Josué 7: El «pero» fatal

Jericó representó un gran paso adelante para Josué y para todo el país. Fue una victoria tan impresionante que hasta el día de hoy hablar de la caída de los muros de Jericó se refiere a un obstáculo imposible en nuestra vida que superamos por el poder de Dios. Josué se hizo famoso por todo el país. Fue la primera prueba de seguir la estrategia de Dios al pie de la letra. ¿O fue al pie de la letra? ¿Puede un solo hombre estropear este triunfo?

El fatal “pero”

1Sin embargo, los israelitas desobedecieron al Señor conservando lo que él había decidido que fuera destinado a la destrucción, pues Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera, guardó para sí parte del botín que Dios había destinado al exterminio. Este hombre de la tribu de Judá provocó la ira del Señor contra los israelitas.

Qué rápido pueden cambiar las cosas. Quizás tú lo hayas experimentado: Una gran victoria, una casa nueva, la iglesia creciendo y prosperando. Tú, aclamado como un gran siervo del Señor. Todos maravillados por la manera en que Dios está trabajando. Y de repente, todo fracasa.

En los primeros seis capítulos de Josué, el “después” ha sido pura bendición. Josué recibió una palabra de aliento de Dios e hizo todo conforme a esa palabra. Cruzaron el Jordán, Dios les quitó el oprobio de Egipto y celebraron la Pascua. Ahora los muros de Jericó se cayeron; uno de los milagros más impresionantes de la historia. Josué está súper contento.

“Sin embargo” es como “pero.” Ese “pero” nos causa muchos problemas. Lamentablemente, en medio de la victoria a menudo hay una derrota. No podemos culpar a Josué. Dejó claro que tenían que destruirlo todo. Por las apariencias, hicieron todo bien. Josué no sabe nada. El gran problema de la victoria es no prestar atención a la voz del Señor, descuidar la comunión con Él y sentirse muy confiado.

Desde el comienzo del capítulo sabemos quién pecó. Desde el principio, Dios conoce la fuente del problema. Él sabe lo que esté pasando en tu iglesia o en tu familia. Pero a veces tenemos que pasar por un proceso doloroso para solucionar el problema. Es mejor mantener esa comunión continua con el Señor.

He notado la naturaleza corporativa de la obra de Dios, y está muy claro aquí. Dice que “los israelitas desobedecieron al Señor” y la ira de Dios fue provocada “contra los israelitas.” ¡Pero es solo un hombre! ¡Todos los demás, miles de personas, obedecieron a Dios! ¡Seguramente no todo el mundo tiene que sufrir por el pecado de uno! No parece algo tan grande, para provocar la ira del Señor contra toda la nación. Oh, ¡cómo hemos perdido el entendimiento de nuestro Dios! Carecemos del corazón de Dios para nosotros como su pueblo y para la santidad.

¿Conservas algo que es anatema para Dios?

 

¿Algo que Él ha dicho claramente tiene que ser destruido?

 

¿Entiendes la importancia del cuerpo de Jesús, la iglesia, para Dios?

Es durísimo tener la ira de Dios contra ti o tu iglesia. Es peor no darse cuenta de que está enojado. Depende de Josué, como su líder, tener un oído abierto para discernir el corazón del Señor. Es cierto que es joven en su liderazgo, pero tiene 40 años de preparación, observando a Moisés y pasando horas en la presencia de Dios. Su fracaso aquí resulta en una matanza fea, tal como la falla de un líder hoy puede ser devastadora.

¿Estás en peligro de cometer el mismo error que Josué?

¿Pudo pecado haber provocado la ira de Dios contra toda tu familia?

¿O contra toda tu iglesia?

 

Josué actúa como si todo estuviera bien y envía más espías

Josué envió a unos hombres de Jericó hacia Hai, lugar cercano a Bet Avén, frente a Betel, y les dijo: «Vayan a explorar la tierra». Fueron, pues, a explorar la ciudad de Hai. 

Nunca dice que Dios le mandó a Josué que enviara espías a Jericó. Notamos algunas inquietudes sobre esa decisión (capítulo 3, Josué 2); si estuvo mal, tal vez el Señor lo permitió debido a la inexperiencia de Josué. Pero esta vez no se menciona a Dios. Parece que Josué nunca buscó al Señor por su voluntad y el próximo paso en la conquista.

Es tan fácil para nosotros caer en la rutina y tomar el control de nuestras vidas. Experimentamos un toque o un milagro del Señor, leemos o escuchamos acerca de una “formula” para el éxito y la bendición, y seguimos esa fórmula. Ya no necesitamos a Dios.

El peligro de tener demasiada confianza en sí mismo

Poco después regresaron y le dieron el siguiente informe a Josué: «No es necesario que todo el pueblo vaya a la batalla. Dos o tres mil soldados serán suficientes para que tomemos Hai. Esa población tiene muy pocos hombres y no hay necesidad de cansar a todo el pueblo». 

¿En qué, o en quien, confías más? ¿Tu intelecto, sentido común y los científicos? ¿Gente bajo tu autoridad? ¿O Dios y la guía del Espíritu Santo?

 

 

Jericó debería ser un ejemplo vívido de cómo Dios va contra la corriente y puede hacer cosas completamente en contra de nuestra comprensión de la situación. Pero eso exige una conexión viva con Dios y la fe para obedecer lo que no tiene sentido para nosotros.

La evaluación de estos espías, basada en sus sentidos humanos, es que Hai será una victoria fácil. Y Josué no somete ese consejo al Señor para que lo confirme.

Derrota

Por esa razón, solo fueron a la batalla tres mil soldados, pero los de Hai los derrotaron. El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado, todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo.

Josué es el responsable de la derrota, el ejército vencido y los muchos muertos. Pero las consecuencias de su pecado, y el pecado de Acán, son aún más profundas y problemáticas: todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo. NTV: Los israelitas quedaron paralizados de miedo ante esto, y su valentía se desvaneció. LBA: el corazón del pueblo desfalleció y se hizo como agua.

¿No lo has experimentado tú? Dios contesta una oración y hace un milagro en tu vida. Tienes mucha valentía  y mucha fe para hacer grandes cosas por el Reino. Pero permites que el éxito y los elogios de la gente engrandecen tu cabeza, y descuidas tu relación con Dios. De un momento a otro, la valentía se va y el temor llena tu corazón. No solo murieron muchas personas; existe una gran posibilidad de que toda la misión falle. Josué ya vio los resultados del temor cuarenta años atrás, y sabe que es posible que la gente entre en pánico. En ese entonces querían volver a la esclavitud en Egipto. Quien sabe qué locura podría pasar esta vez. Josué solo tiene días como líder y ya está fracasando.

¿Cómo responderías en esta situación?

 

Algunos se rinden; incluso se suicidan. ¿Has sido responsable de algo tan devastador? ¿Cómo respondiste?

 

¿Te sientes vencido ahora? ¿Acobardado y lleno del temor?

 

Josué se postra ante el Señor

Ante esto, Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra ante el arca del pacto del Señor. Lo acompañaban los jefes de Israel, quienes también mostraban su dolor y estaban consternados. 

Es bueno que el primer instinto de Josué sea buscar a Dios. Se humilla. Va directo al arca. Y tiene el apoyo de los jefes. No se han rebelado ni acusado a Josué de fallar, sino que lo acompañan en su oración. Parece estar haciendo todo lo necesario para recibir una respuesta del Señor: Está postrado ante el arca, con la ropa rasgada. Otras versiones incluyen que se quedaron así “hasta el anochecer.” Probablemente pasaron varias horas allí. Pero las acciones religiosas no garantizan la respuesta que esperas del Señor.

¿Cómo respondes tú a tus fracasos?

 

¿Sabes lo que es ser responsable del dolor y el temor de muchas personas?

 

Si eres un “jefe” trabajando con un “Josué,” ¿lo acompañas en sus momentos de angustia?

 

Josué le reclamó a Dios: —Señor y Dios, ¿por qué hiciste que este pueblo cruzara el Jordán, y luego lo entregaste en manos de los amorreos para que lo destruyeran? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del río! Dime, Señor, ¿qué puedo decir ahora que Israel ha huido de sus enemigos? Los cananeos se enterarán y llamarán a los pueblos de la región; entonces nos rodearán y nos exterminarán. ¡Qué será de tu gran prestigio!

Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra, pero su oración revela problemas en su corazón. Claro que siempre está bien acercarse al Señor. Pero también hay un lugar para examinar el corazón antes de presentar tu petición, y para pasar tiempo en adoración para orientar tu perspectiva. Josué lo llama “Señor y Dios,” pero la oración no refleja una sumision a Él. Es complicado “juzgar” la oración de otro hombre, pero aquí hay problemas obvios. ¿Pueden estar presentes en tus oraciones?

  1. Siempre es peligroso iniciar una oración con “¿Por qué?” Dios es soberano y no tiene que rendir cuentas a nosotros. ¡Josué culpa a Dios de su derrota! El suena como Israel después de salir de Egipto. Le dice a Dios “tú hiciste” que cruzáramos el rio, y tú a propósito nos “entregaste” a nuestros enemigos para que nos destruyeran. Cuando estamos en pecado y derrota, es fácil perder la perspectiva y sentir que Dios está en contra nuestra. Temerosos, el enemigo nos llena de mentiras, y las aceptamos. Es cierto que hay mucho que no entendemos y es natural preguntarle a Dios “¿Por qué?” Pero estamos en una posición delicada cuando lo hacemos.

¿Cuáles preguntas de “¿Por qué?” tienes para Dios ahora?

 

¿Puedes someterlas a su soberanía y confiar en Él sin una explicación?

 

  1. Josué se arrepiente de obedecer a Dios, caminar en su llamado y liderar a su pueblo. Suena exactamente como Israel cuando prefirieron volver a su esclavitud en Egipto. Es fácil romantizar el pasado y abandonar los sueños y la visión que Dios te ha dado de tu destino. Parece mejor volver a la vida anterior.
  2. Suena exigente: “Dime, Señor.” Es natural que sienta miedo y no sepa cómo responder al pueblo desesperado. Pero en lugar de responder con una palabra de fe, basada en las promesas de Dios de poseer la tierra, Josué busca algo para tranquilizar a la gente.
  3. El temor de fracasar es común y fuerte. En el momento de la derrota es fácil exagerar sus consecuencias y la fuerza del enemigo. Josué se olvida de la gran victoria en Jericó y solo se concentra en esta derrota. ¿Es el temor de fracasar un problema para ti?
  4. Josué finge estar preocupado por el gran prestigio de Dios, pero yo creo que en realidad estaba pensando en su propio prestigio. Hace apenas unos días todo el pueblo lo elogiaba. Las cosas pueden cambiar rápidamente.
  5. Toda la oración carece de fe, reflexión o humildad. No es el tipo de oración que agrada a Dios, lo cual es obvio por la respuesta del Señor:

10 Y el Señor le contestó: —¡Levántate! ¿Qué haces allí postrado? 

Una oración que Dios no quiere escuchar

Hay momentos en los que el Señor no se impresiona con el creyente postrado o en ayunas. El tipo de oración que acabamos de ver no toca el corazón de Dios; lo irrita.

11 Los israelitas han pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del botín de guerra que debía ser destruido y lo han escondido entre sus posesiones. 12 Por eso los israelitas no podrán hacerles frente a sus enemigos, sino que tendrán que huir de sus adversarios. Ellos mismos se acarrearon su destrucción.

La persona en pecado no puede hacerle frente a su enemigo. A pesar de la palabra y las promesas del Señor, no lograremos nada si hay pecado en nuestra vida o si somos infieles al compromiso que hicimos con Dios. Josué debería saber que había pecado en el pueblo, pero estaba demasiado ocupado con su reputación y el éxito en Jericó para verlo. A veces provocamos nuestra propia destrucción. En primer lugar, tenemos que estar bien con Dios. Incluso el pecado de un solo hombre puede manchar una iglesia entera.

¿Estás seguro de que tu relación con Dios está bien?

 

¿Hay algo que tú tengas que confesarle?

 

¿Has sido fiel a los votos y promesas que le hiciste al Señor?

¿Estas huyendo del enemigo e incapaz de hacerles frente a tus adversarios?

 

Dios amenaza con no seguir a su lado

Y, si no destruyen ese botín que está en medio de ustedes, yo no seguiré a su lado. 

En el capítulo uno, Dios le prometió a Josué que nunca lo desampararía. Lo acompañaría a donde quiera que vaya. Pero ahora, como casi todas las promesas bíblicas, vemos que existen condiciones para esa promesa. Si Josué no busca el botín para destruirlo, Dios ya no estará con ellos.

Josué dejó en claro que tenían que destruir todo el botín. No sabía nada de lo que hizo Acán. Solo un hombre pecó. Pero todo el pueblo sufrirá e incluso Josué perderá la presencia y la bendición del Señor.

¿Hay algo que tú tienes que destruir?

 

¿Es posible que estés sufriendo porque tienes algo que es anatema para el Señor?

 

¿O sea tu conyugue o tu hijo que lo tiene?

El remedio

13 ¡Levántate! ¡Purifica al pueblo!

Hay momentos para orar y hay momentos en los que tenemos que levantarnos y actuar. Si hay algo inmundo que ofende a Dios, primero tenemos que purificarlo.

Diles que se consagren para presentarse ante mí mañana, y que yo, el Señor, Dios de Israel, declaro: “¡La destrucción está en medio de ti, Israel! No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado el oprobio que está en el pueblo”. 14 Mañana por la mañana se presentarán por tribus. La tribu que yo señale por suertes presentará a sus clanes; el clan que el Señor señale presentará a sus familias; y la familia que el Señor señale presentará a sus varones. 15 El que sea sorprendido en posesión del botín de guerra destinado a la destrucción será quemado junto con su familia y sus posesiones, pues ha violado el pacto del Señor y ha causado el oprobio a Israel.

Dios le da a Josué instrucciones detalladas. Primero, tienen que consagrarse, lo que significa dedicarse de nuevo al Señor, confesar y arrepentirse de todo pecado y preparar el corazón para un encuentro con un Dios santo. Hacen todo en el tiempo del Señor: al día siguiente por la mañana. Obviamente, no le corresponde a Josué cambiar esos detalles para acomodarlo a su agenda. Dios siempre tiene prioridad.

En lugar de simplemente revelarle a Josué quién era y ordenarle que lo disciplinara, hay este proceso que incluye el uso de suertes para identificar al culpable.

Violar el pacto de Dios causa oprobio a toda una iglesia, y toda la familia. Su esposa, hijos y animales serán quemados, junto con todas sus posesiones. Lamentablemente, la familia sufre por el pecado del varón.

¿Hay algún pecado que tengas que confesarle al Señor?

