer y consolarlo. Y alienta el corazón de los quebrantados. Dios está usando el desánimo, la depresión y las experiencias que quebrantan el corazón para humillarte. Pero entonces, en su gran amor, Él te alienta, te consuela y te fortalece. ¡Qué hermoso es para el quebrantado de corazón experimentar ese toque del Señor!

 

Un ejemplo de exaltarte

La denuncia más fuerte de los fariseos por parte de Jesús se encuentra en Mateo 23. Otra vez Jesús dice: Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. (Verso 12) ¿Te sorprende? Es un tema importante en la enseñanza de Jesús, y los fariseos eran el mejor ejemplo de la persona que se enaltece. ¿Es por casualidad que eran vistos como los hombres más espirituales de esa época? ¡Estudia sus vidas y evita sus errores!

En los versos 5-7 Jesús señala varios ejemplos de cómo se enaltecen:

»Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan filacterias grandes y adornan sus ropas con borlas vistosas; se mueren por el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, y porque la gente los salude en las plazas y los llame “Rabí”.

  • Hacen todo para que la gente los vea. Todo es para las apariencias. No son genuinos.
  • Llevan cosas religiosas para impresionar a la gente. Hoy no tenemos filacterias; ¿qué se usa hoy para impresionar a otros?
  • Anhelan los primeros asientos y el lugar de honor.
  • Quieren ser reconocidos en público y saludados como “Rabí”, o en nuestro caso, “pastor,” u otro título religioso.

Jesús dice que serán humillados. ¿Quieres evitar eso? Humíllate a ti mismo para que Dios te enaltezca. Los versos 8 – 10 nos enseñan cómo humillarnos:

»Pero no permitan que a ustedes se les llame “Rabí”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen “padre” a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, y él está en el cielo.10 Ni permitan que los llamen “maestro”, porque tienen un solo Maestro, el Cristo.

  • Evita el uso de títulos que sirvan para exaltarte. Ten mucho cuidado con los “privilegios” que algunos pastores y líderes cristianos exigen.
  • Todos nosotros, los discípulos de Cristo, somos iguales; somos hermanos, y todos somos sacerdotes. Hay varios dones y llamados en la iglesia, pero Cristo nunca intentó que ellos sirviesen para exaltar a algunos sobre otros. Ten cuidado de presentar tu nombre como pastor en el letrero de la iglesia o en lo que publiques en Facebook u otro sitio web. ¿Quién es más importante en la iglesia? ¿Jesús, o el pastor?
  • Si quieres ser grande, sé el siervo de todos. En cada situación busca la oportunidad de servir a otros; no ser servido.

La gente del mundo se afana por riquezas, posición, cosas materiales, influencia y alguna recompensa. Calculan todas sus relaciones con el fin de lo que puedan recibir.

Por desgracia, muchos creyentes son como ellos. Jesús nos llama a un estilo de vida que siempre se humilla, hasta que llega a ser natural, un hábito. En el restaurante, el trabajo, el carro o las filas en el banco o supermercado, siempre humíllate, toma el último lugar y da preferencia a otros. La promesa de Dios es que mientras tú te humillas, Él te enaltecerá.

 

Los próximos pasos Nehemías 7:1-5

Nehemías no fue intimidado por sus enemigos, y siguió adelante con la obra en Jerusalén.

1Una vez que se terminó la reconstrucción de la muralla y se colocaron sus puertas, se nombraron porteros, cantores y levitas. A mi hermano Jananí, que era un hombre fiel y temeroso de Dios como pocos, lo puse a cargo de Jerusalén, junto con Jananías, comandante de la ciudadela. A los dos les dije: «Las puertas de Jerusalén se abrirán cuando ya haya salido el sol, y volverán a cerrarse y se asegurarán con sus barras cuando los porteros estén en sus puestos. Además, los habitantes de Jerusalén montarán guardia, unos en sus puestos y otros frente a su propia casa.»

Prepara a líderes capaces

Nehemías sabe que no va a estar allí para siempre. Es hora de buscar a gente capacitada para administrar y pastorear la obra.  Tú no puedes hacerlo todo, y es muy posible que Dios te llame a un proyecto nuevo.   Desde el principio tienes que preparar a otros para mantener y continuar la obra.  Esa era la mente de nuestro Señor Jesucristo.  Más importante que sanar a los enfermos y enseñar a las multitudes, Jesús se dedicó a formar discípulos que serían líderes en la joven iglesia.  ¿A quién estás preparando para el liderazgo futuro? ¿Estás siempre pendiente por personas con potencial, para invertir en ellas?

Cuando pongas a alguien en una posición, da instrucciones claras de lo que exactamente esperas de él. Confirma que sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo.

Nehemías buscó a hombres fieles y temerosos de Dios, con corazones sinceros y entregados.  Nota que ellos no eran:

  • Los más populares
  • Los más educados
  • Los más ricos
  • Los más experimentados
  • Los más religiosos

Muchas veces nos llama la atención la persona que alaba mucho a Dios, ofrece oraciones impresionantes o conoce muy bien la Biblia.  Pero esa persona también puede ser un fariseo. Lo que yo busco en los líderes es:

  • Un espíritu enseñable. No necesito a la persona que cree que ya lo sabe todo.
  • Humildad y el corazón de un sirviente, con un buen record de servicio en la iglesia.
  • Un buen testimonio.  No perfecto, pero con evidencia de un arrepentimiento genuino, y no practicando el pecado. Honesto con sus fracasos y listo para pedir perdón a Dios y a otros.
  • Amor sincero por Dios y otros.

Nehemías nombró a los líderes.  Nosotros tendemos a elegir líderes, o buscar voluntarios.  Pero el modelo bíblico es llamar y nombrar a los líderes.  Dios llama, nosotros discernimos su voluntad, y luego los nombramos y los ungimos.

La ciudad ocupaba una gran extensión, pero tenía pocos habitantes porque no todas las casas se habían reconstruido. Mi Dios puso en mi corazón el deseo de reunir a los nobles, a los oficiales y al pueblo, para registrarlos según su descendencia; y encontré el registro genealógico de los que habían regresado en la primera repatriación.

Después de las murallas, reconstruir la ciudad

Nehemías ya estaba pensando en el próximo paso.  Reconstruyó los muros; ahora necesita gente para reedificar las casas y poblar la ciudad.  Era parte de la misión de Jesús (Isaías 61:4), y la nuestra también. Nadie quiere vivir en ruinas.

Este trabajo requiere de todos, incluso a los nobles que se aliaron con los enemigos de Nehemías.  Dios puso en su corazón el deseo de reunir a la gente. Muchas veces, un proyecto comienza no con una palabra o una voz audible del Señor, sino con un deseo que Dios ponga en tu corazón. El primer paso puede ser simplemente reunir a la gente. Hay que aprender a prestar atención a los deseos de tu corazón y discernir cuáles son de Dios.

Nehemías era un muy buen organizador.  Primero va a poner todo en orden, con un registro de la gente. Muchos carecen de esa habilidad de administración, la cual también es un don espiritual.  ¿Hay algo que tengas que organizar en tu vida o iglesia ahora?

 

La vida de un peregrino y extranjero 1 Pedro 2:11-25

Una conducta ejemplar

11 Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. 12 Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación.

El mundo no puede entender esta nueva vida. Somos peregrinos y extranjeros, parte de un pueblo nuevo. Tenemos que andar en santidad, porque Dios es santo. Ya no tenemos nuestra ciudadanía en un país terrenal. ¿A veces te sientes extraño, diferente, de no encajar en este mundo (incluso, a veces, en tu iglesia o familia)? En esta tierra solo estamos en el camino a nuestro hogar celestial. Muchos han tenido la experiencia de emigrar a otro país y vivir allí como extranjero. Así somos en este mundo: extranjeros. Si te sientes muy cómodo en este mundo, puede ser que tu corazón esté envuelto en las cosas del mundo y no estés caminando en santidad.

En el mundo, en la carne, en la vida vieja sin Cristo, es natural tener deseos pecaminosos. Es posible que hayas estado cumpliendo esos deseos durante mucho tiempo, y aún luches contra ellos. Ahora tienes que rechazarlos y resistir esa tentación, para mantener tu santidad como un real sacerdote. Es más fácil esconderse en la iglesia y en la comunidad cristiana, pero Dios nos llama a vivir en medio de los incrédulos; como extraños entre un pueblo pecador, tenemos que ser sal y luz.

El mundo siempre nos mira y espera más de nosotros que de los inconversos. Si no hay diferencia en nuestro estilo de vida, arruinamos nuestro testimonio, no hay ninguna motivación para que ellos acepten a Cristo y traemos vergüenza al nombre de Cristo. Es posible que murmuren contra ti como un malhechor, pero es muy importante que nunca les des un motivo para sus acusaciones, sino que más bien los hagas callar con tus buenas obras.

