Listo para reinar: 1 Samuel 9:22-10:13

Saúl comenzó el día en busca de burros. Esa misma noche él cenaba con el hombre más importante de todo Israel. A veces Dios trabaja de manera sutil y lenta, pero cuando Él decide que es el momento, las cosas pueden cambiar de forma rápida y espectacular. ¿Recuerdas cómo los hermanos de José lo vendieron? Era un esclavo y prisionero en Egipto. Pasó años en preparación, pero dentro de un día se trasladó desde la cárcel al palacio (Génesis 41). Te puede parecer que tu tiempo nunca llegará, pero en el momento señalado, Dios revelará sus planes y provisiones asombrosos. ¿Estás listo? Él tiene algo especial planeado, reservado, y guardado – sólo para ti.

Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados que eran unos treinta hombres.  Y dijo Samuel al cocinero: Trae la porción que te di, de la cual te dije: “Ponla aparte.” Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él y lo colocó delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado. Ponlo delante de ti y come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo. Y Saúl comió con Samuel aquel día. (9:22-24, LBLA)

¡Qué cena! Samuel hace todo lo posible para impresionar a Saúl de que el joven es alguien escogido y muy especial para Dios. Saúl no lo sabe todavía, pero él ha conseguido a un padre espiritual. Una buena relación con un mentor es de mucho valor, ya sea formalmente establecido o no. Es posible que tú ya seas ese mentor de alguien, sin saberlo. Elí era un mentor para Samuel, y ahora Samuel naturalmente asume ese papel con Saúl. Lamentablemente, ni Elí ni Samuel eran padres muy buenos para sus propios hijos. Eso sucede mucho hoy en día en las familias de líderes que están muy ocupados en la iglesia. Un hombre debe aprender a ser un hombre y padre de su papá, pero si eso no sucediera, Dios puede darte un padre espiritual.

Un padre espiritual presenta a su hijo a los varones de Dios

Más importante que lo que Samuel dijo o hizo fue simplemente estar juntos. Algo poderoso sucedió en Saúl en el lugar alto, en la cabecera de la mesa, y en el tejado. No era muy común invitar a un muchacho a la azotea para hablar con hombres adultos. Cuando Saúl estaba listo para irse, Samuel no solo le muestra la puerta; fue con él a la entrada del pueblo. Samuel estaba caminando con Saúl, fortaleciendo la confianza del joven. Dios ya comenzó a transformar un don nadie en un rey.

Un padre espiritual camina con su hijo

 Descendieron del lugar alto a la ciudad, y Samuel habló con Saúl en el terrado.  Se levantaron temprano, y al romper el alba Samuel llamó a Saúl en el terrado, diciendo: Levántate, para que yo te despida. Saúl se levantó, y ambos, Saúl y Samuel, salieron a la calle. (9:25-26, LBLA)

¿Hay algún siervo de Dios que haya caminado contigo? No tienen que hacer algo especial; simplemente estar juntos. ¿Anhelas a un padre o un hombre mayor que quiera sentarse contigo y hablar contigo? Si has tenido ese privilegio, da gracias a Dios. Has sido bendecido. Si no, pídele a Dios que te traiga a alguien. No tengas miedo de decirle que te gustaría pasar tiempo con él. Puede ser un honor para él.

Si tú tienes más experiencia, ¿crees que es posible que Dios te use como mentor o padre espiritual para un hombre más joven que Dios está tocando? Busca oportunidades para darles un lugar de honor en la reunión de hombres. Y no te olvides de tu propio hijo; Dios puede usarte como un padre espiritual para él también.

Un padre espiritual nunca abusa de su hijo

Desafortunadamente, creo que una palabra de precaución es necesaria aquí. Con demasiada frecuencia, un hombre mayor se ha acercado a un joven con intenciones deshonrosas. Si Dios te ha confiado con alguien, tienes una gran responsabilidad ante el Señor de mantener la pureza total en esa relación, y no estoy hablando sólo de pecado sexual. Hay otras formas en que podemos abusar de hombres jóvenes y usarlos para nuestros propios fines. Guarda tu corazón y rinde cuentas a otro hombre, evitando todo lo que parezca sospechoso.

Si un mentor cristiano, o cualquier otra persona, ha abusado de ti, Dios quiere sanar esas heridas profundas, restaurar la confianza y traer hombres verdaderamente piadosos a tu vida. Pero ten cuidado de confiar ciegamente en otros; ese padre perfecto que anhelas probablemente no existe.

Un padre espiritual trae una palabra del Señor

Mientras descendían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: Di al criado que pase delante de nosotros y siga, pero tú quédate para que yo te declare la palabra de Dios. (9:27, LBLA)

La comunión y un buen ejemplo son importantes, pero Saúl necesitaba algo más: una palabra de Dios. Puede ser la Escritura, o una palabra que Dios pone en tu corazón. Claro que no tengas una palabra profética profunda para cada reunión, pero pídele a Dios una palabra, y cuando la tienes, sé fiel para compartirla. No te reprimas porque te sientas incómodo al respecto, o te da miedo ofenderlo y perder su amistad. Si tú te has ganado el derecho de hablar a su vida, con entusiasmo él recibirá la palabra. ¡Ésta es una gran responsabilidad! ¡No la tomes a la ligera! Si tú tienes a un mentor que te habla a tu vida, escucha atentamente, anota la palabra y ora al respecto. Estas palabras son valiosas. Si tú nunca has recibido una palabra de tu padre espiritual, pídele que ore para recibir una palabra de Dios para ti. Puede ser que él no esté acostumbrado a hablar a la vida de alguien. Dile que te gustaría oír cualquier palabra que Dios le dé.

Ungido con aceite

Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el Señor por príncipe sobre su heredad?  (10:1)

Antes de la palabra, Saúl recibió la unción con aceite, el símbolo del Espíritu Santo y algo por lo general reservado para los sacerdotes. Dios está equipando a su primer rey. La palabra sin el Espíritu puede ser rígida y abrumadora; el Espíritu sin la palabra puede dar lugar a todo tipo de excesos. Necesitamos ambos. Un padre espiritual debe ayudar a su hijo a mantener ese equilibrio, y estar abierto a usar símbolos proféticos, como ungir con aceite o lavar los pies.

La palabra de Samuel para Saúl

Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí, tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas y está angustiado por vosotros, diciendo: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’” De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino;  ellos te saludarán y te darán dos tortas de pan, las cuales recibirás de sus manos. (10:2-4, LBLA)

¡Éstas son instrucciones muy detalladas! Después de los eventos de los últimos días, ¿cómo se sentiría un joven al oír esto? Dios conocía todos los detalles de la vida de Saúl, y también conoce tu corazón y tu futuro. ¿Hay alguien mejor equipado para guiar tu vida? La mayoría de los hombres quieren manejar (o arruinar) sus propias vidas, y lo hacen. Entrega tu vida a las manos de Dios y confía en Él para manejar los detalles. Te liberará a escuchar su voz sobre tu futuro.

Saúl tenía la bendición de saber los detalles de lo que le sucedería, probablemente para probar su obediencia y asegurarle que esto realmente era del Señor. Todavía existía la posibilidad de que Saúl decidiera que todo esto era una locura y que regresaría a casa.

¿Saúl entre los profetas?

Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando. (10:5, LBLA)

El día terminará con Saúl unido a esta increíble procesión. No sabemos mucho acerca de estas “escuelas” de los profetas de Dios. Se juntaron para ministrar y animarse unos a otros. Este grupo había subido a una montaña para ofrecer sacrificios en el lugar alto. Ahora están bajando, llenos del Espíritu, tocando instrumentos, profetizando y alabando al Señor. Pensamos en la profecía como proclamando un mensaje de Dios, pero esta profecía parece ser alabanza ungida, quizás extática. El libro de Números (11:25) registra el mismo fenómeno cuando el Espíritu vino sobre los setenta ancianos. La experiencia de los discípulos en Pentecostés no era totalmente nueva para los judíos. Tal como el Aposento Alto en Hechos 2, era un ambiente en el que Saúl fácilmente puede recibir el Espíritu.

Resultados de la venida del Espíritu

Saúl ya fue elegido y ungido, pero este derramamiento del Espíritu le dio el poder que necesitaba. Los discípulos de Cristo tenían que esperar en Jerusalén hasta que recibieran ese poder. Hay diferencias entre cristianos acerca de la semántica y proceso exacto – pero la verdad es que necesitamos ese poder. Estoy más preocupado por una vida que refleja el poder del Espíritu que cuándo o cómo se lo recibe. El hecho de que Saúl haya recibido el Espíritu de esta manera no significa que todos lo recibirán de la misma manera. Tenemos mucha prisa para organizar nuestra versión de una “procesión profética,” tocando la misma música, para que la gente reciba el Espíritu de cierta manera. Dios quiere que tú experimentes la plenitud del Espíritu. Él se encargará de cómo la recibes. ¿La tienes tú?

Uniéndose con otros para adorar a Dios

Una vez que vino el Espíritu, Saúl se uniría a otras personas caminando en el Espíritu y adorando y alabando al Señor. Esto es lo que sucedió en Números 11 y en Pentecostés. Ahora Dios puede formarle como un hombre de Dios y parte de la comunidad de profetas. De hecho, Saúl se identificó tanto con ellos que surgió un dicho “¿Está Saúl también entre los profetas?” ¿No sería una bendición identificarse con hombres de Dios de esa manera? Si Saúl se hubiera unido a ellos y hubiera nutrido esa relación, su vida podría haber terminado de una forma muy diferente.

Dios quería que la base de su reinado fueran esas relaciones con varones de Dios y la adoración de un corazón lleno del Espíritu. Lamentablemente, Saúl no volvió a adorar al Señor ni a caminar con varones de Dios durante muchos años, hasta que fue atormentado por espíritus malignos. Entonces ya fue demasiado tarde y fue tan extraño para Saúl que tenía que depender de David para adorar y brindarle algún alivio. La adoración es poderosa. ¿Qué parte tiene en tu vida espiritual? No estoy hablando sólo de escuchar alabanzas o participar en una iglesia conocida por su gran banda de adoración. Los servicios de “adoración” parecen ser cada vez más un espectáculo, donde pocos realmente adoran a Dios. Jesús dijo que el Padre busca a los que lo adoran en espíritu y en verdad. El Espíritu de Dios te ayudará a ser un adorador verdadero.

Cambiado en otro hombre

Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre. (10:6, LBLA)

Saúl mismo dijo que sus calificaciones no eran muy impresionantes, pero Dios simplemente lo cambió en otro hombre. Tus problemas y limitaciones no son tan importantes. Cuando vienes a Cristo, Dios no está interesado en rehabilitarte o mejorarte. Él simplemente te hace un hombre nuevo. El cambio es tan dramático que Jesús dijo que la persona “nace de nuevo.” El apóstol Pedro es un gran ejemplo de la transformación hecha por el Espíritu: Él era un cobarde que negó conocer a Cristo, pero cuando el Espíritu vino sobre él en Pentecostés, fue cambiado y se levantó para predicar el Evangelio con valentía a miles de personas.

Si tú realmente has nacido de nuevo, debe haber un cambio notable en tu vida. ¿Eres una “nueva creatura?” ¿Has nacido de nuevo? ¿Dirías tú que has sido cambiado en una persona diferente? ¿O hay sólo destellos de la presencia y el poder del Espíritu en una vida carnal y mundana? ¿Sigues luchando en tu propia fuerza para cambiar poco a poco? Es maravilloso experimentar la plenitud inicial del Espíritu Santo, pero para una vida transformada tienes que caminar todos los días en su poder. Tú puedes apagar, entristecer o ignorar al Espíritu.

Dios hizo su parte en el cambio total de Saúl, pero Saúl todavía tenía que fomentar esa relación y darle libertad al Espíritu en su vida. Por desgracia, no lo hizo.

Haz lo que te viniere a la mano

Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo. (10:7, RVR)

Samuel concluye con esta promesa increíble. Dios dio una promesa similar a Josué, si él fuera valiente y anduviera en obediencia a la palabra de Dios. No garantiza el éxito, al menos en nuestra comprensión del éxito, pero la bendición de Dios estará en todo lo que hace.

¿No te encantaría tener esa promesa? Yo creo que puedes. Estudia las Escrituras para discernir el corazón de Dios, y luego sigue sus caminos. Él quiere bendecirte y usarte, y lo hará, si tú estás lleno, motivado y guiado por el Espíritu. Muchos hombres fervientemente buscan la voluntad de Dios y, sin embargo, viven frustrados, sintiendo que no están logrando nada. Saúl no tenía que averiguar lo que Dios quería; si él estuviera caminando en el Espíritu, podría hacer lo que viniera a su mano, porque Dios estaba con él. Si tú estás viviendo en el poder del Espíritu Santo y bajo el señorío de Cristo, Dios está contigo. Él soberanamente permite las situaciones y oportunidades que vienen a tu vida. ¡Mira cómo arregló las cosas para Saúl! ¡Estoy seguro de que Dios puede hacer lo mismo por ti! Puede que sólo tengas que moverte, o puede que tengas que esperar.

Espera

Baja luego a Guilgal antes que yo. Allí me reuniré contigo para ofrecer holocaustos y sacrificios de comunión, y cuando llegue, te diré lo que tienes que hacer. Pero tú debes esperarme siete días. (10:8)

Todo esto sucedería solamente “cuando te hayan sucedido estas señales.” La instrucción final de Samuel alude a lo que finalmente provocó la caída de Saúl: Tuvo que esperar. Esperar a Samuel, y esperar el tiempo de Dios. Si Saúl va a ser un rey exitoso, necesita paciencia para esperar y ser obediente a instrucciones que no tienen sentido para él. Un joven arrogante puede sentir que ya no necesita al viejo profeta, pero Dios quiere que Saúl sepa que Samuel seguirá desempeñando un papel importante en su vida. Parte del trabajo de un mentor es enviar al joven delante de él. El joven necesita libertad, pero también necesita saber que su padre espiritual guardará su palabra. Si tú dices que vas a reunirte con él a cierta hora, o vas a hacer algo con él, ¡asegúrate de hacerlo!

¿Se han cumplido estos signos en tu vida? Muchos no esperan ser parte de una compañía de creyentes llenos del Espíritu Santo, ni para adorar ni para ser transformado. Empujan en la carne y se preguntan por qué todo fracasa. Si los discípulos de Jesús hubieran intentado organizar una campaña evangelística antes de Pentecostés, habría sido un desastre. ¿Estás dispuesto a esperar el tiempo de Dios y confiarle los detalles?

Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día. Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.  Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?  Y un hombre de allí respondió, y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por lo cual esto se hizo proverbio: ¿Está Saúl también entre los profetas?  Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto. (10:9-13, LBLA)

¡Confía en la palabra de Dios! Dios fielmente hizo exactamente lo que dijo que haría. Cuando Saúl se volvió para irse, Dios cambió su corazón. Espero que tú hayas conocido el poder del Espíritu y la bendición de Dios en todo lo que hiciste. También tu puedes saber cómo es que todo fracase si vuelves a caminar en la carne, aunque a veces estamos tan alejados de Dios que ni siquiera nos demos cuenta de que hay algo mal.

Puede que no estés sirviendo plenamente a Dios porque te sientes inadecuado o tienes demasiados problemas, pero Dios tiene un propósito para tu vida y puede cambiarte por completo, al igual que cambió Saúl. Él puede arreglar tus circunstancias, como lo hizo por Saúl. ¡Eso incluye tu lectura de este libro! Dios dispuso que Saúl conociera profetas llenos del Espíritu Santo; Él puede arreglar para que tú también conozcas a un hombre lleno del Espíritu. Tú también puedes entrar en alabanza y adoración y convertirte en un hombre totalmente diferente.

Tú puedes ser un hombre joven como Saúl. El anhelo de tu corazón es servir a Dios y hacer una diferencia para Él, pero tus pasiones te dominan y te meten en muchos problemas. A menudo, la respuesta es refrenarlas, pero Dios te dio esas pasiones, y Él quiere dirigirlas de una manera que le glorifiquen, para tu beneficio y el beneficio del mundo. ¡Dios quiere usar tu vida! La adoración y el compañerismo con otros hombres piadosos son importantes, pero no puedes experimentar el propósito de Dios hasta que el Espíritu venga sobre ti. ¿Estás bautizado en el Espíritu? Tú lo sabrás cuando suceda. Entonces la palabra de Dios para ti sea “haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.”

Si tú eres un hombre mayor, puedes recordar cómo es estar entusiasmado con todas las posibilidades de tu vida, pero a lo largo de los años y muchas decepciones, te has vuelto cínico y has perdido esa pasión. Cuando ves a un joven como Saúl, te sientes un poco asombro, e incluso envidia. Tú corazón puede ser conmovido de nuevo con lo que Dios quería hacer con tu virilidad. Comparte tu sabiduría con Saúl, mientras que Dios renueva tu pasión por Jesús, tu familia y la obra de Dios en el mundo.

 

 

 

Dios llama a Saúl: 1 Samuel 9:1-21

Presentando a Saúl

Hay una apariencia que los medios llaman “presidencial.” Rara vez ves a alguien que busque un puesto importante en una elección que sea pequeño, gordo o poco atractivo. Las primeras impresiones significan mucho, y la Biblia dice de Saúl: “no había otro más hermoso que él.”

Incluso la Biblia lo compara con otros hombres. Lo hacemos todo el tiempo, ¿verdad? A menudo es subconsciente; si se mide bien, se siente bien. Si no, te sientes inseguro, o envidias la buena apariencia y la mano de Dios sobre la vida de otra persona. Tal vez tú no tienes esa mirada presidencial, pero eso está bien; basta con el juego de comparación. Acéptate a ti mismo como Dios te hizo, y acepta a los demás tal como son. ¡Es muy liberador!ay una apariencia que los medios llaman “presidencial.” Rara vez ves a alguien que busque un puesto importante en una elección que sea pequeño, gordo o poco atractivo. Las primeras impresiones significan mucho, y la Biblia dice de Saúl: “no había otro más hermoso que él.”

Había un hombre de la tribu de Benjamín, muy respetado, cuyo nombre era Quis hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, también benjaminita.  Quis tenía un hijo llamado Saúl, que era buen mozo y apuesto como ningún otro israelita, tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro. (1-2)

Saúl era guapo y alto. Eso comunica autoridad. Era de una familia rica con un padre muy respetado. El linaje es importante para Dios, y Saúl tenía buenas raíces. ¿Qué sabes de tus bisabuelos? ¿O tu herencia espiritual? Una maldición sobre tu abuelo puede ser transmitida a ti. Estudia las raíces de tu familia para ver cómo te afectan hoy.

Aparentemente, Dios vio algo en Saúl. Él lo eligió de entre todos los hombres de Israel, aunque a través de este estudio podemos tener nuestras dudas si fue una elección sabia. ¿Qué tipo de persona elijes tú como amigo? A menudo no entendemos por qué nos atraen ciertas personas, pero presta atención. Yo he aprendido que muchas veces Dios tiene un propósito para esa relación.

Por desgracia, hombres guapos y ricos, con alto coeficiente intelectual y buena educación, no tienen el éxito garantizado. Hoy sabemos la importancia del coeficiente emocional: Un líder tiene que relacionarse bien con la gente, ya sea en el gobierno, los negocios o la iglesia. No tenemos idea de cuál fue el coeficiente intelectual de Saúl, pero vamos a ver que su coeficiente emocional parece bajo.

La preparación de Saúl

Saúl tenía buenas raíces, pero ¿estaba listo para reinar? El hombre tiende a centrarse en lo que hace: su trabajo. Pero a Dios le preocupa más quién eres. Saúl era granjero y pastor de cabras, y no estaba haciendo nada muy impresionante cuando Dios lo llamó a ser rey:

Un día, a Quis se le perdieron sus asnas. Entonces le dijo a su hijo Saúl: —Prepárate y ve a buscar las asnas. Llévate a uno de los criados.

