Permanecer en Jesús: 1 Juan 2:24-3:3

A la luz de estas mentiras y engaños, ¿qué puedo hacer para permanecer fiel en Jesucristo y su Padre?

24 Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre. 

Aférrate a los cimientos del evangelio. Cuidado con la “nueva revelación.” El evangelio no cambia. Algunos tienen que volver a la sencillez de los fundamentos de las buenas nuevas, y permanecer en ellos.

¿Qué es la promesa que recibimos como nuevos creyentes? ¿Por qué habla de esta promesa aquí?

25 Esta es la promesa que él nos dio: la vida eterna.

La promesa es la vida eterna. Jesús dijo en Juan 17:3:

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.

La vida eterna no es tanto una cuestión de tiempo ilimitado, sino de una relación con el Padre y su Hijo.

Al principio, mencionar esta promesa aquí, en medio de hablar sobre el anticristo, parece fuera de lugar. Pero es uno de los fundamentos de la fe, y algo que fácilmente podemos perder de vista si no nos metemos en la Biblia. Sobre todo, perdemos ese conocimiento real de Jesucristo.

¿Hubo engañadores en la iglesia en el primer siglo?

26 Estas cosas les escribo acerca de los que procuran engañarlos. 

Sí. Siempre tenemos que averiguar si algo es la verdad y estar atentos a los falsos maestros que a propósito quieren engañarnos. Este es otro propósito de la carta: advertirles del error de los falsos maestros.

27 En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó.

¿Juan quiere decir que no hay necesidad de maestros en la iglesia para enseñar la Biblia? ¿Solo ser instruido por el Espíritu Santo?

No, porque él mismo los enseña en esta carta. Ciertamente deben tener cuidado con la enseñanza que escuchan, pero Juan quiere edificar su confianza en la enseñanza que ya recibieron. Siempre tienen esa unción, esa presencia del Espíritu, para enseñarles. No es automático que esta unción permaneciera en nosotros. Hay cosas que hacemos para permanecer, tal como Jesús nos enseña en el capítulo 15 de Juan.

¿Por qué dice que la unción es auténtica? ¿Hay unciones falsas?

Puede ser que algunos de estos anticristos y falsos maestros estuvieran cuestionando el don del Espíritu Santo. Sabiendo que el Espíritu nos guía a toda la verdad, posiblemente pongan en duda el bautismo en el Espíritu Santo y sus manifestaciones. En medio de tanta falsedad hoy, esa unción verdadera es más valiosa que nunca.

Juan da a entender que hay falsas unciones, que no vienen de Jesús. No están centradas en Cristo. Se basan en la enseñanza de los hombres y no en las verdades bíblicas o de Cristo. Está confrontando los inicios del Gnosticismo y su enseñanza de un conocimiento que sólo unos pocos pueden recibir.

¿Qué es la mejor manera de guardar el Espíritu?

Permanecer en Jesús (ve Juan 15) y guardar sus enseñanzas.

28 Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.

¿Por qué los llama “hijos”?

Aunque Jesús dijo que no debemos llamar a nadie en la tierra “padre” (Mateo 23:9), es normal ver a alguien que trae el mensaje de salvación como un padre espiritual. El pastor mira a su rebaño con el cariño de un padre. Es una expresión del amor que es un tema tan importante en esta carta.

¿Qué sucederá cuando Cristo viene otra vez y se manifiesta aquí en el mundo?

Tenemos que presentarnos ante él. Si no hemos permanecido en Jesús, si he abierto mi vida al engañador, puedo avergonzarme. La meta es presentarnos con confianza, sabiendo que hemos rechazado la mentira y mantenido nuestra fe y relación con él. Un énfasis importante del Nuevo Testamento, uno que casi hemos perdido hoy, es la vida eterna y el juicio venidero. Permanecer en Jesús no es solo disfrutar de una buena relación y oraciones contestadas ahora, sino estar preparado para ver a Jesús cara a cara.

29 Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.

Cuándo dice “todo el que practica la justicia”, ¿incluye a alguien que no ha aceptado a Jesus? ¿No es cierto que hay inconversos que practican la justicia?

Depende de cómo definimos “practicar la justicia,” porque la Biblia dice que nuestra justicia es como trapos de inmundicia. Cristo es nuestra justicia; por la fe en él podemos participar en esa justicia. La meta de ser justo es la justicia de Cristo; sin él, nadie puede lograr eso, sin importar las buenas obras que haga.

1 Juan capítulo 3

1¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!

Es cierto que parece increíble que realmente seamos hijos de Dios. Pero, ¿qué significa?

Es una manifestación del amor infinito de Dios por nosotros y de su misericordia, que a pesar de nuestra rebeldía, nos incluye en su familia. Ser hijo no es solo un gran privilegio, sino también una responsabilidad. Ahora representamos a nuestro Padre y tenemos que honrarlo y obedecerlo, tal como un hijo honra a su padre terrenal. También tenemos el privilegio de tener multitudes de hermanos. ¡El cristiano nunca debe sentirse solo! Y también tenemos la responsabilidad de amar, cuidar y convivir con esos hermanos en paz y armonía.

¿Qué significa para nuestra relación con el mundo?

El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. 

Para alguien que no cree en Dios y no reconoce a Jesús como su Señor y Salvador, suena ridículo decir que soy un hijo de Dios. Primero tienen que conocer a Dios, y luego pueden entender algo del gran amor de Dios para adoptarnos como sus hijos.

Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser.

¿Qué significa para mí en el futuro ser un hijo de Dios?

No conocemos todos los detalles de lo que Dios tiene preparado para sus hijos, pero sabemos que tiene que ser bueno, más allá de lo que pudiéramos imaginar. Solo experimentamos una pequeña parte de la filiación ahora. Cualquiera que afirme tener la manifestación completa de un hijo de Dios niega esta escritura.

Hay dos cosas asombrosas que sí sabemos sobre el futuro:

Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. 

  1. Veremos a Cristo tal como es. Juan lo vio así en parte en el Monte de la Transfiguración, pero su majestuosidad y su belleza serán abrumadoras. Estar en su presencia nos transformará.
  2. Seremos semejantes a él. No divinos, pero muy cercano. Lee los evangelios para hacerte una idea de cómo serás. Imagina a multitudes, cada uno con su personalidad, pero todos llenos del amor y el poder de Cristo.

¿Qué impacto tiene en nosotros ahora esta esperanza de transformación?

Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Notamos esta palabra “todo” varias veces en esta carta. Esta experiencia de filiación no es solo para algunos cristianos muy espirituales, sino para todos los creyentes. La clave es tener la esperanza que esa posición y ese privilegio sean reales. El resultado de la esperanza es algo tal vez inesperado: se purifica a sí mismo.

¿Puede la esperanza purificarnos? Yo siempre pensé que era la sangre de Jesus que me purifica.

Así es, pero acaba de decir que seremos semejantes a él, y dado que Jesús es puro, nosotros seremos puros también. La esperanza de esa relación y de ese futuro nos purifica. Odiamos el pecado. Queremos ser como nuestro Señor. Lo que nos lleva a una conversación más profunda sobre el pecado.

 

El anticristo 1 Juan 2:18-23

Ahora nuevamente las palabras “Queridos hijos” señalan un cambio del tema:

18 Queridos hijos, esta es la hora final, y así como ustedes oyeron que el anticristo vendría, muchos son los anticristos que han surgido ya. Por eso nos damos cuenta de que esta es la hora final. 

¿Por qué introduce aquí Juan el tema del anticristo?

Acaba de hablar de cómo el mundo se acaba. Está pensando del conflicto entre el mundo y el creyente. La presencia de anticristos es una manifestación de esa lucha. Es importante recordarnos de que los anticristos no permanecerán.

¿Por qué dice en el primer siglo que muchos anticristos ya habían surgido? Yo creía que el anticristo vendría como parte de la gran tribulación.

A lo largo de la historia muchos han luchado contra todo lo que Cristo es. Es un espíritu maligno que desde la encarnación de Cristo ha tratado de destruirlo. Parece que habrá un último y más poderoso anticristo durante la tribulación.

¿Cómo sabe Juan que es la hora final? Si esa fue la hora final, ¿en qué hora estamos ahora después de 2000 años?

Cristo dejó a sus discípulos con la expectativa de su regreso inminente. La iglesia primitiva vivía con esa expectativa, y Cristo quiere que nosotros vivamos como si él pudiera venir en cualquier momento. La Biblia se refiere a todo el tiempo entre la muerte de Jesús y su regreso como los últimos días o la última hora. Claramente estamos más cerca ahora que cuando Juan escribió esta carta. La presencia de anticristos es la confirmación para Juan de que es la última hora.

¿Ya hay anticristos en el mundo?

Si Juan creía que había anticristos en ese día, seguramente hay muchos ahora. La Biblia nunca nos anima a buscar y señalar a los que son anticristos, pero obviamente necesitamos discernimiento para no ser engañados por ellos. Tiene sentido que más cerca del regreso de Cristo habrá más anticristos.

19 Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.

