1 Samuel 14: Un verdadero hombre

Este capítulo nos presenta con un cuadro de un verdadero hombre, un verdadero líder. Alguien muy diferente de su padre, Saúl. No es sorpresa que su mejor amigo era David.

1 Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.

Supimos del capítulo 13 que Jonatán tenía a mil soldados en su carga. El provocó esta guerra cuando presuntuosamente atacó una guarnición de los filisteos. Es un buen muchacho, pero no ha estudiado la guerra y no tiene mucha experiencia. Lo que tiene, como muchos jóvenes, es mucha energía, mucho deseo de conquistar y demostrar su virilidad, y muchos celos para las cosas de Dios.

Jonatán provocó esta guerra, y sabe que su padre se queda con solo 600 hombres, y está muy desanimado. Casi todo el ejército se ha escondido o ha huido. Tal como David con Goliat, nadie más va a hacer nada; le toca a Jonatán. Pero no incluye a los otros soldados en su carga. Lo hace a escondidas, por la noche, y solo con su paje de armas. Y no dice nada a su padre. ¿Por qué? Porque Jonatán sabe que su padre diría que “no.” Igual como Saúl dijo a David que no puede pelear con Goliat. Saúl no tiene ninguna solución o esperanza, pero tampoco quiere dejar a otro hacer algo grande para Dios.

¡Qué triste cuando un pastor socava los intentos de los hombres de Dios para hacer proezas para el Señor! Esos guerreros hacen las cosas secretamente porque tienen temor que el pastor va a enojarse o detener lo que el Señor ha puesto en su corazón.

Lo mismo pasa muchas veces en la familia. El hijo sabe que papá va a decir no; que no le permitirá hacer lo que quiere hacer. El padre puede tener mucha razón – o no. A veces los padres operan de temor – no permiten algo porque temen que el muchacho va a lastimarse. Joven – es importante comunicar con tus padres y no hacer algo a escondidas. Y madre y padre – es importante mantener una comunicación abierta y aceptar que Dios puede trabajar por medio de tus hijos también.

Y Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres. Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.

Esto es increíble. Es un retrato muy vívido de las diferencias entre padre e hijo. Mientras que Jonatán se levanta en el poder de Dios para defender su pueblo, su padre está sentado debajo de un granado. Al extremo; lejos de la batalla. Estaba metido en una religiosidad muerta. Este sacerdote era el nieto del hijo maligno de Elí. Parece que él también era un sacerdote impío. No depende de una relación viva con Dios, sino del efod, un vestido del sacerdote que creían que ganara favor con Dios. Saúl ni aun se da cuenta de que Jonatán se fue. Está fuera de contacto con la realidad.

Gracias a Dios por los muchos pastores que están en el campo de batalla y tienen el corazón de Jonatán y David. Pero por desgracia también hay algunos como Saúl; sentados frente al televisor, escondidos en el templo, o metidos en una religión de tradición y rituales. Pablo dice que tienen la apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella. Pueden estar tan fuera de contacto con sus familias y sus congregaciones que un hermano de la iglesia o un hijo puede irse y no se dan cuenta de ello.

Y entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses, y el otro Sene. Uno de los peñascos estaba situado al norte, hacia Micmas, y el otro al sur, hacia Gabaa. Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos.

Jonatán era un hombre de fe audaz. Está listo para arriesgar su vida para la gloria de Dios. No queremos probar a Dios, pero él tiene una perspectiva sana, la misma que tuvo David frente a Goliat: Ellos son incircuncisos; no conocen a Dios. Nosotros somos hijos del Rey. Esa autoimagen correcta es muy importante. Hace la diferencia entre el temor y cobardía de Saúl, y la fe y valentía de Jonatán y David.

A pesar de su juventud, Jonatán tiene mucha madurez en cómo se acerca a la situación: Él reconoce que Dios es soberano. La verdadera fe no es presuntuosa. No simplemente declaramos algo, como si fuésemos nosotros quienes mandamos. Si Dios lo hace o no, es su decisión. Pero Jonatán se hace disponible; se pone en un lugar donde Dios puede hacer un milagro, y confía en Dios para protegerlo.

Es tentador quedarnos en el campamento bajo el granado y lamentar la situación del mundo y posiblemente orar por un avivamiento. O podemos salir a la calle con la Biblia y esperar en Dios para puertas abiertas para predicar y testificar del poder de Dios.

Jonatán también sabe que los números no importan mucho a Dios. No hay nada difícil para Dios. No importa que su papá perdió casi todo el ejército. No importa que solo son dos que no tiemblan con temor. No hay nada difícil para Dios. A veces Él usa muchos, pero puede hacer milagros con un solo hombre. Hay mucho poder en la oración de dos creyentes unidos en el Espíritu.

Es fácil para una iglesia perder ánimo cuando no crece y se ve a las iglesias megas en la tele. Es fácil para un pastor creer que está fallando si tiene una iglesia pequeña. Es cierto que, en general, por naturaleza el reino crece. Pero no siempre. El pastor que está preocupado con números puede pensar más en como entretener y agradar a la gente que en obedecer a Dios. No desprecies el día de pequeños comienzos. Dios puede transformar una ciudad con una iglesia pequeña.

El pastor tiene que modelar una fe saludable en Dios. No para mandar a Dios, sino para confiar en la soberanía de Dios, someterse a su señorío, y ponerse en un lugar donde Dios puede usarlo.

Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad. Dijo entonces Jonatán: Vamos a pasar a esos hombres, y nos mostraremos a ellos. Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros, entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 10 Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros, entonces subiremos, porque Jehová los ha entregado en nuestra mano; y esto nos será por señal.

Un verdadero varón de Dios inspira a otros hombres. Quieren acompañarle y apoyarle. No actúa solo. Pablo siempre tenía a un compañero. Jesús andaba con sus discípulos. Él dijo que cuando hay dos o más reunidos en su nombre Él está presente entre ellos. Que gran bendición oír esas palabras de un hermano: “estoy contigo.” ¡Cuánto se alegra el corazón de un pastor oír esas palabras! Por desgracia, hay muchos pastores solitarios. No saben cómo compartir sus vidas y sus ministerios con otros. No quieren que nadie vea ninguna debilidad o defecto en ellos. Un pastor necesita a un paje de armas. El necesita a alguien que le diga: Haz todo…   ¿Tienes la voluntad para decir eso a un pastor? ¿Has tenido a un paje de armas? ¿Puedes ser ese paje de armas para alguien?

Jonatán anda paso a paso en fe. Como Gedeón, él pone un “vellón de lana” y le da la oportunidad a Dios para abrir o cerrar la puerta. Él está abierto a la voluntad de Dios, pero se pone en un lugar donde Dios puede usarlo. Jonatán ha aprendido a discernir las señales que Dios nos da. Sabe que la batalla es de Dios, y Él puede entregar todo un ejército en sus manos. Si Jonatán no tiene cuidado, si no escucha y observa bien, o si actúa con prisa, puede morir. Posiblemente Jonatán aprendió de esta guerra que él provocó, y ahora espera una confirmación de Dios.

¿Sabes cómo discernir señales de Dios? ¿Esperas en Dios para una confirmación antes de actuar? Un pastor debe ayudar a su congregación discernir las señales y entrar en la batalla cuando Dios lo manda.

11 Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas donde se habían escondido. 12 Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel.

Es una amenaza: “Os haremos saber una cosa.” Un hombre temeroso se olvidaría de su llamado y huiría. Pero Jonatán estaba firme en su fe y recibe esas palabras como una señal para subir a la batalla.

Vendrán amenazas y palabras fuertes del enemigo. El pastor tiene que estar firme en su fe y seguir adelante a pesar de todas esas amenazas. ¿Hay algo que el Señor te ha llamado a hacer? Puede ser que tomaste el primer paso, pero el enemigo se mofó de ti, y retiraste. No permitas que el diablo te intimide.

13 Y subió Jonatán trepando con sus manos y sus pies, y tras él su paje de armas; y a los que caían delante de Jonatán, su paje de armas que iba tras él los mataba. 14 Y fue esta primera matanza que hicieron Jonatán y su paje de armas, como veinte hombres, en el espacio de una media yugada de tierra. 15 Y hubo pánico en el campamento y por el campo, y entre toda la gente de la guarnición; y los que habían ido a merodear, también ellos tuvieron pánico, y la tierra tembló; hubo, pues, gran consternación.

Con un paso de fe y obediencia de parte de Jonatán,  Dios se levanta poderosamente y manda un pánico y un temblor al enemigo.

Dios está esperando para hombres y mujeres de fe como Jonatán para derribar las fuerzas de maldad. Hay muchas personas dispuestas, pero ocupan a un líder como Jonatán para inspirarlos y guiarlos.

16 Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba de un lado a otro y era deshecha. 17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad ahora revista, y ved quién se haya ido de los nuestros. Pasaron revista, y he aquí que faltaba Jonatán y su paje de armas.

Saúl casi no pudo creer que uno de los suyos fuese responsable para esta turbación. Otra vez vemos que Saúl no estaba proporcionando mucha cobertura o supervisión a su hijo. Lástima que muchos hijos carecen de la presencia y el apoyo de su padre. Incluso a veces el hijo del pastor. Él ministra a toda la congregación, pero puede ignorar a su propio hijo.

18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19 Pero aconteció que mientras aún hablaba Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.

Saúl todavía está con su religión. En vez de moverse con el Espíritu y entrar en la batalla, quería traer el arca, tener un culto, pasar un día en ayuno, y seguir todas sus tradiciones antes de entrar en la batalla. ¡Pero entonces estaría muy tarde! Y no se nota ningún amor ni cuidado por el bienestar de su hijo.

20 Y juntando Saúl a todo el pueblo que con él estaba, llegaron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero, y había gran confusión.

Llegan tarde, pero llegan a la batalla. ¿Te acuerdas que solo Saúl y Jonatán tenían espadas (1 Samuel 13:19-23)? Pues, a pesar de la estupidez de ese arreglo con los filisteos, Dios hace todo lo necesario para remediar la situación. ¡La espada de cada uno estaba vuelta contra su compañero! ¡Estaban matándose unos a otros! ¡Dios mandó una terrible confusión a todo el campamento de los filisteos! ¡La batalla es de Dios! ¡No hay nada difícil para Él!

21 Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo atrás, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, se pusieron también del lado de los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán. 22 Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, también ellos los persiguieron en aquella batalla. 23 Así salvó Jehová a Israel aquel día. Y llegó la batalla hasta Bet-avén.

¡En la cuestión de unas horas todo cambió completamente! Algunos hebreos se habían juntado con los filisteos, pero ahora vuelven a sus paisanos. Otros que se habían escondido también aparecieron.

Es algo parecido a lo que he observado en unas iglesias. Cuando no hay un buen liderazgo, algunos hermanos van a otras iglesias. Otros se quedan escondidos en sus casas con la televisión. Pero cuando Dios manda un varón de Dios y el Señor hace milagros, de repente aparecen de nuevo.

La batalla de verdad es de Dios. La victoria es muy grande. Yo oigo a muchos que quieren experimentar más del Espíritu de Dios. Si tú quieres ver el poder de Dios y ser lleno de su Espíritu, sube a la batalla. Muchos se quedan en la iglesia, orando y esperando para un mover de Dios. Eso es bueno. Pero a veces estamos bajo un granado como Saúl, y Dios está en la calle, en la prisión, en el campo de batalla. ¿Quieres ser un Saúl? ¿O un Jonatán?

1 Samuel 13  Cómo el pecado de un solo hombre impacta toda una nación

A mí me encanta la historia. Me fascinan todas las personas de la Biblia y sus experiencias. Doy gracias a Dios por los muchos hombres y mujeres reales que sirven como modelos para nosotros. Como Saúl, el primer rey de Israel. Un rey puede enseñarnos mucho, porque Dios diseño a nosotros para reinar. Somos príncipes y princesas. Esta vida es una preparación para la eternidad, cuando vamos a reinar con Cristo. A la misma vez, Dios quiere que reinemos en las circunstancias de la vida actual; en el hogar, en el trabajo, en la iglesia, y en la sociedad. Somos miembros de su reino, y queremos establecer ese reino aquí en la tierra. Oramos en el Padre Nuestro: “Que venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

Una de las lecciones de 1 Samuel es la importancia de 100% obediencia.  Eso puede parecer muy exigente a ti, pero Dios solo lo requiere porque te ama, y sabe lo que es mejor para ti. Por ejemplo, si hay un vaso de veneno, y Dios dice que es prohibido tomarlo. Pero si creo que Él quiere privarme de algo rico, voy a probarlo – pero solo voy a tomar el 5% del vaso. ¡Todavía voy a morir!

Otra lección importante de 1 Samuel es que no hay nadie perfecto. Siempre vamos a cometer errores, pero gracias a Dios, Él tiene a un David, Él tiene a un Samuel, o Él se levanta soberanamente para liberarnos del enemigo y darnos la victoria. Porque somos sus hijos, somos el cuerpo de Jesús, y Él es por nosotros.

En los primeros versículos de 1 Samuel 13 Saúl ya comete tres errores. ¿Puedes discernir cuáles son?

1Había ya reinado Saúl un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel, escogió luego a tres mil hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil estaban con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a sus tiendas.

Tres errores que preparan el escenario para derrota

  1. No sabemos mucho acerca de Jonatán en este punto. Es un buen muchacho, pero es un muchacho, y para entregar una tercera parte del ejército a un joven no es muy sabio.

Es bueno incluir a gente más joven en el liderazgo, pero la Biblia también nos advierte acerca de un creyente nuevo como líder. 1 Timoteo 3:6 dice: no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. Otras traducciones dicen que se vuelva presuntuoso o no se le suba el cargo a la cabeza. Un neófito puede ser joven o viejo, pero es importante que un pastor o líder en la iglesia tiene tiempo para ser probado y establecer un buen testimonio. Es fácil para un neófito, o un joven como Jonatán, caer en orgullo y cometer errores graves. Saúl no actuó con prudencia cuando entrego mil soldados a Jonatán.

2  Saúl no proporcionó la supervisión necesaria para su hijo. Están separados por unos 16 km (10 millas). No es mucho, pero no había teléfonos celulares en ese entonces, y sería imposible comunicar rápidamente con su hijo. Saúl tenía su ejército en tres lugares. Sería mejor tenerlo unido y dedicarse a adiestrar y apoyar a su hijo. No es sabio dar demasiada independencia a un joven.

Uno de los errores más comunes en la iglesia es delegar alguna responsabilidad y no proporcionar el apoyo y la supervisión necesarios. Hay un balance importante: No debe controlar a la persona; necesita la libertad para crecer o fallar. Pero si no hay una relación y comunicación, es fácil sentir más “usado” que “amado.”

3 El tercer error es despedir a la gran mayoría del ejército; Saúl se queda con solamente 3 mil hombres. Como vamos a ver, es una decisión necia. Posiblemente Saúl estaba muy confiado en sí mismo (o en Dios), pero también es posible que quería agradar a ellos, enviándolos a sus tiendas y a sus mujeres.

Cada persona es importante. He oído muchas veces cuando alguien deja la iglesia o se aparta de Jesús: “Pues, él no era sumiso, no tenía una doctrina sana, no estaba en serio en las cosas de Dios.” La verdad es que cada hermano y hermana en la iglesia tiene mucho valor. Jesús dijo que un buen pastor deja a las 99 ovejas para buscar a la oveja perdida o descarriada.

El joven provoca una guerra

Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que había en el collado, y lo oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por todo el país, diciendo: Oigan los hebreos. Y todo Israel oyó que se decía: Saúl ha atacado a la guarnición de los filisteos; y también que Israel se había hecho abominable a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal.

Geba (donde estaba la guarnición de los filisteos) estaba muy cerca de Micmas. Gilgal está en la orilla del rio Jordán, unos 25 km alejados. No sé por qué el pueblo se juntó allí, tan lejos.

Aquí el problema de la juventud y falta de experiencia de Jonatán se manifiesta. El joven actuó por su propia cuenta, sin consultar a su padre; ni Dios ni el rey ordenó al joven atacar la guarnición. Es común para un joven probar su virilidad con cosas imprudentes.

Hay una mentira aquí también: No fue Saúl que ataco a la guarnición, pero él tiene vergüenza de confesar que su hijo hizo algo sin su autorización; el pueblo puede cuestionar su liderazgo, y Saúl tiene que cubrir para su hijo. También si el pueblo sabe que fue Jonatán, pueden pensar: ¿Por qué no la atacó nuestro rey? ¡Su hijo parece más valiente!

La Biblia es muy clara acerca de la importancia de autoridad y sumisión a ella. El problema principal de Satanás fue su rebelión a la autoridad de Dios, y su deseo de mandar y tener el primer lugar. La búsqueda de posición y fama y plata es la base de la caída de muchos pastores. Dios coloca a apóstoles en la iglesia, y entonces pastores y ancianos. La congregación debe someterse a una cobertura piadosa. El problema muchas veces nace con la persona que tiene la autoridad. Puede ser un esposo abusivo que no gobierna su casa con amor, o líderes en la iglesia que no siguen el modelo de Jesús, de servir, amar, y apoyar a las ovejas. De lo que sabemos de Saúl, probablemente no estaba muy involucrado en la vida de su hijo. Muchos hijos, muchas mujeres, y muchas iglesias anhelan una autoridad cariñosa y piadosa en sus vidas.

