2 Corintios 8:1-12: Generosidad

Cuestiones de dinero y ofrendas siempre son delicadas. Por desgracia, hay abusos y corrupción incluso dentro de la iglesia. Pero la Biblia habla de la importancia de ofrendar para la obra de Dios, y los capítulos 8 y 9 contienen algunas de sus enseñanzas más claras:

1Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia. En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían, rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos. Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. De modo que rogamos a Tito que llevara a feliz término esta obra de gracia entre ustedes, puesto que ya la había comenzado. Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros—, procuren también sobresalir en esta gracia de dar.

Pablo les anima a dar más

Los corintios están orgullosos de su espiritualidad y de su éxito como iglesia, así que Pablo les da un reto: Puesto que ustedes reclaman que sobresalen en todo, asegúrense de sobresalir en esta cuestión de dar también. Una competencia amistosa puede estimular su ofrenda.

Pablo escribió esta carta en Macedonia y tiene un conocimiento íntimo de la situación en esa zona:

  • Están en medio de una prueba severa y pobreza extrema. Además de ser perseguidos por su fe, la provincia fue devastada por una guerra civil y despojada de sus recursos naturales por los romanos.
  • A pesar de la prueba, están rebosante de alegría, y de alguna manera esa alegría se combina con su pobreza para producir una rica generosidad.
  • Dieron hasta que duele; fueron más allá de su capacidad.
  • No fue por obligación – suplicaron con urgencia el privilegio de dar. Tal vez Pablo no quería pedirles mucho porque era consciente de su pobreza.
  • Habían dado con un corazón abierto al Señor, a Pablo y sus compañeros, y ahora, a los hermanos en Jerusalén.

Este ejemplo sirve como gran desafío para la cómoda y rica iglesia corintia.

Estadísticamente, los pobres dan mucho más que los ricos. ¡Tal vez por eso son pobres! Los que tienen más tiendan a agarrarlo e incluso tienen más miedo de que terminen en necesidad.

 Cómo motivar a la iglesia a ofrendar

Creo que yo soy como la mayoría de la gente y no me gusta sentirme presionado para dar, y mucho menos ser manipulado, pero estoy muy listo para ayudar si existe una necesidad legítima. Dos cosas son necesarias para motivar a la gente a dar:

Mostrarles oportunidades dignas para dar. Una de las tareas del liderazgo de la iglesia es identificar las necesidades legítimas y darlas a conocer a la iglesia. Pablo sabía que la necesidad de la iglesia de Jerusalén era urgente, y esta ofrenda tenía su apoyo de 100%. Era la iglesia madre, en la ciudad santa donde Jesús ministraba y fue crucificado, y había sufrido hambre y persecución. El apoyo de los creyentes gentiles en todo el imperio fue una demostración importante de su unidad con sus hermanos judíos.

Asegurar a la gente que su dinero será manejado con integridad. Lamentablemente hay muchos abusos de dinero. Tú tienes derecho a saber qué hacen con tu dinero y exigir integridad completa. Hace poco leí que el presidente de una organización cristiana de desarrollo muy conocido en los Estados Unidos gana casi US $400.000 al año. Yo no puedo justificar eso. Estudia bien las oportunidades para dar, y cómo utilizan el dinero. Ora por la sabiduría y la dirección del Señor, y ten cuidado de las solicitudes emocionales o la presión para dar.

Pablo espera que confíen en su juicio como su padre espiritual. Era prudente nombrar a Tito para recoger el regalo, ya que él tenía una buena relación con los corintios. Pablo no iba a conseguir ni un centavo.

 El dar es una gracia

Tres veces en siete versículos, Pablo usa la palabra “gracia.” Fue esa gracia de Dios (que Él da generosamente y sin esperar nada a cambio), lo que permitió a las iglesias macedonias responder generosamente. Debemos mostrar esa misma gracia hacia los demás. La ofrenda de los macedonios fue un acto de gracia, no basada en sus méritos y sin esperar nada a cambio.

Dar hasta que duele

Cada cristiano debe ofrendar de acuerdo a su capacidad, en proporción a sus ingresos. El diezmo es un buen comienzo. El reto es confiar en Dios y dar más allá de su capacidad. El promedio nacional actual de dar en los Estados Unidos es aproximadamente el 4%. Habría avances masivos en las misiones y servicio cristiano si todos diezmasen; mucho más si daban hasta que duela.

¿Ves dar como un privilegio? ¿Le has suplicado a alguien el privilegio de darle dinero? ¡Imagina lo encantado que estaría tu pastor! Es una bendición poder ofrendar. Esperemos que más gente pida hacerlo.

No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás. Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos.

Haz la generosidad tu meta

Dios es un dador, y la generosidad debe ser una marca de cada cristiano. Busca cualquier oportunidad para dar. Modela y enseña la generosidad a tu familia, no sólo con dinero, sino con todo lo que Dios te ha dado. Somos mayordomos; Dios nos encomienda cosas para usar sabiamente en beneficio de su reino. Si Él sabe que tienes un corazón generoso, es probable que te dé más, para bendecir a otros.

Jesús es el mejor ejemplo de la generosidad. De buena gana soltó todo lo que tenía; terminó su vida con nada más que una túnica sin costura, y echaron suertes para ella. Tú puedes decir que Él era Dios y sabía que iba a volver a las riquezas del cielo, pero Él llamó a mucha gente rica a regalar todo lo que tenía para seguirle.

¿Está Dios probando la sinceridad de tu amor?

Pablo sabe que el dinero es una gran prueba de la sinceridad de nuestro amor, y va a comparar los corintios con otras iglesias (especialmente los macedonios) a ver cuán sinceros son. Una cosa es decirle a un hermano en la iglesia “te amo;” y otra cuando él pierde su trabajo o su casa. ¿Puedes pensar en la posibilidad de dar todo tu dinero a una familia pobre para que ellos sean ricos – y tu pobre? ¿Incluso para dar tu casa? Eso es extremo, y creo que Dios no llama a muchos a hacerlo, pero el dinero y los bienes no son nuestros para guardarlos (o enterrarlos). Santiago escribe: Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario,  y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? (Santiago 2:15-16)

¿Has considerado siquiera la posibilidad de que Dios te llamase a la pobreza?

10 Aquí va mi consejo sobre lo que les conviene en este asunto: El año pasado ustedes fueron los primeros no sólo en dar sino también en querer hacerlo. 11 Lleven ahora a feliz término la obra, para que, según sus posibilidades, cumplan con lo que de buena gana propusieron. 12 Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.

¿Tienes la voluntad?

El primer paso para dar es la voluntad, no la cantidad que tienes o lo que realmente ofrendas. Si tienes la voluntad y un corazón generoso, el resto vendrá naturalmente. Si no puedes dar mucho, no te sientas mal. Da acuerdo con tus medios. Dios conoce la condición de tu corazón: si eres avaro, o si realmente quieres dar todo lo que puedas.

Pablo los ha comparado con los macedonios; ahora desafía a los corintios con sus donaciones anteriores. Fueron los primeros en expresar su interés en dar el año anterior, y los primeros en dar. Pablo quiere asegurarse de que al menos igualan con lo que hicieron el año pasado. Hubo algunos problemas en la iglesia y en su relación con Pablo que retrasó la ofrenda, pero ahora que todo está bien, deben seguir adelante. Puede ser que tú hayas pasado por problemas financieros, pero ahora Dios te ha bendecido y la situación ha mejorado. Hay que reevaluar tus ofrendas al Señor y ser más generoso.

Decide que esta semana vas a cultivar la generosidad. Da hasta que duele. Busca cada oportunidad para dar.

 

2 Corintios 7:8-16: Remordimientos y lamentos

Si bien los entristecí con mi carta, no me pesa. Es verdad que antes me pesó, porque me di cuenta de que por un tiempo mi carta los había entristecido. Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. 10 La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte.

¿Hay cosas que lamentas? ¿Has dicho algo a toda prisa que lastimó a un ser querido, solo para lamentarlo más tarde? Pablo lo hizo. Escribió una carta “dolorosa” a los corintios, y se sintió mal cuando se enteró de lo mucho que los lastimó. ¿Te dijo tu papá: “esto me duele más a mí que a ti” mientras él te pegó? De niño yo pensé que eso era ridículo. Ahora, como padre, entiendo lo difícil que es lastimar a un hijo que amas, pero lo hacemos confiando en que es por su propio bien. Así fue para Pablo y su carta dolorosa. Puede ser que tengas que enfrentar a alguien con la verdad, incluso cuando lamentas su reacción inmediata. Al Señor no le gusta confrontarnos con nuestro pecado y lastimarnos, pero lo hace sabiendo que es para nuestro beneficio. Nosotros podemos estar torpes en nuestros intentos, pero vale la pena intentarlo. Solo ten cuidado de no desanimar a la persona hasta que renuncie al Señor o, en rebeldía, haga algo aún peor.

Haya dos reacciones muy distintas posibles cuando te enfrentas a alguien con su pecado:

La tristeza del mundo

La  primera es sentirse mal, hasta que te hundes en depresión y amargura. Pero no te motiva hacer nada al respecto. He visto a muchos reclusos responder a la corrección de Dios con la tristeza del mundo, la cual ni produce un cambio ni dura. Se sienten mal por las consecuencias de su pecado (ser arrestados), pero no por la ofensa a Dios o a otros. Es la mezcla melancólica de la auto-compasión y auto-disgusto llamada remordimiento. El hombre que sigue este camino tendrá muchos lamentos. Demasiadas veces he recibido noticias de la muerte de un ex –convicto porque no hubo un arrepentimiento genuino en su vida. De hecho, Pablo dice que dado que nunca abandonan al pecado, la tristeza del mundo siempre lleva a la muerte.

