Tu armadura: El yelmo de la salvación y la espada del Espíritu (Efesios 6:17)

El yelmo

Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. (RVR)

¿Eres salvo? ¿Estás seguro? ¿Recuerdas el estudio sobre la salvación en el capítulo 11, casi al principio de estos pasos? Si no eres salvo, tu cabeza no tiene protección. Pero si eres salvo, eres un hijo adoptado de Dios. Dios tiene vida eterna para ti. El yelmo protege tu mente de poner en duda la obra de Dios.

La palabra para salvación también puede traducirse como liberación. Si todavía hay fortalezas enemigas en tu vida, será muy difícil caminar en victoria. Andas en tinieblas y confusión. Cristo vino para salvarte y liberarte de toda la opresión del enemigo. El yelmo te da protección contra las mentiras y los engaños de Satanás. No hay que desesperarse. Hay esperanza de una vida mejor y liberación de la opresión.

En 1 Tesalonicenses 5:8-9 también habla de un yelmo: Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación; pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. El énfasis aquí está en la esperanza que la salvación de Jesucristo nos da. Nos libra del temor al juicio y nos da seguridad y libertad. Satanás no puede robar tu salvación. El casco va encima de todo, casi como una sombrilla.

Apocalipsis 12:10 nos da una visión amplia de esta salvación:

Han llegado ya
la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios;
ha llegado ya la autoridad de su Cristo.
Porque ha sido expulsado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

Junto con la salvación hay poder, dominio y autoridad.  Cuando recibes la salvación, entras en el reino de Dios y recibes ese poder y autoridad del Rey. Al mismo tiempo, el acusador es expulsado de tu vida. El yelmo de salvación te protege de sus acusaciones. Levántate en el poder de Cristo y toma autoridad sobre todos los pensamientos preocupantes.

Sin este casco, la alternativa obvia es la caída en el pecado o el suicidio. Cuando contemplas esas alternativas, ya sabes que estás bajo un ataque fuerte del diablo. ¡Apresúrate a tomar tu yelmo, y recuerda la certeza de la salvación y la liberación en Cristo! Aun mejor, siempre llévalo para que esos pensamientos no te alcancen. Y luego da gracias a Dios que envió a Jesucristo como un sacrificio eficaz por tu pecado, para perdonarte y para liberarte del reino de las tinieblas.

Tu espada  

La palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos.
Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los
huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 
(Hebreos 4:12)

La espada del Espíritu, la Palabra de Dios, es la única arma ofensiva. Memoriza la Biblia. Estúdiala. Medita en ella. Proclámala y obedécela. Una Biblia en un estante no te sirve para nada; tiene que estar en tu corazón y accesible para la batalla.

Aquí hay unos puntos importantes para recordar utilizando esta espada:

  • Satanás también conoce la Palabra de Dios y la usa para su beneficio. La usó en las tentaciones de Jesucristo. Es posible que hagamos algo parecido y abusemos de la Palabra.
  • Para ser una espada del Espíritu, tienes que interpretarla bien. Por eso es importante aprender cómo entender la Biblia.
  • Para que esta espada sea eficaz, tienes que estar lleno del Espíritu. No lo agravies ni lo apagues por tu pecado. Hay una unción sobrenatural en la Palabra cuando un creyente la proclama correctamente y con fe.
  • Ésta es casi la última parte de la armadura mencionada aquí. Si no tienes las otras partes puestas, todavía vas a sufrir en la batalla. Por ejemplo, si hay pecado en tu vida y la coraza de justicia no está puesta, la espada no te sirve muy bien. Tampoco si no tienes el yelmo de salvación, si no eres salvo.
  • He conocido a gente que usa mucho la Biblia como una espada, pero no están andando en la luz, en el amor o en la verdad. Lastiman a mucha gente, pero no lastiman mucho al reino de las tinieblas.

Hay mucha falta de verdadero conocimiento de la Palabra de Dios hoy. Muchos no andan con su espada, y no quiero decir que no llevan una Biblia: la tienen en su teléfono, pero no saben lo que dice, ni cómo usarla como una espada. Dios quiere enseñarte cómo usar tu espada. Es una verdadera aventura, ¡mucho mejor que los video juegos!

Hay una sola parte más de tu armadura, que sirve como pegamento para todas las otras partes.

 

Tu armadura: El escudo de la fe (Efesios 6:16)

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. (RVR)

Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. (NVI)

Las primeras tres partes tienen que ver con quién eres. Te ayudan a estar firme. Ahora, con esa firmeza, estás listo para una parte más activa en esta batalla. Las palabras “sobre todo” indican que ésta es la parte más importante. Sin este escudo, todavía eres muy vulnerable y tendrás muchos altibajos. Las flechas encendidas de Satanás te alcanzarán. Muchos cristianos andan lastimados por esos dardos de fuego. Con este escudo no solamente paras sus dardos, sino que los apagas. Es muy útil.

¿Cuáles son algunas de estas flechas encendidas que te afligen?

  • Recuerdos de tus debilidades y pecados.
  • Depresión y desesperanza.
  • Toda clase de tentación, muchas veces sutil.

Mira otra vez a la responsabilidad que  tienes: Dios quiere entrenarte en la guerra. Él puede pelear tus batallas, y algunas veces lo hace. Pero también quiere que tú madures y aprendas a pelear tus propias batallas. Tú no quieres que tu hijo sea siempre un niño, ¿verdad? Puede ser chulo que un niño de seis añitos venga corriendo a papi para ayudarlo en una pelea, pero es muy triste si aún lo haga a los 25 años. Quieres que él aprenda a manejar la vida.

¿Cómo funciona este escudo?

  • Tienes que estar muy vigilante. Para ser útil, debes estar alerta y ver la flecha antes de que llegue a tu corazón. Una vez lastimado, cuesta más tiempo sanar esa herida. Aprende a ser consciente de cómo y cuándo tu enemigo te ataca con esos dardos.
  • Algunas de sus flechas más letales son lanzadas por las personas que más amas. Ellos no lo saben y no lo hacen a propósito, pero esas palabras de tu amada penetran muy adentro de tu corazón. Hay veces en que las aceptas por conformismo, dándote por vencido y meditando en ellas. No lo hagas. Por ejemplo, ella te dice: “Tu no me quieres. Yo te voy a dejar por otro hombre.” En ese momento no entres en una pelea con ella ni te defiendas. Levanta el escudo de la fe: “Yo hice votos ante Dios para amarte toda mi vida. Yo sé que no soy perfecto, pero Dios está transformándome. Él odia el divorcio y yo lo odio. Dios nos ha hecho una sola carne y voy a seguir amándote, venga lo que venga.”

La naturaleza de la fe

La fe no es una fuerza para conseguir lo que quieras. La fe se basa en quién es Dios y lo que Él ha dicho en su Palabra. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Si llenas tu mente con los pensamientos del mundo, tu escudo no funcionará. Medita en la Palabra y proclámala con fe.

Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. (Hebreos 11:1, DHH) Medita en Hebreos 11 para ver ejemplos de varones y mujeres de fe. Nota cuales eran los dardos de fuego que el enemigo lanzó contra ellos, y cómo los apagaron con su fe.

En Marcos 4:35 Jesús dijo a los discípulos: “Crucemos al otro lado.” Pero en medio del mar, dardos de temor y dudas los lastimaron. Olvidaron quién estaba con ellos y lo que había dicho. Se desesperaron. Aceptaron la mentira que Dios no los cuidaría: —¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos? Después de reprender a la tormenta Jesús les dijo: —¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe? No estaban usando el escudo de su fe para apagar los dardos de sus circunstancias. Andaban por vista y no por fe.

¿Tienes fe?

Si no tienes fe, vas a sufrir mucho en las batallas de esta vida. ¡Despiértate! Examínate a ti mismo para ver dónde estás lastimado por los dardos de fuego de Satanás.  No hay que reprender mucho al diablo y pelear contra él. Simplemente levanta el escudo de tu fe y apaga esos dardos, antes de que alcancen tu corazón. Aprende a discernir cuales son, y cómo usar tu escudo para apagarlos. ¡Esto es mejor que un videojuego!  Sobre todo, toma el escudo de la fe. Dios quiere que tú seas un varón perfecto, no un niño fluctuante.

 

Ultimo paso al varón perfecto: Tu armadura: El evangelio de la paz (Efesios 6:15)

Con la coraza de justicia puesta, estamos listos para los zapatos: En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1)

Esa paz con Dios, esa paz interior, sirve como protección contra los ataques del diablo. Y él huye aún más rápido cuando proclamamos el evangelio, parados sobre la roca sólida.

