Nehemías 5 Cómo sanar divisiones

Nehemías finalmente ha silenciado a sus adversarios. Hemos visto la progresión de los ataques de sus enemigos: desde palabras hasta amenazar la obra y tratar de matarlos.  A cada paso, Dios honró la fe y la perseverancia de Nehemías, peleó sus batallas y protegió a su pueblo.  El trabajo en la muralla avanzaba, aunque requería medidas extraordinarias. Pero el enemigo no se para.

La próxima estrategia del diablo: Luchas internas

Hemos visto la importancia de la unidad frente a los ataques. Imagina el estrés para los judíos: casi no dormían y trabajaron con el temor de que el enemigo pudiera caer sobre ellos en cualquier momento.  Ahora el enemigo se aprovecha de esa debilidad y cambia su estrategia, para fomentar luchas y divisiones en el mismo pueblo de Dios.

 1Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos, pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir.» 3Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas.» Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey. Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros.»

Parece que Nehemías no estaba consciente de los abusos, aunque duraban mucho tiempo. Eso tiene sentido; él ha estado muy ocupado. Pero los pobres se han sentido frustrados durante mucho tiempo por la explotación y la grave desigualdad económica. Lo peor era que los opresores eran sus propios hermanos judíos. Por fin hubo una gran protesta y clamor.

Había mucha hambre. Algunos tenían una mesa vacía, otros la tenían llena de comida rica. Aunque había una hambruna, había trigo, pero estaban cobrando precios muy elevados, lo que obligaba a los pobres a hipotecar todo lo que tenían. ¡Al menos tenían propiedades para hipotecar! Mucha gente pobre ni aun tiene ese recurso. También tuvieron que buscar préstamos para pagar el impuesto al rey.  Necesitan alivio de estos impuestos. Desesperados, y sin otro remedio, vendieron a sus hijos.  La esclavitud era común.

La pobreza engendra impotencia. Los pobres pierden la voz y caen en un ciclo vicioso que es difícil de romper. Hasta ahora, no había nadie en Jerusalén para defenderlos. Sin ninguna intervención, Judá se convertirá en una sociedad de ricos y pobres, similar a muchos países en la actualidad. Esta desigualdad entre hermanos plantea dudas desconcertantes:

  • ¿No todos los niños merecen una buena educación?
  • ¿Es justo que los ricos tengan mejores escuelas?
  • ¿No todos los jóvenes merecen la oportunidad de prepararse para una carrera en la universidad?
  • ¿Es verdad que todos son creados iguales?
  • Si realmente creen eso, ¿por qué no actúan conforme a ese credo, y no como si fuesen superiores?

Estas quejas son exactamente el pábulo que Satanás usa para crear divisiones y parar la obra de Dios. Muchas iglesias se dividen por asuntos mucho más insignificantes. ¿Has experimentado cómo Satanás ha usado la desigualdad y las divisiones para destruir una iglesia? Si estás casado, estoy seguro de que ya sabes cómo una pequeña queja puede volverse muy seria. ¿Qué tácticas de dividir y conquistar has observado en los matrimonios?  ¿Hay quejas legítimas bajo de la superficie en tu iglesia u hogar?

Debajo de estos abusos está la tendencia humana a buscar el primer lugar y aprovecharse de otros. ¡El “yo” es primero! En el proceso, es fácil ignorar los mandatos más importantes sobre el amor, la misericordia y la justicia.

Cuando oí sus palabras de protesta, me enojé muchísimo.

Finalmente tuvieron a un defensor en Nehemías. Estaba lleno de ira justa. ¿Te enojas por la injusticia? ¿Te enojas con las divisiones y la desigualdad en la iglesia? ¡No toda la ira es mala! Debe energizarnos para tomar acción constructiva. ¿Escuchas el clamor de los oprimidos? Es demasiado fácil alejarse de sus problemas.

Y después de reflexionar, reprendí a los nobles y gobernantes:

—¡Es inconcebible que sus propios hermanos les exijan el pago de intereses!

Convoqué además una gran asamblea contra ellos, y allí les recriminé:

—Hasta donde nos ha sido posible, hemos rescatado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a los paganos. ¡Y ahora son ustedes quienes venden a sus hermanos, después de que nosotros los hemos rescatado!

Responder a los conflictos internos en la iglesia

Jesús dijo: “bienaventurados los pacificadores.” Necesitamos pacificadores hoy.  Hay grandes predicadores que no saben cómo manejar los conflictos en la iglesia. Muchos hombres manejan bien su negocio, pero en casa se retiran y no saben qué hacer.  Demasiados pastores retroceden frente a los ancianos o diáconos, o aquellos que ofrendan mucho. Muchos maridos no quieren la molestia de los problemas familiares. No es fácil, pero no puedes simplemente ignorar la situación con la esperanza que desaparezca.  Eso casi nunca sucede.  Lo que se va a ir es la mayoría de tu congregación o tu mujer.  ¡Levántate para hacer lo que sabes que es correcto!

Nehemías fue uno de los pocos que pudo hacer todo bien.  ¿Cómo responde él aquí? No actúa con prisa. Nehemías no temía enfrentar a la gente responsable de los abusos; vemos la misma valentía que demostró ante sus enemigos. Lo que hizo fue arriesgado políticamente. Nehemías desafió una práctica muy común en los negocios: cobrar intereses sobre préstamos. Había un programa para rescatar a los esclavos judíos de sus dueños gentiles, pero los ricos no los ayudaron, sino en su lugar instituyeron otra esclavitud.

Nehemías no hizo ningún arreglo a escondidas. Llamó a todos a una gran reunión. Ya hemos visto su gran autoridad, y aquí la usa sabiamente. Es más fácil hacer el acuerdo en privado, pero es mejor hacerlo en público.

Si actúas enojado es fácil meterte en problemas. Reflexiona, y verifica las acusaciones. Ten cuidado de seguir el mundo y sus prácticas en la iglesia. ¿Cuál sería el impacto económico si los cristianos prestaran dinero entre sí, libre de intereses? ¡Jesús dijo que no te preocupes si te reembolsan o no (Mateo 5:42)!  ¡Él te cuida!

8Todos se quedaron callados, pues no sabían qué responder.

Yo añadí: —Lo que están haciendo ustedes es incorrecto. ¿No deberían mostrar la debida reverencia a nuestro Dios y evitar así el reproche de los paganos, nuestros enemigos? 10 Mis hermanos y mis criados, y hasta yo mismo, les hemos prestado dinero y trigo. Pero ahora, ¡quitémosles esa carga de encima! 11 Yo les ruego que les devuelvan campos, viñedos, olivares y casas, y también el uno por ciento de la plata, del trigo, del vino y del aceite que ustedes les exigen.

La solución que Nehemías propone es radical, y muy costosa para los ricos.  Muchas veces nadie quiere hacer el duro trabajo de arreglar la situación.  Si eres un pastor, te toca a ti. Si eres marido, es tu responsabilidad.  La unidad de tu iglesia y tu hogar tiene prioridad.

Nehemías los confronta claramente con la verdad, y no hay nada que ellos puedan decir.  Esta es una cuestión de bien y mal, y está claro que los poderosos están malos. Hay áreas de color gris, pero cuando es blanco y negro, estamos obligados a levantarnos para el bien y condenar lo malo. No temen a Dios.  Han olvidado que tienen que rendir cuentas al Creador para el tratamiento de sus hermanos. Y tú, ¿estás caminando en el temor de Dios? ¿Hay una situación en tu trabajo, en tu iglesia o en tu hogar donde tengas que arriesgar algo y decir: “Lo que usted hace está mal”?

Ellos están dando un mal testimonio a sus enemigos gentiles, y no les importa. Tienen que arrepentirse, dejar su pecado y arreglar la situación. Tienen que devolver lo que fue hipotecado y reembolsar los intereses. ¡Y solo cobraban una taza de interés del 1%! ¡Nosotros estaríamos muy felices con una oferta como esa! Pero está mal en la familia de Dios que uno prospere a costa de los demás.

Cuando los creyentes se comportan como el mundo, Dios se ve mal. Qué pena que para muchas personas la iglesia sea una broma.  Tienes que caminar de manera irreprochable, para que otros puedan ver a Cristo en ti, estén atraídos a Él y le glorifiquen.  ¿Cómo está tu testimonio? ¿Estás en pecado? Aunque puede ser muy difícil, ¿cómo puedes arreglarlo? ¿Cómo crees que respondería la gente que te rodea si los desafiaras de esta manera?

12 —Está bien —respondieron ellos—, haremos todo lo que nos has pedido. Se lo devolveremos todo, sin exigirles nada.

Entonces llamé a los sacerdotes, y ante éstos les hice jurar que cumplirían su promesa. 13 Luego me sacudí el manto y afirmé:

—¡Así sacuda Dios y arroje de su casa y de sus propiedades a todo el que no cumpla esta promesa! ¡Así lo sacuda Dios y lo deje sin nada!

Cuando alguien dice la verdad y luego proporciona una salida justa como remedio, no hay mucho que discutir. Saben que están malos, y saben que Nehemías no los dejará continuar en su pecado. Hay una gran diferencia entre alguien que viene a desafiar en timidez y debilidad, y alguien que habla con valentía y con la autoridad de Dios. Nehemías habló con esa autoridad a Sambalat y Tobías. Dijo palabras fuertes, de juicio, pero ellos saben que no son amenazas vacías.  El Espíritu de Dios lo apoyaba y obraba en él, y en la gente.  ¡Hay una gran necesidad en el gobierno y en la iglesia de esa gente justa con esta autoridad!

Una respuesta asombrosa

13Toda la asamblea respondió:

—¡Amén!

Y alabaron al Señor, y el pueblo cumplió lo prometido.

¡Esta es una verdadera obra de Dios! Nehemías los reprende. Tienen que devolver mucho dinero. ¡Y alaban al Señor! ¡Y cumplieron lo prometido! ¡Este es un arrepentimiento genuino! ¡Este es el espíritu de avivamiento! Algo está suelto en el Espíritu cuando Dios se mueve y un varón ungido se levanta y enfrenta la injusticia con la autoridad divina. ¿Significa que no duele humillarse así?  ¡Claro que duele! Pero Nehemías les da una salida, el Espíritu de Dios los toca, y ahora alaban al Señor.

La salvación no es solo una cuestión de asistir a la iglesia, diezmar y leer la Biblia. Tiene mucho que ver con tu trato con otros, cómo manejas tu negocio y cómo respondes a la injusticia. Las cuestiones económicas son muy importantes para Dios.

Nehemías estaba bien con Dios. No tuvo que arrepentirse. Sería fácil para él despreciar a estos “pecadores”  o ignorar la situación, pero no se puede. Estamos obligados a levantarnos y defender lo recto. Nehemías podía hacerlo, porque andaba irreprochable.

¡Cuánto necesitamos a hombres como Nehemías hoy! Como resultado de sus acciones sabias, una división que podría destruir el país fue sanada. Otra vez el enemigo fue vencido. Pero Nehemías no solo respondió al problema; él se movió de forma proactiva para fomentar la comprensión y la unidad. Es fácil descansar después de resolver la crisis actual, pero es mucho mejor tener la visión de hacer un cambio duradero para evitar problemas en el futuro.

14 Desde el año veinte del reinado de Artajerjes, cuando fui designado gobernador de la tierra de Judá, hasta el año treinta y dos, es decir, durante doce años, ni mis hermanos ni yo utilizamos el impuesto que me correspondía como gobernador. 15 En cambio, los gobernadores que me precedieron habían impuesto cargas sobre el pueblo, y cada día les habían exigido comida y vino por un valor de cuarenta monedas de plata. También sus criados oprimían al pueblo. En cambio yo, por temor a Dios, no hice eso. 16 Al contrario, tanto yo como mis criados trabajamos en la reconstrucción de la muralla y no compramos ningún terreno.

17 A mi mesa se sentaban ciento cincuenta hombres, entre judíos y oficiales, sin contar a los que llegaban de países vecinos. 18 Era tarea de todos los días preparar un buey, seis ovejas escogidas y algunas aves; y cada diez días se traía vino en abundancia. Pero nunca utilicé el impuesto que me correspondía como gobernador, porque ya el pueblo tenía una carga muy pesada.

Nehemías lidera en mostrar el verdadero amor

Nehemías no era solo un gobernante autoritario y severo. Lideraba con el ejemplo, y era consistente.  No se trataba de apariencias piadosas en la asamblea; durante doce años dio el mismo ejemplo. Como gobernador él tenía derecho a una porción especial de comida. Muchos pastores hoy dirían que eso fue una bendición de Dios que merecen; quieren aprovechar cualquier beneficio. Pero Nehemías no lo hizo; no quería vivir mejor que sus hermanos. Sabía que la gente ya tenía muchas cargas y no quería agregar una más. Sí, Nehemías tenía una casa y una cocina grande; al menos 150 personas comían en su mesa todos los días – y él pagaba por todo. ¡Qué gran oportunidad para edificar buenas relaciones con su gente! No es pecado tener una casa grande y muchos recursos; la cuestión es: ¿qué haces con ellos? No es justo que algunos creyentes tengan mansiones con habitaciones vacías cuando otros hermanos están sin hogar. ¿Qué haces con la provisión que Dios te ha dado? ¿Cómo es tu ejemplo?  ¿Eres consistente?

