Efesios 3:14-21  Subiendo a la cima

Aquí llegamos al final del capítulo 3, y al final de la base doctrinal de los cuatro pasos que vamos a estudiar en los capítulos 4 a 6. Es esencial comprender estos primeros capítulos para comenzar esos pasos. Aquí está la cumbre de la carta, el corazón de la vida cristiana y uno de los pasajes más ricos de la Biblia.

Puede costar años completar los cuatro largos pasos de los capítulos 4 a 6. Ellos exigen una gran participación de nuestra parte. A diferencia, este capítulo es una obra soberana de Dios. Sin esta experiencia será imposible hacer los pasos. Por esa razón, antes de comenzarlos, Pablo tiene que doblar sus rodillas. Él sabe que está en tierra santa. Sabe que solo mediante una obra sobrenatural se puede comprender esta revelación. Los propósitos de Dios que Pablo divulgó en los primeros capítulos forman la base de sus peticiones. Cuando tú ores por tu familia, iglesia o comunidad, primero busca a Dios para su propósito en la situación, y luego intercede por ellos basándose en ese propósito.

En estos versículos, casi como Moisés, vamos a subir una montaña para entrar en comunión íntima con Dios. Acerquémonos al trono de Dios con reverencia y humildad, con corazones abiertos para recibir esta gran bendición.

Padre nuestro…

14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, (RVR)

¿Cómo te llamas? ¿Quién eres? En la Biblia un nombre es muy importancia: comunica el carácter y la esencia de la persona. Cuando naciste, tu padre te dio su nombre. Adán tuvo el privilegio de nombrar a los animales, y tú tienes el privilegio de nombrar a tus hijos. Aquí Pablo dice que ahora tú tienes un nombre nuevo; naciste de nuevo en una familia nueva. Como un hijo adoptivo, recibes el nombre de tu Padre, con todos los privilegios que ese nombre trae.

Al principio, el lenguaje parece un poco confuso: ¿En cuáles familias está pensando Pablo? ¿Quiere decir que aun familias paganas toman su nombre de Dios? ¿Y cuáles familias hay en los cielos? El contexto aclara la confusión: Pablo acaba de hablar de la unidad de judíos y gentiles en una sola familia. Está hablando de la iglesia, la familia de creyentes, judíos y gentiles, aquí en la tierra, y la iglesia triunfante en el cielo, aquellos que ya han muerto en Cristo. De hecho, la mejor traducción del griego pasa patria (toda familia) inserta “la”: toda la familia de Dios. Tu membresía en esa familia proporciona dos claves para experimentar todo lo que Dios ha planeado para ti:

  • La importancia de relación, de familia y de la conexión con tu Padre y tus hermanos. Ésta es la intimidad del hogar.
  • Tu inclusión en una gran iglesia universal de todas las edades y de todas las naciones. Ésta es una visión inmensa. Tú eres parte de algo muy grande.

 La primera petición

16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. (NTV)

para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; (RVR)

Campamento base: Para ser fortalecido en el hombre interior

Antes de subir una montaña tienes que fortalecerte, hacer ejercicios y alimentarte bien. Y así es también espiritualmente. El hombre de espíritu débil, el hombre vacío en su interior, no puede comprender ni experimentar lo que Dios quiere hacer.

  • ¿Fortalecido a qué medida? Conforme a las riquezas de su gloria. Sus recursos son gloriosos e inagotables. No es posible medir su gloria. No hay límite a lo que Él nos puede dar.
  •  ¿Con qué? Con poder. Necesitas poder, más que conocimiento o cosas materiales.
  • ¿Dónde? En el hombre interior. Un hombre puede levantar pesas todos los días en el gimnasio y ser débil en el hombre interior. ¿Estás listo para los rigores de los cuatro pasos? Solo el hombre fortalecido en el interior puede soportar las pruebas, las tentaciones y las batallas de esos pasos.
  • ¿Cómo? Por su Espíritu. Haz todo lo posible para facilitar el fluir y la plenitud del Espíritu en tu vida. Es bueno fortalecerte con los medios de gracia (la Biblia, la oración, el ayuno, la Santa Cena, el bautismo y nuestra participación en la iglesia), pero aquí Pablo está pidiendo que Dios te el ser fortalecido. Es un don.

¿Has experimentado ese poder? ¿Quieres experimentarlo? ¿Cómo está tu hombre interior? Para subir a esa comunión íntima con Dios, necesitas un hombre interior fortalecido. El enclenque no puede sobrevivir a los rigores de la subida.

Segunda petición

17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él (NTV)

para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, (RVR)

Comenzar la subida: Cristo habita en tu corazón

Dios nos fortalece. Eso prepara el corazón para ser una morada para Cristo. Por fe crees que Él vive en ti. Al subir la montaña, fortalecido en el hombre interior, crees que alcanzarás la cima.

Al comenzar la subida en la frescura de la mañana, te das cuenta de que no estás solo, sino en la gran compañía de muchos hermanos con el mismo destino. Eso en sí es estimulante. Pero, por desgracia, hay muchos en esta subida que están tan entusiasmados con el compañerismo y la experiencia, que nunca se dan cuenta de que Dios mismo habita en su corazón. No tienen esa fe para depender de alguien que no pueden ver. Pueden pasar toda su vida en las actividades de la iglesia (como un club social santificado) sin conocer una relación con el Cristo vivo. Es por eso que Pablo hace esta petición rara. Se supone que Cristo habita en el corazón de cada creyente, pero Pablo sabe que no es así.

¿Dirías tú que estás experimentando la plenitud de Cristo habitando en tu corazón? Cuando Cristo habita allí, Él te llenará de su amor. Bañado en ese amor, puedes subir al siguiente nivel.

 Tercera petición

17 Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. (NTV)

a fin de que, arraigados y cimentados en amor, (RVR)

Fuerza en el calor del día: Arraigados y cimentados en amor

Ya has pasado varias horas (o meses, o años) subiendo. La frescura de la mañana ha dado paso a un sol fuerte y ardiente. La fuerza que tenías ya se ha ido. Estás cansado y dudas de la sabiduría de intentar una subida tan fuerte. Pablo sabe que, sin raíces profundas en el amor de Dios, no tendrás la fuerza para seguir adelante. Sin esas raíces, muchos se dan por vencidos. Deciden que no vale la pena, y vuelven al campamento base. Allí se dedican a las actividades de la iglesia. Aun leen sus Biblias, oran y escuchan música cristiana. Pero nunca conocen el amor de Dios.

En cada instancia en estos versículos, Pablo usa la palabra griega ágape: el amor incondicional de Dios. Dios derrama ese amor en tu corazón cuando aceptas a Jesús y lo experimentas en comunión con otros hermanos. Ser arraigado y cimentado en el amor es tener un estilo de vida de amor.

¿Tienes esas raíces? Sin amor no eres nada. El amor es lo más importante. Este amor es como las raíces profundas de un gran árbol que le dan estabilidad y alimento. También es el fundamento sólido para una casa que puede soportar adversidad y tormentas.

Muchos están contentos con estas raíces. Para alguien que nunca ha conocido el amor verdadero, es una gran bendición. En este punto en la subida hay todavía pastos verdes, árboles y aguas de reposo. Muchos creen que aquí está la vida próspera y bendecida que Cristo nos prometió. Ya puedes ver que más alto habrá viento y frío, y un camino mucho más difícil. Pablo sabe que solo una obra sobrenatural nos impulsará a seguir subiendo. Él sigue orando.

Cuarta petición

18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. (NTV)

seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, (RVR)

Casi llegando: Conocer el amor de Cristo

Ahora tienes la plena comprensión y experiencia del amor de Dios. Aunque Pablo habla de la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de ese amor, por supuesto no puedes medirlo. Una vez más, es una obra soberana de Dios, que ilumina nuestras mentes. Es lo suficiente ancho para incluir a todos. Su longitud es infinita; para toda la vida y toda la eternidad. Su profundidad es hasta el pecador más perverso y lo más profundo del desaliento, la desesperación y aun la muerte. Y su altura exalta a Cristo al cielo y llena nuestros corazones de adoración.

Es con todos los santos que podemos comprender este amor. ¡Es muy difícil experimentar amor cuando estés solo! En la rica comunión de hermanos y hermanas en la iglesia, aprendemos más acerca del amor de Cristo.

Pablo dice que su amor excede a todo conocimiento. Tenemos que experimentar y conocer el amor de Cristo; no es solo mental o intelectual. Pero en esta vida nunca es posible plenamente experimentar su amor: ¡siempre habrá más! Me recuerda lo que debería suceder en un matrimonio: Con más tiempo y conocimiento, su amor debería crecer. ¿Dirías que estás experimentando cada vez más del amor de Cristo? O, si eres honesto, ¿dirías que casi no experimentas su amor?

Ultima petición

Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. (NTV)

para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (RVR)

La cima de la vida cristiana: Llenos de toda la plenitud de Dios

¡Se puede llenar con toda la plenitud de Dios! ¿Estás lleno? ¿Has conocido a alguien lleno de su plenitud? Su plenitud fluye de su amor. Tú puedes tener mucho conocimiento de la Biblia y la teología, pero si no has conocido el amor de Cristo, será imposible llenarse con su plenitud.

El Espíritu Santo te llena con la vida y el poder de Dios, comenzando con el bautismo en el Espíritu, pero luego tienes que mantener la plenitud del Espíritu con manifestaciones de sus dones, con oración, con alabanzas y ministrando a otros. Siempre hay más. Dios es infinito.

¡Gloria a Dios!

20 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.21 ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén. (NTV)

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. (RVR)

Aquí, en la cima, casi estamos en el cielo. ¡Tenemos que alabar a Dios! Esta doxología termina esta primera parte de Efesios.

Ahora Dios está libre para actuar en tu vida. Él quiere hacerlo, para su gloria. Ahora Dios te asombrará con todas las maravillas que hará por ti. Son mucho más allá de la prosperidad promovida en la televisión y en muchas iglesias. Mucho más allá de peticiones para un nuevo auto o casa o riqueza. Hay un gran impulso aquí para orar con mucho denuedo y fe. Él puede hacer las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. ¡Ni siquiera puedes imaginar las grandes cosas que Dios puede hacer!

Nos gustaría quedarnos siempre aquí en la cima de la montaña con Dios. De hecho, tenemos que mantener esta perspectiva y vivir fortalecidos en el hombre interior, cimentados en el amor de Dios, y llenos del Espíritu. Pero lamentablemente todavía estás aquí en esta tierra. Todavía tienes trabajo, familia, tentaciones y una batalla con el diablo. Tienes que bajar y comenzar el arduo trabajo de los cuatro pasos al varón perfecto, pero ¡mantén esta intimidad con Dios!

La primera parte de Efesios contiene mucha teoría y teología: la inclusión de los gentiles en el pueblo de Dios, la gracia de Dios en nuestra salvación, uniendo todas las cosas en Cristo, y la iglesia testificando a los principados y potestades de la gran sabiduría de Dios. Son cosas muy impresionantes, pero puede parecer que no tienen mucho que ver con la vida diaria. Vamos a entrar en cuatro pasos muy prácticos que impactan tu vida ahora mismo, pero primero tenemos que lidiar con esta cuestión de amor y la plenitud de Dios.

La triste realidad es que pocos dirían que tienen un concepto tan grande del amor de Dios. No conocen tal amor. No han subido esta montaña. No están llenos de toda la plenitud de Dios. De vez en cuando pueden sentir algo como el amor en sus corazones. Pero, ¿estar bañado en el amor de Cristo? ¿Tener toda la vida motivada por ese amor? Son pocos los que tienen esa experiencia. Si es tuya, eres muy bendecido. Si no es tu experiencia, vamos a orar juntos cada día esta oración de Pablo. Sabemos que es la voluntad de Dios porque está en la Biblia. Basta ya con pobreza espiritual. Basta con toda la prosperidad material. Ya es hora de la prosperidad espiritual. Es hora de conocer este gran amor de Dios y de estar lleno de su plenitud. Ya es hora de comenzar en los cuatro pasos y llegar a ser un varón perfecto. ¿Estás listo?

 

El final: 1 Samuel 31

Este es un capítulo duro. Quieres terminar un libro con algo poderoso; un final feliz. Pero ya sabemos que no habrá un final feliz. Durante mucho tiempo hemos visto a Saúl en su declive deprimente. Saúl fue hecho para reinar. Dios lo escogió y le dio todo, y Saúl lo desperdició. Nunca aprendió a usar su autoridad. Debido a su desobediencia repetida, Dios lo rechazó, retiró su Espíritu Santo y envió malos espíritus que lo oprimían. Ahora Saúl ha llegado al final del camino. No es de extrañar, termina su vida de la manera más cobarde posible.

Los filisteos fueron a la guerra contra Israel, y los israelitas huyeron ante ellos. Muchos cayeron muertos en el monte Guilboa. (1)

Cuando estás en una batalla perdida, no sigas luchando. Sabe cuándo rendirte y buscar ayuda, algo que Saúl debería haber hecho hace mucho tiempo. Si él hubiera pedido la ayuda de David, podría haber evitado la derrota de Israel, su propia muerte y la muerte de sus hijos.

Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. (2-3, RVR)

¿Puedes sentir la desesperación? No hay marcha atrás. Saúl está mirando la muerte a la cara, cosechando lo que ha sembrado. Puede salir valientemente, arrojándose sobre la misericordia de Dios en arrepentimiento para salvar su alma, pero Saúl nunca ha sido uno de humillarse.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones. (4-6, RVR)

Ninguna opción era buena. Saúl no pudo soportar la idea de ser asesinado por los filisteos, por lo que eligió el suicidio: el último acto de desesperación y el final cobarde para una vida desperdiciada. Ciertamente Saúl no es el único. Muchos hombres me han dicho que se matarían a sí mismos antes de ser capturados y confrontados con más tiempo encarcelados, o para salvar a sus familias de más dolor si vuelven a caer en las drogas o el pecado sexual. De forma torcida tiene lógica. No pienses que hay algo malo contigo si tú has pensado en el suicidio. El diablo usará todas las tentaciones posibles en su intento de destruirte.

Cuando los israelitas que se encontraban al otro lado del valle de Jezreel y más allá del Jordán vieron que el ejército israelita había huido y que Saúl y sus hijos estaban muertos, abandonaron sus ciudades y huyeron. Entonces los filisteos entraron y ocuparon sus ciudades.

Al día siguiente, cuando los filisteos salieron a despojar a los muertos, encontraron los cuerpos de Saúl y de sus tres hijos en el monte Gilboa. Entonces le cortaron la cabeza a Saúl y le quitaron su armadura. Luego proclamaron las buenas noticias de la muerte de Saúl en su templo pagano y a la gente en toda la tierra de Filistea. Pusieron su armadura en el templo de Astoret, y colgaron su cuerpo en la muralla de la ciudad de Bet-sán.

Pero cuando el pueblo de Jabes de Galaad se enteró de lo que los filisteos le habían hecho a Saúl, todos los valientes guerreros viajaron toda la noche hasta Bet-sán y bajaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos de la muralla. Llevaron los cuerpos a Jabes, donde los incineraron. Luego tomaron los huesos y los enterraron debajo del árbol de tamarisco en Jabes y ayunaron por siete días. (7-13, NTV)

Primera de Crónicas dice que Saúl murió por su rebelión. Era infiel a Dios y no obedeció su palabra. Consultó a una adivina, y no consultó a Dios. “Por esta causa [Dios] lo mató.” (1 Crónicas 10:13-14) La vida de Saúl refleja esa mezcla misteriosa de la obra soberana de Dios y la responsabilidad del hombre. Dios lo escogió, lo llamó y lo equipó con todo lo que necesitaba para reinar. Saúl perdió su vida y su reino debido a sus malas decisiones. Saúl se quitó la vida, pero Crónicas dice que Dios lo mató.

Saúl terminó su propia historia, pero lamentablemente para él, no es el final de la historia. Nadie tiene el poder para poner fin a su historia. Esta vida es solo un ensayo general y formación para la eternidad. Dios deseaba que Saúl tomara una parte en ese reino eterno. En cambio, pasará la eternidad atormentado y separado de Dios. Había experimentado el éxtasis de adoración al Dios vivo, y el tormento de los espíritus malignos, y eligió la segunda opción.

Dios te hizo para reinar

La historia de Dios apenas estaba comenzando. Su trabajo no se detendrá a causa de la desobediencia de un hombre. Claro, habrá muchas batallas en el camino. Adán, Elí y Saúl decepcionaron a Dios. Habrá muchos que no alcancen su potencial para ejercer la autoridad de Dios en su reino. Incluso David, el hombre conforme al corazón de Dios, tuvo algunas fallas graves. La historia de la iglesia está llena de pecado y de hombres que abusan de la autoridad que Dios les dio. Satanás es implacable en su determinación de destruir el reino de Dios y asumir el trono. Pero sabemos que algo increíble sucedió en el Calvario, cuando el Hijo de Dios pagó el precio por nuestro pecado, se humilló a sí mismo hasta el punto de la muerte en una cruz y, definitivamente, derrotó el poder del maligno. Su gloriosa resurrección y ascensión a la diestra de su Padre para reinar eternamente son solo el comienzo de un reino de justicia y paz. Puede ser muy costoso y tomar mucho tiempo, pero Dios tendrá a toda la gente necesaria para compartir ese reinado y llevar a cabo el establecimiento de su reino. Él quiere que tú participes en ello. Toma tu lugar legítimo y aprende a ejercer autoridad real ahora. Pueden ser cosas en la vida de Saúl que te recuerdan a ti mismo. Es de esperar que tú no hayas tomado las mismas malas decisiones, pero si las has tomado, no es demasiado tarde para volver al Señor y hacer las cosas bien. Dios quiere usar todo lo que te ha sucedido hasta el momento para prepararte a reinar con Él eternamente. A pesar de que ha sido dañado por el pecado, todavía llevas la imagen real de Dios. Usa esa autoridad para el bien de su reino. No es un camino fácil, pero tú no estás solo. Levántate y toma tu lugar como hijo adoptivo de Dios. ¡Dios te hizo para reinar!