15 Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. (RVR)

Y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. (NVI)

Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. (NTV)

Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz. (DHH)

La variedad de traducciones aquí indica la dificultad de entender exactamente lo que significa ser calzado con el evangelio de paz. Lo que sabemos es:

  • Tiene algo que ver con los pies y los zapatos, para movimiento, estabilidad, o protección. Pero la exhortación es estar firme; estos zapatos no significan movimiento. Tal vez Pablo estuviera pensando en las sandalias que los soldados romanos llevaban: Con sus clavos, mantenían su posición en la batalla. Siempre tienes que estar parado sobre el fundamento del evangelio.
  • Esta parte de alguna manera nos permite estar listos en cada situación. No hay tiempo para acostarte y quitarse los zapatos. Necesitas la disposición siempre de vivir y proclamar el evangelio. Satanás lo odia, y huye cuando lo proclamas.
  • El objetivo es el evangelio, las buenas nuevas de salvación en Cristo. Satanás quiere distraernos del simple evangelio. Hay que mantener el enfoque en ello.
  • El evangelio resulta en paz con Dios y con otras personas. Cuando haya división y discordia, casi siempre es la obra del enemigo. Si no estás en paz con tu esposa u otra persona, eres mucho más vulnerable a sus ataques.

¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»! (Isaías 52:7)

Es muy posible que Pablo estuviera pensando en este versículo cuando escribió Efesios. El que comparte las buenas nuevas tiene gozo y el favor de Dios sobre su vida. Satanás no quiere tratar con tal persona.

La batalla más común es con otras personas: tu cónyuge, tus padres o hijos, tu jefe, incluso hermanos en la iglesia. El evangelio trae paz a hogares y comunidades. ¿Eres tú un instrumento de paz en tu escuela? ¿En tu hogar? ¿En tu negocio?

La falta de perdón destruye la paz. Pregúntale a Dios si hay alguien que no hayas perdonado de corazón. Si lo hay, dile a Dios en voz alta que en obediencia vas a perdonarle – aun si él no lo merece. Da gracias a Dios que Él te ha perdonado, tal como tú perdonaste a la otra persona.

¿Tienes paz? Jesús dijo: La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. (Juan 14:27) La paz es un don de Cristo; el Shalom de los judíos: un estado de bienestar total. Es una paz más profunda que la paz del mundo, una paz no impactada por las circunstancias. Un soldado angustiado o cobarde no puede guerrear. La paz de Cristo te guarda de esa angustia y cobardía. Si todavía estás perturbado, sigue este consejo de Filipenses 4:6-7: No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Dos testimonios

Me jubilé como capellán en el sistema federal de prisiones en 2008. No puedo olvidarme de los veinte años que celebré Semana Santa en la cárcel. No hay nada igual al servicio de jueves santo, con la traición, el arresto, el juicio amañado – y la pena de muerte. Y como respondían los internos cuando un obrero federal – en este caso, su capellán y pastor – lavó sus pies. O servicios del amanecer el domingo de resurrección en el patio de recreo. Así que naturalmente me sentí atraído a esta historia prisión.

No sé si alguien más notó la ironía en la edición de abril 2014 de la revista Christianity Today. El testimonio de la parte posterior regocijaría el corazón de cualquier capellán (pastor) de la prisión. Shon Hopwood, cuyos padres habían comenzado una iglesia en Nebraska rural, tomó el camino equivocado, robando cinco bancos, y, a los 23 años, fue sentenciado a 12 años en la prisión federal. Por supuesto, sus padres seguían orando para él, pero en lugar de buscar al Señor, él consiguió un trabajo en la biblioteca legal de la prisión, y tuvo éxito impresionante ayudando a los internos con casos legales; el clásico abogado de la cárcel.

Pero de repente su amigo en la siguiente celda encontró a Jesús, y Shon no podía negar la transformación en su vida. Él escribe: «Robert no era ni el primero ni el último preso que vi experimentar una transformación total y absoluta. Estos reclusos tenían un gran impacto en mí, porque yo vi cómo la gracia puede transformar todos, incluso a los presos – quizás especialmente los presos.»
Shon nunca se rindió a Cristo en la cárcel, pero Dios continuó trabajando en él y mostrándolo favor. Al salir de la prisión, encontró un buen trabajo y se comprometió con su novia de la escuela. Fue entonces que la gracia de Dios por fin lo alcanzó. Ahora tiene la vida de sus sueños: dos hermosos hijos, una beca completa para la facultad de derecho de la Fundación Bill y Melinda Gates, y trabajando para un juez de la Corte de Apelaciones de los EE.UU. en Washington, DC. ¡Gloria a Dios! Ese es el tipo de testimonio que he escuchado tantas veces, el cual hizo todos los dolores de cabeza de ser un capellán de la prisión vale la pena.

Y eso me lleva a un pequeño articulo enterrado en la sección de noticias de la misma revista titulado: «Fraudbuster roba $3 millones de su iglesia.» Fue sentenciado a cinco años en la cárcel federal – además de los cinco que él ya está sirviendo para una convicción para abuso de información privilegiada. Es posible que hayas oído hablar de él. Su rostro era una vez en la portada de la misma revista Christianity Today. Apareció en el show 60 Minutos. Trabajó con el FBI para exponer los planes de inversión fraudulentos – en especial los que se dirigen a los cristianos. También fue pastor de la Iglesia Bíblica de la Comunidad de San Diego. Y estaba haciendo millones.

Conocí a Barry Minkow cuando llegué como capellán en la Institución Correccional Federal en Englewood (Denver), Colorado, en 1991. Fue uno de esos líderes naturales que se destacaron del resto de los internos en la iglesia. Todavía era joven en su fe (no más de un par de años), pero ya creía que sabía toda la verdad, y era un evangelista y predicador incansable dotado. Estaba a punto de comenzar sus estudios en  Liberty University, y obviamente era inteligente.

También él era en parte responsable para una división profunda en la iglesia entre los carismáticos y no carismáticos. Él estaba muy opuesto a las manifestaciones del Espíritu Santo, o cualquier cosa que era abiertamente sobrenatural. Para muchos meses yo prediqué de  Romanos, y poco a poco el cuerpo de Cristo se sanó. Barry se mudó a un campamento de mínima seguridad, donde siguió desempeñando un papel activo. Un par de años más tarde lo visité en el campo de prisioneros en California donde había sido trasladado.

A través de los años he oído retazos sobre Barry, y vi artículos sobre él en Time y otras revistas. Definitivamente había obtenido fama. Pero otros internos que lo habían conocido me dijeron que habían recibido una palabra de ciencia de parte de Dios para él – y no quiso escuchar la advertencia. El líder de alabanza en su iglesia, que era uno de sus más fieles discípulos y había dirigido la adoración en la prisión, fue declarado culpable de abusar sexualmente a niños pequeños, y fue enviado de vuelta a la prisión. Él tampoco no quiso prestar atención a las advertencias del Espíritu Santo dadas por otros hermanos.

Así que, aunque me entristeció profundamente, no estaba muy sorprendido cuando me enteré de los problemas recientes de Barry. Lo he visto tantas veces. No sé cuántos son, pero hay un grupo importante de ex reclusos que encontraron a Cristo en la cárcel y están en el ministerio, haciendo grandes cosas para Dios. He perdido contacto con otro grupo más grande, pero de vez en cuando recibo noticias de ellos, como el pastor en Tijuana quien me contactó en Facebook y dijo: «Usted me bautizó en Puerto Rico en 1999» – y se adjuntó una foto de su certificado de bautismo.

Pero hay otro grupo, que lamentablemente incluye a Barry Minkow. Ellos son los que vuelven a la cárcel, o se apartan del Señor y vuelven al crimen, o, aún peor, mueren. Aunque algunos son una verdadera sorpresa, después de 21 años como capellán podía ver las señales:
• No enseñable.
• Orgulloso.
• Líder natural.
• Personalidades carismáticas.
• Rechazo de la obra del Espíritu Santo – o al otro extremo, con manifestaciones cuestionables del Espíritu.
• Persistentes luchas con el pecado – sin la humildad para confesarlas.

