Mateo 1:18-25  José

¿Que hay en navidad para un hombre? En la mayoría de hogares la atención centra en los niños. La mujer se ocupa mucho con la comida y todas las preparaciones en la casa. Tú buscas el regalo perfecto para tu amada. Pero el hombre no reciba muchos regalos – y frecuentemente el regalo que reciba no es algo que desea.

La primera navidad también centró en una mujer – su embarazo y su bebé. Es María que fue encinta por el Espíritu Santo, llevó a Jesucristo en su vientre, y lo dio a luz. Se encuentra la historia mejor conocida del nacimiento en el evangelio de Lucas. Lucas era gentil. Escribió su evangelio para el mundo griego. En su historia del nacimiento da mucho énfasis a María. Dice muy poco acerca de José.

El evangelio que da más énfasis a José

¿Sabías que el primer evangelio, Mateo, casi no menciona a María? Es una historia muy distinta de la de Lucas. Fue escrito para judíos. Para ellos, el padre tiene mucha importancia. ¡Mateo da más énfasis a José!

La primera parte del primer capítulo es la genealogía de Jesús. Para los judíos es muy importante saber quién eran sus padres y de que tribu son. Lucas también tiene una genealogía. Las dos tienen varias diferencias, pero ambas son la línea de José.

¿Que sabemos acerca de José?

En la iglesia no hablamos mucho acerca de él. No sabemos cuántos años tenía, pero José era un hombre algo mayor. Pasaba muchos años esperando en Dios para una esposa. Era un hombre muy piadoso y había orado mucho para una mujer. En su corazón estaba seguro que era María. Estaban en su noviazgo, con los sueños normales para una familia y un hogar. Se supone que estaban enamorados, aunque el noviazgo de esos días era muy distinto de lo que sabemos hoy en día.

Era un hombre humilde, contento trabajando como carpintero. No estaba buscando ni esperando ningún ministerio especial. No era bien educado. No tenía experiencia ninguna como padre o esposo, aunque tenía más experiencia en la vida que la jovencita María. No era sacerdote, fariseo, o rabino. No era poderoso ni rico. No era de Jerusalén u otra ciudad importante, sino de un pueblo menospreciado. Decían de ello: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Nadie escogería a José para algo tan importante. Nadie sino Dios.

Dios es soberano

Claro que José y María no tenían idea ninguna de los planes de Dios, pero el Señor estaba arreglando todo para el evento más importante de toda la historia. Tal como Dios escogió a María para ser la madre de Jesús, escogió a José para ser su padre terrenal. Claro que María tenía la carga más pesada, pero el padre también tiene un rol muy importante. ¡Dios confiaba en José para criar al Hijo de Dios!

¿Crees en la soberanía de Dios? ¿Crees que Dios te escogió a ti para ser el padre de tus hijos? Y si por alguna razón nunca has tenido hijos, ¿crees que fue en su plan también? ¿Crees que Dios tiene un propósito en tu matrimonio, a pesar de todos los problemas que tengas? Es posible que tú también estés trabajando y cuidando a tu familia – y Dios tenga algo preparado para ti mucho más allá de lo que puedas imaginar. Sigue fiel en tu trabajo y tu familia, y si Dios tiene algo para ti, te llamará.

Circunstancias fuera de tu control

Como muchos hombres, José bregaba con circunstancias fuera de su control:

  • El censo mandado por Roma. No había opción. Tenían que viajar en el momento más delicado para María.
  • En Belén fue José que tenía que buscar a un lugar. Cada hombre quiere lo mejor para su mujer cuando va a dar a luz. Pero no es siempre posible. José no tenía plata y no conocía a nadie en Belén. A fin de cuentas tenían que aceptar un establo sucio.
  • En Mateo 2 leemos de una amenaza contra el niño. En sueno Dios advirtió a José del peligro. No a María. Y fue José que tenía que levantarse y huir y encontrar un lugar en Egipto.

Se espera que Dios arreglaría las mejores condiciones para el nacimiento del mesías. Pero al contrario, estaban entre las peores.

¿Que haya fuera de tu control en tu vida ahora? ¿Crees que Dios tiene el control? ¿Confías que él te ayudará bregar con las situaciones difíciles? La vida de José no salió como estaba esperando. Había muchas dificultades y razones para dudar el plan de Dios para su matrimonio. Poco en esta vida sale conforme a nuestras expectativas, ¡pero Dios es soberano!

Así fue el nacimiento de Jesús

18 El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. 

De Lucas sabemos cómo supo María que sería una madre. Pero nunca dice como José lo supo. ¿Fue de María? En esos días el novio no tenía mucha oportunidad para platicar con su novia en privado. Me parece poco posible.  ¿De sus amigos? Nazaret era un pueblo pequeño y seguro que habría mucho chisme. Claro que era un golpe fuerte cuando José recibió las noticias. Dios no tenía la cortesía de informarle más temprano. Muchas veces hay cosas que pasen con mujeres y el pobre hombre no tiene ninguna idea de lo que está sucediendo.

Divorcio: ¿La mejor opción?

19 Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto.

José tenía que hacer algo. Perdería el respeto de la comunidad si no hizo nada. En esos días un compromiso era como el matrimonio. Para romperlo José tenía que divorciarse de María. Uno de los diez mandamientos prohíbe el adulterio. Por su falla José tenía todo derecho de divorciarse. Aun peor, bajo la ley María puede ser apedreada como adultera. O, lo peor, José podía presionarla a abortar al bebe. ¡Imagínate abortando al Hijo de Dios!

Pero José era un hombre justo. De verdad amaba a María. No quería infamarla. A pesar de mucho lamento y confusión, iba a dejarla secretamente. Siempre la tentación es dejar una situación difícil, sea un trabajo, una iglesia, o un matrimonio. José tenía una excusa muy buena. Muchas veces parece más fácil simplemente dejar la familia. Pero de verdad no es. Dios tenga un propósito en las dificultades que nosotros no sepamos. No tengas prisa en dejando algo o juzgando alguien.

¿Eres guiado por justicia en tus decisiones? ¿Quieres ser un hombre justo como José? Hay tantas tentaciones hoy en día:

  • No esperando hasta el matrimonio a tener relaciones.
  • Pornografía en el internet.
  • Robando pequeñas cosas de tu trabajo.
  • Dejando a tu esposa y familia. Para muchos, divorcio parece la única opción para solucionar una situación imposible.

Tú seas un hombre justo como José, siguiendo lo que dice la Biblia. Frente a esas tentaciones, y antes de actuar en una decisión difícil, hay un paso muy importante.

Considéralo

20 Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. 

Gracias a Dios José no actuaba con mucha prisa. Estaba pensando en sus opciones. Estaba considerando el divorcio. Y estoy seguro que estaba esperando en Dios para confirmación. Siempre es peligroso actuar con mucha prisa. Piénsalo bien. Ora. Espera una palabra del Señor. Dale la oportunidad de hablar. Cuando sentimos mucha urgencia ya no estamos abiertos a los consejos de otros y estamos en peligro. En la pasión hagamos cosas que más tarde lamentemos mucho.

Claro que Dios no iba a permitir un divorcio, ni apedreándola, ni un aborto. Y de una manera u otra Dios te llamará la atención. En este caso un ángel apareció en sus sueños. ¿Crees que Dios puede hablarte en sueños? ¿Crees que puede enviarte un ángel?

Lo que necesitas: Una palabra de Dios

A fin de cuentas, cuando nos encontramos en situaciones tan difíciles, con consejos confusos, tenemos que oír de Dios. Necesitamos su palabra. Esta era la palabra para José:

  • No temas. El temor nos motiva hacer cosas impulsivas y equivocadas. Si hay temor no habrá amor. Pero el perfecto amor del Señor echa fuera el temor. Es mucho mejor actuar motivado por amor que por temor. Tantas veces en la Palabra Dios nos dice: No temas. ¿Hay temor en tu corazón? Una Palabra de Dios para ti es: No temas. No dice que José tenía temor en la situación. Claro que no. Es un hombre. El hombre no tema a nada ni nadie, ¿verdad? ¡Mentira! ¡Claro que José tenía temor! Iba a perder a su amada. Posiblemente estaba haciendo un error grave.
  • Recíbela. José tiene que dejar su orgullo a un lado. Tiene que humillarse y posiblemente sufrir las burlas de sus amigos y vecinos. Tiene que abrazarla y recibirla. ¿Hay alguien que te ha ofendido? ¿Que te ha lastimado? Es posible que la palabra del Señor para ti sea: Recíbela. Recíbelo. No entiendas completamente lo que pasó. Tengas dudas y temores. Pero recíbela. Dios va a resolver la situación. Recibiéndola implica perdón. Implica gracia y amor ágape, sin condiciones.
  • ¡Dios está en medio de la situación! Lo que está pasando es una obra del Espíritu Santo. Si tú has tenido experiencias con el Espíritu, ya sabes que no opera dentro de nuestras normas. ¿Cuando fue la última vez que experimentaste algo que dirías “esta es una obra del Espíritu Santo”? Lamentablemente, mucho de lo que pase como obra del Espíritu en nuestras iglesias son obras de la carne. Una obra del Espíritu será algo sobrenatural. Algo que ningún hombre puede hacer. ¡Yo anhelo mucho más de esas obras en mi vida y mi ministerio!

Su nombre es Jesús, el Salvador

21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»

Imagínate José hablando con María cuando la había recibido y por fin tenían la oportunidad de platicar con calma:

“Y María, el Señor aun mi dio el nombre del niño. Adivina que es.”

“Jesús”

“Pero…como lo sabes?”

“El Señor me lo reveló a mí también.”

Como pareja buscando la voluntad de Dios, los dos deben recibir la misma palabra del Señor. Para oír claramente la voz del Señor, hay que escuchar bien. Eso es difícil con todo el ruido en nuestras vidas, del teléfono, la televisión, y el internet. Y hay que ser obediente a lo que dice. Imagínate José diciendo: “No, lo voy a nombrar José. No me gusta el nombre Jesús.”

Dios también le da a José el destino del niño, el propósito de su vida: la salvación de su pueblo de sus pecados. No solamente perdón, sino libertad del pecado. Para no pecar más. ¡Que privilegio es en esta temporada celebrar el nacimiento de nuestro Salvador! Son de verdad buenas nuevas que tenemos que compartir con todo el mundo, y en estos días están más abiertos al Señor.

El nombre Jesús significa Dios salva. Habla de su destino, su propósito. Hay un propósito para cada vida. ¿Cuál es tu nombre? ¿Cuál es tu propósito? ¿Tu destino? Nosotros tenemos que afirmar la importancia de cada vida, y estar firmes contra los que quieren matar a los niños no nacidos.

Su nombre es Emanuel, Dios con nosotros

22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 23 «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).

Cuando recibes una palabra profética o una visión, busca una confirmación en la Biblia. Debe cuadrar con lo que dice la Palabra de Dios.

¿Has hecho un estudio de profecías en el Antiguo Testamento y como Jesús las cumplió? ¡Es muy impresionante! ¿Tienes una perspectiva bíblica de cómo interpretar los tiempos?

Aquí tenemos otro nombre para Jesús que también habla de su propósito: Emanuel. En Jesucristo experimentamos a Dios íntimamente con nosotros. No está alejado en el cielo. El tomó la iniciativa en venir a nosotros – ahora nosotros tenemos que recibirlo. La mayoría en ese entonces no lo reconocieron. Lo rechazaron. Y sigue igual hoy en día.

¿Tienes esa relación con Dios? ¿Esa conciencia que él está contigo? ¿O te parece alejado?

Obediencia

24 Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. 

Sin obediencia la palabra no vale mucho. Tú puedes recibir palabras proféticas todos los días. Tu puedes oír predica ungida cada domingo. Pero si no la pones en práctica no te sirve para mucho.

No sabemos exactamente que pasó cuando José recibió a María. Parece que había una boda, aunque bajo las circunstancias tal vez no tanta fiesta como era el costumbre para los judíos. José la trajo a su casa.

¿Crees que esos primeros días juntos eran fáciles? ¡Yo creo que no! Tal vez María tenía náuseas matutinas. Estoy seguro que a veces José todavía tenía dudas. Era una luna de miel muy diferente que la de sus sueños. Comenzaron su matrimonio con muchos desafíos. Tú tengas muchos problemas en tu matrimonio también. Pero tal como Dios ayudó a José y María, te ayudará a superarlos y crecer en el proceso.

No tuvo relaciones

25 Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.

No era un matrimonio normal con la noche de bodas y una luna de miel. Jose tenía que aceptar a un hijo que no era suyo. ¡En este caso era el hijo de Dios! Sea muy difícil para un hombre, pero haya veces cuando tienes que aceptar al hijo de otro hombre.

No tenía relaciones íntimas con María hasta que dio a luz. ¡Eso requiere mucho auto dominio! Después del nacimiento, sí, tenían relaciones. Hay algunos que dicen que María era siempre una virgen y no tenía a otros hijos. Pero la Biblia claramente dice que sí. José y María tenían a varios hijos. Entre ellos era Santiago, que escribió la carta en la Biblia y era líder de la iglesia en Jerusalén.

La importancia del padre

De verdad, no había necesidad ninguna para José en esta historia. María era encinta por la obra del Espíritu Santo. Dios también pudiera enviar a Jesús a este mundo como un hombre. Pero quería afirmar la importancia de la familia, y la importancia del padre. José tenía un rol muy importante en la vida de Jesús. En la cultura judía un hijo varón pasa mucho tiempo con su papa. Desde pequeño Jesús le ayudaba en su taller de carpintería. Como el primogénito la expectativa era que le seguiría en su vocación. Fue José que enseñaba a Jesús la Palabra de Dios e iba con él a la sinagoga. Cuando José murió, fue Jesús que tenía la responsabilidad principal para la familia y el negocio.

El plan de Dios es para una mujer y un hombre como padres. No dos hombres. O dos mujeres. Si tú eres una madre soltera leyendo esto, te bendigo, porque yo sé que no es lo que querías y es una carga muy pesada. Que Dios siga dándote las fuerzas y la sabiduría para criar a esos preciosos hijos. A pesar de todo lo que el diablo ha hecho para destruir la familia, nosotros como creyentes y como iglesia tenemos que hacer todo posible para apoyarla. Y sobre todo afirmar la importancia del padre, porque el padre está sufriendo un ataque fuerte en estos días. Gracias a Dios por un buen ejemplo de un padre como José, quien Dios escogió para ser el padre terrenal de su Hijo. ¡Gracias a Dios que el mismo Señor soberano está trabajando en tu vida!

Éxodo 34 El fin de la crisis

Ya sea un nuevo matrimonio, un nuevo bebé o una nueva nación, tarde o temprano habrá una crisis. Israel tenía solo unos pocos meses de libertad, y ya experimentaron su primera crisis (el becerro de oro). Casi los destruyó. Apenas sobrevivieron. Ahora, en este capítulo, Moisés tiene algunas cosas más que arreglar, y estarán listos para seguir adelante.

Dios dijo que ya no iría con ellos; no podía soportarlos. Después de mucha oración de parte de Moisés en el capítulo 33, él recibió la afirmación de que Dios los acompañaría, y también tuvo una visión de la espalda de Dios. Ahora las cosas han vuelto más o menos a la normalidad, y Dios reemplazará las tablas de piedra que Moisés rompió. Pero Moisés tiene que volver a escalar la montaña y pasar otros 40 días de ayuno en su presencia. ¡Mucho mejor que pasar el rato con los israelitas problemáticos!

1El Señor le dijo a Moisés: «Labra dos tablas de piedra semejantes a las primeras que rompiste. Voy a escribir en ellas lo mismo que estaba escrito en las primeras.Prepárate para subir mañana a la cumbre del monte Sinaí, y presentarte allí ante mí. Nadie debe acompañarte, ni debe verse a nadie en ninguna parte del monte. Ni siquiera las ovejas y las vacas deben pastar frente al monte.»

Cuando yo era un niño mi papá se enojaba si yo rompía algo. Romper las tablillas escritas por Dios mismo parece peor, pero Dios solo le recuerda a Moisés que él las rompió, y Moisés tiene que tallar las nuevas. Eso es todo.

Dios claramente le dijo a Moisés que nadie debería subir con él; esta vez parece que Josué se quedó abajo.

Moisés labró dos tablas de piedra semejantes a las primeras, y muy de mañana subió con ellas al monte Sinaí, como se lo había ordenado el Señor. El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre: pasando delante de él, proclamó:

—El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación.