Por desgracia, hay algunos cristianos que se comportan como santos en la iglesia y con sus hermanos cristianos, pero en casa o en el trabajo es otra historia. Tienen dos caras. Tratan de servir a dos amos, y Cristo dice que eso es imposible (Mateo 6:24). ¿Alguna vez has tenido esa lucha interior? No hay paz. Estás miserable como cristiano, sin el gozo del Señor, pero tampoco disfrutas los placeres del mundo como antes. Sí,  todavía hay deseos mundanos que combaten contra el alma; ¡aléjate de ellos!

¿Puedes decir que tu comportamiento entre los incrédulos es ejemplar? ¿Tendrían alguna base para murmurar en tu contra y acusarte de hacer el mal? ¿Cómo son tus buenas obras? ¿Tu vida trae gloria y honra a Jesús, para que ellos puedan glorificar a Dios? ¿Conoces a alguien que tenga una conducta ejemplar que glorifique a Dios a través de sus buenas obras?

Sumisión a toda autoridad humana

13 Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema autoridad, 14 o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los que hacen el bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos. 

Aquí Pedro introduce una palabra clave por una buena parte de su carta: sumisión. Es difícil para nosotros someternos a Dios; la naturaleza pecaminosa es rebelde y quiere estar a cargo, no quiere someterse a nadie. Pero tenemos que honrar a las autoridades aquí en la tierra; la NTV dice “por amor al Señor.” Aunque es difícil, el amor de Cristo nos motiva, y Él nos da el poder de someternos por medio de nuestra relación con Él y nuestra nueva naturaleza. El llamado aquí puede parecer extremo: Someterse a toda autoridad humana. Pedro da el ejemplo de un rey, como la suprema autoridad, y todos los gobernadores que actúan con autoridad delegada. Si un gobierno funciona bien, esas autoridades castigan a malhechores y honran a quienes hacen el bien. En nuestra situación actual, el castigo parece más común (a veces sin mucha justicia) que la honra. Debemos alentar a los líderes a hacer ambos, reconociendo a quienes hacen el bien.

Otra vez, el fin es mantener un buen testimonio, para callar la ignorancia de quienes creen que honrar a Jesús como Rey de alguna manera está en conflicto con nuestros deberes como ciudadanos de un país. Es una actitud muy distinta de la de muchos judíos que sufrían bajo la opresión de los romanos. Antes y después de Cristo hubo rebeliones en Judá, que eventualmente terminaron en la destrucción de Jerusalén y el templo en el año 70 dC.

Toda autoridad incluye a los maestros, jefes, la policía y cualquier persona que pueda ejercer la autoridad. ¿Quiénes son las autoridades en tu situación? ¿Puedes decir que te sometes a ellos? ¿O tienes una actitud rebelde? Practicar ese sometimiento nos capacita para someternos a Dios, y desarrolla humildad en nosotros.

Dar a todos el debido respeto

16 Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios. 17 Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a Dios, respeten al rey.

Esa es la norma universal que debemos seguir: Dar a todos el debido respeto u honra. Es parecido a la Regla de Oro, y fluye de nuestra humildad como siervos de Dios. Voluntariamente nos sometemos a Dios y a toda autoridad humana. La verdad es que somos libres, más libres que la gente del mundo, pero no podemos usar esa libertad como pretexto para hacer el mal. Tenemos que ser respetuosos con todos: manifestar consideración hacia ellos, estimarlos y honrarlos. Todos están hechos a imagen de Dios y son dignos de respeto.

Ese respeto toma varias formas, dependiendo de quién sea:

  • Para los hermanos en Cristo, la iglesia, el Cuerpo de Jesús: Amor (ágape, el amor incondicional de Dios).
  • Por Dios: Temor, o reverencia.
  • Por el rey: Ni amor ni temor, sino respeto por la posición que ocupa.

Instrucciones para los criados

18 Criados, sométanse con todo respeto a sus amos, no solo a los buenos y comprensivos, sino también a los insoportables. 19 Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente. 20 Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios. 

La primera aplicación de este llamado a someterse es para los criados (siervos, esclavos, aquellos que tienen un amo), de los cuales había muchos en la iglesia primitiva. Esta es una palabra dura, en primer lugar porque Pedro no condena la institución de esclavitud; ni la aprueba, sino la acepta como parte de la sociedad. La Biblia nos enseña cómo vivir en la situación actual, y confiar en que Dios la cambiará cuando (o si) Él quiere.

En cada situación en la que tenemos que someternos, es bastante fácil si la persona es buena y compasiva. Pero Dios nos llama a someternos, con todo respeto (no murmurando y hablando mal contra la persona) a los insoportables o crueles. Nuestra responsabilidad es ante Dios; Él sabe que vamos a sufrir injustamente (Cristo lo hizo), y no promete liberarnos de ello. Dios nos llama a soportar las penalidades con paciencia. No hay mérito si sufrimos por hacer el mal, pero sufrir por hacer el bien merece elogios. Dios lo ve y lo sabe, y habrá una recompensa de su parte.

Gracias a Dios, hay pocos esclavos hoy, debido en gran parte a los esfuerzos de los cristianos por eliminar la esclavitud. Pero tu trabajo puede sentirse como una esclavitud, y algunas mujeres se sienten como las esclavas de sus maridos. Es posible que estés sufriendo por hacer el bien. ¿Estás soportándolo con paciencia? ¿Siempre honras y respetas a tu jefe? ¿Puedes confiar en Dios para aliviar la situación en su tiempo?

Dios sabe lo que está sucediendo, y algún día Él los juzgará y arreglará todo. Dios está contigo y te cuidará.

El ejemplo de Cristo

21 Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.

22 «Él no cometió ningún pecado,
ni hubo engaño en su boca».

23 Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia. 24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. 25 Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.

¡Qué hermoso final para este capítulo! Pedro dirige nuestra atención a Cristo. Si estamos tentados a lamentar la dureza de nuestro trabajo y lo difícil que es someternos a las autoridades, debemos reflexionar sobre la experiencia de Jesús.

Primero, Pedro dice que fuimos llamados a sufrir. A la luz del padecimiento increíble que Jesús soportó para llevar nuestros pecados, nuestro sufrimiento no es nada. El sufrimiento no significa que hayas hecho algo malo; Cristo no cometió ningún pecado ni engañó a nadie.

En el mundo, dicen que tienes que expresar tu ira. Muchas veces, como cristianos, intentamos negar esa ira, porque no sabemos qué hacer con la injusticia que hemos sufrido. Pero el cristiano le da la situación y su ira al Señor, y sigue el ejemplo de Cristo en medio del sufrimiento:

  • Otros van a proferir insultos contra ti; no repliques con insultos.
  • Vas a padecer; no amenaces a la persona responsable de ello.
  • Entrégate a Dios, quien juzga con justicia.

En el caso de Cristo, hubo frutos muy hermosos de su sufrimiento; puedes confiar en Dios que Él va a usar tu sufrimiento para el bien también.

  • Su muerte permite tu reconciliación con Dios. Eras rebelde, separado de Dios por tu pecado, una oveja descarriada y perdida. Pero Cristo pagó el precio por ese pecado, y restaura la relación con el Pastor de tu alma. Estás a salvo otra vez en el redil.
  • Te da el poder para crucificar la carne y morir al pecado.
  • Su Espíritu Santo te da el poder y motivación para vivir por la justicia.
  • Por sus heridas eres sanado (espiritual y físicamente; citando Isaías 53:5).

De repente, tu sufrimiento y los problemas en tu vida no parecen tan grandes. ¡Qué privilegio es sufrir por hacer el bien y seguir en las huellas de nuestro Señor y Salvador! Dios vela por ti y te cuida. ¿Has vuelto al Pastor y Guardián de tu alma?

 

Religión versus relación: Colosenses 2

Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro;

Cuando un capítulo o pasaje empieza “porque” o “por tanto,” sabemos que hay una conexión importante a la parte anterior: 28 A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. 29 Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

Este es el corazón de Pablo:

  • Proclamar a Cristo y presentar a todos posibles perfectos en el
  • Aconsejar y ensenar a todos con toda sabiduría
  • Trabajar y luchar fortalecido por el poder de Cristo

¿Qué piensas? Es un buen desafío para nosotros, ¿verdad?

Una gran lucha

Ahora, en el capítulo 2, está luchando. Otra traducción dice “quiero que sepan cuanta angustia he sufrido por ustedes.”