Muchos de ellos, como Barry, nunca manifiestan un arrepentimiento o quebrantamiento genuino. Ellos simplemente toman las estafas que jugaron en el mundo a la iglesia. Su búsqueda de fama se encuentra ahora en cantar o predicar. Algunas personas bien intencionadas les empujen hacia el liderazgo y la fama mucho antes de que sean capaces de manejar la situación. Y no está claro si tienen una verdadera relación con Jesús.

Hay otro grupo realmente trágico. Ellos son los que salen de la prisión y han sido abandonados por sus esposas y familias. Iglesias en la calle no tienen la misma dinámica de la iglesia de prisión, o no los acepten. No pueden encontrar trabajo. Están solos y se desesperan. Agarran la primera mujer que pueden conseguir, hacen lo que puedan para obtener un poco de dinero, y a menudo vuelven a las drogas. Demasiados son encontrados muertos.

Doy gracias a Dios por Shon Hopwood. En sus tiernos cinco años como un creyente, Dios ha hecho maravillas para él. Yo sé que Dios le puede sostener y mantener fiel. Pido a Dios que todas las bendiciones y notoriedad no van a la cabeza. Dios advirtió a los israelitas de la tentación de olvidar y no darle las gracias y alabanzas cuando experimentaron las bendiciones de la Tierra Prometida – pensando que eran responsables sí mismos. Definitivamente, no es demasiado tarde para Barry. No he estado en contacto con él, pero no me sorprendería si él estaba tomando un papel de liderazgo en la iglesia en la prisión, y dando dolores de cabeza a los capellanes. Siempre yo era muy cuidadoso de no dar cualquier liderazgo a los cristianos que cayeron de nuevo a la cárcel. Otros reclusos tenían que saber que no es una puerta giratoria de acercarse a Cristo en la cárcel y ser un líder, luego salir y volver a su vida anterior, y luego volver al liderazgo cuando cae de nuevo en la cárcel. Eso sucede con demasiada frecuencia. Esperemos que esta sea la última vez por Barry. Pero parece que muchos de nosotros necesitamos algo extremo para por fin rendirnos verdaderamente a Cristo.

 

Ultimo paso al varón perfecto; Tu armadura: La verdad y justicia (Efesios 6:14)

Yo he estado leyendo el capítulo 6 de Efesios por más de cuarenta años. Lo he predicado muchas veces. Yo sé lo importante que es llevar la armadura, pero la verdad es que todavía tengo una inquietud: no me estoy aprovechando de ella como podría. Creo que para muchos creyentes hay incertidumbre  sobre el significado exacto de cada parte. Es por eso que quiero dedicar bastante tiempo profundizando sobre cada una.

14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia. (RVR)

Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. (NTV)

El objetivo aquí no es la preparación para guerrear, sino lo necesario para estar firme y defenderse contra los ataques de las fuerzas del maligno. El diablo es un engañador y el padre de la mentira. Casi siempre sus ataques comienzan con la duda, la confusión y la desorientación. Jesús dijo que su engaño sería aún peor en los días postreros. Ya vemos a muchos creyentes que no saben cuál es la verdad y tienen dudas acerca de la Biblia. La creencia que prevalece en nuestra cultura es que no hay una verdad absoluta, y quienes que sostienen que existe, son arrogantes y su mente está cerrada.

 ¿Qué es la verdad?

Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. (Juan 14:6)

La verdad es una persona, Jesucristo. Ceñirse con la verdad es vestirse con Jesús, permanecer en Él y caminar en comunión con Él. Si conoces al Dios vivo, conoces la verdad.

Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús,  porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. (Gálatas 3:26-27)

Cuando te pones la armadura y te ciñes los lomos, debes pensar en tu bautismo, y cómo esa agua te cubrió. Subiste de esas aguas revestido de Cristo, de la verdad. Anda con esa conciencia todo el día.

Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad. (Juan 14:16-17)

Tú tienes un recurso en la batalla para discernir la verdad: El Espíritu que mora dentro de ti. Si andas en el Espíritu, te guardará de mentiras y engaños. ¿Te acuerdas del segundo paso que estudiamos, de Efesios 4 y 5, y la importancia del Espíritu? Si no has aprendido a dejarlo fluir en tu vida, será difícil saber o que es lo verdadero.

Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad. (Juan 17:17)

También tenemos la verdad escrita en la Biblia. Estudia la Palabra para aprender la verdad. Evalúa todo lo que escuchas a la luz de esa Palabra. No aceptes las muchas mentiras que existen en el mundo de hoy.

Sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. (1 Timoteo 3:15)

Otra vez vemos la importancia de la iglesia (el primer paso). Una verdadera iglesia predica la pura Palabra de Dios y alienta a la gente a caminar en comunión con la verdad, Jesucristo.

—Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos;  y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. (Jesús, Juan 8:31-32)

El mundo dice que la verdad es muy rígida, y aquellos que creen que hay verdad y mentira son fanáticos e intolerantes. Esa es otra mentira del diablo. Muchos también creen que se pierde la libertad en obedecer y someterse a Dios, pero Jesús dijo que la verdad te hace libre. Jesús también dijo que la única manera de conocer la verdad es poner en práctica sus enseñanzas. Hay algo que sucede en el corazón de tal persona: una revelación del altísimo y una confirmación de que, sí, es la verdad. Para ceñirse con la verdad es importante guardar las enseñanzas de Jesús.

Entonces, la verdad no es solo algo intelectual. Para ceñirse con ella se tiene que:

  • Andar en unión y comunión con Jesucristo.
  • Andar en la plenitud del Espíritu de verdad.
  • Estudiar su Palabra y evaluar todo lo que experimentas a la luz de esa Palabra.
  • Ser parte de una iglesia que enseña la Palabra (la verdad), y te impulsa a caminar en comunión con Jesús.
  • Poner en práctica la Palabra de Dios.

En tu circunstancia actual, pregúntale a Dios: ¿Hay una mentira que haya aceptado? Comienza el día examinando tus pensamientos acerca de tu vida, tus problemas y Dios. Si tienes alguna duda sobre si algo es verdadero, pídele al Espíritu de verdad que te la muestre. Renuncia a toda mentira, confesando que has sido engañado por Satanás. Entonces, pregúntate ¿qué es la verdad acerca de este problema o pecado? Estudia la Biblia para discernir la voluntad de Dios y cómo Él ve el problema. Declara tu compromiso de seguir y vivir la verdad.

La coraza de justicia

Vístete y protégete  con la coraza de justicia. No es tu propia justicia, sino la justicia de Cristo. Tu justicia es como trapos de inmundicia.

Quiero encontrarme unido a Cristo. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe. (Filipenses 3:9, NVI)

El diablo te condenará y te recordará que eres un pecador, y en eso él dice la verdad. Necesitas la justicia de Jesucristo. Muchos buscan una justicia que procede de la ley. Ellos intentan con todas sus fuerzas ser buenos cristianos. Son muy religiosos: No fuman, no toman y guardan una serie de reglas que alguien dijo significan que son creyentes fieles. Pero todavía están bajo la ley. Su justicia no se basa en la fe. Tienden a ser fariseos. Para ponernos esta coraza, tenemos que confesar nuestro pecado y recibir, por fe, la justicia de Cristo. Si andas bajo la ley, tu armadura no funcionará.

El Señor lo ha visto, y le ha disgustado
ver que no hay justicia alguna.
Lo ha visto, y le ha asombrado
ver que no hay nadie que intervenga.
Por eso su propio brazo vendrá a salvarlos;
su propia justicia los sostendrá.
Se pondrá la justicia como coraza,
y se cubrirá la cabeza con el casco de la salvación;
se vestirá con ropas de venganza,
y se envolverá en el manto de sus celos.
 (Isaías 59:15-17)

¡Qué interesante que esta armadura fue profetizada en Isaías! Cristo fue el primero en poner la justicia como una coraza. ¡La justicia de Dios te sostendrá! Dale gracias por su gran salvación.

Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación. (1 Tesalonicenses 5:8)

En esta variación de la armadura, aprendemos que los nombres de las partes no son muy fijos. Tu coraza sea la justicia, la fe o el amor. Los nombres solo nos ayudan a recordar todas las partes necesarias. Como ya hemos visto, la fe es necesaria para recibir la justicia de Cristo, y así recibirás el amor de Cristo, que es aún más protección contra los ataques del diablo.

La integridad y la justicia son tu equipo básico. Cada vez que peques, hay una abertura pequeña en tu armadura. Toda oscuridad en tu vida atrae a los demonios y sus fuerzas de oscuridad.