Una vez más la cronología exacta de los eventos en Éxodo no está clara. ¿Podría ser que esta fue la respuesta de Dios a la petición de Moisés de ver su gloria al final del capítulo 33? Muchos piensan que sí. Si es así, es sorprendente que su gloria sea su carácter y la forma en que se relaciona con nosotros. Vemos más de su amor que su majestad y poder. Son estas características las que demuestran su gloria. Nosotros reflejamos esa gloria a la medida en que las exhibimos.

¿Niños castigados por el pecado de sus padres?

Muchos creyentes tienen inquietudes con lo que Dios dice aquí. Primero las buenas noticias:

  • Él es el Señor. Es soberano; Él reina en poder sin igual.
  • Él es compasivo y misericordioso. Él nos entiende y nos derrama su favor porque quiere, no porque lo merezcamos.
  • Él es lento para la ira. Sí, se enojó por el becerro de oro. ¡Pero seguramente lo habían provocado por un buen rato! Si leemos la historia futura de Israel vemos que Dios fue extraordinariamente paciente con ellos. Y, ¿qué hay de nosotros hoy? Seguramente merecemos su juicio, pero aún controla su ira.
  • Él es amoroso; mantiene su amor hasta mil generaciones. Antes de la ira o el juicio, Él es amor.
  • Él perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado. ¡Y esto es antes de que Cristo viniera a redimirnos!

Eso suena genial, y lo es. Es el «pero» en el versículo siete lo que causa preocupación:

  • Él no deja al culpable sin castigo. Dios no sería justo si no lo juzgara. Estos son los impenitentes que insisten en continuar en su pecado, no aquellos que han recibido su perdón.
  • El castigo continúa hasta la tercera y cuarta generación. Eso es preocupante, y suena injusto. Pero este versículo debe tomarse en el contexto de la revelación que Moisés ya recibió en el segundo de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:4-6): »No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra.  No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.  Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.

Lejos de ser injusto para castigar a niños inocentes, el castigo es para aquellos que siguen odiándolo. De hecho, Dios es increíblemente lleno de gracia: Él castiga hasta la cuarta generación; ¡su amor se muestra por mil generaciones! Una maldición generacional puede seguir a aquellos que odian a Dios. Será más difícil para sus hijos seguir al Señor. Pero el amor de Dios automáticamente se mostrará a los hijos de quienes lo aman y lo obedecen.

En seguida Moisés se inclinó hasta el suelo, y oró al Señor de la siguiente manera:

—Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia.

Esto parece repetitivo, ya que Dios prometió en el capítulo 33 que iría con ellos. Tal vez la declaración de su compasión y perdón le dio a Moisés más denuedo para interceder por el pueblo y obtener una confirmación firme de que Dios iría con ellos. Esa es su principal preocupación, y debe ser la nuestra: ¡Quédate entre nosotros, Señor!

Un nuevo pacto

10 —Mira el pacto que hago contigo —respondió el Señor—. A la vista de todo tu pueblo haré maravillas que ante ninguna nación del mundo han sido realizadas. El pueblo en medio del cual vives verá las imponentes obras que yo, el Señor, haré por ti. 11 Por lo que a ti toca, cumple con lo que hoy te mando. Echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. 12 Ten mucho cuidado de no hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra que vas a ocupar, pues de lo contrario serán para ti una trampa. 13 Derriba sus altares, y haz pedazos sus piedras sagradas y sus imágenes de la diosa Aserá. 14 No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso.

Una vez más, Dios va mucho más allá de lo que esperamos: En respuesta a la intercesión de Moisés, Él hace un pacto con Israel, a pesar de su grave pecado. Cada pacto consta de dos partes. Por su parte, Dios promete:

  • Hacer cosas maravillosas que no se hayan hecho en ninguna otra nación en la tierra.
  • Hacer un imponente despliegue de su poder en medio de ellos; todos los que rodean a los hebreos serán testigos de ello.
  • Expulsar a las naciones paganas de la Tierra Prometida.

Para experimentar estas bendiciones, la nación de Israel tiene que:

  • Obedecer sus mandamientos.
  • Nunca hacer un tratado con los paganos en la tierra, porque seguirán sus malos caminos y quedarán atrapados.
  • Destruir toda evidencia de la idolatría de esos paganos.
  • Adorar solo a Dios. Parte de su propio carácter son los celos; Él no tolerará a ningún otro dios en nuestras vidas.

15 »No hagas ningún pacto con los habitantes de esta tierra, porque se prostituyen por ir tras sus dioses, y cuando les ofrezcan sacrificios a esos dioses, te invitarán a participar de ellos. 16 Y si casas a tu hijo con una de sus mujeres, cuando ella se prostituya por ir tras sus dioses, inducirá a tu hijo a hacer lo mismo.

Este mandato me recuerda el mandato de Pablo de no unirse en yugo desigual con los incrédulos (2 Corintios 6:14). Debemos ser un pueblo santificado, separado de aquellos que no adoran a Dios. Estamos en el mundo pero no somos del mundo. El matrimonio con un incrédulo es particularmente problemático, como se indica aquí, y como se nota en la historia de Israel. Cuando estamos demasiado involuncrados con el mundo, nos invitan a participar en su estilo de vida. El creyente casi siempre está influenciado por el incrédulo.

Es posible que no sientas el peligro de prostituarte con ídolos o comer lo sacrificado a ellos, pero Jesús nos dio una visión más amplia cuando dijo: »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero» (Lucas 16:13). Demasiados creyentes intentan hacer eso, y casi siempre terminan amando y sirviendo al dinero. Resulta que arriesgamos incitar su ira celosa.

Los versículos del 17 al 26 contienen varios comandos, principalmente relacionados con las fiestas y las ofrendas.

27 El Señor le dijo a Moisés:

—Pon estas palabras por escrito, pues en ellas se basa el pacto que ahora hago contigo y con Israel.

28 Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos.

Una vez más vemos la confirmación de la autoría mosaica de estos libros. Sabemos que él podía escribir (su educación egipcia le fue muy útil), y Dios le mandó a escribir sus palabras. La primera vez Dios mismo había escrito los mandamientos en las tabletas; esta vez Moisés los escribió.

El rostro radiante de Moisés

29 Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, traía en sus manos las dos tablas de la ley. Pero no sabía que, por haberle hablado el Señor, de su rostro salía un haz de luz.30 Al ver Aarón y todos los israelitas el rostro resplandeciente de Moisés, tuvieron miedo de acercársele; 31 pero Moisés llamó a Aarón y a todos los jefes, y ellos regresaron para hablar con él. 32 Luego se le acercaron todos los israelitas, y Moisés les ordenó acatar todo lo que el Señor le había dicho en el monte Sinaí.

¿Has visto un resplandor en el rostro de alguien que pasa tiempo extendido con el Señor? ¿Y tú? ¿Hay gente que teme acercarse a ti por el resplandor de la presencia de Dios en tu rostro? Moisés (llamado el hombre más humilde de la tierra) no lo aprovechó para jactarse, sino que trató de mantener la comunión con todo el pueblo.

33 En cuanto Moisés terminó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo. 34 Siempre que entraba a la presencia del  Señor para hablar con él, se quitaba el velo mientras no salía. Al salir, les comunicaba a los israelitas lo que el Señor le había ordenado decir. 35 Y como los israelitas veían que su rostro resplandecía, Moisés se cubría de nuevo el rostro, hasta que entraba a hablar otra vez con el Señor.

Parece que Moisés se quitó el velo para hablar con Dios y para compartir su Palabra con la gente. El resto del tiempo el velo cubría su rostro. Pablo se refiere a este velo en 2 Corintios 3 cuando dice que la gloria del Nuevo Pacto es mayor que la experimentada por Moisés. Pablo explica que Moisés llevaba el velo para que los israelitas no viesen la gloria desvanecerse. ¡Qué triste que muchos creyentes nunca se acerquen a la profundidad de la comunión que tenía Moisés!

El fin de la crisis

Y eso es todo. Es el final de su primera crisis como nación. Regresarán al desierto, conseguirán un tabernáculo para que ellos mismos puedan aprender cómo acercarse a Dios, y tendrán la oportunidad de poner la ley en práctica. Habrá otra crisis. De hecho, ninguno de esa generación llegará a la tierra prometida. ¡Ni siquiera Moisés! Van a pasar los próximos cuarenta años vagando por ese desierto.

Ha sido un tiempo brutal para todos los involucrados. Para Moisés, mucho ayuno, noches sin dormir e intensa intercesión. Para su hermano Aarón, el segundo al mando, una caída devastadora. Y para la multitud, muchos muertos por la espada y la peste.

¿Cuáles son algunas de las principales lecciones aprendidas?

  • Una tribu, los levitas, optó por defender al Señor. Como recompensa, se les dio el sacerdocio. Dios siempre honra a quienes lo honran. ¿Estás en una situación en que estás tentado a vacilar en tu compromiso? ¿Es tiempo levantarte para el Señor?
  • No juegues con Dios. Israel estaba aprendiendo que Dios se toma en serio la obediencia y su palabra. Él también es un dios celoso; no soporta los ídolos. Él quiere un pueblo que verdaderamente lo siga y lo adore. El pecado es grave. ¿Hay algunos ídolos en tu vida? ¿Hay algún pecado que tengas que dejar para evitar el juicio de Dios?
  • Un solo hombre salvó a la nación por su intercesión. Si no fuera por ella, Dios probablemente habría destruido a todos. Moisés es un tremendo ejemplo de lo que un solo hombre puede hacer, sobre todo cuando permanece en la presencia de Dios. Su constancia, obediencia e intimidad con Dios son notables. ¿Qué puedes sacar de su experiencia para tu propio liderazgo? ¿Sientes que eres el único que realmente busca a Dios?
  • Dios termina haciendo un pacto con ellos, prometiendo hacer maravillas por ellos. ¡Una recuperación impresionante! ¿No crees que Él quiere hacer maravillas hoy también?

Tú puedes estar en medio de una crisis, o puedes haber dejado una. ¿Puedes manejarla como lo hizo Moisés, y ver la gloria de Dios y acercarte a Él? ¿Podría ser que tú eres un líder e intercesor para ayudar al pueblo de Dios donde vives?

Hay consecuencias graves por el pecado, ya sea el tuyo o el de otra persona. Pero la experiencia de Israel nos da la esperanza de seguir adelante, confiar en Dios, orar y dejar que profundice nuestra relación con Dios. ¿No sería genial si tu familia pudiera ver tu rostro radiante, porque habías estado en la presencia de Dios?

Ya sea que estés en crisis o que todo esté bien, Dios quiere hablar contigo. ¿Vas a darle ese tiempo? ¿Necesitas hablar con Él acerca de algo?

 

Éxodo 33  No puedo sin la presencia de Dios

1El Señor le dijo a Moisés: «Anda, vete de este lugar, junto con el pueblo que sacaste de Egipto, y dirígete a la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob que les daría a sus descendientes. 

Israel pasó varios meses en Horeb, y ¡qué meses fueron!

  • Manifestaciones gloriosas del poder de Dios.
  • El acuerdo unánime de obedecer sus leyes (solo para quebrar esa promesa a pocos días).
  • El becerro de oro.
  • Moisés ayunando en la cima de la montaña en presencia de Dios.

La nación estuvo cerca de la destrucción; solo la intercesión de Moisés la salvó. Ahora, finalmente, llegó el llamado de Dios para seguir adelante. A pesar de todos nuestros altibajos, el plan de Dios para la historia no cambia. A fin de cuentas, nada puede interrumpir el establecimiento de su reino. Pero Dios todavía no quiere reclamar Israel como suyo; sigue diciéndole a Moisés que lo sacaste de Egipto, y tiene una sorpresa no deseada para Moisés.

Dios no irá con ellos

Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo destruirlos en el camino.»

Aparentemente Dios todavía está enojado con ellos. Él ya sabe cómo son, y es bastante feo. Así que decide alejarse para no destruirlos; es casi como si Él no confiara en sí mismo. Moisés intercedió y los salvó una vez, pero si caen de nuevo en el pecado, Dios teme que los aniquile. Así que va a enviar a su ángel con ellos; Dios todavía les dará la tierra, pero quita su presencia. ¿Tienen alguna opción? Si tú tuvieras que elegir entre un paraíso terrenal y la presencia de Dios contigo, ¿qué elegirías?

¿Podría ser que por esa razón a veces no sentimos la presencia de Dios? ¿Podríamos ser tercos como Israel, y por eso Dios se aleja? Tal vez está disgustado con los espectáculos que presentamos en su nombre, o con la hipocresía de gente en pecado que cantando cuánto lo aman. Podemos llegar a la tierra prometida, pero sin la gloria de su presencia. Tal vez podríamos seguir el ejemplo de Dios y enviar un asistente para resolver un problema, para que no hagamos más daño.

Cuando los israelitas oyeron estas palabras tan demoledoras, comenzaron a llorar y nadie volvió a ponerse sus joyas, pues el Señor le había dicho a Moisés: «Diles a los israelitas que son un pueblo terco. Si aun por un momento tuviera que acompañarlos, podría destruirlos. Diles que se quiten esas joyas, que ya decidiré qué hacer con ellos.» Por eso, a partir del monte Horeb los israelitas no volvieron a ponerse joyas.

¿Cuales joyas les quedaron después del oro que Aarón utilizó para el becerro? Tal vez otro tipo de joyería. Quitars las joyas es una forma de humillarse y prepararse para escuchar a Dios.

Es extraño que Dios parezca indeciso acerca de qué hacer con ellos. ¡Todavía siente tanta ira y asco que tiene miedo de que los destruyera si Él está con ellos aún por un momento! ¡Él ciertamente puede hacer eso! ¡Casi parece carecer de autodominio aquí! En efecto, quiere más tiempo para decidir qué hacer a continuación.

Me sorprende que la gente se hayan visto tan afectada por la decisión de Dios. Estaban listos para volver a Egipto y seguir a un nuevo dios de su propia creación, pero como muchos cristianos caprichosos de hoy, cuando empiezan a experimentar la distancia y el juicio de Dios, se vuelven serios y lamentan la ausencia de su presencia.

Antecedentes: la práctica de Moisés de comunión con Dios

Aquí aprendemos cómo Moisés se reunió con Dios; las conferencias en la cima de la montaña no eran nuevas. A veces queremos experiencias sobrenaturales sin cultivar una relación diaria con Dios. Con toda la responsabilidad que llevaba, Moisés probablemente necesitaba ese tiempo con Dios todos los días. Allí recibió fuerzas para seguir adelante, y dirección para el día. Más tarde, Jesús también tenía la costumbre de reunirse con su Padre temprano de mañana. ¿Y tú? ¿Tienes una «tienda de reunión»? ¿Un lugar privado donde puedes buscar a Dios todos los días, en adoración, comunión, oración, y escuchando su voz?

Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del campamento. La llamó «la Tienda de la reunión con el Señor». Cuando alguien quería consultar al Señor, tenía que salir del campamento e ir a esa tienda.Siempre que Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se quedaba de pie a la entrada de su carpa y seguía a Moisés con la mirada, hasta que éste entraba en la Tienda de reunión. En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés. 10 Cuando los israelitas veían que la columna de nube se detenía a la entrada de la Tienda de reunión, todos ellos se inclinaban a la entrada de su carpa y adoraban al Señor. 11 Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.

¡Qué relación tan íntima tenía Moisés con Dios!

  • Moisés consiguió la tienda, encontró un lugar para ella donde estaban en ese momento y la erigió. Se preparó para encontrarse con Dios, asegurándose que nada interrumpiera ese tiempo. Tal vez fue una de las primeras cosas que hizo cuando llegaron a un nuevo lugar. ¡Basta dela excusa de faltar devociones porque estás de viaje!
  • Moisés la erigió lejos de la multitud y su ruido. Era un lugar sagrado y santo, no utilizado para nada más. La mayoría de nosotros no tenemos el espacio o el dinero para una sala exclusiva u otro edificio, pero puede haber un armario o una rincón en tu casa que puedas utilizar.
  • Moisés tenía «horas de oficina» allí. La gente que necesitaba consejos de Dios fue a la tienda. Allí presumiblemente compartió su preocupación con Moisés y esperó la respuesta que él recibió de Dios. ¿Te gustaría una «tienda de reunión» que puedas visitar para recibir una palabra del Señor? Si estás en el ministerio, ¿se la ofreces a tu gente? ¿En serio buscas al Señor por su palabra para ellos?
  • Moisés disfrutó de una comunión íntima, cara a cara (no literalmente) con Dios. Dios le habló. La oración no es complicada; debe ser como hablar con un amigo. Si quieres oír de Dios, pueda que tengas que alejarte de la multitud y hacer tu propia «tienda de reunión.»