Nehemías también rompió con una tradición larga: Los gobernantes anteriores siempre cobraban fuertes impuestos, pero Nehemías no quería su dinero. Qué triste es cuando los pastores viven en el lujo y aún presionan a su gente para que ofrenden más.  ¡Qué pena que hay muchos pastores y líderes cristianos que abusan del rebaño para enriquecerse! Manipulan a la gente con promesas vacías que Dios va a devolver sus ofrendas multiplicadas. Es cierto que el Nuevo Testamento nos enseña que el pastor merece un salario adecuado. Es injusto cuando un pastor vive en pobreza y tiene una congregación bastante próspera, pero muchas veces la situación se invierte: El pastor tiene un estilo de vida muy alto y la congregación es pobre.

Nehemías no se enseñoreaba sobre la gente, sino que, cientos de años antes de Cristo, se manifestó el estilo de liderazgo que Jesús mandó: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve  (Lucas 22:25-26). Nehemías trabajó hombro a hombro con la gente. No tenía temor de las manos sucias. Se identificó con el pueblo, y dirigía a los demás líderes que hicieran lo mismo.

Hizo todo por temor, o reverencia, a Dios. Estaba muy consciente que estaba bajo la autoridad de Dios y tenía que rendirle cuentas. ¡Nunca quiso abusar del pueblo de Dios! Quería hacer todo lo posible para hacer su carga más liviana.

19 ¡Recuerda, Dios mío, todo lo que he hecho por este pueblo, y favoréceme!

Nada que hizo Nehemías fue fácil: No era popular, y le era muy costoso. Sería mucho más fácil unirse a los ricos y mantener el statu quo, pero no podía hacerlo y pararse frente a su Dios. Él no tenía nada que ganar con estos dolores de cabeza; podría estar muy cómodo en el palacio de Babilonia, pero el amor de Dios le obligó a actuar. Él buscaba bendiciones, pero no terrenales ni materiales. Esperaba una recompensa de Dios; si no en esta vida, entonces en la eternidad. Jesús nos advirtió de no buscar recompensa ahora; pues sería la única que recibiríamos (Mateo 6:2,5). ¡Es mucho mejor seguir el ejemplo de Nehemías y esperar nuestra recompensa celestial! ¡Dios recuerda todo lo que has hecho y te recompensará ricamente!

Las escrituras son maravillosas.  A primera vista, esta situación parece muy lejos de nuestra experiencia actual, pero el bien y el mal son eternos. ¡Y Nehemías nos da un ejemplo para seguir ahora! ¿Hay algo que Dios te está llamando a hacer?

 

Nehemías 4 ¡Pelea por tu familia!

¿Crees que si haces todo bien y andas en el Espíritu, entonces no habrá batallas? ¿Alguien te dijo que cuando aceptas a Jesucristo, tus batallas se acabarían? Lo siento, pero por desgracia, si estás sirviendo al Señor, habrá batallas en tu vida, para toda la vida. Si no haces nada, el enemigo no te molesta. Cuando las murallas estaban en ruinas, Sambalat no hizo nada, pero cuando  Nehemías llegó lleno del Espíritu y comenzó a reedificarlas, se desató el infierno.

¿Estás cansado de la lucha? ¿Quieres tirar la toalla y darte por vencido? ¿Cuál es la alternativa?  ¿Suicidio? ¿Servir a Satanás? No, como dice una canción favorita mía de Benicio Molina:

Pelea, y no te detengas.
Cristo a tu lado estará.
Pelea, sin vacilar.
Tu mente se turba y se tiende a desmayar.
Si te rindes morirás.
Acuérdate, mira, como Satanás ha querido destruirte una vez más.

¡Muchas veces tenemos que volver a pelear la misma batalla!  Pobre Nehemías tenía dos aguijones:  Sambalat y Tobías.  ¿Tienes a alguien como Sambalat? ¿Un aguijón? ¿Crees que Dios puede permitirlo?  ¡Por medio de ese aguijón Él está enseñándote muchas cosas!  Buscamos más a Dios en la batalla, y aprendemos  más cómo servirle. Mira lo que pasó aquí en Nehemías 4:

1Cuando Sambalat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, se disgustó muchísimo y se burló de los judíos. Ante sus compañeros y el ejército de Samaria dijo:

—¿Qué están haciendo estos miserables judíos? ¿Creen que se les va a dejar que reconstruyan y que vuelvan a ofrecer sacrificios? ¿Piensan acaso terminar en un solo día? ¿Cómo creen que de esas piedras quemadas, de esos escombros, van a hacer algo nuevo?

Y Tobías el amonita, que estaba junto a él, añadió:

—¡Hasta una zorra, si se sube a ese montón de piedras, lo echa abajo!

La primera etapa de los ataques del enemigo

La batalla comienza con tu mente, con dardos de fuego, esas palabras que hieren tu espíritu. El diablo puede usar a tu jefe, a tu conyugue o a un amigo, porque las heridas de un ser querido son más dolorosas.

  • Desprecian tu obra, hasta que tienes dudas de si realmente vale la pena.
  • Menosprecian tu raza, tu idioma o tu religión, hasta que crees que eres inferior y tu autoestima sufre.
  • Se burlan de ti.  Hablan mal de ti a todos.  Hoy estaría en Facebook, en Internet, o en programas de radio o televisión.

Hacen todo lo posible para desanimarte.  El desánimo es una herramienta favorita del diablo; no proviene de Dios.

¿Estás sirviendo fielmente al Señor – y te sientes desanimado y desesperado?  ¡Reprende al enemigo y no le escuches!  Usa el escudo de tu fe para apagar esos dardos del enemigo, y busca a Dios.

Responder al ataque

Nehemías y todo el pueblo respondieron en oración:

Por eso oramos:

«¡Escucha, Dios nuestro,
cómo se burlan de nosotros!
Haz que sus ofensas recaigan sobre ellos mismos:
entrégalos a sus enemigos;
¡que los lleven en cautiverio!
No pases por alto su maldad
ni olvides sus pecados,
porque insultan a los que reconstruyen.»

No entran en una batalla de palabras con Sambalat, ni se defienden.  Claman a Dios.  Reconocen que es una batalla espiritual, y van a pelearla al nivel espiritual.  Su oración no expresa el amor por nuestros enemigos que Cristo predicó; es parecida a unas de las oraciones de David: piden la venganza de Dios sobre sus enemigos. Y tú, clama a Dios, y entrégale la situación.   Luego sigue adelante con la obra.  No te detengas:

Continuamos con la reconstrucción y levantamos la muralla hasta media altura, pues el pueblo trabajó con entusiasmo.

Están progresando a pesar de la oposición.  Han levantado la muralla a media altura, y bajo el liderazgo sabio de Nehemías, están trabajando con entusiasmo.  Pero el enemigo no se para. Responde con ataques aún más feroces.

Pero cuando Sambalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los asdodeos se enteraron de que avanzaba la reconstrucción de la muralla y de que ya estábamos cerrando las brechas, se enojaron muchísimo y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.

La siguiente etapa del ataque

Ahora ellos se unen a otros y planean un ataque a la ciudad.  Al principio, Satanás juega con tu mente, pero si eso no sirve para pararte, él cambia sus tácticas a un ataque físico, y puede provocar disturbios en tu familia, iglesia o ministerio.

El enemigo se enoja mucho cuando cerramos las brechas. Una brecha puede ser un área que descuidamos en la vida espiritual, emocional o familiar, o puede ser algún pecado. A través de esas brechas, el diablo tiene acceso a nuestras vidas, familias e iglesias.

Oramos entonces a nuestro Dios y decidimos montar guardia día y noche para defendernos de ellos.

Siguen confiando en Dios, y nuevamente se reúnen para orar, pero no son tontos.  Yo sé que Cristo dijo vuélvele la otra mejilla, pero a veces tenemos que actuar.  Monta guardia día y noche.  Vigila. Analiza la situación.  Prepárate con la armadura de Dios y las armas del Espíritu.

A pesar de estos esfuerzos, ahora el enemigo tiene éxito en sus ataques:

10 Por su parte, la gente de Judá decía:

«Los cargadores desfallecen,
pues son muchos los escombros;
¡no vamos a poder
reconstruir esta muralla! (DHH: Nosotros somos incapaces)»

Cuando se desfallecen los trabajadores

Ante la carga de trabajo y los ataques continuos, desfallecen.  Se acaba su fuerza. Cada iglesia tiene sus cargadores, los que hacen la mayor parte del trabajo.  Cuando ellos desfallezcan, hay problemas reales.

  • Los escombros son muchos (la basura de derrotas anteriores);  impide su progreso, y solo sirve para distraer  y desanimar a la gente.  Si es posible, retira los escombros del pasado antes de construir algo nuevo.
  • La obra parece demasiado grande y la oposición demasiado fuerte. La tarea les parece imposible. En la carne, son incapaces de hacer el trabajo necesario. Muchos de nosotros sabemos lo que es sentirse abrumados por los desafíos de la vida.

Están en un punto clave.  Muchos abandonan la muralla a media altura, la cual es inútil. Después de todo lo que hizo Nehemías, sería fácil perder la batalla aquí.

11 Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; así haremos que la obra se suspenda.»

El objetivo final del diablo

Jesús dijo que Satanás vino a hurtar, matar y destruir.  Cuando el enemigo te ve desanimado y cansado, él intensifica sus ataques.  Ahora no es solo una batalla de la mente o las palabras, ni un ataque a la ciudad y a la obra.  Ahora él quiere matarlos, y eso es lo que Satanás quiere hacer contigo.  Así la obra de Dios seguramente se para.

Al diablo le encanta caer sobre ti por sorpresa.  Espera el momento de cansancio y debilidad, y te asalta. Dios Habla Hoy dice: Nuestros enemigos pensaban que no nos daríamos cuenta ni veríamos nada hasta que se metieran en medio de nosotros.  ¡Abre tus ojos!  ¡Despiértate!  Hay muchos que no se dan cuenta de la estrategia de Satanás.  Están dormidos.  El enemigo se pone en el medio cuando no estamos vigilando, y de repente el matrimonio se arruina y la iglesia se divide.

¿Es posible que Satanás se haya metido en medio de tu familia o de tu iglesia?  ¿Quiere el diablo en este momento caer encima de ti para matarte? ¿Está al punto de detener la obra de Dios en tu iglesia? ¿Estás mirando la muerte a la cara?

12 Algunos de los judíos que vivían cerca de ellos venían constantemente y nos advertían: «Los van a atacar por todos lados.»

Ahora el diablo usa a los mismos creyentes para desanimarte. No tienen la fe ni la visión de cómo vencer al enemigo, solo pueden ver el peligro.  Ya están vencidos, y sus llantos y advertencias continuas contaminan a todo el pueblo como un cáncer.  Siembran temor en tu corazón y quitan tu fe.  La tentación de Nehemías aquí es darse por vencido y volver al palacio del rey en Babilonia.  Sería mucho más cómodo. Esta batalla es simplemente demasiado fuerte.   ¿Cómo responderá?

13 Así que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos. 14 Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares.»

Nehemías no se detiene.  Responde a la amenaza y organiza a la gente para defenderse.  La obra ocupa todo su tiempo.  No van al cine, ni a partidos, ni siquiera descansan.  Están en una lucha de vida o muerte.  Es cuestión de sobrevivir o no.  ¿Van a tener una ciudad segura? o ¿van a pasar toda la vida con temor, bajo las amenazas del enemigo?  Muy posiblemente van a morir y perderán todo.

La importancia crucial del liderazgo piadoso

Nehemías examina y analiza la situación.   Estudia lo que está pasando, y luego habla con el Señor, esperando su plan y la palabra que tiene para ellos.  Luego, llama a todos para que se reúnan, como nosotros llamamos una reunión para toda la iglesia o toda la familia.

Como Moisés hizo muchas veces, un solo hombre de fe fue responsable de la victoria del pueblo en esta batalla.  El varón de Dios no puede caer en duda o desánimo en este momento.  Como cabeza de tu casa, tu familia te necesita.  Si eres un pastor, tu iglesia te necesita. Tienes que pasar mucho tiempo con Dios en oración, pero luego levántate y proclama palabras de fe para ellos.  Habla con Dios acerca de tus dudas y temores, o posiblemente con un padre o una madre espiritual, pero este no es el momento de confesarlos a tu familia o iglesia. Hay tres respuestas esenciales:

  1. No les tengas miedo.  El temor destruye la fe.  Si el temor se apodera de ti, ya has perdido la batalla.
  2. Recuerda al Señor.  Fija tus ojos en Jesús.  Adórale.  Lee su Palabra.  Recuérdate de su grandeza y su poder, y de sus palabras a Josué: Nadie puede resistirte.
  3. A fin de cuentas, pelea por tu familia, tus padres y tus hermanos.  Pelea por tu hogar, por esa mujer que amas tanto, por esa hija preciosa y por tu hijo. Si no estás motivado por el amor de Dios, pelea por ellos.  Levántate como hombre (o mujer).  No dejes que Satanás destruya a tus hijos.  No te rindas al diablo que quiere ese divorcio.  He conocido a demasiados hombres débiles que no pelean en la oración, ni pelean en el Espíritu.  Son destruidos y no pueden hacer nada frente a los ataques del enemigo.  ¡Levántate!  ¡Háblales la Palabra de Dios!  ¡Sigue adelante!