¿Qué está luchando? ¿Por qué está tan angustiado? Tiene que ser algo muy importante. El no plantó las iglesias en Colosas o Laodicea. No conocía a nadie en esas ciudades. Pero no le importa. Está luchando por ellos y todos los que nunca habían visto su rostro. Está perdiendo sueno porque él sabe cuán importante es el asunto

Vamos a ver que la lucha es religión versus relación. O podemos decir rutina versus relación. En mi iglesia, esta escrito en la pared: “Más que una religión, una relación real con Dios.” ¿Es posible ser parte de una iglesia sin una relacion real con Dios? ¡Sí! Puedes alabar a Dios y danzar en los cultos, incluso ser pastor o lider. Puedes diezmar y trabajar en la iglesia, y no tener una verdadera relación con Dios. Empezaste con la emoción del nuevo nacimiento, pero puedes caer en una rutina. Siempre vamos a la iglesia, hacemos todas las cosas que un cristiano debe hacer. Lo mismo puede pasar en un matrimonio. Lo que empezó con mucho amor y pasión cae en una rutina. El hombre trabaja y llega a casa cansado. Ve tele y pasa tiempo en Internet. La mujer cuida de los niños y de la casa. Tiene sus amigas, y va a la iglesia. Todo se ve bien en la casa. En la iglesia parece una buena familia cristiana. Pero no hay una relación real – y casi no tienen relaciones. Es fácil descuidar esa relación, ya sea con Cristo o tu cónyuge. Tenemos que luchar por esa relación, y Pablo lo sabe. Parece que es más difícil para el hombre mantener una relación real. Es más natural para una mujer tener buenas amistades e incluso tener una relación real con Cristo.

¿Para qué está luchando?

para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

Empieza con el individuo: Que sean consolados sus corazones. Otra traducción dice, que cobren ánimo. Si estás desconsolado, desanimado y deprimido no tienes la energía para una relación. La tendencia es retirarse y no querer relacionarse con nadie. Si odias a ti mismo, si hay angustia, si hay rencor, las relaciones con otros sufrirán. Dios quiere consolar tu corazón y darte nuevo ánimo.

Que sean unidos en amor. Muchos practican su religión a solas. Oran, leen la Biblia, miran predicaciones en Internet. No hay relación. Es muy difícil tener una verdadera relación con Dios solo, porque el cristianismo es corporativo. El segundo mandamiento es amar a otros, y el nuevo mandamiento de Cristo es amar a otros como Él nos ha amado. Para amar tienes que estar con otras personas.

Ahora podemos empezar a comprender un gran misterio. Relación es un misterio. ¿Qué es la relación más perfecta e íntima en todo el universo? La relación de Padre, Hijo y Espíritu Santo. La trinidad. Es un misterio muy difícil de entender. Pablo dice en Efesios que otra relación que es un misterio es la relación de hombre y mujer en un matrimonio. Muchos de nosotros sabemos cuan gran misterio es una mujer, o, para la mujer, un hombre (aunque las mujeres a menudo creen que entienden de qué se trata un hombre).

¿Pero qué significa cuando Pablo habla de “un misterio” aquí? Un misterio en la Biblia no es un “¿Whodunnit?”. No es un crimen que tenemos que resolver. Es algo que no podemos descubrir humanamente, sino que es revelado por Dios. Hay varios misterios bíblicos, y todos tienen que ver con relación:

  • Cristo en nosotros, la esperanza de gloria (Colosenses 1:27)
  • La inclusión de los gentiles
  • No todos vamos a morir, sino estaremos transformados cuando Cristo venga
  • Reunir todas cosas en Cristo
  • Aquí, la NTV dice que el misterio es: ¡Cristo!

¿Quién pensaría que un hombre crucificado en una cruz sería el centro del universo? ¡En Cristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento! ¿Estás buscando un tesoro? ¡No hay nada mejor que Cristo! No es oro, no es nada material. Es la sabiduría que Cristo nos da, y una relación viva con Jesús. Es una relación de por vida, tal como el matrimonio. Relación incluye compromiso. La relación que tenemos con hermanos en la iglesia debe ser estable también. Me duele mucho cuando alguien salga de la iglesia, muchas veces sin decir “adiós”.

Esta relación que Pablo los ofrece parece tan atractiva que parecería que no hubiera competencia. Pero el diablo es un mentiroso y engañador; por eso hay algunos que pretenden engañar a estos hermanos.

Los gnósticos

Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.

Mira la diferencia: Pablo habla de consolación, amor y unidad. Relación es algo del corazón. No hay lógica en relación. Pablo está luchando contra religión, algo intelectual y cerebral, algo lógico. Usaban palabras persuasivas y argumentos ingeniosos para engañar a la gente. Religión parece más segura. En lugar de dejar la barca y andar sobre las aguas, se queda en la barca, algo que ya conocen muy bien.

Pablo está luchando contra los gnósticos, una secta herética que apenas estaba empezando, pero creció bastante en el siglo II. El nombre griego significa conocimiento.

  • Ellos ofrecieron un conocimiento oculto de la mayoría de creyentes, más allá de una relación con Cristo.
  • Dijeron que el cuerpo es malo. ¡Pero Dios mismo se hizo carne!
  • Cristo solo parecía ser humano.
  • Hablaron mucho sobre la humildad, pero la suya era una falsa humildad.

Jesús dijo que habría aún más falsos maestros en estos días postreros. El peligro de religión es más fuerte que nunca. Hay que tener mucho cuidado.

Arraigados y sobreedificados en Cristo

Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

Estoy con vosotros. ¡Qué hermoso saber que alguien está contigo! Relación opera en el mundo espiritual. Permite que Pablo esté con ellos en espíritu. No es solo un dicho: “Estoy contigo en espíritu,” “estás en mis pensamientos;” es una realidad espiritual para la persona llamada por Dios y ungida por su Espíritu. Me recuerda lo que Pablo dijo de su autoridad como apóstol de la iglesia en Corinto, en el caso de la disciplina de un hermano en pecado (1 Corintios 5).

En relación hay gozo. Pablo no los conoce. No está físicamente con ellos; está preso en Roma. Pero lo que Pablo había escuchado y sentido en el Espíritu le dio mucho gozo. Dios quiere ordenar las relaciones que tenemos con otros. Para funcionar bien en una familia o en una iglesia necesitamos orden. Cristo quiere entrar en el caos y ordenarlas con Él como cabeza. Él coloca a pastores y ancianos en la iglesia. Ha establecido al varón como la cabeza de la casa. Cuando funcionamos conforme al orden de Dios todo fluye mejor.

¿Cómo está el orden en tu vida? ¿Qué tan firme dirías es tu fe en Cristo?

Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

Para algunos, ser Cristiano significa orar, leer la Biblia, ser muy activo en la iglesia, diezmar, dejar algunos hábitos, y ejercer mucho auto dominio para resistir la tentación.  No son cosas malas, pero es religión. Esta es la relación que Pablo anhela por ellos:

  • Andar en Jesús. ¿Cómo? De la misma manera que habían recibido al Señor Jesús. ¿Cómo lo recibiste? Por fe, una entrega, creyendo lo que dice la Palabra de Dios. Pero esa decisión es solo el comienzo. Ahora tenemos que andar en Él, y como dice 1 Juan, andar como Él anduvo.
  • Arraigado en Él. Jesús hablo de la buena semilla de la Palabra que cayó en 4 clases de terreno. Unas cayeron en tierra pedregosa. Brotaron pronto, pero no tenían raíces, y en el calor del día se secaron. Hay muchos cristianos que no tienen raíces profundas, y cuando venga la prueba se secan. Tenemos que echar raíces profundas en la Biblia y en Cristo.
  • Sobreedificado en Él. La NTV dice: Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. ¿Qué es el fundamento de tu vida? ¿Estás edificando todo sobre Cristo?
  • Andar no por vista, sino por una fe firme y confirmada.
  • Abundando en acciones de gracias. La crítica y la queja destruyen una relación; una actitud de gratitud edifica la relación.

La alternativa: Los principios de este mundo

La alternativa es la religión que Pablo está luchando.

Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

Esta advertencia se aplica hoy también. El contenido ha cambiado, pero esta enseñanza es igualmente peligrosa. Si no tenemos cuidado, es fácil ser engañado. ¿Qué tenemos que vigilar?

  • Filosofías sutilezas
  • Huecas sutilizas; disparates elocuentes
  • Enseñanzas que siguen las tradiciones de los hombres.
  • Están conformes a los rudimentos del mundo; los poderes espirituales de este mundo.
  • Nada de eso tiene que ver con Cristo. Siempre quiere reemplazar a Cristo con otra doctrina o énfasis.

¿Cuáles son los principios y rudimentos del mundo? Su ADN. Hay algunos principios básicos que se aplican a todo el mundo, pero cada cultura (y cada familia) tiene su ADN. Nosotros heredamos el ADN y una naturaleza pecaminosa. Gracias a Dios, podemos nacer de nuevo y Dios empieza a formarnos conforme a principios bíblicos. Nos muestra los principios del mundo y nos enseña los valores del reino de la Biblia. Una iglesia tiene un ADN. Por desgracia, hay iglesias que operan más de acuerdo con las tradiciones de los hombres y los rudimentos del mundo. Tenemos que analizar lo que hacemos y buscar a Dios para evitar estos problemas.