 

El oprobio quitado al pueblo

16 Al día siguiente, muy de madrugada, Josué mandó llamar, una por una, a las tribus de Israel; y la suerte cayó sobre Judá. 17 Todos los clanes de Judá se acercaron, y la suerte cayó sobre el clan de Zera. Del clan de Zera la suerte cayó sobre la familia de Zabdí. 18 Josué, entonces, hizo pasar a cada uno de los varones de la familia de Zabdí, y la suerte cayó sobre Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera. 19 Entonces Josué lo interpeló:

—Hijo mío, honra y alaba al Señor, Dios de Israel. Cuéntame lo que has hecho. ¡No me ocultes nada!

Tendemos a creer que todo estará bien si alguien es honesto, confiesa su pecado, se arrepiente y hace cualquier restitución indicada. Josué lo llama “hijo mío” y le ofrece la oportunidad de honrar y alabar al Señor. Veamos si hay otra oportunidad para este hombre:

20 Acán le replicó: —Es cierto que he pecado contra el Señor, Dios de Israel. Esta es mi falta: 21 Vi en el botín un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra de oro de medio kilo. Me deslumbraron y me apropié de ellos. Entonces los escondí en un hoyo que cavé en medio de mi carpa. La plata está también allí, debajo de todo.

¿Cuántos de nosotros hemos visto algo hermoso que no nos pertenece y lo robamos? Este botín tiene bastante valor. Lo escondió, lo que significa que Acán ya sabía que estaba mal, pero ahora confiesa todo.

Tal vez una de las lecciones más importante de este capítulo es el peligro del “yo.” El egoísmo es poderoso y nos ciega a las consecuencias de nuestras acciones para otras personas. Ellas pueden incluir el hombre desconocido al que le robamos, hasta nuestros padres, amigos, iglesia, hijos y conyugue. Acán puede decir que estaba pensando en la felicidad de su esposa cuando tomó el hermoso manto por ella. Puede que haya estado pensando en la casa que construiría para su familia con la plata y el oro, pero no estaba pensando con claridad. Creía que lo escondió y nadie lo sabía. Pero debido a su pecado, muchas mujeres perdieron a sus maridos y el corazón de todo el pueblo desfalleció.  No podemos ocultarle nada a Dios.

Los mandamientos más importantes son el amor a Dios y el amor al prójimo. El egoísmo no piensa en los demás ni evalúa las consecuencias para la relación con Dios o con otros. No hay amor en el egoísmo.

¿Cómo está tu amor?

No es fácil superar el egoísmo. ¿Qué porcentaje de tus decisiones son egoístas?

 

¿Piensas en las consecuencias de tus acciones antes de actuar?

 

22 En seguida, Josué envió a unos mensajeros, los cuales fueron corriendo a la carpa de Acán. Allí encontraron todo lo que Acán había escondido, 23 lo recogieron y se lo llevaron a Josué y a los israelitas, quienes se lo presentaron al Señor. 

Cuando hay algo prohibido en nuestra vida, tenemos que presentárselo al Señor. ¿Tienes algo escondido en tu carpa?

¿En un archivo en tu teléfono o computadora?

 

24 Y Josué y todos los israelitas tomaron a Acán, bisnieto de Zera, y lo llevaron al valle de Acor, junto con la plata, el manto y el oro; también llevaron a sus hijos, sus hijas, el ganado, su carpa y todas sus posesiones. Cuando llegaron al valle de Acor, 25 Josué exclamó:

—¿Por qué has traído esta desgracia sobre nosotros? ¡Que el Señor haga caer sobre ti esa misma desgracia!

La codicia está prohibida en los Diez Mandamientos, y puede totalmente consumirnos.

El tipo es culpable y tiene que morir. Pero no solo él, sino todo lo que tiene y toda su familia. Lamentablemente, el perdón de Dios no siempre significa que evitamos las consecuencias de nuestras acciones. Pregunta al rey David cuando llegues al cielo. O el privado de libertad con cadena perpetua.

¿Estás en este momento sufriendo las consecuencias de algún error del pasado?

 

¿Hay algo que puedas hacer para reducir el impacto de esas consecuencias?

 

Entonces todos los israelitas apedrearon a Acán y a los suyos, y los quemaron. 26 Luego colocaron sobre ellos un gran montón de piedras que sigue en pie hasta el día de hoy. Por eso aquel lugar se llama valle de Acor. Así aplacó el Señor el ardor de su ira.

Siempre alguien tiene que morir para aplacar el ardor de la ira de Dios. Damos gracias a Dios por su Hijo, Jesucristo, quien murió en nuestro lugar. ¡Gracias Jesús! No tenemos que matar a nadie hoy, pero tenemos que guardar la santidad de la iglesia y de nuestras vidas para evitar la ira de Dios

A menudo nuestra familia sufre por nuestros errores. Que el Señor tenga misericordia de tu familia. Por amor a ellos y tu iglesia, nunca caigas en el pecado de Acán.

Josué 6:6-27: ¡Derribar los muros!

¡Por fin llegó el día! ¡Más de 40 años de espera! ¡La primera batalla dentro de la tierra prometida! Dios le reveló el plan para la victoria a Josué, y él simplemente sigue las instrucciones del Señor.

El orden de Dios para la batalla

Hablando con autoridad, empieza con los sacerdotes:

Josué hijo de Nun llamó a los sacerdotes y les ordenó: «Carguen el arca del pacto del Señor, y que siete de ustedes lleven trompetas y marchen frente a ella». 

La batalla es espiritual, peleada en los cielos. No se trata de sus armas ni de su fuerza. Sacerdotes, el arca de la presencia de Dios y las trompetas inician la batalla. Aunque es una orden, hay lugar para la elección personal: entre los sacerdotes eligen siete para llevar trompetas.

Josué era hombre de guerra. Esta es la primera batalla en Canaán. ¿Cómo crees que se siente con este plan de batalla? ¿Por qué?

 

Si tu fueses sacerdote, ¿cómo te sentirías con esta asignación?

 

Y le dijo al pueblo: «¡Adelante! ¡Marchen alrededor de la ciudad! Pero los hombres armados deben marchar al frente del arca del Señor».

La palabra clave aquí es “¡adelante!” Tenemos que esperar esa palabra del Señor, pero cuando Él la dice, es hora de caminar.

Empiezan a marchar

Dios no mencionó nada en sus instrucciones sobre el resto del pueblo marchando, pero Josué los incluye. Coloca a los soldados al frente del arca, aunque Dios dijo que los sacerdotes con trompetas deberían encabezar la procesión (6:4). Los siguientes versos revelan cómo Josué acomodó a sus soldados, mientras él obedeció las órdenes del Señor:

Cuando Josué terminó de dar las instrucciones al pueblo, los siete sacerdotes marcharon al frente del arca del pacto del Señor tocando sus trompetas; y el arca del pacto les seguía. Los hombres armados marchaban al frente de los sacerdotes que tocaban las trompetas, y tras el arca marchaba la retaguardia. Durante todo ese tiempo las trompetas no cesaron de sonar. 

¿Qué significan las trompetas? Además de invocar la presencia del Señor y obedecer sus órdenes, sería desalentador para la gente de Jericó escucharlas y ver esta extraña procesión.

10 Al resto del pueblo, en cambio, Josué le ordenó marchar en silencio, sin decir palabra alguna ni gritar hasta el día en que les diera la orden de gritar a voz en cuello.

Es difícil para algunos guardar silencio, y siempre hay alguien que murmura: “¿Por qué tenemos que esperar siete días para gritar? ¿Por qué Josué quiere controlar todo lo que hacemos?” Pero esa obediencia absoluta es esencial para la victoria.

¿Tienes un espíritu sumiso, para esperar el tiempo del Señor? ¿Cómo disciernes cuándo es el momento de marchar en silencio y cuándo hay que gritar?

 

11 Josué hizo llevar el arca alrededor de Jericó una sola vez. Después, el pueblo regresó al campamento para pasar la noche. 12 Al día siguiente, Josué se levantó temprano, y los sacerdotes cargaron el arca del Señor. 13 Los siete sacerdotes que llevaban las trompetas tomaron la delantera y marcharon al frente del arca mientras tocaban sus trompetas. Los hombres armados marchaban al frente de ellos, y tras el arca del Señor marchaba la retaguardia. ¡Nunca dejaron de oírse las trompetas! 14 También en este segundo día marcharon una sola vez alrededor de Jericó, y luego regresaron al campamento. Así hicieron durante seis días.

Seis días de hacer exactamente lo mismo, sin ver ningún resultado.

¿Tienes esa paciencia y disciplina?

¿Sigues orando día tras día sin ver la respuesta?

¿Puedes confiar en lo que dice Dios?

El séptimo día

15 El séptimo día, a la salida del sol, se levantaron y marcharon alrededor de la ciudad tal como lo habían hecho los días anteriores, solo que en ese día repitieron la marcha siete veces. 16 A la séptima vuelta, los sacerdotes tocaron las trompetas, y Josué le ordenó al ejército: «¡Empiecen a gritar! ¡El Señor les ha entregado la ciudad! 

Con toda la fe, Josué declara que Dios les ha entregado la ciudad. Es un momento de suspenso, a ver si todos lo hacen según el mandato de Dios y si los muros se caen.

¿Hay algo en tu vida ahora que tengas que reclamar de acuerdo con la palabra de Dios?

 

¿Podría ser este el momento de gritar?

 

17 Jericó, con todo lo que hay en ella, será destinada al exterminio como ofrenda al Señor. Solo se salvarán la prostituta Rajab y los que se encuentren en su casa, porque ella escondió a nuestros mensajeros. 18 No vayan a tomar nada de lo que ha sido destinado al exterminio para que ni ustedes ni el campamento de Israel se pongan en peligro de exterminio y de desgracia. 19 El oro y la plata y los utensilios de bronce y de hierro pertenecen al Señor: colóquenlos en su tesoro».

No siempre fue así, pero en este caso la ciudad es una ofrenda al Señor. Todo será anatema, para ser destruido por completo. Hay tres detalles muy importantes:

  1. Tienen que ser fiel a la palabra de los espías y salvar a Rajab y aquellos de su casa.
  2. No pueden tomar nada consagrado a la destrucción. Sería una maldición que haría anatema el campamento de Israel y lo destruiría.
  3. Tienen que buscar y cuidadosamente llevar todo de valor (oro, plata y utensilios de bronce y de hierro) al tesoro del Señor. Hay cosas que pertenecen a Dios y ¡ay de la persona que las toca!

20 Entonces los sacerdotes tocaron las trompetas, y la gente gritó a voz en cuello, ante lo cual las murallas de Jericó se derrumbaron. El pueblo avanzó, sin ceder ni un centímetro, y tomó la ciudad. 21 Mataron a filo de espada a todo hombre y mujer, joven y anciano. Lo mismo hicieron con las vacas, las ovejas y los burros; destruyeron todo lo que tuviera aliento de vida. ¡La ciudad entera quedó arrasada!

Dios hizo lo imposible y las murallas se derrumbaron. Dios abrió el camino. Ahora ellos tienen que avanzar y matar a todos. La matanza es fuerte para nosotros en esta época, pero fue necesario para ellos, y ordenada por Dios, para empezar la purificación de la tierra.

Hoy no matamos a los incrédulos. Somos sal y luz en medio del mundo, y tenemos que mantener siempre nuestra pureza espiritual. ¿Hay algo o alguien que tengas que eliminar de tu vida que sea una piedra de tropiezo para ti?

 

Este es un gran milagro, y un ejemplo poderoso de cómo Dios nos da la victoria en las batallas de la vida. ¿Hay un “Jericó” en tu vida ahora? ¿Tienes la fe que Dios derrumbará las murallas de esa fortaleza?

 

Salvan a Rajab y su familia

22 Ahora bien, Josué les había dicho a los dos exploradores: «Vayan a casa de la prostituta, y tráiganla junto con sus parientes, tal como se lo juraron». 23 Así que los jóvenes exploradores entraron y sacaron a Rajab junto con sus padres y hermanos, y todas sus pertenencias, y llevaron a toda la familia a un lugar seguro, fuera del campamento israelita. 

Los mismos jóvenes que Rajab salvó ahora vuelven a su casa y rescatan a ella y a sus parientes. Como gentiles inmundos, tenían que quedarse fuera del campamento, pero luego serían incluidos en el pueblo de Israel. Es uno de varios ejemplos del Antiguo Testamento de la inclusión de los gentiles en la familia de Dios, que fue parte del plan de Dios desde el principio.

¿Eres fiel a tu palabra? ¿Cumples las promesas hechas a otros? ¿Tienes que pedir perdón por alguna promesa que no cumpliste? ¿Hay algo prometido que incluso ahora tienes que cumplir?

 

 

24 Solo entonces los israelitas incendiaron la ciudad con todo lo que había en ella, menos los objetos de plata, de oro, de bronce y de hierro, los cuales depositaron en el tesoro de la casa del Señor. 25 Así Josué salvó a la prostituta Rajab, a toda su familia y todas sus posesiones, por haber escondido a los mensajeros que él había enviado a Jericó. Y desde entonces, Rajab y su familia viven con el pueblo de Israel.

Incluso en el tabernáculo había un tesoro. Con mucho cuidado hicieron exactamente lo que Dios les mandó hacer: Incendiaron toda la ciudad.

La ciudad maldita

26 En aquel tiempo, Josué hizo este juramento:

«¡Maldito sea en la presencia del Señor
el que se atreva a reconstruir esta ciudad!
Que eche los cimientos
a costa de la vida de su hijo mayor.
Que ponga las puertas
a costa de la vida de su hijo menor».

Josué pronuncia una maldición sobre cualquiera que reconstruya la ciudad, incluso sobre sus hijos. Parece un poco extraño, pero sería un monumento apropiado del poder de Dios para abrir el camino a su pueblo.

27 El Señor estuvo con Josué, y este se hizo famoso por todo el país.

Así como el Señor engrandeció el nombre de Moisés y de muchos otros de sus escogidos, Dios se complace de que su siervo sea famoso. No para vanagloriarse, sino para ser útil en la mano del Señor.

Hechos 12: Levántate, que se caigan tus cadenas

En aquel mismo tiempo (Hechos 12:1)

Esas palabras nos señalan que hay algo importante sobre el tiempo. Tenemos que leer el capítulo anterior. Y allí vemos la historia de Cornelio y su salvación que abrió la puerta para incluir a los gentiles en el evangelio. Vemos que fue un tiempo de bendición y crecimiento. Pero hay un ritmo en Hechos, de crecimiento y bendición y luego persecución y prueba. Casi siempre al mismo tiempo que Dios trabaja, el diablo también se levanta en contra.

