¿Tienes gran fe? ¿O poca fe? Ejemplos de las dos del evangelio de Mateo

Fe. Sin ella es imposible agradar a Dios. Por ella somos salvos. La fe es la garantía de lo que se espera y la certeza de lo que no se ve. Tenemos todo un capitulo en Hebreos sobre los héroes de la fe. Obviamente la fe es muy importante, pero creo que la mayoría de nosotros tenemos un concepto algo impreciso sobre la fe.

¿Cómo está tu fe? ¿Tienes mucha fe? ¿O poca fe? Es mejor tener poca fe en una rama fuerte que mucha fe en una rama débil. ¿Cómo está tu rama? ¿En que realmente tienes tu fe? Muchos tienen fe. Pero tal vez en algo equivocado. Jesus reprendió a sus discípulos por su poca fe. Después de años de caminar con el Hijo de Dios. Dijo que nunca halló en Israel la fe que tenía un centurión Romano. ¿Cómo se recibe la fe? La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios. La fe es lo único que es un don del Espíritu Santo…y también un fruto del Espíritu. Creo que ocupamos más manifestaciones del don y del fruto. ¿Cuántos quieren ese don? ¿Ese fruto? Es lógico que si tenemos más del Espíritu, tendremos más fe.

Hoy quiero que caminemos con Jesús para ver ejemplos de poca fe y de gran fe. Empecemos con ese centurión en Mateo 8:5:

Entrando Jesús en Capernaúm, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 

No hay nada inusual en lo que hizo el centurión. Había escuchado de Jesús. Sabía algo sobre su ministerio. Y cuando supo que había llegado a Capernaúm, él vino a Jesús. La fe empieza con algún conocimiento sobre Cristo. Por eso Pablo dice que la fe viene por el oír. Por eso compartimos con un inconverso sobre la vida y el sacrificio de Jesús. Pero luego tenemos que actuar sobre ese conocimiento. Hay mucha gente que sabe acerca de Jesús. Pero tenemos que tomar la decisión de venir a Cristo. Para buscarlo. Para acercarnos a Él. Luego tenemos que comunicarnos con Él. El centurión vino rogándole. Vino con audacia, y la confianza de que lo escucharía y que tenía el poder de hacer algo. Y le dijo claramente a Jesús qué fue la situación. Y creo que su obvio amor y cuidado por un criado también tocaron el corazón de Jesús. No pidió nada para sí mismo. Y no le mandó a Jesús lo que debía hacer. Algunos tienen el concepto erróneo de que la fe es mandar a Dios qué hacer. Eso no es fe. Es arrogancia. La fe confía en que Dios sabe exactamente qué hacer. Claro que podemos abrir el corazón y pedirle algo. Recordarle de su palabra. Pero la fe confía en un Dios soberano, que sabe mejor que nosotros qué hacer.

Para nosotros, este primer paso sería acercarnos al Señor en oración y compartir nuestras necesidades con Él.

Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 

¡Qué bueno sería siempre tener una respuesta tan rápida y agradable a nuestro ruego! No tiene que suplicar mucho o hacer nada especial. Simplemente se acerca a Jesús y le cuenta la situación. E inmediatamente Jesús dice que Él se encargará del problema y lo resolverá.

Pero en lugar de agradecerle e irse a casa a ver el milagro, este romano básicamente dice que Jesús no debería hacer lo que quería hacer. Sanarlo sí. Pero que no vaya a su casa. ¿Por qué?

Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. 

El varón es humilde. No es digno de tener a Cristo en su casa. ¿Quién es digno por sus propios méritos de tener a Cristo en su vida o en su casa? La fe entiende que no es por nuestros méritos que Dios actúa. No compramos su respuesta por un ayuno. La fe claramente reconoce quien soy yo – y quien es Dios. La fe también entiende que opera en otro ámbito. No tienes que estar presente para ver la mano de Dios moverse. También entiende que hay poder en una palabra. Fue por su palabra que Dios creó el universo. La Palabra de Dios es poderosa. Cuando proclamamos esa Palabra en fe, Dios se mueve. Y lo que Dios ha prometido, creemos por fe que lo hará. Por su experiencia en el ejército romano, este centurión entiende la sencillez y la naturaleza de la fe.

Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 

La fe tiene todo que ver con la autoridad. El centurión operaba bajo la autoridad de César. Si un soldado no le obedece, tiene que rendirle cuentas a César. Si no eres realmente sometido al Señorío de Cristo y su autoridad en tu vida, no hay mucho que puedas hacer por fe. Dios quiere que andemos con autoridad. La autoridad que nace en el tiempo a solas con Él. Y la autoridad para proclamar su Palabra.

10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 

Ese entendimiento sencillo pero profundo tocó a Jesús. Se maravilló. Qué bueno sería si Jesús se maravillara de nuestra fe. A veces yo me maravillo también: Que haya gente humilde, completamente inesperada, que tenga más fe que los líderes de la iglesia. Me maravillo ante la fe sencilla de un niño. Es muy fuerte que Jesús dijera que no había hallado tanta fe en el pueblo de Dios. En la gente con el testimonio de los patriarcas y la ley de Dios. Lo que le lleva a decir algo muy controvertido y sorprendente:

11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; 12 mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 

Cristo dice claramente que aquellos que están demasiados confiados de estar en el reino, en muchos casos terminarán en el infierno. Habla de los judíos. Pero los gentiles, gente que no se espera ver en posiciones de autoridad, se sentarán con Abraham e Isaac. Y dice que son muchos. Yo creo que habrá algunas sorpresas en el reino. Qué hermoso tener la oportunidad de sentarnos con Abraham e Isaac y Jacob. ¿Tienes esa esperanza? ¿Esa fe?

¿Crees que hay “hijos del reino”, tal vez hijos de columnas en la iglesia, gente que viene mucho a la iglesia que no son salvos? Creo que sí.

13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.

Ya tenía la fe. Ya recibió su respuesta. Pero aún hay algo más que tiene que hacer. Tiene que irse. No puede quedarse allí con Jesus buscando otra confirmación. Rogándole más. Dudando de lo que dijo. Tiene que irse. Creo que a veces perdemos la bendición porque no nos vamos. No obedecemos todo lo que Jesús nos dice.

“Como creíste, te sea hecho.” Sí, hay mucho poder en la fe. Cuando realmente crees en Dios.

Esa tarde, cuando Jesús entró en Capernaúm, fue a la casa de Simón Pedro y sanó a su suegra. Muy conveniente, porque luego ella comenzó a servirle. La noticia de esos milagros se difundió rápidamente, y todos los enfermos acudían a esa casa, con la fe de recibir su milagro. El verso 16 dice: Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos. Todos recibieron su milagro. Pero, como muchas veces, Jesús no quiere tanta publicidad, y va al otro lado del lago con sus discípulos. Yo creo que Cristo los envió para proveer una prueba y una lección para sus discípulos. Era hermoso sanar a la gente, pero esa preparación de los 12 era lo más importante para Jesús. Ya han visto muchas manifestaciones del poder de Dios. Esos testimonios y milagros deberían fortalecer nuestra fe, ¿verdad? A ver.

24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 

Obviamente Jesús estaba cansado después de todo ese día de ministrar. Si tú has ministrado a la gente así, ya sabes que se cansa. Por eso quería irse de Capernaúm, para descansar. Pero yo creo que sería difícil dormir en una tempestad tan grande en una barca pequeña. A menudo cuando parece que Jesus está “dormido” y no se da cuenta de la tempestad en nuestra vida, es para probarnos y ver cómo vamos a responder. ¿Hay olas cubriendo tu barca hoy? ¿Tienes la fe para manejar esa tempestad en tu vida?

25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 

Ellos hacen exactamente lo correcto, ¿verdad? En la tempestad vamos corriendo al Maestro. Clamamos a El: ¡Sálvame! ¿O es realmente lo que hay que hacer? ¿Puede ser evidencia de poca fe correr así hacia Jesús? Porque mira cómo les responde:

26 Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?

Es obvio que está molesto porque lo despertaron. Jesús espera que ellos puedan ejercer la misma autoridad sobre la naturaleza que vieron en Jesús todo ese día. Cuando andamos en fe tenemos que aplicar lo que vemos a Dios hacer en una instancia a otras situaciones en nuestra vida. ¡Los reprende! ¿Por qué temer? ¡Son pescadores! ¡Conocen ese lago! ¡Pero esto es extremo! Creen que perecerán. Es natural que temamos en esa situación. Pero ya no andamos en lo “natural.” Ya andamos en lo “sobrenatural.” Y el temor es evidencia de poca fe. Jesús tiene todas las expectativas de que después de ver un día lleno de su poder y autoridad, habrán aprendido algo sobre la fe. Pero son hombres de poca fe. ¿Cómo está tu fe? Gracias a Dios, a pesar de nuestra poca fe, y de la poca fe de sus discípulos, no nos deja perecer.

Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 

Jesus puede reprender la tempestad en tu vida también. Y cuando Él lo haga, hará una gran bonanza. Estarás completamente tranquilo, con una paz sobrenatural.

27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?

¿Creen que es posible que los vientos y el mar te obedezcan? Parece que lo es. Jesús dijo que con fe como una semilla de mostaza podemos mover montañas. Esos discípulos habían pasado bastante tiempo con Jesús. Lo habían escuchado enseñar. Vieron sus milagros. Pero aun así decían: ¿Qué hombre es este? ¿Realmente conoces a Jesús? ¿Sabes quién es? Parece que es posible venir a la iglesia todos los domingos y aun así no conocer a Cristo.

Al día siguiente, allí al otro lado del lago, Jesús liberó a unos gadarenos endemoniados. Después de esa liberación, el capítulo 9 dice:

1Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. 

Mira la fe sencilla de estos amigos del paralítico. No pidieron nada. No declararon nada. Solo le trajeron a Jesús a su amigo, que no tenía manera de ir a Jesús por sí mismo. Y al ver la fe de ellos, Cristo perdonó el pecado del paralítico. Porque a veces el pecado es la fuente de una aflicción física.

Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

El pobre paralítico. Se encuentra ahora en medio de una discusión teológica. La triste realidad es que cuando andamos en fe, habrá oposición. De familiares. De gente religiosa. A veces de la propia iglesia. Puede ser muy desalentador. La pregunta es si permitirás que las críticas o los ataques de los demás te roben la bendición que Dios tiene para ti. Veamos cómo afectó al paralítico:

5¿Qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Puems para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. Entonces él se levantó y se fue a su casa. 

Aunque fue la fe de sus amigos que Jesús recompensó, el paralítico aún tiene que manifestar su propia fe. Tiene que creer que por la palabra de Jesús está sano, aunque en ese momento no sienta nada. Él tiene que levantarse. En lugar de acostarse sobre su cama, ahora tiene que tomarla y volver a su casa, posiblemente para testificar a su familia del poder de Jesús.

Puede que Jesús quiera hacer un milagro en tu vida. Ya ha dado su palabra. Pero aun estás en tu cama, temeroso de levantarte. ¡Levántate y anda! Puede que tú conozcas a alguien atado en su pecado o paralizado. ¿Tienes la fe para llevar a esa persona a Jesús? Puede que tengas que unirte con algunos otros de la misma fe, porque el problema es demasiado grande para la fe de una sola persona. Cuando andamos en unidad se edificamos la fe uno al otro.

Ya vimos con el centurión romano más fe en un gentil que Jesús había hallado en todo Israel. No sabemos por qué, pero en Mateo 15 Jesús va a una región gentil. Hay una mujer cananea que suena muy parecida al centurión. Obviamente ella había oído de Jesús. Lo llama Señor. Humildemente le pide misericordia. En este caso es su hija que está atormentada. Ella viene a Jesús y le cuenta la situación:

21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 

Con el centurión, sin decir nada más, Jesús dijo que iría y sanaría al siervo. Mira cómo le responde a esta pobre mujer:

23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 

¿Es machista? ¿Es que no quiere ayudar a una mujer? Ya ayudó al centurión. Pero ahora vemos algo más en esta mujer: perseverancia. Ella va tras ellos, dando voces. Y los discípulos, en lugar de pedirle a Jesús que haga su milagro, muestran su prejuicio y le piden a Jesús que la despida. Ya vieron que Jesús no quiere responderla.

Esta es una situación única. Es la única vez que Jesús negó una curación a alguien que se lo pidió. Hay algo muy importante que tenemos que entender sobre la fe: Jesús quiere sanar. Él quiere liberar. Siempre en los evangelios dice que todos fueron sanados. Nunca vemos a Jesús decir: “Ya son las 10 de la noche. Ya estamos cerrado por la noche. Ustedes pueden volver mañana.” Cuando alimentó a la multitud, nunca dijo: “Solo nos alcanza para 3 mil. Lo lamento.” No, siempre había suficiente para todos – y de sobra. Jesús siempre responde a una petición dada en fe. Así que esta situación tiene que ser algo especial.

24 Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 

Qué frio, ¿verdad? La mujer obviamente tiene fe. Es cierto que Jesús se centró en su llamado a los judíos. Pero ya ministró al siervo del centurión, aunque puede ser que el siervo fue judío. Liberó a los gadarenos endemoniados. Y si solo ministraría a los judíos, ¿por qué fue a Tiro y Sidón?