Saúl se fue, atravesó la región montañosa de Efraín y pasó por la región de Salisá; pero no encontró las asnas. Pasó también por la región de Saalim y por la de Benjamín, y tampoco las halló.  Al llegar a la región de Suf, dijo Saúl al criado que lo acompañaba: —Vamos a regresar, pues mi padre debe de estar ya más preocupado por nosotros que por las asnas. (3-5, NTV)

¿Era esto lo más importante que Saúl había hecho? Su padre le encomendó que buscara a los burros perdidos, pero ¡él nunca los encontró! No se dio cuenta que esta tarea insignificante lo llevaría a un encuentro con Dios que cambiaría la vida. No desprecies las tareas humildes. No te sientas mal por un fracaso aparente. ¡Nunca sabes lo que Dios ha planeado! ¿Sigues persiguiendo asnas perdidas cuando Dios tiene algo mucho más importante para ti?

El criado le contestó: —En este pueblo vive un hombre de Dios que es muy famoso. Todo lo que dice se cumple sin falta. ¿Por qué no vamos allá? A lo mejor nos indica el camino que debemos seguir.

—Pero si vamos, ¿qué le podemos llevar? —preguntó Saúl—. En las alforjas no nos queda nada de comer, ni tenemos ningún regalo que ofrecerle.

—Aquí tengo casi tres gramos de plata —respondió el criado—. Se los puedo dar al hombre de Dios para que nos indique el camino. (Antiguamente, cuando alguien en Israel iba a consultar a Dios, solía decir: «Vamos a ver al vidente», porque así se le llamaba entonces al que ahora se le llama profeta.)

 —Muy bien —dijo Saúl—, vamos. Dicho esto, se dirigieron al pueblo donde vivía el hombre de Dios. (6-10)

Saúl obviamente no estaba involucrado en la política: No sabía quién era Samuel, a pesar de que había liderado la nación durante muchos años y era probablemente el hombre más conocido de Israel. Tampoco es impresionante la espiritualidad de Saúl; su siervo tuvo que sugerir que buscasen la ayuda de Dios. Y ya vemos la preocupación de Saúl por las apariencias, como la necesidad de un regalo para el profeta.

Subían por la cuesta de la ciudad cuando se encontraron con unas jóvenes que iban a sacar agua. Les preguntaron: —¿Se encuentra por aquí el vidente?

—Sí, está más adelante —contestaron ellas—. Dense prisa, que acaba de llegar a la ciudad, y el pueblo va a ofrecer un sacrificio en el santuario del cerro. (11-12)

El pozo casi siempre estaba en las afueras de la ciudad, y era muy obvio. Los viajeros cansados y sedientos se detendrían allí primero. Si quieres que Dios te use, hay que ir a donde esté la gente.

«Cuando entren en la ciudad lo encontrarán, si llegan antes de que suba al santuario para comer. La gente no empezará a comer hasta que él llegue, pues primero tiene que bendecir el sacrificio, y luego los invitados comerán. Así que vayan de inmediato, que hoy mismo lo van a encontrar.»

Saúl y su criado se dirigieron entonces a la ciudad. Iban entrando cuando Samuel se encontró con ellos, camino al santuario del cerro.

Un día antes de que Saúl llegara, el Señor le había hecho esta revelación a Samuel: «Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí.» Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo: «Ahí tienes al hombre de quien te hablé; él gobernará a mi pueblo.» (13-17)

Desde su infancia, Samuel había disfrutado de una intimidad con Dios y el privilegio de escuchar su voz audible. Él era uno de esos raros hombres en quien el Señor podría confiar para hacer su trabajo. Dios ya había hablado con él, y ahora, por “coincidencia” encontró a Saúl en su camino al lugar alto, pero cuando estás caminando con el Señor no hay coincidencias. Dios está en control, y si Él tiene un propósito que lograr, va a poner todas las piezas en su lugar. Dios arregló a los burros perdidos para sacar a Saúl de su casa. Algunos dirían que su fracaso para encontrarlos se debió al pecado o falta de fe, pero fue esa falla la que lo motivó a buscar a Samuel. Presta atención a lo que está sucediendo a tu alrededor. Está alerta a las personas que encuentres en tu camino. Si tú estás disponible para Dios, Él te mostrará qué hacer y te dará grandes oportunidades para ministrar. ¿Qué tiene para ti hoy?

El nuevo llamamiento de Saúl

Al llegar a la puerta de la ciudad, Saúl se acercó a Samuel y le preguntó: —¿Podría usted indicarme dónde está la casa del vidente?

—Yo soy el vidente —respondió Samuel—. Acompáñame al santuario del cerro, que hoy comerán ustedes conmigo. Ya mañana, cuando te deje partir, responderé a todas tus inquietudes. (RVR: te descubriré todo lo que está en tu corazón.) En cuanto a las burras que se te perdieron hace tres días, ni te preocupes, que ya las encontraron.

Y agregó: —Lo que Israel más desea, ¿no tiene que ver contigo y con toda la familia de tu padre? (18-20)

“Por casualidad” Samuel está en la puerta de la ciudad, y le asegura a Saúl que los burros perdidos no son un problema para Dios. Dios tiene planes más grandes para Saúl que rescatar a los burros, pero el joven tiene que esperar hasta el día siguiente para aprender de ellos. Es difícil saber exactamente lo que signifique en hebreo, pero la Reina Valera es más literal, y probablemente correcta. Implica que Samuel ya conoce los pensamientos de su corazón y se los revelará a Saúl. ¡Imagina el impacto para el joven!

¿Y cómo sería para Saúl oír que lo que más desea Israel tiene que ver con él y su familia? ¿Cómo responderías tú al oír que vas a ser rey? ¿Cómo te sientes acerca de que Dios te haya elegido para reinar con Cristo? Dios te conoce tan íntimamente como conocía a Saúl. Él puede revelar lo que haya en tu corazón a través de una palabra de ciencia, y Dios puede darte una revelación de lo que haya en el corazón de otro hombre. Si Dios te da el privilegio de ministrar a un hombre más joven, muéstrale el mismo interés que Samuel tuvo por Saúl. Sé sensible a su preocupación por las asnas perdidas. Siéntate con él para hablar o compartir una comida.

—¿Por qué me dices eso? —respondió Saúl—. ¿No soy yo de la tribu de Benjamín, que es la más pequeña de Israel? ¿Y no es mi familia la más insignificante de la tribu de Benjamín? (21)

A Dios le encanta ir contra lo que el mundo valora. A menudo opta usar los pobres, débiles y despreciados, pero Saúl no lo sabía. Benjamín fue el último de los hijos de Jacob, y la tribu había sido reducida durante el tiempo de los jueces. Dios escogió a una familia insignificante de la tribu más pequeña. Eso no tiene sentido para Saúl. Seguramente Dios elegiría a alguien de una familia prominente y una tribu importante. Como Judá. ¿Y cómo puede Dios elegirte a ti?

 Dios te ha escogido y te ha llamado

Dios escogió a Israel, y de esa nación llamó a algunos líderes. Saber que somos elegidos por Dios afecta profundamente nuestra identidad. Esa certeza permitió a los judíos sobrevivir a los horrores del exilio y la dispersión. Hoy Jesús está llamando a muchos y  “nos hace reyes y sacerdotes para Dios, su Padre” (Apocalipsis 1:6). Dios te ha elegido para que seas adoptado como su hijo, santo y sin mancha delante de Él. Humildemente, ese conocimiento debe formar tu identidad y hacer que te sientas muy especial.

Si alguna vez te has preguntado si eres uno de los elegidos, quiero asegurarte que Dios te ha escogido. No es por casualidad que estés leyendo esto. Así como Dios arregló las circunstancias en la vida de Saúl, así también Él dispuso que tú consiguieras este libro. Si nunca has recibido un llamado de Dios, Él te está llamando en este momento. El llamado es simplemente seguir a Jesús. Cuando Dios te llama, no puedes seguir con la vida como siempre. Él no te obliga, pero hay que decirle sí o no. ¿Has respondido a ese llamado? Tú puedes comenzar una nueva vida ahora mismo. Simplemente pídele a Dios que te perdone, y decide seguir a Jesús.

Si ya eres un discípulo de Jesús, estás en su reino, y cada uno en el reino tiene un trabajo. Cuando Él te llama a hacer algo, tú no tienes la opción de rehusarlo. Recuerda, es el Dios Todopoderoso quien llama. Él no está buscando voluntarios. No hubo un comité de búsqueda para entrevistar a los candidatos para el rey. No había anuncios en los periódicos, ni mensajes enviados en Facebook o Twitter. Saúl no tuvo la oportunidad de revisar la descripción del trabajo y decidir si quería ser rey o no. Si huyes de tu llamado, no perderás tu salvación, pero estarás muy frustrado.

Cada joven quiere hacer un impacto en su mundo. Tal vez Saúl esperaba tener su propio rebaño de cabras algún día, pero ahora todo eso ha cambiado. Saúl se encuentra en algo mucho más grande de lo que jamás podría haber imaginado. Su autoimagen y su relación con Dios eran débiles, resultando que no creía que Dios pudiera usarle. Pero tan cierto como Dios encontró a sus burros perdidos, Saúl puede estar seguro de que Dios estará con él para llevar a cabo su llamado. Saúl estaba destinado a reinar, igual que tú.

Sí, Dios te ha elegido para reinar. ¿Te parece increíble? Esta elección de un joven granjero de la tribu más pequeña de Israel para ser rey también fue increíble. Y Dios te ha elegido para algo mucho más importante que la gobernación de una pequeña nación. Tú no entiendes tu elección, o por qué Dios te elegiría. Dios llamó a muchas personas en la Biblia que no se sintieron calificadas. Tus habilidades naturales no tienen nada que ver con lo que Dios puede hacer con tu vida. Él puede suministrar cualquier deficiencia. De hecho, es más difícil para Él trabajar con alguien que tiene mucha confianza y está calificado. Él te ha elegido porque Él te ama y tiene un propósito para ti. Trabajando en tu llamado, encontrarás satisfacción.

¿Te sorprende que el Dios del universo te use a ti para hacer grandes cosas? ¿Pones límites a Dios? ¿Quién eres tú para cuestionar lo que Dios quiere hacer en su reino? ¿Conoces tu vocación? Si no, busca un lugar privado donde puedas escuchar a Dios. Busca a un hombre de Dios que pueda hablarle a tu vida. Si ya sabes tu llamado, ¿qué haces con él? Vendrán pruebas y dudas, y tendrás que esperar para verlo cumplido. Pero el conocimiento de que Dios te ha llamado debe ayudarte a perseverar.

Dios te diseñó para hacer más que perseguir burros perdidos. Fuiste creado para reinar. Tu vida está a punto de cambiar dramáticamente.

 

 

Ezequiel 37 Nueva vida para huesos secos

1La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 

Muertos. Pero mucho más que muertos. Ya llevan bastante tiempo muertos. Son huesos secos. No hay carne ninguna. No hay ninguna evidencia del cuerpo que tenían. Solo huesos. Y muchísimos. Pero algo está a punto de cambiar. Y comienza cuando la mano del Señor viene sobre Ezequiel.

La mano de Dios

¿Cuándo fue la última vez que la mano del Señor vino sobre ti? ¿La quieres sobre tu vida? Muchas veces su mano viene cuando Dios tiene una tarea especial para nosotros. ¿Estás dispuesto a tener las experiencias que tenía Ezequiel? ¿Estás dispuesto a tener tus planes interrumpidos? Porque cuando la mano de Dios viene sobre ti, traiga muchos cambios. Te lleve a valles de huesos secos. Lugares de gran necesidad. Te haga pasear entre cosas feas y muertas. Si vamos a experimentar un avivamiento hoy en día la primera necesidad es hombres y mujeres disponibles a Dios, totalmente rendidos a su voluntad. Y con la mano del Señor sobre ellos.

Una vez que su mano está sobre ti, el Espíritu te llevará adonde puede usar tu vida. ¿Quieres ser llevado por el Espíritu? ¿Te acuerdas de Felipe, en Hechos 8? Fue llevado por el Espíritu a Azoto después de caminando en el desierto en obediencia al Señor, y testificando al eunuco etíope. ¿Hay lugares donde tú ya sabes que el Espíritu quiere llevarte? ¿Tal vez para testificar a alguien acerca de Cristo? ¿O a un “cementerio” que necesita la Palabra de Dios?

¿Dónde estuviera tu valle de huesos secos?

  • ¿Tu hogar?
  • ¿Tu trabajo?
  • ¿Tu iglesia?
  • ¿Tu ciudad?

¿Te encuentras en medio de la muerte? ¿En lugares sin vida, con gente desesperada?

  • ¿Crees que el Señor puede usarte para traer vida a esos huesos?
  • ¿Crees que él tiene un propósito para ti en ese valle?
  • ¿Crees que Dios puede revivir tu matrimonio? ¿Puede revivir tu iglesia?

¿Es tu vida propia nada mas que huesos secos? ¿Vacia? ¿Sin vida? Tu seas el primero que el Senor quiere revivir. Clama a él ahora. No esperes. Hay huesos secos en tu familia y tu comunidad que te necesitan, pero no puedes ayudarlos si tu no tienes la vida de Cristo en ti.

¿Podrán revivir huesos secos?

Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»

La situación era tan fuerte que Ezequiel no pudo responder. Tal vez en ese momento le parecía imposible. Nunca había visto una situación tan difícil – y él ya llevaba bastante tiempo sirviendo al Señor.

Posiblemente en el pasado tú tenías mucha fe. Dios te usaba para evangelizar y predicar, y viste muchas manifestaciones de su poder. Pero ahora te encuentres en situaciones tan difíciles que tienes dudas. Hace tiempo que no has visto milagros. Tu fe se ha debilitado. Ni aun tengas mucha fe que Dios puede revivir tus propios huesos secos.

Había dos cosas que Ezequiel sabía:

  • Dios es omnipotente. Todo depende de su voluntad. No era para el profeta declarar algo o mandar a Dios que hiciera algo. Ezequiel se sometió a su Señor. Sabía que Dios puede. Pero no quería pretender saber la mente de Dios.
  • Dios es omnisciente. Dios sabe lo que quiere hacer en tu valle de huesos secos. Hay varias maneras en que él puede revivir esos huesos. No es para nosotros mandar como lo hace. Es para nosotros esperar en él para su palabra, hacernos disponibles a ser útiles en sus manos, y obedecer lo que diga.

Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré espíritu, y ustedes volverán a vivir.Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’” »

Pasos a una nueva vida

Dios puede resucitar a los muertos. Jesús lo hizo. Está sucediendo en el mundo hoy en día. Pero esto es más que una resurrección. Dios está formando un cuerpo nuevo sobre la fundación de esos huesos. Dios puede hacer milagros creativos también. Por ejemplo, él puede crecer nuevas piernas para alguien que las perdió.

Reflexionemos en los pasos hacia nueva vida para estos huesos:

  • Primero Dios necesita a alguien listo para oír su voz y proclamar su palabra a los muertos. Si el siervo de Dios no le obedece tal vez se queden secos en ese valle.
  • Los huesos tienen que escuchar la palabra de Dios. ¿Pero cómo pueden huesos secos oír una palabra? ¿Cómo puede alguien espiritualmente sordo o con corazón endurecido oír la palabra de Dios? Posiblemente parte del milagro es abriendo los oídos para oír la palabra.
  • La clave aquí es proclamando la palabra. La Palabra de Dios tiene poder para transformar vidas y revivir a los muertos.
  • El milagro es un proceso. No sucede instantáneamente. Dios pone tendones, sale carne, y entonces él los cubrirá de piel.
  • En este punto es solamente un cuerpo. Necesita un espíritu también. Solo Dios puede dar ese aliento de vida.
  • Aunque sea un proceso, no hay duda del fin: Revivirán.

¿Por qué permitió Dios que muriesen y llegasen a un lugar tan desesperado?  Para que Dios hiciera un gran milagro y recibiera más gloria. No habrá ninguna duda que es una obra soberana de Dios. Dios quiere manifestarse. Quiere glorificarse. Quiere que este mundo incrédulo sepa que él es Señor. ¿Que quisiera hacer en tu situación para que sepan que Jesús es Señor?

¡No era difícil lo que Ezequiel tenía que hacer para levantar a estos muertos! ¡Solo tenía que hablar! ¿Cuantas personas muertas estén esperando a un siervo obediente al Señor para traerlas su palabra y revivirlas? ¿Tienes los oídos para oír la voz de Dios y recibir una palabra que puedes proclamar en su poder? ¿Llenas tu mente con la Biblia y la proclamas a los muertos? ¿Conoces a gente en ese proceso? A veces necesiten a alguien para acompañarlos y animarlos mientras que Dios esté trabajando. No caigas en desanimo porque todavía no estén revividos. Confía en Dios que va a cumplir el proceso. Tu solo tienes que ser obediente a su voluntad.

El poder de la palabra profética

Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!

¿Qué pasó? ¡Dios dijo que revivirían! Tú hicieras todo conforme a la voluntad de Dios pero todavía no haya vida. Ezequiel estaba acostumbrado a hacer todo tal y como el Señor le mandaba. ¿Y tú? ¿Cómo está tu obediencia? Comienza en cosas pequeñas. Casi nunca se comienza resucitando a los muertos. Es cuando Dios ha observado tu obediencia en algo pequeño que te dará oportunidades más importantes. ¿Añades algo a la Palabra de Dios? ¿La cambias un poquito para acomodarla a la cultura actual? O, como Ezequiel, ¿la proclamas tal y como el Señor la dio?

Pablo habla de la importancia de profecía en 1 Corintios 14. Vemos aquí que simplemente proclamando la palabra profética suelta el poder de Dios. Cambia el ambiente espiritual. Profecía debe ser una parte normal del ministerio en la iglesia, para edificar, exhortar, y consolar. La oficina del profeta es distinta de una persona con el don de profecía. El profeta también tenga el poder para establecer y derrumbar reinos (Jeremías 1).

Dios quiere usar profecía en tu iglesia para dar nueva esperanza y nueva vida a gente desesperada y herida. El problema es que hoy en día, como profetizó Jesucristo, hay muchos falsos profetas. Hay muchos declarando cosas que no son de Dios. ¿Cómo sabes si son de Dios? Algunas de las señales, como vemos en este pasaje:

  • ¿Hay iglesias revividas y entrando en guerra espiritual como un gran ejercito?
  • ¿Está derramado el Espíritu de Dios?
  • ¿Están otros alrededor convencidos que Jesucristo es Señor?

Cuando viene el Espíritu Santo

Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; dile al Espíritu: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’”» 

Después de la “salvación” de estos huesos, hay un segundo paso necesario: el Espíritu Santo llena a los que han “nacido de nuevo.” Qué triste sería si Ezequiel insistió que Dios ya dijo que revivirían con la primera palabra. O si creía que el nuevo nacimiento era suficiente. ¡No! ¡Dios quiere un avivamiento! Él quiere los cristianos muertos y dormidos revividos. Pero necesitan al Espíritu. Y necesitan a alguien como Ezequiel para clamar al Espíritu e invitarle a dar vida al pueblo de Dios, y ministrar el bautismo del Espíritu Santo.

Yo sé que hay diferencias entre cristianos de cómo se recibe al Espíritu. Muchos creen que, como vemos en verso 6, todo debe ser un paquete, recibiendo al Espíritu cuando se recibe a Cristo. Hay algunos opuestos a cualquier mención del bautismo del Espíritu. Yo creo que es una trampa del diablo, robando al pueblo de Dios de la vida del Espíritu y desviándolos a entrar en controversias de palabras, y exactamente como y cuando debe pasar. La verdad es que Dios está trabajando. Ya ha hecho el milagro de salvación. Están en el proceso. Pero, como estos huesos aquí, necesitan una palabra más. Necesitan a alguien obediente al Señor para ministrar a ellos. ¡No descanses hasta que esos huesos muertos estén revividos y alabando al Señor!