Es posible que usted haya experimentado esos altibajos. Puede estar confundido porque después de obedecer a Dios y experimentar su bendición, de repente parece que todo se vino abajo. Dios nos permite pasar por aflicciones, pero Él siempre tiene una salida y su deseo es glorificarse a sí mismo. ¿Estás disponible para pasar por algunas pruebas para ver el poder y la gloria de Dios?

En este caso dice que

el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles.

La prueba puede provenir de problemas familiares, económicos o de salud. Aquí es una persecución. Hasta ahora, casi siempre fueron perseguidos por líderes religiosos judíos. Ahora es el rey. No importa el instrumento, el propósito del diablo es hurtar, matar y destruir. Dios no maltrata a nadie. De tal manera amó Dios a mundo que nos envió a su hijo. Y lo maltrataron y lo crucificaron. No te sorprendas los incrédulos te maltratan.

2Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.

Este es el primer apóstol en morir, excepto Judas, el hijo de perdición. Esteban fue el primer mártir, pero este es uno de los tres apóstoles más cercanos de Jesucristo. ¿Por qué permitiría Dios la muerte de este hombre tan especial? Durante esta pandemia casi todos conocen a alguien que murió a causa del Covid. ¿Por qué Dios no contestó todas nuestras oraciones? A menudo no hay respuesta. A fin de cuentas tenemos que confiar en la soberanía de Dios. Nuestro consuelo es que el creyente va directamente a la presencia del Señor, pero tuvo que ser un golpe fuerte, sobre todo para Juan y Pedro.

Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro.

Ahora Herodes va por la roca, el líder de la iglesia. Quiere agradar a los judíos, y si están contentos con la muerte de Jacobo, más aún si mata a Pedro.

Eran entonces los días de los panes sin levadura.

Esta es una bendición para Pedro. No pueden matar a Pedro ahora. La pascua era una fiesta muy importante, y Jerusalén estaba llena. Fue justo antes de la pascua que crucificaron a Jesus, posiblemente unos 11 años atrás.

Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel;

Puede que esta noche te encuentres en un lugar donde no quieras estar. Una situación complicada. Un lugar feo. Solo. Oprimido. ¿Cuál es tu cárcel? ¿Cómo te mantiene encadenado el diablo? ¿Te enfrentas a una situación imposible?

Dieciséis soldados custodiaban a Pedro. Esta es custodia máxima. En lo natural, no hay esperanza para Pedro.

pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.

Allí está esa palabra tan importante. Dios siempre tiene la última palabra. Y una y otra vez en la Biblia vemos el “pero.” ¿Cuál es el “pero” en tu situación ahora? ¿Estás orando?

Que bendición ser parte de una iglesia que ora. Cuando usted está en la lucha, en la prueba o en la cárcel y no puedes orar, la iglesia ora por usted.

Posiblemente fueron un poquito flojos cuando arrestaron a Jacobo. Pensaron que Dios nunca permitiría a este apóstol escogido muriera. Ya habían visto la liberación de los apóstoles de la cárcel, registrada en el capítulo 5. Lamentablemente, muchas veces, para orar en serio, el conyugue tiene que caer en adulterio, tenemos que perder nuestro trabajo o sufrir un accidente o enfermedad. La muerte de Jacobo llamó la atención de la iglesia. Están orando sin cesar.

¿Crees en el poder de la oración? ¿Lo suficiente para orar sin cesar por otro hermano? ¿O por la obra de Dios en tu iglesia? ¿Lo suficiente para sacrificar una noche para ir a la iglesia e interceder con otros hermanos? ¿Qué emergencia o tragedia sería suficiente para motivarte a orar así?

Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.

Varios días han pasado. La pascua terminó y todos saben que ya Herodes lo va a sacar, probablemente para matarlo.

¿Y la iglesia? Sigue orando, perseverando, pero parece que Dios no les contesta.

¿En la cárcel? Mucha seguridad para este preso tan peligroso. Dos soldados para un solo hombre. Dos cadenas. Más guardias delante de la puerta.

¿Y Pedro? Dormido. No se quejaba ni se lamentaba: “¿Por qué sucedió esto? Yo debería haber escuchado a mi esposa. Me advirtió que no lo dejara todo para seguirte. Yo solo quería hacer algo grandioso por tu reino, y mira a donde me llevó. Ahora yo voy a morir como mi amigo Jacobo. Yo creía que me perdonaste, pero tal vez esta sea la consecuencia de negarte.” No no no. Pedro no se lamentaba ni oraba ni declaraba nada. No estaba tan ansioso como no poder dormir. Quizás tenía tanta fe que podía descansar, aun sabiendo que podía morir al día siguiente.

Pero la iglesia estaba orando, y toda la situación estaba en las manos del Señor. Tal como tu situación está en manos de Dios. Dios podría haberlo sacado la primera noche, pero espera hasta casi el último momento para actuar.

¿Te parece que Dios se está demorando en alguna crisis en tu vida ahora? Puede ser que Dios quiera enseñarte cómo orar, perseverar y mantener la fe a pesar de las apariencias. Cuando tú estás dormido y menos lo esperas, Dios puede hacer su milagro.

Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.

De repente, en un instante, todo cambia. Dios cegó a los guardias. No vieron nada. Probablemente los puso en un sueño profundo. Así Dios también puede cegar a tus enemigos.

La celda de una cárcel no es nada para Dios. El ángel se presentó allí y el lugar se llenó de luz. E incluso Pedro no se despertó. El ángel tiene que despertarlo. La Reina Valera dice “tocando a Pedro en el costado” pero otras versiones dicen “con unas palmadas en el costado” o “lo golpeó en el costado.”

“Levántate pronto.” Pero, ¿por qué hay tanta prisa? Es obvio que Dios tiene el control total aquí. No creo que hubiera un límite en cuanto al tiempo que los guardias estarían ciegos y dormidos. Pero a menudo, cuando Dios actúa, nosotros tenemos que levantarnos y responder pronto. Este no es el momento de preguntas o protestas. Es cuando se levantó que las cadenas se le cayeron. A menudo tenemos que dar ese paso de obediencia para experimentar el milagro de Dios. Si Pedro se resistía y no obedecía, las cadenas no caerían. No habría ningún milagro.

¿Hay un primer paso de obediencia que debas dar? ¿Es hora de levantarte y salir de tu prisión? Es posible que lo que te encadena se caiga cuando te levantes.

Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así.

Paso a paso, el ángel tiene que instruirle sobre lo que debe hacer. Gracias a Dios que Él nos guía. A veces puede que no pensemos en algo tan obvio como ceñirnos y atarnos las sandalias para salir de nuestra prisión, pero Dios te guiará. Tu solo tienes que escuchar y obedecer.

Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.

Cuando el Señor te envíe un ángel o su siervo, síguelo. Confía en el Señor y en su representante.

Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.

¿Qué es real? ¿Es la vida un sueño? Dios puede hacer algo tan impresionante que parece una visión o un sueño. Pedro estaba aún medio dormido. O, como vemos muchas veces en los evangelios, Dios a propósito nubló su mente.

Gracias a Dios, lo siguió. Aunque no esté claro exactamente lo que está sucediendo, sigue al Señor.

10 Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.

Cuando Dios abre una puerta, sal por ella. Esto es todo un milagro. Dios tiene todo el poder para pasar los siervos del diablo y abrir puertas de hierro.

El ángel no dijo nada más. Y tal como apareció, ahora desapareció. Puede haber un momento en que el ángel se aleje de ti. O esa persona que te ha ministrado y guiado. Ahora tú tienes que ser sabio y discernir qué hacer. Dios quiere guiarte, pero Él quiere también que crezcas. ¿Qué hará Pedro solo, de noche, en una calle de Jerusalén?

11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.

Pedro estaba fuera de sí. Volvió en sí. Estuvo un rato en las nubes. ¿Te ha pasado a ti? Hay algunos que andan en tinieblas, en pecado, y en un momento vuelven en sí, y ven todo con claridad.

Ahora comprendió lo que le había sucedido. Una traducción dice “Estoy completamente seguro.” Es decir que al principio no entendió. Hubo un momento de duda y confusión. Pero ahora lo entendió verdaderamente. Le pido al Señor que Él le confirme, que aclare la mente, que usted puede entender verdaderamente lo que Dios hace en su vida.

Ahora tiene fe. Ahora puede ver la mano de Dios. El Señor está trabajando. Le envió su ángel. Le liberó de todas las asechanzas de sus enemigos. Dios vive. No se olvidó de Pedro. Y Dios también quiere enviar ayuda a usted y liberarle de la mano de sus enemigos.

12 Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.

Su primer instinto es ir a la iglesia. Él sabía que habría gente congregada allí. Este Juan Marcos es el mismo joven que huyó desnudo la noche del arresto de Jesus. Es el mismo que abandonó a Pablo y Bernabé, más tarde, en su viaje misionero. Es el mismo que escribió el evangelio de Marcos.

Qué bueno tener tu casa a disposición de la familia de Dios. Esta debe ser una casa bastante grande. Muchos estaban reunidos. No sabemos nada del padre de Juan Marcos. No lo menciona. Lamentablemente, a menudo los hombres no participan en la oración, ni siquiera en la iglesia.

13 Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, 14 la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.

Pedro sabe que Dios está con él, pero sigue siendo un prófugo. No quiere estar en la calle. Por alguna razón desconocida, “de gozo” Rode no le abre la puerta. Si Dios te envía a alguien, ¡abre la puerta! ¡No dejes a un hermano en la calle! No dejes que tu gozo te haga ignorar lo obvio.

15 Y ellos le dijeron: Estás loca.

Rode era una criada. Posiblemente por eso no le creyeron, y le dijeron “Estás loca.”

¿Cómo es que estaban allí congregados de noche, orando, y cuando la respuesta aparece en la puerta, no lo creen? Dicen que la persona que trae la buena noticia está loca.

Cuando usted ora, ¿realmente espera una respuesta? ¿Esperas que Pedro aparezca en la puerta? ¿Que Dios hará un milagro?

Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: !!Es su ángel!

Ellos creían que Pedro tendría un ángel que podría llegar a la puerta. ¿Crees en los ángeles? La Biblia nos da algunas indicaciones de que cada creyente tiene un ángel.

16 Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos.

Incluso cuando lo vieron, ¡se quedaron atónitos! ¿Es su oración solo un ejercicio religioso? ¿Tienes la expectativa de que Dios contestará tu oración?

17 Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.

Este es un indicio de que solo las mujeres estaban orando. Pedro quiere que Jacobo y los hermanos sepan. Este no es Jacobo el hermano de Juan que acaban de matar, sino el hermano de Jesús, quien escribió la carta de Santiago.

¡No le permitieron hablar! ¡Tenía que hacerles señal con la mano de que callasen! ¡Tenían que ser mujeres!

Pedro tiene fe, pero también sabe que es peligroso estar allí. Tiene que esconderse.

18 Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. 19 Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. 

Herodes nunca lo halló, y pronto Dios mataría al rey. Pedro se escondió bien y escapó. Sólo cuando fue de día se dieron cuenta de que no estaba allí. Y los pobres guardias pagaron con sus vidas, aunque no fue su culpa.

  • ¿Conoces a alguien encarcelado? ¿O atado en algún pecado? ¿O sufriendo bajo los ataques del enemigo? ¿Puedes orar sin cesar por esa persona?
  • ¿Podría el Señor estar llamándote a reunirte más con hermanos de la iglesia en oración?
  • ¿Crees en el poder de la oración?
  • ¿Crees que Dios responde nuestras oraciones con milagros como la liberación de Pedro? ¿Podría ser que no vemos más de esos milagros porque no oramos?
  • ¿Te encuentras ahora en una situación imposible? No puedes ver la salida. Parece que no hay esperanza. Sientes como te vas a morir. El mismo Dios que liberó a Pedro vive hoy y está contigo. Él quiere trabajar en tu vida tal como lo hizo en la vida de Pedro.

Josué 5:13-6:5: La estrategia de Dios para la victoria

El pueblo de Israel ha hecho todo conforme al orden de Dios. Están listos para la conquista. Josué ya envió espías y sabe que los habitantes de Jericó tienen temor de Israel. Pero, ¿exactamente cómo das el próximo paso? Josué tiene la promesa de Dios de que todo lo que haga saldrá bien y Dios lo acompañará (Josué 1), pero no tiene los detalles. Este nuevo líder necesita un encuentro personal con Dios, parecido a lo que tuvo Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 3).

Josué tiene un encuentro con el comandante del ejército del Señor

Parece que Josué salió solo y acampaba cerca de Jericó, probablemente para observar la ciudad y los espías, y preparar un plan para atacarla. Dios aprovecha ese tiempo para enviar el “comandante” de ejército a comunicar su plan a Josué.

13 Cierto día Josué, que acampaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a él, espada en mano. Josué se le acercó y le preguntó:

—¿Es usted de los nuestros, o del enemigo?

Por su apariencia, no es obvio para Josué si era del Señor o simplemente un hombre. Aunque apareció de repente y tiene una espada en la mano, Josué no le tiene miedo; se acercó a él para hablar con él.  Quiere saber con quién está tratando.

14 —¡De ninguno! —respondió—. Me presento ante ti como comandante del ejército del Señor.

Dios tiene un ejército, y ese ejército tiene orden, con un comandante. De un comandante celestial a otro comandante terrenal, este es un encuentro muy especial, y Josué responde en consecuencia. A menudo las primeras palabras de un ángel son: “No temas,” pero este hombre solo se identifica. Algunos creen que era una teofanía (Dios en forma humana) o cristofania (una aparición de Cristo antes de su encarnación), pero puede ser un ángel también.

El mensaje del hombre es que esta batalla es de Dios, y Josué tiene que alinearse con los planes del Señor. No le corresponde a Israel pelear la batalla a su manera y pedir ayuda de Dios.

¿Has recibido alguna orden del comandante del ejército del Señor?       ¿Crees que podrías reconocerlo si aparece?

 

¿Cómo recibes dirección para las batallas de tu vida?

 

Quita las sandalias para recibir la palabra del Señor

Entonces Josué se postró rostro en tierra y le preguntó: —¿Qué órdenes trae usted, mi Señor, para este siervo suyo?

Josué ya está acostumbrado a someterse, a recibir órdenes y obedecerlas sin preguntar. Le ofrece al hombre la reverencia indicada.

15 El comandante del ejército del Señor le contestó: —Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es sagrado.

Y Josué le obedeció. Ya está postrado, pero la importancia de este encuentro exige algo más. Esta es la segunda (y última) vez que se le ordena a alguien que se quite las sandalias. Seguramente Moisés le habló a Josué sobre la zarza ardiente y de quitarse las sandalias en esa tierra santa. ¿Por qué es sagrado ese lugar? Porque Dios está presente allí.