¿Significa que hay anticristos en mi iglesia ahora? ¿Que no son necesariamente de otras religiones? ¿Pueden ellos tener la apariencia de buenos cristianos?

Así dice Juan. Él dice que nunca fueron salvos. Posiblemente fueron la cizaña que Cristo describió en Mateo 13:24-30. Parece que no querían someterse al liderazgo de la iglesia. Tal vez se fueron para levantar otra iglesia. Obviamente no podemos señalar a cada persona que sale de una iglesia como un anticristo, pero es probable que algunos que salen en rebeldía y enseñan mala doctrina sean anticristos.

20 Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad.

¿Qué es la diferencia entre un anticristo y un verdadero cristiano?

El cristiano tiene la unción del Espíritu Santo; el anticristo nunca tiene el Espíritu. Y, como su jefe, el diablo, el anticristo habla mentiras, o medias verdades. El Espíritu guía al cristiano a toda la verdad. Hoy más que nunca es importante conocer la verdad y estar centrado en la Palabra de Dios.

¿Es posible que un cristiano sea engañado?

21 No les escribo porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 

Este versículo no contesta esa pregunta explícitamente, pero hay una advertencia sutil para cada creyente. Juan no escribiría tan extensamente sobre el tema si él no creyera que es posible. En primer lugar, hay algunos que ignoran la verdad. Ya saben lo que dice la Biblia pero toman la decisión de ignorarlo, porque la mentira les parece más atractiva. Segundo, tenemos que identificar la raíz de alguna enseñanza. La mentira no procede de la verdad; proviene de la perversidad del padre de la mentira. Y la mentira se centra en la naturaleza de Jesús: El anticristo niega que Jesús sea el Mesías, el Salvador del mundo. Aunque dice que cree en Dios, si niega a Jesús, también niega a su Padre que lo envió al mundo.

¿Es posible que alguien se salve si cree en Dios, pero no cree que Jesús es divino ni es el Hijo de Dios?

23 Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.

Jesús es el único camino al Padre (Juan 14:6). La persona que niega a su Hijo no puede tener al Padre.

 

El mundo 1 Juan 2:15-17

Esa lucha (y victoria) contra el maligno lleva a Juan a hablar más sobre el mundo y los enemigos que batallamos.

¿Cómo nos relacionamos al mundo?

15 No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. 

Ese mandato es muy inclusivo. Dice que un amor al mundo significa que no tenemos el amor del Padre. Son mutuamente excluyentes: O amas al mundo o amas a Dios. Pero no pueden ser ambos.

¿Significa que estoy en pecado o incluso inconverso si amo mi casa, o algún lugar natural o algún restaurante?

Juan quiere dejar claro que no es algo nebuloso; no amar al mundo significa que no amamos nada en él. Podemos pensar en lo que dijo Jesús:

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo (Lucas 14:26).

Por supuesto, no es pecado amar a tu mamá. Es una cuestión de qué ocupa tu corazón.

Entonces, ¿por qué dice Juan 3:16 “De tal manera amó Dios al mundo…”?

Es cierto que Dios creó el mundo, y lo ama lo suficiente para enviar a Jesús a morir por nosotros. Cuando la Biblia habla del “mundo” se refiere al sistema mundial que está bajo el control del maligno. La triste realidad es que muchos cristianos aman las cosas del mundo, y se dedican a conseguir muchas de ellas. El uso de su tiempo los traiciona; pasan mucho más tiempo involucrados en las cosas del mundo que en las cosas de Dios.

¿Cuáles son algunas de las cosas del mundo a las que Juan se refiere?

16 Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo. 

Juan repite que nada de lo que hay en el mundo es de Dios. Luego menciona tres cosas específicamente que no provienen de Dios, sino del maligno, quien quiere dominar en la tierra:

  1. Los malos deseos de la carne (NBLA: la pasión de la carne; NTV: intenso deseo por el placer físico). Nuestros apetitos sensuales. Automáticamente pensamos en el sexo, pero puede ser comida, poder u otro placer. No significa que el sexo en el contexto del diseño de Dios es malo, pero deseos desordenados son característicos del hombre caído.
  2. La codicia de los ojos (TLA: la ambición de tener todo lo que vemos). Cuando vemos algo, lo queremos. De nuevo, muchos piensan en la lujuria y la codicia del hermoso cuerpo de alguien. Los medios fomentan la codicia y el deseo de adquirir más y más.
  3. La arrogancia de la vida (NTV: el orgullo de nuestros logros y posesiones). El orgullo fue una gran parte de la caída de Satanás. Aquellos que han logrado el éxito a los ojos del mundo suelen ser especialmente arrogantes. Toca la forma de vida del mundo, la buena vida, y sus casas, carros, ropa y todo lo que hemos logrado en nuestras fuerzas.

¿Qué puedo hacer para evitar estas trampas?

Aprende a controlar tus apetitos y ejerce el dominio propio. Disfruta de las relaciones íntimas con tu pareja en el contexto del matrimonio, y evita a toda costa la pornografía. Combata el impulso de dormir cuando sabes que debes orar, y come solo lo que necesitas.

El ojo es la lámpara del cuerpo. Hoy el ojo es el punto de acceso para presentar muchas cosas para codiciar. La vida de muchos está centrada en las pantallas: el celular, la tele y la compu. Lamentablemente, es demasiado fácil codiciar la buena apariencia y estado físico de alguien, su hermosa familia o casa, o su éxito.

Humíllate ante el Señor. El orgullo es una parte normal de nuestra naturaleza caída. Sométete a Dios y las autoridades que él ha establecido, y lucha contra la soberbia.

17 El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

¿Cuál es una diferencia entre el mundo y el creyente?

El mundo y todo lo que hay en él, incluso la persona sin Cristo y todos los malos deseos de la carne, se acaban (aunque esa persona pasará una eternidad separada de Dios en el infierno). Así como un anciano pierde su fuerza y su belleza, muchos ya han perdido dinero y posición en el mundo y saben los transitorios que son. El discípulo de Jesús permanece para siempre; tiene vida eterna.

Dices “discípulo de Jesús” en lugar de “cristiano.” ¿Por qué? ¿Qué es el signo de un discípulo? ¿Qué es necesario para permanecer para siempre?

Juan dice que es hacer la voluntad de Dios. Obedecerlo. Andar en la luz. Dejar el pecado. Aquí no es una cuestión de repetir una oración o asistir a la iglesia. Es hacer la voluntad de Dios. Tal vez Juan estaba pensando en estas palabras solemnes de Jesús en el Sermón del Monte:

»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!” (Mateo 7:21-23)

 

Palabras para hijos, padres y jóvenes 1 Juan 2:12-14

Reflejando sobre estas verdades motiva a Juan a escribir algo que parece ser una forma de poesía, o un dicho:

12 Les escribo a ustedes, queridos hijos,
porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo.
13 Les escribo a ustedes, padres,
porque han conocido al que es desde el principio.
Les escribo a ustedes, jóvenes,
porque han vencido al maligno.
Les he escrito a ustedes, queridos hijos,
porque han conocido al Padre.
14 Les he escrito a ustedes, padres,
porque han conocido al que es desde el principio.
Les he escrito a ustedes, jóvenes,
porque son fuertes,
y la palabra de Dios permanece en ustedes,
y han vencido al maligno.

¿Quiénes son los hijos, los padres y los jóvenes que Juan señala aquí? ¿Por qué se repiten? ¿Y no se aplican estas verdades a todos ellos?

Juan piensa en todos los creyentes como sus hijos. Los padres son mayores (la NTV dice: los que son maduros en la fe), más experimentados en el Señor. Los jóvenes tienen su lucha particular con la carne y el pecado. Pueden ser jóvenes en edad o jóvenes en su fe en Cristo. Es cierto que se aplican a todos, pero Juan quiere animar y afirmar lo que cada uno vive.

¿Qué dice para cada grupo en particular?

Juan llama sólo a los hijos “queridos.” Es obvio que él ama a todos, pero para ellos él tiene el corazón de un padre. Ellos tienen el fundamento de la vida cristiana: El perdón de pecados y una relación con el Padre. (Jesús dijo en su oración en Juan 17:3: Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.)

A los padres solo dice que han conocido “al que es desde el principio.” Algunas traducciones aclaran que es Jesús, como la TLA: porque conocen a Jesús, quien ya existía desde antes de que Dios creara el mundo.

Los jóvenes tienen la lucha más intensa contra el maligno, pero Juan dice que lo han vencido. Son fuertes, y son estudiados de la palabra, la cual permanece en ellos.

Obviamente, son cualidades que todos deseamos: una relación personal con el Padre y su Hijo, la victoria sobre el maligno, la fuerza y la valentía, y que la palabra de Dios permanezca en nuestros corazones.

 

El nuevo mandamiento: 1 Juan 2:7-11

Queridos hermanos, lo que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. 

¿Cuál es este mandamiento antiguo?

Todos hemos oído hablar de los Diez Mandamientos. En la Ley de Moisés hay 613 mandamientos. Pero Jesús dijo que los dos grandes mandamientos antiguos son:

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente.” Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.  De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas (Mateo 22:37-40).