Cuando tu peor temor se hace realidad: 1 Samuel 28

Jesús dijo: Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran. (Mateo 7:13-14) Dios llamó a Saúl al camino estrecho; sólo se encuentra la autoridad real en ese camino. Sin embargo, como todos nosotros, Saúl luchó con las restricciones del camino estrecho, y la atracción del ancho. Varias veces Dios lo llamó a volver a la senda estrecha, pero Saúl tomó muchas decisiones que lo colocaron en el camino de la destrucción. Ahora él está aprendiendo que ese camino no es tan atractivo, pero se le ha engañado para creer que ya es tarde y no puede volver. El miedo que destruye la fe domina su vida y lo mantiene alejado de Dios. Ahora sus peores temores están haciéndose realidad.

¿En cuál camino estás andando? Dios te llama a entrar por la puerta estrecha y caminar por el camino angosto con Él, y te dará la gracia para hacerlo. No escuches la mentira que es demasiado tarde, o que no puedes soportar el camino angosto. Dios te manda: ¡No temas! Habrá batallas por delante. No es fácil. Pero es mucho mejor que el camino a la destrucción.

Ya han pasado unos cuarenta años que Saúl sabía que Dios le quitaría su reinado. Ya sabía quién sería su sucesor, y gastó mucha energía persiguiéndolo. Pero Dios no odiaba a Saúl; le amaba. Lo escogió de todos los hombres de Israel para ser el primer rey. No fue contra Saúl; fue por Saúl. Sí, Saúl estaba cosechando lo que sembró. Es cierto que ya no pudo recuperar su reinado, pero Dios no lo condenó al infierno. Siempre tuvo la oportunidad de arrepentirse y volver con todo el corazón a Dios. Ahora tendrá su última oportunidad.  Saúl ha llegado al final.

Otra batalla con los filisteos

Toda su vida Saúl había batallado con los filisteos. Tuvo algunas victorias impresionantes, pero las cosas son diferentes ahora. Su mentor ha muerto y Dios lo ha dejado. Saúl está solo.

Ya Samuel había muerto. Todo Israel había hecho duelo por él, y lo habían enterrado en Ramá, que era su propio pueblo. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros.

Los filisteos concentraron sus fuerzas y fueron a Sunén, donde acamparon. Saúl reunió entonces a los israelitas, y armaron su campamento en Guilboa. Pero cuando vio Saúl al ejército filisteo, le entró tal miedo que se descorazonó por completo. (3-5)

Saúl está cansado de la batalla. Él hace lo que tiene que hacer: reunir a las tropas y establecer el campamento; pero su corazón no está en ello. De hecho, está lleno de terror; un temor intenso, agudo y abrumador. ¿Sabes lo que es estar aterrorizado? ¿De qué tienes miedo ahora? ¿Hay algún enemigo con el que hayas luchado toda tu vida? ¿Sientes como está a punto de destruirte? Tú puedes estar cansado de la batalla, pero no te rindas. No te des por vencido, y no tengas miedo. Tú puedes luchar contra ese enemigo el resto de tu vida. Recuerda, si tú quieres ser fuerte, tienes que ser probado. Dios permitió los ataques de los filisteos para demostrar su poder y gloria. Ellos obligaron a Israel a confiar en Él. Cuando buscaban a Dios, siempre les dio la victoria.

¿Qué estás mirando?

El problema de Saúl comenzó con sus ojos. Cuando vio al ejército filisteo, el temor llenó su corazón. Al igual Pedro, cuando quitó la mirada de Jesús en ese mar tempestuoso y se hundió. Saúl estaba mirando las circunstancias. No pudo ver a Dios. Nuestros ojos a menudo nos meten en problemas. Las cosas no siempre son lo que parecen. ¿Recuerdas a Eliseo y su criado cuando sus enemigos los rodearon?

Por la mañana, cuando el criado del hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba la ciudad.

—¡Ay, mi señor! —exclamó el criado—. ¿Qué vamos a hacer?

—No tengas miedo —respondió Eliseo—. Los que están con nosotros son más que ellos.

Entonces Eliseo oró: « Señor, ábrele a Guiezi los ojos para que vea.» El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:15-17)

Saúl no tenía los ojos de fe. ¿Y tú? ¿Qué estás mirando? Cuando tu corazón se llene de temor, ¡despierta! Probablemente estás mirando lo equivocado. Mantén tus ojos en Jesús.

 Cuando Dios es silencioso

Por eso consultó al Señor, pero él no le respondió ni en sueños, ni por el urim ni por los profetas. (6)

Saúl hizo lo correcto – pero no hubo respuesta. Ningún sueño. Ninguna orientación del Urim y Tumim (los lotes o piedras sagradas que los sacerdotes del Antiguo Testamento lanzarían como dados para discernir la voluntad de Dios). Saúl había matado a muchos sacerdotes y probablemente había alienado al resto. Samuel estaba muerto. Es posible que no haya profeta que le hable. Saúl solo buscó a Dios cuando necesitaba algo, y ahora Dios se había apartado de él. Silencio.

¿Te ha pasado a ti? Quieres escuchar de Dios, pero nada funciona. Ayunas, lees la Biblia y llamas a tus consejeros de confianza. Pero nada. Cuando Dios no te responde, hay que preguntarte ¿por qué? Dios no es sordo. Dios no ha cambiado. Muchas veces la causa es nuestro pecado, u oídos tan cerrados y tan acostumbrados al ruido del mundo que en el momento de necesidad ya no podemos escuchar la voz tierna del Espíritu. Pero a veces Dios puede estar probándote. ¿Te acuerdas de los discípulos en la tormenta?

De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los discípulos fueron a despertarlo.

—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!

—Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo?

Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.  (Mateo 8:24-26)

Está claro que Jesús esperaba que los discípulos ya tuvieran suficiente experiencia y fe para reprender a los vientos y las olas, y confiar en Jesús lo suficiente para no tener temor. Posiblemente ahora, en el silencio, Dios está probando tu fe. O, puede ser que Jesús esté dándote la oportunidad que Pedro tuvo en otra ocasión, para andar sobre las aguas.

Una y otra vez Saúl había visto la intervención milagrosa del Señor en las batallas con los filisteos. Ya tenía mucha experiencia como guerrero y sabía qué hacer. Posiblemente el Señor lo estaba probando para ver cómo respondería al silencio, pero, por desgracia, una vez más Saúl escoge el mal.

En tu desesperación puedes considerar cosas que normalmente no harías, como ir al diablo. He visto a gente que llama a espiritistas cuando oran por sanidad y no hay milagro. Saúl sabía que adivinos y médiums no eran la salida correcta; los había expulsado del país. Pero también sabía que podían ponerse en contacto con el mundo espiritual. Ya tenía experiencia personal con demonios. Ahora decide ir al lado oscuro.

Cuando echas algo fuera de tu vida, no vuelvas de nuevo a ello. No guardes la dirección de un espiritista o una novia vieja – por si acaso la necesites. He conocido a hombres que botan su pornografía, pero esconden algunos DVD o revistas, por si acaso. No busques a Satanás simplemente porque parece que Dios no te responde.

 Saúl consulta a una médium

Así que Saúl les dijo a sus consejeros: —Busquen a una mujer que sea médium, para ir y preguntarle qué hacer.

Sus consejeros le respondieron: —Hay una médium en Endor.

Entonces Saúl se disfrazó con ropa común en lugar de ponerse las vestiduras reales y fue a la casa de la mujer por la noche, acompañado de dos de sus hombres. —Tengo que hablar con un hombre que ha muerto —le dijo—. ¿Puedes invocar a su espíritu para mí?

—¿Está tratando de que me maten? —preguntó la mujer—. Usted sabe que Saúl ha expulsado a todos los médiums y a todos los que consultan los espíritus de los muertos. ¿Por qué me tiende una trampa?

Pero Saúl le hizo un juramento en el nombre del Señor y le prometió: —Tan cierto como que el Señor vive, nada malo te pasará por hacerlo. (7-10, NTV)

Ya sabes que estás mal cuando estás en el territorio del diablo y no quieres que nadie lo sepa. Andas furtivamente por la noche, en algún disfraz. Tienes que esconderte y cubrirte. Por lo general, llevas a otros contigo. Saúl no estuvo sólo en su pecado; tomó a dos hombres con él, y obligó a la mujer a violar su propia ley. Puedes sentirte presionado a tomar juramentos. Cuando juras por el Señor para cubrir tu pecado, tú estás realmente en problemas. Nunca juegues con el diablo, ni siquiera pienses en cualquier contacto con espiritistas, médiums, brujas o algo remotamente satánico. Renuncia a cualquier fascinación que tengas con “el lado oscuro.”

 ¿Una palabra de Samuel?

La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Samuel.

Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl.

Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto?

Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra.

 Él le dijo: ¿Cuál es su forma?

Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto.

Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia.

 (11-14, RVR)

Su descripción de Samuel le suena bien a Saúl. Incluso estaba vestido con su túnica – tal vez la misma túnica que Saúl había agarrado y arrancado (1 Samuel 15:27-28). ¿Pueden los médiums llamar a los muertos? Las Escrituras no niegan la realidad del mundo espiritual – solo prohíbe el contacto con él. ¿Fue realmente Samuel? A través de los siglos, los creyentes no han estado de acuerdo acerca de quién era él. Algunos creen que Dios pudo haber permitido que Samuel apareciera para darle una última advertencia. Eso no significa que fue correcto buscarlo, o que debemos esperar que Dios haga lo mismo por nosotros.

Yo creo que fue un demonio. Hay varias razones:

  • Aunque los adivinos pueden tener poder, no hay evidencia de que puedan hacer aparecer el espíritu de un hombre.
  • Ella dice que vio “dioses” o “un dios” que suben de la tierra. Sabemos que hay un solo Dios, y no es Samuel. Alguien que pretende ser un dios sería un demonio.
  • Aun en esta circunstancia extrema, Dios no honraría a una adivina para traer una palabra profética.
  • Como vamos a ver, “Samuel” viene con una palabra de muerte. Es Satanás quien vino para robar, matar y destruir. Casi siempre junto con una palabra de juicio, Dios todavía nos da la oportunidad de arrepentirnos.
  • Saúl estaba cayendo en algo claramente condenado en la ley (Deuteronomio 18:10-14, Levítico 20:27).
  • Nunca dice que Saúl vio a Samuel. La adivina lo vio y se lo describió a Saúl.

Cuando ella vio a “Samuel,” se dio cuenta de que Saúl la había engañado, y gritó, temiendo por su vida. Saúl es engañado y es un engañador al igual que Satanás, el padre de la mentira. Cuando estás en pecado, atemorizado y lejos de Dios, estás muy abierto al engaño. Ten mucho cuidado.

Samuel le dijo a Saúl: —¿Por qué me molestas, haciéndome subir?

—Estoy muy angustiado —respondió Saúl—. Los filisteos me están atacando, y Dios me ha abandonado. Ya no me responde, ni en sueños ni por medio de profetas. Por eso decidí llamarte, para que me digas lo que debo hacer. (15)

Qué triste. Después de todos esos años como rey, Saúl todavía no tenía la fuerza para actuar por su cuenta. Suena como un niño pequeño, dependiente de otros para sobrevivir: “Necesito que alguien me diga qué hacer.” Es cierto que clamó a Dios, y Dios no le habló. Pero cuando Dios estaba hablando, Saúl no le hizo caso.

Si tú te encuentras en una situación desesperada y tienes un mentor piadoso, llámalo. Pero no dejes que un mentor tome el lugar de Dios. No corras de persona a persona para recibir una palabra. Desafortunadamente, Samuel estaba muerto, y Saúl nunca desarrolló su propia relación con Dios. Mantén abierta la comunicación con Dios. Él te dará un consejo piadoso, pero también quiere que madures.

Como de costumbre, Saúl estaba atrapado en sus sentimientos:

  • “Estoy muy angustiado.”
  • “Los filisteos me están atacando.”
  • “Dios me ha abandonado.”
  • “La vida es dura.”
  • “Todo se deshace.”
  • “No sé qué hacer.”

Yo me he sentido así. Estoy seguro de que tú te has sentido así también. David lo experimentó, pero David vino a Dios con un corazón abierto y arrepentido. Él fue más allá de sus sentimientos a una visión nueva de Dios y sus planes. No te dejes caer en la trampa egocéntrica “ay de mí.” Solo te hundirás aún más en la desesperación.

Samuel le replicó: —Pero si el Señor se ha alejado de ti y se ha vuelto tu enemigo, ¿por qué me consultas a mí? El Señor ha cumplido lo que había anunciado por medio de mí: él te ha arrebatado de las manos el reino, y se lo ha dado a tu compañero David. Tú no obedeciste al Señor, pues no llevaste a cabo la furia de su castigo contra los amalecitas; por eso él te condena hoy. El Señor te entregará a ti y a Israel en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hijos se unirán a mí, y el campamento israelita caerá en poder de los filisteos. (16-19)

Saúl le había causado a Samuel muchos dolores de cabeza en la vida; ahora le molesta en la tumba.

Es cierto que Dios arrebató el reino de las manos de Saúl. Mientras estaba vivo, Samuel le dijo a Saúl exactamente lo que sucedería. Es trágico cuando se te advierte de las consecuencias, pero sigues haciendo lo mismo. En verdad, la paga del pecado siempre es la muerte (Romanos 6:23). Esta palabra puede ser una maldición de Satanás sobre Saúl, sus hijos y todo el país. Yo no creo que Saúl vaya al cielo, pero estoy confiado que Samuel estaba con el Señor. Cuando “Samuel” dice que se unirán a él, es posible que al día siguiente Saúl se uniera a este demonio en el infierno.

La peor pesadilla de Saúl se está haciendo realidad, y le parece que no hay nada que él pueda hacer al respecto. Es demasiado tarde. Para la noche siguiente, él y sus hijos estarán muertos, e Israel será derrotado. Saúl nunca clamó al Señor en ese momento con arrepentimiento genuino. No sabremos hasta que lleguemos al cielo si él pudo haber salvado su vida y las de sus hijos con una última victoria.

La última cena de Saúl

Entonces Saúl cayó al suelo cuan largo era, paralizado por el miedo a causa de las palabras de Samuel. También estaba desfallecido de hambre, porque no había comido nada en todo el día ni en toda la noche.

Cuando la mujer lo vio tan deshecho, le dijo: —Señor, obedecí sus órdenes a riesgo de mi vida. Ahora haga lo que digo, y déjeme que le dé algo de comer para que pueda recuperar sus fuerzas para el viaje de regreso.

Pero Saúl se negó a comer. Entonces sus consejeros también le insistieron que comiera. Así que finalmente cedió, se levantó del suelo y tomó asiento.

La mujer había estado engordando un becerro, así que fue con rapidez y lo mató. Tomó un poco de harina, la amasó y horneó pan sin levadura. Entonces les llevó la comida a Saúl y a sus consejeros, y comieron. Después salieron en la oscuridad de la noche. (20-25)

¿Cómo respondes a las malas noticias? Revela qué clase de hombre eres. Tú probablemente has visto las películas de hombres frente a la muerte con gran valentía y dignidad. Saúl no fue uno de ellos. No podemos culpar a Saúl por estar angustiado y negarse a comer. Sin fuerza y lleno de miedo, se desplomó. A veces alguien cae bajo el poder del Espíritu Santo, pero este no es el Espíritu de Dios. Es el impacto de las palabras del enemigo y el temor, combinado con su hambre.

Él era un caso desahuciado. Afortunadamente la médium lo cuidó; fue su “última cena.” Si vamos a tener una última cena, como la cena de Jesús con sus discípulos, debe ser bendecida por el Señor y compartida con hermanos cariñosos.

Satanás puede llamar a tu puerta. Ese viejo enemigo que te ha perseguido toda tu vida puede aparecer de nuevo. Los filisteos están de vuelta. El terror y la desesperación llenan tu corazón. Te parece que no hay salida. Dios es silencioso. Todos tus amigos te abandonan, y estás solo. Saúl llegó al final del camino ancho. Al día siguiente se quitará la vida. El diablo quiere destruirte y no se detendrá en nada. No dejes que tu vida llegue a este punto.