¿Alguna vez has sentido que estás en un lugar tan santo que deberías quitarte las sandalias?

 

6:1Las puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los israelitas; nadie podía salir o entrar. 

Tal vez mientras Josué acampaba allí estaba observando las puertas y pensando cómo penetrar esa ciudad cerrada. Esa es la situación, la cual puede parecer imposible. Pero con Dios siempre hay un “pero.”

¿Qué hay en tu vida ahora que esta bien cerrado? ¿Qué te parece imposible?

 

¿Qué es un posible “pero” que Dios tuviera para esas puertas cerradas?

 

La estrategia de Dios para la victoria

Pero el Señor le dijo a Josué: «¡He entregado en tus manos a Jericó, y a su rey con sus guerreros!

El “pero” viene por una palabra, una palabra que confirma que Dios es fiel a sus promesas. Ya dijo en el capítulo 1 que le había entregado la tierra a Israel; ahora específicamente dice que la ciudad con su rey y sus guerreros ya fue entregada en manos de Josué. Dios tiene la estrategia, una estrategia única:

Tú y tus soldados marcharán una vez alrededor de la ciudad; así lo harán durante seis días. Siete sacerdotes llevarán trompetas hechas de cuernos de carneros, y marcharán frente al arca. El séptimo día ustedes marcharán siete veces alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. Cuando todos escuchen el toque de guerra, el pueblo deberá gritar a voz en cuello. Entonces los muros de la ciudad se derrumbarán, y cada uno entrará sin impedimento».

Vemos claramente la importancia del número siete. Este es el plan perfecto de Dios, y Él se deleita en ejecutarlo.

Para un guerrero como Josué esta estrategia puede parecer una locura. Él puede rechazarla, tal como al transcurso de la historia muchos han rechazado la estrategia de Dios para la victoria. Es algo que solo puede originar con Dios: Van a derrumbar los muros grandes de esta ciudad con un grito. Los soldados simplemente marchan; son los sacerdotes y la presencia de Dios en el arca que realmente pelean la batalla.

Su primera batalla en la tierra será completamente una obra sobrenatural. El éxito está garantizado, si siguen exactamente lo que Dios manda.

¿Cómo responderías a estas instrucciones? ¿Hay algo que Dios te haya dicho que hagas que parezca una locura?

 

¿Podría la estrategia de Dios para tu batalla ahora sea algo completamente fuera de lo comun?

Josué 5: Circuncisión y celebración de la Pascua

En aquel tiempo, el Señor le dijo a Josué: «Prepara cuchillos de pedernal, y vuelve a practicar la circuncisión entre los israelitas». 

Ya han cruzado el río Jordán. Los guerreros están armados y listos para la batalla. Están frente a Jericó. Los espías volvieron con un informe positivo, aunque no sabemos si fue prudente enviarlos o no (los comentaristas están divididos sobre esto). ¡Ya queremos avanzar y llegar al destino! Pero también sabemos la importancia de una buena preparación y de hacer todo conforme a la palabra de Dios. Primero tienen que circuncidar a todos los varones; nade fue circuncidado en el desierto.

Una tarea desagradable

Esta es una tarea desagradable y posiblemente inesperada para Josué. Cuando aceptamos un llamado del Señor o un puesto en la iglesia, habrá cosas difíciles de las que tal vez nadie nos advirtió. ¡Qué cambio del triunfo de erigir las piedras y estar engrandecido a los ojos de los israelitas! Hay quienes dirían: “Ya basta. Nunca accedí a hacer eso.” Podría ser una prueba de su obediencia, y una prueba de la obediencia que el pueblo prometió unos días atrás. Fácilmente algunos hombres podrían decir: “No voy a participar en eso.” Puede ser desagradable, humillante y doloroso, pero si van a aprovechar la bendición de Dios en este nuevo paso, no es opcional.

¿Has experimentado algo parecido en tu servicio al Señor?

 

¿Hay algo ahora mismo que sabes que tienes que hacer, pero también sabes que será impopular entre tu iglesia o tu familia?

 

¿A quién vas a agradecer?

Así que Josué hizo los cuchillos y circuncidó a los varones israelitas en la colina de Aralot. 

¡Bravo! ¡Obedeció! No sabemos exactamente cuántos, pero solo Josué los circuncidó.

Realizó la ceremonia porque los israelitas en edad militar que habían salido de Egipto ya habían muerto en el desierto. Todos ellos habían sido circuncidados, pero no los que nacieron en el desierto mientras el pueblo peregrinaba después de salir de Egipto. El Señor les había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al Señor, y por ello él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años, hasta que murieron todos los varones en edad militar. 

La importancia de obedecer el mandamiento de circuncidar

La promesa del Señor no está garantizada. No seas presuntuoso. Ese “pero” nos causa muchos problemas. La rebelión y la desobediencia nos roban las bendiciones de Dios. Sí, Dios fue fiel a su promesa, y ahora esta generación poseerá la tierra. Lamentablemente, incluso murieron aquellos que salieron de Egipto y no se rebelaron ni desobedecieron. Somos un solo cuerpo, y el pecado de los demás también nos impacta.

El comando de Dios fue muy claro (Génesis 17:14): Pero el varón incircunciso, al que no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por quebrantar mi pacto. No hay explicación por la falla de circuncidar a aquellos que nacieron en el desierto. Siempre circuncidaron a los niños en Egipto, pero Dios nunca le mandó a Moisés que lo hiciera. Él tuvo su propia experiencia de no circuncidar a sus hijos (Éxodo 4:24-26), así que estoy seguro que él estaría consciente de la importancia de esto. Fue algo extraordinario lo que sucedió en el desierto en su rebelión (Números 14:28-34): Dios suspendió para ese tiempo la circuncisión y la Pascua, las señales del pacto. A pesar de la humillación y el dolor de la circuncisión para los varones, sería algo muy especial volver a tener esta señal del pacto que le fue dado a su padre Abraham. Ahora se identificaron a sí mismos como el pueblo de Dios.

¿Hay algo que tú hayas ignorado como resultado de algún pecado o tiempo difícil en tu vida? ¿Recibir la Santa Cena? ¿Bautizarte? ¿Participar de todo corazón en las actividades de la iglesia?

 

¿Podría ser hora de que vuelvas a proclamar tu identificación con el pueblo de Dios de esa manera?

 

7A los hijos de estos, a quienes Dios puso en lugar de ellos, los circuncidó Josué, pues no habían sido circuncidados durante el viaje. Una vez que todos fueron circuncidados, permanecieron en el campamento hasta que se recuperaron.

Quitar el oprobio

La circuncisión de un hombre adulto es muy doloroso y humillante, pero no era opcional. Todos fueron circuncidados, lo cual deja a la comunidad vulnerable. Ellos sabrían lo que sucedió con el engaño de los heveos después de la violación de Dina, la hija de Jacob, en Génesis 34:25. Los médicos de hoy dicen que, en promedio, se necesita de 2 a 3 semanas para sanar; otros dicen hasta 6 semanas. Recomiendan no tener relaciones durante un mes. Josué tuvo a muchos hombres miserables, y ellos no disfrutaron de los beneficios de la medicina moderna.

Luego el Señor le dijo a Josué: «Hoy les he quitado de encima el oprobio de Egipto». Por esa razón, aquel lugar se llama Guilgal hasta el día de hoy.

¿Hay algún oprobio del pasado, del mundo, que Dios tenga que quitarte?

 

¿Un paso de obediencia? ¿Tal vez el bautismo?

 

Guilgal suena como la palabra hebrea para “quitar” o literalmente “salir rodando como una piedra.” Fue un paso muy importante para borrar el oprobio de la opresión y la esclavitud en Egipto y ser restaurado a la plena estatura del pueblo de Dios.

La primera Pascua en la tierra

Ya han cumplido dos pasos inesperados que retrasen el avance para tomar posesión de la tierra. Ahora, ¿pueden seguir adelante? No. Primero tienen que obedecer a Dios y celebrar la Pascua, recordándoles el milagro de su salida de Egipto. Sería emocionante; la habían celebrado solo una vez, un año después de salir de Egipto (Números 9:1-5). Posiblemente solo Josué y Caleb estuvieron presentes como adultos para esa Pascua. No es por casualidad, sino en el plan soberano del Señor: es el día 14 del primer mes, el día que la celebraron en Números y el día ordendado por Dios. Sería la primera Pascua en la Tierra Prometida y un gran recuerdo de todos los milagros de Dios que los llevaron allá.

10 Al caer la tarde del día catorce del mes primero, mientras acampaban en la llanura de Jericó, los israelitas celebraron la Pascua. 11 Al día siguiente, después de la Pascua, el pueblo empezó a alimentarse de los productos de la tierra, de panes sin levadura y de trigo tostado. 12 Desde ese momento dejó de caer maná, y durante todo ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra.

Cruzaron el río el día diez; esta Pascua sería cuatro días después. Cómo cuadra con la circuncisión no está claro; posiblemente celebraron la Pascua antes de la circuncisión.

No fue solo una celebración de su liberación de Egipto, sino también la celebración de un cambio en su dieta. Después de 40 años de comer el mismo maná (y codornices), esa provisión milagrosa cesó, y empezaron a disfrutar del prometido fruto de la tierra. Es otro signo poderoso de que Dios tiene el control. Ahora han hecho todo de acuerdo con su plan, y están listos para avanzar.

Después de cruzar el río: Josué 4:1-5:1

Cuando era niño, después de lo que era para mí un largo tiempo en el carro, a menudo les preguntaba a mis padres: “¿Ya llegamos?” Todos queremos llegar al destino. Queremos descansar. Queremos esa casa, esa familia feliz. Queremos nuestra recompensa en el cielo. Pero el viaje es tan importante como el destino. Podemos murmurar (como los hebreos en el éxodo), o podemos ver los obstáculos como oportunidades para aprender algo nuevo y ver la provisión de nuestro Dios.

Después de tantos años vagando por el desierto, están a punto de cruzar el rio y tomar posesión de su tierra. Pero no será fácil. Habrá muchas batallas. Y hay un orden que tienen que mantener. Hay cosas importantes que Dios los manda hacer. Es bueno ver ese milagro y cruzar el rio en tierra seca. Es tentador tomar el camino fácil y reclamar cualquier tierra disponible. Pero Dios manda, y habla por medio de su siervo escogido:

1Cuando todo el pueblo terminó de cruzar el río Jordán, el Señor le dijo a Josué: «Elijan a un hombre de cada una de las doce tribus de Israel, y ordénenles que tomen doce piedras del cauce, exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. Díganles que las coloquen en el lugar donde hoy pasarán la noche».

Doce piedras para un memorial

Al principio puede parecer que fue una elección de parte del pueblo, pero el siguiente verso lo deja claro: Josué los escogió. No son los jefes del capítulo 1 ni los hombres que escogieron el día anterior (3:12). Pueden verlo como una molestia, o como un privilegio. Un hombre de cada tribu tiene que volver al río, recoger una piedra y llevarla al campamento. Cuando servimos a Dios, hay cosas que tenemos que hacer a su manera; obedecer completamente la palabra y los mandamientos que nos ha dado. No puede ser una piedra cualquiera; tiene que ser exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. ¿Por qué? Porque es importante para Dios. Y eso es suficiente.

Entonces Josué reunió a los doce hombres que había escogido de las doce tribus, y les dijo: «Vayan al centro del cauce del río, hasta donde está el arca del Señor su Dios, y cada uno cargue al hombro una piedra. Serán doce piedras, una por cada tribu de Israel, y servirán como señal entre ustedes.

Ahora nos enteramos que son piedras grandes, que tienen que cargar sobre sus hombros. Todo el pueblo ya había cruzado, pero los sacerdotes y el arca permanecen allí en el rio. Ellos tampoco pueden tomar la decisión de cuándo abandonar sus puestos.

En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”, ustedes les responderán: “El día en que el arca del pacto del Señor cruzó el Jordán, las aguas del río se dividieron frente a ella. Para nosotros los israelitas, estas piedras que están aquí son un recuerdo permanente de aquella gran hazaña”».

Nosotros los evangélicos tendemos a menospreciar el simbolismo y ritual de algunas iglesias. Puede parecer innecesario colocar esas piedras, doce de ellas, exactamente del lugar donde los sacerdotes estaban de pie en el río. Pero hay un significado en cada detalle, y hace que sea más impresionante a sus hijos describir la importancia de ellas. ¿No sería suficiente simplemente con leer la historia bíblica? Dios dice que no. Él quiere algo que nos ayude a visualizar lo que sucedió. Como las aguas del bautismo. O el pan y la copa que representan el cuerpo y la sangre del Señor. Esos monumentos, esas fiestas, como la Pascua, tienen gran importancia para el Señor.

Hay que comunicar a nuestros hijos lo que Dios ha hecho por nosotros y nuestros antepasados. Claro que es importante leerles la Biblia, pero pregúntale al Señor lo que puedes hacer como un memorial físico para recordarles siempre del acto. Podría ser una foto, un cuadro en la pared, tu primera Biblia o la silla de ruedas que usabas antes de recibir esa curación. Dios te guiará en qué hacer.

¿Qué puedes hacer en tu casa, tu familia o tu iglesia para conmemorar momentos importantes?

 

¿Hay lugares cerca de tu casa que puedas visitar que sean semejantes a estas piedras? Claro que una visita a Tierra Santa seria lo máximo.

 

 8 Los israelitas hicieron lo que Josué les ordenó, según las instrucciones del Señor. Tomaron las piedras del cauce del Jordán, conforme al número de las tribus, las llevaron hasta el campamento y las colocaron allí. Además, Josué colocó doce piedras en el cauce del río donde se detuvieron los sacerdotes que llevaban el arca del pacto. Esas piedras siguen allí hasta el día de hoy.

Parte del proceso es aprender a obedecer; actuar, cuando no tengas las ganas o no tenga sentido para ti. Israel aprendió esa lección con dificultad en el desierto. Incluso Moisés falló en el asunto del agua de la roca y perdió la oportunidad de entrar a la tierra.

Josué hizo algo adicional. No hay registro de que Dios le haya ordenado que lo haga, pero el colocó doce piedras en el cauce del rio como un memorial al lugar donde los sacerdotes se detuvieron. Tenían que ser grandes para permanecer allí tanto tiempo.

10 Los sacerdotes que llevaban el arca permanecieron en medio del cauce hasta que los israelitas hicieron todo lo que el Señor le había ordenado a Josué. Todo se hizo según las instrucciones que Josué había recibido de Moisés. El pueblo se apresuró a cruzar el río 11 y, cuando todos lo habían hecho, el arca del Señor y los sacerdotes cruzaron también en presencia del pueblo. 12 Acompañaban al pueblo los guerreros de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, según las órdenes que había dado Moisés. 13 Unos cuarenta mil guerreros armados desfilaron en presencia del Señor y se dirigieron a la planicie de Jericó, listos para la guerra.

