La profetiza Débora: La única jueza (Jueces 4)

1Después de la muerte de Aod, los israelitas volvieron a hacer lo que ofende al Señor. Así que el Señor los vendió a Jabín, un rey cananeo que reinaba en Jazor. El jefe de su ejército era Sísara, que vivía en Jaroset Goyim. Los israelitas clamaron al Señor porque Jabín tenía novecientos carros de hierro y, durante veinte años, había oprimido cruelmente a los israelitas.

Samgar pudo haberlos liberado en los años posteriores a la muerte de Aod, pero la triste historia es la misma. Es una forma interesante que ya hemos visto para describir la respuesta del Señor a su pecado: Los vendió. ¿Qué recibió como pago? Probablemente sea solo una forma de decir que se alejó de ellos y se los entregó a este rey. El opresor parece cada vez peor: Jabín tenía 900 carros de hierro y los oprimía cruelmente. Esta vez la “condena” también fue más larga: 20 años. Parece que solo clamaron al Señor después de todos esos años de opresión.

¿Alguna vez has visto en tu vida o en la vida de alguien que conoces que el Señor los “vendió” a algo o alguien para oprimirlos?

 

¿Has visto una serie de opresores, cada vez más cruel, en la vida de esa persona?

 

¿Cuánto tiempo sufrieron bajo esa opresión?

 

¿Qué fue lo que finalmente los motivó a clamar al Señor?

 

La única jueza

Dios responde con alguien totalmente diferente:

En aquel tiempo gobernaba a Israel una profetisa llamada Débora, que era esposa de Lapidot. Ella tenía su tribunal bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para resolver sus disputas. 

El Antiguo Testamento solo menciona cinco profetisas:

  • Miriam (Éxodo 15:20)
  • Huldá (2 Reyes 22:14, 2 Crónicas 34:22)
  • Noadías (Nehemías 6:14)
  • La esposa de Isaías (Isaías 8:3)
  • Y Débora

Claramente estamos en un momento complicado (el siglo XII a. C.) en la historia de Israel. Aparentemente, Samgar no era un hombre impresionante. Los libertadores que Dios levantó no prepararon líderes. No hay detalles, pero parece que nadie gobernó el país. Tampoco se menciona los sacerdotes ni el tabernáculo ni a ningún culto religioso. Moisés había arbitrado disputas entre el pueblo. Ahora, ante la ausencia de hombres de valor y de buen carácter, se presenta esta mujer profetisa. Nadie más tenía un tribunal, y ella ofreció soluciones sabias. Entonces los israelitas de todo el país acudieron a ella. Quizás así llegó a gobernar Israel, aunque no sabemos qué significaría gobernar en ese momento. Trabajó así durante 60 años.

Desafortunadamente, sabemos muy poco sobre Débora. Era la esposa de Lapidot y vivía en la región montañosa de Efraín. Su nombre significa “abeja.” Cómo se convirtió en profetisa o cómo funcionó en ese don tampoco lo sabemos, pero aparentemente ella tenía una conexión con Dios, escuchaba su voz y tenía la sabiduría para resolver disputas. Samuel es el único otro que funcionó como ambos juez y profeta.

Una palabra de Dios lo cambia todo

Nadie se levantó para liberar a Israel de la cruel opresión de Jabín, y Débora no tenía ejército ni experiencia como guerrera. Pero recibió una palabra de Dios y tenía el respecto y la autoridad entre la gente para llamar a un hombre y ordenarlo:

Débora mandó llamar a Barac hijo de Abinoán, que vivía en Cedes de Neftalí, y le dijo:

—El Señor, el Dios de Israel, ordena: “Ve y reúne en el monte Tabor a diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón. Yo atraeré a Sísara, jefe del ejército de Jabín, con sus carros y sus tropas, hasta el arroyo Quisón. Allí lo entregaré en tus manos”.

Parece que Dios le dijo que esta palabra era para Barac; de alguna manera tiene que juntar diez mil hombres para pelear, porque Israel no tenía ejército en ese entonces. Dios arreglará el resto, llevando al jefe del ejército de Jabín a un lugar específico y entregándolo a Israel. Pero, en este tiempo de pecado e incredulidad, ¿tendrán la fe y la valentía para obedecer?

¿Cómo responderías tú si recibieras una palabra como ésta?

 

¿Cuáles serían tus dudas o temores?

 

Barac lo hará, pero con una condición:

Barac le dijo: —Solo iré si tú me acompañas; de lo contrario, no iré.

Débora tenía que ser una mujer muy fuerte, demostrando el poder, la presencia y la autoridad de Dios. Pocos hombres, especialmente en esa época, confesarían que no se irían sin una mujer.

¿A quién le pedirías que te acompañe a la batalla?

Pero, ¿está dispuesta Débora para dejarlo todo e ir a la batalla?

La respuesta de Débora

—¡Está bien, iré contigo! —dijo Débora—. Pero, por la manera en que vas a encarar este asunto, la gloria no será tuya, ya que el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer.

Está molesta. No está impresionada por la valentía de Barac. Posiblemente tenga dudas de por qué Dios escogería a este varón para dirigir al ejército. Con una palabra de conocimiento y juicio, ella dice que una mujer, y no Barac, recibirá la gloria por la muerte de Sísara. Suponemos que la mujer es Débora.

Así que Débora fue con Barac hasta Cedes, 10 donde él convocó a las tribus de Zabulón y Neftalí. Diez mil hombres se pusieron a sus órdenes, y también Débora lo acompañó.

Cuando algo proviene de Dios, Él hace lo que puede parecer muy difícil. Barac consiguió los diez mil hombres, e hizo todo junto con Débora.

Cuando hay una batalla contra las fuerzas de maldad, tenemos que reunir al pueblo de Dios para pelear juntos contra el enemigo. ¿Conoces gente hoy que quiera unir a los creyentes de esta manera? ¿Podrías ser tú el que Dios usaría para unir a su pueblo?

 

¿Te sientes tan inesperado como Débora para hacer algo grande para Dios?

 

Lo importante en ese momento es estar seguro de que es Dios que llama a la gente, y no alguna agenda de hombres.

 

11 Héber el quenita se había separado de los otros quenitas que descendían de Hobab, el suegro de Moisés, y armó su campamento junto a la encina que está en Zanayin, cerca de Cedes.

Ahora se presenta a otro hombre, descendiente del suegro de Moisés. Él juega un papel importante en esta historia, pero su campamento armado no formaba parte del ejército israelí. De hecho, a pesar de ser pariente de Moisés, estaba aliado con el opresor de Israel.

12 Cuando le informaron a Sísara que Barac hijo de Abinoán había subido al monte Tabor, 13 Sísara convocó a sus novecientos carros de hierro, y a todos sus soldados, desde Jaroset Goyim hasta el arroyo Quisón.

Israel ha provocado a Sísara, según el plan de Dios, y este jefe sale con todo su ejército.

Adelante por la victoria

14 Entonces Débora le dijo a Barac: —¡Adelante! Este es el día en que el Señor entregará a Sísara en tus manos. ¿Acaso no marcha el Señor al frente de tu ejército?

Barac descendió del monte Tabor, seguido por los diez mil hombres. 15 Ante el avance de Barac, el Señor desbarató a Sísara a filo de espada, con todos sus carros y su ejército, a tal grado que Sísara saltó de su carro y huyó a pie. 16 Barac persiguió a los carros y al ejército hasta Jaroset Goyim. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada; no quedó nadie con vida.

Israel no ha experimentado una victoria tan impresionante en mucho tiempo. La fe, el aliento y la palabra provienen de Débora. El hecho de que Dios les haya entregado al enemigo no significa que no peleen. Pero esta colección de hombres de Israel sin experiencia de la guerra desbarató este ejército grande y bien equipado. Nadie quedó con vida excepto su jefe, Sísara.

