El desierto de pecado  Éxodo 16:1-12

1Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de las tierras de Egipto.

El desierto de Sin. ¡Qué nombre tan apropiado! En inglés, la palabra “sin” significa “pecado.” En realidad, el nombre no tiene nada que ver con eso, pero es cierto que era un lugar de pecado. Probablemente fue nombrado para la deidad semítica de la luna, Sin, a quien adoraban en esa región. El desierto tenía la apariencia de la luna.

¡Mucho había sucedido en el mes que Israel tenía de ser libre de su esclavitud en Egipto! Sin duda suficiente para darles una confianza sólida en Dios. Acabaron de disfrutar de la bendición de Elim, pero ese oasis ahora parece estar muy lejos. Están de vuelta al desierto. Muchos cristianos tienen la misma experiencia después de un poderoso retiro o culto: Llegas a casa o al trabajo y ya estás de vuelta en el desierto.

En este versículo se mencionan cuatro lugares:

1) Egipto: El lugar de la esclavitud. Dios los libró de Egipto.

2) Elim: El lugar de descanso dado por la gracia de Dios.

3) Sin: El lugar desolado donde se encuentran en este momento. Un lugar de escasez y pruebas – y la provisión milagrosa de Dios. Muchas veces el desierto se interpone entre el reposo y un encuentro impresionante con Dios.

4) Sinaí: La montaña por delante, donde Dios mostrará su gloria, y les dará su ley. También será un lugar de rebelión; a pesar del encuentro dramático con Dios, siguen pecando.

Curiosamente, solo pasaron unos días en Elim, y un tiempo bastante corto en el monte Sinaí. ¡Pero eran esclavos durante cientos de años y estaban en el desierto durante cuarenta años! ¡Dios está preparándolos para una eternidad en el paraíso!

¿Dónde te encuentras ahora? ¿En uno de estos lugares? ¿Cómo manejas el desierto? ¡Presta mucha atención a las lecciones que aprendió Israel!

¡Cuidado con murmurar!

Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto.

Refunfuñar, quejarse, murmurar, gemir: Todos son nombres para el mismo pecado. Si eres un líder, prepárate para ellos; cada líder los enfrenta. Ya sea en tu familia o en tu iglesia, puede ser un cáncer que infecta a todo el cuerpo. Es común, y mortal.

¿Cómo te sientes cuando tu esposa o tus hijos se quejan de todo? Es lo opuesto a un corazón agradecido, y Dios lo odia. Directa o indirectamente, es un pecado contra Dios. Él nos llama a estar contentos y confiar en Él en situaciones difíciles. Resiste la tentación de murmurar. Entrena a tus hijos para que no se quejen. No lo toleres en tu casa. Advierte a tu iglesia al respecto. Ten cuidado de no caer en el mismo pecado. Y sé pro-activo: cuando la gente a tu alrededor se queje, no guardes silencio. Sin condenarlos, desafíalos y ofrece una alternativa constructiva.

«¡Si tan sólo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre». (NTV)

¡Moisés y Dios conspiran para matarlos!

El temor distorsiona la realidad y es la fuente de muchas quejas. ¡Egipto suena muy bueno! ¡Después de solo un mes, ellos romantizan la esclavitud! Tal vez comían mucho en Egipto, pero convenientemente olvidaron los horrores de la esclavitud. Probablemente salieron de Egipto con alimentos suficientes para un mes. Ahora la comida se acabó, y les falta la fe para creer que Dios no los dejará morir de hambre. Desesperados, prefieren la muerte. Y se engañan haciéndoles creer que Dios quiere matarlos, solo unos días después de su amable provisión de agua.

También cuestionan los motivos de Moisés. En lugar de un pastor que los cuida, él se convierte en un asesino de masas, engañándolos para que abandonen Egipto solo para matarlos en el desierto. Esa tiene que ser una de las cosas más difíciles para un líder. Moisés lo había dejado todo. Israel era un dolor de cabeza para él. ¡Ser acusado de intento de asesinato sería muy doloroso! Ya sean tus hijos, tu esposa o tu iglesia, es peligroso juzgar sus motivos. ¡Tú no sabes lo que hay en su corazón! Está bien tener miedo, pero como enseña cada seminario de matrimonio, expresa esos sentimientos en «yo,» en lugar de juzgar a la otra persona. Si te acusan como acusaron a Moisés, no te pongas a la defensiva. Mira el miedo detrás de ella, dalos la oportunidad de expresar lo que sienten, y escucha la voz del Señor.

El peligro de la prosperidad

Los israelitas estaban encantados con Elim. Estaban alabando a Dios después de cruzar el Mar Rojo, listos para aceptar la enseñanza de que la vida con Dios es pura bendición y victoria. Tristemente, esa enseñanza te deja vulnerable cuando Dios no te prospera como te prometieron. ¡Imagínate si Moisés les hubiera prometido abundante comida, buen clima y victoria sobre todos sus enemigos! ¡Esta hambre habría sido una verdadera sorpresa! Pero eso es exactamente lo que hacemos cuando predicamos que la vida cristiana es pura bendición, gozo, victoria y abundancia. Cuando eso no sucede, pueden culpar a Dios, al predicador o a ellos mismos. Incluso pueden pensar que sería mejor morir.  Lo más probable es que recuerden lo  bueno que era su vida en el mundo, hasta el punto de abandonar la fe.

Si tienes hambre y estás luchando en este momento, ten cuidado de no romantizar el pasado. No te enojes con tu pastor. Desafía los pensamientos de fatalidad y desesperación. Dale gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho. Estudia las Escrituras y sé animado por su fidelidad. No te metas en una «confesión positiva» falsa. Sé real acerca del dolor en tu vida. Y mira a Dios y confía en Él para su provisión.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Voy a hacer que les llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis instrucciones. El día sexto recogerán una doble porción, y todo esto lo dejarán preparado.»

La segunda prueba

La primera prueba fue el agua amarga de Mara. No les fue muy bien en esa prueba. Ahora serán probados para ver si siguen las instrucciones o no. ¿Cómo te iría con eso? Cuando tú compras los muebles listos para armar, ¿lees las instrucciones? ¿Las sigues? ¿O crees que sabes mejor cómo hacerlo? ¿Estudias el manual de tu vehículo y sigues las pautas para cambios de aceite y mantenimiento? No seguir las instrucciones, ya sea para cambios de aceite o leyes de tránsito, a menudo revela un corazón rebelde. Tú sabes mejor que la otra persona, o simplemente no te gusta que te digan cómo hacerlo. Es orgullo. Aprender a someterse a las instrucciones es un fundamento de la vida cristiana.

Seguir las instrucciones para recopilar el maná puede parecer trivial. Pero si no sigues las instrucciones para las pequeñas cosas, es probable que no lo hagas por las cosas importantes. Es la idea detrás del enfoque de tolerancia cero para violar la ley de la ciudad de Nueva York, lo que la convirtió en una de las ciudades más seguras del país. Si las personas saben que tienen que obedecer leyes menores, desarrollarán un hábito de obediencia y es menos probable que infrijan las otras leyes. La misma idea está detrás de entrenar a un perro. Si tiene que sentarse y esperar su comida, probablemente vendrá cuando lo llamas, y eso puede salvarle la vida en una calle concurrida.

Dios proveerá para ti

Dios todavía no había dado la ley del sábado, pero el principio se estableció desde la creación. En el séptimo día Dios no les daría maná; tendrían que comer lo que prepararon el día anterior. Si no siguen las instrucciones, padecerán hambre. La naturaleza humana tiende a irritarse con la ley, pero junto con las instrucciones vino la provisión milagrosa de Dios. Moisés no pidió nada, y Dios pasó por alto sus murmuraciones y amablemente hizo llover pan del cielo. Es un patrón que continúa hasta el día de hoy: «Danos hoy nuestro pan diario.» Confiamos en que Dios proveerá día a día. Eso no significa que no puedes almacenar algo para un día lluvioso. Tenemos que ser prudentes en el uso de lo que Él nos da, pero Jesús también nos advierte claramente sobre las preocupaciones materiales (Mateo 6:25-34):

»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?

»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.  Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?  Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.  Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

¿Por qué es tan difícil seguir lo que dice Jesús, después de tantos años de ver su fidelidad? ¿Por qué somos tan reacios a buscar primero su reino? ¿Por qué insistimos en la búsqueda de las riquezas del mundo? ¡Hay mucha libertad en dejar ir las preocupaciones terrenales! ¡Imagínate cuantas quejas serían eliminadas! ¡Vive cada día al máximo! ¡Confía en Dios para lo que necesitas hoy!

Tu maná diario

Ya no salimos para recoger maná, pero debemos buscar a Jesús y alimentar nuestras almas en la Palabra cada mañana. Muchas personas luchan con un tiempo devocional y lo resisten como legalismo. Sin embargo, en más de cuarenta años de seguir a Jesús, he observado que eso es el factor más importante para la salud espiritual. A veces no tienes ganas, pero al igual que bañarte, vestirte y desayunar cada mañana, haz el tiempo devocional una parte indispensable de tu rutina diaria. Confía que Dios va a hacer llover pan del cielo por ti.

Moisés y Aarón les dijeron a todos los israelitas: —Esta tarde sabrán que fue el Señor quien los sacó de Egipto, y mañana por la mañana verán la gloria del Señor. Ya él sabe que ustedes andan murmurando contra él. Nosotros no somos nadie, para que ustedes murmuren contra nosotros.

Y añadió Moisés: —Esta tarde el Señor les dará a comer carne, y mañana los saciará de pan, pues ya los oyó murmurar contra él. Porque ¿quiénes somos nosotros? ¡Ustedes no están murmurando contra nosotros sino contra el Señor!

¿Contra quién te quejas?

Cuando te quejas contra alguien que Dios ha puesto sobre ti en autoridad, te quejas contra Dios. Moisés no pudo darles carne y pan, pero en respuesta al murmullo, Dios mostrará su poder y su gloria. Él les dio todo el pan que podían comer. Hubiera sido monótono, comer el mismo maná todos los días, pero era completamente confiable. Un cantante cristiano de la década de los 80, Keith Green, escribió una canción humorística al respecto:

Así que quieres volver a Egipto, donde es cálido y seguro.

¿Lamentas que compraste el billete de ida cuando pensabas que estabas seguro?

Querías vivir en la tierra de la promesa, pero ahora se está volviendo muy difícil.

¿Lamentas estar aquí, en el desierto, en lugar de tu propio patio trasero?

 

Comer puerros y cebollas por el Nilo.

Ooh qué mal aliento, pero salimos a cenar con estilo.

Ooh, mi vida se está desmoronando.

Dame las pirámides.

 

Pues no hay nada que hacer más que viajar, y seguro que viajamos mucho.

Porque hay que mantener los pies en movimiento cuando la arena se calienta tanto.

Y por la mañana los hotcakes son de maná. Picamos maná durante todo el día.

Y seguramente anoche hubo un ganador para cenar, se llama soufflé de maná.

 

Bueno, una vez nos quejamos por algo nuevo para picar.

La tierra se abrió y comió algunos de nosotros para el almuerzo.

Ooh, qué fuego y humo.

¿No puede Dios ni siquiera tomar una broma? … ¿Eh? …. (¡No!)

Así que quieres volver a Egipto, donde los viejos amigos te esperan.

Puedes tener  una gran fiesta y decirle a toda la pandilla, que lo que decían era todo cierto.

Y este Moisés actúa como un pez gordo, ¿quién cree que es?

Es verdad que Dios hace muchos milagros, pero Moisés cree que todos son suyos.

 

Bueno, yo estoy pasando por muchos problemas, incluso ahora.

¿Por qué se enfadó tanto por el becerro, el becerro de oro?

Moisés, él parece bastante ocioso, solo descansa.

Sólo se sienta y escribe la Biblia.

 

Oh, Moisés, baja tu pluma.

¿Que?… ¡Oh, no! ¿Otra vez el maná?

Oh, maná waffles….

Hamburguesas de maná…

Panecillos maná…

Filete de maná…

Manacoti…

¡Pan Bamana!

 

¿Eres culpable de quejarte de Dios, porque te quejas de alguien que Él ha puesto en autoridad? ¿Estás contento con lo que Él te ha dado, o sientes que mereces algo mejor? ¿Te han impactado la avaricia y el materialismo que han infectado una gran parte de la iglesia?