En tu ministerio, vigila por la tristeza del mundo. Ora por ellos y adviérteles del peligro. Nunca les des la falsa impresión de que ellos están bien, cuando tú (y Dios) vean claramente lo que hay en sus corazones. No predicar la necesidad de un arrepentimiento genuino, tomar el pecado a la ligera, o dar excusas por su rebelión – todo puede dar a luz a la tristeza del mundo. Un evangelio hombre-centrado, enfocado en lo que Dios hace por ti, puede fomentar actividad religiosa, pero sin una verdadera conversión. Hay que predicar la santidad de Dios y el costo del discipulado.

La tristeza que proviene de Dios

En marcado contraste, la tristeza que proviene de Dios es el verdadero quebrantamiento y el arrepentimiento genuino. En tu desesperación, clamas a Dios por misericordia y encuentras perdón y un nuevo comienzo. El odio por el pecado y la decisión de cambiar te llevan a la salvación, el nuevo nacimiento y una vida sin lamentos.

Puede que no te sientas bien ni seas popular guiando a alguien a esta tristeza piadosa, pero sigue llamándolos al arrepentimiento genuino. El quebrantamiento no es agradable, pero a menudo es necesario para lograr un verdadero cambio. Es mejor arrepentirse de ser un poco áspero que mirarlos en un ataúd, lamentando un ministerio que produce sólo la tristeza del mundo. Muchos dicen que el consejo de Proverbios 13:24 (“Quienes no emplean la vara de disciplina odian a sus hijos”) está obsoleto. Hemos estado permisivos con los niños, y hemos cosechado una pesadilla. No es fácil, pero es muy importante disciplinar a tus hijos, no en ira o demasiado fuerte, sino con consecuencias apropiadas.

En tu vida cotidiana, vive para no tener lamentos.

11 Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su inocencia en este asunto. 12 Así que, a pesar de que les escribí, no fue por causa del ofensor ni del ofendido, sino más bien para que delante de Dios se dieran cuenta por ustedes mismos de cuánto interés tienen en nosotros. 13 Todo esto nos reanima.

Podría haber sido una carta dolorosa, pero al final Pablo salió reanimado. Además, la carta les dio la oportunidad de mostrar el interés que tienen en Pablo.

Signos de un arrepentimiento genuino

¿Cómo sabemos si hay un arrepentimiento genuino? Esta es la evidencia que Pablo señaló:

  • Empeño y fervor (deseo intenso de hacer una cosa, sinceridad, tomando en serio el problema).
  • Afán por disculparse y recuperar la aprobación de Pablo, ansiedad por limpiar su nombre.
  • Indignación (ira causada por algo que es injusto o incorrecto, probablemente en este caso el pecador).
  • Temor (de las graves consecuencias si permiten que el pecado continúe).
  • Anhelo (ardiente afecto por Pablo y el Señor, y deseo de ver a Pablo).
  • Preocupación (por el pecador y su iglesia, y celos por Pablo).
  • Disposición para ver que se haga justicia y se castigue al culpable.

Habiendo demostrado que habían hecho todo lo necesario para corregir la situación, los corintios demostraron su inocencia. Las cosas no eran tan malas como temía Pablo.

13 Además del consuelo que hemos recibido, nos alegró muchísimo el ver lo feliz que estaba Tito debido a que todos ustedes fortalecieron su espíritu. 14 Ya le había dicho que me sentía orgulloso de ustedes, y no me han hecho quedar mal. Al contrario, así como todo lo que les dijimos es verdad, también resultaron ciertos los elogios que hice de ustedes delante de Tito. 15 Y él les tiene aún más cariño al recordar que todos ustedes fueron obedientes y lo recibieron con temor y temblor. 16 Me alegro de que puedo confiar plenamente en ustedes.

Una iglesia que responde al Señor anima a sus pastores y otros líderes. Pablo estaba particularmente agradecido por la forma en que trataron a Tito. Pablo creía que Tito iba a tener dificultades, pero volvió con su espíritu renovado. Como padre, Pablo se había jactado de los corintios a pesar de sus muchas dudas e inquietudes acerca de la iglesia. Puedes sentirte tentado a hablar mal de personas que te han maltratado. Es triste ver a un pastor hablar mal de su congregación a otro pastor. Parte del amor es siempre creer lo mejor de la gente. Pablo no envenenó la mente de Tito con negatividad hacia los corintios. Eso permitió que Tito fuese con un corazón abierto.

Pablo temía que no recibiesen a Tito, pero lo recibieron con temor, profundo respeto y amor. Parte de un arrepentimiento genuino es la obediencia, y cuando Tito vio sus corazones tiernos y obedientes, les tenía aún más cariño.

“Me alegro de que puedo confiar plenamente en ustedes”

De una manera este versículo 16 es la conclusión de toda la carta hasta este punto. Los dos capítulos siguientes se dedicarán a la ofrenda que Pablo está recogiendo, y los últimos tres capítulos también forman una unidad distinta. A pesar de todas las luchas con esta iglesia, Pablo ha llegado a tener plena confianza en ellos, como un padre afirma su confianza en su hijo a pesar de sus fallas anteriores. Es lo que un creyente sincero anhela oír de su pastor y de su Señor. Pablo los edifica a la misma vez que los prepara para su solicitud de una ofrenda.

¿Cómo recibes a alguien que Dios te envía a ti? ¿Es tu deseo fortalecer al espíritu de tus hermanos? ¿Se deleita y se siente orgulloso tu pastor de tu capacidad para  recibir enseñanza y corrección? ¿Tienen los ancianos plena confianza en ti? ¿Tienes plena confianza en las personas por debajo de tu cobertura?

 

2 Corintios 7:2-7 La importancia del compañerismo

El diccionario define la palabra “intenso” como “apasionado y vivo, con gran celo y energía; exponer fuerte sentimiento o seriedad de propósito.”

El Apóstol Pablo era intenso. Las relaciones intensas pueden producir conflictos y ansiedad, como lo que sucedió entre Pablo y los corintios. Mira cómo Pablo les escribió:

Hagan lugar para nosotros en su corazón. A nadie hemos agraviado, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos explotado. No digo esto para condenarlos; ya les he dicho que tienen un lugar tan amplio en nuestro corazón que con ustedes viviríamos o moriríamos. Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes.

Cuando otros no comparten esa intensidad

Pablo tenía muchos hijos espirituales, y cada uno era importante para él. A pesar de los problemas, estaba orgulloso de los corintios y con mucho gusto moriría por ellos, lo que hizo que su rechazo fuera aún más doloroso. Puede parecer más seguro cerrar el corazón y terminar la relación, pero eso realmente no sirve. Pablo había escogido ser vulnerable y abrir su corazón (lo cual incluye hablar francamente con ellos), aunque puede provocar más conflictos.

Lamentablemente, la intensidad de Pablo no fue compartida por los corintios. Para ellos, fuera de vista, fuera de mente. Otros (falsos) apóstoles estaban allí, y les ofrecían más. La iglesia estaba muy viva y próspera. En lugar de sentirse orgullosos de Pablo, se sentían avergonzados de él. No tenían ninguna malicia hacia él, simplemente no era tan importante para ellos, y probablemente no se dieron cuenta del dolor que Pablo estaba experimentando. Hubo algunos malentendidos, pero Pablo había exagerado los problemas, y en realidad sus peores temores no estaban justificados.

Lo mismo puede suceder en un matrimonio. Por ejemplo, una mujer en casa con los niños centra su atención y afecto en la familia, mientras que su marido está ocupado trabajando, viajando y disfrutando de la aclamación del mundo. En comparación, su esposa y sus preocupaciones pueden parecer menos importantes. Por supuesto, un hombre también puede extrañar a su mujer, quien casi puede olvidarlo con el enfoque que ella tiene en los niños, su familia y amigos, o su carrera. En los dos casos es posible exagerar el problema y casi destruir el matrimonio con sus temores.

Ya sabemos que la infidelidad o el abuso de confianza pueden resultar en un corazón cerrado, pero Pablo ha sido ejemplar en sus tratos con los corintios. Él y sus compañeros:

  • No han agraviado (hecho mal) a nadie
  • No han corrompido a nadie (llevado a nadie por mal camino)
  • No han explotado a nadie (engañado o aprovechado de nadie)

¿Puedes decir lo mismo de tu ministerio y relación con otros? Pablo implica que los falsos apóstoles habían hecho las tres cosas. Es posible que tú hayas sido herido por alguien en el ministerio que se aprovechó de ti, o traicionado y corrompido por alguien que te lastimó, y te resulta difícil perdonar o confiar en alguien. Muchos creyentes han abandonado la iglesia a causa de estas malas experiencias. No hagas nada para lastimar el cuerpo de Jesús, porque tienes que rendir cuentas a Dios.

Temores por dentro, conflictos por fuera

4Estoy muy animado; en medio de todas nuestras aflicciones se desborda mi alegría. Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro. Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito, y no sólo con su llegada sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría.