El fin de Sísara, a manos de una mujer

17 Mientras tanto, Sísara había huido a pie hasta la carpa de Jael, la esposa de Héber el quenita, pues había buenas relaciones entre Jabín, rey de Jazor, y el clan de Héber el quenita. 18 Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: —¡Adelante, mi señor! Entre usted por aquí. No tenga miedo.

Ahora nos enteramos del propósito de presentar a Heber, el quenita. Era amigo del rey Jabín. Sísara necesita a alguien amistoso en este momento, y cree que puede refugiarse en la carpa de Heber. No sabemos dónde estaba Heber, pero su esposa sale a recibir a Sísara.

Sísara entró en la carpa, y ella lo cubrió con una manta. 19 —Tengo sed —dijo él—. ¿Podrías darme un poco de agua?

Ella destapó un odre de leche, le dio de beber, y volvió a cubrirlo.

20 —Párate a la entrada de la carpa —le dijo él—. Si alguien viene y te pregunta: “¿Hay alguien aquí?”, contéstale que no. 21 Pero Jael, esposa de Héber, tomó una estaca de la carpa y un martillo, y con todo sigilo se acercó a Sísara, quien agotado por el cansancio dormía profundamente. Entonces le clavó la estaca en la sien y se la atravesó, hasta clavarla en la tierra. Así murió Sísara.

¡Era una mujer muy valiente! No sabemos por qué, pero engañó a este gran guerrero para poder matarlo. Sísara era amigo de su esposo, pero quizás Jael temía a Dios, o había escuchado hablar de Débora y su fama, y quería apoyar a otra mujer valiente.

Hay momentos en que se presenta la oportunidad de participar en la guerra espiritual u otra obra de Dios. ¿Cómo puedes prepararte y saber cuándo Dios te ha dado esa oportunidad?

 

Jael no tenía armas ni experiencia como soldado para enfrentarse a un gran guerrero (y amigo de su esposo). Dios te dará la valentía y las herramientas para hacer su voluntad (¡no necesariamente clavar a alguien en la sien para matarlo!). ¿Has experimentado algo parecido?

 

 

22 Barac pasó por allí persiguiendo a Sísara, y Jael salió a su encuentro. «Ven —le dijo ella—, y te mostraré al hombre que buscas». Barac entró con ella, y allí estaba tendido Sísara, muerto y con la estaca atravesándole la sien.

23 Aquel día Dios humilló en presencia de los israelitas a Jabín, el rey cananeo. 24 Y el poder de los israelitas contra Jabín se consolidaba cada vez más, hasta que lo destruyeron.

Dios no solo humilló a Jabín, sino también a Barac. Conforme a la palabra de Débora, fue una mujer que recibió la gloria por matar a Sísara. La victoria comenzó con una palabra de Dios, fielmente obedecida por esta mujer Débora, quien se involucró para acompañar a Barac. Ese proceso resulta en la destrucción de este rey poderoso, Jabín, y la liberación de Israel de su opresión.

Dios puede actuar de maneras que no tienen sentido para nosotros, y usar personas inesperadas. ¿Puedes pensar en alguien como Débora o Jael que el Señor haya usado?

3 Juan

El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en la verdad.

Esta salutación es muy parecida a la carta previa.

Sí, la diferencia es que es para un solo hombre. Este apóstol tan amoroso no duda en decir que lo ama. Qué triste que hoy el amor entre hombres tenga otro sentido. ¡El amor puro, el amor en la verdad, es hermoso y es de Dios!

Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente. 

Siempre es bueno iniciar la conversación con algo positivo, ¿verdad? Todos se sienten bien cuando otros oran por ellos y desean su bienestar.

Absolutamente. En este caso hay tres áreas muy generales que Juan toca:

  1. Que le vaya bien en todos sus asuntos
  2. Que goce de buena salud.
  3. Que prospere espiritualmente.

Dios desea ambos: bendición física y espiritual. Él quiere que te vaya bien en todo lo que hagas. Literalmente dice: Ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma (LBLA).

¿Juan está promoviendo la doctrina popular de la prosperidad, de riquezas y bendiciones materiales?

No, pero en nuestra reacción a esa falsa doctrina no queremos perder de vista el hecho de que Dios quiere que prosperemos en toda la vida. Debe ser nuestro deseo y ruego por todos los que nos rodean.

Me alegré mucho cuando vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu fidelidad, y de cómo estás poniendo en práctica la verdad. Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.

Juan le llama su “hijo.” ¿Sería Gayo un hijo espiritual de Juan?

Probablemente sí. El padre espiritual siempre mantiene comunicación con sus hijos. Eso era más difícil en ese entonces, con largas distancias y sin los medios modernos de teléfono e internet. Las visitas de esos padres y otros líderes fueron muy importantes para los hijos, para recibir una carta y aliento de su padre espiritual, y para los padres, para hacerles saber cómo están sus hijos y cómo orar por ellos.

Aunque Juan ora por su prosperidad en todo lo que hace, parece que lo que le da gozo es más sencillo.

Sí, en medio de las pruebas y cambios que todos experimentamos (no hay garantías de prosperidad material ni de buena salud) lo más importante es la fidelidad a Cristo y la puesta en práctica de la Palabra de Dios.

Lo he visto varias veces en estas cartas. No es tanto su conocimiento intelectual de la verdad, sino andar en esa verdad y ponerla en práctica lo que agrada a Dios.

¡Amén! Que así sea para ti y para todos los que leen este libro.

Querido hermano, te comportas fielmente en todo lo que haces por los hermanos, aunque no los conozcas. 

Ahora Juan llega a un enfoque más estrecho.

Parte de andar en la verdad es amar a los hermanos. En este caso son algunos que Gayo no conoce, pero tiene un buen corazón, de amor, y hace todo lo que puede para bendecirlos y ayudarlos. Probablemente Juan está hablando de evangelistas itinerantes y otros que vienen a ministrar en la iglesia.

Delante de la iglesia ellos han dado testimonio de tu amor. Harás bien en ayudarlos a seguir su viaje, como es digno de Dios. Ellos salieron por causa del Nombre, sin nunca recibir nada de los paganos; nosotros, por lo tanto, debemos brindarles hospitalidad, y así colaborar con ellos en la verdad.

¡Que otros vean mi amor y den testimonio de él!

Sí, de nuevo, no se trata de recibir el elogio de otros, pero el amor del cristiano debe impresionar a otros. Qué triste que muchos vean a los cristianos como negativos y odiosos.

Veo aquí varias cosas que debemos hacer por aquellos que ministran para el Señor.

  1. Todas son manifestaciones de ese amor, ¿verdad? No hacer estas cosas sería una falta de amor.
  2. Ayudar a los siervos del Señor como es digno de Dios. De una manera digna de Dios (LBLA), como si fuese para Dios mismo.
  3. No esperamos nada de los paganos. Toca a la familia de Dios sostener a estos siervos.
  4. Ellos hacen su ministerio “por causa del Nombre.” NBLA: por amor al Nombre. No por la fama o dinero, sino por su amor por Cristo.
  5. El cristiano debe brindar hospitalidad a todos los que la necesitan.
  6. Laboramos por la misma verdad; tenemos que colaborar con ellos.

En 2 Juan 11 él advirtió que recibir falsos maestros resulta en participación en sus malas obras. De la misma manera, bendecir a estos hermanos es una participación con ellos en la verdad.

Sí. No es una carga, sino un privilegio compartir y ayudar con otros siervos del Señor. Gayo es un buen ejemplo. ¿Otros darían testimonio de tu gran amor? ¿Ayudas a otros que ministran para Jesucristo?

Le escribí algunas líneas a la iglesia, pero Diótrefes, a quien le encanta ser el primero entre ellos, no nos acepta. 

Me sorprende que alguien no acepte a un gran apóstol como Juan.

Sí, lamentablemente siempre ha habido en la iglesia los que se llaman cristianos, pero carecen de amor y se vanaglorian, buscando fama, riquezas y el primer lugar. Este Diótrefes parece ser un líder en la iglesia, probablemente con más autoridad que Gayo. No les permitió recibir una carta que Juan les envió.