Yo no sé por qué, pero yo oigo muy poco acerca del bautismo del Espíritu hoy en día. Y veo pocas manifestaciones de su presencia y poder. Oh, sabemos muy bien como manipular las emociones con música y dar la apariencia de su presencia. Pero todo es prosperidad y las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Es casi como tenemos vergüenza del bautismo en el Espíritu. ¡Necesitamos a alguien como Ezequiel para profetizar y proclamar la Palabra de Dios, y ministrar el bautismo para que los huesos vivieran!

Un gran ejercito

10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el Espíritu entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército grande en extremo!

¡Ya es tiempo para el cuerpo de Jesucristo ponerse de pie! Estamos en una guerra – y estamos perdiendo muchas batallas porque no hay nadie ministrando a los huesos secos en nuestras familias e iglesias. Mi hermano – padre y esposo – tú tienes la autoridad y responsabilidad de proclamar la Palabra de Dios a tu familia, para que se pongan de pie y estén revividos en el Espíritu.

Dios no nos da su Espíritu para tener experiencias extáticas o cultos gloriosos. Eso está bien. Pero él quiere y él necesita a un gran ejército en este día que guerreara en el nombre de Jesús para traer vida a muchos huesos secos. ¡Esfuérzate y se valiente! ¡Despiértate! ¡Cristo viene pronto y su iglesia necesita el poder del Espíritu Santo!

Lo impresionante aquí es que estos huesos pasaron tal vez muchos años en ese valle, pero en muy poco tiempo revivieron con la Palabra de Dios. Así Dios puede transformar tu vida y los huesos secos a tu alrededor. No es siempre así – a menudo es un proceso más largo. Pero Él puede.

¿Se ha secado la iglesia?

11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” 

Ahora vemos que huesos secos todavía pueden hablar y andar. Pero andan desesperados. Perdidos. ¿Por qué? Porque no tenían pastor. Ezequiel apenas habló del fracaso de los pastores en capítulo 34. No están recibiendo ni la Palabra de Dios ni consejos sabios.

Yo creo que esto describe una gran porción del cuerpo de Jesucristo hoy en día. Andan descarriados y sin esperanza ni poder. Las predicas consisten de muchas invenciones de hombres y poca Palabra de Dios. Hay pocos verdaderos pastores. Hay una gran sequía espiritualmente.

¡Se trata del pueblo de Dios!

12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor.14 Pondré en ti mi Espíritu, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor.” »

Israel estaba en exilio en Babilonia cuando recibió esta palabra. Como ya hemos visto, estaban andando y hablando. Y ahora, gracias a Dios, y a la obediencia de Ezequiel, han oído la palabra de Dios. Tienen la oportunidad de vivir de nuevo. ¡Estaban en tumbas! ¡Como Lázaro! Jesús le mandó: ¡Lázaro, ven fuera! Y con una palabra salió de su tumba.

¿Estás en una tumba? ¿Eres solo huesos secos? ¿Andas desesperado, alejado de Dios? Dios puede, y Dios quiere, abrir tu tumba y sacarte de ella. Quiere revivirte y hacerte regresar a tu tierra. Pero vemos aquí que no es algo individual. El revivió todos esos huesos a una vez.

Nosotros no tenemos tierra como tenía Israel. No hay ningún templo ni muros de Jerusalén para reconstruir. No, nosotros somos templos del Espíritu Santo, y la iglesia es el edificio de piedras vivas que Dios quiere edificar. Yo sé que muchos han sufrido en la iglesia y andan desilusionados con pastores e iglesias. Lamentablemente, en muchos casos el Cuerpo de Jesucristo es nada más que huesos secos. La vida se fue hace años. Muchas iglesias son tumbas. Frías. Muertas. Pero Dios quiere levantar a un gran ejército. Si sabes algo de lo que está pasando en el mundo de hoy en día, ya sabes que la batalla es más fuerte que nunca. Ya es tiempo salir de nuestras tumbas y volver a una comunidad de creyentes revividos y llenos del Espíritu. Dios quiere establecerte fortalecido en su Espíritu, y quiere establecer su iglesia. Ya está cansado de todas las burlas contra creyentes y la iglesia. Va a levantarse para que todos sepan que Él es Señor. Quiere que el mundo sepa que su Palabra es verdad y da vida, y tenemos que someternos a ella. Y quiere derramar su Espíritu como en el día de Pentecostés. No para enriquecer o para que se vanaglorie algún hombre, sino para revivir el Cuerpo de Jesucristo. La situación parezca tan imposible como lo que vio Ezequiel cuando llegó al valle de huesos secos. Pero todo eso cambió con la Palabra de Dios.

Tú estés en la celda de una prisión. Estés trabajando en un país extranjero. Estés separado de tu esposa. No importa. Esto sucedió en el Espíritu. Era una visión. No importa donde estés, hay poder en la proclamación de la Palabra de Dios. La guerra es espiritual, contra principados y potestades.

Habrá un día cuando todas las tumbas se abrirán. Todos los muertos resucitarán – para un gran día de juicio. Algunos pasarán a vida eterna con Jesús. Otros pasarán a un castigo eterno en el infierno. Dios nos ha dado el gran privilegio de ministrando vida a otros. ¿Eres tan egocéntrico que vas a callarte y no compartir una palabra que dará vida a huesos secos? El Señor Jesucristo quiere hacer entrar vida en ti, y vivirás. Él está quitando las dudas. Sabrás que él es Dios todopoderoso. Tú serás parte de un gran ejército de Dios. Espíritu Santo, ¡ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos secos! En el Nombre de Jesús, ¡Amen!

Moisés en el resto de la Biblia

El nombre “Moisés” aparece 803 veces en la Biblia. No sorprende que 603 de ellas estén en los libros que él escribió, los primeros cinco libros de la Biblia. Hay 51 más en Josué. Obviamente, Moisés seguiría teniendo mucha influencia en el país durante muchos años. ¡Pero también hay 85 referencias en el Nuevo Testamento! ¡Aproximadamente 1,300 años después de su muerte! ¡Esa es una influencia duradera! ¿Qué perspectiva nos da el resto de la Biblia de Moisés? Muchas de esas escrituras se refieren a las experiencias de su vida y el éxodo, o los libros que escribió, y la ley que dio.

Los descendientes de Moisés

La Biblia nunca dice mucho acerca de su familia. Sus descendientes no eran líderes en Israel, pero sí, sabemos que entraron en la Tierra Prometida:

A Moisés, hombre de Dios, y a sus hijos se les incluyó en la tribu de Leví. Los hijos de Moisés fueron Guersón y Eliezer. Sebuel fue el primero de los descendientes de Guersón. Eliezer no tuvo sino un solo hijo, que fue Rejabías, pero éste sí tuvo muchos hijos (1 Crónicas 23:14-17).

¡Nada más! A mí me parece un poco extraño para un hombre de la importancia de Moisés, pero Dios nunca le dijo que tendría una dinastía como David. Tampoco le dio promesas para sus descendientes, como Dios le dio a Abraham. Reflexionando sobre la vida familiar de Moisés, en todos sus aspectos era inusual.

Salmo 90: Una oración de Moisés, hombre de Dios

Esta es la única porción escrita por Moisés fuera de sus cinco libros. Es probablemente el más antiguo de todos los Salmos.

Señor, tú has sido nuestro refugio (o morada, u hogar)
generación tras generación.
Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios.

Dios es el creador. Él nunca cambia. Muchos tienen casas muy humildes; cuesta mucho conseguir casa propia. Dios es la única morada segura. He conocido a mucha gente que anhela un hogar, y nunca lo encuentra. Dios es tu hogar. Es tu refugio. Qué hermoso saber que Dios nos proporciona ese lugar de reposo y seguridad. Es especialmente relevante que Moisés conociera a Dios como su morada, refugio y hogar: fue criado en el palacio de Faraón, huyó a otro país extranjero y pasó los últimos cuarenta años de su vida vagando sin hogar en el desierto. ¡Y luego se le prohibió entrar en la Tierra Prometida! En toda la inseguridad y las transiciones de su vida, Moisés descubrió que Dios era el único refugio seguro.

Dios nunca te fallará. No va a morir. Nadie puede echarte de su hogar. Desde el principio y hasta el fin, de tu vida, de tu matrimonio y de la historia, Él es Dios.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, mortales!»
Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó;
son como unas cuantas horas de la noche.
Arrasas a los mortales. Son como un sueño.
Nacen por la mañana, como la hierba
que al amanecer brota lozana
y por la noche ya está marchita y seca.

Una enfermedad debilitante o la muerte de un ser querido nos recuerdan rápidamente que esta vida es pasajera. Desde la perspectiva de la eternidad, toda tu vida es un milisegundo. Dios suena un poco duro barriéndolos como un torrente y diciendo  «¡Vuélvanse al polvo, mortales!» Pero nos da una perspectiva sobre nuestro egocentrismo muy inflado. Sí, Dios te ama y eres de gran valor para Él, pero no eres el centro del universo. Moisés había visto a Dios destruir a miles de personas en un momento de juicio, y Moisés no pudo entrar en la Tierra Prometida debido a su pecado. Sin embargo, también vio la cara de Dios y su grandeza como ningún otro hombre.

Tal vez, después de vagar por el desierto durante tantos años, Dios le mostró que lo que parecía una eternidad para Moisés no era nada en el calendario de Dios. ¿Te parece que Dios está tardando mucho en cambiar algo en tu vida? ¿Te preguntas por qué Jesús aún no  ha regresado? Recuerda que para Dios mil años son como unas pocas horas de la noche.

Tu ira en verdad nos consume,
tu indignación nos aterra.
Ante ti has puesto nuestras iniquidades;
a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos.
Por causa de tu ira se nos va la vida entera;
se esfuman nuestros años como un suspiro.
10 Algunos llegamos hasta los setenta años,
quizás alcancemos hasta los ochenta,
si las fuerzas nos acompañan.
Tantos años de vida, sin embargo,
sólo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros.
11 ¿Quién puede comprender el furor de tu enojo?
¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe!
12 Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría.

¿Te parece la vida muy pesada y dura? ¿Buscas algo para llenar los días vacíos y aliviar el aburrimiento? ¿O están tan llenos que te estás perdiendo momentos especiales con tu esposa o tus hijos? ¿Es Dios el último en tu lista de prioridades? ¡Señor, enséñanos a vivir bien! Hoy es un regalo de Dios para ti. Que Él te otorgue sabiduría para aprovechar al máximo cada día. No desperdicies tu vida en páginas interminables y sin sentido de Internet, o programas de televisión. No caigas en la trampa de buscar las riquezas y los placeres del mundo. Inviértete en cosas de valor eterno: tu familia y el Reino de Dios. ¿Qué quiere Dios que hagas con tu vida? ¿Cómo afecta eso el uso de tu tiempo, el tiempo que Dios te ha dado como mayordomo?

Aunque Moisés tenía 120 años cuando murió, sabía lo rápido que pasan los años. Al envejecerse, uno es cada vez más consciente de eso. De hecho, cuando yo tenía veintitantos años,  la vida parecía casi interminable. Ahora soy muy consciente de cómo está llegando a su fin. Tal vez Moisés había visto suficiente de la ira de Dios que él la conociera todos los días. Es cierto que la ira es parte de la naturaleza de Dios, pero estoy agradecido con Jesús de que Él sufrió la penalidad de esa ira en la cruz. Ahora somos libres de adorarlo y servirlo con un corazón agradecido, acompañado de un temor apropiado y reverencia por Él.

Durante muchos años yo creí en el mito popular de que la vida es básicamente buena. Los estadounidenses son expertos en cómo aislarse de las realidades más difíciles de la vida, y todos quieren ese estilo de vida. Los programas en televisión y películas difunden el mito y brindan un escape de la realidad, pero la verdad es que para la gran mayoría del mundo la vida es muy dura. El optimismo de la juventud es bueno, y hay que ver las dificultades de la vida a través de los ojos de la fe, pero el mensaje muy popular de que Dios quiere hacer tu vida muy cómoda y libre de dolor simplemente no es toda la verdad.

¿Y el pecado? Eso parece ser tabú en muchos círculos. ¿Le has pedido al Espíritu de Dios que te revele cualquier pecado u oscuridad que pueda haber en tu corazón? ¿Cómo te sientes acerca de Dios poniendo tus iniquidades delante de ti? (Versículo 8) ¿Hay pecados secretos que crees que puedes esconder de Dios? ¿Sabes que Él brilla su luz sobre ellos para exponerlos? ¡Jesús dijo que serían gritados a los cuatro vientos! ¿Eres consciente de la profundidad de tu naturaleza pecaminosa? Moisés lo había visto claramente día tras día en el éxodo.

13 ¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros?
¡Compadécete ya de tus siervos!
14 Sácianos de tu amor por la mañana,
y toda nuestra vida cantaremos de alegría.
15 Días y años nos has afligido, nos has hecho sufrir;
¡devuélvenos ahora ese tiempo en alegría!
16 ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos,
y tu esplendor a sus descendientes!

¡Espérate! ¡Pensé que Moisés estaba diciendo que la vida es difícil y que Dios está enojado con nuestro pecado! Sin embargo, a medida que sentimos el impacto del pecado cada día y somos conscientes de la ira de Dios, su compasión y amor nos rodean y nos ayudan a través de las pruebas.

Moisés acaba de decir que el tiempo (que para nosotros puede parecer interminable) es para Dios como una vigilia de la noche, pero ahora tiene que preguntar cuándo Dios se volverá hacia ellos. ¿Estás en un lugar donde clamas: “Ten misericordia de mí, Señor”? “¡No puedo soportar mucho más!” ¡Dios es compasivo! Donde hay enfermedad, Él puede sanar. Donde hay oscuridad, puede brillar su luz. Donde hay pecado, Él puede perdonar.

¿Te acercas a Dios temprano de la mañana para recibir su amor? A menudo me despierto atribulado y tengo que bañarme en su amor para hacer frente a las dificultades del nuevo día. Cuando Dios te libere de esa pesadez, alábalo y reflexiona sobre su esplendor,  poder y fidelidad.

Si tu vida ha sido muy dura, Dios quiere llenarte de su amor y alegría. Puede que Dios no cambie todas las circunstancias difíciles, pero te dará una canción y un gozo inexplicable en medio de las pruebas. Dios quiere saciarte con su presencia.

17 Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros.
Confirma en nosotros la obra de nuestras manos;
sí, confirma la obra de nuestras manos.

Y que el Señor nuestro Dios nos dé su aprobación
y haga que nuestros esfuerzos prosperen;
sí, ¡haz que nuestros esfuerzos prosperen!
(NTV)

Hay tanto trabajo malgastado, hecho fuera de la voluntad de Dios y sin su favor. Sin embargo, con Dios, nuestro trabajo puede producir resultados duraderos. El trabajo es bueno. ¡Él nos dio las manos para usarlas! Y cuando Dios está en medio de ese trabajo, nuestros esfuerzos prosperarán. ¿Has experimentado la frustración de gastar un gran esfuerzo en algo que no era de Dios, solo para verlo desmoronarse? ¡Que Dios confirme la obra de tus manos!

Moisés y Jesús

Jesús se refería con frecuencia a Moisés como el autor del Pentateuco, y afirmó lo que Moisés escribió allí. Para los judíos en los días de Jesús, Moisés fue visto como el «estándar de oro» por el cual Jesús fue comparado: Y sabemos que a Moisés le habló Dios; pero de éste no sabemos ni de dónde salió (Juan 9:29).

Tal vez el homenaje más impresionante de la importancia duradera de Moisés es su inclusión (junto con Elías) en la Transfiguración:

Unos ocho días después de decir esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Jacobo, subió a una montaña a orar. Mientras oraba, su rostro se transformó, y su ropa se tornó blanca y radiante.  Y aparecieron dos personajes —Moisés y Elías— que conversaban con Jesús.  Tenían un aspecto glorioso, y hablaban de la partida de Jesús, que él estaba por llevar a cabo en Jerusalén (Lucas 9:28-31).

Hemos visto a Moisés en la presencia de Dios en el Monte Sinaí. Murió y fue sepultado en la cima del Monte Nebo. Y ahora está en la cima de una montaña de nuevo, con alguien que Moisés obviamente conoció antes de su nacimiento en este mundo: El Hijo de Dios. Moisés ya tenía conocimiento del milagro más grande de la historia: la salvación que Jesús logró para nosotros por su muerte en la cruz. ¡Y Moisés aparece en glorioso esplendor! ¡Y era muy amigo de Elías!

Jesús quería asociarse con Moisés, y señaló los muchos lugares donde Moisés escribió sobre Él:

Si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él (Juan 5:46).

Moisés fue parte de la conversación el día de su resurrección. En el camino a Emaús, Jesús explicó lo que Moisés había escrito acerca del mesías:

Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos (Lucas 24:27, 44).

¡Me encantaría saber lo que dijo Jesús sobre los libros de Moisés!

Moisés en el libro de Hebreos

Está claro que Moisés era uno de los hombres más grandes de toda la historia, pero el autor de Hebreos, escribiendo a judíos, enfatiza que hay uno infinitamente mayor:

[Jesús] fue fiel al que lo nombró, como lo fue también Moisés en toda la casa de Dios. De hecho, Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés, así como el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma (Hebreos 3:2-3).

Solo Abraham recibe más espacio entre los héroes de la fe en Hebreos 11:23-29:

Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.  Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.  Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron.

Moisés es elogiado como un gran héroe de la fe. Hemos visto esa fe una y otra vez en el éxodo. Es interesante que éstos son apuntados aquí:

  • Su decisión como adulto de renunciar a su adopción y sus privilegios, y alejarse de su madre adoptiva, la hija de Faraón.
  • Su elección de identificarse con sus hermanos israelitas y sufrir con ellos, rechazando los placeres pecaminosos del palacio.
  • Confiar en que una recompensa eterna valía más que el éxito temporal.
  • Su fe lo hizo salir de Egipto, no temer la ira de Faraón. Como siempre, la fe echa fuera el temor.
  • Perseveró a través de muchas pruebas debido a su profunda confianza en Dios.
  • Celebró, y condujo a todo Israel a celebrar, la Pascua, protegiendo a sus primogénitos del ángel de la muerte.

La última referencia a Moisés se encuentra en Apocalipsis 15:2. Ya vimos la canción que él va a cantar con Jesús. Sí, ¡Moisés estará allí con Jesús cuando lleguemos al cielo!

Deuteronomio  34 La muerte de Moisés

Ya llegó esa hora que viene para cada hombre, la hora en que este gran varón de Dios muere. Moisés tuvo una vida increíble:

  • Su infancia en el palacio del faraón.
  • Su llamado con la zarza ardiente.
  • Un milagro tras otro en Egipto y en el desierto.
  • Hablar con Dios cara a cara.

Ahora Dios le dice cuándo va a morir. ¿Te gustaría saber la hora de tu muerte? Moisés no protesta; lo que aún le molesta es morir sin pisar la Tierra Prometida. Dedicó cuarenta años de su vida a guiar a su pueblo a esa tierra. Sí, Dios le dijo que podía verla desde lejos, pero al comienzo de sus mensajes finales a Israel le pidió un cambio de opinión a Dios una última vez.

Dios niega su súplica (Deuteronomio 3:23-29)

Sí, él era un gran hombre de fe cuyas oraciones a menudo movieron la mano de Dios. Salvó a Israel de mucha destrucción. Pero Dios le negó esta simple petición de ver la Tierra Prometida:

23 »En aquella ocasión le supliqué al Señor: 24 “Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas? 25 Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano.” 