Para ponerse la coraza de la justicia, sigue este modelo:

  • En voz alta, confiesa cualquier pecado en tu vida. Escudriña tu corazón, y si hay algún pecado sutil, nómbralo. Puede ser incredulidad, inmoralidad o codicia. Ponte de acuerdo con Dios que es pecado, y renúncialo.
  • Dile a Dios que ya no quieres ninguna parte de ese pecado, ya sea un pensamiento, un sentimiento o una acción. Hay tristeza del mundo que produce muerte. Guárdate de ella y persigue la tristeza que es según Dios y produce arrepentimiento.
  • Dile gracias que Él es justo y correcto al juzgar el pecado. Ponte de acuerdo con Dios: es pecado y tiene que ser juzgado.
  • Dile gracias porque juzgó este pecado en el Calvario y quebrantó su poder en la cruz.
  • Renuncia al pecado y échalo de tu vida. Decide dejarlo. Ya no tiene poder sobre ti.
  • Da gracias a Dios por la sangre de Jesús, que te limpia de todo pecado.

Éste es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.  Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.   Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.   Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.   Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros. (1 Juan 1:5-10)

El camino a la justicia de Dios comienza con la verdad. Por eso lo ponemos primero. Luego afirmamos que somos pecadores, confesamos el pecado, lo dejamos y recibimos el perdón y la justicia de Cristo. Da gracias a Dios que te ha vestido con su justicia.

 

La naturaleza de la batalla (Efesios 6:12-13)

12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (RVR)

Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales. (NTV)

Esta es la verdadera naturaleza de tus batallas. Te guste o no, estás en una guerra. Si andas en la carne, vas a guerrear según la carne. Ésta es una batalla espiritual; tenemos que guerrear con armas espirituales y seguir a nuestro comandante en jefe, Jesucristo. Tenemos que guerrear conforme a sus órdenes y su plan de batalla revelado en la Biblia. Una parte muy importante de ese plan es la iglesia. Es muy peligroso entrar en esta batalla solo. Necesitas el apoyo de otros hermanos; gracias a Dios, somos parte de un gran ejército.

Satanás viene como un ángel de luz, un lobo vestido como un cordero manso. ¡Abre tus ojos! Tu enemigo no es tu cónyuge, ni el jefe en tu trabajo, ni tu suegra. Es un engaño del diablo que te hace pelear con otras personas. Hay otro mundo espiritual e invisible de principados, potestades, gobernadores de las tinieblas y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes – es decir, espíritus malignos. Hay demonios organizados como un ejército bajo Satanás, con principados sobre países, pueblos y familias. Ora para discernir cuales son los principados con los que tú estás batallando. Nómbralos si puedes, y toma autoridad sobre ellos en el nombre de Jesús. Ten cuidado de entrar en una batalla demasiado intensa. El contraataque puede ser devastador si no tienes suficiente gente ungida batallando contigo. No pierdas tu tiempo o tu fuerza peleando con otras personas; se gana esta batalla de rodillas.

Nuestra armadura

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (RVR)

Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. (NVI)

Vivimos en esta difícil época entre la victoria de Cristo en la cruz y la plena manifestación de su reino cuando Él regrese. Haya una temporada de paz en tu vida, pero el mensaje aquí es: Hay que aprender ahora cómo usar tu armadura y resistir al enemigo, porque hay días muy malos por venir.  Si no estás preparado, no podrás resistir, y caerás en la batalla.

Dios te ha dado todo lo que necesitas para resistir y prevalecer contra las fuerzas del maligno. Es posible estar firme en el Señor a pesar de los ataques brutales del diablo. Dios ya ha hecho su parte: Te ha dado la armadura y las armas que necesitas. Ahora tú tienes que hacer tu parte. Tú puedes tener las mejores armas, pero si no sabes cómo usarlas, o si están en casa cuando tú estás en la calle, son inútiles. Tú tienes que ponerte la armadura.

Otra vez quiero enfatizar algo importante: No vemos que Pablo nos aconseje buscar pelea con el diablo. Satanás vendrá y te atacará. Dios te protege de sus ataques y te da la fuerza para resistir. Tu parte es permanecer firme.

¿Estás firme ahora mismo? ¿O estás vacilando, con dudas y desánimo? En los próximos capítulos vamos a estudiar cada parte de tu armadura. ¿Te has puesto esa armadura? ¿Cómo ha estado tu experiencia con ella? ¿Estás en una lucha contra sangre y carne? ¡Ten mucho cuidado! Párate y busca al Señor por su dirección. No quieres lastimar a un ser querido o gastar tu fuerza en un boxeo de sombra. ¿Estás resistiendo un ataque del diablo? ¿O ya te has dado por vencido? ¿Estás cansado de resistir? ¡Coge fuerzas nuevas! ¡Vale la pena resistir! ¡El Señor te ayudará!

Ultimo paso al varón perfecto: ¡Guerra! (Efesios 6:10-11)

Por miles de años, el hombre ha dejado a su familia para ir a la guerra.  Muchos nunca volvieron a casa. Doy gracias a Dios que yo era joven durante la guerra en Vietnam, y no he tenido esa experiencia de guerra.  Mi padre sirvió en la Segunda Guerra Mundial, en Australia, y siempre dijo que le hizo un hombre. Estoy seguro de que hay verdad en eso. Hoy estamos muy cómodos y perezosos. Preferimos pelear con enemigos en un video juego; no queremos sufrir en una guerra real.

Para dar este último paso al varón perfecto, dejamos la tranquilidad del hogar para el campo de batalla (aunque, lamentablemente el hogar también puede ser un campo de batalla). Dios quiere entrenarte para esta batalla, ya sea en casa o con las fuerzas de maldad en el mundo.

Con razón esta porción llega al final de Efesios, como el último de estos cuatro pasos. Se necesita una medida de madurez para entrar en la guerra. ¿Recuerdas cuando Israel salió de Egipto? Dios los envió al desierto, a una ruta más larga, porque sabía que no estaban listos para la guerra.

Ya hemos visto tres áreas donde Dios nos prepara para este último paso:

  • El primer paso es ser parte de una iglesia viva y llena del Espíritu. El cristiano solitario es un blanco para Satanás. Tu pastor y el cuerpo de Jesucristo te ofrecen mucha protección contra sus ataques.
  • Entonces tenemos que andar en santidad. Oigo una y otra vez de alguien que sufre bajo la opresión del diablo. Toda su vida es una lucha. Pero cada día escucha la música del mundo. Llena su mente con televisión y películas. Visita páginas web que ningún cristiano debería visitar. La mayoría de sus amistades no son salvas. ¡Claro que habrá una opresión diabólica en su vida!
  • En el tercer paso vimos la importancia del orden en tu vida familiar. Si el matrimonio es sólido, habrá mucho menos tentación. La familia es muy importante para nuestra salud espiritual.

Si todo está bien en estas áreas, tendrás mucha más victoria, pero todavía estás en una guerra, y necesitas armas y armadura. Así llegamos al capítulo seis de Efesios.

Fortalécete en el Señor 

10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. (RVR)

Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible. (DHH)

¿Conoces a algún hombre que quiera ser débil? Claro que no. ¡Todos queremos ser fuertes! Pero esta fuerza no es carnal. No recibimos esta fuerza haciendo mucho ejercicio, aunque es bueno hacerlo. Esta fuerza viene del Señor.  Es el poder de su fuerza, su gran poder irresistible.  Pablo ya habló de la inmensidad de este poder en el capítulo uno.

¿Cómo se fortalece? Bueno, ¿cómo te fortaleces en la carne? En el gimnasio, con pesas, y con buen alimento, ¿verdad? Así es en el Espíritu también. Ocúpate con las cosas del Señor. Ejercita tu fe. Lleva esas cargas pesadas. El Señor está dándote más pesas para hacerte más fuerte. Mantén una dieta llena de la Palabra de Dios.

Qué lástima ser parte de una iglesia sólida, tener a la familia en orden y andar en la luz – y aún estar débil en el Señor. Ya es tiempo para fortalecerte. Dios te quiere fuerte.

Tu armadura

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (RVR)

Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. (NTV)

El diablo está atacándote ahora mismo. Tú puedes estar herido y sufrir en esa batalla. Si no tienes la armadura puesta, eres muy vulnerable y serás como ese niño fluctuante, con muchos altibajos. No habrá firmeza en tu vida.