Completos en Cristo

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

¡Alabado sea Cristo! En Jesús habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano. Él es completamente Dios, y en Cristo, ¡tú estás completo! No dice: “algún día, cuando tengas más conocimiento.” Ya estás completo. Hay muchas personas que siempre sienten que les falta algo importante: en apariencia, estudios, lo material o espiritualidad. Se sienten incompletos. Un hombre muchas veces busca una mujer para completarlo, y eso, sí, es importante, pero solo en Cristo estamos verdaderamente completos. A través de nuestra unión con Cristo, recibimos esa plenitud. No somos dioses, pero Cristo nos llena de sí mismo.

Hay muchos confusos con su identidad. Hombres creen que en realidad son mujeres. Mujeres quieren ser hombres. Hombres no saben que es ser varón, y no se sienten muy varonil. Pues, en Cristo tú eres completo. No te falta nada.

¿Y esos principados del mundo que inspiran los falsos maestros? ¿Los demonios? Cristo es la cabeza de todos, y Él comparte esa autoridad contigo. No tenemos que estar sujetos a su opresión. Cuando Cristo es la cabeza de tu vida, de tu familia y de una iglesia, experimentamos lo completo que somos en Cristo.

11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

En la religión, el bautismo es un rito. Un bebe no entiende nada. En sí, sumergirse en agua no hace nada. La circuncisión es la mutilación del miembro masculino (y en algunos lugares, de una mujer también). Una de las enseñanzas que Pablo siempre tuvo que batallar fue la presión para guardar las cosas del viejo pacto, como, en este caso, la circuncisión. Esa fue una sombra de la verdadera circuncisión espiritual de Cristo. Él quita de nosotros la naturaleza pecaminosa; el hombre viejo muere y es sepultado con Cristo – simbólicamente representado en el bautismo, que también representa nuestra resurrección. El mismo poder que levantó a Jesús de los muertos entra en nosotros y nacemos de nuevo, para tener una relación real con Dios.

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

¡Guao! ¡Yo estaba muerto! ¡No podría hacer nada! ¡Y Dios tomó la iniciativa e hizo todo esto por mí – y por ti!

  • Te dio vida juntamente con Cristo. Así como el Padre resucitó a Jesús de los muertos, tú estabas impotente, muerto en tu pecado, y Dios te resucitó. Ahora compartes la misma vida de Jesucristo, y tienes una nueva esperanza, de vida eterna. Hay cosas que hacemos que traen muerte, pero tu objetivo en tu matrimonio y en cada relación es dar vida.
  • Él te perdonó todos los pecados. No hay pecado tan feo o tan grande que Dios no puede perdonar. Todos están bajo la sangre de Jesús. Dios los ha olvidado. Si hay ofensas de parte de otros en la iglesia que no has perdonado, van a lastimar la relación. Dios nos llama a perdonar todos los pecados de otros contra nosotros. Es especialmente importante en el matrimonio.
  • Fuiste condenado bajo la ley con la pena de muerte. Hubo decretos contra ti y un castigo fuerte. Pero Cristo los anuló, quitó el acta de en medio, y la clavó en la cruz. Eres justificado, libre de toda condenación. Lamentablemente, hay algunos maridos y esposas que mantienen un acta de decretos contra su cónyuge. Tenemos que clavarlas a la cruz.
  • Cristo despojó a los principados y a las potestades. Los desarmó. Todas las fuerzas del maligno, todos sus demonios. Los exhibió públicamente. Si hay cosas ocultas en una relación, dañan esa relación. Tenemos que confesar y renunciar cada principado y potestad.

Todo es tiempo pasado. Cristo ya ha hecho todo esto; solo tenemos que tomar posesión de estas bendiciones.

La idea en el verso 15 es el desfile triunfal que los romanos celebraron después de una victoria, cuando todos sus prisioneros y la gente derrotada tuvieron que marchar desnudos al entrar en Roma o una ciudad importante del imperio. Así lo dice la NVI: los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal. Cristo ya ganó la victoria. Ya triunfó sobre el diablo y sus demonios en la cruz. Tú puedes visualizar a todos los demonios que te oprimen humillados en ese desfile triunfal de Cristo entrando en los cielos. Satanás es como un león sin dientes, que ruge mucho pero no puede morder.

16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

Por tanto, ¡no vuelvas a las sombras! ¿Puedes ver ahora cuan insignificantes son estas cosas? Muchos se preocupan por los detalles y señalan a hermanos en Cristo que no mantienen los mismos estándares. Pablo está hablando aquí de cosas de la ley judía, cosas del viejo pacto. Hay una secta hoy que insiste en que el sábado es el único día para adorar a Dios. Pero esta tendencia para juzgar no es parte de la vida libre y gozosa en Cristo. Por desgracia, hay mucho legalismo en la iglesia, pero esas cosas son solo una sombra de la vida que tenemos en Cristo. Hay una intimidad que Dios quiere mucho más allá de estos detalles.

Cuando dice que “el cuerpo es de Cristo” significa que la realidad, en lugar de la sombra; el sustantivo de nuestra fe es Cristo. Aquellos que caen en mucho legalismo pueden carecer de una relación íntima con Cristo. ¿Quieres la sombra, la religión, o la cosa real?

18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.

Tenemos un premio en Cristo, pero es posible perder ese premio si vuelves a religión. El premio puede ser la recompensa que recibimos en el cielo, la corona o la posición que vamos a ocupar en el reino, o la paz y la presencia de Dios aquí. Pero hay dos cosas que nos pueden privar de ese premio:

  1. La primera es una religión o espiritualidad distorsionada. A menudo es gente muy religiosa y espiritual. Presentan la impresión de ser muy humildes, pero es una falsa humildad que afectan. Se hacen pasar por muy humildes, pero en realidad hay mucho orgullo espiritual. El culto a los ángeles era un problema en ese entonces, pero para nosotros son los que siempre hablan de visiones, visitas al cielo y otras experiencias sobrenaturales que son imposibles de verificar. Claro que esas cosas pueden ser legítimas, pero ten mucho cuidado con la persona que siempre habla de ellas para vanagloriarse. Puede ser una súper espiritualidad que en realidad es religión y te privara de tu premio.
  • No se mantienen firmemente unidos a la Cabeza. La NTV dice: Su mente pecaminosa los ha llenado de arrogancia y no están unidos a Cristo, la cabeza del cuerpo. Ya no necesitan a Cristo, y casi no se puede ver nada del Cristo de los evangelios. Descuidan la vida devocional y no se escucha mucho de la Biblia en sus predicaciones. La arrogancia y el orgullo es un peligro en la iglesia y en el hogar. Descuidamos la relación y perdemos esa unión con Cristo y con el cónyuge.

El remedio para este problema es la iglesia, el cuerpo de Jesús. Mira las palabras de relación aquí: cuerpo, nutrirse, unirse, crecer. Dios da el crecimiento a la iglesia, un verdadero crecimiento en santidad, fe, amor y manifestaciones del Espíritu Santo. No son los programas, el hermoso edificio o la buena música lo que da crecimiento. Existe un “Movimiento de Crecimiento de la Iglesia” que propone muchas estrategias para ayudar a que una iglesia crezca, pero es Dios quien da el crecimiento, y ese crecimiento dura. Tenemos que hacer el ministerio a la manera de Dios, y Él ha elegido un cuerpo vivo para hacer su trabajo.

Tiene que ser unido a la Cabeza, e incluir todo el cuerpo. Tiene que funcionar con cada miembro colocado en su lugar (1 Corintios 12), con las coyunturas y ligamentos funcionando bien, y el cuerpo bien coordinado. Así el cuerpo se nutre y se une, a través de los dones del Espíritu y la misma vida y sangre de la Cabeza que fluye a través de el. Desafortunadamente, hay muchos cuerpos con poca conexión a la Cabeza (pueden tener una mayor conexión con un apóstol o un concilio) y están desnutridos y desunidos. Es una oportunidad perfecta para falsos maestros y sus herejías.

20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?

Ya hablamos de los rudimentos del mundo, pero aquí Pabla destaca algunos otros elementos de ellos. Hay muchas reglas de cosas que podemos o no podemos hacer para ser buenas personas y buenos cristianos. Algunas tuvieron su origen en la religión judía, pero otras tienen su origen en la cultura. Son doctrinas de hombres, y no de Dios. Ya no somos parte de ese sistema, ya no estamos bajo la ley. Hemos muerto con Cristo en relación a ellos. Ya tenemos libertad en Cristo, y vivimos en el Espíritu.

23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

Religión tiene una reputación de sabiduría. Culto voluntario en otras traducciones es piedad afectada o gran devoción. Sin duda hay mucha gente piadosa en la religión. Son muy devotos. Pueden parecer muy humildes, pero la NVI dice que es una “falsa humildad.”