Hay otro consejo importante también: si tu enemigo es más formidable que tú, no te hagas abominable a él.

Algunos invitan una pelea con el diablo. No es un juego reprender al diablo. Un pastor que declara muchas cosas y mofa del diablo puede hacer su iglesia el blanco para un ataque fuerte del diablo. Entrar en la guerra espiritual es muy serio; requiere santidad y consagración. Hay que orar y considerar muy bien las consecuencias de nuestras acciones. La iglesia tiene que estar preparada en ayuno y oración. Muchas familias de pastores sufren porque el diablo ataca a ellos.

Un ejército inmenso, y otro temeroso

Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.

¿Cómo te parece la batalla? Israel tiene 3 mil soldados. Los filisteos tienen 6 mil de a caballo, 30 mil carros, y pueblo numeroso como la arena. Parece que habrá una masacre.

Si enfocamos en la oposición y los problemas con finanzas y contiendas en la iglesia, o problemas en el hogar, la vida puede parecer abrumador. Los números no son muy importantes a Dios. Él puede hacer más con una congregación pequeña, pero unida y consagrada, que una iglesia grande que sirve solo para entretener a la gente.

¿Cómo responden los valientes de Israel con su fe en el Dios Todopoderoso?

Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando.

Primero, las buenas noticias, porque hay algo bueno aquí: Saúl no se escondió. Permanecía en Gilgal. Todo el pueblo iba tras él. Eso es bueno.

¿Lo malo? Todo el pueblo iba temblando (incluso Saúl). La mayoría de los hombres se escondieron, o huyeron al otro lado del rio Jordán.

El líder, el pastor, determina como anda toda la congregación. Igual con un padre y su familia, y un rey y su país. El temor de Saúl frente a Goliat era contagioso, tal como la valentía de David inspiró a todo el ejército. A veces es tentador escondernos en el templo, o en la casa, y no servir como la sal de la tierra o la luz del mundo, pero Dios dice que los cobardes no van a entrar en el reino. Él quiere levantar una iglesia valiente.

Saúl entre la espada y la pared

Ahora, hay un detalle importante que no es incluido en este capítulo: Samuel dijo a Saúl que tiene que esperar 7 días, y el profeta vendría para ofrecer holocausto a Dios con la esperanza que Él hiciera el milagro necesario para la sobrevivencia del país.

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba.Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto.

Saúl era un hombre débil. Saúl depende de Samuel para su apoyo y su conexión con Dios. Y Saúl espera conforme a lo que Samuel dijo, pero el profeta no aparece. El pueblo se le desertaba. Hay miles y miles de filisteos listos para atacar. Su ejército está escondido en cuevas y fosos. Necesitan a Dios. Saúl sabe que es prohibido para el ofrecer el sacrificio, pero no sabe dónde esté Samuel. Tiene que actuar.

Cuando prometemos hacer algo en la iglesia hay que cumplir con nuestra palabra. Posiblemente tú has estado decepcionado por un pastor u otro líder en la iglesia, y sabes cómo sintió Saúl. Pero si el pastor falla en sus responsabilidades, es entre él y el Señor. Hay que tener mucho cuidado con chisme o tomar una posición o ministerio que no toca a nosotros. La falla de Samuel o de un pastor no es una excusa para pecar.

Y, ¡qué sorpresa! Apenas cuando Saúl acababa de ofrecer el holocausto,  ¡apareció Samuel! Yo sé que muchas veces es difícil esperar a Dios, pero es muy peligroso actuar con prisa.

Tres palabras que traicionan a Saúl

10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto.

Saúl tiene muy buenas excusas, pero Dios no acepta nuestras excusas. ¿Qué harías tú?

Hay unas palabras aquí que revelan el problema en Saúl: “vi,” “me dije,” y “me esforcé.” Saúl está caminando por vista, y no por fe. No buscó a Dios ni buscó el consejo de ninguna otra persona. Muchas veces las apariencias son engañosas. Todas estas son circunstancias externas. Saúl parece religioso. Quiere el favor de Dios para ganar. Pero también teme a los filisteos.

“Me dije:” Saúl está pensando lógicamente, conforme a la lógica del mundo, pero no tiene la mente de Dios. Saúl nunca oyó de Dios.

“Me esforcé.” “Me vi obligado.” Se atrevió. Nosotros no tenemos las fuerza necesaria. Cuando hacemos algo en nuestra fuerza, en la carne, muy posiblemente va a fallar. Debe esforzarse en el Señor.

La iglesia no es una empresa; no funciona conforme a las normas del mundo. Siempre tenemos que acordarnos de que Cristo es la cabeza de su iglesia. Él es soberano y Él va a hacer lo necesario para liberarnos del enemigo. No podemos cambiar las normas que Dios nos ha dado para pastores o ancianos en la iglesia. Tenemos que guardar lo que Dios ha dicho en la Biblia.

Las consecuencias de su desobediencia

13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

Saúl tenía la oportunidad de ser el antepasado del Mesías; un reino para siempre sobre Israel. Esta es la primera indicación que a causa de su desobediencia iba a perder todo. Dios le dio otra oportunidad, en el capítulo 15, pero otra vez desobedeció al Señor. Dios sabe que somos humanos y cometemos errores. Pero es importante aprender de ellos, y no cometer el mismo error una y otra vez.

14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó. 15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.

¡Hablar de desesperación! Su padre espiritual, su mentor, su conexión con Dios, le abandona, después de reprenderle, y darle las noticias que iba a perder su reino. Y el rey se queda con 600 hombres (de los 3000).

Eso puede pasar con una iglesia. Alguien llamado y ungido por Dios cae en pecado y pierde el apoyo de su concilio o denominación, pierde la mayoría de su congregación, y posiblemente la familia también. Un pastor necesita un buen corazón, un corazón conforme al corazón de Dios, y tiene que guardar la palabra de Dios.

16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; pero los filisteos habían acampado en Micmas. 17 Y salieron merodeadores del campamento de los filisteos en tres escuadrones; un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual, 18 otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim, hacia el desierto.

A lo menos Saúl, su hijo, y sus pocos soldados están juntos. Pero ya tres escuadrones filisteos están avanzando contra ellos, y ahora Saúl se encuentra con otro problema muy grave, un resultado de otra decisión necia.

Un arreglo necio con el enemigo

19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza. 20 Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz. 21 Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas. 22 Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.

Nadie – excepto Saúl y Jonatán – tenía espada o lanza. Había aceptado un arreglo con el enemigo para dejar a los filisteos todo el trabajo de hierro. Los filisteos les cobraron mucho. Por alguna razón Saúl no se levantó para decir: ¡Esto es ridículo! ¡Vamos a hacer armas! No se puede excusar a Saúl por su falla aquí. ¿Cómo se puede tener a un ejército sin armas?

¿Y tú? ¿Tienes tu espada? ¿Tienes armas? Hay veces cuando un pastor tiene la espada del Espíritu, mucho conocimiento de la Biblia, pero no capacita su congregación para la batalla. Una de las tareas más importantes de un pastor es enseñar a su iglesia como usar las armas del Espíritu; enseñar la Palabra de Dios, la Espada del Espíritu, y hacer disponible buenos recursos para prepararnos. Ya es tarde en el día de la batalla buscar una espada o un versículo en la Biblia para pelear con el diablo. Tenemos que prepararnos ahora.

A veces hacemos acuerdos necios con el enemigo. A veces un edificio o terreno puede parecer atractivo, pero puede ser un acuerdo con el diablo que resulta en muchos conflictos.

Lo que es muy triste en este capítulo es que Saúl tiene toda la culpa por este desastre. Varias veces tomó decisiones necias sin consultar a Dios. Despidió a la mayoría de sus soldados. Entregó la tercera parte de ellos a su hijo joven, quien actuó en presunción y provocó una guerra. Desobedeció el mandato de Dios. Un solo hombre puede tener un impacto muy grande, para bien o para mal.

Parece que no hay esperanza ninguna de una victoria aquí. Pero siempre hay esperanza con Dios. Tenemos que leer el próximo capítulo para ver el milagro de Dios.

1 Samuel 17: David y Goliat

El capítulo 15 de 1 Samuel es el punto de cambio en el libro: Saúl, el primer rey de Israel, pierde su reinado a causa de su desobediencia. Dios dijo que uno mejor (David) sería rey, pero la transición era un proceso largo y doloroso. La primera parte de 1 Samuel tiene su enfoque en Saúl, pero empezando con el capítulo 16, el enfoque es David. Saúl está presente hasta el final trágico del libro (cuando se suicida), pero va bajándose más y más, y David sube.

Hay una relación muy interesante entre el rey rechazado y su sucesor:

  • Saúl era el suegro de David. David se casó con su hija Michal. Saúl creía que sería una oportunidad para matar a David cuando le dio el precio de 100 prepucios de los filisteos. Pero con gusto David cumplió.
  • El hijo de Saúl, Jonatán, era el mejor amigo de David.
  • David tocaba música en el palacio para aliviar los ataques del diablo contra Saúl
  • Saúl tenía muchos celos de David y lo persiguió y varias veces intentó a matarlo

¡Era una relación muy complicada y compleja! Aunque David ya fue ungido como rey, tenía que esperar muchos años para ascender al trono, y en esos años Dios estaba moldeándole. David tenía algo en común con Moisés: el campo de su preparación fue el rebaño, y mucho tiempo a solas con Dios. La soledad es dura, pero también es una oportunidad para acercarnos más a Dios. En esos tiempos David empezó a escribir los Salmos que todavía son de mucha bendición para nosotros.

Ahora, en 1 Samuel 17, Dios se aprovecha de una oportunidad para presentar a David al país. Es una de las historias mejor conocidas de la Biblia, con razón; hay unas cosas muy importantes para nosotros aquí.

Cansado del camino, frente a la batalla

1Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.

Saúl ya perdió su reino, pero el pueblo de Israel no lo sabe. Es una lucha diaria para él para mantener el ánimo y permanecer en la batalla. Esta era la historia de su vida; una batalla tras otra. Una vez más se juntaron y una vez más acamparon, pero Saúl está cansado y no tiene las fuerzas para guerrear. No está en ninguna condición para una batalla fuerte.

Es posible que tú te sientes como Saúl. Ya has experimentado muchas batallas y estás cansado. Puedes sentir que no tienes las fuerzas para una batalla más; que ya se acabó la vida. Dios parece muy lejos. Todavía hay esperanza mi hermano, aunque el diablo no tiene misericordia. Él se aprovecha de nuestro cansancio y debilidad para atacar aún más fuerte. Para Saúl era un paladín, pero para ti puede ser una enfermedad, un accidente, o problemas familiares o económicos. El problema parece gigantesco, e imposible.

El paladín

Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo (3 metros). Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce (57 kilos). Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

Satanás trabaja mucho con apariencias. Hace todo lo posible para sembrar temor en el corazón. Todos estos detalles añaden al sentido que esta es una situación imposible.

Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

Yo creo que el diablo ha desafiado a la iglesia. Habla muchas mentiras y exageraciones. Se mofa de nosotros. Nos hace sentir muy pequeños y sin poder. En este momento él tiene la ofensiva; el establece las normas para la batalla. Él presenta la batalla como ganar todo o perder todo y ataca nuestra virilidad.

Ya es tiempo recuperar la batalla del enemigo. Él no tiene el control; Dios tiene el control. ¿Hay algún desafío que él se ha presentado a usted?

11 Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

Estas palabras tenían exactamente el impacto deseado. Se turbaron y tuvieron gran miedo. En otras ocasiones Saúl se levantó en el poder de Dios para animar a su ejército y vencer al enemigo, pero ahora Dios se ha apartado de él, y el temor se ha apoderado de él. Saúl es inútil como líder de su pueblo. Sin alguna intervención de Dios, parece que Israel va a ser esclavos otra vez; esclavos de los filisteos. Satanás quiere que tú vuelvas a tu vieja esclavitud al pecado, pero esta vez será aun peor. Es fácil pensar que no hay posibilidad de volver a Dios, pero Dios nunca rechazo a Saúl como hombre, sino como rey. Él tuvo la oportunidad para humillarse y volver como siervo de Dios, pero no quiso.

Un muchacho que puede vencer al enemigo

12 Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama; 14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.

David era el menor. Cuando Samuel fue a la casa de David, su padre ni siquiera pensó en David como posiblemente escogido por Dios.

A veces los que el mundo dice son los más importantes están siguiendo a alguien equivocado; en este caso son los primeros tres hermanos de David.

Ahora hay un “pero” importante. Los “peros” de la Biblia son importantes. A veces el “pero” (y no hablo de la mascota) es el mejor amigo del hombre.

15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.

David había ido también, en pos de sus hermanos, pero no le gustó lo que vio allí, y dejó a Saúl. Dejó el ejército, y volvió al redil para apacentar ovejas.

A veces tenemos que reconocer que estamos en un camino equivocado,  volver al redil de Dios, y dejar a alguien que antes tenía la unción de Dios pero ya no la tiene.

16 Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.

Satanás es paciente. Persevera. Viene por la mañana y por la tarde para acusarnos y mofarse de nosotros. Se puede resistir sus tentaciones y acusaciones para unos días, pero después de 40 días es fácil rendirse y caer en la tentación o la desesperación.

17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18 Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

No hay ningún pensamiento en la mente de Isaí que David puede guerrear; era muy  joven. Solo pudo traer panes y quesos y servir como mensajero, lo que es muy humillante para el muchacho.

David llega al campo de batalla

19 Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos. 20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. 21 Y se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.

Todos los días hicieron lo mismo: Se pusieron en orden de batalla, como un ritual, lo que siempre hacían en el pasado. Pero no hay batalla, y no hay esperanza de ganar. Dan el grito de combate, pero entonces vuelven al campo, más cansado y desanimado que nunca.

Lo mismo pasa con muchos cristianos. Vamos como siempre al culto. Cantamos, declaramos, gritamos. Pero muchas veces el corazón no está en lo que hacemos. No tenemos la fe que Dios va a hacer algo grande; ya estamos derrotados.

22 Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. 24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.

¡Que malo ejemplo para el joven David! ¿Qué ha pasado con los varones de Israel? Cuando el líder (puede ser el rey, el pastor, o el padre) pierde su ánimo y su fe, todos sufren. Huyen de la batalla. Son débiles. El temor paraliza.

¿Cómo respondes tú a las acusaciones del diablo? ¿Cuándo un gigante aparece en tu casa o tu iglesia? ¿Quieres esconderte? ¿O sales confiado a la batalla, para enfrentar al enemigo?

25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.

Parece que sería mucha motivación, pero no. Todos tienen demasiado temor.

26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

De todo ese ejército parece que David era el único sin temor. No huyó. Ya está pensando en vencer al gigante. Ya refleja un corazón conforme al corazón de Dios. Alguien tiene que quitar el oprobio del pueblo de Dios, pero no hay más nadie.

Alguien hoy en día tiene que quitar el oprobio de la iglesia de Jesucristo. Muchos ven a los cristianos como hipócritas. ¿Dónde está el poder? Encuentran obstáculos y lloran de persecución. Nos olvidamos de quien es Dios. David tiene una perspectiva clara y sana. Él sirve al Dios viviente, el Dios todopoderoso. Si Dios es por ti, ¿quién contra ti?

No puedes

27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere. 28 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

Por desgracia, muchas veces cuando alguien se levanta en fe sencilla, el mundo se burla de él. La iglesia se burla de él. La familia se burla de él. Se burla de tu trabajo, de las “pocas ovejas” que tienes. Por alguna razón están amenazados por alguien con fe, y lo atacan. Dicen cosas para hacerte dudar la sinceridad de tu fe y lo que quieres hacer para la gloria de Dios. “Soberbia, malicia de corazón.” Son mentiras, pero esas palabras duelen y siembran dudas.

29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?

Puede que tú sabes cómo es. Tú eras el menor de varios hermanos, o el más pequeño en un grupo de amigos. No importa lo que hiciste, siempre echaron la culpa a ti. Te criticaba. Tú intentabas hacer lo mejor, pero siempre había una crítica. Siempre señalan a ti. Pero David es muy sabio. Sabe que son meras palabras.

Es una lección muy importante que podemos aprender de David: Separar la realidad de las palabras y discernir que es verdad. Hablan mucho de noticias falsas hoy en día; es difícil saber que se puede creer. Es cierto que las palabras lastiman, pero es importante aprender a no estar muy impactado por las palabras. Es mero hablar. Hay un refrán que repetimos mucho como niños: Los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño. Pues, la verdad es que las palabras pueden hacernos mucho daño si no aprendemos que es mero hablar.

30 Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes. 31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

De entre todo el ejército hay un solo hombre listo para ir y pelear. David escucha a todos, pregunta a todos para confirmar la situación, y ahora llama la atención de Saúl, y el rey le llama.

33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.

Por desgracia hay gente como Saúl en la iglesia también. No están haciendo nada para el Señor, pero cuando otra persona se levanta con la unción de Dios para hacer algo, son todo negativo. Desaniman a los más jóvenes hasta que no quieren hacer nada.