El apoyo de la comunidad fue impresionante. Sabían que su supervivencia dependía de Moisés estando en sintonía con Dios. ¡Ojalá nuestras familias y quienes nos rodean se den cuenta de eso! Todos sabían a dónde iba Moisés cuando pasó por el campamento; para ellos había algo misterioso y aterrador en esas reuniones en la tienda. Todo se detuvo, se levantaron, se pararon a la entrada de sus tiendas y lo observaron. Cuando la columna de nube se trasladó a la entrada de la tienda, comenzaron a adorar. ¡Qué glorioso apoyo espiritual para su líder cuando se reunió con Dios! ¿Les das ese tipo de apoyo a tus líderes? Si estás en el liderazgo, ¿hay algo que puedas hacer para fomentar eso en tu pueblo?

No sabemos cuánto tiempo Moisés pasó allí. Estoy seguro de que no se apresuró. Finalmente regresó al campamento y la vida cotidiana continuó. A excepción de Josué; él se quedó en la tienda; estaba allí cuando Moisés habló con Dios. ¿Por qué se quedó?

  • Tal vez él quería, estaba tan abrumado con la presencia de Dios.
  • Quizás se quedó allí adorando y asegurándose de que el ambiente espiritual estuviese preparado para la próxima reunión de Moisés.
  • Tal vez Dios habló con él.
  • O tal vez simplemente estaba custodiando la tienda de algún intruso curioso.

Este fue otro paso en la preparación del líder que los llevaría a la tierra prometida. Si tú eres un líder aspirante, ¿estás dispuesto a invertir esa cantidad de tiempo? Si ya eres un líder, ¿te llevas un Josué cuando buscas unacomunión íntima con el Señor?

Dentro de la tienda

Aunque la experiencia con el becerro de oro fue devastadora, condujo a una mayor intimidad entre Dios y Moisés. Esa es una de las bendiciones que a menudo proviene de nuestras pruebas.

De alguna manera tenemos un registro de lo que sucedió en uno de esos encuentros cara a cara:

12 Moisés le dijo al Señor:

—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo.

¿Has leído algo en la Biblia o has recibido una palabra del Señor, pero parece que no tiene nada que ver con tu experiencia diaria? Parece que Moisés se sintió así.

  • La tarea es clara: Moisés tiene que guiar al pueblo. Pero él sabe que no puede hacerlo solo. Él había contado con la presencia de Dios, pero ya Dios ha dicho que no irá con ellos. Si Dios no va, ¿quién los acompañará? Moisés tiene que saberlo. ¿No había oído que sería un ángel? ¿O no estaba contento con esa provisión? Por mi parte, si yo estoy seguro de que Dios está conmigo, puedo hacer casi cualquier cosa. Pero, la sensación de que yo podría no estar en su voluntad o que Dios no está conmigo me asusta.
  • Dios le dijo a Moisés que lo conoce y lo aprueba. ¡Es su amigo! Ha hallado gracia de Dios. Cuenta con su favor. ¡Qué bueno! Pero Moisés quiere más: «¡Enséñame! ¡Quiero conocerte! ¡Quiero saber que tengo que hacer para continuar a tu favor!» Me recuerda las muchas veces que he oído «Dios te ama y tiene un plan maravilloso para tu vida.» ¡Qué bueno! Pero, ¿cómo puedo tener una relación con Él, para experimentar ese amor? ¿Qué debería hacer? ¿Cómo debería vivir? ¿Cuál es su plan para mí? Pastor, por favor brinda a tu congregación una enseñanza sólida y ayúdalos a conocer realmente a Dios. Hoy hay una gran falta de verdadera relación con Dios y conocimiento de sus caminos. Y tu, mi hermano, por cierto, Dios te conoce por tu nombre. Él te conoce íntimamente, y te ama, con todos tus defectos. Quiere ser tu amigo. Si estás en Cristo, ¡tú eres su hijo adoptivo, y eres favorecido!
  • Moisés tiene un ángulo adicional, que utiliza libremente: «Recuerda, esta es tu gente, Dios. No son míos. Les estás haciendo un favor al ayudarme a ser lo máximo que pueda.» Si tú eres un líder, puedes utilizar ese mismo argumento con el Señor.

14 —Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.

Dios no es muy verbal, ¿verdad? En lo que parece un cambio de su decisión anterior de no ir con ellos, Dios promete que su presencia irá con ellos. ¿O solo promete estar con Moisés? En cualquier caso, contestó la primera petición de Moisés. Y Dios le ofrece algo que no solicitó: reposo. Al reflexionar sobre todo lo que Moisés había experimentado (confrontar al faraón, llevar al pueblo de Egipto, cruzar el Mar Rojo, responder a sus quejas, mucho ayuno, el becerro de oro), ya vemos por qué Moisés necesita descansar. A veces los líderes cristianos pueden creer que la fatiga es parte de su llamado. Descuidan el mandato de Dios de separar un día de reposo para recargar las baterías y pasar tiempo con el Señor. ¡Dios quiere darte descanso! Puede que tus circunstancias no sean tranquilas, pero te puede dar ese descanso.

15 —O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. 16 Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?

¿No escuchó Moisés lo que el Señor acaba de decir? ¿O solo quiere una confirmación? ¿O es «adicto» a la presencia de Dios?

  1. Sin la presencia de Dios, no vale la pena vivir. Yo no puedo seguir. Tengo que tener su presencia. Ahí se encuentra la vida. Algunos han sugerido que el infierno es simplemente la ausencia de la presencia de Dios. Hay demasiadas personas que solo experimentan un toque de su presencia en la iglesia. Hay que vivir en su presencia todos los días. Es muy fácil seguir adelante por nuestra cuenta y dejarlo atrás, o dejar que la televisión e Internet reemplacen su presencia. ¿Tienes que volver a la «tienda de reunión»?
  1. Es importante que los demás sepan que Dios está contento conmigo, contigo y con tu iglesia. Si no hay evidencia de su presencia, no hay manera de que lo sepan. Si Dios está contigo y anda contigo en lo que estás haciendo, será evidente para los demás; se acercarán a ti y a Cristo. Una iglesia sin la presencia de Dios es solo un club social o espectáculo, y no es atractivo en un nivel profundo.
  1. Una de las señas fundamentales del creyente es la presencia de Dios con él. Sin eso, realmente no hay mucha diferencia entre tú y la gente del mundo.

17 —Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo.

Parece que con frecuencia Dios repite lo que dice, tal vez porque sabe que somos lentos para escuchar. Acaba de decirle a Moisés que está complacido con él, que lo conoce por nombre, y así le concede su petición. Moisés está progresando y ahora tiene más denuedo:

18 —Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés.

Moisés probablemente vio más de la gloria de Dios que cualquiera de nosotros, pero cuando ves su gloria, quieres más. Moisés no está pensando en lo que él puede obtener de la relación o la gran mansión que puede conseguir en la tierra prometida. Él no está pensando en su éxito guiando al pueblo. Él solo quiere ver la gloria de Dios. ¿Tienes ese anhelo de Dios?

19 Y el Señor le respondió:

—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. 20 Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida.

Dios es muy misericordioso con Moisés, pero tal vez Moisés no entiende lo que está pidiendo. ¿Qué hará Dios?

  1. Su bondad pasará delante de él.
  1. Proclamará su nombre (el Señor) en su presencia.
  1. Será una auto-revelación impresionante, pero a Dios le preocupa darle demasiado a Moisés. Dios retiene su soberanía. Moisés puede influir en Él, pero Dios tendrá misericordia y compasión de quien quiera.

Moisés fue muy privilegiado, pero no pudo ver toda su gloria. No puede ver su rostro, porque lo mataría. En cierto sentido, la petición de Moisés fue contestada en el monte de la transfiguración, cuando vio el rostro de Jesús resplandeciente con la gloria de Dios.

21 »Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor—. Puedes quedarte allí. 22 Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano, hasta que haya pasado. 23 Luego, retiraré la mano y podrás verme la espalda. Pero mi rostro no lo verás.

En lo que los teólogos llaman «antropomorfismos,» Dios expresa características muy humanas: la mano, la espalda, la cara. De alguna manera lleva a Moisés y lo pone en una hendidura en la roca.

  • ¿Cómo se siente al estar cubierto allí por la mano de Dios?
  • ¿Qué sucedió cuando Dios pasó?
  • ¿Trató Moisés de echar un vistazo?
  • ¿Qué vio Moisés cuando vio la espalda de Dios?

El capítulo termina con esta imagen tentadora, pero sin ninguna descripción de lo ocurrido. Tal vez fue más allá de la capacidad de Moisés para escribir.

¿Tienes hambre de la presencia de Dios? ¿Es más importante para ti que cualquier otra cosa? ¿Tienes una «tienda de reunión» donde realmente puedes encontrarte con Dios? ¿O hace mucho tiempo que no has disfrutado de comunicación «cara a cara» con Dios, hablando con Él como lo harías con un amigo? ¿Estás seguro de que Dios te acompaña en tus esfuerzos? ¿O lo has dejado atrás, posiblemente sin saberlo?

 

Éxodo 32: El corazón de un hombre de Dios

Moisés estaba disfrutando una comunión íntima con Dios, recibiendo las leyes que regirían la nación, que Dios en su gracia escribió en tablas de piedra. Estaba felizmente ignorante de que su pueblo se dedicaba a la embriaguez y la adoración de ídolos. Pero muy pronto habrá un duro despertar para Moisés. La experiencia en la cima de la montaña se ve interrumpida por esta emergencia en el campamento.

El Señor le dijo a Moisés: —¡Baja ya de la montaña! Tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido.

Lee este verso cuidadosamente. ¿Notas algo inusual en la forma en que Dios se refiere a Israel? Es tu pueblo, Moisés, que sacaste de Egipto. Dios se está distanciando de ellos, de manera similar a un padre que le habla a su esposa acerca de tu hijo cuando el niño se porta mal, pero es mi hijo cuando lo hace bien.

Una oferta que puede parecer difícil de rechazar

Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no sólo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios, y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!”

»Ya me he dado cuenta de que éste es un pueblo terco —añadió el Señor, dirigiéndose a Moisés—. 10 Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación.

Dios parece muy listo para renunciar a su pueblo.¿Puede Dios hablar precipitadamente, como nosotros, en el calor del momento? ¿Está Él solo enojado, o es una prueba del compromiso de Moisés con ellos? Dios no ha negado su promesa de llevar a un pueblo a la tierra que fluye leche y miel, o de formar una nación; solamente sería mucho más pequeña, los descendientes de aquel hombre que se ha permanecido fiel a Él. Pero Dios ya había intentado eso con Noé, y no fue muy exitoso.

¿Estarías tentado por esta oferta? Moisés no tuvo mucho tiempo con ellos, y ya tenía muchas malas experiencias. ¡Qué bueno sería estar libre de sus quejas y formar un pueblo sin todos sus problemas! Pero Moisés parece muy consciente de que aceptó la responsabilidad de llevar a este pueblo a Canaán, y aun los ama.

Muchas veces en la Biblia, a Israel se le llama duro de cerviz, pero todos nosotros continuamente probamos la paciencia de Dios y le damos dolores de cabeza. Sin duda, parece más fácil destruirlos, pero afortunadamente hay alguien que se levanta a interceder por ellos (y por nosotros).

11 Moisés intentó apaciguar al Señor su Dios, y le suplicó:

—Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa? 12 ¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia!13 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna!

14 Entonces el Señor se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado.

La nación salvada por la intercesión de Moisés

Esta es la primera de dos oraciones impresionantes en este capítulo. Se notan varias cosas:

  • Está claro que Moisés tiene un verdadero compromiso con el Señor, a diferencia del pueblo.
  • En lo que casi parece un juego, Moisés da vuelta las palabras de Dios: «Es tu pueblo, que tu sacaste de Egipto. ¡No trates de entregarlo a mí!» Es una perspectiva importante para un pastor: Dios te haya dado autoridad sobre una iglesia, pero sigue siendo suya.
  • Como muchas oraciones bíblicas, Moisés presenta un caso con Dios (como abogado frente al juez en el tribunal), como si Dios se hubiese olvidado en el calor de su ira:
  • “Ya has trabajado poderosamente a favor de esta gente. Los sacaste de Egipto. Después de hacer todo eso, no tiene sentido destruirlos.”
  • Moisés era muy listo, y sabe que Dios trata con algo más que solo Israel: “Recuerda que quieres glorificarte a ti mismo en toda la tierra. ¿Realmente quieres que sepan que eres un Dios impulsivo que libera a su pueblo solo para destruirlo? Piensa en tu reputación.”
  • “Tú vas a romper c tu palabra, tu promesa y tu pacto. ¿Te acuerdas de Abraham? ¡Juraste por ti mismo cuando hiciste esa promesa! ¡Por cierto, no puedes marchar atrás!”
  • Con ese caso sólido, Moisés hace una solicitud simple pero obvia: “No lo hagas. Arrepiéntete de tu ira.” Y, sorprendentemente, Dios lo escucha y se arrepiente.

Puede ser difícil entender la idea de Dios «arrepintiéndose,» pero en la Biblia muchas de sus promesas y advertencias están condicionadas a nuestra respuesta. Hay un juicio amenazado, pero si nos arrepentimos y volvemos a Dios, sea posible evitarlo. Esto demuestra dramáticamente la importancia de un intercesor, un sacerdote. Alguien que se interpone entre Dios y un pueblo pecador. Alguien con una mente clara que conoce a Dios y está dispuesto a acercarse a Él con valentía. No entendamos todas las dinámicas, pero de alguna manera Dios ha elegido trabajar junto con nosotros, y ha ordenado la oración como un medio para influir al Señor del universo.

Así Moises salvó a su pueblo de la destrucción; ahora tiene que bajar y enfrentarlo. Hay algunos intercesores que se quedan en su closet de oración, pero el pastor tiene que meterse en medio del desorden y arreglar las cosas.

15 Moisés volvió entonces del monte. Cuando bajó, traía en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por sus dos lados. 16 Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios.

17 Cuando Josué oyó el ruido y los gritos del pueblo, le dijo a Moisés:

—Se oyen en el campamento gritos de guerra.

18 Pero Moisés respondió:

«Lo que escucho no son gritos de victoria,
ni tampoco lamentos de derrota;
más bien, lo que escucho son canciones.»

Hacia abajo de la cima de la montaña

¿Te imaginas esta caminata bajando la montaña? Moisés ha pasado cuarenta días de ayuno. Él debe estar muriéndose de hambre. Más importante aún, no está seguro de lo que va a encontrar cuando llegue abajo, pero sabe que va a ser malo, por lo que Dios esté tan enojado. Él sabe que un trabajo duro lo espera. Deuteronomio 9:15 dice que el monte estaba ardiendo con fuego. Moisés va a hacer una entrada dramática.

El verso 17 nos recuerda que Moisés no está solo; Josué estuvo con él los 40 días. Tal vez bajando de la montaña estaban discutiendo cómo responder a la crisis. Esta fue una formación importante para el próximo líder. Es un gran ejemplo de la importancia de invertir tiempo y sabiduría en una persona más joven. ¡Llévalos contigo dondequiera que vayas! Permite que te vean en oración y en algunas de las luchas agonizantes que un pastor atraviesa.

Es un poco extraño que Moisés no le haya dado su preciosa carga al hombre más joven para llevar. Pero Dios se la había confiado a él, y fue uno de los tesoros más preciosos que se le habían dado a un hombre: Las tablas de la ley inscritas por Dios mismo.

Cuando se acercaron al campamento, los gritos se vuelven más fuertes. Josué cree que es el sonido de la guerra, fue tan intenso. Pero Moisés lo reconoce como un canto, no en adoración a Dios, sino el canto de los borrachos, o de adoración pagana, que aprendieron en Egipto.

19 Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas, ardió en ira y arrojó de sus manos las tablas de la ley, haciéndolas pedazos al pie del monte. 20 Tomó entonces el becerro que habían hecho, lo arrojó al fuego y, luego de machacarlo hasta hacerlo polvo, lo esparció en el agua y se la dio a beber a los israelitas. 

La ira de Moisés

Ahora Moisés se enoja. Dios había visto lo que Moisés no pudo ver en la montaña. Fue dichoso que no lo viera, porque si no, podría haber estado de acuerdo con el plan de Dios para destruirlos. Su ira ardiente conduce a dos respuestas dramáticas:

  • Como un chico dando un puñetazo a la pared o tirando algo, Moisés arrojó las tabletas que Dios había escrito, rompiéndolas en pedazos. ¡Imagina encontrar algunas de esas piezas hoy! Tal vez Moisés pensó que estas nobles leyes de Dios todopoderoso eran inútiles con un grupo tan rebelde. Fue un acto impulsivo, pero no fue peor que Dios intentando a destruir todo el pueblo. Puede ser mejor romper algunas tabletas que matar a alguien. Dios nunca reprende a Moisés, y más tarde reemplaza con gracia las tabletas.
  • Es difícil imaginar exactamente cómo lo hizo, pero Moisés destruyó el becerro, mezclándolo con agua y obligandolos a beberla. ¡Ese fue el final de todo su oro! ¡La rebelión puede ser muy costosa! ¡Y humillante!