Esta carta confirma que un gran hombre de fe no necesariamente tiene una vida feliz y sin problemas. Jesús era un hombre de dolores, experimentado en el quebrantamiento. Pablo fue acosado ​​a cada paso, oprimido en todos los sentidos, y afligido en cada vuelta, aunque estaba en la voluntad de Dios y trabajaba por su gloria. Dios llamó a Pablo y sus compañeros a Macedonia, pero tenían un montón de problemas. No encontraron nada del reposo prometido por Jesús. No solo había conflictos en torno a ellos, sino que también fueron afectados por temores internos. Sabemos que el miedo no es de Dios, y su amor perfecto echa fuera el temor, pero no sientas como si hubiera algo malo contigo o con tu fe si batallas con el miedo. Incluso el apóstol Pablo tenía esa lucha, y tampoco estaba experimentando el gozo del Señor. Estaba abatido, pero de alguna manera podía sentirse muy alentado. Como él compartió en el primer capítulo, Dios nos consuela, muchas veces por medio del consuelo que otros han recibido. En este caso el consuelo fue a través de la llegada de un hermano amado, y buenas noticias de la misma gente sobre quien Pablo estaba agonizando. Nada cambió en sus circunstancias, pero esto le dio una gran alegría, una alegría sin límites. A veces, cuando la vida es muy difícil, las pequeñas bendiciones nos dan más gozo que lo que experimentamos cuando todo está bien.

Consuelo y gozo en relación con otros

Ya sabemos por el segundo capítulo cuán angustiado estaba Pablo cuando no encontró a Tito en Troas. Este hermano obviamente era muy querido para él, y su venida fue suficiente para elevar su ánimo. Aún mejor, trajo buenas noticias. Lejos de las preocupaciones de Pablo de que los corintios maltratasen a Tito, lo consolaron, le aseguraron de su gran preocupación y amor por Pablo y expresaron su pesar por los problemas del pasado. Antes de los días de teléfonos celulares y correos electrónicos, tenían que esperar meses para recibir esta noticia. Si has esperado ansiosamente durante un par de horas las noticias de un ser querido, imagina cómo se sintió Pablo esperando durante semanas o meses. ¡Te obliga a confiar en Dios y darle la situación a Él!

Pablo recibió consuelo y alegría de estos queridos hermanos. Fue suficiente para apoyarle en los tiempos difíciles. ¿Tienes este tipo de compañerismo? Muchos cristianos de hoy no se congregan. La televisión e Internet no son sustitutos de las relaciones de la vida cotidiana. Vale la pena invertir en ellas y luchar por ellas, aunque (como hemos visto con Pablo), pueden ser dolorosas.

¿Tienes que asegurarle a alguien que todo está bien entre ustedes? ¿Eres consciente de que los pastores y otros líderes cristianos necesitan consuelo y aliento? ¿Puedes ser un Tito para un Pablo? ¿Puedes animar a un hermano en sus conflictos y temores? ¿Tienes conflictos por fuera y temores por dentro?

 

2 Corintios 6:14-18: Somos templo del Dios viviente

Un templo de Dios tiene que ser santo. ¿Qué significa la santidad para ti? ¿Cómo se vive separado del mundo? Algunos se retiran a los monasterios o comunas cristianas. Otros no van al cine, a los bailes ni a la playa. Algunos ni siquiera tienen televisión, ni permiten que las mujeres lleven pantalones. Una secta en los Estados Unidos, los Amish, rechaza cualquier comodidad moderna y no tiene casi nada que ver con el mundo. Quienes rompen las reglas son rechazados.

En el otro extremo están los muchos cristianos que se sienten libres para beber alcohol (por supuesto, con moderación) y mirar películas con mucho sexo, violencia o temas diabólicos. Evitan los peores pecados, pero sus vidas son muy similares a las de cualquier otra persona. Tal vez la única diferencia es que van a la iglesia, leen la Biblia y escuchan música cristiana.

Los fariseos criticaban mucho a Jesús porque pasaba tanto tiempo con los “pecadores.” Se escandalizaron porque Jesús comió con un publicano y permitió que una prostituta ungiera sus pies con aceite. Sin embargo, Jesús nunca pecó, y siempre les mandó que se arrepintieran. En su primera carta a los corintios (5:9-10), Pablo clarificó que tenemos que separarnos de aquellos que se llaman a sí mismos cristianos pero siguen practicando el pecado; no nos separamos de la gente inconversa, porque entonces tendríamos que retirarnos del mundo.

Jesús estaba mucho más preocupado por lo que está en el corazón que por lo que está fuera:

¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va al estómago y después se echa en la letrina?  Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona.  Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias.  Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos (Mateo 15:17-20).

Jesús fue implacable en su condena de la hipocresía de los fariseos. Estoy seguro de que lamenta el número de fariseos en la iglesia de hoy que malinterpretan lo que es la verdadera santidad.

14 No formen yunta con los incrédulos (RVR: No os unáis en yugo desigual con los incrédulos).

Casi siempre escuchas este versículo aplicado al matrimonio, y con razón. El Antiguo Pacto estrictamente prohibió que el pueblo de Dios se casara con los no creyentes de las naciones circundantes. Los matrimonios mixtos fueron la raíz de muchos problemas, sobre todo para Salomón, cuyas numerosas esposas extranjeras lo llevaron a la idolatría. Si Cristo es el Señor y centro de tu vida, ¿cómo es posible hacer un  pacto de matrimonio con alguien que no comparte tu fe? Si no estás casado, ni siquiera contemples la posibilidad de una relación con alguien que no conoce a Jesús; espera en el Señor por una pareja cristiana. Si ya estás casado, Pablo nos aconseja a permanecer en el matrimonio, sea cristiano o no (1 Corintios 7:12-16).

Sin embargo, el mandamiento no se limita al matrimonio. Se aplica a cualquier asociación; puede ser una sociedad de negocios, o cualquier cosa que te deje unido en yugo desigual con un incrédulo y ponga en peligro la pureza de tu devoción a Cristo. Si tienes una inquietud, probablemente es el Espíritu Santo advirtiéndote. Deja que Él te guíe en cada situación. ¿Conoces a algún cristiano que haya sufrido a causa de un yugo desigual?

¿Qué tienen en común la justicia y la maldad?

Son polos opuestos. La maldad invita a la ira y al juicio de Dios; fue por ese pecado que Cristo murió en la cruz. La justicia le agrada y debe ser el resultado natural del nuevo nacimiento. Quienes intenten participar en ambos se encontrarán con un intenso conflicto interior. Apagarán al Espíritu Santo y les será difícil entrar en la presencia de Dios.

La palabra griega que conocemos como “maldad,” traducida literalmente significa “anarquía,” en referencia a aquellos que se rebelan contra la autoridad y están empeñados en hacer las cosas a su manera. Los creyentes se comprometen a obedecer a Dios, sometiéndose a Él y a las autoridades que Él ha instituido. No es posible que la justicia y la maldad caminen juntos en armonía.

 ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?

Está bien tener amigos no creyentes, pero no esperes a experimentar la verdadera comunión con ellos. Si estás andando en la luz y te resulta difícil tener comunión con ciertos hermanos, puede ser porque hay oscuridad en sus vidas. No importa lo duro que intentes promover la unidad y juntarse, simplemente no funciona. Por otro lado, debe ser una comunión natural con las personas que caminan en la luz. La relación con una persona que esconde un pecado en la oscuridad se verá afectada negativamente. Esto sucede mucho con los hombres que se dedican a la pornografía en Internet. ¿Y tú? ¿Estás caminando plenamente en la luz, o hay cosas que confesar, posiblemente a otro hermano?

15 ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo?

Cristo vino a destruir las obras del diablo. Hay guerra entre ellos, y es probable que hayas sido herido en ella. Si hay discordia en tu vida, puede ser porque estás tratando de servir a Cristo y también al diablo. Eso puede ser la raíz de los problemas en una iglesia u organización cristiana también. Cuando Cristo es el Señor, hay armonía interior y con los demás creyentes.

¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?

Hoy, la respuesta probablemente es: mucho. Los dos miran las mismas películas y programas de televisión, van a los mismos clubes, escuchan la misma música y juegan los mismos videojuegos. No debería ser así. Debe ser una diferencia notable, aunque no necesariamente en la forma externa y legalista como muchos lo interpretaban en el pasado.

16 ¿En qué concuerdan el templo de Dios y los ídolos?

Israel tenía normas muy estrictas para la construcción y mantenimiento del templo, pero una y otra vez cayó en la idolatría. Asimismo, tenemos normas claras para la iglesia en el Nuevo Testamento. No hay lugar para los ídolos. Tal vez hoy no tengamos imágenes en nuestros hogares o iglesias, pero nuestros ídolos son el dinero, el entretenimiento, la tecnología y el sexo. Tratamos de forjar un acuerdo entre ellos y Dios, cuando no hay ninguno.

Porque nosotros somos templo del Dios viviente.

¿Tú y yo? ¿Templos del Dios omnipotente de todo el universo? ¿Es decir que Dios no necesita esos edificios tan impresionantes? ¿Entiendes lo radical que es? Tu cuerpo es un templo del Espíritu Santo. ¿Está limpio? ¿O contaminado con pecado sexual, comida excesiva y poco saludable, alcohol,  drogas o tabaco? La congregación de creyentes en algún lugar es una iglesia, y ellos (no el edificio) son un templo del Señor. Ese templo debe ser tratado con el mismo cuidado.

Como él ha dicho: «Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.»

Tú anhelas vivir en comunidad, en una familia, con el compromiso de compartir tu vida. De la misma manera, desde el principio, Dios ha anhelado un pueblo que lo reconozca por lo que es, y se deleite en Él. ¡Él quiere vivir con nosotros y caminar entre nosotros! ¿Es eso  tu experiencia? ¿La experiencia de tu iglesia? Si no, ¿es posible que te hayas acomodado demasiado con el mundo, y que Dios ya no está caminando contigo?

17 Por tanto, el Señor añade:

«Salgan de en medio de ellos 
y apártense.
No toquen nada impuro,
y yo los recibiré.»