Guardaban las palabras de Dios y de Moisés. Hicieron todo conforme. Ahora ellos creen que están listos para la guerra, aunque habrá un importante paso más.

Dios engrandece a Josué

14 Aquel mismo día, el Señor engrandeció a Josué ante todo Israel. El pueblo admiró a Josué todos los días de su vida, como lo había hecho con Moisés.

El Señor cumplió lo que le prometió a Josué: lo engrandeció ante todo el pueblo. Es importante ganar los corazones del pueblo al que servimos. No lo hacemos con favoritismos ni regalos. Cuando andamos en rectitud ante de Dios y en integridad ante del pueblo, cuando obedecemos a Dios y Él nos usa para comunicar su palabra y hacer milagros, nos admirarán. Eso está bien. Solo tenemos que guardar nuestro corazón del orgullo o la tentación de abusar esa confianza y admiración.

¿Has visto a Dios engrandecer a un pastor o líder que tú conoces?

¿Cómo lo hizo?

 

Si eres un líder, ¿has visto a Dios engrandecerte ante el pueblo que sirves? ¿Cómo?

 

Si no, ¿has cometido algún error, que perdiste esa confirmación de Dios?

 

¿Qué puedes hacer para guardarte del orgullo o de abusar esa confianza?

 

15 Luego el Señor le dijo a Josué: 16 «Ordénales a los sacerdotes portadores del arca del pacto que salgan del Jordán». 17 Josué les ordenó a los sacerdotes que salieran, 18 y así lo hicieron, portando el arca del pacto del Señor. Tan pronto como sus pies tocaron tierra firme, las aguas del río regresaron a su lugar y se desbordaron como de costumbre. 

Los sacerdotes y el arca permanecieron en el rio hasta que Dios dio la palabra, a través de Josué. Los doce sacerdotes estuvieron de acuerdo. Nadie dijo: “Estoy cansado de llevar este arca. No me necesitan. Voy a buscar a mi familia.” Nadie cuestionó a Josué ni lo desobedeció. Esperaron su palabra y actuaron conforme. En el momento que llegaron a tierra firme, el rio regresó a la normalidad.

Un resumen y conclusión de la introducción a la tierra

19 Así, el día diez del mes primero, el pueblo de Israel cruzó el Jordán y acampó en Guilgal, al este de Jericó. 20 Entonces Josué erigió allí las piedras que habían tomado del cauce del Jordán, 21 y se dirigió a los israelitas: «En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”, 22 ustedes les responderán: “Porque el pueblo de Israel cruzó el río Jordán en seco”. 23 El Señor, Dios de ustedes, hizo lo mismo que había hecho con el Mar Rojo cuando lo mantuvo seco hasta que todos nosotros cruzamos. 24 Esto sucedió para que todas las naciones de la tierra supieran que el Señor es poderoso, y para que ustedes aprendieran a temerlo para siempre».

Josué realiza una ceremonia con las piedras y les recuerda su significado. Tan importante como cruzar el Mar Rojo, Dios les abrió el camino. El propósito de Dios en tales milagros es que le temamos, y que los demás vean el poder de Dios para quedar impresionados con su grandeza y su fidelidad para con su pueblo.

El temor de Dios es algo que tenemos que aprender. A pesar de nuestra relación íntima con Dios y la “amistad” que tenemos con Jesus, tenemos que temer a Dios. Él permite cosas en la vida y actúa para enseñarnos a temerle.

¿Dirías que le temes a Dios?     ¿Cómo lo aprendiste?

 

¿Es algo que intentas inculcar en otros en tu ministerio?

 

En tu vida, ¿cómo han aprendido otros que Dios es poderoso?

 

¿Cuáles serían sus actos que más comunican su poder al mundo?  

 

5:1En efecto, un gran pánico invadió a todos los reyes amorreos que estaban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos de la costa del Mediterráneo cuando se enteraron de que el Señor había secado el Jordán para que los israelitas lo cruzaran. ¡No se atrevían a hacerles frente!

A veces las divisiones de capítulos en nuestras Biblias (insertadas en el siglo XII) no tienen sentido. Este verso obviamente confirma lo que Josué le dijo al pueblo cuando erigió las doce piedras. No solo abrió el camino para que Israel cruzara el río, sino que también preparó el camino para derrotar a los reyes de la tierra, ya que un gran pánico los invadió. Todo está casi listo para avanzar. Pero hay una cosa más muy importante que tienen que hacer.

Josué 3: Cruzar el Jordán

1Muy de mañana, Josué y todos los israelitas partieron de Sitín y se dirigieron hacia el río Jordán; pero, antes de cruzarlo, acamparon a sus orillas. 

Josué dio la orden de prepararse para entrar a la tierra; muy de mañana al día siguiente ya llegaron al río Jordán. Posiblemente durante los tres días que acamparon allí, los espías se fueron y volvieron. Josué ya hizo todo lo necesario para avanzar; tal vez solo quería un poco más información de los espías antes de dar ese paso.

Sigue el arca del pacto

Al cabo de tres días, los jefes del pueblo recorrieron todo el campamento con la siguiente orden: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y pónganse en marcha detrás de ella. Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino. Deberán, sin embargo, mantener como un kilómetro de distancia entre ustedes y el arca; no se acerquen a ella».

Será un momento emocionante. Es cierto que algunas tribus ya tenían su territorio en el lado este del Jordán, pero esperaron durante 40 años para cruzar este rio. Sin embargo, deben esperar un poco más; hay que hacer todo en orden.

Los jefes tienen plena autoridad, bajo la autoridad de Josué. Ya se han comprometido a escucharlo y obedecerlo. Ellos recorren todo el campamento para asegurarse de que todos sepan qué hacer. Una comunicación clara, uniforme y entregada a todos es un fundamento esencial para avanzar en el plan de Dios. Muchas iglesias sufren de una falta de buena comunicación, a pesar de todos los medios que tenemos en nuestros teléfonos. Ellos llevan una orden; hay muchos hoy que se resisten a las órdenes. No quieren ser dirigidos por nadie. Puede haber una buena comunicación, pero es un problema fundamental si no hay obediencia.

¿Eres un jefe?           ¿Cómo responden los demás a tu autoridad?

 

¿Eres miembro del pueblo de Dios? ¿Cómo respondes a las órdenes de aquellos a quienes Dios ha puesto en autoridad?

 

¿Existe unidad entre el pueblo en su obediencia a la voluntad de Dios?

 

El arca era el símbolo de la presencia de Dios y el elemento más sagrado de la nación. Tienen que esperar esa presencia de Dios. Tienen que ver el arca y recordar el pacto que hicieron con Dios en el desierto. Es un símbolo que anima a la gente que Dios va delante de ellos. Tienen que ir detrás del arca y los sacerdotes que la cargan. Es un camino totalmente nuevo para ellos y una tierra desconocida. No saben adónde van.

Puede que el Señor esté llevándote por un camino completamente nuevo. Nunca antes has pasado por ello. Puedes estar nervioso. Pero si esperas la presencia de Dios y sigues la palabra de las autoridades que Dios ha puesto en tu vida, sabrás adónde ir. Puede que ya sea el momento para abandonar tu puesto viejo, ponerte en marcha detrás de la presencia y guía de Dios, y dar ese paso de fe.

El arca era tan santa que tenían que mantener una distancia de un kilómetro de ella. Acercarse al arca puede ser fatal. Solo aquellos que Dios ha ordenado para llevarla pueden estar cerca del arca. Tienen que respetarlos y honrarlos, tal como hay cosas en la iglesia y la vida espiritual ahora que están reservadas para aquellos que Dios ha ordenado para ministrar con ellas.

No dejarán a nadie atrás. Todos avanzarán juntos. Esa unidad les da mucha fuerza y mucho ánimo. Si quieren sobrevivir y tener éxito en esa tierra, tienen que hacer todo exactamente de acuerdo con el plan revelado de Dios.

Purifícate para entrar en el propósito de Dios

Josué le ordenó al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes». 

No solo los sacerdotes y los que llevan el arca deben ser santificados; todo el pueblo tiene que purificarse. Es una preparación esencial para experimentar los grandes prodigios del Señor. Su presencia será muy real, y Él es un Dios santo. Para experimentar sus maravillas, tenemos que purificarnos. Gracias a Dios, la sangre de Jesus nos purifica de todo pecado.

¿Hay impureza en tu vida que no te permite avanzar y conquistar lo que Dios tiene para ti?

 

Deja que el Espíritu Santo escudriñe tu corazón. Confiesa cualquier pecado y toma la decisión de abandonarlo. Pide ayuda de Dios para caminar en santidad, con manos, corazón, labios y mente puros.

 

La batalla es de Dios

Y a los sacerdotes les dijo: «Carguen el arca del pacto y pónganse al frente del pueblo». Los sacerdotes obedecieron y se pusieron al frente del pueblo.

Este es un acto espiritual. Sí, habrá guerra, pero la batalla es de Dios. Así que no son los guerreros quienes van al frente del pueblo, sino los sacerdotes y el arca. Si Dios te ha llamado al liderazgo, obedécelo, y ponte al frente del pueblo. La presencia de Dios puede ser muy pesada, como el arca, y es una gran responsabilidad guiar al pueblo de Dios y ofrecer ese ejemplo de pureza.

Dios engrandecerá a Josué

Luego el Señor le dijo a Josué: «Este día comenzaré a engrandecerte ante el pueblo de Israel. Así sabrán que estoy contigo como estuve con Moisés. Dales la siguiente orden a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: “Cuando lleguen a la orilla del Jordán, deténganse”».

No se menciona a los espías. No sabemos que opinó Dios sobre ellos. Pero Josué es su instrumento escogido para guiar al pueblo, y a Dios le gusta engrandecer a sus siervos, para que su pueblo se someta y los honre. Otras versiones dicen exaltarte (LBLA) y te haré cada vez más importante a los ojos de los israelitas (DHH). Cuando tú eres obediente a Dios y te humillas, Dios te engrandecerá. Muchas veces Dios permite que su siervo realice un milagro, traiga una palabra o actué de alguna manera para impresionar al pueblo que Dios está con él.

Josué está guiándolos, pasa a paso. Ahora tienen que detenerse a la orilla del Jordán para recibir un mensaje muy importante.

Entonces Josué les dijo a los israelitas: «Acérquense y escuchen lo que Dios el Señor tiene que decirles». 10 Y añadió: «Ahora sabrán que el Dios viviente está en medio de ustedes, y que de seguro expulsará a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos. 11 El arca del pacto, que pertenece al Soberano de toda la tierra, cruzará el Jordán al frente de ustedes. 12 Ahora, pues, elijan doce hombres, uno por cada tribu de Israel. 13 Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».

Con todo puesto en orden, el día comienza con una palabra de Dios. Es un momento crucial para escuchar la voz del Señor y cumplir precisamente lo que Él manda.

Con el pueblo reunido, da la Palabra de Dios

Primero, tenemos que reunir a las personas que Dios nos ha dado. Tienen que acercarse: el uno al otro, a la persona que Dios ha puesto en autoridad y a Dios. El líder tiene que esperar en el Señor por su palabra. Ellos luego tienen que escucharla.

¿Hay algo que tú debas hacer para unir a la gente bajo tu autoridad? ¿Tu iglesia o tu familia?

¿Cómo puedes hacerlo? ¿Qué serían los obstáculos?

 

Para conquistar la tierra, tienen que estar convencidos de dos cosas: que el Dios vivo está en medio de ellos, y que Él es fiel a su promesa de expulsar a todos los enemigos de nuestras vidas. Si tenemos esa certeza, podemos avanzar con la fe y la confianza que Él hará lo que le corresponde.

Dije en el capítulo 2 que el reino de Dios no es una democracia, pero hay lugar para líderes elegidos por el pueblo. Ya tienen sus jefes que Josué usó para comunicar su palabra, pero ahora ellos tienen que elegir un hombre para cada tribu.

La nación cruza el río en tierra seca

Josué declara lo que el Señor le reveló: Cuando los sacerdotes pongan pie en el rio, su agua dejará de correr y se detendrá como si formara un embalse. Es esencial que Josué sepa sin duda que esta es la palabra del Señor; si no sucede así, todo fracasara: El pueblo perderá su confianza en Josué, se desanimará y probablemente nunca tomarán posesión de la tierra.

¿Hay veces cuando tú has declarado una palabra con mucha confianza que realmente no era de Dios?    ¿Cómo puedes confirmar que una palabra proviene de Dios antes de declararla?

 

¿Cuál sería la consecuencia de no declarar lo que Dios te da?

 

14 Cuando el pueblo levantó el campamento para cruzar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca del pacto marcharon al frente de todos. 15 Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha. A pesar de eso, tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el arca tocaron las aguas, 16 estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó. 17 Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en terreno seco, en medio del Jordán, mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco.

Amo la exactitud de la Biblia. Describe en detalle dónde el río se paró. En la época de la cosecha, el Jordán puede ser 1600 metros (una milla) de ancho. La mayoría de ellos no cruzaron el Mar Rojo, pero este milagro tiene que traer a su memoria la historia de ese milagro. Es una manifestación maravillosa del poder de Dios y su presencia con ellos mientras entrar en la tierra.

Para mantener las aguas paradas, los sacerdotes tenían que permanecer en el cauce seco, junto con el arca. Sin su perseverancia y obediencia, sería imposible que todos pudieran cruzar. Ellos fueron los primeros en entrar en las aguas, y serán los últimos en salir. Ellos facilitan el avance del pueblo. Así son los líderes del pueblo de Dios hoy: su obediencia y perseverancia permiten que el pueblo crezca y avance.

1Muy de mañana, Josué y todos los israelitas partieron de Sitín y se dirigieron hacia el río Jordán; pero, antes de cruzarlo, acamparon a sus orillas. 

Josué dio la orden de prepararse para entrar a la tierra; muy de mañana al día siguiente ya llegaron al río Jordán. Posiblemente durante los tres días que acamparon allí, los espías se fueron y volvieron. Josué ya hizo todo lo necesario para avanzar; tal vez solo quería un poco más información de los espías antes de dar ese paso.

Sigue el arca del pacto

Al cabo de tres días, los jefes del pueblo recorrieron todo el campamento con la siguiente orden: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y pónganse en marcha detrás de ella. Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino. Deberán, sin embargo, mantener como un kilómetro de distancia entre ustedes y el arca; no se acerquen a ella».

