Josué 2: ¿Espías van secretamente a la casa de una prostituta?

1Luego Josué hijo de Nun envió secretamente, desde Sitín, a dos espías con la siguiente orden: «Vayan a explorar la tierra, especialmente Jericó». Cuando los espías llegaron a Jericó, se hospedaron en la casa de una prostituta llamada Rajab. 

¿Secretamente? ¿Espías? ¿Una prostituta?

¿Hay algo en esas palabras que te molesta? La Biblia no comenta sobre esto. Josué recibió una palabra muy clara de Dios, pero no se mencionó el envío de espías. Para un hombre llamado a ser fuerte y valiente, parece algo extraño que casi su primer acto lo haya hecho en secreto. ¿Por qué? Él mismo era un espía, y el fracaso del informe de esos espías 40 años atrás resultó en todo ese tiempo vagando por el desierto. Supondría que ese hecho en sí mismo debería hacer que Josué se detuviera a pensar en espías. Deuteronomio 34 dice que recibió un espíritu de sabiduría, pero enviar espías no parece muy prudente.

Son dos; tal vez estaba pensando en sí mismo y en Caleb, y cuidadosamente escogió a hombres de fe. Pero, ¿por qué es necesario enviar espías si Dios está preparando el camino y ya le prometió éxito en la batalla? ¡Esperemos que esta misión de espionaje termine mejor que la misión de Josué 40 años atrás!

¿Qué opinas de la sabiduría de Josué en este caso?

¿Hay algo que tú hayas hecho en secreto? ¿Cuál fue el resultado?

 

Normalmente, ¿qué te motiva a actuar en secreto?

 

¿Puedes pensar en situaciones en las que enviaste “espías” en lugar de confiar en Dios?

 

Rajab resultó ser una buena persona, y podemos romantizar o espiritualizar el tiempo que estos dos hombres pasaron con ella, pero por lo general solo hay una razón para que un hombre visite la casa de una prostituta.

Cuando estás fuera de casa, ¿has sido tentado por prostitutas, pornografía u otra mujer? ¿Cómo respondiste a la tentación?

 

Los espías descubiertos

Pero el rey de Jericó se enteró de que dos espías israelitas habían entrado esa noche en la ciudad para reconocer el país. Así que le envió a Rajab el siguiente mensaje: «Echa fuera a los hombres que han entrado en tu casa, pues vinieron a espiar nuestro país».

El comienzo de su misión no parece muy exitoso. Probablemente no tenían mucha experiencia en espionaje y era obvio cuando entraron al país.

Dios dice que todo lo que digamos será revelado. La Biblia habla de la importancia de andar en la luz. Demasiadas veces, cuando intentamos hacer algo secretamente en la oscuridad, aparece la policía, un amigo o la esposa y nos ve, y ya no es un secreto.

Tal vez estaban seguros de que Dios los ayudaría. Pero si en realidad están actuando con presunción y fuera de su voluntad, Él les permite experimentar las consecuencias de su pecado. Ahora sus vidas dependen de la misericordia de Dios, y de una prostituta.

Pero la mujer, que ya había escondido a los espías, le respondió al rey: «Es cierto que unos hombres vinieron a mi casa, pero no sé quiénes eran ni de dónde venían. Salieron cuando empezó a oscurecer, a la hora de cerrar las puertas de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Vayan tras ellos; tal vez les den alcance». (En realidad, la mujer había llevado a los hombres al techo de la casa y los había escondido entre los manojos de lino que allí secaba). Los hombres del rey fueron tras los espías, por el camino que lleva a los vados del río Jordán. En cuanto salieron, las puertas de Jericó se cerraron.

Podríamos pensar que Dios tocó el corazón de esta mujer y la inspiró a mentir a los mensajeros del rey y salvar la vida de los dos hombres. Puede ser que Dios los haya dirigido a esta casa y esté en control de toda la situación. O puede ser que, dada la importancia de esta misión, Él esté actuando a su favor. Casi siempre, cuando actuamos en secreto y queremos ocultar algo, terminamos mintiendo. Por alguna razón, los hombres del rey aceptan su mentira y salen de la ciudad para perseguirlos.

¿Has mentido para encubrir una decisión necia?

 

¿Hay mentiras que tú tienes que mantener para proteger tu vida, tu negocio o tu matrimonio?

 

¿Cómo puedes arrepentirte de la mentira?

 

Apocalipsis 21:8 dice: Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican artes mágicas, los idólatras y todos los mentirosos recibirán como herencia el lago de fuego y azufre. Esta es la segunda muerte.

La petición de Rajab

Antes de que los espías se acostaran, Rajab subió al techo y les dijo:

—Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes. 10 Tenemos noticias de cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto. También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán. 11 Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra. 12 Por lo tanto, les pido ahora mismo que juren en el nombre del Señor que serán bondadosos con mi familia, como yo lo he sido con ustedes. Quiero que me den como garantía una señal 13 de que perdonarán la vida de mis padres, de mis hermanos y de todos los que viven con ellos. ¡Juren que nos salvarán de la muerte!

Puede ser una prostituta, pero esta mujer es muy sabia y astuta. Parece que todo Jericó está aterrorizado; ella recibe esta visita como una provisión de Dios para salvar su vida y la de su familia.

Vemos varias cosas importantes aquí:

  • Dios ya preparó el camino para Israel. La noticia de todas sus maravillas y de la derrota de otras naciones han llegado allí, y el temor de Dios cayó sobre ellos.

 

Dios no solo quiere glorificarse a sí mismo; quiere que el mundo respete a su pueblo.

 

¿Han visto otros la obra de Dios en tu vida, para darles temor de Dios, y tal vez motivarlos a buscar su favor?

 

Tú, y tu iglesia, ¿actúan de una manera que se ganen el respecto de los demás?

 

  • Han perdido la esperanza de sobrevivir frente a Israel. Rajab está segura de que Dios ya les ha dado la tierra. Sabe que es inútil luchar contra el plan de Dios, y quiere alinearse con los vencedores.

 

¿Qué harías tú en una situación tan desesperada? ¿Especialmente si un enemigo con una fuerza superior está matando cristianos?

 

 

  • No sabemos cómo, pero parece que Rajab puso su fe en Dios. Tal vez fue una fe genuina, o simplemente una fe de conveniencia.

 

No parece una mujer muy piadosa, y no sabemos cómo podría aprender acerca del verdadero Dios, pero no sería la primera vez que Dios se revela a una persona inesperada.

 

  • Puede ser que Dios conozca su fe y condujo a estos hombres a su casa para salvar a ambos: los espías y la familia de Rajab.

 

¿Cómo has visto la mano soberana de Dios moverse para ayudarte?

 

 

  • Con denuedo, Rajab pide la salvación de toda su familia. Varias veces Jesús nos anima pedirle con denuedo. Él reconoce y recompensa nuestra fe.

14 —¡Juramos por nuestra vida que la de ustedes no correrá peligro! —contestaron ellos—. Si no nos delatas, seremos bondadosos contigo y cumpliremos nuestra promesa cuando el Señor nos entregue este país.

No tienen muchas alternativas, pero los espías le garantizan su salvación. Demasiadas veces alguien promete algo a Dios o a otros en la presión del momento, y luego no cumple su promesa.

¿Eres una persona de palabra?

 

¿En cuales circunstancias te sientes tentado a no cumplir tu palabra?

 

¿Hay algo que debas hacer para restaurar la confianza con alguien con quien rompiste tu promesa?

 

Los espías aclaran el procedimiento y son liberados

15 Entonces Rajab los bajó por la ventana con una soga, pues la casa donde ella vivía estaba sobre la muralla de la ciudad. 16 Ya les había dicho previamente: «Huyan rumbo a las montañas para que sus perseguidores no los encuentren. Escóndanse allí por tres días, hasta que ellos regresen. Entonces podrán seguir su camino».

Ellos confían en ella, y en que no les está tendiendo una trampa, pero no tienen muchas opciones. Están en tierra extranjera y en peligro.

Pienso en como muchos cristianos ayudaron a los judíos a escapar del holocausto, a pesar del peligro a sus propias vidas. ¿Harías lo mismo?

17 Los hombres le dijeron a Rajab:

—Quedaremos libres del juramento que te hemos hecho 18 si, cuando conquistemos la tierra, no vemos este cordón rojo atado a la ventana por la que nos bajas. Además, tus padres, tus hermanos y el resto de tu familia deberán estar reunidos en tu casa. 19 Quien salga de la casa en ese momento será responsable de su propia vida, y nosotros seremos inocentes. Solo nos haremos responsables de quienes permanezcan en la casa si alguien se atreve a ponerles la mano encima. 20 Conste que, si nos delatas, nosotros quedaremos libres del juramento que nos obligaste hacer.

21 —De acuerdo —respondió Rajab—. Que sea tal como ustedes han dicho.

Luego los despidió; ellos partieron, y ella ató el cordón rojo a la ventana.

Ellos son muy claros con las condiciones necesarias. Puedes ver su confianza en que volverán y derribarán esos muros. Son hombres listos; a pesar de la presión del momento, le presentan un plan claro para salvar a su familia.

22 Los hombres se dirigieron a las montañas y permanecieron allí tres días, hasta que sus perseguidores regresaron a la ciudad. Los habían buscado por todas partes, pero sin éxito. 23 Los dos hombres emprendieron el regreso; bajando de las montañas, vadearon el río y llegaron adonde estaba Josué hijo de Nun. Allí le relataron todo lo que les había sucedido: 24 «El Señor ha entregado todo el país en nuestras manos. ¡Todos sus habitantes tiemblan de miedo ante nosotros!»

A diferencia de los espías que acompañaron a Josué 40 años atrás, estos hombres vuelven con un buen informe y la confianza de que Dios verdaderamente ha entregado a todo el país en sus manos. Todavía no sabemos si fue la voluntad de Dios enviarlos, pero Josué ahora tiene el valor para entrar en la tierra y vencer a los pueblos de allí. Posiblemente hubiera sido mejor para él simplemente creer lo que Dios le dijo. Pero nosotros caemos en lo mismo: buscamos alguna señal, alguna confirmación, para dar ese paso de fe.