¿Se equivocó Moisés al enojarse tanto? Nunca lo sugiere. Dios también estaba enojado. Pero sí, suena abusivo obligarlos a beber agua doroda. Podemos hacer cosas destructivas y precipitadas en nuestra ira. ¡Ten cuidado! Si te enojas, ¡no peques!

25 Al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado y que Aarón les había permitido desmandarse y convertirse en el hazmerreír de sus enemigos, 26 se puso a la entrada del campamento y dijo: «Todo el que esté de parte del Señor, que se pase de mi lado.» Y se le unieron todos los levitas.

Moisés hace un reto audaz

¡Parece que Moisés encontró su voz! ¿Recuerdas su argumento con Dios en la zarza ardiente? Él tenía algún problema con el habla. Fue por eso que se involucró a Aarón: él iba a ser su portavoz. Bueno, Aarón está en disciplina, y no tiene nada que decir. ¡Y Moisés parece muy capaz de hablar!

Una situación dramática exige una respuesta dramática. Moises los hace un reto audaz: Si estás listo para arrepentirte, deja esta idolatría, comprométete con Dios y ven a mí. Cuando la gente está desenfrenada, necesita a alguien con autoridad que se ponga de pie y proclame la Palabra de Dios, llamándolos de nuevo al Señor. Aarón era un líder débil que no hizo nada para detener su rebelión. A veces los líderes simplemente se retiran y dejan a la gente autodestruirse. No Moisés. Ya lo hizo claro con Dios que permanecería hasta el final con este pueblo de dura cerviz. Pero él solo puede seguir adelante con aquellos que están verdaderamente con el Señor.

Hay un lugar para la paciencia, que le da a la gente tiempo para bregar con su pecado e idolatría. Pero hay gran necesidad de hombres valilentes como Moisés, listos para levantarse para defender la verdad y la justicia. ¡No se puede establecer una iglesia con personas que no están realmente comprometidas con Cristo! Sí, está bien estar inclusivo y amoroso, pero la Biblia hace declaraciones muy claras acerca de quién puede y quién no puede entrar en el reino de Dios. Tú puedes temer perder la mayor parte de tu iglesia si haces este tipo de llamada. Moisés aparentemente perdió la mayor parte de Israel. Solo su propia tribu, los levitas, se juntaron con él, y eso podría haber sido más por lealtad tribal que por verdadera devoción a Dios. Muy pronto su compromiso será probado.

27 Entonces les dijo Moisés: «El Señor, Dios de Israel, ordena lo siguiente: “Cíñase cada uno la espada y recorra todo el campamento de un extremo al otro, y mate al que se le ponga enfrente, sea hermano, amigo o vecino.” » 28 Los levitas hicieron lo que les mandó Moisés, y aquel día mataron como a tres mil israelitas. 29 Entonces dijo Moisés: «Hoy han recibido ustedes plena autoridad de parte del Señor; él los ha bendecido este día, pues se pusieron en contra de sus propios hijos y hermanos.»

Purificando la nación

La tribu de Leví todavía no había sido separada como la tribu sacerdotal. Pero su celo y fidelidad fueron recompensados con ese gran privilegio.

Es cierto que Dios se arrepintió de destruir la nación, pero todavía tenían que pagar por su pecado, y aparentemente Dios le dijo a Moisés qué hacer. El juicio sería despiadado: hermanos, amigos y vecinos morirían. Es parecido a lo que Jesús habló del último día, cuando los miembros de una familia se traicionarán unos a otros. ¿Estás dispuesto a purificar tu hogar, tu familia y tu iglesia? No, no estoy hablando de matarlos. Pero las escrituras como 1 Corintios 5 nos aconsejan acerca de la disciplina en la iglesia, procedimientos que casi nunca guardamos. ¡Demasiados padres y pastores son cobardes para enfrentar al pecado en sus casas e iglesias!

Las leyes que Dios dio a Moisés impusieron la pena de muerte por muchas cosas que rutinariamente pasamos por alto hoy en día,  como la rebelión en nuestros hijos o el pecado sexual. ¡Con razón nuestras iglesias son débiles! ¿Podría ser hora de tomar la «espada del Señor» y con valentía desafiar al pecado en nuestro medio? Será doloroso y evocará una gran protesta.

30 Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor, y tal vez logre yo que Dios les perdone su pecado.»

31 Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo: —¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro! 32 Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito!

33 El Señor le respondió a Moisés: —Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí. 34 Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré.

35 Fue así como, por causa del becerro que había hecho Aarón, el Señor lanzó una plaga sobre el pueblo.

Moises vuelve a subir la montaña

No dice exactamente por qué los levitas detuvieron la matanza, pero Dios lo deja muy claro: de un modo u otro, todo el que peque contra Dios tiene que pagar. Moisés puede llamar a la nación a arrepentirse, interceder y detener el juicio por un tiempo, pero ahora mucha gente morirá de una plaga. Y después de todo, Dios borra de su libro todo aquel que no se someta a Él. Él no sería justo si no lo hace.

Deuteronomio 9 nos dice que Moises ayunó cuarenta días más. Ojalá tuviese la oportunidad de comer mientras estaba en el campamento, ¡tal vez las sobras de las fiestas interrumpidas! También nos dice que Moisés temía la ira de Dios, pero de todos modos subió al monte.

Esta vez Moisés no hizo un gran argumento. Su oración es de desesperación, y es extrema: “Perdónalos, o envíame al infierno. Borra mi nombre de tu libro.” Me recuerda a Pablo en Romanos 9, dispuesto a ser maldecido a cambio de la salvación de Israel. Moisés ofrece soportar la ira de Dios por el pecado de su pueblo. Está listo para sacrificarse a sí mismo, como lo hizo Cristo. Es una impresionante manifestación del gran amor que tiene por ellos. En Deuteronomio 9 Moisés también le pide a Dios que perdone a Aarón.

Moisés es muy perceptivo. Entiende que de alguna manera la expiación es necesaria. Alguien tiene que pagar por el pecado, y él está dispuesto a pagar con su propia vida. Nosotros sabemos que solo un sacrificio perfecto puede satisfacer la ira de Dios. Solo el sacrificio de su propio Hijo expía nuestro pecado. Es interesante que Moisés conozca un «libro» que contiene los nombres de aquellos que entrarán en el reino de Dios.

Dios no responde a su petición. Eso tampoco sería justo. Los que pecan deben morir. Ahora no hay nada más que Moisés pueda hacer. Ha hecho su parte purificando el campamento. Ahora le toca a Dios. Moisés solo puede pedirle por misericordia.

La nación ha sufrido una herida muy fea que va a costar mucho sanar. Están desconcertados, y en duelo por los muchos muertos. La fiesta se acabó, y ahora hay temor de Dios. Pero de alguna manera después del juicio, tenemos que levantarnos y seguir adelante. La misión de Moisés permanece intacta. Todavía conducirá al pueblo. La promesa de Dios no ha cambiado. Todavía llegarán a su destino, aunque Dios ni siquiera puede decir «tierra prometida» en este momento. Solo es «el lugar del que yo hablé.» También le ofrece a su ángel que vaya delante de ellos. Eso suena bien, pero el próximo capítulo revelará que Moisés no está satisfecho. Él sabe que Dios se ha distanciado; su presencia ya no irá con ellos. No puede soportarlos. Va a enviar a su ángel en su lugar. Moisés no puede soportar esa distancia de su Dios. Sin su presencia, él no puede. Pero esa es la historia del próximo capítulo.

¿Puedes hacer lo que hizo Moisés?

Estoy muy impresionado con lo que veo en Moisés aquí. ¡No es fácil pastorear al pueblo de Dios! Es muy costoso: ayunar durante cuarenta días, ser rechazado, tomar decisiones agonizantes y pasar horas en oración intercediendo por un pueblo que solo le causa dolores de cabeza. Pero en medio de todo eso,  aquí vemos el corazón de un verdadero hombre de Dios. Es un corazón manifestado plenamente en Jesucristo. Estoy muy agradecido por Jesús y el precio que Él pagó por mis pecados, y por el perdón y la expiación que me ofrece. Tú y yo tenemos a un gran sumo sacerdote intercediendo por nosotros, parecido a lo que hizo Moisés. También soy consciente de que Jesús me llama a entregar mi vida tal como Él lo hizo, y amar con su amor ágape. Ese es un tremendo desafío. ¿Estás dispuesto a hacerlo, con su ayuda?

 

Éxodo 32: Un becerro de oro surge del fuego

Este es un capítulo muy impresionante. Muchos han visto la película Los Diez Mandamientos y conocen la historia del becerro de oro, pero en medio del drama hay algunos mensajes profundos para nosotros.

Moisés ha estado en el monte cuarenta días, recibiendo la Ley directamente de Dios mismo. Subió en un resplandor de gloria, después de una demostración de la majestad de Dios y la validación de su liderazgo. Los ex-esclavos de Israel han experimentado mucho para fortalecer su fe:

  • Plagas que destruyeron la tierra de Egipto.
  • Pasando por el Mar Rojo en tierra seca.
  • La presencia física de Dios en la columna de fuego y nube.
  • Agua de una roca.
  • La provisión diaria de maná para comer.

Eso parece suficiente para establecer su fe y consolidar su compromiso con Dios. Pero no. Después de solo cuarenta días ellos están listos a recurrir a otros dioses.

Es fácil condenarlos, pero están recién liberados de cientos de años de esclavitud, y solo han conocido a Moisés desde hace unos meses. Es muy diferente para nosotros: tenemos el apoyo de una comunidad de fe y recibimos mucho estímulo espiritual. Ellos son como niños en este momento. Cuarenta días sin mamá o papá es como toda una vida para un niño. No pueden soportarlo más.

1Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron: —Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!

En su temor hacen tres cosas:

  1. Buscan a la persona más cercana al líder desaparecido. Si te sientes abandonado por un pastor, es probable que vayas a un pastor asistente o anciano. Tu tendencia natural es buscar algún líder.
  2. Piden dioses que los lleven a la tierra prometida. Todavía no tenían el concepto de monoteísmo. Probablemente fueron influenciados por la religión de Egipto, y creían que hay una multitud de dioses para elegir; si uno no sirve, se puede probar a otro. Suena ridículo, pero la gente hoy lo hace mucho.
  3. Expresan su consternación ante la pérdida de su líder.

¿Te ha decepcionado un líder? ¿Tal vez no cumplió sus promesas? ¿No estaba presente cuando lo necesitabas? Nos recuerda cómo nuestra fe puede centrarse en un hombre. Él ocupa una posición de tanta importancia para ti que tu relación con Dios sufre mucho si él falla en algo. Hicieron lo correcto cuando fueron a Aarón, pero como veremos en un momento, Aarón tenía sus propios problemas. Ten cuidado de no poner toda tu confianza en un hombre.

Abandono por Dios

En un nivel más profundo, a pesar de todo lo que Dios había hecho, no estaban al tanto de su presencia sin Moisés. Todavía no lo conocen. Su fe no se ha desarrollado. Hay temor de lo que les sucedería sin Dios. Sí, puede parecer que todos esos milagros serían suficientes para confirmar que Dios estaba con ellos, pero no es así. Como ya hemos visto en Éxodo, y como lo confirma nuestra experiencia, tenemos memorias muy cortas en cuanto a milagros. Si tú basas tu fe en ellos, necesitarás un suministro constante. Somos propensos a las dudas y la incredulidad.

Normalmente nos sentimos abandonados por Dios cuando Él no contesta nuestra oración como esperamos:

  • Cuando un ser querido muere.
  • Cuando no hay curación.
  • Cuando las cosas van mal y parece que a Dios no le importa.

Dios dijo muy claramente que los llevaría a la Tierra Prometida. Nosotros sabemos que Él no es un Dios malvado o caprichoso que liberaría a su pueblo de Egipto solo para dejarlos morir en el desierto, pero ellos todavía no tenían esa confianza, y no tenían una comunidad de creyentes para rodearlos y alentarlos. No había Biblia, el tabernáculo no había sido construido y no había servicios religiosos; su religión era muy primitiva.

De alguna manera ellos creen que pueden hacer sus propios dioses para reemplazar al que los abandonó. Eso nos parece una locura, pero ¿no hacemos constantemente dioses para satisfacer nuestras necesidades? ¿Estás tentado a seguir a un dios de tu propia creación? Puede ser una mujer o un hombre de negocios que promete riqueza y poder. Jesús prometió que nunca te dejaría ni te desampararía. Si te sientes lejos de Dios, adivina ¿quién se movió?

Aarón les respondió: —Quítenles a sus mujeres los aretes de oro, y también a sus hijos e hijas, y tráiganmelos.

Todos los israelitas se quitaron los aretes de oro que llevaban puestos, y se los llevaron a Aarón, quien los recibió y los fundió; luego cinceló el oro fundido e hizo un ídolo en forma de becerro. Entonces exclamó el pueblo: «Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!»

Cuando Aarón vio esto, construyó un altar enfrente del becerro y anunció: —Mañana haremos fiesta en honor del Señor.

En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno. 

Líderes débiles

Cuando Moisés subió al monte, le confió el pueblo a Aarón. No tenía otra opción; ¡tenía una reunión con Dios Todopoderoso! Un pastor no puede siempre estar en la iglesia, pero cuando se va, el lobo ve la oportunidad de devastar a las ovejas. Aarón tuvo que ejercer autoridad en ausencia de Moisés, pero él dejó que la gente siguiera su propio rumbo. ¿Quería complacer a la gente, faltaba una verdadera relación con Dios, o era simplemente débil y cobarde? Tal vez todo eso, pero fracasó  gravemente y fue responsable de la muerte de miles de personas.

Aarón debe ponerse de pie con valentía y decir: «¿Están locos? ¡Basta ya! ¿Después de todo lo que Dios ha hecho por ustedes? ¡No puedo hacerlo y no haré dioses para ustedes! ¡Hay un sólo Dios y ya han visto suficiente de su gloria para saber que no se puede jugar con Él! Detén estas tonterías ahora mismo. Moisés volverá. ¡Con la columna de fuego y nube, Dios les guiará fielmente a la tierra que fluye leche y miel!»

Su nuevo dios

Dios había tocado a los egipcios para dar sus joyas y oro a los israelitas cuando se fueron; ahora Aarón pidió ese oro. ¡Ten cuidado con los que quieren tu oro! ¡Lo pueden usar para hacer su propio ídolo! ¿Cómo puede la gente creer que un becerro de oro que formó Aarón de sus pendientes fue el dios que los sacó de Egipto? Solo confirma cuán vulnerables somos al engaño espiritual. Y Aarón lo hizo peor, construyendo un altar frente al becerro y proclamando un festival para el «Señor.» Él estaba mezclando aspectos de la verdadera fe con su idolatría, aumentando aún más su confusión. Es parecido a lo que ha sucedido cuando el Evangelio llega a un nuevo país y mezclan elementos de su religión indígena con el cristianismo.

Echar la culpa

Vemos una prueba más de la debilidad de Aarón cuando Moisés lo confronta:

21 A Aarón le dijo: —¿Qué te hizo este pueblo? ¿Por qué lo has hecho cometer semejante pecado?

22 —Hermano mío, no te enojes —contestó Aarón—. Tú bien sabes cuán inclinado al mal es este pueblo. 23 Ellos me dijeron: “Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!” 24 Yo les contesté que todo el que tuviera joyas de oro se desprendiera de ellas. Ellos me dieron el oro, yo lo eché al fuego, ¡y lo que salió fue este becerro!

Aarón sabe que Moisés está furioso, y hace lo que la mayoría hace cuando está enfrentado con un error: negarlo y culpar a otros. Pero Moisés no es engañado, y pone toda la responsabilidad en Aarón. No puede creer que su hermano haya sido influenciado y llevado al pecado tan fácilmente. Es trágico cuando alguien con autoridad lleva a la gente a pecar.

Moisés tenía sus propios problemas con la gente, y Aarón espera poder simpatizar recordándole, correctamente, que son propensos al mal. Como lo hizo Satanás en el jardín, Aarón mezcla la verdad y la mentira. ¡Él viene con este invento fantástico de un becerro que milagrosamente sale del fuego!

Todos cometemos errores. Se necesita madurez para ser honesto y aceptar la responsabilidad de lo que hemos hecho, y sufrir las consecuencias. Culpar y mentir es cobardía. Siempre es mejor confesar, pedir misericordia y hacer lo que sea necesario para arreglar las cosas.