Luego se dirigió Moisés a Aarón: —Dile a toda la comunidad israelita que se acerque al Señor, pues los ha oído murmurar contra él.

10 Mientras Aarón hablaba con toda la comunidad israelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y vieron que la gloria del Señor se hacía presente en una nube.

11 El Señor habló con Moisés y le dijo: 12 «Han llegado a mis oídos las murmuraciones de los israelitas. Diles que antes de que caiga la noche comerán carne, y que mañana por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios.»  (NVI)

Justo allí, en el desierto de Sin, con todos sus murmullos, ¡vieron la nube de gloria! ¡Dios quiere mostrar su gloria! ¡Él proveerá tus necesidades diarias! ¡Cuánto mejor que murmurar es disfrutar la gloria de su presencia y recibir su provisión graciosa diaria con corazones agradecidos, llenos de fe y alegría! Al igual que Dios los estaba probando, ellos estaban probando a Dios. ¡Pero Jesús dijo que el Señor no debería ser puesto a prueba!

  • ¿Estás probando a Dios?
  • ¿De qué te quejas en tu corazón? ¿La esposa que Dios te dio? ¿Tu trabajo? ¿Tu pastor? ¿Tu congregación?
  • ¿Cómo puedes cambiar tu actitud para que veas la gloria de Dios?
  • ¿Estás aprovechando el maná a tu disposición todas las mañanas? ¿Qué estás perdiendo porque no te has tomado el tiempo y el esfuerzo para salir y encontrar lo que Dios ha preparado para ti?

No somos mejores que Israel. El desierto de Sin no era un lugar agradable, pero a menudo es en el desierto donde se ve la gloria de Dios. Cuando tienes hambre, ¡incluso el maná puede ser una delicia!

 

¡El socorro está por delante! Éxodo 15:22-27

Muchos me han preguntado cuánto tiempo debe esperar una persona antes de salir de dificultades en un matrimonio, trabajo o iglesia. Mi impresión es que la mayoría tira la toalla demasiado rápido. Tendemos a ser como los israelitas en el éxodo: A la primera dificultad empezamos a llorar, nos  desesperamos y nos quejamos que la vida es dura. Parece que Dios nos ha desamparado. No podemos ver que Elim nos espera por delante, un lugar de manantiales refrescantes y la sombra de setenta palmeras. He conocido parejas que se separaron. Él finalmente decide divorciarse, justo cuando su esposa me había dicho que ella estaba pensando en reconciliación. Él no estaba dispuesto a darle suficiente tiempo; había sufrido demasiado e iba a hacer las cosas a su manera.

En este pasaje, Dios quiere darte esperanza y perseverancia para seguir adelante.

Después del milagro

22E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

Si se desconoce el contexto, puedes comprender el pánico después de tres días sin agua. Pero solo unos días atrás habían sido liberados de cientos de años de esclavitud en Egipto, con algunas manifestaciones increíbles del poder de Dios. Luego, a propósito, el Señor los colocó entre el Mar Rojo y los ejércitos perseguidores de Faraón. En un milagro que debe fortalecer su fe durante muchos años, Dios abrió el mar, cruzaron la tierra seca y los ejércitos del faraón fueron destruidos. Acaban de terminar un culto glorioso de adoración, y ahora están en camino otra vez. Dice que Moisés los hizo partir, pero en realidad es la columna de nube y fuego, la presencia visible de Dios, la que los guía. Y Él los lleva directamente al desierto. Todos saben la importancia del agua en el desierto. Caminaron en medio de un mar, pero ahora no hay ni una gota de agua. Puedes aguantar un día, pero después de tres días la situación es crítica. ¿Los había abandonado Dios? ¿Realmente sabe Moisés lo que está haciendo?

Los milagros son geniales, pero tenemos memorias muy cortas. Me parece que los milagros no hacen mucho para fortalecer la verdadera fe. Podemos experimentar un gran milagro y pocos días después caer en la desesperación y darse por vencido. Incluso podemos llegar a ser tan adictos a ellos que no podemos soportar las luchas del desierto.

¿Te encuentras en un tramo seco, después de un gran mover de Dios en tu vida? ¿Puedes todavía confiar en Él? ¿Ha hecho lo suficiente por ti para que puedas creer que no te dejará? ¿Cómo estarías tú después de tres días sin agua? Es fácil sentirse traicionado por Dios, incluso enojado con Él. Las lindas historias de victoria y prosperidad, y un Dios que resuelve todos tus problemas, parecen mentiras.

Pastorear en el desierto

¿Y Moisés? Él tenía tanta sed como los demás, pero llevaba una carga mucho más pesada. Era responsable de miles de personas. Todos lo miraron a él por ayuda. Es Moisés quien sería apedreado si la gente se desespera. A pesar de sus dudas, había aceptado la tarea de guiar a su pueblo a una tierra que fluye leche y miel, pero hasta  ahora ha sido una montaña rusa. Dios mostró su poder al faraón, pero los israelitas mismos se levantaron contra Moisés. Finalmente salieron de Egipto, pero luego se encontraron atrapados por el Mar Rojo. Y ahora, después de una liberación increíble y un gran culto de adoración, todos podrían morir de sed.

Si tú eres pastor o líder, tú probablemente hayas montado la misma montaña rusa. A veces puede ser tu culpa. Siempre es provechoso examinarte a ti mismo y pedirle al Espíritu Santo que escudriñe tu corazón. Pero lo más probable es que no hay nada malo en ti: Tu fe no es débil, y no estás en pecado. Esta caminata tiene muchos altibajos. Una gran parte de la madurez es perseverar en la fe cuando atraviesas los valles y ser humilde en las victorias. Es posible que hayas predicado de todas las grandes cosas que Dios tiene para nosotros en esa tierra prometida, pero parece que tu gente está en un lugar seco. Algunos están listos para irse a otra iglesia más «exitosa» con mejor música; no  está sucediendo como dicen en la televisión que debería suceder. Es una situación difícil para un pastor: Está bien predicar sobre las cosas buenas que Dios tiene para nosotros, pero también tienes que preparar al pueblo para los tramos secos.

La esperanza que se demora

23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.

Tenían tanta sed. Los imagino acercándose al oasis y escuchando el agua; ¡Dios no los ha olvidado! ¡Hay esperanza! De repente, las quejas se convierten en alabanzas – hasta que los primeros peregrinos beben un poco del agua. ¡Es amarga! Su esperanza está defraudada.

Agua amarga

¿Has bebido agua amarga recientemente? ¿Hay algo que anhelas y necesitas? ¿Lo has esperado mucho tiempo? Justo cuando parece ser tuyo, descubres que estás en Mara, en lugar de la tierra prometida. Puede ser una mujer que pensaste que era la respuesta de Dios a años de orar por una esposa, solo para descubrir que ella no es tan agradable como parecía inicialmente. O un trabajo que te prometió libertad financiera que se ha convertido en una carga insoportable. ¿Cómo respondes cuando Dios te decepciona? ¿Cuándo un pastor te defrauda? ¿Cuándo la vida parece más de lo que puedes soportar?

24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?

Es el mismo refrán que se repetirán con frecuencia en este viaje. Como ya hemos visto varias veces, la gente recurre naturalmente a aquellos que creen que puede ayudarlos: Su líder, su pastor, su esposo o su padre. Se quejan. En este momento no hay insurrección, pero están muy frustrados. Moisés no pudo conjurar agua para miles de personas. ¿Recuerdas cuando Jesús mandó a sus discípulos a alimentar a la multitud? Ellos sabían que era imposible.  Pero tanto los discípulos como los hijos de Israel olvidaron quién es su Señor.

¿Estás en un lugar seco en este momento? ¿Estás murmurando? ¿Te sientes frustrado con alguien con autoridad que no te ayuda? ¿Parece que Dios tiene oídos sordos? ¿Estás en la situación de Moisés? La gente te busca ayuda, ¡y no tienes idea de qué hacer!

¡Agua dulce!

25 Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron.

Una vez más Moisés hizo lo correcto; hizo lo único que pudo hacer. Clamó a Dios. La solución fue simple: Un árbol arrojado al agua la hizo apta para beber. No cualquier trozo de madera, sino el que el Señor le mostró. ¿Era una especie de árbol especial que de alguna manera contrarrestó la amargura del agua? Se han ofrecido muchas posibilidades. Creo que no tiene nada que ver con la madera; creo que fue un milagro sencillo que Dios hizo en respuesta a la obediencia de Moisés a lo que puede parecer un comando tonto.

En el árbol hay un tipo de la cruz. Ciertamente, Jesús pagó el precio por la amargura de esta vida. Puede que Él no cure instantáneamente todos los problemas, pero el poder del diablo, del pecado y de la muerte fue quebrado en la cruz. Él experimentó la muerte más amarga posible, para ti. Su presencia satisface la sed de tu alma.

Probablemente mucha gente frustrada y sedienta observó a Moisés arrojar el árbol al agua. ¿Qué ocurriría si no hubiese pasado nada? ¿Qué haría Moisés entonces? ¿Estaría la gente tan enojada que lo matarían? ¿Qué hubiera pasado si Moisés se hubiera vuelto muy lógico y hubiera comenzado a discutir con Dios?

¿Te está llamando Dios a hacer algo que te parece una locura? ¿Puedes creer que Dios sabe lo que está haciendo? ¿Estás dispuesto a dar un paso de fe, con toda tu iglesia observándote, para obedecer algo que no tiene sentido para ti?

La provisión de Dios en momentos amargos

A veces Dios puede endulzar la amargura en tu vida y hacerla soportable. Él puede proporcionar agua fresca de una roca. Él es libre de moverse como lo desee en cada situación. Sería ridículo que Moisés buscara un palo la próxima vez que se encontraran con agua amarga, y lo lanzara al agua. Lo que Dios le ordena a otro pastor que haga, lo que trajo gran bendición a su iglesia, puede no tener los mismos efectos con tu situación. Es necesario siempre escuchar a Dios. El palo que arrojaste al agua el año pasado no funcionará esta vez.

La vida está llena de problemas, pero Dios tiene una solución para todos. ¿Habría sido agradable que carros con agua helada los acompañaran durante todo el viaje? ¡Claro que sí! Algunas personas «declararían» que el agua está  allí, que es dulce, y la reclamarían en el Nombre de Jesús. Ellos simplemente no pueden soportar la idea que tenemos  que pasar por dificultades, pero Dios puede ponerte en un camino sin agua por un rato. ¡Sobrevivirás! ¡Dios no te dejará morir!

Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

Pruebas

Sí, fue una prueba. ¿Te acuerdas de la escuela? ¿Estabas emocionado cuando el profesor anunció una prueba? ¡No! (A menos que tú fueses un cerebrito, ansioso por mostrar tú inteligencia a todos.) ¿Estás pasando por una prueba en este momento? La teología popular de las bendiciones sin fin no deja mucho lugar para la prueba. Pero Dios quería saber cuán real era la adoración de Israel, y quería darles la oportunidad de ver cuánto  ha crecido su fe después de su experiencia cruzando el Mar Rojo (¡no mucho!).

¿Podría Dios estar probándote ahora mismo? Israel estaba afortunado; esta prueba duró solo tres días. Eso era todo lo que pudieron soportar. He visto pruebas durar años; probablemente Dios tiene grandes cosas preparadas para ellos, y está haciendo una obra profunda en ellos.