Todos tenemos que aprender a usar esta armadura. Vístete cada día en ella. No sales de tu casa en ropa interior, ¿verdad? Pues, no empieces el día sin tu armadura espiritual. La necesitas todos los días. No hay un día de reposo en esta batalla. La Biblia no nos ordena buscar a Satanás o comenzar una pelea con él. Cristo no buscaba a gente endemoniada. De hecho los mandó: Cállate. Pablo tampoco buscó una pelea. Ten cuidado de aquellos que quieren batallar con Satanás. Dios no necesita hombres confiados en sí mismos para reprender a Satanás. Cuando llega el diablo, hay que resistir y usar esta armadura. Entonces lo reprendemos en el nombre de Jesús.

Acuérdate de lo más importante: Si estás andando en la luz, en una iglesia buena y lleno del Espíritu Santo, será difícil para Satanás tocarte.

El consejo aquí es estar firme y resistir al diablo, asegurado en tu identidad en Cristo. Estás sentado con Cristo en el cielo, en una posición de poder y autoridad. Cristo ya venció al diablo en la cruz. Tú solo tienes que perseverar.

Algunos descuidan su relación con Dios. El día que te encuentres un poco débil es el día en que Satanás te atacará. No tiene misericordia. Siempre está observándote. Él espera ese día cuando no vayas a la iglesia, o estés cansado o enfermo; cuando hayas pasado unos días sin comunión con el Señor, o estés vacilando. ¡Ten cuidado!  Es como león rugiente, buscando a quién devorar.

¿Conoces las estrategias del diablo para destruirte? ¿Para destruir tu familia? ¡Despiértate! Él funciona en artimañas, engaños y asechanzas. Fortalécete en el Señor y en el poder de sus fuerzas. Y proclama en voz alta:

Mi Dios, te doy gracias que estoy sentado en lugares celestiales. Tengo una posición de autoridad. Tengo autoridad sobre el enemigo porque estoy en Cristo y Cristo está en mí. Me paro firme sobre tu Palabra, la sangre de Jesucristo, y su victoria en la cruz. Gracias que soy más que vencedor en Cristo. En el nombre de Jesús, Amen.

 

El tercer paso al varón perfecto: La familia y el trabajo (Efesios 6:1-9)

Tus hijos necesitan una familia de fe para criarlos en los caminos del Señor.  No solo en tu hogar (aunque un hogar cristiano es de suma importancia), sino también la familia de una iglesia sana que funciona conforme al plan revelado en Efesios 4. Esa experiencia debe servir para establecer a la iglesia como una parte integral de su vida, por toda su vida. Los niños que sufren en una iglesia muy legalista o hipócrita son mucho más propensos a rechazar la iglesia (y a Cristo) como adolescentes.

También el modelo de un padre santificado y honesto, con una relación viva con Jesús (los frutos del segundo paso), tiene un gran impacto en tus hijos. Tú necesitas ese poder del Espíritu Santo para discernir la voluntad de Dios para tu familia y guiarlos con la sabiduría de Dios.

Después de tu relación con Jesús, quizás lo más importante que puedas hacer por tus hijos es amar a su madre, conforme a la Palabra que ya estudiamos en Efesios 5. Los niños necesitan la seguridad de un padre que ama a su madre, y una madre que honra a su padre. Si la mujer es rebelde o manipula a su marido, los hijos seguirán ese ejemplo. Así que, para progresar en este tercer paso, lo más importante es un buen matrimonio, que guarde a tus hijos del golpe devastador del divorcio y te ayude a resistir la tentación de la infidelidad o la pornografía.

Dentro de este tercer paso también hay orden: Primero tu esposa, segundo tus hijos y tercero tu trabajo. Pocos hombres dirían que su trabajo es más importante que su familia, pero al dedicar la mayor parte de su tiempo y esfuerzo al trabajo, están traicionando ese orden.

Los hijos

1Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. (RVR)

Los hijos también tienen que someterse, y obedecer a sus padres. Pablo no usó la palabra obedecer para la esposa, pero para los hijos la obediencia es justa, y agrada al Señor. Los obedecen en el Señor: No están obligados a desobedecer a Dios para obedecerlos (aunque un niño pequeño no tiene esa opción, ni sepa lo que es requerido para obedecer a Dios), y no justifica la desobediencia a padres que no son cristianos. El hecho es que puede ser aún más importante obedecer a ellos, como un testimonio de su fe en Jesús.

Los hijos adultos no tienen que subordinarse a padres dominantes. Los hijos obedecen a sus padres mientras estén bajo su cuidado, pero los honran (que significa mostrar respeto y amor) por toda la vida.  Es posible obedecer sin honrar. Todos debemos honrar a los ancianos, algo que estamos perdiendo en el mundo de hoy.

La relación de padres e hijos es muy importante para Dios. Él es nuestro Padre, y nosotros somos sus hijos. Tu familia debe reflexionar la relación que tienes con tu Padre celestial. También es uno de los diez mandamientos. Hay una promesa para ti si obedeces y honras a tus padres: Te irá bien, y tendrás una larga vida. Bajo la ley, el castigo para un hijo que maldice a sus padres era la muerte (Levítico 20:9).  ¡Muchos niños morirían hoy si todavía obedeciéramos ese mandato! Hay un gran problema con niños rebeldes, pero parte de la culpa está en los padres.

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. (RVR)

Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor. (NTV)

  • No provoques a ira a tus hijos.
  • No hagas cosas para frustrarlos.
  • No los irrites.
  • No tengas expectativas demasiado altas, y no tengas una mano muy dura, sino críalos en disciplina y en amonestación del Señor. Ten cuidado de no disciplinarlos en frustración o enojo.
  • Necesitan tu consejo. Una relación saludable es aún más importante que el buen comportamiento.

Lo confieso: Me gustaba provocar a mi hijo, casi como a veces provoco a mi perro. Creo que era una manera de relacionarse con él, como hombre a hombre. Lo he observado en muchos padres varones. La verdad es que muchos de nosotros no sabemos muy bien cómo relacionarnos con nuestros hijos. Aquí también es responsabilidad de la iglesia orientar y apoyar a los padres.   Hay pocas oportunidades en la mayoría de las iglesias para que los hombres se reúnan y compartan sus inquietudes, fracasos y éxitos como padres, y oren unos por otros. Las mujeres platican mucho acerca de sus hijos, pero es raro que los hombres hablen con otros hombres sobre sus hijos. Toma la iniciativa y arriesgue compartir con un hermano en Cristo, o con tu padre o un hermano de sangre. Lee libros. Habla con tu esposa acerca de sus experiencias y temores como madre, y tus sentimientos como padre. Oren juntos por sus hijos.

Tus hijos te necesitan mucho. Solo quieren tu tiempo y tu atención. No tienes que ser un experto; todos estamos aprendiendo. No le dejes toda la disciplina a tu esposa.  Juntos, establece una política de disciplina, y síguela. Mantén un tiempo devocional diario como familia, y enséñales la Palabra de Dios. Es parte del gran Shema de Deuteronomio 6:4-9:

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.  Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. (RVR)

Es interesante que Pablo no tiene ninguna palabra para las madres. Yo creo que si el hombre hace su parte, es muy natural para la mujer haga su parte como madre.

Cómo prosperar en tu trabajo

Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. (RVR)

Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con profundo respeto y temor. Sírvanlos con sinceridad, tal como servirían a Cristo. Traten de agradarlos todo el tiempo, no sólo cuando ellos los observan. Como esclavos de Cristo, hagan la voluntad de Dios con todo el corazón. Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor recompensará a cada uno de nosotros por el bien que hagamos, seamos esclavos o libres. (NTV)

Se puede traducir la primera palabra siervos esclavos.  La triste realidad es que había esclavos en esa época, y los cristianos también tenían esclavos, como aprendemos en la carta de Pablo a Filemón. Esto no condona ni condena la institución de la esclavitud. La iglesia primitiva no prohibió a los cristianos tener esclavos, ni aconsejó a los esclavos que huyeran o se rebelaran contra sus amos.

Estos son principios para todo trabajador. El testimonio de muchos cristianos confirma que el Señor te prospera en tu trabajo si guardas estos consejos. Por esa razón, muchos jefes dan preferencia a los cristianos. Saben que no roban, ni usan alcohol ni drogas, y son muy trabajadores.