25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 

¿Cuánta perseverancia tienes? ¿No recibió el mensaje esta mujer? Ella está desesperada. Se postra ante Jesús. Pero no toca el corazón del Señor, que ahora se ve endurecido e incluso cruel:

26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 

La llama una perra. Pero ni siquiera esa deshonra suya la desanima. Sigue rogándole al Señor:

27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 

28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Jesus no puede negar esa fe. Le responde y ella recibe la curación y liberación de su hija. ¿Respondió tan duramente Jesús para probarla? No sabemos. Pero Jesús reconoce su perseverancia como gran fe.

¿Cuál es la necesidad en tu familia hoy? ¿Te cansas de clamar a Jesús cuando no recibes una respuesta inmediata? ¿Tienes la fe para perseverar durante semanas, meses o años?

Para la próxima lección sobre la fe, en Mateo 17, una vez más hay alguien que viene a Jesús con fe para otra persona. Hemos visto un centurión para su siervo. Unos amigos con el paralítico. Y la mujer cananea para su hija. En este caso es un padre para su hijo. Él sigue el modelo de los otros: viene a Jesús, se arrodilla delante de Él, y le dice su petición. Ya, con esa fe, lo había intentado con los discípulos, porque Jesús estaba en la montaña, transfigurado en toda su gloria.

14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. 

Ahora Jesús está realmente molesto con sus discípulos. No reprende al padre, sino a sus propios discípulos por su falta de fe. Jesús honra la fe del padre y sana a su hijo.

17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. 18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora. 

¿Cómo es que a menudo nosotros somos como esos discípulos? ¿No podemos sanar o liberar a alguien, a pesar de la fe de esa persona?

19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

¿Cómo está nuestra fe? Aquí Jesús está casi al final de su ministerio. Los discípulos ya llevaban años con Jesús y habían visto muchos milagros. Pero Jesús dice que ni siquiera tienen fe como un grano de mostaza. No es una cuestión de una fe inmensa. ¿Crees lo que dice Jesús? ¿Qué nada te será imposible si realmente tienes fe? ¿O dice Jesus sobre nosotros: “Oh generación incrédula y perversa”?

Para terminar, volvemos al mar y a la barca, en Mateo 14. Jesús había recibido la noticia de la muerte de Juan bautista y quería estar apartado de la multitud. Pero lo siguieron y Él hizo el milagro de los panes y peces para alimentar a 5 mil hombres, más mujeres y niños. Se supone que eso fortalecería la fe de sus discípulos.

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 

Ya sabemos que no es la primera vez que los discípulos encuentran una tormenta en ese mar. Se supone que ya sabrían cómo manejarla. Aquí Jesús los envió sin Él en la barca a propósito. Sabemos que es peligroso ir sin Jesús, pero a veces es una prueba para nosotros.

Estas dos experiencias de los discípulos en la barca nos enseñan algo importante sobre la fe. La tendencia es pensar que si solo tenemos fe, la vida será bendecida y no habrá tormentas. Pero aquí vemos que son los mismos discípulos que encuentran más tormentas. Y alguien con muy poco conocimiento sobre Jesus recibe su milagro de inmediato. La fe no es garantía de una vida sin problemas. Es la clave para soluciones a los problemas en la vida. Y a menudo Jesús puede permitir más problemas en la gente más entregada para ejercer y fortalecer su fe.

26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

Parece que el temor fue un problema para los discípulos. Se turbaron. Dieron voces de miedo. Creo que el temor es un problema para todos nosotros. ¿Hay temor en tu corazón? Jesus te dice a ti también: ¡Ten ánimo! ¡Yo soy! ¡No temas!

28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 

Esta es una situación única. No es para sanar o liberar. No sirve ningún propósito obvio. Pero en ese momento Pedro tiene la fe para hacer algo que ningún otro hombre ha hecho jamás. El vio a Jesús andar sobre las aguas. Y tenía la fe de que si Jesus pudo hacerlo, él puede también. Pero él sabe que sería necio hacerlo sin la palabra de Jesus. Jesus le da la palabra sencilla: Ven. Y Pedro bajó de la barca y anduvo sobre las aguas. Fue para ir a Jesus. ¿Cuánto quieres ir a Jesus? ¿Andarías sobre las aguas para verlo? ¿Bajarías de tu barca para estar con Cristo?

30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 

¿Has tomado ese paso de fe? ¿Alguna vez has bajado de tu barca, lleno de fe? Pero luego viste el fuerte viento. Viste la oposición, la circunstancia. Te diste cuenta de que habías hecho algo tal vez necio. Ya te olvidaste de Jesús y de cuánto quieres estar con Él. Y comenzaste a hundirte. En ese momento, como vimos con las otras personas, clama a Jesús. Es el instinto de todos en esos momentos imposibles clamar: “Señor, ¡sálvame!” Y gracias a Dios, Jesús te salva.

31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 

Pedro tenía gran fe. Bajó de la barca. Anduvo sobre las aguas. Pero no logró lo que quería. No llegó a Jesús. Cristo le extendió la mano para salvarlo. Pero luego le reprendió: Hombre de poca fe.

¿Cómo está tu fe? ¿Tienes poca fe? ¿O fe como un grano de mostaza para mover montañas? ¿Tienes dudas? ¿Empiezas a andar sobre las aguas, solo para hundirte cuando ves la tormenta, y dudas?

32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Dios quiere hombres y mujeres de fe. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. También viene cuando vemos los milagros de Dios y escuchamos los testimonios de otros. Te invito a venir a Jesús, como el centurión, la madre de la hija endemoniada, el padre. ¿Tienes la fe para bajar de tu lugar seguro y tomar un paso de fe hacia Jesús? ¿La fe para sanar y liberar en el nombre de Jesús? Dios quiere edificar tu fe.

Guerra contra Benjamín: Jueces 20

1Todos los israelitas desde Dan hasta Berseba, incluso los de la tierra de Galaad, salieron como un solo hombre y se reunieron ante el Señor en Mizpa. 

¡La acción drástica del levita tuvo la respuesta esperada! Es cierto que hubo desorden en el país, pero aún hay algunas cosas que no pueden tolerar. Hay dos cosas importantes aquí: unirse como hermanos de las tribus (como un solo hombre) y reunirse ante el Señor. No hemos visto ningún indicio de reverencia o temor de Dios durante algún tiempo.

¿Por qué Mizpa? Estaba en la frontera de Judá y Benjamín, y no muy lejos de Siló. Era un lugar de asambleas durante muchos años (1 Samuel 7:5; 1 Samuel 10:17; 2 Reyes 25:23-25).

Una asamblea para investigar la infamia

Los jefes de todo el pueblo, es decir, de todas las tribus de Israel, tomaron sus puestos en la asamblea del pueblo de Dios. Eran cuatrocientos mil soldados armados con espadas. 

No es sólo una reunión de oración. Llegan armados y listos para vengarse de quienes cometieron esta atrocidad. No sabemos cómo juntaron a tantos soldados en tan poco tiempo, ni cuán acostumbrados estaban a una asamblea nacional, pero los jefes ya tenían sus puestos. La  orden es impresionante dado lo que estaba cerca de la anarquía en el país.

A su vez, los de la tribu de Benjamín se enteraron de que los israelitas habían subido a Mizpa. Entonces los israelitas le dijeron al levita: —Cuéntanos cómo sucedió esta infamia.

Aunque dice que todas las tribus estaban presentes, parece que Benjamín, siendo la tribu culpable, no lo estaba. Quizás a propósito no les informaron de la asamblea.

El levita, esposo de la mujer asesinada, respondió: —Mi concubina y yo llegamos a Guibeá de Benjamín para pasar la noche. Durante la noche los hombres de Guibeá se levantaron contra mí y rodearon la casa, con la intención de matarme. Luego violaron a mi concubina de tal manera que murió. Entonces la tomé, la corté en pedazos, y envié un pedazo a cada tribu en el territorio israelita, porque esa gente cometió un acto depravado e infame en Israel. Ahora, todos ustedes israelitas, opinen y tomen una decisión aquí mismo.

Por casualidad no menciona que querían relaciones sexuales con él, sino que dice que querían matarlo.

Como un solo hombre atacan la ciudad

Todo el pueblo se levantó como un solo hombre, y dijo: —¡Ninguno de nosotros volverá a su carpa! ¡Nadie regresará a su casa! Y esto es lo que le haremos ahora a Guibeá: Echaremos suertes para ver quiénes subirán contra ella. 10 De entre todas las tribus de Israel, tomaremos a diez hombres de cada cien, a cien de cada mil, y a mil de cada diez mil, para conseguir provisiones para el ejército. Cuando el ejército llegue a Guibeá de Benjamín, les dará su merecido por toda la infamia cometida en Israel.

La decisión es unánime: La ciudad pagará por su crimen. Ojo por ojo.

11 Así que todos los israelitas, como un solo hombre, unieron sus fuerzas para atacar la ciudad. 12 Las tribus de Israel enviaron mensajeros por toda la tribu de Benjamín, diciendo: «¿Qué les parece este crimen que se cometió entre ustedes? 13 Entreguen ahora a esos malvados de Guibeá, para que los matemos y eliminemos así la maldad en Israel».

Por tercera vez dice “como un solo hombre.” A luz de la falta de un rey o gobierno central, esa unidad es inusual e impresionante. Por desgracia, a menudo es la tragedia lo que une a un pueblo.

¿Has tenido la experiencia de sentirte parte de un grupo que es “como un solo hombre”? ¿Cómo estuvo?

 

¿Qué puedes hacer para animar a otros creyentes a ser como “un solo hombre” en nuestra lucha con el maligno?

 

 

Aunque parece que no estuvieron presentes, ofrecen misericordia al resto de Benjamín, si reconocen el crimen que los hombres de Guibeá cometieron.

La guerra se expande para incluir a todo Benjamín

Pero los de la tribu de Benjamín no quisieron hacerles caso a sus hermanos israelitas. 14 Al contrario, gente de todas sus ciudades se reunió en Guibeá para luchar contra los israelitas. 15 En aquel día los de Benjamín movilizaron de entre sus ciudades veintiséis mil soldados armados de espada, además de setecientos hombres escogidos de los que vivían en Guibeá. 16 Entre todos ellos había setecientos soldados escogidos que eran zurdos, todos ellos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello, sin errar.

17 Israel, sin contar a Benjamín, movilizó a cuatrocientos mil soldados armados de espada, todos ellos expertos guerreros.

Duele ver conflictos dentro de la iglesia, en el cuerpo de Jesús. Pero a veces la lealtad a una etnia, a una posición política o a alguna doctrina se antepone a la lealtad a nuestros hermanos. Así que hoy en día existen muchas peleas y divisiones dentro de la iglesia. En ese entonces, debido a su orgullo y lealtad a su tribu en lugar de lealtad a Dios y su ley, se involucran una guerra. Son 26,700 soldados benjamitas contra 400,000 de las demás tribus. Y, a diferencia de los de Benjamín, todos eran expertos guerreros.

Si no es Dios explícitamente llamándote a pelear con una desventaja tan obvia y grande, es más sabio abandonar la batalla y buscar la paz. Y aún más importante, buscar a Dios. ¿Y qué piensa Dios de esta situación? Sorprendentemente, consultaron a Dios antes de atacar a Benjamín.

Los israelitas consultan a Dios

18 Los israelitas subieron a Betel y consultaron a Dios. Le preguntaron: —¿Cuál de nosotros será el primero en combatir a los de la tribu de Benjamín?

¿Por qué subieron a Betel? Era una caminata de unos cinco kilómetros (3 millas). El verso 27 nos dice por qué: El arca del pacto estaba allí.

La consulta no es si deberían combatir a Benjamín, sino quién sería el primero. Ya tomaron la decisión por su cuenta de atacar a Benjamín.

¿Hay momentos en los que supuestamente buscas la voluntad de Dios, pero en realidad ya te has decidido a hacer algo, y solo buscas su guía para asegurar la victoria?

 

El Señor respondió: —Judá será el primero.

Aquí está de nuevo: Años antes de que quedara claro que el gran rey David y el Mesías serían de Judá, una y otra vez esa tribu toma precedencia. Es interesante, dado lo que sabemos del rey Saúl, que él era de Guibeá mientras que David era de Judá.

Benjamín derrota a Israel

19 Los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a Guibeá; 20 salieron a luchar contra los de Benjamín, y frente a Guibeá se dispusieron contra ellos en orden de batalla. 21 Pero los de Benjamín salieron de Guibeá y abatieron aquel día a veintidós mil israelitas en el campo de batalla. 22 Los israelitas se animaron unos a otros, y volvieron a presentar batalla donde se habían apostado el primer día, 23 pues habían subido a llorar en presencia del Señor hasta el anochecer, y le habían consultado: —¿Debemos subir y volver a luchar contra los de Benjamín, nuestros hermanos?

Y el Señor les había contestado: —Suban contra ellos.

Ahora vuelven al Señor para una consulta más amplia: ¿Luego de esa derrota vuelven a luchar contra Benjamín? Y el Señor dice que sí.