No seas un líder cobarde como Aarón. Ten cuidado de no complacer a la gente y hacer cosas que tú sabes no están bien. Si tú todavía estás intentando huir de algo malo que has hecho, es mejor asumir la responsabilidad y pagar el precio.

La tendencia a la idolatría

No está en nuestra naturaleza permanecer fiel a Dios. Necesitamos estímulo constante, alimento de la Biblia, la ayuda del Espíritu de Dios y líderes piadosos que nos guíen en los caminos del Señor. Nuestra tendencia natural es a la idolatría. Por supuesto, hoy no somos tan ignorantes como para creer que un becerro de oro fuese un dios, pero tenemos muchos ídolos hoy. La mayoría de los cristianos pasan mucho más tiempo frente a la computadora y la televisión que en presencia de Dios; están más influenciados por la cultura que por la Palabra de Dios.

Esta fue probablemente su primera fiesta en libertad. Estaban desenfrenados, comiendo y bebiendo bebida fuerte. Estaban gritando (lo que Josué pensó eran gritos de guerra), y cantando y bailando. Se habían convertido en el hazmerreír de sus enemigos, que aparentemente estaban lo suficientemente cerca para escuchar lo que estaba sucediendo. Sin alguien que nos guíe, nos desenfrenamos y caemos en toda clase de pecado. Con razón Dios ha establecido autoridad en la sociedad, la iglesia y la familia.

Esta es la parte desalentadora de la historia. En el próximo capítulo vamos a ver el increíble contraste que Moisés ofrece, en un rescate de su pueblo que nos recuerda la salvación de Cristo. Si Dios te ha llamado a ser un líder, aprende del mal ejemplo de Aarón. Ten cuidado de no ser motivado por un deseo de complacer a la gente. Asume la responsabilidad de tus errores. Levántate para defender lo que sabes que es correcto. Si te sientes defraudado por Dios o por un pastor, está bien sentirse herido, enojado y consternado. Pero no permitas que el miedo y la ira te cieguen a todo lo que Dios ha hecho por ti, y por millones de otras personas a lo largo de los siglos. ¡No te rindas! ¡No busques otros dioses! ¡Resiste la tendencia natural del ser humano a la idolatría!

 

Éxodo 24  ¿Estás listo para un encuentro con Dios?

1También le dijo el Señor a Moisés: «Sube al monte a verme, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Ellos podrán arrodillarse a cierta distancia, pero sólo tú, Moisés, podrás acercarte a mí. El resto del pueblo no deberá acercarse ni subir contigo.»

Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y disposiciones del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho.» Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho.

Obediencia total

Moisés descendió del Monte Sinaí, llevando la ley de Dios a su pueblo. ¡Imagina esta multitud escuchando esas palabras! No está claro si Moisés pidió una respuesta, o si fue espontánea, pero con gusto las recibió: Esta es una buena palabra, y queremos obedecerla. Igual a otras ocasiones, son unánimes (y tal vez demasiados rápidos) para prometer hacer todo lo que Dios ha mandado. ¡Vale la pena reflexionar sobre todas las implicaciones de lo que afirmamos!

Es importante darle a la iglesia la oportunidad de considerar sinceramente si están dispuestos a obedecer a Dios. Es bueno tener una respuesta afirmativa unánime, como Israel aquí, pero hablar es fácil. Es fácil pasar al frente o levantar la mano en la iglesia, pero puede cambiar al día siguiente, en casa o en el trabajo.

Escribe lo que Dios dice

No sabemos si Dios le mandó hacerlo, pero con la palabra fresca en su memoria, Moisés escribió todo lo que Dios había dicho. Gracias a Dios por los líderes (hoy y en el pasado), que cuidadosamente preservan la Palabra de Dios. Con esto acabado, Dios llama a Moisés para que suba otra vez para un encuentro nuevo. Esta vez los setenta ancianos, junto con Aarón y sus hijos, lo acompañan.

Si tú eres pastor y has tenido un encuentro poderoso con Dios, tienes la oportunidad y el privilegio de traer a otros contigo (tal vez a un retiro) para también estar con Dios. Aquí solo Moisés realmente pudo acercarse a Dios; los demás siguen en adoración.

A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras.Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión. La mitad de la sangre la echó Moisés en unos tazones, y la otra mitad la roció sobre el altar. Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo, y ellos respondieron:—Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le obedeceremos.

Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo: —Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes.

Es difícil saber la cronología exacta aquí. Parece que Moisés compartió la ley verbalmente, consiguió el acuerdo del pueblo de someterse a ella, preparó a los ancianos para que subieran con él y luego escribió lo que había compartido. A la mañana siguiente hubo una ceremonia más formal cuando él leyó lo que había escrito.

Preparación para el culto

Aunque Dios aún no había dado instrucciones para el culto, Moisés lo tomó muy en serio. Me recuerda de lo que un pastor podría hacer hoy:

  • Levantarse temprano para prepararse para el servicio y buscar al Señor.
  • Ir a la iglesia (aquí, al pie de la montaña) y preparar al lugar espiritualmente para un encuentro con Dios. Si van a compartir la Santa Cena, se puede preparar la mesa.
  • Presentar alguna representación (como las doce piedras) de los distintos grupos de la congregación. Por ejemplo, podría ser una bandera para cada célula, o una para las damas, los jóvenes, etcétera.
  • Contar con la ayuda de un grupo de hombres jóvenes (o podría ser un equipo de oración o adoración) que llegue temprano y prepare el ambiente con oración y adoración. Moisés hizo un esfuerzo consciente para involucrar tanto a los ancianos como a los jóvenes.
  • Ahora llega la gente. La sangre de los sacrificios me recuerda a guiar a la congregación a la presencia de Dios con la confesión y aseguramiento del pecado perdonado a través de la sangre derramada de Jesucristo.
  • Compartir la Palabra de Dios.
  • Conseguir una respuesta de la gente. Es bueno recordarles que son parte de un nuevo pacto y animarlos a renovar su compromiso con Cristo.
  • El enfoque en el pacto conduce naturalmente a la celebración de la Cena del Señor. En lugar de rociar la sangre sobre la gente (externamente), todos tienen la oportunidad de participar (internamente) de la copa, que simboliza la sangre del Nuevo Pacto.

Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron10 y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo. 11 Y a pesar de que estos jefes de los israelitas vieron a Dios, siguieron con vida, pues Dios no alzó su mano contra ellos.

Comer y beber en presencia de Dios

Con la congregación despedida después de aceptar el pacto, Moisés y los ancianos escalan la montaña. ¡Imagina la belleza inefable de este brillante pavimento azul! La expectativa es que un hombre no puede sobrevivir en esa gloriosa presencia de Dios, pero Dios los llamó allá, y no alzó la mano contra ellos.

¿Qué comieron y bebieron? ¿Lo trajeron con ellos? ¿O fue Dios mismo quien lo proporcionó? No sabemos. Una vez más, me recuerda a la Cena del Señor. ¡Es impresionante que la comida y la bebida sean parte de una ocasión tan solemne y gloriosa! Pero concuerda con otras visiones que tenemos del corazón de Dios. ¡Le gustan las comidas!

¿Puedes ver a Dios y vivir?

Primero, es importante notar que la única descripción es de lo que estaba “debajo de sus pies.” Posiblemente no vieron nada más, de forma similar a la visión de Dios en Isaías 6, que solo describe el trono, las orlas de su manto y los serafines. La luz cegadora lo haría imposible ver a Dios. Ezequiel tiene una visión similar de una forma en un trono (Ezequiel 1:26-28). Aquí, en Éxodo 24, la palabra hebrea traducida «vieron» en el versículo 11 (ver en una visión) es diferente que la palabra en el versículo 10 (ver con sus ojos). Otro relato de esta experiencia (Deuteronomio 4:15) dice: El día que el Señor les habló en Horeb, en medio del fuego, ustedes no vieron ninguna figura.

Textos bíblicos que aluden a ver a Dios

Jacob llamó a ese lugar Penuel, porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con vida. (Génesis 32:30)

»Cuando un profeta del Señor
se levanta entre ustedes,
yo le hablo en visiones
y me revelo a él en sueños.
 Pero esto no ocurre así
con mi siervo Moisés,
porque en toda mi casa
él es mi hombre de confianza.  Con él hablo cara a cara,
claramente y sin enigmas.
Él contempla la imagen de Señor
(Números 12:6-8).

—¡Estamos condenados a morir! —le dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios! (Jueces 13:22)

Mientras yo observaba esto,
se colocaron unos tronos,
y tomó asiento un venerable Anciano.
Su ropa era blanca como la nieve,
y su cabello, blanco como la lana.
Su trono con sus ruedas
centelleaban como el fuego
(Daniel 7:9).

Algunos de estos probablemente fueron visiones. Incluso Moisés, hablando a Dios cara a cara, solo vio a su forma, y en realidad nadie lo describe.

Textos bíblicos que niegan la posibilidad de ver a Dios

Este versículo parece específicamente prohibir ver el rostro de Dios: Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida (Éxodo 33:20).

 A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer (Juan 1:18).

Al único inmortal,
que vive en luz inaccesible,
a quien nadie ha visto ni puede ver,
a él sea el honor y el poder eternamente. Amén
            (1 Timoteo 6:16).

Entonces, ¿cuál es la conclusión? Es posible estar en la abrumadora presencia de Dios e incluso tener indicios de su apariencia, pero parece probable que en realidad nadie lo ha visto jamás en toda su gloria.

Moisés no sube solo

12 El Señor le dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte, y quédate allí. Voy a darte las tablas con la ley y los mandamientos que he escrito para guiarlos en la vida.»

13 Moisés subió al monte de Dios, acompañado por su asistente Josué, 14 pero a los ancianos les dijo: «Esperen aquí hasta que volvamos. Aarón y Jur se quedarán aquí con ustedes. Si alguno tiene un problema, que acuda a ellos.»

Fue glorioso ver el pavimento ante el Señor, pero Moisés se acerca más aun y permanece allí, para recibir las tablas de piedra con la ley. Y Moisés no va solo; Josué va con él. Josué no fue incluido entre aquellos que Dios llamó a subir, pero parece que a donde fue Moisés, Josué fue también. ¡Y Dios no lo castiga! ¿Tienes un Josué que traes contigo a la presencia de Dios?

Jur no fue mencionado antes (a menos que él fuera uno de los 70 ancianos). Moisés lo dejó a él y Aarón a cargo, mientras él subió con Josué. No sé si el grupo era consciente cuando subieron que tenían que quedarse allí todos los 40 días que Moisés estaba en la cima de la montaña. Es difícil saber exactamente cómo eso funcionó, ya que Aarón tuvo su desafortunado incidente con el becerro de oro mientras Moisés estaba en la montaña.

¿Estás dispuesto a pagar el precio para encontrarte con Dios?

15 En cuanto Moisés subió, una nube cubrió el monte, 16 y la gloria del Señor se posó sobre el Sinaí. Seis días la nube cubrió el monte. Al séptimo día, desde el interior de la nube el Señor llamó a Moisés. 17 A los ojos de los israelitas, la gloria del Señor en la cumbre del monte parecía un fuego consumidor. 18 Moisés se internó en la nube y subió al monte, y allí permaneció cuarenta días y cuarenta noches.

Moisés dejó su congregación abajo para ver estas increíbles manifestaciones de la gloria de Dios. Ellos probablemente tenían dudas si volverían a ver a Moisés de nuevo, sobre todo cuando los días se alargaban.

Moisés y Josué tenían que esperar seis días para entrar en la nube. Seguramente hay algún significado en esos seis días, y Dios llamando a él al séptimo día para entrar en comunión con Él. ¿Tal vez los seis días de Dios trabajando en la creación? ¿O seis días en preparación para el día de reposo?

Muchas personas quieren ser líderes. Tú podrías pensar en Moisés entrando en esa nube y desearías que fueses tú, pero no te apresures a pedir por lo que tenía Moisés. No lo dice aquí, pero fue un ayuno de cuarenta días. Sin comida ni bebida. No hay Internet o televisión. Sin sexo. Tal vez Moisés tenía una idea de lo que vendría y sabía que sería mejor enviar a Séfora y los chicos de vuelta a casa con su suegro.

¿De verdad quieres encontrar a Dios?

¡Gloria al Señor! Entonces, ¿estás listo para un ayuno de cuarenta días? ¿Estás dispuesto a esperar seis días solo por la palabra dándote permiso para subir más alto? ¿O después de un par de días dirías que no está sucediendo nada, y bajarías? ¿Estás impaciente si Dios no aparece en la primera media hora de un culto? ¿Sientes que no puedes soportar más de un par de horas esperando en Dios para entrar en comunión personal con Él? ¿Qué tan serio eres acerca de ser un líder y llegar a conocer a Dios? Él aparece en su tiempo, no en el nuestro. Él nos llama a la nube de gloria cuando Él quiera. ¿Estás listo para ser purificado por su fuego consumidor?

 

¿Estás seguro que quieres ser un profeta?

Hay más profetas hoy en día que en cualquier otro momento de la historia. Sólo chequea el internet. Y no estoy hablando de profetas de religiones extrañas, sino de profetas que dicen hablar en el nombre del Señor. Puedes encontrar uno que dice cualquier cosa que quieras oír. Algunos cargan para suscribirse a sus profecías de internet. ¿No te parece extraño que alguien pudiera recibir una palabra del Señor justo a tiempo para publicarla todos los días? No quiero decir que no puede suceder; de hecho, me gustaría recibir una palabra profética fresca todos los días.

Pero estoy muy cauteloso cuando leo estos profetas modernos. Jesús advirtió específicamente que habría muchos falsos profetas en los días postreros (Mateo 24:24). Un estudio de la historia de Israel confirma que casi siempre había muchos más profetas falsos que genuinos. Ora por mucho discernimiento cuando leas o escuches estas profecías. ¿Cuánto de lo que dicen en realidad sucede? Es fácil manipular los hechos. Por ejemplo, si alguien profetiza un gran terremoto en los próximos treinta días, es muy probable que en algún lugar en la tierra habrá un terremoto importante en ese periodo. Si su profecía no se cumple, tampoco significa automáticamente que es un falso profeta. Dios a menudo da profecías de advertencia; puede ser posible evitar el evento mediante la intercesión enfocada de creyentes.

Lo que realmente me preocupa es la facilidad con que una persona llega a ser un profeta. Yo podría abrir una página web hoy. Aún peor es la comodidad en que viven los profetas. Ciertamente, no todos, pero algunos hacen un ingreso significativo de sus profecías. He visto videos de ellos hablando desde estudios muy cómodos en sus edificios expansivos. Lo que me lleva al título de este capítulo: ¿Estás seguro que quieres ser un profeta? ¿Tienes alguna idea de lo que está involucrado en eso? Auténticos profetas de Dios en el Antiguo Testamento tenían algunas de las vidas más duras imaginables.

Isaías

Me encanta Isaías. Estaba meditando sobre su libro recientemente cuando llegué al capítulo 20 y encontré este mandamiento desconcertante que el Señor le dio en el versículo 2:

Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.

Seguramente eso significa que solo se quitó la ropa exterior, ¿verdad? De esa manera muchos hacen a Pedro echándose en el agua (Juan 21:7) o a Jesús colgado en la cruz más aceptables a nuestras sensibilidades modernas. Y si Isaías tenía que andar desnudo, no era para más que una o dos horas, ¿verdad? Pero no, a medida que continuamos a leer se lo pone peor (versículos 3-4):

Entonces el Señor dijo: «Así como durante tres años mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo, como señal y presagio contra Egipto y Cus, así también, para vergüenza de Egipto, el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos, y con las nalgas al aire, a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Cus, lo mismo jóvenes que viejos.

Lo siento, pero esas nalgas estaban desnudas. ¿Tal vez llevaba un taparrabos? Hace mucho frío en Judá, pero por tres años, su cuerpo era un recordatorio constante a Judá de la palabra de Dios. Sin duda limitaba su vida social; parece cruel hacer a un fiel servidor. Pero manifestaciones proféticas del mensaje de Dios eran comunes en el Antiguo Testamento. ¿Estoy sugiriendo que los profetas de hoy deben andar desnudos? ¡Por supuesto que no! ¡Pero Dios puede llamarlos a hacer algo incómodo y humillante!

En el capítulo 21 hay otro tipo de incomodidad que un profeta puede experimentar. He visto a los «profetas» de hoy predecir juicio grave sobre los Estados Unidos – con mucho gusto. Claro que hay algunos que parecen genuinamente preocupados por la palabra que están trayendo, pero mira cómo esta palabra afectaba a Isaías. Y esta ni siquiera era una palabra en contra de su propio pueblo – era en contra de su enemigo, Babilonia:

Por eso mi cuerpo se estremece de dolor,
sufro de agudos dolores,
como los de una parturienta;
lo que oigo, me aturde;
lo que veo, me desconcierta.
Se me turba la mente,
me hace temblar el terror;
el crepúsculo tan anhelado
se me ha vuelto un espanto.