15 Una vez que nuestros enemigos se dieron cuenta de que conocíamos sus intenciones y de que Dios había frustrado sus planes, todos regresamos a la muralla, cada uno a su trabajo. 16 A partir de aquel día la mitad de mi gente trabajaba en la obra, mientras la otra mitad permanecía armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban pendientes de toda la gente de Judá. 17 Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los materiales, no descuidaban ni la obra ni la defensa. 18 Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada a la cintura. A mi lado estaba el encargado de dar el toque de alarma. 19 Yo les había dicho a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «La tarea es grande y extensa, y nosotros estamos muy esparcidos en la muralla, distantes los unos de los otros. 20 Por eso, al oír el toque de alarma, cerremos filas. ¡Nuestro Dios peleará por nosotros!»

21 Así que, desde el amanecer hasta que aparecían las estrellas, mientras trabajábamos en la obra, la mitad de la gente montaba guardia lanza en mano.

22 En aquella ocasión también le dije a la gente: «Todos ustedes, incluso los ayudantes, quédense en Jerusalén para que en la noche sirvan de centinelas y de día trabajen en la obra.» 23 Ni yo ni mis parientes y ayudantes, ni los de mi guardia personal, nos desvestíamos para nada: cada uno de nosotros se mantenía listo para la defensa.

¡Victoria!  ¡Éxito!  ¡Nehemías lo logró! Cuando un hombre logra lo que Nehemías logró aquí, ¡tenemos que celebrar!

La batalla no se acaba.  Todavía queda mucho por hacer, pero el enemigo reconoce su derrota y se retira. ¿Por qué? Nehemías y el pueblo saben sus intenciones.  Satanás opera en la oscuridad, y cuando revelamos sus estrategias, él se retira. Los enemigos vieron la mano de Dios y sabían que fue Dios quien frustró sus planes.  Ya saben que no pueden pelear contra Dios.

Es tentador descansar, pero es importante después de una batalla volver a la obra que Dios nos ha dado. Todos volvieron a trabajar. Cada uno tenía su lugar.  Trabajaron sin descansar.  De hecho, Nehemías estableció nuevas normas:

  • No pueden descuidar la obra o la defensa. La mitad trabajan, mientras que la otra mitad está armada y defiende la muralla.
  • Los jefes vigilan para toda la gente.  Nehemías no puede hacer todo solo; necesita ancianos y jefes, despiertos y vigilantes, para detectar cualquier problema o desánimo y responder de inmediato. Necesitan a todos.
  • Una buena comunicación es esencial, por lo que establecieron una alarma.  Si hubiera una amenaza, sonarían la trompeta, y todos correrían hacia ese lugar.  Necesitan la unidad del pueblo.  Son uno.  Hoy puede ser en Twitter, Facebook, texto o teléfono, pero si hay un miembro de la familia o una iglesia bajo ataque, todos deberían ayudarle.  Nadie debería sufrir solo.
  • Nosotros planeamos y nos preparamos, pero nuestra confianza está en Dios. Él pelea por nosotros, y eso nos da mucho ánimo.
  • Trabajan todo el día – y ni siquiera se desvisten.  Tienen que estar listos día y noche.  Ya han visto el poder del enemigo y saben que no hay tiempo para descansar.  La rutina diaria cambia por completo.  No es cuestión de media hora de oración y ya, seguimos con la vida como siempre. Si tu hijo usa drogas, si tu mujer está con otro hombre, si hay ataques fuertes del diablo, tienes que concentrarte completamente en la batalla.  Exige toda tu fuerza.

¡Dios peleará por ti!

¿Ves cómo la batalla te obliga a concentrarte y dedicarte 100% al Señor? Nos obliga a trabajar juntos.  Si no trabajaron juntos y se apoyaron, no sobrevivirán.  ¿Es posible que muchos están cayendo en la iglesia porque todavía no hemos aprendido esta lección?  Estamos muy complacientes, perezosos, y solo nos preocupa nuestro bienestar.

Mi hermano y mi hermana, este no es un juego.  En serio, Satanás te quiere muerto.  Quiere destruir tu familia y tu iglesia.  Tú puedes ser un Nehemías que se levanta como instrumento de Dios para la salvación de ellos. Pelea y no te detengas.  Peleemos juntos. Nadie puede resistirte. Y a fin de cuentas, la buena noticia es que Dios peleará por ti.

 

Josué 23   Despedida de Josué

Tarde o temprano, todos nosotros llegamos a ese punto de morir, o de jubilarse de un trabajo. Esta vida es corta, y esa hora llega demasiado rápido para la mayoría de nosotros.  Hay que aprovecharse de cada momento; ¡no desperdicies ni una hora de tu vida!

1Mucho tiempo después de que el Señor le diera a Israel paz con sus enemigos cananeos, Josué, anciano y cansado, 2 convocó a toda la nación, incluyendo a sus líderes, jefes, jueces y oficiales, y les dijo: «Yo ya estoy muy viejo, y los años me pesan.

Mira como Josué se describe a sí mismo:

  • Anciano
  • Cansado
  • Muy viejo
  • Los años le pesan

No hay ninguna duda que Josué era entre los mejores, un gran varón de Dios que servía fielmente a su país.  Bajo su liderazgo Israel tenía paz con sus enemigos.  Ha tenido una vida ejemplar, pero ya es tiempo reflexionar en su vida y legacía.

3 Ustedes han visto todo lo que el Señor su Dios ha hecho con todas aquellas naciones a favor de ustedes, pues él peleó las batallas por ustedes.

En una despedida es tentador gloriarse en sus éxitos, pero un verdadero varón de Dios da la gloria al Señor.  Si la gente depende demasiado de ti, cuando tú mueres o te mueves para otro lugar, van a fracasar.  Pero si siempre recuerdas a ellos que es Dios que pelea sus batallas, pueden seguir adelante confiados.

Dios todavía pelea batallas; es un guerrero experto.  Probablemente tú has visto el gran poder de Dios, pero ahora puedes estar enfrentando una batalla más. Puede ser que tu “Josué” está muerto o se ha movido, pero el Dios de Josué no ha cambiado. Tu Dios sabe cómo pelear tu batalla, la cual no es única ni más grave que las batallas de otras personas.  Confía en Dios.  Entrega tu batalla a Él y déjale pelearla.  Lee Éxodo y Josué otra vez, a ver como Dios peleaba para Israel.

4 Yo repartí por sorteo, como herencia de sus tribus, tanto las tierras de las naciones que aún quedan como las de aquellas que ya han sido conquistadas, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.

Josué hizo su parte, con muchas victorias impresionantes, pero no tendría la oportunidad para derrotar a todos los enemigos. Ahora otros tienen que pelear. Tú no eres el único guerrero de Dios. Haz lo que puedas, lo mejor que puedas.  Pero tenemos que reconocer nuestros límites.  Josué sabía muy bien su llamado y tarea.  ¿Sabes cuál es el tuyo?  ¿Estás haciendo tu parte para cumplir con ese llamado?

5 El Señor su Dios expulsará a esas naciones de estas tierras, y ustedes tomarán posesión de ellas, tal como él lo ha prometido.

Tú no tengas naciones para expulsar, pero hay poderes malignos para expulsar de la tierra de tu corazón y de tu iglesia.  ¡No permitas a esos enemigos en tu tierra!  Raramente es instantáneo, ¡pero confía en Dios que Él expulsará a ellos!  ¡Entra y toma posesión de tu tierra!  No como los que reclaman muchas cosas que Dios nunca nos ha prometida, o pervierten su palabra para decir lo que quisieran oír.  Josué puede despedirse confiado que su Dios hará la obra. Dios es fiel a sus promesas. Estudia la Biblia para conocerlas, y no te olvides de tu parte, porque las promesas tienen condiciones:

6 »Por lo tanto, esfuércense por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés. No se aparten de esa ley para nada. 7 No se mezclen con las naciones que aún quedan entre ustedes. No rindan culto a sus dioses ni juren por ellos. 8 Permanezcan fieles al Señor vuestro Dios, como lo han hecho hasta ahora.

Te recuerda del primer capítulo de Josué, ¿verdad? Josué sabía que este consejo era verdadero, y ahora lo entrega a la próxima generación:

  • ¡Esfuérzate!  ¿Para qué?  ¡Para obedecer la Biblia!  No es fácil; necesitamos fuerza sobrenatural.  Pero también somos responsables para esforzarnos. ¿Cómo?  ¡Con ejercicio! Ejerce tu fe sirviendo al Señor y a otros.  Edifícate en la Palabra y oración, y vete al gimnasio de Dios (la iglesia) donde todos están ejerciendo sus dones espirituales.
  • El requisito para Israel era obediencia completa a toda la ley de Moisés, la cual es solamente una parte pequeña de nuestra Biblia. Era imposible para Israel obedecer cada ley, pero por la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo que mora en ti, tú puedes.  ¿Has sometido tu voluntad a Dios? ¿Tienes un deseo profundo de obedecerle?
  • No te apartes de la enseñanza bíblica, ni a la diestra ni a la siniestra. El camino es derecho y estrecho. Ancho es el camino que lleva a la perdición, y está lleno.  ¿Cómo estás caminando?  ¿Estás descarriado?  ¿Qué tienes que hacer para volver al camino?
  • Ten mucho cuidado con amistades fuera de la familia de Dios. Eso no significa que no tienes nada que ver con el mundo; los fariseos condenaron mucho a Jesús porque era amigo de pecadores. Pero nuestro estilo de vida tiene que ser distinto del mundo.  No entres en acuerdos, pactos, o un matrimonio con ellos.
  • No adores a los dioses del mundo.  Casi nadie adora a estatuas o dioses de otras religiones, pero muchos rinden culto a los dioses de este siglo: la prosperidad, el placer, la sensualidad, y el yo.
  • Permanece fiel al Señor. Aguántale.  Pueden venir tormentas y dudas, pero Cristo es la roca sólida. Edifica tu vida sobre esa roca, y no sobre la arena.

A pesar de estos problemas posibles, Josué está confiado. Hasta ahora han sido fieles al Señor.  Dios no quiere condenar a nadie.  Él está contento que estás buscándole y quieres más en tu vida.  Puede que hay algunas cositas para cambiar, pero Dios quiere animarte a seguir adelante en su camino.

9 El Señor ha expulsado a esas grandes naciones que se han enfrentado con ustedes, y hasta ahora ninguna de ellas ha podido resistirlos. 10 Uno solo de ustedes hace huir a mil enemigos, porque el Señor pelea por ustedes, tal como lo ha prometido.

Si hacemos nuestra parte, Dios va mucho más allá para ayudarnos. Ha expulsado a nuestros enemigos. Por el sacrificio de su Hijo, ha vencido a Satanás y todos sus demonios.  No hay ninguna fuerza maligna que puede resistirte. ¡La victoria es tuya! ¿Cuál es la “gran nación” que te enfrenta ahora?  ¿Quién es tu enemigo?  ¿Te parece muy grande?

Dios tiene una oferta para ti que no puedes resistir: ¡Él peleara por ti!  Si Dios es por ti, ¿quién contra ti? Tú todavía tuvieras que batallar, pero las probabilidades son dramáticamente a tu favor: ¡Tú harás huir a mil enemigos!  Es cierto que tenemos a muchos enemigos; hay muchos enemigos de Cristo.  Pero si cada cristiano sigue este consejo de Josué, somos suficientes para ganar la tierra y destruir al enemigo. ¿Leíste el verso 9? ¡Nadie puede resistirte! Era el testimonio de Josué después de tantas batallas y tantos años: ninguna nación podía resistirlos.  Y estoy seguro que, después de miles de años, millones lo confirmarían.

11 Hagan, pues, todo lo que está de su parte para amar al Señor su Dios.

¿Te acuerdas del gran mandamiento? ¿De verdad amas al Señor?  ¿Cómo lo sabes?

  • Si haces tu parte, batallando con los enemigos de Dios.
  • Si guardas su palabra (Juan 14:23).
  • Si buscas a Dios con todo tu corazón.

Dios no tiene un terreno para ti, como Israel tenía; Él tiene un reino eterno para ti. Él te ofrece la oportunidad de juzgar a los ángeles y las naciones. Tú puedes ser un adorador del Creador del universo.  Pero todavía estamos en la batalla, y todavía es posible caer y perder todo.

12 Porque si ustedes le dan la espalda a Dios y se unen a las naciones que aún quedan entre ustedes, mezclándose y formando matrimonios con ellas, 13 tengan por cierto que el Señor su Dios no expulsará de entre ustedes a esas naciones. Por el contrario, ellas serán como red y trampa contra ustedes, como látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos, hasta que ustedes desaparezcan de esta buena tierra que el Señor su Dios les ha entregado.

¿Cómo pueden caer?

  • Dar la espalda a Dios.
  • Unirse a la gente del mundo.
  • Mezclarse con gente que no ama a Dios.
  • Casarse con ellos.

En ese caso Dios no expulsará a sus enemigos; serán atormentados por ellos hasta que Israel desaparezca.

Lee los capítulos 1 y 2 de Jueces. Eso es exactamente lo que pasó con Israel.  Porque buscaban las bendiciones de Dios, pero también lo mejor del mundo, vivían con esa red y trampa, con látigos en sus espaldas y espinas en sus ojos. En su gran misericordia, Dios les dio muchas oportunidades para arrepentirse, pero iban de mal en peor, y por fin perdieron su tierra y fueron deportados a Babilonia.