Es sorprendente que sufrieron una derrota tan dura, dada su ventaja numérica. También fueron ellos los que buscaron a Dios, y están luchando para castigar un delito feo y restaurar la santidad del país. Pero a pesar de la aparente aprobación de Dios, podemos sufrir una derrota. Es muy desalentador, y la tentación es abandonar la lucha. Perder 22,000 hombres es duro, pero hacen tres cosas importantes: se animan unos a otros, lloran en presencia del Señor y lo consultan. Ante la derrota en nuestra vida, necesitamos de otros hermanos que nos alienten. No hay mejor lugar que llorar que en la presencia del Señor. Y cuando ya nos hemos desahogado, estamos listos para escuchar la voz de Dios.

¿Sabes lo que es llorar en la presencia del Señor?

 

¿Has experimentado una derrota, aún con la certeza de que hiciste la voluntad de Dios? ¿Cómo reaccionaste?

 

¿Cómo puedes animar a un hermano que ha sufrido una derrota?

 

Derrotados de nuevo

24 Fue así como los israelitas se acercaron a Benjamín el segundo día. 25 Los de Benjamín salieron de Guibeá para combatirlos, abatiendo esta vez a dieciocho mil israelitas más, todos ellos armados con espadas.

¡Pero aún no hay victoria! Incluso después de buscar a Dios, sufren otra derrota, esta vez con 18,000 muertos. ¿Escucharon mal la voz del Señor?

Puede ser porque Benjamín está luchando por sobrevivir. Defienden sus hogares y familias. Probablemente una minoría fue la responsable por la muerte de la concubina, pero aquellos que tienen encomendada la jefatura de un pueblo o de un país son responsables de las acciones de ese pueblo.

Se puede darse cuenta de esta realidad, y aun así sufrir la derrota. Es muy desalentador perder tantos hombres dos días seguidos. La tentación seria tirar la toalla e irse a casa.

¿Has estado en una situación en la que sentiste la confirmación del Señor de que fue su voluntad, pero sufriste una derrota una y otra vez?

 

¿Tienes la fe para perseverar, o buscar más al Señor?

 

El primer ayuno en todo el libro de Jueces

26 Entonces los israelitas, con todo el pueblo, subieron a Betel, y allí se sentaron y lloraron en presencia del Señor. Ayunaron aquel día hasta el anochecer y presentaron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión. 

En el verso 18 simplemente subieron a Betel para consultar a Dios; ya habían decidido qué hacer. La prueba y la derrota sirven muy bien para empujarnos hacia Dios. Quizás por eso Dios permitió estas derrotas. Lástima que miles de hombres perdieron la vida por el fracaso del liderazgo.

Ahora buscan al Señor en serio: Todo el pueblo subió. Aparentemente, la primera vez solo los líderes subieron. Ahora no tienen prisa, sino que se sientan y lloran en la presencia de Dios. Se humillan. Y por primera vez en todo este libro, dice que ayunaron, todo el día, y presentaron holocaustos y sacrificios al Señor.

¿Hay un corazón verdaderamente contrito entre la asamblea? ¿O simplemente desesperación después de dos días seguidos de derrotas? Puede ser difícil discernir la diferencia. La realidad es que todos buscamos más a Dios en la prueba y la tribulación.

¿Sabes lo que es tener un corazón quebrantado y llorar en la presencia de Dios?

 

¿Ayunas? ¿Cómo tomas la decisión de ayunar? ¿Cuál ha sido tu experiencia con los beneficios y las dificultades de ayunar?

 

¿Qué sería el equivalente hoy de presentar holocaustos y sacrificios al Señor?

 

 

El Señor les promete la victoria

27 Después consultaron al Señor, pues en aquel tiempo estaba allí el arca del pacto de Dios, 28 y Finés, hijo de Eleazar y nieto de Aarón, ministraba delante de ella. Preguntaron: —¿Debemos subir y volver a luchar contra los de Benjamín, nuestros hermanos, o nos retiramos?

El Señor respondió: —Suban, porque mañana los entregaré en sus manos.

¡Qué hermoso es tomarse ese tiempo para humillarse, ayunar y adorar a Dios antes de consultarle o pedirle algo!

Sería posible ver el arca como un amuleto de la suerte. Pero la verdad es que Dios moraba en esa arca, y era un recordatorio fuerte de su fidelidad en el éxodo, de su ley y de sus milagros y promesas. Casi no hemos escuchado nada sobre el culto o la vida espiritual de la gente en este libro de Jueces. Aparentemente mantuvieron a los descendientes de Aarón para cuidar el arca. Seguramente no han tomado un papel destacado en este libro.

Esta vez le presentan a Dios dos opciones. ¿Subimos de nuevo? ¿O nos retiramos? Ahora son más sumisos a Dios. Posiblemente el Señor esperaba esta desesperación y sumisión para darles la victoria.

¿Qué has experimentado en tu vida de presumir, humillarte y luego experimentar la bendición de Dios?

 

¿Cuál sería el equivalente de consultar a Dios así hoy? ¿Hay algo que tome el lugar del arca para el cristiano?

 

29 Israel tendió una emboscada alrededor de Guibeá. 30 Al tercer día subieron contra los de Benjamín y se pusieron en orden de batalla contra Guibeá, como lo habían hecho antes. 

Nada cambió en la estrategia de la batalla. La gran diferencia es que ahora tienen la palabra de Dios de victoria. Con esa palabra pueden rechazar el desánimo y tener fe y valor para la batalla.

31 Los de Benjamín salieron a su encuentro, y se vieron obligados a alejarse de la ciudad. Comenzaron a causar bajas entre los israelitas, como en las ocasiones anteriores, y alcanzaron a matar a unos treinta hombres en el campo abierto y por el camino que lleva a Betel, y también por el que lleva a Guibeá.

32 Los benjaminitas decían: «Los estamos derrotando como antes», pero los israelitas decían: «Huyamos, para que se alejen de la ciudad hasta los caminos».

La falsa confianza es peligrosa. Los benjaminitas no saben que el ambiente espiritual ha cambiado. Están confiados que van a derrotarlos como antes.

33 De pronto, los israelitas cambiaron de táctica y presentaron batalla en Baal Tamar, y los israelitas que estaban emboscados salieron a atacar al oeste de Guibeá. 34 Diez mil de los mejores guerreros de Israel lanzaron un ataque frontal contra Guibeá, y fue tan intenso el combate que los benjaminitas no se dieron cuenta de que la calamidad se les venía encima. 

Cuando una táctica ya no sirve, es hora de buscar a Dios y cambiar de táctica. El enemigo puede creer que vas a caer en la misma vieja rutina, pero ya puedes realizar un ataque frontal al enemigo.

¿Alguna vez has estado en una batalla tan intensa que no te das cuenta de que la calamidad te avecina? ¿O lo has visto en otra persona?

 

Dios derrota a Benjamín

35 El Señor derrotó a Benjamín delante de Israel, y aquel día los israelitas mataron a veinticinco mil cien hombres de la tribu de Benjamín, todos ellos armados con espadas. 36 Allí los de Benjamín cayeron en cuenta de que habían sido vencidos.

Es Dios quien derrotó a Benjamín, pero los soldados fueron su instrumento.

Los hombres de Israel habían cedido terreno delante de Benjamín, porque confiaban en la emboscada que habían tendido contra Guibeá. 37 De repente los hombres que habían estado emboscados asaltaron a Guibeá, se desplegaron, y mataron a filo de espada a todos los habitantes de la ciudad. 38 Los israelitas habían acordado con los que estaban emboscados que, cuando estos levantaran una gran nube de humo desde la ciudad, 39 los hombres de Israel volverían a la batalla.

Veinticinco mil damnificados sería un golpe duro. Pero con esa derrota, ahora matan a todos los habitantes.

Cuando los de Benjamín comenzaron a causar bajas entre los israelitas, matando a unos treinta, se decían: «¡Los estamos derrotando, como en la primera batalla!» 40 Pero cuando la columna de humo comenzó a levantarse de la ciudad, los de Benjamín se dieron vuelta y vieron que el fuego de la ciudad entera subía al cielo. 41 En ese momento atacaron los israelitas, y los hombres de Benjamín se aterrorizaron al darse cuenta de que la calamidad se les venía encima. 42 Así que huyeron ante los israelitas por el camino del desierto; pero no pudieron escapar de la batalla, pues a los que salían de las ciudades los abatieron allí. 43 Rodearon a los de Benjamín; los persiguieron y los aplastaron con facilidad en las inmediaciones de Guibeá, hacia el lado oriental. 44 Cayeron dieciocho mil de la tribu de Benjamín, todos ellos guerreros valientes. 45 Cuando se volvieron y huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, los israelitas abatieron a cinco mil hombres junto a los caminos. Continuaron persiguiéndolos hasta Guidón, y mataron a dos mil más.

46 Aquel día cayeron en combate veinticinco mil soldados benjaminitas armados con espada, todos ellos guerreros valientes. 47 Pero seiscientos hombres se volvieron y huyeron por el desierto hasta la peña de Rimón, donde permanecieron cuatro meses. 48 Los israelitas se volvieron contra los de Benjamín y mataron a filo de espada a los habitantes de todas las ciudades, incluso a los animales, y destrozaron todo lo que encontraron a su paso. También les prendieron fuego a todas las ciudades.

Resultó en una masacre. No está claro cuál era la intención al principio, pero básicamente destruyeron a una tribu entera de Israel. Quedaron solo seiscientos hombres con vida.

 

La trágica muerte de una concubina: Jueces 19

1En la época en que no había rey en Israel, un levita que vivía en una zona remota de la región montañosa de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá. 

La pregunta inmediata es: ¿era el mismo levita del capítulo anterior? ¿Es mera coincidencia que ese levita también fuera de Belén? Es casi seguro que no es el mismo levita. ¿Por qué vive en esa zona remota, lejos de las ciudades de los levitas? Tal vez la presencia del arca en Siló en Efraín atrajo a varios levitas a la zona. Es interesante que un pueblo pequeño como Belén ya era importante en este período de los jueces.

La inquietud más profunda es: Si este es un sacerdote, un hombre de Dios, ¿por qué tomó una concubina? ¿Por qué no se casó con alguien? Es cierto que era común tener una concubina, pero nunca fue aprobado por Dios, y ciertamente no es algo que queremos poner como un buen ejemplo bíblico. La introducción del capítulo, con casi las mismas palabras que el capítulo anterior, ya indica que este es un producto más del desorden y caos que vivió el país en esa época.

El levita en casa de su suegro

Pero ella le fue infiel y lo dejó, volviéndose a la casa de su padre, en Belén de Judá. Había estado allí cuatro meses cuando su esposo fue a verla para convencerla de que regresara. Con él llevó a un criado suyo y dos asnos. Ella lo hizo pasar a la casa de su propio padre, quien se alegró mucho de verlo. Su suegro, padre de la muchacha, lo convenció de que se quedara, y él se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y durmiendo allí.

Meterse en algo que va en contra de la Palabra de Dios es una invitación a más problemas. No tenía ningún compromiso del matrimonio, por lo que se sentía libre de tener otro hombre y luego dejarlo. Lo cual nos hace preguntar ¿por qué lo dejó? ¿Él la abusó? ¿Él no la trató bien?

El levita esperó cuatro meses para buscarla. ¿Con la esperanza de que regresaría antes, por su propia voluntad? ¿O porque no era tan importante para él? Parece que su suegro (así lo llama, aunque no estaban casados; así también llama al levita “esposo”) pensó que sería bueno que ella se fuera  con el levita.

Al cuarto día madrugaron y él se dispuso a salir, pero el padre de la muchacha le dijo a su yerno: «Repón tus fuerzas con algo de comida; luego podrás irte». Así que se sentaron a comer y a beber los dos juntos. Después el padre de la muchacha le pidió: «Por favor, quédate esta noche para pasarla bien». Cuando el levita se levantó para irse, su suegro le insistió de tal manera que se vio obligado a quedarse allí esa noche. Al quinto día madrugó para irse, pero el padre de la muchacha le dijo: «Repón tus fuerzas. ¡Espera hasta la tarde!» Así que los dos comieron juntos.

O a este hombre realmente le gustaba su yerno, o estaba manipulando la situación. De todos modos, el levita debería sospechar en este punto.

¿Sabes cómo leer una situación y una persona? ¿Tienes discernimiento, y confías en el Espíritu Santo, para que te advierta del peligro?

¿Has puesto a Dios a prueba? ¿O haces caso de una inquietud que tienes?

 

Cuando el hombre se levantó para irse con su concubina y su criado, su suegro, que era el padre de la muchacha, le dijo: «Mira, está a punto de oscurecer, y el día ya se termina. Pasa aquí la noche; quédate para pasarla bien. Mañana podrás madrugar y emprender tu camino a casa». 10 No queriendo quedarse otra noche, el hombre salió y partió rumbo a Jebús, es decir, Jerusalén, con sus dos asnos ensillados y su concubina.