Hay una filosofía llamada ascetismo que ha tenido muchos seguidores en la iglesia, y enseña que tenemos que mortificar – incluso mutilar a veces – el cuerpo. En su extremo se azotan, duermen en camas de clavos y solo comen alimentos muy básicos. Se niegan a sí mismos las relaciones sexuales. Los gnósticos eran practicantes del ascetismo. Pero hay un problema con todos estos sistemas de reglas: de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa. A veces el hermano que parece más “santo” puede tener un gran problema con pornografía o puede maltratar a su esposa o hijos.

¿Es decir que somos libres para vivir como queramos? ¡Claro que no! El próximo capítulo está lleno de consejos sobre cómo vivir para agradar a Cristo. Pero primero tenemos que estar unidos a la Cabeza y andar con Él, luego Él nos da el poder de tomar sanas decisiones.

Nunca solo Juan 14

Hemos disfrutado la rica enseñanza de Jesucristo acerca del reino de Dios. Multitudes siempre buscaban a Jesús, así que mucha de esa enseñanza fue dirigida a ellos (el mejor ejemplo es el Sermón del Monte). En otras ocasiones, sus críticos (los fariseos y los maestros de la ley) escucharon sus enseñanzas, a menudo en grupos más pequeños. Aquí, en la intimidad del aposento alto, solo unas horas antes de su arresto y traición, Jesús quiere compartir cosas sumamente importantes con sus doce discípulos. Quiere prepararlos por su salida, y asegurarlos que, venga lo que venga, en el reino de Dios nunca estás solo.

No se turbe tu corazón

1No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. 

Habrá mucha razón para angustiarse; el mundo de los discípulos será destruido mientras ven a su Maestro juzgado y crucificado. Para Jesús habría aún más razón para angustiarse, pero Él tiene tres palabras sencillas para ellos:

  • No se angustien. Otras traducciones dicen: No se turbe vuestro corazón (RVR) y No dejen que el corazón se les llene de angustia (NTV). Es un mandato. Este capítulo está lleno de las razones por las que no tenemos que angustiarnos. Puede ser que tú estés enfrentando una situación muy dura. Andando como Jesús anduvo no te exime de ellas; hay veces cuando tenemos que andar con Él hasta el calvario, pero tenemos que luchar contra la angustia y no dejar que el corazón se turbe. La angustia nace del temor; llena tu corazón con la Palabra de Dios, alabanzas y el Espíritu Santo, y no habrá lugar para la angustia.
  • Confíen en Dios. Jesús tuvo paz frente a la cruz porque tenía fe de que su Padre lo resucitaría. Esperemos que tú ya hayas experimentado la fidelidad de Dios y tengas una fe firma. Nunca te abandonará ni te desamparará. No confíes en el hombre, confía en Dios. En la NVI es un mandato, pero en la RVR es una declaración: creéis en Dios, creed también en mí. Puede ser que Jesús signifique que ya tienen fe en el Dios soberano de los judíos; pueden tener esa misma fe en Cristo, porque son iguales.
  • Confía también en Jesús. Él es tu hermano mayor, tu sumo sacerdote, quien fue tentado en todo como tú. Está intercediendo por ti a la diestra de su Padre.

Es posible que tu vida no vaya como esperabas. Tu mundo está hecho pedazos y tu corazón está quebrantado. No comprendes lo que está sucediendo. Puedes turbarte y angustiarte, pero Jesús te ama y está en control. Quiere lo mejor para ti. Tiene un plan y un propósito para tu vida. Hay joyas para nosotros en este capítulo, pero Jesús sabe que para recibirlas, tienes que ser libre de la angustia y tener una fe viva.

Andar por fe y no por vista

En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté.

Aquí en la tierra aprendemos a andar como Cristo anduvo; su plan es que andemos juntos por toda la eternidad. Él te quiere donde Él está, y ahora mismo está preparando una vivienda especial para ti. Es el sueño de muchos tener una casa propia (y es una bendición), pero si no tienes esa casa y vives en un domicilio muy humilde, no te preocupes. Allá vas a tener una vivienda mucho mejor que cualquier mansión aquí en la tierra.

Cristo quiere llenarte con esa esperanza y expectativa. La mentira y el engaño nos rodean en este mundo, pero puedes confiar en la palabra de Jesús; Él siempre dice la verdad. ¿Tienes una fe sólida que hay un cielo? ¿Cómo te hace sentir saber que algún día Cristo vendrá a llevarte con Él? No hay lugar mejor que estar con Cristo; muchos de nosotros nos gozamos de esa presencia en el lugar secreto y en los cultos en la iglesia. Es una muestra pequeña de lo que vamos a experimentar por toda la eternidad. ¿No quieres que toda tu familia esté contigo en esa vivienda? Comparte esta palabra con ellos, para que tengan la misma esperanza.

Cuando te enfocas en las cosas del mundo, es fácil turbarte; fija tus ojos en Jesús y piensa en la cosas de arriba.

Cristo es el camino

Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy».

Si leíste el primer libro en esta serie, es posible que te acuerdes de uno de los primeros pasos para caminar con Jesús: entrar por la puerta estrecha y andar por el camino angosto (Mateo 7:13-14). Estos discípulos pasaron tres años caminando ese camino con Jesús; deberían conocerlo bien. Si seguimos adelante en ese camino, atravesamos la muerte y entramos directamente en la presencia de Jesús.

Dijo entonces Tomás: —Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?

—Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.

Cuando pensamos en un camino, tendemos a pensar en algo físico, como una carretera. Demasiadas veces el camino cristiano se presenta como una fórmula: orar, leer la Biblia, ir a la iglesia y evitar el pecado. Son cosas buenas, son cosas que hacemos mientras caminamos, pero el camino es una persona, es Jesús. Él es todo: el camino, la verdad y la vida. Es de moda decir que hay muchos caminos al cielo; dicen que lo importante es tener una fe sincera en lo que creas, ya sea Muhammad o Buda, pero Jesús dice que Él es el único camino al Padre.

Tomás ya llevaba tres años con el camino, y no lo sabía. Hay “cristianos” hoy que siempre buscan alguna nueva experiencia, una iglesia más ungida o una palabra profética, y son como Tomás: no se dan cuenta de que solo necesitan a Jesús. Cristo dice aquí “si ustedes realmente me conocieran;” parece que incluso después de tres años de comunión íntima con Jesús, Él sabía que es posible que realmente no le conocieran. Puede ser la situación tuya también: has tratado de hacerlo todo bien, has leído este libro con cuidado, poniendo en práctica sus enseñanzas, pero realmente no conoces a Jesús. No estás convencido de que la Biblia y Dios mismo sean verdaderos, y no estás experimentando la vida sobrenatural. Puede que hayas buscado vida en las relaciones, las riquezas o la fiesta. Solo hay vida real en una relación con Jesús.

—Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.

¿Felipe es sordo? Jesús acaba de decir que ya han conocido al Padre y que han visto al Padre porque conocen a Jesús. Pero la tendencia humana es siempre desear algo más: Más bendiciones, más influencia, más poder o una posición más alta. “Señor, dame un buen trabajo y con eso me basta. Dame una casa nueva y con eso me basta.” Pero si no es a Jesús que buscamos, nunca te basta. Siempre habrá algo más que quieres. ¡Piensa en la sencillez de esos años que Felipe pasó con Jesús! ¡No necesitas nada más que intimidad con Cristo!

—¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras. 11 Créanme cuando les digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos créanme por las obras mismas. 

Más tarde esa misma noche, en la oración registrada en Juan 17, Jesús diría que de la misma manera que el Padre está en Jesús, Jesús está en nosotros y nosotros estamos en el Padre. Esa unión es la base del éxito en este camino cristiano.

Hay varias cosas importantes en estos versículos:

  • Jesús habla de palabra y obra. Vemos esa combinación una y otra vez en su ministerio. Muchos hablan paja; nuestras palabras deben edificar y comunicar el corazón de Dios, pero palabra sin obra es mero hablar. Tenemos que demostrar el poder de Dios en nuestras buenas obras.
  • Es bueno cuando alguien cree en la Palabra, pero hay algunos que tienen que ver para creer. Nuestras obras deben dar testimonio de quién es Dios.
  • El verso 10 en DHH dice: Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. Hay demasiados cristianos (incluso pastores) que hablan por su propia cuenta. Debemos seguir el ejemplo de Jesús y hablar solo las palabras que Dios nos ha dado cuando hablamos en su nombre. Y si no nos da una palabra, mejor permanecer en silencio.
  • Hay una creencia común que no es posible ver a Dios (eso es lo que dicen Éxodo 33:20 y 1 Timoteo 6:15-17). Es parte del argumento de los musulmanes y otros, que Jesús no puede ser divino. Pero aquí Cristo dice que si le has visto a Él, has visto al Padre. Ya que Dios es espíritu, no es posible verlo físicamente, y no podemos soportar la plenitud de su gloria. Vemos a Dios en la plena revelación de quién es Dios a través de las palabras, obras y espíritu de Jesús, no en su carne.
  • El mismo Padre que realizó sus obras en Jesús puede realizar sus obras en ti también, lo que nos conduce al siguiente punto.