Será un momento emocionante. Es cierto que algunas tribus ya tenían su territorio en el lado este del Jordán, pero esperaron durante 40 años para cruzar este rio. Sin embargo, deben esperar un poco más; hay que hacer todo en orden.

Los jefes tienen plena autoridad, bajo la autoridad de Josué. Ya se han comprometido a escucharlo y obedecerlo. Ellos recorren todo el campamento para asegurarse de que todos sepan qué hacer. Una comunicación clara, uniforme y entregada a todos es un fundamento esencial para avanzar en el plan de Dios. Muchas iglesias sufren de una falta de buena comunicación, a pesar de todos los medios que tenemos en nuestros teléfonos. Ellos llevan una orden; hay muchos hoy que se resisten a las órdenes. No quieren ser dirigidos por nadie. Puede haber una buena comunicación, pero es un problema fundamental si no hay obediencia.

¿Eres un jefe?           ¿Cómo responden los demás a tu autoridad?

 

¿Eres miembro del pueblo de Dios? ¿Cómo respondes a las órdenes de aquellos a quienes Dios ha puesto en autoridad?

 

¿Existe unidad entre el pueblo en su obediencia a la voluntad de Dios?

 

El arca era el símbolo de la presencia de Dios y el elemento más sagrado de la nación. Tienen que esperar esa presencia de Dios. Tienen que ver el arca y recordar el pacto que hicieron con Dios en el desierto. Es un símbolo que anima a la gente que Dios va delante de ellos. Tienen que ir detrás del arca y los sacerdotes que la cargan. Es un camino totalmente nuevo para ellos y una tierra desconocida. No saben adónde van.

Puede que el Señor esté llevándote por un camino completamente nuevo. Nunca antes has pasado por ello. Puedes estar nervioso. Pero si esperas la presencia de Dios y sigues la palabra de las autoridades que Dios ha puesto en tu vida, sabrás adónde ir. Puede que ya sea el momento para abandonar tu puesto viejo, ponerte en marcha detrás de la presencia y guía de Dios, y dar ese paso de fe.

El arca era tan santa que tenían que mantener una distancia de un kilómetro de ella. Acercarse al arca puede ser fatal. Solo aquellos que Dios ha ordenado para llevarla pueden estar cerca del arca. Tienen que respetarlos y honrarlos, tal como hay cosas en la iglesia y la vida espiritual ahora que están reservadas para aquellos que Dios ha ordenado para ministrar con ellas.

No dejarán a nadie atrás. Todos avanzarán juntos. Esa unidad les da mucha fuerza y mucho ánimo. Si quieren sobrevivir y tener éxito en esa tierra, tienen que hacer todo exactamente de acuerdo con el plan revelado de Dios.

Purifícate para entrar en el propósito de Dios

Josué le ordenó al pueblo: «Purifíquense, porque mañana el Señor va a realizar grandes prodigios entre ustedes». 

No solo los sacerdotes y los que llevan el arca deben ser santificados; todo el pueblo tiene que purificarse. Es una preparación esencial para experimentar los grandes prodigios del Señor. Su presencia será muy real, y Él es un Dios santo. Para experimentar sus maravillas, tenemos que purificarnos. Gracias a Dios, la sangre de Jesus nos purifica de todo pecado.

¿Hay impureza en tu vida que no te permite avanzar y conquistar lo que Dios tiene para ti?

 

Deja que el Espíritu Santo escudriñe tu corazón. Confiesa cualquier pecado y toma la decisión de abandonarlo. Pide ayuda de Dios para caminar en santidad, con manos, corazón, labios y mente puros.

 

La batalla es de Dios

Y a los sacerdotes les dijo: «Carguen el arca del pacto y pónganse al frente del pueblo». Los sacerdotes obedecieron y se pusieron al frente del pueblo.

Este es un acto espiritual. Sí, habrá guerra, pero la batalla es de Dios. Así que no son los guerreros quienes van al frente del pueblo, sino los sacerdotes y el arca. Si Dios te ha llamado al liderazgo, obedécelo, y ponte al frente del pueblo. La presencia de Dios puede ser muy pesada, como el arca, y es una gran responsabilidad guiar al pueblo de Dios y ofrecer ese ejemplo de pureza.

Dios engrandecerá a Josué

Luego el Señor le dijo a Josué: «Este día comenzaré a engrandecerte ante el pueblo de Israel. Así sabrán que estoy contigo como estuve con Moisés. Dales la siguiente orden a los sacerdotes que llevan el arca del pacto: “Cuando lleguen a la orilla del Jordán, deténganse”».

No se menciona a los espías. No sabemos que opinó Dios sobre ellos. Pero Josué es su instrumento escogido para guiar al pueblo, y a Dios le gusta engrandecer a sus siervos, para que su pueblo se someta y los honre. Otras versiones dicen exaltarte (LBLA) y te haré cada vez más importante a los ojos de los israelitas (DHH). Cuando tú eres obediente a Dios y te humillas, Dios te engrandecerá. Muchas veces Dios permite que su siervo realice un milagro, traiga una palabra o actué de alguna manera para impresionar al pueblo que Dios está con él.

Josué está guiándolos, pasa a paso. Ahora tienen que detenerse a la orilla del Jordán para recibir un mensaje muy importante.

Entonces Josué les dijo a los israelitas: «Acérquense y escuchen lo que Dios el Señor tiene que decirles». 10 Y añadió: «Ahora sabrán que el Dios viviente está en medio de ustedes, y que de seguro expulsará a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos. 11 El arca del pacto, que pertenece al Soberano de toda la tierra, cruzará el Jordán al frente de ustedes. 12 Ahora, pues, elijan doce hombres, uno por cada tribu de Israel. 13 Tan pronto como los sacerdotes que llevan el arca del Señor, Soberano de toda la tierra, pongan pie en el Jordán, las aguas dejarán de correr y se detendrán formando un muro».

Con todo puesto en orden, el día comienza con una palabra de Dios. Es un momento crucial para escuchar la voz del Señor y cumplir precisamente lo que Él manda.

Con el pueblo reunido, da la Palabra de Dios

Primero, tenemos que reunir a las personas que Dios nos ha dado. Tienen que acercarse: el uno al otro, a la persona que Dios ha puesto en autoridad y a Dios. El líder tiene que esperar en el Señor por su palabra. Ellos luego tienen que escucharla.

¿Hay algo que tú debas hacer para unir a la gente bajo tu autoridad? ¿Tu iglesia o tu familia?

¿Cómo puedes hacerlo? ¿Qué serían los obstáculos?

 

Para conquistar la tierra, tienen que estar convencidos de dos cosas: que el Dios vivo está en medio de ellos, y que Él es fiel a su promesa de expulsar a todos los enemigos de nuestras vidas. Si tenemos esa certeza, podemos avanzar con la fe y la confianza que Él hará lo que le corresponde.

Dije en el capítulo 2 que el reino de Dios no es una democracia, pero hay lugar para líderes elegidos por el pueblo. Ya tienen sus jefes que Josué usó para comunicar su palabra, pero ahora ellos tienen que elegir un hombre para cada tribu.

La nación cruza el río en tierra seca

Josué declara lo que el Señor le reveló: Cuando los sacerdotes pongan pie en el rio, su agua dejará de correr y se detendrá como si formara un embalse. Es esencial que Josué sepa sin duda que esta es la palabra del Señor; si no sucede así, todo fracasara: El pueblo perderá su confianza en Josué, se desanimará y probablemente nunca tomarán posesión de la tierra.

¿Hay veces cuando tú has declarado una palabra con mucha confianza que realmente no era de Dios?    ¿Cómo puedes confirmar que una palabra proviene de Dios antes de declararla?

 

¿Cuál sería la consecuencia de no declarar lo que Dios te da?

 

14 Cuando el pueblo levantó el campamento para cruzar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca del pacto marcharon al frente de todos. 15 Ahora bien, las aguas del Jordán se desbordan en el tiempo de la cosecha. A pesar de eso, tan pronto como los pies de los sacerdotes que portaban el arca tocaron las aguas, 16 estas dejaron de fluir y formaron un muro que se veía a la distancia, más o menos a la altura del pueblo de Adán, junto a la fortaleza de Saretán. A la vez, dejaron de correr las aguas que fluían en el mar del Arabá, es decir, el Mar Muerto, y así el pueblo pudo cruzar hasta quedar frente a Jericó. 17 Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en terreno seco, en medio del Jordán, mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco.

Amo la exactitud de la Biblia. Describe en detalle dónde el río se paró. En la época de la cosecha, el Jordán puede ser 1600 metros (una milla) de ancho. La mayoría de ellos no cruzaron el Mar Rojo, pero este milagro tiene que traer a su memoria la historia de ese milagro. Es una manifestación maravillosa del poder de Dios y su presencia con ellos mientras entrar en la tierra.

Para mantener las aguas paradas, los sacerdotes tenían que permanecer en el cauce seco, junto con el arca. Sin su perseverancia y obediencia, sería imposible que todos pudieran cruzar. Ellos fueron los primeros en entrar en las aguas, y serán los últimos en salir. Ellos facilitan el avance del pueblo. Así son los líderes del pueblo de Dios hoy: su obediencia y perseverancia permiten que el pueblo crezca y avance.

Josué 2: ¿Espías van secretamente a la casa de una prostituta?

1Luego Josué hijo de Nun envió secretamente, desde Sitín, a dos espías con la siguiente orden: «Vayan a explorar la tierra, especialmente Jericó». Cuando los espías llegaron a Jericó, se hospedaron en la casa de una prostituta llamada Rajab. 

¿Secretamente? ¿Espías? ¿Una prostituta?

¿Hay algo en esas palabras que te molesta? La Biblia no comenta sobre esto. Josué recibió una palabra muy clara de Dios, pero no se mencionó el envío de espías. Para un hombre llamado a ser fuerte y valiente, parece algo extraño que casi su primer acto lo haya hecho en secreto. ¿Por qué? Él mismo era un espía, y el fracaso del informe de esos espías 40 años atrás resultó en todo ese tiempo vagando por el desierto. Supondría que ese hecho en sí mismo debería hacer que Josué se detuviera a pensar en espías. Deuteronomio 34 dice que recibió un espíritu de sabiduría, pero enviar espías no parece muy prudente.

Son dos; tal vez estaba pensando en sí mismo y en Caleb, y cuidadosamente escogió a hombres de fe. Pero, ¿por qué es necesario enviar espías si Dios está preparando el camino y ya le prometió éxito en la batalla? ¡Esperemos que esta misión de espionaje termine mejor que la misión de Josué 40 años atrás!

¿Qué opinas de la sabiduría de Josué en este caso?

¿Hay algo que tú hayas hecho en secreto? ¿Cuál fue el resultado?

 

Normalmente, ¿qué te motiva a actuar en secreto?

 

¿Puedes pensar en situaciones en las que enviaste “espías” en lugar de confiar en Dios?

 

Rajab resultó ser una buena persona, y podemos romantizar o espiritualizar el tiempo que estos dos hombres pasaron con ella, pero por lo general solo hay una razón para que un hombre visite la casa de una prostituta.

Cuando estás fuera de casa, ¿has sido tentado por prostitutas, pornografía u otra mujer? ¿Cómo respondiste a la tentación?

 

Los espías descubiertos

Pero el rey de Jericó se enteró de que dos espías israelitas habían entrado esa noche en la ciudad para reconocer el país. Así que le envió a Rajab el siguiente mensaje: «Echa fuera a los hombres que han entrado en tu casa, pues vinieron a espiar nuestro país».

El comienzo de su misión no parece muy exitoso. Probablemente no tenían mucha experiencia en espionaje y era obvio cuando entraron al país.

Dios dice que todo lo que digamos será revelado. La Biblia habla de la importancia de andar en la luz. Demasiadas veces, cuando intentamos hacer algo secretamente en la oscuridad, aparece la policía, un amigo o la esposa y nos ve, y ya no es un secreto.

Tal vez estaban seguros de que Dios los ayudaría. Pero si en realidad están actuando con presunción y fuera de su voluntad, Él les permite experimentar las consecuencias de su pecado. Ahora sus vidas dependen de la misericordia de Dios, y de una prostituta.

Pero la mujer, que ya había escondido a los espías, le respondió al rey: «Es cierto que unos hombres vinieron a mi casa, pero no sé quiénes eran ni de dónde venían. Salieron cuando empezó a oscurecer, a la hora de cerrar las puertas de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Vayan tras ellos; tal vez les den alcance». (En realidad, la mujer había llevado a los hombres al techo de la casa y los había escondido entre los manojos de lino que allí secaba). Los hombres del rey fueron tras los espías, por el camino que lleva a los vados del río Jordán. En cuanto salieron, las puertas de Jericó se cerraron.

Podríamos pensar que Dios tocó el corazón de esta mujer y la inspiró a mentir a los mensajeros del rey y salvar la vida de los dos hombres. Puede ser que Dios los haya dirigido a esta casa y esté en control de toda la situación. O puede ser que, dada la importancia de esta misión, Él esté actuando a su favor. Casi siempre, cuando actuamos en secreto y queremos ocultar algo, terminamos mintiendo. Por alguna razón, los hombres del rey aceptan su mentira y salen de la ciudad para perseguirlos.

¿Has mentido para encubrir una decisión necia?

 

¿Hay mentiras que tú tienes que mantener para proteger tu vida, tu negocio o tu matrimonio?

 

¿Cómo puedes arrepentirte de la mentira?

 

Apocalipsis 21:8 dice: Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte.

La petición de Rajab

Antes de que los espías se acostaran, Rajab subió al techo y les dijo:

—Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes. 10 Tenemos noticias de cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán. 11 Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra. 12 Por lo tanto, les pido ahora mismo que juren en el nombre del Señor que serán bondadosos con mi familia, como yo lo he sido con ustedes. Quiero que me den como garantía una señal 13 de que perdonarán la vida de mis padres, de mis hermanos y de todos los que viven con ellos. ¡Juren que nos salvarán de la muerte!

Puede ser una prostituta, pero esta mujer es muy sabia y astuta. Parece que todo Jericó está aterrorizado; ella recibe esta visita como una provisión de Dios para salvar su vida y la de su familia.

Vemos varias cosas importantes aquí:

  • Dios ya preparó el camino para Israel. La noticia de todas sus maravillas y de la derrota de otras naciones han llegado allí, y el temor de Dios cayó sobre ellos.

 

Dios no solo quiere glorificarse a sí mismo; quiere que el mundo respete a su pueblo.

 

¿Han visto otros la obra de Dios en tu vida, para darles temor de Dios, y tal vez motivarlos a buscar su favor?

 

Tú, y tu iglesia, ¿actúan de una manera que se ganen el respecto de los demás?