No es raro encontrar a los profetas del Antiguo Testamento sufrir por días como resultado de la intensidad de sus visiones. Es una cosa sentirse preocupado y tal vez perder el sueño por lo que el Señor ha revelado, pero la respuesta de Isaías indica que esta palabra le tocó en lo más profundo.

Estos ejemplos no son inusuales o extremos. No hay mucho más mencionado de la experiencia personal de Isaías; no podemos asumir que su vida era siempre tan intensa. Pero parece que otros profetas tenían una vida aún más difícil.

Ezequiel

Desde el principio Dios le dijo que tendría una tarea difícil; tan dura que muchos se disculparían y dirían “no, gracias” al Señor.

Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de sus palabras, por más que estés en medio de cardos y espinas, y vivas rodeado de escorpiones. No temas por lo que digan, ni te sientas atemorizado, porque son un pueblo obstinado (Ezequiel 2:6).

En el capítulo cuatro tuvo que cargar el pecado de Israel acostado en su lado izquierdo – ¡para 390 días! Justo cuando que se terminó era atado con cuerdas y se puso sobre su lado derecho – ¡por 40 días! Dios le dio una receta para la comida (¡al menos podía comer!). Pero cuando Dios incluía excremento humano como combustible para cocinarla, era demasiado para Ezequiel, y Dios se arrepintió; él podía utilizar el estiércol de vaca.

Más tarde, Dios tomó a su esposa – y ni siquiera se le permitió llorar o apenarse (24:15).

Jeremías

Jesús habló de Israel matando a los profetas. Parece que casi todos odiaban a Jeremías. Había muchas amenazas de muerte contra él (ve Jeremías 11: 18-20). Más que una vez estuvo a punto de ser asesinado:

Pero en cuanto Jeremías terminó de decirle al pueblo todo lo que el Señor le había ordenado, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo lo apresaron y le dijeron: ¡Vas a morir!  (Jeremias 26:8)

Finalmente se enojaron tanto con sus profecías que lo pusieron en una cisterna, o pozo:

 Ellos tomaron a Jeremías y, bajándolo con cuerdas, lo echaron en la cisterna del patio de la guardia, la cual era de Malquías, el hijo del rey. Pero como en la cisterna no había agua, sino lodo, Jeremías se hundió en él. (Jeremias 38:6)

Gracias a Dios, alguien se apiadó de él y lo sacó, aunque todavía estaba preso.

No es fácil llevar la Palabra de Dios; Jeremías dijo que era como un fuego en sus huesos, y fue afligido físicamente, no muy diferente de Ezequiel:

Se me parte el corazón en el pecho
y se me estremecen los huesos.
Por causa del Señor
y de sus santas palabras,
hasta parezco un borracho,
alguien dominado por el vino.
(Jeremías 23:9)

¡Con razón le llaman “el profeta llorón!”

Oseas

¡Mira el impacto de sirvir al Señor en la vida personal! Toda la familia de Oseas sirvió como una parábola para ilustrar su mensaje de la infidelidad de Israel.

La primera vez que el Señor habló por medio de Oseas, le dijo: «Ve y toma por esposa una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!» (Oseas 1:2)

Su promiscuidad no terminó una vez que estaba con Oseas:

Me habló una vez más el Señor, y me dijo: «Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a dioses ajenos y se deleiten con las tortas de pasas que les ofrecen.»

Compré entonces a esa mujer por quince monedas de plata y una carga y media de cebada,  y le dije: «Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre. ¡Ni yo te voy a tocar!» (Oseas 3:1-3)

Creo que se puede decir que Oseas tenía una vida familiar difícil.

¿Cuál es mi punto? No es que tú tienes que pasar por alguna experiencia semejante a ser un profeta genuino, pero tengo que cuestionar cuánto de lo que pasa por profecía hoy en día es auténtica. Parecería que los profetas modernos pudieran experimentar al menos algunas de las dificultades de estos grandes hombres del pasado. Históricamente, los profetas han sido un grupo extraño, haciendo cosas extrañas. Si tú eres un profeta, oro que Dios te guarde de este dolor. Pero si estás sufriendo ahora mismo, no seas sorprendido. No seas engañado por las apariencias, y ora por el discernimiento del Espíritu cuando escuches o leas profecías.

2 Crónicas 34   Josías: El mejor rey de Israel

La Biblia dice que nunca hubo otro rey como Josías, que se volvió al Señor con todo su corazón, alma y fuerza. ¡Vale la pena estudiarlo y aprender de este gran hombre! Qué trágico que un hombre tan impresionante murió prematuramente, y fue a causa de una debilidad que muchos de nosotros tenemos en común. También fracasó miserablemente en una de sus tareas más importantes.

El reinado de Josías profetizado

Josías (648-609 a.C.) fue un bisnieto de Ezequías, y el último rey piadoso de Judá. El reino del norte (Israel) ya estaba en exilio en Babilonia, y la derrota de Judá se aproximaba rápidamente. El nacimiento de Josías y su purificación del templo fueron profetizados 300 años antes, durante el reinado de Jeroboán:

Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá hasta Betel en obediencia a la palabra del Señor. Cuando Jeroboán, de pie junto al altar, se disponía a quemar incienso, el hombre de Dios, en obediencia a la palabra del Señor, gritó: «¡Altar, altar! Así dice el Señor: “En la familia de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a estos sacerdotes de altares paganos que aquí queman incienso. ¡Sobre ti se quemarán huesos humanos!” » (1 Reyes 13:1-2)

Su reinado comenzó después del asesinato trágico de su padre, el rey Amón; tal vez eso le animó a buscar al Señor.

Su comienzo impresionante

De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda. A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre; y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas. Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios. Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén. Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor. Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén  (2 Crónicas 34:1-7).

A los dieciséis años comenzó a buscar en serio a Dios, y a los veinte estaba en una campaña a escala nacional para limpiar la tierra de la idolatría.

El libro de la ley descubierto

Su celo por Dios era obvio, pero de alguna manera el templo, que estaba muy deteriorado, fue básicamente ignorado hasta que inició extensas renovaciones a los veintiséis años. Hicieron un sorprendente descubrimiento: La Biblia (el Libro de la Ley). Algunos piensan que era sólo Deuteronomio; otros piensan que era todo lo que estaba escrito hasta ese punto. ¡Josías nunca lo había oído! ¡Por muchos años se habían olvidado completamente de la Palabra de Dios!

En sus funciones de cronista, Safán también informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en presencia del rey.

Cuando el rey oyó las palabras de la ley, se rasgó las vestiduras en señal de duelo y dio esta orden a Jilquías, a Ajicán hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al cronista Safán y a Asaías, su ministro personal: —Con respecto a lo que dice este libro que se ha encontrado, vayan a consultar al Señor por mí y por el remanente de Israel y de Judá. Sin duda que la gran ira del Señor se ha derramado contra nosotros porque nuestros antepasados no tuvieron en cuenta su palabra, ni actuaron según lo que está escrito en este libro (2 Crónicas 34:18-21).

¿Puedes imaginar escuchando la Palabra de Dios por la primera vez en tu vida? ¡Josías ya llevaba diez años buscando a Dios y sirviéndole! Y ahora supo que estaba en un gran problema: su gente no estaba siguiendo los mandamientos de Dios. ¡Qué bueno sería si la gente tomara la Biblia tan en serio hoy! ¡Tenemos más Biblias que nadie en toda la historia! Biblias en nuestros teléfonos. Traducciones sinnúmero, y muchas Biblias de estudio. ¡Pero parece que todavía no la obedecemos!

Josías encabeza a la nación en arrepentimiento

Ahora Josías entiende por qué la situación del país está tan grave: ¡Dios está enojado con ellos! ¿Qué se puede hacer? Necesitan una palabra profética de Dios. En un giro inusual, una mujer, una profetisa desconocida llamada Hulda, trae el mensaje. Jeremías (un pariente de Hulda) comenzó su ministerio durante el reinado de Josías, junto con Sofonías. Él era mucho mejor conocido, pero la tradición rabínica sostiene que Josías se sentía que una mujer sería más apta a tener compasión de él e interceder a su favor. Hulda, que también era una maestra de escuela, por lo general se dirigió a las mujeres, mientras que Jeremías habló a los hombres en la calle. Sofonías (junto con Isaías) era el maestro de Jeremías, y ministraba en la sinagoga.

La palabra de Hulda

Huldá les contestó: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Díganle al que los ha enviado  que yo, el Señor, les advierto: ‘Voy a enviar una desgracia sobre este lugar y sus habitantes, y haré que se cumplan todas las maldiciones que están escritas en el libro que se ha leído ante el rey de Judá.  Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y con todos sus ídolos han provocado mi furor. Por eso arde mi ira contra este lugar, y no se apagará.’  Pero al rey de Judá, que los envió para consultarme, díganle que yo, el Señor, Dios de Israel, digo en cuanto a las palabras que él ha oído:  ‘Como te has conmovido y humillado ante mí al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, y te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo.  Por lo tanto, te reuniré con tus antepasados, y serás sepultado en paz. Tus ojos no verán la desgracia que voy a enviar sobre este lugar y sobre sus habitantes.’ ” » (2 Crónicas 34:23-28)

Ya hemos visto los frutos del orgullo en sus predecesores; ahora vemos el fruto de humillarse. A diferencia de Ezequías, Josías no se sentía satisfecho que él estaría bien, indiferente al desastre por venir. La Palabra de Dios le tocó. ¡Todo el mundo tenía que escucharlo! Él mismo lo leería, y los guiaría en la renovación de su compromiso para ponerla en práctica:

Entonces el rey mandó convocar a todos los ancianos de Judá y Jerusalén.  Acompañado de todos los habitantes de Judá y de Jerusalén, de los sacerdotes, de los levitas y, en fin, de la nación entera, desde el más grande hasta el más pequeño, el rey subió al templo del Señor y, en presencia de ellos, leyó todo lo que dice el libro del pacto que fue hallado en el templo del Señor. Después se puso de pie, junto a la columna del rey, y ante el Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a poner en práctica, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, preceptos y decretos, cumpliendo así las palabras del pacto escritas en este libro. Después hizo que todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín confirmaran el pacto. Y así los habitantes de Jerusalén actuaron según el pacto del Dios de sus antepasados.

Josías suprimió todas las costumbres detestables que había en todo el territorio de los israelitas, e hizo que todos los que se hallaban en Israel adoraran al Señor su Dios. Mientras Josías vivió, no abandonaron al Señor, Dios de sus antepasados  (2 Crónicas 34:29-33).

Una vez más vemos la influencia de un líder piadoso, trayendo a toda una nación al Señor. Imagínate la procesión hasta el templo restaurado, y todo el pueblo oyendo la Palabra de Dios por primera vez, de la boca de su rey. ¿Estás comprometido a seguir al Señor y guardar sus mandamientos con todo tu corazón y con toda tu alma? ¿Estás dispuesto a animar a aquellos bajo tu influencia a hacer lo mismo?

Los historiadores creen que Josías fue en gran parte responsable para reunir los diversos escritos de nuestro Antiguo Testamento y preservarlos para nosotros. ¡Sin su compromiso y sabiduría pudiéramos estar sin esas Escrituras! Sus reformas eran la fuente del pueblo de Dios aceptando al libro sagrado como canónico y autoritario.

La mejor Pascua

En la ley Josías leyó del mandamiento de Dios para celebrar la Pascua. Hemos estudiado la maravillosa Pascua que celebró Ezequías, pero esta fue aún mejor:

Desde los tiempos del profeta Samuel no se había celebrado una Pascua semejante. Ninguno de los reyes de Israel jamás había celebrado la Pascua como lo hizo Josías, porque hizo participar a todos los sacerdotes y levitas, a todo el pueblo de Jerusalén y a la gente de todo Judá e Israel (2 Crónicas 35:18).

La Biblia no nos ofrece muchos detalles de lo que hizo esta Pascua tan especial. Claro que su renovada fe y compromiso con el Señor la hizo impactante. También tenían un nuevo aprecio para su historia y patrimonio, sobre todo su liberación milagrosa de Egipto. Es impresionante que ningún otro rey – ni aun David ni Salomón – la celebró como Josías.

Como capellán en las prisiones he observado muchas Pascuas de los judíos. He participado en un montón de celebraciones del nacimiento de Jesús y su resurrección. Yo sé cuan fácil puede ser perder el verdadero significado en tradiciones y rutinas, pero también soy un testigo de las maravillas que Dios ha hecho en ellas. Creo que la navidad y pascua son muy importantes para la iglesia.

¡El mejor rey!

Hay algo más muy importante acerca de Josías. Segundo de Reyes 23:25 dice:

Ni antes ni después de Josías hubo otro rey que, como él, se volviera al Señor de todo corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas, siguiendo en todo la ley de Moisés.

Eso es increíble. Mejor que David. El mejor rey en toda la historia de la nación, lo cual hace aún más desconcertante lo que viene después.

El error que le costó la vida

Con ese tipo de inicio se esperaría que Josías tendría un reinado notable, y probablemente lo era para los próximos dieciséis años. Pero entonces, como sucede a menudo, vino una prueba, y Josías falló fatalmente la prueba.

Tiempo después de que Josías terminó la restauración del templo, Necao, rey de Egipto, salió a presentar batalla en Carquemis, ciudad que está junto al río Éufrates, pero Josías le salió al paso. Necao envió mensajeros a decirle: «No te entrometas, rey de Judá. Hoy no vengo a luchar contra ti, sino contra la nación que me hace la guerra. Dios, que está de mi parte, me ha ordenado que me apresure. Así que no interfieras con Dios, para que él no te destruya.»

Josías no le hizo caso a la advertencia que Dios le dio por medio de Necao; al contrario, en vez de retirarse, se disfrazó y fue a la llanura de Meguido para pelear con Necao. Como los arqueros le dispararon, el rey Josías les dijo a sus servidores: «Sáquenme de aquí, porque estoy gravemente herido.» Sus servidores lo sacaron del carro en que estaba y lo trasladaron a otro carro, y lo llevaron a Jerusalén. Allí murió, y fue sepultado en el panteón de sus antepasados. Y todo Judá y todo Jerusalén hicieron duelo por él (2 Crónicas 35:20-24).

No sabemos por qué Josías sintió la necesidad de involucrarse en esta batalla. Egipto y Asiria se habían unido para luchar contra Babilonia. Judá ya era un país insignificante y no tenía parte ninguna en la guerra. Necao solamente tenía que pasar por su territorio, y aun dejó claro que no tenía intención de causar problemas para Judá.

Lo que no sorprende es que un hombre piadoso como Josías sería reacio a recibir una palabra de un rey pagano como siendo de Dios. No es la única vez en la Escritura que Dios habla a través de un incrédulo. No sabemos por qué no usó a Jeremías, que también estuvo presente. Lo que es notable es que nunca dice que Josías buscó a  Dios ni consultó con Jeremías.

Josías fue abatido en el valle de Meguido, el sitio de la gran batalla del fin que ganó fama del libro y la película en la serie Dejados Atrás. Armagedón viene del hebreo har-megiddo, la colina de Meguido, que en realidad no es una colina, sino un collado actualmente desocupado y protegido, que fue el sitio de ciudades sucesivas. Después de la muerte de Josías los ejércitos egipcios y asirios fueron destruidos por Nabucodonosor 2 de Babilonia en Carquemis.

¿Hay algo acerca de la caída de Josías que te suena familiar? ¿Cuántos hombres han salido para probar su valentía y machismo, y se meten en batallas imprudentes? ¿Estaba Josías aburrido en casa y anhelando alguna aventura? ¿Has entrado en una pelea que te hizo parecer un tonto? Retirarte sería un golpe demasiado grande a tu orgullo. Así que sigas obstinadamente presionando, aunque sabes que probablemente perderás la batalla. Comenzamos en un camino y no escuchamos advertencias ni cambiamos nuestro rumbo. Podemos perder la perspectiva y ni siquiera importa si nos matan. Cuando tenemos que disfrazarnos para llevar a cabo nuestros planes pecaminosos sabemos que estamos en problemas graves.

¿Estás hasta el cuello en una aventura imprudente? ¿Hay alguien que te ha advertido, pero tu orgullo no te permite escucharlo? ¿Te sientes la necesidad de probarte a ti mismo, o probar tu virilidad? ¡Ten cuidado!