10 Por eso, si voy, no dejaré de reprocharle su comportamiento, ya que, con palabras malintencionadas, habla contra nosotros solo por hablar. Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos, y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa de la iglesia.

¿Cómo llegó a tener esa autoridad?

Hay algunos que no son probados antes de se les ofrezca un puesto en la iglesia; puede ser por su posición en la sociedad, su carisma o su aparente piedad. Incluso el apóstol o líder más ungido puede ser engañado. Ese hombre cambia una vez que recibe el puesto. Aunque Juan lo reprochará, parece que no tiene la autoridad para destituirlo de su cargo.

Diótrefes tiene que ser bastante atrevido para expulsarlos de la iglesia.

Está violando el procedimiento claro que Jesús estableció en Mateo 18. Es muy delicado expulsar a alguien de una iglesia. En este caso no fue por algún pecado, sino porque quiere recibir a unos hermanos en Cristo.

Hay otra perspectiva en esta traducción: llamaré la atención a las obras que hace, acusándonos injustamente con palabras maliciosas (LBLA), parloteando con palabras malignas contra nosotros (RVR). Es claro que este Diótrefes no practicó una de las cosas más importantes para un líder: guardar la lengua. Acusa a otros, injustamente, y usa palabras maliciosas. Es evidente que este hermano tiene serios problemas, pero lamentablemente hay personas así en la iglesia hoy.

11 Querido hermano, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios. 

Esta me parece otra afirmación muy general, pero difícil de confirmar. ¿Realmente podemos decir que todos los que hacen lo bueno son de Dios?

Tienes razón; es un poco complicado. Concuerda con lo que Juan dijo en su primera carta, y ciertamente hay una duda grande si la persona que hace lo malo ha visto o conoce a Dios. También me parece un poco extremo decir que todos los que hacen lo bueno son de Dios. Hay personas que no saben nada de Dios que hacen lo bueno. Lo importante aquí es el contexto: Juan habla de personas dentro de la iglesia, específicamente, Diótrefes, que hace lo malo, y, en el siguiente versículo, Demetrio, que hace lo bueno. Es una afirmación que puede ser malentendida. Tenemos que tener mucho cuidado en lo que enseñamos o escribimos para evitar eso.

Un líder debe ser alguien a quien imitar, pero claramente Diótrefes no lo es.

Es cierto, y aun peor, Juan duda de su salvación. Dice que no ha visto a Dios; la NTV lo deja más claro: los que hacen lo malo demuestran que no conocen a Dios.

12 En cuanto a Demetrio, todos dan buen testimonio de él, incluso la verdad misma. También nosotros lo recomendamos, y bien sabes que nuestro testimonio es verdadero.

Gayo debe evitar a Diótrefes, pero Demetrio es alguien quien puede buscar e imitar.

Gracias a Dios que tales personas existen. La recomendación de un apóstol debe ser confiable, dada con gran conocimiento y sin prisa, para mantener la certeza de su testimonio.

¿Qué significa cuando dice que “la verdad misma” da un buen testimonio de él?

Juan personifica la verdad como testimonio del carácter y la enseñanza de Demetrio.

13 Tengo muchas cosas que decirte, pero prefiero no hacerlo por escrito; 14 espero verte muy pronto, y entonces hablaremos personalmente.

Eso me parece importante hoy. Hay limitaciones de los mensajes en WhatsApp u otra aplicación; hay algunas cosas que es mejor hablar cara a cara.

15 La paz sea contigo. Tus amigos aquí te mandan saludos. Saluda a los amigos allá, a cada uno en particular.

¡Qué bueno es tener ese compañerismo con amigos en otras iglesias!

Sí, es hermoso ser parte del Cuerpo de Cristo y compartir esa amistad. Tal como creemos que hay poder real cuando decimos “Dios le bendiga” a alguien, creemos que bendecir a alguien con la paz de Cristo es más que meras palabras. Cuando lo dices con fe, Cristo puede tocar a esa persona con su paz.

Hemos visto en esta breve carta la importancia de la hospitalidad y el lugar de aquellos que vienen a ministrar en nuestras iglesias. Siempre somos cuidadosos con ellos, pero cuando vienen con la recomendación de un apóstol o líder en la iglesia de confianza, podemos recibir mucha bendición de ellos. A diferencia del orgullo y la calumnia de Diótrefes y los problemas que causó a la iglesia, tenemos buenos ejemplos de hombres fieles.

Me gustan estos ejemplos de correspondencia entre este gran apóstol y unos de sus hijos espirituales. Me alientan a mantener esa comunicación y bendecir a otros. ¡Es mucho más fácil ahora con el internet!

2  Juan

Ya que hemos estudiado la primera carta de Juan, estoy interesado en las otras dos cartas del apóstol. Debo confesar que nunca las he leído, y nunca las he oído predicar. Son muy cortas. ¿Hay algún mensaje importante para nosotros hoy?

Claro que sí. Creemos que Dios tiene un propósito en cada palabra de la Biblia. Hay algunos libros que son más “populares”, pero hay tesoros escondidos en cada libro. Una de las maravillas de las Escrituras es cómo Dios siempre tiene algo fresco para nosotros. Por mi parte, llevo 48 años estudiando la Biblia, y todavía encuentro cosas nuevas. Puede que no haya nueva revelación en estas cartas, pero nos dan un vistazo del corazón de este gran apóstol y de la iglesia de ese tiempo.

¿Qué sabemos de ellas?

Algunos creen que sirvieron como cartas de presentación de 1 Juan. Ambas tocan el tema de los evangelistas itinerantes, que llevaron el evangelio a nuevos pueblos. Por lo general, eran hospedados en hogares y bendecidos con ofrendas para su viaje cuando partían hacia el próximo pueblo. Los evangelistas de la herejía gnóstica, que ya estaba creciendo, siguieron este mismo patrón. En 2 Juan (el segundo libro más corto de la Biblia), Juan los insta a discernir a quién hospedan para que no apoyen inadvertidamente la propagación de herejías. La verdad y el amor son temas importantes, al igual que 1 Juan. En 3 Juan (el libro más corto de la Biblia), el apóstol responde al rechazo de sus mensajeros por parte de un líder (Diótrefes) en una de las iglesias de Asia, y elogia a Gayo por su apoyo.

Las palabras de estas dos cartas son muy similares a 1 Juan y al Evangelio de Juan, lo que confirma que Juan es el autor.

2 Juan

El anciano, a la iglesia elegida y a sus miembros, a quienes amo en la verdad —y no solo yo, sino todos los que han conocido la verdad—, a causa de esa verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre:

En la salutación de esta carta ya veo que es más personal, y la salutación es más extensa. ¿Sabemos quién fue el que recibió la carta?

En realidad, en griego dice “la señora elegida y sus hijos.” Puede ser una persona o, con la libertad que se toman los traductores de la NVI, una iglesia y sus miembros. No sabemos exactamente quién, o cuál iglesia, pero claramente son creyentes que Juan conocía. Probablemente fue una iglesia en Asia que el supervisó.

¡Ya veo la palabra “verdad” tres veces en estos dos versículos!

Sí, hay algo en el tono de Juan que nos da mucha confianza en lo que va a decir. Es anciano, lo que trae más autoridad. Forman parte de una comunidad grande que comparte el conocimiento de la verdad, la cual los une (y no algún sentimiento). A diferencia de algunos falsos maestros, Juan los ama en la verdad, y esa verdad no cambia; permanece en ellos y estará con ellos para siempre. El evangelio no es ilusiones. Es la verdad eterna, y es el fundamento esencial de nuestra fe, nuestra unidad y nuestro amor.

¿Estás fundado sobre esa verdad? ¿Tu iglesia? ¿O eres como un niño, echado de una doctrina a otra?