Para ser recibido por Dios tienes que arrepentirte, dejar el pecado y el mundo atrás, y ser santificado, separado para Dios. Entonces no toques nada impuro. ¿Qué tocan tus ojos y tu mente en la televisión, internet, o los videojuegos? ¿Qué clase de impureza está presente en tu vida, tu casa, o tu iglesia? ¿Es tiempo para una limpieza de la casa? ¿Puede ser que por esa impureza te sientes distante de Dios? ¡Él no puede recibirte hasta que tomes algunas decisiones audaces para separarte de la escoria del mundo!

18 «Yo seré un padre para ustedes,
y ustedes serán mis hijos y mis hijas,
dice el Señor Todopoderoso.»

¿Quieres un papá? ¿Siempre has deseado una mejor relación con tu padre? ¡Dios te está pidiendo que le des ese lugar! ¡Él quiere que tú seas su hijo! ¿Cómo puedes darle la espalda a Dios? Tal vez has conocido el rechazo de un hijo. ¡Imagina cómo le duele a Dios! ¡Él quiere una familia! Pero seguimos rompiendo las reglas de la familia:

No puedes experimentar esta relación hermosa e íntima mientras estés en un yugo desigual e inmerso en el mundo.

El cristianismo no es una religión rígida de muchas reglas; es una relación íntima con el Señor del universo en una nueva familia. Nuestra familia de origen es importante, pero cuando hay un conflicto de lealtades, como habrá a menudo, tenemos que seguir con nuestra nueva familia. El privilegio de ser adoptado en la familia de Dios, un coheredero con Cristo, es mucho mayor que los placeres temporales (y, en última instancia, insatisfactorios) que renunciamos en este mundo.

7:1Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.

Estas cosas no solo suenan bien. Son promesas que Dios ha hecho para ti. Son una oferta de la vida más increíble que se pueda imaginar. ¿No hay suficientes mujeres u hombres cristianos? ¿Vale la pena renunciar a todo lo que Dios te ofrece por toda la eternidad, para casarte con alguien que no conoce a Cristo? ¿Realmente te satisfacen la pornografía y la inmundicia de este mundo?

Hay tres cosas que Dios te llama a hacer:

  • Purifícate de todo lo que contamina el cuerpo. Yo conozco a muchos hombres muy espirituales que son gordos  y destruyendo sus cuerpos con mucha basura. Hay algo malo allí. Echa un vistazo serio a lo que llene tu cuerpo. Es un templo del Espíritu Santo y debe ser atendido como algo sagrado, no como algo para abusar como deseamos. La purificación inicial puede incluir un ayuno para limpiar tu cuerpo de toxinas y la eliminación de alcohol, drogas o tabaco.
  • Purifícate de todo lo que contamina el espíritu. Conversaciones, libros, revistas, programas de televisión, sitios de Internet, videojuegos, fantasías…la lista es larga. El hecho es que vivimos en un mundo espiritualmente contaminado, y es muy difícil evitarlo. Sería genial si pudiéramos simplemente lavarnos y deshacernos de todas las impurezas de la mente. Pero Dios nos ha dado buenas memorias, y las cosas que contaminaron mi espíritu hace 30 años todavía vuelven vívidamente. Gracias a Dios por la sangre de Jesús que nos limpia. Examina tu mente, renuncia a toda impureza y pide por la liberación de tu mente. Haz un inventario de lo que toque tu espíritu cada día, y decide eliminar todos los contaminantes. Puede haber oposición de tu familia y amigos, pero mantente firme. Vale la pena. Tu espíritu también puede estar contaminado por la ira, la amargura, el odio y la falta de perdón. Pídele a Dios que te revele lo que hay y te limpie.
  • En el temor de Dios completa la obra de tu santificación. Nadie es perfecto, pero Dios nos llama a dedicarnos a la santificación. Si tienes algún temor de Dios y las consecuencias del pecado, si rindes culto a Dios o lo amas como tu padre, tu objetivo debe ser perfeccionarte en la santidad.

¿Quieres más intimidad con Dios y con otros creyentes? ¿Tienes que limpiar y arreglar tu templo o romper un yugo desigual? ¿Dejar algunas cosas del mundo atrás? ¿Estás listo para deshacerte de los contaminantes? ¡Es hora de darle al Señor un templo digno de su presencia!

 

2 Corintios 6:3-13: Los altibajos de servir a Cristo

Piedras de tropiezo

Por nuestra parte, a nadie damos motivo alguno de tropiezo, para que no se desacredite nuestro servicio.

Las piedras de tropiezo lastiman a muchos creyentes, traen reproche al nombre de Cristo y desacreditan ministerios enteros. El camino cristiano ya es duro; no necesitamos a otros creyentes (sobre todo a líderes) para hacerlo aún más difícil. Jesús promete un juicio severo por cualquiera que haga que sus “pequeños” tropiecen (Mateo 18:6).

  • ¿Caminas y ministras de una manera que no hagas tropezar a nadie?
  • ¿Hay alguna piedra que tú has puesto en el camino de un hermano? ¡Quítala! ¡Haz su caminata más cómoda!
  • ¿Te has tropezado y has sufrido a causa de algún cabezón necio? ¿O porque alguien te usó para sus propios propósitos y beneficios? ¿Te culpaste, cuando en realidad ellos te hicieron tropezar? ¡No dejes que ellos te desanimen de servir al Señor! ¡La culpa no es tuya!

Si tú has tropezado, Dios quiere levantarte y ayudarte a seguir adelante. ¡Pero no te des la vuelta al mismo camino, como un perro que vuelve a su vómito, para tropezar de nuevo! Mantén los ojos abiertos para iglesias o líderes que puedan servir como piedras de tropiezo.

¿Cómo te acreditas a ti mismo?

Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios:

¿No es orgulloso recomendarse o acreditarse a sí mismo? ¡Parece que no! Si amas a tus ovejas y las ves en peligro, hay que levantarte para advertirlas y rescatarlas. Puede ser necesario señalar los errores de otros (y defender la integridad de tu ministerio):

  • ¿A quién sirven? ¿A Dios?
  • ¿Buscan primero su reino, para extenderlo?
  • ¿Tienen el corazón humilde de Cristo para servir, hasta lavar los pies? ¿O quieren ser servidos?
  • ¿Buscan poder, alardeando?

¿Cómo se recomienda Pablo a sí mismo?

En sufrimientos, privaciones y angustias; en azotes, cárceles y tumultos; en trabajos pesados, desvelos y hambre.

Parece que Pablo no tiene mucho que recomendarse. No son las muestras que esperamos de los grandes hombres de Dios, pero Pablo quiere recordar a los corintios del amor y sacrificio que él demostró cuando los llevó al Evangelio.

¿Crees que lo tienes difícil? ¿Cuánto has sufrido?

  • ¿Todavía servirías a Cristo si te llevara a la cárcel?
  • ¿Cuántos golpes puedes soportar antes de dejar el ministerio para otro trabajo?
  • ¿Conoces hambre y noches sin sueño como resultado de tu dedicación al pueblo de Dios?
  • ¿Tienes la paciencia para seguir adelante a pesar de las dificultades y la angustia? Es posible que ellas no sean por algún pecado o debilidad, sino que son parte de servir a Cristo.

¿O has aceptado la mentira común de que la vida cristiana debería ser fácil y sin problemas? Ten cuidado con los que nunca tienen batallas en sus vidas.

Servimos con pureza, conocimiento, constancia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;

¿Y tú? ¿Sigues siendo paciente, bondadoso y cariñoso bajo el estrés? Esos son frutos del Espíritu Santo. ¿Te mantienes puro y honesto frente a la tentación de la porno en Internet y miente como una manera fácil de salir de los problemas? Una vida justa (junto con las armas de la Palabra, oración y el poder del Espíritu), es la mejor defensa contra los ataques del mundo y del enemigo. Pablo estaba rodeado de angustia y tumulto, pero él tenía una fe inquebrantable y una comunión íntima con su Señor que le permitieron un ministerio poderoso.

Lo bueno y lo malo

En lo que sigue, sus afirmaciones contrastantes son tan extremas que Pablo puede parecer esquizofrénico. ¿Es tu vida así a veces, como un niño fluctuante, llevado por doquiera por las ondas? Un día puede haber una unción hermosa en tu iglesia, y en el otro puedas querer renunciar al pastoreado. O puedes estar enamorado de tu esposa un día, y el otro estar listo para el divorcio. Hay una enseñanza popular de que si haces todo conforme a la Palabra, todo estará bien; las experiencias negativas resultan del pecado, la incredulidad o el fracaso. Pero si la experiencia de Pablo es normal, los altibajos son parte de la vida, sobre todo para el líder cristiano. El dicho es cierto: Esto también pasará. Parte de la madurez es reconocer eso y no desesperarse en los días oscuros, y dar gracias a Dios por el don de un día bueno.  Así, Pablo describe los altibajos de su ministerio:

por honra y por deshonra (DHH: Unas veces se nos honra, y otras veces se nos ofende),

por mala y por buena fama;

veraces, pero tenidos por engañadores (NTV: Somos sinceros, pero nos llaman impostores);

conocidos, pero tenidos por desconocidos (NTV: Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos);

como moribundos, pero aún con vida;

golpeados, pero no muertos;

10 aparentemente tristes, pero siempre alegres (NTV: Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría);

pobres en apariencia, pero enriqueciendo a muchos;

como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo.