Es interesante que él siente que Dios solo «ha comenzado» a mostrarle su grandeza y su poder. Vio la liberación de Israel en Egipto. Cruzó el Mar Rojo en tierra seca. Vio tantas manifestaciones del poder de Dios. ¡Pero Moisés anhela mucho más! Ahora, como lo había hecho tantas veces, le recuerda a Dios su poder y su compromiso con su pueblo, y le recuerda que él ha sido un siervo fiel. ¡Moisés no pide mucho! Dios  ya se he arrepentido muchas veces de algún juicio debido a sus oraciones, pero no sería así para Moisés.

26 Pero por causa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: “¡Basta ya! No me hables más de este asunto. 27 Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán. 28 Dale a Josué las debidas instrucciones; anímalo y fortalécelo, porque será él quien pasará al frente de este pueblo y quien les dará en posesión la tierra que vas a ver.” 29 »Y permanecimos en el valle, frente a Bet Peor.

Todavía es difícil para Moisés aceptar la responsabilidad de sus acciones. Su resentimiento es notable cuando dice que Dios se enojó consigo “por causa de ustedes.” Moisés pudo mirar la tierra, pero no tocarla. Pudo ver lo hermosa que era, pero Dios es firme en que no va a cruzar el Jordán, y si él, en rebelión, lo hubiera intentado Dios probablemente lo habría matado. La tarea de Moisés era preparar al hombre que los llevaría a la tierra: Comisionarlo, animarlo y fortalecerlo.

Eso puede ser agridulce. Imagina invertir toda tu vida en un joven, preparándolo para el liderazgo. Ahora él tiene la oportunidad de experimentar lo que tú tanto has anhelado. Y tienes que animarlo y fortalecerlo, mientras tú te preparas para morir.

La Biblia enseña perseverancia en la oración. Jesús nos exhortó a perseverar en varias parábolas (Lucas 11:1-13; 18:1-8). Pero si Dios está enojado con nosotros, o si simplemente no es su voluntad, a veces podemos experimentar lo que sucedió con Moisés. Dios no le hizo caso, y de hecho, lo reprendió: «¡Basta ya! No me hables más de este asunto.» En ese momento ya no podemos discutir con Dios; tenemos que aceptar su voluntad.

Moisés predicó sus últimos mensajes y compartió la canción que Dios le dio. Ese mismo día, después de bendecir a las tribus (capítulo 33), subiría a la montaña una vez más, para morir.

Las últimas palabras de Dios a Moisés (Deuteronomio 32:48-52)

48 Ese mismo día el Señor le dijo a Moisés: 49 «Sube a las montañas de Abarín, y contempla desde allí el monte Nebo, en el territorio de Moab, frente a Jericó, y el territorio de Canaán, el cual voy a dar en posesión a los israelitas. 50 En el monte al que vas a subir morirás, y te reunirás con los tuyos, así como tu hermano Aarón murió y se reunió con sus antepasados en el monte Hor. 51 Esto será así porque, a la vista de todos los israelitas, ustedes dos me fueron infieles en las aguas de Meribá Cades; en el desierto de Zin no honraron mi santidad. 52 Por eso no entrarás en el territorio que voy a darle al pueblo de Israel; solamente podrás verlo de lejos.»

No parece muy compasivo de Dios para recordarle a Moisés sus fallas el día de su muerte. Está claro que esa desobediencia fue muy grave para Dios.

  • Moisés (y Aarón) le fueron infieles a Dios a la vista de todos los israelitas. Pecaron contra Dios (RVR), y lo traicionaron (NTV) con su desobediencia. Es una cosa desobedecer en privado, pero cuando se está frente a toda la congregación es mucho más grave.
  • No honraron la santidad de Dios entre los israelitas. Dejaron que la ira los dominara y golpearon la roca en lugar de hablarle a ella. No reflejaron ni el amor de Dios ni su provisión graciosa para su pueblo.

Moisés fue uno de los hombres más grandes en toda la historia del mundo. Durante cuarenta años él proporcionó un liderazgo ejemplar a Israel. Sería muy difícil encontrar un líder en la iglesia de hoy como él. Sin embargo, pagó un precio alto por un solo fracaso. Tú y yo también podemos sufrir dolorosas consecuencias por nuestras acciones. He visto un error tonto destruir a hombres que sirvieron fielmente a Dios por muchos años.

La muerte de Moisés (Deuteronomio 34:1-8)

1Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo. Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la ciudad de palmeras, hasta Zoar. Luego el Señor le dijo: «Éste es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él.»

Moisés pasó muchos días con Dios en el Monte Sinaí. Él tuvo el privilegio de escuchar más directamente de la boca de Dios que cualquier otro hombre. Ahora una vez más, sólo él y Dios están en la cima de la montaña. ¿Estaba Israel mirando a Moisés subir los 805 metros (2,643 pies) del Monte Nebo?

Estas son las últimas palabras de Dios:

  • Esta es la tierra que le prometí a Abraham, Isaac y Jacob.
  • Se la daré a sus descendientes.
  • Te he permitido verla con tus propios ojos.
  • Pero no podrás entrar en ella.

Mientras Moisés la vio, murió. Los judíos tradicionalmente creen que Dios se lo llevó con un beso.

Allí en Moab murió Moisés, siervo del Señor, tal como el Señor se lo había dicho. Y fue sepultado en Moab, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura.

Moisés tenía ciento veinte años de edad cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor. Durante treinta días los israelitas lloraron a Moisés en las llanuras de Moab, guardando así el tiempo de luto acostumbrado.

¿Quién lo enterró? Al parecer, Dios. Dios le quitó la vida, ya que él todavía estaba sano. Con 120 años escaló la montaña y sus ojos eran lo suficientemente fuertes para ver toda la Tierra Prometida.

Hay una intrigante referencia del Nuevo Testamento a la muerte de Moisés: El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba contra el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que solamente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» (Judas 9) No sabemos lo que significa, pero el cuerpo de Moisés probablemente habría sido un premio para el diablo. Tal vez Satanás quería impedir la entrada de Moisés en la presencia de Dios, citando su pecado golpeando la roca y matando al egipcio.

El legado de Moisés

Entonces Josué hijo de Nun fue lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

Tal vez «espíritu» debería ser con mayúscula “E”. Seguramente fue el Espíritu Santo que llenó a Josué cuando Moisés le impuso las manos, el primer ejemplo de la imposición de manos para ungir a un nuevo líder.

10 Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.11 Sólo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país. 12 Nadie ha demostrado jamás tener un poder tan extraordinario, ni ha sido capaz de realizar las proezas que hizo Moisés ante todo Israel.

Moisés conocía al Señor cara a cara. Nadie más se acercó a esa intimidad con Dios, hasta que Jesús llevó una vida sin pecado, revelando plenamente al Padre, e iniciando el Nuevo Pacto.

¿Qué más te inspira en la vida de Moisés? ¿Puedes imaginar conociendo al Señor cara a cara? ¿Hay algo que te impediría la entrada en la tierra prometida? ¿Qué dirá la gente acerca de ti cuando mueras?

Deuteronomio 32 La canción de Moisés

Dios le dio esta canción a Moisés, pero como la mayor parte de la Palabra inspirada, no necesariamente significa que fue dictada. Dios comienza a llenar la mente de Moisés con pensamientos, y el gran líder escribe esta introducción:

1«¡Escuchen, oh cielos, y hablaré!
¡Oye, oh tierra, las palabras que digo!
Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia;
que mi discurso se asiente como el rocío.
Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves,
como llovizna delicada sobre plantas tiernas.

Cuando tú hablas, ¿cae tu enseñanza como la lluvia? No como un aguacero, sino suavemente bajando como el rocío; lluvia que no daña el pasto suave. Y llovizna lo suficiente para dar a las plantas tiernas el agua necesaria, sin romperlas. Cuando abras tu Biblia, imagina la Palabra de Dios cayendo como una lluvia refrescante para tu alma sedienta. Deja que el agua viva de Dios reviva tu alma tierna, marchitada en el calor de la batalla.

La Roca

Proclamaré el nombre del Señor;
¡qué glorioso es nuestro Dios!
Él es la Roca, sus obras son perfectas.
Todo lo que hace es justo e imparcial.
Él es Dios fiel, nunca actúa mal;
¡qué justo y recto es él!

Dios fue llamado la Roca de Israel por primera vez por Jacob, en Génesis 49:24. El nombre no vuelve a aparecer hasta esta canción (seis veces). También se lo ve con frecuencia en los Salmos y en Isaías. Primera de Corintios 10:3-4 dice: Todos comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual; Porque bebían de la roca espiritual que les acompañaba, y esa roca era Cristo. Las rocas de donde brotó el agua salvaron a Israel en el desierto. Irónicamente, el cuerpo crucificado de Jesús fue colocado en un sepulcro excavado en la roca. Aférrate a la Roca sólida hoy y confía en su bondad en medio de las pruebas.

Dios no puede hacer ningún mal. Todo lo que hace es perfecto. Es totalmente confiable y fiel; recto y justo. ¡Tenemos que proclamar este Dios a las naciones! ¡Tenemos que postrarnos y alabarlo!

¡Tú eres una de sus obras! Incluso en tus pruebas, Dios está trabajando para perfeccionarte. Y si estás dolido porque tus hijos son rebeldes, este gran Dios crio hijos perversos y torcidos:

»Pero ellos se comportaron de manera corrupta con él;
cuando actúan con tanta perversión,
¿son realmente sus hijos?
Son una generación engañosa y torcida.
¿Es así como le pagas al Señor,
pueblo necio y sin entendimiento?
¿No es él tu Padre, quien te creó?
¿Acaso no te formó y te estableció?

Él es nuestro Creador y Padre. Tú y yo estamos entre sus obras perfectas, pero hemos recompensado su bondad y gracia con pecado y la rebelión. Es posible que tus hijos también te hayan pagado así por todo lo que tú has hecho por ellos.

Muchos creen que todos somos hijos de Dios, pero vemos aquí que no es así. Cuando nos rebelamos, renunciamos a nuestros derechos como hijos. Estas mismas palabras describen el mundo de hoy:

  • Corruptos y malvados
  • Perversos
  • Torcidos
  • Engañosos
  • Necios
  • Sin entendimiento y sabiduría

En lugar de agradecer y alabar a Dios y obedecerlo voluntariamente, se han avergonzado por los caminos necios que escogen. Pablo escribió acerca de ellos en los primeros dos capítulos de Romanos.

Límites

Recuerda los días pasados,
piensa en las generaciones anteriores.
Pregúntale a tu padre, y él te informará.
Averigua con los ancianos, y ellos te contarán.
Cuando el Altísimo asignó territorios a las naciones,
cuando dividió a la raza humana,
fijó los límites de los pueblos
según el número de su corte celestial.

»Pues el pueblo de Israel pertenece al Señor;
Jacob es su posesión más preciada.

¿Pensamos en las generaciones anteriores? Por la mayor parte, creo que no. Tenemos tanta tecnología y tanto para llamar nuestra atención que parecen irrelevantes. ¿Te has sentado con tu padre y otros ancianos para preguntarles acerca de sus vidas y experiencias? Muchos jóvenes de hoy, sobre todo en los países más ricos, han perdido el respeto y el honor por los ancianos, lo cual, gracias a Dios, todavía está presente en algunos países. Prestamos poca atención al pasado. Creemos que somos mucho más “iluminados” que los escritores bíblicos “ignorantes.” Pero aquellos que ignoran la historia la repetirán.

Dios ha establecido límites en su palabra; no las fronteras para las tribus de Israel, sino límites de lo aceptable e inaceptable. Límites de quién entrará en su reino. ¿Eres consciente de sus límites? ¿Los respetas? ¿Te das cuenta de que debes seguir su ejemplo y establecer límites apropiados para tu vida y tu hogar?

¡Dios tiene una gran herencia para nosotros! No le preocupan las casas y los terrenos; su porción es su gente. Él está haciendo todo lo posible para que recibamos todo lo que Él ha planeado para nosotros.

¡Un águila!

10 Él lo encontró en un desierto,
en un páramo vacío y ventoso.
Lo rodeó y lo cuidó;
lo protegió como a la niña de sus ojos.
11 Como un águila que aviva a sus polluelos
y revolotea sobre sus crías,
así desplegó sus alas para tomarlo y alzarlo
y llevarlo a salvo sobre sus plumas.

Ya hemos visto a Dios como Creador, Padre y Roca; ahora Él es un águila. La próxima vez que te sientas vulnerable y solo, piensa en Dios cerniéndose sobre ti como un águila. ¡Él se deleita en ti! ¡Eres la niña de sus ojos! ¡Él quiere llevarte a las alturas y entrenarte para volar! Y si comienzas a caer, ¡extenderá sus alas para rescatarte! Como Jesús rescató a Pedro cuando se hundió caminando sobre el agua. ¡Qué bella imagen!

Un pájaro recién nacido no es impresionante. Un águila joven no da indicios de la majestuosa ave adulta. No había nada impresionante en Jacob que hiciera que Dios lo eligiera. No estaba buscando a Dios; de hecho, él estaba en un páramo vacío y ventoso. Dios fue a buscarlo en ese desierto, y lo encontró. A partir de ese momento, la vida de Jacob y su familia se transformó para siempre. ¿Estás agradecido de que Dios extendió la mano y te eligió en ese páramo vacío y ventoso de pecado? Ahora Dios participa activamente en tu vida. Te rodea y te cuida. Te aviva y te levanta en alto.

Si todavía estás en ese desierto árido, aullante y peligroso, si estás atravesando un desierto sin fin, busca a Dios. No es casualidad que estés leyendo esto. Él será tu Padre. Tu Roca. Y el águila que te levanta para superar todo lo que está tirándote hacia abajo.

Miel de la roca

12 El Señor, él solo, lo guio;
el pueblo no siguió a dioses ajenos.
13 Él lo dejó cabalgar sobre tierras altas
y saciarse con las cosechas de los campos.
Lo nutrió con miel de la roca
y con aceite de oliva de los pedregales.
14 Lo alimentó con yogur de la manada
y leche del rebaño,
y también con la grasa de los corderos.
Le dio de los mejores carneros de Basán y cabras,
junto con el trigo más selecto.
Bebiste el vino más fino,
elaborado con el jugo de las uvas.

Cuando venimos al Señor, nos bendice con su abundancia. No es un Dios tacaño, sino un Padre generoso que quiere bendecir a sus hijos; y da lo mejor: el vino más fino, los mejores carneros selectos y el trigo más selecto. ¿Cómo te ha hecho Dios a ti cabalgar sobre tierras altas? ¿Cómo te ha nutrido con miel de una roca para bendecirte? ¿Cuándo fue la última vez que le agradeciste a Dios por esas bendiciones, reconociendo que todo don bueno y perfecto proviene del Padre de luz?

Cómo responde Israel a la bondad de Dios

15 »Pero Israel pronto engordó y se volvió rebelde;
¡el pueblo aumentó de peso, se puso gordo y relleno!
Entonces abandonó a Dios, quien lo había creado;
se burló de la Roca de su salvación.
16 Lo provocó a celos al rendir culto a dioses ajenos;
lo enfureció con sus actos detestables.
17 Ofreció sacrificios a demonios, los cuales no son Dios,
a dioses que no conocían,
a dioses nuevos y recientes;
a dioses que sus antepasados jamás temieron.
18 Descuidaste la Roca que te engendró;
te olvidaste del Dios que te dio la vida.

Israel ni siquiera está en la tierra que fluye leche y miel, y ya están satisfechos consigo mismos, perezosos y centrados en su propio placer. Cuando su situación mejoró y disfrutaron de la bondad de Dios, en lugar de responder con acción de gracias y fidelidad:

  • Abandonaron a su creador; negaron su obvio derecho de propiedad.  ¡Él los hizo! Y ellos lo olvidaron. Él es su padre, pero en las Escrituras también se le ve como una madre. Ya sabemos que el hombre y la mujer juntos fueron hechos a imagen de Dios. Aquí Dios los engendró; los dio a luz, pero como un adolescente rebelde, Israel no quiere nada que ver con mamá y papá.
  • Rechazaron y abandonaron la Roca. Es difícil ignorar una roca. La Roca es su Padre y Salvador, y ellos consciente y deliberadamente lo rechazaron.
  • Lo enfurecieron y lo pusieron celoso con sus ídolos y falsos dioses. ¡Dios los ama! ¡Fue madre y padre para ellos! Él proveyó para ellos. Él está herido. Celoso. Enojado. ¡Ellos han elegido otros dioses e imágenes hechas por el hombre sobre el Dios vivo!
  • Rechazaron al Dios de sus padres. Durante cientos de años, sus antepasados ​​adoraban a Dios, a través de los largos años de esclavitud. Pero rompieron esa tradición para perseguir a dioses ajenos. ¡Suenan como muchos jóvenes hoy! Nadie les enseñó estos dioses, pero ahora, a pesar de que no hay evidencia de que sean reales, corren precipitadamente después de ellos y les hacen sacrificios.

¿Conoces a alguien que ha rechazado la bondad de Dios, como lo hizo Israel? Muchos cristianos se han convertido gordos y rellenos, pateando contra las restricciones de Dios. ¿Has hecho a Dios enojado o celoso en el pasado? ¿Te imaginas rechazando a tu madre, la que te dio a luz? ¿Por qué incluso considerar abandonar al Dios que te engendró? Ten cuidado con la tentación de correr hacia los dioses falsos de hoy. ¡No rechaces la única verdadera roca!

El juicio de Dios

19 »El Señor vio todo eso y se alejó de ti,
provocado al enojo por sus propios hijos e hijas.
20 Dijo: “Los abandonaré
y ya veremos cómo terminan.
Pues son una generación torcida,
hijos sin integridad.
21 Ellos despertaron mis celos al rendir culto a cosas que no son Dios;
provocaron mi enojo con sus ídolos inútiles.
Ahora yo despertaré sus celos con gente que ni siquiera es pueblo,
provocaré su enojo por medio de gentiles insensatos.
22 Pues mi enojo arde como el fuego
y quema hasta las profundidades de la tumba.
Devora la tierra y todos sus cultivos
y enciende hasta los cimientos de las montañas.

Dios no puede simplemente sentarse y dejarlos ir. Él los rechaza (porque primero lo rechazaron a Él) y les oculta su rostro, pero Él sigue siendo su Padre. Son sus hijos. Él no los olvidará; tratará de hacerlos envidiosos al incluir a una gente que nunca lo había conocido – exactamente lo que Pablo dice que Dios hizo mediante la inclusión de los gentiles en el Evangelio. ¡Pero aún eso no ha funcionado muy bien para llevar a los judíos a su Mesías!

¡No provoques a Dios a ira! Su ira es lo suficientemente fuerte caliente para encender un fuego que devorará la tierra y sus cosechas, y eso es sólo el comienzo de su juicio.

¿Qué los salva de la destrucción total?

23 Amontonaré calamidades sobre ellos
y los derribaré con mis flechas.
24 Los debilitaré con hambre,
alta fiebre y enfermedades mortales.
Les enviaré los colmillos de bestias salvajes
y serpientes venenosas que se arrastran por el polvo.
25 Por fuera, la espada los matará
y por adentro, el terror los carcomerá,
tanto a los muchachos como a las jovencitas,
tanto a los niños como a los ancianos.
26 Los habría aniquilado por completo,
habría borrado hasta el recuerdo de ellos,
27 pero temí la burla del enemigo,
quien podría entender mal y decir:
‘¡Nuestro poder ha triunfado!
¡El Señor no tuvo nada que ver en eso!’”

Mira las palabras que Dios usa para describir los juicios venideros:

  • Calamidades amontonadas
  • Flechas derribadas
  • Hambruna debilitante
  • Enfermedades mortales
  • Los colmillos de bestias salvajes
  • Serpientes venenosas
  • La espada los matará
  • El terror los carcomerá
  • Aniquilados por completo
  • El recuerdo de ellos borrado

Esta no es la primera vez que ellos escuchan de este juicio; Moisés ya predijo estas calamidades, la canción simplemente las repite. ¿No servirían de luz roja en su camino a la perdición? ¿Sabes que el mismo juicio puede caer sobre aquellos que rechazan a Dios y su Palabra hoy?