Por otra parte, lo que les escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera.

¿Cuál es el mandamiento nuevo?

Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros. (Juan 13:34-35)

Cuando pensamos en vivir como vivió Jesus, tendemos a pensar en milagros y en una vida libre del pecado. Por supuesto, incluye eso. Pero en esta carta, y en obediencia a este mandamiento nuevo, lo más importante es una vida de amor. ¿Quién no quiere amar y ser amado? Andando como Jesús anduvo, vamos a experimentar el amor como nunca antes.

Con eso, Juan vuelve a otro tema importante de la carta: la luz. Sabemos que Cristo es la luz (Juan 1:4 y 5; 8:2), y nosotros somos la luz del mundo (Mateo 5:14-16). Hay un conflicto entre la luz y las tinieblas. Aún existe mucha oscuridad en este mundo, pero “se va desvaneciendo”, “está desapareciendo” (NTV). Él es la luz verdadera, que brilla cada vez más fuerte, y que hace que la oscuridad vaya disminuyendo (TLA). Es parte de esa tensión que sentimos todos los días. Tenemos las primicias y queremos extender el Reino de Dios, pero somos tentados a volver a las tinieblas. Es posible pasar entre las tinieblas y la luz, dependiendo de las decisiones que tomamos.

¿Qué es un signo de estar en las tinieblas?

El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. 

Aquí nuevamente vemos la importancia de las acciones para confirmar lo que decimos. Una confirmación de estar en la luz es el amor que tenemos por nuestros hermanos. Podemos decir que el verdadero amor (el amor ágape, no el amor eros que el mundo equipara con el amor) es una característica de la luz, y el odio es una característica de la oscuridad. Es una completa contradicción decir que ando como Jesús, en su luz, y odiar a mi hermano.

¿Cuánto de este amor observas en tu iglesia? ¿En tu propia vida y familia? Si hay odio en ti, debes resolverlo con la ayuda de Dios.

¿Cuáles son dos beneficios de amar a mi hermano?

10 El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar. 

Además del buen compañerismo y el bienestar que experimentamos cuando amamos, Juan nos brinda dos beneficios poderosos:

  1. Permanecemos en la luz.
  2. Nos libramos de tropiezos. ¡Qué maravilloso! ¿Qué te hace tropezar? Juan dice que si amamos a nuestros hermanos, no habrá nada nos hará tropezar. Literalmente, dice “no hay causa de tropiezo en él” (NBLA). Depende de la traducción; algunas Biblias traducen que no hay nada en nosotros que haga tropezar a otros (NTV: no hace que otros tropiecen), o puede que seamos nosotros mismos los que no tropecemos.

El hecho es que el amor es poderoso, y tan importante para Juan que usa la palabra griega para “amor” (ágape) 43 veces en la carta.

¿Qué es el fruto del odio en la vida de un cristiano?

11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.

El que odia no experimenta la presencia y la luz de Jesús. Permanece en la oscuridad y anda como un ciego. Impacta toda la vida. Pierde la visión de la voluntad de Dios, se confunde y vaga sin rumbo y sin dirección. No importa si va a la iglesia o tiene ministerios en ella. No tendrá verdadera comunión con otros (1:7) y probablemente tendrá otros pecados ocultos.

 

¿Conoces realmente a Dios? 1 Juan 2:3-6

¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios?

A veces tengo dudas si realmente soy salvo. ¿Es posible estar seguro?

Esta es la primera de varias pruebas en esta carta para nuestra salvación. Existen muchas respuestas a esta pregunta en la iglesia actual. Para muchos, es el simple acto de pasar al frente de una iglesia y hacer una oración de entrega a Dios. Pero según Juan, es más complicado. Su primera prueba:

Si obedecemos sus mandamientos.

Sabemos que somos salvos por la gracia de Dios, mediante nuestra fe en su provisión de un Salvador. Pero cuando alguien nace de nuevo y es salvo, debe haber una transformación en esa persona. Ya tiene el Espíritu Santo y el poder sobrenatural para obedecer a Dios. El Señor quita la rebelión,  y nos da el deseo de agradar a nuestro Dios. Reconocemos que su yugo es fácil y ligera su carga. Sus mandamientos existen no para frustrarnos, sino que son las guías sabias para ordenar la vida y experimentar la vida abundante.

Esta es también la primera de 42 veces que Juan usa los dos verbos griegos para “saber”. El gnosticismo ya estaba apareciendo en la iglesia primitiva, una herejía que creció en el siglo II y predicaba un conocimiento secreto que solo unos pocos pueden alcanzar. Eso, no la fe en Cristo, fue la salvación, la cual es escapar del cuerpo. Decían que sólo el espíritu es bueno; el cuerpo es malo.

El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. 

Algo anda mal, hay una contradicción fundamental, si una persona realmente conoce a Dios pero no le obedece. De nuevo, Juan habla de verdades y mentiras. La persona que vive así vive una ilusión. No se dedica a aprender acerca de los mandamientos de Dios ni le importa obedecerlos. No entiende lo que significa tener a alguien como Señor y Maestro. ¿Cómo está tu obediencia?

Escucho a otros hablar sobre el amor de Dios, pero siento que no he experimentado ese amor. ¿Estoy haciendo algo malo? ¿Estoy en pecado? ¿Cómo puedo experimentar ese amor?

En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra.

Vamos a ver una conexión intima entre la obediencia y el amor. La prueba de nuestro amor a Dios es la obediencia, y lo que desata el amor de Dios en nosotros es nuestra obediencia. El griego dice que “verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios” (NBLA) en la persona obediente. ¡Qué maravilloso saber que el amor de Dios se puede perfeccionar en tu vida!

En esta misma carta, Juan declara que Dios nos amó primero. Respondemos a ese amor con una entrega a su señorío y la confesión de nuestro pecado. Entonces, asombrados por tan grande amor, le obedecemos, y su amor se hace más manifiesto en nosotros. Si su amor no se manifiesta, a menudo hay un problema con nuestra obediencia. Dice aquí que es la obediencia a su palabra. Tenemos que escuchar la palabra predicada y enseñada en la iglesia (y ser parte de una iglesia centrada en esa palabra), y estudiar la palabra a solas, con el corazón abierto y deseoso de ver algo que pueda obedecer, porque quiero agradar a mi Dios. Algunos esperan una palabra profética o hablada a su espíritu para obedecer, pero esta relación de amor inicia con nuestra obediencia a la palabra escrita de la Biblia.

De este modo sabemos que estamos unidos a él: 

¿Cuál es la segunda prueba de nuestra salvación en esta carta?

el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió. (O “andar como él anduvo.”)

Me parece imposible. ¿No es solo para pastores o algunos cristianos muy especiales?

Juan describe la relación del creyente con su Señor de tres maneras en estos versículos. En dos casos, habla de la persona que “afirma” esta relación. Es obvio que cree que es salvo, pero ya en el verso 4 Juan dice que es posible afirmar algo con la boca, pero si no hay evidencia, si no hay fruto, esa persona no tiene la verdad y es un mentiroso.

Jesús habló de permanecer en él, y Juan lo registró en su evangelio:

Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.

Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá (Juan 15:4-7).

La expectativa es que cada creyente permanezca en su Señor. Separado de él, no puedes hacer nada, y te quemarás. La meta parece muy alta, pero al mismo tiempo debe dejarte muy emocionado: ¡Es posible vivir como vivió Cristo! ¡Es la voluntad de Dios para ti! Su vida en esta tierra fue un ejemplo, un modelo, de lo que tú puedes vivir, de cómo tú puedes andar. De hecho, Cristo dijo:

Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre (Juan 14:12).

Es algo tan fundamental, tan importante, pero algo ignorado por muchos predicadores y cristianos. Yo he escrito una serie de cuatro libros sobre el tema (la serie se llama Andar como Jesús anduvo).

El verdadero cristiano debe andar como Jesús anduvo.

 

Vivir en la luz: 1 Juan 1:3-2:21

¿Cuál es el propósito de Juan al escribir esta carta?

Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 

Vamos a ver varios propósitos, pero el primero es que tengamos comunión (griego: koinonia) con “nosotros;” con Juan y probablemente los demás apóstoles. Pero la comunión más importante es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Juan afirma la asombrosa posibilidad de que, al recibir y poner en práctica el contenido de esta carta, es posible para ti tener esa misma comunión con el Padre y su Hijo. ¿Puedes decir que ya la tienes? ¿La quieres?

Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.

¿Cuál es el segundo propósito de la carta?

Para que sea completa la alegría. Puede ser nuestra alegría, al escuchar y poner en práctica estas verdades, o puede ser la alegría de Juan y sus compañeros, sabiendo que han sido testigos fieles. La NTV lo resuelve así: Escribimos estas cosas para que ustedes puedan participar plenamente de nuestra alegría.

¿Dirías que tu alegría es completa? ¿Cómo sería tener alegría completa? Estudia la carta cuidadosamente para ver cómo puedes aumentar tu alegría.

5 Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. 