La gracia, la misericordia y la paz de Dios el Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, estarán con nosotros en verdad y en amor.

¡Allí está de nuevo! ¡Verdad y amor!

¡Qué fuerte combinación! Hay algunos que hablan del amor, pero es sin discernimiento. De una manera, como Dios ama al mundo, amamos a todos. Pero también tenemos que combinar ese amor con la verdad, para no permitir que alguien peligroso o herético entre en nuestra vida. En cambio, hay algunos tan celosos de la verdad que les falta amor. ¡Qué rico experimentar la gracia, la misericordia y la paz de Dios en verdad y en amor!

Parece que Juan dice que tanto el Padre como el Hijo nos ofrecen esa gracia, misericordia y paz.

Sí, es una afirmación poderosa de la divinidad de Cristo y su capacidad de extender estos elementos que solo Dios nos da.

¿Estás experimentando la gracia, la misericordia y la paz de Dios en tu vida ahora? Si no, ¿tienes alguna idea de por qué? Están disponibles para ti ahora.

Me alegré muchísimo al encontrarme con algunos de ustedes que están practicando la verdad, según el mandamiento que nos dio el Padre. 

Me gusta este énfasis en la verdad, porque parece que hoy todo es relativo. Es común decir algo como: “Puede que sea la verdad para ti, pero no lo es para mí.” Supuestamente deberíamos aceptar a todos, porque no existe una verdad absoluta.

Sí, la verdad es muy importante. El criterio para nuestro compañerismo es practicar la verdad. No solo decir que la creemos, sino practicarla. Otras versiones dicen “andando en la verdad” (LBLA) y “viven de acuerdo con la verdad” (NTV). Existe un vínculo especial entre aquellas personas que andan en la verdad.

Y ahora, hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo, sino el que hemos tenido desde el principio. En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos. Y este es el mandamiento: que vivan en este amor, tal como ustedes lo han escuchado desde el principio.

Eso suena como si viniera directamente de su primera carta.

Es un tema central en el corazón de este apóstol “quien Jesús amaba.” Manifestamos nuestro amor a Cristo en nuestra obediencia a sus mandamientos. Los dos mandamientos más importantes (Mateo 22:36-40), y el nuevo mandamiento de Jesús (Juan 13:34), tienen que ver con vivir en amor.

Es que han salido por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que así actúa es el engañador y el anticristo.

Este también es un tema de 1 Juan.

Estos engañadores no andan en la verdad; enseñan una mentira. El amor que Juan promueve aquí no significa que pasemos por alto esas mentiras y herejías. De hecho, el verdadero amor implica confrontarlos con la verdad para posiblemente salvar sus almas y guardar a otros de su error.

Cuídense de no echar a perder el fruto de nuestro trabajo; procuren más bien recibir la recompensa completa. 

¿Cómo pueden perder el fruto de su trabajo?

Parece que Juan era un padre espiritual de esta iglesia. Juan les había predicado y establecido una iglesia allí. Tuvieron una buena cosecha. Pero luego llegaron las falsas doctrinas que fácilmente corrompen y apartan a los hermanos de la iglesia y de la sana doctrina

Leí este versículo en la Reina Valera y dice “de vuestro trabajo.” ¿Cuál es?

Parece que la mejor traducción, la que hacen las traducciones más modernas, es “nuestro trabajo”, el trabajo de Juan y sus compañeros en el ministerio.

¿Cuál sería esta recompensa? Parece que no es seguro que la reciban.

Aunque no servimos a Cristo solo para recibir una recompensa (debe ser por amor y gratitud, y un deseo de glorificar a Dios), la Biblia promete una recompensa para todos los que son fieles a Cristo. Puede incluir responsabilidades y posición en su reino, una corona, vida eterna, felicidad y paz.

Todo el que se descarría y no permanece en la enseñanza de Cristo no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza sí tiene al Padre y al Hijo. 

La enseñanza de Jesús contenida en el Nuevo Testamento es nuestra guía. Tenemos que permanecer en ella y tener mucho cuidado con alguien que trae una doctrina nueva o diferente. Los gnósticos enseñaban que el Hijo de Dios no se hizo carne, sino que temporalmente vino sobre el hombre Jesús entre su bautismo y crucifixión. Creían que Cristo no pudo haber sido Dios y hombre al mismo tiempo. Decían que el espíritu era bueno y la materia mala, y creían que habían avanzado más allá de las enseñanzas de los apóstoles.

10 Si alguien los visita y no lleva esta enseñanza, no lo reciban en casa ni le den la bienvenida, 11 pues quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas obras.

Esto me parece lo más importante de esta carta.

Estoy de acuerdo. Hay algo parecido en las cartas de Pablo, pero Juan lo deja muy claro aquí: Cualquiera que apoye a ese tipo de gente se hace cómplice de sus malas acciones. (NTV) El griego dice literalmente (como lo traduce la LBLA): ni lo saludéis,  pues el que lo saluda participa en sus malas obras. Eso significa que no tenemos nada que hacer con ellos. Claro que mucha gente dirá que somos rígidos y faltamos el amor, pero no podemos tolerar doctrinas de demonios u otras enseñanzas falsas. Creo que necesitamos mucho discernimiento hoy para poner en práctica este mandamiento.

Sí, pienso que tengo que reflexionar y orar sobre cómo me relaciono con algunos amigos de iglesias con enseñanzas que van en contra de la Biblia.

12 Aunque tengo muchas cosas que decirles, no he querido hacerlo por escrito, pues espero visitarlos y hablar personalmente con ustedes para que nuestra alegría sea completa.

Es comprensible, porque ya ha presentado algo bastante fuerte, que puede ser malentendido.

Es cierto, y nos cuesta un poco conocer toda la dinámica de esta iglesia. Creo que ahora, más que nunca, con tantos mensajes por WhatsApp y otros medios, nos damos cuenta de lo fácil que es malentender lo que alguien escribe en internet.

13 Los miembros de la comunidad elegida, hermana tuya, te mandan saludos.

Juan confía en que no han caído en falsa doctrina, porque les envía saludos. Acaba de decir que no debes saludar a alguien que tiene una enseñanza herética. Literalmente, como lo traduce la LBLA, seria: Te saludan los hijos de tu hermana escogida. Eso parece confirmar lo que dijimos al principio: La señora es la iglesia.

 

Lo que sabemos: 1 Juan 5:18-21

18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo. 

Ese verso 16 me da miedo, y este me da ánimo. Pero también me da una duda, porque conozco demasiados cristianos que pecan y han sido atacados por el maligno.

Literalmente, el versículo es aún más fuerte. La NVI dice que “no está en pecado”, pero el griego simplemente dice: “no peca”. La RVR dice que él no practica el pecado. Es una perspectiva muy atractiva: Cuando nazco de nuevo, Jesucristo me protege de la tentación y el diablo, y soy libre de pecado.

¿Entonces la persona que peca no ha nacido de nuevo?

Puede ser en algunos casos, pero no es tan simple. Juan dice que “sabemos” estas cosas, y podemos confirmar que algo poderoso sucede que debería liberarnos del pecado cuando nazcamos de nuevo. Jesús puede y quiere protegerte. Y con esa protección, el diablo no puede tocarte.

Lamentablemente, nuestra experiencia no siempre cuadra con la verdad de la Biblia. Como ya hemos visto, en ese caso el problema no es de la Palabra, sino de nosotros. Tenemos que buscar a Jesús en esos momentos de tentación y llevar la armadura espiritual.

19 Sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno. 

Aquí hay dos cosas más que “sabemos.”

Sí. La primera Juan ya la discutió en esta carta. Tenemos un estatus muy especial, de ser hijos adoptivos de Dios. Es otro motivo para que Jesús nos proteja del enemigo.

Pero la segunda cosa que sabemos es que aún no estamos en un paraíso libre de pecado. Dios ha permitido que Satanás tenga dominio en este mundo. Así que siempre habrá conflictos con la gente y las instituciones que son parte de ese mundo.