No solo andarás como Jesús anduvo, sino que harás las obras que Él hizo

12 Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.

Para dar énfasis, Jesús dice “ciertamente” y “les aseguro.” Casi toda promesa tiene una condición, pero la única condición aquí es creer en Jesús. Él quiere que hagamos sus obras. Debe ser nuestra experiencia normal, no algo inusual.

¿Cuáles son las obras que Jesús hizo? Son obvias: curaciones, liberaciones, resurrecciones, multiplicación de alimentos y andando sobre las aguas. He oído decir que “mayores” significa mayor en cantidad. Está claro que con millones haciendo sus obras serían mayores en cantidad, pero el sentido obvio es que también serían más impresionantes.

¿No quieres que tu hijo haga algo mayor con su vida de lo que hiciste tú? Dios no es tan celoso que dijera: “Nadie puede hacer algo mayor de lo que Jesús hizo en este mundo.” No, el hijo (o el discípulo), debe hacer más que su maestro.

Es una promesa muy clara; ¿por qué no vemos más de sus obras? Parece que el problema estaría con nuestra fe; de verdad no creemos en Jesús, no tenemos la expectativa que Él va a hacer esas obras a través de nosotros. La verdad es que a veces, en algunos lugares, hemos visto las obras de Jesús, y mayores. Él no necesita a alguien muy especial, solo un vaso limpio y disponible para actuar con fe. El siguiente versículo nos ofrece otra explicación por la falta de mayores obras.

El poder de la oración

13 Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. 14 Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.

Jesús repite la promesa para enfatizar su certeza, y agrega las palabras “cualquier cosa” para hacer la promesa muy amplia. Hay algunas personas que usan esta promesa para justificar pedir y reclamar casas grandes y carros nuevos, cosas materiales y egoístas, pero la promesa se da en el contexto de hacer las obras que hizo Jesús. Y hay una condición muy importante: pedir “en mi nombre.” Eso no significa terminar la petición con las palabras “en el nombre de Jesús” (aunque está bien terminar una oración así). Pedir en su nombre significa pedir conforme al corazón y la voluntad de Jesús, como si Cristo mismo estuviese aquí haciendo la obra.

Dios está tan dispuesto a responder a estas peticiones porque Él quiere glorificar a su Hijo. Así que la petición debe traer gloria a Jesús. Si el motivo de nuestra petición es glorificarnos a nosotros mismos o glorificar nuestro ministerio o iglesia, es probable que Dios no la conteste. Pero si trae mucha gloria a Jesucristo, los cielos están abiertos para derramar el poder de Dios.

La oración es el medio para liberar ese poder para hacer las obras de Jesús. Es tan importante que Jesús modela la oración en el capítulo 17, y vuelve a repetir esta promesa en Juan 16:

23 En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. 24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.

De nuevo Jesús usa las palabras “ciertamente les aseguro” para enfatizar la certeza de esta promesa. Antes, ellos no tenían que orar a Jesús, porque Él estaba allí presente con ellos; por medio de la oración nosotros tenemos el mismo acceso a Jesús que disfrutaron esos discípulos.

¡Nuestra alegría es importante para Jesús! Él sabe que es una bendición recibir, y también dar. Él se deleita en contestar nuestras peticiones y en ver nuestro gozo.

¿Cómo está tu alegría? ¿Está completa? ¿Cómo es tu experiencia en la oración? ¿Crees que pides de acuerdo con el corazón y la voluntad de Jesús? ¿Ves muchas respuestas? ¿Es tu deseo en la oración contestada ver a Jesús glorificada, o solo piensas en tu propio beneficio?

La importancia de la obediencia

Continuando en Juan 14:

19 Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero ustedes sí me verán. Y porque yo vivo, también ustedes vivirán.20 En aquel día ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes. 

El mundo no ve a Jesús; El creyente, sí, lo ve

Cristo vive; Nosotros vivimos

Cristo está en el Padre; Nosotros estamos en Cristo, y Él está en nosotros

Entonces, ¡tenemos todas las bendiciones! Vemos a Jesús, vivimos, estamos en Él, y Cristo está en nosotros. Parece que es cuando Jesús regrese al Padre que ellos se darán cuenta de esta relación tan íntima de unión con Cristo (posiblemente a través del Espíritu Santo que mora en ellos). Puede ser que Cristo esté hablando de sus apariciones después de la resurrección, o que lo vayan a ver espiritualmente.

Lo que cada uno produce es una relación íntima con Jesús, donde lo vemos, compartimos en su vida y nos unimos a Él. Debe resultar en amar a Cristo. ¿Cómo sabes si lo amas?

21 ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Sabemos que Dios ya nos ama tanto que envió a Jesús a este mundo para salvarnos. Pero este versículo dice que experimentamos más del amor del Padre y del Hijo cuando manifestamos nuestro amor en la obediencia. Es fácil decir y cantar en la iglesia cuánto amo a Jesús, pero la prueba está en la vida cotidiana, en la tentación y en tomar esas decisiones difíciles de obedecer su Palabra cuando no tenemos las ganas. Y no es una obediencia obligatoria (por temor, solo para evitar un castigo); si amamos a Jesús, tenemos que hacer sus mandamientos los nuestros. Nos deleitamos en ellos, como a menudo el salmista escribía acerca de la Ley de Dios. Para obedecerlos hay que conocerlos. ¿Estudias la Biblia para conocer sus mandamientos? ¿Pones la Palabra en práctica? ¿Escuchas para la voz del Espíritu y la obedeces?

Qué bueno que tenemos todas estas bendiciones dadas por Dios, pero es aquí donde nos examinamos para ver si andamos como Cristo anduvo. ¿Cómo está tu obediencia? Si no estás experimentando el amor de Dios, ¿puede ser que te falta?

22 Judas (no el Iscariote) le dijo: —¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?

Esa es una actitud diferente; a mucha gente solo les importa que ellos experimenten una manifestación de Dios. Judas está pensando en la misión que él ha entendido que tiene Jesús; le parece una contradicción que Jesús no se manifestaría al mundo. Y, característicamente, Jesús no responde a su pregunta.

23 Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. 24 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió.

Parece que la respuesta de Jesús es: “Yo me manifestaré solo a aquellos que me aman y obedecen mi palabra.” No lo dice, pero tal vez ahora es la responsabilidad de los discípulos manifestar a Jesús al mundo, en sus palabras y en las mismas obras que Jesús hizo.

Si amas a alguien, quieres complacerlo, quieres hacer lo que sea importante para él. Obedecer a Jesús no es una carga, sino algo que queremos hacer, y buscamos todas las oportunidades para hacerlo. Jesús da aún más peso a sus palabras; son de su cabeza, del Padre. No obedecer esa palabra deshonra no solo a Jesús, sino también al Padre.

La paz de Cristo

27 La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

La NTV dice: Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.

La paz se puede dar. Cristo tiene paz sobrenatural para dejar con nosotros. El mundo también da paz, pero es una paz pasajera. Podemos sentir paz en un lugar tranquilo, en la naturaleza, en los brazos del cónyuge, con buena música o con éxito en algún proyecto. Pero esa paz depende de las circunstancias, y hay muchas cosas que nos roban esa paz. La paz de Cristo es una paz profunda que perdura a pesar de las circunstancias. Esa paz guarda nuestros corazones de la angustia y nos da valentía para enfrentar los problemas de esta vida. Ese perfecto amor y paz echan fuera todo el temor de nuestros corazones.

Aquí Jesús vuelve a lo que dijo al principio (el verso 1). No sabemos exactamente cómo Jesús compartió este discurso, pero parece que está llegando al final de esta parte.

“Ya no hablaré más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo”

28 »Ya me han oído decirles: “Me voy, pero vuelvo a ustedes”. Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo. 29 Y les he dicho esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean. 30 Ya no hablaré más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí, 31 pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga.

Se acerca la hora de tribulación. Posiblemente Jesús ya puede ver la ansiedad en los rostros de sus discípulos. No les gusta la idea de despedir a Jesús. Egoístamente, queremos que Jesús siempre esté con nosotros. Como la separación de un ser amado, ya sea que se mude a otro lugar o en la muerte, nos duele. Pero si amamos a esa persona, nos alegramos, sabiendo que el creyente va a la presencia de Dios cuando muere, y que ese trabajo nuevo, o ese matrimonio, va a resultar en mucha bendición para la persona. Por lo tanto, Jesús espera que ellos pueden alegrarse consigo, sabiendo que regresa a casa, regresa a su Padre.