¿Has oído algo parecido? Tú no eres estudiado, eres muy joven en el Señor, no tienes títulos.

No puedes. ¿Por qué? Porque David es un muchacho y Goliat un hombre de guerra desde su juventud. ¿Cuál es la razón que dan a ti? ¿Sabes que esas cosas no importan a Dios? Quita de tu mente esas palabras: No puedes. Esas palabras de otros pueden convertirse en tu autoimagen: Yo no puedo. ¡No puedo hacer nada! Dios te dice: ¡Sí! ¡Puedes! ¡Todo lo puedes en Cristo que te fortalece!

La fe de David

34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

David no hizo caso de la negatividad e incredulidad de Saúl. Son meras palabras. Es posible que Dios le reveló algo del corazón del rey, o puede ser que simplemente era obvio, pero David no toma una actitud superior al rey, la cual es una falla de muchos jóvenes. Menosprecian a los que tienen el poder. Pero no, David se llama a sí mismo: “tu siervo”. Habla con humildad, pero también con mucha fe.

David aplica lo que aprendía en la vida diaria, en situaciones más pequeñas, a esta situación más difícil. Así Dios nos edifica la fe y nos enseña cómo enfrentar a problemas en la vida. De la misma manera que Dios te ayudó superar un problema pequeño, Él te ayudará con esta prueba grande. ¿Cómo has visto la mano de Dios ayudarte en problemas pequeños de tu vida? ¿Cómo puedes aplicar lo que aprendiste al problema que te enfrenta ahora?

David no está tan confiado porque se cree ser alguien muy especial; Goliat es un incircunciso, un pagano, que ha provocado al ejército del Dios viviente. ¡Claro que Dios va a levantarse para honrarse y vencer al enemigo!

37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

David también es muy consciente de cómo Dios le ha librado de las garras del león y del oso. Tiene una fe sólida que Dios hará lo mismo con Goliat. No confía en sus armas, en sus fuerzas, o su inteligencia; toda su confianza está en Dios.

Echa de ti las cargas del mundo

38 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.

Puede ser el mundo, o incluso hermanos en la iglesia, pero hay muchas personas que quieren cargarte con toda clase de cosas. Cosas que ellos usan para sobrevivir. Pero son una carga insoportable. Se tiene que practicar mucho para llevar todas esas cosas del mundo, pero la verdad es que es muy difícil andar con todo eso.

Si tú tienes muchas cosas que no son necesarias, que pesan demasiado, hoy tú puedes tomar esa decisión de echarlas, ser libre, y confiar en Dios.

David enfrenta a Goliat

40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.

Cuando tú te levantas para desafiar al enemigo prepárate para toda clase de maldición y amenaza. Si no tienes una fe firme en ese momento sería fácil dudar y tener miedo e incluso dejar la batalla para volver a la seguridad del redil. David ha tomado un paso muy valiente, y no es fácil.

44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

Cuando Satanás y sus siervos empiezan a amenazarte, tenemos que declarar y proclamar la Palabra de Dios y la verdad. Hay varias cosas muy importantes aquí:

  • David mantiene el enfoque completamente en Dios. La batalla es de Dios. Goliat ha provocado a Dios; está en contra del pueblo de Dios. No es algo personal, como que David tiene que probarse como hombre.
  • No confíes en las armas de este mundo. David no tenía lanza ni espada ni jabalina. Él tenía algo mucho más poderoso: el nombre del Dios de los ejércitos.
  • David quiere que todo el mundo sepa quién es Dios. Claro que Dios va a entregar al enemigo en su mano.
  • Dios también quiere probarse a la congregación, a la iglesia. Hay demasiados como Saúl que no saben cómo vencer al enemigo.
  • La batalla es espiritual. No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados y potestades. Tenemos que dejar a Dios pelear la batalla.

48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. 51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.

Un solo muchacho que se levanta en fe cambia la historia. El enemigo huye delante de un verdadero varón de Dios. Toda la confianza de los filisteos fue puesta en Goliat. Sin él, son vencidos. La cobardía e incredulidad de Saúl era un cáncer que contamino a todo el ejército de Israel. Ahora la fe de David anima a todo ese ejército.

52 Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53 Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento. 54 Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda.

¿Crees que Dios quiere saquear el campamento del enemigo? ¿Por qué estamos temblando y huyendo del enemigo y todas sus palabras? ¿Dónde están los hombres y mujeres que tienen un corazón conforme al corazón de Dios? ¡La batalla es de Dios! ¡Levántate en su Nombre para derrotar al enemigo!

Visitas angélicas en navidad

Estamos celebrando navidad, el nacimiento del Hijo de Dios en esta tierra.

¿Debemos celebrar navidad?

Yo sé que es controversial. Claro que no es mandado en la Biblia; es una decisión que cada familia tiene que tomar, guiado por el Espíritu Santo. Es claro también que hay muchos elementos de la celebración actual que no son aptos para el creyente, pero por favor, ¡no condenes a alguien que está celebrando uno de las maravillas más impresionantes de toda la historia! Yo creo que hay buenas razones para celebrar navidad:

  • Tenemos el ejemplo de los judíos; celebraciones de la pascua y otras fiestas fueron mandadas por Dios. Hasta el día de hoy son muy importantes para el pueblo judío.
  • Para toda la historia de la iglesia las celebraciones del nacimiento y la muerte y resurrección de Jesús han sido muy importantes.
  • No queremos abandonar al mundo otra cosa muy espiritual (como hemos abandonado el arcoíris como símbolo del pacto de Dios con nosotros). ¡Luchemos para mantener navidad enfocada en Jesucristo!
  • Es una buena oportunidad para aprovecharnos del enfoque en Jesús.
    • Gracias a Dios, en mi país (Costa Rica) todavía es permitido tener la escena del pesebre en bancos y edificios públicos.
    • Se oye música que habla de Jesús.
    • Hay muchas oportunidades para hablar con otros acerca de Jesús.
  • Es una buena oportunidad para adornar nuestras casas y compartir tiempos familiares.

Emanuel

Jesús tiene muchos nombres, pero uno de los más importantes es Emanuel, que significa “Dios con nosotros.” Dios no está lejos; está cerca. En navidad, Dios vino a nosotros. Vino a gente que no tenía ninguna expectativa de un encuentro con Dios. Buena gente, con fe en Dios, pero no estaban esperando una visita angélica; aún menos un Salvador, el Mesías. Puede ser que Dios parece estar muy lejos de ti. Tú tienes fe en Dios, pero no tienes la expectativa de un encuentro personal con Él. Puede ser que Dios quiere cambiar eso.

¿Hasta cuándo?

Israel pasó cientos de años sin ninguna palabra de Dios. No había ningún profeta. Israel estaba sufriendo bajo la opresión de otros países invasores, pero parecía que Dios no estaba escuchando al clamor del pueblo. Puede ser que tú tienes el mismo sentir. ¿Dónde está Dios? Puede parecer que Él guarda silencio y no responde a tus oraciones. Pero, aunque la gran mayoría de Israel no lo sabía, Dios estaba trabajando. Ya había enviado su ángel a Zacarías, el padre de Juan Bautista. Su esposa Elizabet, estéril y avanzada en edad, iba a dar a luz milagrosamente (Lucas 1:5-25). Puede ser que Dios ya está preparando el escenario para tu milagro.

Encuentros angélicos

Vamos a ver 3 encuentros con ángeles en navidad, primero con María. Pero ten cuidado: ¡este encuentro con Dios puede ser peligroso! Puede ser muy inconveniente. Cambió completamente la vida de cada persona que vio al ángel.

Lucas 1: El ángel aparece a María

26 Al sexto mes (del embarazo de Elizabet) el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

María era muy joven; tal vez tenía unos 16 añitos. Estaba comprometida con un varón muy bueno, pero algo mayor, y estaba preparándose para su boda. El ángel vino con palabras muy agradables:

  • Eres muy favorecida
  • El Señor es contigo
  • Bendita tu entre las mujeres

Pero María no estaba acostumbrada a ángeles en su sala, y se turbó.

30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

El temor y la gracia de Dios

Temores. No hablamos mucho acerca de ellos, sobre todo nosotros los hombres, porque supuestamente un verdadero hombre no tiene temor de nada. Pero todos tienen temores, preocupaciones, y ansiedad. Y una y otra vez Dios dice: No temas. ¿Por qué? ¡Porque has hallado gracia delante de Dios! Gracia significa el favor de Dios que uno no merece. Él simplemente te ama. Es por ti, y si Dios es por ti, ¿quién contra ti? Dios quiere echar fuera todo el temor de nuestros corazones. Entonces será más fácil oír la voz de Dios y caminar con Él.

31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

En navidad hablamos del niño Jesús. Que dulce. Este es el bebe que vemos en un pesebre, pero Jesús no es un bebe vulnerable; el ángel dice que:

  • Será grande
  • Será llamado Hijo del Altísimo
  • Dios le dará el trono de David
  • Reinará sobre la casa de Jacob para siempre
  • Su reino no tendrá fin

Lo que empieza muy pequeño, como una semilla en tu corazón, o una semilla en el vientre de María, puede resultar en algo muy especial. El favor de Dios puede significar que Dios tiene algo grande para ti. María nunca pensó en la posibilidad de tener parte en algo tan importante; hay un solo inconveniente:

34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

No hay nada imposible para Dios

María es joven, pero ya sabe que para tener un bebe se tiene que conocer a un varón. No hay lógica ninguna en lo que dice el ángel. Parece imposible.

¿Hay una tarea que Dios tiene para ti? ¿Una palabra que Él ha dado a ti? ¿Hay toda la razón para creer que Dios está equivocado? ¿Cuál es tu excusa?

35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios.

¿Hay algo en tu vida que es más difícil que una virgen concibiendo y dando a luz? ¿Qué te parece imposible?

Jesús dijo que ese mismo Espíritu Santo vendrá sobre cada creyente. El poder de Dios te cubre y te llena. Acuérdate de esto en esta navidad: nada hay imposible para Dios.

38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Disponibilidad

Y así, tan fácil, María se sometió a algo que totalmente transformaría su vida: “Hágase conmigo conforme a tu palabra.” ¿Puedes tomar esa decisión de ser un siervo o una sierva de Dios? Tenemos la Palabra de Dios en la Biblia. ¿Puedes someterte a la mano de Dios para ser moldeado por su palabra? María estaba dispuesta, y Dios busca esa disponibilidad en sus siervos hoy en día también.

Y el ángel se fue.

José: Mateo 1

Pasaron varias semanas y encontramos a José en casa. El varón esta angustiado por las noticias que recibió acerca de su novia:

19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

José no había hablado con María, pero supo que estaba encinta. Todo Nazaret estaba hablando al respecto, y estaban esperando a ver lo que iba a hacer José. Bajo la ley, él podía tenerla apedreada como adultera, pero él no quería infamarla. Podemos actuar en amor, incluso cuando tenemos el derecho de demandar o vengarnos. José no lo sabía, pero su vida fue completamente turbada porque María tuvo un encuentro con Dios. Eso pasa mucho con los hombres: La mujer va a la iglesia y tiene un encuentro con Cristo, y él no tiene idea ninguna de lo que está pasando. Pero Dios es soberano y tiene planes para el hombre también.

20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

Otra vez la palabra para ti es: No temas. Aquí hay otro ángel, pero esta vez en sueños. ¿Cuántos hombres van a creer que su novia está encinta por una obra del Espíritu Santo? Parece ridículo. Pero muchas veces el Espíritu hace cosas inesperadas.

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

Emanuel: Dios con nosotros

Antes, estábamos separados de Dios, lejos de Él, pero ahora estamos reconciliados con Dios. No hay ninguna separación, porque es el pecado que nos separa de Dios. Pecado no es tanto cosas como fumar, tomar, y bailar. Pueden ser pecaminosas, pero pecado es algo más básico: Es poner al “yo” en el primer lugar, es obedecer a Dios solo cuando tenemos las ganas. Dios quiere restaurar relaciones quebrantados, primero con Él, y entonces con tu familia y con otros a tu alrededor.

Jesús: Dios salva

Jesús es la traducción griega de Josué, que significa “Dios salva.” Él nos salva de nuestros pecados. ¿Cómo? Como un sacrificio en la cruz para pagar el precio de nuestros delitos. Cristo es nuestro redentor – Él pagó el precio para comprar nuestra libertad de la esclavitud al pecado. Es como ir delante de un juez, culpable, y Jesús se levanta y dice, “yo he pagado el precio. Puede salir libre.” Es justificado – como si nunca hubiera pecado.

24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

Usted sabe que tiene que ser una obra de Dios: José creyó al ángel y la perdonó, recibió a María, tenían la boda, estaban juntos, pero José no la conoció, no tenían relaciones, hasta que ella dio a luz. ¿Hay alguien que tienes que perdonar en esta navidad? Jesús dijo que si no perdonamos a otros, Dios no perdona a nosotros.

Lo importante aquí son esas palabras “José hizo.” Muchas veces vamos a la iglesia, o alguien nos habla de Cristo, y en el momento tiene sentido y queremos cambiar, pero entonces cuando nos despertamos parece solo un sueño y no hacemos nada al respecto. Yo creo que Dios está hablando en esta palabra. ¿Qué vas a hacer mañana?

Ya hemos visto a dos ángeles, pero hay más ángeles en navidad. Esta vez no aparece a una joven en la casa, ni a un hombre en su cama. Esta vez hay una multitud de ángeles.

Los pastores: Lucas 2

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

Cristo es el Salvador; también es Señor. Ser Señor significa que Él manda. Él ocupa el trono de tu corazón. La Biblia dice que algún día toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Cristo es Señor. Mejor tomar la decisión de entronar a Jesús en tu corazón ahora. Él quiere entrar en el caos de tu vida y ordenarla. Él quiere llenarte con su gozo.

12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.

13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

El primer anuncio del nacimiento del Salvador del mundo fue a unos de los hombres más humildes: Pastores vigilando su rebano. Y el Mesías nació en un lugar muy humilde; no nació en un palacio ni aun en una casa cómoda, sino en un establo, en un pesebre, con animales alrededor. Dios mora con gente humilde.

¡Buena voluntad para con los hombres! Muchos ven a Dios como juez, pero Dios te ama. Dios se complace contigo. Gozamos de su favor, y nos trae paz.

Los ángeles alababan a Dios y nosotros tenemos que alabar a Dios también.

15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.

Los pastores fueron para investigar y confirmar lo que los ángeles dijeron. Muchas veces oímos un mensaje ungido en la iglesia, pero no hacemos nada al respecto. Yo te invito a investigar lo que yo he dicho aquí. Habla con personas que conocen a este Cristo. Lee lo que dice esta Biblia. Usted también va a ver que todo es como se le había dicho.

16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.

Comparte con otros lo que usted ha experimentado con Jesús.

19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Medita sobre estas cosas en tu corazón, como María.

20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

¡Glorifica y alaba a Dios por lo que Él ha hecho! Ese niño Jesús, ahora el Gran Rey que está sentado a la diestra del Padre, te ama, te abraza, y quiere que tú seas como esos pastores, lleno de su gozo y maravillado por las grandes cosas que Dios ha hecho.

  • José perdonó a María; ¿hay alguien que tú tienes que perdonar esta navidad?
  • El Espíritu Santo sembró una semilla en el vientre de María que creció para ser el Mesías, el Salvador del mundo. ¿Hay una semilla pequeña de fe o de su palabra que Dios ha sembrado en tu corazón? ¿Es casi tiempo para dar a luz?
  • ¿Hay caos en tu vida que puedes someter a Jesús como tu Señor, para ordenar tu vida y darte su paz?
  • ¿Hay algo que te parece imposible? ¡No hay nada imposible para Dios!
  • Puede ser que algo te ha separado de tu Dios. Ésta es una buena oportunidad para confesar pecado y recibir perdón, y experimentar de nuevo Emanuel, Dios con nosotros.

Lucas 22  La Santa Cena

Era la noche más importante en la vida terrenal de Jesucristo; ocupa más espacio en los evangelios que cualquier otro día en su vida (¡9 capítulos!). Empezó con un acto radical de humildad y servicio: lavando los pies de los discípulos. Compartió los pensamientos más íntimos de su corazón en Juan 14-16, y tenemos su oración más larga registrada, en Juan 17. Cuando salieron del aposento alto fue traicionado y arrestado. Y esa noche Jesús inició la Santa Cena.

14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: !!Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

Esta cena era algo que Jesús anticipaba con muchas ansias. La NVI dice: He tenido muchísimos deseos. ¿Cuántas cosas “deseaba” Jesús en su vida terrenal? ¡Esta es la única registrada! Creo que desde toda la eternidad Jesús estaba pensando en esa noche.

16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

Esta era su “ultima cena,” hasta que come y bebe de nuevo en el reino. Es el cierre de tres años extraordinarios, cuando el Hijo de Dios andaba en esta tierra con doce hombres, y nos dio un ejemplo para seguir: invertirse en otros con potencial para ser líderes en la iglesia. También es una anticipación del reino venidero, cuando vamos a compartir esta cena con los creyentes de todos los siglos.