Rajab: La heroína del capitulo

Así tenemos el primer acto de Josué (después de hablar con los jefes). Aunque hay dudas sobre lo que hizo, hay una lección muy importante para nosotros. Solemos despreciar a una prostituta, pero ella es la heroína de la historia. Y sorprendentemente, ¡ella está en la genealogía de Jesucristo (Mateo 1:5)! ¡Y Hebreos la incluye como una heroína de la fe (Hebreos 11:31)! Se integró a la comunidad judía, se casó con Salmón y engendró a Booz. Era la suegra de Rut, otra mujer gentil que se integró a la comunidad de fe y estuvo en la línea del mesías. Verdaderamente, no hay acepción de personas con Dios. Él puede transformar la vida de una prostituta gentil, y Él puede transformar tu vida. No importan la raza, el pasado o la clase. Ninguna de esas cosas que son tan importantes en el mundo. Según la tradición de los rabinos judíos, Rajab era una de las cuatro mujeres más hermosas del mundo, y la antepasada de ocho profetas, incluido Jeremías.

No sabemos si estuvo bien o mal que Josué enviara a esos espías, pero Dios es misericordioso y tiene una misión importante que cumplir. Él redime la situación y bendice a una pobre prostituta en el proceso.

¿Conoces a alguien como Rajab que el mundo desprecia, pero que Dios ha preparado una parte importante de su plan?

 

¿Eres tu una Rajab? ¿O un espía?

¿O un Josué, actuando en secreto y posiblemente creando dificultades para los demás?

Un mensaje para el Día del Padre

¿Qué significa ser padre? La parte más fácil y agradable es iniciar ese proceso de 9 meses que da como resultado el milagro de “hueso de mi hueso, carne de mi carne.” Toda vida tiene un valor infinito, pero es aún más hermoso cuando ese bebé es el fruto del amor comprometido de una pareja casada, donde el padre es parte integral en la crianza de ese hijo. Es el comienzo de un proceso que durará toda la vida. La relación cambia con los años, pero un padre siempre ocupa un lugar único en el corazón de su hijo o hija; la ausencia de un padre deja un agujero.

No hay un padre perfecto en esta tierra. Fracasamos como hijos y como padres. Un paso importante para restaurar esa relación es confesar el fracaso y pedirle perdón. Mientras haya vida, nunca es demasiado tarde, ni siquiera en el lecho de muerte.

La buena noticia a la luz del dolor y la ira que podemos experimentar en esa relación es la posibilidad de ser adoptados por un Padre perfecto y ser hijos de Dios, con la promesa de una herencia en su reino. Recibimos esa nueva vida por la fe en Jesucristo, al confesar nuestro pecado, entregarnos a su señorío y seguirlo con un corazón arrepentido.

El capítulo 11 de Hebreos está lleno de héroes de la fe. Una cosa obvia al leer ese capítulo es que todos tuvieron fallas o dificultades. Incluso llegamos al final del capítulo y leemos:

36 Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. 38 ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas.

¿Y esa es la vida de un héroe de la fe? En la iglesia, ¿has escuchado una invitación a la salvación ofrecer esa vida? ¿No siempre hablamos de cómo Jesús soluciona nuestros problemas, nos hace prosperar, restaura las relaciones y nos da paz y felicidad? Lamentablemente, esta vida no es fácil. La vida cristiana no es fácil. Y ser padre no es fácil. El capítulo 12 de Hebreos es una palabra de Dios para el padre; te ofrece la oportunidad de examinar tu vida y crecer como cristiano y padre.

1Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. 

Por lo tanto, a la luz de esta multitud de héroes de la fe en el capítulo 11, esos testigos del poder y la fidelidad de Dios, hay algunas cosas que tenemos que hacer. Gracias a Dios por esa multitud que nos rodea. Muchos de ellos están en el cielo, pero en cada momento tenemos la Biblia que está llena de sus experiencias. Leerla edifica nuestra fe y nos anima a seguir adelante. También tenemos testigos que nos animan en la iglesia, la familia y entre nuestros amigos. Tu puedes (¡deberías!) ser uno de esos testigos que estimula la fe y la obediencia de otros. Tal como no quieres traicionar la expectativa de tu padre, no quieres traicionar la expectativa de esos testigos o de Papá Dios. Ellos te motivan a ser mejor cristiano y padre.

Hay tres mandatos importantes en este versículo:

  1. Despójate del lastre que te estorba. Quita todo peso que te impida correr. Ese peso hace que la correa sea mucho más difícil. Muchos ni siquiera se dan cuenta de que están intentando correr con mucha carga y mucho peso. Dios nos da permiso y el poder para despojarnos de ese lastre, pero tú tienes que tomar la decisión de eliminarlo. ¿Cuáles son las cargas que tú llevas?
  2. Despójate del pecado que te asedia. Ese pecado te encadena, te ata y te hace tropezar, hasta que sea casi imposible correr. Renúncialo; tu familia te necesita. Dios quiere librarte de ese pecado. Muchos hombres están ciegos a su pecado, pero el Espíritu Santo te abrirá los ojos si se lo pides. ¿Cuáles son los pecados que te hacen tropezar?
  3. Corre con perseverancia la carrera que tienes por delante. Hay una carrera que Dios tiene para tu vida. Un plan y un propósito. ¿Sabes cuál es? ¿Crees que estás corriendo en esa carrera? Está por delante; no vuelvas atrás no mires atrás. Hay algo nuevo que Dios quiere hacer en tu vida. Hay muchos hombres paralizados, que pasan horas sentados frente a su compu o tele. Sí, hay un tiempo para esperar en Dios, pero este es un caminar de fe, siguiendo a Jesús. Hay una carrera, y tenemos que correr. Dios quiere librarte de los altibajos, para correr con perseverancia a pesar del cansancio y el desánimo.

Hay una cosa más, muy importante, que es el secreto de la perseverancia:

Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. 

¿Quién escribió el libro sobre la fe? ¡Cristo! Es el autor o iniciador de nuestra fe. Todo empieza con Jesús. ¿Quién está trabajando para perfeccionar tu fe? ¡Cristo! ¿Quién es tu ejemplo? ¡Cristo! La Nueva Traducción Viviente dice que es el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Él también pasó por un proceso, que incluyó humillarse a sí mismo para dejar al cielo y nacer como un bebé, ser rechazado por su propia familia y sufrir una muerte agonizante en una cruz. Ahora Él nos ofrece el mismo gozo y la misma esperanza: vamos a compartir una eternidad en la gloria del cielo, reinando con Él. Esa visión le dio la fuerza para superar el dolor.

Si tú fijas tu mirada en tu familia, tus circunstancias y lo que está sucediendo en el mundo, no podrás correr la carrera. Hay demasiado pecado, dolor y problemas. Fija la mirada en Jesus. Háblale. Adóralo. Medita en sus palabras. Sigue su ejemplo. Piensa en su vida y lo que tiene preparado para ti en el cielo. Soporta tribulaciones y angustias, y menosprecia la vergüenza que has sentido.

Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo.

¿Experimentas oposición por parte de los pecadores? ¡Habrá oposición! Del diablo, del mundo, y, a veces, de la misma familia o iglesia. Jesus la experimentó. Si te cansas o pierdes el ánimo frente a esa oposición, es normal; sucederá si no tienes la mirada fija en Cristo. Jesus perseveró, y tú tienes que perseverar, no importa lo dura que sea la lucha. No te rindas. Considera a Jesus. Acércate a Él. Fija tu mirada en Él. Y sigue corriendo para ganar el premio.

En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre. 

¿Estás en la lucha? Bienvenido a la vida. Incluso el mejor cristiano esta siempre en la lucha. Si no hay lucha, puede significar que el enemigo ya te ha vencido y no tiene que perder el tiempo peleando contra ti. Pero, ¿qué tan duro estás luchando realmente? ¿Has resistido hasta derramar tu sangre? ¿No es cierto que a menudo es más fácil resistir un poco y luego caer en el pecado? ¡Cristo perdió su vida en su lucha contra el pecado!

Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirigen:

«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a todo el que recibe como hijo».

¿Esas son palabras de aliento? ¿En serio? ¿Ser azotado? ¿Reprendido por el Señor? ¿Sabes lo que es ser disciplinado por Dios? ¿De verdad quieres ser hijo de Dios? Entonces, tienes que aceptar que no eres tan perfecto como creías, pero Dios te ama, y quiere perfeccionarte y santificarte. Tómate en serio su disciplina. Recíbela como una señal de que tu Padre perfecto te ama y está obrando en tu vida.

Si recuerdas tu infancia, o si eres padre y has disciplinado a tus hijos, tú sabes que el niño puede volverse rebelde y resistir la disciplina. En lugar de amarte por ella, tu hijo puede aborrecerte. Él hace la vida mucho más dura porque se resiste a aquello que podría permitirle evitar mucho dolor. Si la disciplina es demasiado severa, también puede desanimarse. Recibe la reprensión y corre hacia tu Papá; te espera con los brazos abiertos para sanarte y levantarte.

Si eres padre, sé responsable y amante, y disciplina, reprende y azota a tus hijos. Con sabiduría y amor, y nunca con ira. Ellos te necesitan. Nunca debe tocar solo a mamá para disciplinar a los hijos.

¿Estás experimentando la disciplina de Dios ahora? ¿Te ha reprendido o azotado? ¿Qué puedes hacer para que el proceso sea más fácil y provechoso?

Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? 10 En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. 11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

Desafortunadamente, hay muchos hijos que no son disciplinados por su padre, o ese hombre simplemente no está presente. Y lamentablemente, hay muchos niños que no respetan a sus padres cuando los disciplinan. (Si eres un joven, ¿respetas la disciplina de tu papá?)

Confía en Dios, que Él hace todo perfecto. Créelo, que es por tu bien. Piensa en el fin: ¡puedes participar de su santidad! ¡Habrá una cosecha de justicia y paz! ¡Dios lo hace para que tú vivas de verdad! Deja que Dios te entrene, para correr mejor la carrera que tienes por delante. Sométete a Dios. Soporta la disciplina. Él sabe cuánto tú puedes soportar y no quiere destruirte o lastimar tu espíritu.

12 Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos cansadas y de sus rodillas debilitadas. 13 «Hagan sendas derechas para sus pies», para que la pierna coja no se disloque, sino que se sane.