¿Cuál es la responsabilidad de Juan?

Cuatro veces en estos primeros versículos Juan repite “les anunciamos” lo que han experimentado. Son testigos; ellos “dan testimonio” de la Vida. Fue la Gran Comisión de Jesús; alguien tan privilegiado de saber personalmente cómo transformar la vida tiene la responsabilidad de anunciarlo al mundo.

¿Anuncias las Buenas Nuevas a tu familia y amigos?

¿Cuál es el primer punto del mensaje que Juan anuncia en esta carta?

Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. Empezamos con: ¿Quién es Dios? Vamos a ver un énfasis en la carta sobre la santidad y la necesidad de apartarse del pecado. Juan quiere que la luz de Dios brille en nuestros corazones para revelar toda iniquidad y dejar claro que no es posible tener comunión con Dios ni con otros si hay oscuridad en nosotros. Es el conflicto entre el Reino de la Luz y el reino de las tinieblas. Fue la oscuridad en nuestros corazones lo que hizo necesario que Jesús muriera como sacrificio por nuestros pecados.

Anunciar el evangelio le permite a Juan brillar esa luz, y a través del amor y el buen testimonio ser un ejemplo de la luz en este mundo oscuro. ¿Cómo está tu luz? ¿Tu testimonio y ejemplo?

Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. 

¿Cómo puede un cristiano traicionar la luz y ser engañado?

El ejemplo es más importante que la palabra de nuestra boca. Es obvio que Juan está hablando aquí de alguien que se llama a sí mismo “cristiano.” Esta persona dice que tiene comunión con Dios. Puede ir a la iglesia, leer la Biblia e incluso orar. Pero si vive en la oscuridad, es imposible tener comunión con un Dios que es luz. Es una total contradicción.

Un tema importante en esta carta es la verdad. Esta es la primera de cinco veces que Juan propone la posibilidad de “cristianos” mentirosos. El diablo es un engañador, el padre de la mentira. Más que nunca, hoy es importante saber la verdad. ¡Hay muchas voces en internet! A menudo es difícil discernir entre la verdad y la mentira.

Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.

¿Cuáles son algunos de los resultados de vivir en la luz?

  1. Tenemos comunión con otros creyentes, y con Dios. El pecado nos separa de Dios y de otros. La persona de vida transparente, que vive en la luz, tiene comunión con otros que están en la luz. Obviamente, no tiene comunión con el diablo, ni con los que viven en tinieblas. Si hay un problema con tu comunión con Dios o con otros, examina tu corazón a ver si hay pecado. O puede ser que la otra persona no viva en la luz, y por lo tanto rompa la comunión contigo.
  2. La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. ¡Aleluya! ¡Hay perdón de pecado! ¡No hay ningún pecado que la sangre de Jesús no sea suficiente para limpiar! Pero la persona que esconde su pecado, lo niega y vive en las tinieblas, no recibe esa limpieza.

La palabra para “pecado” aparece 27 veces en el griego original. Juan denuncia el pecado mientras postula aquí (la primera de varias veces) que tenemos que seguir el ejemplo de nuestro Señor, andar como él anduvo y vivir en la luz como él está en la luz.

Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. 

¿”Vivir en la luz” significa que ya no pecamos?

No, significa que no estamos ocultando nada. Somos honestos con Dios, con nosotros mismos y con los demás. Permitimos que la luz del Espíritu Santo revele el pecado en nuestros corazones. Juan ya dijo en el verso 7 que la sangre de Jesús limpia el pecado, incluso de la persona que vive en la luz.

Pablo escribió en Romanos 3:23 (NTV):

Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.

El mismo Pablo, el gran apóstol, dijo:

“La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores», de los cuales yo soy el peor de todos (1 Timoteo 1:15, NTV).

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. 

¿Cuál es la clave para recibir el perdón de Dios?

No es ser perfecto, sino honesto. Cuando confesamos sinceramente nuestro pecado, entonces Dios puede perdonarlo. Si negamos que hemos pecado, no hay nada que perdonar.

¿Puedo tener la certeza de que soy perdonado?

Sí, se basa en el carácter de Dios: Él es fiel y justo. Él honra la sinceridad y quiere limpiarnos y liberarnos del pecado. Tenemos una promesa muy clara aquí a la que tú puedes aferrarte para darte esa certeza: Dios te perdonará y te limpiará de toda maldad. No solo para perdonar el pecado, sino para limpiarte de toda maldad.

10 Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.

¿Por qué Juan repite lo que acaba de decir?

Es un fundamento de la vida transformada: Vivir en la luz, en la verdad. Si no vemos nuestra necesidad de un Salvador, si no creemos que tenemos pecado, Dios no puede librarnos del pecado. Negamos todo el propósito de la vida de Jesús y su sacrificio en la cruz. Peor aún, ahora Juan dice que hace a Dios mentiroso, ya que él dice claramente que todos pecamos. El capítulo 15 de Juan habla de la importancia de permanecer en Cristo y que su palabra permanezca en nosotros. La persona que niega su pecado tiende a ignorar la Biblia y no meditar mucho en su mensaje. La Biblia sirve como una luz que Dios utiliza para revelar nuestros corazones.

1 Juan capítulo 2

1Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen.

¿Por qué los llama hijos?

Es un término de cariño y ternura, que el mismo Jesús usó para sus discípulos (Juan 13:33). Hay hijos espirituales también, quienes recibieron a Cristo y son discipulados por un “padre” en la fe, como Pablo y Timoteo (1 Timoteo 1:2).

¿Cuál es el tercer propósito de la carta?

Que no pecamos.

Eso es difícil. Si peco, ¿he perdido mi salvación?

Pero, si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. 

Dios sabe que pecamos. Acabamos de decir que la persona que dice que no peca es mentirosa y engañada. Hemos visto que la clave es la honestidad: confesar con un arrepentimiento genuino que hemos pecado y pedir el perdón. Vivir en la luz.

No solo en esta cuestión del perdón, sino en toda la vida Dios nos ha dado una provisión maravillosa: Un intercesor, un abogado, un sumo sacerdote que está siempre ante su Padre intercediendo por ti. La palabra “intercesor” en el griego es “abogado” o “defensor.” Él es justo, y como el Hijo de Dios, el Padre siempre responde a su intercesión. Este abogado siempre gana su caso.

Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.

¿Hay algún límite para este perdón? A menudo pienso que he cometido el mismo pecado demasiadas veces, y que Dios ya no puede perdonarme.

No, no hay  un límite para este milagro del perdón de Dios. En lugar de muchos sacrificios de becerros y corderos, Jesús fue el sacrificio que pagó el precio de todos los pecados del mundo por toda la historia. Pero no es automático. Hay condiciones para ese perdón (entre ellas, tenemos que confesarlo, tener fe en Jesús y nacer de nuevo), pero su sacrificio es eterno y universal. Cubre todo pecado, no sólo de unos pocos escogidos, sino de todos los que reciban a Jesús.

La palabra griega que la NVI traduce como “sacrificio” es “propiciación.” No es una palabra común, pero es muy rica. El Diccionario Real Academia Española la define como:

Sacrificio que se ofrecía en la ley antigua para    aplacar la justicia e ira divina y tener a Dios propicio.

El Diccionario Bíblico Sencillo:

Aquel aspecto de la muerte de Cristo en el que vindicó el carácter santo y recto de Dios, y en virtud del cual Él puede ser propicio, o misericordioso, a todo el mundo.

 

El discípulo que Jesús amaba: Un estudio de las cartas de Juan

Hoy publico un nuevo libro sobre las cartas de Juan. Aquí están la introducción y primer capitulo:

Introducción

 

¿Cómo sería conocer al discípulo que tal vez tenía la relación más íntima con Jesucristo? Estaba allí en el Monte de Transfiguración. Se reclinó sobre el pecho de Jesús en el Aposento Alto. Desde la cruz, Jesús lo designó para cuidar de su madre, María. Escribió el evangelio más íntimo, el único con el discurso de Jesús en el Aposento Alto, el famoso Juan 3:16 y tantos tesoros más. Muchos años después de la muerte de todos los demás Doce, él recibió la extraordinaria visión del Apocalipsis. Qué bueno sería tener algunas cartas de este hombre.

Por la gracia de Dios, las tenemos. Tres cartas. Una bastante conocida y dos muy cortas y casi ignoradas. Ellas nos ofrecen la perspectiva de alguien que ha estado caminando con Jesús durante muchos años.

Juan te invita a tener comunión con él, con alguien con un conocimiento muy personal de Cristo:

Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida.  Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado.  Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros.

Juan nos presenta afirmaciones radicales. Vivir según su enseñanza transformaría muchas vidas e iglesias. Entre ellas:

Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos  en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.

¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.

De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.

No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre.

El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.

En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor.

Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.

Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.

Estas son algunas de las cosas que vamos a explorar en este libro. Está escrito en forma de diálogo; el lector cuestiona al autor sobre el significado de cada pasaje. De esta manera el objetivo es conocer el corazón de este gran apóstol y aplicar su enseñanza a tu vida.