 

Saúl, hombre de familia: 1 Samuel 18, 19, 20, 23

No es por casualidad que un capítulo sobre la familia de Saúl llegue casi al final de su historia. En su búsqueda de fama y fortuna, la familia de un hombre a menudo sufre. Muchos hombres solo se despiertan cuando se enteran que la fama y el dinero son pasajeros. De repente, le hacen falta las relaciones que nunca tomó el tiempo para desarrollar. Hombres capaces, con ministerios y carreras exitosos, pueden ser terribles esposos y padres. En su lecho de muerte nadie lamenta no haber dedicado más tiempo o energía a su trabajo; sus pesares se centran en su familia. No esperes hasta que mueras para arreglar las cosas en tu hogar.

En casa ves al verdadero hombre. Nuestros problemas personales por lo general son mucho más obvios allí. Tú no eres una sola carne con alguien en tu trabajo (¡a menos que trabajes con tu esposa!). Tu éxito al amar a una mujer (y no estoy hablando del sexo) valida tu masculinidad tanto como tus grandes logros en el mundo. Tu relación con ella toca las profundidades de tu ser, y muy a menudo lo que toca es vergüenza, fracaso e incompetencia. Se espera que un hombre mayor tenga la fuerza y ​​la profundidad de carácter para amar, ponerse a sí mismo de lado y soportar la ira y el resentimiento de su familia por sus fracasos, pero a menudo es difícil sanar las heridas de muchos años de descuidar a la familia.

Las relaciones entre padre e hijo también tienden a ser emocionalmente intensas. Muchos hombres toda su vida anhelan al padre que nunca tenían; no pueden dejar su ira hacia él por sus fracasos. Y aunque amamos a nuestros hijos, frecuentemente sentimos conflicto y culpa acerca de nuestras relaciones con ellos.

La familia es muy importante para Dios. Los hijos de un anciano deben ser creyentes que no tengan una reputación de ser desenfrenados ni rebeldes. (Tito 1:6, NTV) El anciano debe dirigir bien a su propia familia, y que sus hijos lo respeten y lo obedezcan.  Pues, si un hombre no puede dirigir a los de su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? (1 Timoteo 3:4-5, NTV)

Es probable que si la vida pública de Saúl fue un desastre, su vida familiar fue aún peor. Si tuviera la oportunidad de jubilarse, podría pasar tiempo con ellos, como compensación por todos los años ausente, luchando batallas y persiguiendo a David, pero no sería fácil. Jonatán todavía recordaba cómo Saúl casi lo mató porque comió miel, y no estaba muy cómodo con su obsesión por matar a su mejor amigo. A veces es más difícil tratar los asuntos del corazón en tu propia casa que luchar contra los filisteos.

Lo que sabemos de la familia de Saúl

No sabemos nada acerca del padre de Saúl o su relación, y muy poco sobre su familia. Saúl nunca tuvo la oportunidad de disfrutar de su familia en la jubilación. Tenemos que leer entre líneas para saber qué clase de padre era.

  • Saúl se casó con Ahinoam, y tuvieron cuatro hijos: Jonatán, Abinadab, Malquisúa, e Is-Boset (o Isúi o Es-Baal), y dos hijas: Merab y Mical.
  • No sabemos nada más acerca de Abinadab y Malquisúa, excepto que murieron junto con Jonatán y su padre en la batalla final, víctimas de la inseguridad y los fracasos de Saúl.
  • Is-Boset fue el único sobreviviente después de la muerte de Saúl, y el heredero legítimo del trono. Con la ayuda de su tío Abner, él gobernó durante aproximadamente dos años, hasta que David estableció su reinado en toda la nación. Dos de sus propios capitanes lo decapitaron en su cama.
  • Saúl también tenía dos hijos, Armoní y Mefiboset, con una concubina llamada Rizpa. A diferencia de David, no hay registro de otras mujeres.
  • David entregó los dos hijos de Rizpa, junto con los cinco hijos de Merab (nietos de Saúl) a los gabaonitas, como compensación por lo que Saúl había hecho contra esa nación. Todos fueron asesinados. Después de la muerte de sus hijos, 2 Samuel 21:10 dice: Rizpa hija de Ayá tomó un saco y lo tendió para acostarse sobre la peña, y allí se quedó desde el comienzo de la siega hasta que llegaron las lluvias. No permitía que las aves en el día ni las fieras en la noche tocaran los cadáveres. Parece que todos alrededor de Saúl sufrieron.
  • Jonatán tuvo un hijo, Mefiboset (el nombre de su tío; también llamado Meri-Baal). Él tenía cinco años cuando Jonatán murió. Debido a su pacto con Jonatán, David lo cuidó hasta su muerte. Él tuvo un hijo, Micaías, de quien no sabemos nada, excepto sus numerosos descendientes enumerados en 1 Crónicas 8.

 Jonatán y David

Para un hombre con tantos problemas, Saúl engendró a un hijo excepcional. ¡Tal vez fue la influencia de su madre! Jonatán estaba destinado al trono, y probablemente habría sido un buen rey. Era un hombre valiente, lleno de vida y del Espíritu. Ya había demostrado que era mejor hombre que su padre. Tenía un escudero ferozmente leal. Era un espíritu afín con David, e hizo un pacto con él. En lugar de resentir que David heredara un trono que debería haber sido el suyo, él gentilmente aceptó su destino.

Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte. (18:1-4, RVR)

Darle a David estos artículos personales era una fuerte expresión de amor, y un reconocimiento de que el sucesor de su padre necesitaría el manto del príncipe. Más tarde, él ayudó a David a huir de Saúl.

Entonces Jonatán hizo un pacto solemne con David diciendo: —¡Que el Señor destruya a todos tus enemigos!

Y Jonatán hizo que David reafirmara su voto de amistad, porque amaba a David tanto como a sí mismo.

En cuanto se fue el niño, David salió de su escondite cerca del montón de piedras y se inclinó ante Jonatán tres veces, rostro en tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más. Finalmente, Jonatán le dijo a David: «Ve en paz, porque nos hemos jurado lealtad el uno al otro en el nombre del Señor. Él es testigo del vínculo que hay entre nosotros y nuestros hijos para siempre». Después David se fue, y Jonatán regresó a la ciudad. (20:16-17, 41-42, NTV)

Las amistades entre hombres pueden ser muy ricas, pero muchos hombres nunca las experimentan. ¿Te sentirías cómodo estando tan cerca de otro hombre? ¿Alguna vez has tenido una amistad como ésta? La mayoría de los hombres la anhelan, pero también la temen; temen que sus debilidades e inseguridades sean reveladas.

La cultura latina siempre ha sido abierta con expresiones de afecto entre los hombres, pero hoy en día un hombre que habla de amar a otro hombre es sospechoso de ser gay, y muchos hombres tienen el temor subyacente de posiblemente ser gay. Sin embargo, una de las mejores maneras de lidiar con la atracción por el mismo sexo es tener amistades sanas y no sexuales con otros hombres.

Parece que Jonatán vio a David sólo una vez más, mientras Saúl lo perseguía:

Un día, cerca de Hores, David recibió la noticia de que Saúl estaba camino a Zif para buscarlo y matarlo. Jonatán fue a buscar a David y lo animó a que permaneciera firme en su fe en Dios. «No tengas miedo —le aseguró Jonatán—, ¡mi padre nunca te encontrará! Tú vas a ser el rey de Israel, y yo voy a estar a tu lado, como mi padre bien lo sabe». Luego los dos hicieron un pacto solemne delante del Señor. Después Jonatán regresó a su casa, mientras que David se quedó en Hores. (23:15-18, NTV)

¡Qué hermoso ejemplo del plan de Dios para la amistad! Jonatán buscó a David en uno de los momentos más difíciles de su vida. Renovaron su pacto, y Jonatán animó a David. Lo más importante, él ayudó a David a encontrar fortaleza en Dios. Cuando el enemigo está persiguiéndote, solo el Señor te dará la fuerza que necesitas. ¿Tienes a alguien quien te busque y ora contigo en los momentos más difíciles? ¿Hay alguien a quien puedas ministrar de esa manera?

Las hijas de Saúl

Cierto día, Saúl le dijo a David: —Estoy listo para darte a mi hija mayor, Merab, por esposa. Pero antes deberás demostrar que eres un guerrero de verdad al pelear las batallas del Señor.

Pues Saúl pensó: «Voy a enviar a David contra los filisteos y dejar que ellos lo maten, en vez de hacerlo yo mismo».

—¿Quién soy yo, y quién es mi familia en Israel para que yo sea el yerno del rey? —exclamó David—. ¡La familia de mi padre no es nadie!

Así que, cuando llegó el momento para que Saúl le diera su hija Merab en matrimonio a David, Saúl se la dio a Adriel, un hombre de Mehola. (18:17-19, NTV)

Saúl no muestra mucho respeto por su hija; la usa como un peón para sus propios fines. En lugar de bendecirla, desea matar a su futuro esposo. ¿Por qué rechazó David la oferta del rey? No lo sabemos, pero posiblemente Dios le mostró la intención perversa de Saúl, o ya estaba enamorado de su hermana menor. Como ya hemos visto en varias ocasiones, David era humilde.

Cuando un hombre está en rebelión a Dios, todo sale mal. Saúl no puede escapar de la atracción de otras personas hacia David: ¡Su segunda hija estaba enamorada de David! Pero Saúl simplemente lo ve como una oportunidad más para matar a David. No le importa si se rompe el corazón de su hija en el proceso:

Mientras tanto, Mical, otra hija de Saúl, se había enamorado de David, y cuando Saúl se enteró se puso contento.  «¡Me da otra oportunidad para que los filisteos lo maten!», se dijo Saúl a sí mismo; pero a David le dijo: —Hoy tienes una segunda oportunidad para llegar a ser mi yerno.

Después Saúl instruyó a sus siervos para que le dijeran a David: «El rey te aprecia mucho, al igual que nosotros. ¿Por qué no aceptas lo que el rey te ofrece y te conviertes en su yerno?». Cuando los hombres de Saúl le dijeron estas cosas a David, él respondió: «¿Cómo puede un hombre pobre y de familia humilde reunir la dote por la hija de un rey?».

Cuando los hombres de Saúl le informaron al rey, él les dijo: «Díganle a David que lo único que quiero por dote son los prepucios de cien filisteos. Vengarme de mis enemigos es todo lo que realmente quiero». Pero lo que Saúl tenía en mente era que mataran a David en la pelea.

David estuvo encantado de aceptar la oferta. Antes de que se cumpliera la fecha límite, él y sus hombres salieron y mataron a doscientos filisteos. Así que David cumplió con el requisito del rey entregándole los prepucios de ellos. Entonces Saúl le entregó a su hija Mical por esposa. (18:20-27, NTV)

La prueba fue la matanza de los filisteos, pero ¿qué clase de hombre quiere cien prepucios? ¿Y qué clase de hombre cumple con esta solicitud? ¡Un hombre enamorado! Un hombre al que le gusta el desafío, y un joven atrevido. Imaginar a David satisfaciendo los requisitos de Saúl es bastante feo. Parece extremo, pero David felizmente lo hizo, y Saúl no tuvo más remedio que darle su hija.

Cuando Saúl se dio cuenta de que el Señor estaba con David, y cuánto su hija Mical lo amaba, le tuvo aún más miedo y quedó como enemigo de David por el resto de su vida.

Cada vez que los comandantes filisteos atacaban, David tenía más éxito en contra de ellos que todos los demás oficiales de Saúl; por eso el nombre de David llegó a ser muy famoso. (18:28-30, NTV)

Dios posiblemente arregló el matrimonio con Mical para proteger a su ungido, ya que salvó la vida de David:

Entonces Saúl mandó tropas para que vigilaran la casa de David. Se les dio la orden de que mataran a David cuando saliera a la mañana siguiente, pero Mical, la esposa de David, le advirtió: «Si no te escapas esta noche, te matarán por la mañana». Así que ella lo ayudó a salir por una ventana, y él huyó y escapó. Luego ella tomó un ídolo y lo puso en la cama de su esposo, lo cubrió con mantas y puso un cojín de pelo de cabra sobre la cabeza.

Cuando las tropas llegaron para arrestar a David, ella les dijo que estaba enfermo y que no podía levantarse de la cama. Pero Saúl envió a las tropas de nuevo para prender a David y les ordenó: «¡Tráiganmelo con cama y todo para que lo mate!». Pero cuando llegaron para llevarse a David, descubrieron que lo que estaba en la cama era solo un ídolo con un cojín de pelo de cabra en la cabeza.

—¿Por qué me traicionaste así y dejaste escapar a mi enemigo? —le reprochó Saúl a Mical.

—Tuve que hacerlo —contestó ella—. Me amenazó con matarme si no lo ayudaba. (19:11-17, NTV)

No sería fácil ser la hija de Saúl. Siempre es difícil ser hijo de un pastor o líder, pero la pobre Mical tenía una vida muy dura. Ella era la hija del rey y la esposa del futuro rey, quien también era el principal rival de su padre. David mantenía a su padre calmado con su música, pero estaba en constante peligro de muerte. Las mujeres a menudo sufren más en los conflictos familiares, y lo más probable es que Mical no estuviera preparada para este desafío. Por desgracia, ella siguió el camino de su padre, mintiendo, engañando e idolatrando. Engañó a Saúl y luego cubrió mintiendo sobre su marido.

Eso en sí sería suficiente para herirla y dañar al matrimonio, pero de alguna manera Saúl la sacó de la casa de David y la entregó a otro hombre: Saúl, por su parte, había entregado su hija Mical, esposa de David, a Paltiel hijo de Lais, oriundo de Galín. (25:44) Después de la muerte de Saúl David exigió que Is-Boset la devuelva: Además, David envió unos mensajeros a decirle a Isboset hijo de Saúl: «Devuélveme a mi esposa Mical, por la que di a cambio cien prepucios de filisteos.»

Por tanto, Is-Boset mandó que se la quitaran a Paltiel hijo de Lais, que era su esposo,  pero Paltiel se fue tras ella, llorando por todo el camino hasta llegar a Bajurín. Allí Abner le ordenó que regresara, y Paltiel obedeció. (2 Samuel 3:14-16)

Mical fue la primera entre las esposas y concubinas de David. Ella debería haber sido la madre del próximo rey, incluso en la línea del mesías. Pero no es de extrañar, todos estos eventos destruyeron su amor por David y la hicieron amarga. Como su padre, ella terminó su vida sola.

Sucedió que, al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, Mical hija de Saúl se asomó a la ventana; y cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio.

Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical, la hija de Saúl, le salió al encuentro y le reprochó:

—¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, desnudándose como un cualquiera en presencia de las esclavas de sus oficiales!

David le respondió: —Lo hice en presencia del Señor, quien en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo gobernante de Israel, que es el pueblo del Señor. De modo que seguiré bailando en presencia del Señor, y me rebajaré más todavía, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas esclavas de quienes hablas me rendirán honores.

Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos. (2 Samuel 6:16, 20-23)

Un hombre a menudo deja a la familia atrás en su búsqueda de la grandeza. Padre, no esperes para disfrutar tu familia. Tú tienes un impacto duradero en tus hijos. Si tienes la bendición de tener un hijo tan notable como Jonatán, no tengas celos de él. Regocíjate en su virilidad y anímala. No sabotees los sueños o los matrimonios de tus hijos, y no los lleves a la tumba contigo.

 

Cómo aprovechar al máximo el resto de tu vida: 1 Samuel 17- 26

Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6:7, RVR)

Esa realidad es más obvia en la vejez. Has tenido muchos años para sembrar semillas, ya sean buenas o malas. Saúl tuvo una cosecha muy fea, porque había sembrado mucha mala semilla y había tomado algunas decisiones tontas. Sin embargo, por la gracia de Dios, aún podría recuperarse y terminar su vida bastante bien, si estuviera dispuesto a humillarse y hacer algunos cambios. ¿Qué debe hacer un hombre en esa situación?

Deja de lado el miedo, y anima a un hombre más joven en su fe

El capítulo 17 realmente pertenece a un libro sobre David. Él es el héroe; Saúl luce patético. Es la misma rutina: Saúl y sus tropas se reúnen para enfrentar a los filisteos y su nueva “arma secreta,” el gigante Goliat, que sale todos los días para desafiar a Israel.

Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo. (17:11)

Ten cuidado con lo que escuchas. Saúl no estaba escuchando a Dios; solo podía escuchar los insultos de Goliat. Los hombres siguen a su líder, y otra vez el miedo y la cobardía de Saúl infectan a todo el ejército. Israel habría enfrentado una cierta derrota si Dios no hubiera enviado a un matador de gigantes, a un joven con un corazón para Dios:

—No se preocupe por este filisteo —le dijo David a Saúl—. ¡Yo iré a pelear contra él!

—¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud. (17:32-33, NTV)

El corazón incrédulo dice “no puedes” – y los hechos a menudo parecen confirmarlo. La fe no ignora los hechos; los enfrenta, pero llega a una conclusión diferente. Hay mucha lógica en lo que dice Saúl; un joven más débil podría desanimarse y rendirse en este punto. Si tú tienes a un Saúl que es implacablemente negativo, no te rindas. Dile lo que Dios ha hecho y mantente firme por el honor de tu Señor, impasible de lo que Él ha puesto en tu corazón.