¡Es otro mandato! ¡Renueva las fuerzas! El autor te ha enseñado cómo hacerlo aquí. Haz sendas derechas para tus pies. Es otro mandato. Algunos corren como si estuviesen en un laberinto. ¡No es de extrañar que se haya caído y tenga la pierna dislocada! Examina tu senda para ver cuáles son los obstáculos, y qué puedes quitar o enderezar para hacer tu carrera más recta. Tus manos, ¿están cansadas? ¿Las rodillas debilitadas? (¡Y no porque hayas pasado tanto tiempo arrodillado en oración!) Eso sucede. Por eso está escrito aquí en la Biblia. Pero piensa de nuevo en los héroes de la fe en el capítulo 11, y especialmente en Jesucristo. Tú eres un hijo de Dios. Él es un Padre perfecto. Uno de los grandes privilegios como hombre es ser padre, y comprender y experimentar el corazón paternal de nuestro Dios. Tal como tú amas a tus hijos, Él te ama a ti, e infinitamente más. Despójate del lastre que te estorba y el pecado que te asedia. Corre con perseverancia la carrera que tienes por delante. Fija tus ojos en Jesus y el gozo que te espera en comunión con Él y esa gran nube de testigos.

Josué 1: Sé fuerte y valiente

1Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, el Señor le dijo a Josué hijo de Nun, asistente de Moisés: «Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas.

Hay momentos en los que nos cuesta entender por qué Dios dijo algo. Creo que es muy obvio para todos que Moisés ha muerto. Pero es su muerte la que provoca este “después”. Hay un tiempo para esperar en Dios. Tiempo de duelo. Y hay un tiempo para avanzar y conquistar. Este libro no trata de esperar, sino de avanzar. Es para aquellos que han recibido una palabra de algo que Dios tiene para ellos. Algo que Dios quiere darte. No hay ningún costo para la salvación, la llenura del Espíritu Santo o los dones espirituales. Pero eso no significa que no habrá una lucha. Que no tienes que hacer nada. Este libro nos enseñará cómo tomar posesión de las promesas de Dios.

Primero, tienen que prepararse. Entrar en la batalla sin la preparación adecuada puede ser muy peligroso. En este caso, son las provisiones para la vida diaria (verso 11) y las armas que ocuparán en la batalla. También para empacar todo y estar listo para el viaje. Este no es el momento de sembrar o edificar casas. Tienen que estar preparados para mudarse.

¿Crees que estás preparado para la lucha? ¿Para avanzar y conquistar? ¿Qué más puedes hacer para prepararte?

Este es un mover corporativo. No pueden dejar a nadie atrás. Todo el pueblo tiene que avanzar junto. Una familia sola o un hombre solo garantizan la derrota. La unidad es muy importante.

¿Tienes una mentalidad individualista? ¿Te cuesta esperar para otros y moverte con el pueblo de Dios?

¿Qué crees que Dios quiere darte? ¿Has creído que no tienes que luchar ni hacer nada para recibirlo porque es un don de Dios? ¿Has creído que tienes que merecer esa bendición?

Tal como le prometí a Moisés, yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste.

Moisés está muerto, pero eso no cambia la promesa de Dios. Las promesas de la Biblia se aplican a ti también. Por supuesto, hay algunas específicamente para un pueblo en algún momento. Tú no puedes ir a Israel ahora y declarar y creer que todo lugar que toquen tus pies será tuyo. Pero el principio se aplica a ti. La herencia que recibirás depende de tu fe y ambición para cosas grandes. Físicamente, ellos tienen que caminar sobre esa tierra.

Este era un territorio muy extenso. Lamentablemente, nunca lograron conquistarlo. Como vamos a ver, se cansaron y se conformaron con algo mucho más pequeño. Hay demasiados cristianos que tienen mucho potencial y la posibilidad de alcanzar la grandeza, pero terminan sus vidas decepcionados y con una pequeña porción de lo que Dios intentó para ellos.

Si hay alguna esperanza de victoria en esta tierra, Dios sabe que necesitan un líder ungido por Dios, y capacitado para guiar e inspirar al pueblo. Ya que Josué perdió a su mentor, Dios tiene que fortalecer y animar a su nuevo líder.

Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

Todos tenemos altibajos, pero Dios no cambia. Su promesa y su provisión es de por vida. Todos los días. Es peligroso tener un “día malo” cuando lideras a miles de personas contra el enemigo. Josué fue testigo durante muchos años de la fidelidad de Dios a Moisés. Es cierto que él es un hombre muy diferente de Moisés, pero exactamente como Dios estuvo con Moisés, estará con Josué. Qué gran consuelo le da al líder saber que Dios nunca lo dejará ni lo abandonará. Podemos cometer errores e incluso experimentar la disciplina de Dios, pero Él nunca nos abandona.

Dios también le promete ser más que un vencedor: Nadie, ni de su propio pueblo ni de los paganos, podrá enfrentarse a Josué. ¡Qué gran confianza y fortaleza nos da saber esto! ¡Dios es por ti! Y si Él es por ti, ¿quién contra ti? ¿No es cierto que con esa certeza tú puedes soportar cualquier batalla o problema?

¿Hay momentos en tu vida en los que has sentido que Dios te dejó? ¿Realmente te abandonó? ¿O puedes testificar de la fidelidad de Dios para siempre estar contigo?

Dios será fiel en hacer su parte, pero hay una parte importante para Josué. Si caemos, no es por culpa de Dios, sino por nuestro fracaso en hacer nuestra parte.

»Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas».

Josué tiene un llamado de Dios, confirmado por la imposición de las manos de Moisés. Tiene una parte muy importante en el plan de Dios. Él es el instrumento escogido por Dios para cumplir una promesa hecha cientos de años atrás: Heredar la tierra que Dios le prometió a Abraham. Dios hará lo necesario para asegurar de que Josué lo haga.

¿Sabes dónde encajas en el plan de Dios para la historia? ¿Hay promesas bíblicas que tú puedas ayudar al pueblo de Dios a experimentar?

Lo que Josué tiene que hacer es ser fuerte y valiente. Tener mucho valor y firmeza. Son mandatos. Dios no quiere escuchar excusas. El Dios todopoderoso del universo entero acompañará a Josué dondequiera que vaya. ¿Andas con ese conocimiento de que Dios te acompaña? Está allí dondequiera que vayas. Si te encuentras en un lugar donde no deberías estar, Él te ve y su Espíritu te convencerá de que debes salir. Pero Él siempre te acompaña.

Es el conocimiento de la promesa de Dios lo que ayuda a Josué ser fuerte y valiente. El miedo y el desánimo son comunes entre los líderes, y son fatales. La experiencia diaria de la presencia y el amor de Dios debería echar fuera todo el temor y animarte a seguir adelante, a pesar de los obstáculos. Estar en dos mentes y vacilar te destruirá como líder, y desanimará a quienes te sigan. Ellos necesitan a alguien firme, libre del temor.

Dios no te manda hacer algo que sea imposible. Si te manda ser fuerte y valiente, te dará esa valentía y esa fuerza. Espera en Él, busca su rostro y ejercita tu fe para creer que eres fuerte y valiente. Luego actúa de acuerdo con esa fe.

Muchas veces es una cuestión sencilla de obedecer. Aunque no tengas las ganas y te parezca imposible, da ese paso de obediencia, y Dios te ayudará. Tienes que saber qué obedecer. Gracias a Dios tenemos su provisión, un libro lleno de su voluntad. Medita en esta palabra. Memorízala. Recítala. No solo unos minutos en tu tiempo devocional, aunque eso es importante. La Biblia es tan esencial que tienes que meditar en ella día y noche.

Lamentablemente, hay muchos con gran conocimiento de la Palabra, incluso pastores, que no la ponen en práctica. Aún más personas eligen porciones que les agradan para obedecer, e ignoran otras porciones desagradables. Dios lo deja muy claro aquí: Tenemos que obedecer toda la Biblia. Diligentemente tenemos que escudriñar la Palabra para cumplir cuidadosamente todo lo que está escrito en ella.

La promesa del éxito es universal también: Si Josué simplemente hace esas cosas sencillas, tendrá éxito dondequiera que vaya. La obediencia a la Palabra te trae prosperidad y éxito. No necesariamente riquezas, sino éxito en lo que Dios te llama a hacer.

¿Cómo está tu obediencia? Honestamente, ¿qué porcentaje de lo que sabes de la Biblia estás obedeciendo? ¿Hay  áreas en las que ya sabes que estás en desobediencia? ¿Cuánto tiempo durante el día pasas meditando en la Palabra?

Para cumplir con la promesa y el mandato de Dios aquí, tienes que crecer en tu conocimiento de la Biblia y cuidadosamente cumplir todo lo que lees. No permitas que tu conocimiento supera tu obediencia.

10 Entonces Josué dio la siguiente orden a los jefes del pueblo: 11 «Vayan por todo el campamento y díganle al pueblo que prepare provisiones, porque dentro de tres días cruzará el río Jordán para tomar posesión del territorio que Dios el Señor le da como herencia».

Este es un buen comienzo. Josué no tiene que enaltecerse ni defenderse. Habla con autoridad; la autoridad que proviene de escuchar la voz de Dios y hablar como su portavoz. Él no se refiere a su capacidad como comandante, sino a la promesa de Dios y su poder para darles la tierra. No va más allá de lo que mandó Dios, sino comunica exactamente lo que el Señor le dijo: Prepárense. Josué habla con valentía y confianza: Cruzarán el río y tomarán posesión de la tierra. No hay duda. No hay evidencia de timidez ni temor en este nuevo líder.

¿Tienes esa autoridad en tu liderazgo, ya sea en casa, en la iglesia o en el trabajo? La autoridad fluye de los tiempos en la presencia de Dios, de compartir su Palabra y de tener fe en Dios. Esa autoridad inspira a otros a la acción. ¿Caes en la trampa de enaltecerte para proyectar tu importancia y cubrir tu inseguridad?

El reino de Dios no es una democracia, ni en ese momento, ni hoy ni en el cielo. Es una teocracia, donde Dios manda, y tiene una cadena de autoridad para comunicar su voluntad. Él se revela a aquellos que Él ha llamado y ellos comunican su palabra a aquellos que Dios ha confirmado como líderes. No quiere decir que sea una dictadura, pero Josué no realiza una elección aquí a ver cuántos quieren cruzar el Jordán o cuántos quieren reclamar su herencia. Ya se estableció hace años que van a entrar a la tierra y ocuparla, y así será para todos. Aquellos que se rebelan, como muchos lo hicieron en el desierto, probablemente morirán. Esto no significa que una democracia no sea una buena forma de gobernar un país terrenal, pero tampoco podemos decir que la democracia es ordenada por Dios.

Josué también aprendió una lección importante de Moisés: Delega la tarea a los jefes del pueblo. Confía en la relación de ellos con su pueblo. Y él incluye a todos: Tienen que ir por todo el campamento.