El levita ya está harto del juego y se va con su concubina, aunque está a punto de oscurecer. No es un viaje muy largo a Jerusalén (menos de 9 kilómetros), aunque esa ciudad aún no era el centro del culto de Israel; los jebuseos vivían allí.

11 Cuando estaban cerca de Jebús, y ya era casi de noche, el criado le dijo a su amo: —Vamos, desviémonos hacia esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella.

Ahora están en una situación complicada. Salieron tarde, y era casi de noche. O tienen que viajar de noche, o quedarse en el campo abierto o en una ciudad extranjera.

12 Pero su amo le replicó: —No. No nos desviaremos para entrar en una ciudad extranjera, cuyo pueblo no sea israelita. Seguiremos hasta Guibeá.

13 Luego añadió: —Ven, tratemos de acercarnos a Guibeá o a Ramá, y pasemos la noche en uno de esos lugares.

El levita escoge la primera opción: viajar de noche, con la esperanza de llegar a una de esas ciudades israelitas, que supuestamente sería más segura. Se nota la preocupación por la criminalidad que existía en Israel en el desorden del momento.

¿Alguna vez has tenido que tomar una decisión en un viaje para quedarte en un lugar cuestionable o seguir el camino hacia un lugar que conoces mejor?

 

¿Has visto la provisión y protección de Dios, tal vez en un país extranjero?

 

¿Cómo te sientes viajando donde obviamente te ves diferente a los demás?

 

 

Buscando hospitalidad en Guibeá

14 Así que siguieron de largo, y al ponerse el sol estaban frente a Guibeá de Benjamín. 15 Entonces se desviaron para pasar la noche en Guibeá. El hombre fue y se sentó en la plaza de la ciudad, pero nadie les ofreció alojamiento para pasar la noche.

Ya hay otro signo que algo anda mal. La costumbre sería ofrecer alojamiento a un viajero sentado en la plaza.

¿Crees que un cristiano debería ofrecer hospitalidad a una persona en la calle, tal vez de otro país? ¿Cómo puedes protegerte a ti mismo y a tu familia en esa situación?

Había un pueblo llamado “Guibeá” en Judá y otro en Efraín. Esta Guibeá de Benjamín era el capital político del Rey Saúl.

16 Aquella noche volvía de trabajar en el campo un anciano de la región montañosa de Efraín, que vivía en Guibeá como forastero, pues los hombres del lugar eran benjaminitas. 17 Cuando el anciano miró y vio en la plaza de la ciudad al viajero, le preguntó: —¿A dónde vas? ¿De dónde vienes?

Otro hombre que no es benjamita los hace caso. Es un paisano, de Efraín.

18 El viajero le respondió: —Estamos de paso. Venimos de Belén de Judá, y vamos a una zona remota de la región montañosa de Efraín, donde yo vivo. He estado en Belén de Judá, y ahora me dirijo a la casa del Señor, pero nadie me ha ofrecido alojamiento. 19 Tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí y para tu sierva, y para el joven que está conmigo. No nos hace falta nada.

La casa del Señor en Efraín sería el tabernáculo en Siló. Posiblemente quería hacer una ofrenda de acción de gracias o una ofrenda pidiendo perdón, pero él necesita la provisión de Dios para esa noche.

20 —En mi casa serás bienvenido —le dijo el anciano—. Yo me encargo de todo lo que necesites. Pero no pases la noche en la plaza.

Otro signo de que no es el lugar más seguro: Los advierte que no pasen la noche en la plaza. ¡El crimen y la inseguridad no son nuevos!

Los hombres de Guibeá quieren sexo con el levita

21 Así que lo llevó a su casa y dio de comer a sus asnos y, después de lavarse los pies, comieron y bebieron. 22 Mientras pasaban un momento agradable, algunos hombres perversos de la ciudad rodearon la casa. Golpeando la puerta, le gritaban al anciano dueño de la casa: —¡Saca al hombre que llegó a tu casa! ¡Queremos tener relaciones sexuales con él!

Aparte de Sodoma, esta es una de las pocas referencias a la homosexualidad en el Antiguo Testamento. Son hombres perversos que quieren violar al levita. La homosexualidad era común entre los cananeos.

Aunque la homosexualidad es claramente prohibido por Dios en ambos Testamentos y llamada una perversión (Romanos 1:27), merecedora de la pena de muerte (Levítico 20:13), no odiamos al homosexual, y no todos son tan depravados como estos hombres. Es una pena que la percepción sea que el cristiano odia a la persona gay. Cristo murió por ellos también y quiere librarlos de su pecado.

¿Cómo te sientes sobre el movimiento LGBTQ en el mundo actual? ¿Cómo crees que deberíamos responder al homosexual?

 

 

23 El dueño de la casa salió y les dijo: —No, hermanos míos, no sean tan viles, pues este hombre es mi huésped. ¡No cometan con él tal infamia! 24 Miren, aquí está mi hija, que todavía es virgen, y la concubina de este hombre. Las voy a sacar ahora, para que las abusen y hagan con ellas lo que bien les parezca. Pero con este hombre no cometan tal infamia.

Para una historia en las Sagradas Escrituras del Señor, ésta es impactante. Que el anciano esté dispuesto a ofrecer a su hija virgen para proteger a este hombre al que apenas conoció muestra la importancia del honor y la protección de un huésped, pero también el estatus tan bajo de una mujer en esa sociedad. Nos recuerda de Lot, en Génesis 19:8, quien ofreció sus dos hijas a los hombres de Sodoma para proteger al hombre de Dios de ser violado por ellos.

Muchas acusan a cristianos de despreciar a las mujeres, especialmente citando las epístolas de Pablo. ¿Cómo puede el cristiano afirmar lo que dice la Biblia y a la misma vez dar valor a la mujer?

 

¿Qué observas en el trato de las mujeres por parte de Jesucristo?

 

 

25 Aquellos perversos no quisieron hacerle caso, así que el levita tomó a su concubina y la echó a la calle. Los hombres la violaron y la ultrajaron toda la noche, hasta el amanecer; ya en la madrugada la dejaron ir. 26 Despuntaba el alba cuando la mujer volvió, y se desplomó a la entrada de la casa donde estaba hospedado su marido. Allí se quedó hasta que amaneció.

Ya vemos el valor que el levita dio a su concubina. Esa puede ser la razón por la que ella lo dejó al principio. El Nuevo Testamento nos manda a nosotros los hombres que entreguemos la vida por nuestra mujer, tal como Jesús entregó su vida por nosotros. No hay nada de amor aquí.

La mujer abusada hasta la muerte

27 Cuando por la mañana su marido se levantó y abrió la puerta de la casa, dispuesto a seguir su camino, vio allí a su concubina, tendida a la entrada de la casa y con las manos en el umbral. 28 «¡Levántate, vámonos!», le dijo, pero no obtuvo respuesta. Entonces el hombre la puso sobre su asno y partió hacia su casa.

¡La falta de emoción es increíble! ¡Sin hablarle ni preguntarle cómo está, solo le dice “levántate”! Y cuando se da cuenta de que ya está muerta, no hace nada contra sus asesinos; en seguida partió para su casa con la mujer sobre su asno.

Si eres hombre, ¿alguna vez has mostrado ese desprecio por una mujer?

 

Si eres mujer, ¿alguna vez te has sentido tan despreciado?

 

 

29 Cuando llegó a su casa, tomó un cuchillo y descuartizó a su concubina en doce pedazos, después de lo cual distribuyó los pedazos por todas las regiones de Israel. 30 Todo el que veía esto decía: «Nunca se ha visto, ni se ha hecho semejante cosa, desde el día que los israelitas salieron de la tierra de Egipto. ¡Piensen en esto! ¡Considérenlo y dígannos qué hacer!»

¿Cuál es el propósito de incluir esta historia en la Biblia? Para demostrar la profundidad de la perversidad y pecado en Israel y para enseñarnos lo que puede pasar cuando no hay una autoridad establecida por Dios.

 

Los danitas buscan un territorio: Jueces 18

1En aquella época no había rey en Israel, y la tribu de Dan andaba buscando un territorio propio donde establecerse, porque hasta ese momento no había recibido la parte que le correspondía de entre las tribus de Israel. 

Aquí hay otra cosa rara. La tribu de Dan aún no había recibido su territorio, años después de que las demás tribus tuvieron el suyo. Suena como andan perdidos, buscando algo. Nuevamente, el autor señala la falta de un rey como la razón de esta situación. O eso parece. Pero la realidad era algo diferente. Por eso es tan importante conocer todas las escrituras. ¿Recuerda Josué 19:40-48?

40 Dan fue la séptima tribu que recibió territorio, según sus clanes. 41 Se incluían en el territorio Zora, Estaol, Ir Semes, 42 Sagalbín, Ayalón, Jetlá, 43 Elón, Timnat, Ecrón, 44 Eltequé, Guibetón, Balat, 45 Jehúd, Bené Berac, Gat Rimón, 46 Mejarcón y Racón, con la región que estaba frente a Jope.

47 Como a los danitas no les alcanzó el territorio que se les asignó, fueron a conquistar la ciudad de Lesén. Después de que la tomaron, pasaron a filo de espada a todos sus habitantes. Luego los danitas la habitaron y le dieron por nombre Dan, en honor de su antepasado. 48 Así quedó establecido el territorio de los clanes de la tribu de Dan, junto con sus ciudades y pueblos.

Este es realmente extraño. Dios claramente prometió a Israel que la tierra sería de ellos. No era solo una promesa, sino una orden. Tuvieron que limpiar la tierra de todos los paganos. Pero Dan tenía un problema con la tierra asignada. La NVI dice que “no les alcanzó.” La NTV lo deja más claro: Pero los de la tribu de Dan tuvieron dificultades para tomar posesión de su tierra. La lucha, la guerra, era demasiado para ellos. En lugar de confiar en Dios para lo que les fue asignado, conquistan una ciudad más fácil. Dan no era la única tribu con este problema. El primer capítulo de Jueces enumera varias tribus que no cumplieron con el mandato de Dios de conquistar y arrojar a los habitantes de la tierra. Jueces 1:34 dice: Los amorreos hicieron retroceder a los de la tribu de Dan hasta la región montañosa, y no les permitieron bajar a la llanura. El autor aquí en el capítulo 18 no solo tuerce una parte importante de la situación de Dan, sino que la atribuye a la falta de un rey. En realidad, como hemos visto una y otra vez en este libro, fue falta de fe y de obediencia a Dios. Era el resultado de hacer las cosas a su manera. Ya hemos visto lo que sucede cuando “cada uno hacía lo que le parecía mejor,” las últimas palabras de Jueces. Están completamente fuera del orden y plan de Dios.

¿Hay cosas en tu vida que tú has torcido para justificar la falta de fe o de obediencia y sus consecuencias?

 

¿Estás sufriendo ahora esas consecuencias? Como Dan, ¿buscas algo, tratando de establecerte para tener paz?

Los espías danitas llegan a la casa de Micaías

Desde Zora y Estaol los danitas enviaron a cinco de sus hombres más valientes, para que espiaran la tierra y la exploraran. Les dijeron: «Vayan, exploren la tierra».

Si ellos saben algo de la historia de Israel, ya deberían saber que no siempre es prudente usar espías. No es de extrañar que no mencione buscar a Dios para encontrar una solución a su problema.

Cuando te encuentras en una situación difícil, ¿qué has explorado o espiado para una posible solución? ¿O es tu hábito buscar siempre a Dios primero?

 

 

Los hombres entraron en la región montañosa de Efraín y llegaron hasta la casa de Micaías, donde pasaron la noche. 

Esta casa tenía que ser bastante grande e impresionante. Primero llega el levita; ahora los espías.

Cuando estaban cerca de la casa de Micaías, reconocieron la voz del joven levita; así que entraron allí y le preguntaron: —¿Quién te trajo aquí? ¿Qué haces en este lugar? ¿Qué buscas aquí?

Este levita también tenía que ser notorio para que ellos lo conocieran, aunque vino de Judá, bastante lejos.

El joven les contó lo que Micaías había hecho por él, y dijo: —Me ha contratado, y soy su sacerdote.

Le dijeron: —Te rogamos que consultes a Dios para que sepamos si vamos a tener éxito en nuestro viaje.

El sacerdote les respondió: —Vayan en paz. Su viaje tiene la aprobación del Señor.

¿Es la palabra de Dios? ¿O de un asalariado que quiere complacerlos? Existe toda la evidencia de que estos hombres de Dan estaban en pecado. Es peligroso hablar en nombre de Dios solo una palabra que la gente quiere escuchar.

¿Has visto a pastores o profetas decir cosas en el nombre del Señor que no se cumplen y van en contra de la Palabra de Dios? ¿Cómo les respondes a ellos?

 

 

Los espías y un buen reporte sobre Lais

Los cinco hombres se fueron y llegaron a Lais, donde vieron que la gente vivía segura, tranquila y confiada, tal como vivían los sidonios. Gozaban de prosperidad y no les faltaba nada. Además, vivían lejos de los sidonios y no se relacionaban con nadie más. 