Jesús inicia la Cena

17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

Hay cuatro copas de vino que beben en la pascua; esta era la primera. Otra vez Jesús habla del Reino; dijo: “no comeré” y “no beberé” más hasta que el reino venga. Él ahora está esperando las bodas del Cordero. Nosotros también deseamos mucho participar en esa cena con Jesucristo; rogamos en el Padre Nuestro: “Que venga tu reino.”

19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

Sacramentos

La Santa Cena es un sacramento. ¿Qué es un sacramento? Algo simbólico que Jesús nos mandó hacer; como aquí nos manda: Haced esto en memoria de mí. La iglesia católica tiene 7 sacramentos (Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Confesión o Penitencia, Unción de los enfermos, Orden Sacerdotal, y Matrimonio). La iglesia evangélica/cristiana tiene dos: Bautismo y la Santa Cena.

Sabemos que el bautismo no salva; no hay nada mágica en esas aguas, pero creemos que hay algo que pasa espiritualmente cuando obedecemos el mandato de Jesús. Es un “medio de gracia.” Es interesante que los dos sacramentos hablan de muerte: En el bautismo crucificamos al viejo hombre y somos sepultados en identificación con Jesús; entonces subimos de las aguas, nacido de nuevo en una resurrección. La Cena es un memorial al sacrificio de Cristo en la cruz, y la salvación que nos ofrece.

Los católicos creen que el pan y el vino realmente se convierten en la carne y sangre de Jesús; por esa razón tienen tanto cuidado con cada gota del vino y todo el pan. ¿Por qué creen eso? Porque Jesús dijo: Esto es mi cuerpo. Pero es un ejemplo de la importancia de una interpretación cuidadosa de la Palabra de Dios. Los paganos del primer siglo dijeron que los cristianos eran caníbales, porque hablaron de “comer el cuerpo” de Jesús. El pan y el jugo son símbolos impactantes de recibir a Jesús. La Biblia habla de nuestra “unión” con Jesús, de “Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.” ¿Sabes que la presencia de Jesús en nosotros es tan real como el jugo y el pan que tomamos en la Cena?

¿Con cuanta frecuencia se debe celebrar la Cena? Parece que en la iglesia primitiva era varias veces en la semana. El mínimo pueda ser mensual, pero más frecuente probablemente es mejor. Para los católicos la Eucaristía es la parte más importante de la misa; la triste realidad para muchos cristianos es que la Cena no tiene mucha importancia. Fácilmente puede convertirse en un ritual, o superstición, pero es un tiempo de comunión íntima con Jesús.

Poder espiritual en la Cena

Como un medio de gracia, el pan y el jugo son más que símbolos. Hay algo poderoso en nuestra obediencia para celebrar la Cena. Por esa razón Pablo escribió en 1 Corintios 11:

26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.

Si muchos se enfermaron, se debilitaron, e incluso murieron porque tomaron la Cena de una manera indigna, ¡tiene que ser muy poderosa! ¿Qué más aprendemos de estos versículos acerca de la Cena?

  • Anunciamos la muerte de Jesús: al mundo, a los principados y potestades, y al diablo.
  • Vamos a celebrarla “hasta que Él venga;” mirando para atrás a la cruz, y para adelante a las Bodas del Cordero.
  • Es posible comer y beber indignamente; resulta en ser culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre de Jesús. Si no discernimos el cuerpo del Señor, comemos y bebemos juicio para sí.

La Cena es muy santa; nos acercarnos a la mesa con mucha reverencia. Para evitar problemas, tenemos que examinarnos: ¿Hay pecado? ¿Cómo está la relación con Cristo? Si no estamos bien, seremos juzgados por Dios. Si hay hipocresía o si estamos jugando con Dios, estamos tomando la cena indignamente, y perdemos la bendición.

Una participación con la sangre y el cuerpo de Cristo

Hay otro aspecto que Pablo nos enseña en 1 Corintios 10:

16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de (participación con, entramos en comunión con) la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. 18 Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?

El pan también es un símbolo de nuestra unidad como el cuerpo de Jesús. Es un solo pan, pero cada persona toma un pedacito en la comunión.

Espiritualmente participamos (tenemos comunión con) la sangre de Jesús cuando tomamos la copa; lo mismo con el pan y el cuerpo de Jesús. Es algo muy espiritual, muy profundo. Así era para Israel y sus sacrificios – eran partícipes del altar donde los ofrecían. Algunos Corintios estaban participando en la mesa de Cristo – y la mesa de ídolos u otros dioses:

19 ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? 20 Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. 21 No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 22 ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?

Un ídolo es solamente madera o piedra, pero detrás de cada ídolo hay un demonio. Cuando alguien ofrece un sacrificio a un ídolo, está participando (tiene comunión con), ese demonio, en la misma manera que nosotros tenemos comunión con Cristo en la santa cena. Hay algo muy perverso en participar con ambas: la mesa de Cristo y la mesa de demonios.

Satanás presente en el Aposento Alto

Hablar de demonios, y aunque puede parecer increíble, el mismo diablo estaba presente allí con Jesús y los discípulos. ¿Por qué no lo echó fuera Jesús? Dios utiliza al diablo para sus propósitos. Hay tres tentaciones, tres cosas dolorosas registradas en Lucas 22 para Jesús en esa noche que estuvo tan especial para Él.

21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero !!ay de aquel hombre por quien es entregado!23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.

Traición, por amor al dinero

A veces es así para nosotros también. En los momentos más importantes y más espirituales, la mano de un traidor, de un enemigo, está con nosotros en la mesa. Si tú has sido traicionado por un compañero de trabajo o un amigo, tú sabes que dolorosa es. Es aun peor cuando es un hermano en la iglesia o un miembro de tu familia. Jesús sabe cómo se siente ser traicionado.

Judas era el tesorero del grupo. Él amaba el dinero (ve Juan 6:70; 12:5-6; 13:29). Cuando los líderes de los judíos le ofrecieron 30 piezas de plata para traicionar a su Maestro, lo aceptó.

El evangelio de San Juan dice que cuando Jesús ofreció pan a Judas y él lo tomó, Satanás entro en él. Judas tenía una última oportunidad para arrepentirse, pero estaba cegado y engañado. Jesús nos da esa oportunidad para arrepentirnos cuando nos ofrece el símbolo de su cuerpo quebrantado. Debemos estar muy impactados cuando pensamos en lo que significan el pan y la copa, pero el corazón endurecido ha perdido esa sensibilidad.

¿Quién sería el mayor?

Es casi como Judas abrió la puerta para el diablo, porque Satanás siempre quiere ser primero, siempre busca posición.

24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.

Jesús se humilló para lavar los pies de los discípulos. Su vida era un modelo del servicio. Pero allí, después de la misma santa cena, entran en una disputa sobre quién sería el mayor. Es la estrategia del diablo sembrar divisiones y celos en la iglesia. Él fue el primero que se levantó y se exaltó para ser el mayor. En nuestra naturaleza caída, nosotros queremos ser el mayor también, pero Jesús dice que en el reino, todo está al revés del mundo:

25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

La cena es un llamado al servicio y a la humildad. A la misma vez, Dios nos promete que el que se humilla a si mismo será exaltado. Hay una recompensa para nuestro servicio a Cristo. Esta cena nos recuerda de las bodas del Cordero cuando Jesús regresa en gloria, y recibimos nuestras coronas.

28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

Nosotros también vamos a reinar con Cristo – si permanecemos en Él. Si Cristo tenía pruebas, estoy seguro que tú, tu familia, y tu iglesia van a pasar por pruebas también. Es importante permanecer en ese matrimonio, permanecer en la iglesia donde Cristo te colocó, y permanecer firme en tu fe en Jesús. Habrá una recompensa para esa fidelidad. ¿Quieres un reino? ¿Quieres comer y beber a la mesa de Jesús? No tenemos que luchar para posición; Jesús se entregó a su Padre y se sometió a la muerte cruel de la cruz, pero Dios le exaltó a lo más alto.

Zarandeados como a trigo

Por temor, por estar muy confiado en nosotros mismos, podemos negar a Jesús. Judas no era el único blanco del diablo.

31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Cristo sabe los planes de Satanás. El diablo tiene que pedir permiso de Dios, y muchas veces Dios lo le concede. Dice “os ha pedido” – son todos que Satanás quiere zarandear, pero Pedro es el blanco principal, porque él es el líder. ¿Puede ser que Satanás ha pedido para zarandearte como a trigo? Dios sabe cuánto puedes soportar, y no permite a Satanás tentarte más allá. ¡Jesús está orando por ti! Tal vez tienes a un hijo u otro familiar que Satanás está zarandeando. Jesús está rogando por él también. Volverá, y tendrá un ministerio hermoso.

33 Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.

Ten cuidado con las promesas que haces al Señor. El orgullo viene antes de una caída. 1 Corintios 10:12 dice: Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. Solo estamos de pie por la gracia de Dios. Hay veces cuando negamos a Jesús por el temor de hombre. No testificamos a alguien porque no queremos ser rechazados. Caemos en pecado porque no podemos decir “no.” Tomamos decisiones necias que niegan nuestro compromiso a Cristo. Por dicha, Pedro salió llorando y afligido cuando el gallo cantó, y Jesús le miró. Pero aun pasó por unos días muy oscuros hasta que Cristo le restauró en Juan 21.

Es tentador para nosotros buscar una salida fácil de los problemas. Es muy doloroso desear algo, solo para estar decepcionado por alguien que amas. Jesús podía evitar el dolor de estar en la mesa con su traidor, o ver la inmadurez de sus discípulos en su disputa de quien sería el mayor. Él podía simplemente cancelar la cena; todavía sería arrestado y enviado a la cruz. Pero Él tenía unas cosas muy importantes para compartir esa noche en el Aposento Alto, y ahora nosotros también podemos participar en su cuerpo y sangre por medio de la Santa Cena y nuestra fe en lo que simbolizan.

Juan 4:43-54; 5:1-18  Curación, a la manera de Jesús

Si vamos a andar como Jesús anduvo, vamos a ejercer nuestra fe para ministrar a otros, y también alentar su fe para soltar el poder de Dios. La fe no es algún concepto vago, sino algo que tenemos que poner en práctica.

Curación a larga distancia

43 Después de esos dos días Jesús salió de allí rumbo a Galilea 44 (pues, como él mismo había dicho, a ningún profeta se le honra en su propia tierra). 45 Cuando llegó a Galilea, fue bien recibido por los galileos, pues estos habían visto personalmente todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, ya que ellos habían estado también allí.

Dos días después de llegar a Samaria y hablar con la mujer samaritana. Dos días después de un ministerio impresionante entre un pueblo hambriento de la Palabra, un pueblo que honró a Jesús (42 “nosotros…sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo”). No pidieron señales; no hay registro de ningún milagro en Samaria. Sí, los galileos le recibieron, pero solo por los milagros que hizo. Muchos de ellos estaban en Jerusalén y vieron sus señales y prodigios allí; quieren ver lo mismo en Galilea.

Jesús comparte un principio que a menudo también se aplica a nosotros: ningún profeta recibe honra en su propia tierra (Marcos 6:4 añade: entre sus parientes y en su casa). En tu ambiente te conocen desde tu infancia. Conocen a tu familia. Estudiaron contigo. Trabajan contigo. Cuesta mucho más ganarse su respeto y honra. Si eres recibido en tu propio pueblo, da gracias a Dios. Si no, no te preocupes. Jesús tampoco fue honrado en su tierra.

Honra

El diccionario de la lengua española dice que honra es la “demostración de aprecio que se hace a una persona reconociendo su virtud y su mérito.” Honrar es “respetar a una persona o cosa” o “enaltecer o premiar los méritos de alguien.” El honor es muy importante en la Biblia:

  • Dios nos manda honrar a nuestros padres si queremos que nos vaya bien y tengamos una larga vida.
  • Jesús citó Isaías: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres (Mateo 15:8-9, RVR). Posiblemente los galileos honraron a Jesús de labios, pero Él sabía que sus corazones estaban lejos. Es posible dar la apariencia de honrar a Dios (u otra persona), pero si no es de corazón, es en vano.
  • Jesús dijo: “A quien me sirva, mi Padre lo honrará” (Juan 12:26). ¡Qué bueno ser honrado por Dios! Si sirves a Jesucristo, tú puedes esperar ese honor.

¿Honras a Dios? ¿Sus sirvientes? ¿Tus padres? ¿Recibes el honor que mereces? Si verdaderamente honras a Dios, recibirás una bendición y el Padre te honrará.

Una petición de un oficial del rey

46 Y volvió otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. 47 Cuando este hombre se enteró de que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicó que bajara a sanar a su hijo, pues estaba a punto de morir.

Jesús fue directamente a un pueblo donde debe ser bien recibido. Todos ya sabían sobre el milagro del vino, y Jesús estaría como en familia. Pero no pudieron ver más allá del vino; a diferencia de los samaritanos, no lo aceptaron como el Mesías. Y si quisiera descansar allí por un tiempo, no tendría la oportunidad. La buena noticia es que un hombre importante sabía algo acerca de Jesús. ¡Un oficial del rey! ¡Qué contraste con la gente despreciada de Samaria! Pero Jesús no tiene prisa por aprovechar el apoyo de alguien influyente; Jesús no era un político. También fue un viaje bastante largo de unos 26 kilómetros (16 millas) de Caná a Capernaúm, justo después de caminar de Samaria.

48 —Ustedes nunca van a creer si no ven señales y prodigios—le dijo Jesús.

Pensamos en Cristo como amoroso, compasivo, y siempre listo para ayudar a nosotros. Y es verdad. Pero Jesús también tenía límites, y aquí, cuando escuchó que el hijo de este hombre estaba a punto de morir, responde con dureza. ¿Por qué?

Jesús acababa de ministrar entre gente supuestamente cerrada a la verdad (los samaritanos); ellos recibieron la palabra con mucho gozo y no pidieron ninguna señal. Jesús está harto con la gente porque siempre quieren algo de Él; no estaban interesados en simplemente escucharlo y conocerlo mejor. En este caso, el pobre hombre y su hijo enfermo son los objetivos de su frustración.

¿Qué piensa Jesús hoy, con tantas personas que lo buscan solo por sus milagros o bendiciones? ¿Podría ser que Él anhela el verdadero honor, del corazón, y gente que viene a Él solo para estar con Él, y no siempre para pedir alguna señal o prodigio? Y tú, ¿requieres señales y prodigios, cultos emocionales o alguna experiencia espiritual para mantener tu fe en Jesús? ¿O puedes simplemente creer en Él por quién es?

Jesús da la palabra

49 —Señor —rogó el funcionario—, baja antes de que se muera mi hijo. 50 —Vuelve a casa, que tu hijo vive —le dijo Jesús.

A veces, cuando Jesús niega nuestra petición, podría ser una prueba: ¿Qué tan persistente sería el padre? Dios honra nuestra persistencia en la oración. Puede ser una cuestión de vida y muerte para tu hijo, o un amigo. ¿Estás dispuesto a dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para persuadir a Jesús a actuar?

Jesús no tenía ganas de caminar 26 km más, después de viajar de Judea a Galilea, y no era necesario. ¡Jesús no tiene que estar presente, ni orar, ni tocar al enfermo! ¡Su palabra es poderosa! Con una palabra, ¡ya está hecho! ¿Crees que Jesús puede hacer lo mismo con los familiares en otros países u otras ciudades? ¿O en una prisión?

Sin embargo, como casi siempre, hay una condición, hay algo que el padre tiene que hacer: Ir. Eso es todo. No requiere mucha fe; simplemente exige obediencia. Gracias a Dios, El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue.

Si el padre no hubiese creído y no se hubiese ido, es muy posible que el hijo muriera. Si Jesús dijo algo (en la Biblia), o si Él dice algo hoy, simplemente tenemos que creer en su palabra. Quedarse allí y seguir pidiéndole a Jesús que lo acompañe sería dudar de su palabra, y el pobre muchacho podría pagar el precio.

¿Crees en la palabra de Jesús? ¿Hay una palabra simple que tú tienes que obedecer? Jesús puede mover montañas ahora mismo, en el Espíritu. No importa lo difícil (o lejos) que sea.

La primera curación

51 Cuando se dirigía a su casa, sus siervos salieron a su encuentro y le dieron la noticia de que su hijo estaba vivo.

¿Cómo estaba el hombre desciendo a su casa? ¿Alabando al Señor? ¿Luchando con dudas? ¿Andando con toda prisa? No sabemos. Pero tenía unas buenas noticias esperándolo: ¡Tu hijo vive!

¿Hay alguna buena noticia que tú estés esperando? ¿Que tu hijo es salvo? ¿Que tu mamá está sana? ¿Cuál es tu petición para el Señor? ¿Cómo está tu fe?

52 Cuando les preguntó a qué hora había comenzado su hijo a sentirse mejor, le contestaron: —Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre. 53 Entonces el padre se dio cuenta de que precisamente a esa hora Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Así que creyó él con toda su familia.

Cuando el Señor se mueva de una manera tan maravillosa, toda la familia va a creer. ¿No crees que Jesús quiere glorificarse a sí mismo para que toda tu familia pueda creer?