  • Aquí, también, lo más importante es una actitud de sumisión y respeto. Obedece a tu patrón con temor y respeto, y con sencillez y sinceridad de corazón. Obedécelo como a Cristo, de buena voluntad, y con entusiasmo (si no es algo ilegal o contra la Palabra de Dios).
  • Tú eres un esclavo de Cristo. Si traes esa misma actitud a tu trabajo, te ayudará mucho. En tu trabajo aprendes a servir, a confiar en Dios y a demostrar los frutos del Espíritu.
  • Trabajas para agradar a Cristo. Él sabe todo lo que haces en tu trabajo. Hoy en día es muy común gastar mucho tiempo en el teléfono o la computadora. Sirve a tu jefe como si estuvieras sirviendo a Cristo. Haz la voluntad de Dios desde el  corazón, para que el jefe confíe en ti.
  • Tu recompensa puede no ser mucha ni justa, pero Dios tiene una recompensa para ti, mucho mejor que tu salario terrenal. Él sabe cómo estás trabajando, y todo lo que está sucediendo en tu empleo. Confía en que, en su tiempo, Él te exaltará y te liberará de la esclavitud al patrón, o de un trabajo muy duro. Confía en Dios para un trabajo, si estás desempleado, y dale gracias por el trabajo que tienes, y la oportunidad de servirle allí.

Dios te bendecirá si trabajas bien y glorificas su nombre. Tómate un momento para evaluar tu empleo actual:

  • ¿Estás usando tus talentos?
  • ¿Estás en un trabajo honesto que ayuda a la gente?
  • ¿Ha puesto Dios un deseo en tu corazón para otro trabajo?
  • ¿Debes tomar clases para prepararte?

A veces cuesta trabajo buscar un empleo mejor, pero puede ser la voluntad de Dios para ti. Ora por un posible cambio de tu trabajo.

Los amos

Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas. (RVR)

Y ustedes, amos, correspondan a esta actitud de sus esclavos, dejando de amenazarlos. Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen un mismo Amo en el cielo, y que con él no hay favoritismos. (NVI)

Con Dios no hay acepción de personas; no tiene favoritos. Somos iguales delante de Dios; nadie es más importante que el otro. Tienes que rendir cuentas a Dios por cómo tratas a tus trabajadores. Observa todas las normas de un sirviente y deja de amenazarlos. No seas duro con ellos, porque están sirviendo al mismo Señor. Si tú tienes el privilegio de emplear a otros, modela a Jesucristo para ellos, y sé fiel para guardar sus enseñanzas. Años atrás los propietarios corporativos tenían un interés genuino en sus empleados, sus familias y la comunidad. Hombres como Henry Ford y George Eastman de Kodak eran modelos de esta actitud.  Hoy en día no piensan mucho en los empleados – solo que trabajen para que la corporación gane más dinero. Sé diferente; toma un interés genuino en ellos.

La familia y el trabajo ocupan la mayor parte de la vida de un hombre. Si no pones en práctica esta Palabra de Dios nunca llegarás al varón perfecto. Éste es un campo de batalla.  Este tercer paso no es fácil. Sin los dos primeros pasos será casi imposible. No hemos dedicado mucho espacio a este paso, pero tal vez es lo más difícil de poner en práctica. Si no tienes a tu familia y tu trabajo ordenados conforme a la voluntad de Dios, estarás muy vulnerable en la guerra que tienes que superar en el cuarto paso, para finalmente llegar al varón perfecto.

 

¿Es Dios serio acerca de la obediencia?

¿Cuánto puedes pecar y todavía estar bien con Dios? ¿Te parece que otros pecan y no son juzgados para ello? Hoy en día las enseñanzas fundamentales de la Biblia están siendo desafiadas – incluso en la iglesia. ¿Qué se debe creer?

Hay un pasaje interesante en Números 15:32-36 que nos enseña la voluntad de Dios. No es muy popular; dudo que hubieras oído una predica acerca de ello recientemente.

Un sábado, durante la estadía de los israelitas en el desierto, un hombre fue sorprendido recogiendo leña. Quienes lo sorprendieron lo llevaron ante Moisés y Aarón, y ante toda la comunidad. Al principio sólo quedó detenido, porque no estaba claro qué se debía hacer con él. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Ese hombre debe morir. Que toda la comunidad lo apedree fuera del campamento.» Así que la comunidad lo llevó fuera del campamento y lo apedreó hasta matarlo, tal como el Señor se lo ordenó a Moisés.

El pecado no suena tan malo, ciertamente no comparado con el concepto del pecado que tenemos hoy. Sí, es cierto que Dios había ordenado que nadie trabajara en el día de reposo. Era un día totalmente dedicado a Él. Pero este pobre hombre solamente estaba recogiendo leña. Es posible que hizo frío y la necesitaba para mantener su tienda caliente para su enfermo bebé. ¿Es de verdad tan serio? Parece que sí.

Hay varias cosas que observamos:

  1. Probablemente nada habría pasado a él si sólo las personas que lo encontraron hubieran mantenido el silencio. Cuando yo trabajaba en las prisiones, llamaban a esos tipos chotas, o ratas; fueron odiados universalmente. Pero tú eres guarda de tu hermano. Si ves a un hermano en pecado, estás obligado a intervenir. Sé que va en contra de nuestra cultura, pero no podemos simplemente mirar hacia el otro lado y fingir que no vimos nada. Mateo 18 nos indica que debemos ir directamente a la persona al principio, pero si no se arrepiente, el asunto debe ser llevado ante toda la iglesia, tal como lo fue aquí.
  2. Los hebreos eran nuevos en las cosas de Dios, y esto fue probablemente la primera vez que se habían encontrado con esta situación. Incluso Moisés no estaba seguro de qué hacer. Pero en lugar de actuar precipitadamente (o, aún peor, desestimar el pecado) esperaron para una palabra del Señor.
  3. Dios fue fiel a guiarlos. La palabra era dura, pero estaba clara: Recoger leña en el día de reposo es digno de la muerte. ¿Eso te choca? ¡Imagínate cuántos cristianos morirían hoy si fueron apedreados por infracciones de la Palabra de Dios!
  4. Parece que no había una gran protesta de la gente; el temor de Dios había caído sobre ellos. Obedecieron y le llevaron fuera del campamento y le apedrearon hasta la muerte.

Sí, ya he oído las excusas. Yo sé que ya no estamos bajo la ley. Qué bueno, ¿verdad? ¿No estás agradecido que le llevaron a Jesús fuera del campamento y lo crucificaron para pagar el castigo por tu pecado? ¡Él te salvó de la muerte! Pero no tomes el precio de tu salvación a la ligera; Dios ciertamente no lo hace. Todavía es tan serio flagrantemente violar la Palabra de Dios. ¿Recuerdas cómo Jesús hizo la ley aún más dura? No es sólo el acto de adulterio, sino el pensamiento lujurioso que viola el mandamiento. No tomes la gracia de Dios a la ligera. El mismo Jesús dijo:

No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento.  Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.  Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley (Mateo 5:17-20).

Piensa bien acerca de lo que estás haciendo. Arrepiéntete donde sea necesario. Pide al Espíritu Santo de Dios para que te ayude resistir la tentación y huir del pecado. Sí, Dios es serio acerca de la obediencia.

 

El tercer paso al varón perfecto: El matrimonio (Efesios 5:21-33)

¿Eres como muchos hombres? Abres un libro sobre el matrimonio, y vas directamente al capítulo sobre el sexo. Queremos evitar el trabajo duro y pasar directamente al placer. Pero el fundamento (en nuestro caso, participación en una iglesia sana) es muy importante para la transformación de la naturaleza pecaminosa. Tener la mente de Cristo es esencial en las relaciones familiares. Con estos pasos, no es como terminas con uno y, ya, tienes todo arreglado. De hecho, el matrimonio nos muestra la profundidad de nuestro egoísmo y pecado, y la necesidad del Espíritu Santo.  Y el apoyo de un cuerpo cariñoso de hermanos en Cristo nos ayuda en las pruebas que forman parte del matrimonio.

Con este tema yo sé que estoy entrando a tierra santa: tu hogar es tu castillo. La mayoría de los hombres creen que nadie tiene derecho a decirles cómo comportarse en su propio hogar. Es muy delicado hablar de cosas tan íntimas e importantes, pero es esencial abrirse al Espíritu de Dios y poner la casa en orden, conforme a la Palabra de Dios.

Yo he conocido a muchos hombres bien integrados en sus iglesias, incluyendo pastores. Muchos son modelos de una vida santificada; sin hábitos ofensivos y con autodominio ejemplar. Es decir que han tenido mucho éxito en los primeros pasos al varón perfecto. Pero lamentablemente su progreso se detiene allí. Habla con su esposa o sus hijos: su vida familiar puede ser una pesadilla. No se nota el amor de Cristo en ese hogar; sólo un legalismo rígido. No hay misericordia; solo una mano dura. No es posible ser un varón perfecto si tu familia y tu sexualidad no están en orden.