Pero David insistió:

—He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño, yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo. Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente!  ¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo! (34-37a, NTV)

David se fortaleció en su fe al aplicar de lo que aprendió en batallas anteriores. David creyó que lo que Dios hizo por esas ovejas, Él lo haría también por el ejército de Israel. Dios ama la fe de un niño. Regocíjate en la fe y el denuedo de un joven y ofrécele orientación – pero no lo desanimes con tus temores. Fue humillante para Saúl, pero al menos el rey finalmente alienta a David:

—Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe. (37b)

Mejor tarde que nunca. Es posible que hayas experimentado algunos momentos difíciles, y ahora seas un cínico. Ya no quieres matar más gigantes, y eso está bien, pero haz lo que puedas para alentar la fe de jóvenes matadores de gigantes. Los necesitamos. No queremos desalentarlos. Si sus corazones están rectos, Dios los usará tan seguramente como Él usó a David.

No sobrecargues a un joven con tu equipaje 

Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla. David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante.

—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—. No estoy acostumbrado a usarlo.

Así que David se lo quitó. (38-39, NTV)

Fue muy simbólico e inesperadamente considerado, pero lo que encaja con Saúl no encaja con David. Es demasiado pesado. David no estaba acostumbrado a pelear con todo eso.  Los líderes mayores bien intencionados pueden tratar de sobrecargarte con sus cosas. Se ve y se siente bien poner la armadura del rey. El mundo la valora, pero Dios no. Solo te estorba. En lugar de añadir más peso, elimina el exceso de equipaje y confía en el Señor. David fue lo suficientemente sabio para quitarlo. Tú tampoco necesitas la armadura del mundo.

Si eres demasiado viejo para la batalla, puedes tener un gran ministerio equipando a los guerreros más jóvenes. Tú tienes mucho que ofrecer, pero ten cuidado de sobrecargarlos con demasiadas cosas, o cosas que no son de Dios.

Todos sabemos lo que pasó con Goliat. Fue un cambio de juego. La muerte del gigante fue una derrota más para Saúl, y David se convirtió en un héroe nacional.

Cuidado con los celos

Todo lo que Saúl le pedía a David que hiciera, él lo hacía con éxito. Como resultado, Saúl lo hizo comandante sobre los hombres de guerra, un nombramiento que fue bien recibido tanto por el pueblo como por los oficiales de Saúl.

Cuando el ejército de Israel regresaba triunfante después que David mató al filisteo, mujeres de todas las ciudades de Israel salieron para recibir al rey Saúl. Cantaron y danzaron de alegría con panderetas y címbalos. Este era su canto:

«Saúl mató a sus miles,
¡y David, a sus diez miles!».

Esto hizo que Saúl se enojara mucho. «¿Qué es esto? —dijo—. Le dan crédito a David por diez miles y a mí solamente por miles. ¡Solo falta que lo hagan su rey!». Desde ese momento Saúl miró con recelo a David. (18:5-9, NTV)

Es triste perder la unción de Dios; es aún peor ser eclipsado por un muchacho. Pero Saúl necesitaba a David, él había salvado a Israel y era el único que trajo alivio a Saúl de los espíritus malignos. Es difícil crucificar el orgullo, tomar el lugar más bajo y reconocer que otro hombre puede ser mejor. Tú puedes dar paso a él y alegrarte de que Dios sea glorificado y su iglesia haya prosperado, o puedes ponerte celoso y tratar de destruirlo. No es de extrañar, Saúl sucumbió a los celos, y lo consumieron. ¿Estás celoso de alguien que parece tener mayor éxito y unción? ¿Tienes envidia de su juventud, buen aspecto y dones?

Los celos dan paso al miedo. La gente amaba a David, pero Saúl le temía. Tal vez sin saberlo, Saúl puso a David en una posición en la que podía distinguirse aún más. Cuando Dios está con alguien, va a tener éxito en todo lo que hace.

Después Saúl tenía miedo de David porque el Señor estaba con David pero se había apartado de él. Finalmente lo echó de su presencia y lo nombró comandante sobre mil hombres, y David dirigía fielmente a las tropas en batalla.

David siguió teniendo éxito en todo lo que hacía porque el Señor estaba con él. Cuando Saúl reconoció esto, le tuvo aún más miedo.  Pero todos en Israel y en Judá amaban a David porque tenía tanto éxito al dirigir a sus tropas en batalla. (12-16, NTV)

Únete a los profetas

En medio de su pecado e incredulidad, de alguna manera Saúl tuvo un encuentro más, y uno muy dramático, con el Espíritu de Dios. La situación era extraña: Saúl estaba persiguiendo a David, y lo llevó directamente a una escuela de profetas. Al parecer, David y Samuel habían ido allí para profetizar, adorar al Señor y estar llenos del Espíritu. Es la última vez que los tres están juntos.

Así que David escapó y fue a Ramá para ver a Samuel, y le contó todo lo que Saúl le había hecho. Entonces Samuel llevó a David a vivir con él en Naiot. Cuando Saúl se enteró de que David estaba en Naiot de Ramá, envió tropas para capturarlo. Pero cuando llegaron y vieron que Samuel dirigía a un grupo de profetas que estaban profetizando, el Espíritu de Dios vino sobre los hombres de Saúl y ellos también comenzaron a profetizar. Cuando Saúl se enteró de lo que había pasado, envió a otras tropas, ¡pero ellos también profetizaron! Lo mismo sucedió por tercera vez. Finalmente, Saúl mismo fue a Ramá y llegó al gran pozo en Secú.

—¿Dónde están Samuel y David? —preguntó.

—Están en Naiot de Ramá —le informó alguien.

Pero camino a Naiot de Ramá, el Espíritu de Dios vino incluso sobre Saúl, ¡y él también comenzó a profetizar por todo el camino hasta Naiot!  Se quitó la ropa a tirones y quedó desnudo acostado sobre el suelo todo el día y toda la noche, profetizando en presencia de Samuel. La gente que lo vio exclamó: ¿También Saúl entre los profetas? (18-24, NTV)

¿Qué hubiera pasado si Saúl hubiera dejado de perseguir a David, le hubiera entregado el reino y pasado el resto de su vida en presencia del Señor con los profetas? ¿Estaba Dios misericordiosamente dándole una oportunidad más?

¿Necesitamos un Naiot en Ramá hoy?

¿No sería genial si la presencia del Espíritu fuese tan fuerte en nuestras iglesias? ¿Puedes imaginar a la gente entrando y cayendo bajo el poder del Espíritu, profetizando y hablando en lenguas? Si Dios pudiera tocar a Saúl, ¡Él puede tocar a cualquiera! Saúl estuvo acostado desnudo todo el día y la noche. No necesitamos a nadie desnudo, pero ¿podríamos dar al Espíritu esa libertad?

¿Qué tal un refugio como Naiot en Ramá, para un encuentro con Dios y sus profetas?

  • Un lugar de renovación para alguien huyendo de su casa.
  • Un lugar tan ungido que los asesinos, buscando la vida de un hombre, caerían bajo el poder de Dios.
  • Un lugar para hombres lastimados, como David.
  • Un lugar seguro cuando estés perseguido por el enemigo.
  • Un lugar de culto 24/7, donde puedes escuchar la voz del Espíritu en la compañía de los profetas.

No mates a los hombres de Dios

En medio de la profecía, David se escapa y Saúl deja de perseguirlo temporalmente. Pero en lugar de nutrir lo que Dios hizo, él se dejó dominar por su miedo y celos. Claramente inspirado por Satanás, Saúl comete su peor delito todavía.

Entonces el rey Saúl inmediatamente mandó traer a Ahimelec y a toda su familia, quienes servían como sacerdotes en Nob. Cuando llegaron, Saúl le gritó:

—¡Escúchame, hijo de Ahitob!

—¿Qué quiere, mi rey? —le preguntó Ahimelec.

—¿Por qué han conspirado contra mí, tú y ese hijo de Isaí? —le preguntó Saúl—. ¿Por qué le diste alimento y una espada? ¿Por qué consultaste a Dios por él? ¿Por qué lo instigaste a matarme, como está tratando de hacer hoy mismo?

—Pero señor —respondió Ahimelec—, ¿hay alguien entre todos sus siervos que sea tan fiel como su yerno David? ¡Él es el capitán de su escolta y un miembro altamente honrado de su casa! Por cierto, ¡esta no fue la primera vez que consulté a Dios por él! Que el rey no me acuse a mí y a mi familia de este asunto, porque yo no sabía nada de un complot en contra de usted. (22:11-15, NTV)

Dios le dio a Saúl una salida. El hombre de Dios le habló la verdad de sentido común, pero la mente de Saúl estaba distorsionada por la mentira y el engaño del diablo. Él podría haberse humillado a sí mismo, agradeciendo al sacerdote por ayudar a su yerno. Se habría liberado a sí mismo de más juicio. Pero con un corazón endurecido por el pecado y la envidia, no temía a Dios ni respetaba a sus siervos.

—¡Ahimelec, ten por seguro que morirás junto con toda tu familia! —gritó el rey.

Y le ordenó a su escolta:

—¡Maten a estos sacerdotes del Señor, porque son aliados de David y conspiradores con él! ¡Ellos sabían que él huía de mí, pero no me lo dijeron!

Pero los hombres de Saúl se negaron a matar a los sacerdotes del Señor.

Entonces Saúl le dijo a Doeg:

—Hazlo tú.

Así que ese día Doeg el edomita los atacó y los mató: ochenta y cinco sacerdotes en total que aún llevaban puestas sus vestiduras sacerdotales. Después se dirigió a Nob, la ciudad de los sacerdotes, y mató a las familias de los sacerdotes —hombres y mujeres, niños y recién nacidos— y a todo el ganado, burros, ovejas y cabras. (22:16-19, NTV)

Fue un edomita gentil que mató a los sacerdotes; ningún judío lo haría. Cuando Dios le ordenó a Saúl que destruyera a Amelec por completo, él desobedeció (1 Samuel 15); ahora Saúl no vacila en destruirlo todo. Sin embargo, no logró nada: David todavía estaba libre, y Saúl había hecho algo abominable a los ojos del Señor.

Responder a la injusticia

Saúl no era tan despistado como pareciera. Quebrado y endurecido, atado en su pecado e incapaz de cambiar, todavía estaba tierno con David. Varias veces David tuvo la oportunidad de matarlo. Aquí David lo sorprendió y le habló:

Cuando David terminó de hablar, Saúl le respondió:

—¿Realmente eres tú, David, hijo mío?

Enseguida comenzó a llorar  y le dijo a David:

—Eres mejor persona que yo, porque has devuelto bien por mal. Es cierto, has sido increíblemente bondadoso conmigo hoy, porque cuando el Señor me puso en un lugar donde pudiste haberme matado, no lo hiciste. ¿Quién otro dejaría ir a su enemigo cuando lo tiene en su poder? Que el Señor te recompense bien por la bondad que hoy me has demostrado.  Ahora me doy cuenta de que ciertamente tú serás el rey, y de que el reino de Israel prosperará bajo tu gobierno.  Júrame, entonces, por el Señor, que cuando esto suceda, ¡no matarás a mi familia ni destruirás a mis descendientes!

Entonces David le prometió esto a Saúl con un juramento. Después Saúl volvió a su casa, pero David y sus hombres regresaron a su fortaleza. (24:16-22, NTV)

Nadie habría culpado a David si hubiera matado a Saúl. Nadie tenía que saberlo. Pero David tenía un corazón para Dios. Él siempre honró a sus ancianos y a aquellos en autoridad, negándose a tocar al rey ungido. David no tomó las cosas en sus propias manos, sino que dejó a Saúl en las manos del Señor. Pero también fue sabio: No se quedó con Saúl para ser objeto de su abuso. David regresó con sus hombres a la fortaleza y dejó que Saúl se autodestruyera.

Saúl tuvo la oportunidad de rendirse aquí, pero, como la mayoría de los hombres, su orgullo no lo permitió. Siguió persiguiendo a David. Nunca pensó en humillarse, arrepentirse y buscar al Señor. Él podía salvar su vida y disfrutar de sus últimos años; solo tenía que entregar el reino al sucesor elegido por Dios, que también era parte de su familia. Pero, otra vez más, escogió lo malo.

Si te encuentras en una situación como la de David:

  • Mantén tu honor y haz lo correcto, incluso cuando veas corrupción en quienes están en autoridad.
  • Resiste la tentación de socavarlos – pero haz lo que puedas para evitar el peor de su veneno.
  • Ora por ellos. Tú puedes orar con fe que la “montaña” sea removida al mar, pero ten en cuenta que puede que no suceda. Dios a menudo tiene un propósito para esa montaña.
  • Ni siquiera pienses en el asesinato. ¡Seriamente!
  • Abandona las batallas que no tienen sentido y dirige tu energía al enemigo real.
  • David tocaba el arpa para Saúl. Puede ser difícil, y puede que te sientas incómodo, pero si hay oportunidades para ministrarles, permite que Dios te use.

Aprovecha al máximo el resto de tu vida

Dios quiere que aprendas de tus errores y seas un mentor para ayudar a los jóvenes a evitarlos. Yo conozco a muchos hombres destruidos por la decepción y el fracaso. Hay algo muy refrescante para mí con un joven apasionado por Jesús, lleno de fe y energía para servir al Rey de reyes. No te apartes de ellos. No seas cínico, y no desalientes su pasión.

Tú probablemente has tenido decepciones. En lugar de vivir en el pasado con tus pesares, puedes aprovechar al máximo lo que tienes:

  • Acepta la muerte de algunos sueños. Está bien llorarlos.
  • Humíllate y reconoce tu parte de responsabilidad por lo que ha sucedido en tu vida.
  • Abandona el juego de la culpa y aprovecha al máximo el tiempo que te queda.

Dios te dará alternativas viables. Hay varias cosas que Saúl podría hacer:

  • Podría invertir tiempo en su yerno y sucesor. Saúl pudo influenciar y apoyar a David, y al mismo tiempo crecer.
  • Saúl tenía un hijo impresionante (Jonatán). Podría pasar tiempo con él para conocerlo mejor.
  • Podría afiliarse a los profetas. La gente ya decía: “¿Saúl entre los profetas?” Saúl podría tener una tercera carrera en la escuela de los profetas.
  • Podría pasar tiempo con sus dos hijas y aprender a ser un buen abuelo.
  • Saúl tuvo sus victorias. Podría revivir su relación con el Señor, reflexionando sobre lo que Dios había hecho en el pasado y recibiendo una fresca unción del Señor.

Claro que sería un golpe duro perder su reino, pero Saúl podría usar los años que le quedaban para prepararse para el reino venidero y ayudar a otros a desarrollar su autoridad real. Sí, Saúl fracasó y perdió su reino, pero todavía tenía algunas buenas opciones. Tenía mucho a su favor. Y tú también lo tienes. Resiste la amargura y la negatividad. Dios quiere que aproveches al máximo el resto de tu vida.

 

Saúl y David: 1 Samuel 16: 1-23

Introducción a la tercera parte de HECHO PARA REINAR

Este día que llamamos “vida” ya está llegando a su fin. Hemos experimentado la energía y la esperanza de la juventud, y el gozo y arduo trabajo de familia. Ahora el tiempo es más corto. Se pone el sol y pronto vendrá la noche. Es la tercera edad. Este es el momento de enfrentar las consecuencias de tus decisiones anteriores. Es una etapa de muchos cambios en la vida, pero una cosa no ha cambiado: el llamado de Dios para reinar. Es una promesa también, pero con una condición que hace que esta parte de la vida sea tan importante: Si perseveramos, también reinaremos con él (2 Timoteo 2:12, LBLA).

Es posible que hayas sufrido, pero si perseveras, resistes al enemigo y sigues caminando con Dios, tú experimentarás la plenitud de la autoridad que Él tiene para ti. Estarás listo para reinar con Cristo por la eternidad. Tu fe es sólida. Tú estás disfrutando una rica amistad con tus hijos, que tienen sus propias familias y carreras. Te deleitas con tus nietos. Con la ayuda de Dios, tú has resuelto los problemas en tu matrimonio, y disfrutas del amor maduro y la intimidad sexual. Manejaste bien tus finanzas e invertiste sabiamente, siempre ofrendando al Señor, y ahora puedes dar libremente y vivir cómodamente. Tú eres un miembro respetado y activo de tu iglesia y comunidad. Tomas algunos medicamentos o incluso has tenido una cirugía menor, y está claro que tu cuerpo es más viejo, pero has cuidado este templo del Espíritu con una buena dieta, descanso y ejercicio. Estás en buena condición física. Hay sabiduría y un gozo que no conocías cuando eras joven, y la vida es plena y rica.

Desafortunadamente, la vida de un hombre no siempre termina tan bendecida. Puede ser que tus malas decisiones te hayan alcanzado. La vida puede ser una batalla más allá de tu control, dominada por el miedo y el fracaso, y gobernada por las circunstancias. Nunca te tomaste el tiempo para estudiar la Palabra de Dios y desarrollar tu relación con Cristo, y ahora tu fe se siente vacía. Estás alienado de tus hijos; ellos tienen sus propias vidas y problemas, y no tienen tiempo para ti. Descuidabas tu matrimonio y maltratabas a tu esposa; ahora estás divorciado y solitario. Despilfarraste tu dinero y nunca ahorrabas para la jubilación; tienes que seguir trabajando y muchas veces no tienes suficiente dinero. Has abusado de tu cuerpo y descuidado tu salud; sufres con diabetes, enfermedad cardíaca o cáncer. Nunca dedicaste el tiempo necesario para tus amistades. La vida es muy dura; hay veces en que  incluso piensas en el suicidio.