 

1 “Lo hemos visto”

1 Juan 1:1-2

¿Por qué puedo confiar en lo que dice el escritor de esta carta?

1Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida. 

Este hombre ha escuchado al sujeto de esta carta, lo vio con sus propios ojos, lo había contemplado e incluso ¡lo tocó con las manos! Tiene conocimiento íntimo de esta persona. Y no solo él, porque todo lo dice en plural; él era uno entre varios con este conocimiento.

¡Tres veces en los primeros tres versículos él afirma: “lo hemos visto”! Muchos pueden escribir libros sobre filosofía o teología, pero este hombre quiere que sepamos que esta es una experiencia de primera mano. Podemos confiar completamente en este mensaje.

¿De quién está hablando?

No lo identifica por nombre. Solo le llama “el Verbo.” No lo nombra hasta el verso 3, pero ya sabemos que es Jesucristo.

¿Y quién es el escritor que tenía esta experiencia con Jesús?

Ya sabemos que trata de Juan, uno de los hijos de trueno y hermano de Jacobo. Junto con Pedro, estos tres eran los discípulos más cercanos de Jesús. Es el discípulo “a quien Jesús amó.” Escribió el evangelio más íntimo sobre Jesús y tuvo el privilegio de recibir la profunda revelación del Apocalipsis. Su hermano fue el primero de los Doce en morir mártir; por lo que sabemos, Juan fue el último de los doce en morir. Creen que escribió esta carta entre el 85 y el 95 d.C., desde Éfeso.

Cualquiera que haya leído el Evangelio de Juan inmediatamente hace la conexión con el hermoso preámbulo de ese evangelio (Juan 1:1-5):

En el principio ya existía el Verbo,
y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios.
Él estaba con Dios en el principio.
Por medio de él todas las cosas fueron creadas;
sin él, nada de lo creado llegó a existir.
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de la humanidad.
Esta luz resplandece en las tinieblas,
y las tinieblas no han podido extinguirla.

¿Qué sabemos acerca de la iglesia en esa época?

Ya había sobrevivido a varias persecuciones. Jerusalén fue destruida en el año 70 d.C. Ahora había una pérdida de santidad, con muchos cristianos siguiendo las normas del mundo. Enfrentados a varias enseñanzas falsas, perdieron su firmeza en Cristo y transigían en su fe.

Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado. 

¿Qué aprendemos sobre el Verbo en estos primeros versículos?

  1. Ha sido desde el principio; Juan 1:1 dice que ya existía en el principio. Es la “vida eterna.” Siempre ha existido. Es eterno.
  2. Es vida. Jesus dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” (Juan 14:6) En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad (Juan 1:4).
  3. La vida se manifestó en forma de hombre; una persona que hablaba y podía ser vista y tocada. En algún momento se manifestó en nuestro mundo.
  4. Antes de manifestarse, estaba con el Padre.

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¿Dónde estás, Adán? Un mensaje para el Día del Padre

Desafortunadamente, para muchas personas el Día del Padre es un día agridulce. Algunas fueron abandonadas por sus padres. O abusadas. Algunos padres fueron rechazados por sus hijos y han perdido toda comunicación con ellos. Muchos tienen un vacío adentro; les falta la afirmación o amor que nunca recibieron de sus padres. Durante los años que he ministrado en prisiones, la gran mayoría de los reos no tenían un padre en su vida.

El Día del Padre es una gran oportunidad para volver a lo que estaba en el corazón del Padre celestial al principio y su diseño para la familia. Porque ser padre debe tener todo que ver con la familia. Ese es el plan de Dios. Dios nunca tuvo la intención de que un hombre depositara su semilla en una mujer y luego abandonara al ser humano que él engendró. Hemos intentando a reinventar la familia a nuestra manera y tenemos familias quebrantadas, divorcio y crisis en la familia como nunca antes. Creo que es tiempo confesar que Dios sabe mejor, y volver a su diseño.

Dios creó al hombre a su imagen. A la imagen de un padre. Porque ser padre es parte fundamental de quién es Dios. Él tiene a un hijo, su hijo unigénito, Jesucristo. Tienen una perfecta relación padre/hijo. Se aman el uno al otro. Jesús es el ejemplo perfecto de un hijo. Siempre honra y obedece a su Padre. Lo ha estudiado y sigue exactamente su modelo. Lo escucha y sólo habla la palabra que su Padre le da.

Juan 5:19-20: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.  Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. 

Dios se deleita en ser padre. Un buen padre le muestra a su hijo todo lo que hace. Quiere dar un ejemplo de integridad de un cristiano y un hombre. Su hija aprende de él qué es un hombre. Así como su hijo varón aprende a ser hombre de su papá. Dios se regocija cuando ve a su creación, los hombres, experimentar la alegría plena de ser padre. Él quiere que usted, como padre, experimente la plenitud de la paternidad. El también conoce el dolor de la separación de su hijo, y la agonía de ver a su hijo morir.

Dios existe en una relación perfecta. Hay una tercera persona en esta “familia” de la trinidad. El Espíritu Santo puede ser visto como la parte femenina de Dios. El nombre “consolador” que Jesús usa en Juan 14 también puede traducirse “ayuda.” Así como la mujer es una ayuda idónea, el Espíritu nos consuela, nos enseña, nos da dones. Nos ayuda.

El Padre está tan entusiasmado de ser padre que quiere adoptar multitud de hijos e hijas. El centro del plan de Dios para este mundo, para su creación, es la familia. Y Dios estableció al hombre como cabeza de esa familia, con autoridad. Como reflejo de su padre celestial.

Mira lo que dice Génesis 1: 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Una parte importante de ser conforme a la semejanza de Dios es señorear. Otras traducciones dicen “ejercer dominio” o “reinarán”. Dios te hizo para reinar en esta vida. Una familia necesita orden, ocupa una cabeza, y es el hombre que debe reinar o ejercer dominio en su familia. ¿Quiero decir que el padre es el rey? De una manera, sí. Pero Cristo nos enseñó que reinar y ejercer autoridad tiene todo que ver con el servicio y la humildad y el amor.

Otra parte fundamental es fructificar y multiplicar. Eso significa engendrar a hijos, ser padre. Pero, a diferencia de los animales, el plan de Dios siempre fue para una familia, un hombre y una mujer, una sola carne, de por vida. Dios lo dejó claro en Génesis 2:24: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

Eso suena bien, pero algo salió mal. Ya lo vemos en el primer versículo del tercer capítulo de Génesis:

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 

Por desgracia, el diablo estaba presente en Edén. Y su objetivo principal desde el principio ha sido la destrucción de la familia y el diseño de Dios. El diablo es muy astuto. No le habla al hombre, sino a la mujer. Pero, ¿dónde estaba Adán? A Adán le tocó decir en ese momento: “¿Por qué hablas con mi mujer? Si hay un problema, habla conmigo. Yo obedezco a mi Padre, y no quiero discutir sus claros mandamientos con nadie.” Y Adán debería haber reprendido al diablo con la autoridad que Dios le había dado. Pero Adán no dijo nada.

Padre, ensena a tu esposa y a tus hijos cómo discernir la voz del diablo, y a no escucharlo. Si ves algo malo, algo en contra de la Palabra de Dios, di algo. No te calles. No importa si tu mujer o tus hijos se enojan. No seas cobarde y tomar el camino más fácil. Porque ese camino siempre resulta más complicado.

Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 

¿Dónde estás, Adán? Otra vez Adán no dijo nada. Eva hizo bien, en declarar lo que dice la Palabra de Dios. Pero luego escuchó la mentira sobre el carácter de Dios. Satanás siempre quiere sembrar mentiras y dudas en la mente de nuestros hijos y esposas sobre los motivos de Dios y su plan para la familia. Es peligroso entrar en una conversación con el diablo. ¿Dónde estás, Adán? El permitió que ella cayera en la trampa del enemigo.

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 

Aquí Adán tuvo otra oportunidad de protegerla. Debe tomar su mano y alejarla del árbol y dejarlo claro que nunca debe comer de él. Lo peor es ser débil y participar en su desobediencia. Adán también comió del fruto.

Hay hombres cobardes que no quieren contiendas con su mujer y permiten cosas en sus hogares que saben que van en contra de la Palabra de Dios. Adán estaba allí con Eva, pero se mantuvo callado.

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Cuando el hombre falla en su responsabilidad y en su autoridad, algo fundamental cambia en su relación con su mujer. Pierde su transparencia con ella. Siente que tiene que cubrirse y esconder algo de ella. Siempre es peligroso ocultarle algo de nuestra pareja.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

¿Dónde estás, Adán? De nuevo el hombre es cobarde. No sólo esconde su masculinidad de su mujer, se esconde de la presencia de Dios. Nunca debes tener miedo de tu padre, a menos que hagas algo malo. El hombre de Dios nunca se esconde.

¿Cómo responderías hoy si escuchas la voz de Dios? ¿Hay cosas que quieres esconder de tu amada? ¿O de Dios?