 

  • Han perdido la esperanza de sobrevivir frente a Israel. Rajab está segura de que Dios ya les ha dado la tierra. Sabe que es inútil luchar contra el plan de Dios, y quiere alinearse con los vencedores.

 

¿Qué harías tú en una situación tan desesperada? ¿Especialmente si un enemigo con una fuerza superior está matando cristianos?

 

 

  • No sabemos cómo, pero parece que Rajab puso su fe en Dios. Tal vez fue una fe genuina, o simplemente una fe de conveniencia.

 

No parece una mujer muy piadosa, y no sabemos cómo podría aprender acerca del verdadero Dios, pero no sería la primera vez que Dios se revela a una persona inesperada.

 

  • Puede ser que Dios conozca su fe y condujo a estos hombres a su casa para salvar a ambos: los espías y la familia de Rajab.

 

¿Cómo has visto la mano soberana de Dios moverse para ayudarte?

 

 

  • Con denuedo, Rajab pide la salvación de toda su familia. Varias veces Jesús nos anima pedirle con denuedo. Él reconoce y recompensa nuestra fe.

14 —¡Juramos por nuestra vida que la de ustedes no correrá peligro! —contestaron ellos—. Si no nos delatas, seremos bondadosos contigo y cumpliremos nuestra promesa cuando el Señor nos entregue este país.

No tienen muchas alternativas, pero los espías le garantizan su salvación. Demasiadas veces alguien promete algo a Dios o a otros en la presión del momento, y luego no cumple su promesa.

¿Eres una persona de palabra?

 

¿En cuales circunstancias te sientes tentado a no cumplir tu palabra?

 

¿Hay algo que debas hacer para restaurar la confianza con alguien con quien rompiste tu promesa?

 

Los espías aclaran el procedimiento y son liberados

15 Entonces Rajab los bajó por la ventana con una soga, pues la casa donde ella vivía estaba sobre la muralla de la ciudad. 16 Ya les había dicho previamente: «Huyan rumbo a las montañas para que sus perseguidores no los encuentren. Escóndanse allí por tres días, hasta que ellos regresen. Entonces podrán seguir su camino».

Ellos confían en ella, y en que no les está tendiendo una trampa, pero no tienen muchas opciones. Están en tierra extranjera y en peligro.

Pienso en como muchos cristianos ayudaron a los judíos a escapar del holocausto, a pesar del peligro a sus propias vidas. ¿Harías lo mismo?

17 Los hombres le dijeron a Rajab:

—Quedaremos libres del juramento que te hemos hecho 18 si, cuando conquistemos la tierra, no vemos este cordón rojo atado a la ventana por la que nos bajas. Además, tus padres, tus hermanos y el resto de tu familia deberán estar reunidos en tu casa. 19 Quien salga de la casa en ese momento será responsable de su propia vida, y nosotros seremos inocentes. Solo nos haremos responsables de quienes permanezcan en la casa si alguien se atreve a ponerles la mano encima. 20 Conste que, si nos delatas, nosotros quedaremos libres del juramento que nos obligaste hacer.

21 —De acuerdo —respondió Rajab—. Que sea tal como ustedes han dicho.

Luego los despidió; ellos partieron, y ella ató el cordón rojo a la ventana.

Ellos son muy claros con las condiciones necesarias. Puedes ver su confianza en que volverán y derribarán esos muros. Son hombres listos; a pesar de la presión del momento, le presentan un plan claro para salvar a su familia.

22 Los hombres se dirigieron a las montañas y permanecieron allí tres días, hasta que sus perseguidores regresaron a la ciudad. Los habían buscado por todas partes, pero sin éxito. 23 Los dos hombres emprendieron el regreso; bajando de las montañas, vadearon el río y llegaron adonde estaba Josué hijo de Nun. Allí le relataron todo lo que les había sucedido: 24 «El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos. ¡Todos sus habitantes tiemblan de miedo ante nosotros!»

A diferencia de los espías que acompañaron a Josué 40 años atrás, estos hombres vuelven con un buen informe y la confianza de que Dios verdaderamente ha entregado a todo el país en sus manos. Todavía no sabemos si fue la voluntad de Dios enviarlos, pero Josué ahora tiene el valor para entrar en la tierra y vencer a los pueblos de allí. Posiblemente hubiera sido mejor para él simplemente creer lo que Dios le dijo. Pero nosotros caemos en lo mismo: buscamos alguna señal, alguna confirmación, para dar ese paso de fe.

Rajab: La heroína del capitulo

Así tenemos el primer acto de Josué (después de hablar con los jefes). Aunque hay dudas sobre lo que hizo, hay una lección muy importante para nosotros. Solemos despreciar a una prostituta, pero ella es la heroína de la historia. Y sorprendentemente, ¡ella está en la genealogía de Jesucristo (Mateo 1:5)! ¡Y Hebreos la incluye como una heroína de la fe (Hebreos 11:31)! Se integró a la comunidad judía, se casó con Salmón y engendró a Booz. Era la suegra de Rut, otra mujer gentil que se integró a la comunidad de fe y estuvo en la línea del mesías. Verdaderamente, no hay acepción de personas con Dios. Él puede transformar la vida de una prostituta gentil, y Él puede transformar tu vida. No importan la raza, el pasado o la clase. Ninguna de esas cosas que son tan importantes en el mundo. Según la tradición de los rabinos judíos, Rajab era una de las cuatro mujeres más hermosas del mundo, y la antepasada de ocho profetas, incluido Jeremías.

No sabemos si estuvo bien o mal que Josué enviara a esos espías, pero Dios es misericordioso y tiene una misión importante que cumplir. Él redime la situación y bendice a una pobre prostituta en el proceso.

¿Conoces a alguien como Rajab que el mundo desprecia, pero que Dios ha preparado una parte importante de su plan?

 

¿Eres tu una Rajab? ¿O un espía?

¿O un Josué, actuando en secreto y posiblemente creando dificultades para los demás?

Un mensaje para el Día del Padre

¿Qué significa ser padre? La parte más fácil y agradable es iniciar ese proceso de 9 meses que da como resultado el milagro de “hueso de mi hueso, carne de mi carne.” Toda vida tiene un valor infinito, pero es aún más hermoso cuando ese bebé es el fruto del amor comprometido de una pareja casada, donde el padre es parte integral en la crianza de ese hijo. Es el comienzo de un proceso que durará toda la vida. La relación cambia con los años, pero un padre siempre ocupa un lugar único en el corazón de su hijo o hija; la ausencia de un padre deja un agujero.

No hay un padre perfecto en esta tierra. Fracasamos como hijos y como padres. Un paso importante para restaurar esa relación es confesar el fracaso y pedirle perdón. Mientras haya vida, nunca es demasiado tarde, ni siquiera en el lecho de muerte.

La buena noticia a la luz del dolor y la ira que podemos experimentar en esa relación es la posibilidad de ser adoptados por un Padre perfecto y ser hijos de Dios, con la promesa de una herencia en su reino. Recibimos esa nueva vida por la fe en Jesucristo, al confesar nuestro pecado, entregarnos a su señorío y seguirlo con un corazón arrepentido.

El capítulo 11 de Hebreos está lleno de héroes de la fe. Una cosa obvia al leer ese capítulo es que todos tuvieron fallas o dificultades. Incluso llegamos al final del capítulo y leemos:

36 Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. 38 ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas.

¿Y esa es la vida de un héroe de la fe? En la iglesia, ¿has escuchado una invitación a la salvación ofrecer esa vida? ¿No siempre hablamos de cómo Jesús soluciona nuestros problemas, nos hace prosperar, restaura las relaciones y nos da paz y felicidad? Lamentablemente, esta vida no es fácil. La vida cristiana no es fácil. Y ser padre no es fácil. El capítulo 12 de Hebreos es una palabra de Dios para el padre; te ofrece la oportunidad de examinar tu vida y crecer como cristiano y padre.

1Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. 

Por lo tanto, a la luz de esta multitud de héroes de la fe en el capítulo 11, esos testigos del poder y la fidelidad de Dios, hay algunas cosas que tenemos que hacer. Gracias a Dios por esa multitud que nos rodea. Muchos de ellos están en el cielo, pero en cada momento tenemos la Biblia que está llena de sus experiencias. Leerla edifica nuestra fe y nos anima a seguir adelante. También tenemos testigos que nos animan en la iglesia, la familia y entre nuestros amigos. Tu puedes (¡deberías!) ser uno de esos testigos que estimula la fe y la obediencia de otros. Tal como no quieres traicionar la expectativa de tu padre, no quieres traicionar la expectativa de esos testigos o de Papá Dios. Ellos te motivan a ser mejor cristiano y padre.

Hay tres mandatos importantes en este versículo:

  1. Despójate del lastre que te estorba. Quita todo peso que te impida correr. Ese peso hace que la correa sea mucho más difícil. Muchos ni siquiera se dan cuenta de que están intentando correr con mucha carga y mucho peso. Dios nos da permiso y el poder para despojarnos de ese lastre, pero tú tienes que tomar la decisión de eliminarlo. ¿Cuáles son las cargas que tú llevas?
  2. Despójate del pecado que te asedia. Ese pecado te encadena, te ata y te hace tropezar, hasta que sea casi imposible correr. Renúncialo; tu familia te necesita. Dios quiere librarte de ese pecado. Muchos hombres están ciegos a su pecado, pero el Espíritu Santo te abrirá los ojos si se lo pides. ¿Cuáles son los pecados que te hacen tropezar?
  3. Corre con perseverancia la carrera que tienes por delante. Hay una carrera que Dios tiene para tu vida. Un plan y un propósito. ¿Sabes cuál es? ¿Crees que estás corriendo en esa carrera? Está por delante; no vuelvas atrás no mires atrás. Hay algo nuevo que Dios quiere hacer en tu vida. Hay muchos hombres paralizados, que pasan horas sentados frente a su compu o tele. Sí, hay un tiempo para esperar en Dios, pero este es un caminar de fe, siguiendo a Jesús. Hay una carrera, y tenemos que correr. Dios quiere librarte de los altibajos, para correr con perseverancia a pesar del cansancio y el desánimo.

Hay una cosa más, muy importante, que es el secreto de la perseverancia:

Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. 

¿Quién escribió el libro sobre la fe? ¡Cristo! Es el autor o iniciador de nuestra fe. Todo empieza con Jesús. ¿Quién está trabajando para perfeccionar tu fe? ¡Cristo! ¿Quién es tu ejemplo? ¡Cristo! La Nueva Traducción Viviente dice que es el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Él también pasó por un proceso, que incluyó humillarse a sí mismo para dejar al cielo y nacer como un bebé, ser rechazado por su propia familia y sufrir una muerte agonizante en una cruz. Ahora Él nos ofrece el mismo gozo y la misma esperanza: vamos a compartir una eternidad en la gloria del cielo, reinando con Él. Esa visión le dio la fuerza para superar el dolor.

Si tú fijas tu mirada en tu familia, tus circunstancias y lo que está sucediendo en el mundo, no podrás correr la carrera. Hay demasiado pecado, dolor y problemas. Fija la mirada en Jesus. Háblale. Adóralo. Medita en sus palabras. Sigue su ejemplo. Piensa en su vida y lo que tiene preparado para ti en el cielo. Soporta tribulaciones y angustias, y menosprecia la vergüenza que has sentido.

Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.

¿Experimentas oposición por parte de los pecadores? ¡Habrá oposición! Del diablo, del mundo, y, a veces, de la misma familia o iglesia. Jesus la experimentó. Si te cansas o pierdes el ánimo frente a esa oposición, es normal; sucederá si no tienes la mirada fija en Cristo. Jesus perseveró, y tú tienes que perseverar, no importa lo dura que sea la lucha. No te rindas. Considera a Jesus. Acércate a Él. Fija tu mirada en Él. Y sigue corriendo para ganar el premio.

En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre. 

¿Estás en la lucha? Bienvenido a la vida. Incluso el mejor cristiano esta siempre en la lucha. Si no hay lucha, puede significar que el enemigo ya te ha vencido y no tiene que perder el tiempo peleando contra ti. Pero, ¿qué tan duro estás luchando realmente? ¿Has resistido hasta derramar tu sangre? ¿No es cierto que a menudo es más fácil resistir un poco y luego caer en el pecado? ¡Cristo perdió su vida en su lucha contra el pecado!

Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirigen:

«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a todo el que recibe como hijo».

¿Esas son palabras de aliento? ¿En serio? ¿Ser azotado? ¿Reprendido por el Señor? ¿Sabes lo que es ser disciplinado por Dios? ¿De verdad quieres ser hijo de Dios? Entonces, tienes que aceptar que no eres tan perfecto como creías, pero Dios te ama, y quiere perfeccionarte y santificarte. Tómate en serio su disciplina. Recíbela como una señal de que tu Padre perfecto te ama y está obrando en tu vida.

Si recuerdas tu infancia, o si eres padre y has disciplinado a tus hijos, tú sabes que el niño puede volverse rebelde y resistir la disciplina. En lugar de amarte por ella, tu hijo puede aborrecerte. Él hace la vida mucho más dura porque se resiste a aquello que podría permitirle evitar mucho dolor. Si la disciplina es demasiado severa, también puede desanimarse. Recibe la reprensión y corre hacia tu Papá; te espera con los brazos abiertos para sanarte y levantarte.

Si eres padre, sé responsable y amante, y disciplina, reprende y azota a tus hijos. Con sabiduría y amor, y nunca con ira. Ellos te necesitan. Nunca debe tocar solo a mamá para disciplinar a los hijos.

¿Estás experimentando la disciplina de Dios ahora? ¿Te ha reprendido o azotado? ¿Qué puedes hacer para que el proceso sea más fácil y provechoso?

Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? 10 En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. 11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

Desafortunadamente, hay muchos hijos que no son disciplinados por su padre, o ese hombre simplemente no está presente. Y lamentablemente, hay muchos niños que no respetan a sus padres cuando los disciplinan. (Si eres un joven, ¿respetas la disciplina de tu papá?)

Confía en Dios, que Él hace todo perfecto. Créelo, que es por tu bien. Piensa en el fin: ¡puedes participar de su santidad! ¡Habrá una cosecha de justicia y paz! ¡Dios lo hace para que tú vivas de verdad! Deja que Dios te entrene, para correr mejor la carrera que tienes por delante. Sométete a Dios. Soporta la disciplina. Él sabe cuánto tú puedes soportar y no quiere destruirte o lastimar tu espíritu.

12 Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas. 13 «Hagan sendas derechas para sus pies», para que la pierna coja no se disloque, sino que se sane.