20 También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.

¡Juan termina con muchas cosas que sabemos!

Es cierto:

>Sabemos que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino a este mundo (lo cual el anticristo niega).

>Sabemos que Cristo nos ha dado entendimiento, por su ejemplo y sus enseñanzas que tenemos en los evangelios.

>Sabemos que él nos da ese entendimiento para conocer, para tener una relación, con el Dios verdadero.

>Sabemos que ahora estamos con ese Dios verdadero y con su Hijo Jesucristo. NTV: Y ahora vivimos en comunión con el Dios verdadero porque vivimos en comunión con su Hijo, Jesucristo.

>Sabemos que Jesús es el Dios verdadero.

>Sabemos que Cristo es vida eterna.

Así Juan termina su carta con una poderosa afirmación cristocéntrica. Todo tiene que ver con Jesús.

21 Queridos hijos, apártense de los ídolos.

Me parece una forma un tanto extraño de terminar una carta tan rica. No ha hablado de ídolos.

Estoy de acuerdo, y es posible que nos hayamos perdido el final original de la carta. Es cierto que es un contraste obvio: El verdadero Dios que es vida eterna y con quien podemos tener una relación viva, o un ídolo hecho con manos que no hace nada. La NTV nos ayuda aquí: Queridos hijos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón.

Siempre vale la pena examinarnos para ver si hay una persona o algo que pueda ser bueno en sí mismo, que ocupe ese primer ligar en nuestra vida. ¿Por qué arriesgar toda la riqueza que Juan ha descrito en su carta para adorar a un ídolo?

Gracias por ayudarme a entender esta hermosa carta. Yo veo aquí muchas cosas que pueden transformar vidas, sobre todo el amor de Dios en nuestros corazones y la plenitud de ese amor en nuestro compañerismo. Mi oración, conforme a la promesa que vimos en  los versículos 14 y 15 de este último capítulo, es que cada persona que lea este libro tenga una experiencia profunda de ese amor.

 

Dios contesta la oración: 1 Juan 5:14-17

14 Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. 

Alguien me dijo que Dios siempre escucha nuestras oraciones. Otros han dicho que solo escucha las oraciones de los creyentes. Aquí parece que sólo nos oye si le pedimos conforme a su voluntad.

Hay evidencia bíblica, y testimonio contemporáneo, de Dios escuchando la oración de alguien que no sea creyente:

*Cornelio (Hechos 10:30-48)

*Naamán (2 Reyes 5)

*Nabucodonosor (Daniel 4:28-37)

Pero hay escrituras que dicen que Dios no escucha sus oraciones:

*Entonces el Señor me dijo: «No ruegues por el bienestar de este pueblo. Aunque ayunen, no escucharé sus clamores; aunque me ofrezcan holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré. En verdad, voy a exterminarlos con la espada, el hambre y la peste». (Jeremías 14:11-12)

*Dios aborrece hasta la oración del que se niega a obedecer la ley. (Proverbios 28:9)

*Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado. (Salmo 66:18)

Dios es soberano y omnisciente. Él puede elegir cual oración quiere escuchar. Pero lo más probable es que haya una diferencia entre oír orar a alguien, y escuchar para responder a la oración. Isaías 59:1-2 lo explica:

La mano del Señor
no es corta para salvar,
ni es sordo su oído para oír.
Son las iniquidades de ustedes
las que los separan de su Dios.
Son estos pecados los que lo llevan
a ocultar su rostro para no escuchar.

Bueno. Yo soy creyente, pero ¿cómo puedo saber si estoy pidiendo conforme a su voluntad?

Orar la Escritura es siempre poderoso, porque sabemos que es conforme a su voluntad. Si hay una petición muy importante, vale la pena estudiar la Biblia y esperar en el Señor una confirmación de que es su voluntad. En algunas situaciones (escoger una pareja, por ejemplo), hay escrituras que se puede aplicar (la persona tiene que ser creyente). Pero si es creyente, tenemos que buscar la confirmación del Espíritu y someter nuestra petición a Dios.

Tal vez lo más importante de este versículo es el ímpetu que Juan quiere darnos para orar. ¡Qué gran privilegio! Llevar nuestras peticiones al Señor y saber que él nos escucha. Pero hay aún más en el siguiente versículo:

15 Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.

Esto parece una garantía de oración contestada.

Así es, y no es la única en el Nuevo Testamento. Varias veces Jesús también nos dice que recibiremos lo que pidamos en oración. Tenemos que salir de esa percepción de un Dios severo que no quiere bendecirnos, y comprender el corazón de nuestro Padre que quiere responder a nuestras peticiones. Esto nos da mucho ánimo para orar.

16 Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la muerte, ore por él y Dios le dará vida.

¿Es esta otra promesa de oración contestada?

¡Sí! Ya sabemos que Dios quiere restaurar y dar vida a un hermano cristiano que cae en pecado.

Lo que yo he visto es que los cristianos condenan y juzgan a ese hermano.

Eso es muy triste, porque Dios nos da el poder de rescatar a ese hermano y soltar la vida y la gracia de Dios en él. Si realmente amamos a nuestros hermanos, como Juan nos ha mandado, oraremos con mucha fe en esta promesa.

¿Es el pecado que lleva a la muerte algo que realmente lo mata?

Me refiero a quien comete un pecado que no lleva a la muerte. Hay un pecado que sí lleva a la muerte, y en ese caso no digo que se ore por él. 17 Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte.

Juan no define cuál sería ese pecado. Pero es importante saber qué es, porque Dios no quiere que oremos por esa persona. Es casi como si no hubiera esperanza para él en ese momento. Parece que sería un completo rechazar a Jesucristo.

Hablar del pecado conduce a Juan a volver a ese tema para la conclusión de su carta.

 

Vida y victoria en Jesucristo: 1 Juan 5:4-13

Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Este versículo me recuerda la armadura espiritual de Efesios 6 y el escudo de la fe. Pero es difícil para mí ver la conexión entre lo que creo y la victoria en la batalla diaria con el mundo.

Pues, la fe es una decisión de momento a momento de creer la verdad sobre ti mismo en Cristo, lo que Dios ha hecho por ti y lo que dice la Biblia, y lo que ves y sientes y los deseos de tu carne. No es tan simple como hacer una confesión de fe en la iglesia y de repente estás caminando en pura victoria. Tener fe en Jesús incluye caminar con él y creer que él siempre te da lo que se necesita para vencer al mundo y una salida a la tentación.

Juan ya habló de los tres enemigos: el mundo, la carne y el diablo. Es obvio que estamos en una guerra, y si descuidamos la armadura, la espada del Espíritu (la Biblia) y nuestra relación con Dios, seremos derrotados.

Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no solo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad. 

¿Qué significa cuando dice que vino mediante agua y sangre?

A través de los siglos los eruditos han luchado con esa pregunta. La mayoría cree que mediante agua describe el parto de todo ser humano; la parte humana de la naturaleza de Cristo. Mediante sangre significa su sangre derramada en la cruz, el sacrificio que fue posible porque es perfecto, es divino.

La NTV (y la TLA)  se toman la libertad de interpretarlo de otra manera en su traducción: Y Jesucristo fue revelado como el Hijo de Dios por medio de su bautismo en agua y por derramar su sangre en la cruz, es decir, no mediante agua solamente sino mediante agua y sangre. Puede ser entonces que “mediante agua” signifique su bautismo.

La persona llena del Espíritu tiene de él ese apoyo constante para la fe: nos afirma de la verdad de las Escrituras.

Tres son los que dan testimonio, y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre. 

Los tres testimonios que están de acuerdo son una fuerte afirmación de quién es Cristo, ¿verdad?

Sí, Juan sabe que es muy importante tener una convicción firme sobre la naturaleza de Cristo. A lo largo de la historia de la iglesia han surgido muchas controversias sobre esa naturaleza. La más común es dudar de su divinidad: algunos dicen que es el hijo de Dios, pero no es Dios. Si no mantenemos ese fundamento, nuestra salvación, perdón y futuro están en peligro.