54 Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.

Parece decir que ésta era la segunda señal después de volver de Samaria. Puede ser que ésta sea la segunda en Juan, después del vino en Cana.

Betesda

5:1 Algún tiempo después, se celebraba una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

No dice cuanto tiempo después, pero nuevamente Jesús está viajando. Regresa a Jerusalén, pero esta vez no dice que le era necesario pasar por Samaria; probablemente tomó la ruta al este del río Jordán.

Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. (RVR)

Cuando tú vas de viaje a una ciudad grande, ¿vas a los lugares turísticos? ¿Buenos restaurantes? ¿Sitios históricos? ¿Museos? ¿Iglesias conocidas?

Jesús fue a Betesda. Hay una fuente en el Parque Central de Nueva York llamada Betesda; tiene ángeles y es muy bonita. Al principio este lugar también suena bonito, con su estanque y cinco pórticos. Pero no era nada bonito; era un lugar muy feo. Apesta a excremento, orina, y úlceras de los enfermos. Hay gente llorando y gimiendo. Casi no se puede ver el estanque debido a la multitud de toda clase de gente necesitada.

Jesús fue directamente a Betesda, porque a Él le encanta sanar y ministrar a la gente abandonada y desesperada. ¿Dónde está Betesda en tu ciudad? ¿Algún hospital? ¿Un parque? ¿Un albergue?

Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. (RVR)

Ésta fue la leyenda. No sabemos exactamente lo que pasaba allí, pero era la única esperanza de esta multitud de enfermos. Hay muchas historias de supuestas curaciones en varias iglesias, por agua bendita o en un peregrinaje a algún lugar. Puede ser que debido a su fe sincera alguien reciba un milagro en esos lugares. La Biblia ni afirma ni condena esta historia del ángel (que probablemente no descendía físicamente).  Betesda podría ser una superstición, pero no había otro remedio para esta gente.

Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. 

Treinta y ocho años enfermo; este  hombre podría ser uno de los más viejos allí en Betesda. ¿Cuánto tiempo llevas tú batallando con algún problema en tu vida?

¿Quieres ser sano?

Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó: —¿Quieres quedar sano?

Había una multitud de enfermos en Betesda ese día, pero Jesús solo se fijó en este hombre. (No siempre sana a todos; en un culto de sanidad puede ser que Él elija solo a uno para sanar.) Jesús no predica a la multitud, ni invita a ellos a recibir una curación, y no pasa por en medio de la multitud para tocarlos y sanarlos. Parece que no fue por revelación divina, pero Jesús sabía algo de la circunstancia de este hombre, y le hace una pregunta que parece obvia: ¿Quieres ser sano? Pues, ¿cómo no? ¿Quién no quiere ser sano? Pero a veces hemos pasado tanto tiempo enfermo que hemos perdido toda esperanza y el deseo de una vida mejor.

Puede pasar en tu matrimonio, con algún pecado o hábito en tu vida, o una situación económica. Parece que nadie te ve; Dios no sabe cuánto estás sufriendo, y ya no tienes fe para un milagro. Puede ser que tengas una esperanza falsa, en algún movimiento de las aguas, en algo que no ha sucedido en 38 años. Tal vez es hora de un cambio. Puede ser que hoy sea tu día.

¿Cuál es tu excusa?

—Señor —respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y, cuando trato de hacerlo, otro se mete antes.

Otro desciende antes que yo.” Otra persona siempre recibe la profecía. Otro recibe el milagro. El evangelista siempre ora por otro. Siempre hay alguien antes que yo.

Las excusas nos ciegan con sus argumentos lógicos. El hombre no sabe cómo responder a la pregunta de Jesús: ¿Quieres ser sano? Solo puede ver todas las razones por las cuales sería imposible.

El cojo dijo: “No tengo quien me meta.” No tengo a nadie que me apoye. Ni mi madre ni me padre me ayudan. Me siento solo.

¿Cuál es tu excusa? ¿Cuál es tu circunstancia que hace que parezca imposible recibir un milagro?

La segunda curación

—Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús.

Jesús no responde a sus excusas, y, gracias a Dios, no le niega al hombre un milagro por su falta de fe. La fe no siempre es necesaria para recibir un milagro; ésta es la soberana elección de Jesucristo. La verdad es que este hombre no tenía fe; no sabía absolutamente nada acerca de Jesús. Pero hay tres cosas que ese hombre tiene que hacer para recibir su milagro:

  • Levantarse
  • Tomar su lecho (tomar esa cosa que simboliza su vergüenza y dolor)
  • Andar

Son cosas sencillas para la mayoría de las personas, pero durante 38 años este hombre no había andado. Jesús no ora por él. No le toca. No toma su mano. El cojo tiene que actuar en fe y hacer lo que toda su vida no ha podido hacer. ¿Te parece que el Señor te llama a hacer algo imposible? ¿Puedes creer que con un pequeño esfuerzo por tu parte Él hará el resto?

La primera curación sucedió a larga distancia por una palabra sencilla de Jesucristo, y la obediencia de un padre. Esta curación es un mandato dado en fe y en el conocimiento soberano de la voluntad de Dios.

¿Por qué es tan difícil para nosotros seguir este modelo de Jesús? ¿No dijo Él que haríamos las mismas obras, y aún mayores? ¿Por qué tenemos que orar y declarar y agonizar horas y días para recibir una curación? ¿Y todavía no ver a muchos sanados? ¿Podría ser por nuestra falta de fe?

Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. Pero ese día era sábado. 

Con el primer paso de fe, cuando el hombre obedeció a Jesús y se levantó, fue sanado. En un momento su vida se transformó. Después de 38 años paralizado, parecería que una persona requeriría terapia y tiempo para fortalecer las piernas antes de andar, pero cuando Cristo sana, es una sanidad total. ¿Conoces a alguien que necesita una transformación total? ¿Eres como ese hombre, con muchas excusas?

  • “No he visto ese tipo de curación.”
  • “Eso fue Jesús, nosotros no podemos esperar lo mismo.”
  • “Es muy rara, una curación como ésta.”
  • “No quiero dar una esperanza falsa ni jugar con los sentimientos.”

Ambas curaciones incluyeron movimiento. A veces simplemente tenemos que dejar las cosas del pasado que nos han paralizado y levantarnos de la cama, salir de la casa, dejar el Internet y andar con Jesús.

¿Es lícito sanar en el día de reposo?

Hay solo un pequeño inconveniente con este milagro: Jesús lo hizo en el sábado.

10 Por eso los judíos le dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido cargar tu camilla.

Por desgracia, hay algunos cristianos como estos judíos; siempre buscan algo para señalar o criticar. En vez de regocijarse con el chico, lo condenan.

¿Significa eso, entonces, que el sábado no era importante para Jesús? ¡No! Él guardaba el sábado. Pero la religión existe para bendecir al hombre. El hombre no existe para servir la religión, y no había ninguna prohibición de sanar en el sábado en la ley de Dios. Hay veces que, debido a nuestra religión, podemos robar a otros de un milagro.

11 —El que me sanó me dijo: “Recoge tu camilla y anda” —les respondió. 12 —¿Quién es ese hombre que te dijo: “Recógela y anda”? —le interpelaron. 13 El que había sido sanado no tenía idea de quién era, porque Jesús se había escabullido entre la mucha gente que había en el lugar.

Alguien que no tiene fe busca muchos detalles, pero ¡el chico ni siquiera sabía quién fue que le sanó!

14 Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: —Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.

¡Qué bueno que fue directamente al templo para dar gracias a Dios! Pero la palabra de Jesús suena dura. Parece que es posible que su condición fuera el resultado de algún pecado. Dios ha sido misericordioso y lo sanó, pero ahora tiene que arrepentirse, o algo peor puede suceder. Esto pasa con muchas personas: Dios lo sana, lo salva, lo restaura, pero no se arrepiente, y algo peor puede llegar a su vida. Es como una persona liberada de demonios; tiene que ser llena del Espíritu Santo, o el demonio puede volver con otros peores.

La Palabra de Dios para ti

Creo que hay cosas importantes que Dios quiere decirte en esta porción:

  • ¿Tienes algún familiar enfermo, tal vez en otro lugar? ¿Tienes la fe que Dios puede sanar o tocar su vida?
  • ¿Hay algún paso de fe que tú sabes que Dios está llamándote a tomar?
  • ¿Es hora de que te levantes y dejes el rencor, resentimiento, y excusas? ¿Es hora de que dejes la vida aislada, para levantarte, y mover en el poder de Dios?
  • ¿Hay alguna enfermedad, algún pecado o hábito que te parece imposible de superar? Puede ser que llevas mucho tiempo batallando con el problema. ¿Estás esperando por algo equivocado, como el movimiento de las aguas?
  • ¿Quieres ser sano? Honestamente, ¿quieres ser salvo, sano, y libre?
  • ¿Estás jugando con Dios? ¿Ha hecho el Señor milagros en tu vida, pero no te has arrepentido? Todavía estás en algún pecado. Ya es hora de arrepentirte, o algo peor puede venir a tu vida o familia.

 

Juan 4:3-42  Cómo ayudar a otros a caminar con Cristo

¿Alguna vez has compartido tu fe con otra persona? ¿Cómo respondió? Muchos cristianos tienen miedo de evangelizar, y la mayoría lo hace muy poco. Pero Jesús nos manda a compartir nuestra fe:

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes (Mateo 28:19-20).

Cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra (Hechos 1:8).

Y Jesús nos advirtió:

Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles (Marcos 8:38).

En este primer volumen nos hemos centrado en la relación personal con Jesús. Ahora, con esa base, podemos pensar en otros. Si vamos a andar como Jesús anduvo, tenemos que compartir esta vida maravillosa. Aquí, acompañando a Jesucristo de camino para Galilea, vamos a aprender cómo evangelizar y relacionarnos con otros, y ver que alguien con muy poco conocimiento pueda evangelizar.

Jesús se fue de Judea y volvió a Galilea. En el camino, tenía que pasar por Samaria. 

¿Jesús tenía que pasar por Samaria?

Ningún judío tenía que pasar por allí; ninguno quería pasar por Samaria. Es cierto que estaba entre Judea y Galilea, y el camino más directo pasaba por Samaria, pero los judíos tomaron un camino más largo para evitarla, siguiendo el rio Jordán al este de Samaria. Los judíos odiaban a los samaritanos. ¿Por qué?

Después del exilio de Israel a Babilonia, los asirios trajeron a otras gentes para llenar la tierra. Ellos se casaron con los judíos restantes, y mezclaron su religión con la adoración del verdadero Dios. Tenían un templo en el monte Gerizim; no aceptaron a Jerusalén como el centro del culto. Cuando los judíos volvieron de su cautividad, en vez de evangelizarlos y enseñarles la Palabra de Dios, los condenaron.

Hay “samaritanos” entre nosotros: gente de otros grupos religiosos que quieren saber más acerca de Jesús. Muchas veces están abiertos, si hablamos sinceramente con ellos en lugar de condenarlos. Es demasiado fácil ser como esos judíos y odiar a gente diferente a nosotros.

Jesús tenía que pasar por Samaria porque su Padre le envió allá en una misión, y el Padre puede enviarte a lugares donde nadie más quiere ir. Él desafía nuestros prejuicios, porque Él ama a todos, incluso a los samaritanos y a la gente despreciada por nuestro mundo. Cuando caminamos con Jesús, a menudo tomamos un camino angosto y poco transitado.

Entonces llegó a una aldea samaritana llamada Sicar, cerca del campo que Jacob le dio a su hijo José.Allí estaba el pozo de Jacob; y Jesús, cansado por la larga caminata, se sentó junto al pozo cerca del mediodía. 

Hacía mucho calor. Ya habían caminado por varias horas, y en su naturaleza humana, Jesús estaba cansado. Se sentó a descansar junto a un pozo muy histórico, el pozo de Jacob. Dios a menudo usa las cosas cotidianas para guiarnos, como la necesidad de descansar.

El pozo era conveniente, pero Jesús también sabía que tarde o temprano alguien vendría para sacar agua; el pozo era un lugar donde la gente de la comunidad se congregaba.

¿Dónde está el pozo en tu comunidad?

Si quieres que Dios te use, debes estar en un lugar donde haya gente a quienes puedas ministrar, con los ojos y los oídos abiertos y un corazón disponible para aprovechar cada oportunidad que Dios te dé. Si estás sentado en un parque, no te escondas en tu teléfono o un libro – debe ser obvio que estás dispuesto a hablar con la persona que Dios te envíe.

Poco después, llegó una mujer samaritana a sacar agua, y Jesús le dijo: —Por favor, dame un poco de agua para beber.

Él estaba solo en ese momento porque sus discípulos habían ido a la aldea a comprar algo para comer.

Crea un ambiente adecuado

Jesús envió a sus discípulos a la aldea para comprar sus almuerzos. Sería una buena preparación para viajes misioneros: experimentar lo es ser extranjeros y comprar algo en un pueblo donde era obvio que no pertenecen.  Jesús también quiso crear un ambiente adecuado para platicar; sabía que con 13 personas presentes sería difícil entrar en una conversación con un samaritano. ¿Qué puedes hacer para crear un buen ambiente para ministrar a alguien?

Prueba las aguas

Jesús vio cada situación como un posible encuentro divino. Cuando caminamos con Jesús, Dios está preparando el camino por delante, y cada persona que encontramos puede ser enviada por Dios. No esperes para que la otra persona inicie una conversación. Puede ser difícil iniciarla con alguien que no conoces, pero no tienes que predicar o testificar. Pedir un pequeño favor es una buena manera de abrirla (“¿Usted tiene la hora?” “¿Usted conoce de un buen restaurant cerca de aquí?”). Si la persona responde, entramos más en la conversación. Si no, esperamos por otra oportunidad. Jesús dijo que pescaríamos a hombres, no cazaríamos a ellos.

Sería inusual que una mujer vaya al pozo sola, en el calor del mediodía. No era seguro; las mujeres casi siempre iban juntas, temprano de mañana o en la tarde. Y sería inusual que un hombre hablara con una mujer que no conoce (a menos que quisiera más que beber agua), aunque vamos a ver que esta mujer estaba acostumbrada a estar con muchos hombres. Todas esas cosas no impidieron que Jesús le hablara, pero llamaron la atención de la mujer:

La mujer se sorprendió, ya que los judíos rechazan todo trato con los samaritanos. Entonces le dijo a Jesús:

—Usted es judío, y yo soy una mujer samaritana. ¿Por qué me pide agua para beber?

Jesús quebrantó las normas en dos puntos: ser judío y ser hombre. Ella podría simplemente darle el agua, o pudiera actuar tímida, decirle “no,” y salir. Pero la petición de Jesús le interesa. No le da agua a Jesús (¡no sabemos si Jesús alguna vez recibió el agua que pidió!). Ella se sorprendió, y respondió a Jesús con una pregunta. Podrías interpretar su respuesta como un rechazo, o podrías sentirte ofendido, pero si vas a ser usado por el Señor hay que aprender a manejar las ofensas y el rechazo. Seguramente siempre habrá mucho en este mundo.

Cómo crear interés

Una buena manera de crear interés en alguien es hacer o decir algo fuera de lo común, algo radical, que le sorprende. Los samaritanos eran inmundos para los judíos; no usaban nada en común. El mundo va a notar algo diferente en nosotros:

  • Amamos a todos.
  • Cada persona es importante.
  • No tenemos prejuicios.
  • Rechazamos el racismo y toda superioridad de raza, clase o religión.

10 Jesús contestó: —Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quién estás hablando, tú me pedirías a mí, y yo te daría agua viva.

Nuestra tendencia es presentar el regalo de Dios y Jesucristo, y posiblemente hablar de algo (el pecado, arrepentimiento) que ni tiene sentido para la persona ni se relaciona con su vida. Jesús hablaba a menudo en parábolas y dejó que el Espíritu Santo abriera el entendimiento.

Cómo profundizar

Tal como la mujer no le respondió a la solicitud de Jesús por agua, Jesús no responde su pregunta, sino que dice algo para provocar interés y preguntas por su parte:

  • Hay un regalo desconocido que Dios tiene para ella: “¿Qué es el regalo de Dios?”
  • A todos les gusta un regalo: “¿Puede ser que Dios tenga un regalo para mí? Siento como que no merezco nada de Dios.”
  • “¿Quién es este hombre? Nunca he conocido a alguien como Él.”
  • “¿Por qué me anima a pedirle a Él? Otros hombres siempre han querido algo de mí.”
  • “¿Qué es el agua viva?”

La idea es darles varias opciones para seguir hablando. Tienes que prestar mucha atención a su respuesta para saber cómo progresar. A menudo somos muy rápidos para hablar de la salvación y cubrir todos los puntos del evangelio. Analiza a la persona y busca un puente, algo que entiende de su propia experiencia.

11 —Pero señor, usted no tiene ni una soga ni un balde —le dijo ella—, y este pozo es muy profundo. ¿De dónde va a sacar esa agua viva? 12 Además, ¿se cree usted superior a nuestro antepasado Jacob, quien nos dio este pozo? ¿Cómo puede usted ofrecer mejor agua que la que disfrutaron él, sus hijos y sus animales?