14 »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas. 15 Pero así como el Señor su Dios ha cumplido sus buenas promesas, también descargará sobre ustedes todo tipo de calamidades, hasta que cada uno sea borrado de esta tierra que él les ha entregado. 16 Si no cumplen con el pacto que el Señor su Dios les ha ordenado, sino que siguen a otros dioses, adorándolos e inclinándose ante ellos, tengan por seguro que la ira del Señor se descargará sobre ustedes y que serán borrados de la buena tierra que el Señor les ha entregado.»

Josué conoce a un Dios fiel, amable, y bueno. Sabe que su Palabra es verdadera. Pero también sabe que Dios es santo y justo.  Josué estaba en el monte con Moisés, y vio a Acán y su familia apedreados por su pecado (Josué 7).  Josué era responsable para la muerte de miles de hebreos. La perfección de Dios exige la justicia; no puede tolerar la rebelión y el pecado.  Si sigues a Dios a tu manera y descuidas su Palabra, vas a sufrir su ira.

Ellos hicieron un pacto con Dios.  No hay ninguna duda que Él será fiel a su pacto.  La cuestión es si ellos serán fieles. Nosotros tenemos un pacto nuevo.  Dios todavía está buscando a un pueblo que será fiel a su pacto. ¿Eres parte del nuevo pacto?  ¿Cómo te va? ¿Estás experimentando las bendiciones y victoria prometidas? ¿O estás experimentando el juicio de Dios? ¿Látigos y espinas?

Hay solamente dos opciones: la vida o la muerte.  El camino ancho o el camino estrecho. Josué nos las presenta claramente en su despedida. “Yo y mi casa serviremos al Señor.”

 

Como movilizar a tu gente Nehemías 3

Hasta ahora has hecho un buen trabajo: Todos están convencidos de que hay un trabajo importante que hacer. Ahora se probará tu capacidad para gestionar y delegar. Si tú eres un perfeccionista, o insistes en hacer la mayor parte del trabajo solo, probablemente nunca lograrás la tarea y te agotarás en el proceso.

1Entonces el sumo sacerdote Eliasib y sus compañeros los sacerdotes trabajaron en la reconstrucción de la puerta de las Ovejas. La repararon y la colocaron en su lugar, y reconstruyeron también la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Jananel. El tramo contiguo lo reconstruyeron los hombres de Jericó, y el tramo siguiente, Zacur hijo de Imrí.

La gente está motivada y lista para trabajar. Sólo necesitan a alguien con un plan; alguien que los guíe. Muchos líderes fallan aquí.  No saben cómo manejar a la gente.  No tienen un plan preparado.  Han orado mucho para que Dios levante a la gente, y cuando Dios responde y la gente dice “manos a la obra,” no tienen ninguna obra preparada. Así perdemos mucha gente.

Este es el modelo que siguió Nehemías con gran éxito para completar la obra:

  • Asignó varias familias y varios grupos una puerta o una sección de la muralla.  En este caso está formado por los sacerdotes y los hombres de Jericó.  Muchas veces es mejor buscar a gente de la misma profesión, el mismo idioma,  o el mismo pueblo; gente que ya tiene una conexión natural.  Es más fácil hacer la obra así; ya entienden las costumbres de ese lugar y, con el favor de Dios, habrá menos conflicto.
  • Cuando dividimos la obra de esta manera, es manejable.  Al ver la muralla entera destruida y el mucho trabajo necesario para repararla, es fácil sentirse desanimado.  Al asignársele solo una puerta, por ejemplo, sientes la fuerza para hacer la obra. Y cuando ves la puerta nueva, te sientes bien, como se ha hecho tu parte. Posiblemente por eso, cuando terminaron con la Puerta de las Ovejas, los sacerdotes seguían trabajando en la muralla. En nuestro caso, en lugar de decir: “vamos a pintar a toda la iglesia,” o, “evangelicemos a toda la ciudad,” asigna un cuarto en el templo a cada grupo para pintar, o una cuadra en la ciudad para evangelizar.
  • Trabajando así, habrá una competencia sana entre los grupos para cumplir con la obra y hacerla con excelencia.  Por su naturaleza, los hombres compiten. Arregla el trabajo para hacerlo casi como un juego, y sé muy liberal para elogiar y reconocer la buena obra de todos.  No es para la vanagloria; necesitamos ese reconocimiento. Muchas veces falta en la iglesia.

¿Puedes ver un gran problema? 

Ellos no tenían experiencia construyendo murallas.  Cada familia va a hacer una obra distinta – y tal vez inferior.  La muralla no será perfecta ni uniforme.  ¡Está bien!  Muchas veces tenemos expectativas muy altas de nuestras iglesias (¡y de nuestras familias!), y la gente se desanima.  Creen que nunca podrán alcanzar tu nivel de perfección, y resulta que no hacen nada.   Es más importante para todos trabajar, que tener una muralla perfecta.

¿Recuerdas que Jesús dijo que el reino de Dios es de los niños?  ¿Te acuerdas de tus hijos?  Tal vez querían ayudarte, pero no hicieron la obra de acuerdo con tus expectativas, y salieron desanimados, posiblemente llorando, y con la mentalidad que no soy lo suficiente bueno para agradar a papá.  Y la próxima vez no querrán ayudarte.  No, puede que no sea conforme a las normas del mundo, pero puede agradar a Dios. La meta es construir la muralla, no hacerla perfecta.  Salomón la hizo perfecta, y fue derribada.

Siguen trabajando

A continuación el capítulo nombra las familias.  Todos tuvieron su parte; no era una opción para participar o no. De vez en cuando Nehemías nota algo de interés:

Los de Tecoa reconstruyeron el siguiente tramo de la muralla, aunque sus notables no quisieron colaborar con sus dirigentes.

Parece que este es el único caso en que algunos, notables, se rebelaron y no quisieron colaborar.  Es impresionante que los demás respetaran la autoridad de Nehemías y aceptaran la parte que les fue asignada. Muchas veces habrá alguien, algún grupo notable, que no quiera participar.  No te apures.  Sigue con los demás.  Cuando los rebeldes observan a todos trabajando y el muro levantado, estarán convencidos de su pecado.

12 Salún hijo de Halojés, que era gobernador de la otra mitad del distrito de Jerusalén, reconstruyó el siguiente tramo con la ayuda de sus hijas.

Posiblemente este hombre no tenía hijos varones, pero fue impresionante para esa época que las hijas también trabajaban. Y tú, incluye a todos en  la obra del Señor.  Incluso si su trabajo no se ajusta a los estándares del mundo, utiliza a los ancianos y los discapacitados.

20 El tramo siguiente, es decir, el sector que va desde la esquina hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib, lo reconstruyó con entusiasmo Baruc hijo de Zabay.

En cada grupo hay una variedad de personas: hay algunas calladas y otras muy entusiastas.  La tarea del líder es dirigir ese entusiasmo para animar a todo el grupo, sin hacer que los demás se sientan menospreciados. Si el líder sabio puede manejar el entusiasmo, será contagioso, al igual que el desánimo puede ser contagioso.  El líder sabio sabe cómo responder a las quejas, para que no se conviertan en un cáncer, y sabe cómo apoyar el entusiasmo, incluso cuando no está exactamente en línea con sus expectativas.  Muchas veces los mismos líderes apagan el entusiasmo de la gente.  No lo hagas.

¿Dirían otros que haces tu obra con entusiasmo?  Sería interesante saber por qué Baruc lo hizo así; él era  diferente a la mayoría.  Queremos motivar a la gente a trabajar con entusiasmo.

23 Benjamín y Jasub reconstruyeron el sector que está frente a sus propias casas. Azarías, hijo de Maseías y nieto de Ananías, reconstruyó el tramo que está junto a su propia casa.

Se supone que la gente tendría más interés en algo frente a su propia casa o a la par.  Estamos encantados con un proyecto en nuestro vecindario, o algo que afecta a nuestra propia familia.

Nehemías tuvo un gran desafío.  Después de toda la preparación, si la gente no hace su parte, sería una tarea imposible.  He visto a muchos pastores que hacen la mayor parte del trabajo en la iglesia: arreglan las sillas, limpian el templo, sacan copias y dirigen la mayoría de los servicios.  No debería ser así. Queremos enseñar a la gente a responsabilizarse de su iglesia, su hogar y sus vidas.  Queremos personas maduras, responsables y trabajadores.

Hay muchos con visiones amplias, que han escuchado del Señor.  Incluso pueden recaudar fondos para la obra.  Pero hay pocos que realmente saben cómo movilizar a la gente para hacer la obra.  Tenemos mucho que aprender de Nehemías.

 

¡Manos a la obra! Nehemías 2:11-20

Dios hizo un milagro: Tomó a un preso de Babilonia, lo llevó a Jerusalén con cartas del rey, y tiene madera de los bosques reales para las reparaciones. ¡Incluso fue escoltado por la caballería y los capitanes del rey!  Nehemías tiene su tarea y su provisión, pero aún no ha hecho nada.  Acaba de llegar.  Por desgracia, hay muchas personas con sueños, visiones y el llamado de Dios para hacer cosas grandes, pero nunca meten mano. Por alguna razón, no hacen nada.

Ahora Nehemías necesita otro milagro, y lo recibe: un pueblo que vivió en ruinas y la desgracia se levantó para trabajar y restaurar su ciudad. Con el fundamento necesario que Nehemías ya ha puesto, vamos a ver cómo Dios motiva a la gente a trabajar.  ¿Hay una necesidad de gente motivada para trabajar para el Señor en tu iglesia y en tu ciudad?  ¿Puedes ser tú un instrumento de Dios para motivarlos?

11 Tres días después de haber llegado a Jerusalén, 12 salí de noche acompañado de algunos hombres, pero a ninguno de ellos le conté lo que mi Dios me había motivado hacer por Jerusalén. La única bestia que llevábamos era la que yo montaba. 

  1. No tienes que anunciar a todos lo que Dios haya puesto en tu corazón, y no hay que actuar apresuradamente. Nehemías esperó tres días para acostumbrarse a la ciudad y observar lo que estaba pasando allí. Muchos, al recibir alguna palabra o profecía, inmediatamente la anuncian a todos. Es como decir: “Yo he llegado.  Dios me ha enviado aquí para ayudarles.  Vengo del rey de Asiria.”   Eso llama más la atención al hombre que a Dios o a la tarea.

Cuida bien los tesoros que Dios te ha dado.  Sé prudente en la forma en que los compartes. Recuerda estas palabras de Jesús en Mateo 7:6: »No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.

13 Esa noche salí por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y la puerta del Basurero. Inspeccioné las ruinas de la muralla de Jerusalén, y sus puertas consumidas por el fuego. 14 Después me dirigí hacia la puerta de la Fuente y el estanque del Rey, pero no hallé por dónde pasar con mi cabalgadura. 15 Así que, siendo aún de noche, subí por el arroyo mientras inspeccionaba la muralla. Finalmente regresé y entré por la puerta del Valle.

  1. Estudia y evalúa la situación. Inspecciona la iglesia, la ciudad o el país para ver lo que está sucediendo en el espíritu y cómo hacer la obra.  Es bueno caminar por el vecindario, orando, y escuchando para discernir el corazón de Dios. Mientras caminó por las murallas, yo creo que Dios le reveló a Nehemías exactamente cómo hacer la obra.

16 Los gobernadores no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho nada a ningún judío: ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que estaban trabajando en la obra.

  1. Ten cuidado al hablar con los líderes. Muchas veces, un joven va al pastor con una visión de algo que quiere hacer en la iglesia (puede ser de Dios o no). Pero si él no es prudente, muchos pastores pueden sentirse amenazados o resistirse a algo nuevo.  El Señor puede dirigirte a un anciano u otro líder que tenga un corazón abierto. Prepárate bien (como lo hizo Nehemías con el rey) antes de hablarles.

17 Por eso les dije: —Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros! 

  1. Sigue el ejemplo de Nehemías cuando llegue el momento de compartir tus planes con los líderes:
  • No los ignores. Inclúyelos en tus planes, aunque puede ser un inconveniente. Si no lo haces, pueden resistirte y luchar contra todo lo que quieras hacer.
  • Comienza con lo obvio, lo que ellos ya reconocen, antes de presentar el plan para aliviar la situación.
  • Nehemías se incluye a sí mismo en el problema: es nuestra desgracia.  El vino del rey, pero es uno de ellos.
  • Habla honestamente sobre la situación, para que vean la necesidad de actuar. Después de muchos años de vivir en desgracia, en ruinas, en una ciudad consumida por el fuego, no pueden ver la gravedad de la situación.  Es hora de que se despierten para ver la situación tal como es.
  • No los culpes, ni los condenes por su falta de trabajo. Nehemías trae un mensaje positivo de esperanza y acción. La verdad es que solo necesitaban un líder, y Nehemías era ese hombre.  Me recuerda el papel de Moisés con los esclavos hebreos en Egipto.
  1. No se trata de que Nehemías se haga un nombre. Nehemías no se jacta, sino que se preocupa por la gloria y la reputación de Dios. ¡Se están burlando de los judíos!  ¡Alguien tiene que hacer algo por el honor del país y su Dios! Dios quiere levantarse y hacer milagros para el  honor de su nombre.