Este Lais es la misma Lesem de Josué 19. Era una ciudad de los cananeos, fuera de los límites de lo que Dios estableció para su pueblo. Es un blanco fácil: aislado, con gente tranquila sin relación con nadie más. El autor hace todo lo posible para dar una buena impresión de esta ciudad. ¿Dios realmente quiere que destruyan esta ciudad?

Cuando volvieron a Zora y Estaol, sus hermanos les preguntaron: —¿Cómo les fue?

Ellos respondieron: —¡Subamos, ataquémoslos! Hemos visto que la tierra es excelente. ¿Qué pasa? ¿Se van a quedar ahí, sin hacer nada? No duden un solo instante en marchar allí y apoderarse de ella. 10 Cuando lleguen allí, encontrarán a un pueblo confiado y una tierra espaciosa que Dios ha entregado en manos de ustedes. Sí, es una tierra donde no hace falta absolutamente nada.

De alguna manera Dios no pudo entregar en sus manos el territorio que les asignó (según ellos, aunque no fue culpa de Dios). Pero ahora declaran con confianza que Dios ya se lo entregó en sus manos. ¡Cuidado con lo que declaras en el nombre de Dios! Está fuera de la tierra prometida, pero eso no les importa. Es excelente y espacioso, y no falta nada. Ahora tienen la fe para conquistarla. Pero esas condiciones no siempre significan que sea la voluntad de Dios.

¿Hay cosas que tú has probado o conquistado, pensando que era la voluntad de Dios? Pero en realidad, ¿estaban fuera de las normas y límites de la Palabra del Señor?

 

11 Entonces partieron de Zora y Estaol seiscientos danitas armados para la batalla. 12 Subieron y acamparon cerca de Quiriat Yearín en Judá. Por eso hasta el día de hoy el sector oeste de Quiriat Yearín se llama Majané Dan. 13 Desde allí cruzaron hasta la región montañosa de Efraín, y llegaron a la casa de Micaías.

Una vez más regresan a la casa de Micaías, pero van a traicionar su hospitalidad, y destruirán el mundo que él también había construido fuera de las normas de la ley. Cuando hay desorden, tiende a contagiar también a otras personas.

Los danitas toman el levita y los artículos religiosos de Micaías

14 Entonces los cinco hombres que habían explorado la tierra de Lais les dijeron a sus hermanos:

—¿Saben que una de esas casas tiene un efod, algunos dioses domésticos, una imagen tallada y un ídolo de fundición? Ahora bien, ustedes sabrán qué hacer.

Esos espías no solo recibieron la confirmación de Dios, sino que también vieron todo lo que Micaías tenía en su casa. Ahora los soldados saben qué hacer, y no es nada noble.

15 Ellos se acercaron hasta allí, y entraron en la casa del joven levita, que era la misma de Micaías, y lo saludaron amablemente. 16 Los seiscientos danitas armados para la batalla se quedaron haciendo guardia en la entrada de la puerta. 17 Los cinco hombres que habían explorado la tierra entraron y tomaron la imagen tallada, el efod, los dioses domésticos y el ídolo de fundición. Mientras tanto, el sacerdote y los seiscientos hombres armados para la batalla permanecían a la entrada de la puerta.

18 Cuando aquellos hombres entraron en la casa de Micaías y tomaron la imagen tallada, el efod, los dioses domésticos y el ídolo de fundición, el sacerdote les preguntó: —¿Qué están haciendo?

19 Ellos le respondieron: —¡Silencio! No digas ni una sola palabra. Ven con nosotros, y serás nuestro padre y sacerdote. ¿No crees que es mejor ser sacerdote de toda una tribu y de un clan de Israel que de la familia de un solo hombre?

En todo esto Micaías no dice nada. No hace nada. Parece que no sabe nada. Que él no está presente. Porque estos soldados entran y sacan todos sus artículos religiosos. Y le ofrecen al levita un puesto importante: ser sacerdote de toda una tribu. ¿Qué tan leal a su “maestro” será su levita?

20 El sacerdote se alegró. Tomó el efod, los dioses domésticos y la imagen tallada, y se fue con esa gente. 21 Ellos, poniendo por delante a sus niños, su ganado y sus bienes, se volvieron y partieron.

¡El levita está feliz por una nueva misión!

Micaías se enfrenta a los danitas

22 Cuando ya se habían alejado de la casa de Micaías, los hombres que vivían cerca de Micaías se reunieron y dieron alcance a los danitas. 23 Como gritaban tras ellos, los danitas se dieron vuelta y le preguntaron a Micaías: —¿Qué te sucede, que has convocado a tu gente?

Ahora aparece Micaías, junto con todos sus vecinos. Por alguna razón, dejaron que los soldados de Dan se alejaran de la casa antes de perseguirlos.

24 Micaías les respondió: —Ustedes se llevaron mis dioses, que yo mismo hice, y también se llevaron a mi sacerdote y luego se fueron. ¿Qué más me queda? ¡Y todavía se atreven a preguntarme qué me sucede!

Él hizo esos dioses con la plata robada a su mamá. Tenía una especie de religión propia. Ahora lo ha perdido todo. Su casa y su corazón están vacíos. Sin sus “dioses” y su sacerdote, no tiene nada. Lamentablemente, hay muchos hoy que dependen de la emoción de un culto y otras cosas externas, pero carecen de una relación personal con Cristo. Cuando pierden esas cosas materiales y externas, se quedan sin nada.

¿Qué has observado en la iglesia de dependencia de cosas externas para mantener una experiencia espiritual?

 

¿Y tú? ¿Tienes un fundamento sólido de una relación personal con Jesús?

 

25 Los danitas respondieron: —No nos levantes la voz, no sea que algunos de los nuestros pierdan la cabeza y los ataquen a ustedes, y tú y tu familia pierdan la vida.

Amenazados por un ejército más grande y más fuerte, no tienen más remedio que volver a casa.

26 Y así los danitas siguieron su camino. Micaías, viendo que eran demasiado fuertes para él, se dio la vuelta y regresó a su casa. 

En todo este incidente, nadie sirve o adora a Dios. Utilizan la religión para sus propios fines egoístas.

Los danitas se establecen en Lais

27 Así fue como los danitas se adueñaron de lo que había hecho Micaías, y también de su sacerdote, y marcharon contra Lais, un pueblo tranquilo y confiado; mataron a sus habitantes a filo de espada, y quemaron la ciudad. 28 No hubo nadie que los librara, porque vivían lejos de Sidón y no se relacionaban con nadie más. La ciudad estaba situada en un valle cercano a Bet Rejob.

Es cierto que Dios dijo que una ciudad idólatra debe ser destruido (Deuteronomio 13:12-15). Pero esta era un pueblo tranquilo y confiado, y Dios nunca mandó a Dan a destruirlo. Su éxito en la batalla no significa que fue aprobado por Dios. La falta de sufrimiento, la popularidad y la riqueza no necesariamente indican la bendición de Dios.

Después los mismos danitas reconstruyeron la ciudad y se establecieron allí. 29 La llamaron Dan en honor a su antepasado del mismo nombre, que fue hijo de Israel, aunque antes la ciudad se llamaba Lais. 30 Allí erigieron para sí la imagen tallada, y Jonatán, hijo de Guersón y nieto de Moisés, y sus hijos fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo del exilio. 31 Instalaron la imagen tallada que había hecho Micaías, y allí quedó todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Siló.

Allí se establecieron. Y aprendemos algo realmente extraño: ese sacerdote era nieto de Moisés. Hace mucho tiempo que no sabemos nada sobre los hijos de ese gran líder. Pero ahora aparece su nieto como líder espiritual de esta secta herética. Es la única referencia a un hijo de Moisés en el libro de Jueces. Los judíos creían que un nieto de Moisés no podía ser un idólatra, y le cambiaron el nombre por el de Manasés.

El lugar aprobado para la adoración de Dios estaba en Siló, unos 130 kilómetros (81 millas) de la nueva ciudad de Dan. Se requería que los varones adultos viajaran a Siló para algunas de las fiestas religiosas, pero Dan parece haber establecido su propio centro de culto.

¿Por qué son estos dos capítulos en la Biblia?

Micaías no era juez, ni un gran guerrero, ni un hombre piadoso. Yo veo dos propósitos en ellos:

  1. 1. Demostrar la profundidad del pecado de Israel. Aquí hay un ladrón que levanta un “templo” en su casa, con ídolos y un sacerdote contratado. Es un sincretismo peligroso, elegir elementos de la religión que le agradan y cambiar lo que quiere. No hay evidencia de una relación con Dios o sumisión a su autoridad. Es un buen ejemplo de lo que sucede cuando cada uno hace lo que quiere.
  2. 2. El fracaso total del plan de Dios para una nación santa, libre de influencias paganas, con cada tribu habitando su territorio. Dan es un buen ejemplo de abandonar lo que Dios quiere para nosotros para perseguir nuestro propio plan. Para Dan, incluye la masacre de un pueblo inocente, la cual Dios no ordenó, y el robo y adopción de los ídolos, el sacerdote y la religión falsa de Micaías.

Lamentablemente, no es tan diferente de mucho de lo que vemos en la iglesia actual. Vemos aquí la ruina total de la religión de los israelitas y la ruina religiosa de los sacerdotes.

¿Qué has visto de estas dos tendencias en la iglesia de hoy? ¿Cuáles serían sus ídolos?

 

Micaías y una religión a su manera: Jueces 17

Los capítulos restantes de Jueces forman un epílogo. Ocurrieron bastante temprano en el tiempo de los jueces, y fueron escritos para describir en vívidos detalles los resultados de la falta de autoridad y de un rey en Israel. Sirven como un contraste dramático a las bendiciones de Dios bajo el rey David.

Una imagen y un ídolo hechos con plata robada de su mamá

1En la región montañosa de Efraín había un hombre llamado Micaías, quien le dijo a su madre: —Con respecto a las mil cien monedas de plata que te robaron y sobre las cuales te oí pronunciar una maldición, yo tengo esa plata; yo te la robé.

En este libro ya estamos acostumbrados a gente y situaciones inusuales. Pero esta es una manera muy extraña de presentar este hombre. ¿Será un juez u otro líder? Le roba a su mamá y ahora se lo confiesa, después de que ella maldijo al ladrón (¡su hijo!). Tal vez el temor a esa maldición lo motivó a devolver la plata. La respuesta de su mamá no es menos extraña:

Su madre le dijo: —¡Que el Señor te bendiga, hijo mío!

Primero, sin saber quién era, lo maldice. Ahora, en lugar de regañarlo, lo bendice. Se supone que ella lo bendijo por confesar su pecado, y por contrarrestar la maldición, porque aún no había devuelto la plata.

Cuando Micaías le devolvió a su madre las mil cien monedas de plata, ella dijo: —Solemnemente consagro mi plata al Señor para que mi hijo haga una imagen tallada y un ídolo de fundición. Ahora pues, te la devuelvo.

El hijo la roba. Se la devuelve a su mamá. Ella se la devuelve a su hijo, pero ahora está consagrada al Señor. En su mente, no hay nada de malo en usar plata consagrada para hacer una imagen y un ídolo.

¿Has estado en relaciones familiares tan retorcidas? ¿Le has robado algo a un familiar? ¿Qué harías si te enteras de que te robaron algo?

 

¿Hay algo que tienes que devolver a alguien?

 

Cuando él le devolvió la plata a su madre, ella tomó doscientas monedas de plata y se las dio a un platero, quien hizo con ellas una imagen tallada y un ídolo de fundición, que fueron puestos en la casa de Micaías. Este Micaías tenía un santuario. Hizo un efod y algunos ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos como sacerdote. 

La imagen y el ídolo ni siquiera quedan en la casa de quien pagó por ellos (la mamá), sino en la casa de quien robó la plata (su hijo). Este era un hombre religioso, pero no hizo nada conforme a la ley de Dios.

Básicamente, Micaías tiene una iglesia en casa. En sí, no es pecado tener una iglesia en tu casa. Era normal en la iglesia primitiva, debido a la persecución y falta de recursos para construir un edificio. Es muy común in China y otros países que persigan a los cristianos. Pero incluso una iglesia en casa tiene que seguir las normas establecidas en el Nuevo Testamento para una iglesia. Tiene que estar bajo la autoridad de algún concilio, apóstol u otra autoridad. Cualquiera no puede establecer una iglesia en su casa a su manera.

¿Conoces a alguien que haya construido su propia religión? ¿Tiene algún santuario? ¿O su concepto de un sacerdote? ¿Cuál sería su ídolo?

 

¿Cuáles son algunas de los “ídolos domésticos” que la gente tiene hoy?

 

En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor.

Esta es la explicación del autor para el desorden en el país: la falta de un rey. Yo diría que fue también por falta de sacerdotes o de un líder que tuviera autoridad de Dios para enseñar la ley y hacer cumplir la ley. Dios nos ha diseñado para funcionar bajo su autoridad y sus autoridades delegadas. Si eso no existe, cada uno hace lo que le parece mejor. Hay caos. Hay anarquía.

¿Cómo ves la actitud del mundo actual hacia la autoridad en el gobierno, la iglesia y la familia?

 

¿Crees que estamos en un momento en el que cada uno hace lo que le parece mejor? ¿Cuáles son los resultados?