Yo soy el Señor tu sanador

En realidad, fue un importante paso adelante. Dios les dio nuevas ordenanzas y una promesa increíble; una promesa que muchos ven hoy como un cheque en blanco para sanidad. Examinemos lo que dice:

  • Al igual con la mayoría de las promesas de Dios, viene con una condición muy importante: Tienen que escuchar atentamente al Señor, hacer lo recto delante de sus ojos, prestar atención a sus mandamientos y guardar todos sus estatutos. ¡Espérate! ¡Eso es imposible! ¡Jesús es el único que guardó cada mandamiento! Pues, si aún quieres intentar cumplir con estas condiciones, implica pasar bastante tiempo con Dios, para escuchar su voz. ¿Cómo te va con eso? Qué fácil es superar las condiciones y reclamar la promesa, ¿verdad?
  • La promesa toca específicamente las enfermedades que Dios había enviado a los egipcios; no es una promesa de curación para todas las enfermedades. No sabemos exactamente cuáles eran esas enfermedades.
  • Dios puede enviar enfermedades, lo cual implica que puede deberse a nuestra infidelidad o pecado, o puede ser algún tipo de corrección. Si tú estás enfermo, vale la pena preguntarle a Dios si se la envió por alguna razón. Al parecer, no siempre es del
  • A pesar de eso, todavía gozosamente afirmamos: ¡Dios es un Dios sanador! Él quiere sanar. Él tiene todo el poder para sanar, y siempre es bueno pedirle sanidad. Solo ten cuidado de no “declarar” una curación cuando realmente no sabes lo que Dios está haciendo en la vida de esa persona. Solo te pones a ti mismo (y a Dios) en ridículo si no sucede. Y si no hay curación, examínate a ver si estás cumpliendo con estas condiciones.

27 Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.

¡Un oasis!

Ah, Elim. Dios es bueno. Este es, finalmente, el campamento que esperaban junto al Mar Rojo. Es tan bueno encontrar un oasis en medio del desierto. Les encantaría quedarse allí, pero, lamentablemente, todavía tenían un largo viaje y muchas batallas por delante.

Gracias a Dios por los oasis en tu vida. No los des por sentado, y no te sientas demasiado cómodo con ellos. Son un signo de la provisión misericordiosa de Dios, y el estímulo de que existan tales lugares. Habrá más de ellos en el camino. Mientras tanto, guarda la memoria de lo bueno que fue. Veo mucha gente hoy que cree que Elim es su derecho de nacimiento como cristianos. Edifican casas allí para vivir la vida buena. Pero este mundo no es nuestro hogar; somos peregrinos y extranjeros aquí. Ten cuidado de no sentirte demasiado cómodo en Elim, tal vez hasta el punto de  no escuchar a Dios, o no estar dispuesto a seguir adelante cuando te llame de nuevo al desierto.

Dios los llevó tanto a Mara como a Elim; un lugar de amargura y un lugar de bendición. Elim es aún mejor cuando apenas saliste de Mara. Dios puede tenerte en Mara un poco más, pero puede mostrarte un árbol que lo haga soportable. Claro que no es Elim, pero al menos sobrevivirás. Esta vida está llena de los “Elims” – y los “Maras.” Renovación y amargura. Dios no te debe Elim. Nunca te garantiza que te quedarás en Elim. De hecho, Jesús nos dijo que habría mucha amargura en este mundo.

El socorro está por delante

Si tan solo la gente hubiera aguantado un poco más, Dios tenía algo tan dulce preparado para ellos. Aguanta, mi hermano. Yo no puedo decir cuando llegarás a Elim, pero va a ser justo a tiempo. Justo en el tiempo de Dios. Hay algunos momentos hermosos, algunos regalos, que Dios tiene para nosotros en medio de este desierto que llamamos vida. Disfrútalos al máximo mientras estés allí. Son pequeños alivios, pasos en el camino al cielo, que mantienen la fe viva y refrescan tu alma. Un Elim podría estar justo a la vuelta de la esquina para ti. No te rindas. Dios te dará la fuerza para seguir adelante.

 

¿Por qué no puedo echar fuera demonios? (Marcos 9:2, 14-29)

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. (Marcos 9:2, RVR)

Sería un día muy especial para Jesús, y uno de los momentos más gloriosos de su vida terrenal. Siempre es bueno escalar una montaña con buenos amigos. Éste era un monte alto, y Jesús estaba acompañado por los tres hombres más cercanos a Él. Allí en el monte vieron su gloria, mientras Él conversaba con Moisés y Elías.  

Pero no fue un día tan hermoso para los demás discípulos; aquellos que Jesús dejó abajo. Con el gadareno (Marcos 5), no se oye nada de los discípulos; probablemente se quedaron en la barca. Esperemos que los discípulos hayan aprendido algo de esa experiencia, porque esta vez Jesús está fuera de la vista, en el monte, y toca a ellos ministrar a un joven endemoniado. Pero cuando Jesús bajó del monte, los halló en un conflicto feo:

14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. (RVR)

Jesús rescata a sus discípulos

Es duro bajar de la cumbre de la montaña y encontrar a aquellos encargados de la obra fracasando. Moisés tuvo una experiencia similar cuando descendió del Monte Sinaí. Así como el rostro de Moisés reflejaba la presencia gloriosa de Dios, sospecho que rastros de gloria quedaron en el rostro de Jesús; de modo que la gente se asombró al verlo. Estoy seguro de que los otros discípulos se alegraron al ver a Jesús. No sabemos por qué los maestros de la ley discutieron con ellos, pero la cuestión era un muchacho endemoniado que los discípulos no podían ayudar. Tal vez los maestros aprovecharon la ocasión para atacar la credibilidad de Jesús en general, y los discípulos se apresuraron en su defensa.

16 —¿Sobre qué discuten? —preguntó Jesús.

17 Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo: —Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar. 18 Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo. (NTV)

¿Has visto eso? ¿O lo has experimentado? El pastor principal encarga la iglesia a un pastor joven. La gente viene en busca de ayuda. Quieren ver al pastor principal, o al evangelista famoso, pero ellos no están allí; tienen que conformarse con el joven. Pero parece que esa persona no tiene la misma unción, y no puede ayudarlos. Es una experiencia humillante para quien falla; quizás aún peor para estos discípulos, ya que Pedro, Jacobo y Juan los observaban. Este padre vino con una simple solicitud para echar fuera al espíritu maligno, y los discípulos no pudieron.

No es que no tuvieran experiencia en liberación, o carecieran de autoridad. Jesús ya les había dado autoridad para echar fuera demonios, y tuvieron bastante éxito en su primer viaje misionero:

Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban.  (Marcos 6:7, 12-13, RVR)

Pero esta vez no pudieron ayudar a este padre.

Los síntomas de demonización

  • Una persona atormentada por un demonio puede estar bien, pero de repente el espíritu puede manifestarse.
  • También puede ser una aflicción continua (como este niño que no podía hablar), que a menudo se explica en términos médicos o psicológicos.
  • Cuando un demonio se manifiesta, la persona puede:
    • Estar tirado al suelo. Algunas traducciones mencionan convulsiones.
    • Echar espuma por la boca.
    • Rechinar los dientes.
    • Ponerse rígida.

¿Un espíritu o una enfermedad?

Fácilmente se puede confundir estos síntomas con un ataque epiléptico, lo que nos lleva a un dilema fundamental en liberación: ¿Cuándo es un demonio, y cuándo es una enfermedad? ¿Se administra medicina, o se echa fuera al demonio? La ciencia moderna se burla de los cristianos que atribuyen estos síntomas a los demonios. Sin duda hay explicaciones médicas para muchos de ellos; es imprudente atribuir todos los casos a un demonio y descartar el conocimiento médico. Sin embargo, parece que el péndulo ha oscilado demasiado hacia el otro lado, donde incluso los cristianos rara vez buscan la razón espiritual detrás del problema. ¿Qué pasa con el alarmante aumento en el autismo, las enfermedades autoinmunes y otras aflicciones que desconciertan al establecimiento médico? ¿Es posible que millones de personas sufran innecesariamente porque los cristianos carecen de la autoridad y la libertad para enfrentar a los demonios detrás de sus aflicciones? Obviamente, queremos evitar los extremos, pero Jesús no tenía ningún problema atribuyendo estos síntomas a los demonios, y su enfoque proporciona un alivio inmediato.

19 —¡Ah, generación incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.

Generación incrédula y perversa

Después de la gloria del monte de transfiguración, Jesús está aún más consternado por la falta de fe de los discípulos. El pasaje paralelo de Mateo (17:17) agrega “perversa” a su descripción de ellos. Jesús no simpatiza con la situación difícil de sus discípulos. Él tenía la expectativa de que ellos ayudarían al niño. Ésta es una de las pocas ocasiones en que Jesús expresó impaciencia y dificultad con estar aquí en la tierra. Probablemente hubiera preferido quedarse en la montaña o irse directamente a casa, en el cielo.

¿Cómo describiría Jesús a nuestra generación? Parece que hay aún más incredulidad entre nosotros.

20 Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le dio una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca. (NTV)

Recopila información acerca del caso

En presencia de Jesús, el espíritu se manifestó de inmediato. ¿Es posible que no veamos más manifestaciones porque los espíritus no reconocen la presencia de Dios en nosotros? Al principio, en lugar de mejorar, el niño empeoró. Algunos padres tomarían al niño y correrían al hospital más cercano; algunos pastores caerían en un pánico e inmediatamente tratarían de controlar la situación. Pero Jesús con calma pide más aclaraciones, aunque el muchacho estaba rodando por el suelo con convulsiones.

21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

¿Por qué quería Jesús saber esto? Tal vez sabía que el demonio estaba muy apegado al niño y lo había atormentado durante mucho tiempo. Este parece un caso especialmente fuerte. O tal vez Él quería conectarse con el padre de alguna manera, para darle la oportunidad de expresar su dolor por la condición de su hijo.

Los demonios a menudo entran a causa de algún pecado o experiencia que abre la puerta y deja a la persona vulnerable. Pero si él había sido demonizado desde su infancia, es muy posible que el demonio fuera transmitido de sus padres.

¿Has notado a personas propensas a sufrir accidentes? Parecen tener un deseo de morir y terminan constantemente en situaciones dramáticas. Presta atención a eso: los demonios están dedicados a destruir, y con frecuencia logran matar a la persona que atormentan. No lo tomes a la ligera, y no desprecies a la persona por llamar la atención o ser demasiado dramática.

El padre tuvo la fe de llevar al niño a Jesús, pero también tenía dudas: Posiblemente porque los otros discípulos fallaron, ya no está seguro de que Jesús pueda ayudarlo tampoco. Tal vez te decepcionó un pastor que pensabas que te ayudaría, y ahora tu fe en Dios (o, especialmente, en sus siervos), es débil. ¡No dejes que la falta de fe de los demás debilite la tuya!

23 —¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Todo es posible

Jesús parece molesto por esta expresión de duda. La fe que Él premia y busca en nosotros es una gran fe que sabe que todo es posible si sólo creemos. ¿Vienes a Jesús con esa débil actitud «si puedes»? ¿O con una fe audaz? Ésta es una de varias declaraciones que Jesús hizo que promete recursos prácticamente ilimitados para quien realmente cree.

24 Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad! (NTV)

Al menos el padre fue honesto. Probablemente detectó la irritación de Jesús con su duda, y temía perder cualquier posibilidad de ayudar a su hijo. Si tú luchas con dudas e incredulidad, no estás solo. Acércate a Dios y pídele ayuda para superar tu incredulidad. Aprende a reconocer tus dudas y desafíalas. Sé honesto, Dios ya las sabe. Dios puede trabajar a pesar de nuestras dudas: La duda del padre no impidió que Jesús hiciera el milagro.

25 Al ver Jesús que se agolpaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno. —Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.

Desafía al espíritu inmundo

Tal vez Jesús quería platicar más con el padre, pero la situación se estaba convirtiendo en un espectáculo y Él quería terminarlo. ¡No dejes que las liberaciones se conviertan en un espectáculo! ¡Sé sensible a la pobre persona rodando por el suelo! ¡No lo pongas en la tele o en Internet!

  • No se mencionó antes, pero el mismo espíritu que robó su hablar también le robó de su oír. Algunas culturas creen que todas las personas sordas están poseídas por un demonio y las rechazan. ¡No los rechaces! ¡Libéralos!
  • Jesús reprendió al espíritu y luego lo mandó a salir. No hubo un largo debate. Jesús tenía la autoridad para ordenarlo salir, y Él te ha dado esa misma autoridad.
  • Hay una segunda parte del comando que a menudo se pasa por alto: Si Jesús no le ordenó que nunca regresara, es muy posible que el demonio vuelva. Un espíritu que ha morado en alguien durante tanto tiempo está inclinado a volver. Lo he visto suceder. El seguimiento es esencial después de una liberación. Si no tenemos cuidado, la persona puede terminar peor que antes: »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.» (Jesús), (Lucas 11:24-26) Entonces  la persona puede cuestionar si la liberación fue real, y puede rechazar completamente un enfoque espiritual.