La puerta está abierta, pero en este momento es obvio que la mujer no quiere hablar sobre su vida personal, sino que vuelve a cosas terrenales, e incluso discute con Jesús:

  • Jesús habla de agua viva, pero ella piensa en agua natural: Jesús no tiene forma de sacar agua, aun menos agua viva. Hay muchas personas que no tienen ningún concepto de cosas sobrenaturales o espirituales; solamente piensan en lo que pueden obtener naturalmente.
  • Ella percibe que Jesús se cree superior a Jacob, y se levanta para defender a su antepasado y su religión. La gente naturalmente se resiste a la persona que parece muy religiosa o se cree superior a otros.

Este es un punto crítico. Si Jesús se defiende a sí mismo y discute con ella, probablemente va a perder toda posibilidad de tocar su alma.

13 Jesús contestó: —Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, 14 pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna.

Una manera de entrar a una comunidad nueva o cerrada es ofrecerles algo nuevo y mejor. La sed es universal; todos beben agua. Jesús no viene a nosotros hablando de cosas celestiales; Él nos toca en el nivel más básico y nos ofrece vida abundante. ¿Puedes pensar en algunas necesidades o experiencias universales que Jesús puede transformar? ¿Cómo puedes comunicárselo a la gente sedienta que te rodean?

Agua viva

Jesús se aprovecha de sus preguntas para profundizar sobre la naturaleza del agua viva, pero en vez de hablar directamente a la mujer, habla de “cualquiera” y “todos.” Le ofrece una clara opción: agua del pozo que siempre ha bebido (pero siempre tiene sed otra vez), o el agua que Jesús le ofrece.

Sabiamente, Jesús no entra en controversias religiosas; casi siempre es mejor evitarlas. Y no te defiendas a ti mismo. Jesús ofrece agua sobrenatural, agua que fluye del corazón de su Padre. El agua que Jesús ofrece a ella – y a ti – es muy especial:

  • El que beba el agua viva no tendrá sed jamás. Hay una diferencia fundamental en lo que Jesús ofrece.
  • Esa agua se convierte en un manantial.
  • Esta agua brota con frescura dentro de nosotros.
  • Tiene poder sobrenatural para darnos vida eterna.

Entonces, ¿por qué cantamos y hablamos muchas veces sobre la sed que tenemos? Yo creo que muchas personas vienen a la iglesia y toman un vaso de agua viva y se sienten bien, pero no conocen la presencia del Espíritu Santo, la fuente que brota con frescura en su interior.

¿Y qué es esa vida eterna?

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Juan 17:3).

La vida eterna no es una cuestión de años interminables, sino de una relación real con Dios. Tú puedes experimentar la vida eterna ahora, en relación con Cristo, y saborearla en relación con otras personas. Así vemos la importancia de lo que Jesús nos modela junto a ese pozo: conectarnos genuinamente con alguien.

15 —Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡déme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua.

Como muchas personas hoy que solo quieren a Jesús para sus bendiciones y la promesa de una vida mejor y más cómoda, ella solo está pensando en su conveniencia y calidad de vida; no está pensando en la vida eterna. Tal vez está tan cansada de la vida cotidiana que no puede pensar en la vida eterna.

Un error común

Para muchos cristianos, parece que la mujer ha llegado al punto de aceptar a Jesús. Ya ha dicho “¡Dame de esa agua! ¡Quiero aceptar tu oferta, Jesús!” Pero sería una decisión muy superficial, porque no hay arrepentimiento ni sometimiento al señorío de Jesucristo. Engañamos a muchas personas cuando oramos con ellas en este punto y las bendecimos como si ya estuvieran salvas. Jesús no le da el agua porque Él sabe que ella no está lista; quiere la bendición, no quiere la relación.

16 Jesús le dijo: —Ve y trae a tu esposo.

Una nueva táctica

En vez de regañarla por su falta de interés en cosas espirituales, Jesús cambia las tácticas. Cuando la persona no responde en el nivel espiritual, escucha al Señor por alguna dirección o revelación que pueda abrir su corazón. No tengas miedo de tocar algo doloroso; las cuestiones de familia, matrimonio y sexo casi siempre llaman su atención, sobre todo en este caso, porque un extranjero (y un hombre) toca algo tan íntimo. En este momento el Espíritu puso en el corazón de Jesús para hablar de su matrimonio.

17 —No tengo esposo —respondió la mujer.

Está aquí que muchos de nosotros nos desanimamos, creyendo que no hemos oído la voz del Espíritu. Muchas personas podrían pedir disculpas y decir que tienen que buscar a sus compañeros en la aldea. Pero precisamente en ese momento Jesús opera en lo que llamamos el “don de palabra de ciencia.” Es un don que Dios puede dar a cualquier creyente; es útil no solamente dentro de la iglesia, sino también para ministrar y evangelizar a aquellos fuera de la iglesia.

—Es cierto —dijo Jesús—. No tienes esposo 18 porque has tenido cinco esposos y ni siquiera estás casada con el hombre con el que ahora vives. ¡Ciertamente dijiste la verdad!

Este encuentro empezó con Jesús simplemente descansando junto a un pozo, cansado y sediento. Pero Dios tenía planeado algo mucho más profundo, y ahora Jesús opera con conocimiento sobrenatural. Jesús no la condena, simplemente dice lo que es la situación, y esa revelación sobrenatural confirma a la mujer que éste es un varón de Dios.

19 —Señor —dijo la mujer—, seguro que usted es profeta. 20 Así que dígame, ¿por qué ustedes, los judíos, insisten en que Jerusalén es el único lugar donde se debe adorar, mientras que nosotros, los samaritanos, afirmamos que es aquí, en el monte Gerizim, donde adoraron nuestros antepasados?

Ella todavía no quiere pasar a ese nivel íntimo; está incómoda, se siente vulnerable y se esconde en un argumento religioso, en cosas superfluas. Es muy común escapar de una situación incómoda con esas cuestiones: “¿Quién era la esposa de Caín? ¿Se casó con su hermana?” “¿Por qué permite Dios el sufrimiento?” O hablar de las diferencias entre la iglesia católica, otras sectas, y varios grupos evangélicos, o señalar todos los hipócritas en la iglesia.

En este caso, puede ser que ella realmente quiera saber quién tiene la razón. Otra vez, si discutimos y condenamos a alguien por su error, se puede perder la oportunidad de ministrar a la persona. No permitas que las cuestiones religiosas te distraigan del mensaje.

Verdadera adoración

21 Jesús le contestó: —Créeme, mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén.

Muchas de estas cuestiones religiosas, que tienen tanta importancia para nosotros, se centran en cosas temporales y no tienen verdadera relevancia. Pero aquí le dan a Jesús la oportunidad de claramente presentar la verdad. Sí, queremos respetar a otros y demoramos en condenarlos. Pero Jesús sabe que es hora para decir la verdad:

22 Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos. 

Se necesita discernimiento para saber cuándo confrontar creencias equivocadas. Si es algo que tiene un impacto eternal, tenemos la responsabilidad de decir la verdad (por lo que es importante saber la verdad, para discernir el error). Muchos quieren ser vistos como tolerantes e inclusivos, y se quedan callados cuando temas controversiales entran en la conversación, como la creencia común que todas las religiones nos llevan a Dios. En ese punto tenemos que abrir la boca y decir: “Pues, ¿qué piensas de Jesús cuando dice ‘yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre aparte de mí’? ¿Era mentiroso? ¿O loco? ¿O crees que dijo la verdad?”

23 Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. 24 Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

¿Qué significa adorar a Dios en espíritu y en verdad? “En verdad” tiene que ver con un conocimiento correcto de quién es Dios y qué ha hecho. “En espíritu” significa que ni el lugar (una “iglesia” tradicional o un almacén) ni las diversas formas (un culto muy calmado, o gente danzando y gritando) de adorar a Dios tienen tanta importancia. La verdadera adoración proviene de nuestro conocimiento y experiencia, y es guiado por el Espíritu Santo, quien siempre quiere exaltar a Jesús. Antes de “el tiempo” (que Jesús dice ha llegado con su ministerio), la adoración en el templo consistía en rituales y leyes. Se trataba de cosas que se pueden hacer (sacrificios, ofrendas, oraciones leídas) y luego creer que uno está bien con Dios. Son cosas exteriores, y no necesariamente algo del corazón y del Espíritu.

¿Cómo es tu adoración? ¿Entiendes lo que es adorar en espíritu y en verdad? ¿Animas a otras personas a adorar así? ¿Dirías que tú eres un verdadero adorador?

25 La mujer dijo: —Sé que el Mesías está por venir, al que llaman Cristo. Cuando él venga, nos explicará todas las cosas.

Por fin esta mujer demuestra un poco de interés espiritual. Aparentemente ella tenía cierta esperanza de un Mesías, y la fe para una mejor comprensión cuando llegó. Posiblemente tenía muchas preguntas; lo que le interesa del ministerio de Jesús es la explicación de todas las cosas. Pero todavía no permite que Jesús toque su corazón.

26 Entonces Jesús le dijo: —¡Yo soy el Mesías! (Yo soy, el que habla contigo, RVR)

Ésta es una de las pocas veces que Jesús claramente declara quién es. Aunque no es muy obvio en la traducción, Él también afirma que es Dios, usando el nombre de Dios: YO SOY.

Los discípulos vuelven

Hay momentos en que parece que alguien interrumpe nuestra evangelización precisamente en el momento equivocado, pero tenemos que confiar en que Dios lo ha permitido. Puede ser que la mujer no esté lista para recibir más.

27 Justo en ese momento, volvieron sus discípulos. Se sorprendieron al ver que Jesús hablaba con una mujer, pero ninguno se atrevió a preguntarle: «¿Qué quieres de ella?» o «¿Por qué le hablas?». 28 La mujer dejó su cántaro junto al pozo y volvió corriendo a la aldea mientras les decía a todos: 29 «¡Vengan a ver a un hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida! ¿No será este el Mesías?». 30 Así que la gente salió de la aldea para verlo.

La mujer posiblemente notó la expresión en las caras de los discípulos, quienes estaban incrédulos que Jesús estuviera hablando con una mujer, y una mujer samaritana (aunque Jesús tenía el hábito de escandalizar a sus discípulos). Ella sale corriendo, tan apurada que dejó su cántaro allí. Pero esta mujer ahora se convierte en una evangelista (una mejor evangelista que los discípulos, que seguramente no habían hablado nada acerca de Jesús en la aldea). Ella no es salva, y tiene muy poco conocimiento del evangelio, pero estar en la presencia de Jesús cambia a una persona, y ella tiene la fe que Él podría ser el Mesías.

Ella dice que “me dijo todo lo que he hecho en mi vida.” Posiblemente platicaban de muchas cosas más, las cuales no están registradas en Juan. Para ser evangelista no necesitas mucha experiencia o educación. Simplemente invita a otras personas a venir y ver quién es este Cristo que tú has llegado a conocer.

Los campos ya están blancos para la siega

31 Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús: —Rabí, come algo.

32 Jesús les respondió: —Yo tengo una clase de alimento que ustedes no conocen.

33 «¿Le habrá traído alguien de comer mientras nosotros no estábamos?», se preguntaban los discípulos unos a otros.

La samaritana no es la única que carece de una perspectiva espiritual. Jesús habla de alimento espiritual, y los discípulos solo pueden pensar en comida física.

34 Entonces Jesús explicó: —Mi alimento consiste en hacer la voluntad de Dios, quien me envió, y en terminar su obra. 35 Ustedes conocen el dicho: “Hay cuatro meses entre la siembra y la cosecha”, pero yo les digo: despierten y miren a su alrededor, los campos ya están listos para la cosecha. 36 A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha! 37 Ya saben el dicho: “Uno siembra y otro cosecha”, y es cierto. 38 Yo los envié a ustedes a cosechar donde no sembraron; otros ya habían hecho el trabajo, y ahora a ustedes les toca levantar la cosecha.

Con sus discípulos Jesús habla directamente:

  • Ellos fueron a buscar comida, y parece que solamente están pensando en esa comida. La conversación con la mujer alimentó a Jesús espiritualmente. Él fue enviado con un propósito, y siempre quiere discernir la voluntad de su Padre. Siente una urgencia por terminar la obra que le fue dada. ¿Sabes cuál es tu misión? ¿Sabrás cuando la terminas? ¿Te has saciado haciendo la voluntad de Dios?
  • Ellos están ciegos, cegados por su sexismo y racismo, y están dormidos. Hay muchos que creen que la cosecha está por venir, pero Jesús dice que si tu abres tus ojos, hay mucha gente a tu alrededor lista para la cosecha.
  • ¿Qué es el fruto que Dios espera de nosotros? Personas que reciben vida eterna. ¿Tienes una vida fructífera?
  • Ya sea si se está sembrando o cosechando, debemos experimentar mucha alegría en participar en la evangelización.
  • Parece que la misma persona que siembra rara vez cosecha. ¿Estás sembrando la buena semilla de la Palabra de Dios, confiado que no volverá vacía? ¿Estás alerta para la gente lista para la cosecha?
  • Los discípulos deben estar agradecidos por el arduo trabajo de otros que fielmente predicaron la Palabra. Tú puedes ser el fruto de alguien que predicó a tu mamá hace muchos años. ¿Has pensado en las varias personas que han sembrado en tu vida?

Una gran cosecha en Samaria

39 Muchos samaritanos de esa aldea creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho: «¡Él me dijo todo lo que hice en mi vida!». 40 Cuando salieron a verlo, le rogaron que se quedara en la aldea. Así que Jesús se quedó dos días, 41 tiempo suficiente para que muchos más escucharan su mensaje y creyeran. 42 Luego le dijeron a la mujer: «Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo».

No sabemos qué pasó con la mujer. ¿Se casó con su “novio”? ¿Seguía evangelizando? ¿O era su parte sólo para traer a otros a Jesús? No sabemos, y no hay registro de una iglesia allí. Es interesante que no menciona ningún milagro; en otros lugares los milagros atrajeron a la gente, pero aquí solo dice que escucharon su mensaje y creyeron. Una mujer con una reputación mala en su aldea, que sabía casi nada de la Biblia o de Jesús, fue responsable de la conversión de una gran parte de su ciudad. ¡Imagina lo que Dios puede hacer contigo!

Sí, Jesús tenía que pasar por Samaria. Dios tenía mucha gente allí. ¿Hay algún lugar por el que tú tienes que pasar? ¿Tienes los ojos abiertos a los campos listos para la cosecha?

 

Juan 2:13-25  Andando con Jesús en una “cueva de ladrones”

Es obvio que el ADN del reino es radicalmente diferente que el ADN de este mundo. Los hijos del Rey son mansos y pacificadores, que aman y perdonan a otros. Resistimos la presión para acumular riquezas y cosas materiales. Pero hay un verso difícil en Mateo 11:12:

Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza. (LBLA)

El reino también es un campo de batalla. Gente violenta inspirada por Satanás intentan conquistarlo por la fuerza. No pueden, pero es una batalla. A veces tenemos que levantarnos para defender a nuestro Rey y los valores de su reino. Alguien, por ejemplo, tenía que resistir a Hitler. Parte de nuestro ADN es rabia y la valentía para guerrear. En esta porción vamos a ver cómo Jesús navegó en una cueva de ladrones, donde el reino de la luz chocó contra el reino de las tinieblas.

13 Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. 14 Y en el templo halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. 15 Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. 16 A los que vendían las palomas les dijo:

―¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?

17 Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá». 

Celo por la casa de su Padre

Seguro que ésta no fue la primera vez que Jesús vio este alboroto, pero a menudo tienes que controlar la ira, calmarse y esperar el tiempo y la forma de expresarla. Una de las lecciones más importantes de esta porción es que la ira no es pecado; incluso puede haber momentos cuando sea apropiado enfrentar violentamente las fuerzas del mal.  ¡Definitivamente este no es el Jesús manso y dulce que vemos en muchos cuadros! Sus discípulos lo vieron consumido con celo por la casa de su Padre. Está claro que no le importaron las pérdidas de los cambistas; a propósito regó todo ese dinero por el suelo. ¿Quién sabe lo qué pasó con esas monedas? Ya hemos visto que el dinero nunca importaba mucho a Jesús.

La ira  y el celo son partes del carácter de Dios y el ADN del reino, como lo demuestran muchos pasajes del Antiguo Testamento y Apocalipsis. Este es el ejemplo más fuerte de la ira de Jesús; ¿por qué estaba tan enojado?

  • Llamó el templo una “cueva de ladrones;” cobraban demasiado por la conveniencia de comprar, allí en el mismo templo, las palomas, las ovejas y los bueyes requeridos para los sacrificios. Los cambistas (quienes cambiaban monedas extranjeras por la moneda local) aprovecharon a los extranjeros con comisiones muy altas.
  • Jesús expulsó a todos del templo. La casa de Dios no debe ser un mercado; es una casa de oración, y Jesús condena todo lo que hace que el templo sea un mercado.
  • Aparte del acto de comprar y vender, imagina el ruido, el excremento y el olor de todos esos animales.