Yo recuerdo algo acerca de la trinidad en el versículo 7.

Sí, así dice la RVR: Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.  Su omisión en las versiones más recientes ha hecho que muchos digan que las traducciones modernas eliminan versos importantes de la Biblia. Es una afirmación poderosa de la trinidad, pero lamentablemente no aparece en ningún manuscrito antiguo de esta carta. Apareció por primera vez en 1515, y los eruditos son casi unánimes en que fue insertado por algún escriba.

Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo. 

Yo entiendo que sobre todo si hay varias personas con el mismo testimonio sobre algo que pasó, me urge aceptar ese testimonio. Pero, ¿qué es este testimonio de Dios? ¿La Biblia?

Pues, Juan ya dijo al principio que él era testigo de su propia experiencia de todo lo que hizo Jesús. Acaba de hablar del testimonio del agua y la sangre, y también del testimonio del Espíritu. Junto con la Biblia, esos son testimonios muy seguros.

10 El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio (RVR: tiene el testimonio en sí mismo). El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

A fin y al cabo parece ser una cuestión de fe: si creo en Jesús, acepto todos los testimonios sobre él.

Es un caso muy convincente: los cuatro evangelios, todos los testimonios de gente que recibió milagros y anduvo con Cristo y 500 testigos de su resurrección. Acusar a Dios de mentiroso es muy fuerte.

11 Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. 

Entonces, ¿no hay otra manera de llegar al cielo?

Cristo es el único que ofrece el “don” de la vida eterna. En todas las demás religiones tienes que merecerla y trabajar por ella.

Yo sé que es común hoy en día decir que hay muchos caminos hacia la vida eterna; que somos muy arrogantes al decir que solo nosotros tenemos la verdad y ofrecemos el don de la vida eterna. Pero es parte de nuestra fe en Cristo y el testimonio sobre él en la Biblia, y el testimonio que Juan ha descrito aquí.

12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.

¡Yo conozco a muchas personas que no tienen a Cristo que dirían que tienen mucha vida! De hecho, lamentablemente yo he visto cristianos tan legalistas que parecen no tener vida.

Otra vez es una cuestión de lo que vemos y lo que dice Dios. Obviamente, la mayoría de la gente viva en este momento no tiene a Cristo. Pero es una cuestión de calidad de vida y sobre todo, para este pasaje, que tipo de vida tendremos después de la muerte. Cristo nos promete una vida abundante ahora, con todo lo que necesitamos para enfrentar los obstáculos y las pruebas de esta vida. Y la “vida” de aquellos sin Cristo después de la muerte es un castigo eterno en el infierno.

13 Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. 

¡Aquí hay otra razón que Juan nos da para escribir!

Por eso él escribió cuidadosamente del testimonio de Dios sobre este don. Es común tener dudas sobre algo que nunca hemos experimentado. La prueba más clara de la vida después de la muerte es la resurrección de Jesucristo. La certeza de la vida eterna impacta toda nuestra perspectiva sobre nuestras prioridades y experiencias en esta vida.

 

El amor perfecto: 1 Juan 4:17-5:4

17 Ese amor se manifiesta plenamente (se perfecciona) entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, 18 sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

Esto me recuerda la confianza que permanece en nosotros porque nos ha sellado con su Espíritu.

Sí, esa confianza se extiende hasta el juicio venidero, después de la muerte.

¿No es eso lo que Juan ya dijo en el capítulo 2, versículo 6?

¡Sí! Ese versículo dice: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió. Claro que una parte muy importante de vivir como vivió Cristo es amar como él amó. El griego lo hace aún más impactante: pues como él es, así somos nosotros en este mundo. (RVR) Va más allá de andar como Jesús anduvo, para decir que somos como Cristo. Es decir que hay millones de pequeños “Cristos” en el mundo.

La expectativa es que ante Dios en el día del juicio, no solo señalamos nuestra fe en Jesús, sino también la confirmación de su presencia en nuestras vidas a través de nuestro estilo de vida. Si vivimos como hipócritas, sin amor, hay incertidumbre de cómo nos irá en ese día.

¿Qué es el amor perfecto? ¿Existe un amor imperfecto? ¿Es posible ser perfeccionado en amor? ¿Cómo?

El amor humano nunca es perfecto. Sólo Dios ama con un amor perfecto. Pero es la experiencia de ese perfecto amor lo que nos perfecciona. Siempre hay más para experimentar de su amor, y siempre debemos crecer en nuestro amor por Dios y por otros.

Entonces, ¿no es por mucho estudio, mucha oración o la vida santificada que somos perfeccionados?

Esas cosas son importantes, pero según este versículo, es el amor que nos perfecciona. Quien depende de sus obras (una vida santa, mucha piedad) tendrá esa duda y ese temor que no serán suficientes. La persona que ha aprendido a descansar en el amor de Dios ya confía en Cristo y en el perdón que ha recibido, y no tiene temor.

Esto parece un principio importante en toda relación humana.

Así es. Dios no quiere que vivamos en el temor. Es como un niño que vive con miedo al castigo de su padre. Le cuesta mucho creer que su padre lo ama, y le cuesta mucho amar a otros, porque siempre habrá ese temor de hacer algo que merezca castigo.

¿Es otra señal de que hay algo mal en mi vida si tengo mucho temor?

Creo que sí. Es un mensaje poderoso y una esperanza que podemos ofrecer al mundo: Cristo te ama y quiere librarte del temor.

19 Nosotros amamos porque él nos amó primero. 

Yo sé que fue el amor de mis padres lo que me liberó para amar a otros. Y conozco a personas rechazadas por sus padres u otros que difícilmente pueden amar. ¿Es así también con Dios?

Sí, yo creo que es siempre el amor del otro que nos capacita a amar. Lo más importante es el amor de Dios. Es una herramienta poderosa que nosotros tenemos para sanar las heridas de otros: Cuando experimentan el amor “ágape” del cristiano, le capacita para amar a otros. A menudo, esas personas son las más amorosas.

Pero yo conozco personas que creen que nadie puede amarlas. Incluso han aceptado a Cristo como su Señor, pero no pueden creer que Dios los ame.

Hay gente tan dolida que les cuesta mucho recibir amor, y pueden hacer que sea muy difícil para que otros los amen. Pero es la experiencia de ese amor “ágape” lo que eventualmente rompe esas barreras.

20 Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. 

¿Crees que Juan conocía a algunos de estos “mentirosos”? ¿Hombres que afirmaban su amor por Dios, pero odiaban a sus hermanos?

Estoy seguro que sí. Siempre han existido tales personas. Por eso Juan lo escribe aquí. Es algo que no podemos tolerar en la iglesia. Va completamente en contra de todo lo que Dios es. Y para el que tiene muchas excusas por no amar a su hermano, Juan tiene otra palabra:

21 Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.

Si termino aún dudando de la importancia del amor después de todo lo que ha dicho, esto parece una conclusión: Dios me manda a amar.

Es cierto. No es opcional. Y lo que Dios nos manda hacer, nos capacita a hacer. Como dice el verso 19, si me cuesta amar, tal vez deba volver al principio y buscar una experiencia del amor de Dios. Meditar en todas las manifestaciones de su amor en la Biblia. Y rechazar esas dudas de que Dios puede amar incluso a un pecador como yo.

1 Juan capítulo 5

1Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre ama también a sus hijos. 

Allí está otra vez: “Todo” (¡dos veces!). Entonces, ¿es una simple cuestión de fe, de creer? ¿Cómo cuadra con otras escrituras que dicen que un arrepentimiento es necesario y que tenemos que seguir a Jesus como Señor?