Hay orden en la divinidad. Las tres personas son Dios, pero Jesús dice claramente aquí que el Padre es más grande que Él. Jesús se somete a su autoridad, y el Espíritu Santo actúa de acuerdo con la voluntad del Padre e Hijo. Jesús se sometió voluntariamente al diablo, aunque no tiene dominio sobre Jesús. Cristo le llama “el príncipe de este mundo” porque Dios le ha dado autoridad en esta tierra. Para socavar esa autoridad, Jesús obedecerá a su Padre y morirá como sacrificio en la cruz para inaugurar un reino nuevo y recuperar lo que el diablo robó.

Jesús ha compartido lo que sucederá con la esperanza de que recordarán cuando suceda, y su fe se fortalecerá. Qué tengamos ese corazón de Jesús para hacer exactamente lo que Dios nos manda hacer. Es un testimonio al mundo de nuestro amor para Dios, negándonos para agradecer a Dios.

»¡Levántense, vámonos de aquí!

No es fácil dejar la rica comunión del aposento alto, el compañerismo con hermanos amados y la dulce presencia de Jesús. Pero tarde o temprano tenemos que bajar del monte y entrar en el campo de batalla. Jesús sabe lo que le espera, y ha tratado de preparar a sus discípulos. Lamentablemente, todavía van a caer en el desánimo, la angustia y la incredulidad.

Un sacerdocio santo 1 Pedro 2:1-10

Dios hizo un milagro más grande que resucitar a un muerto, curar cáncer, o liberar a unendemoniado: Ha pagado el precio de tus pecados, te ha adoptado como su hijo, y te ha dado una herencia en su reino. ¿Qué tienes que hacer tú?

Algo para desechar

1Por lo tanto, abandonen toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia. 

Primero, hay cosas de tu vida vieja que simplemente no tienen lugar en esta nueva vida.Pedro nombra solo cinco aquí. ¿Siguen siendo parte en tu vida?

  • Maldad (mala conducta, malicia)
  • Engaño
  • Hipocresía
  • Envidias
  • Calumnia (difamación, detracciones, chismes, comentarios hirientes)

¿Añadirías otras cosas de las que tienes que deshacerte? Esta es la parte negativa, que te limpiará y permitirá que la Palabra de Dios caiga en tierra fértil y crezca.

Prepárate para crecer

Deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños reciénnacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor.

Si has experimentado algo de la bondad de Dios y has saboreado su salvación, sabes lo bueno que es, y quieres más. Todos empezamos como niños recién nacidos cuando aceptamos a Cristo y nacemos otra vez como criaturas nuevas, pero tenemos que crecer. Qué triste es ver a un creyente que ha sido salvado 10 o 20 años y noha crecido. Aquí Pedro dice que es la leche pura de la palabra de Dios que produce el crecimiento. Tal como un bebe clama por esa leche, nosotros tenemos que desear y buscar esa leche. La NTV dice: Pidan a gritos ese alimento nutritivo.

Piedras vivas en una casa espiritual

Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. 

Tú tienes una relación personal con Cristo; ahora debes acercarte a Él, sabiendo que es escogido y precioso para su Padre, aunque fue rechazado en esta tierra por su propio pueblo. Pedro lo llama una piedra viva, pero luego dice algo radical: nosotros también somos piedras vivas. La salvación no es solamente individual; una parte integral de ser salvo es ser parte de una casa espiritual. Dios te coloca como una piedra en el muro de esa casa, donde te relacionas con las otras piedras vivas. Los edificios no están vivos y no son muy importantes para Dios. Nosotros invertimos cantidades enormes de tiempo, energía, y dinero en nuestros templos y edificios; lo que interesa a Dios es la casa espiritual.

¿Está tu piedra colocada en una casa espiritual? ¿Estás experimentando un rico compañerismo con las demás piedras? ¿Es una casa que glorifica a Dios?

Sacrificios aceptables a Dios

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes ofrecían los sacrificios. Ya no tenemos que sacrificar corderos y otros animales, pero Dios todavía exige sacrificios, y sacerdotes aún los ofrecen. Más los sacerdotes somos todos nosotros; somos parte de un sacerdocio real. Ese es un privilegio y una responsabilidad grande.Pablo habla de nosotros como sacrificios vivos (Romanos 12:1); aquí Pedro habla de sacrificios espirituales, los cuales tienen que ser aceptables a Dios. Hay mucha gente que hace sacrificios, pensando que pueden obligar a Dios a hacer algo, o para ganar la aprobación de hombres. Los sacrificios que se hacen con un corazón impuro y pecaminoso o por motivos incorrectos no son aceptables a Dios. El Antiguo Testamento habla mucho de Dios rechazando los sacrificios requeridos por la ley porque su pueblo estaba en pecado. El sacrificio extremo fue el sacrificio de Jesucristo en la cruz. Es el sacrificio de nosotros mismos que más agrada a Dios; entregando la vida por nuestros hermanos o esposas, sacrificando nuestra comodidad y tiempo, negándonos a nosotros mismos para el beneficio de otros. Todo lo que hacemos en el Nombre de Jesucristo puede ser un sacrificio a Dios: servicio, alabanzas, y acción de gracias.

La piedra principal

Así dice la Escritura:

«Miren que pongo en Sión
    una piedra principal escogida y preciosa,
y el que confíe en ella
    no será jamás defraudado».

Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos,

«la piedra que desecharon los constructores
    ha llegado a ser la piedra angular»,

y también:

«una piedra de tropiezo
    y una roca que hace caer».

Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.

La piedra principal, la piedra angular de esta casa, es Jesús, colocado por el Padre como fundamento y cabeza. Esta piedra es preciosa para su Padre y para nosotros, pero el mundo ni la acepta ni la valora. No puede entender la importancia quedamos a esta piedra, y la desechan.

Para el mundo, y otras religiones, el problema casi siempre es Jesús. Si hablamos de“dios” en términos genéricos, no tienen mucho problema, pero la persona de Jesús es una piedra de tropiezo que los hace caer. Para ellos Cristo es un escándalo. Tropiezan a causa de su rebelión; no quieren obedecer la palabra, pero una parte integral de ser una piedra viva en esa casa espiritual es tener hambre por la palabra, alimentarte en ella, y obedecerla.

¿Confías en esta piedra? La promesa aquí es que jamás serás defraudado o avergonzado.

Quien eres

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel quelos llamó de las tinieblas a su luz admirable. 10 Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.

Ha habido una transformación milagrosa. Antes, no éramos un pueblo, especialmente nosotros, los gentiles. Nuestra rebelión y pecado nos hicieron enemigos de Dios. No habíamos recibido misericordia. Estábamos en las tinieblas. No éramos nada. Pero, ahora, Dios nos llamó a su luz admirable, y, en Cristo, todo ha cambiado:

  • Hemos recibido misericordia de Dios.
  • Somos pueblo de Dios, pueblo que pertenece a Él.
  • Somos linaje escogido.
  • Somos real sacerdocio.
  • Somos nación santa.

¿Y cuál es el propósito de Dios para esta gran salvación? ¡Para proclamar las obras maravillosas y virtudes de Dios a al mundo entero!

Mira de nuevo quien eres, según a la Palabra de Dios. ¿Está tu identidad formada por esta verdad? ¿Tienes esa autoimagen? Nota nuevamente la naturaleza corporativa de quienes somos: un pueblo, un real sacerdocio, una nación santa. No es posible experimentar lo que Dios quiere para nosotros solos en la casa, mirando un culto en la tele.

Cómo sobrevivir y prosperar en las pruebas 1 Pedro 1:6-25

Hay momentos cuando leemos la Palabra de Dios y meditamos en todas las bendiciones de nuestra salvación, pero no concuerda con nuestra experiencia actual. Incluso podrías dudar de tu salvación o pensar que podrías haber perdido esa bendición debido a algún pecado. Los creyentes que recibieron esta carta habían experimentado mucha aflicción y vivían con esa tensión.

El sufrir en diversas pruebas

Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. 

Reflexionando en las bendiciones en la primera parte del capítulo, ¿te llena de alegría todo lo que Dios ha hecho para ti? Dice que “hasta ahora” han sufrido; puede ser que ellos aceptaron al Señor y nunca tenían una “luna de miel” libre de problemas, sino sufrían persecución y otras “diversas pruebas.” Gracias a Dios, son “por un tiempo” solamente. Dios las puede permitir, pero Él también puede salvarlos y librarlos de las pruebas.

¿Te parece que tus pruebas nunca se acabarán? La RVR dice que están “afligidos” por estas muchas pruebas. ¿Estás sufriendo y afligido con ellas ahora? Es posible regocijarse en medio de las pruebas cuando llenas tus pensamientos con las cosas gloriosas que Dios tiene preparadas para ti.

Refinados en el fuego

El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. 

¡Qué día glorioso cuando Jesús se revele! Todas estas pruebas serán como nada, cuando recibes aprobación y gloria y honra por la demostración de tu fe pura y fuerte. Esta vida es un proceso, como refinar al oro. Puede que estés pasando por el fuego, pero Dios sabe lo que está haciendo. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica (NTV). Es mejor tener tu fe (la cual es tan preciosa como el oro) probada ahora, que ser revelada como inauténtica cuando Cristo venga.