26 Entonces el espíritu gritó, dio otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente. 27 Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie. (NTV)

Los resultados de una liberación

Contar con manifestaciones físicas y dramáticas. ¡No lo dejes en el suelo! ¡Extiende tu mano, toma la suya y levántalo! Sigue ministrándole hasta que se haya recuperado. ¡Una liberación puede ser traumática!

No dice lo que pasó después, pero podemos adivinarlo:

  • El padre incrédulo tuvo su fe fortalecida.
  • Los maestros de la ley argumentativos fueron silenciados.
  • La multitud que ya se asombró de Jesús probablemente se maravilló de Él aún más.

Aparentemente, Jesús no se aprovechó de la situación para preguntar si alguien más necesitaba liberación o quería seguirlo. Parece que Jesús escapó con sus discípulos, tal vez cansado del encuentro, o pensando en su gloriosa transfiguración.

28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. (RVR)

¿Por qué no podemos echar fuera demonios?

Los tres discípulos que estaban con Jesús en el monte fueron instruidos a no hablar con nadie al respecto, pero los otros discípulos ni siquiera les preguntaron qué sucedió allí; estaban demasiado envueltos con su orgullo herido. ¿Qué salió mal? ¿Cómo pudo Jesús hacerlo con tan poco esfuerzo? Aparte de las multitudes, dentro de una casa, tienen la oportunidad de hablar con el Maestro.

Jesús insinúa que existen varios niveles de dificultad en la liberación. Éste fue un caso difícil. El discernimiento es necesario para cada situación. ¿Debes pasar tiempo en oración y ayuno antes de intentar una liberación? ¿Qué deben decir los discípulos al padre que les trajo a su hijo?: “¿Vuelva usted mañana? ¿Primero tenemos que orar y ayunar?” Lo ideal sería que permanezcamos en ayuno y oración para estar listos para enfrentar todo lo que venga. Si no estás preparado, puede ser mejor esperar, para evitar la humillación de los discípulos. Siempre está bien pedir ayuda de otros. Es mejor tener a varios ministrando liberación, sobre todo cuando están unidos en el Espíritu. Jesús no aceptó el fracaso sólo porque se trató de un caso serio. Debemos esperar la liberación de todas las personas demonizadas.

El pasaje paralelo de Mateo (17:20) incluye otra parte de la explicación de Jesús que Marcos omite:

—Porque ustedes tienen tan poca fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.

Esto refleja la consternación inicial de Jesús en la «generación incrédula y perversa.» Jesús aprovecha la situación para dar una enseñanza general sobre las posibilidades ilimitadas para aquellos que tienen fe, y atribuye nuestros fracasos en la liberación a nuestra falta de fe, junto con la falta de ayuno y oración.

¿Estás listo para ser usado por Dios?

  • ¿Cómo está tu fe? No esperes hasta que Dios te ponga a prueba y te avergüences porque no puedes echar fuera a un demonio. ¿Tienes la fe que Dios te ha dado autoridad sobre los espíritus malignos? ¿Tienes la fe para ordenarlos que se vayan?
  • ¿Cómo ha sido tu experiencia en la liberación? ¿La evitas por las enseñanzas distorsionadas o por los fracasos del pasado? ¿Crees que Dios quiere que la tomes más en serio?
  • ¿Es lo suficientemente importante como para liberar a alguien para que te tomes el tiempo necesario en ayuno y oración?
  • ¿Hay personas – quizá incluso en tu propia familia – que estén sufriendo porque están afligidos por espíritus malignos? ¿Has probado con todo tipo de médicos y terapia – sin éxito? ¿Estás dispuesto a considerar la posibilidad de demonización? Si se trata de alguien cercano a ti – o ti mismo – ¿puedes ver una puerta abierta a un demonio?
  • Dios puede probarte con un caso esta semana. ¿Estás preparado para ello?

Una cosa más. Hay mucha discusión sobre la pregunta: ¿Puede un cristiano ser poseído por un demonio? El lenguaje griego del Nuevo Testamento no usa la palabra “poseído.” Habla de una persona demonizada, afligida por un demonio. No caigas en esa discusión.

 

¡Adoración!  Éxodo 15:1-20

Cuando Dios hace un milagro en tu vida, ¿cómo respondes? ¿Tomas tiempo para darle gracias y alabarlo? ¿O olvidas a Dios cuando las cosas vuelven a la normalidad? Yo vi esto una y otra vez como un capellán de la prisión. Claro que había muchos presos que adoraban al Señor con todas sus fuerzas porque los sustuvo durante la prueba más difícil de sus vidas. Pero había otros que Dios milagrosamente libró de la cárcel; prometieron servir a Dios por el resto de sus vidas si sólo Él los sacase. Sin embargo, se olvidaron de Él desde el momento en que salieron de las puertas. Y eso no sucede solo en la cárcel; sucede todo el tiempo en la calle también. Y no es nuevo; cuando Jesús sanó a los diez leprosos, solo uno regresó para darle gracias. Decepcionado, Jesús le preguntó:  ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? (Lucas 17:18) Romanos 1:21 dice que no agradecer y glorificar a  Dios es el fundamento de nuestro problema de pecado:

Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. (NTV)

Nuestros corazones y mentes se ven afectados si no adoramos a Dios.

Dios anhela verdaderos adoradores (“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren,” Juan 4:23). Cuando haces algo por tu familia, ¿no te gusta cuando te agradecen y te dicen que eres un gran padre? Si lo dan por sentado y nunca lo mencionan a ti ni a nadie más, la próxima vez tiendes a no hacer nada por ellos. Dios no es diferente. Él anhela nuestra adoración. Se lo merece, por todo lo que ha hecho por nosotros.

Los hebreos no estaban acostumbrados a cultos de adoración. No conocían muchas alabanzas. Pero Moisés tomó la iniciativa y los condujo en un glorioso culto después de cruzar el Mar Rojo. Dios los ayudó a cantar una canción nueva, tal vez haciendo eco de lo que Moisés cantó. Y nosotros, ¿ayudamos a la gente en nuestras iglesias a adorar a Dios?  Nosotros, que hemos conocido muchas alabanzas durante mucho tiempo, a veces no pensamos en la importancia de ver la letra, pero para alguien nuevo, le ayuda mucho verla. Es aún mas importante en estos días; ya no cantamos muchos de los coritos sencillos de hace años; son canciones mas sofisticadas. La mayoría de las iglesias muestran la letra de las canciones, pero si la tuya es una de las pocas que no lo hace, haz el esfuerzo para que todos pueden participar en la adoración.

Pastor, tú debes tomar la iniciativa en llevar tu congregación a la presencia de Dios. Es bueno tener un líder de adoración, pero no te libera de tu responsabilidad de fomentar la verdadera adoración en tu iglesia. Es una parte clave de tu llamado al ministerio. Mantente involucrado en la adoración. De vez en cuando únete a la banda de adoración para sus ensayos. Habla y ora con los líderes de alabanza sobre cuales canciones cantarán en el culto. Si no has guiado a tu congregacion en adoración por un tiempo, sorpréndelos y hazlo algún domingo. Participa plenamente en el culto. Por favor, no utilices ese tiempo para hablar con la gente, terminar de preparar tu mensaje o no estar a la vista. ¡Eso comunica un mensaje equivocado! Sé el primero en entrar en la adoración y establece el tono para el culto. Estoy muy preocupado por lo que observo en muchos cultos de «adoración,» que parecen más conciertos, demostrando los talentos de la banda.

Muchos llaman a este pasaje la Canción del Mar. También es conocido como la canción de Miriam, porque ella se menciona en el versículo 20. John Wesley sugirió que Moisés la compuso y dirigió a los hombres, mientras que su hermana Miriam la llevó a las mujeres. Exactamente cómo, no lo sabemos. Algunas fuentes judías hablan de hombres y mujeres que hacen colas, haciéndose eco de lo que cantó el líder. ¡En ese entonces no proyectaban la letra en una pantalla! Moisés no la escribió por adelantado, porque no sabía lo que Dios iba a hacer. Moisés no expresaba muchas emociones, pero aquí vemos lo que llenó su corazón, y su gratitud apasionada por su liberación.

1Entonces Moisés y el pueblo de Israel entonaron el siguiente cántico al Señor:

«Cantaré al Señor,
porque ha triunfado gloriosamente;
arrojó al mar al caballo y al jinete.
El Señor es mi fuerza y mi canción;
él me ha dado la victoria.
Él es mi Dios, y lo alabaré;
es el Dios de mi padre, ¡y lo exaltaré!

Moisés comienza con algo muy íntimo. Ocho veces dice «yo» o «mi» en estos dos versículos. Puede ser obvio, pero para verdaderamente adorar al Señor, Él tiene que ser tu Dios. Si no lo conoces, es solo una canción bonita. Mira a tu alrededor en la iglesia (¡pero no para juzgar a la gente!) y observarás quién realmente conoce a Dios y está muy entusiasmado con lo que ha hecho en su vida, y quién solo está ahí para el espectáculo.

Algunos desprecian una adoración que se basa en nuestra experiencia personal como si fuese egocéntrica, pero la adoración más profunda nace de lo que Dios ha hecho por nosotros. Es cuando realmente experimentamos esa liberación y perdón de pecados que vamos a proclamar del corazón: «Tú me has dado la victoria.»

¿Cómo es tu adoración? ¿Es Dios tu fuerza? ¿O todavía confías en tu propia fuerza limitada? ¿Es Dios tu canción? ¿Has experimentado su victoria? En algún momento tú tienes que aceptar a Cristo y recibir su salvación. No fue porque nació un hebreo que Moisés conoció a Dios; está bien que Moisés pudiera decir que Él es el mismo Dios de su padre, pero la fe de tu padre no te salvará.

El Señor es un guerrero;
¡Yahveh es su nombre!
Arrojó al mar
a los carros y al ejército del faraón.
Los mejores oficiales del faraón
se ahogaron en el mar Rojo.
Las aguas profundas brotaron con fuerza y los cubrieron;
como piedras se hundieron hasta el fondo.

»Tu mano derecha, oh Señor,
es gloriosa en poder.
Tu mano derecha, oh Señor,
aplasta al enemigo.
Con la grandeza de tu majestad,
derribas a los que se levantan contra ti.
Desatas tu ardiente furia
y los consume como a paja.
Al soplido de tu aliento,
¡las aguas se apilaron!
El impetuoso oleaje se quedó firme como un muro;
en el corazón del mar las aguas se endurecieron.

»El enemigo se jactaba diciendo:
“Los perseguiré
y los alcanzaré.
Los despojaré
y los consumiré.
Sacaré mi espada;
mi mano poderosa los destruirá”.
10 Pero tú soplaste con tu aliento,
y el mar los cubrió.
Se hundieron como plomo
en las poderosas aguas.

11 »Oh Señor, entre los dioses, ¿quién es como tú:
glorioso en santidad,
imponente en esplendor,
autor de grandes maravillas?
12 Levantaste tu mano derecha,
y la tierra se tragó a nuestros enemigos.

¿Reconoces a este Dios como tu Dios?

  • ¿O es tu Dios una deidad débil que tienes que convencer para que actúe?
  • ¿Sigue siendo un bebe en el pesebre o colgado en una cruz?
  • ¿Solo piensas en las enseñanzas de Jesús sobre el amor?
  • ¿Piensas en el Padre como un viejo amable?
  • ¿Has olvidado que Dios es un gran guerrero?

Mira nuevamente cómo se describe a Dios aquí:

  • Arrojó al mar los carros y el ejército del faraón.
  • Su mano derecha, gloriosa en poder, aplastó al enemigo.
  • Derribó a los que se levantaron en contra.
  • Desató su ardiente furia y consumió a sus enemigos como paja.
  • Olvídate de una explicación científica: ¡fue por el soplido de su aliento que las aguas se apilaron!

¿Te encoges delante del enemigo? ¡No debes! Deja que Dios se levante como tu defensa y tu guerrero. No temas su ira ardiente, a menos que tú te opongas a Él. ¡Pídele que la desate! Pero primero confirma que estás batallando contra el verdadero enemigo (el enemigo de Dios). Luego pídele con fe que su poder se manifieste para aplastarlo.