La mayoría de nosotros probablemente nos encontraremos entre estos dos extremos. Si aún eres joven y tienes la oportunidad de cambiar, aprende de los fracasos de otros. Toma decisiones sanas y pon a Dios en el primer lugar. Si ya eres un hombre mayor, es probable que tengas tus remordimientos, decepciones y sueños quebrantados. En este punto, es difícil corregir los errores del pasado, pero tú tienes la experiencia y la sabiduría que los hombres más jóvenes no tienen. Tú puedes aceptar tu situación y aprovechar al máximo el resto de tu vida. No es demasiado tarde para arrepentirte y entregar tu vida al Señor. ¡Él todavía hace milagros en la vejez! ¡Aún hay esperanza!

Saúl y David: 1 Samuel 16: 1-23

Este capítulo marca el punto de inflexión de 1 Samuel. El enfoque se mueve de Saúl a su sucesor, un joven conforme al corazón de Dios. Saúl ya está en su camino áspero, pero era un camino largo. Muchos años pasarían antes de que él se quitara la vida.

Una tarea más para Samuel

Samuel siguió desempeñando un papel clave en la vida de Saúl después de su despedida oficial. A pesar de que Dios rechazó a Saúl, fue difícil para Samuel dejarlo ir. Pero la obra de Dios sigue adelante, y nosotros tenemos que seguir adelante con Él, y dejar de llorar por la persona que rechaza al Señor.

El Señor le dijo a Samuel: —¿Cuánto tiempo vas a quedarte llorando por Saúl, si ya lo he rechazado como rey de Israel? Mejor llena de aceite tu cuerno, y ponte en camino. Voy a enviarte a Belén, a la casa de Isaí, pues he escogido como rey a uno de sus hijos.

—¿Y cómo voy a ir? —respondió Samuel—. Si Saúl llega a enterarse, me matará.

—Lleva una ternera —dijo el Señor —, y diles que vas a ofrecerle al Señor un sacrificio. (1-2)

¡Dios sugiere torcer la verdad! Suena extraño, pero Dios está de acuerdo: Samuel tenía razones para temer por su vida. La mente depravada que rechaza a Dios es capaz de acarrear increíble mal.

El hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón

Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. (6-7, RVR)

Samuel tenía muchos años sirviendo al Señor, pero este gran profeta aún tenía cosas que aprender. Eso me anima. ¡Hay todavía esperanza para mí! No se trata de lo que tenía sentido para Samuel; su trabajo era escuchar a Dios. Si él no estuviera escuchando, habría ungido al hombre equivocado. No importa la experiencia que tengas, tú todavía puedes fracasar si confías en tu propia sabiduría. Es necesario escuchar de Dios – hoy.

Samuel pensó que si Dios escogió a Saúl porque era alto y guapo, Él elegiría a Eliab, quien también era alto y guapo. Pero la apariencia de Saúl nunca le importó a Dios. Él no se fija en las apariencias externas, sino al corazón. El mundo valora al hombre guapo o a la mujer hermosa. Si somos honestos, tendemos a lo mismo. ¿Estás impresionado con aquellos que parecen los más espirituales? Puede ser que no lo sean. Alguien que lucha con muchas pruebas puede tener un corazón que agrada a Dios. Y tú, ¿te fijas más en tu corazón? o ¿mirando tu aspecto en el espejo? No te dejes guiar por las apariencias. Trata de discernir la condición del corazón. No hay nada malo en hacer ejercicio o estar bien cuidado – a menos que no haya nada dentro. La mayoría de nosotros tenemos algo que no nos gusta de nuestra apariencia física, pero realmente eso no le importa a Dios. Él te hizo como eres.

Ese día se presentaron todos los hijos de Isa , pero el futuro rey no estaba entre ellos. Dios había escogido al más joven, que atendía las ovejas. ¿Cuántas veces ignora Dios nuestra elección, y escoge a alguien despreciado por el mundo? Por casualidad, David también era bien parecido:

Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino con poder sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá. (12-13, RVR)

La vida de David estaba a punto de cambiar. David necesitaba la unción y poder del Espíritu para servir a Dios, al igual que Saúl la tenía al principio y los discípulos en Hechos la tendrían. Y tú necesitas esa misma unción. Ya hemos visto al Espíritu derramado en varias ocasiones en este libro. ¿Ha venido con poder sobre ti?

David en el palacio de Saúl

Dios tiene un gran sentido del humor. ¡Arregló que Saúl invitaría a su sucesor a su casa!:

El Espíritu del Señor se apartó de Saúl, y en su lugar el Señor le envió un espíritu maligno para que lo atormentara. Sus servidores le dijeron: —Como usted se dará cuenta, un espíritu maligno de parte de Dios lo está atormentando. Así que ordene Su Majestad a estos siervos suyos que busquen a alguien que sepa tocar el arpa. Así, cuando lo ataque el espíritu maligno de parte de Dios, el músico tocará, y Su Majestad se sentirá mejor.

—Bien —les respondió Saúl—, consíganme un buen músico y tráiganlo.

Uno de los cortesanos sugirió: —Conozco a un muchacho que sabe tocar el arpa. Es valiente, hábil guerrero, sabe expresarse y es de buena presencia. Además, el Señor está con él. Su padre es Isaí, el de Belén.

Entonces Saúl envió unos mensajeros a Isaí para decirle: «Mándame a tu hijo David, el que cuida del rebaño.» Isaí tomó un asno, alimento, un odre de vino y un cabrito, y se los envió a Saúl por medio de su hijo David. Cuando David llegó, quedó al servicio de Saúl, quien lo llegó a apreciar mucho y lo hizo su escudero.  Luego Saúl le mandó este mensaje a Isaí: «Permite que David se quede a mi servicio, pues me ha causado muy buena impresión.»

Cada vez que el espíritu de parte de Dios atormentaba a Saúl, David tomaba su arpa y tocaba. La música calmaba a Saúl y lo hacía sentirse mejor, y el espíritu maligno se apartaba de él. (14-23)

Las cosas empezaron bien entre Saúl y David. Eso puede suceder aun cuando una relación termina amarga. Saúl nunca había oído hablar de David, pero por casualidad su criado sabía de este chico de buen aspecto que toca la lira, habla bien y es un hombre valiente. ¿Lo más importante? Dios estaba con David. Tenía todo lo que Saúl carecía (espiritualmente). Eso atrajo a Saúl, pero también dio lugar a intensos celos. Podemos apagar y entristecer al Espíritu hasta que nos deje, y el Espíritu había dejado a Saúl como resultado de su desobediencia.

¿Un espíritu maligno de Dios?

Más preocupante es lo que puede venir en lugar del Espíritu Santo. Cuando estás en rebelión y sin el Espíritu Santo, te abres a los espíritus malignos. Pero, ¿envía Dios demonios? ¿No es esa la obra de Satanás?

No es la única vez en las Escrituras cuando un espíritu maligno viene de Dios (ve Jueces 9:23, 1 Reyes 22:22, 2 Corintios 12:7). Dios es soberano. Si nos centramos demasiado en el diablo, podemos pensar que este es un gran concurso de iguales, pero Satanás hace sólo lo que le es permitido. Dios puede atar al diablo y todos sus demonios de inmediato y por completo, pero los usa para lograr sus propósitos. En este caso, Dios quería colocar a David en el palacio del rey.

El historiador judío Josefo escribió en el primer siglo: “Pero en cuanto a Saúl, algunos trastornos extraños y demoníacos vinieron sobre él, y trajeron tales asfixias que estaban a punto de estrangularlo.” No sabemos la naturaleza de su tormento; no era constante, pero era obvio para quienes lo rodeaban. No te preocupes mucho con esa cuestión de si un cristiano puede ser poseído por un demonio; el griego del Nuevo Testamento habla de ser “demonizado”, no “poseído” por un demonio. Cuando un cristiano una y otra vez cede a tentación y vive en pecado, será atormentado y oprimido por espíritus malignos, y con el tiempo Satanás comienza a edificar una fortaleza en su vida.

Alivio del tormento

Dios envió el espíritu maligno a Saúl, y luego utilizó la música de adoración (por su sucesor recién ungido) para traerle alivio. ¿Qué tocaba David que era tan eficaz? Un músico experto que no conocía a Dios podía tocar la misma música sin efecto ninguno. No hay poder mágico en la música, pero cuando los creyentes llenos del Espíritu Santo exaltan a Dios en adoración, los espíritus malignos huyen. La adoración es mucho más que entretenimiento, es un medio poderoso para derrotar al enemigo y acercarse a Dios. Pero prepárate para una lucha:

Al día siguiente, el espíritu maligno de parte de Dios se apoderó de Saúl, quien cayó en trance en su propio palacio. Andaba con una lanza en la mano y, mientras David tocaba el arpa, como era su costumbre, Saúl se la arrojó, pensando: «¡A éste lo clavo en la pared!» Dos veces lo intentó, pero David logró esquivar la lanza. (18:10-11, ve también 19:9-10)

En este trance, Saúl intentó asesinar al ungido de Dios. Espera una reacción fuerte del diablo cuando te enfrentas a sus poderes malignos. Gente en pecado o demonizada a menudo encuentran consuelo escuchando música cristiana, leyendo la Biblia o asistiendo a la iglesia, pero si no hay un arrepentimiento genuino, la consolación será temporal. Saúl encontró alivio, pero no duró mucho. Él nunca se arrepintió. En cambio, se obsesionó con matar al mismo hombre que lo ayudó.

¿Te ves a ti mismo en este capítulo?

¿Eres un Saúl? ¿Se ha apartado el Espíritu de Dios de ti debido a tu pecado repetido? ¿Continúas la farsa como cristiano o ministro después de que el poder se ha ido? ¿Estás atormentado por espíritus malignos, u obsesionado con los celos de otro hombre que Dios está usando? Humíllate, arrepiéntete de todo tu corazón y dedícate de nuevo a seguir a Jesús. Llena tu vida de adoración a Dios. Busca a un hermano lleno del Espíritu Santo para ministrarte. Cuando tu vida esté en orden, esos espíritus huirán.

¿Eres un Samuel? Tal vez Dios te ha usado poderosamente, pero ahora eres mayor y sientes que tu tiempo se ha acabado. ¿Todavía tienes duelo por alguien que se apartó del Señor? ¿Sientes que de alguna manera fuiste responsable? ¿Está diciéndote Dios que es hora de dejarlo ir y seguir adelante? Dios necesita tu sabiduría y madurez para levantar nuevos líderes. Todavía tienes mucho que ofrecer al pueblo de Dios. ¡Uno no se jubila del Reino de Dios!

¿O eres un David? Has recibido una palabra de que Dios tiene grandes cosas para ti, pero estás trabajando bajo alguien celoso que trata de sabotear todo lo que haces. Al ver su pecado, tú puedes sentirte tentado a socavarlo o abandonar el lugar. Pero Dios puede tenerte allí con un propósito. Puede ser que Él te esté preparando en ese horno, poniendo a prueba tu confianza en Dios para el momento adecuado, y tu buena voluntad de honrar a alguien en autoridad. Deja que Dios lo juzgue en su tiempo. No trates de manipular la situación. Si tú tienes la oportunidad de ministrarle, hazlo. Recuerda, no estás luchando contra carne y sangre. Mantente alerta a las dimensiones espirituales de la batalla, y permanece en adoración y comunión con Dios. Sobre todo, seguir siendo humilde. Aprende de los errores que has presenciado, y date cuenta de que eres lo que eres por la gracia de Dios.

Si te quedas en el camino de Saúl, te llevará a la perdición. Sería genial si todos fuésemos un David, pero eso no es posible. Parte de la madurez es aceptar donde Dios te ha llamado, y prosperar y ser fiel allí.

 

Efesios 3:1-13  Cómo Dios cumple su plan: La iglesia testifica a principados invisibles

1Cuando pienso en todo esto, yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes, los gentiles… (NTV)

Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles (RVR)

En dos capítulos cortos Pablo nos ha dado mucho en que pensar. Lo más importante es el plan de Dios para incluir a los gentiles en el Reino de los Cielos. Pablo luchó por ello hasta Jerusalén y una confrontación con Pedro mismo (ve Hechos 15 y Gálatas 2:11-13). Cuando escribió esta carta, Pablo estaba encarcelado a causa de esta misión a los gentiles. Los judíos estaban celosos y decididos a callarlo; querían matarlo (ve Hechos 21:27-36). Es posible que sin Pablo, Jesucristo hubiera permanecido tan solo como otro rabino o profeta dentro de una secta judía.

El ministerio de Pablo

A propósito, doy por sentado que ustedes saben que Dios me encargó de manera especial extenderles su gracia a ustedes, los gentiles. Tal como antes les escribí brevemente, Dios mismo me reveló su misterioso plan. Cuando lean esto que les escribo, entenderán la percepción que tengo de este plan acerca de Cristo.Dios no se lo reveló a las generaciones anteriores, pero ahora, por medio de su Espíritu, lo ha revelado a sus santos apóstoles y profetas. (NTV)

si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: (RVR)

No sabemos cuándo Pablo los escribió brevemente acerca de esta gracia especial, pero está claro que su encuentro con Jesucristo y la revelación que recibió acerca de los gentiles fue el fundamento de su vida y ministerio.

En el verso 2, Pablo dice algo que se puede aplicar a cualquier persona en un ministerio en otras culturas; a cualquier misionero. Dios le dio una gracia especial para establecer relaciones y plantar iglesias entre los gentiles. Todos sabían que Pablo era un fariseo, pero en obediencia a Dios él dirigió su ministerio a otro grupo, y Dios le dio la gracia para comunicarse con ellos y ser acepto por ellos. Es una gracia que Dios todavía le da a alguien llamado a ministrar en otra cultura o idioma. Era la responsabilidad de Pablo administrar esa gracia en beneficio de las iglesias y del Reino de Dios.

Una vez más, Pablo coloca a los apóstoles y profetas en un lugar especial: Reciben revelación de Dios acerca de sus planes. No habrá más revelación al nivel del Nuevo Testamento o el misterio revelado a Pablo, pero, por medio del Espíritu, Dios todavía quiere revelar sus planes a los apóstoles y profetas de la iglesia. Casi siempre un ministerio comienza con una revelación del plan de Dios; tal vez para una ciudad o un grupo de personas.

El plan de Dios

Y el plan de Dios consiste en lo siguiente: tanto los judíos como los gentiles que creen la Buena Noticia gozan por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos pueblos forman parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las bendiciones porque pertenecen a Cristo Jesús. Por la gracia y el gran poder de Dios, se me ha dado el privilegio de servirlo anunciando esta Buena Noticia. (NTV)

que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. (RVR)

Pablo repite lo que ya dijo en el capítulo 2, usando tres palabras para describir la posición de los gentiles:

  • Coherederos: Cada creyente disfruta igualmente las riquezas heredadas por los hijos de Dios.
  • Miembros del mismo cuerpo: No hay una iglesia judía y otra gentil. Para Dios, no hay una iglesia pentecostal y otra luterana. Todos somos miembros del mismo Cuerpo de Jesús.
  • Copartícipes: Todos disfrutamos de las mismas bendiciones prometidas a nosotros en Cristo Jesús.

Este es el plan de Dios: Establecer un cuerpo unido de todas las naciones, disfrutando de todos los privilegios y bendiciones de sus hijos adoptivos. Este plan fue revelado a Pablo por el Espíritu. Una revelación casi siempre está acompañada por una comisión: Alguien es enviado para que la revelación se haga realidad. Pablo fue hecho ministro por el don de la gracia de Dios. Es bueno estudiar y prepararse para un ministerio, pero solo Dios puede hacerte un ministro, y cada ministro necesita este don de la gracia de Dios y la operación del poder de Dios en su vida. Me parece que hay muchos en el ministerio que nunca han recibido una revelación del plan de Dios para sus vidas. No son llamados. Dios nunca los hizo ministros, y no están ministrando ni en la gracia ni en el poder de Dios.

Tesoros inagotables

Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo. Fui elegido para explicarles a todos el misterioso plan que Dios, el Creador de todas las cosas, mantuvo oculto desde el comienzo. (NTV)

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; (RVR)

Parece que Pablo todavía sentía vergüenza por su vida pasada. Nunca podía olvidar el rostro de Esteban cuando fue apedreado, el primer mártir cristiano (Hechos 8 y 9:1). Pablo se considera a sí mismo el más pequeño, el menos digno, de todo el pueblo de Dios. Es por eso que el privilegio de anunciar las Buenas Nuevas a los gentiles era tan precioso a Pablo.

Como muchos que están llamados a un ministerio diferente, Pablo no solo ministraba a los gentiles, sino que también tenía que aclarar esta nueva revelación a otros; sobre todo a los judíos. Esa era la parte más difícil de su llamado.

Él añade que este Dios es el Creador de todas las cosas. Por supuesto, Dios tiene el derecho de crear un nuevo hombre, un pueblo nuevo en Cristo, que incluye los gentiles. Esta nueva creación disfruta de riquezas infinitas:

  • Resurrección de la muerte y perdón del pecado.
  • Tronos, donde están sentados con Cristo en victoria.
  • Reconciliación con Dios.
  • Participación en una comunidad nueva.
  • El fin de hostilidad, y una nueva paz.
  • Acceso al Padre por medio del Hijo y del Espíritu.
  • Todas las riquezas del Padre que vamos a heredar.