Como David dijo en 1 Samuel 17:26: —¿Qué dicen que le darán a quien mate a ese filisteo y salve así el honor de Israel? ¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente? ¿Se burlan de la iglesia hoy?  ¿Vas a hacer algo por el honor de Dios? No busques tu propia gloria, ni apeles al ego de los líderes.

  1. Comparte testimonios de oraciones contestadas y la provisión de Dios para alentar a la gente.  Tales testimonios edifican la fe del pueblo y los alientan a levantarse. Muestran cómo Dios ha hecho grandes cosas por medio de gente en situaciones similares.

18Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! (RVR: Levantémonos y edifiquemos.)

Y unieron la acción a la palabra. (DHH: Y con muy buen espíritu se animaron unos a otros. RVR: Así esforzaron sus manos para bien.)

  1. ¡Manos a la obra! Basta ya con más reuniones y meras palabras.  Hay que hacer algo (por supuesto, en el tiempo del Señor y a su manera). ¡Cuán grande es la necesidad de esta actitud en la iglesia! ¡Qué pena que muchas veces sean los mismos líderes que impiden la obra!
  • Algunos solo necesitan a alguien que los anime. Estaban viviendo en medio de las ruinas, pero nadie hizo nada.  Estaban desanimados y abrumados.
  • Es muy fácil hablar.  La televisión está llena de predicadores que hablan mucho, pero a menudo son meras palabras. Tenemos que unir la acción a la palabra.
  • Muchos tienen las manos caídas.  Al escuchar la verdadera palabra de Dios de un hombre ungido con el Espíritu, sus manos se esforzarán.
  • Ambos los líderes como el pueblo estaban motivados y dijeron: “¡Manos a la obra!” Si no están motivados, podemos obligarlos y predicarles mucho, pero no harán nada.  Cuando sigamos los pasos que hizo Nehemías aquí, unirán la acción a la palabra.

19 Cuando lo supieron, Sambalat el horonita, Tobías el oficial amonita y Guesén el árabe se burlaron de nosotros y nos preguntaron de manera despectiva:

—Pero, ¿qué están haciendo? ¿Acaso pretenden rebelarse contra el rey?

  1. Como siempre, a cada paso el enemigo quiere parar la obra.
  • Se burlan de ti.
  • Cuestionan tus motivos.
  • Siembran temor en tu corazón con dudas y amenazas.

¿Hablan de ti o tu iglesia de manera despectiva? ¿Hay alguien burlándose de ti? ¿Hay alguna duda o temor que han sembrado en tu corazón que tienes que renunciar?

20 Yo les contesté:

—El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no tienen arte ni parte en este asunto, ni raigambre en Jerusalén. (NBLH: “El Dios del cielo nos dará éxito. Por tanto, nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, pero ustedes no tienen parte ni derecho ni memorial en Jerusalén.” RVR: “El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.”)

  1. Sigue adelante. No te muevas.  Nehemías estaba firme sobre la palabra que recibió de Dios.
  • Tu confianza está en Dios; fija tus ojos en Él. La obra es de Dios, la batalla es de Dios y la victoria es de Dios. Los hebreos son siervos de Dios – y van a obedecer a su Maestro.
  • Nehemías declara quiénes son: No son creyentes, no son parte del pueblo, y no tienen parte ni derecho en el asunto.
  • No se detienen.  Venga lo que venga, a pesar de lo que hagan en contra, se levantarán y edificarán. No importa la oposición, vamos a predicar la Palabra y edificar la iglesia de Jesucristo.  Me recuerda del antiguo corito: En la lucha, en la prueba, la iglesia sigue caminando, sola se detiene para predicar.
  1. Resiste la tentación de hacerlo solo. Es difícil trabajar con otros. Podemos estar lastimados y traicionados por los hermanos en la iglesia. La verdad es que todos tienen algún tipo de disfunción. La gente puede decepcionarte. A menudo parece más fácil olvidarse de ellos y hacerlo solo. O, como un hombre en un matrimonio difícil que busca una nueva esposa, puedes buscar una nueva iglesia o un mejor grupo de personas con quienes trabajar. ¡Pero esa nueva iglesia tendrá sus propios problemas! Inicialmente, puedes tener mejores resultados, en menos tiempo, por ti mismo, pero al final el resultado siempre será menor. Tú necesitas a otros. Dios podría gobernar el universo muy bien por sí mismo, pero ha elegido compartir el trabajo con nosotros. ¡Mira los dolores de cabeza que le hemos dado! Una gran parte de tu crecimiento provendrá de aprender a trabajar con otras personas.

En muchos lugares hoy la iglesia de Jesucristo está en ruinas.  Sus muros de protección contra el enemigo se derrumban. El mundo se burla de la iglesia.  Hay mucho hablar y poca acción.  Necesitamos a muchos como Nehemías.  ¿Estás dispuesto?

 

¡El Señor quiere hacer cosas grandes contigo! Nehemías 2:1-10

Señor, ¡necesitamos hombres como Nehemías!  Dios transformó a un preso, un cautivo al servicio de un rey opresor, en un instrumento de restauración, no solo de los muros de Jerusalén, sino también del pueblo de Dios.  Como José, que el Señor sacó de una prisión egipcia para gobernar el país, y como tú. Porque si tú sirves al mismo Dios, Él puede hacer lo mismo contigo.

¿Cómo? Aquí hay doce pasos sencillos que pueden prepararte para cambiar tu mundo:

  1. Prepárate espiritualmente. La reflexión, el ayuno y la oración del capítulo 1 sentaron las bases: Nehemías se alineó con el plan de Dios.  Una vez alineado con el Señor del universo, experimentarás su poder y favor.

1Un día, en el mes de nisán del año veinte del reinado de Artajerjes, al ofrecerle vino al rey, como él nunca antes me había visto triste

  1. Sigue con tu vida diaria como siempre. Trabaja, cumple con todos tus deberes, y hazlo con excelencia. Es más fácil cuando tu trabajo te ofrece contacto diario con el rey. A Dios le encanta colocar a sus hijos en posiciones de influencia. Piensa en eso cuando evalúas tus opciones para el futuro, aunque el Señor puede usarte en cualquier lugar.
  2. Mantén un testimonio ejemplar. ¿Diría tu jefe o tu familia que nunca te han visto triste?  Hay muchos cristianos tristes, y todo el mundo lo ve. No quiero decir que un creyente nunca debe estar triste, pero es un gran testimonio para el mundo cuando un creyente manifiesta el gozo del Señor en medio de la tribulación. Creo que fue un gran testimonio para el rey que Nehemías siempre estaba alegre en su presencia.  Nehemías dijo “el gozo del Señor tu fortaleza es” basado en su experiencia personal.

me preguntó: —¿Por qué estás triste? No me parece que estés enfermo, así que debe haber algo que te está causando dolor.

  1. Como puedas, mantén una relación saludable con todos (ve Romanos 12:18 y 1 Timoteo 3:7).  Muestra el amor de Cristo en tu compasión e interés para tus superiores y compañeros.  Para el rey, su copero no solo era un esclavo, sino una persona de valor.  ¿Estudias el semblante y las emociones de la gente que te rodean?  ¿Te importa si alguien está enfermo o triste? Con esa sincera amistad e interés ganas mucho favor con la gente.
  2. Espera el tiempo del Señor. Pasaron unos cuatro meses después de su ayuno.  No te apresures ni manipules la situación con tu propia fuerza. Confía en el Señor que Él creará la oportunidad.

Yo sentí mucho miedo y le respondí: —¡Que viva Su Majestad para siempre! ¿Cómo no he de estar triste, si la ciudad donde están los sepulcros de mis padres se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego?

  1. Cuando el Señor abre la puerta, entra por ella. Habla sinceramente de lo que hay en tu corazón. Nehemías estaba muy consiente que él era un esclavo y luchaba para mantener una autoestima saludable. Tú puedes esperar meses para esa puerta abierta, y luego tener miedo cuando se abre. ¡Nehemías sintió mucho miedo! Eso es normal, pero da ese paso de fe. Si alguien te pregunta por qué estás siempre gozoso, responde honestamente que es por Jesús.

—¿Qué quieres que haga? —replicó el rey.

  1. Cuando haces tu parte, confiando en Dios, el Señor va a tocar al corazón de otros. Incluso el rey. (Proverbios 21:1: En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado.)

4Encomendándome al Dios del cielo, le respondí: —Si a Su Majestad le parece bien, y si este siervo suyo es digno de su favor, le ruego que me envíe a Judá para re-edificar la ciudad donde están los sepulcros de mis padres.—¿Cuánto durará tu viaje? ¿Cuándo regresarás? —me preguntó el rey, que tenía a la reina sentada a su lado.

  1. Fija tus ojos en Jesús y sigue orando. Nehemías satura todo lo que hace con la oración. Él sabe que necesita el favor de Dios (y del rey) para realizar la obra. Tenemos que orar también, porque recibir el favor de alguien no depende de tu capacidad lingüística o de “vender” tu caso.
  2. Cuando Dios abre la puerta, está preparado. Sabe exactamente lo que quieres hacer y lo que necesitas. Habla con confianza, respeto y claridad. Nehemías ya había orado sobre lo que debía hacer, y tiene un plan muy ambicioso: Quiere reedificar la ciudad de sus padres.  ¿Qué puedes hacer para reedificar lo que el enemigo ha destruido en tu familia e iglesia?

6En cuanto le propuse un plazo, el rey aceptó enviarme. Entonces añadí: —Si a Su Majestad le parece bien, le ruego que envíe cartas a los gobernadores del oeste del río Éufrates para que me den vía libre y yo pueda llegar a Judá; y por favor ordene a su guardabosques Asaf que me dé madera para reparar las puertas de la ciudadela del templo, la muralla de la ciudad y la casa donde he de vivir.

  1. Este no es el momento para la timidez. ¡Dios está contigo!  Pide todo lo que Dios ha puesto en tu corazón, pero no pidas en la carne cosas que no son de Dios, cosas para tu propio beneficio. Nehemías probó las aguas, y al ver el mover de Dios y la respuesta positiva del rey, tiene más coraje y pide más.  Cuando Dios te guíe a hacerlo, y su favor esté sobre tu vida, pide cosas grandes, ya sea del gobierno o de los ricos.

8El rey accedió a mi petición, porque Dios estaba actuando a mi favor. Cuando me presenté ante los gobernadores del oeste del río Éufrates, les entregué las cartas del rey. Además el rey había ordenado que me escoltaran su caballería y sus capitanes.

  1. No te sorprendas si Dios te da más de lo que esperabas. Cuando Dios está actuando en tu favor, suceden milagros. Provisión.  Te darán aún más de lo que pediste, como la caballería y capitanes aquí.

10 Pero al oír que alguien había llegado a ayudar a los israelitas, Sambalat el horonita y Tobías el siervo amonita se disgustaron mucho.

  1. Prepárate para una batalla. El enemigo se enoja mucho cuando ve la mano de Dios sobre tu vida.  No te apures; siempre habrá oposición.  Cuando alguien se levanta con mucha fe para hacer grandes cosas para el Señor, el diablo se levantará furioso y hará todo lo posible para parar la obra. Otros estarán celosos de ti.

¿Quién es tu Sambalat y Tobías ahora?  A ver cómo responderles.   ¿Cómo te están impactando? Hay que luchar contra el desánimo y el temor.  Muchos han fallado aquí y pierden la oportunidad de hacer cosas grandes para el Señor. Estudia estos doce pasos.  Son sencillos, ¿verdad?  ¿No crees que el Señor pueda hacer algo grande en tu vida también?

 

Introducción a 1 Corintios

A nadie le gusta abrir un mensaje en Whatsapp o Face y encontrar una controversia o reprensión. Aunque Pablo tiene que tocar algunos temas muy difíciles en esta carta, él empieza con un saludo y afirmación de las fortalezas de esta iglesia.

1Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y nuestro hermano Sóstenes,

¿Quién es este Pablo?

Pablo se identifica como el autor, juntamente con un hermano que se llama Sóstenes. ¿Qué quiere Pablo comunicar acerca de su identidad?

  • Fue llamado.  No decidió ser cristiano ni apóstol.  Dios nos llama a la obediencia y al arrepentimiento.  Pocos buscan a Dios; Dios nos busca a nosotros. La decisión es la nuestra si respondemos a ese llamado o lo resistimos. Y tú, ¿has aceptado el llamado de Dios para seguir a Jesucristo?
  • Dios también nos llama a una tarea específica en la iglesia. El llamado de Pablo era para el apostolado, enviado por Jesús para establecer y supervisar iglesias. Juntamente con el llamado viene la autoridad de Cristo, la cual Pablo va a ejercer en esta carta. ¿Sabes cuál es tu llamado? ¿Estás funcionando en ese llamado? ¿Estás experimentando la autoridad que Dios te da cuando ministras en tu llamado?
  • Puede escribir con autoridad y confianza porque sabe que su vocación es la voluntad de Dios.  Dios tiene un plan, un propósito, para toda la historia.  Su voluntad es suprema.  El clamor del corazón del creyente es “hágase tu voluntad, que venga tu reino.” ¿Quieres saber la voluntad de Dios para tu vida? ¿Estás confiado que estás en su voluntad ahora?
  • Jesucristo es su Maestro y Señor. Quiere exaltar a Jesús en todo. Está completamente sometido a la voluntad y llamado de Dios, lo cual le impulsa a escribir esta carta difícil.
  • No trabaja solo.  Siempre estaba acompañado por alguien que estaba discipulando u otro apóstol.