¡De verdad no hay Dios tan grande como nuestro Dios! Hay tres frases aquí que lo describen:

  • Glorioso en santidad.
  • Imponente en esplendor.
  • Haciendo maravillas.

¿Describen a tu Dios? ¿Cuándo fue la última vez que hizo maravillas para ti? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que viste su gloria y esplendor? ¿Eres consciente de su santidad, lo que significa que no puede soportar el pecado?

13 »Con tu amor inagotable
guías al pueblo que redimiste.
Con tu poder los guías
a tu hogar sagrado.

Gracias a Dios, ¡no es solo un fuego consumidor y una furia ardiente! Esas características son buenas y deberían ser parte de tu concepto de Dios, pero están equilibradas por su amor inagotable. Como padre, nos quiere en su hogar. Él te guiará con su amor y te llevará allí con su poder. Hará lo necesario para llevarte al otro lado de tu mar rojo, darte la victoria sobre tu faraón, y llevarte a su presencia para toda la eternidad. ¡Te redimió con la sangre de su propio Hijo! ¡No va a abandonarte o dejarte perecer!

14 Lo oyen los pueblos y tiemblan;
la angustia se apodera de los que viven en Filistea.
15 Los líderes de Edom están aterrados;
los nobles de Moab tiemblan.
Todos los que viven en Canaán se desvanecen;
16     terror y espanto caen sobre ellos.
El poder de tu brazo
los deja sin vida, como una piedra,
hasta que tu pueblo haya pasado, oh Señor,
hasta que haya pasado el pueblo que compraste.

Acaban de escapar de la ira del enemigo, pero Moisés ya está pensando en su testimonio en otros países. Por supuesto, en este caso es porque espera que respeten al Dios de Israel y los dejen pasar en paz. Pero Dios se deleita en manifestar su poder para que la gente perdida y sin conocimiento de Dios se maraville de cuán grande es Dios. Qué lastima que Dios sea a menudo el objeto de bromas, y que los cristianos sean vistos como bufones; no vemos a sus enemigos aterrorizados y temblorosos.

¿Crees que a Dios le gustaría cambiar eso? ¿Crees que tú puedes ser un vaso que Él utilice para manifestar su poder y gloria? ¿Crees que Él puede trabajar en tu iglesia de tal manera que terror y espanto caigan sobre tu comunidad? ¿Recuerdas el temor que se apoderó de todos los que escucharon lo que les sucedió a Ananías y Safira? (Hechos 5) ¿Y la admiración profunda que llenó la iglesia primitiva?

17 Tú lo traerás y lo plantarás en tu propio monte,
el lugar, oh Señor, reservado para tu morada,
el santuario, oh Señor, que tus manos establecieron.
18 ¡El Señor reinará por siempre y para siempre!».

“Que venga tu reino…” Todo tiene que ver con que Dios reine: en tu vida, tu familia, tu iglesia y el mundo (en la medida en que puedas influirlo). Es el anhelo de nuestros corazones que su reino se establezca en esta tierra. Cuando Cristo venga otra vez, nos llevará y nos plantará en su morada. Jesús dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay. Voy a prepararte lugar” (Juan 14:2). ¿Anhelas ese santuario? ¿Lo ingresas con la mayor frecuencia posible? Una de las claves más importantes para ingresar a ese santuario es la adoración que hemos visto en este capítulo.

19 Cuando los carros de guerra, sus conductores y los caballos del faraón entraron al mar, el Señor hizo que las aguas cayeran con fuerza sobre ellos. ¡Pero el pueblo de Israel había cruzado por en medio del mar, pisando tierra seca!

20 Entonces la profetisa Miriam, hermana de Aarón, tomó una pandereta, se puso al frente, y todas las mujeres la siguieron, danzando y tocando sus panderetas. 21 Y Miriam entonaba este cántico:

«Canten al Señor,
porque ha triunfado gloriosamente;
arrojó al mar al caballo y al jinete».

Miriam es la primera profetisa en la Biblia. Aquí dirigió a todas las mujeres en danza y adoración profética. No sabemos mucho acerca de su ministerio profético. En Números 12:2 Miriam reclamó que Dios habló por medio de ella. Ella se puso celosa de su hermano Moisés y quería el mismo reconocimiento como una portavoz del Señor, pero centró su queja sobre su esposa cusita. Como resultado, su piel se volvió leprosa (Números 12:10).

¿Has escuchado la historia del Mar Rojo tantas veces (o has visto la película), que ya no te maravillas del poder de Dios manifestado aquí? ¿Cuándo fue la última vez que adoraste a Dios con todas tus fuerzas por lo que Él ha hecho en tu vida? ¿Tienes una relación viva con Dios? Sigue el ejemplo de Moisés, y alienta a aquellos a quienes influyes (en tu familia o tu iglesia), para que sean verdaderos adoradores.

 

Saber cuando bajar y cuando subir a tu barca: Marcos 5:1-20

La liberación era una parte importante del ministerio de Jesús; había mucha gente demonizada incluso entre el pueblo escogido de Dios. Jesús envió a sus discípulos a echar fuera demonios, y lo hicieron. La liberación también era una parte importante del ministerio de la iglesia primitiva.

Hoy muchas veces pensamos en la liberación a la luz del drama del cine. Aunque la iglesia Católica cree en el exorcismo y lo practica, y las iglesias pentecostales son conocidas por liberaciones dramáticas, lamentablemente, en realidad, no tiene un lugar en la mayoría de iglesias. ¿Por qué? ¿Hay menos actividad de los demonios hoy? Yo creo lo contrario: Con la influencia secular en el mundo de hoy, hay más demonización que nunca. Yo ministré durante 21 años como capellán en las prisiones federales de los Estados Unidos, que están llenas de gente oprimida por el diablo. Yo veo mucha evidencia de demonización, ¡a menudo en la iglesia!

¿Qué hay de ti? ¿Crees en la liberación? La mayoría de los cristianos no están preparados o cómodos para lidiar con ella. Aún peor, la mayoría de los pastores tampoco lo están. Es difícil encontrar enseñanzas equilibradas sobre el tema.  Muchos basan sus creencias en películas o experiencias personales.

La liberación es un ministerio difícil. Es una tentación ignorarla, pero eso deja a multitudes oprimidas por las fuerzas del diablo. Jesús esperaba que la liberación fuera parte del ministerio de sus discípulos, y se sintió decepcionado e incluso enojado cuando fallaron. Cristo atribuyó su fracaso a la falta de fe, oración y ayuno. Cualquier creyente lleno del Espíritu, con una fe viva, tiene autoridad sobre los espíritus inmundos. A diferencia de la curación, no hay un don espiritual específico, aunque el don de discernimiento de espíritus es útil.

No hay mucho escrito sobre la liberación en el Nuevo Testamento, y no hay pasajes didácticos claros, pero vamos a estudiar cada liberación en los Evangelios y Hechos. Mi oración es que estos estudios te den el coraje de levantarte en la autoridad que Dios te ha dado, para ser un instrumento que Dios puede usar para liberar a muchos y guiarlos a la plenitud de una vida llena del Espíritu Santo.

Un ejemplo de liberación

1Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos. Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno salió del cementerio a su encuentro.

¿Quieres ser usado por el Señor? A veces te quedas en casa y le preguntas al Señor: “¿Qué quieres que yo haga? Quiero saber tu voluntad.” Claro que a veces tenemos que esperar a que el Espíritu nos guíe, pero a veces solo tenemos que subirnos a la barca e irnos con Jesús. Cuando andas con Jesús, nunca sabes lo que va a suceder. A veces tienes que ir al otro lado, a un lugar donde nadie quiere ir. Los judíos nunca fueron al Decápolis, la región de los gerasenos: diez ciudades gentiles en el lado este del rio Jordán. Sabemos que Jesús no estaba solo: dice que ellos llegaron. Para los discípulos, sería otra aventura no solicitada, como cuando Jesús pasó por Samaria. Nunca menciona a ellos de nuevo. De allí en adelante solo habla de Jesús; es muy posible que los discípulos no quisieron bajarse y se quedaron en la barca. Cuando Jesús baja de la barca, no te quedes (a menos que Él te lo ordene), aunque puedes estar en un lugar donde no quieras bajar.

A veces Jesús te dice a dónde vas y por qué, pero a menudo no. Es posible que Jesús lo supiera, pero en este caso no lo creo.  A veces tienes que subir a una barca sin saber a dónde vayas. Jesús no organizó algunas reuniones. Parece que no conocía a nadie allí; su fama no había llegado a esa región. Jesús fue en obediencia a su padre, y vamos a ver que hizo todo ese viaje para un solo hombre, como Felipe y el eunuco etíope (Hechos 8:26-40). ¿Estás dispuesto a hacer lo mismo? Confía en el Señor. Si estás guiado por el Espíritu, Él te enviará la gente que Él ha preparado, aunque no sea a quienes tú estabas esperando. ¿Es tu momento de subir a la barca con Jesús?

Este hombre vivía entre las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo ni siquiera con cadenas. Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes —lo cual le hacían a menudo—, él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo. Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas.

¿Puedes reconocer a una persona demonizada?

El diablo vino a robar, matar y destruir. No seas engañado: él es real, y la Biblia habla claramente de espíritus inmundos y gente endemoniada. A veces es muy obvio, como en este caso. Pueden estar fuera de control e involucrados en prácticas autodestructivas, pero este fue un caso extremo: Tenía miles de demonios. Es muy posible que haya gente endemoniada a tu alrededor. ¿Sabes qué hacer si encuentras uno? En la Biblia, ni Jesús ni los apóstoles fueron a buscar demonios. De hecho, muchas veces parece que querían evitarlos. Pero también está claro que tenían la autoridad para echarlos fuera. Dios quiere capacitar a sus siervos para ministrar a gente atormentada.

Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él.Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures!». Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».

Entonces Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas?

Y él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.

10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.

11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana. 12 «Envíanos a esos cerdos —suplicaron los espíritus—. Déjanos entrar en ellos». 13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.

La interacción sorprendente de Jesús con los demonios

¿Te sorprende que los demonios vayan corriendo hacia Jesús? ¿No se espera que quieran huir de Jesús? ¡Lo conocen! ¡Estaban con Él en el cielo! ¡Le suplican! Saben que Jesús tiene autoridad sobre ellos. Estaban felices de morar en el hombre; no quieren ir a un lugar lejano, ¡y Jesús honra su súplica! Claro que, como judío, Cristo no estaba muy cómodo con los cerdos, pero aún así es muy interesante que les concede su petición.

Jesús no sabía el nombre del demonio, ni cuántos había. Puede ser que de este ejemplo tengamos la práctica de interrogar a demonios y pedir sus nombres cuando estamos ministrando liberación, pero ten cuidado: Son engañadores y mentirosos. Utiliza mucho discernimiento hablando con alguien endemoniado.

Hay otra cosa muy interesante aquí: Cuando llegó Jesús, le mandó al espíritu que saliera del hombre, ¡y no salió! Jesús nunca los echó fuera, pero necesitan su permiso para entrar en los cerdos. Cuando los demonios recibieron ese permiso, se fueron. Todo era una cuestión de autoridad.

¿Qué pasó con los demonios cuando los cerdos se ahogaron? No lo sabemos, y creo que ellos tampoco sabían lo que los iba a pasar. Tal vez la muerte de los cerdos dio libertad a los demonios para volver a las regiones celestiales, esperando su próxima asignación.  Cuando muere una persona endemoniada, ese demonio sale a buscar otra entidad.

14 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían. La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. 15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.16 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos; 17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz.

Sabe cuándo salir

¿Dejarlos en paz? ¿Estaba el pueblo en paz con este loco endemoniado? ¿Estaba mejor antes de la venida de Cristo? ¿Les importaban más los cerdos que el bienestar de este hombre? ¿Por qué no estaban alabando a Jesús y buscando más de su poder? Pues, así es como muchos responden al poder de Dios. Su propio pecado puede ser revelado, o reconocen su autoridad sobrenatural,  y tienen miedo.