¿Dónde estás en este proceso de la purificación de tu fe? ¿Estás en el fuego ahora? ¿Qué revela ese fuego acerca de ti?

Un gozo indescriptible

Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.

Eres salvo en el momento que aceptas a Jesús, pero parte de este proceso es permanecer y crecer en tu fe, y tener esa fe probada. Experimentarás más y más de las riquezas de esa salvación en tu relación con Cristo; la cual te llena de un gozo grande y glorioso, que no puedes expresar con palabras. Eso (no la prosperidad o la felicidad) es la meta de tu fe.

Andamos por fe, no por vista. Pedro es un testigo fiel de Jesús; había visto a Jesús y caminaba con Él, pero no es necesario verlo para amarlo. Amarlo sin verlo es la verdadera fe que las pruebas fortalecen, y conduce a una relación íntima y gozosa consigo.

Más privilegiados que los profetas y los ángeles

10 Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, estudiaron cuidadosamente esta salvación. 11 Querían descubrir a qué tiempo y a cuáles circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testificó de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendría después de estos. 12 A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que les servían a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.

Los profetas no solo recibieron visiones y revelaciones, sino también diligentemente estudiaban la Palabra de Dios. Ya habían visto, por medio del Espíritu Santo, algo de los sufrimientos del Mesías y la gloria que vendría después. Querían saber más detalles: cuándo, y bajo cuáles circunstancias. Hablaron en parte, pero ahora el Espíritu inspira a los apóstoles y otros siervos del Señor a anunciar el plan de Dios y el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. ¡Esos profetas fieles querían experimentar lo que nosotros damos por sentado! Pero Dios les dijo que los mensajes que habían recibido no eran para ellos, sino para nosotros. ¡Qué pena para esos profetas fieles! ¡Incluso los ángeles anhelan contemplar estas cosas!

¿Cómo debes responder a esta maravilla?

No son solamente doctrinas lindas o cosas que confesamos intelectualmente. Esta realidad del nuevo nacimiento y la obra de Dios en ti, debe revolucionar la vida diaria. Dios ha hecho su obra; ahora, a pesar de las pruebas y el sufrimiento, tú tienes que responder en fe y hacer tu parte.

13 Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia (ceñid los lomos de vuestro entendimiento); tengan dominio propio (usen de su buen juicio; sed sobrios); pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo. 

Aquí hay tres cosas que hacer, frente a las pruebas y tentaciones de esta vida:

  1. Actuar con inteligencia. ¿Significa eso que a veces actuamos tontamente? ¡Podría ser! Las varias traducciones tienen perspectivas muy distintas. Por ejemplo, la Biblia de las Américas dice “ceñid vuestro entendimiento para la acción,” y la NTV: “Preparen su mente para actuar.” Pedro te llama a acción, pero es acción sabia, bien pensada, usando facultades que Dios te ha dado para navegar las dificultades. A veces es tentador pararte y estar paralizado, pero tienes que tomar la decisión de superar el temor y la incertidumbre, reflexionar cuidadosamente sobre lo que la Biblia dice y lo que has aprendido acerca de la vida cristiana, y actuar.
  2. Tener dominio propio. La verdad es que en el pasado a menudo actuábamos con prisa, impulsivamente. No ejercíamos buen juicio. En estos días postreros, en un mundo muy secular que no reconoce la autoridad de Dios y su Palabra (o en medio de la persecución), no hay tiempo ni lugar para tomar decisiones necias. Por ejemplo, la tentación de porno en el internet es tan fuerte que sin dominio propio muchos van a caer en esa trampa. Todavía puedes disfrutar de la vida, pero ya no puedes vivir la vida loca, sino la vida en Dios.
  3. Esperanza puesta en Jesús. En estas circunstancias no puedes poner tu esperanza en el éxito, las riquezas, cosas materiales o la gente de este mundo. Todas esas cosas te dejarán decepcionado. Cristo es tu única esperanza, pero Pedro sabe que a menudo parece un sueño. Para ser “esperanza,” tiene que ser algo que estamos esperando, que no es parte de la experiencia actual; es la gracia de Dios que recibiremos cuando Cristo se manifieste.

Hijos obedientes y santos

14 Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. 15 Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; 16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo». 

Muchos creen que el cristianismo es muy rígido y nos esclaviza con sus muchas reglas; los no creyentes se ven a sí mismos como libres de vivir como quieran. Pero Cristo dijo que el que peca es esclavo del pecado (Juan 8:34). La verdad es que todos son moldeados por algo; en muchos casos son los medios, la cultura, los amigos o (lo que Pedro dice aquí) tus propios malos deseos. Todo eso tiene que cambiar cuando estamos iluminados, y podemos ver claramente el final de esa vida. La verdad es que la gente del mundo vive en ignorancia; todos nosotros vivíamos de esa manera. ¿Puedes reconocer los “malos deseos” de tu naturaleza pecaminosa y los malos deseos que el mundo te anima a satisfacer? ¿Todavía estás moldeado por ellos?

Pablo habló del mismo tema en Romanos 12:1-2:

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

La nueva vida empieza con ofrecer el cuerpo como sacrificio vivo a Dios, y renovando la mente con la Palabra de Dios. Reconocemos el molde del mundo y escogemos otro rumbo, para ser moldeados por la Palabra y el Espíritu de Dios. Solo así puedes aprender cuál es la voluntad de Dios para ti; contrariamente a lo que muchos en el mundo creen, su voluntad es buena, agradable y perfecta.

La meta es muy alta: ser santo, tal como Dios es santo; no solo en la iglesia, sino en todo lo que haces. Somos santos, y esa identidad debe impactar toda la vida, para andar como santos.

Un juicio venidero

Si el deseo de agradar a Dios y experimentar su plan perfecto y agradable no es motivación suficiente, Pedro nos recuerda que hay un juicio venidero:

17 Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo. 

Pedro ya ha hablado de diversas formas en que somos diferentes del mundo; ahora dice que somos peregrinos. ¿Sabes lo que es tener un temor reverente por Dios? Si lo haces bien, no hay nada que temer. De hecho, el día del juicio revelará todas tus buenas obras, y recibirás una corona. Tenemos una relación íntima con Dios; Él es nuestro Padre. Pero no hay excepción de personas con Dios; tú puedes ser su hijo, pero Él juzga a todos con imparcialidad. Si has aceptado a Cristo como Señor y Salvador, puedes descansar seguro en tu salvación, pero el Padre también va a juzgar tus obras. ¿Cómo crees que ese juicio saldrá para ti?

La preciosa sangre de Jesús

18 Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, 19 sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto. 20 Cristo, a quien Dios escogió antes de la creación del mundo, se ha manifestado en estos últimos tiempos en beneficio de ustedes. 21 Por medio de él ustedes creen en Dios, que lo resucitó y glorificó, de modo que su fe y su esperanza están puestas en Dios.

La fuente de tu confianza es Cristo; Él pagó el precio de tu redención con su propia sangre. Dios ya lo escogió antes de la creación del mundo para ser ese cordero perfecto, y para morir en la cruz como un sacrificio por tus pecados.

Tú vivías una vida absurda, pero no es culpa tuya; la heredaste de tus antepasados. A veces la familia no entiende por qué tienes que rechazar esa forma de vivir, pero ahora sabes que es una vida vacía, vana, y sin sentido. Jesús te rescató de esa vida; ahora toda tu esperanza esta puesta en Él.

Ámense los unos a los otros de todo corazón

22 Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros. 23 Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 24 Porque

«todo mortal es como la hierba,
y toda su gloria como la flor del campo;
la hierba se seca y la flor se cae,
25     pero la palabra del Señor permanece para siempre».

Y esta es la palabra del evangelio que se les ha anunciado a ustedes.

Pedro ha presentado un contraste muy claro entre la vida vieja en el mundo, y la nueva vida en Cristo. Es tan radical que tienes que nacer de nuevo para entrar en ella. Cuando escuchas la verdad del evangelio y la obedeces en fe, Dios te purifica y te llena de un amor sincero. El amor que conocías en el pasado muchas veces era muy egocéntrico y enfocado en beneficiarte a ti mismo; el amor que Dios nos da debe impactar toda tu vida. Dios nos manda a amarnos de todo corazón los unos a los otros.

La palabra de Dios es viva y eficaz. Solo su palabra (y nuestras almas) permanecen para siempre. Es la semilla, y tú tienes el gran privilegio de sembrarla y anunciarla. Esa es la simiente imperecedera. ¿Estás esparciendo esa semilla? ¿La Palabra de Dios toma el lugar que merece en tu vida diaria?

Sin el nuevo nacimiento es imposible escapar de la vida absurda y loca del pasado.  ¿Has nacido de nuevo? ¿Dónde estás en este proceso de santificación?