Entonces, ¿por qué no simplemente destruirlos? El verso 27 dice que Dios teme la burla del diablo y sus demás enemigos. ¡Le preocupa que el enemigo pueda malinterpretar lo que está haciendo! El terror es la especialidad del diablo, y Satanás podría atribuirse el mérito de su destrucción (estamos acostumbrados a pensar que el diablo vino a matar, hurtar, y destruir, y así es). Es por eso que Satanás puede ver la destrucción de Israel como un gran triunfo para su equipo. Pero Dios no dará a sus enemigos esa satisfacción, y va a salvar a Israel y exaltarlo de nuevo.

Esto puede aplicarse a la iglesia pecadora de hoy. ¡Dios no permitirá que su iglesia esté tan devastada que Satanás pueda pensar que triunfó sobre nosotros!

28 »Pero Israel es una nación insensata;
su gente es necia, sin entendimiento.
29 ¡Ay, si fueran sabios y entendieran estas cosas!
¡Ay, si supieran lo que les espera!
30 ¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos
y dos personas hacer huir a diez mil,
a menos que la Roca de ellos los hubiera vendido,
a menos que el Señor se los hubiera entregado?
31 Pero la roca de nuestros enemigos no es como nuestra Roca,
hasta ellos mismos se dan cuenta de eso.
32 Su vid crece de la vid de Sodoma,
de los viñedos de Gomorra.
Sus uvas son veneno,
y sus racimos son amargos.
33 Su vino es veneno de serpientes,
veneno mortal de cobras.

¿Has pensado en lo que te espera? ¿Qué has sembrado? ¿Qué cosecharás? ¿Te importa? ¿Crees que marcaría la diferencia si supieras tu futuro?

Dios está gritando: ¡Despiértate! Israel apenas está entrando en su herencia, ¡y ya está fracasando! ¡Son ciegos! Cuando las locuras comienzan a suceder en tu vida, ya es tiempo preguntarte ¿por qué? Dios tiene un mensaje para ti. Locuras como un solo hombre (del enemigo) persiguiendo a un millar. ¿Cómo se puede ignorar señales tan claras? ¡Incluso los enemigos de Dios saben que no hay otro como Él! ¡Pero Israel está tan involucrado en el pecado de Sodoma y Gomorra que no puede discernir lo que está sucediendo!

Y tú, ¿tienes discernimiento espiritual? ¿Puedes ver a dónde vas? ¿De dónde crece tu vid? ¿Está tu “vino” lleno de veneno y amargura?

La venganza es mía

34 »El Señor dice: “¿Acaso no estoy sellando todas esas cosas
y almacenándolas en mi cofre?
35 Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen.
A su debido tiempo, sus pies resbalarán.
Les llegará el día de la calamidad,
y su destino los alcanzará”.

Lo que siembras, cosecharás. Dios te recompensará. Ésta es la primera vez que el conocido dicho «la venganza es mía» aparece en la Biblia. Dios les permite seguir su camino pecaminoso, hasta que sus pies se deslicen. El desastre está mucho más cerca de lo que ellos pueden imaginar.

36 »Sin duda, el Señor hará justicia a su pueblo
y cambiará de parecer acerca de sus siervos,
cuando vea que ya no tienen fuerzas
y no queda nadie allí, ni siervo ni libre.
37 Y luego preguntará: “¿Dónde están sus dioses,
esas rocas a las que acudieron para refugiarse?
38 ¿Dónde están ahora los dioses
que comían la gordura de sus sacrificios
y bebían el vino de sus ofrendas?
¡Que se levanten esos dioses y los ayuden!
¡Que ellos les den refugio!

Dios puede parecer vengativo aquí, pero su corazón también está conmovido a la compasión al ver la debilidad y la destrucción de su pueblo. ¿Has sufrido castigo bajo la mano de Dios? ¡Anímate! Él se lo quita cuando sabe que no puedes soportarlo más. Dios espera hasta que hayas agotado tus fuerzas corriendo tras otros dioses y finalmente te das cuenta de que ellos no tienen nada que ofrecer. Dios quiere decir:

  • ¿Pensabas que esos dioses eran tan grandes? ¿Dónde están ahora?
  • Puede que confíes en tu dinero, tu posición o tus amigos mundanos. ¿Dónde están ahora?
  • ¿Por qué no te ayudan? ¿No pueden?

El gran YO SOY

39 ¡Miren ahora, yo mismo soy Dios!
¡No hay otro dios aparte de mí!
Yo soy el que mata y el que da vida,
soy el que hiere y el que sana.
¡Nadie puede ser librado de mi mano poderosa!
40 Ahora levanto mi mano al cielo
y declaro: ‘Tan cierto como que yo vivo,
41 cuando afile mi espada reluciente
y comience a hacer justicia,
me vengaré de mis enemigos
y daré su merecido a los que me rechazan.
42 Haré que mis flechas se emborrachen de sangre,
y mi espada devorará carne:
la sangre de los masacrados y cautivos,
y las cabezas de los jefes enemigos’”.

Éste es el crescendo de la canción. Me imagino trompetas y voces de júbilo. Dios se declara a sí mismo el gran YO SOY (lo cual está un poco oculto en la traducción del versículo 39).

Dios se vengará y  dará retribución a sus enemigos. Este se ha convertido en un tema principal en la canción. Y va a ser feo. Para enfatizarlo, Él jura por sí mismo. ¡Qué bueno saber que hay un solo Dios! ¡Ojalá que tú lo conozcas! Si no, ahora mismo puedes clamar a Él y ser salvo.

En medio de su ira y venganza, existen tres verdades muy consoladoras para los obedientes:

  • Dios tiene el poder de resucitar. El poder de la vida y la muerte está en su mano. ¿Te sientes muerto? ¿Ha muerto tu matrimonio? ¿Tus sueños? Dios puede hacerlos vivir, pero primero tienes que morir, crucificando en la cruz de Jesús el “yo” y lo que queda de tu vida.
  • Él tiene el poder de sanar. Dios hiere, y esas heridas duelen, pero Él siempre tiene un propósito. Dios sana al herido. ¿Tienes heridas en tu vida? Pueden ser de Dios, el diablo u otras personas. ¡Que Dios los sane!
  • Tu enemigo no puede ser librado de su mano. Nadie puede enfrentarse a Él, y cuando estás en su mano, nadie puede arrebatarte de ella.

¿Has notado cómo Moisés cambió de hablar acerca de Dios en el principio de la canción, a estas declaraciones proféticas muy claras? A menudo he visto que eso sucede en la profecía. Al principio puede ser una mezcla de los pensamientos de la persona y la palabra de Dios, pero con el Espíritu moviéndose, la palabra cambia y proviene directamente del corazón de Dios.

Ahora, al concluir la canción, Moisés responde a lo que Dios le dio, y llama al pueblo a regocijarse por lo que Dios hará.

¡Alégrense!

43 »Alégrense con él, oh cielos,
y que lo adoren todos los ángeles de Dios.
Alégrense con su pueblo, oh gentiles,
y que todos los ángeles se fortalezcan en él.
Pues él vengará la sangre de sus hijos,
cobrará venganza de sus enemigos.
Dará su merecido a los que lo odian
y limpiará la tierra de su pueblo».

El regocijo es para ahora; el resto es todo tiempo futuro. Nuestra alegría se basa en lo que creemos por fe que Dios va a hacer en el futuro, no en lo que estamos experimentando ahora. Moisés también les recordó las obras de Dios en el pasado. Podemos alegrarnos en ellas también. ¿Son ambos parte de tu adoración? ¿Recuerdas lo que Dios ha hecho por ti en el pasado? ¿Y te regocijas en su reino venidero y todo lo que nos ha prometido en el futuro?

Moisés señala tres cosas que Dios hará:

  • Vengará la sangre de sus siervos. Los mártires son preciosos para Dios, y la sangre de cada uno se vengará.
  • Cobrará venganza de sus enemigos. Ellos pagarán por todo lo que han hecho contra su reino. Pueden creer que han escapado de la ira de Dios, pero hay un día de juicio venidero.
  • Hará expiación por la tierra de su pueblo. El sacrificio de su propio Hijo en la cruz proporcionó expiación para su pueblo. La tierra será limpiada de su idolatría, y su pueblo restaurado.

Lo sorprendente aquí es la invitación a los gentiles (literalmente naciones) a unirse a las alabanzas. ¡Estas son buenas noticias para todos! Moisés pudo haber visto proféticamente la inclusión de los gentiles, quizá vislumbrando incluso esa gran reunión de toda nación y toda lengua en el reino de Dios.

44 Entonces Moisés fue con Josué, hijo de Nun, y recitó todas las palabras de ese canto al pueblo.

45 Cuando Moisés terminó de recitar todas esas palabras al pueblo de Israel, 46 agregó: «Toma en serio cada una de las advertencias que te hice hoy. Transmítelas como una orden a tus hijos, para que obedezcan cada palabra de esas instrucciones. 47 No son palabras vacías; ¡son tu vida! Si las obedeces, disfrutarás de muchos años en la tierra que poseerás al cruzar el río Jordán».

Los judíos dividen los cinco libros de Moisés en porciones semanales. Cada año, a lo largo de las generaciones, esta canción ha servido para recordarles qué significa servir al Dios vivo. Aunque hay palabras ominosas de apostasía y juicio, todavía tienen la oportunidad de poseer la tierra y disfrutar de una larga vida en ella. Dios les ha dado su Palabra, y su Palabra es vida. No hay palabras vacías o vanas en la Biblia. ¡No la tomes a la ligera! ¡Las Palabras de Dios son tu vida! Aprende a vivir por ellas.

Otra canción de Moisés

Vamos a tener la increíble oportunidad de escuchar otra canción de Moisés, en realidad un dúo de Moisés y Jesús, el Cordero. Se registra en Apocalipsis 15:2-4. ¡Qué tributo impresionante al lugar que Moisés ocupa en el Reino de Dios!

Vi también un mar como de vidrio mezclado con fuego. De pie, a la orilla del mar, estaban los que habían vencido a la bestia, a su imagen y al número de su nombre. Tenían las arpas que Dios les había dado,  y cantaban el himno de Moisés, siervo de Dios, y el himno del Cordero:

«Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios Todopoderoso.
Justos y verdaderos son tus caminos,
Rey de las naciones.
¿Quién no te temerá, oh Señor?
¿Quién no glorificará tu nombre?
Sólo tú eres santo.
Todas las naciones vendrán
y te adorarán,
porque han salido a la luz las obras de tu justicia.»

 

Deuteronomio 31  Nunca te abandonaré

Las prédicas de Moisés han terminado. Él tiene que pasar el liderazgo a Josué, cantar una canción y bendecir a las tribus. Luego él subirá al monte una vez más para morir e ir a la presencia de su Señor.

El sucesor anunciado

Hoy tenemos una tendencia alarmante de hacer superestrellas de pastores, profetas, cantantes y otras celebridades cristianas. Es tan fácil centrarse en el hombre. Moisés los salvó de la destrucción y fielmente los guio a través de algunos de sus momentos más difíciles. Naturalmente apegamos a un pastor que caminó con nosotros por el valle de la sombra. A veces Dios hace algo drástico para llamar nuestra atención y recordarnos que tenemos que seguirlo a Él y confiar en Él.

Nunca habrá otro hombre como Moisés. Josué sería un buen líder militar, pero ahora los sacerdotes y los ancianos tendrán un papel cada vez más importante. El pueblo ha escuchado la Palabra de Dios y ha aprendido a caminar con Él. Su atención se centrará más en el Señor y menos en el hombre que los guía. Ya es tiempo para Moisés moverse a un lado.

1De nuevo habló Moisés a todo el pueblo de Israel, y les dijo: «Ya tengo ciento veinte años de edad, y no puedo seguir siendo su líder. Además, el Señor me ha dicho que no voy a cruzar el Jordán, pues ha ordenado que sea Josué quien lo cruce al frente de ustedes. El Señor su Dios marchará al frente de ustedes para destruir a todas las naciones que encuentren a su paso, y ustedes se apoderarán de su territorio. El Señor las arrasará como arrasó a Sijón y a Og, los reyes de los amorreos, junto con sus países. Cuando el Señor los entregue en sus manos, ustedes los tratarán según mis órdenes. Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.»

En algún momento que solo Dios sabe, cada uno de nosotros llega al final de esta vida. Dios mediante, saldremos en paz y en su presencia. Es hermoso ver a alguien que ama a Jesús hacer esa transición a la vida eterna. También he visto el tormento y el terror de aquellos que no conocen a Cristo cuando la muerte se acerca. Moisés es viejo. Ya no es capaz de dirigir la nación, y Dios ya dijo que su tiempo ha terminado. Todavía le resulta difícil aceptar que no podría entrar en la Tierra Prometida, pero al menos sabe que está dejando a su pueblo en buenas manos.

En primer lugar, las manos del Señor. Dios los trajo a este momento, y cruzará el río con ellos y seguirá mostrándoles su gran poder.

En la entrega de sus enemigos, Dios:

  • Cruzará por delante de ellos. Ya sea que estés cruzando a una nueva etapa en tu vida (matrimonio, bebé, nuevo trabajo), un nuevo país (enviado por Dios como misionero) o el cruce final de la muerte, que bueno es saber que Dios cruza por delante de ti. Él prepara el camino.
  • Destruirá las naciones delante de ellos. Los enemigos que les esperan, las fortalezas y el hombre fuerte. ¿A qué enemigo te enfrentas hoy? ¿Crees que Dios puede destruirlo?
  • Hablará. Si has tenido momentos en que Dios pareció callar, ya sabes lo terrible que puede ser. Especialmente con la inminente partida de Moisés, ellos podrían temer que ya no oirían de Dios, pero dos veces Moisés menciona lo que Dios ha dicho. No hay razón para pensar que Él dejará de hablarles.
  • Hará lo que ha hecho en el pasado. Habían visto su poder en Egipto, y últimamente con Sijón y Og. Pueden estar confiados que Dios no cambia. ¿Cómo has visto el poder de Dios en el pasado? Él todavía hace milagros.
  • Irá con ellos. Si Dios es por mí, ¿quién contra mí? Si Él está conmigo, no tengo nada que temer.
  • Nunca los dejará ni los abandonará. No siempre se puede sentir su presencia, pero Él siempre está contigo. ¡Jesús está a tu lado, y su Espíritu mora dentro de ti! ¿Temes que Dios te haya dejado? Tal vez tu pecado ha creado un muro. Confiésalo y busca al Señor. ¡Él está esperando! ¡Él no te ha abandonado!
  • Levantará a alguien para guiarlos. Fue Dios quien señaló a Josué. Dios levantará un pastor y líderes para tu iglesia. En las transiciones del liderazgo es importante esperar en el Señor para su elección.

Pueden contar con que Dios hará su parte, pero ya es tiempo que el pueblo se levante y haga su parte.

Israel tiene que:

  • Tomar posesión de su tierra. Ya les fue dada. Dios destruirá a sus habitantes, pero todavía tienen que entrar y tomar posesión de ella. ¿Hay algo que Dios te ha dado que tienes que reclamar con fe?  ¡No te quedes ahí sentado, pensando que de alguna manera te llegará! Puede que tengas que luchar por ello. ¡A veces tienes que levantarte y por fe agarrar lo que es tuyo!
  • Destruir a los enemigos que Dios entrega en su mano. Ellos tienen que eliminar todos los rastros de ellos. Puede que tú hayas experimentado liberación, o la necesites. Dios puede librarte de un espíritu inmundo de pornografía que te esclaviza, pero para evitar el acceso a esos sitios,  hay que asegurarte de que tu Internet tenga un filtro que tú no puedes invalidar, y tienes que destruir cualquier revista o DVD que tengas.
  • Ser fuerte y valiente. El cobarde lo pasará mal. Hay muchos cristianos débiles que no se alimentan de la Palabra ni fortalecen su fe al congregarse. Hay pocos hombres valientes, pero más que nunca, tenemos que ser fuertes para enfrentar los desafíos de esta vida, y valientes en medio de la persecución y la intimidación. Dios te respaldará.
  • Rechazar el temor. ¿Hay algo que te asuste en este momento? ¿El miedo se apodera de tu corazón cuando te despiertas en medio de la noche y piensas en algún desafío que te enfrenta? Ese temor va a destruir tu fe y paralizarte. Lucha contra eso. Medita en todo lo que Dios ha prometido hacer por ti, y deja que su amor te rodee y eche fuera el temor. Tú puedes echarlo fuera en el Nombre de Jesús.

El cargo a Josué

Llamó entonces Moisés a Josué, y en presencia de todo Israel le dijo: «Sé fuerte y valiente, porque tú entrarás con este pueblo al territorio que el Señor juró darles a sus antepasados. Tú harás que ellos tomen posesión de su herencia. El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.»

Si Josué pierde su valentía, la nación no sobrevivirá. Moisés acaba de decirlo a todos; ahora él se lo repite específicamente a Josué; lo llama y le da este cargo en presencia de todo Israel. Josué tiene que:

  • Ser fuerte y valiente. Dios repite este mandamiento en el primer capítulo del libro de Josué. Tenemos que recordarnos frecuentemente de este orden. No es opcional. ¿Puede ser la palabra de Dios para ti hoy?
  • Entrar con ellos a la tierra. Eso parece bastante obvio, pero hay momentos en que nos enfrentamos a una tarea tan difícil que queremos correr hacia el otro lado. Josué había visto su rebelión y los dolores de cabeza que Moisés soportó. Tú puedes sentirte tentado a buscar otra iglesia para pastorear, o simplemente renunciar al ministerio por completo. Pero tenemos que hacer todo lo que Dios nos manda hacer. Tú no tienes la opción de alejarte de las personas que Dios te ha confiado, ya sea tu esposa, familia o iglesia. Quédate con ellos.
  • Dividir su herencia. Dar a cada tribu su porción. Asegúrate de que la gente bajo tu cuidado haya recibido todo lo que Dios tiene para ellos. Usa bien la Palabra de verdad. Enseña acerca de cómo Dios distribuye sus dones y ayuda a cada persona a discernir y operar en su don.
  • No temer. El temor del hombre es especialmente debilitante. Con el respaldo de Dios no hay que temer.
  • No desanimarse. El desánimo es demasiado común entre los pastores. El ministerio es duro. Las personas son pecaminosas. Rara vez suceden las cosas tan rápido o tan fácilmente como deseamos. Tú puedes ver las grandes cosas que otros están haciendo en Internet, y tu pequeño ministerio parece tan insignificante. Puedes sentir que nunca alcanzarás eso, pero tú solo tienes que ser fiel a tu llamado. Lucha contra el desaliento.

Con todos los desafíos que tiene por delante, Josué tiene que saber, en lo más profundo de su corazón, que Dios irá delante de él, estará con él, y nunca lo dejará ni lo abandonará. Esa palabra es para ti también.

El lugar central de la Palabra de Dios

Moisés le está dejando a Josué algo muy valioso: la Palabra de Dios.

Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes levitas que transportaban el arca del pacto del Señor, y a todos los ancianos de Israel. 10 Luego les ordenó: «Cada siete años, en el año de la cancelación de deudas, durante la fiesta de las Enramadas, 11 cuando tú, Israel, te presentes ante el Señor tu Dios en el lugar que él habrá de elegir, leerás en voz alta esta ley en presencia de todo Israel. 12 Reunirás a todos los hombres, mujeres y niños de tu pueblo, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a temer al Señor tú Dios, y obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley. 13 Y los descendientes de ellos, para quienes esta ley será desconocida, la oirán y aprenderán a temer al Señor tu Dios mientras vivan en el territorio que vas a poseer al otro lado del Jordán.»