Siempre es difícil saber cuándo perseverar y seguir predicando a la gente que ha rechazado a Jesús. Hay que ser guiado por el Espíritu y discernir lo que está sucediendo. Ésta claramente era una puerta cerrada. Dios tuvo misericordia de este pobre hombre, y le envió a Jesús para que lo liberara. Pero era el único ministerio que Cristo tenía en ese lugar. Nada sucedería si invirtiese más tiempo allí.

18 Mientras Jesús entraba en la barca, el hombre que había estado poseído por los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. 19 Pero Jesús le dijo: «No. Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo».20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudades de esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.

Deja que Jesús te use

Jesús honró la petición del pueblo: Entró en su barca. Ahora el hombre le pidió permiso para acompañarlo. ¡Qué bueno!  Muchas veces Jesús mandó a la gente a seguirle, pero esta vez no. Jesús no le permitió entrar en la barca; Dios tenía otra misión para él.

Este hombre loco fue uno de los primeros evangelistas. Él vuelve para proclamar el milagro de Dios a su familia, y a todas las ciudades de esa región. ¡Y él no tenía la preparación que tenían los discípulos! Antes, pasaba mucho tiempo en un estado completamente perdido, pero Dios lo restauró y le capacitó a predicar. Así, la gente que no quiso escuchar a Jesús, lo escuchaba a él. Claro que hay ocasiones en que Jesús llama a alguien a otro país y otra cultura, pero a menudo es más beneficioso enviar a alguien que Dios ha redimido y capacitado desde el mismo lugar, que ya conoce la cultura e idioma del país.

¡Sube a la barca!

Hay que saber cuándo subir, y cuándo bajar de una barca. Si quieres ser usado por el Señor, a menudo tienes que levantarte, subirte a una barca, y salir al mar, incluso si no sabes a dónde vas. Si llegas a un lugar extraño sin saber qué hacer, no temas.  No te quedes en la barca. Dios no puede usarte en la barca. Baja de la barca y confía en el Señor que Él te revelará el propósito. Prepárate para cualquier encuentro u oportunidad para ministrar. Y cuando llegue el momento para subir otra vez a la barca y partir, hazlo. Puede ser que alguien quiera acompañarte (pero Dios no lo quiere), o que la gente te pida que te quedes o que te cierren la puerta en tu cara. ¡Viajar con Jesús siempre es una aventura! Si estás aburrido, tal vez sea hora de apagar la computadora y la tele, levantarte del sofá y subirte a la barca.

 

Éxodo 14: Entre la espada y la pared

Puede ser que Moisés pensó que había terminado la parte más difícil de su trabajo cuando dejó Egipto atrás. Dios no le había dado muchos detalles acerca del viaje a la tierra prometida; simplemente la promesa de alcanzarla y poseerla. Pero Moisés iba a descubrir que Dios tenía muchas lecciones para ellos en el camino, y que su propio pueblo podría ser tan desafiante como el faraón.

1El Señor habló con Moisés y le dijo: «Ordénales a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar. Que acampen junto al mar, frente a Baal Zefón. El faraón va a pensar: “Los israelitas andan perdidos en esa tierra. ¡El desierto los tiene acorralados!” Yo, por mi parte, endureceré el corazón del faraón para que él los persiga. Voy a cubrirme de gloria, a costa del faraón y de todo su ejército. ¡Y los egipcios sabrán que yo soy el Señor!» Así lo hicieron los israelitas. 

¿Estás en un desvío?

Si crees que después de aceptar a Cristo y dejar “Egipto” tu vida va a ser pura bendición y prosperidad, creo que te espera una sorpresa. Dios tiene mucho que enseñarte en este viaje al cielo. La vida es dura, y pocas cosas de valor se obtienen fácilmente. Al igual que Israel, tú puedes encontrarte en un desvío:

  • Puedes sentir que Dios te ha traicionado.
  • Tus problemas pueden parecer tan grandes como los ejércitos de Faraón y tan profundos como el Mar Rojo.
  • No ves ninguna salida.

Caminar con Dios no siempre tiene sentido

Dios había manifestado su poder al faraón con meses de plagas y milagros para convencerle de que dejara ir a su pueblo. Ahora Israel es libre y está en camino a la tierra prometida, pero Dios los llevó por la ruta larga para que no encontraran la guerra, se desanimasen y volviesen a Egipto. Ya están descubriendo que caminar con Dios a menudo no tiene sentido para nosotros. No siempre es un camino fácil.

¿No habian sufrido suficiente en su esclavitud? Nunca tenían vacaciones, y ahora están de viaje hacia una tierra completamente desconocida. Parece apropiado descansar unos días, acampando junto al mar. Todavía no confían mucho en Moisés, pero finalmente él cumplió su promesa de liberación, y ellos obedientemente siguen sus instrucciones. Ahora están festejando en la playa. No sabemos si Moisés reflexionó sobre las consecuencias de obedecer este mandato, y la dificultad de manejar a miles de ex esclavos desesperados y enojados en ese desierto, pero eso no le impide obedecer a Dios.  Había visto todos las plagas y milagros de primera mano, y ya había aprendido que incluso si no tiene sentido, hay que obedecer a Dios. Moisés tenía la ventaja de escuchar la voz audible de Dios, y después de su experiencia con la zarza ardiente ya no iba a discutir con Él. Dios le dijo lo que iba a suceder, pero no se le permitió decirle a la gente; muchas veces el líder no puede compartir todo lo que Dios le comunica.

Dios los estaba guiando directamente a una situación imposible. Sin intervención divina será desastrosa, y Moisés probablemente sería el primero en morir. ¿Crees que servir al Señor, conocer su voluntad y escuchar su voz siempre resultan en una vida más bendecida y fácil? ¿Te das cuenta de que Dios puede enviarte a un desastre?

¿Estás dispuesto a sufrir para que Dios se glorifique?

¿Consigue Dios más gloria con la curación de la gripe, o un cáncer terminal? Dios colocó a su pueblo amado y elegido bajo un estrés increíble, en una situación imposible, para que Él pudiera recibir más gloria. En el proceso, la fe de ellos se fortalecería. ¿Estás dispuesto a pasar por situaciones desesperadas para que Dios se glorifique? ¿O te parece que Dios está jugando contigo? ¿Te ha prometido una vida «que fluye leche y miel,» pero en este momento te encuentras en un lugar espinoso, doloroso y seco? ¿Sigues luchando con algún pecado? ¿Te encuentras entre la espada y la pared, sin ninguna salida?

A veces nuestro pecado y rebelión nos llevan allí. Dios todavía puede ser misericordioso, pero tenemos que enfrentar las consecuencias. Pero también es posible que hayas oído la voz de Dios y estés caminando en obediencia. Por supuesto, Dios te dará una salida. Muchas veces durante el éxodo los esclavos se preguntaban si hicieron lo correcto al salir de Egipto. Habrían regresado si pudieran. Tú puedes tener dudas si vale la pena seguir a Jesús, ya que parece que solo te causa más problemas, y no estás experimentando la paz y la prosperidad prometidas. Da un paso atrás e intenta ver el gran propósito de Dios en tu prueba:

  • ¿Cómo quiere glorificarse?
  • ¿Quiere mostrar su poder a alguien?
  • ¿O juzgar a alguien?

Puede parecer que Dios está mandándote a hacer algo que solo traerá más problemas a tu familia o tu iglesia. Si estás pensando en hacer las cosas a tu manera, olvídalo. Es cierto que podrías evitar algunos problemas, pero estarás en pecado, y tu iglesia y tu familia sufrirán.

Y cuando el rey de Egipto se enteró de que el pueblo se había escapado, tanto él como sus funcionarios cambiaron de parecer en cuanto a los israelitas y dijeron: «¡Pero qué hemos hecho! ¿Cómo pudimos dejar que se fueran los israelitas y abandonaran su trabajo?» Al momento ordenó el faraón que le prepararan su carro y, echando mano de su ejército, se llevó consigo seiscientos de los mejores carros y todos los demás carros de Egipto, cada uno de ellos bajo el mando de un oficial. El Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, para que saliera en persecución de los israelitas, los cuales marchaban con aire triunfal. Todo el ejército del faraón —caballos, carros, jinetes y tropas de Egipto— salió tras los israelitas y les dio alcance cuando éstos acampaban junto al mar, cerca de Pi Ajirot y frente a Baal Zefón.

Ya hemos hablado de lo difícil que es para algunos racionalizar a Dios endureciendo el corazón del faraón, pero la decisión del rey para dejarlos ir parece más un lapso momentáneo que un verdadero cambio de corazón. Faraón fue destruido por la muerte de su hijo y quería alivio, pero su verdadero carácter se reveló rápidamente.

Alinéate con el plan de Dios

Tu jefe o esposa puede sorprenderte con un cambio repentino de opinión. Lo que parecía tan endurecido de repente se vuelve tierno, y luego se endurece con la misma rapidez. ¡Mucho está sucediendo más allá de las apariencias! ¡Dios está trabajando para lograr sus propósitos! Claro que los egipcios no se dan cuenta de eso. Pueden sentirse confundidos y preguntarse «¿Por qué hice eso»? No pueden ver la mano de Dios. ¿Y tú? ¿Crees en la soberanía de Dios? ¿Crees que Él está trabajando para bien en todo lo que le sucede a los que lo aman y lo siguen? Cuando veas un cambio repentino de corazón, ora por lo que Dios quiere lograr, y alinéate con sus propósitos. No luches contra ellos, aunque pueden incluir un encuentro desagradable con el enemigo. Estos esclavos, no entrenados y mal equipados, no eran rival para el ejército del faraón, y sin Dios, tú no eres rival para el diablo.

10 El faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor. 11 Entonces le reclamaron a Moisés: —¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? 12 Ya en Egipto te decíamos: “¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!” ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto!

¿Cómo respondes cuando el diablo se acerca?

Es la primera mañana del campamento. Algunos se levantaron temprano para disfrutar del sol y el agua. Finalmente estaban libres y caminando con Dios. Estaban felices, e ignorantes de los planes del enemigo. De repente todo cambió, y un pánico se apoderó de ellos. ¿Y tú? Tal vez pensabas que habías acabado con las drogas y el alcohol, o habías superado algún otro pecado, solo para enfrentarlo de nuevo, burlándote de ti y casi hasta el punto de vencerte. ¿Qué haces?

La reacción natural es el miedo. Estoy seguro de que lo has sentido, con tu estómago en nudos. Ellos tenían el instinto correcto: clamaron al Señor. Pero no esperaron su respuesta, y su queja a Moisés revela que no fue un grito de fe. Dios no está allí físicamente, y ellos no están acostumbrados a escuchar su voz; así que todo su miedo y la ira se dirigen a Moisés.

Ten cuidado de no defenderte o dar demasiada importancia al grito desesperado de alguien aterrorizado. La respuesta de Israel es típica de la forma en que reaccionamos ante situaciones desesperadas:

  • En lugar de culpar a Dios, culpan al representante de Dios (quien parece responsable de la molestia), y no aceptan responsabilidad por sus decisiones. Lo mismo puede suceder con tu hijo, tu esposa o tu iglesia.
  • Pierden perspectiva y olvidan la visión de una vida mejor y una tierra prometida. Solo pueden ver el desierto y la posibilidad muy real de destrucción.
  • Su vida vieja, de esclavitud al pecado y a Satanás, parece atractiva en comparación con la incertidumbre y las pruebas de caminar con Dios. Es posible abandonar la fe y volver al mundo.

Lo peor que un líder puede hacer es ponerse a la defensiva y empezar a culpar a sus subordinados, o capitular ante sus demandas. Aquí es donde se revela su verdadero carácter. Su respuesta puede hacer o deshacer toda la misión. Afortunadamente, Moisés hizo lo correcto:

13 —No tengan miedo —les respondió Moisés—. Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos! 14 El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.

El Señor peleará por ti

Es cierto que habrá momentos en que tendrán que luchar, pero ahora sólo tienen que disfrutar del espectáculo. No se trata de ellos; se trata completamente de Dios. A menudo somos demasiado listos para luchar. Muchas veces Dios te llama a  estar quieto, descansar en Él y confiar en Él, pero ellos tienen que deshacerse de su temor para que Dios pelee por ellos. Es muy difícil para Dios trabajar con personas temerosas; el miedo destruye su fe. Tantas veces en su Palabra Dios nos dice “No temas,” pero no es fácil obedecer ese mandato. Si algo está sucediendo en tu vida que te llena de miedo, la palabra de Dios para ti es: «No temas. Yo estoy contigo. Tengo todo bajo control.”