Muy buena pregunta, y otra vez yo diría que tenemos que examinar toda la escritura para formular una doctrina. Por ejemplo, sabemos que los demonios también creen que Jesús es el Cristo:

*¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan. (Santiago 2:19)

*¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? (Un demonio dice en Marcos 5:7)

*¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios! (Otro demonio, en Marcos 1:24)

“Creer” significa más que reconocer quién es. Creer implica obedecer y honrar.

Está bien. Supongo que Juan diría que alguien que dice que ama al Padre pero no ama a los cristianos es mentiroso.

Creo que sí. No le gusta ningún buen padre cuando alguien dice que lo ama, pero no ama a sus hijos. Es fácil decir que amo a Dios, pero pueden ser meras palabras. La prueba de ese amor es el amor que tengo por mis hermanos en Cristo.

Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios. 

¿Quiere decir que un amor genuino por Dios manifestado en nuestra obediencia tiene que resultar en amor por los hijos de Dios?

Sí, ya que el segundo gran mandamiento es amar a tu prójimo como a ti mismo y el nuevo mandamiento de Jesús es amar a nuestros hermanos como él nos amó. No se puede separar los dos.

La RVR nos da otra perspectiva: En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Algunos pueden hablar mucho de su amor a sus hermanos en la iglesia, pero no manifiestan un verdadero amor a Dios por su obediencia a sus mandamientos. Esa persona también es mentirosa.

En esto consiste el amor a Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y estos no son difíciles de cumplir, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.

Ya me queda claro que el amor a Dios es más que un sentimiento. Tiene que manifestarse en nuestra obediencia. Pero a menudo la obediencia es difícil para mí.

¡Yo creo que pocos dirían que es fácil obedecer los mandamientos de Dios! La razón que Juan nos da por no ser difícil es que hemos vencido al mundo.

¡Allí está esa palabra “todo” de nuevo! ¿Cómo puedo explicar los muchos cristianos que he conocido que no vencen al mundo, sino son vencidos por el mundo?

¡Estas son preguntas difíciles! ¿La falla está en la Palabra de Dios o en nuestra experiencia? Yo tengo que creer que es verdad cuando dice que todos los que han nacido de Dios vencen al mundo. Esa es la realidad. Entonces se trata de creer y actuar de acuerdo con esa verdad. Cuando somos tentados, tenemos que declarar esta verdad y reprender al engañador.

Algunos dirían que la persona vencida por el mundo nunca ha nacido de Dios. Y puede ser así para algunos, pero nadie se perfecciona inmediatamente. Es un proceso. Nunca debemos excusar ni aceptar la derrota ante la tentación. Aprendemos mucho de la experiencia de Israel en la conquista de la tierra prometida (lee el libro de Josué). Dios dejó muy claro que ya le había entregado toda la tierra a su pueblo, pero aún tenían que batallar mucho para tomar posesión de ella. La triste realidad es que se cansaron de la batalla y se acomodaron al mundo en lugar de vencerlo. Eso sucede con muchos cristianos también. Las consecuencias son feas.

La victoria sobre el mundo es un puente para Juan hacia su próximo tema.

 

Permanecer en Dios: 1 Juan 4:13-16

13 ¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu. 

¿Es ésta otra prueba, aparte del amor?

Creo que sí. Puede parecer un cambio abrupto, pero es una segunda prueba importante para asegurar que el amor no es simplemente un sentimiento que experimentamos en una comunidad que nos acoge y afirma. Ha habido (generalmente no a largo plazo) tales comunidades completamente aparte de Dios. Pero el Espíritu Santo nos testifica que somos hijos de Dios y se manifiesta con los dones y frutos del Espíritu (uno de los cuales es el amor).

Su Espíritu es un sello en nuestras vidas (2 Corintios 1:22 y 5:5, Efesios 1:13-14 y 4:30). Nosotros podemos apagar al Espíritu, pero su presencia nos da la confianza de que Dios no nos dejará, sino que permanecerá en nosotros. La parte de permanecer en él es más complicada. Juan 15 habla del impacto de  nuestra obediencia, la presencia de la Palabra de Dios y nuestra comunión con él en oración. Cuando no sentimos la presencia del Espíritu o sus manifestaciones (por ejemplo, orar en lenguas) es señal de que debemos examinarnos para ver si lo hemos apagado por algún pecado o simplemente hemos descuidado la vida espiritual.

14 Y nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo. 

¿Es otro testimonio personal de Juan?

Así es, tal como su testimonio al principio de la carta. Nos recuerda que Juan habla de su propia experiencia. Vio a Jesús en la cruz. Vio al Cristo resucitado. Y vio a Jesús ascender al cielo. Ha visto la transformación de multitudes que lo recibieron como Salvador.

15 Si alguien reconoce (confiesa) que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. 

¿Es esta una tercera prueba?

Sí. Juan presenta esta prueba a la luz de su conocimiento personal. Ya habló de cómo un verdadero profeta tiene que reconocer que Jesús es el Hijo de Dios. Esa misma confesión es el fundamento de la relación de cada cristiano con el Señor. Ésta es una declaración de fe, y tal vez debería ser la primera prueba. Empezamos con una fe salvífica en el Hijo de Dios. Luego él nos llena de su Espíritu. Y ese Espíritu se manifiesta en el amor entre nosotros, sus discípulos. Sin esta fe en Jesús, no podemos permanecer en Dios.

16 Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 

¿Estoy mal, o no es lo mismo que dijo en el verso 12? Habló de varias pruebas del permanecer, pero ahora vuelve al amor.

Sí, estás viendo el estilo de Juan al escribir esta carta, algo que quizás aprendió del Maestro en los años que estuvo con él. Él se repite a sí mismo una y otra vez las cosas más importantes que quiere impresionar sobre nosotros. Juan habló de su propia experiencia en el verso 14, y ahora afirma que no son meras palabras; él, y muchos otros, han aprendido que Dios los ama. De hecho, el amor es una de las características fundamentales de Dios, y debe ser del discípulo que permanece en Dios.   Lo cual sirve de puente para profundizar sobre este amor.

 

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor: 1 Juan 4:7-12

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. 

Me parece un paso grande de hablar de falsos profetas y luego de la importancia del amor.

Es cierto, pero hay una conexión interesante y a la misma vez problemática. En el verso 6 dijo que todo el que nos escucha conoce a Dios; ahora dice que todo el que ama lo conoce.

Es un recordatorio importante: no queremos estar tan atentos a los falsos profetas o tan centrados en el anticristo que ya no amamos a nuestros hermanos. El amor debe caracterizar al creyente.

El problema puede ser con alguien que ama, pero rechaza a Jesucristo.

¿Es posible amar a su familia y a otros sin conocer a Cristo?

Lamentablemente, he conocido a incrédulos que son más amorosos que algunos cristianos. Como siempre, tenemos que citar todas las escrituras relevantes para formar una doctrina.

¿Qué puedo hacer si no siento ese amor por mis hermanos?

Juan dice que el amor viene de Dios. Él es la fuente de todo amor. Él es amor. Busca a Dios, acércate al Señor, y deja que él llene tu corazón de su amor.

Entonces, ¿es posible que alguien se salve pero no ame?

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 

Juan diría que no. La misma naturaleza de Dios es amor. ¿Cómo es posible conocer a un Dios de amor y no amar? Hay algo muy mal allí. Por desgracia, hay gente dolida y amargada que no ama, pero parece tener una relación con Cristo. A fin de cuentas, tenemos que dejarlos en manos de Dios.

A menudo yo dudo el amor de Dios por mí. ¿Cómo puedo saber que me ama?

Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. 

La prueba más poderosa se centra en Jesucristo. Es un amor sin igual enviar a tu hijo unigénito a morir como sacrificio por el perdón de tu enemigo. Es más fácil amar a alguien amable, pero nosotros no amamos a Dios. Éramos rebeldes y desobedientes.

Y no fue solo ese sacrificio por nuestro perdón; el plan del Padre es que vivamos por medio de Jesús. Nos ofrece una vida totalmente nueva. ¿Puedes decir que vives por medio de Jesús?

11 Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. 