 

 

Un levita se convierte en su sacerdote

Un joven levita de Belén de Judá, que era forastero y de la tribu de Judá, salió de aquella ciudad en busca de algún otro lugar donde vivir. En el curso de su viaje llegó a la casa de Micaías en la región montañosa de Efraín.

—¿De dónde vienes? —le preguntó Micaías.

—Soy levita, de Belén de Judá —contestó él—, y estoy buscando un lugar donde vivir.

10 —Vive conmigo —le propuso Micaías—, y sé mi padre y sacerdote; yo te daré diez monedas de plata al año, además de ropa y comida.

¡Qué conveniente! Por casualidad, este levita llega a la casa de Micaías. ¿Fue enviado por Dios? No parece probable. No dice que el levita estaba buscando una oportunidad para servir a Dios. Belén no era una de las ciudades designadas para los levitas. Suena como un acuerdo comercial de beneficio mutuo. Es probable que el servicio de los levitas y el sostén económico ya estuvieran olvidados en el desorden del país en aquellos días. No sabemos nada sobre el padre de Micaías, pero posiblemente no estaba en su vida, y este levita sirvió como su padre y sacerdote.

11 El joven levita aceptó quedarse a vivir con él, y fue para Micaías como uno de sus hijos. 12 Luego Micaías invistió al levita, y así el joven se convirtió en su sacerdote y vivió en su casa. 13 Y Micaías dijo: «Ahora sé que el Señor me hará prosperar, porque tengo a un levita como sacerdote».

No es tan diferente del pensamiento de muchos hoy: Si tienen algún artículo religioso, una Biblia en un estante o alguien en la familia entregado al Señor, serán prosperados por el Señor. Micaías quería que el levita fuese su padre, pero es joven y como un hijo para él. Ahora es parte de la familia.

En tu forma de pensar, honestamente, ¿qué crees que trae la bendición de Dios a tu hogar?

 

Al terminar este capítulo, ¿qué  piensas de Micaías?

 

El fin de Sansón: Jueces 16:23-31

23 Los jefes de los filisteos se reunieron para festejar y ofrecerle un gran sacrificio a Dagón, su dios, diciendo:

«Nuestro dios ha entregado en nuestras manos
a Sansón, nuestro enemigo».

Sansón puede haber pecado y traicionado a su pueblo y a su Dios, pero el Señor no se complace cuando otro dios recibe estos elogios.

24 Cuando el pueblo lo vio, todos alabaron a su dios diciendo:

«Nuestro dios ha entregado en nuestras manos
a nuestro enemigo,
al que asolaba nuestra tierra
y multiplicaba nuestras víctimas».

25 Cuando ya estaban muy alegres, gritaron: «¡Saquen a Sansón para que nos divierta!» Así que sacaron a Sansón de la cárcel, y él les sirvió de diversión.

Se burlan no solo de Sansón, sino también de su dios.

Cuando lo pusieron de pie entre las columnas, 26 Sansón le dijo al muchacho que lo llevaba de la mano: «Ponme donde pueda tocar las columnas que sostienen el templo, para que me pueda apoyar en ellas». 27 En ese momento el templo estaba lleno de hombres y mujeres; todos los jefes de los filisteos estaban allí, y en la parte alta había unos tres mil hombres y mujeres que se divertían a costa de Sansón. 28 Entonces Sansón oró al Señor: «Oh Soberano Señor, acuérdate de mí. Oh Dios, te ruego que me fortalezcas solo una vez más, y déjame de una vez por todas vengarme de los filisteos por haberme sacado los ojos». 

Es sólo la segunda oración registrada de este hombre. Y no le pide a Dios que se glorifique ni que se manifieste para defender su honor, sino para vengarse de los filisteos que le sacaron los ojos. No le importa que él también muera allí.

29 Luego Sansón palpó las dos columnas centrales que sostenían el templo y se apoyó contra ellas, la mano derecha sobre una y la izquierda sobre la otra. 30 Y gritó: «¡Muera yo junto con los filisteos!» Luego empujó con toda su fuerza, y el templo se vino abajo sobre los jefes y sobre toda la gente que estaba allí. Fueron muchos más los que Sansón mató al morir que los que había matado mientras vivía.

Es un final igualmente impresionante y dramático como lo fue toda su vida. Uno de los hombres más inusuales de todos los líderes de Israel. Cumplió el propósito de Dios de juzgar a los filisteos. Fue consagrado a Dios antes de nacer. Pero no hay nada piadoso en su vida.

31 Sus hermanos y toda la familia de su padre descendieron para recogerlo. Lo llevaron de regreso y lo sepultaron entre Zora y Estaol, en la tumba de su padre Manoa. Sansón había gobernado a Israel durante veinte años.

Solo ahora nos enteramos de que después de su nacimiento milagroso su madre había dado a luz a otros  hermanos.  Aparte de matar a unos filisteos, no hay indicio de lo que hizo durante veinte años de gobernar a Israel.

 

Dalila: Jueces 16:1-22

En la casa de una prostituta

1Un día Sansón fue a Gaza, donde vio a una prostituta. Entonces entró para pasar la noche con ella. 

Esperarías que Sansón ya hubiera aprendido que meterse con mujeres filisteas no es muy sabio. Peor aún una prostituta. Él ya estaba “gobernando” a Israel, sea lo que sea que eso signifique. En Gaza él está bastante lejos de su casa. ¿Fue allí en busca de problemas? Ya sabe que tiene debilidad por lo que ve. No puede resistir la tentación de la carne. Y parece que después del fracaso de su matrimonio nunca se volvió a casar. Así que pasa la noche con ella.

¿Tienes problemas con tus ojos y lujuria? ¿Qué tipo de pecado sexual ha sido un problema para ti?

 

Si ya has aprendido a resistir esas tentaciones, ¿qué te ayudó?

 

Al pueblo de Gaza se le anunció: «¡Sansón ha venido aquí!» Así que rodearon el lugar y toda la noche estuvieron al acecho junto a la puerta de la ciudad. Se quedaron quietos durante toda la noche diciéndose: «Lo mataremos al amanecer».

Sansón es notorio, y odiado. No es la primera vez que lo quieren matar.

Pero Sansón estuvo acostado allí hasta la medianoche; luego se levantó y arrancó las puertas de la entrada de la ciudad, junto con sus dos postes, con cerrojo y todo. Se las echó al hombro y las llevó hasta la cima del monte que está frente a Hebrón.

La fuerza del hombre es increíble. Los hombres de la ciudad acechaban por esa puerta, pero Sansón simplemente las arranca. No basta con dejarlas allí, las lleva a la cima de una montaña, para mostrarle a esa gente su gran fuerza.

Dalila le pide a Sansón su secreto

Pasado algún tiempo, Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec, que se llamaba Dalila. Los jefes de los filisteos fueron a verla y le dijeron: «Sedúcelo, para que te revele el secreto de su tremenda fuerza y cómo podemos vencerlo, de modo que lo atemos y lo tengamos sometido. Cada uno de nosotros te dará mil cien monedas de plata».

Una vez más, la fuente de sus problemas es una mujer, esta vez la conocida Dalila. Los jefes ya reconocen su debilidad y creen que Dalila puede ser la clave de su éxito. Uno supondría que sería especial ser la novia de un hombre tan varonil como Sansón, pero hay pocos indicios de que ella lo ame. Si tiene que escoger el amor o la plata, elige la plata.

Dalila le dijo a Sansón: —Dime el secreto de tu tremenda fuerza, y cómo se te puede atar y dominar.

Sansón le respondió: —Si se me ata con siete cuerdas de arco que todavía no estén secas, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

Se podría suponer que sospecharía de esta petición, pero el amor es ciego. En lugar de decirle que tiene un voto con Dios y no puede revelar su secreto, le miente.

¿Cuál es más fácil para ti? ¿Explicar a la gente tu compromiso con Cristo y cómo afecta tu estilo de vida? ¿O mentirles?

 

 

Los jefes de los filisteos le trajeron a ella siete cuerdas de arco que aún no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas. Estando unos hombres al acecho en el cuarto, ella le gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!

Pero él rompió las cuerdas como quien rompe un pedazo de cuerda chamuscada. De modo que no se descubrió el secreto de su fuerza.

Inmediatamente ella pasa a los filisteos su secreto. Obviamente esas cuerdas son nada para él. Pero Sansón no tiene la inteligencia ni la sabiduría para dejar a la mujer y abandonar del lugar. Se queda con ella.

10 Dalila le dijo a Sansón: —¡Te burlaste de mí! ¡Me dijiste mentiras! Vamos, dime cómo se te puede atar.

11 —Si se me ata firmemente con sogas nuevas, sin usar —le dijo él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

12 Mientras algunos filisteos estaban al acecho en el cuarto, Dalila tomó sogas nuevas y lo ató, y luego le gritó: —¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!

Pero él rompió las sogas que ataban sus brazos, como quien rompe un hilo.

Una segunda vez, lo mismo.

¿Alguna vez has estado tan engañado y tan ciego que repites las mismas tonterías?

 

 

13 Entonces Dalila le dijo a Sansón: —¡Hasta ahora te has burlado de mí, y me has dicho mentiras! Dime cómo se te puede atar.

—Si entretejes las siete trenzas de mi cabello con la tela del telar, y aseguras esta con la clavija —respondió él—, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre.

Entonces, mientras él dormía, Dalila tomó las siete trenzas de Sansón, las entretejió con la tela 14 y las aseguró con la clavija.

Una vez más ella le gritó: «¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!» Sansón despertó de su sueño y arrancó la clavija y el telar, junto con la tela.

¡Tres veces!

15 Entonces ella le dijo: «¿Cómo puedes decir que me amas, si no confías en mí? Ya van tres veces que te burlas de mí, y aún no me has dicho el secreto de tu tremenda fuerza».

16 Como todos los días lo presionaba con sus palabras, y lo acosaba hasta hacerlo sentirse harto de la vida, 17 al fin se lo dijo todo. «Nunca ha pasado navaja sobre mi cabeza —le explicó—, porque soy nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Si se me afeitara la cabeza, perdería mi fuerza, y llegaría a ser tan débil como cualquier otro hombre».

No siempre es una mujer, pero a menudo para un hombre lo es. La persona presiona día tras día sobre algún tema. Desesperado, finalmente se rinde. Volvemos a ver su estupidez. ¿Por qué no simplemente la dejó para irse de la ciudad? ¿No es obvio que ella no lo ama? Pero es demasiado común permanecer en una relación abusiva que no te sirve para nada.

¿Has estado en una relación tan disfuncional que te sientes harto de la vida? ¿Estás en una ahora? ¿Cómo puedes resolver la presión?

 

 

18 Cuando Dalila se dio cuenta de que esta vez le había confiado todo, mandó llamar a los jefes de los filisteos, y les dijo: «Vuelvan una vez más, que él me lo ha confiado todo». Entonces los gobernantes de los filisteos regresaron a ella con la plata que le habían ofrecido. 19 Después de hacerlo dormir sobre sus rodillas, ella llamó a un hombre para que le cortara las siete trenzas de su cabello. Así comenzó a dominarlo. Y su fuerza lo abandonó.

20 Luego ella gritó: «¡Sansón, los filisteos se lanzan sobre ti!»

¡Qué dura es la traición de un ser amado! ¡Qué triste hacerlo dormir sobre sus rodillas, llamar al hombre que le corta el cabello y ser la quien grite que vengan sus perseguidores!

Sansón despertó de su sueño y pensó: «Me escaparé como las otras veces, y me los quitaré de encima». Pero no sabía que el Señor lo había abandonado.

Esas son algunas de las palabras más tristes de todo este libro. Sin saber que el Señor te ha abandonado. Pensando que todo está bien y que Dios te librará y te bendecirá como en el pasado. Pero es muy tarde.

¿Alguna vez has sentido que el Señor te ha abandonado? ¿Cómo estuvo para ti?

 

Jesus dijo que nunca te dejará. ¿Pero en qué situación te puede abandonar el Señor?

Sansón capturado

21 Entonces los filisteos lo capturaron, le arrancaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Lo sujetaron con cadenas de bronce, y lo pusieron a moler en la cárcel. 22 Pero, en cuanto le cortaron el cabello, le comenzó a crecer de nuevo.

Él fue a Gaza en busca de una chica hermosa; ahora lo llevan allí preso. Una y otra vez eran sus ojos y la codicia de su carne lo que le metían en problemas; ahora le arrancaron los ojos. Parece que ya es el final de Sansón. Pero incluso en esta historia tan trágica, hay un “pero.”

 

Dios usa a Sansón a juzgar a los filisteos: Jueces15

1Pasado algún tiempo, durante la cosecha de trigo, Sansón tomó un cabrito y fue a visitar a su esposa.

—Voy a la habitación de mi esposa —dijo él.

Aunque no luchó por ella en el momento, Sansón persevera en perseguirla. Ella está en la casa de otro hombre, pero dice que él va a su “habitación.”

Pero el padre de ella no le permitió entrar, sino que le dijo: —Yo estaba tan seguro de que la odiabas, que se la di a tu amigo. ¿Pero acaso no es más atractiva su hermana menor? Tómala para ti, en lugar de la mayor.