Josué tiene dos grandes recursos al asumir el liderazgo:

La Biblia

Dios instruyó a Moisés a escribir todo lo que Él le dijo. ¡Gracias a Dios que lo hizo! ¡Todavía lo tenemos hoy! La Biblia ha sido más escudriñada que cualquier otro libro. Fielmente ha guiado a millones de personas. Tú probablemente la tengas en tu celular y tengas varias Biblias de estudio en diferentes traducciones. Métete en la Palabra, y déjala entrar en tu corazón y guiar tu vida.

Líderes escogidos por Dios

El trabajo de Josué será infinitamente más fácil si el pueblo conoce la Palabra y vive conforma a ella. Si la nación ha de sobrevivir, los niños tienen que aprender la Palabra y seguirla. Afortunadamente, Josué no tiene esa tarea. La responsabilidad recae principalmente en la familia, pero Dios también la proporcionó a sacerdotes y ancianos para enseñar la Palabra y lidiar el culto conforme a ella.

Eso sucedería al nivel local, pero cada siete años todos se vieron obligados a reunirse y tener, en esencia, un avivamiento. Tendrían la oportunidad de examinar su caminar, escuchar la Palabra de nuevo y ser desafiados a ponerla en práctica. Se debe incluir cualquier extranjero que haya vivido entre ellos. Y, tal vez inusual para la época, las mujeres y los niños tenían que estar presentes.

¿Nos falta el temor del Señor hoy? Moisés dice que aprendemos a temerle al escuchar su Palabra. ¿Tal vez estamos fallando para adecuadamente enseñar la Biblia? El propósito de escuchar la Palabra y su enseñanza es seguir cuidadosamente todas sus palabras. Moisés lo ha repetido muchas veces. Nosotros podemos pensar que lo estamos haciendo bastante bien si obedecemos el 50%, pero el estándar es el 100%.

Predicción de la rebelión de Israel

Moisés ha compartido su corazón. Ahora Dios le hablará una vez más.

14 El Señor le dijo a Moisés: «Ya se acerca el día de tu muerte. Llama a Josué, y preséntate con él en la Tienda de reunión para que reciba mis órdenes.» Fue así como Moisés y Josué se presentaron allí. 

Fue una reunión privada. Solo Josué y Moisés estaban en el tabernáculo, esperando al Señor. ¡Que contraste con la imagen optimista pintada justo antes con toda la congregación! Josué tiene que saber que su pueblo romperá el pacto y será destruido. ¡Que comienzo para su nueva tarea!

15 Entonces el Señor se apareció a la entrada de la Tienda de reunión, en una columna de nube, 16 y le dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados, y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me rechazarán y quebrantarán el pacto que hice con ellos. 17 Cuando esto haya sucedido, se encenderá mi ira contra ellos y los abandonaré; ocultaré mi rostro, y serán presa fácil. Entonces les sobrevendrán muchos desastres y adversidades, y se preguntarán: “¿No es verdad que todos estos desastres nos han sobrevenido porque nuestro Dios ya no está con nosotros?” 18 Y ese día yo ocultaré aún más mi rostro, por haber cometido la maldad de irse tras otros dioses.

¿No sería desalentador para Moisés escuchar esta palabra después de dedicarles cuarenta años de su vida? Claro que sí, pero no fue una sorpresa. Es cierto que parece contradictorio; Dios apenas les dio un nuevo líder, su Palabra y sacerdotes para ayudarlos a obedecerla. Sin embargo, hay una rebeldía tan profunda dentro de todo ser humano que ya estaban destinados al fracaso. Pero, ¿por qué dijo Dios que nunca los dejaría o abandonaría? ¡Ahora dice específicamente que los abandonará! Otra vez, como muchas de las promesas de Dios, parece ser condicional. Primero ellos abandonan a Dios y rompen su pacto, y Dios no tiene más remedio que abandonarlos. Por un rato; no para siempre.  Él va a ocultar su rostro de ellos. Su ira se encenderá. Como una esposa infiel, se prostituirán ante otros dioses. Dios no puede soportar su pecado, por lo tanto permitirá que los desastres y las calamidades lleguen a ellos y serán destruidos. Y ellos tienden a culpar a Dios, en lugar de arrepentirse y reconocer su pecado y culpa.

¿Por qué hablaría Dios tan negativamente?

Tengo que confesar que a veces lucho con la Palabra de Dios. Eso es normal y está bien si tú lo haces. El tono cambia tan rápidamente en este capítulo: desde la seguridad optimista que Dios está con ellos y los llevará a un lugar hermoso, hasta la predicción extrema de que abandonarán a Dios y que Él los abandonará. El mismo tono deprimente llena la canción en el próximo capítulo también. Consulté varios comentarios evangélicos y ninguno mencionó ninguna inquietud al respecto. Parece que sus autores no estaban pensando en cómo sonaba a la gente escuchándola. Todos los eruditos estaban aplaudiendo la precisión de la predicción del pecado de Israel. Por supuesto, los comentaristas liberales dicen que esto fue un agregado posterior que Moisés nunca escribió, pero yo no puedo tomar esa libertad con la Palabra de Dios – especialmente cuando se acaba de declarar la importancia de cada palabra que Dios habla. ¿Quién soy yo para decidir lo que es y lo que no es auténtico? Tengo que aceptar toda la Biblia como verdadera.

Así que me deja la opción de averiguar por qué Dios haría esto. Francamente, si yo fuera uno de esos judíos que pasaron cuarenta años caminando por el desierto, estaría tentado a tirar la toalla. ¿Por qué batallar para conseguir la tierra sabiendo que Dios va a destruirte? Éstas no son las técnicas motivacionales que nos enseñan hoy. Sin duda, no encaja con la «confesión positiva» y la actitud mental positiva y todos esos enfoques comunes. ¿Podría Dios querer que sepamos lo importante que es enfrentar la realidad de nuestro pecado y sus consecuencias?

La Canción

19 »Escriban, pues, este cántico, y enséñenselo al pueblo para que lo cante y sirva también de testimonio contra ellos.

20 »Cuando yo conduzca a los israelitas a la tierra que juré darles a sus antepasados, tierra donde abundan la leche y la miel, comerán hasta saciarse y engordarán; se irán tras otros dioses y los adorarán, despreciándome y quebrantando mi pacto. 21 Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos, porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo sé lo que mi pueblo piensa hacer, aun antes de introducirlo en el territorio que juré darle.» 22 Entonces Moisés escribió ese cántico aquel día, y se lo enseñó a los israelitas. 

La canción está escrita en el capítulo 32 (y en el próximo capítulo en este libro). Es un poco deprimente. No es el tipo de alabanza que cantamos en la iglesia de hoy, pero Dios quiere que ellos sepan por qué el desastre les acontecerá. Él quiere que sean conscientes de las consecuencias del pecado. Dios nunca toma el pecado a la ligera ni da una imagen del futuro que no sea realista.

Las canciones siempre han sido una excelente manera de recordarnos un mensaje. ¡Lamento que no sabemos su melodía! La música puede despertar emociones fuertes y recuerdos vívidos. Tal vez Dios quería que ellos recordasen como estuvo tener a su gran líder envejecido enseñarles esta canción. Me sorprende que incluso los comentarios conservadores hablen de Moisés como su autor. Dios dice claramente aquí que la tarea de Moisés era escribirla y enseñarla. Dios fue el autor de la canción. ¿Tal vez deberías incluirla en tu iglesia el próximo domingo?

El mandato de Dios a Josué

23 Y el Señor le dio a Josué hijo de Nun esta orden: «Esfuérzate y sé valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles, y yo mismo estaré contigo.»

Aquí está otra vez: ¡Esfuérzate y sé valiente! Tengo que confesar que para mí, esa afirmación de la presencia de Dios con Josué suena un poco débil después de la predicción que le darían la espalda a Dios y serían destruidos. Pero conociendo la naturaleza de su pueblo, la fuerza y el valor para Josué se vuelven más necesarios.

24 Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley.25 Luego dio esta orden a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor: 26 «Tomen este libro de la ley, y pónganlo junto al arca del pacto del Señor su Dios. Allí permanecerá como testigo contra ustedes los israelitas, 27 pues sé cuán tercos y rebeldes son. Si fueron rebeldes contra el Señor mientras viví con ustedes, ¡cuánto más lo serán después de mi muerte! 28 Reúnan ante mí a todos los ancianos y los líderes de sus tribus, para que yo pueda comunicarles estas palabras y las escuchen claramente. Pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, 29 porque sé que después de mi muerte se pervertirán y se apartarán del camino que les he mostrado. En días venideros les sobrevendrán calamidades, porque harán lo malo a los ojos del Señor y con sus detestables actos provocarán su ira.»

La canción resume el libro

La canción no fue el único testigo en su contra; simplemente resume lo que Moisés ya dijo en sus últimos mensajes. Veremos que no hay nada nuevo en ella. ¿Has notado tu propia tendencia de pasar por encima de las muchas secciones sobre el pecado y el juicio cuando lees la Biblia, y aferrarte solo a las promesas? Por ejemplo, lo que casi todos saben sobre Jeremías es el famoso verso de Jeremías 29:11 sobre los grandes planes que Dios tiene para nosotros. ¡Pero la mayor parte del libro es muy deprimente! ¡Sin decir nada sobre las Lamentaciones, también escritas por Jeremías! ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste un sermón de ese libro? (¿Has leído Lamentaciones?) Si predican de Lamentaciones, casi siempre es la parte acerca de la fidelidad de Dios (3:21-24).

El libro que Moisés escribió (los primeros cinco libros de nuestra Biblia) ser colocaría en el arca como un recordatorio permanente de todo lo que Dios había dicho. Lo que dice Moisés al punto de embarcarse en la conquista de la Tierra Prometida simplemente hace eco de la imagen deprimente que Dios le ha dado de Israel:

  • Son rebeldes y tercos. Moisés espera que empeoren aún más después de su muerte.
  • Él va a llamar al cielo y a la tierra para testificar contra ellos.
  • Él sabe que serán totalmente corruptos y se apartarán de lo que él ha enseñado.
  • Desastres caerán sobre ellos. Harán lo malo ante los ojos de Dios y encenderán su ira por sus ídolos.

Entonces, ¿qué podemos decir sobre la conclusión de este capítulo? ¿Cómo te sentirías hacerte cargo de una iglesia con esta clase de gente? ¿Cuál sería tu reacción como uno de los líderes (o un miembro de la congregación) al escuchar estas palabras? Para experimentar la gracia y el poder de Dios, tenemos que reconocer honestamente nuestro pecado e impotencia.  La tentación es ignorar esas palabras fuertes para mensajes de bendición y prosperidad.

A reflexionar sobre lo que Dios quiere comunicarnos en este capítulo, pienso en la importancia de ser fiel a Dios cada día. Puedo meditar sobre el envejecimiento y mis remordimientos, o cuestiones sobre la tribulación y los desastres que vendrán al mundo, pero Dios me llama a vivir por el momento. Todavía hay mucho que Él tiene para mí que hacer ahora. Yo no dejo de evangelizar porque Cristo puede venir en cualquier momento. Los sacerdotes en ese entonces no dejaron de animar a la gente a seguir la ley porque ya saben que, en última instancia, probablemente no lo harán. ¡Debe impulsarlos aún más para enseñar la ley y ayudarlos a obedecerla! ¡Y agarrar el poder de Dios! ¡Israel aún vería el poder de Dios y entraría en la Tierra Prometida! ¿Qué querría Dios que tú hicieras – ahora mismo?

Deuteronomio 13 y 18 ¿Por qué te mandara Dios  matar a «tu esposa amada»?

Nuestro mundo está lleno de profetas. Muchos señalan milagros y prodigios en su ministerio, pero, ¿a quién puedes creer? A veces uno directamente contradice a otro. Las cosas no son siempre lo que parecen. En Deuteronomio 13 Moisés nos ayuda a discernir un falso profeta, y presenta la posibilidad que algún día tengas que escoger entre Dios y la persona que más amas. Luego, en el capítulo 18, en otro mensaje de otro día, nos da otra enseñanza sobre los profetas.

La atracción peligrosa de la profecía y los milagros

1»Cuando en medio de ti aparezca algún profeta o visionario, y anuncie algún prodigio o señal milagrosa, si esa señal o prodigio se cumple y él te dice: “Vayamos a rendir culto a otros dioses”, dioses que no has conocido, no prestes atención a las palabras de ese profeta o visionario. El Señor tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma. 

Otra prueba. En el capítulo ocho fue: ¿Van a obedecer los mandamientos de Dios? Ahora es: ¿Realmente aman a Dios, conforme al requisito del mayor mandamiento?

Imagina una prueba del amor de tu esposa por ti: Un hombre viene y le ofrece la vida de sus sueños; él es todo lo que tú no eres. Si ella te ama, no hará caso a sus palabras; ella sabe que Dios ya le ha dado su hombre, y el verdadero amor requiere que ella te siga. Para Israel, el amor significaba seguir a Dios cuando no tenía sentido y no habían milagros. La peregrinación en el desierto parecía interminable.

Aquí, es la persona que dice ser profeta o visionario. La prueba es más difícil porque las señales o los prodigios que ellos profetizan se cumplen, pero ahora sabemos que ellos no son una prueba de autenticidad. Lamentablemente, muchos de nosotros descartamos nuestro sentido común si alguien dice ser profeta o recibir visiones. Y si sus predicciones se cumplen, junto con señales y prodigios, podemos creer que tiene que ser de Dios. El apóstol Pablo trató de abrir los ojos de los corintios que fueron engañados por falso profetas: Aguantáis incluso a cualquiera que os esclaviza, y os explota, y se aprovecha de vosotros, y se comporta con altanería, y os da bofetadas (2 Corintios 11:20).

Los falsos profetas pueden ser muy convincentes, pero luego empiezan a alejarte de Dios, en busca de otros dioses. En aquel entonces, podría haber sido una de la multitud de deidades locales. Nosotros somos demasiado sofisticados para eso, aunque podríamos sentirnos tentados por algún nuevo movimiento «cristiano.» Nuestro “otro dios” puede ser mucho más sutil. Puede ser el profeta mismo, o alguna doctrina que él enseña. Puede ser una iglesia que ha perdido su primer amor y está enamorada de su propio éxito. Si tienes que preguntarte “¿Dónde está Jesús aquí?” ya es tiempo de escudriñar el ministerio. Hoy más que nunca estos dioses nos engañarán:

  • Jesús dijo en Mateo 24:24: Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos.
  • Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas (1 Juan 4:1).
  • Les ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos.  Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos (Romanos 16:17-18).

Protección contra el engaño

Solamente al Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él.

¿Cuál es el remedio? ¿Tenemos que ser detectives, tratando de exponer a los charlatanes? No, aunque puede haber un tiempo para eso. Pero, en lugar de centrarse en lo negativo, el remedio crítico en estos días postreros es un enfoque vigoroso y de todo corazón en Jesús. Moisés nos ofrece seis maneras de protegernos del engaño:

  • Sigue al Señor. No sigas a ningún hombre o doctrina. No sigas un programa de televisión, radioemisora o sitio web. Sigue a Jesús. Estudia los Evangelios para ver lo que eso significaba para los primeros discípulos, y haz lo mismo. Tú no eres la cabeza. No corras delante de Jesús. Siempre mantén tus ojos en Él, mientras caminas detrás de Él. Jesús prepara el camino. Tú no puedes tropezar si lo estás siguiendo. El apóstol Juan confirmó la necesidad de rechazar decisivamente a alguien que no sigue a Jesús: Todo el que se descarría y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza sí tiene al Padre y al Hijo.  Si alguien os visita y no lleva esta enseñanza, no lo recibáis en casa ni le déis la bienvenida,  pues quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas obras (2 Juan 9-11).
  • Tener reverencia (o temor) de Dios. Ten un respeto saludable por su señorío y poder. Recuerda que es un juez, y juzgará más a los que guían a otros por el camino equivocado. Qué bueno es tener a Jesús como amigo, pero también es Dios todopoderoso. No pierdas esa reverencia por Él. Muchos cultos en la iglesia hoy en día se han vuelto en algo muy casual: envían mensajes de texto por teléfono, chatean con amigos y van y vienen a su gusto. ¿Dónde está la reverencia a Dios?
  • Guardar sus mandamientos. Para guardarlos, se tiene que conocerlos, y eso requiere bastante tiempo para estudiar la Biblia, y recordarnos a nosotros mismos y a los demás los mandamientos. Examina tu diario andar para ver cómo te va. No se trata de cuánto conocimiento tienes de la Biblia, sino de lo que pones en práctica. ¿Cómo respondería la iglesia si comenzamos a predicar que Dios requiere algo de nosotros?
  • Obedecerlo. La obediencia es mucho más que una esclavitud legalista a cada palabra de la Biblia. Jesús habló de las implicaciones más profundas de los mandamientos contra el adulterio y el homicidio (Mateo 5). Tenemos que obedecer la voz del Espíritu Santo momento a momento. Algunos orgullosamente hablan de su obediencia legalista a las Escrituras, pero pueden tener corazones perversos.
  • Servirle. No estamos hablando de una religión que se consume con rituales religiosos en algún templo. Una de las mejores protecciones del engaño, y del pecado, es servir activamente al Señor; es cuando el Espíritu Santo fluye más libremente. Por supuesto, si de verdad estás siguiendo a Jesús, vas a servirlo. Y no tiene que ser a tiempo completo; en tu empleo secular debes trabajar como para el Señor y estar disponible para ser utilizado por Él.
  • Aferrarte a Él. Para salvarte a ti mismo, con un amor profundo. Eso significa estar en comunión con Él y vivir en su presencia. No dejes que nada se interponga entre ustedes.

¿Cómo está tu iglesia? ¿Cuál es tu impresión de los cristianos en general? ¿Estamos engañados? ¿Cómo te va en cada una de estas áreas? ¿Qué puedes hacer para poner las cosas en orden?

Quita el mal

Condenarás a muerte a ese profeta o visionario por haberte aconsejado rebelarte contra el Señor tú Dios, que te sacó de Egipto y te rescató de la tierra de esclavitud. Así extirparás el mal que haya en medio de ti, porque tal profeta habrá intentado apartarte del camino que el Señor tu Dios te mandó que siguieras.

Ahora nos toca a nosotros juzgar. En el contexto de la autoridad ejercida por los líderes llamados por Dios en la iglesia, tenemos que escudriñar a los profetas. Ya se hace en algunas iglesias, pero Internet está lleno de herejías. Tenemos que examinar nuestras bibliotecas y aplicaciones y los favoritos de Internet. Si hay una duda, quítalo.  Y como el Cuerpo de Cristo, tenemos que establecer algún tipo de rendición de cuentas por la proliferación de profetas.

Ya no vamos a matar a nadie. Han matado a muchos en la historia de la iglesia, a menudo hombres piadosos en manos de los mismos engañadores. Con razón no tenemos prisa en decir que alguien está incitando a la rebelión solo porque no estamos de acuerdo con su enseñanza. Pero Moisés aclara la rebelión como cualquier cosa que pueda tratar de desviarnos del camino que el Señor nos ha ordenado seguir.

Aquí, son los falsos profetas que tienen que eliminar, pero Dios nos llama a eliminar todo mal en nuestras vidas. Me parece que hay mucho mal que eliminar. Lamentablemente, eso puede crear situaciones muy incómodas con hermanos cristianos, amigos e incluso con nuestros familiares más cercanos.

¿Apedrear a tu esposa?