Finalmente llegamos al tercer paso. ¿Estás listo para el matrimonio? Yo me casé en 1982 y todavía no estoy seguro si estoy preparado. Claro que yo estaba muy listo cuando me casé, sobre todo para la parte íntima. Aun había escrito y enseñado un curso llamado Preparándose para el Matrimonio. Si esperamos ser santos antes de casarnos, creo que nadie se casaría. ¿Eres tú soltero? Hay principios aquí que se aplican a todas las relaciones, y una orientación importante para un futuro matrimonio. Dios puede usar esto para prepararte para esa mujer especial que Él tiene para ti.

Muchos de nosotros tenemos que arrepentirnos antes de entrar en este lugar sagrado del hogar; incluso los hombres bien entregados a Dios descuidan su matrimonio, y carecen tanto de amor como de perdón. O puede ser el abuso de la esposa o los niños, ya sea físico, sexual o emocional. También hay que entrar con un espíritu humilde y enseñable. Dios tiene un plan para la familia. Si hacemos las cosas a nuestra manera, siguiendo el modelo del mundo, o aun el ejemplo de nuestros padres, habrá muchos problemas en el hogar. Hay que separar lo que aprendemos de nuestra cultura o historia familiar, de la voluntad de Dios revelada en la Biblia.

Sométanse unos a otros

Entremos, entonces, en el hogar, con el verso que sirve como puente del segundo paso (5:21):

Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo. (DHH)

La palabra que se aplica a cada relación es sumisión. Primero, sumisión al señorío de Jesucristo. Por naturaleza somos rebeldes, pero la rebeldía es como el pecado de adivinación (1 Samuel 15:23). Tenemos que someternos a Dios. Esa actitud de sumisión es necesaria en la iglesia también. Nos sometemos a la autoridad de la Biblia y a la autoridad del pastor y otros líderes. Esa misma actitud tiene que impactar toda la vida. Hay personas muy sumisas en la iglesia que pueden ser muy rebeldes en casa. Este mandato se aplica a todas las relaciones. Incluso el marido tiene que someterse a su esposa, lo que le exige humillarse, con la actitud de Jesucristo que vemos en Filipenses 2: 5 a 8:

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios,
no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de siervo
y haciéndose semejante a los seres humanos.
Y al manifestarse como hombre,
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz!
 (NVI)

Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús:  Aunque era Dios,
no consideró que el ser igual a Dios
fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos;
adoptó la humilde posición de un esclavo
y nació como un ser humano.
Cuando apareció en forma de hombre,
se humilló a sí mismo en obediencia a Dios
y murió en una cruz como morían los criminales.
 (NTV)

¿Cómo te va con esa actitud? Es casi imposible en la carne. La sumisión solo funciona en el contexto de Efesios 4: 18 al 20: embriagados del Espíritu Santo. No lo hacemos por temor al cónyuge, sino por temor a Dios, reconociendo que Él nos manda a someternos. Lo hacemos en obediencia, siguiendo el modelo de Jesús, y por reverencia a Él.

Muchos hombres empiezan su matrimonio con la actitud “yo mando en esta casa.” Quieren ser atendidos por su mujer. Por naturaleza el hombre es orgulloso y egoísta. Te ayuda mucho en el matrimonio aprender a humillarte y someterte a otros, por reverencia a Cristo, y confiando que Él desea lo mejor para ti y tu familia. Como vamos a ver, es cierto que el hombre es la cabeza, pero tenemos la libertad de escoger someternos a veces, por amor, a la mujer. Tú eres la cabeza de tu casa, mi hermano, pero tú no eres la cabeza. Cristo es la cabeza. Si no estás sometido a su señorío, si Cristo no es la verdadera cabeza de tu hogar, vas a tener muchos problemas en el matrimonio. Si tú (o tu esposa) está andando en las tinieblas, habrá oscuridad en todo el hogar. Tus hijos también van a sufrir y serán oprimidos por esa oscuridad. Si tu familia está aislada del apoyo y el ministerio de la iglesia, será como esos niños fluctuantes, con muchos altibajos. Pero si estás lleno del Espíritu y estás creciendo en la iglesia, toda la familia será bendecida.

El plan de Dios para las esposas

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. (RVR)

Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. (NVI)

Las traducciones nuevas dicen sométanse, porque para muchos hoy en día suena muy fuerte decir que la mujer es sujeta. Pero en el griego Pablo dice: estén sujetas. Estos son versos difíciles para las mujeres con maridos abusivos, pero el pecado y abuso de algunos no niegan la verdad y el mandato que encontramos aquí. El diablo hará todo lo posible para pervertirlo, como lo hace con todo el plan de Dios para nosotros.

Lo qué significa estar sujeta

  1. La esposa tiene que estar sujeta a su marido como está sujeta a Jesús. Si ella no está sometida a Cristo, será difícil para ella someterse a su marido. Si ella ha aprendido a confiar en Jesús y a sujetarse a Él, será más fácil en el matrimonio.
  2. El otro modelo de sumisión es la iglesia sometida a Cristo. Allí no hay argumento que Cristo manda. Somos su cuerpo, y tenemos que obedecerle. De la misma manera la esposa tiene que someterse a su marido.
  3. Incluye todo.  No nos corresponde a nosotros escoger dónde vamos a someternos a Cristo, o si nos agrada o no.  Y no le corresponde a la mujer decidir si va a obedecer algo o no. El modelo y el mandamiento es: en todo.
  4. Hay orden en las cosas de Dios. Cada persona necesita una cabeza. La cabeza de la iglesia es Cristo, y Jesús también es la cabeza de cada hombre. La cabeza de la mujer casada es su marido.
  5. La relación del marido y su esposa es un reflejo de la relación de Cristo y su iglesia. La iglesia es la manifestación de la presencia de Jesús en el mundo. Cristo murió por nuestra salvación. He escuchado muchas explicaciones de cómo el término cabeza aquí significa “fuente.”  Algunos teólogos buscan una manera de razonar sobre un matrimonio igualitario. Pero es de sentido común: Tu cabeza, tu cerebro, dirige todas las funciones de tu cuerpo. La cabeza de una organización dirige la obra de ese grupo. Cristo tiene autoridad y dirige su cuerpo, la iglesia. Así el hombre tiene autoridad y responsabilidad como cabeza de su hogar.
  6. Eso no da poder ilimitado al hombre. No es una cuestión de superioridad o inferioridad; es una actitud del corazón de una mujer humilde, que ama al Señor y a su esposo. Malinterpretamos el corazón de Pablo o de Jesús si creemos que la sumisión es un cheque en blanco para que el hombre controle a su esposa o la maltrate.
  7. Claro que Cristo es el único Salvador, pero Pablo menciona el papel de Cristo como el Salvador de su iglesia, que insinúa la abnegación del marido, y su parte en la santificación de su mujer, la cual vamos a ver en los versos siguientes.

La esposa debe respetar a su marido

La única otra palabra para la mujer está en el verso 33: la mujer respete a su marido (RVR).

Esa palabra significa reverencia, honra y preferencia. La mujer lo estima, lo admira y lo alaba. El hombre necesita el respecto y honor de su mujer. Claro que ella no lo alaba como alabamos al Señor. Algunas mujeres pueden temer que eso lo hará aún más orgulloso, pero si él tiene un verdadero amor por ella y una actitud de sumisión, ese honor es el apoyo que él necesita. Y tú, mi hermano, debes andar digno de su respeto y de tu vocación como esposo. Algunos lo hacen muy difícil para la mujer.

La parte del marido

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella. (RVR)

¿Es más fácil ser cristiano o ser Cristo? Es cierto que Cristo tiene más poder y autoridad, pero esa autoridad siempre tiene un precio. Nosotros solo tenemos que aceptar el don de salvación; Cristo sufrió en la cruz, y nos suministra todo lo que necesitamos. Así que, de verdad, yo creo que Cristo tiene la parte mucho más difícil.

Primero, el marido tiene que amar a su mujer. La palabra aquí para amor es ágape, el amor incondicional que Dios tiene para nosotros. Otra vez, Cristo es el modelo para el matrimonio. Si quieres una guía sobre cómo ser marido, estudia cómo Cristo se relacionaba con la gente. Jesús era muy fuerte solo con los hipócritas. Con los “pecadores”, con los enfermos y con la gente común, era tierno. Y Jesús dijo que la cabeza, el líder, debe ser un siervo. Muchos hombres quieren que su esposa le sirva, pero nosotros, los hombres, tenemos que servir a nuestras esposas.