¿Está bien vender cosas en las iglesias de hoy?

  • ¿Está bien tener librerías en la iglesia? ¿O cafeterías, incluso Starbucks?
  • ¿Está bien vender tamales y toda clase de alimento para recaudar fondos para los programas de la iglesia?
  • ¿Está bien que los invitados que están predicando o ministrando en la adoración vendan sus libros, DVD y CD?

Casi todas las opiniones que leí en Internet justifican la venta de algunas cosas en la iglesia. Es cierto que en Cristo nosotros somos el templo; Dios no mora en edificios. Puede ser que nuestros edificios no sean santos como el templo en Jerusalén era santo. Dios dio instrucciones detalladas para la construcción de ese templo. ¿Pero no es problemático todo lo que distrae de la función de ese edificio como casa de oración y adoración a Dios? Cuando se convierte en un mercado, estamos violando su santidad.

¿Dos purificaciones del templo?

Quiero dar una pausa aquí de Juan para responder a una duda que muchos tienen sobre esta purificación del templo. El evangelio de Juan la coloca al principio del ministerio de Jesús, aunque solo dice que “se aproximaba la Pascua.” ¿Cuál pascua? Es difícil ver la conexión con el milagro en Caná (el pasaje previo), o con la visita de Nicodemo en Juan 3. Puede ser que ésta fue la última pascua que celebró Jesús, después de la entrada triunfal, donde Mateo la coloca (21:12-13):

Jesús entró en el templo y echó de allí a todos los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas.  «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será llamada casa de oración”; pero ustedes la están convirtiendo en “cueva de ladrones”».

Lucas y Marcos también la colocan durante esa última semana de su ministerio;  Marcos dice específicamente que fue lunes, después de la entrada triunfal:

Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.

Llegaron, pues, a Jerusalén. Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas, y no permitía que nadie atravesara el templo llevando mercancías. También les enseñaba con estas palabras: «¿No está escrito: »“Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? Pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”» (Marcos 11:12-17).

Para muchos, esta cuestión de dónde colocar la historia en Juan no tiene mucha importancia, pero puede ser un buen ejemplo de la importancia de interpretar cuidadosamente las escrituras. Parece improbable que Jesús limpiara el templo dos veces. Al comienzo de su ministerio no quería llamar mucho la atención de sí mismo; ¿por qué haría algo tan provocativo tan temprano? Sería más lógico al final de su ministerio, cuando ya tenía mucha oposición. Después de esto querían matarlo:

Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas (Marcos 11:15-18).

Marcos tenía un enfoque más amplio que Mateo (quien escribió para los judíos), y cita a Jesús diciendo que el templo es una casa de oración “para todas las naciones.” ¡Jesús ya está incluyendo a los gentiles en el pueblo de Dios! Lucas tiene la referencia más corta:

Luego entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que estaban vendiendo. «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será casa de oración”; pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”» (Lucas 19:45-46).

No cambia el mensaje; no tiene tanta importancia dónde colocamos la purificación en Juan, pero yo creo que es el mismo evento que los tres evangelios sinópticos colocan durante la última semana de su vida. Tal vez Juan quiso presentar la profecía de la resurrección de Jesús al principio.

Los judíos exigen una señal

Volvemos a Juan 2 y el revolú en el templo sagrado, ocasionado por el Hijo de Dios. Es interesante pensar en la reacción de la gente común; estoy seguro que algunos de ellos estaban muy contentos de que alguien haya confrontado estos abusos. Por supuesto, los comerciantes y los líderes del templo (que probablemente también recibían dinero del negocio) estaban muy enojados, pero en vez de arrestar a Jesús, exigieron alguna señal que le diera la autorización:

18 Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole: ―¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera?

19 ―Destruyan este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días.

20 ―Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?

¡El hecho de que el templo fuera la casa de su Padre debe ser suficiente!  Pero a Jesús le gusta confundir a sus críticos, y les ofrece una señal muy impresionante: los desafía a destruir el templo, y Él lo levantaría de nuevo en tres días. Para ver la señal, ellos primero tienen que destruir el templo, algo que obviamente no van a hacer. Pero Jesús aprovecha la oportunidad para hablar sobre su resurrección:

21 Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo. 22 Así, pues, cuando se levantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús. 23 Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. 

Jesús no hizo la señal que los líderes pedían, y, a diferencia de sus discípulos, ellos probablemente nunca conectaron la promesa de levantar el templo de nuevo con su resurrección. Pero Jesús hizo muchas señales esa semana, y para disgusto de los líderes, muchos creyeron en Él.

¿Qué significa que Jesús “sabía lo que había en el hombre”?

24 En cambio Jesús no les creía porque los conocía a todos; 25 no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano.

La gente creía en Jesús, pero Él no creía en ellos. ¿Por qué?

Es interesante que ambos versos, el 22 y el 23, dicen que creyeron en Jesús, pero parece que  la fe de los discípulos (verso 22) era una fe más madura y razonada, basada en las Escrituras del Antiguo Testamento y las palabras de Jesús, y confirmada por su resurrección. Este fue otro paso en un proceso de establecerlos en una fe firme. Por otro lado, los “muchos” que creyeron en Él durante la Pascua, creyeron cuando vieron “las señales que hacía.” La fe basada solamente en milagros y señales es notoria por su debilidad. Puede ser que esa misma gente alabó a Jesús el día anterior en su entrada triunfal, y gritaron “crucifícalo” unos días después. Jesús “no les creía” porque Él sabía cuan inconstante y voluble es el ser humano. Él sabía lo que había en sus corazones, como Él dice en Juan 6:64 de sus mismos discípulos: “Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen.” Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Parece decir que algunos de los doce no creían en Él, e incluso uno de esos elegidos fue una profunda decepción y traidor.

La verdad (que puede brindarte mucha consolación, o hacerte sentir muy incómodo) es que Jesús te conoce por completo; conoce tu sinceridad y lo que hay en tu corazón. A partir de este verso 25, Juan va directamente a la historia de Nicodemo: Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo (Juan 3:1). Puede ser que por esta razón Juan colocó la historia de la purificación aquí: Las evidentes controversias con los fariseos y otros líderes, y su falta de fe, contrastan con Nicodemo, quien tenía fe, pero no una fe salvadora; tuvo que aprender lo que significa nacer de nuevo. Jesús pudo ver su corazón, y supo que era sincero.

Nosotros no tenemos que ser negativos, sospechosos y cínicos con la gente. Sabemos que todos somos pecadores con una mezcla de motivos en nuestros corazones:

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)

La respuesta obvia es: ¡Jesús! Por eso Él dijo que hay que ser astuto y tener cuidado:

»Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas. Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas (Mateo 10:16-17).

Ser sencillo no significa ser ingenuo. Con el mismo conocimiento, tenemos que amar a la gente y confiar en Dios para protegernos.

Afligió e irritó a Jesús ver cómo su propia gente profanaba la casa de su Padre. Allí estaba, probablemente después de tres años de ministerio, y su impacto parecía mínimo. ¡No es de extrañar que reaccionara con tanta ira! No era sorprendente que no se confiara a la gente. Hay un tiempo en que su paciencia se agotará, y su ira se derramará en este mundo pecaminoso. Ten cuidado de convertir lo que debe ser un lugar de oración y adoración en un negocio o un mercado. ¿Qué pasaría si Jesús apareciera en la iglesia para vaciar las cajas registradoras y echar fuera a todos los que estaban comprando o vendiendo? ¿Hay una cueva de ladrones en tu ciudad? ¿Cómo puedes andar como Jesús anduvo en esta situación?

 

Despues de la zarza, ¡Dios quiso matar a Moisés! Éxodo 4:18-26

Moisés es el varón escogido por Dios para liberar a su pueblo. Ha pasado 40 años en el desierto en preparación para esta misión. Ya ha tenido un encuentro impresionante con el Señor, ha recibido la palabra de Dios, y tiene su vara para hacer señales milagrosas frente al faraón. Todo parece estar en orden, pero vamos a ver que ésta es una de las porciones mas extrañas en la historia de este varón.

Moisés se va a Egipto en obediencia a Dios

Hay momentos cuando al dia siguiente ese encuentro que tuvimos con Dios parece un sueño, y no hacemos nada más al respecto. Pero Moises vuelve a casa para pedirle permiso a su suegro para el viaje, y recibe su bendición:

18 Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

Es interesante que Moisés no mencionó nada sobre su misión a Jetro; solo dijo que quiso ver a sus hermanos. No sabemos si compartió con su esposa lo que fue llamado a hacer; yo creo que no. ¿Fue sabio? ¿O cobarde? Es entendible que un hombre humilde como Moises no quisiera hablar sobre un encuentro con Dios en una zarza ardiente o una tarea tan impresionante. Pero, ¿cual es la diferencia entre una mentira y decir solo una pequeña parte de la verdad, lo que sea cómodo para ti?

Antes de irse de Madian, él recibe otra palabra de confirmación de Dios, y la buena noticia que “todos” (no sabemos cuántos, sino varios), que procuraban su muerte ya han muerto:

19 Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte.

Moisés cuidadosamente obedece toda la palabra que recibió. No está escrito que Dios le mandó a llevar a su familia con él (sería una situación complicada para la mujer y los chiquillos), pero toda la familia va:

20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.

Una vez que Dios observó su obediencia y Moisés se dirige a Egipto, él recibe más información acerca de lo que sucederá. Eso pasa frecuentemente: Dios nos da una palabra, y mientras caminamos en fe y obediencia a ella, recibimos más revelación.

Israel es mi hijo, mi primogénito

21 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. 22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.

Moisés no va para liberar a unos esclavos; él va para liberar al hijo de Dios, al primogénito de Dios, la niña de sus ojos. ¡Esta es una misión muy importante! Pero desde el principio Moises sabía que su tarea no estaría fácil:

  • Dios va a endurecer el corazón del faraon; quiere mucha oportunidad para manifestar su poder y su gloria. A la misma vez que Dios endurece su corazón, el faraón va a resistir la palabra de Dios; no quería dejar ir al pueblo. Sí, Dios endurece, pero el faraón también es culpable.
  • Resulta que a pesar de sus declaraciones y milagros, Moisés tiene que esperar un buen rato para la liberación de los hebreos.
  • Dado que el faraón ha oprimido a este “hijo” de Dios, su “primogénito,” Dios va a matar al hijo de Faraón, a su primogénito. Moisés sabe el fin desde el principio; tiene que pasar por todo el proceso de las plagas hasta llegar a ese punto. Cuando leemos la Palabra de Dios, ya sabemos el final desde el principio, pero es fácil perder esa visión en medio del largo proceso.

Todo parece excelente, pero de repente algo completamente inesperado sucede.

Otro encuentro con Dios; esta vez quiso matarlo

24 Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo.

No sabemos exactamente cómo Dios le salió, ni cómo quiso matarlo, pero sería un gran susto para la mujer y los hijos. Y parece increíble que después de toda la preparación, Dios estaba a punto de matar a su siervo escogido. ¿Por qué?

25 Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. 26 Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.

Como siempre, cuando hay una porción oscura, hay muchas conyecturas sobre su significado. Nos presenta muchas preguntas:

  • ¿Por qué Dios no le habló a Moisés sobre este asunto antes, tal vez en la zarza ardiente? ¿Por qué esperó para una posada en el viaje?
  • Moisés tenía dos hijos. ¿Estaba el otro circuncido?
  • ¿Qué exactamente pasó en esa posada? ¿Qué tipo de “encuentro” tuvo Dios con Moisés cuando estaba a punto de matarlo?
  • ¿No era capaz Moisés de circuncidar a su hijo? ¿Por qué lo hizo Séfora?
  • ¿Cómo estaba la relación entre Moisés y Séfora? Ella no estuvo contenta aquí. ¿Posiblemente ella ya le advirtió a su esposo varias veces que debería circuncidar a su hijo? ¿O Séfora no quería a su hijo circunciso? ¿Se oponía la familia de Séfora a la circuncisión?
  • ¿Estuvo ella atribulada porque dejó a su familia por un viaje muy peligroso?

Nosotros siempre queremos respuestas; queremos una explicación para todo, pero a menudo no es posible. Ten cuidado con aquellas personas que tienen todas las respuestas a los pasajes difíciles de la Biblia. A pesar de las dificultades, hay varias cosas claras aquí:

  • El pecado fue la falla de circuncidar al hijo de Moisés. Dios echa a culpa a Moisés por este fracaso; no sabemos por qué no lo hizo conforme al pacto. Le correspondió a él circuncidar a su hijo; tampoco sabemos por qué Moisés permitió que Séfora lo hiciera. Sería vergonzoso para el muchacho y la mujer que la mamá le cortara el prepucio. Yo creo que Dios está formando a Moisés aquí. Tal vez no manejaba muy bien su hogar.
  • Como siempre, el contexto es importante. En los versos 22 y 23 ya hemos visto dos padres y sus primogénitos, ahora tenemos el tercer padre, y posiblemente su primogénito. Dios va a salvar la vida de su hijo, el hijo de Faraón va a morir, y Moisés va a morir porque no circuncidó a su hijo. Dos padres son rebeldes a la palabra del Padre y no reconocen su autoridad. Es un vistazo de la relación padre/hijo y el corazón de un padre.
  • La circuncisión era la señal del pacto que Dios hizo con Abraham: Todos los varones entre ustedes deberán ser circuncidados. Circuncidarán la carne de su prepucio, y esa será la señal del pacto entre nosotros.  Todos los varones de cada generación deberán ser circuncidados a los ocho días de nacidos, tanto los niños nacidos en casa como los que hayan sido comprados por dinero a un extranjero y que, por lo tanto, no sean de la estirpe de ustedes.  Todos sin excepción, tanto el nacido en casa como el que haya sido comprado por dinero, deberán ser circuncidados. De esta manera mi pacto quedará como una marca indeleble en la carne de ustedes, como un pacto perpetuo.  Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto (Genesis 17:10-14). Aunque Israel no tenía la palabra escrita, todos los hebreos sabían acerca de este pacto. La penalidad por no circuncidar era la muerte.
  • Moises no tenía excusa. No hay acepción de personas con Dios. No importa que Moisés tenga una tarea tan impresionante. De hecho, es aun más importante que alguien como Moisés haga todo conforme. Si no tiene su propia familia en orden, ¿cómo puede guiar al pueblo de Dios? Yo no creo que Dios realmente quisiera matarlo; quería comunicarle claramente que tenía que obedecerlo en todo. Posiblemente esto le dio a Moisés un temor de Dios que no tenía antes. ¡Desobedecer a Dios era aún más peligroso que enfrentar a Faraón!
  • Moisés tenía padres de fe; seguramente que él fue circunciso. Claro que pasó muchos años en el palacio del faraón y muchos más en el desierto, pero él tenía que saber sobre el pacto. Todos los hombres que salieron de Egipto fueron circuncisos (Josue 5:5), pero tuvieron que circuncidar a los que nacieron en el desierto antes de entrar a la tierra prometida.
  • Séfora no estaba contenta con su esposo. Para echar el prepucio a los pies de Moisés, tiene que estar enojada. Allí estaba ella, lejos de su familia, en un desierto desconocido, con sus hijos, y casi perdió a su esposo debido a su desobediencia. Estoy seguro de que el muchacho tampoco estaba contento. Parece que después de este fracaso, Moisés obligó a su familia a volver a la casa de su suegro. Moisés no quería más problemas con Séfora en las posadas o en Egipto. O posiblemente fue Séfora, enojada, quien dijo que no iba a acompañarlo. Solo aparecen otra vez cuando Jetro viene a visitar a Moisés en Éxodo 18:5.

Antes de cumplir tu misión, arregla todo en tu familia

Tú puedes tener un gran llamado de Dios. Puede que hayas pasado muchos años de estudio y preparación para un ministerio importante, y hayas tenido encuentros sobrenaturales con Dios. Pero todavía es posible ser un fracaso con tu familia (ocurre con frecuencia). Algunos han sugerido que la circuncisión era abominable para Séfora (ella no era hebrea), y, para mantener la paz en su hogar, Moisés fracasó como padre. Puede ser; sucede en muchos hogares cristianos también. Que lástima que a veces en la iglesia y en la familia dejamos que las mujeres hagan las cosas que nosotros como hombres debemos hacer. ¡Levántate, varón de Dios, y toma tu autoridad como líder y cabeza de tu hogar!

¿Está Dios a punto de matarte por alguna falla con tu familia? ¿Has sido fiel como el sacerdote de tu hogar, siguiendo fielmente lo que dice la Palabra de Dios? ¿O has permitido que la presión de la mujer, los niños o la cultura te haga flojo en tu obediencia? Como cabeza de familia, tú eres responsable de lo que sucede en tu hogar. ¿Cómo vas a predicar la Palabra de Dios si no la has puesto en práctica? ¿Hay algo que tengas que arreglar antes de entrar en la gran misión que Dios tiene para ti? No seas un esposo de sangre. Tu familia necesita tu obediencia.