En tu familia, tu iglesia o tu trabajo, ¿hay cosas que tú haces que puedas delegar a otros? ¿Sabes cómo dar la libertad a esos “jefes” de realizar su tarea, sin abandonarlos? ¿Cómo te les puedes formar y animar a que hagan su trabajo?

Josué tiene instrucción adicional para tres de las tribus:

12 A los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué les mandó:

13 —Recuerden la orden que les dio Moisés, siervo del Señor: “Dios el Señor les ha dado reposo y les ha entregado esta tierra”. 14 Sus mujeres, sus niños y su ganado permanecerán en el territorio que Moisés les dio al este del Jordán. Pero ustedes, los hombres de guerra, cruzarán armados al frente de sus hermanos. Les prestarán ayuda 15 hasta que el Señor les dé reposo, como lo ha hecho con ustedes, y hasta que ellos tomen posesión de la tierra que el Señor su Dios les da. Solo entonces podrán ustedes retornar a sus tierras y ocuparlas. Son las tierras que Moisés, siervo del Señor, les dio al este del Jordán.

Esto puede ser más delicado. Estas tribus ya tienen sus tierras, en el lado este del rio Jordán. Josué los llama a dejar a sus familias y confiar en Dios por el bienestar de sus mujeres, sus hijos y su ganado, y los que son demasiado mayores para guerrear. Es una cuestión de fe: Tienen que confiar que Dios los cuidará. Josué apela a lo que Moisés hizo por ellos, dándoles su tierra. Pero Josué va más allá de lo que hizo Moisés, y manda que vayan al frente de sus hermanos. Tienen que prestarles ayuda.

Otra vez vemos la importancia de entender la naturaleza corporativa del pueblo de Dios: Debe ser una igualdad entre la gente. Nadie puede reposar hasta que todos hayan tomado posesión de su tierra. Esto es amor al prójimo, es lo opuesto al egoísmo que solo busque su propia prosperidad. Sí, hay una herencia que Dios les dará, pero es la obligación del pueblo de Dios luchar y trabajar para que todos reciban esa herencia. No es algo que Dios haga de manera sobrenatural.

Si vamos a aplicar esto al mundo actual y a nuestros países, algo anda mal si hay mucha división entre ricos y pobres. Aquellos que ya han alcanzado un nivel de vida, bíblicamente, están obligados a ayudar a otros a recibir su herencia. Más aún en la iglesia de Cristo: algo anda mal si una congregación reposa en su edificio hermoso y una congregación vecina no puede pagar la luz.

16 Ellos le respondieron a Josué:

—Nosotros obedeceremos todo lo que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos envíes. 17 Te obedeceremos en todo, tal como lo hicimos con Moisés. Lo único que pedimos es que el Señor esté contigo como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que se rebele contra tus palabras o que no obedezca lo que tú ordenes será condenado a muerte. Pero tú, ¡sé fuerte y valiente!

Esta es la devoción y sumisión que los líderes deben ofrecer a alguien que es claramente llamado por Dios, escucha a Dios y mantiene esa relación íntima con Dios. Estos líderes son muy sabios e insisten en que Josué haga lo necesario para que Dios esté con él como estuvo con Moisés.

Esta afirmación y declaración da un tremendo aliento al nuevo líder. Si tú estás en una posición de liderazgo, esa lealtad al pastor o al jefe es muy importante. Resiste cualquier inclinación a murmurar y socavar su liderazgo. Y déjale claro tu compromiso al líder. Aquí afirman que castigarán la rebelión o la desobediencia con la muerte.

Es para el beneficio de todos que el líder sea fuerte y valiente, y camine en intimidad con Dios. Deberías desear eso para tu marido si eres una esposa, y para tu pastor si eres una de sus “ovejas.” ¿Cómo está tu obediencia y sumisión a quienes Dios ha puesto en autoridad sobre ti? ¿Tiendes a murmurar o chismear sobre él? Este no es un cheque en blanco para abuso de autoridad; esa es un pecado que Dios castigará. Pero hay mucha falta de este espíritu de obediencia y sumisión en la iglesia. Y faltan hombres fuertes y valientes que disfruten de la intimidad con Dios en el liderazgo.

Josué 1:1; Después

1Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun asistente de Moisés:

Después. Esta es una transición. Hay algo nuevo. Hay un cambio. Un cambio drástico. Moisés acaba de guiar a miles de personas durante cuarenta años a través de un desierto. Fue una lucha continua, con mucha rebelión. Incluso la fabricación de un becerro de oro por el hermano de Moisés, el sacerdote Aarón. Pero también fue una época, aparte del ministerio del Hijo de Dios, de los milagros más impresionantes de toda la historia. El último capítulo (34) de Deuteronomio nos habla del hombre extraordinario que fue Moisés:

10 Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.  (RVR: a quien haya conocido Jehová cara a cara) 11 Solo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país. 12 Nadie ha demostrado jamás tener un poder tan extraordinario, ni ha sido capaz de realizar las proezas que hizo Moisés ante todo Israel.

Ahora bien, este gran hombre, el único líder que esta nación ha conocido, ha muerto: Allí en Moab murió Moisés, siervo del Señor, tal como el Señor se lo había dicho. Y fue sepultado en Moab, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura. Moisés tenía ciento veinte años de edad cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor. 

La nación está de luto: Durante treinta días los israelitas lloraron a Moisés en las llanuras de Moab, guardando así el tiempo de luto acostumbrado.

¿Cuál es tu “después”? ¿Estás en un punto de inflexión? ¿Has perdido a alguien importante en tu vida? ¿Qué crees que el Señor tiene para ti ahora?

Al mismo tiempo, están a punto de ingresar a su tierra prometida. Moisés ha hecho su parte, y la hizo bien, pero por una falla que puede parecer pequeña (golpear una roca en lugar de hablarla) él no pudo entrar en esa tierra: 1Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo. Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la Ciudad de Palmeras, hasta Zoar. Luego el Señor le dijo: «Este es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él».

¿Estás sufriendo las consecuencias de algún fracaso del pasado? ¡Incluso este gran hombre las sufrió!

Una de las cosas más importantes que hizo Moisés fue entrenar a un nuevo líder. Josué fue uno de los espías que reconoció la tierra que fluye leche y miel cuarenta años atrás. Él y Caleb fueron los únicos que tuvieron la fe para entrar en la tierra. Durante todos los años que vagaban por el desierto, disciplinados por la incredulidad de los demás, Josué sirvió a Moisés y aprendió de él. Pasó horas en la presencia de Dios con su mentor. Y Moisés le hizo algo muy importante antes de su muerte: Entonces Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

¿Hay un Moisés en tu vida? ¿Un mentor? ¿Alguien a quien has servido? ¿Alguien que te impuso las manos?

Dios honra la imposición de manos. Josué se llenó del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría, porque Moisés le impuso las manos. Y todo el pueblo de Israel reconoció la autoridad que había recibido y le obedeció tal como habían obedecido a Moisés (algo que habían aprendido con dificultad durante esos cuarenta años).

¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo, prometido a cada cristiano? ¿Estás lleno del Espíritu ahora? ¿Hay evidencia de la sabiduría que el Espíritu nos da en tu vida? Si tienes alguna duda, aquí, al comienzo de este libro, es importante buscar a Dios para esa plenitud.

Nota la importancia de las relaciones en este versículo: Moisés era un siervo del Señor. Josué era su asistente. Y era un hijo. Josué tenía un padre terrenal, pero también un padre espiritual. Los dos, Moisés y Josué, eran servidores. Lo más importante para Josué en este momento de luto y transición es escuchar la voz de Dios y mantener esa relación con el Señor.

Dice que Moisés conoció a Dios cara a cara. A través de la sangre de Jesus podemos entrar en el Lugar Santísimo y tener un trato directo con Dios. ¿Aprovechas ese privilegio? ¿Sabes lo que es tener una relación directa con Dios?

¿Cuándo fue la última vez que Dios te habló? ¿Cuáles son las relaciones más importantes de tu vida? ¿Te consideras un siervo del Señor?

El último versículo de Deuteronomio habla del poder extraordinario que Moisés demostró, y de las grandes proezas que hizo. Jesús nos prometió que haríamos obras mayores que las que Él hizo. ¿Crees que el mismo Dios que operó en Moisés está contigo también? ¿Crees que puedes hacer grandes proezas en el Nombre de Jesús?

 

Mateo 7: Fundamentos importantes para tu vida, tu familia y tu iglesia

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Aquí, al final del Sermón del Monte, Jesus habla de la importancia del fundamento. Creo que esperó hasta el final porque quiere impresionarlos con la importancia de poner en práctica todo lo que enseñó en su sermón. Este versículo es para todos nosotros; cualquiera. Todos tienen la oportunidad de ser prudentes o insensatos. ¿Cuál es usted?

Este capítulo nos presenta con una visión de la iglesia que Jesús quisiera, y 9 consejos para mantener su crecimiento y fortaleza. La mayoría no solo se aplica a la familia de Dios, sino también a la tuya. La iglesia está compuesta de varias familias, y su salud tiene un impacto directo en la salud de una iglesia.

Cualquiera que me oye… Un buen fundamento empieza con los oídos. Tenemos que escuchar y mantener los oídos abiertos. Pero hay muchas voces hoy. Tenemos que escuchar es la voz de Dios y su Palabra. El fundamento necesario es la Biblia. Pero no es suficiente solo escuchar la Palabra. Hay gente que escucha las predicaciones todo el día en internet y cada semana en la iglesia, pero sus vidas no cambian. Jesus dice que tenemos hacer la Palabra. Obedecerla. Ponerla en práctica. Esa es la diferencia. ¿Cómo está tu obediencia?

No es fácil. Cuesta trabajo edificar una casa o una iglesia, y vendrán tormentas.

25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Lamentablemente, la lluvia descenderá. Los ríos vendrán. Y los vientos soplarán. La casa puede estar golpeada, y no hay garantía de protección contra esos ataques. Son parte de la vida en este mundo, pero si has edificado bien la casa, no caerá, porque está sobre la roca. ¿Cómo está tu casa? ¿Cuáles son los vientos que soplan en tu vida ahora? ¿Está tu casa golpeada? ¿Ha sido esta pandemia una prueba? Tu iglesia, ¿está pasando por pruebas ahora? La tormenta revela dónde la casa necesita trabajo; donde hay fugas y donde entra el agua. Donde tenemos que reparar el techo. Pero si el fundamento es bueno, no caerá.