Anhelamos la fama, la felicidad y la prosperidad, pero cuando Pablo fue martirizado no tuvo posesiones materiales ni dinero, y fue despreciado por muchos. Sin embargo, dejó un legado que perdura hasta hoy. ¿Estás dispuesto a aceptar y soportar ambos extremos? Las cosas a tu alrededor siempre cambian, pero Cristo nunca cambia. Regocíjate en Cristo, incluso en la aflicción, consciente de que tu valor y emociones no se basan en las circunstancias, tu popularidad o tu riqueza, sino en Dios.

Corazones abiertos

11 Hermanos corintios, les hemos hablado con toda franqueza; les hemos abierto de par en par nuestro corazón. 12 Nunca les hemos negado nuestro afecto, pero ustedes sí nos niegan el suyo. 13 Para corresponder del mismo modo —les hablo como si fueran mis hijos—, ¡abran también su corazón de par en par!

Pablo suena como Dios en muchas profecías del Antiguo Testamento: un amante no correspondido que ha hecho muchas cosas solo para ser rechazado. Estos son sus hijos espirituales, y Pablo anhela su amor. El desafío (en cualquier tipo de relación) es seguir amando, rechazando la amargura, como lo hace Dios con nosotros. Esto puede ser difícil si has encontrado la misma oposición que Pablo experimentaba. Ante la tentación de cerrar tu corazón:

  • Habla libremente y honestamente, dándoles todos los consejos de Dios.
  • Abre tu corazón de par en par a ellos.
  • No les niegues tu cariño. Al igual que el afecto de un padre por sus hijos, expresa lo que hay en tu corazón.

Creo que Pablo diría que el rechazo de los corintios lo lastimó  más que todos los golpes que tuvo que soportar. ¿Tienes a alguien que te haya ministrado mucho y que esté sufriendo porque le has dado la espalda? Si tú has sido decepcionado por un pastor o un padre espiritual, si has cerrado tu corazón y estás reteniendo tu afecto, confía en Dios y abre tu corazón de par en par. Dios anhela restaurar esa relación.

Es una lucha diaria seguir a Cristo, sobre todo en el ministerio. No estás mal si pasas por tribulaciones. Coge ánimo del ejemplo de Pablo para seguir adelante, firme en tu esperanza en Dios y fiel a tu llamado.

 

2 Corintios 6:1-2: No recibas la gracia de Dios en vano

1Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice:

«En el momento propicio te escuché,
y en el día de salvación te ayudé.»

Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!

Dios hace su parte. Tienes su favor. Él te escucha. Vives en la era de la gracia, cuando Dios derrama su favor inmerecido. Habrá un día de juicio, pero hoy es el día de salvación. Dios está disponible para ayudarte. Piensa en todo esto por un minuto. Es muy impresionante.

¡No esperes!

Es una oferta por tiempo limitado. No sabes cuándo se retirará su favor, cuando termine el día de la salvación y llegue el día del juicio. No siempre tendrás su oreja. Si continuamente rechazas su ayuda, llegará el momento en que ya no esté disponible.

Tienes que recibir este regalo maravilloso que Dios te ofrece. Es hermoso que Jesús pagó por nuestros pecados en la cruz. Dios quiere empoderarte a través del  Espíritu Santo que mora en ti. Pero tienes que recibir esos dones por fe. La gracia de Dios está disponible, pero si sigues haciendo las cosas con tu propia fuerza no es beneficiosa.

Lo que significa recibir la gracia de Dios en vano

Lo más preocupante es recibir su gracia, pero recibirla en vano, sin impacto ninguno en tu vida. Hace un par de años le di a mi hijo un cupón para la escalada en roca. Él estaba emocionado de recibirlo, pero tardó en usarlo. El cupón expiró, y se perdió la oportunidad. Había recibido el regalo en vano. Perdí mi dinero, él perdió un momento divertido y yo no estaba muy feliz con él.

Pablo profundiza en esta cuestión de recibir su gracia en vano después de su discusión de la nueva vida en Cristo y nuestra parte en la evangelización. Todo es hecho nuevo, somos reconciliados con Dios y perdonados, y vivimos para Cristo. Aunque Pablo escribe a los cristianos, en el verso 20 del capítulo 5 les implora que se reconcilien con Dios, y en el 6:2 dice que es urgente: hoy es el día de salvación. Aparentemente, Pablo sabía que aun con mucha evidencia en Corinto de la gracia de Dios (su favor inmerecido y la abundancia de carismas o dones espirituales), muchos no eran salvos. De hecho, nuestras iglesias están llenas de personas decentes que han estado participando en la vida de iglesia durante años, pero nunca han nacido de nuevo. Todavía viven para sí mismos, y no para Cristo. No están sirviendo como embajadores de Cristo. Todavía queda mucho del viejo hombre visible. Tú puedes ser uno de ellos. Dios puede abrir tus ojos en este momento a la necesidad de un arrepentimiento genuino y una entrega completa a Él.

Fe vacía sin efecto

La palabra traducida “vano” también significa “vacía, sin sentido, para nada.” Pablo la utiliza en su primera carta a los corintios (15:2): Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que yo os anuncio. De lo contrario, habrán creído en vano. Es posible recibir la gracia de Dios en vano, y creer en vano. Alguien puede oír las buenas nuevas y recibirlas, sin aferrarse firmemente a la palabra. Él no persevera. En el versículo 10 del mismo capítulo, Pablo dice que él recibió la gracia de Dios, y en su caso no fue en vano. Tuvo el efecto deseado. ¿Cómo lo sabe? Por su vida transformada y su ardua labor por el evangelio. Luego, en el versículo 14, dice que la fe de los corintios sería inútil (la misma palabra) si Cristo no hubiera resucitado de entre los muertos.

Por extraño que parezca, es posible creer y recibir la gracia de Dios, pero sin efecto ninguno en tu vida. ¿Has conocido a gente así? Toman una decisión, hacen todas las actividades cristianas habituales, pero hay un vacío. No sostienen la palabra, ni la obedecen, ni caminan por fe. Sus vidas niegan la realidad y el propósito de la gracia de Dios. En ese caso, su religión está vacía y están haciendo esas cosas en vano. Pablo está preocupado por eso mismo para los corintios. La vida cristiana cuesta trabajo. Si no fuera así, Pablo no habría dedicado tanto tiempo a instruir, exhortar y advertir a la iglesia de Corinto.

 ¿Qué tienes que hacer?

Algunos dirían que estas personas nunca fueron realmente salvadas. En estos dos primeros versículos del capítulo seis, Dios claramente hace su parte: derrama su gracia y nos ayuda con la plenitud del Espíritu Santo. Pero nosotros todavía tenemos que hacer nuestra parte: recibir su palabra, perseverar y vivir bajo el señorío de Cristo. La salvación comienza con una decisión, pero es mucho más que eso. Se trata de caminar toda tu vida con Jesús.

No puedes forzar a la gente. Dios no obliga a nadie a aceptar a Cristo. Él ofrece su salvación y puede arreglar las circunstancias que nos empujan hacia Él. Su Espíritu Santo abre nuestros ojos y nos atrae a Dios, pero en última instancia, es tu decisión. Dios confía en nosotros para compartir esta oferta asombrosa. Somos sus compañeros de trabajo, un privilegio bastante impresionante en sí mismo. ¿Qué estás haciendo con lo que Dios te ha dado? ¿Estás utilizándolo para su gloria y reino? Solo unos pocos versos atrás Pablo dijo que estamos en el mismo equipo; somos embajadores de Cristo. ¿Cómo te va como su compañero de trabajo? ¿Hay alguien con quien tengas que hablar? ¿Tienes que tomar la iniciativa para advertirles que arreglen sus vidas? Hoy es un día de la salvación y la gracia de Dios. Recíbelas y deja que tengan su efecto transformador en tu vida.

 

2 Corintios 5:9-21: Eres un embajador de Cristo

Evangelismo

El evangelismo es simplemente hablar a otros acerca de Jesús. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Culpable? ¿Temeroso? ¿Emocionado? ¿Apasionado? ¿O mejor dejar el evangelismo a los fanáticos o expertos? Hechos 1:8 dice que el resultado inevitable de recibir el poder del Espíritu es testificar acerca de Jesús dondequiera que vayas. No tienes que ir de puerta en puerta, o predicar en las calles o acosar a gente que no conoces y quienes no quieren hablar de Jesús. No hay una fórmula prescrita de qué decir. Jesús dijo que nos haría pescadores de hombres, no cazadores (Mateo 4:19). Estudia a Jesús y la forma en que se relacionaba con la gente.

En esta porción, Pablo da nueve razones convincentes para sentirse apasionado por la evangelización.

 9 Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado.

  1.  Tu objetivo en esta vida es agradar a Dios. Jesús dijo que si nos avergonzamos de Él delante de los hombres, Él se avergonzará de nosotros ante el Padre (Mateo 10:32, Marcos 8:38, Lucas 9:26). Dios se complace cuando tienes la fe y la voluntad de hablar a otros acerca de las grandes cosas que Jesús ha hecho por ti. Los ángeles del cielo se regocijan cuando alguien viene a Cristo (Lucas 15:10). Dios no está complacido cuando nos da la oportunidad de hablar acerca de Él, y no lo hacemos.

10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

  1.  Hablas a otros acerca de Jesús no solo porque estás entusiasmado con Él y lo amas, sino también porque tienes un temor saludable de Dios. Tienes que rendir cuentas de las oportunidades que desperdiciaste para compartir el Evangelio:

Cuando yo le diga al malvado: “¡Vas a morir!”, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado pero tú habrás salvado tu vida (Ezequiel 33:8 y 9).

Al lado positivo, serás recompensado por todo lo que hagas en el nombre de Jesús, ya sea dar un vaso de agua fría o compartir el Evangelio (Mateo 10:40-42).

11 Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes.