Varias veces la enseñanza sobre la guerra espiritual en el capítulo seis de Efesios nos dice “está firme.” Cuando estás bajo ataque y lleno de miedo, una de las peores respuestas es vacilar y correr  de una persona a otra, buscando consejo o ayuda; lleno de fe un día, y listo a darte por vencido al siguiente. Desarrolla estabilidad en los buenos tiempos para que puedas mantenerte firme ante la adversidad.

Moisés todavía no conocía los detalles, pero él había visto suficiente del poder de Dios para tener la certeza que Dios los salvaría. Si tú eres un hijo de Dios, tal vez no sepas cómo Dios lo haga, pero es seguro que tu liberación vendrá. Si Israel tiene esa fe y puede dejar su miedo, nunca volverán a ver a los egipcios. Sería genial si fuese así con todos tus enemigos: experimentas unas horas de estrés, luego Dios hace un gran milagro y nunca más vuelves a verlos. Eso puede suceder, aunque nuestra fe débil y vacilante, y los intentos de resolver las cosas a nuestra manera, pueden obstaculizarlo. La verdad es que hay algunos enemigos que volverás a ver, pero Dios te dará la victoria en cada batalla. ¿Crees que el Señor es capaz de pelear tus batallas? ¿Por qué insistes en luchar  con tus propias fuerzas? ¡Él puede hacerlo mucho mejor que tú! ¡Dale tus batallas hoy, y verás qué gran guerrero Él es!

15 Pero el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha! 16 Y tú, levanta tu vara, extiende tu brazo sobre el mar y divide las aguas, para que los israelitas lo crucen sobre terreno seco.17 Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, para que los persigan. ¡Voy a cubrirme de gloria a costa del faraón y de su ejército, y de sus carros y jinetes! 18 Y cuando me haya cubierto de gloria a costa de ellos, los egipcios sabrán que yo soy el Señor.»

El miedo paraliza. La gente quería volver atrás; Dios les mandó seguir adelante. ¿Podría ser esa la palabra de Dios para ti en este momento? ¿Estás entre la espada y la pared? ¿Estás pensando en volver al mundo? ¿O ya has vuelto? ¿Tienes que simplemente enfrentar al enemigo y seguir adelante en el camino que Dios te ha mostrado?

La parte de Moisés

Después de sus palabras llenas de fe para el pueblo, Moisés fue corriendo a Dios con su propio grito para auxilio, pero Dios no le parece muy compasivo. ¿Es posible que Dios esperara que Moisés mismo pensara en este plan para liberación? ¿O simplemente esperaba que Moisés tuviera más confianza en que Dios los salvaría?

Lo que Moisés no hace es tan importante como lo que hace: No “declara” que el ejército egipcio se dará la vuelta, o que Israel lo derrotará en una batalla. Claro que a veces Dios puede ayudar a su pueblo derrotar al enemigo en una batalla, pero aquí Dios tenía algo mucho más dramático para ellos. Yo tengo muchas inquietudes con todas las “declaraciones” que escucho, casi mandando a Dios lo que Él tiene que hacer. Si llegan a otro mar con los filisteos detrás de ellos, y Moisés “declara” con mucho denuedo y mucha fe que ese mar se abrirá tal como sucedió aquí, él sería humillado, y su pueblo muerto. Tenemos que esperar en Dios en cada situación, discernir su voluntad, y obedecerla.

¿Podría Dios moverse soberanamente para abrir el mar si Moisés no levantara su vara? Estoy seguro de que puede, pero casi siempre Dios elige trabajar a través de nosotros, edificar nuestra fe, poner a prueba nuestra obediencia y mostrar  a la gente bajo nuestro cuidado que somos confiables. Si Moisés se burla del plan de Dios y decide no extender su mano, probablemente toda esta gente moriría.

19 Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de éste. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia, 20 quedando entre los egipcios y los israelitas. Durante toda la noche, la nube fue oscuridad para unos y luz para otros, así que en toda esa noche no pudieron acercarse los unos a los otros.

Dios pelea por Israel

Todo está listo. Ahora Dios se mueve soberanamente y coloca al ángel y la columna de nube entre Israel y sus enemigos. Ni siquiera podían verse unos a otros. El pueblo de Dios estaba en la luz, mientras que el enemigo estaba en tinieblas. No es siempre una nube visible, pero Dios todavía puede poner a tus enemigos en tinieblas, mientras tú caminas en la luz. Dios puede protegerte, y su ángel puede guiarte y guardarte del enemigo.

21 Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron, 22 y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda.

Mucho se ha escrito acerca de exactamente cómo sucedió esto, pero no es necesaria una explicación científica. Dios dividió las aguas e Israel cruzó por tierra seca. Lo que parecía una situación imposible, de repente se convirtió en una cuestión de entrar al mar, en seco, y caminar hacia el otro lado. De este modo, el enemigo se quedó atrás.

23 Los egipcios los persiguieron. Todos los caballos y carros del faraón, y todos sus jinetes, entraron en el mar tras ellos.24 Cuando ya estaba por amanecer, el Señor miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos: 25 hizo que las ruedas de sus carros se atascaran, de modo que se les hacía muy difícil avanzar. Entonces exclamaron los egipcios: «¡Alejémonos de los israelitas, pues el Señor está peleando por ellos y contra nosotros!»

La intervención divina puede ser tan impresionante que aun el pecador más empedernido puede ver la mano de Dios contra sí mismo. Parecería que al ver la oscuridad descender sobre ellos, y la columna colocarse entre ellos e Israel, Egipto se daría cuenta de que está vencido, y se arrepentiría. Si los egipcios hubieran vuelto atrás en ese momento, podrían haber sobrevivido, pero Dios quería juzgarlos definitivamente. A menudo, si caemos en pecado, nuestro orgullo no nos permite abandonarlo, sin importar cuán obvios sean los signos. Desafortunadamente, cuando nos damos cuenta de lo que está sucediendo, puede ser demasiado tarde.

Dios puede «atascar las ruedas» de aquellos que vienen contra ti y sembrar confusión en tus enemigos. ¡Varias veces los enemigos de Israel se destruyeron a sí mismos!

26 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Extiende tu brazo sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios y contra sus carros y jinetes.» 27 Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al despuntar el alba, el agua volvió a su estado normal. Los egipcios, en su huida, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en el fondo del mar. 28 Al recobrar las aguas su estado normal, se tragaron a todos los carros y jinetes del faraón, y a todo el ejército que había entrado al mar para perseguir a los israelitas. Ninguno de ellos quedó con vida.

Juicio

¿Fue Dios cruel? ¿O fue más cruel mantener a la gente esclavizada durante cientos de años? ¿No fue esto solo justicia? Es cierto que hubo egipcios que no tuvieron nada que ver con los esclavos, y perdieron la vida debido al corazón endurecido del faraón. Cuando llega el juicio, los inocentes también sufren. Nuestra cultura orgullosa está convencida de que no necesita a Dios. Están empeñados a vivir como quieran y resistir el plan de Dios. Pero así como el faraón fue juzgado, asi el juicio vendrá sobre ellos. Dios solo está esperando la oportunidad de glorificarse más.

29 Los israelitas, sin embargo, cruzaron el mar sobre tierra seca, pues para ellos el mar formó una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda. 30 En ese día el Señor salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar. 31 Y al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado en contra de los egipcios, temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés.

Israel soportó horas de ansiedad. Se quejaron y manifestaron su falta de fe, pero al final todo estuvo bien. Nunca volvieron a ver a los egipcios. Tenían un milagro inolvidable para fortalecer su fe, lo cual  sigue siendo una fuente de aliento para el pueblo de Dios hoy. Ellos aprendieron a temer a Dios y a confiar en Él, y su confianza en Moisés también se fortaleció.

La importancia del líder

¿Y Moisés? Él fue la clave de este milagro. Sin sus palabras de fe, la gente habría entrado en pánico y perecido. Necesitaban su fuerza mientras él caminaba con ellos a través de esta prueba. Si Moisés se hubiera desmayado, todo estaría perdido. Su parte no fue muy difícil; simplemente tenía que escuchar la voz de Dios, comunicar al pueblo lo que tenían que hacer, y levantar su vara y sus manos un par de veces. No fue difícil físicamente, pero la carga de miles de personas es muy pesada. Moisés se mantuvo firme e hizo exactamente lo que Dios le mandó que hiciera. ¿Estaba ansioso a veces? Creo que sí. Pero Moises también tuvo una experiencia inolvidable que edificó su fe. Y, como siempre, Dios fue absolutamente fiel. Pastor o líder, tu iglesia depende de ti. Marido o padre, tu familia depende de ti. ¡No te desesperes cuando aparezca  el diablo! ¡Permanece firme y confiado que Dios tiene una salida! Escucha la voz de Dios como si tu vida dependiese de ello, porque ese es el caso, y también las vidas que Dios te ha confiado. Camina con ellos a través del mar, y permanece con ellos hasta que venzan al enemigo. Si Dios te manda que te quedes quieto, no seas tan macho que insistas en pelear la batalla tú mismo.

¿Quién es tu faraón? ¿Cuál es tu Mar Rojo? ¿Qué te parece imposible hoy? ¿Está tu fe decayendo? ¿O puedes confiar en que tu vida está en manos de Dios? ¿Estás reteniendo una liberación milagrosa porque no quieres levantar la mano o la vara? ¿Es este el momento de entrar en medio del mar con fe?

 

Los efesios dejaron su primer amor (Apocalipsis 2:1-7)

Lamentablemente, terminamos este estudio de los cuatro pasos al varón perfecto con una advertencia: Los efesios olvidaron lo más importante. Igual a muchos de nosotros, hicieron todo conforme a las reglas, ganaron muchas batallas. Pero perdieron la guerra.

En su carta a los corintios, Pablo dijo que puedes hacer muchos milagros y aun entregar tu vida, pero si no tienes amor, no vale nada. En medio de todos sus cultos y actividades, los efesios dejaron su primer amor.

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:  Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.  Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.  Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.  Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. (Apocalipsis 2:1-7, RVR)

Sí, gracias a Dios, perseveraron en su fe. A finales del primer siglo era una iglesia grande y muy activa. Era conocida para sus muchas buenas obras. Trabajaban arduamente, por amor del nombre de Jesús. Aún tenían frutos del Espíritu, como la paciencia. No se habían desmayado. No podían soportar a los malos. Probaron a los líderes de la iglesia. Había algunos que dijeron que eran apóstoles, tal como hoy en día hay muchos que afirman ser apóstoles. Hay que probarlos, porque muchos no lo son. Estos eran mentirosos.

Aborrecían las obras de los nicolaítas. Nota que no dice que aborrecen a ellos, sino sus obras. Hay que aborrecer esas cosas que Dios aborrece, pero aun así amar a la persona. Los nicolaitas tomaban el pecado a la ligera y permitían el pecado sexual. Para Dios, el pecado es algo muy serio. Es bueno aborrecerlo.

Sí, parece una iglesia ejemplar, pero hay un gran problema en esta iglesia: han dejado su primer amor. Estaban en un lugar exaltado, de mucha bendición, pero se han caído, sin darse cuenta de lo que estaba pasando. Tienen que arrepentirse, porque es un pecado dejar tu amor por Dios. Todo lo demás realmente no importa. El primer mandamiento es amar a Dios. Estaban tan ocupados en el ministerio, aun luchando contra el diablo, que han olvidado esa relación íntima con Jesucristo. Tienen que volver a sus primeras obras.

Si no se arrepienten, pueden perder su candelera. Es decir, que ya no sea una verdadera iglesia a los ojos de Dios. Hay muchas iglesias como Éfeso que tienen muchos programas, buena música y templos hermosos, pero no hay vida. El Espíritu de Dios no está presente. Han perdido su candelero, porque han dejado su primer amor, o han permitido algún pecado. Es una iglesia muerta. No es una cuestión de perder la salvación, sino de perder el poder y la presencia de Jesucristo.