El lamento de Jeremías

Una nota más sobre Josías demuestra cómo le estimó la nación, y menciona a Jeremías por primera vez:

Jeremías compuso un lamento por la muerte de Josías; además, hasta este día todos los cantores y las cantoras aluden a Josías en sus cantos fúnebres. Estos cantos, que se han hecho populares en Israel, forman parte de las Lamentaciones (2 Crónicas 35:25).

Dios estaba obviamente complacido con Josías, y el pueblo lo amaba. Se espera que dejaría un legado impresionante, pero lo que sigue su muerte es un desastre.

Juicio

En primer lugar, la renovación espiritual impresionante bajo su reinado no fue suficiente para detener el juicio prometido de Dios sobre Judá. Segundo de Reyes 23:26-27 dice:

A pesar de eso, el Señor no apagó el gran fuego de su ira, que ardía contra Judá por todas las afrentas con que Manasés lo había provocado. Por lo tanto, el Señor declaró: «Voy a apartar de mi presencia a Judá, como lo hice con Israel; repudiaré a Jerusalén, la ciudad que escogí, y a este templo, del cual dije: “Ése será el lugar donde yo habite.” »

¿Había algo más que Josías podía haber hecho para cambiar la situación? ¿Más oración? ¿Más ayuno? ¿Unir al pueblo en intercesión por la nación? Parece que hizo todo lo que pudo. Es posible que hay consecuencias del pecado que se puede evitar por un tiempo, pero cuando Dios ha determinado que sucediera algo, nada puede cambiarlo.

Malvados hijos de Josías

Tal vez el juicio vino porque Dios sabía el tipo de líderes que seguirían a Josías. Es aquí que vemos la parte más trágica de su patrimonio. Como un rey que revivió la espiritualidad de la nación, era sin igual, pero como padre parece ser un fracaso. Tal vez dedicó demasiado tiempo al reino y al templo.

Esto es lo que dice 2 Crónicas 36:2-4 sobre el hijo que le sucedió en el trono:

Joacaz tenía veintitrés años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén tres meses. Sin embargo, el rey de Egipto lo quitó del trono para que no reinara en Jerusalén, y le impuso al país un tributo de cien barras de plata y una barra de oro. Luego hizo reinar sobre Judá y Jerusalén a Eliaquín, hermano de Joacaz, y le dio el nombre de Joacim. En cuanto a Joacaz, Necao se lo llevó a Egipto. (2 Crónicas 36:2-4)

¡Josías creó la misma situación que destruyó a su hijo! ¿Recuerdas cómo Necao no tenía ninguna intención de atacar a Judá? De hecho, parecía preocupado por Josías, entregándole una palabra del Señor que le habría salvado la vida. Pero Josías creó problemas con Necao. Después de su derrota a manos de los babilonios, consciente de que Josías estaba muerto, Necao probablemente decidió ganar algo de su campaña militar siniestrada. Regresó a Jerusalén para destronar al rey joven, llevarlo a Egipto (donde murió), y colocar a su hermano en el trono como un rey títere. Además, impuso un tributo de 3,402 kilos de plata y 340 kilos de oro. Segunda de Reyes 23:32 hace esta sencilla evaluación de su reinado de tres meses: Joacaz hizo lo que ofende al Señor, o hizo lo malo ante los ojos de Jehová.

Aunque su hermano tuvo un reinado más largo, era aún peor:

Joacim tenía veinticinco años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años, pero hizo lo que ofende al Señor su Dios. Por eso Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó contra Joacim y lo llevó a Babilonia sujeto con cadenas de bronce.  Además, Nabucodonosor se llevó a Babilonia los utensilios del templo del Señor y los puso en su templo en Babilonia. Los demás acontecimientos del reinado de Joacim, y sus pecados y todo cuanto le sucedió, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. (2 Crónicas 36:5-8)

¿Por qué hay tantos hijos de grandes hombres y mujeres de Dios que no siguen el ejemplo de sus padres? ¿Cómo es posible que alguien tan excepcional como Josías produjo hijos tan malvados?

Profecía contra sus hijos

Mucho después de la muerte de Josías, Jeremías escribió sobre estos dos hijos a una nación todavía de luto por los tiempos buenos bajo Josías (Jeremías 22:10-17):

No lloren por el que está muerto,
ni hagan lamentaciones por él.
Lloren más bien por el exiliado,
por el que nunca volverá
ni verá más la tierra en que nació.

Así dice el Señor acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que ascendió al trono después de su padre Josías y que salió de este lugar: «Nunca más volverá,  sino que morirá en el lugar donde ha sido desterrado. No volverá a ver más este país.

»¡Ay del que edifica su casa
y sus habitaciones superiores
violentando la justicia y el derecho!
¡Ay del que obliga a su prójimo
a trabajar de balde,
y no le paga por su trabajo!
¡Ay del que dice: “Me edificaré una casa señorial,
con habitaciones amplias en el piso superior”!
Y le abre grandes ventanas,
y la recubre de cedro y la pinta de rojo.

»¿Acaso eres rey
sólo por acaparar mucho cedro?
Tu padre no sólo comía y bebía,
sino que practicaba el derecho y la justicia,
y por eso le fue bien.
Defendía la causa del pobre y del necesitado,
y por eso le fue bien.
¿Acaso no es esto conocerme?
—afirma el Señor—.

»Pero tus ojos y tu corazón
sólo buscan ganancias deshonestas,
sólo buscan derramar sangre inocente
y practicar la opresión y la violencia.»

¡Evite los errores de Josías!

Miramos el fracaso de Ezequías con su hijo. Ahora un segundo rey tiene a un hijo cuyo corazón estaba fijado en ganancias deshonestas, la opresión, la extorsión, y derramando sangre inocente. ¡Gracias a Dios por los creyentes cuyos hijos están sirviendo fielmente al Señor! Por desgracia, puede que estén en la minoría. ¿Qué hay de tus hijos? ¿Hay algo que tú puedes hacer para dirigir sus corazones al Señor? ¿A lo menos oras por ellos con regularidad? Si son jóvenes, dedica tiempo suficiente para instruirlos en los caminos de Dios y darles un ejemplo piadoso.

Estoy seguro que Satanás estaba encantado que Josías murió como consecuencia de un error tonto. ¿Eres consciente que le encantaría verte muerto? ¿Hay posiblemente algo ahora mismo que ocupa tu corazón y puede llevarte a la destrucción? ¿Hay gente – quizás inesperada – que está advirtiéndote acerca de sus consecuencias? Hay una gran diferencia entre Dios llamándote a hacer algo y manteniendo el rumbo a pesar de la oposición, y tercamente haciendo tu propia cosa. ¡Aun los mejores hombres pueden ser conducidos a distracciones mortales!

2 Crónicas 32: 24-33 Ezequías falla el examen final

El rey Ezequías de Judá era un hombre de mucha fe. Su celebración de la Pascua dio a luz a un avivamiento, y, más tarde, una derrota milagrosa de su enemigo. Pero Dios todavía quería formarle más; ahora su corazón será probado. A veces es más fácil luchar contra un gran ejército que tratar con nuestros propios demonios interiores.

24Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. Entonces oró al Señor, quien le respondió y le dio una señal extraordinaria.

Otro milagro más

En tu vida, ¿has experimentado una serie de altibajos? Así era la vida de Ezequías. Acaba de experimentar un gran milagro y estaba en la cima de su carrera, cuando fue golpeado con una enfermedad mortal. De hecho, Dios le dijo que iba a morir. Algunos perderían toda esperanza y se enojarían con Dios, pero Ezequías había aprendido el poder de la oración. Dios le curó y le dio una señal milagrosa. Isaías (38:1-8) y este pasaje de 2 Reyes (20:1-11) nos dan los detalles:

El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás.” »

Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó al Señor: «Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada.» Y Ezequías lloró amargamente.

No había salido Isaías del patio central, cuando le llegó la palabra del Señor: «Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor. Voy a darte quince años más de vida. Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad por mi causa y por consideración a David mi siervo.” »

Entonces Isaías dijo: «Preparen una pasta de higos.» Así lo hicieron; luego se la aplicaron al rey en la llaga, y se recuperó.

Ezequías le había preguntado al profeta: —¿Qué señal recibiré de que el Señor me sanará, y de que en tres días podré subir a su templo?

Isaías le contestó: —Ésta es la señal que te dará el Señor para confirmar lo que te ha prometido: la sombra ha avanzado diez gradas; ¿podrá retroceder diez?

 —Es fácil que la sombra se alargue diez gradas —replicó Ezequías—, pero no que vuelva atrás.

Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera diez gradas en la escala de Acaz.

¡Mira el poder de la oración! ¡Acércate confiadamente al trono de Dios! Y prepárate para las batallas que Dios permita:  para probarte, para que creciera tu fe, y para mostrarte su poder y amor. ¿Fue inconveniente enfermarse? ¡Claro! ¿Fue agradable? ¡Por supuesto que no! ¡Pero no se puede experimentar la sanidad de Dios si no se enferma! Ezequías recibió una extensión de quince años, un milagro que se pensaría que lo dejaría eternamente agradecido. De hecho, Isaías (38:10-20) registra un hermoso himno de Ezequías, probablemente inspirado por su amor por David y los Salmos.

Himno de acción de gracias de Ezequías

«Yo decía: “¿Debo, en la plenitud de mi vida,
pasar por las puertas del sepulcro
y ser privado del resto de mis días?”
Yo decía: “Ya no veré más al Señor
en esta tierra de los vivientes;
ya no contemplaré más a los seres humanos,
a los que habitan este mundo.”
Me quitaron mi casa, me la arrebataron,
como si fuera la carpa de un pastor.
Como un tejedor, enrollé mi vida,
y él me la arrancó del telar.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
Pacientemente esperé hasta la aurora,
pero él, como león, me quebró todos los huesos.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
Chillé como golondrina, como grulla;
¡me quejé como paloma!
Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.
¡Angustiado estoy, Señor!
¡Acude en mi ayuda!

Pero ¿qué podía decir?
Pues él mismo envió esta enfermedad.
Ahora caminaré con humildad durante el resto de mis años
a causa de esta angustia que he sentido.
 Señor, tu disciplina es buena,
porque lleva a la vida y a la salud.
¡Tú restauras mi salud
y me permites vivir!
Sin duda, fue para mi bien
pasar por tal angustia.
Con tu amor me guardaste
de la fosa destructora,
y le diste la espalda a mis pecados.
El sepulcro nada te agradece;
la muerte no te alaba.
Los que descienden a la fosa
nada esperan de tu fidelidad.
Los que viven, y sólo los que viven,
son los que te alaban,
como hoy te alabo yo.
Todo padre hablará a sus hijos
acerca de tu fidelidad.

»El Señor me salvará,
y en el templo del Señor
todos los días de nuestra vida
cantaremos con instrumentos de cuerda.»

¡Es fácil ser muy espiritual después de experimentar un gran milagro! Lamentablemente, aunque Ezequías hizo bien en las batallas y superó pruebas con gran éxito, no lo hizo bien cuando Dios puso su humildad a prueba:

25 Pero Ezequías no correspondió al favor recibido, sino que se llenó de orgullo. Eso hizo que el Señor se encendiera en ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.

La batalla más dura

Ese enemigo viejo apareció de nuevo: El orgullo. Esta es una batalla interna y sutil, ¡pero más dura que todo el ejército asirio!

El orgullo de Ezequías se manifiesta en una falta de agradecimiento por la bondad que Dios se le mostró. La persona que experimenta un gran milagro puede sentirse superior a otros. Posiblemente Ezequías empezó a creer que merecía la bendición de Dios, y no respondió a su curación con humilde adoración y agradecimiento, dando la gloria a Dios. ¡Ten cuidado con el orgullo en tu corazón! ¡Alaba a Dios por su bondad, y dale las gracias por oraciones contestadas!

Orgullo no parece tan grave que merecería la ira de Dios contra todo el país, pero reveló un problema grave de corazón, y Dios estaba furioso. Como resultado de su orgullo, toda la nación sufrió. ¿Te das cuenta de que la ira de Dios puede caer sobre tu familia o iglesia a causa de tu orgullo? ¿Te motiva a humillarte?

Arrepentimiento y restauración

A pesar de su falla inicial, Ezequías respondió a la corrección, tal vez con la ayuda de Isaías, y se arrepintió en humildad:

26 Entonces Ezequías se humilló y se arrepintió de su soberbia, junto con el pueblo de Jerusalén. De modo que el enojo del Señor no cayó sobre ellos durante la vida de Ezequías.

Tal como la fidelidad de un líder puede afectar a su pueblo, aparentemente el orgullo de Ezequías les contaminó. Cuando él se arrepintió y humildemente confesó su pecado delante de ellos, también ellos se arrepintieron, evitando la ira de Dios. Eso abrió el camino para el mayor éxito de Ezequías, pero también su mayor fracaso.

27 Ezequías era muy rico y altamente honrado. Construyó edificios especiales para guardar sus tesoros: plata, oro, piedras preciosas y especias, así como los escudos y otros objetos de valor. 28 También construyó muchos depósitos para su grano, vino nuevo y aceite de oliva; e hizo muchos establos para su ganado y corrales para sus rebaños de ovejas y cabras. 29 Construyó muchas ciudades y adquirió enormes rebaños y manadas, porque Dios le había dado grandes riquezas.

Muchos creyentes hoy en día se centran en esas grandes riquezas. No hay duda que Dios puede dar riquezas – pero la Biblia nunca dice que el servicio fiel las garantiza. Esto parece especialmente verdadero en el Nuevo Testamento, donde Dios ya no se trata de establecer un reino terrenal. Seguramente Juan Bautista, Jesús, Pedro y Pablo eran tan fieles como Ezequías, pero en vez de riquezas, cada uno recibió una muerte cruel.

Estos versos parecen a apuntar a una conclusión triunfante de su reinado, pero las pruebas no habían terminado. Cuando el verso siguiente comienza “sin embargo”, nos dice que algo está al punto de cambiar. Dios quería conocer más de su corazón, y, por desgracia, Ezequías no pasó esta prueba.

31 Sin embargo, cuando los príncipes de Babilonia enviaron una embajada para investigar acerca de la señal extraordinaria que había tenido lugar en el país, Dios se retiró de Ezequías para probarlo y descubrir todo lo que había en su corazón.

Fracasar en el examen final

Babilonia, un imperio naciente, había oído hablar de la bendición de Dios para Ezequías y el signo natural impresionante. Ellos querían saber más, y Ezequías tenía la oportunidad de hablarles de su Dios, y darle la gloria. Dios sabía que esta sería una prueba fuerte y se apartó de él por un período, para revelar su corazón. Eso puede significar que Isaías también se retiró de él. ¿Puede ser que Dios se retire de ti por un tiempo, para revelar todo lo que haya en tu corazon? ¿Qué sería revelado?

Crónicas no dice nada más acerca de la prueba, pero 2 Reyes 20:12-19 nos dice:

Poco tiempo después, Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió saludos a Ezequías junto con un regalo, porque se enteró de que Ezequías había estado muy enfermo. Ezequías recibió a los enviados de Babilonia y les mostró todo lo que había en sus casas del tesoro: la plata, el oro, las especias y los aceites aromáticos. También los llevó a conocer su arsenal, ¡y les mostró todo lo que había en sus tesoros reales! No hubo nada, ni en el palacio ni en el reino, que Ezequías no les mostrara.

Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó: —¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron?

Ezequías contestó: —Vinieron de la lejana tierra de Babilonia.

—¿Qué vieron en tu palacio? —preguntó Isaías.

—Lo vieron todo —contestó Ezequías—. Les mostré todo lo que poseo, todos mis tesoros reales.

Entonces Isaías dijo a Ezequías: —Escucha este mensaje del Señor: “Se acerca el tiempo cuando todo lo que hay en tu palacio —todos los tesoros que tus antepasados han acumulado hasta ahora— será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor. Algunos de tus hijos serán llevados al destierro. Los harán eunucos que servirán en el palacio del rey de Babilonia”.

Entonces Ezequías dijo a Isaías: —Este mensaje que me has dado de parte del Señor es bueno.

Pues el rey pensaba: «Por lo menos habrá paz y seguridad mientras yo viva».

Las riquezas tienden a hacernos muy egocéntricos. En lugar de hablar a los babilonios acerca de Dios, tontamente Ezequías les mostró todo su tesoro, para impresionarlos con sus riquezas. Tal vez él dio por sentado que Dios lo protegería de cualquier ataque por otra nación. Una vez más, no parece un pecado tan grave, pero creo que nosotros hemos desarrollado una fuerte tolerancia por el pecado.

Cuando los babilonios salieron, Dios viene de nuevo a Ezequías, hablándole a través de su amigo Isaías. No era una buena palabra; debe quebrantar su corazón. Pero Ezequías es indiferente que sus descendientes sufrirían, y no se humilló para pedirle a Dios que los salvara (como su vida fue salvada). En su lugar, con un aire de autosuficiencia, dice que la palabra es buena – porque él tendría paz y seguridad en su vida.