¡Es otro mandato! ¡Renueva las fuerzas! El autor te ha enseñado cómo hacerlo aquí. Haz sendas derechas para tus pies. Es otro mandato. Algunos corren como si estuviesen en un laberinto. ¡No es de extrañar que se haya caído y tenga la pierna dislocada! Examina tu senda para ver cuáles son los obstáculos, y qué puedes quitar o enderezar para hacer tu carrera más recta. Tus manos, ¿están cansadas? ¿Las rodillas debilitadas? (¡Y no porque hayas pasado tanto tiempo arrodillado en oración!) Eso sucede. Por eso está escrito aquí en la Biblia. Pero piensa de nuevo en los héroes de la fe en el capítulo 11, y especialmente en Jesucristo. Tú eres un hijo de Dios. Él es un Padre perfecto. Uno de los grandes privilegios como hombre es ser padre, y comprender y experimentar el corazón paternal de nuestro Dios. Tal como tú amas a tus hijos, Él te ama a ti, e infinitamente más. Despójate del lastre que te estorba y el pecado que te asedia. Corre con perseverancia la carrera que tienes por delante. Fija tus ojos en Jesus y el gozo que te espera en comunión con Él y esa gran nube de testigos.

Josué 1: Sé fuerte y valiente

1Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés: «Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas.

Hay momentos en los que nos cuesta entender por qué Dios dijo algo. Creo que es muy obvio para todos que Moisés ha muerto. Pero es su muerte la que provoca este “después”. Hay un tiempo para esperar en Dios. Tiempo de duelo. Y hay un tiempo para avanzar y conquistar. Este libro no trata de esperar, sino de avanzar. Es para aquellos que han recibido una palabra de algo que Dios tiene para ellos. Algo que Dios quiere darte. No hay ningún costo para la salvación, la llenura del Espíritu Santo o los dones espirituales. Pero eso no significa que no habrá una lucha. Que no tienes que hacer nada. Este libro nos enseñará cómo tomar posesión de las promesas de Dios.

Primero, tienen que prepararse. Entrar en la batalla sin la preparación adecuada puede ser muy peligroso. En este caso, son las provisiones para la vida diaria (verso 11) y las armas que ocuparán en la batalla. También para empacar todo y estar listo para el viaje. Este no es el momento de sembrar o edificar casas. Tienen que estar preparados para mudarse.

¿Crees que estás preparado para la lucha? ¿Para avanzar y conquistar? ¿Qué más puedes hacer para prepararte?

Este es un mover corporativo. No pueden dejar a nadie atrás. Todo el pueblo tiene que avanzar junto. Una familia sola o un hombre solo garantizan la derrota. La unidad es muy importante.

¿Tienes una mentalidad individualista? ¿Te cuesta esperar para otros y moverte con el pueblo de Dios?

¿Qué crees que Dios quiere darte? ¿Has creído que no tienes que luchar ni hacer nada para recibirlo porque es un don de Dios? ¿Has creído que tienes que merecer esa bendición?

Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste.

Moisés está muerto, pero eso no cambia la promesa de Dios. Las promesas de la Biblia se aplican a ti también. Por supuesto, hay algunas específicamente para un pueblo en algún momento. Tú no puedes ir a Israel ahora y declarar y creer que todo lugar que toquen tus pies será tuyo. Pero el principio se aplica a ti. La herencia que recibirás depende de tu fe y ambición para cosas grandes. Físicamente, ellos tienen que caminar sobre esa tierra.

Este era un territorio muy extenso. Lamentablemente, nunca lograron conquistarlo. Como vamos a ver, se cansaron y se conformaron con algo mucho más pequeño. Hay demasiados cristianos que tienen mucho potencial y la posibilidad de alcanzar la grandeza, pero terminan sus vidas decepcionados y con una pequeña porción de lo que Dios intentó para ellos.

Si hay alguna esperanza de victoria en esta tierra, Dios sabe que necesitan un líder ungido por Dios, y capacitado para guiar e inspirar al pueblo. Ya que Josué perdió a su mentor, Dios tiene que fortalecer y animar a su nuevo líder.

Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

Todos tenemos altibajos, pero Dios no cambia. Su promesa y su provisión es de por vida. Todos los días. Es peligroso tener un “día malo” cuando lideras a miles de personas contra el enemigo. Josué fue testigo durante muchos años de la fidelidad de Dios a Moisés. Es cierto que él es un hombre muy diferente de Moisés, pero exactamente como Dios estuvo con Moisés, estará con Josué. Qué gran consuelo le da al líder saber que Dios nunca lo dejará ni lo abandonará. Podemos cometer errores e incluso experimentar la disciplina de Dios, pero Él nunca nos abandona.

Dios también le promete ser más que un vencedor: Nadie, ni de su propio pueblo ni de los paganos, podrá enfrentarse a Josué. ¡Qué gran confianza y fortaleza nos da saber esto! ¡Dios es por ti! Y si Él es por ti, ¿quién contra ti? ¿No es cierto que con esa certeza tú puedes soportar cualquier batalla o problema?

¿Hay momentos en tu vida en los que has sentido que Dios te dejó? ¿Realmente te abandonó? ¿O puedes testificar de la fidelidad de Dios para siempre estar contigo?

Dios será fiel en hacer su parte, pero hay una parte importante para Josué. Si caemos, no es por culpa de Dios, sino por nuestro fracaso en hacer nuestra parte.

»Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas».

Josué tiene un llamado de Dios, confirmado por la imposición de las manos de Moisés. Tiene una parte muy importante en el plan de Dios. Él es el instrumento escogido por Dios para cumplir una promesa hecha cientos de años atrás: Heredar la tierra que Dios le prometió a Abraham. Dios hará lo necesario para asegurar de que Josué lo haga.

¿Sabes dónde encajas en el plan de Dios para la historia? ¿Hay promesas bíblicas que tú puedas ayudar al pueblo de Dios a experimentar?

Lo que Josué tiene que hacer es ser fuerte y valiente. Tener mucho valor y firmeza. Son mandatos. Dios no quiere escuchar excusas. El Dios todopoderoso del universo entero acompañará a Josué dondequiera que vaya. ¿Andas con ese conocimiento de que Dios te acompaña? Está allí dondequiera que vayas. Si te encuentras en un lugar donde no deberías estar, Él te ve y su Espíritu te convencerá de que debes salir. Pero Él siempre te acompaña.

Es el conocimiento de la promesa de Dios lo que ayuda a Josué ser fuerte y valiente. El miedo y el desánimo son comunes entre los líderes, y son fatales. La experiencia diaria de la presencia y el amor de Dios debería echar fuera todo el temor y animarte a seguir adelante, a pesar de los obstáculos. Estar en dos mentes y vacilar te destruirá como líder, y desanimará a quienes te sigan. Ellos necesitan a alguien firme, libre del temor.

Dios no te manda hacer algo que sea imposible. Si te manda ser fuerte y valiente, te dará esa valentía y esa fuerza. Espera en Él, busca su rostro y ejercita tu fe para creer que eres fuerte y valiente. Luego actúa de acuerdo con esa fe.

Muchas veces es una cuestión sencilla de obedecer. Aunque no tengas las ganas y te parezca imposible, da ese paso de obediencia, y Dios te ayudará. Tienes que saber qué obedecer. Gracias a Dios tenemos su provisión, un libro lleno de su voluntad. Medita en esta palabra. Memorízala. Recítala. No solo unos minutos en tu tiempo devocional, aunque eso es importante. La Biblia es tan esencial que tienes que meditar en ella día y noche.

Lamentablemente, hay muchos con gran conocimiento de la Palabra, incluso pastores, que no la ponen en práctica. Aún más personas eligen porciones que les agradan para obedecer, e ignoran otras porciones desagradables. Dios lo deja muy claro aquí: Tenemos que obedecer toda la Biblia. Diligentemente tenemos que escudriñar la Palabra para cumplir cuidadosamente todo lo que está escrito en ella.

La promesa del éxito es universal también: Si Josué simplemente hace esas cosas sencillas, tendrá éxito dondequiera que vaya. La obediencia a la Palabra te trae prosperidad y éxito. No necesariamente riquezas, sino éxito en lo que Dios te llama a hacer.

¿Cómo está tu obediencia? Honestamente, ¿qué porcentaje de lo que sabes de la Biblia estás obedeciendo? ¿Hay  áreas en las que ya sabes que estás en desobediencia? ¿Cuánto tiempo durante el día pasas meditando en la Palabra?

Para cumplir con la promesa y el mandato de Dios aquí, tienes que crecer en tu conocimiento de la Biblia y cuidadosamente cumplir todo lo que lees. No permitas que tu conocimiento supera tu obediencia.

10 Entonces Josué dio la siguiente orden a los jefes del pueblo: 11 «Vayan por todo el campamento y díganle al pueblo que prepare provisiones, porque dentro de tres días cruzará el río Jordán para tomar posesión del territorio que Dios el Señor le da como herencia».

Este es un buen comienzo. Josué no tiene que enaltecerse ni defenderse. Habla con autoridad; la autoridad que proviene de escuchar la voz de Dios y hablar como su portavoz. Él no se refiere a su capacidad como comandante, sino a la promesa de Dios y su poder para darles la tierra. No va más allá de lo que mandó Dios, sino comunica exactamente lo que el Señor le dijo: Prepárense. Josué habla con valentía y confianza: Cruzarán el río y tomarán posesión de la tierra. No hay duda. No hay evidencia de timidez ni temor en este nuevo líder.

¿Tienes esa autoridad en tu liderazgo, ya sea en casa, en la iglesia o en el trabajo? La autoridad fluye de los tiempos en la presencia de Dios, de compartir su Palabra y de tener fe en Dios. Esa autoridad inspira a otros a la acción. ¿Caes en la trampa de enaltecerte para proyectar tu importancia y cubrir tu inseguridad?

El reino de Dios no es una democracia, ni en ese momento, ni hoy ni en el cielo. Es una teocracia, donde Dios manda, y tiene una cadena de autoridad para comunicar su voluntad. Él se revela a aquellos que Él ha llamado y ellos comunican su palabra a aquellos que Dios ha confirmado como líderes. No quiere decir que sea una dictadura, pero Josué no realiza una elección aquí a ver cuántos quieren cruzar el Jordán o cuántos quieren reclamar su herencia. Ya se estableció hace años que van a entrar a la tierra y ocuparla, y así será para todos. Aquellos que se rebelan, como muchos lo hicieron en el desierto, probablemente morirán. Esto no significa que una democracia no sea una buena forma de gobernar un país terrenal, pero tampoco podemos decir que la democracia es ordenada por Dios.

Josué también aprendió una lección importante de Moisés: Delega la tarea a los jefes del pueblo. Confía en la relación de ellos con su pueblo. Y él incluye a todos: Tienen que ir por todo el campamento.

En tu familia, tu iglesia o tu trabajo, ¿hay cosas que tú haces que puedas delegar a otros? ¿Sabes cómo dar la libertad a esos “jefes” de realizar su tarea, sin abandonarlos? ¿Cómo te les puedes formar y animar a que hagan su trabajo?

Josué tiene instrucción adicional para tres de las tribus:

12 A los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué les mandó:

13 —Recuerden la orden que les dio Moisés, siervo del Señor: “Dios el Señor les ha dado reposo y les ha entregado esta tierra”. 14 Sus mujeres, sus niños y su ganado permanecerán en el territorio que Moisés les dio al este del Jordán. Pero ustedes, los hombres de guerra, cruzarán armados al frente de sus hermanos. Les prestarán ayuda 15 hasta que el Señor les dé reposo, como lo ha hecho con ustedes, y hasta que ellos tomen posesión de la tierra que el Señor su Dios les da. Solo entonces podrán ustedes retornar a sus tierras y ocuparlas. Son las tierras que Moisés, siervo del Señor, les dio al este del Jordán.

Esto puede ser más delicado. Estas tribus ya tienen sus tierras, en el lado este del rio Jordán. Josué los llama a dejar a sus familias y confiar en Dios por el bienestar de sus mujeres, sus hijos y su ganado, y los que son demasiado mayores para guerrear. Es una cuestión de fe: Tienen que confiar que Dios los cuidará. Josué apela a lo que Moisés hizo por ellos, dándoles su tierra. Pero Josué va más allá de lo que hizo Moisés, y manda que vayan al frente de sus hermanos. Tienen que prestarles ayuda.

Otra vez vemos la importancia de entender la naturaleza corporativa del pueblo de Dios: Debe ser una igualdad entre la gente. Nadie puede reposar hasta que todos hayan tomado posesión de su tierra. Esto es amor al prójimo, es lo opuesto al egoísmo que solo busque su propia prosperidad. Sí, hay una herencia que Dios les dará, pero es la obligación del pueblo de Dios luchar y trabajar para que todos reciban esa herencia. No es algo que Dios haga de manera sobrenatural.

Si vamos a aplicar esto al mundo actual y a nuestros países, algo anda mal si hay mucha división entre ricos y pobres. Aquellos que ya han alcanzado un nivel de vida, bíblicamente, están obligados a ayudar a otros a recibir su herencia. Más aún en la iglesia de Cristo: algo anda mal si una congregación reposa en su edificio hermoso y una congregación vecina no puede pagar la luz.

16 Ellos le respondieron a Josué:

—Nosotros obedeceremos todo lo que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos envíes. 17 Te obedeceremos en todo, tal como lo hicimos con Moisés. Lo único que pedimos es que el Señor esté contigo como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que se rebele contra tus palabras o que no obedezca lo que tú ordenes será condenado a muerte. Pero tú, ¡sé fuerte y valiente!

Esta es la devoción y sumisión que los líderes deben ofrecer a alguien que es claramente llamado por Dios, escucha a Dios y mantiene esa relación íntima con Dios. Estos líderes son muy sabios e insisten en que Josué haga lo necesario para que Dios esté con él como estuvo con Moisés.

Esta afirmación y declaración da un tremendo aliento al nuevo líder. Si tú estás en una posición de liderazgo, esa lealtad al pastor o al jefe es muy importante. Resiste cualquier inclinación a murmurar y socavar su liderazgo. Y déjale claro tu compromiso al líder. Aquí afirman que castigarán la rebelión o la desobediencia con la muerte.

Es para el beneficio de todos que el líder sea fuerte y valiente, y camine en intimidad con Dios. Deberías desear eso para tu marido si eres una esposa, y para tu pastor si eres una de sus “ovejas.” ¿Cómo está tu obediencia y sumisión a quienes Dios ha puesto en autoridad sobre ti? ¿Tiendes a murmurar o chismear sobre él? Este no es un cheque en blanco para abuso de autoridad; esa es un pecado que Dios castigará. Pero hay mucha falta de este espíritu de obediencia y sumisión en la iglesia. Y faltan hombres fuertes y valientes que disfruten de la intimidad con Dios en el liderazgo.