¿Conoces algunos de estos tesoros inagotables? ¿Estás disfrutando de las riquezas inescrutables de Cristo?

Testigos a gobernantes invisibles

10 El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. 11 Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. (NTV)

10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, (RVR)

El plan de Dios para la iglesia va mucho más allá de:

  • Cultos gloriosos con alabanzas ungidas por el Espíritu.
  • Compañerismo cariñoso.
  • Buena enseñanza de cómo experimentar las bendiciones de Dios.
  • Programas en Internet, televisión y radio.
  • Templos hermosos.

Sí, Dios quiere que la iglesia sea un ejemplo para todo el mundo de su poder y amor. Él quiere sanar y salvar e impactar a toda la sociedad con los valores de su Reino. Pero su plan para la iglesia va mucho más allá de este mundo. Alcanza hasta los lugares celestiales. Hay principados, gobernantes, autoridades y potestades invisibles que aún no saben cuán grande es la sabiduría y el poder de Dios. Y sí, (yo sé que parece increíble), Él ha escogido a nosotros (su iglesia) para mostrarles su carácter y sabiduría. Este nuevo pueblo, que incluye todas las razas, culturas y clases, es único. El amor y la unidad que demostramos a pesar de todas nuestras diferencias es un testimonio poderoso del milagro de Dios en nosotros.

Dios no usa a los ángeles para evangelizar al mundo, sino a nosotros. Estamos llamados a testificar a nuestras familias, compañeros de trabajo y a todo el mundo acerca de quién es Dios y lo que Él ha hecho por nosotros. No creo que lo hagamos muy bien. Pero también estamos llamados a “evangelizar” a gobernantes que aún no podemos ver. Este es un gran privilegio – y responsabilidad. Pocos son conscientes de esa responsabilidad. Aparentemente esos gobernantes están observándonos para ver si Dios realmente puede transformar una vida. Quieren saber si son meras palabras, y si la iglesia va a fracasar como fracasó Israel.

  • ¿Es posible que, basándose en lo que han observado en la iglesia estos principados tengan un concepto equivocado de Dios?
  • ¿Cómo podemos deshonrar así al que entregó su vida por nosotros?
  • Como buenos hijos que aman a nuestro Padre, ¿no tenemos que hacer todo lo posible para cumplir con este llamado y mostrarles un buen ejemplo del amor, la gracia, la bondad y poder de nuestro Dios?
  • ¿Quieres que los principados celestiales se burlen de Jesucristo porque parece que Él murió en vano?

Libre acceso a la presencia de Dios

12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza.13 Por eso les ruego que no se desanimen a causa de mis pruebas en este lugar. Mi sufrimiento es por ustedes, así que deberían sentirse honrados. (NTV)

12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él; 13 por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria. (RVR)

A primera vista, puede parecer que Pablo no era un buen testigo para esos principados. A causa de su obediencia a su llamado está encarcelado, sufriendo y atribulado. ¡Él podría tener una vida muy cómoda como fariseo! Pero el testimonio es: Dios nos ayuda en la prueba y nos consuela en la tribulación. Esos gobernantes deben observar que hay un poder sobrenatural que opera en Pablo que le permite continuar ministrando y regocijándose a pesar de la persecución.

Pablo señala uno de los privilegios más impresionantes del cristiano: por medio de tu fe en Jesús y su palabra, puedes entrar libremente en la presencia de Dios con toda confianza y libertad. Es algo que no se ve. Es por la fe. Puede ser que tú no sientas nada. Pero, a pesar de los ataques del diablo, tenemos seguridad en Cristo. ¡Podemos morar con Cristo en lugares celestiales! Todos los días Pablo se aprovechaba ese privilegio.

 La iglesia es el plan de Dios

Pablo ha revelado el enfoque del plan de Dios: un Cuerpo de Cristo unido. Ese es el misterio que los judíos resistieron con tanta fuerza. Dios no tiene dos planes paralelos: uno para Israel y otro para los creyentes en el Mesías judío. No hay dos pactos vigentes. Los pactos del Antiguo Testamento han dado un paso gigante hacia adelante en el Nuevo Pacto en Jesucristo. Ésta no es la que algunos llaman una “Teología de Reemplazo.” Es una teología de cumplimiento; una expansión enorme de la obra salvadora de Dios. Ahora el plan de Dios no se centra en una familia, en un pequeño país en el Medio Oriente. El rey davídico que fue prometido ha llegado, y su nombre es Jesús. Él no reina en un palacio en Jerusalén, sino en la sala del trono celestial de Dios Todopoderoso, a la diestra de su Padre. No se ofrecen más sacrificios en un templo en Jerusalén; su sacrificio en la cruz fue el último, perfecto, sacrificio. Los creyentes reunidos en su nombre son los templos del Dios vivo, no sólo en Monte Sión, sino en millones de lugares en todo el mundo. El cuerpo de Jesucristo hace la obra del Padre en todas las naciones de la tierra: predicando y demostrando el Reino, sanando y siendo perfeccionados en santidad. Y acabamos de ver que este plan va más allá de la tierra; va a la infinidad de los reinos celestiales.

Todo comenzó con la llamada de un hombre: Abraham. A través de los siglos, Dios reveló su plan aún más, terminando en la vida y enseñanzas de su Hijo. Hay un solo fluir de la obra de Dios. Se está moviendo hacia la plena manifestación del Reino de Dios, con Jesús como Rey. La iglesia está en el centro del plan de Dios, y debe ser muy importante en nuestras vidas también.

Una última oportunidad para redimirse: I Samuel 15: 1-35

Dios es muy paciente con nosotros, y misericordioso. Está claro que Saúl no merece otra oportunidad. Ya recibió su sentencia: Va a perder su reino. Pero Dios nos ama tanto que nos da muchas oportunidades. Aquí Él envía a Samuel con una nueva tarea para Saúl. El rey está en apuros, pero esto le ofrece la oportunidad de reflexionar y cambiar.

Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. (1, RVR)

Éste es un saludo extraño para un padre espiritual a su hijo. No creo que Saúl hubiera olvidado quién era Samuel, pero Samuel quería recordarle el papel importante que había desempeñado en su vida: Él instaló a Saúl en el trono y trajo la noticia del juicio de Dios. Samuel sabe que Saúl no está escuchando muy bien la voz del Señor. Él quiere enfatizar la importancia de esta tarea. Es una cuestión de vida o muerte para Saúl.

«Así dice el Señor Todopoderoso: “He decidido castigar a los amalecitas por lo que le hicieron a Israel, pues no lo dejaron pasar cuando salía de Egipto. Así que ve y ataca a los amalecitas ahora mismo. Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión. Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos.” » (2-3)

La tarea

Durante muchos años Dios quería juzgar a Amalec. Los amalecitas atacaron a Israel en su camino desde Egipto. Ese día Dios dijo: «Yo borraré por completo, bajo el cielo, todo rastro de los amalecitas.» Y Moisés añadió: «¡La guerra del Señor contra Amalec será de generación en generación!» (Éxodo 17:14-15) Puede ser que los amalecitas habían oído hablar de esta maldición, pero pasaron muchos años y Dios no había hecho nada, y los amalecitas decidieron que era una amenaza vacía. Pero Dios no olvida. Él solo estaba esperando el momento adecuado, y el hombre adecuado. Parece un triunfo garantizado para Saúl. Él sabe exactamente qué hacer, y ciertamente Dios le dará la victoria.

Has clamado a Dios con el salmista: “¿Hasta cuándo, Señor?” (Salmo 13) Tú puedes sentirte tentado a tomar las cosas con tus propias manos y vengarte de aquellos que te han ofendido a ti o al Señor. A veces Dios parece lento para cumplir sus promesas, pero Él sabe lo que está haciendo. Cuando Él quiere que hagas algo, Él te hará saber.

  • ¿Te ha dado una misión?
  • ¿Te está probando?
  • ¿Te encuentras en una batalla en este momento?
  • ¿Es tu propia creación, o es de Dios?

Si Dios te envió en una misión, ¡Él estará contigo!

¡Saúl completamente destruye a los amalecitas!

Saúl reunió al ejército y le pasó revista en Telayin: eran doscientos mil soldados de infantería más diez mil soldados de Judá. Luego se dirigió a la ciudad de Amalec y tendió una emboscada en el barranco.  Los quenitas se apartaron de los amalecitas, pues Saúl les dijo: «¡Váyanse de aquí! Salgan y apártense de los amalecitas. Ustedes fueron bondadosos con todos los israelitas cuando ellos salieron de Egipto. Así que no quiero destruirlos a ustedes junto con ellos.»

Saúl atacó a los amalecitas desde Javilá hasta Sur, que está cerca de la frontera de Egipto. A Agag, rey de Amalec, lo capturó vivo, pero a todos los habitantes los mató a filo de espada. (4-8)

¡Qué gran comienzo! Esta vez Saúl está bien preparado, con un ejército de 210,000 soldados. Él cuidadosamente advirtió a todos los extranjeros que abandonaran el país, ya que él está decidido a matar a todos. El rey es capturado, y todo el pueblo destruido. ¿Ha aprendido Saúl de sus errores? ¿Al  fin él hace algo bien?

Pero…de repente la escena cambia. Ese “pero” en la obediencia puede ser desastroso.

El «pero» que destruyó a Saúl

Pero Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron. (9, RVR)

¿Qué están pensando? ¿Olvidaron lo que dijo Dios? Ellos hacen lo que tiene sentido para ellos: destruir lo que es débil y despreciado, pero preservar lo que es bueno. Aplicamos nuestro razonamiento a la palabra de Dios: “Esos pobres corderos. Son especímenes perfectos. Simplemente no podemos destruirlos. Además, ¡podemos sacrificarlos a Dios!”

Nos deshacemos de las cosas débiles y despreciadas, y nos sentimos bien. Pero nos aferramos a lo que el mundo dice es bueno, y desobedecemos a Dios. Saúl tenía la responsabilidad como rey de garantizar que todo se hiciere de acuerdo con la orden de Dios, pero él participó en el pecado de su ejército.

Ésta no era la primera vez que Israel desobedeció la orden de Dios para destruir todo. Saúl tenía que saber sobre el pecado de Acán, que trajo la derrota a la nación después de la caída de los muros de Jericó (Josué 7). E Israel fue afligido durante siglos por la gente que no pudieron destruir cuando entraron en la tierra prometida. Dios nos manda a destruir a todos los enemigos en nuestras vidas, pero por lo general no lo hacemos, y terminamos luchando contra ellos durante muchos años. ¿Hay algunas «vacas sagradas» en tu vida?

Samuel se enfrenta a Saúl

Luego el Señor le dijo a Samuel: «Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor durante toda la noche. (10-11, NTV)

Justo cuando parecía que Saúl estaba haciendo bien, desobedeció y se apartó del Señor. Él es totalmente egocéntrico y preocupado por su propia importancia. El mensaje que Samuel recibió de Dios fue tan fuerte que el profeta pasó la noche clamando al Señor. ¿Estás dispuesto a perder una noche de sueño para interceder por alguien en rebelión? Samuel estaba con Saúl desde el principio y vio sus fracasos, pero él todavía no podía renunciar a Saúl. ¿Sabes lo que es estar conmovido por todo el pecado y los problemas que ves a tu alrededor? Ruego a Dios que Él nunca tenga que lamentarse por tu desobediencia, o potencial perdido o el fracaso de tu vocación. Eso es trágico, y aterrador, si tienes algún temor de Dios.

 Un monumento en su propio honor

Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal». (12, NTV)

Después de su victoria en 1 Samuel 14, Saúl levantó un altar al Señor, pero ahora se revela su verdadero corazón. Mientras Dios lamentaba su pecado y su desobediencia, Saúl fue a erigir un monumento en su propio honor. Al parecer, estaba tan alejado del Señor que podía desobedecer órdenes claras y pensar que lo estaba haciendo muy bien. Y nosotros hoy en la iglesia, ¿construimos monumentos en nuestro propio honor? ¿Una escuela? ¿Un nuevo templo? ¿Un ministerio? ¡Que Dios nos libre de tal arrogancia!

Cansado y agobiado, Samuel alcanza a Saúl al fin del día. Con orgullo y alegría Saúl sale a recibirlo:

Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. —Que el Señor te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del Señor. (13, NTV)

¿Estaba mintiendo, o estaba tan engañado que realmente pensó que había hecho todo bien? He conocido a muchos cristianos envueltos en sí mismos y ciegos a la realidad, confiados en que eran el hombre de Dios para la hora.

Balidos de oveja y mugidos de vaca

—Y entonces, ¿qué significan esos balidos de oveja que me parece oír? —le reclamó Samuel—. ¿Y cómo es que oigo mugidos de vaca?

—Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec —respondió Saúl—. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos. (14-15)

Solo había un pequeño problema con la historia de Saúl: los balidos de oveja y mugidos de vaca. ¡Las mismas que Saúl tuvo que destruir! Saúl tenía la excusa perfecta, e incluso es espiritual: ¡Iban a ofrecerlas al Señor! Tal vez Saúl creyó que esto agradaría a Dios. Conozco a muchos cristianos que aceptarían esta explicación. Suena bien, si tú no te tomas en serio la palabra de Dios, y crees que hay lugar para modificar sus órdenes para tu propia conveniencia. Pero es demasiado para Samuel:

¡Basta! —lo interrumpió Samuel—. Voy a comunicarte lo que el Señor me dijo anoche.

—Te escucho —respondió Saúl.

Entonces Samuel le dijo: —¿No es cierto que, aunque te creías poca cosa, has llegado a ser jefe de las tribus de Israel? ¿No fue el Señor quien te ungió como rey de Israel, y te envió a cumplir una misión? Él te dijo: “Ve y destruye a esos pecadores, los amalecitas. Atácalos hasta acabar con ellos.” ¿Por qué, entonces, no obedeciste al Señor? ¿Por qué echaste mano del botín e hiciste lo que ofende al Señor? (16-19)

Saúl comenzó su reinado con una autoimagen baja, pero ahora su ego fue inflado. Había olvidado lo que Dios había hecho en su vida. Lo más importante es que había desobedecido el claro mandamiento de Dios. Es fácil condenar a Saúl, pero cuando Dios no está en el centro, tendemos a oscilar entre esos dos extremos. Nosotros podemos olvidar rápidamente nuestro quebrantamiento y pecado, y la liberación de Dios. Desobedecemos a Dios, y luego miramos hacia abajo a aquellos que todavía están perdidos en sus pecados.

—¡Pero yo sí obedecí al Señor! —insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás. Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al Señor tu Dios en Gilgal. (20-21, NTV)

Adán fue el primero quien echó la culpa a otro. Todos lo hacen. Saúl no acepta su responsabilidad como líder: “Yo sí obedecí; yo cumplí.” Pero “las tropas” llevaron los animales. ¿Y era sólo un lapsus cuando Saúl llama al Señor “tu Dios” cuando habló con Samuel? (Ésta era la segunda vez que Saúl lo dijo – también en el verso 15.) ¿Puede ser que Dios ya no era el Señor de Saúl? ¿O nunca era?

100% obediencia requerida

Saúl pudo haber cumplido con el 95% de lo que Dios quería – y pensar que estaba haciendo muy bien. Muchos cristianos de hoy estarían de acuerdo. Pero Dios no está interesado en el 95% de obediencia. Él requiere el 100%. Cuando fallamos, Él es misericordioso – si somos honestos y llegamos a Él en humildad y arrepentimiento genuino. Dios sabe que somos humanos y cometemos errores, a pesar de que algunas personas (¡especialmente los jefes!) pueden creer que son infalibles. Si tú caes en pecado, no te cubras. No hagas excusas, y no eches la culpa, como lo hizo Saúl: “¡Pero yo sí obedecí!” Sé real y honesto, y suficientemente humilde para reconocer lo que has hecho. Samuel no está impresionado con la excusa de Saúl, y tampoco está Dios.

 Obediencia versus religión

Samuel respondió:

«¿Qué le agrada más al Señor:
que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios,
o que se obedezca lo que él dice?
El obedecer vale más que el sacrificio,
y el prestar atención, más que la grasa de carneros.
La rebeldía es tan grave como la adivinación,
y la arrogancia, como el pecado de la idolatría.
Y como tú has rechazado la palabra del Señor,
él te ha rechazado como rey.»
(22-23)

¿Quieres agradar a Dios? Obedécele. Ya hemos oído ese mensaje varias veces en este libro. Para obedecer tienes que escuchar la voz de Dios y saber su voluntad. No elijas lo que tengas ganas de hacer – e ignorar partes de la Biblia que no te complazcan. No seas como Saúl, actuando como juez de la palabra de Dios. A menudo destruimos lo débil y despreciado de nuestra cultura, y salvamos lo que el mundo valora – supuestamente para usar en servicio a Dios. ¡Ten cuidado de rechazar la palabra del Señor por tus acciones!

Dios dice que la rebelión es como la adivinación o la hechicería, y la arrogancia es idolatría. Esa hubiera sido una sorpresa para Saúl, tal como es para la mayoría de cristianos. Rebelión y arrogancia eran grandes problemas para Saúl – y para muchos de nosotros. Todos esos animales que Saúl iba a sacrificar significaban absolutamente nada al Señor si él no estaba caminando en obediencia. Ciertamente el obedecer vale más que el sacrificio. Todos nuestros cultos de adoración y templos hermosos afligen el corazón de Dios si no escuchamos su palabra y la obedecemos.