  1.  El temor de  Dios le permitió a Pablo soportar grandes sufrimientos y predicar a Jesús incansablemente. Él llama el evangelismo “tratar de persuadir a todos.” Hay un fundamento sólido en la historia para la fe en Jesús, y Pablo no tenía miedo de debatir y entablar las mentes más brillantes de su época. ¿Tienes suficiente conocimiento de la Biblia y la base de tu fe para persuadir a alguien a creer en Cristo? ¿O tienes miedo de que traigan algo que pueda destruir tu fe, o te hagan una pregunta que no puedas contestar? Tienes la responsabilidad de estudiar y prepararte para que no pongas en ridículo ni a ti o a Jesús. Si no tienes la respuesta, sé honesto y diles que lo investigarás. Y hazlo.

Pablo nunca trató de ocultar quién era. ¡Muchos cristianos andan incógnitos hoy! No tienes que llevar camisetas de Jesús o una gran cruz, pero lo que eres debe ser obvio en tu estilo de vida y en tu forma de hablar. Dios no está engañado por una apariencia religiosa en la iglesia mientras eres otra persona con tus amigos. Sé transparente – para que el mundo vea a Jesús en ti. Si no pueden verlo, pregúntate qué parte Él realmente tiene en tu vida.

12 No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón.

La mayoría de las personas se enorgullecen de las apariencias: ropa, carros y tecnología. Pero puedes tener todos los juguetes del mundo y todavía tener un corazón feo y vacío. No te ocupes de este mundo visible. Cuando la gente se cansa de todo lo externo y se da cuenta de que su corazón está quebrantado o vacío, háblales sobre quién que puede sanarlo y llenarlo. Lo que está en tu corazón es lo que le mostrará al mundo que eres diferente y que los atraerá a Jesús. No tienes que impresionar a nadie con la palabrería o las apariencias, ni tratar de venderles Jesús.

13 Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes.

Fanático. Loco. Muchos decían que Pablo estaba loco, sobre todo su familia y amigos en la comunidad judía, donde pudo haber tenido una vida muy cómoda como rabino. El mundo puede pensar que todos los que toman en serio su compromiso con Jesús están locos. ¡Incluso la madre de Jesús dijo que Él estaba fuera de sí (Marcos 3:21)! Pero no te apures por lo que dicen. Hoy en día hay mucha presión para aceptar otros estilos de vida y otras religiones. ¡Las encuestas muestran que la mayoría de los cristianos creen que otras religiones son formas alternativas de llegar a Dios (pewforum.org)! Cada vez más te verán como un fanático si afirmas todo lo que dice la Biblia.

14 El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron.

  1.   El amor. El amor de Cristo, que experimentas diario. Es un amor por los demás que nunca tenías antes, incluso el amor por el pecador más vil. Es el conocimiento que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree sea salvo. Pero ¿cómo van a creer si no han oído?

¿Cómo es posible tener algo que puede salvar a alguien de una eternidad en el infierno y egoístamente no decir nada? Si tuvieras una pastilla para curar una enfermedad, ¿no la repartirías para salvar vidas, sobre todo si no hubiera costo para ti? ¿Cómo puedes vivir como si todo estuviera bien, sabiendo que la Biblia dice que ellos van a sufrir eternamente sin Cristo? Si tienes algo de amor – aun simple decencia humana – estás obligado a hacer todo lo posible para que lo sepan, sobre todo tus amigos y familiares.

15 Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.

  1.   ¿Para quién vives? Desde la infancia, el mundo te ha enseñado que tienes que vivir para ti mismo. Ahora tienes que renunciar a esa mentalidad y vivir para Cristo. Jesús no murió solo por ti, o unos cuantos elegidos, sino por todos. Si vives para Cristo, el “yo” y todas sus preocupaciones con la imagen y el rechazo ya no tienen mucha importancia. Eso libera tu tiempo y energía para servir a Cristo y cuidar de los demás.

16 Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así.

  1.  Tu auto​​imagen y lo importante ha cambiado. Ahora tienes una nueva forma de ver a la gente. No se trata de lo que pueden hacer por ti, cómo se ven o si cumplen con los estándares del mundo. Hay que considerarlos como Jesús los considera, con un corazón de compasión, aceptación y amor incondicional.

17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!

  1.  Tú tienes el poder de introducir a alguien a una vida totalmente nueva. Todos los pecados y los errores del pasado son borrados y ellos nacen de nuevo. ¡Qué oferta increíble! ¡Estas son muy buenas noticias! ¿Conoces esa nueva vida? ¿Has dejado todo lo viejo? Esta verdad puede ser aún más poderosa para gente mayor con muchos lamentos, quienes pueden sentir que es demasiado tarde para empezar de nuevo o cambiar sus vidas.

18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.

  1.  ¿Recuerdas cómo estabas lejos de Dios a causa del pecado? Bajo el viejo pacto, los judíos tenían que ofrecer muchos sacrificios, y aún no había una reconciliación completa. En Cristo, tu relación con el Dios del universo es restaurada. Puedes tener tanto tiempo en el Evangelio que has olvidado lo radical y asombroso que es. Dios tomó la iniciativa y pagó el precio extremo: la vida de su propio Hijo. Dios hizo la obra, pero tiene algunas expectativas de ti, como anunciar  esta oferta maravillosa a otros. Debe ser una venta fácil, ¿verdad? El mundo gasta mucho dinero en basura, ¡y esto es gratuito! ¡Y Dios encarga este precioso mensaje a ti! ¿Cómo se siente Él si lo guardas para ti mismo y no dejas que nadie lo sepa?

20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.»

  1.  Dios te ha nombrado embajador del Reino de los Cielos. Si todavía tienes dudas acerca del evangelismo, esto debe convencerte: ¡Esta llamada es del Rey del universo! ¿Puedes imaginar una llamada del presidente de tu país con la noticia de que él te ha nombrado embajador en otra nación? ¿Qué pasaría si lo ignoraras y siguieras viviendo como siempre?

Un embajador representa a su país y lleva la autoridad de su gobierno. Tiene que consultar con su gobierno para conocer su política y luego comunicársela al gobierno extranjero. No puede decir lo que quiera; aún si no le gusta lo que dice su gobierno, está obligado a apoyarlo.

No puedes ser un embajador autonombrado. Si yo voy a México y digo que soy el embajador de los Estados Unidos, me pedirán mis credenciales. Si no los tengo, me expulsarían y posiblemente me acusarían de un delito.

Otro ejemplo: Si soy un concesionario de Toyota y he vendido mi inventario, puedo llamar a Toyota y con gusto me enviarán otro envió de autos. Pero yo no soy un distribuidor. Si yo los llamo, se reirán y colgarán el teléfono.

Tú eres autorizado. No necesitas ningún servicio especial de ordenación en tu iglesia. Ya eres un embajador de Cristo. Tienes toda la autoridad de Dios Todopoderoso, tal como Jesús mandó a los apóstoles predicar el Reino, sanar a los enfermos y echar fuera demonios. ¿Representas fielmente a tu Rey?

21 Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos libres del pecado y hechos justicia de Dios en Él. Una de las experiencias más hermosas es compartir esas noticias y ver a alguien arrepentirse y nacer de nuevo. ¡Dios te necesita! ¡Hay gente a tu alrededor que desesperadamente necesitan a Jesús! Pídele a Dios que te dé la oportunidad de hablar acerca de Cristo esta semana. Deja de lado tus temores y confía en Dios que Él te usará como su embajador.

 

2 Corintios 5:1-10: ¿Listo para algo nuevo?

1De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas. Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial, porque cuando seamos revestidos, no se nos hallará desnudos. Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas.

En el capítulo 4, Pablo se refiere a nuestros cuerpos como vasos de barro. No son muy fuertes ni resistentes, pero sin embargo tienen un propósito importante. Ahora nos da otra imagen del cuerpo no mucho mejor: tiendas de campaña.

Lo que sabemos acerca de esa tienda

  • Es mortal y será destruida.
  • Está construida por manos humanas.
  • Es incómoda – gemimos y estamos agobiados en ella.
  • Es terrenal.
  • Las personas por lo general no moran en tiendas de campaña, sino que las usan temporalmente en el camino a otro lugar.
  • Una tormenta, un animal salvaje o un loco puede romperla y lastimarte; eres vulnerable en una tienda.
  • Es frágil, sujeta a fugas y roturas.

Pero Dios tiene una casa eterna esperándote en el cielo, hecha a la medida para ti, y nada puede dañarla. Estás vestido en esa morada celestial; te cubre, te protege y te completa. Cuando la pones, tu mortalidad será consumida por la pura vida. Dios te diseñó y te hizo para esa vida; no para estar sometido a la pena, a la enfermedad y a la mortalidad de este cuerpo.  De hecho, estos cuerpos son tan inadecuados que nos sentimos desnudos en ellos. Hacemos todo lo posible para arreglar esta tienda y hacerla cómoda, pero, al final, no funciona. No podemos escapar de la inquietud de que estamos desnudos y tiene que haber algo más; así que nos sentimos agobiados y gemimos. Nuestra ropa es tan inadecuada que efectivamente estamos caminando desnudos. ¡Me pregunto si Dios no se ríe de nuestros intentos de cubrirnos con ropa tan elegante! Algunos maldicen a Dios por todo el dolor, pero realmente deben agradecerle: Él tiene el hogar perfecto preparado para nosotros, y si estuviéramos cómodos en esta tienda, no habría mucha motivación para dejarla para nuestra morada eterna y hermosas ropas nuevas. Esa ropa será mejor que las modas más caras.