26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

El hombre insensato también oye las palabras de Jesus. Lleva una Biblia grande. Habla de su gran conocimiento de la Palabra. También trabaja y edifica una casa. Pero no pone en práctica la Palabra. Es más fácil edificar una casa en la arena. No tiene que excavar mucho, y está agradable tener una casa en la playa. Es duro trabajar con la roca. Cuando hace buen tiempo, esa casa se ve bien. Esa iglesia puede tener un templo hermoso con asientos con cojines y un buen sistema de sonido; todo muy lindo. Una familia puede parecer ejemplar. Es cuando llega la tormenta que se revela su calidad y cuál es su fundamento. Si no es su obediencia a la Palabra de Dios, esa casa caerá. Es posible que tú hayas visto iglesias en ruinas: Un pastor en inmoralidad, doctrina falsa y divisiones. Y familias en ruinas: Adulterio, abuso o un padre encarcelado.

  1. Jesus quiere que tu casa nunca se caiga. Él hará su parte; tú tienes que hacer tu parte: enstudiar, predicar y escuchar la Palabra. Pero más importante, hacerla.

28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Qué bueno que la gente se admiraba de su doctrina. Qué bueno cuando alguien habla del buen predicador que es el pastor. Pero sabemos que de las miles de personas que oyeron sus palabras, muy pocas las pusieron en práctica.

La gente quiere a alguien que hable con autoridad. Jesus era diferente a los escribas. Él estaba sometido a la autoridad de su Padre y solo habló la Palabra que su Padre le dio.

  1. Dios quiere darte autoridad cuando compartas la Palabra. Y quiere que otros reconozcan tu autoridad en la casa, en el trabajo y en la iglesia. Hay mucha rebelión hoy. Dios quiere establecer su autoridad en la iglesia y el hogar.

Ahora, vamos al volver al principio del capítulo. Tenemos la bendición de ser parte de una familia, el cuerpo de Jesucristo, y somos parte de una familia terrenal. Dios quiere que crezcamos como individuos, y Él usa a otras personas para refinarnos. Como dice Proverbios 27:17: El hierro se afila con el hierro,  y el hombre en el trato con el hombre.

Muchos son ciegos a sus faltas. Gracias a Dios, tenemos hermanos y un conyugue que nos ayudan a verlas, pero hay un proceso importante que tenemos que seguir.

1No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

Dios quiere librarnos de un espíritu crítico y de juzgar. Si tú eres severo al juzgar a otros, Dios será severo al juzgar a ti. Es fácil criticar y ver la falta en tu conyugue, en el pastor o en otras iglesias. Pero cada persona tiene que empezar por su propia vida.

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Todos tenemos vigas en nuestros ojos. ¿Sabes cuál es la tuya? A menudo, otros las ven claramente, y nosotros no. Tenemos nuestras excusas. “Siempre he sido así. Mi papa era así también.” “Yo soy una buena persona. Todos tienen sus defectos.” Pero Jesus tiene un nombre para esa persona crítica:

¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Una de las excusas más comunes para no ir a la iglesia son todos los hipócritas que hay. Jesus dice que la persona que no atiende su propia vida y no trabaja para cambiar y librarse de esas vigas es un hipócrita.

Podemos hacerle mucho daño a la otra persona cuando intentamos sacarle la paja sin tener una visión clara. Pero una vez que dejamos que el Espíritu trabaje en nosotros, podemos ayudar a otros sacar la paja de sus vidas. Así todos crecemos: Ayuda mutua. En lugar de señalar, criticar y juzgar, con un espíritu de amor ayudamos a otros con los problemas de sus vidas, y somos humildes al recibir la corrección de un hermano y dejar que nos saque la paja de los ojos. Pero se necesita mucho discernimiento en cuanto a quién ministramos.

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

No es para menospreciar perros o cerdos, ni para tratar de identificar quiénes son perros o cerdos entre nosotros. Pero podemos ofrecer buenos consejos a alguien e invertir tiempo e incluso dinero, y ellos vuelvan y nos despedacen.

  1. Este es el ambiente que Dios quiere crear en la iglesia y tu hogar: Libre de perros y cerdos, gente libre de sus vigas. Un espíritu de humildad y amor, para ayudar unos a otros, sin criticar ni juzgar. Así todos creceremos.

Tenemos el fundamento, una casa sólida, y ayuda mutua entre los hermanos de la familia. Ahora ocupamos una  conexión con el Papá de la familia. Se llama oración.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Estos son mandamientos. No es opcional para nosotros orar. Esa comunicación con Dios es esencial si queremos crecer como individuos y como iglesia. Hay tres facetas de la oración que Jesus menciona aquí.

Primero, pedid. Está bien pedir cosas a Dios. Esa es la forma de recibir lo que necesitamos como su familia. Pedirle a Papá. Para recibir, tenemos que pedir conforme a su voluntad, con su corazón, en el nombre de Jesús. Como si fuese el mismo Jesús quien lo pidiera. La promesa es que cuando pedimos, recibiremos. Dios nos dará lo que necesitamos. Santiago escribió que no tenemos porque no pedimos. ¿Estás pidiendo cosas grandes al Señor? ¿Pides solo cosas egoístas, o pides también por las necesidades de otros en la iglesia y en la comunidad?

Pero no solo pedimos. Ningún padre quiere sentir que su hijo le habla solo cuando quiere algo de él. También buscamos su rostro. Buscamos su presencia. Buscamos más de Dios en nuestras vidas. La promesa es que cuando lo buscamos con todo el corazón, lo hallaremos. Dios quiere ser hallado por ti, pero tú tienes que demostrar que le tomas en serio la búsqueda de su rostro.

También tenemos que llamar. La puerta no se abre automáticamente. Tenemos que llamar, y luego la promesa es que se le abrirá la puerta. ¿Hay puertas cerradas para tu iglesia ahora? ¿Hay oportunidades de ministerio que anhelan? ¿Hay puertas cerradas en tu vida ahora? La promesa es que, cuando sea la voluntad de Dios, Él te abrirá la puerta si lo llamas.

Jess quiere animarnos y motivarnos a orar más. Así que nos da dos ejemplos:

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Lamentablemente hay padres crueles que le darían una serpiente a su hijo. Que Dios nos libere de ese espíritu y nos dé el corazón de este buen padre para bendecir a nuestros hijos. Obviamente, si tenemos un pan o un pescado y el hijo tiene hambre y lo quiere, con mucho gusto se lo daremos.

Dios es un padre perfecto. Tiene un gran corazón y es generoso. Él quiere darte las cosas que pides. El anhela esta comunión contigo. ¿Cómo está tu vida personal de oración? ¿La oración de ustedes como iglesia?

  1. Hazla tu meta: Ser una persona de oración, que mantiene esa conexión con el Padre y le pide cosas grandes, le busca y llama a la puerta.

12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Esta es la famosa Regla de Oro: Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. Intenta algo esta semana en tu familia: Antes de hacer o decir algo, tómate una pausa y piensa: ¿Quiero que me traten así? ¿Qué me hablan así?

Jesús dice algo muy impresionante: Esto es la ley y los profetas. En otra ocasión Jesus dijo que se puede resumir la ley en dos mandamientos: Amar a Dios con todo el corazón, y amar a otros como a sí mismo. La Regla de Oro es una forma más práctica de expresar lo que significa amar a otros. La idea es la misma: El amor es lo más importante. Es lo que también dijo Pablo en 1 Corintios 13: La fe, la esperanza y el amor permanecen, pero lo más importante es el amor. De toda la ley del Antiguo Testamento y los profetas, el mensaje principal es una relación transformada: con Dios, y con otros.

  1. Junto con la oración, hazla tu meta ser conocida como una persona de amor. Que otros vean el amor de Cristo en ti, y que hagas con otros lo que quieran que ellos hagan contigo.

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Ahora Jesús comparte dos cosas esenciales para heredar el reino, ir al cielo y experimentar la vida: La salvación y la santidad.

Primero, para formar parte de la familia de Dios, hay que entrar por la puerta estrecha. Tienes que someterte al señorío de Jesucristo y aceptarlo como Salvador. Es un paso, simbolizado en el bautismo, donde uno se arrepiente, se crucifica al hombre viejo, se deja la vida del mundo y se toma la decisión de seguir a Cristo.

Pero ser salvo no solo significa tomar esa decisión y entrar por la puerta. Luego se tiene que caminar con Cristo el camino angosto. Si tu vuelves al camino espacioso, Jesús dice que lleva a la perdición, al infierno.

Mejor tener una iglesia de 10 personas caminando juntas el camino angosto que 100 personas en el camino espacioso. Jesus dice que pocos hallan la puerta estrecha. No es fácil.

  1. ¿Caminas ahora por un camino angosto? Hay muchos que intentan caminar los dos caminos: Los domingos andan el camino angosto con la iglesia. Pero el lunes, en el trabajo o en la escuela, vuelven al camino espacioso. Es muy atractivo. Hay muchos placeres allá. Mucho que te llama la atención. Pero no hay vida. Jesus te llama a la santidad, a una vida en la calle angosta.

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

Jesus dijo que en estos días postreros habrá muchos falsos profetas y tenemos que guardarnos de ellos. Son engañosos. Vienen vestidos de ovejas. No entran con cuernos o hablando blasfemias. Al principio todo parece estar bien. ¿Vendrán a tu iglesia? Si están haciendo la obra del Señor y amenazando el reino de las tinieblas, es casi seguro. No significa que tengas que tratar con dureza a alguien que viene allá. Pero es mejor conocer la persona y saber de dónde viene, y hay una prueba muy clara para ellos:

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Esto no solo se aplica a profetas. Hay varias cosas importantes aquí.

Habrá fruto de tu vida; buena fruta, o fruta mala. ¿Cuál fruto has dado? No es algo que tengas que intentar. La naturaleza de un creyente es ser fructífero, tal como un árbol bien alimentado, que recibe luz y agua, naturalmente da frutos.

¿Cuáles son esos frutos? Personas que conocen y sirven a Jesus, y están creciendo en su gracia. Buenas obras que han impactado a otros. Y frutos del Espíritu: Amor, paz, paciencia, bondad, gozo.

Los arboles malos dan frutos malos: Gente destruida y maltratada. Gente dañada que no quieren nada que ver con la iglesia o con Cristo. Y los frutos de la naturaleza pecaminosa: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras y orgías.