»Si tu propio hermano, o tu hijo, o tu hija, o tu esposa amada, o tu amigo íntimo, trata de engañarte y en secreto te insinúa: “Vayamos a rendir culto a otros dioses”, dioses que ni tú ni tus padres conocieron, dioses de pueblos cercanos o lejanos que abarcan toda la tierra, no te dejes engañar ni le hagas caso. Tampoco le tengas lástima. No te compadezcas de él ni lo encubras, ni dudes en matarlo. Al contrario, sé tú el primero en alzar la mano para matarlo, y que haga lo mismo todo el pueblo.10 Apedréalo hasta que muera, porque trató de apartarte del Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, la tierra donde eras esclavo. 11 Entonces todos en Israel oirán esto y temblarán de miedo, y nadie intentará otra vez cometer semejante maldad.

Para mí, éste es uno de los pasajes más duros de la Biblia. Sí, aún peor que quitar el ojo que me hace pecar, o Israel destruyendo las naciones paganas en Canaán. ¿En serio? ¿Dios me ordena ser el primero que alza la mano para matar a mi esposa o mi hijo, si intentan apartarme del Señor? No hay oportunidad de arrepentirse. No hay misericordia. Con Dios no hay tolerancia ni la opción de escoger otro camino. No. Mátalos. No los protejas. No hagas caso a ellos. ¡Sé el primero en arrojar la piedra! Tenemos que dar ejemplo e infundir un temor saludable del Señor.

Jesús predijo problemas familiares para sus seguidores: Ustedes serán traicionados aun por sus padres, hermanos, parientes y amigos, y a algunos de ustedes se les dará muerte (Lucas 21:16). Ten en cuenta que no dice matarlos; eso fue para el antiguo pacto, pero tenemos que mantenernos firmes y no permitir que nos alejen de Jesús. Aférrate a Él, incluso si tu esposa amenaza con dejarte, o si ella te mata.

¿Cuándo fue la última vez que recibiste una enseñanza balanceada sobre cómo responder a los hijos que persigan a otros dioses? La iglesia tiene que orientar a los hermanos, ya que hay mucha rebelión y muchos dioses.

Dios se enoja con todos a causa de una sola ciudad rebelde

12 »Si de alguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da para que las habites llega el rumor de 13 que han surgido hombres perversos que descarrían a la gente y le dicen: “Vayamos a rendir culto a otros dioses”, dioses que ustedes no han conocido, 14 entonces deberás inquirir e investigar todo con sumo cuidado. Si se comprueba que tal hecho abominable ha ocurrido en medio de ti, 15 no dudes en matar a filo de espada a todos los habitantes de esa ciudad. Destrúyelos junto con todo lo que haya en ella, incluyendo el ganado. 16 Lleva todo el botín a la plaza pública, y préndele fuego a la ciudad y a todo el botín. Será una ofrenda totalmente quemada para el Señor tu Dios. La ciudad se quedará para siempre en ruinas, y no volverá a ser reedificada. 17 No te apropies de nada que haya sido consagrado a la destrucción. De ese modo, el Señor alejará de ti el furor de su ira, te tratará con misericordia y compasión, y hará que te multipliques, tal como se lo juró a tus antepasados. 18 Así será, siempre y cuando obedezcas todos estos mandamientos que te ordeno hoy, y hagas lo recto ante el Señor tu Dios.

Puede ser una sola ciudad de todo el país, o una sola iglesia de todo un concilio; si se apartan del Dios de la Biblia y sus enseñanzas, tendrían que matarlos. Claro que no vamos a matar a una iglesia entera, pero tenemos que públicamente romper la comunión con ellos. Pero primero tenemos que examinar la situación cuidadosamente y tener pruebas del delito; la Biblia dice que un solo rumor puede comenzar el proceso. Si somos fieles a la Palabra, tenemos que tomar en serio la disciplina de la iglesia.

Fue una limpieza total: No podían separar a los fieles; todos mueren, incluso el ganado. Luego quemaron todo como una ofrenda al Señor. No importa cuán hermoso sea un artículo religioso, no pueden tomar nada; tiene que permanecer en ruinas para siempre, como un ejemplo para otros tentados a apartarse del Señor.

¿Y qué pasa si no mantienen la pureza de la nación y permiten la rebelión? Dios derramará su ira sobre todo el país y ellos perderán su misericordia y compasión. Todos van a sufrir porque los líderes no estaban dispuestos a obedecer a Dios.

Capítulo 18: Otro día, otro mensaje sobre profetas

Si conoces el Antiguo Testamento, ya sabes lo importantes que fueron los profetas en la historia de Israel; grandes hombres como Samuel, Elías, Isaías y Jeremías. Su función ha cambiado después de Cristo, pero nunca hay una indicación de que los profetas desaparecerían. Afortunadamente, el oficio de profeta ha sido restaurado en la iglesia hoy después de ignorarlo durante siglos. Por supuesto, siempre ha habido profetas; ellos simplemente no se llamaban así. Hoy parece que todos quieren ser profeta. Hay que tomar muy en serio la advertencia de Jesús sobre falsos profetas en los últimos días, porque parece difícil encontrar a los verdaderos.

Dios levantará a un profeta como Moisés

14 »Las naciones cuyo territorio vas a poseer consultan a hechiceros y adivinos, pero a ti el Señor tu Dios no te ha permitido hacer nada de eso.15 El Señor tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás. 16 Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del Señor mi Dios, ni volver a contemplar este enorme fuego, no sea que muera.”

La persona que habla palabras que no son de Dios está practicando brujería o adivinación. No se les debe escuchar, porque nos llevarán por mal camino. Estudia a los falsos profetas del Antiguo Testamento y verás que suenan muy bien. Estaban en la mayoría. Por lo general, pronunciaban las palabras que la gente quería escuchar, mientras el verdadero profeta era perseguido.

Israel, incluso aquí, al principio de su caminar con Dios, era consciente de la importancia de escuchar al Señor. Estaban aterrorizados por su impresionante presencia en Horeb y le rogaron a Dios que no les hablase directamente, porque temían que iban a morir. Parece que Dios quería hablar directamente con ellos, pero honró su petición y habló por los profetas. Dios quiere hablarnos. Él no está callado; le encanta revelarse, y quiere comunicarse contigo.

Algunos creen que Moisés profetizó aquí acerca del Mesías, y es cierto que en Cristo tenemos la mejor revelación y comunicación de Dios. Pero este profeta era de entre sus hermanos israelitas. En la iglesia de hoy, Dios a menudo levanta profetas de los mismos hermanos de la iglesia. No tengas prisa por correr tras el profeta famoso.

17 »Y me dijo el Señor: “Está bien lo que ellos dicen. 18 Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.19 Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. 20 Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir, morirá. La misma suerte correrá el profeta que hable en nombre de otros dioses.”

Instrucciones para los profetas

  • Dios pone sus palabras en la boca del profeta. Eso no implica que se dicte; el profeta puede ser influenciado por su experiencia o cultura, pero no preparamos mensajes proféticos de antemano. El profeta espera en Dios y aprende a discernir las palabras que Dios pone en su boca.
  • El profeta tiene que decir todo lo que Dios manda que diga. ¡Ay de aquel que no dice todo lo que Dios le ha hablado por temor de una respuesta negativa!
  • Cuando un verdadero profeta habla en nombre de Dios, estamos obligados a escuchar sus palabras. Tenemos que rendir cuentas a Dios si no lo hacemos. Eso significa que es muy importante discernir quién es verdadero, y luego escuchar con atención y actuar sobre lo que habla. El internet está lleno de palabras proféticas. Muchas personas las escanean y agarran la que les gusta, diciendo que es la palabra de Dios para ellos. Eso es peligroso.
  • Ser un profeta es una enorme responsabilidad. La pena por fracasar era la muerte. Aunque no matamos a profetas hoy, el falso profeta debe sufrir una consecuencia severa. ¡Ay del profeta que Dios usaba en el pasado que cae en la presunción y habla algo que Dios no ha mandado! Si Dios te usa proféticamente, ¡ten cuidado!
  • Menos común hoy en día es el profeta que habla en nombre de otros dioses, pero la pena de muerte se aplicaba allí también. Lee Jeremías 23 para obtener más información sobre los falsos profetas.

21 »Tal vez te preguntes: “¿Cómo podré reconocer un mensaje que no provenga del Señor?” 22 Si lo que el profeta proclame en nombre del Señor no se cumple ni se realiza, será señal de que su mensaje no proviene del Señor. Ese profeta habrá hablado con presunción. No le temas.

Se puede encontrar mensajes muy alarmantes en Internet. Esa alarma puede ser necesaria, si el mensaje es de Dios. Pero algunos pueden haberse dado bajo presunción. ¿Cómo lo sabes? ¿Se cumple? Moisés ya dio el castigo por proclamar algo que no es del Señor. De alguna manera, todas estas palabras actuales acerca de desastres económicos y naturales deben archivarse y verificarse cuidadosamente como la verdad. Ten cuidado de no señalar un terremoto reciente para justificar una palabra sobre un terremoto. Siempre habrá terremotos. Pero si dicen que una ciudad específica será destruida por un terremoto, debe ser destruida si la palabra es de Dios. Claro que hay palabras que el Señor nos da para despertarnos; si nos arrepentimos y oramos puede ser posible evitar el juicio. A fin de cuentas, solo la operación del don de discernimiento de espíritus puede aclarar si es de Dios. Qué bueno sería si toda la iglesia pudiera ponerse de acuerdo sobre cómo evaluar y responder a los profetas y bregar con aquellos que no están hablando del Señor.

La prueba de Jesús para los profetas

Las cosas no son siempre lo que parecen. Hay que mirar más allá de la superficie y saber algo sobre la vida de la persona que está profetizando:

»Cuidaos de los falsos profetas. Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.  Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?  Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo.  Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno.  Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.  Así que por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:15-20).

Por eso es tan peligroso confiar mucho en las palabras proféticas en Internet o dadas por alguien que no conoces. Es por eso que Dios nos coloca en una iglesia, donde podemos observar el fruto del profeta y su ministerio, y los líderes y aquellos que tienen el don de discernimiento de espíritus pueden evaluar la palabra.

Sí, servir a Dios y hablar por Él es una gran responsabilidad y un privilegio. Él es un Dios celoso y santo, y su palabra debe ser tomada muy en serio. Tenemos que mantener nuestras vidas e iglesias libre del pecado, y estudiar y aplicar cuidadosamente esta enseñanza para la iglesia de Jesucristo hoy.

Deuteronomio 8    El peligro de la prosperidad

Hemos leído sobre las grandes bendiciones que Dios prometió a Israel. Ellos ya saben que hay gigantes en la tierra: Siete naciones más grandes y más fuertes que ellos. Sin Dios sería imposible derrotarlas.  ¿Cómo podría Israel olvidar al Señor? Pues, Moisés sabe lo fácil que sería; ya tiene cuarenta años de experiencia con este pueblo rebelde.

¡Nosotros tenemos mucho más de lo que tenía Israel! ¿Cómo podría un cristiano jamás olvidar a Dios? Pues, lo he visto con demasiada frecuencia. Cuando la vida es dura y sentimos que no podemos soportarlo más, vamos a la iglesia, leemos la Biblia y clamamos a Dios. Y Él responde de maneras maravillosas, y nos libera, nos cura y derrama sus bendiciones. De hecho, experimentamos la comunión más rica con Dios en los momentos más difíciles. Pero entonces, cuando todo está bien, ya no tenemos tiempo para Él. No hay tanta urgencia de estar en la iglesia y ser fortalecido por el Señor. Claro que nunca diríamos que nos olvidamos de Dios, pero lo tomamos con calma…hasta la próxima crisis.

Moisés estaba muy consciente de los peligros de la prosperidad. Él sabía que no se trata solo de recibir la bendición, conseguir el dinero y comenzar una familia. Es cómo cuidas a esa mujer, cómo manejas el dinero y cómo caminas con Dios en los buenos y malos momentos. La cuestión no es tanto cómo comienzas, sino cómo terminas.

¡Obediencia!

1»Cumple fielmente todos los mandamientos que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y tomes posesión de la tierra que el Señor juró a tus antepasados.

Ahí está otra vez: La prioridad es la obediencia. ¿Qué significa eso? Tener a Cristo como Señor, someter tu voluntad a la suya y poner en práctica su palabra. Ese es el fundamento de la vida cristiana. Aunque ahora estamos bajo la gracia, la obediencia es tan importante como lo fue para Israel. Nuestra gran ventaja es el poder del Espíritu Santo que nos ayuda a obedecer.

Humillación y pruebas en el desierto

Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos.

Ya hemos visto que a los hebreos no les fue muy bien en la prueba. Prometieron obedecer a Dios, pero luego fracasaron miserablemente. Moisés sabe que si continúan con este patrón, serán destruidos.

  • ¿Has estado en un desierto? ¿Por más tiempo de lo que crees necesario?
  • ¿Puedes aceptar que pudo haber sido Dios quien te llevó a ese desierto, y te mantiene allí?
  • ¿Has visto a Dios guiándote en ese desierto?
  • ¿Puedes ver cómo Dios te está humillando en las tribulaciones?
  • ¿Cómo te va en la prueba? ¿Qué ha revelado acerca de tu corazón?

Si somos honestos, la mayoría de nosotros tenemos mucha oscuridad en nuestros corazones. Cuanto más orgulloso estés, y cuanto más importante sea la tarea que Dios tiene para ti, más probable es que Él tenga que humillarte.

¿Sigues obediente aunque parezca que no pasa nada? ¿Puedes ser fiel a tu esposa (y a Dios) cuando parece que tu matrimonio está muerto? ¿Cuándo no hay intimidad o sentimientos de amor? ¿O cuando ella está gravemente enferma? ¿Todavía confías en Dios cuando eres rechazado una y otra vez por un trabajo y el dinero se acaba? ¿Qué sucede cuando todas las puertas del ministerio se cierran y te sientes mal entendido por todos?

No solo de pan vive el hombre

Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor. 

Dios los hizo pasar hambre; a propósito los puso en un lugar donde no había comida. Era parte de humillarlos. Si el refrigerador siempre está lleno, no necesitamos el maná de Dios. Es humillante para un hombre no poder alimentar a su propia familia y depender de limosnas – o salir a recoger maná cada mañana.

¿Te ha hecho Dios pasar hambre (problemas económicos) últimamente? ¿Te ha puesto en un lugar de escasez para que ordenes tus prioridades y te des cuenta de que las cosas materiales no son lo más importante? ¡El Señor no permitirá que mueras de hambre! ¿Estás dispuesto a salir y conseguir el maná necesario para sostenerte? Estas pruebas pueden ser para humillarte. Cuanto antes recibas ese mensaje y dejes de exaltarte y vivir a tu manera, más pronto terminará la humillación.

Este es un verso que Jesús usó para resistir la tentación de Satanás de convertir las piedras en pan. No caigas en esa trampa del diablo; hoy en día la comida se ha convertido en un ídolo para muchas personas. Viven para comer en vez de comer para vivir.

El verdadero pan para nuestras almas, lo que realmente nos alimenta, es la Palabra de Dios. Cada palabra que Él ha hablado es importante; no solo los versos que siempre citamos, sino toda palabra que ha salido de su boca. No te conformes con el pan que Satanás intenta darte: el materialismo del mundo o lo espectacular. Aprende a alimentarte de la Palabra de Dios.

Una garantía extendida

Durante esos cuarenta años no se te gastó la ropa que llevabas puesta, ni se te hincharon los pies.

Eso es milagroso. ¡De alguna manera Dios guardó su ropa intacta durante cuarenta años! Ellos caminaban por el desierto, ¡y no tenían tenis Nike o botas de senderismo! Sin embargo, sus pies no se hincharon. Eso debería demostrarles el amor de Dios e inculcar una profunda confianza en su provisión.

¿Has experimentado a Dios milagrosamente mantener un carro viejo funcionando bien? ¿O te ha protegido de la enfermedad? He visto a cristianos obtener años de servicio de dispositivos que se descomponen para los demás. Parte de su bendición no siempre es darnos la última moda, sino hacer durar lo que tenemos. Seguramente la moda cambió mucho en esos cuarenta años, pero no somos esclavos de la moda, ¿verdad? Nosotros no tiramos buena ropa solo porque puede estar un poco anticuada. No compramos un nuevo carro o refrigerador solo porque el nuestro no tiene las últimas características. Eso sería un insulto a Dios, quien graciosamente nos da una garantía extendida, ¡gratis!

La disciplina de Dios

Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el Señor tu Dios te disciplina a ti. 

¿Eres padre? ¿Cuál es tu experiencia disciplinando a tu hijo? Por desgracia, eso es un reto para muchos hombres. Tendemos a una mano muy dura, o a retirarnos y dejar que su madre lo haga. La disciplina no significa corrección o castigo; significa acercarse al muchacho y andar con él para aconsejarlo y suavemente corregirlo y, sí, administrarle las consecuencias cuando sea necesario.  Muchos de nosotros carecíamos de la disciplina amorosa de nuestros padres, y no tenemos idea de cómo disciplinar a nuestros hijos. Dios tiene la intención de que aprendamos de nuestros padres, pero si nunca conociste la verdadera disciplina de tu padre, ahora puedes reflexionar sobre cómo Dios te disciplina y aplicar esos principios a tus hijos.

¿Es posible que el Señor está disciplinándote en algo que has experimentado recientemente? Una cosa es estar de acuerdo con eso en la mente, pero Moisés dice que es necesario «en tu corazón.» Eso significa que el amor de papá Dios te toca. No, la disciplina por lo general no es agradable, pero ayuda si entiendes lo que está sucediendo y reconoces que la amorosa mano del Padre está detrás de ella.

En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.  Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige:

«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a todo el que recibe como hijo.»

Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos?  En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad.  Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella (Hebreos 12:4-11).

Dios lo hace con mucho amor. Eso debería animarte. Sométete a su disciplina, y deja que Dios haga esa obra profunda en tu vida.

¡Bendiciones están por venir!

Cumple los mandamientos del Señor tu Dios; témelo y sigue sus caminos. Porque el Señor tu Dios te conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre.

¡Qué refrescante! ¡Qué bendición! Después de cuarenta años en el desierto, comiendo maná, es un toque del cielo, lo que anhelamos, y nos motiva a seguir caminando en obediencia. Dios quiere derramar estas bendiciones sobre nosotros, pero Él espera hasta que sepa que podemos manejarlas.

Tu puedes estar en un desierto ahora mismo, muriendo de sed y anhelando alivio. Sigue caminando en obediencia y en el temor del Señor. Dios quiere llevarte a una tierra que fluye leche y miel también. ¿Pero sabes qué? No parece lógico, pero la prueba más difícil puede ser cuando lleguen esas bendiciones.

No olvides a Dios

10 »Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios por la tierra buena que te habrá dado. 

Para proteger tu corazón, primero reconoce que esas bendiciones son un regalo de Dios. Adóralo. Dale las gracias por ellas. Alábale por su bondad. Fija tus ojos en Él.

11 Pero ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. No dejes de cumplir sus mandamientos, normas y preceptos que yo te mando hoy. 12 Y cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando hayas edificado casas cómodas y las habites, 13 cuando se hayan multiplicado tus ganados y tus rebaños, y hayan aumentado tu plata y tu oro y sean abundantes tus riquezas, 14 no te vuelvas orgulloso ni olvides al Señor tú Dios, quien te sacó de Egipto, la tierra donde viviste como esclavo.

Las riquezas y el éxito pueden oscurecer nuestros sentidos espirituales. Cuando empezamos a experimentar las bendiciones materiales, queremos más. Estamos tan encantados con los regalos que nos olvidamos de dónde vienen y de dónde vinimos nosotros. Nos olvidamos de todo lo que Dios ha hecho por nosotros, y el corazón se enorgullece. Empezamos a ser flojos en nuestra obediencia. Antes, queríamos hacer todo conforme para ganar el favor de Dios y experimentar su ayuda y bendiciones, pero ya que lo tenemos, no parece tan urgente.

Si tú estás en ese lugar de bendiciones abundantes en este momento, ¿te has vuelto perezoso en tu caminar con Dios? ¿Ha entrado el orgullo sutilmente en tu corazón? Si eres honesto, ¿es Dios una de las últimas cosas en tu mente? Por supuesto, vas a la iglesia y das tu diezmo y haces lo requerido. ¿Pero te sientes muy satisfecho contigo mismo? ¡Cuidado!