El hecho de que Juan tiene que recordarles repetidamente a estos “queridos hermanos” que amen puede significar que él sabe que para algunos cristianos aún es una lucha amar. Pero si podemos captar la  inmensidad del amor de Dios y experimentarlo al nivel personal, la respuesta natural es amar a otros. La falta de amor es una señal fuerte de que hay algo malo en nuestra relación con Dios, tal como el dolor o la fiebre es una señal de que algo anda mal en el cuerpo.

12 Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.

¿Pero no dijo Jesús que si hemos visto a él, hemos visto al Padre?

Es cierto. Y Moisés y Elías tuvieron experiencias muy profundas de ver algo de Dios. La Biblia dice que Moisés conoció a Dios “cara a cara” (Éxodo 33:11). Pero aquí vemos el peligro de interpretar la Biblia con demasiada rigidez. Nadie cree que en el cielo, por ejemplo, el Padre tenga la apariencia que tuvo Jesús aquí en la tierra. Vemos toda la esencia de Dios en Cristo.

Entiendo. Pero ese verso casi implica que cuando nos amamos unos a otros, vislumbramos a Dios.

Tienes razón. ¿Has tenido la sensación de ver a Cristo en un hermano lleno del Espíritu y del amor de Dios? Puede ser lo más cerca que estemos en esta tierra de ver a Dios.

Bueno. ¡Hay mucho en este versículo! Me parece que se puede pensar que a solas es difícil experimentar el amor de Dios plenamente manifestado, fuera de la comunión de los hermanos.

Sí, hay algo especial y distinto en ese compañerismo. El amor mismo se experimenta en relación. Claro que es posible para alguien aislado, por ejemplo en una cárcel, experimentar el amor de Dios. Pero es mucho más fuerte en el abrazo de un hermano o la aceptación de la comunidad de fe.

Una cosa más: Si yo lo leo correctamente, se puede decir que Dios no permanece entre nosotros si no nos amamos.

Pues sí, donde hay odio o falta de perdón creo que Dios no permanece. El amor es tan fundamental para la vida cristiana que la ausencia de amor impide la presencia de Dios en una comunidad o familia.

 

Falsos profetas: 1 Juan 4:1-6

1Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. 

He notado que cuando Juan dice “queridos hermanos” hay algo importante que él quiere decir. Él nos acaba de dar algunas pruebas para la persona que permanece en Jesús, y ha hablado de la prioridad del amor. Pero este versículo me da la sensación de que incluso dentro de la iglesia hay que discernir y evaluar a la gente.

Tienes toda la razón. Juan ya habló de unos mentirosos que dicen ser de Cristo pero odian a sus hermanos. Esta es una advertencia muy importante para hoy: No creas a todo aquel que parece estar lleno del Espíritu y se llama a sí mismo profeta. Dios nos llama a probar a todos los que vienen con una palabra. Hay espíritus que no vienen de Dios, como traduce este versículo la NTV: Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo.

Entonces, ¿hay falsos profetas en la iglesia y en internet hoy?

Juan dijo que había “muchos” en la iglesia primitiva y Jesús nos dijo que habría aún más en los días previos a su venida:

Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. (Mateo 24:24)

Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos?  Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán. (Mateo 7:15-20)

Me parece que sí, hay muchos. Estos pueden parecer muy ungidos y tener muchos seguidores, pero no son de Dios. Por eso es importante ser parte de una iglesia con un pastor de confianza que puede discernir si alguien que viene con una palabra es un falso profeta. El internet ha abierto una puerta para muchos que se llaman a sí mismos profetas, y muchos de ellos son falsos. Me parece que muchos ignoran este mandato bíblico de poner a prueba todo “profeta.”

¿Qué prueba puedo usar? ¿Cómo es posible saber si son falsos o verdaderos?

En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús no es de Dios, sino del anticristo. Ustedes han oído que este viene; en efecto, ya está en el mundo.

La prueba sencilla que Juan nos da aquí es el reconocimiento de que Cristo vino a esta tierra en cuerpo humano. De hecho, Juan introduce algo nuevo aquí: estos falsos profetas, los que niegan que Cristo vino en cuerpo humano, son del anticristo, son del diablo.

Ya hablamos de Juan usando la palabra “todo.” Yo he visto “profetas” que creen en Jesús, pero obviamente son falsos. Su palabra no cuadra con la Biblia, y están motivados por la ganancia financiera. También he conocido cristianos sinceros que han sido seducidos por otros “profetas” haciéndoles creer que son profetas, pero su palabra obviamente no se cumple y no es de Dios.

Sí, estos son casos complicados. Jesús dijo que podemos evaluar a un profeta por sus frutos. Tal vez el más seguro es alguien con un don de discernimiento de espíritus, confirmado por el liderazgo de una iglesia. Yo creo que la prueba que Juan nos presenta aquí es una entre varias.

Juan dice que el anticristo ya está en el mundo. Yo siempre he oído que el anticristo viene como parte de la gran tribulación. ¿Cómo es posible que ya estuviera en el mundo en los días de Juan? ¿Está presente ahora el anticristo en el mundo?

Juan habla del “espíritu” del anticristo (1 Juan 2:18, 22), y 2 Juan 7:

Es que han salido por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo ha venido en cuerpo humano. El que así actúa es el engañador y el anticristo.

Estos versículos en las cartas de Juan son los únicos en el Nuevo Testamento que usan la palabra “anticristo”. Desde los días de Jesucristo ese espíritu maligno ha tratado de destruir todo lo que tiene que ver con Cristo. Parece que habrá una manifestación muy impresionante de ese espíritu durante la gran tribulación, lo que Apocalipsis (capítulos 11 y 13) describe como la bestia.

Pablo también escribió sobre el “hombre de maldad” en 2 Tesalonicenses 2:3-12:

No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios.

¿No recuerdan que ya les hablaba de esto cuando estaba con ustedes? Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo.  Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos.  Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.  Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira.  Así serán condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se deleitaron en el mal.

Es interesante que Jesús nunca habló de este hombre de maldad o anticristo.

Es fácil estar demasiado interesado en el anticristo. No hay que temerlo, y no debe ser el centro de nuestra experiencia. Por eso Juan nos recuerda algo muy importante:

Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. 

¿Puedo yo vencer a los falsos profetas?

¡Sí! Porque tú eres de Dios y su Espíritu que mora en ti es más poderoso que el diablo y sus demonios que obran en los falsos profetas. Pero tal como la victoria sobre el diablo y el pecado ya es nuestra, tenemos que reconocer la tentación, la mentira y el engaño, y resistir con el escudo de la fe y la verdad. Sí, estos falsos profetas son peligrosos, pero no se les debe temer.

¿Cómo puedo reconocerlos, aparte de que ellos no confiesan a Jesucristo?

Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha. 

¡Tres  veces aparece la palabra “mundo” en este versículo! Tienden a decir cosas que la gente inconversa del mundo quiere escuchar y, a menudo, buscan popularidad. Su propósito no es fortalecer nuestra relación con Cristo o glorificar a Dios, sino llamar la atención sobre ellos mismos. La fama y el dinero los motivan. Es importante que el cristiano entienda el “punto de vista” del mundo y el de la Biblia.

El apóstol Pedro casi cayó en esa trampa cuando reprendió a Jesús por hablar de ser crucificado. Jesús le dijo:

¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

El falso profeta piensa en las cosas de los hombres.

Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.

¿No es posible que si por alguna razón alguien no me escucha a mí, yo pueda decir que esa persona no es de Dios?

Por supuesto. A lo largo de la historia ha habido grupos que creen que solo ellos “son de Dios” y los que no les hacen caso son del diablo. Hay que tener mucho cuidado de este engaño. La clave es ser lleno y guiado por el Espíritu de verdad.

No es de extrañar que alguien que no es de Dios no reciba la advertencia de lo demás. Cuando hablamos inspirados por el Espíritu, el verdadero creyente nos escuchará.