  1. Examina los frutos de tu vida y tu iglesia. ¿Qué revelan de la cualidad de ellas? Jesús dice en Juan 15 que si permaneces en Él y su palabra, llevarás mucho fruto. Haz lo necesario para tener una vida fructífera.

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Estos son unos de los versículos más espantosos de la Biblia para mí. Jesus dice que hay “muchos.” Primero, vemos que la salvación no es solo una cuestión de palabras. Sí, es bueno confesar a Jesús Señor de tu vida. Es importante. Pero puedes llamarlo Señor y aun así edificar tu casa sobre la arena. Tampoco es suficiente hacer un gran ministerio de milagros y liberaciones.

Lamentablemente, estas personas están muy engañadas. Tienen toda la confianza de que entrarán en el reino. Eran muy activos en la iglesia, incluso con manifestaciones del Espíritu. Pero Jesus dice que nunca los conoció. Los llama hacedores de maldad. ¿Cómo es posible?

Estaban viviendo la vida cristiana a su manera. Hicieron lo que tenían las ganas hacer, pero nunca esperaron al Señor para discernir su voluntad. Dios exige esa obediencia. Tenemos que buscar su voluntad en cada situación.

  1. ¿Estás confiados que estás haciendo la voluntad de Dios? ¿Sabes cuál es su voluntad para tu iglesia? ¿Para tu familia? ¿Tu vida? ¿Lo has pedido con un espíritu sumiso, listo para hacer su voluntad?

Quiero terminar con una escritura más, de Mateo 25, que describe parte de la voluntad de Dios para nosotros:

Este es el gran juicio, cuando Jesús envía a algunos a un castigo eterno y otros a la vida eterna.

34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

Se sorprenden y dicen, “?Cuando lo vimos así?”

Los que Jesus envía al fuego eterno también se sorprenden. Tienen toda la expectativa de ir al cielo. Lo llaman “Señor.”

45 Pero Jesus los dice: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

  1. Esta es una parte importante de la voluntad de Dios: Cuidar a los hambrientos, los sedientos, los forasteros, los desnudos, los enfermos y los encarcelados. Cuidar a los más pequeños.

Hemos visto varias cosas que son cuestiones de nuestra salvación:

Una casa que permanece, edificada sobre la roca, o una casa en ruinas, edificada sobre la arena.

Un árbol con frutos malos que será cortado y echado al fuego.

Algunos caminando el camino espacioso que lleva a la perdición.

Ministros que en realidad son hacedores de maldad porque no hacen la voluntad del Padre.

Y algunos que no ministraban a las necesidades de los más pequeños.

¿Has entrado por la puerta estrecha? ¿Estás caminando el camino espacioso del mundo? ¿Puedes decir con confianza que estás haciendo la voluntad de Dios?

David y Goliat; 1 Samuel 17

Hay un peligro con un pasaje muy conocido como este: Pensar que ya lo sabemos, y perdemos el mensaje que el Señor tiene para nosotros hoy.

Mira lo que dice el versículo 1:

Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.

No hay nada nuevo ni diferente. Los filisteos siempre estaban en guerra contra Israel. Tal como no es nada sorprendente si el diablo está haciendo la guerra contra ti ahora. Pero hay algunas cosas importantes para notar aquí:

  • Juntaron sus ejércitos. Están en serio. Un ejército no fue suficiente para el ataque que querían lanzar contra Israel. ¿Podría el diablo estar juntando sus fuerzas? No sea un solo demonio atacándote. Hay un ataque coordinado para hurtar, matar y destruirte.
  • Se congregaron. Suena como una iglesia que se congrega. Así como nosotros nos congregamos, el enemigo se congrega para adorar, agradar y servir a su dios.
  • Ya están en el territorio de Judá. Están en Soco. Están en tierra que pertenece al pueblo de Dios. Una cosa es luchar contra el enemigo cuando salimos al mundo, en su territorio. Pero ya puede estar dentro de tu casa, de una iglesia, de territorio que pertenece a Dios.
  • Acamparon allí. Juntaron. Se congregaron. Acamparon. Están preparados para perseverar hasta derrotarte.

Tal como estos filisteos, el diablo no descansa. ¿Eres consciente de algún campo del enemigo en tu vida? ¿Hay  varios que se han juntado en tu contra? Puede que sea un enemigo que has batallado durante mucho tiempo. ¿Lo has permitido dentro de tu hogar o tu corazón?

¿Cómo responde el pueblo de Dios?

También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos.

Ya puedas saber que Saúl no siempre fue un buen guerrero. No siempre estaba listo para la batalla. Dejó a su ejército sin armas. Pero esta vez se juntaron y acamparon. Se pusieron en orden de batalla. Están listos.

Saben muy bien la importancia del orden y la unidad para ganar una batalla. Si tú no te has juntado con otros guerreros en tu iglesia o tu familia, tú eres un blanco para los ataques del enemigo. Existe un gran riesgo de un ataque mortal. Si no has acampado y no tienes la mentalidad para dedicarte a vencer al enemigo, es probable que caigas en batalla. No es como luchas en oración una media hora en tu tiempo devocional o en la iglesia, y ya estas fuera de peligro. Tenemos que acampar y ponernos en orden de batalla para resistir los ataques del enemigo.

Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.

Esta era la costumbre de la guerra en ese entonces. Los dos ejércitos frente a frente, en orden de batalla. Para Israel, esta es una batalla más. Casi como una rutina.

Creo que la mayoría de las iglesias hacen lo mismo. Es una rutina. Cantan las mismas alabanzas. Acampan como siempre en los cultos de jueves y domingo. O un culto virtual. Reprenden al diablo. Gritan y declaran. Pero nunca marchan. Nunca derrotan al enemigo.

El problema para Israel es que esta vez hay algo nuevo. Y hay algo nuevo en las batallas de hoy. Son más intensas, más peligrosas.

Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

¿Cómo se siente al ver este paladín? Oh, yo sé que somos personas de fe. Ya sabemos que David derrotó a Goliat. Pero imagina un soldado en Israel. La verdad es que su apariencia tiene que asustarte. Y la realidad es que sentimos ese mismo terror frente a Goliat. ¿Hay algún paladín en tu vida ahora? ¿Algo o alguien que te intimide? ¿Qué se ve tan aterrador como Goliat?

Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

“Dadme un hombre.” El enemigo nos desafía. Le corresponde a Saúl responder a este reto. El diablo quiere luchar con un hombre. Un solo hombre puede marcar la diferencia. El hombre es el blanco de sus ataques. Por desgracia, a veces los hombres no responden, y corresponde a la mujer pelear la batalla.

Hay una gran necesidad de hombres de valor, hombres de Dios, que se levanten para la gloria y la honra de Dios. El diablo y el mundo están desafiando al pueblo de Dios. Nosotros estamos acampados en nuestros templos. Hacemos todo como lo hicimos en el pasado. Pero no respondemos al desafío de Goliat. ¿Por qué?

11 Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

Hay unas palabras importantes aquí. Primero, oyendo y palabras. Son meras palabras. Pero las palabras son importantes. Son poderosas. El enemigo opera mucho en palabras. Goliat no hizo nada. En toda esta historia, Goliat realmente no hizo nada. Pero vieron su altura, y lo escucharon. Ten mucho cuidado con lo que veas, y lo que escuches. Usa el escudo de la fe para proteger tu corazón y revelar las mentiras del diablo. No permitas que sus palabras, o las palabras de sus siervos, permanezcan en tu corazón. Permanece en la Palabra de Dios. Usa esta espada del Espíritu para desarmar al filisteo.

¿Qué paso con Saúl y la unción del Espíritu Santo? Pues, el Espíritu ya dejó a Saúl. Pero él tenía mucha experiencia en la batalla. Saúl era un hombre alto – más alto que todos los hombres de Israel. Y seguramente Dios va a ayudar a su pueblo. ¿Olvidaron que ellos tienen alguien mucho más fuerte en batalla que cualquier paladín?

Hay otras palabras en este versículo que revelan el fracaso de los hebreos: se turbaron y tuvieron gran miedo.

Sabemos que todas las Biblias son traducciones; del hebreo para el Antiguo Testamento y del griego para el Nuevo. Es complicado hacer una traducción perfecta. Hay palabras que no tienen traducción literal; otras que no tienen sentido si se traducen literalmente. Son dichos. Así que muchas traducciones intentan comunicar el sentido de la palabra. Una traducción literal muy buena es La Biblia de las Américas; también la Reina Valera de 1960. La Nueva Versión Internacional combina una traducción buena con un estilo más fácil de entender. Con las computadoras, tenemos la oportunidad de comparar varias versiones.

En este caso las varias traducciones de la palabra “se turbaron” nos ayudan entender lo que sintieron:

Se acobardaron

Perdieron el ánimo

Se conturbaron

Se sintieron desfallecer de temor

Quedaron aterrados y profundamente perturbados

Se turbaron

Se amedrentaron

Se quedaron atónitos

Se desanimaron

Es común sentirse así cuando Goliat nos desafía; cuando perdemos la fe y la visión de nuestro Dios Todopoderoso. Esas palabras explican por qué muchos no marchan. Parece que no hay esperanza para Israel. No hay nadie – desde el rey hasta el soldado más joven – que tenga la valentía para marchar y responder al desafío del paladín.

Pero Dios no ha abandonado a su pueblo. Él también tiene algo nuevo. Alguien completamente diferente que va a derrotar al paladín. Alguien totalmente inesperado. Un solo muchacho entre toda esa gente. Puede que tú seas esa persona hoy. Dios ya está preparándote para una batalla muy importante. Para responder al desafío del enemigo y traer algo nuevo a la iglesia. Ya sabes que guerrear como siempre, con las mismas alabanzas y los mismos programas, no sirve con este paladín. Dios necesita a alguien con el corazón de David. Un corazón conforme al corazón de Dios. ¿Tienes ese corazón?

12 Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama; 14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.

Los tres hermanos mayores ya se fueron para la guerra. Siguieron a Saúl. Siguieron a un rey que ya perdió su reino. Siguieron a un hombre rechazado por Dios. Ten cuidado a quien sigas.

15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.

Mientras sus hermanos seguían a Saúl, David lo dejó. Sí, había ido, pero no le gustó lo que vio. Tal vez pudo ver que Dios también lo dejo. Y volvió a apacentar sus ovejas.

David no estaba buscando la gloria. Vio cosas que no le agradaron, y volvió a sus ovejas. No tienes que buscar ni crear la oportunidad. Sigue a Dios. Sigue haciendo fielmente lo que Dios te ha dado que hagas. En su tiempo, Dios arreglará todo.