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 

Satanás le habla a la mujer; Dios habla al hombre. ¿Dónde estás? Es decir, no estás en el papel que te diseñé. Es el hombre que tiene que rendirle cuentas a Dios por el fracaso y el pecado de su familia. Es casi decir: Si tú hubieras estado en la posición que tengo para ti, no estarían en esta situación.

10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? 

Dios no puede simplemente ignorar el pecado. Puede ser más fácil para usted ignorar los problemas en su familia. Pero un buen padre no pasa por alto los pecados y las faltas de su familia. El pago del pecado siempre es la muerte. Como hombres, tenemos que saber lo que está pasando en nuestras familias y enfrentar el pecado.

12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 

Un hombre también que tomar responsabilidad por lo que sucede en su hogar. El amor no culpa a tu pareja.

13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 

Hay enemistad entre Satanás y la mujer. Mi hermano, depende de ti ser valiente y batallar en el Espíritu contra esa serpiente. Porque la enemistad no es sólo con tu mujer, sino también con tu simiente, con tu hijo. Un buen padre siempre está pendiente de cómo esa serpiente ataca a su mujer y a sus hijos. Tal vez el diablo sabe que no puede engañar a usted. Por eso se dirige a tu esposa e hijos. Y sabe que de esa manera él también puede destruir a usted.

16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 

Ahora, como consecuencia de su pecado, hay un cambio en la relación de pareja. Siempre el hombre era la cabeza, pero ahora Dios dice que se enseñoreará de su esposa. Y ella tendrá un profundo deseo, una necesidad, de su marido. La NTV dice: Y desearás controlar a tu marido,  pero él gobernará sobre ti». Una lucha de poder. Y aquí también demasiados hombres se rinden para evitar el conflicto.

También la parte de ser madre será más dolorosa. El dolor del parto. Dolor al ver a la serpiente atacar a sus hijos. Deseará más de su esposo y en su temor y ansiedad reaccionará tratando de controlarlo.

17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. 

La mayoría de nosotros, los hombres, hemos experimentado esta maldición. Cuesta encontrar un buen trabajo. Hay conflictos entre el trabajo y la familia y la iglesia. Nos cansamos. El cuerpo duele por demasiado trabajo.

Ayuda mucho en el matrimonio comprender esto. Mi hermano, el deseo de tu mujer de estar contigo no es siempre que quiera controlarte. Solo cuando ella entra en un pánico y siente que tú nunca estás allí y se siente sola, trata de controlarte. La maldición sobre la mujer tiene todo que ver con su marido y sus hijos. La maldición del hombre no tiene nada que ver con su familia, excepto la necesidad de proporcionarle alimento y sustento. Pero, mi hermano, tienes que ser consciente de la importancia que tiene familia para tu mujer. Y tú, mi hermana, tienes que entender cómo afecta a un hombre si no puede encontrar un buen trabajo y proveer por su familia. Cuando él llega a casa cansado le cuesta escuchar todo el drama del día con los niños.

Adán y Eva perdieron su paraíso. Dios los sacó del huerto. Todo eso sucedió antes de que engendraran a un hijo. Esa relación matrimonial es el fundamento de la paternidad feliz. Si usted no establece su posición como hombre en esos meses, tendrán problemas con los hijos. Adán ya estaba cayendo en un patrón muy común para el hombre: retraerse, callarse y no preocuparse por el bienestar espiritual de su familia.

El capítulo 4 de Génesis es una tragedia. Es un gran ejemplo del fracaso de un padre. Adán se menciona solo dos veces. ¿Dónde estabas, Adán? La primera palabra del capítulo es “conoció”. Creo que ya sabemos que en el contexto bíblico, conocer significa tener relaciones. Aquí y en el penúltimo versículo del capítulo Adán conoció a Eva. Al hombre le gusta conocer a su mujer. Casi todos saben cómo hacer el amor, pero pocos saben cómo amar a una mujer. Fue Eva quien nombró a los primeros hijos. ¿Dónde está Adán? ¿Sudando en los campos para traer suficiente alimento para su familia?

Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

Creo que fue Eva enseñó a sus hijos a traer una ofrenda a Dios. Parece que Adán nunca aconsejó a ellos qué ofrendar, cómo ofrendar o por qué ofrendar. No fue consciente de los problemas entre sus hijos. No estaba involucrado en sus vidas. Quizás Caín había escuchado muchas veces en su hogar: “¿Soy yo acaso guarda de ellos?” Cuando llego a casa cansado después de trabajar en los campos todo el día y Eva le dijo que observó algo en su hijo mayor y Adán debe atenderlo. Cuando ella quería su apoyo en la disciplina de ellos. “¿Soy yo acaso guarda de los hijos? Esa es tu responsabilidad. Yo tengo que trabajar.” Caín lo aprendió de su papá. Y el primogénito se convirtió en asesino. No es inusual que el primogénito sea la oveja negra de la familia. Hay casos también, como en la familia de Isaac, donde la madre se siente más atraída a un hijo quieto, más femenino, y el hombre más atraído por el cazador, por el atleta. Como en el caso de Jacob y Esaú.

Fue Dios quien tuvo que disciplinar a Caín. Nunca menciona cómo Adán respondió a la muerte de su segundo hijo. Pero Caín salió de delante de Dios. Salió de la presencia del Señor, y se fue a otro lugar alejado. Y parece que perdió toda relación con su padre. ¿Y qué hizo Caín? Lo mismo que hizo su padre. Conoció a su mujer. Los hijos aprenden del ejemplo de sus padres. Y una y otra vez se repiten sus errores, aunque juran que nunca serán como su padre.

Es interesante que solo al final del capítulo 4 dice que “los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.” ¿Por qué no antes? ¿Cuándo dice “hombres”, es decir el varón, a diferencia de la mujer? ¿Significa esto que antes eran las mujeres quienes invocaron el nombre del Señor? A menudo es así. El padre es el sacerdote de la familia. Pero por desgracia, a menudo la mujer es la más espiritual. Padre, usted debe enseñar la Palabra a sus hijos, debe guiar a su familia en adoración y oración y darles un ejemplo sano. Parece que Adán no lo hizo.

No vemos mucho muy positivo sobre los padres aquí. Conocen a su mujer y engendran hijos. Hasta que en el capítulo 6 llegamos a Noé.

Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

Noé fue obediente, pero incluso Noé, después de sobrevivir al gran diluvio, se emborrachó. Nos ofrece un vistazo del impacto del padre e hijos: Génesis 9

22 Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. 24 Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, 25 y dijo:

Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.

Cam deshonró a su padre al ver su desnudez y hablar con sus hermanos sobre ella en lugar de cubrir a su papá. Incluso cuando tu padre comete errores, debes honrarlo y buscar una manera de encubrirlo. Los otros hermanos lo cubrieron e hicieron lo necesario para no ver la desnudez de su padre. Hay algo muy triste hoy en día que millones ven la desnudez de otros hombres y mujeres en la pornografía. El cuerpo no es para exhibir a todo el mundo. Dios quiere modestia.

Fue el pecado de Noé – pero también el pecado de Cam. Y su padre lo maldijo.

Un estudio de la Biblia para ver el ejemplo de los padres es deprimente. Casi no hay buenos ejemplos. Abraham sufrió con su primogénito Ismael a causa de su pecado con Agar. Sus descendientes, los judíos y los árabes, están en conflicto hasta el día de hoy. Grandes hombres como Moisés y David fracasaron como padres, a veces con consecuencias mortales. Como el primer hijo de David y Betsabé que murió. A menudo nuestros hijos pagan por nuestros pecados.

En el Nuevo Testamento, Jesús nunca tuvo hijos. Y no sabemos nada de los hijos de los doce apóstoles. Sabemos que Pedro estaba casado, pero nunca menciona nada sobre su esposa ni cualquier hijo. Se supone que otros tuvieron hijos, pero parece que no seguían en las huellas de sus padres. Desafortunadamente, es común que el hijo de un ministro se desvíe de los caminos del Señor. Pablo era soltero, pero tenía hijos espirituales.

Fue Pablo que nos ofreció consejos muy importantes para la familia. Si quieren honrar a sus padres, es importante obedecer lo que la Palabra de Dios dice. Para ser buen padre un hombre necesita una buena relación con su esposa. Si eso está en orden, será mucho más fácil para los hijos honrar y obedecer a su padre. En Efesios 5 Pablo escribió:

22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 

Muchos dicen que estos mandamientos son anticuados. La sumisión es muy fuera de moda. Es cierto que han existido muchos abusos de parte del hombre basados en esta escritura. Pero no tiene nada que ver con el machismo, la mano dura o la actitud “yo mando aquí.” El modelo de la sumisión es la iglesia y Jesucristo. Y él es tierno y paciente con su iglesia. La Palabra aquí no le ofrece a la mujer escoger en cuales áreas va a someterse. Es “en todo.”

El hombre tiene la parte mucho más difícil:

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 

Este es el amor ágape. Un amor sacrificial. El hombre se entrega su vida por ella. La cuida y la ayuda crecer espiritualmente, porque algún día él se la presentará al Señor. Ojalá santa y sin mancha. Cuando un hombre a su mujer así, de buena gana se someterá a él. Ella puede descansar segura. Sabe que tiene una cobertura y el la apoyará en la familia. Es cuando ella se siente vulnerable, cuando él no está allí para ella, que intentará a controlarlo.