Sansón replicó: —¡Esta vez sí que no respondo por el daño que les cause a los filisteos!

Aunque Sansón obviamente tenía buen ojo para las muchachas, no está interesado en la oferta de la hermana menor de su esposa. Sansón tiene un problema con la ira, y ser rechazado de esa manera es demasiado para él.

Trescientas zorras destruyen los sembrados de los filisteos

Así que fue y cazó trescientas zorras, y las ató cola con cola en parejas, y a cada pareja le amarró una antorcha; luego les prendió fuego a las antorchas y soltó a las zorras por los sembrados de los filisteos. Así incendió el trigo que ya estaba en gavillas y el que todavía estaba en pie, junto con los viñedos y olivares.

La historia de este hombre es cada vez más extraña. ¿Cómo cazó trescientas zorras? ¿Cómo amarró a las parejas con las antorchas? A Sansón le gusta hacer cosas muy fuera del normal.

¿Alguna vez has hecho algo tan extraño en tu ira? ¿O has sido objeto de la ira de otra persona?

 

 

Cuando los filisteos preguntaron: «¿Quién hizo esto?», les dijeron: «Sansón, el yerno del timnateo, porque este le quitó a su esposa y se la dio a su amigo».

Por eso los filisteos fueron y la quemaron a ella y a su padre. Pero Sansón les dijo: «Puesto que actuaron de esa manera, ¡no pararé hasta que me haya vengado de ustedes!» Y los atacó tan furiosamente que causó entre ellos una tremenda masacre. Luego se fue a vivir a una cueva, que está en la peña de Etam.

Ese es el triste final de la esposa y su padre. Todo el fracaso fue culpa de Sansón, por no escuchar a sus padres y por perseguir a una mujer fuera del pueblo de Dios. Este es un hombre totalmente fuera de control, pero está cumpliendo el propósito de Dios al juzgar a los filisteos. Dios usa su ira. Ese estilo de vida se aleja a alguien de su familia y del mundo entero; vive solo en una cueva.

Sansón mata a mil hombres

Los filisteos subieron y acamparon en Judá, incursionando cerca de Lejí. 10 Los hombres de Judá preguntaron: —¿Por qué han venido a luchar contra nosotros?

—Hemos venido a tomar prisionero a Sansón —les respondieron—, para hacerle lo mismo que nos hizo a nosotros.

11 Entonces tres mil hombres de Judá descendieron a la cueva en la peña de Etam y le dijeron a Sansón: —¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Por qué nos haces esto?

—Simplemente les he hecho lo que ellos me hicieron a mí —contestó él.

12 Ellos le dijeron: —Hemos venido a atarte, para entregarte en manos de los filisteos.

—Júrenme que no me matarán ustedes mismos —dijo Sansón.

13 —De acuerdo —respondieron ellos—. Solo te ataremos y te entregaremos en sus manos. No te mataremos.

Sansón y sus hazañas son conocidos por sus paisanos, pero no están contentos con lo que ha hecho. Ha incitado a los filisteos a luchar contra Judá.

Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña. 14 Cuando se acercaba a Lejí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento el Espíritu del Señor vino sobre él con poder, y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada, y las ataduras de sus manos se deshicieron. 

Una vez más el Espíritu viene sobre Sansón con poder. ¡Nada ni nadie puede resistir ese poder!

15 Al encontrar una quijada de burro que todavía estaba fresca, la agarró y con ella mató a mil hombres.

16 Entonces dijo Sansón:

«Con la quijada de un asno
los he amontonado.
Con una quijada de asno
he matado a mil hombres».

17 Cuando terminó de hablar, arrojó la quijada y llamó a aquel lugar Ramat Lejí. 

Otra vez este hombre cumple el propósito de Dios.

Sansón pide agua al Señor

18 Como tenía mucha sed, clamó al Señor: «Tú le has dado a tu siervo esta gran victoria. ¿Acaso voy ahora a morir de sed, y a caer en manos de los incircuncisos?» 

¡El primer indicio de una relación con Dios! ¡Su primera oración registrada! Reconoce que su fuerza y su victoria son de Dios. Pero no se limita a pedir agua a Dios, sino que lo acusa de no proporcionar el agua.

19 Entonces Dios abrió la hondonada que hay en Lejí, y de allí brotó agua. Cuando Sansón la bebió, recobró sus fuerzas y se reanimó. Por eso al manantial que todavía hoy está en Lejí se le llamó Enacoré.

20 Y Sansón gobernó a Israel durante veinte años en tiempos de los filisteos.

¿Gobernó? No dice cómo. Solo hemos visto a un hombre descontrolado que Dios usa para ejercer juicio sobre los filisteos. Dios lo usa, y Dios lo cuida y le da nuevas fuerzas.

 

Una boda inusual: Jueces 14

1Sansón descendió a Timnat y vio allí a una joven filistea. 

Sansón exige una mujer filistea por esposa

Este es el primer evento registrado en la vida de este nazareo, este hombre consagrado a Dios desde el vientre. Un hombre con padres piadosos. Sabemos que no había mucha instrucción en la Palabra de Dios en ese entonces, pero seguramente sus padres le enseñaron la importancia de una mujer piadosa.

Son los ojos los que pueden causar tantos problemas a un joven. ¿Por qué descendió a Timnat? Es una nota muy desalentadora. Es fácil decir que no debería ver a esas jóvenes. Pero sabemos lo difícil que es cuidar los ojos, más aún con todo lo que hay para ver en los medios hoy en día.

¿Qué puedes hacer para guardar tus ojos? ¿Hay momentos en que lo que viste resultó en problemas serios en tu vida?

 

 

Cuando él volvió, les dijo a sus padres: —He visto en Timnat a una joven filistea; pídanla para que sea mi esposa.

Me impresionan como las palabras de un joven mimado. No habla con sus padres sobre la joven que vio y su opinión de tener una relación con ella. Exige que la consigan para que sea su esposa.

Si eres joven, ¿cómo está tu relación con tus padres? ¿Eres exigente?

 

Si eres padre, ¿consientes a tus hijos? ¿Cómo le responderías a Sansón?

 

Pero sus padres le dijeron: —¿Acaso no hay ninguna mujer aceptable entre tus parientes, o en todo nuestro pueblo, que tienes que ir a buscar una esposa entre esos filisteos incircuncisos?

Sansón le respondió a su padre: —¡Pídeme a esa, que es la que a mí me gusta!

Para mí, esta interacción me presenta muchos problemas. Sus padres no estaban acostumbrados a decirle “no.” No dicen con firmeza: “¡Para nada! Está prohibido por la lay tener una mujer que no sea de nuestra fe.” En lugar de hablar con autoridad como sus padres, le ruegan que considere a otras jóvenes. Aparentemente, a él tampoco se le ofrecieron oportunidades en la comunidad de fe para conocer muchachas.

¿Hay cosas o personas que “a ti te ha gustado,” que persigues a pesar de las advertencias de familiares o amigos?

¿De parte del Señor?

Sus padres no sabían que esto era de parte del Señor, que buscaba la ocasión de confrontar a los filisteos; porque en aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel. 

Ahora llegamos a la parte realmente sorprendente: Lo que a primera vista parece una tentación del diablo, era del Señor. ¡A veces hay cosas que no entiendo sobre nuestro Dios! ¿Por qué escoge algo obviamente contrario a su ley para darle a Sansón la oportunidad de confrontar a los filisteos? ¿Será que Sansón es tan rebelde y tan centrado en las mujeres que sería la única manera de llamar su atención? Sus padres ya han mostrado disposición a escucharle al Señor; ¿por qué no les reveló su plan?

¿Hay cosas que te confunden sobre la manera en que Dios trabaja?

 

¿Hay otras situaciones en las que Dios usa algo extraño para cumplir sus propósitos?

 

El cachorro león

Así que Sansón descendió a Timnat junto con sus padres. De repente, al llegar a los viñedos de Timnat, un rugiente cachorro de león le salió al encuentro. Pero el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, quien a mano limpia despedazó al león como quien despedaza a un cabrito. Pero no les contó a sus padres lo que había hecho. Luego fue y habló con la mujer que le gustaba.

Sus padres se rinden. Lo acompañan a Timnat, y en el camino, casi como una señal de peligro por delante, un cachorro de león sale al encuentro. Muchos, con sensibilidad al Espíritu, dirían que deben dar la vuelta y volver a casa. Pero en cambio tenemos la primera manifestación registrada del Espíritu en la vida de Sansón. Si el Espíritu puede darle el poder de despedazar al león, ¿por qué no puede cerrar los ojos ante la hermosura de las muchachas filisteas? Aunque sus padres lo acompañaron, no se dieron cuenta de lo que había sucedido. Sansón no les contó nada. Lo que me hace preguntarme: ¿Qué más hizo Sansón que no les contó a sus padres?

¿Ha venido sobre ti el Espíritu con poder? ¿Cuál fue el resultado?

 

¿Hay cosas que el Señor ha hecho en tu vida que tú no les has contado a tus padres o a tu pareja? ¿Por qué no?

 

 

Pasado algún tiempo, cuando regresó para casarse con ella, se apartó del camino para mirar el león muerto, y vio que había en su cadáver un enjambre de abejas y un panal de miel. Tomó con las manos un poco de miel y comió, mientras proseguía su camino. Cuando se reunió con sus padres, les ofreció miel, y también ellos comieron, pero no les dijo que la había sacado del cadáver del león.

Parece que solo habló con la señorita una vez, y luego volvió para casarse con ella, nuevamente acompañado de sus padres. Se apartó del camino para ver el cadáver del león y encontró la miel, que compartió con sus padres sin decirles de dónde procedía. Es otro evento algo extraño en su vida.

Una adivinanza en su banquete de bodas

10 Después de eso su padre fue a ver a la mujer. Allí Sansón ofreció un banquete, como era la costumbre entre los jóvenes. 11 Cuando los filisteos lo vieron, le dieron treinta compañeros para que estuvieran con él.

Entran en otro lugar, con otras costumbres, pero parece que Sansón hace todo bien y es bien recibido por los filisteos.

12 —Permítanme proponerles una adivinanza —les dijo Sansón—. Si me dan la solución dentro de los siete días que dura el banquete, yo les daré treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa de fiesta. 13 Pero, si no me la dan, serán ustedes quienes me darán los treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa de fiesta.

—Dinos tu adivinanza —le respondieron—, que te estamos escuchando.

14 Entonces les dijo:

«Del que come salió comida;
y del fuerte salió dulzura».

Pasaron tres días y no lograron resolver la adivinanza. 15 Al cuarto día le dijeron a la esposa de Sansón: «Seduce a tu esposo para que nos revele la adivinanza; de lo contrario, te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¿Acaso nos invitaron aquí para robarnos?»

Ahora nos enteramos de que el banquete es el banquete de bodas. No sabemos por qué propondría esta adivinanza, pero no se dio cuenta de qué tipo de hombres había en ese lugar. Amenazan de muerte a su nueva esposa, no solo para ella, sino para toda su familia. Es una lección en los posibles peligros en una relación intercultural.

¿Alguna vez te has encontrado en una situación parecida? ¿En otro país, otra cultura, y de repente las cosas se complican?

 

Su esposa le engaña y Sansón mata a 30 hombres

16 Entonces la esposa de Sansón se tiró sobre él llorando, y le dijo: —¡Me odias! ¡En realidad no me amas! Le propusiste a mi pueblo una adivinanza, pero no me has dicho la solución.

—Ni siquiera se la he dado a mis padres —replicó él—; ¿por qué habría de dártela a ti?

17 Pero ella le lloró los siete días que duró el banquete, hasta que al fin, el séptimo día, Sansón le dio la solución, porque ella seguía insistiéndole. A su vez ella fue y les reveló la solución a los de su pueblo.

¡Hay mucho que se puede decir sobre la necesidad de sabiduría en las relaciones sentimentales! Sansón no reconoce el motivo de sus lágrimas y fácilmente se rinde a ella, sin pensar en el posible desenlace.

18 Antes de la puesta del sol del séptimo día los hombres de la ciudad le dijeron:

«¿Qué es más dulce que la miel?
¿Qué es más fuerte que un león?»

Sansón les respondió:

«Si no hubieran arado con mi novilla,
no habrían resuelto mi adivinanza».

19 Entonces el Espíritu del Señor vino sobre Sansón con poder, y este descendió a Ascalón y derrotó a treinta de sus hombres, les quitó sus pertenencias y les dio sus ropas a los que habían resuelto la adivinanza. Luego, enfurecido, regresó a la casa de su padre. 20 Entonces la esposa de Sansón fue entregada a uno de los que lo habían acompañado en su boda.

Por segunda vez en esta historia, el Espíritu vino sobre Sansón con poder. El resultado no es bonito. Cumplió con su deber con los treinta hombres que estaban en su banquete de bodas, pero robó a otros. Vuelve a casa enfurecido y pierde a su esposa. Se espera que aprenda de su error y sea mucho más cuidadoso con las mujeres. El Espíritu le da el poder para enfrentar los problemas, pero no es evidente cómo podría glorificar a Dios. Todo el capítulo es extraño.