16 Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.

Más de un mes de lo mismo. El diablo no se cansa. Todos los días él sigue con las mismas tentaciones y el mismo desafío. Creo que él tiene que preguntarse: ¿Dónde están los varones de Dios? ¿Por qué nadie responde a mi desafío?

Como lo hace muchas veces, Dios usa a otra persona y una tarea ordinaria para colocar a su hombre y preparar el escenario para la victoria de su pueblo.

17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18 Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

Dios tiene que llevar a David al campo de batalla. Pero no le da una palabra profética. Utiliza a su padre y la asignación de algo que puede parecer de poca importancia. David puede pensar: “Llevar panes y queso a mis hermanos no me sirve de nada. No quiero hacerlo.” Pero nuestra obediencia en estas cosas normales prepara el camino.

Mientras tanto, en el campo de batalla, están desesperados. Pero no se menciona a Dios. En lugar de humillarse y clamar al Señor en esta situación tan complicada, siguen con la apariencia de un ejército, lo cual no lo son.

19 Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.

Pues, en realidad no estaban peleando. Estaban jugando, con la apariencia de pelear.

20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. 21 Y se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.

David no tiene idea de que él sería el gran héroe del día. Simplemente se levantó en obediencia a su padre. Puede que tú no sepas lo que Dios tiene preparado para ti cuando te vayas en obediencia a una palabra de tu esposa, tu jefe, tu pastor o tu Dios. David llega justo a tiempo para escuchar el grito de combate.

Durante más de un mes han hecho lo mismo. Otra vez me impresiona cuantas veces en la iglesia hacemos todos los movimientos, damos el grito de victoria, y supuestamente estamos listos para vencer al diablo. Pero no respondemos al verdadero desafío.

22 Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. 24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.

Saúl se escondió en el bagaje cuando fue llamado a reinar. David dejó su carga con el hombre que guardaba el bagaje, y corrió al ejército. Estaban en orden de batalla. Dieron el grito de combate. Pero todo cambia cuando el paladín sale y desafía a Israel. Estos hombres – todos – huían en gran temor. Qué mal ejemplo ofrecemos a nuestros hijos y jóvenes cuando huimos de los desafíos del enemigo.

25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.

26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

Nadie más piensa en quitar el oprobio del pueblo de Dios. Están cegados por su temor. Incluso la atractiva recompensa de las riquezas, la hija del rey y la exención de impuestos no es suficiente para motivarlos. No están pensando en la posibilidad de una victoria para Dios o en la gloria que Él recibiría.

Solo David puede ver la realidad de la batalla: Un filisteo que no tiene Dios no es quien provoque al Dios viviente y a su pueblo. ¿Quién, o qué, está provocando a Dios y a su iglesia hoy?

A David no le importan la fama, las riquezas o la mujer. El solo quiere quitar el oprobio de su Dios y su pueblo. Más tarde le dieron la hija del rey, Michal, y solo le causó dolores de cabeza.

27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere.

28 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?

Puede que otros te hayan despreciado. Tú eres más joven. Has tenido problemas en la vida. Tus padres, tus hermanos, tus profesores, tu jefe siempre te menospreciaron. Eres la última persona que otros creen que haría grandes cosas para Dios.

Incluso el gran profeta Samuel se equivocó. Él pensó que este mismo Eliab sería el escogido de Dios. Pero a Dios le gusta exaltar al vil, al despreciado del mundo. En esa ocasión, en 1 Samuel 16, Dios dijo: El hombre mira la apariencia. Dios mira el corazón. Dios conoce tu corazón. No importa lo que digan los demás.

Solo David pudo ver la realidad de la situación: ¿No es mero hablar? ¡Las acusaciones del diablo cuando te condena son meras palabras!

30 Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes.

A veces tenemos que apartarnos de aquellos que desprecian nuestra fe. Aquellos que no están en serio. Puede ser de una iglesia o de algunos amigos. David perseveró. No permitió que los malhechores lo desanimaran.

31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

¡Este joven tiene que animar al rey! ¡Pero Saúl es incrédulo!

33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.

Cuando tomemos la decisión de marchar, habrá otros que intentarán desanimarnos. Dicen que es imposible, y señalan todas las razones por las que sería imposible. A veces un rey, un pastor o un padre sienten celos o temen a un joven con tanta fe.

34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

David es muy sabio. Él aplica lo que aprendió en cosas ordinarias a esta situación especial. Se dio cuenta de que Dios estaba usando esas experiencias para entrenarlo. Cuando tengas el corazón de David, verás la mano de Dios en todo. No hay tiempo perdido con el Señor. El empieza de a poco, y cuando aprendemos la lección, nos envía situaciones más complicadas. Pero aplicamos los mismos principios a esas situaciones. Así es que nuestra fe se edifica.

No es en vano lo que estás haciendo en ese trabajo ahora. La madre en casa aprende cosas muy importantes. Hay que ver la mano de Dios y la lección que tiene para ti en todas las experiencias.

38 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza.

39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.

El mundo y la religión quieren vestirte con sus ropas. Quieren ponerte muchas cosas. Pero no son necesarias. No es posible andar – y menos marchar – con todas esas cargas. ¿Qué tienes que echar de ti para marchar?

40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.

Hay muchos creyentes que marchan hasta este punto. Han hecho todo bien. Pero frente a frente con el diablo, no pueden. Huyen asustados, como todos los demás.

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

Para marchar, tenemos que saber que la batalla es de Dios. No es para vanagloriarnos o jactarnos. Vamos en el nombre de Jesús. Es Dios que el mundo está provocando. Si te enfrentas al enemigo porque ha provocado a ti y quieres vengarte, fracasarás.  Tu objetivo es que sepan que hay un Dios vivo. Que Cristo salva y sana.

Dios no salva con la armas del mundo. Lamentablemente, muchas veces la iglesia pelea con esas armas. Para ganar la batalla, tenemos que entender que la batalla es de Dios.

48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. 51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza.

Lo importante no es nuestra elocuencia. O la calidad del sistema de sonido. O lo buena que es la música. Podemos hacer algo muy humilde, pero cuando lo hacemos en fe, Dios se levanta y pelea.

Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron. 52 Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53 Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento.

Ese ejército solo necesitaba un hombre de fe para movilizarse. Le corresponde a Saúl, pero él es un fracaso. Este joven pastor lo hizo con fe. Es la chispa que necesitan. No queremos súper-estrellas. Queremos movilizar todo el pueblo de Dios para hacer proezas.

¿Puedes tú ser ese David que quitara el oprobio de la iglesia de Cristo? ¿Tienes el corazón de David, un corazón conforme al corazón de Dios? ¿Cuál es el desafío del diablo en tu vida ahora? ¿Quién es tu Goliat? No seas como Saúl y el ejército de Israel. Tira la piedra que Dios te dé en fe y vence al enemigo.

Abre los ojos para ver el poder de Dios; 2 Reyes 6:8-23

Estamos empezando un nuevo año, y siempre hay optimismo de que será mejor que el anterior. Lo que sí sabemos es que Dios tiene el control, aunque a veces la vida se siente abrumadora. En esta palabra vamos a ver la importancia de los ojos. ¿Los tenemos fijados en Jesus, en el premio, en el cielo? ¿O en las malas noticias en las pantallas y las circunstancias que nos rodean? La realidad es que estamos en una guerra, pero Dios quiere darte la victoria. Voy a compartir 12 estrategias para derrotar al enemigo.

2 Reyes 6:8

Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento.

Durante esos años, Israel, las diez tribus del norte, siempre estaba en guerra con Siria. Los reyes de Israel eran corruptos y provocaron el juicio de Dios contra el país. Siria fue a menudo su instrumento para castigarlos. Este era el plan sencillo de Siria para acampar y luchar contra el pueblo de Dios.

Dios puede permite que alguien esté en contra para llamar nuesta atención. Incluso puede ser un familiar, un jefe o un amigo. ¿Hay una batalla en tu vida ahora? ¿Será que Dios quiere glorificarse a sí mismo en esa batalla? ¿Tienes idea de donde está el campamento del enemigo ahora? ¿Podría tener una fortaleza en tu vida que use para atacarte?

1: Analiza lo que está sucediendo en el mundo, el país, esta iglesia y tu familia para discernir donde el enemigo tiene su campamento. El diablo no es estúpido. Él tiene una estrategia. Sabemos que su objetivo es hurtar, matar y destruir.

Claro que los planes de alguien que hace la guerra deben mantenerse en secreto. Pero el rey de Siria se está metiendo con el pueblo de Dios. Aunque estén en pecado, Dios todavía los ama y los protegerá. Dios permite esta batalla para glorificarse y enseñar algo a su pueblo. A pesar de todo el pecado en el país, hay un remanente de profetas y gente que sirve a Dios. Sobre todo hay un varón de Dios que tiene uno de los ministerios más milagrosos de toda la Biblia.

Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. 10 Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse.

El rey Joram de Israel no era un hombre piadoso. Así que es impresionante que escuchó la palabra de Eliseo e hizo lo necesario para cuidarse. Lo hizo una y otra vez.

Hoy podríamos decir que Eliseo está operando con una palabra de ciencia. Es el conocimiento sobrenatural de lo que está pasando en una persona o situación. Nos muestra que existe un entorno sobrenatural. La mayor parte del mundo no tiene idea de que tal entorno existe. Están completamente envueltos en este mundo físico con sus placeres y materialismo. Pero Dios es omnisciente. Él sabe todo lo que está pasando, incluso en tu corazón en este momento. En la vida de ese hijo que dejó al Señor y vive en el mundo. En la asamblea legislativa. Dios lo sabe todo y nos puede revelarlo.

2: Escucha la Palabra de Dios si quieres sobrevivir en esta guerra. Ya sea de un profeta, un pastor, la Biblia o la voz del Espíritu. Esta es una guerra espiritual, y si militamos según la carne, con armas carnales, vamos a perder la batalla.

El conocimiento que Dios nos da puede ser solo para nosotros. Pero generalmente es para cumplir sus propósitos y proteger a su pueblo, y es nuestro deber advertir a la gente. A menudo, el creyente tiene miedo de equivocarse o de ser rechazado. Pero es una falta de amor no compartir una palabra que puede salvar la vida de alguien – o de un país. Así como es pecado tener la palabra de salvación y liberación y no compartirla con alguien atado en su pecado.