Una garantía de esta morada

¿Cómo puedes estar seguro de que esta morada celestial te espera? Pablo vuelve a referirse a la misma garantía que presentó en el capítulo 1: nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas. Cuando algo se repite en las Escrituras es por una razón: él quiere reforzar tu esperanza y darte una gran seguridad. Si tu experiencia en el Espíritu es deficiente, te resulta difícil creer en esta garantía, pero si tienes la plenitud del Espíritu, te dará una gran confianza de que la garantía es real.

A medida que envejecemos, nuestras tiendas se desgastan y las vasijas de barro se rompen, y esta promesa se vuelve aún más preciosa. Tú puedes ser joven y creer que tu tienda es la mejor, y sobrevivirá cualquier tormenta, pero Dios puede permitir algunas tormentas fuertes para mostrarte que no lo es. En la enfermedad y el quebrantamiento, gemimos y anhelamos ser revestidos de nuestra morada eterna. Esto es normal y parte de la vida, mientras nos preparamos para el paso de esta vida a la eternidad.

Vivimos por fe, no por vista

Por eso mantenemos siempre la confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor. Vivimos por fe, no por vista. Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor. Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado. 10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

Estamos en un verdadero dilema: Solo conocemos esta tienda y, más o menos, nos ha servido bien. Honestamente, aunque hay algunas cositas que yo cambiaría, me gusta la mía. Tendemos a aferrarnos a ella, a pesar de la gloria del hogar celestial. Pero nuestra experiencia del Espíritu nos da confianza y, finalmente, nos empuja hasta que preferimos dejar este mundo para estar con el Señor. Mientras tanto, hay tres cosas importantes que te ayudarán a aprovechar al máximo esta vida y a prepararte para la eternidad:

  1.  No confíes en tus ojos. Confía en el Señor y en su Palabra. Ten cuidado con lo que tiene sentido para ti y está aprobado por este mundo. Llena tu mente con pensamientos de Dios y su reino.
  2.  Ordena bien tus prioridades. ¿Cuál es tu primer objetivo en la vida? Está bien tener varias metas, pero tu primer objetivo debe ser complacer al Señor. Eso es lo verdaderamente importante, y te impactará por toda la eternidad. Para hacer esto, hay que saber lo que le agrada, lo cual aprendemos de nuestro estudio de la Biblia (y ojalá en la predicación de la iglesia). Cuando amas a alguien, deseas complacerle, y no es gravoso. Cuando agradas a tu cónyuge, su alegría te da placer y también te da beneficios a cambio. Dios recibe verdadero placer cuando ve que sus hijos quieren complacerle, aunque no lo hagan perfectamente.
  3. Hay tanto que nos espera en el cielo, y está garantizado. Dios es un Padre amoroso que se deleita en preparar cosas buenas para nosotros. Pero recuerda que Él también es un juez justo que merece tu reverencia. Tu salvación es segura, si sigues confiando en Cristo y honrándolo como Señor. Pero todavía vendrás ante su tribunal para recibir lo que te corresponde, tanto lo bueno como lo malo. Hay recompensas y niveles de autoridad que dependen de lo que hiciste en esta vida. Eso es preocupante, y debe motivarnos a renunciar a todo lo que desagrada a Dios. Nuestra motivación principal es el amor, pero tal como trabajas para recibir tu pago, Dios es un “jefe” totalmente justo, y te dará lo que te corresponde.

¿Estás emocionado? ¿Es esta una nueva perspectiva para ti? Nuestras tiendas han llegado a ser tan elaboradas, y nuestras vidas aquí tan cómodas, que todo esto puede parecer lejano e irreal. Crece en importancia a medida que envejecemos, pero nunca sabemos cuándo vamos a dejar este cuerpo para estar con el Señor. ¡No esperes más para comenzar a poner en práctica estas pautas!

 

2 Corintios 4: La lucha con el desánimo

¿Estás luchando con el desánimo? Para muchos de nosotros es una lucha casi diaria. Pablo tenía muchas razones para desanimarse, pero en el verso uno (y nuevamente en el versículo 16), Pablo dice “no nos desanimamos.” La palabra griega puede significar “sin espíritu y abatido por el miedo, o desmayado por el cansancio y el agotamiento.” ¿Qué aprendió Pablo que le permitió superar el desánimo?

1Por esto, ya que por la misericordia de Dios tenemos este ministerio, no nos desanimamos. Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios. Pero si nuestro evangelio está encubierto, lo está para los que se pierden. El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios. No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

Da gracias por el privilegio (y la responsabilidad) de participar en el ministerio glorioso del Evangelio

Pablo comienza el capítulo con “por esto” o “por lo tanto.” Siempre cuando se ve esas palabras en la Biblia, hay que leer lo que vino antes, para ver a qué se refieren. La gloria de Dios llena el final del capítulo 3: el ministerio glorioso y nuestra transformación a su gloriosa imagen. (Las divisiones de los capítulos fueron insertadas más tarde y pueden interrumpir el flujo de pensamiento.) Nos ayudará a no desanimarnos si podemos mantener esa visión en medio de las luchas y recordarnos de que Dios nos está moldeando a la imagen de Cristo, incluso en los tiempos difíciles. Pablo es consciente de que no merece participar en esta obra divina: Su Dios misericordioso le dio el privilegio de compartir en su gloria; por lo tanto, él es responsable de servirle lo mejor que pueda.

Desenmascarar el dios de este mundo y renunciar a sus obras

Dada la naturaleza exaltada del ministerio, Pablo se ve obligado a confrontar a aquellos que ministran con acciones vergonzosas y métodos turbios, engañan a la gente y distorsionan la Palabra de Dios. Él sufre constante oposición y persecución, bajo tal presión que la muerte es su compañera diaria. ¿Por qué es tan dura la vida si estás en la voluntad de Dios? ¡Estás luchando contra Satanás, el dios de este siglo! Los siervos del diablo harán todo lo necesario para avanzar en su agenda. Quitan el enfoque de Jesús, se exaltan a sí mismos y predican un evangelio centrado en el hombre. El diablo es el maestro del engaño y el padre de la mentira, y ciega alegremente las mentes de los incrédulos (y también de muchos cristianos).

Sabemos que nuestro Dios es el único Señor de este universo. Estamos agradecidos de que Dios haya brillado su luz en nuestros corazones, y oramos que otros también se iluminen. Sin embargo, Dios le ha dado autoridad a Satanás en esta tierra. Estamos operando en territorio enemigo. El mundo se burla de las verdades que nos parecen tan obvias, porque Satanás los ha cegado. Nosotros ayudamos al diablo, predicando un evangelio centrado en el hombre, y no proclamando claramente a Jesús en palabra, acción y poder. Lamentablemente, nuestros ojos pueden estar tan llenos  de las  cosas del mundo que casi no vemos el rostro de Jesús lleno de la gloria de Dios, ni lo reflejamos al mundo. En cambio, algunos parecen aburridos legalistas religiosos que no permiten que otros disfruten de la vida.

Es fácil caer en desánimo cuando siempre se enfrenta este tipo de cristianismo falso. Existe una tentación fuerte de hacer lo mismo, y así obtener el reconocimiento y el dinero de estos ministros falsos. La respuesta de Pablo es renunciar a esas tácticas, centrarse en la verdad del Evangelio y presentar la Palabra con la mayor claridad posible. Si comprendemos la naturaleza de la batalla, es más fácil luchar contra el desánimo.

Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos. 10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 11 Pues a nosotros, los que vivimos, siempre se nos entrega a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo mortal. 12 Así que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes la vida.

Aceptar el sufrimiento y la debilidad como parte de esta vida, y seguir adelante

Como si no fuese suficiente pelear con el dios de este mundo y sus siervos, también hay una lucha interior. Dios ha escogido utilizar nuestros cuerpos frágiles para contener el tesoro del Evangelio. Con el envejecimiento y la enfermedad (las mismas cosas que nuestra cultura resiste con toda su fuerza), nos encontramos físicamente decaídos y desgastados. Y estas vasijas pueden ser frágiles emocionalmente también. Es común que el cristiano luche contra la depresión e incluso los pensamientos de suicidio. Aunque la batalla puede ser diferente para cada persona, todos enfrentamos a muchas cosas que pueden desanimarnos. Pablo fue:

  • Atribulado
  • Perplejo, en apuros y preocupado, confuso
  • Perseguido
  • Derribado, golpeado abajo

¡Qué manera de vivir para un gran apóstol y hombre de fe como Pablo, hasta el límite de lo que podría soportar! ¡Este capítulo no les cae bien a aquellos que predican la prosperidad! Dios casi sádicamente permitió estas luchas, pero también siempre le dio a Pablo la fuerza para soportarlas, y en el proceso de acercarse más a Él. ¿Cómo le ayudó a perseverar?

  • Nunca fue abatido, aplastado o angustiado y sin salida
  • Él no llegó al punto de la desesperación
  • Cuando fue perseguido, siempre fue consciente de la presencia de Dios con él
  • Su cuerpo era sangriento y roto, pero no destruido

Pablo vivió constantemente con la convicción de la muerte. La cruz de Cristo no sólo colgaba de una cadena en su cuello, y no se recordaba sólo una vez al año, el Viernes Santo. Pablo vivía en constante peligro de la muerte porque servía a Jesús. Posiblemente sufría de su aguijón en la carne, dolor, o alguna enfermedad.

Aunque hablamos de la gloria del cielo, muchos de nosotros tememos a la muerte. Nos cuesta ir a un hospital o funeral. Pero el cristiano vive con la muerte como su compañera. Crucificamos diariamente la carne y sus hábitos pecaminosos. Qué contraste con la forma exagerada en que muchos mimen el cuerpo, con los músculos esculpidos durante horas en el gimnasio, el estómago lleno de comida gourmet y la piel masajeada e hidratada con lociones caras.