El defecto fatal de Saúl

—¡He pecado! —admitió Saúl—. He quebrantado el mandato del Señor y tus instrucciones, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Pero te ruego que perdones mi pecado, y que regreses conmigo para adorar al Señor.

—No voy a regresar contigo —le respondió Samuel—. Tú has rechazado la palabra del Señor, y él te ha rechazado como rey de Israel.

Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl le agarró el borde del manto, y se lo arrancó. Entonces Samuel le dijo:

—Hoy mismo el Señor ha arrancado de tus manos el reino de Israel, y se lo ha entregado a otro más digno que tú. En verdad, el que es la Gloria de Israel no miente ni cambia de parecer, pues no es hombre para que se arrepienta.

—¡He pecado! —respondió Saúl—. Pero te pido que por ahora me sigas reconociendo ante los ancianos de mi pueblo y ante todo Israel. Regresa conmigo para adorar al Señor tu Dios.

Samuel regresó con él, y Saúl adoró al Señor. (24-31)

Es triste, pero a menudo requiere algo desastroso para llamar nuestra atención, como ser arrestado o ver a tu esposa dejarte por otro hombre. Cuando Saúl escuchó las consecuencias de su pecado, su confesión reveló un defecto fatal: “temí al pueblo y consentí a la voz de ellos.”

Puede ser que Saúl estuviera preparado para hacer lo correcto, pero era débil y temía a sus propios hombres. Los soldados le trajeron los animales y Saúl no tuvo la fuerza para comandar su masacre. Su debilidad interna y la falta de defensa de lo que correcto causaron su caída. Si tienes miedo de los hombres, no eres apto para el liderazgo cristiano. Si rechazas la palabra de Dios para agradar a los hombres, serás rechazado por Dios.

¿Qué tan sincero fue Saúl? En estas situaciones, muchos se arrepienten con la esperanza de evitar las consecuencias del pecado. No es genuino. ¿Por qué la adoración era tan importante para Saúl? ¿Hubo una parte de él que buscó a Dios y fue tocada por la adoración? He visto a muchos hombres con grandes problemas que honestamente deseaban adorar a Dios. Es posible que Saúl estuviera espiritualmente hambriento, pero también tuviera mucha confusión interior. Él quería adorar al Señor, pero Saúl quería que Samuel lo acompañara. ¿Por qué? Para que Saúl fuese honrado ante los ancianos y el pueblo de Israel. Parece que era más importante para Saúl verse bien con la gente que con Dios. Si parece que no contó con el apoyo de Samuel, el pueblo lo despreciaría. Pero Samuel discernió su motivación y no quiso acompañarlo en su adoración falsa. Desesperado, Saúl agarró la túnica de Samuel y la arrancó. Finalmente Samuel accedió a ir a adorar con él.

Antes de que Samuel se fuese, había una cosa más que hacer. Saúl no había matado al rey amalecita. El viejo profeta tenía que hacerlo.

Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la amargura de la muerte.

Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.

Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl. Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel. (32-35, RVR)

Es bueno saber que tú no eres el único con remordimiento. Dios mismo lamentó haber hecho a Saúl rey de Israel.

Lecciones para padres espirituales

Samuel no era un padre demasiado involucrado en la vida de su hijo espiritual. Pasó un tiempo con Saúl y luego lo dejó para poner en práctica lo que le había enseñado.

  • Basó su aporte en la vida de Saúl en la palabra de Dios, no sus propios pensamientos acerca de lo que debería hacer.
  • El fracaso con sus propios hijos no impidió que Samuel fuera un padre espiritual para Saúl. De hecho, sus propios fracasos lo motivaron y lo ayudaron a ser un padre a Saúl.
  • Samuel no disculpa la desobediencia de Saúl ni minimiza su gravedad. No tuvo miedo de enfrentar a Saúl con la verdad. Es posible estar tan cerca de alguien que no quieres hacer nada para poner en peligro esa relación. Ten cuidado si tú te sientes así.

Samuel lloró por Saúl el resto de su vida. Tú puedes saber cómo se sentía Samuel. Puede ser tu propio hijo o alguien que tú hayas guiado como mentor. Tú no puedes, y no debes, controlar lo que hace. Él cometerá errores. Esperemos que él aprenda de ellos, pero es posible que no lo haga. Si tú has invertido en él y lo amas, duele verlo caer, así como duele ver caer a tus propios hijos.

Samuel hizo lo que Dios le mandó que hiciera. Fue Dios quien eligió a Saúl como rey. Después de todo, el hecho de que Saúl haya fallado no fue culpa de Samuel. Samuel podría haberse considerado un fracaso, pero había sido fiel. Tú no puedes asumir la responsabilidad por el fracaso de tu hijo espiritual o por su éxito. Gracias a Dios por la oportunidad de hablarle a su vida, de amarlo y de andar con él en los momentos buenos y malos, como lo hizo Samuel con Saúl. ¿Dónde estaría Saúl sin Samuel? Probablemente en la granja arando con sus bueyes.

Cuando Saúl se dio cuenta de que Samuel iba a dejarlo, agarró desesperadamente la túnica de Samuel. Sin embargo, el momento había llegado cuando la relación terminaría. Puede llegar el momento en que esa relación de mentor tenga que terminar. Si Saúl hubiera llamado a Samuel, él probablemente habría venido, pero eso nunca sucedió. Estoy seguro de que Samuel siempre oró por Saúl mientras lloraba por él.

Cómo evitar el pecado de Saúl

Qué fácil es engañarnos a nosotros mismos, pensando que estamos obedeciendo a Dios cuando solo somos selectivamente obedientes. Dios está más preocupado por la obediencia que por la religión. Creemos que con un par de “sacrificios” o rituales religiosos (¿ayunos? ¿oraciones?) podemos complacerlo. ¿Cómo está tu obediencia? ¿Noventa por ciento? ¿Cincuenta por ciento? Dios perdona tu pecado, pero aún requiere de 100% de obediencia. ¿Cómo nos atrevemos a decir que sabemos mejor que Dios qué es mejor? ¿Cómo nos atrevemos a decidir qué aceptar y qué rechazar en su palabra? ¡Cuidado con la trampa que destruyó a Saúl! Pensó que había hecho todo bien, cuando en realidad estaba en grave pecado. Me recuerda a la gente que Jesús condena en Mateo 7:21-23:

»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”

Haz todo lo que necesites para librarte de la rebelión y la arrogancia. El proceso puede ser doloroso. Dios te humillará y te quebrantará, pero te ayudará a evitar estas trampas.

 

Saúl casi mata a su hijo a causa de su machismo exagerado: 1 Samuel 14: 24-52

Lleno del Espíritu de Dios, Jonatán atacó valientemente al enemigo. Su padre, espiritualmente vacío, estaba sentado debajo de un árbol de granadas. Estaba fuera de contacto con la realidad y enfrentaba un desastre seguro en la batalla con los filisteos. Hombres desesperados y fuera de control a menudo demuestran una bravuconería machista.

Los israelitas desfallecían de hambre, pues Saúl había puesto al ejército bajo este juramento: «¡Maldito el que coma algo antes del anochecer, antes de que pueda vengarme de mis enemigos!» Así que aquel día ninguno de los soldados había probado bocado. (24)

Un juramento insensato

Saúl obviamente no fue responsable dela victoria de Jonatán, pero de alguna manera lo hizo sentir poderoso, y lo dejó con ganas de más. Resulta que tontamente obligó a sus tropas a ayunar con este juramento. Dios puede llamar ayuno, pero esto no tenía nada que ver con Dios, y ciertamente no era una estrategia típica de batalla. Se trataba de Saúl. Las tropas no pudieron comer “antes de que pueda vengarme de mis enemigos.” La batalla con los filisteos se había convertido en algo personal. Después de tantos fracasos, Saúl estaba decidido a demostrar su valor: ¡Él todavía era el rey! Él mostraría su fuerza con un ayuno – y obligaría a sus tropas a ayunar, sin pensar en su bienestar.

La necedad de su decisión se revela en su fruto. Los hombres quedaron agotados, desfalleciendo de hambre, y con temor del juramento. ¿Así es como se prepara un ejército para la batalla? ¿No es sentido común que las tropas estén bien alimentadas? ¿No quiere que se sientan bien y seguros, en lugar de estar bajo la amenaza de una maldición?

La provisión milagrosa de Dios

Mientras Saúl retuvo la comida, Dios milagrosamente la proporcionó: Al llegar a un bosque, notaron que había miel en el suelo.  Cuando el ejército entró en el bosque, vieron que la miel corría como agua, pero por miedo al juramento nadie se atrevió a probarla. (25-26)

Imagínate a estos hombres, muriendo de hambre, y viendo toda esta rica miel. ¡Pero no pudieron tocarla! Líderes inseguros y arrogantes que se jactan, como Saúl, lastiman a la misma gente que deben cuidar, ocultando su debilidad por el acaparamiento de cualquier poder y control que puedan conseguir. No están pensando bien, así que las cosas pueden ponerse feas y aterradoras. Hoy en día hay demasiados mujeres y niños que han sufrido la inseguridad de un esposo o padre. Tal vez tú también hayas sufrido bajo un jefe inseguro.

Jonatán rompe el juramento

Mientras su padre hace un tonto de sí mismo, ¿qué está haciendo nuestro hombre Jonatán?

Sin embargo, Jonatán, que no había oído a su padre poner al ejército bajo juramento, alargó la vara que llevaba en la mano, hundió la punta en un panal de miel, y se la llevó a la boca. En seguida se le iluminó el rostro. Pero uno de los soldados le advirtió:

—Tu padre puso al ejército bajo un juramento solemne, diciendo: “¡Maldito el que coma algo hoy!” Y por eso los soldados desfallecen.

—Mi padre le ha causado un gran daño al país —respondió Jonatán—. Miren cómo me volvió el color al rostro cuando probé un poco de esta miel. ¡Imagínense si todo el ejército hubiera comido del botín que se le arrebató al enemigo! ¡Cuánto mayor habría sido el estrago causado a los filisteos! (27-30)

¿No crees que Dios arregló esto deliberadamente? ¡Probablemente se estaba riendo! Jonatán estaba en el campo de batalla. No sabía nada acerca de esta prohibición. Vio la miel, la comió, y fue revivido de inmediato. Jonatán tuvo el valor de decir lo que las tropas ya sabían: su padre no estaba considerando lo que era mejor para ellos o para la nación. Si no estuvieran tan hambrientos, la victoria habría sido mucho mayor. ¿Deshonró Jonatán a su padre y a su rey? Nunca fue reprendido por lo que hizo. ¿Hasta qué punto honramos a nuestros padres o alguien en autoridad? Si están en pecado, ¿estamos obligados a obedecerlos? ¿O también los honramos diciéndoles la verdad?

Mientras tanto, las cosas iban de mal en peor para el ejército hambriento.

Aquel día los israelitas mataron filisteos desde Micmás hasta Ayalón. Y como los soldados estaban exhaustos, echaron mano del botín. Agarraron ovejas, vacas y terneros, los degollaron sobre el suelo, y se comieron la carne con todo y sangre. Entonces le contaron a Saúl:

—Los soldados están pecando contra el Señor, pues están comiendo carne junto con la sangre.

—¡Son unos traidores! —replicó Saúl—. Hagan rodar una piedra grande, y tráiganmela ahora mismo.

También les dijo: —Vayan y díganle a la gente que cada uno me traiga su toro o su oveja para degollarlos y comerlos aquí; y que no coman ya carne junto con la sangre, para que no pequen contra el Señor.

Esa misma noche cada uno llevó su toro, y lo degollaron allí.  Luego Saúl construyó un altar al Señor. Éste fue el primer altar que levantó.  Y dijo:

—Vayamos esta noche tras los filisteos. Antes de que amanezca, quitémosles todo lo que tienen y no dejemos a nadie con vida.

—Haz lo que te parezca mejor —le respondieron.

—Primero debemos consultar a Dios —intervino el sacerdote.

Saúl entonces le preguntó a Dios: «¿Debo perseguir a los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?» Pero Dios no le respondió aquel día. (31-37)

Saúl viene al rescate

Algo está mal. Dios no está hablando, y Saúl está alarmado. Debido a que los hombres hicieron este tonto juramento de no comer nada, terminan quebrantando la ley que realmente importa, y pecan contra Dios. Nunca habría sucedido si hubieran comido. Cuando tú dedicas tu energía a reglas onerosas hechas por hombres y quitas los placeres legítimos de tu vida, corres el riesgo de sufrir tentaciones más graves. Ten cuidado con las reglas que parecen espirituales, pero se basan en orgullo o control, en lugar de las Escrituras.

Apenas unos días atrás, Saúl fue severamente castigado por su desobediencia. Ahora él viene al rescate como el gran defensor de la ley. Para reforzar su imagen como un gigante espiritual, Saúl construye un altar al Señor, dándole gracias por la victoria. Suena bien, pero presta atención a los mensajes sutiles que los escritores ponen en la Biblia; algunas palabras pueden comunicar mucho: ¡Éste fue el primer altar que Saúl levantó! ¿Qué pasó después de su gran victoria sobre los amonitas en el capítulo 11? ¿No construyó un altar cuando fue ungido rey? ¿O un altar de arrepentimiento cuando Dios lo juzgó? ¿Por qué esperó hasta ahora? ¿Había experimentado un despertar espiritual? ¿Realmente estaba agradecido a Dios?

Saúl probó sangre, y quería más. Está en una buena racha, y quiere asegurarse de la bendición de Dios. Al igual que el ayuno, un altar parece lo correcto, aunque Saúl no tenía ninguna intención de buscar a Dios allí. Saúl ya había hecho sus planes. El sacerdote tenía que sugerir que se consultara al Señor antes de esta gran batalla. No es sorprendente que Dios no respondió cuando Saúl finalmente oró, porque el rey no tenía una relación con Dios. Pero de alguna manera él sabía que era pecado, lo cual bloqueaba la respuesta de Dios:

Así que Saúl dijo: —Todos ustedes, jefes del ejército, acérquense y averigüen cuál es el pecado que se ha cometido hoy. ¡El Señor y Salvador de Israel me es testigo de que, aun si el culpable es mi hijo Jonatán, morirá sin remedio!

Nadie se atrevió a decirle nada. Les dijo entonces a todos los israelitas: —Pónganse ustedes de un lado, y yo y mi hijo Jonatán nos pondremos del otro.

—Haz lo que te parezca mejor —respondieron ellos.

Luego le rogó Saúl al Señor, Dios de Israel, que le diera una respuesta clara. La suerte cayó sobre Jonatán y Saúl, de modo que los demás quedaron libres. Entonces dijo Saúl: —Echen suertes entre mi hijo Jonatán y yo.

Y la suerte cayó sobre Jonatán. (38-42)

Ojalá Saúl aprendiera algo de sus errores, pero no.  Él mantiene la apariencia de fuerza con otro juramento tonto. Por supuesto Saúl no sabe que fue su hijo que quebrantó el primer juramento, pero los soldados lo saben. Ellos no iban a traicionar a Jonatán, pero ahora Dios contestó la oración de Saúl, señalando a su hijo. Nunca he estado muy seguro de por qué Dios honró echando suertes, pero a menudo lo hizo, y esta vez la suerte cayó sobre Jonatán.

Saúl le dijo: —Cuéntame lo que has hecho.

—Es verdad que probé un poco de miel con la punta de mi vara —respondió Jonatán—. ¿Y por eso tengo que morir?

—Jonatán, si tú no mueres, ¡que Dios me castigue sin piedad! —exclamó Saúl.

Los soldados le replicaron: —¡Cómo va a morir Jonatán, siendo que le ha dado esta gran victoria a Israel! ¡Jamás! Tan cierto como que el Señor vive, que ni un pelo de su cabeza caerá al suelo, pues con la ayuda de Dios hizo esta proeza.

Así libraron a Jonatán de la muerte. Saúl, a su vez, dejó de perseguir a los filisteos, los cuales regresaron a su tierra. (43-46)

¡Mira la perversidad de Saúl! Para salvar la cara y mantener la apariencia de fuerza, mataría a su propio hijo. Saúl estaba dispuesto a sacrificar a su familia por su orgullo.

¿Has conocido a padres que están celosos del éxito de sus hijos? ¿Tal vez tu papá? ¿O tú? Es bastante común. Saúl estaba tan absorto en sí mismo, que en lugar de regocijarse por el éxito y virilidad de su hijo, lo iba a matar. Pero sus tropas habían soportado mucho, y se amotinarían antes de permitir eso. Saúl se vio obligado a retroceder, y la vida de Jonatán se salvó. Pero en lugar de reconocer sus malas decisiones y retirarse con gracia, Saúl se mantuvo firme, aun a costa de que pareciera un idiota y perdiera el respeto del ejército. Tuvo que abandonar sus grandes planes de matar a todos los filisteos, los cuales volvieron a casa muy vivos. Si hubiera sido más sabio, los habría derrotado de una vez, pero ahora va a experimentar una guerra amarga con ellos por el resto de su vida.