Los recipientes de la carta

a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:

La carta es dirigida a la iglesia en Corinto, pero la enseñanza es para la iglesia universal.  Tendemos a pensar en Jesús como nuestro salvador personal, y así es, pero Dios está preparando a un cuerpo, a un pueblo de discípulos.  Pablo no dirige la carta al pastor, o a los ancianos; Dios trabaja con nosotros como un pueblo, una iglesia.  Es muy importante ser parte de una iglesia local.

Hay muchas cosas que él puede decir acerca de la iglesia, pero aquí escoge dos cosas importantes:

  • Han sido santificados en Cristo Jesús.  Cuando aceptaron a Cristo y se unieron a Él, fueron separados del mundo, purificados, y establecidos como un pueblo distinto.  Vamos a ver que estaban confusos acerca de esta santidad. Si tú estás en Cristo, has sido santificado. ¿Entiendes lo que eso significa? ¿Andas en santidad?
  • No es solamente una cuestión de santidad personal; son llamados a ser un pueblo santo.  Dios ya ha hecho la obra en nosotros, pero todavía no hemos llegado.  No somos perfectos. Tenemos el llamado y sabemos cuál es la meta, pero todavía estamos en el proceso. Es parte de la tensión de la vida actual en este mundo. Por desgracia, los corintios no eran un pueblo tan santo. Pablo va a estimularlos a una vida más santa, para cuadrar su experiencia diaria con lo que Dios ya ha hecho en ellos.

Jesucristo es la fuente de la unidad entre creyentes.  Él es la cabeza del cuerpo y tiene que ocupar su lugar como Señor de cada individuo y del cuerpo para alcanzar esa unidad.  Debemos experimentar lazos de amor, dado que todos tenemos el mismo Señor.

Una bendición

Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

No son meras palabras; hay poder en una bendición.  Nota que el Padre y el Señor Jesús son personas distintas, pero las dos son divinas, con el poder de conceder gracia y paz, la cual solo Dios puede dar.  Pablo sabe que cuando leen las palabras fuertes de esta carta, van a necesitar esa paz, y gracia (el favor inmerecido de Dios) para ponerlas en práctica.
1 Corintios 1:4-17: Lo bueno, lo malo, y lo feo en Corinto

Lo bueno: Acción de gracias por lo que Dios ha hecho

Tal como nosotros debemos hacer en toda la vida, Pablo casi siempre comienza con acción de gracias, algo positivo, antes de criticar.  Es fácil ir directamente al problema y ofrecer una solución. Es posible que lo hayas intentado con tu esposa. ¡Espérate! Primero párate y piensa en lo bueno en la relación, y enfócate en lo positivo. ¡Sigue el ejemplo de Pablo con tu cónyuge, familia, y hermanos en la iglesia!

Siempre doy gracias a Dios por ustedes, pues él, en Cristo Jesús, les ha dado su gracia. Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento. Así se ha confirmado en ustedes nuestro testimonio acerca de Cristo, de modo que no les falta ningún don espiritual mientras esperan con ansias que se manifieste nuestro Señor Jesucristo. Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

¡Este corto párrafo está lleno!

  • Siempre da gracias a Dios por ellos. Mantén esa actitud de gratitud hacia tu imperfecta familia e iglesia.
  • Tenían una relación complicada y muchas veces difícil, algo semejante a la relación de padre e hijo.  Pablo los amaba, pero también sufría por su pecado y el rechazo de su autoridad.
  • Recibimos la gracia de Dios por medio de Jesucristo, en relación con Él.
  • Somos unidos a Cristo.  Fluyendo de esa unidad, Dios ya nos ha llenado de toda riqueza.  ¿Te sientes rico? ¡No busques las riquezas del mundo!  Ya tienes toda riqueza, en palabra y conocimiento.  Ahora hay que descubrir y desarrollar esas riquezas.
  • Pablo les había testificado acerca de lo que Cristo hace, y ese testimonio ha sido confirmado en ellos.  Su testimonio incluía los dones espirituales que Cristo reparte a sus discípulos, y no había falta ninguna de dones entre ellos. ¿Hay esa abundancia de dones en tu iglesia?
  • También vivían con la esperanza de un reino venidero, de la venida de Jesucristo. Jesús ya está presente entre nosotros, pero será manifestado cuando regrese. ¿Estás esperando su venida con ansias?  ¿O estás tan cómodo en este mundo que no piensas mucho del cielo?
  • A pesar de todos sus problemas, Pablo está confiado que Cristo los mantendrá firme hasta el fin.  ¡Qué promesa hermosa!  ¡Cristo es por ti! SolamenteCristo te mantendrá firme; tú no puedes en tus propias fuerzas.
  • Cristo quiere que tú seas irreprochable cuando viene.  Está trabajando ahora para preparar a su novia.
  • Pablo ya dijo que fueron llamados a ser un pueblo santo; ahora dice que son llamados a tener comunión con Jesús.  Quienes somos, en relación con Dios, es más importante que lo que hagamos. ¿Como está tu comunión con Cristo?
  • Podemos ser infieles, pero Dios es fiel.

Lo malo: Divisiones en la iglesia

A pesar de todas estas bendiciones, todo no está bien en la iglesia.  No hay unidad.  Hay divisiones en el cuerpo de Cristo.

10 Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.

Ésta es la súplica de Pablo para cada iglesia:

  • Que todos vivan en armonía – que estén de acuerdo
  • Que no haya divisiones entre los hermanos
  • Que se mantengan unidos
  • Que tengan un mismo pensar
  • Que tengan un mismo propósito

Suena a la oración de Jesús en Juan 17.  Allí el Hijo de Dios estuvo suplicando no solamente para una iglesia, sino para toda la iglesia. ¡Imagínate la potencia de la iglesia si tuviéramos un mismo propósito!

  • ¿Por qué actuamos como si fuese imposible?
  • ¿Por qué hay cristianos sospechosos de otros creyentes que promuevan la unidad?
  • ¿Compartes la carga de Pablo para la unidad de la iglesia?
  • ¿Cómo está la unidad en tu iglesia?
  • ¿Qué estás haciendo para fomentar la unidad (u obstaculizarla) en tu iglesia y con otras iglesias?

 11 Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes.

En la prisión se llama “chota.”  Nadie estima a un chismoso. Pero el apóstol o el pastor debe saber lo que está pasando en la iglesia. Pero ¡ten cuidado!

  • Discierne bien el espíritu de la persona trayendo la información.
  • Guárdate de favoritismo.
  • Busca una confirmación de alguien confiable.
  • No des lugar al chisme.

12 Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo.» 13 ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O es que fueron bautizados en el nombre de Pablo?

Me parece que hay rivalidades en la mayoría de las iglesias: Entre los que quieren ser líder del equipo de adoración, o los diáconos, o los ancianos.  Competencia para ser el mejor predicador, u orar mejor. ¡Que Dios nos libre de esas rivalidades!

En este caso la rivalidad estaba centrada en lealtad a un apóstol.  Los “más espirituales” dijeron que seguían a Jesús solamente, y no a ningún hombre.  ¿Pero no es ésta la situación en la iglesia de hoy en día?  Hay un sinnúmero de apóstoles, y cada uno tiene sus seguidores. Me parece que hay más lealtad a hombres (y menos unidad) que nunca.

Es una tentación para el predicador exitoso  ser orgulloso de todos sus seguidores, la página en el internet y el programa en la televisión con su nombre. Le gusta cuando alguien dice “yo voy a la iglesia de Fulano de Tal.” ¡No tomes el lugar de Jesucristo!  ¡Es su iglesia!  ¡Es su cuerpo!

 14 Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, excepto a Crispo y a Gayo, 15 de modo que nadie puede decir que fue bautizado en mi nombre. 16 Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de éstos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. 17 Pues Cristo no me envió a bautizar sino a predicar el evangelio, y eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera su eficacia.

Cuando llenamos nuestras prédicas y nuestros libros con discursos de sabiduría humana, la cruz de Cristo pierde su eficacia.

Jesús no bautizaba a nadie, pero nos mandó a nosotros a bautizar.  Pablo sabía que no fue llamado a bautizar, y él mismo bautizó a muy pocos.  Siempre tenía a varios hermanos para ayudarle, o los líderes de la iglesia local bautizaban. En este caso estaba mejor, porque era más claro que estaban bautizados en identificación con Jesús, y no con Pablo. Evita todo lo que llame la atención a ti mismo.

Lo feo

Vemos en esta introducción un corazón cargado.  Pablo ama a esta iglesia. Está muy agradecido por su crecimiento y todo lo que Cristo ha hecho para ellos, pero sabe que sus divisiones apagan al Espíritu, y sabe de muchos problemas más que él va a tocar en esta carta. Debajo de la fachada de espiritualidad, están feos. Podemos estar muy confiados, pero de verdad pudiéramos estar en una situación muy peligrosa. ¿Puede ser que estemos tan feos como los corintios?

 

 

Cómo responder a malas noticias Nehemías 1

Éstas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías:

En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén.

Puede ser a través de una visita, un correo electrónico, un texto o una carta. O en la televisión o en Internet. Es importante saber lo que sucede a tu alrededor: con tu familia, con el cuerpo de Cristo y con el mundo. A menudo hay tanta información hoy que no puedes procesar todo. Es fácil estar tan ocupado en la vida diaria que ya no queremos ser molestados con el sufrimiento de otros.  Nehemías estaba muy cómodo en el palacio del rey, pero no cayó en la complacencia.

3 Ellos me respondieron: «Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego.»

¿Has recibido malas noticias de tu familia? ¿Has visto noticias de calamidades en Internet? ¿Cómo respondes?  ¿Tocan tu corazón? ¿O te distancias emocionalmente de los problemas de los demás? ¿Cómo se compara tu respuesta con la de Nehemías?

 Cuando recibas malas noticias…

Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.

Dios nos llama a tomar en serio estas noticias y hacer algo. ¿Qué hizo Nehemías?

  • Se sentó a llorar.  ¿Cuándo fue la última vez que lloraste cuando escuchaste malas noticias?
  • Hizo duelo. Estuvo muy triste.  Le impactaron. Es bueno sentir el dolor de otros.  Resiste la tendencia a evitarlo con frases como “es la voluntad de Dios,” o “Dios está juzgando su pecado,” o “ellos no son salvos” o “gracias, Señor, que no viva allá.”
  • No tuvo prisa. Hizo duelo por algunos días. Nosotros podemos ver algo en la televisión y sentirnos impactados, pero luego nos ocupamos con otras cosas.  Nehemías meditó sobre la situación y se identificó con ellos; se puso en sus zapatos.
  • Ayunó.  ¿Cómo te va con el ayuno?  ¿Cuándo fue la última vez que ayunaste cuando viste noticias de problemas en otros países? El ayuno proclama: “yo estoy tomando esto en serio, y sé que Cristo es la respuesta.”
  • Oró. Es peligroso reaccionar impulsivamente a las noticias. Lo que hacemos tiene que ser dirigido por Dios.  Tenemos que prepararnos espiritualmente, o no podremos ayudar a nadie.  Tenemos que trabajar con Dios.

Le dije: «Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel.

Un hombre que Dios puede usar

Me recuerda de Pablo orando día y noche por el pueblo de Dios.  Nehemías tiene el fundamento necesario para ser útil en las manos de Dios: conoce a su Dios, ama a su Señor y lo obedece.  Se acerca a Dios con confianza y audacia. Una calamidad, ya sea en tu familia o en otro país, requiere no solo unos pocos momentos de oración, sino la intercesión de día y de noche.

6Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés.

Al mismo tiempo, Nehemías es humilde.  Sabe que es un pecador que le ha fallado a su Dios y merece su juicio, el mismo juicio que su gente está experimentando en ese momento.  Reconoce que nuestra rebelión y pecado es la fuente de todos estos problemas. Nehemías confiesa su pecado, y el pecado de todo Israel.

Cuando ves el pecado en la iglesia, ¿los juzgas en tu corazón? ¿O te identificas con el pueblo de Dios y confiesas el pecado al Señor?

La promesa de Dios para el arrepentido

»Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: “Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar.”

Nehemías conoce la Palabra de Dios y la usa como fundamento de su petición.  La promesa hecha a Moisés todavía se aplica a ti hoy:

  • Si pecas, habrá consecuencias graves.  Puedes perder tu hogar y todo lo que es importante para ti.
  • En ese juicio Dios te llama a hacer tres cosas:
  1. Volver a Dios con todo tu corazón.  Búscalo de nuevo.
  2. Obedecer sus mandamientos.  Un arrepentimiento genuino se manifiesta en obediencia.
  3. Poner en práctica su Palabra.  Hay mucho conocimiento de la Biblia, incluso fuera de la iglesia, pero pocos la ponen en práctica.
  • Entonces, Dios te restaurará y te llevará a su presencia.

¿Y tú?  ¿Estás esparcido entre las naciones?  ¿Todavía sufres las consecuencias de tu pecado? ¿Te ha recogido Dios? ¿Estás morando en su habitación?  La restauración de Israel no fue inmediata.   Tenían que esperar y trabajar duro, pero Dios es fiel a su promesa.

La gracia de Dios

10 »Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. 11 Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey.»