Sí, la parte más difícil es para el hombre. Cristo se entregó y se negó a sí mismo por nosotros. El esposo tiene que sacrificarse por su mujer. Hay que sacrificar nuestros deseos y morir a nosotros mismos, por el bien de ella. Siempre piensa en ella antes de ti mismo. El énfasis para el hombre no es su autoridad, sino su amor y servicio.

Ya sabemos que en nuestra fuerza no podemos amar como Cristo. Es el poder de Cristo en nosotros que nos ayuda a caminar con Dios. Cristo tomó la iniciativa de amarnos, y esa es la responsabilidad del hombre. Ella responde a tu amor con una sumisión voluntaria. No dice nada de la mujer amando a su marido, aunque claro que ella debe amarlo. Lo más difícil para ella es someterse y respetarle. Es fácil para el hombre mandar en el hogar, es su naturaleza. Pero a veces el hombre tiene que someterse a los deseos de su esposa, en amor. Lo difícil para él es superar su egoísmo natural y sacrificarse a sí mismo.

Entonces, ¿qué significa amar a tu esposa? Supongo que ya has descubierto que no tienes en ti el amar como Cristo. Es su poder en ti lo que te permite ser como Cristo y amar. Podemos pensar que somos grandes amantes, pero mi observación es que la mayoría de los hombres saben muy poco acerca de cómo realmente amar a una mujer. Va mucho más allá de la cama. Cristo tomó la iniciativa de amarnos, y es nuestra responsabilidad como hombres  hacer lo mismo. Dios diseñó a la mujer para responder a ese amor con una sumisión voluntaria. No la exigimos, es algo entre ella y su Señor. Pablo no habla de cómo la mujer debe amar a su marido, aunque es evidente que debería hacerlo. Someter y respetar a su marido es lo más difícil para ella.

Hermano, ¿estás dispuesto a sacrificar cualquier cosa por ella? ¿Buscas su felicidad como de primera importancia?

26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. (RVR)

A fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. (NTV)

Una visión para tu esposa

Estos versículos hablan de lo que Cristo hizo por nosotros, pero también de lo que un hombre debe hacer por su esposa. Cristo tiene una visión clara para su iglesia, y está trabajando arduamente para moldearnos a esa visión. Mi hermano, ¿tienes una visión para tu mujer? ¿Para tus hijos? ¿Para tu familia? No estoy hablando de una visión de ella bien arreglada como una modelo. Cuando tú viniste a Cristo, ¿ya estabas limpio y bien parecido? ¡No! Estabas sucio y quebrantado, pero Cristo tuvo una visión de una vida nueva para ti. De la misma manera, en este momento tu mujer puede estar muy abatida y bastante  lejos de tu visión, pero medita bien en esa visión, ora por ella y ten fe en que Dios está trabajando contigo para llevarla a cabo. Esta visión debe ser conforme a la palabra de Dios. ¿Qué es el propósito de Dios para ella? ¿Cuál es su vocación?

Santifícala como Cristo santifica a la iglesia

Cristo nos santifica. ¿Cómo? Lavándonos en su sangre y en su palabra. Tú también quieres que tu esposa sea santificada. Tienes que ministrarla la Palabra y hacer todo lo posible para ayudarla a caminar en santidad. Parece increíble, pero algunos hombres no quieren que sus mujeres sean demasiadas santificadas. ¡Pueden temer que van a perderlas a Cristo!

Cristo trabaja para presentar la iglesia a sí mismo. Después de todas sus labores y todo su sacrificio, Cristo quiere una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga, santa y pura. Y así también es tu responsabilidad laborar para presentar tu mujer a Cristo. ¿Sabes, mi hermano, que algún día tú rendirás cuentas a Cristo, cara a cara con tu Señor? Tú puedes decirle: “Mira este gran ministerio que he levantado y el templo hermoso de esta iglesia.” Y el Señor te diga: “Está bien, pero quiero ver a tu esposa; preséntamela.” Con mucho gozo y orgullo entonces debes presentarle a una mujer gloriosa, quien ha prosperado bajo tu amor y cuido. Qué gran pecado es abusar de ese tesoro físicamente, o con tus palabras.

28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo. (RVR)

Esposa feliz, vida feliz

Somos una sola carne. Qué pena que algunos hombres se cuidan bien, con ropa muy elegante y las últimas modas, pero no cuidan así a sus esposas. Hay un dicho en inglés: “Happy wife, happy life” – si la mujer está feliz, la vida será feliz. Todo lo que afecta a tu cónyuge también te afecta a ti.

Lo mejor que puedes hacer por ti mismo es amar y cuidar a tu esposa. Si la descuidas, estás descuidándote a ti mismo. Hay algunos matrimonios enfermos, porque el hombre no lo cuida bien. Lamentablemente, a menudo es la mujer que más se preocupa por el matrimonio. Debe ser el hombre. Tenemos que sostener a la mujer emocionalmente. Muchos la sustentan con dinero, alimento y las cosas que necesita, pero ella puede estar hambrienta emocionalmente.

Mira cuán íntima es la relación de Cristo con nosotros:

  • Somos miembros de su cuerpo
  • Miembros de su carne
  • Miembros de sus huesos

Y, otra vez, esa es una imagen del matrimonio. Esto es algo muy espiritual, algo muy difícil de hacer en la carne, en nuestra fuerza. Es algo sagrado: Refleja al mundo la relación de Cristo y su iglesia. ¡Es por eso que Satanás ataca al matrimonio tan ferozmente!

Hay gran seguridad aquí para los dos, y por esa razón el matrimonio es tan importante. Hoy en día está de moda convivir sin casarse. No es solo una cuestión de lo que sea legal, sino de honrar al Señor y confirmar tu compromiso con esa mujer ante Él y en presencia de su cuerpo, la iglesia.

Un gran misterio: Una sola carne

31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. (RVR)

Es tan profundo que Pablo lo llama un misterio. No es posible comprender completamente cómo es posible estar tan unidos con Cristo, y no es posible comprender la intimidad que tienen un hombre y una mujer. ¡Tal vez tú ya sepas que tu mujer y tu matrimonio son misterios! El hombre se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Nos gusta ser una sola carne con ella. Esto hace que el sexo sea algo profundamente espiritual y hermoso. Pero va más allá del sexo y debe incluir intimidad emocional y espiritual. Cristo dijo: lo que Dios ha unido ningún hombre debe separar (Mateo 19:6).  ¿Cómo es posible ser una sola carne con varias mujeres? El matrimonio es para toda la vida. El divorcio quebranta el corazón de Dios, y Él lo odia.

Es el hombre que tiene que dejar a su padre y a su madre. ¿Sabes que hay muchos hombres que nunca han dejado a mamá? Claro que siempre amamos a nuestras madres, pero tu esposa y tu mamá tienen que saber que tu esposa ocupa el primer lugar en tu vida. Si siempre le das preferencia a tu madre, estás destruyendo tu matrimonio. Ya tienes a tu propia familia y hogar. La mujer también tiene que dejar a su familia; es un problema cuando ella siempre está muy pegada a mami.

Recuerda que necesitas la unción del Espíritu Santo para darte poder para amar y ser como Cristo. Dale a la iglesia el lugar que le corresponde, pero no debe abrumar el matrimonio. Algunos hombres escapan a la iglesia para evitar sus responsabilidades como maridos. Y no seas celoso del tiempo que tu mujer dedique a la iglesia. Trabajen juntos y busquen a Dios para decidir la parte que Dios quiere que la iglesia tenga en tu familia.

¿No es maravilloso el plan de Dios para el matrimonio? No es fácil, y no he conocido a muchas parejas que lo están experimentando. Muchos quieren hacer ajustes al plan de Dios para acomodar la cultura o su forma de pensar. Pero, ¿tienes la fe que Dios sabe lo que es mejor para tu matrimonio? ¿Tienes la fe que puede funcionar en lo tuyo? Comienza a amar a tu esposa como Cristo ama a la iglesia. Niégate a ti mismo y entrega tu vida por ella. Las cuestiones de sumisión, el respeto y el sexo se resolverán por sí mismos, y el poder de Dios será suelto para tener un matrimonio mucho mejor que todos tus sueños.