28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

El respeto de la mujer es muy importante para el hombre.

1Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. 

Cuando la relación de pareja está en orden, los hijos prosperarán y honrarán a sus padres. Y aquí está la palabra para los padres:

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Por alguna razón, a muchos padres les gusta provocar a sus hijos. Eso no está bien. Es la responsabilidad del padre criar a sus hijos, juntamente con su esposa, en disciplina e instrucción del Señor.

Aun podemos volver al plan de Dios para la familia. Él quiere hacer la obra en tu familia, para que tengas una paternidad feliz y una familia cristo céntrica. Él te ayudará a redimir los errores y poner en práctica este diseño. No seas ausente de tu familia, hermano. Hay muchos hombres que pasan la mayoría de su tiempo frente a la tele, la compu o el celular. O en la calle, en el deporte o el bar. Con amigos. O incluso en la iglesia. Y los hijos y su esposa dicen: ¿Dónde estás, papi?

Jueces 3: Pruebas, para que aprendieran a combatir

1Las siguientes naciones son las que el Señor dejó a salvo para poner a prueba a todos los israelitas que no habían participado en ninguna de las guerras de Canaán. 

Acabamos de ver cómo Israel perdió la bendición de estar completamente libre de sus enemigos. Desobedecieron el claro mandato de eliminarlos. No tenían fe para seguir batallando contra ellos. Los acomodaron e incluso los esclavizaron.

Cuando aceptamos a Jesus, Dios también quiere liberarnos de la opresión del enemigo. A veces hay “aguijones,” como lo experimentó Pablo, que permite para un propósito específico. La mayoría de los enemigos que quedan en nuestra vida son el resultado de nuestra rebelión y una decisión que tomamos de continuar con algún pecado. Dios dejará a estos enemigos para probar a los israelitas. Este es un grupo nuevo; aquellos jóvenes que no habían participado en las guerras.

¿Cuáles son las “naciones,” las cosas del mundo o del diablo, que aún permanecen en tu vida?

 

¿Cómo te ponen a prueba? ¿Cómo te va en la prueba?

 

El propósito de las naciones que quedaron en la tierra

Lo hizo solamente para que los descendientes de los israelitas, que no habían tenido experiencia en el campo de batalla, aprendieran a combatir. 

Al principio, parece que solo quedan para hacer tropezar a este pueblo rebelde, pero incluso en las consecuencias dolorosas que experimentamos por nuestro pecado, Dios tiene un propósito más profundo. Aquí hay jóvenes que nunca experimentaron la guerra. No sabían guerrear, pero es importante que aprendan a combatir. Y no es posible aprender si no hay enemigo.

¿Hay situaciones en tu vida ahora que Dios ha permitido para que puedas aprender a pelear? ¿Cómo te va en ese aprendizaje?

 

 

Quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, y los sidonios y heveos que vivían en los montes del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta Lebó Jamat. Allí los dejó el Señor para poner a prueba a los israelitas, a ver si obedecían sus mandamientos, que él había dado a sus antepasados por medio de Moisés.

Ya hemos visto dos propósitos: Ponerlos a prueba y que aprendan a combatir. Ahora hay un tercero: para ver si obedecen sus mandamientos. Los tres exigen de un enemigo, algún obstáculo, algo que tenemos que luchar.

¿Hay algo en tu vida ahora que Dios ha permitido que pruebe tu obediencia? ¿Incluso cuando no sientes la presencia de Dios y no tienes ganas de obedecer?

 

¿Cómo te va en la obediencia a los mandamientos de Dios?

 

 

Se casaron con ellos y adoraron a sus dioses

Los israelitas vivían entre cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Se casaron con las hijas de esos pueblos, y a sus propias hijas las casaron con ellos y adoraron a sus dioses.

Es obvio que Israel no recibió una muy buena calificación por su obediencia. En lugar de fortalecerse y pelear contra estos enemigos, de buena gana se casaron con su hijos y adoraron a sus dioses. Esto es exactamente lo que Dios dijo que sucedería si les permitieran en su territorio. Nosotros como cristianos somos la luz del mundo y la sal de la tierra. Espiritualmente, Dios nos llama, como los israelitas, a separarnos de la gente que no conoce a Dios. Pero Israel no tenía el Espíritu Santo y no estaban preparados para vivir en santidad entre tantas personas con otras creencias. Tantas veces la caída de un cristiano empieza con una relación sentimental o íntima con alguien que no conoce a Cristo, y rápidamente conduce a un alejamiento de su Señor y a dedicarse a uno de los muchos ídolos del mundo actual.

Con mucha razón Pablo nos advierte de un “yugo desigual” (2 Corintios 6:14). ¿Qué has observado en amigos o familiares cristianos que entablan una relación con un incrédulo?

 

¿Estás en una relación así en este momento? ¿Qué crees que el Señor te está llamando a hacer al respecto?

 

Si están casados, no es motivo para divorciarse. Debes continuar en la relación y orar por la salvación de la pareja (1 Corintios 7:12-24).

Los israelitas hicieron lo que ofende al Señor; se olvidaron del Señor su Dios, y adoraron a las imágenes de Baal y de Aserá. 

Es difícil entender cómo es posible olvidar a Dios después de todos los milagros que Él hizo por Israel. Pero nosotros somos tan rápidos en olvidar lo que Dios hizo por nosotros hace 10 años, o incluso hace una semana. También parece una locura dejar a un Dios vivo y adorar imágenes hechas por el hombre. Pero en nuestra naturaleza pecaminosa, tendemos a hacer lo que ofende a Dios, y seguimos el mismo camino ancho a la perdición que recorrió Israel.

¿Estás haciendo consciente o inconscientemente algo que ofende a Dios?

 

En tu vida, ¿hay momentos en los que te has olvidado de Dios? ¿Qué lo precipitó? ¿Cuáles fueron las consecuencias?

La ira de Dios

El Señor se enfureció contra Israel a tal grado que los vendió a Cusán Risatayin, rey de Aram Najarayin, a quien estuvieron sometidos durante ocho años.

Como Dios santo y justo, está obligado a juzgar el pecado. No puede simplemente pasarlo por alto. A menudo pensamos en el Dios del Antiguo Testamento como un dios de ira, mientras que en el nuevo pacto lo vemos como un Dios de amor. Pero Dios no cambia: Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad (Romanos 1:18).

Puede sonar radical, pero Dios puede “vendernos” a alguien malvado, incluso a un demonio, para castigarnos y llamarnos la atención. En este caso, duró ocho años. Durante ese tiempo, se puede intentar librarse y escapar del juicio, pero se encuentra sometido a esa opresión.

¿Has experimentado la ira de Dios? ¿Cómo estuvo? ¿Crees que en algún momento Dios te “vendió” a algo o alguien que te dominó para juzgarte y llamar tu atención? ¿Cuánto duró? ¿O aun te sientes sometido a ello?

El primer juez

Pero clamaron al Señor, y él hizo que surgiera un libertador, Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb. Y Otoniel liberó a los israelitas. 

La misericordia de Dios es grande, pero no siempre es inmediato. En el caso de Israel esclavizado en Egipto, clamaron a Dios durante mucho tiempo antes de que Dios enviara a Moisés para librarlos. Pero Dios escucha nuestro clamor. Clama a Él si estás sufriendo bajo la opresión del maligno.

Cuando Dios actúa, una y otra vez Él levanta a un hombre como su instrumento de liberación. Un solo hombre puede transformar una nación entera. En este caso procedía de una familia famosa. Su hermano Caleb tenía “un espíritu diferente” (Números 14:24), y fue el único que se unió a Josué para declarar su fe en Dios después de explorar la tierra prometida.

¿Deberías clamar a Dios? ¿Por qué estás esperando?

 

¿Te ha proporcionado Dios  un libertador para ayudarte en el pasado? ¿Puedes ser un libertador que Dios usará para liberar a su pueblo?

 

 

10 El Espíritu del Señor vino sobre Otoniel, y así Otoniel se convirtió en caudillo de Israel y salió a la guerra.

Esta es la primera vez que se menciona al Espíritu Santo en el libro de los Jueces, y la primera vez que las palabras “El Espíritu del Señor” aparecen en la Biblia. Por buena razón; hasta ahora, la experiencia de Israel en Jueces ha sido desalentadora. Sin el Espíritu Santo, carecemos del poder y la unción de Dios. Pero cuando Dios llama y levanta a alguien en un momento de necesidad, el Espíritu vendrá sobre esa persona. Posiblemente Otoniel ni siquiera pidió la unción, pero Dios la proporciona. Es necesario para enfrentarse al maligno.

¿Había algo especial en Otoniel? Posiblemente “un espíritu diferente,” como su hermano. Pero la manera en que Dios usa a alguien no depende de sus habilidades. Cuando el Espíritu viene, se convierte en la persona que Dios necesita para la tarea. Otoniel se convirtió en caudillo y salió a la guerra.