Cuando intercedes por la iglesia, recuerda que es el pueblo de Dios y ellos son sus siervos. Dios está obligado a levantarse en su favor. Dios ya los compró con la sangre de su Hijo. Aquí Nehemías no tenía nada que ganar, pero él es el siervo de Dios y quiere honrar a su Maestro.  Él podría ser el único que intercede por Israel, y el único en condiciones de hacer algo. Parece que el Señor ya puso en su corazón lo que tenía que hacer.

11En aquel tiempo yo era copero del rey.

El copero probó las bebidas para ver si había veneno en ellas.  Era una posición de gran confianza.  Dios le puso en esa posición para este momento. Posiblemente Nehemías pasó años en ese palacio pensando “¿Por qué estoy aquí?  No estoy haciendo nada para Dios ni ayudando a mi gente.  Estoy malgastando mi vida probando vino para un rey opresivo.”

¿Dónde te ha puesto Dios?  ¿Estás en una posición de influencia?  ¿Estás orando acerca de cómo el Señor quisiera usarte en tu posición?

En el mundo actual, nos asaltan las noticias en televisión e Internet de tragedias en todo el mundo.  Sería fácil desesperarse.  Tenemos que mantener nuestros ojos fijos en Jesús y luchar contra un corazón endurecido.  Si cada cristiano tuviera la actitud de Nehemías e hiciera algo para cambiar la situación, este mundo se transformaría.

 

 

DESCUIDAR EL TEMPLO Nehemías 12 y 13

Descuidar el templo de Dios. Parece ser una falla muy común. Hageo profetizó que los judíos estaban sufriendo porque tenían sus prioridades desordenadas, y estaban descuidando el templo. En Nehemías 10 y 11 los lideres (y luego todo el pueblo) se comprometieron a no descuidar el templo, a no casarse con extranjeros, y a seguir toda la ley de Dios.  Después de la destrucción total de su país y tantos años en la esclavitud, estaban motivados a caminar rectamente.

Al principio parece que aprendieron muy bien la lección, pero no fue así.  Tenemos memorias muy cortas. Porque en Nehemías 13:11 nuevamente estaban descuidando el templo.  Es fácil para nosotros descuidar las cosas de Dios, especialmente cuando todo nos va bien.   ¿Cómo podría suceder, sobre todo bajo el liderazgo capaz de Nehemías?

La dedicación de las murallas

En el capítulo 12 de Nehemías, dedicaron la muralla de Jerusalén.  Fue un gran día de regocijo:

27 Cuando llegó el momento de dedicar la muralla, buscaron a los levitas en todos los lugares donde vivían, y los llevaron a Jerusalén para celebrar la dedicación con cánticos de acción de gracias, al son de címbalos, arpas y liras.

30 Después de purificarse a sí mismos, los sacerdotes y los levitas purificaron también a la gente, las puertas y la muralla.

31 Luego hice que los jefes de Judá subieran a la muralla, y organicé dos grandes coros. Uno de ellos marchaba sobre la muralla hacia la derecha.

Un coro, junto con la mitad del pueblo, fue con Nehemías.  El otro, con Esdras, marchó sobre la muralla hacia la izquierda.  Llegaron al templo para una gran celebración:

43 Ese día se ofrecieron muchos sacrificios y hubo fiesta, porque Dios los llenó de alegría. Hasta las mujeres y los niños participaron. Era tal el regocijo de Jerusalén que se oía desde lejos.

¡Qué gloriosa conclusión a los meses de duro trabajo! Pero también hubo una sorpresa ese día.  Después de las alabanzas, otra vez abren la Palabra, y Dios tuvo una palabra fresca para ellos, algo que no habían visto antes (13:1):

1Aquel día se leyó ante el pueblo el libro de Moisés, y allí se encontró escrito que los amonitas y moabitas no debían jamás formar parte del pueblo de Dios, porque no sólo no les habían dado de comer ni de beber a los israelitas sino que habían contratado a Balán para que los maldijera, aunque en realidad nuestro Dios cambió la maldición por bendición.

¡Cuán misericordioso es nuestro Dios, que cambia la maldición por bendición! ¡Qué Él cambie cualquier maldición contra ti y tu familia por bendición! Pero ahora hubo un gran problema. Estaban celebrando, y descubrieron que algunos de ellos no tenían parte ni suerte en el pueblo. De hecho, Dios se ofendió por su presencia. Puede parecer muy fuerte, pero Dios tiene el derecho de decir quién va a entrar en su reino o no. Hoy hay mucha presión para aceptar y tolerar a todos, a pesar de su estilo de vida o pecado, pero, si lees la Biblia, sabrás que no solo los amonitas y moabitas están excluidos.  Por ejemplo, 1 Corintios 6:9-10 dice:

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,  ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.

O Apocalipsis 22:15:

Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.

Cuando nos enfrentamos al pecado, la única opción es arrepentirse y hacer lo que sea necesario para arreglar la situación. Unos 25 años atrás hubo un problema parecido (Esdras 10:3), y expulsaron del país a las mujeres extranjeras y sus hijos.  Sí, puede ser muy doloroso y costoso arrepentirse.  Pero es aún más costoso, eternamente, seguir en pecado.

Un pueblo santo

Al escuchar lo que la ley decía, apartaron de Israel a todos los que se habían mezclado con extranjeros.

La reconstrucción de los muros de Jerusalén podría verse fácilmente como un logro de por vida. Junto con la emoción del tremendo culto y escuchando la voz de Dios, Nehemías pudo haberse sentido muy satisfecho. Pero él sabía que eso no era suficiente.

Arrancar un programa de construcción impresionante y ser conocido como un gran predicador en una iglesia con poderosa adoración puede significar el éxito para muchos pastores. Pero si ese cuerpo de creyentes no toma en serio la santidad y no pone la Palabra en práctica, esa casa se construirá sobre la arena, y no durará (Mateo 7:24-27).

Nehemías había visto las glorias del templo de Salomón y vivía en una Jerusalén próspera, y lo vio destruido porque la gente cayó en una religiosidad vacía y no obedeció la Palabra de Dios. No descansaría hasta que él hubiera hecho todo lo posible para garantizar que su pueblo estuviese caminando con el Señor. Ese es el corazón de un verdadero siervo de Jesús, mucho más que edificios o buena música.

¿Cuándo vamos a despertar y purificar el cuerpo de Cristo del pecado?  ¿Cuándo vamos a escuchar lo que dice la Biblia y obedecerla, para evitar un juicio venidero?

Este no fue el único problema, tampoco:

Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los almacenes del templo de nuestro Dios, había emparentado con Tobías y le había acondicionado una habitación grande. Allí se almacenaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, los diezmos del trigo, vino y aceite correspondientes a los levitas, cantores y porteros, y las contribuciones para los sacerdotes.

¿Te acuerdas de Tobías? Era el archienemigo de Nehemías (y del pueblo de Dios).  Era un amonita.  No participó en la adoración a Dios, y no tenía en mente el bienestar de los judíos. Realmente era un hombre muy malvado. Pero el sumo sacerdote había emparentado con Tobías y le había proporcionado un cuarto grande en el templo donde previamente guardaban las cosas sagradas para el servicio de Dios.

¿Sabes que hay lobos vestidos como ovejas en la iglesia? ¿Sabes que hay enemigos del evangelio que quieren entrar entre los ancianos, el equipo de adoración y los líderes de la iglesia como instrumentos del diablo? Necesitamos mucho discernimiento.  Muchas veces cuestiones de familia, conveniencia y ganancia entran en decisiones sobre personas que no conocen a Jesucristo.

Nehemías se toma vacaciones

Está claro que Nehemías no lo habría permitido, pero él tuvo que volver a Babilonia, y en ese breve tiempo el pueblo se apartó.  Nuestra tendencia como hombres es olvidar muy rápidamente la Palabra de Dios. Pienso en lo que sucedió con Aarón y el becerro de oro cuando Moisés subió al monte (Éxodo 32).  Ten cuidado si tienes que dejar tu iglesia por un tiempo.  El lobo espera el momento en que el pastor se va para atacar a las ovejas.

Para ese entonces yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, había ido a ver al rey. Después de algún tiempo, con permiso del rey regresé a Jerusalén y me enteré de la infracción cometida por Eliasib al proporcionarle a Tobías una habitación en los atrios del templo de Dios. 8Esto me disgustó tanto que hice sacar de la habitación todos los cachivaches de Tobías. Luego ordené que purificaran las habitaciones y volvieran a colocar allí los utensilios sagrados del templo de Dios, las ofrendas y el incienso.

Siempre es más fácil poner a alguien en el liderazgo que sacarlo.  Es más fácil dar un cuarto en el templo para complacer a alguien, que sacarlo de ese cuarto.  Es más fácil casarse con una mujer, que divorciarse de ella porque no ama al Señor (en ese caso, no puedes divorciarla – tienes que vivir con las consecuencias de tu decisión).  Cuando algo impío ha entrado en la iglesia, tenemos que echarlo fuera, purificar la iglesia, y colocar lo que agrada a Dios en su lugar.

10 También me enteré de que a los levitas no les habían entregado sus porciones, y de que los levitas y cantores encargados del servicio habían regresado a sus campos.11 Así que reprendí a los jefes y les dije: «¿Por qué está tan descuidado el templo de Dios?» Luego los reuní y los restablecí en sus puestos.

El pueblo no estaba supliendo las necesidades de los sacerdotes o músicos, quienes se desanimaron, dejaron sus puestos y volvieron a sus campos.  Con razón Dios ha establecido autoridad y liderazgo en la iglesia.  En ausencia de Nehemías, todo fracasó.  La tendencia humana es abandonar la obra de Dios y volver a los campos.  Necesitamos a alguien como Nehemías para motivarnos y promover nuestra obediencia a la Palabra. Es agotador tratar de mantener todo ordenado, pero tú puedes ser un Nehemías. ¡No te rindas! ¡Tú tarea no es fácil! ¿Sientes que no estás recibiendo un apoyo adecuado? ¿Quieres volver a tus campos? ¡Recuerda que estás sirviendo a Dios! ¡Fue Él que te llamó!

12 Todo Judá trajo a los almacenes la décima parte del trigo, del vino y del aceite. 13Puse a cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedaías; como ayudante de ellos nombré a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Todos ellos eran dignos de confianza, y se encargarían de distribuir las porciones entre sus compañeros.

Tal vez Nehemías no tuvo la oportunidad antes, pero ahora nombró a otros hombres dignos de confianza que se encargaban de cuidar el templo de Dios. Busca a hombres dignos de confianza para ayudarte.  No siempre vas a estar presente en la iglesia.  Una medida de tu éxito como líder es la habilidad de la iglesia para sostenerse cuando tú no estás presente.

14 «¡Recuerda esto, Dios mío, y favoréceme; no olvides todo el bien que hice por el templo de mi Dios y de su culto!»

Una y otra vez en este libro vemos la relación íntima que Nehemías tenía con su Dios.  Era un hombre de oración, no solo cuando estaba arrodillado, sino durante todo el día.  Era natural para él.  ¡Que Dios recuerde todo lo bueno que tú has hecho por la obra de Dios, y te favorezca!

Quebrantar el sábado

15 Durante aquellos días vi en Judá que en sábado algunos exprimían uvas y otros acarreaban, a lomo de mula, manojos de trigo, vino, uvas, higos y toda clase de cargas que llevaban a Jerusalén. Los reprendí entonces por vender sus víveres en ese día. 16 También los tirios que vivían en Jerusalén traían a la ciudad pescado y otras mercancías, y las vendían a los judíos en sábado. 17 Así que censuré la actitud de los nobles de Judá, y les dije: «¡Ustedes están pecando al profanar el día sábado! 18 Lo mismo hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios envió toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad. ¿Acaso quieren que aumente la ira de Dios sobre Israel por profanar el sábado?»

19 Entonces ordené que cerraran las puertas de Jerusalén al caer la tarde, antes de que comenzara el sábado, y que no las abrieran hasta después de ese día. Así mismo, puse a algunos de mis servidores en las puertas para que no dejaran entrar ninguna carga en sábado. 20 Una o dos veces, los comerciantes y los vendedores de toda clase de mercancías pasaron la noche fuera de Jerusalén. 21 Así que les advertí: «¡No se queden junto a la muralla! Si vuelven a hacerlo, ¡los apresaré!» Desde entonces no volvieron a aparecerse más en sábado. 22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y que fueran a hacer guardia en las puertas, para que el sábado fuera respetado.

Habían prometido guardar el sábado (10:31), pero rápidamente quebrantaron esa promesa. En ese día, como hoy, había mucha presión de los comerciantes. Ten cuidado de la gente que quiere vender cosas en la iglesia y de los hombres de negocios que quieren organizar la iglesia como un negocio.  La iglesia no es un negocio, y tenemos que mantener el templo santo para Dios, como una casa de oración. Algunos dirían que Nehemías ejercía demasiado control, o era como un policía. Pero él sabía lo que es temer a Dios. Pudiera ser que los jóvenes habían olvidado la angustia de exilio, pero Nehemías sabía que no se puede jugar con Dios. ¡Hay que estar celoso de la santidad y la adoración de Dios!

«¡Recuerda esto, Dios mío, y conforme a tu gran amor, ten compasión de mí!»

¿Por qué pedirle a Dios que tenga misericordia de él?  ¡Porque es difícil hacer lo que él está haciendo!  No es fácil enfrentar a toda esta gente que quiere violar la santidad del pueblo de Dios. Siempre tuvo que recordar por qué lo hizo y coger fuerzas del gran amor de Dios. ¡Ser fiel a Cristo y guiar a su pueblo es un duro trabajo!