Ya sea que lo reconozcas o no, hay una guerra contra ti y tu iglesia. Satanás quiere destruirte, y quiere destruir tu familia y tu iglesia. Hemos estudiado cuatro pasos muy importantes al varón perfecto. Es muy importante participar en una iglesia sana, caminar en santidad y entregar tu vida por tu familia. Más que nunca necesitas toda la armadura del Espíritu, utilizando la espada de Dios y el escudo de la fe.  Muchos andan heridos por los dardos de fuego del enemigo. Hay que proclamar tu fe y la Palabra de Dios. Pero sobre todo, el primer mandamiento es amar a Dios con todas tus fuerzas, y mantener esa relación con Dios. ¿Cómo es tu amor? ¿Estás en peligro de perder tu candelero?

 

A fin de cuentas, lo más importante es el amor (Efesios 6:21-24)

Las últimas palabras de Pablo en esta carta, sus saludos, revelan lo que perdura:

  • Las personas.
  • La relación con otros hermanos.
  • Amor – para Dios y para otros.
  • Un verdadero interés en ellos.
  • Y haciendo todo lo posible para mantener esas relaciones.

21 Nuestro querido hermano Tíquico, fiel servidor en el Señor, les contará todo, para que también ustedes sepan cómo me va y qué estoy haciendo. 22 Lo envío a ustedes precisamente para que sepan cómo estamos y para que cobren ánimo.

Pablo quiere que ellos sepan su condición. Estaba miles de años antes de las maravillas de Facebook, WhatsApp o el teléfono. Tenían que depender de visitas personales o cartas que tardaron meses en llegar. ¡Que bendición recibir una visita, con noticias de hermanos amados! ¿Mantienes esa comunicación con otros hermanos alrededor del mundo? ¿Te interesa lo que está pasando con ellos? ¿O estás tan ocupado con tu propia vida que no te importa?

Hay una tentación: blanquear lo que compartimos e incluir solo las bendiciones y victorias. Pero Tíquico les contaría todo. Nos alienta y nos consuela a recibir noticias de otros hermanos, escuchando testimonios de la grandeza y la gracia de Dios en sus vidas. ¿Puedes bendecir a otros con noticias de lo que Dios ha hecho en ti o en la iglesia?

¿Has oído hablar de Tíquico? Su nombre significa casualidad o afortunado. En algunas historias de la iglesia primitiva, está nombrado entre 70 apóstoles. Aparece varias veces en el Nuevo Testamento:

  • Varios hombres viajaban con [Pablo]. Sus nombres eran Sópater, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo; también Tíquico y Trófimo, de la provincia de Asia. (Hechos 20:4)  Estaba con Pablo en su viaje a Grecia y Macedonia, y luego de regreso a Jerusalén. Probablemente volvió a su casa en Asia, posiblemente en Éfeso.
  • Tíquico les contará con detalles cómo me va. Él es un amado hermano y un fiel colaborador que sirve conmigo en la obra del Señor. (Colosenses 4:7) Tíquico no fue solamente a Éfeso, sino también a Colosas, posiblemente en la misma gira. Así como Pablo era un embajador de Cristo, Tíquico era un embajador de Pablo (y también de Cristo).
  • Sólo Lucas está conmigo. Trae a Marcos contigo cuando vengas, porque me será de ayuda en mi ministerio.  A Tíquico lo envié a Éfeso. (2 Timoteo 4:11-12)  En su carta a Timoteo, nos enteramos de que Pablo ya envió a Tíquico a Éfeso. Estaba con Pablo en Roma.  ¡Viajaba mucho!
  • Tengo pensado enviarte a Artemas o a Tíquico. Tan pronto como uno de ellos llegue, haz todo lo posible para encontrarte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno. (Tito 3:12) Otra vez vemos que Pablo confía mucho en Tíquico para realizar la obra.

¡Que bendición tener a alguien como Tíquico! ¿Puedes ser un Tíquico para algún Pablo? ¿Hay alguien confiable que te ayude como Tíquico ayudó a Pablo?

23 Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo les concedan paz, amor y fe a los hermanos. 24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor imperecedero.

Aquí Pablo pone una condición a la gracia de Dios: Es para aquellos que aman a Jesús con un amor inalterable. ¿Tienes ese amor por Cristo?

Juntas, estas dos personas de la Trinidad, el Padre y el Hijo, nos conceden paz, amor, y fe. ¿A ti, te falta uno o más de ellos? Dios sabe que no los tenemos naturalmente, pero Él está dispuesto a concedernos lo que nos falta.

Estos versos están llenos del amor de Dios:

  • El amor entre hermanos.
  • El amor de un siervo para ministrar al gran apóstol Pablo.
  • El amor de Pablo por Tíquico y la iglesia en Éfeso.
  • Nuestro amor por Dios.
  • Y el amor de Dios derramado en nuestros corazones.

¿Conoces ese amor? Como vamos a ver en Apocalipsis, ¡ese amor es muy importante!

 

La Petición de un Varón Maduro (Efesios 6:19-20)

Hemos llegado al final de estos cuatro pasos al varón perfecto. ¡No te desanimes si aún no estás
perfecto! Es un proceso largo: ¡de toda la vida!  Pero yo creo que hay principios muy importantes aquí. Si te cuesta años establecerte en una iglesia y cumplir ese primer paso, vale la pena. A veces se tiene que volver una y otra vez a los mismos pasos. Lamentablemente, no es cierto que una vez que hayas cumplido un paso, ya, nunca tienes que hacer nada más. Examínate con frecuencia para ver cómo te va en cada paso.

Estos dos versículos revelan el corazón de un hombre bastante maduro. Pablo no diría que es perfecto. El siempre reconocía que estaba de camino para el cielo, y que nunca se alcanza la perfección total en esta vida. Sin embargo, es interesante ver lo que tenía en su corazón en este punto de su vida.

 19 Y [oren] por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio. (RVR)

Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual. (NTV)

 La importancia de orar por otros

Pablo sabía que él necesitaba las oraciones de otros. No fue por su propio talento que pudo predicar.  Él dependía de las oraciones de la iglesia para recibir una palabra dada por el Señor. Con todas esas oraciones él tendría más unción cuando predica el mensaje.

No estás solo en esta lucha. Eres parte de un gran ejército. Nuestro deber es apoyarnos mutuamente en la oración. ¿Estás orando por tu pastor y otros ministros de la Palabra? Necesitan tus oraciones. Si tú eres un pastor o ministro, humíllate para pedir las oraciones de otros, y déjalos saber que sin la ayuda de Dios, tú no serías nada.

No hagas un ídolo de ningún predicador o pastor.  Son hombres como tú y yo, con sus debilidades y necesidades. Dependen de la gracia de Dios.

El mensaje

Vemos algunas cosas importantes en lo que Pablo está pidiendo:

  • Primero tienes que abrir la boca. Es cierto que a veces tienes que esperar una Palabra del Señor, pero también hay veces en que debes abrir tu boca con fe, y Dios la llenará.
  • Claro que hay algunos que deben cerrar la boca. Hablan demasiado, y en la carne. El varón maduro sabe cuándo debe hablar, y cuándo debe callarse.
  • Cuando hablas, habla una palabra dada por el Señor. Qué lástima que muchos predicadores proclamen palabras dadas por Internet o palabras que provienen de su propia mente.
  • Puede que no sea popular.  Está bien. No es tu palabra, sino la Palabra de Dios. Sabiendo que es del Señor, debe darte mucho denuedo para proclamarla, pero aun el gran apóstol Pablo tenía que pedir oración para hablar con denuedo. Esa unción es un don de Dios.
  • El enfoque de tus mensajes debe ser la Biblia, el evangelio. Explícalo. Hay muchos que no lo entienden.  Para algunos es un misterio. No se puede comprenderlo humanamente, pero Dios quiere revelarlo a aquellos que tienen los oídos para escuchar.
  • El mensaje es inclusivo. Pablo batallaba toda su vida por la inclusión de los gentiles en la iglesia.  El reino de Dios es para todos los que aceptan el evangelio.

20  Soy embajador en cadenas [por el evangelio]; que con denuedo hable de él, como debo hablar. (RVR)

Ahora estoy encadenado, pero sigo predicando este mensaje como embajador de Dios. Así que pidan en oración que yo siga hablando de él con valentía, como debo hacerlo. (NTV)

¿Crees que tu circunstancia es difícil? Pablo estaba en cadenas, aprisionado, pero todavía quería hablar de Jesús con denuedo. ¡Dos veces pidió denuedo! ¡Era ese mismo denuedo que lo llevó a la cárcel! Sería una tentación guardar silencio, pero el varón perfecto entra en la batalla en el Nombre de su Señor y está listo para entregar su vida por el evangelio. ¿Estás hablando de Jesús con denuedo en tu hogar, tu trabajo o tu escuela? No importa tu circunstancia. ¡Sigue hablando de Cristo con valentía!

Pablo tenía una autoimagen muy alta. ¡Era un embajador de Cristo! ¡Y tú lo eres también! (2 Corintios 5:20) ¿Andas todos los días con esa conciencia? ¿Te comportas de una manera digna de un embajador del Rey de reyes? Al terminar su estudio de estos pasos a la madurez, Pablo afirma su dedicación a su llamado como representante de Jesucristo en este mundo. ¿Cuál es tu llamado? ¿Estás ocupado en servir a Dios, a pesar de las circunstancias en tu vida?

 

Tu armadura: Oración (Efesios 6:18)

Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (RVR)

Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes. (NTV)

No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo. (DHH)

Junto a la Palabra va la oración. Las características de una oración eficaz en esta batalla son:

  • Oración continua. Se puede racionalizar que seguramente Pablo no significa que tengas que orar constantemente, pero esa conexión constante con Dios es necesaria en esta batalla.  La NTV va aún más allá cuando dice en todo momento y toda ocasión. Todo tiempo es, simplemente, todo tiempo.
  • Oración y súplica. La súplica es un ruego o una petición humilde y sumisa.  ¿Recuerdas la importancia de la sumisión? Impacta mucho tu oración también. Mantén esa actitud sumisa ante Dios en tu oración.
  • Ora en el Espíritu. Guiado por el Espíritu, pero también, según lo que 1 Corintios 14 nos enseña, yo creo que cuando Pablo dice “en el Espíritu” significa “en lenguas.” Muchas veces en la batalla yo no sé cómo orar, pero el Espíritu me ayuda, y clamo a Dios en lenguas. Puedo orar en lenguas en silencio todo el día. En esta batalla tú necesitas todos los recursos posibles, y el orar en lenguas es una gran bendición en la vida de oración.
  • Velando. ¿Recuerdas a los discípulos de Jesucristo la noche de su arresto? (Mateo 26:40) No pudieron velar con Jesús por una hora. ¡Despiértate! A veces es importante abrir los ojos en oración y mirar lo que está sucediendo a tu alrededor.
  • En toda perseverancia. Jesús enseñó la importancia de la perseverancia en varias parábolas:
    • Algunas guerras duran meses, aun años. Es una prueba de tu fe y perseverancia. Si ya llevas años orando por la salvación de tus hijos o tus padres, persevera. Sigue orando y confiando en el Señor.
    • He escuchado decir que solo tienes que pedir una vez en fe, y luego dar gracias por la respuesta. Eso está bien, pero yo veo la importancia de perseverar, lo que significa continuar en esa oración hasta que recibas una respuesta.
  • Ora por todos los santos. No estás solo en la batalla. Necesitas el apoyo de toda la iglesia. En este momento puede haber alguien en guerra que va a caer si no hay nadie intercediendo por él. Comparte tus peticiones para ayudar y alentar a otros a orar por ti, y para que sean obedientes a este mandato.
    • La NTV añade en todas partes. Ora por tus hermanos en todo el mundo. Lee en Internet de las necesidades en otros países e intercede por ellos también.

Cuatro veces usa la palabra “todo:”

  • En todo
  • Con todaoración.
  • Con toda
  • Por todoslos santos.

No puedes sobrevivir con unos diez minutos de oración en la mañana, dando gracias por la comida y clamando a Dios en emergencias. Esa es la razón por la cual muchos cristianos son derrotados por el enemigo. La oración tiene que ocupar un lugar de suma importancia en tu vida. Es tu conexión con el poder de Dios.