¿Ha venido sobre ti el Espíritu Santo? ¿Cuál fue la transformación que ocurrió en tu vida? ¿Fue por algún ministerio o tarea que Dios tenia para ti?

 

¿Necesitas ahora que el Espíritu venga sobre ti, de nuevo o por primera vez?

 

El Señor entregó a Cusán Risatayin, rey de Aram, en manos de Otoniel, quien prevaleció sobre él. 11 El país tuvo paz durante cuarenta años, hasta que murió Otoniel hijo de Quenaz.

No es la capacidad de Otoniel como gran guerrero lo que le permitió prevalecer sobre el enemigo. El Señor entregó al enemigo en sus manos.

Aquí vemos un número muy significante en la Biblia: cuarenta. Cuarenta años de paz, después de ocho años sometidos al enemigo. Pero, lamentablemente, no es una paz duradera. Porque la paz y la bendición de Dios no son automáticas ni están garantizadas. El liderazgo de alguien ungido con el Espíritu es importante para mantenernos en el camino correcto. Pero como vemos demasiadas veces, la paz duró solo mientras vivió Otoniel. Y otra vez, aparentemente Otoniel no preparó a alguien entregado al Señor para continuar su liderazgo.

¿Crees que el Señor puede pelear y ganar tus batallas? ¿Hay un enemigo que Él deba entregar a ti?

 

¿Has visto a una iglesia sufrir después de la muerte o partida de un pastor ungido?

 

Si estás en el liderazgo, ¿qué puedes hacer para preparar a alguien para que continúe en el liderazgo, ungido del Señor?

El mismo ciclo

12 Una vez más los israelitas hicieron lo que ofende al Señor, y por causa del mal que hicieron, el Señor le dio poder sobre ellos a Eglón, rey de Moab. 

Otro rey, la misma historia. Con un ritmo desalentador, apenas muere su libertador y vuelven a hacer lo que ofende a Dios. Una vez más, experimentan el juicio y corrección del Señor. No aprendieron la lección de 40 años atrás. Es otra generación. Y una vez más los padres les fallan a sus hijos y no les enseñan la ley y cómo caminar con su Dios. Hay otro opresor, pero con el mismo propósito.

¿Cuánto sabes sobre tu herencia? A menudo se puede ver un patrón de una generación que conoció al Señor y la siguiente que no lo conoció. Y uno y otro vicio u opresor que tenía poder sobre tus antepasados. ¿Sabes cuáles eran algunos de ellos?

 

13 Luego de aliarse con los amonitas y los amalecitas, Eglón fue y atacó a Israel, y se apoderó de la Ciudad de las Palmeras. 14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, durante dieciocho años.

La última vez fueron ocho años que estuvieron sometidos al opresor; esta vez dieciocho. Es un patrón que observé demasiadas veces durante los años que trabajaba en las prisiones: Alguien recibe una sentencia leve, tal vez cinco años. Durante ese tiempo recibe a Jesús. Sale de la cárcel, pero vuelve a su vida anterior. Nuevamente es arrestado, pero esta vez la sentencia es de 20 años. Luego lo mismo, pero esta vez la sentencia es de por vida. No tienes que ir a la cárcel. Puedes experimentar un castigo cada vez más fuerte de parte de Dios por tu pecado.

Aod, el segundo juez

15 Los israelitas volvieron a clamar al Señor, y el Señor les levantó un libertador, Aod hijo de Guerá, de la tribu de Benjamín, quien era zurdo. Por medio de él los israelitas enviaron tributo a Eglón, rey de Moab. 

Curiosamente, las Escrituras señalan que era zurdo. Durante muchos años fue común creer que los zurdos eran inferiores. Aún más interesante es el tipo que Dios levantó en respuesta a su clamor. El hecho de que Dios levante a alguien no siempre significa que sea muy piadoso. A veces es difícil comprender los motivos de nuestro Dios. Aquí este rey pagano no solo tenía poder sobre ellos, sino que Israel también tenía que enviarle tributo.

16 Aod se había hecho un puñal de doble filo como de treinta centímetros de largo, el cual sujetó a su muslo derecho por debajo de la ropa. 17 Le presentó el tributo a Eglón, rey de Moab, que era muy gordo. 18 Cuando Aod terminó de presentárselo, se fue a despedir a los hombres que habían transportado el tributo. 19 Pero luego se regresó desde las canteras que estaban cerca de Guilgal, y dijo:

—Majestad, tengo un mensaje secreto para usted.

—¡Silencio! —ordenó el rey.

Y todos sus servidores se retiraron de su presencia.

20 Entonces Aod se acercó al rey, que estaba sentado solo en la habitación del piso superior de su palacio de verano, y le dijo:

—Tengo un mensaje de Dios para usted.

Cuando el rey se levantó de su trono, 21 Aod extendió la mano izquierda, sacó el puñal que llevaba en el muslo derecho, y se lo clavó al rey en el vientre. 22 La empuñadura se hundió tras la hoja, a tal punto que esta le salió por la espalda. Además, Aod no le sacó el puñal, ya que este quedó totalmente cubierto por la gordura. 23 Luego de cerrar y atrancar las puertas de la habitación del piso superior, Aod salió por la ventana.

¿Fue un acto de valentía? ¿Fue dirigido por Dios? Era ingenioso, pero muy engañoso y se puede decir cobarde. Me parece aún peor que haya usado la excusa de llevar un mensaje de Dios para matarlo, aunque se puede decir que el mensaje fue “basta ya con esta opresión de mi pueblo.”

24 Cuando ya Aod se había ido, llegaron los siervos del rey y, al ver atrancadas las puertas de la habitación del piso superior, dijeron: «Tal vez está haciendo sus necesidades en el cuarto interior de la casa». 25 Y tanto esperaron que se sintieron desconcertados. Al ver que el rey no abría las puertas de la habitación, las abrieron con una llave. Allí encontraron a su señor tendido en el piso, ya muerto.

26 Mientras esperaban, Aod se escapó. Pasó junto a las canteras y huyó a Seirat. 27 Cuando llegó allí, tocó la trompeta en la región montañosa de Efraín, y los israelitas descendieron de la montaña, con él a la cabeza.

28 «Síganme —les ordenó—, porque el Señor ha entregado en manos de ustedes a sus enemigos los moabitas». Bajaron con él y, tomando posesión de los vados del Jordán que conducían a Moab, no dejaron pasar a nadie. 29 En aquella ocasión derrotaron a unos diez mil moabitas, todos robustos y aguerridos. No escapó ni un solo hombre. 30 Aquel día Moab quedó sometido a Israel, y el país tuvo paz durante ochenta años.

Esta vez son ochenta años de paz; la vez anterior fue cuarenta. Es una historia interesante, y el pueblo de Dios triunfó. Pero, ¿el fin justifica los medios? Es cierto que Aod dice que es Dios quien los ha entregado a sus enemigos. Es cierto que Dios lo levantó, pero no hay nada en la historia que glorifique al Señor. Lamentablemente, es posible (y común) atribuir a Dios cosas que no tienen nada que ver con nuestro Señor. De todos modos, el país ahora tenía paz. Un acto de engaño cambió la experiencia de todo el país.

¿Has conocido a alguien como Aod? ¿Alguien que parece que Dios usa, pero su forma de ministrar es engañosa y no glorifica a Dios?

 

Profundizando en estas complicadas historias de los Jueces, ¿puedes ver algo parecido en la experiencia de la iglesia hoy?

 

Aunque no queremos seguir el modelo de Aod, ¿crees que Dios puede usarte para cambiar la historia de tu familia, tu iglesia o tu país?

 

 

Samgar, el tercer juez

31 El sucesor de Aod fue Samgar hijo de Anat, quien derrotó a seiscientos filisteos con una vara para arrear bueyes. También él liberó a Israel.

El primer versículo del próximo capítulo es interesante: Después de la muerte de Aod, los israelitas volvieron a hacer lo que ofende al Señor. ¡Pero ya no se menciona a Samgar! Veremos en ese capítulo a la única jueza de Israel. Samgar derrotó a seiscientos filisteos y liberó a Israel, pero no sabemos absolutamente nada más sobre él. No dice que Dios lo levantó. Es completamente desconocido.

Es peligroso leer demasiado del silencio de la Biblia. Podemos decir que la lección es que Dios puede usar incluso a gente totalmente desconocida para liberar a su pueblo. Parece que actuó solo. Podemos decir también que es un mensaje de que en tiempos desesperados, cuando no puedes encontrar a nadie que luche contigo contra las fuerzas del mal, Dios puede usar a Samgar, a alguien despreciado por el mundo (por su nombre hay indicios de que no fue un sangre pura hebreo), para liberar a su pueblo. Alguien tenía que hacer algo, y gracias a Dios por los Samgars valientes que derrotan al enemigo. Para mí, más triste e importante es la profundidad hasta que haya descendido Israel. En unos pocos años han perdido toda semblanza del pueblo glorioso que Dios visualizó para la tierra santa.