Matrimonios mixtos

23 En aquellos días también me di cuenta de que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, de Amón y de Moab. 24 La mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod o de otros pueblos, y no sabían hablar la lengua de los judíos. 25Entonces los reprendí y los maldije; a algunos de ellos los golpeé, y hasta les arranqué los pelos, y los obligué a jurar por Dios. Les dije: «No permitan que sus hijas se casen con los hijos de ellos, ni se casen ustedes ni sus hijos con las hijas de ellos. 26¿Acaso no fue ése el pecado de Salomón, rey de Israel? Entre todas las naciones no hubo un solo rey como él: Dios lo amó y lo hizo rey sobre todo Israel. Pero aun a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27 ¿Será que también de ustedes se dirá que cometieron el gran pecado de ofender a nuestro Dios casándose con mujeres extranjeras?»

También habían prometido no casarse con extranjeros (10:30).  Todavía ofendemos a Dios cuando entramos en ese santo pacto de matrimonio con alguien que no conoce a Jesús.  Son de reinos distintos. ¡Ese matrimonio no puede agradar a Dios!  Unos 25 años atrás Esdras, angustiado, se había arrancado su propio pelo debido a esta situación (Esdras 9:3).  Pero Nehemías era más fuerte; golpeó a algunos de los hombres y ¡les arrancó el pelo!

¡No vuelvas a tu pecado!  Es fácil hacer compromisos a Dios, especialmente en medio de la tribulación, o con la presión de otros en la iglesia.  Pero Dios te juzgará aún más fuerte si vuelves a ese pecado, y te abres a más opresión de los demonios.

28 A uno de los hijos de Joyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, lo eché de mi lado porque era yerno de Sambalat el horonita.

Sambalat era otro enemigo de Nehemías y de los judíos, pero había arreglado el matrimonio de su hija con el hijo del sumo sacerdote.  Nehemías no pudo tolerar esto, y aunque pudiera ser peligroso e impopular, expulsó a este joven de su presencia.  Tenía que dar el ejemplo a todo el pueblo.

29 «¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!»

30 Yo los purifiqué de todo lo extranjero y asigné a los sacerdotes y levitas sus respectivas tareas. 31 También organicé la ofrenda de la leña en las fechas establecidas, y la entrega de las primicias.

Nehemías sabía muy bien la importancia de hacer todo conforme a la Palabra de Dios.  Es algo muy serio ser un líder en la iglesia de Jesucristo.  Con mucha oración y mucho cuidado, tenemos que asignar a los líderes sus respectivas tareas y organizar la obra de Dios.  Descuidamos la obra de Dios si la dejamos desorganizada y sin un liderazgo capacitado.

«¡Acuérdate de mí, Dios mío, y favoréceme!»

En todo lo que hizo, Nehemías nunca buscaba el reconocimiento en este mundo. Él no construyó ningún gran monumento en su honor. El muro nunca fue nombrado “El Muro de Nehemías.” Lo recordamos por su libro y un gran ejemplo de liderazgo piadoso. Pero lo más importante para Nehemías era ser recordado por Dios. El Señor asegura una gran recompensa a los que le sirven fielmente. Que tú sigas su ejemplo de un servicio celoso y eficaz a tu Dios. ¡Reedifica los muros! ¡Cierra las puertas! ¡Ayuda a preparar una novia sin mancha para nuestro Señor Jesucristo! Más que nunca necesitamos hombres como Nehemías.

 

UN LLAMADO DEL PROFETA HAGEO: ¡REFLEXIONEN SOBRE SU PROCEDER!

De este modo nos comprometimos a no descuidar el templo de nuestro Dios. (Nehemías 10:36)

Vamos a hacer una pausa aquí, casi al final de este libro de Nehemías, por unos momentos de auto-reflexión. Sólo varios años después de Nehemías, el profeta Hageo escribió:

«¿Acaso es el momento apropiado
para que ustedes residan en casas techadas
mientras que esta casa está en ruinas?»
(Hageo 1:4)

En ese entonces, dedicarse a la obra del Señor se manifestó en trabajar en el templo, en un edificio, pero ahora Dios no habita en templos hechos por manos, sino en nosotros.  Tú eres el templo del Espíritu Santo.  La obra del Señor incluye trabajar en el edificio que tu iglesia ocupa, pero va mucho más allá de los edificios e incluye atender a la gente necesitada (ve Mateo 25:35-36). La cuestión es: ¿Qué ocupa la mayoría de tu tiempo, energía, pensamientos y dinero?  ¿Estás ocupado en muchos placeres del mundo? ¿Tienes la última tecnología? ¿Vives en una casa muy cómoda?  Dios no dice que es necesariamente un pecado hacer esas cosas, pero la prioridad debe ser el Señor y su obra.

Antes de defenderte mucho y dar muchas excusas, Dios te llama a examinarte:

Así dice ahora el Señor Todopoderoso:

«¡Reflexionen sobre su proceder! (RVR: Meditad bien sobre vuestros caminos.) (Hageo 1:5)

¿Cuándo fue la última vez que realmente reflexionaste sobre tu proceder? ¿Meditas sobre tus caminos?  ¿O estás tan ocupado que nunca tomas ese tiempo tan importante?  Dios está llamándote a una vida examinada.  No es egoísta meditar en tus caminos.  Es muy fácil engañarnos a nosotros mismos para creer que todo está bien, cuando realmente podemos estar muy lejos del Señor.

Te recomiendo que mantengas un diario.  Cada noche, o mañana, tómate un tiempo en la presencia del Señor y escribe sobre tres cosas:

  1. ¿Para qué estoy agradecido?
    2. ¿Cómo he pecado este día?
    3. ¿Cuáles son mis triunfos y fracasos este día?  ¿Qué aprendí? ¿Qué he visto en mí?  ¿Qué me estresó?  ¿Cómo respondí?

Luego habla con el Señor sobre lo que escribiste.

No es fácil para nosotros reflexionar honestamente sobre nuestras vidas.  Es fácil negar que pueden ser problemas en el matrimonio, con los hijos o en el trabajo.  Parece más fácil para la mujer darse cuenta de esos problemas. Muchas veces la mujer  habla a nosotros los hombres de sus preocupaciones y, sinceramente, no queremos que nos molesten.  Incluso decimos cosas como: “Confía en el Señor.  Piensas demasiado.  Estás loca.  Todo está bien.” Escucha a tu esposa, a tu mamá y papá, a tus amigos e incluso a tus hijos.  Muchas veces Dios te habla a través de ellos.

Aquí Dios nos ayuda con este autoexamen:

»Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco;
comen, pero no quedan satisfechos;
beben, pero no llegan a saciarse;
se visten, pero no logran abrigarse;
y al jornalero se le va su salario
como por saco roto.»
(Hageo 1:6)

Esta porción habla de una vida vacía e insatisfecha.  Has trabajado duro y has hecho todo lo que el mundo dice que es necesario.  Has aceptado el engaño que algunas iglesias llaman “prosperidad.” Tu casa está llena de muchas cosas y estás gordo de toda la comida rica que comes.  Parece que ganas un buen sueldo,  pero nunca tienes dinero.  Te sientes insatisfecho y vacío.  Nada te satisface.  Eres salvo.  Sabes que Cristo te quiere fructífero, y te ofrece agua viva para saciar tu sed.  Pero si eres honesto, tienes que confesar que hay algo mal.  Dios quiere que estés saciado y satisfecho.  Él quiere una buena cosecha para ti, y, sí, quiere prosperarte.  ¿Por qué no está sucediendo?

Así dice el Señor Todopoderoso: «¡Reflexionen sobre su proceder!

»Vayan ustedes a los montes;
traigan madera y reconstruyan mi casa.
Yo veré su reconstrucción con gusto,
y manifestaré mi gloria
—dice el Señor—.
(Hageo 1:7 y 8)

Una vez más, el Señor nos llama a reflexionar.  La verdad es que Él no está feliz: Estamos descuidando su casa.  ¿Quieres ver su gloria?  Podemos creer que su gloria cae con ciertas alabanzas, pero vemos su gloria cuando caminamos en obediencia a su voluntad, dándole prioridad.  Dios quiere manifestar su gloria. ¿Cuándo fue la última vez que la viste?

»Ustedes esperan mucho,
pero cosechan poco;
lo que almacenan en su casa,
yo lo disipo de un soplo.
¿Por qué? ¡Porque mi casa está en ruinas,
mientras ustedes sólo se ocupan de la suya!
—afirma el Señor Todopoderoso—.
(Hageo 1:9)

Cuando Dios no ocupa el primer lugar en tu vida, Él va a frustrar todo lo que haces. Dios es un dios celoso.  Exige el primer lugar en tu vida.

»Por eso, por culpa de ustedes, los cielos retuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus productos.  Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el trigo y el vino nuevo, sobre el aceite fresco y el fruto de la tierra, sobre los animales y los hombres, y sobre toda la obra de sus manos.» (Hageo 1:10 y 11)

Muchas partes del mundo están sufriendo una sequía.  ¿Podría ser el juicio del Señor?  ¿Hay una sequía en tu vida?  ¿En tu iglesia?  ¿Es posible que Dios tenga un mensaje para ti?  Vemos claramente que Él controla toda la naturaleza.  Podemos hacer todo lo posible para prosperar, pero si Dios no ocupa el primer lugar, estamos luchando contra Él.

Zorobabel hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y todo el resto del pueblo, obedecieron al Señor su Dios, es decir, obedecieron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor su Dios había enviado. Y el pueblo sintió temor en la presencia del Señor. Entonces Hageo su mensajero comunicó al pueblo el mensaje del Señor: «Yo estoy con ustedes. Yo, el Señor, lo afirmo.» Y el Señor inquietó de tal manera a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y a todo el resto del pueblo, que vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor Todopoderoso.  Era el día veinticuatro del mes sexto del segundo año del rey Darío. (Hageo 1:12-15)

Por desgracia, es posible reconocer que estamos descuidando la casa de Dios y confesar nuestras faltas, y todavía no cambiamos. Ve cómo respondieron aquí:

  • Reconocieron la autoridad del varón de Dios, el profeta Hageo.  A veces, si la palabra que el Señor nos da a través de un pastor no nos agrada, simplemente vamos a otra iglesia, cambiamos el canal en la televisión o el sitio web,  o cuestionamos si realmente es de Dios.  Es peligroso no estar bajo la autoridad de un pastor.  Para prosperar espiritualmente tenemos que estar en una buena iglesia para escuchar la Palabra de Dios.
  • Obedecieron la Palabra.  Cuando el Señor nos habla en la Biblia, o en la palabra profética o predicada, no hay otra opción.  Si no obedecemos, estamos en pecado y rebelión.  Casi nunca es fácil obedecer, pero la bendición de Dios acompaña a la obediencia.
  • Se quedaron en la verdadera presencia de Dios.  Muchas veces tratamos de fabricar la presencia de Dios con música de adoración y cosas que han traído su presencia en el pasado.  Cuando Dios está trabajando en tu vida, busca su presencia.  Rara vez la encuentras mirando televisión, en la computadora, en el cine o en los restaurantes.  Por desgracia, muchas veces tampoco la encontramos en la iglesia.  Puede ser a solas con el Señor, con algunos hermanos en ayuno y oración, o en la naturaleza.  En su presencia, al ver su grandeza, uno siente reverencia y temor.  En su presencia podemos escuchar su voz.  Muchas veces no escuchamos la voz de Dios porque tenemos prisa, hacemos mucho ruido y no la esperamos.
  • Cuando Dios sabe que le buscamos con todo nuestro corazón, Él responde, a pesar de nuestros fracasos. Aquí Él simplemente dijo: Yo estoy contigo.  ¿Qué más quieres? Por mi parte, puedo estar en pruebas y situaciones casi imposibles, pero si tengo la confianza de que Dios está conmigo, yo sé que todo va a estar bien. Si Dios es por ti, ¿quién contra ti? Perder su presencia, alejarse de ella o ser abandonado por Dios es lo peor que yo puedo imaginar.
  • Ahora Dios se levanta y trabaja.  Él inquieta el espíritu de los líderes y del pueblo para volver a construir el templo.  Es el Espíritu Santo quien convence del pecado.  Algunos pastores exhortan y reprenden a sus iglesias porque no están trabajando en la obra del Señor.  Usan la culpa y la presión para obligar a la gente a trabajar.  Pero eso no funciona.  Tenemos que pasar por este proceso, y luego el Señor hará la obra. ¿Hay una inquietud en tu corazón?  ¿Es posible que el Señor está inquietándote para hacer algo?  Cuando estamos en la voluntad de Dios y caminamos en obediencia a su Palabra, Él hará milagros para cumplir sus propósitos.

Yo creo que Dios quiere usar Hageo 1 para llamarte a reflexionar sobre tu proceder.  Hay cosas que Él quiere hacer en ti, y a través de ti. Está preparando la novia de su Hijo.  Está edificando una casa.  Y tú tienes parte en esa obra.  Si tus prioridades son desordenadas, ya es hora de arreglarlas. Puede ser que te hayas sentido tan frustrado e insatisfecho que estás a punto de tirar la toalla en esta vida cristiana.  ¡No lo hagas!  ¡Dios tiene cosas muy lindas para ti! Él quiere llenar tu vida con su presencia, pero tiene que ser a su manera.