Un gran despliegue de machismo no es la verdadera fuerza, y no engaña a nadie. Es feo, y te hace quedar mal. No construyas altares para mantener las apariencias. No permitas que tu orgullo y problemas personales perjudiquen tu relación con su familia. No caigas en la trampa de un legalismo que supuestamente demuestra tu fuerza y ​​espiritualidad. Ten cuidado con las declaraciones que hagas. He escuchado pastores declarar muchas cosas en un momento de fervor espiritual, pero luego se avergüenzan cuando no suceden. Esas declaraciones suenan impresionantes, pero pueden no tener nada que ver con Dios. Sé real y no tengas miedo de reconocer tus errores.

 ¿Gala de valor?

Sorprendentemente, el capítulo termina con una nota positiva:

Después de consolidar su reinado sobre Israel, Saúl luchó contra todos los enemigos que lo rodeaban, incluso contra los moabitas, los amonitas, los edomitas, los reyes de Sobá y los filisteos; y a todos los vencía haciendo gala de valor. También derrotó a los amalecitas y libró a Israel de quienes lo saqueaban.

Durante todo el reinado de Saúl se luchó sin cuartel contra los filisteos. Por eso, siempre que Saúl veía a alguien fuerte y valiente, lo alistaba en su ejército. (47-48, 52)

De alguna manera, Saúl se convirtió en un guerrero valiente – o al menos pudo detectar hombres fuertes y valientes, y atraerlos a su servicio, porque Saúl no era particularmente valiente ni poderoso. A pesar de sus errores, su reinado duró muchos años más. Quizás aprendió de sus fracasos y finalmente se convirtió en un rey exitoso.

 

Efesios 2:11-22  Dios cumple su plan (segunda parte): Reconciliación entre todos creyentes

Dios tiene un plan para toda la historia: Cristo en el centro del universo y todo unido en Él. Tú eres parte de ese plan, si eres reconciliado con Dios y unido con Jesús. Tu nueva vida comienza con la salvación que Pablo describió en la primera parte de este capítulo. Cuando se restaura la relación con Dios, Él puede sanar nuestra relación con los demás, y restaurar las relaciones en familias, iglesias y la sociedad.

En el primer siglo, esta reconciliación comenzó con la destrucción del muro de separación entre judíos y gentiles, un muro edificado por los mismos judíos. Ellos usaban el nombre gentil (con un sentido negativo) para todos los que no fuesen judíos. Pero Dios nunca quería este muro de separación. Desde el principio Dios deseaba usar a Israel como ejemplo para atraer a otros a su reino.

Igual como en otras situaciones, era el orgullo que perpetuaba la alienación. El orgullo de los judíos se centró en algo un poquito extraño: la circuncisión. Pablo conocía muy bien el orgullo que es la fuente del prejuicio y la persecución, y siempre luchó para mantener ese muro derribado. Incluso entre los cristianos hay una tendencia pecaminosa y orgullosa de edificar muros. Pablo señala el orgullo de los judíos, pero los gentiles también tienen que guardarse del orgullo espiritual. Recordar de dónde vinimos debe mantenernos humildes.

No olvides cómo eras

11 No olviden que ustedes, los gentiles, antes estaban excluidos. Eran llamados «paganos incircuncisos» por los judíos, quienes estaban orgullosos de la circuncisión, aun cuando esa práctica solo afectaba su cuerpo, no su corazón. (NTV)

El templo que conocían Jesús y Pablo tenía tres cortes en el nivel principal: para los sacerdotes, los hombres israelitas y las mujeres. Para llegar a la corte de los gentiles se tenía que descender 19 escalones, donde un muro los mantenía separados. Rótulos en el muro advertían que alguien que traspasara el muro sería ejecutado. Han encontrado dos de estos rótulos (en el griego), uno en 1871 y otro en 1938. Los gentiles podían ver el templo, pero nunca podían entrar en él. Físicamente eran excluidos.

La circuncisión era la marca que definía la separación. Aunque fue ordenada por Dios, era algo externo, como gran parte de la religión judía. La tentación, como se nota en la interacción de Jesús con los fariseos, era fijarse en las apariencias, y descuidar el alma y el espíritu.

Los gentiles (la mayoría de nosotros) condenan esa hipocresía, pero tenemos que recordar que es solo por la gracia de Dios que somos incluidos en su reino. Y tenemos que guardarnos del anti-semitismo; una plaga y un pecado que muchos cristianos han manifestado a través de los siglos. ¡Cuidado con el orgullo espiritual! Todos somos indignos y debemos humillarnos ante al gran amor de nuestro Dios.

Completamente perdidos

12 En esos tiempos, ustedes vivían apartados de Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel, y no conocían las promesas del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. (NTV)

Aunque el judío tuviera una religión externa, al menos era un ciudadano del pueblo escogido y tenía pactos con Dios, su palabra y sus promesas. Es parecido a muchos países latinos que eran católicos. Aunque para muchos era cultural, al menos había principios morales y conocimiento de los fundamentos de la fe cristiana. Al igual que Estados Unidos era un país más o menos cristiano, con mucha influencia de la Biblia en sus leyes.

Estos paganos, o gentiles, no tenían conocimiento ninguno de Dios:

  • Vivían separados de Cristo.
  • No se les permitía ser ciudadanos de Israel.
  • No conocían las promesas de Dios.
  • No eran parte de los pactos que Dios hizo con Israel.
  • Vivían en el mundo sin Dios.
  • Vivían sin esperanza.

Es decir, estaban completamente perdidos. No tienes que ser un gentil, o un pagano del primer siglo, para sentirte excluido, separado y sin esperanza. Lamentablemente hay mucha alienación y soledad incluso en el Cuerpo de Cristo. ¿Lo has experimentado? Dios quiere incluirte en su familia y darte esperanza nueva.

La situación parecía imposible para los gentiles, pero otra vez hay un gran “pero” que completamente transformó sus vidas.

Unidos a Cristo

13 Pero ahora han sido unidos a Cristo Jesús. Antes estaban muy lejos de Dios, pero ahora fueron acercados por medio de la sangre de Cristo. (NTV)

¡Gloria a Dios! ¡Ya no estamos alejados de Dios, sino cerca!

El cambio comienza con la unión con Cristo descrita en la primera parte del capítulo. No solo estamos cerca de Dios, sino que estamos unidos a Cristo. ¿Cómo puede ser? La sangre de Jesucristo nos redimió, nos justificó y perdonó nuestros pecados. Los judíos sacrificaban animales bajo el antiguo pacto, pero su sangre no podía unirlos con Dios. Nuestra unión no es intelectual, filosófica, política o militar. Es espiritual. Todo esfuerzo para fomentar la unidad tiene que empezar allí.

Cristo es nuestra paz

14 Pues Cristo mismo nos ha traído la paz. Él unió a judíos y a gentiles en un solo pueblo cuando, por medio de su cuerpo en la cruz, derribó el muro de hostilidad que nos separaba. (NTV)

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. (RVR)

Antes había un muro de hostilidad que nos separaba de Dios y de su pueblo escogido. El muro en el templo en Jerusalén todavía existía cuando Pablo escribió esta carta (se cayó cuando los romanos destruyeron el templo en el año 70). Ya fue derribado espiritualmente con la muerte de Jesús, pero a veces tenemos que esperar para ver la manifestación física de algo que ya ha sucedido en el espíritu. Se encuentra paz en una persona, en Jesús, sea paz entre judíos y gentiles, o paz dentro de una iglesia, o paz en una familia. Cuando nos unamos a Cristo y nos centramos en Él, vamos a tener paz con los demás que disfrutan de la misma unión. Si esa paz nos evade, hay que examinar el estado de la relación con el que es nuestra paz.

Ya no hay judío, griego u otro grupo étnico en Cristo. Somos un solo cuerpo. No quiere decir que los que hablen algún idioma no se congreguen juntos, o que nunca haya un lugar para las congregaciones mesiánicas, pero ten mucho cuidado de no edificar nuevos muros de separación.

La verdadera prueba de nuestro amor cristiano no es tanto dentro de la iglesia, sino con gente muy diferente de nosotros. Pablo pudo haber estado pensando en esta enseñanza de Jesús:

»Han oído la ley que dice: “Ama a tu prójimo” y odia a tu enemigo. Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen!  Si solo amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos cobradores de impuestos hacen lo mismo.  Si eres amable solo con tus amigos ¿en qué te diferencias de cualquier otro? Hasta los paganos hacen lo mismo. (Mateo 5:43-47)

¿Qué lugar tiene la ley hoy?

15 Lo logró al poner fin al sistema de leyes de mandamientos y ordenanzas. Hizo la paz entre judíos y gentiles al crear de los dos grupos un nuevo pueblo en él. (NTV)

Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz. (RVR)

Aquí está la respuesta a una pregunta común, especialmente entre los judíos mesiánicos y los adventistas: ¿Qué parte tiene la ley en la vida cristiana? Cristo puso fin al sistema de leyes de mandamientos y ordenanzas. Lo abolió en su carne cuando murió en la cruz. No es para decir que las leyes del Antiguo Testamento no revelan algo de la voluntad de Dios para nosotros. Pero el sistema de leyes fue abolido; el sistema de sacrificios y ceremonias del antiguo pacto. También se aplica al sistema antiguo de encontrar la paz con Dios por medio de la obediencia a la ley. Pablo ya dijo en la primera parte de este capítulo que no es por obras, sino por la fe y la gracia de Dios. Cristo abolió la condena de una ley que declaraba que la obediencia perfecta era necesaria para ser aceptado por Dios.

Otra vez Pablo repite que Cristo hizo paz entre judíos y gentiles. Jesús creó algo completamente nuevo en sí mismo: un solo hombre o pueblo; una raza nueva. Pablo describe la unidad de este pueblo en otras escrituras:

 En esta nueva naturaleza no hay griego ni judío, circunciso ni incircunciso, culto ni inculto, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y está en todos. (Colosenses 3:11)

Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. (Gálatas 3:28)

No quiere decir que esas distinciones ya no existen. Por ejemplo, otros pasajes claramente hablan de las funciones distintas del hombre y la mujer. Pero en Cristo todos somos iguales, y somos uno.

La hostilidad destruida

16 Cristo reconcilió a ambos grupos con Dios en un solo cuerpo por medio de su muerte en la cruz, y la hostilidad que había entre nosotros quedó destruida. (NTV)

Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. (RVR)

¡La tercera vez! Cuando la Biblia repite algo tres veces es muy importante. La enemistad y hostilidad en ese entonces era entre judío y gentil, pero esto puede aplicarse hoy en día a cualquier grupo que confiesa a Cristo pero se mantiene separado, ya sea por orgullo o por cuestiones culturales. Estamos despreciando la obra de Cristo en la cruz si no perseguimos la reconciliación entre todos los grupos que confiesan a Cristo. ¡Tenemos que hacer todo lo posible para ser un solo cuerpo! ¡Cuánto sufre Jesús por todas las divisiones en su iglesia!

Aún más importante que la hostilidad entre los grupos étnicos, también hubo (y aún existe para los inconversos) la enemistad entre todos nosotros y Dios.

¡Proclama estas Buenas Nuevas de paz!

17 Cristo les trajo la Buena Noticia de paz tanto a ustedes, los gentiles, que estaban lejos de él, como a los judíos, que estaban cerca. (NTV)

Es el mismo mensaje para todo el mundo: Jesucristo, y la paz con Dios y con otros por medio de Él. Este era el mensaje de Cristo y los apóstoles. ¡Nuestro mundo necesita este mensaje de paz! ¿Traes esas Buenas Nuevas a quienes están lejos de ti (en otras culturas o locales) y a los que están cerca (tu familia, amistades y compañeros de trabajo)?

Acceso libre al Padre

18 Ahora todos podemos tener acceso al Padre por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo por nosotros. (NTV)

Antes, era muy difícil incluso para los judíos tener acceso a Dios, pero Cristo abrió el camino para que todos entraran directamente en la presencia del Padre. Todos tenemos el mismo acceso, y todos tenemos el mismo Espíritu. No necesitas ningún sacerdote para hablar con Dios. ¿Estás aprovechando este gran privilegio?

Aquí vemos claramente la Trinidad: Debido a la obra del Hijo, el Espíritu Santo mora en nosotros y nos ayuda a entrar en la presencia del Padre. El Espíritu nos enseña como orar, nos ayuda en nuestras debilidades, y nos une.

Miembros de la familia de Dios

19 Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. (NTV)

Pablo ya habló de nuestra adopción en el capítulo uno. Ahora, en resumen, afirma que los gentiles también son ciudadanos del reino de Dios, y son hijos adoptados de su familia. Somos una gran familia que se congrega en varias “casas” de adoración. Hay que hacer todo lo posible para mantener la unidad con otras “casas” que también forman parte del pueblo santo.

Antes de ser un ciudadano de algún país (lo cual también es importante), eres un ciudadano del cielo, del reino de Dios. Y antes de ser parte de tu familia terrenal (algo precioso para nosotros), eres un miembro de la familia de Dios. Por eso, en Cristo somos “hermanos” y “hermanas.”

A veces te puedes sentir desconocido y extraño en tu propia cultura, tu propio país y tu propia familia. Es un sentido muy incómodo, pero es normal para el cristiano. De verdad es más alarmante si te sientes muy cómodo en este mundo.

Somos la casa de Dios

20 Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo. (NTV)

Ya Pablo dijo en 1:23 que somos el cuerpo de Jesús. Ahora él introduce otra metáfora: Una casa. Acaba de decir que nos congregamos en varias casas – pero tal vez mejor dicho varios cuartos en la misma casa, porque todos los creyentes juntos son la casa de Jesús. El fundamento de esta casa es la enseñanza y obra de los apóstoles (en el Nuevo Testamento) y los profetas (del Antiguo y Nuevo Testamento). Puede incluir apóstoles y profetas de hoy, pero el fundamento no cambia: Siempre es la enseñanza bíblica.

Otra vez, Cristo está en el centro de esta casa. Él es la piedra principal. Si una iglesia no tiene a Cristo en ese lugar principal, o si no sigue las enseñanzas de los apóstoles en el Nuevo Testamento, no es parte de la casa de Jesús. Siempre hay que tener mucho cuidado de que ningún hombre o doctrina sea la piedra principal. Lamentablemente, en la práctica, es muy común.

Vamos formando un templo santo

21 Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. (NTV)

En [Cristo] todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. (RVR)

Ahora Pablo da un paso más en la descripción de la iglesia: somos un templo santo. ¡Qué imagen increíble! ¡Qué visión exaltada de la iglesia! Pero, ¿quién cuidadosamente nos une? ¿Te parece que los creyentes de todo el mundo van creciendo para convertirse en este glorioso templo? ¿Quién diseña y supervisa su construcción? Los contratistas deben ser Jesús y el Espíritu Santo. De hecho, este podría ser el proyecto más importante en toda la historia. Lee las instrucciones bíblicas detalladas para la construcción del tabernáculo y los templos. Esos edificios desaparecieron hace mucho tiempo, pero este es un templo duradero. Debe ser bien construido para sobrevivir a los ataques del diablo.

Pedro también describe esta casa:

Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:4-5)

Por desgracia, el templo que yo veo subir es bastante feo. Me parece muy casual, con variedad de diseños. Cada grupo parece tener su propio plan, hacer lo suyo y prestar poca atención a lo que otros hacen. En lugar de ayudar a los demás, intentan superarse unos a otros haciendo que su parte se vea más impresionante. Es difícil ver la mano del contratista, Jesucristo.

Este templo (de Jesucristo) debe ser un escaparate para el mundo de unidad y construcción excepcional. La gente debe ser atraída por su belleza abrumadora. Cristo mora en este templo sagrado. Debe ser digno de nuestro Salvador. Tengo que confesar que estoy perplejo: ¿por qué Él permite que se vea cómo es? Pero yo no soy Jesús; sólo tengo que hacer mi parte.

Recuerda que este es un templo espiritual. Nuestro enfoque debe estar allí. ¿Está este proyecto en la cima de nuestras agendas? ¿Se han reunido líderes cristianos para hablar acerca de este templo y la mejor manera de construirlo? ¿Aún creemos que esto es realidad? ¿O son éstas meras palabras floridas que Pablo utiliza?

Tenemos que evitar poner demasiado énfasis en los edificios. No es pecado construir un templo hermoso para congregarnos, pero fácilmente puede convertirse en un ídolo, consumiendo mucha energía y dinero. Cristo nunca mencionó que se construyeran grandes casas o templos para su familia.

22 Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu. (NTV)

La gloria shekinah que moraba en el templo en Jerusalén ahora se manifiesta cuando la familia de Dios se congrega en unidad para adorarle. Dios mora en este templo. Su Espíritu llena el templo. Pero si ese templo no está limpio, si hay peleas en el templo, el Espíritu Santo no va a morar allí. Tal vez eso explica la ausencia del poder del Espíritu en muchas iglesias. Si este es un templo apropiado para Dios, tenemos que ser edificados juntos, con cada piedra viva en su lugar. Yo no veo ese énfasis en muchas iglesias. ¿Crees que tú estás siendo edificado junto con otros hermanos en tu iglesia para formar una morada para Dios? ¿Tienes un concepto de cuán radical es esta visión y realidad de una nueva comunidad en Cristo? Es el contexto de toda la obra que Cristo quiere hacer en nosotros.