Humillación y pruebas

15 El Señor te guio a través del vasto y horrible desierto, esa tierra reseca y sedienta, llena de serpientes venenosas y escorpiones; te dio el agua que hizo brotar de la más dura roca; 16 en el desierto te alimentó con maná, comida que jamás conocieron tus antepasados. Así te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien. 

Ahí está de nuevo: La aflicción sirve para humillarnos y ponernos a prueba. Puedes pasar la prueba y experimentar las bendiciones de Dios, pero si te olvidas de Él, probablemente habrá otra ronda de humillación. La prosperidad puede ser una prueba más grande que la escasez.

Mira las palabras que Moisés usa para recordarles lo malas que eran las cosas: vasto, horrible, reseca, sedienta, serpientes venenosas, escorpiones, roca, dura. Cuando piensas en tu vida vieja, ¿hay algunas palabras feas que la describan? Tendemos a olvidarnos de lo malo que fue, y empezar a dar por sentado las bendiciones de Dios.

Si Dios te está humillando y probando en este momento, recuerda que Dios tiene una perspectiva de largo alcance en tu vida. Él sabe que al final la disciplina tendrá un buen resultado; te irá bien, pero Él te ama tanto que va a permitir el malestar por un tiempo.

Orgullo

17 No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos.” 18 Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados.

El engaño es que las bendiciones nos llegan debido a nuestra inteligencia, duro trabajo, astucia y fortaleza. Pero la inteligencia y las capacidades físicas que tengas fueron dadas por Dios. ¡Cuidado con el orgullo! Dale la gloria y las gracias a Dios por esas bendiciones. Cuando lo olvidamos y empezamos a reclamar toda la gloria para nosotros, estamos entrando en un territorio muy peligroso.

19 »Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido. 20 Si no obedeces al Señor tú Dios, te sucederá lo mismo que a las naciones que el Señor irá destruyendo a tu paso.

El resultado final del orgullo y el olvido de Dios es la destrucción. Una vez que lo olvidamos, tendemos a reemplazarlo con otros dioses, y normalmente son los dioses del placer, la sensualidad y el materialismo. Israel se volvería como las naciones que Dios arrojó de la tierra; ellos seguirían el camino natural del hombre caído en un mundo pecaminoso.

¿Has permitido otros dioses en tu vida? ¿Puedes recordar cómo era cuando Jesús primero te salvó y transformó tu vida?

  • Él derramó sus bendiciones sobre ti.
  • La obediencia era una alegría.
  • Siempre tenías hambre de la Biblia y de la comunión con el pueblo de Dios.

¿Es un recuerdo lejano ahora? Si eres honesto, ¿tendrías que decir que te has olvidado de Dios y que realmente no eres diferente de la gente del mundo?

Tal vez tú estés apenas empezando esta peregrinación, y Jesús es muy real para ti. Tómate estas advertencias en serio. Recibe la prueba, la humillación y la disciplina que Dios tiene para ti. Tú puedes evitar mucho dolor.

Cuidado con la prosperidad y la vida buena; se requiere madurez para manejarlas y mantenerte humilde y Cristo céntrico. No te olvides de Dios.

 

 

Deuteronomio 7  Hermosas promesas de Dios y sus condiciones

¿Cuál es? ¿La soberanía absoluta de Dios? ¿O el libre albedrío del hombre? ¿O ambos? La Biblia habla claramente de Dios trabajando poderosamente a nuestro favor, pero también está claro que hay una respuesta requerida. La maravilla es que el Dios del universo ha elegido trabajar en colaboración con nosotros. La oración es una de las expresiones más claras de esa realidad. Qué bueno saber que Dios tiene planes que nada ni nadie puede cambiar. Por ejemplo, a pesar de toda la incredulidad y oposición que Jesús enfrentó, nada podría detener el plan de salvación de Dios. Y a pesar de la rebelión persistente de Israel en el éxodo, Dios va a establecer a un pueblo en la Tierra Prometida. Solo podría ser Caleb y Josué y sus familias, pero va a levantar a alguien que lo haga.

Sí, Dios es soberano y todopoderoso. Esta porción de los mensajes finales de Moisés a los hebreos comienza con una afirmación alentadora y dramática de eso.

La cuestión es “cuándo,” no “si” sucederá

1»El Señor tu Dios te hará entrar en la tierra que vas a poseer, y expulsará de tu presencia a siete naciones más grandes y fuertes que tú, que son los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.Cuando el Señor tu Dios te las haya entregado y tú las hayas derrotado…

La palabra “si” nunca aparece en estos versos. En cambio, vemos las palabras “cuando,” “hará” y “expulsará.”

Dios no los libró de Egipto y los guió cuarenta años por el desierto para dejarlos sin cruzar el río Jordán y entrar en la tierra que Él les prometió. Él se asegurará que la consigan:

  • Él los hará entrar en ella.
  • Entregará a ellos sus habitantes.
  • Expulsará a esas naciones paganas.
  • Él luchará por Israel y derrotará al enemigo.

Se trata totalmente de Dios. Solos, la tarea sería desalentadora. Cada una de estas siete naciones era más grande y más fuerte que Israel, pero eso no es un problema. Puedo ver a Dios sonriendo cuando Él dice eso, porque va a ser obvio para todos que la única manera posible de vencerlos sería por el poder de Dios.

¿Hay cosas que Dios claramente ha prometido que tú has colocado en la categoría de «si»? ¡Deja esa incredulidad! Cuando Dios dice «cuando,» ¡lo dice en serio! ¡Sucederá! ¿A qué te enfrentas que puede ser más grande y más fuerte que tú? ¿Has dejado que te intimide? Alaba a Dios y espera un milagro. ¡Él entregará a esos enemigos en tu mano! No se trata de si, ¡sino de cuando! Solo asegúrate de estar en la voluntad de Dios, y de que estás entrando en una tierra que Él te ha prometido y enfrentas a un verdadero enemigo de Dios. Dios establece la agenda. Es su plan; nosotros no decidimos lo que queremos y luego declaramos que Dios nos lo dará.

Esta parte es buenísima. ¿No te anima ser recordado del poder de Dios y sus planes soberanos? Pero hay más. Ahora llegamos a nuestra parte.

Un llamado a la santidad

2Deberás destruirlas por completo. No harás ningún pacto con ellas, ni les tendrás compasión. Tampoco te unirás en matrimonio con ninguna de esas naciones; no darás tus hijas a sus hijos ni tomarás sus hijas para tus hijos, porque ellas los apartarán del Señor y los harán servir a otros dioses. Entonces la ira del Señor se encenderá contra ti y te destruirá de inmediato.

»Esto es lo que harás con esas naciones: Destruirás sus altares, romperás sus piedras sagradas, derribarás sus imágenes de la diosa Aserá y les prenderás fuego a sus ídolos. Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.

Dios ha hecho su parte. Él murió en la cruz para perdonar tu pecado, y te dio su Espíritu Santo para ayudarte a obedecerlo. Eso es genial. Ahora te toca a ti levantarte y hacer tu parte. Comparado con lo que Dios ha hecho, no parece tan difícil.

  • El enemigo fue derrotado. Ahora cada rastro de él debe ser destruido. Es parecido a destruir cada célula cancerosa. Solo una puede matarte. No dejes nada que el diablo pueda utilizar en tu contra. Satanás fue vencido en la cruz, pero por ahora todavía anda alrededor como león rugiente, buscando a quién devorar. Ahora que estamos en Cristo, tenemos que limpiar la casa y destruir todo lo que le pertenecía. ¿Hay algo que tengas que botar?
  • Este no es el momento para el amor y la misericordia. No se puede hacer concesiones con el pecado o el diablo. Él se aprovechará de la menor vacilación de tu parte. Ten cuidado de no poner estas típicas excusas:
    • «Una sola cerveza estará bien.»
    • «Películas con sexo no hay un problema para mi.»
    • «Esta chica es tan agradable. ¡Si fuese mi novia, ella llegaría a conocer a Cristo!»
    • «Nadie sabrá si tomo esto de mi trabajo.»
  • Casarse con una no creyente está prohibido. No salgas con ella, no importa cuán maravillosa pueda ser. No importa si está «espiritualmente abierta.»
  • Haz todo lo posible para asegurarte de que tus hijos solo se casen con creyentes. Gente que no conoce a Cristo los apartarán del Señor.
  • Limpia la casa. Quita cualquier rastro de la idolatría o falsa religión. ¿Se ha convertido la televisión en un ídolo para ti? ¿Eres incapaz de resistir la sensualidad de Internet? ¿Tienes que deshacerte de algunas películas, libros, revistas o fotos?

Tú puedes ser salvo, pero aún puedes incitar a la ira del Señor al hacer concesiones al mundo y no vivir en santidad:

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4:4).

»Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas (Mateo 6:24).

Si no tomas a Dios en serio, Él puede convertirse en tu enemigo y destruirte. No te engañes. Estudia la historia de Israel. Muchas veces culpamos al diablo, cuando en realidad puede ser el juicio de Dios contra nuestro pecado.

¡Es duro ser conocido como un fanático! ¡Queremos ser como todos los demás! ¡Pero tú no eres como ellos! ¡Tú eres cristiano! ¡Eres parte del pueblo santo de Dios! Él te compró con su sangre y le perteneces a Él, si de verdad has entregado tu vida a Cristo.

Dios te ha escogido

El concepto de elección no cae bien a muchos cristianos, pero ahí está, claramente, en el versículo seis: Dios los eligió. No estaban buscando a Dios; Él vino a ellos. ¡Él los escogió para ser su posesión exclusiva, su tesoro! ¿Crees que es demasiado controlador? ¿Te hace retorcer un poco? ¿Buscas argumentos en contra de la elección? ¡Espera un minuto! ¿Qué podría ser mejor que ser la posesión atesorada de Dios? ¿Quién no quiere ser elegido por Dios? ¡Alábale que eres elegido!

La elección no debe ser una fuente de vanidad u orgullo. Mira lo que dice a continuación:

»El Señor se encariñó contigo y te eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso sino el más insignificante de todos. Lo hizo porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza.

»Reconoce, por tanto, que el Señor tú Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos, 10 pero que destruye a quienes lo odian y no se tarda en darles su merecido. 11 Por eso debes obedecer los mandamientos, los preceptos y las normas que hoy te mando que cumplas.

¿Es porque tú eres tan especial que Dios te elije, te llama y te guarda? No, e Israel tampoco fue especial. Era una tribu pequeña e insignificante. Su última ocupación fue esclavo. Ninguno de los patriarcas – Abraham, Jacob y sus hijos – eran perfectos. Abraham tenía sus defectos, pero creyó a Dios y caminaba con Él, y Dios lo amaba y le era fiel.

¿No es maravilloso que Dios se encariñó contigo? Si lo amas y guardas sus mandamientos, esas bendiciones fluirán a tus hijos y a sus descendientes. Pero si odias y rechazas a Dios y vives a tu manera, Él traerá una maldición sobre tus hijos y habrá devastación en tu vida ahora.

No por tu justicia

Más tarde, en otro mensaje, Moisés vuelve al mismo tema (9:4-6):

»Cuando el Señor tu Dios los haya arrojado lejos de ti, no vayas a pensar: “El Señor me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de esta tierra.” ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza. De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Entiende bien que eres un pueblo terco, y que tu justicia y tu rectitud no tienen nada que ver con que el Señor tu Dios te dé en posesión esta buena tierra.

¡Tres veces dice «No fue por tu justicia»! El mensaje es muy claro: La elección no se basa en nuestras obras. Dios nos elige y nos salva, y luego nosotros respondemos con buenas obras. Nuestra justicia es como trapos de inmundicia. No somos mucho mejor que los tercos hijos de Israel de dura cerviz.

Dios no fue arbitrario en la destrucción de las naciones en la Tierra Prometida; se merecían su juicio. Era su maldad, y no la justicia de Israel, que resultó en su destrucción. Y si se enorgullecen porque Dios los eligió, en los siguientes versos Moisés les recuerda el becerro de oro.

Ahora volvemos al capítulo siete.

Bendiciones condicionales

12 »Si prestas atención a estas normas, y las cumples y las obedeces, entonces el Señor tu Dios cumplirá el pacto que bajo juramento hizo con tus antepasados, y te mostrará su amor fiel. 13 Te amará, te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y también el fruto de la tierra que juró a tus antepasados que les daría. Es decir, bendecirá el trigo, el vino y el aceite, y las crías de tus ganados y los corderos de tus rebaños. 14 Bendito serás, más que cualquier otro pueblo; no habrá entre los tuyos hombre ni mujer estéril, ni habrá un solo animal de tus ganados que se quede sin cría. 15 El Señor te mantendrá libre de toda enfermedad y alejará de ti las horribles enfermedades que conociste en Egipto; en cambio, las reservará para tus enemigos. 16 Destruye a todos los pueblos que el Señor tu Dios entregue en tus manos. No te apiades de ellos ni sirvas a sus dioses, para que no te sean una trampa mortal.

Si… prestan atención a la Palabra de Dios y la guardan.

Si… destruyen a todos los habitantes de la tierra y cualquier rastro de su religión.

Entonces…tienen asegurada una gran bendición. Pero está condicionada a su obediencia. Casi todos los pactos de la Biblia son condicionales. Dios siempre será fiel a su parte, pero si no siguen a Dios totalmente, caerán en una trampa mortal. Demasiados cristianos viven con esas trampas debido a su obediencia incompleta.

¿Realmente vale la pena aferrarte a las cosas del mundo? Mira lo que está prometido si hacen cosas a la manera de Dios:

  • Su amor.
  • Sus bendiciones.
  • Números aumentados.
  • No infertilidad; el fruto del vientre será bendecido, ¡tanto humano como animal!
  • Sus cultivos y rebaños serán altamente productivos.
  • ¡Dios los mantendrá libre de toda enfermedad! No estamos hablando solo de curación, ¡esto es el verdadero cuidado preventivo! ¡Dios puede protegerte de la enfermedad!

Por otro lado, va a afligir a sus enemigos con enfermedades. ¿Qué? ¿Dios puede causar enfermedad? Eso es lo que dice, como un juicio sobre aquellos que lo aborrecen.

Estas escrituras de tantas bendiciones encantan a los predicadores de la prosperidad. Por desgracia, pasan por alto la necesidad de vivir de acuerdo con toda la palabra de Dios, lo que elimina la avaricia y una vida egocéntrica. Pero, ¡gloria a Dios! Como buen padre, Dios se deleita en bendecir a los que son fieles a Él. Pero nosotros tenemos que mantener un equilibrio.

¡No tengas miedo!

17 »Tal vez te preguntes: “¿Cómo podré expulsar a estas naciones, si son más numerosas que yo?” 18 Pero no les temas; recuerda bien lo que el Señor tu Dios hizo contra el faraón y contra todo Egipto. 19 Con tus propios ojos viste las grandes pruebas, señales y prodigios milagrosos que con gran despliegue de fuerza y de poder realizó el Señor tu Dios para sacarte de Egipto, y lo mismo hará contra todos los pueblos a quienes ahora temes. 20 Además, el Señor tu Dios enviará contra ellos avispas, hasta que hayan perecido todos los sobrevivientes y aun los que intenten esconderse de ti. 21 No te asustes ante ellos, pues el Señor tu Dios, el Dios grande y temible, está contigo.

¿Hay algún enemigo morando en tu «tierra» que parece imposible de expulsar? ¿Has fracasado una y otra vez en tus esfuerzos para cambiar tu vida con programas de pastillas, autoayuda y psicoterapia? ¿Vives con temor del enemigo? ¿Estás dominado por el alcohol? ¿Atado por las drogas? ¿Adicto a la pornografía? ¿Es el dinero un ídolo? ¿Eres mujeriego?

No pienses en ti y en tu habilidad para superar ese pecado. ¡Piensa en Dios! Él está contigo, como lo estaba con Israel. Pero tú tienes mucho más: ¡su Espíritu mora dentro de ti! ¡Piensa en lo grande e impresionante que es Dios! ¡Piensa en su amor por ti! Ese amor perfecto echará fuera todo el temor. Confía en Él y en su promesa de entrar en la tierra de tu enemigo y echar fuera lo que te esclaviza. Lee la Biblia de nuevo para ver todo lo que Dios ha hecho en el pasado. Lee testimonios y alimenta tu alma con comunión y enseñanza sólida en una buena iglesia. Lo que Dios ha hecho para los demás, ¡lo hará por ti!

La santificación cuesta tiempo y esfuerzo

22 El Señor tu Dios expulsará a las naciones que te salgan al paso, pero lo hará poco a poco. No las eliminarás a todas de una sola vez, para que los animales salvajes no se multipliquen ni invadan tu territorio. 23 El Señor tu Dios entregará a esas naciones en tus manos, y las llenará de gran confusión hasta destruirlas. 24 Pondrá a sus reyes bajo tu poder, y de sus nombres tú borrarás hasta el recuerdo. Ninguna de esas naciones podrá resistir tu presencia, porque tú las destruirás. 25 Pero tú deberás quemar en el fuego las esculturas de sus dioses. No codicies la plata y el oro que las recubren, ni caigas en la trampa de quedarte con ellas, pues eso es algo que aborrece el Señor tu Dios. 26 No metas en tu casa nada que sea abominable. Todo eso debe ser destruido. Recházalo y detéstalo por completo, para que no seas destruido tú también.

Sería genial si Dios pudiera eliminar instantáneamente todo deseo pecaminoso y darnos una victoria completa. Sería más fácil para Israel despertarse una mañana y encontrar la tierra libre de todos sus habitantes y lista para cosechar. Pero habría muchas batallas y duro trabajo sembrando y cosechando.

Dios revela un principio muy importante de santificación aquí: Él nos libera del pecado poco a poco, lo que nos mantiene humildes y dependientes de Él, pero también nos permite desarrollar nuevos hábitos y profundizar nuestra comprensión de quién es Él y lo que quiere para nosotros. En este caso, si las naciones fueran eliminadas de inmediato, podrían llenarse de animales salvajes. Y en tu vida, si cada rastro del enemigo fuese eliminado al instante, es probable que no estarías listo para caminar en ese nivel de santidad; puede abrir una puerta al diablo.

Confía en el tiempo de Dios. Trabaja con Él. Confía en Él que nadie puede enfrentarse a ti. ¡Qué tremenda promesa!

Hay dos advertencias importantes sobre cosas que fácilmente pueden hacernos tropezar:

  • Ten cuidado con el oro y la plata. Sobre todo el dinero sucio, y codiciando el dinero. Ten en cuenta que Dios no les promete riquezas; buenas cosechas y grandes rebaños, sí. Plata y oro, no. No caigas en la trampa del dinero.
  • Ten cuidado de lo que traigas a tu casa, sobre todo lo que venga por medio de la tele o Internet. Sé vigilante con quien ingresa a tu casa, sobre todo cómo se relacionan con tus hijos pequeños. Mira los tipos de alimentos que dejas entrar. Sé un atalaya para tu familia.

¿Es este el momento?

Era casi la hora para Israel. Finalmente van a cosechar después de años de preparación. Dios anhelaba un pueblo que le diera gloria y fuera su posesión. El camino no ha sido fácil. El único hombre fiel a Dios durante todos esos años estaba a punto de morir. Pero Dios había hecho su parte; pronto se manifiestarían los frutos de sus labores.

¿Es este tu momento? ¿Ha sido duro el camino? ¿Puedes ver la mano de Dios en tu vida a través de los años? ¿Es este el momento de tomar la obediencia en serio y empezar a aprovechar todas las bendiciones de Dios? La Palabra de Dios está llena de promesas para ti. No se trata de si, sino de cuando. Tal vez este sea el momento.