¿Cómo se comparan las luchas de Pablo con tus desafíos? ¿Te alienta saber que no lo tienes tan malo?

No se trata de ti, todo tiene que ver con Jesús

Toda esta muerte le permite a Jesús revelarse en nuestros cuerpos mortales, dejándole demostrar su poder sin  duda ninguna de quién hace el trabajo. No es de extrañar que el mundo no puede ver a Jesús en nosotros, si estamos muy ocupados escapando de la muerte y exaltándonos a nosotros mismos. Así como Jesús voluntariamente dio su vida por nosotros, Pablo dice que vale la pena sufrir para que otros puedan recibir la vida. En nuestro egoísmo, ¿luchamos contra la muerte, incluso privando a otros de experimentar la vida de Cristo? Estamos muy lejos de la iglesia primitiva, que dijo que la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia. Muchos países están experimentando persecución; en el sufrimiento y la muerte, Jesús se revela y se glorifica como nunca antes.

El sufrimiento no debe callarte. De hecho, ¡estamos obligados a seguir predicando el Evangelio!

13 Escrito está: «Creí, y por eso hablé.» Con ese mismo espíritu de fe también nosotros creemos, y por eso hablamos. 14 Pues sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con él y nos llevará junto con ustedes a su presencia. 15 Todo esto es por el bien de ustedes, para que la gracia que está alcanzando a más y más personas haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

Piensa en el cielo y la gloria de Dios

Sabiendo que Jesús resucitó de los muertos, tenemos plena seguridad de que la muerte ha sido derrotada y estamos destinados al cielo. Tenemos que compartir ese mensaje de salvación con todo el mundo, para que Dios pueda ser glorificado por la efusión de acción de gracias y alabanza. ¿Es esta tu pasión? ¡Qué multitudes den gracias a Dios y le glorifiquen!

16 Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. 17 Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. 18 Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.

Mantén la perspectiva – fija los ojos en lo invisible

Si te fijas en lo que está sucediendo a tu alrededor, te desanimarás. Garantizado. Es muy fácil perder la perspectiva, y muy difícil fijar los ojos en lo invisible, ya que lo que vemos está literalmente en la cara. En algunos países, lo que se ve es por lo general muy atractivo, ya sea ese nuevo carro deportivo o la cómoda casa con televisor de pantalla gigante. Si vives en un país destruido por la corrupción, la guerra o el hambre, buscarías más lo invisible. Sé que puede ser difícil de creer, pero tus problemas realmente no son tan graves, y son solo temporales. Dios todavía está en control, y te renueva de día en día a pesar de la muerte que te rodea. Hay una gloria eternal esperándote que te hará olvidar todo el dolor.

¡No te desanimes! ¡Quita tus ojos de ti mismo y tus circunstancias, y fíjalos en lo invisible!

 

 

2 Corintios 3: Más y más gloria

La vida es una lucha, incluso para el cristiano, el pastor y el gran apóstol Pablo. Ya en esta carta hemos visto sus conflictos con los corintios, su gran sufrimiento y la oposición que enfrentó. En este capítulo vamos a ver cómo es posible soportar esos problemas.

La verdadera recomendación para el ministerio

El mundo valora las “recomendaciones”, y son importantes hasta cierto punto. Pero tenemos que centrarnos en lo que es verdaderamente importante.

1¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.

Es común para un hermano nuevo que venga de otra iglesia, o alguien que quiera ministrar, llevar una carta de recomendación de una iglesia o líder bien conocido. Puede tener un certificado de ordenación o un diploma académico. Eso es bueno, pero no es suficiente. Parece que los oponentes de Pablo en Corinto tenían eso. Lamentablemente, las cosas no siempre son lo que parecen. Alguien con recomendaciones brillantes puede ser un abusador de niños. Se puede comprar una licencia de ordenación en Internet, y un diploma de un instituto bíblico o seminario dice poco acerca del carácter de la persona.

Para algo tan precioso como el ministerio en la iglesia de Jesucristo, los estándares rigurosos son muy importantes. En mi iglesia, alguien que quiere ser pastor necesita la recomendación de su iglesia local. Luego, el concilio de pastores y ancianos en esa zona lo toma a su cargo – si creen que Dios lo está llamando al ministerio. Ellos lo aconsejan, lo examinan y lo ayudan a prepararse para el ministerio. Esto incluye sus estudios, pero sus profesores de seminario también tienen que emitir un “Certificado de Aptitud para el Ministerio” acerca de su piedad y demostración de carácter cristiano. Todo eso es bueno, especialmente hoy en día cuando alguien puede empezar una iglesia sin prácticamente ninguna preparación, ni rendir cuentas a nadie. Pero todavía no es suficiente.

Jesús dijo que los conocemos por sus frutos (Mateo 7:16-20; 12:33; Juan 15:1-16). Parece que Él estaba pensando principalmente en el impacto duradero en las vidas de otras personas, incluyendo su salvación y crecimiento espiritual. Los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23) también son importantes. Otras referencias a los frutos en nuestras vidas se encuentran en Efesios 5:9, Filipenses 1:11, Colosenses 1:6 y 10, y Santiago 3:17. Pablo está preocupado por lo que hay en el corazón, no con cartas. Tu carta real de recomendación es la gente a quien has ministrado y la obra transformadora del Espíritu en sus vidas. Alguien puede parecer impresionante en la televisión o en Internet, pero nunca vemos el verdadero fruto de su ministerio, las cartas escritas en los corazones de la gente. Si estás considerando a alguien para un puesto en el ministerio, visita la iglesia que servía y las personas a quienes ha ministrado. Esa es su principal recomendación.

Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

¡Dios te hace competente!

Las palabras “competencia” y “aptitud” generan ansiedad en muchas personas. ¿Y tú? Es muy común sentirse incompetente e impulsado a demostrar a otros (y a si mismo) que sí, tiene las condiciones necesarias, anotando los resultados de exámenes o evaluaciones del trabajo. Sin duda es importante desarrollar la competencia en tu profesión (en el mundo muchas personas tienen que demostrar su capacidad para mantener sus trabajos), pero en la iglesia no depende de la formación que uno tenga, sino de la capacitación del Espíritu.

En el ministerio, Pablo dice que es cierto, tú no eres capaz. No tienes lo que necesitas. Tu competencia proviene de Dios, y cuando Dios te llama a un puesto, ¡Él te hace competente! ¡Te capacita! Cuando confíes en Él, te dará todo lo que necesites. ¡Qué libertad! ¡No es de extrañar que Pablo diga que la letra mata! Tal vez tú has trabajado bajo la presión de actuar de cierta manera y sentir esa muerte. ¡Dios quita esa presión! Relájate, ama a Dios y a los demás, y permite que su fuerza y ​​su ministerio fluyan a través de ti.

El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu? Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia! 10 En efecto, lo que fue glorioso ya no lo es, si se le compara con esta excelsa gloria. 11 Y si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece!

¡El ministerio cristiano es glorioso!

¿Recuerdas cómo Israel no pudo acercarse al Monte Sinaí debido a la presencia gloriosa de Dios? Una columna de fuego guió al pueblo en el desierto, el rostro de Moisés reflejó la gloria de Dios y la nube de gloria llenó el templo (Éxodo 13:21-22; 34:29-36; 40:34; 2 Crónicas 5:14; 7:2). Ese era el antiguo pacto de la ley en tablas de piedra, un ministerio que trajo la muerte y la condenación. ¡No hay comparación con la gloria del Nuevo Pacto de justicia y vida, la adopción en la familia de Dios y la plenitud del Espíritu! Y esta gloria dura, no como la gloria de Moisés que se desvanecía.

¿Ves tu ministerio así? ¿Se ha vuelto tan rutinaria la iglesia que ya no ves la gloria? ¡Abre tus ojos! ¡El ministerio que Dios te dio es glorioso!

12 Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. 13 No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. 14 Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque sólo se quita en Cristo. 15 Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. 16 Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. 17 Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Cuando comprendemos la naturaleza gloriosa del ministerio del Nuevo Pacto, tenemos mucho denuedo para acercarnos al Señor y llevar el mensaje a otros. ¡Estamos ayudándolos a ver la gloria de Dios! ¡Estamos presentando a Cristo, quien quita el velo de sus corazones! ¡Los ofrecemos la libertad y la presencia del Señor!

Si es tan glorioso, ¿por qué es tan difícil para la gente recibirlo? Satanás ha velado el entendimiento de los incrédulos. Cuando oramos, guerreamos y ministramos en el poder del Espíritu, y predicamos la Palabra, la gente se vuelve al Señor y se quita el velo.

18 Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.

Si has dudado de que el Espíritu Santo era completamente Dios, dice aquí que el Señor es el Espíritu. Dos veces lo dice por énfasis. Cuando el Espíritu mora en ti, Dios mismo vive en ti y trabaja arduamente para transformarte a su imagen. Eso puede ser doloroso a veces, pero si contemplas la gloria de Dios, mirando a Él, adorándole y viviendo en su presencia, el dolor será devorado por la gloria. ¿Cómo va tu vida? ¿Pueden otras personas ver la imagen de Dios en ti? ¿Puedes ver su imagen en la gente a quien estás ministrando? Debe ser más y más gloria. Hay muchos obstáculos en ese proceso, y algunas veces el velo vuelve a aparecer. ¡Rasga el velo! ¡Busca la gloria de Dios! ¡Fíjate en Él para que su gloria siga aumentando en ti!