 

Juan 2: Llena las tinajas vacías

Jesús te ha llamado a dejar todo para nacer de nuevo y seguirlo como su discípulo en el camino angosto. Vimos en el capítulo anterior que hay tentaciones, pruebas, y guerra en ese camino; aquí vamos a relajar un poco. Jesús también sabe cómo divertirse. Este capítulo fluye directamente del primer capítulo del evangelio de San Juan, con estas palabras: “al tercer día.” Estamos al principio del ministerio de Jesucristo, después de sus tentaciones. El primer día Juan Bautista le presentó como el Mesías, y el segundo día Jesús llamó a sus primeros discípulos. Ellos – como tú – apenas están empezando a aprender cómo es la vida caminando con Jesús.

1Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí. También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos. 

Caná estaba a 13.5 km (8 millas) de Nazaret. Puede ser que los novios sean amigos o parientes de la familia. Cuando invitan a Jesús, también invitan a sus discípulos. José no está mencionado en ningún contexto  en el ministerio de Jesús; ya había fallecido, no sabemos cuándo. Es interesante que Dios permitió a Jesús perder a su padre terrenal a una edad temprana.

Cuando andamos como Jesús anduvo, participamos en ocasiones familiares

En sí misma, una boda no parece muy espiritual, pero celebra algo fundamental para nuestra raza, algo instituido por Dios: la unión de un hombre y una mujer para ser una sola carne y multiplicarse en la tierra. Una boda era una gran celebración, y los judíos sabían cómo celebrar. El vino jugó una parte importante. Es una lástima que algunos cristianos son tan serios que es difícil para ellos reír y celebrar, y algunos ni siquiera participan en reuniones familiares porque “ellos no son salvos” o porque habrá mucho alcohol y música mundana. El ejemplo de Jesús es participar entusiasmado, sin pecar. Son oportunidades muy ricas para mostrarles que hermoso es andar con Cristo. Cuando tú recibes una invitación, antes de rehusar, ora al respecto. Claro que Dios sabe tu situación familiar y tu fuerza espiritual, y a veces sería mejor no participar.

Cuando andamos como Jesús, honramos el matrimonio

¿Quién adivinaría que Jesús haría su primer milagro en una boda, y hacer algo que no parece muy importante? Nadie fue salvo, ni sanado, ni liberado. Pero en el plan de Dios, su Hijo hizo su primer milagro en una boda, y así Dios afirmó la santidad y la importancia del matrimonio. Qué trágico que hoy en día muchos (incluso cristianos) están evitando el matrimonio; creen que ese compromiso no es importante. Aun peor, hombres se están casando con hombres y mujeres con mujeres.

La boda de Jesús

¿Fue difícil para Jesús ir a la boda, sabiendo que nunca se casaría? Pues, se está preparando para la boda más impresionante de toda la historia, y creo que ese día en Caná Él estaba pensando en esa boda. Como todos los novios, Jesús anhela ese día por venir, pero tiene que esperar el tiempo de su Padre, y el Padre quiere toda la gente posible en esa boda; quiere el cielo lleno.

Si tú eres un discípulo de Jesucristo, tú también estás invitado a su boda. De hecho, tú eres su novia; toda la iglesia, cada creyente, es la novia del Cordero, pero para entrar en esa boda necesitas el traje de boda:

»Cuando el rey entró a ver a los invitados, notó que allí había un hombre que no estaba vestido con el traje de boda.  “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se quedó callado.  Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.  Porque muchos son los invitados, pero pocos los escogidos» (Mateo 22:11-14).

La invitación a esta boda está abierta a todos. Increíblemente, hay muchos invitados que no quieren ir:

Jesús volvió a hablarles en parábolas, y les dijo:  «El reino de los cielos es como un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo.  Mandó a sus siervos que llamaran a los invitados, pero estos se negaron a asistir al banquete.  Luego mandó a otros siervos y les ordenó: “Digan a los invitados que ya he preparado mi comida: Ya han matado mis bueyes y mis reses cebadas, y todo está listo. Vengan al banquete de bodas”.  Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a su negocio.  Los demás agarraron a los siervos, los maltrataron y los mataron.  El rey se enfureció. Mandó su ejército a destruir a los asesinos y a incendiar su ciudad.  Luego dijo a sus siervos: “El banquete de bodas está preparado, pero los que invité no merecían venir.  Vayan al cruce de los caminos e inviten al banquete a todos los que encuentren”.  Así que los siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que pudieron encontrar, buenos y malos, y se llenó de invitados el salón de bodas (Mateo 22:1-10).

Los escogidos esperan la llamada a la boda, responden a la invitación con mucho gusto y se visten con el traje de boda. Jesús te da esa vestidura blanca y pura cuando lo recibes como Señor y Salvador. Qué triste que muchos llegarán a esa boda sin ese traje, y serán atados y echados afuera, donde habrá llanto y crujir de dientes. ¿Estás llevando esa ropa? Los primeros dos capítulos de este libro te muestran como ser salvo y recibir esa ropa. ¿Estás andando en santidad? Este libro te enseña andar como Jesús anduvo. ¿Tienes la certeza de que eres escogido por Dios? El hecho que estás leyendo este libro demuestra que Dios te ha escogido y está llamándote a andar consigo.

Vimos que en este Evangelio, al tercer día Jesús está en las bodas. En el contexto amplio, el primer día Jesús fue proclamado a todo el mundo como Salvador y Mesías. Al segundo día (ahora), está llamando y preparando a sus discípulos. Estamos esperando al tercer día, cuando Él venga otra vez para su novia:

Después oí voces como el rumor de una inmensa multitud, como el estruendo de una catarata y como el retumbar de potentes truenos, que exclamaban:

«¡Aleluya!
Ya ha comenzado a reinar el Señor,
nuestro Dios Todopoderoso.
¡Alegrémonos y regocijémonos
y démosle gloria!
Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero.
Su novia se ha preparado,
y se le ha concedido vestirse
de lino fino, limpio y resplandeciente».

(El lino fino representa las acciones justas de los santos).

El ángel me dijo: «Escribe: “¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero!”» (Apocalipsis 19:6-9)

¡Qué día maravilloso! ¿Vas a estar allí? ¿Y tu familia? ¿Qué tienes que hacer para prepararte para esa boda?

El fruto de la vid

Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo: ―Ya no tienen vino.

Ya estaban bebiendo mucho. No es el propósito de este estudio entrar en la controversia de si este vino tenía alcohol o no. Es muy claro que muchas veces cuando la Biblia habla del vino, tenía alcohol (así la prohibición de embriagarse con vino  en Efesios 5:18).

La última vez que Jesús tomó vino fue la noche de su arresto. Él está esperando su boda para tomar vino de nuevo. Esa noche en el aposento alto Jesús dijo a sus discípulos:

—¡Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte!  Porque les digo que no la celebraré de nuevo hasta que se cumpla en el reino de Dios.

Entonces tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, dijo: —Tomen esto y repártanlo entre ustedes;  porque les digo que no volveré a beber del producto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.

Después tomó el pan en sus manos y, habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo: —Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.

Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: —Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes (Lucas 22:15-20).

Cuando compartimos la Santa Cena estamos afirmando nuestro compromiso con ese pacto, recordándonos del sacrificio de Jesús en la cruz, y anticipando las bodas de Jesús, cuando viene el reino de Dios y Él bebe el vino otra vez.

La importancia de planificación

María ya aprendió que cuando hay un problema, Jesús puede solucionarlo. Una madre puede ser manipuladora, y María no estaba exenta de manipular a su hijo. Estoy seguro de que ella tenía buenas intenciones, pero no entendía todas las implicaciones de sus palabras. Ella sabía que esta pareja recién casada – y sus familias – enfrentaron un gran problema. No sabemos si no compraron suficiente vino, o si los invitados bebieron demasiado. No estaban tomando para embriagarse, pero el vino era muy importante. Tal vez tú sepas que, en el mundo, todavía es muy serio no tener suficiente cerveza o alcohol en una boda.

La falla que vemos aquí es una falta de planificación, un problema muy común para individuos e iglesias. Claro que tenemos que ser guiados por el Espíritu, y dejamos el futuro en las manos del Señor. Él puede cambiar nuestros planes si Él quiere, pero hay muchos ejemplos de planificación en la Biblia, incluso para esta boda del Cordero:

»El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. Y, como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. “No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite, y compren para ustedes mismas”. Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta. Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor! —suplicaban—. ¡Ábrenos la puerta!” “¡No, no las conozco!”, respondió él.

»Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora (Mateo 25:1-13).

¿Tienes una visión para tu futuro? ¿Para tu familia? ¿Estás planeando para emergencias? Vivimos en tiempos muy difíciles. Es sabio tener suficiente dinero guardado en la casa para sobrevivir varios meses, junto con alimentos básicos. ¿Has hablado con tu familia de qué hacer en caso de perder toda comunicación o experimentar alguna emergencia en la escuela, en la calle, o en el trabajo? ¿Estás preparado para la llegada del Novio?

Ese día en Caná, cuando María dijo que no tenían vino, Jesús respondió:

―Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? Todavía no ha llegado mi hora.

Andar como Jesús es conocer tus límites

Jesús tenía un entendimiento muy claro de su misión, y sabía que el suministro de vino para una boda no era parte de ella. La familia puede ser el lugar más difícil para mantener nuestros límites, pero como vamos a ver en un momento, esos límites no tienen que ser rígidos.

Eclesiastés 3:1-8 dice que hay un tiempo para todo, y parte de un límite es un sentido del tiempo de Dios para nosotros. Jesús esperó el tiempo de su Padre para arrancar su ministerio. Ahora, ésta sería una oportunidad para impresionar a su madre y parientes y amistades, pero sería peligroso para Jesús llamar la atención a su ministerio antes de tiempo. Vemos una y otra vez cómo huyó al monte o al mar para evitar demasiada atención.

Ya hablamos de la importancia de tener planes. Puede ser que tu mamá, tu cónyuge o tu familia tengan planes para ti. Tú puedes tener planes para tu vida. ¿Pero son ellos los planes del Señor? Tenemos que buscar a Dios y entregar nuestros planes a Él. A veces es difícil resistir la presión de tu madre u otro ser querido, pero Jesucristo es nuestro Señor y Él manda. A veces los planes pueden ser buenos, pero aún no es el tiempo del Señor. Puede ser que tú estás en espera por el tiempo de Dios para seguir adelante con los planes que Él tiene para ti. Ten cuidado de no perseguir tus planes cuando parece que Dios está cerrando la puerta; podemos meternos en muchos problemas así.

Una cosa sabemos que es el tiempo del Señor: La salvación. La Biblia dice “Hoy es el día de salvación” (2 Corintios 6:2). Hay muchas excusas: quieres experimentar más del mundo, ordenar tu vida antes de aceptar a Cristo o no ser un hipócrita. No esperes. No sabes lo que pueda pasar mañana. Hoy es el día de la salvación.

Su madre dijo a los sirvientes: ―Hagan lo que él les ordene.

Otra cosa que había aprendido María: vale la pena hacer lo que Jesús nos manda hacer. En el verso 4 notamos que Jesús estaba molesto por la presión de su madre para solucionar un problema que no era suyo para solucionar. Como muchas madres, ella no quería aceptar esa respuesta y dejarla así. Ella obligó a Jesús a hacer algo: habló a los sirvientes y los instruyó que hicieran lo que Jesús les ordene hacer. Ahora Jesús se ve obligado a hacer algo, o se verá mal y hará que su madre se vea mal.

Andar como Jesús anduvo es honrar a nuestros padres

Puede parecer que Jesús, a los 12 años, no honró a José y María cuando se quedó en Jerusalén para escuchar la enseñanza de los maestros de la ley (Lucas 2:41-52). Pero ahora, en vez de discutir con María u obstinadamente insistir en no hacer nada, Él honra a su madre.

La importancia de la perseverancia

Hay algo admirable en la perseverancia de María. ¿Tienes la fe para perseverar? María sabía que la palabra de Jesús tiene mucha autoridad; lo había observado muchas veces en casa. Y sabía que cuando Jesús dice algo, tienes que hacerlo. María tenía la fe para decirle a Jesús el problema, de escuchar su palabra, y ponerla en práctica. Sin la obediencia de los sirvientes, la presencia y la palabra de Jesús no harían mucho. Así como el hombre prudente que edificó su casa en la roca (Mateo 7:24-27), tenemos que obedecer y poner en práctica la palabra de Dios.

Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros. Jesús dijo a los sirvientes: ―Llenen de agua las tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.

Cuando andas como Jesús, busca la tinaja vacía que el Señor puede usar

Jesús va a hacer un milagro, pero Él necesita algo para hacerlo. No creó vino del aire ni suministró botellas de vino; Él usa lo que ya tenemos. Estas tinajas tenían una capacidad de entre 75 y 110 litros (20-26 galones; en 2017 arqueólogos descubrieron tinajas como éstas en Caná). Estas tinajas ya estaban allí, y estaban vacías. Yo puedo escuchar a alguien decir: “¡Pero son para el rito de purificación! ¡Son para el agua! ¡No podemos usarlas para el vino!” Pero tenemos que confiar en Jesús y entregar lo que tenemos a Él. Puede ser muy poco, pero Jesús lo necesita. Ponlo en el altar y pon a disposición de Jesús todos tus talentos y tus bienes; entonces Él puede hacer sus milagros. Cristo puede multiplicar lo poco que tengas, como hizo con unos pocos panes y peces para alimentar a las multitudes (Marcos 6:30-44). Jesús puede llenar el vacío en tu vida también.

Fue un orden simple, pero fue una prueba de su obediencia. ¿Van a obedecer al hijo del carpintero? O dirán: “No tiene sentido llenar estas tinajas de agua. El problema está en el vino. Esto es una locura.” Pero eran sirvientes e, igual que nosotros, su parte era obedecer. Nosotros podemos determinar en parte el alcance del milagro que recibimos. Jesús simplemente dijo: “Llénenlas.” Si los sirvientes son perezosos y no quieren llevar tinajas muy pesadas, pueden llenarlas hasta la mitad. Pero las llenaron hasta el borde. Cuando tú haces algo por el Señor, hazlo al máximo. Llénalas hasta arriba. Usa toda tu fuerza y tus talentos.

―Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús. Así lo hicieron. 

Toma de la plenitud que Dios te ha dado para compartir con otros

¡Algunos tienen sus tinajas llenas pero no sacan nada! El milagro de Dios no es para un espectáculo, sino para el beneficio de otros. ¡Tienen que llevarlo a los demás y probarlo! Hay cristianos que vienen cada domingo a la iglesia y se van llenos. Reciben milagros y alimento del Señor, pero nunca saborean sus maravillas. No sacan nada de esa plenitud para compartir con otros.

De nuevo vemos la necesidad de la fe y la obediencia. Parece que el agua se convirtió en vino cuando el maestresala la probó. Los sirvientes llevaron el agua a su amo a pesar de la posibilidad de ser regañados por traerle agua. Pero lo hicieron en obediencia a Jesús, y mientras iban, Jesús hizo el milagro.

¿Hay tinajas llenas que Jesús te ha dado? Puede ser que no estés experimentando nada porque no has tomado el siguiente paso de fe. Puede que no sepas qué decir, o estás esperando alguna unción especial, pero cuando obedeces su palabra, Dios realizará su milagro. Toma de lo que Jesús ha hecho en tu vida, llévalo a otros y verás milagros.

El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio 10 y le dijo: ―Todos sirven primero el mejor vino y, cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.

Si quieres andar como anduvo Jesús, haz todo con excelencia

No era su idea cambiar agua en vino. No fue dirigido hacerlo por su Padre. Puede parecer algo sin mucha importancia, especialmente si crees que tomar vino es un pecado. Pero todo lo que Jesús hizo, lo hizo con excelencia. Si andamos como Cristo anduvo, ofreceremos lo mejor que tenemos, no solo a Dios y en la iglesia, sino también en el trabajo y en el hogar.

¿Has probado el vino nuevo?

¡Imagina la sorpresa del novio! Su problema está resuelto, y no solamente resuelto, sino abundantemente, con el mejor vino de la historia del mundo. ¿Has probado del amor y poder de Jesús? Él quiere darte lo mejor, y en abundancia. No quiere destruir tu vida; Él vino para darte una vida mejor. Tampoco quería ver una boda arruinada por la falta de vino. Tú puedes creer que el vino se acabó en tu vida. Puedes sentirte desesperanzado, creyendo que los días mejores de tu vida se han acabado, pero no es así. Planeamos conforme a nuestra sabiduría, y muchas veces fracasamos. Buscamos todas las formas posibles de suministrar el vino necesario, pero no tenemos los recursos, y parece que se acabó la fiesta. Tenemos que llegar al final de nuestros recursos, y por fin clamar a Jesús. Él toma las tinajas vacías de tu vida y las llena, y llena tu corazón vacío con su amor, gozo y poder. Nos da lo mejor, porque ha reservado lo mejor para el final.

11 Esta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

¿Has visto la gloria de Jesús? ¿Has visto su poder y amor? Cuando ves la grandeza del Señor, tienes que responder a Él. Sus discípulos creyeron en Él. Su fe fue fortalecida por este milagro, y Jesús quiere fortalecer tu fe también. Él quiere llenar tus tinajas vacías y darte una nueva esperanza, y Él quiere caminar contigo, para que tú puedas caminar como Él caminó.