¿Cómo responderías a todo lo que Sansón encontró aquí en este pueblo extranjero?

 

¿Alguna vez has vuelto humillado a la casa de tus padres?

 

Anuncio del nacimiento de Sansón: Jueces 13

1Una vez más los israelitas hicieron lo que ofende al Señor. Por eso él los entregó en manos de los filisteos durante cuarenta años.

Cuarenta años

¡Los filisteos fueron muy útiles al Señor! Y tuvieron muchas oportunidades de pelear contra Israel, porque una y otra vez ellos hicieron lo que ofende al Señor. Aquí hay una sentencia de cuarenta años. Cuarenta días de lluvia con Noé, cuarenta años en el desierto en el éxodo, cuarenta días de tentación para Jesús. Cuarenta es un número importante en la Biblia. Es un tiempo fijo. La buena noticia es que paró la lluvia y Dios hizo un pacto con nosotros con la hermosa señal del arcoíris. Israel llegó a su tierra prometida. Y Jesús resistió la tentación y volvió en el poder del Espíritu para iniciar su ministerio. Lo que no sabemos es qué hará Dios para restaurar a su pueblo después de esos años difíciles.

¿Has hecho lo que ofende al Señor? ¿Recibiste alguna sentencia? ¿Cuál fue el instrumento que usó para castigarte?

 

Puede que ahora estés en manos de algún enemigo como resultado de un pecado. Habrá un final. Sigue confiando en el Señor y en la restauración que te espera. Él también puede tener compasión de ti si lo buscas con todo tu corazón.

Una mujer estéril concebirá

Cierto hombre de Zora, llamado Manoa, de la tribu de Dan, tenía una esposa que no le había dado hijos porque era estéril. Pero el ángel del Señor se le apareció a ella y le dijo: «Eres estéril y no tienes hijos, pero vas a concebir y tendrás un hijo. 

Dios tiene algo especial en su corazón para la mujer estéril. Es cierto que puede parecer un castigo de Dios (como Mical, la esposa de David y la hija de Saúl, 2 Samuel 6:16–23). Pero Sara, Rebeca, Raquel, Ana y Elizabeth quedaron estériles y milagrosamente dieron a luz a unos hombres muy especiales. Aquí hay otro caso, ¡pero el nombre de la mujer nunca se menciona!

Durante todo este período de los jueces hubo una gran necesidad de una intervención sobrenatural de parte de Dios. Tal como Israel esperaba en Egipto por un libertador (Moisés), a menudo puede ser difícil para nosotros entender por qué Dios a veces parece no hacer nada, pero luego llama a alguien totalmente inesperado para que sea su instrumento (Gedeón, y ahora Sansón).

¿En tu matrimonio, han sufrido de infertilidad? ¿O conoces a alguien que sí? ¿Cómo afecta el matrimonio? Parece tocar más a la mujer, pero ¿cómo crees que sufre el hombre?

¿Estás en un periodo de angustia y gran necesidad y parece que Dios no hace nada?

 

¿Estás disponible a Dios para que seas su instrumento? Tú puedes ser la madre o el padre de alguien especial, o el hijo mismo que nació como un milagro de Dios.

 

Un nazareo, consagrado a Dios

Cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni tampoco comas nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja sobre su cabeza, porque el niño va a ser nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer. Él comenzará a librar a Israel del poder de los filisteos».

Este niño será muy especial, entre los pocos consagrados a Dios desde antes de nacer. ¡No fue una cuestión de responder a un llamado de Dios! ¡O preguntarle a esta mujer si quiere un hijo después de años de infertilidad! Lo maravilloso es que Dios puede actuar soberanamente, y a veces lo hace. Pero no siempre. Lamentablemente, no todas las mujeres estériles reciben este milagro. Tenemos que someternos a su tiempo y su manera de trabajar. Claro que todo primogénito estaba consagrado a Dios, pero Sansón sería nazareo.

El nazareo no tiene nada que ver con el pueblo de Nazaret, sino que proviene de la palabra hebrea que significa separado, dedicado o consagrado. El término se originó en el sexto capítulo de Números, para una persona que tomó ciertos votos especiales voluntarios y temporales para dedicarse a Dios. Podía seguir viviendo una vida normal en sociedad, pero tenía que:

*Abstenerse de cualquier producto derivado de la vid.

*Dejar de cortarse el cabello.

*Evitar la contaminación ritual por no acercarse a un cuerpo muerto. Si accidentalmente entraba en contacto con un cadáver, debí­a ofrecer sacrificios especí­ficos y comenzar de nuevo todo el perí­odo de su voto.

Un nazareo era “santo para Jehová” todos los dí­as de su “nazareato”. Al final del perí­odo que habí­a especificado, debí­a presentarse ante el sacerdote con ciertos sacrificios prescritos, y su cabello debí­a ser cortado y quemado.

Algunos dicen que el vino de la Biblia no era alcohólico, pero esto claramente confirma que es una “bebida fuerte.”

El padre recibe la noticia y busca a Dios

La mujer fue adonde estaba su esposo y le dijo: «Un hombre de Dios vino adonde yo estaba. Por su aspecto imponente, parecía un ángel de Dios. Ni yo le pregunté de dónde venía, ni él me dijo cómo se llamaba. Pero me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo. Ahora bien, cuídate de no beber vino ni ninguna otra bebida fuerte, ni de comer nada impuro, porque el niño será nazareo, consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte”».

María, con razón, no le dijo nada a José. Pero esta mujer va directamente a su esposo. Ella vivió en una época impía, pero reconoce al hombre como mensajero de Dios y no duda de su mensaje.

Aquí nos enteramos de un detalle más: su consagración sería para toda la vida. Desde antes de nacer hasta el día de su muerte. El profeta Samuel y Juan el Bautista son los únicos otros conocidos que fueron nazareos de por vida, y los tres son productos de embarazos milagrosos. Veremos que Sansón luchó contra esa consagración y no era un “santo,” pero alguien con ese llamado no puede escaparlo.

Entonces Manoa oró al Señor: «Oh Señor, te ruego que permitas que vuelva el hombre de Dios que nos enviaste, para que nos enseñe cómo criar al niño que va a nacer».

La fe y sumisión de Manoa es impresionante. No cuestiona a Dios ni se queja de los requisitos. Tampoco lo elogia por la oportunidad de ser padre después de muchos años, ni pierde el sueño pensando en el futuro. Va directo a Dios en oración. Él quiere ser un buen padre y criar a este niño especial como debería. Tal como José y María, no tenía experiencia en criar a un hijo. Dios confió en esta pareja para criar a este joven consagrado a Dios.

¿Cómo responderías tú a esta noticia? Si tienes hijos, ¿le has pedido a Dios que te enseñe a criarlos?

 

 

Dios escuchó a Manoa, y el ángel de Dios volvió a aparecerse a la mujer mientras esta se hallaba en el campo; pero Manoa su esposo no estaba con ella. 

Tal como Dios respondió misericordiosamente a Gedeón y esperó su ofrenda y honró su vellón, Dios envía al ángel de nuevo en respuesta al pedido de Manoa. Pero se apareció (¡en el campo!) a la mujer.

Hay cosas en nuestro caminar con Dios que no tienen sentido para nosotros. ¿Por qué no envió al ángel a su casa, cuando ambos estaban presentes? Parece que lo envió a propósito cuando Manoa no estaba presente.

¿Hay algo similar que tú hayas experimentado, que no tenga sentido para ti?

 

 

10 La mujer corrió de inmediato a avisarle a su esposo: «¡Está aquí! ¡El hombre que se me apareció el otro día!»

¿Te parece un poco raro que haya dejado el ángel allí en el campo? Posiblemente le pidió permiso para buscar a su esposo. Cuando Dios trae un niño especial a este mundo, es responsabilidad de ambos padres trabajar juntos para criarlo. Esta vez la mujer está decidida a incluir a su marido.

Hay algunos hombres incrédulos. La primera noticia, y ahora esta segunda aparición, puede parecer una ilusión en la mente de su mujer. Hay hombres que no les hacen caso de las experiencias religiosas de sus mujeres. Pero sin preguntar ni demorarse, se levanta.

11 Manoa se levantó y siguió a su esposa. Cuando llegó adonde estaba el hombre, le dijo: —¿Eres tú el que habló con mi esposa?

—Sí, soy yo —respondió él.

Es cierto que el hombre es la cabeza de la casa y la mujer debe seguirlo, pero hay veces que el hombre tiene que seguir a su esposa. Manoa también la cuida. Si hay algo indebido con este hombre, él quiere saber y hacer lo que sea necesario para proteger a su esposa.

12 Así que Manoa le preguntó: —Cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo debemos criar al niño? ¿Cómo deberá portarse?

De nuevo observamos su fe; no es si se cumplen sus palabras, sino cuando se cumplan. Solo quiere saber cómo criarlo.

Cuando tú piensas de las promesas de Dios en tu vida, ¿tu actitud es de fe, de decir “cuando”, o hay dudas, y dices “si”?

 

 

13 El ángel del Señor contestó: —Tu esposa debe cumplir con todo lo que le he dicho. 14 Ella no debe probar nada que proceda de la vid, ni beber ningún vino ni ninguna otra bebida fuerte; tampoco debe comer nada impuro. En definitiva, debe cumplir con todo lo que le he ordenado.

¿Has notado que muchas veces Dios no responde nuestras preguntas? Se lo nota una y otra vez con Jesucristo. A menudo Dios nos guía un paso a la vez. Por el momento, lo único importante es que la mujer se cuide mucho. Tienen que cumplir con esa palabra. ¡Y el ángel ni siquiera incluye a Manoa! Todo es lo que debe hacer su esposa. Cuando llegue el momento, él confía en que Dios les revelará qué más tienen que hacer.

¿Hay algo en tu vida en este momento sobre lo que, como Manoa, quieras más orientación? ¿Puedes confiar en Dios para que te guíe en el momento adecuado?

 

¿Estás cumpliendo con todo lo que ya sabes acerca de la voluntad de Dios?

 

Manoa quiere bendecir al angel

15 Manoa le dijo al ángel del Señor: —Nos gustaría que te quedaras hasta que te preparemos un cabrito.

Manoa está contento con la respuesta del ángel, pero quiere honrarlo con un cabrito.

16 Pero el ángel del Señor respondió: —Aunque me detengan, no probaré nada de tu comida. Pero, si preparas un holocausto, ofréceselo al Señor.

Manoa no se había dado cuenta de que aquel era el ángel del Señor. 

La respuesta del ángel me recuerda la respuesta que podría tener un predicador cuando se le ofrece una ofrenda: Puede que yo no la acepte, pero puedes hacer una ofrenda para la obra del Señor.

En su comportamiento y apariencia, no había nada que diferenciara a este ángel de cualquier hombre. Puede ser que los ángeles no suelen comer nuestra comida, aunque Lot preparó una comida para los ángeles visitantes (Génesis 19:2).

17 Así que le preguntó:—¿Cómo te llamas, para que podamos honrarte cuando se cumpla tu palabra?

18 —¿Por qué me preguntas mi nombre? —replicó él—. Es un misterio maravilloso.

Manoa es un buen hombre. Quiere hacer todo conforme, y honrar al hombre cuando se cumple su palabra. Pero el ángel dice que es un “misterio maravilloso” y se niega a revelarlo (aunque sabemos que muchos ángeles tienen nombres). Nosotros sabemos que no sería posible visitar su casa después del cumplimiento de la palabra.

19 Entonces Manoa tomó un cabrito, junto con la ofrenda de cereales, y lo sacrificó sobre una roca al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo maravilloso: 20 Mientras la llama subía desde el altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendía en la llama. Al ver eso, Manoa y su esposa se postraron en tierra sobre sus rostros. 21 Y el ángel del Señor no se volvió a aparecer a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa se dio cuenta de que aquel era el ángel del Señor.

No es usual tener estos encuentros con ángeles. En este caso apareció dos veces, pero nunca más. Manoa tuvo que aprender de otra forma cómo criar a su hijo. Dios hizo una maravilla, que finalmente convenció a Manoa de que era un ángel (su esposa le creyó desde el principio).

22 —¡Estamos condenados a morir! —le dijo a su esposa—. ¡Hemos visto a Dios!

23 Pero su esposa respondió: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no nos habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereales de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas esas cosas ni anunciado todo esto.

La mujer parece tener mucho más discernimiento espiritual. Ella no tiene temor. Es el hombre, que se supone que es más valiente, que teme que se vayan a morir.

24 La mujer dio a luz un niño y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. 25 Y el Espíritu del Señor comenzó a manifestarse en él mientras estaba en Majané Dan, entre Zora y Estaol.

Sansón fue instruido por Dios, con manifestaciones del Espíritu de Dios. No tenemos detalles de cómo (o si) el Señor  les instruyó en cómo criarlo, pero fue bendecido por Dios. Parece que tendrá un ministerio extraordinario, posiblemente lo más impresionante (y, como verás, el más insólito) de todo este libro de Jueces.