32 Los demás acontecimientos del reinado de Ezequías y sus actos de devoción están registrados en La visión del profeta Isaías, hijo de Amoz, que está incluida en El libro de los reyes de Judá y de Israel. 33 Y durmió Ezequías con sus padres, y lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén; y reinó en su lugar Manasés su hijo.

Nada más notable es registrado sobre su vida. Él está recordado por actos de devoción a Dios y las muchas cosas buenas que sucedieron durante su reinado. Se le dio un lugar prominente en el cementerio real y fue honrado por todo el pueblo, pero fracasó en su oportunidad para hacer un impacto duradero en su nación. Él se acomodó en comodidad complaciente en medio de todas sus riquezas y fama, y falló una última prueba.

¿Su mayor fracaso?

Ezequías claramente amaba al Señor y le temía, sobre todo en su juventud, pero por alguna razón nunca lo comunicó a sus hijos. Tal vez ellos vieron que la riqueza y el estatus se habían vuelto más importante que Dios, y no sentían ninguna necesidad de temer a Dios ni servirle. El reinado de Manasés sería desastroso, aunque con tiempo se volvió a Dios. ¡Eso nos da esperanza para nuestros hijos descarriados!

Manasés tenía doce años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. Pero hizo lo que ofende al Señor, pues practicó las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado al paso de los israelitas. Reconstruyó los santuarios paganos que su padre Ezequías había derribado; además, erigió altares en honor de los baales e hizo imágenes de la diosa Aserá. Se postró ante todos los astros del cielo y los adoró. Construyó altares en el templo del Señor, lugar del cual el Señor había dicho: «En Jerusalén habitaré para siempre.» En ambos atrios del templo del Señor construyó altares en honor de los astros del cielo. Sacrificó en el fuego a sus hijos en el valle de Ben Hinón, practicó la magia, la hechicería y la adivinación, y consultó a nigromantes y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al Señor, provocando así su ira.

Tomó la imagen del ídolo que había hecho y lo puso en el templo de Dios, lugar del cual Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: «En este templo en Jerusalén, la ciudad que he escogido de entre todas las tribus de Israel, habitaré para siempre. Nunca más arrojaré a los israelitas de la tierra en que establecí a sus antepasados, siempre y cuando tengan cuidado de cumplir todo lo que les he ordenado, es decir, toda la ley, los estatutos y los mandamientos que les di por medio de Moisés.» Manasés descarrió a los habitantes de Judá y de Jerusalén, de modo que se condujeron peor que las naciones que el Señor destruyó al paso de los israelitas.

El Señor les habló a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. Por eso el Señor envió contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, los cuales capturaron a Manasés y lo llevaron a Babilonia sujeto con garfios y cadenas de bronce.  Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él. Oró al Señor, y él escuchó sus súplicas y le permitió regresar a Jerusalén y volver a reinar. Así Manasés reconoció que sólo el Señor es Dios (2 Crónicas 33:1-13).

Cuando yo era un capellán en las prisiones, conocí a muchos hombres que buscaban al Señor después de tocar fondo y estar atados con cadenas. ¡Alabado sea Dios por su misericordia y gracia a los que le buscan! Después de las cosas horrendas que hizo Manasés, Dios fue conmovido por su humildad y oraciones, y le restauró su reino. ¡Qué esperanza para los presos de hoy que Dios puede restaurarlos a sus familias!

¿Y tú?

¿Qué herencia dejarás? ¿Cuentas bancarias gordas y grandes casas? ¿O hijos (e hijos espirituales) que aman al Señor? ¿Cómo te va en las pruebas que Dios trae a tu vida? Seguramente habrá pruebas. Guárdate del orgullo. Da a Dios las gracias y la gloria que merece. No fracases en tu examen final después de salir bien en las otras pruebas.

2 Crónicas 32:1-23  Después de la fidelidad de Ezequías, una prueba

Ezequías era un rey ejemplar. Comienza el capítulo 32 de 2 Crónicas: Después de estas cosas y de esta fidelidad…

Esperaríamos que su historia de allí en adelante sería una de bendiciones, prosperidad, y paz. ¿No es lo que la mayoría de nosotros creemos? Si lo haces todo bien y fielmente sirves al Señor, su bendición es casi garantizada. Pero no es siempre así. Veamos lo que pasó a Ezequías, y por qué.

1Después de estas cosas y de esta fidelidad…vino Senaquerib rey de los asirios e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.

A veces el enemigo se levanta más brutalmente después de una gran bendición. En vez de la paz, el enemigo más feo y más poderoso de ese día vino contra Judá. Ezequías ni siquiera tuvo la oportunidad de responder. Senaquerib invadió el país y sitió las ciudades fortificadas. ¿Cuán fuerte es la fe de Ezequías ahora? ¿Cómo va a responder a esta amenaza?

Viendo, pues, Ezequías la venida de Senaquerib, y su intención de combatir a Jerusalén, tuvo consejo con sus príncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. Entonces se reunió mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corría a través del territorio, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?

Tal vez sería mejor consultar con el Señor, pero también es bueno tomar consejo con hombres valientes. En vez de caer en un pánico, ellos sabiamente hicieron un plan para mantener el agua en la ciudad y guardarla de los asirios. Una vez más vemos la devoción de la gente a Ezequías, y su capacidad para llamarlos a un proyecto. Estoy seguro que era de beneficio, tanto en lo espiritual y en la práctica, que hace poco habían celebrado la Pascua juntos.

El versículo 30 explica lo que hizo: Bloqueó el manantial de la parte alta de Gihón y condujo el agua por un túnel hasta la parte occidental de la Ciudad de David. De modo que tuvo éxito en todo lo que hizo. El túnel (lo cual los arqueólogos han encontrado) traía agua a la ciudad, permitiéndoles sobrevivir el asedio.

Cuando el enemigo te está sitiando, asegúrate de una fuente constante de «agua viva.» Tu enemigo quiere bloquear esa fuente. Mantente en comunión con otros hermanos. Dedícate a la oración, el ayuno, y escuchando la voz de Dios – sobre todo en la Biblia. Elimina toda impureza del Internet, TV, radio, o libros. Llena tu corazón con adoración – cantando y escuchando música que exalta al Señor.

Armándose de valor, Ezequías reconstruyó toda la muralla que había sido derribada y levantó torres sobre ella; también construyó un muro exterior, fortificó los terraplenes de la Ciudad de David, y mandó fabricar muchas lanzas y escudos.

Ya que Ezequías sabe que habrá agua para sobrevivir el asedio, lleva a cabo mejoras impresionantes a las defensas físicas, hasta el punto de construir un segundo muro fuera del existente. Las secciones rotas fueron reparadas, torres construidas, y armas preparadas para la batalla.

¿Hay lugares donde los muros alrededor de ti o tu familia están descompuestos? ¿Tienes «torres» para ver cuando el enemigo venga contra ti? ¿Necesitas otro muro nuevo, debido que tu enemigo es tan brutal? Ya tienes la espada del Espíritu y el escudo de la fe, junto con la otra armadura (Efesios 6). ¿Están listos? ¿Los estás utilizando para estar preparado para la batalla?

Designó oficiales militares con mando sobre los habitantes y los reunió delante de él en la plaza junto a la puerta de la ciudad. Luego Ezequías les dio ánimo diciendo: «¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni se desalienten por causa del rey de Asiria o de su poderoso ejército, ¡porque hay un poder mucho más grande de nuestro lado! El rey podrá tener un gran ejército, pero no son más que hombres. ¡Con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y para pelear nuestras batallas por nosotros!». Las palabras de Ezequías alentaron en gran manera a la gente.

Claro que es importante prepararse físicamente, pero el alma y el espíritu del pueblo son aún más importantes. Ezequías tomó el liderazgo en todos los preparativos, incluso estas palabras de fortaleza y ánimo para su gente. Hace poco los había reunido en una gran celebración y ganó su confianza. Ahora, en la crisis, naturalmente se reúnen para escucharlo. Ezequías no les habla de todos sus grandes preparativos, sino del Señor. Ésta puede ser la palabra de Dios para ti en la batalla que estás enfrentando:

  • ¡Cobra ánimo y ármate de valor! Sé fuerte y valiente. Esfuérzate y anímate.
  • No tengas miedo ni te desanimes. No te asustas ni te acobardes.
  • Es cierto que el enemigo tiene un gran ejército – ¡mucho más grande que el nuestro!
  • Pero un poder mucho más grande es con nosotros que con ellos; más hay con nosotros. ¿Crees eso?
  • El enemigo viene en tu contra en la carne; se apoya en la fuerza humana.
  • ¡Dios mismo te ayudará y peleará tus batallas!

¿Sabes cómo animar a aquellos que estás guiando? Cuando un enemigo viene contra ti, tu familia o tu iglesia, ¿te desanimas y te das por vencido? ¿O tomas un paso adelante, con fe y confianza en el Señor, para hablar palabras de fortaleza, inspirando confianza en tu liderazgo?

El enemigo no da ni un paso atrás. Senaquerib no está impresionado con los preparativos de Ezequías. Habrá más pruebas y más oportunidades para que los judíos crecieran en su fe. Es fácil desanimarse cuando el enemigo sigue con su presión e intimidación. Tienes que mantener los ojos en el Señor, confiar en su palabra, y seguir alentando a otros. Puede ser difícil, pero brega con tus temores o dudas en privado. Si te desesperas y pierdes tu fe y fuerza, tu familia o iglesia sufrirá también.

Mientras el rey Senaquerib de Asiria aún sitiaba a la ciudad de Laquis, envió a sus oficiales a Jerusalén con el siguiente mensaje para Ezequías y para toda la gente en la ciudad:

10 «Esto dice el rey Senaquerib de Asiria: “¿En qué confían ustedes que les hace pensar que podrán sobrevivir mi sitio de Jerusalén?11 Ezequías ha dicho: ‘El Señor nuestro Dios nos librará del rey de Asiria’. ¡Ezequías los está engañando y los está condenando a morir de hambre y de sed!12 ¿Acaso no se dan cuenta de que fue el mismo Ezequías quien destruyó todos los santuarios y altares del Señor? Él ordenó a Judá y a Jerusalén que se adorara sólo en el altar del templo y que se ofreciera sacrificios únicamente sobre él.

13 »¡De seguro ustedes se han dado cuenta de lo que yo y los otros reyes de Asiria antes de mí hemos hecho a todos los pueblos de la tierra! ¿Pudieron acaso los dioses de esas naciones librar a sus pueblos de mi poder? 14 ¿Cuál de sus dioses fue capaz de librar a su pueblo del poder destructor de mis antecesores? ¿Qué les hace pensar que su Dios puede librarlos de mí?15 ¡No dejen que Ezequías los engañe! ¡No permitan que se burle así de ustedes! Lo vuelvo a repetir: ningún dios de ninguna nación o reino jamás ha sido capaz de librar a su pueblo de mí o de mis antepasados. ¡Mucho menos podrá su Dios librarlos a ustedes de mi poder!”».

16 Los oficiales de Senaquerib siguieron burlándose del Señor Dios y de su siervo Ezequías, amontonando insulto sobre insulto. 

La llaman “guerra psicológica,” y es poderosa. El diablo es el padre de la mentira y el engaño, pero hay suficiente verdad en lo que dice para hacerlo creíble. Como la serpiente en Edén cuestionó lo que dijo Dios, Senaquerib quiere hacer a la gente dudar las palabras de Ezequías. Si puede quebrar su confianza en el rey y crear pánico, la victoria será la suya. Si él no puede debilitar su confianza en Ezequías, va a atacar su fe en Dios: “¡Mira a los hechos! Ninguna otra nación ha sido capaz de resistir Asiria. Ningún otro dios ha ayudado a esos pueblos.” Eso puede ser cierto, ¡pero no él conoce al Dios de Judá!

Dudas. Al escuchar los insultos y argumentos lógicos del enemigo día tras día, pequeñas dudas pueden entrar en tu mente. Intentas a racionalizarlas y rechazarlas. Vuelves a la Palabra o escuchas ese mensaje alentador de nuevo, en la esperanza de callarlas. Pero una duda ha sido sembrada y tú fe ha sido debilitada. ¡Aférrate a la Palabra de Dios! ¡No tienes que escuchar a lo que dice el enemigo! ¡Apaga ese programa! ¡Deja esa página en el internet! ¡Tira a la basura ese libro! ¡Aléjate de personas que hablan en contra de tu Dios! Abre los ojos y mira cómo la estrategia del enemigo no ha cambiado en todos estos años. ¡No prestes atención a él!

17 El rey también envió cartas en las que menospreciaba al Señor, Dios de Israel. Escribió: «Así como los dioses de todas las demás naciones fueron incapaces de librar a sus pueblos de mi poder, el Dios de Ezequías tampoco será capaz de librar a su pueblo». 18 Los oficiales asirios que entregaron las cartas gritaron esto en hebreo a las personas que se habían juntado en la muralla de la ciudad, con el fin de atemorizarlas para que luego les fuera más fácil conquistar la ciudad. 19 Estos oficiales hablaban del Dios de Jerusalén como si fuera uno de los dioses paganos hechos por manos humanas.

Casi todos los que intentan a sembrar dudas en tu mente están seriamente males informados acerca de la Biblia y quién es Dios realmente. Ellos pueden sonar muy bien, pero infórmate con un libro que ha sobrevivido miles de años de escrutinio y siempre se demuestra verdadero, no con alguien que quiere destruirte.

Senaquerib está cubriendo todas sus bases; no puedes negar que es astuto. Él envía cartas, y sus hombres aprenden hebreo para gritar a la gente en el muro. Pero los asirios creen que el Dios de los judíos es sólo un dios más, hecho con manos humanas. Están a punto de aprender cuán seriamente lo han subestimado.

20 Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, clamaron en oración al Dios del cielo.

Ahora, por primera vez, nos encontramos con el poderoso aliado de Ezequías: el profeta Isaías. Si has leído su libro, estoy seguro que estarías de acuerdo que él es justo el tipo de persona que te encantaría tener para un compañero de oración. Estoy seguro que estaba apoyando al rey en oración todo el tiempo, y probablemente dándole dirección profética del Señor. Es posible que ya estaban orando juntos, pero ahora claman a Dios sobre esta amenaza específica. En lugar de simplemente dar más orientación sobre cómo luchar, Dios va mucho más allá de sus expectativas. ¡A Dios le encanta superar nuestras expectativas con sus respuestas a la oración!

21 Entonces el Señor envió a un ángel que destruyó al ejército asirio junto con todos sus comandantes y oficiales. Senaquerib se vio obligado a regresar a su propia tierra avergonzado; y cuando entró al templo de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí mismo a espada.

¡Mira como Dios peleó su batalla! ¿Crees que los judíos están felices que escucharon a Ezequías y confiaron en Dios en lugar de ceder a las burlas de Senaquerib? Este milagro no recibe mucha atención, pero es uno de los más impresionantes actos de guerra angélica en la Biblia. Aparentemente un solo ángel aniquiló a todo el ejército asirio. No había una plaga ni luchas internas, él simplemente los mató. Hay un irónico giro del destino cuando el rey vuelve a casa devastado: En vez de darse cuenta de que tal vez debería convertirse y creer en el Dios de Israel, se dirige al templo de su dios, y es asesinado por sus propios hijos.

22 Así salvó Jehová a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados.

23 Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías rey de Judá; y fue muy engrandecido delante de todas las naciones después de esto.

Este es un final feliz, y Dios recibe toda la gloria, (aunque Ezequías recibió un gran impulso en las encuestas como resultado de su liderazgo dirigido por Dios). No sabemos exactamente cómo, pero Dios los salvó de la mano de todos los que vinieron en su contra. ¡Probablemente la noticia de lo sucedido se extendió y nadie se atrevería a tocar Jerusalén! Ezequías recibió regalos, y la alta estima de todas las naciones. ¡Verdaderamente Dios bendijo este rey! Sí, podría ser desalentador al principio, con un asalto total contra su reino después de la euforia de la Pascua, pero a fin de cuentas salió mucho mejor que antes. ¡Y aparentemente sin una sola muerte!

Lamentablemente sus batallas no se acabaron. Ezequías resistió al imperio más poderoso del mundo, pero fue vencido por su propia debilidad.

¿Qué batalla estás enfrentando? ¿Estás consternado porque has sido fiel a Dios, y el enemigo todavía se ha levantado contra ti? Aprende del ejemplo de Ezequías, ¡y deja que Dios sea glorificado en la derrota de tu enemigo!