El rey ha aprendido que la palabra de Eliseo es digna de confianza. De la misma manera, queremos establecer esa reputación de hablar la verdad y establecer credibilidad con otros. ¿Conoces a alguien de confianza que pueda traer una palabra de Dios para ti? Cuando recibas una palabra, es sabio orar al respecto, pedir el discernimiento del Espíritu, probar la palabra y posiblemente consultar a un pastor o alguien en quien confíes. Si es de Dios, es importante actuar de acuerdo con esa palabra para cuidarte. Dios te ayudará a escapar de las trampas del diablo también. No vayas al campo del enemigo, a menos que Dios te envié allá. Es mejor huir del enemigo y resistirlo si te enfrentas a él.

3: Huye de los lugares peligrosos, donde puedas caer en la tentación y el pecado.

11 Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel?

Obviamente, es muy frustrante para el rey de Siria. El no conoce a Dios y no opera en ese ambiente espiritual. Solo puede creer que hay un traidor entre sus siervos. Eso es duro: no confiar en tu propia familia, tus empleados o tus siervos. Tal vez tu sepas lo que es ser traicionado por alguien de tu familia o por un amigo.

4: Para triunfar, sé consciente de los dos ámbitos: lo que está sucediendo aquí en la tierra, pero también lo que está sucediendo en los cielos. Hay que estar alineado con el Dios soberano del universo. Todo lo que Él dice es verdad. No confíes en lo que dice el diablo. Él es el padre de la mentira y te engaña para destruirte.

12 Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

El rey no lo sabe, pero sus siervos sí. A menudo es así, que la gente común tiene más conocimiento de lo que está sucediendo en la calle. Tienen más sentido común. Son más espirituales. Eliseo es famoso y ellos saben cómo el rey de Israel escapa de su enemigo.

Es muy incómodo saber que otra persona – el pastor, un varón de Dios, un profeta – puede saber lo que dices en tu cámara más secreta. Pero así es.

5: Vive transparente ante Dios. No le ocultes nada. Es imposible escapar de Él. El ve todo lo que usted hace en los lugares más oscuros y escondidos. Él sabe lo que ves y escribes en tu teléfono. Él conoce alos pensamientos de tu corazón.

13 Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán.

La reacción natural es prenderlo. Detenerlo. Tal vez obligarlo a cumplir sus propósitos y compartir lo que está pasando con sus enemigos. Pero es peligroso pelear con Dios y apagar la obra del Espíritu Santo. Algunos de ustedes ya lo saben.

14 Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.

Este rey está en serio. Para prender a un solo profeta, envía un gran ejército. No quiere ninguna posibilidad de que se escape. Le fue revelado a Eliseo lo que el rey dijo en su cámara sobre la guerra, pero él no sabía nada sobre este gran ejército que fue enviado contra él. Eso puede pasar con nosotros: Dios nos revela una palabra o una enseñanza para ayudar a otros, pero no tenemos el mismo discernimiento cuando el enemigo envía un ejército contra nosotros. O podemos pensar que estamos exentos porque somos muy espirituales.

6: Puede que el enemigo esté preparando un gran ejército para venir contra ti de noche y sitiar tu hogar. ¿Estás preparado?

15 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: !!Ah, señor mío! ¿qué haremos?

¿Has experimentado eso cuando te despiertas de mañana? Dejas la casa para disfrutar del amanecer y te encuentras sitiado por multitud de enemigos. Los problemas del día parecen abrumadores. Algo inesperado te espera en un mensaje de WhatsApp. Pensabas que debido a que estás sirviendo a Dios o a sus siervos en la iglesia, no habrá ningún problema. Pero olvidaste que ahora eres un blanco para el enemigo. Si eres un Eliseo, el diablo quiere eliminarte. Y como el siervo de Eliseo, si estás asociado con un varón de Dios, tú también serás un blanco de sus ataques.

El siervo de Eliseo se llama Giezi. Según el capítulo 5, estuvo afligido con lepra para siempre– y su descendencia, porque tomó por sí mismo bienes del sirio Naamán, a quien Dios sanó. No sabemos si tenía lepra aquí, o si esto sucedió antes de que fuera castigado con la lepra. Pero Giezi me recuerda de los discípulos de Jesús. El pasó mucho tiempo con Eliseo y se supone que ya tendría la fe para clamar a Dios o incluso proclamar alguna palabra contra ese ejército. Pero tal como los discípulos de Jesús en la tormenta, no tiene la fe para reprender a las olas o, en este caso, al enemigo. La reacción natural es el temor.

Lo bueno aquí es que él vio al ejército antes de que llegara a la casa. Es mejor ver lo que el enemigo se ha levantado contra ti antes de que llegara a tu casa. ¿Hay un ejército sitiando tu familia ahora? ¿O tu iglesia? ¿O tu país? Tal vez hoy tú, como Giezi, digas: Ah, ¡Señor mío! ¿Qué hare?

16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

7: No te rindas al temor. Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo. No tengas miedo. Más son los que están contigo que los que están con tu enemigo.

Esa es la actitud de fe. Eliseo puede ver más allá de las circunstancias. Tiene ojos espirituales.

8: No confíes demasiado en lo que ves o escuchas en lo natural. A menudo las cosas no son lo que parecen. Tu  batalla no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades. La verdadera batalla está en los cielos y la tenemos que pelear con armas espirituales.  No importa los números o cuán grande parezca el problema. Tú y Dios siempre son mayoría.

Recibe esta palabra: No tengas miedo. Dios tiene el control. No se ha olvidado de ti. Nunca te desampararás. No te ha abandonado. Con fe como una semilla de mostaza tú puedes decirle a la montaña: Muévete.

17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Parece que Eliseo ya tenía los ojos abiertos. Ya podía ver en el Espíritu la provisión de Dios. El no declaró nada. No reprendió al enemigo. Simplemente le rogó al Señor que Dios le abriera los ojos para que vea.

9: Cuando nos enfrentamos al enemigo es importante que tu familia tenga la misma visión. Que todos tengan los ojos abiertos. Es importante que toda la iglesia vea la verdadera naturaleza de la batalla.

Aquí Dios no le reveló qué hacer. Simplemente ora a Dios por esos ojos abiertos.

10: Dios tiene un gran ejército a su disposición para ayudarte en las batallas de esta vida. ¿Crees que puede haber carros de fuego a tu alrededor cuando ingresas a tu trabajo o sales a un distrito peligroso para evangelizar?

18 Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.

Otra vez Dios no le revela qué hacer. Creo que tal como los discípulos en el mar, Dios quiere que crezcamos para ejercitar nuestra fe. Eliseo no manda ni declara nada. Le oró a Dios. A pesar de los carros de fuego y toda la gente de a caballo del gran ejercito de Dios, los sirios descendieron a él.

11: Dios puede permitir que el enemigo descienda a ti. Pero Eliseo no entró en pánico, y no hay razón para temer cuando el enemigo desciende sobre ti.

Hay momentos en que Dios confundió al enemigo para matarse entre sí. Otras veces, el ejército de Israel tuvo que pelear. Pero aquí todo es una cuestión de visión, de lo que vieron. Hay gente ya ciega en el mundo. Dios puede abrir sus ojos. Y Dios puede cegar a la gente también.

19 Después les dijo Eliseo: No es este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.

Esto es un poco complicado, porque Eliseo le miente a su enemigo. Seguro que están asustados. Pero Eliseo sale muy confiado para hablar con ellos. Él es el hombre que buscan, pero ellos no lo saben. Muchos en esa situación huirían. Pero qué lindo tener la fe y el denuedo para guiarlos. Igual tiene mucho denuedo cuando llegan a su destino:

20 Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria.

¡Imagínate la sorpresa cuando se encuentren en medio de la capital de Israel! Por tercera vez, Dios responde inmediatamente a la petición de Eliseo. Se nota la autoridad impresionante de Eliseo. Incluso el rey lo consulta para saber qué hacer:

21 Cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío? 22 Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores.

Eliseo propone algo radical: Dejarlos irse después de alimentarlos. No sabemos cuántos son, ni por qué no intentaron a matar a Eliseo o el rey.

23 Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.

Jesús no nos manda amar al diablo o sus demonios, sino a nuestros enemigos terrenales.

12: Ama a tus enemigos aquí en la tierra y ora por ellos.

Parece que no fue solo pan y agua, sino una gran comida. Se puede pensar que seguramente se aprovecharán de esta misericordia para volver y atacar a Israel. Pero dejaron a Israel en paz. Por un rato. Parece que son las bandas armadas que nunca volvieron. Porque el siguiente versículo dice que el rey de Siria con su ejército sitió a Samaria.

Jesús dijo que haríamos las obras del Hijo de Dios y aún mayores, y yo creo que podemos hacer las obras de Eliseo por medio del poder del Espíritu Santo. No veo ninguna razón por la que usted no pueda hacer lo que hizo Eliseo.

Qué hacer cuando te encuentras en un calabozo; Hechos 16:6-40

En este libro de Hechos hemos visto un patrón sencillo para alguien que quiere ser útil en las manos del Señor: estar disponible, escuchar su voz y obedecer lo que dice. Aquí vemos a Pablo siguiendo ese patrón, y una progresión de tres etapas muy parecida a la vida de nuestro Señor Jesús. Pablo andaba como Cristo anduvo.

Prepararte para la obra que Dios tiene para ti

Primero, en la comodidad del hogar y la iglesia, esperamos en el Señor para discernir su voluntad:

Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia. Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.

Aquí Pablo llama a las puertas, y las encuentra cerradas. No está en pecado; estoy seguro de que había orado y sabe que había una gran necesidad en Asia (la que ahora es Turquía). Pablo está disponible, y tiene un deseo ardiente de predicar el evangelio en todo el mundo. Hay un dicho: “no se puede dirigir un carro estacionado;” a veces tenemos que tocar  varias puertas antes de que se abra una. Pero también hay momentos en que tenemos que orar y esperar. Si hay una duda o inquietud, puede ser mejor quedarse donde estás hasta que recibas una confirmación para mover.

¿Cómo no les permitió el Espíritu predicar en Bitinia? ¿Cómo les fue prohibido por el Espíritu predicar en Asia? No sabemos. Puede ser debido a circunstancias, el consejo de un hermano en Cristo o una voz interior. ¿Ha habido ocasiones en tu vida en las que dirías que el Espíritu te prohibió hacer algo, o cuando Él no permitió algo? En mi experiencia, empieza con una inquietud, casi un pavor. Algo que en sí es bueno de repente siembra temor en tu corazón. Algo que tenías muchas ganas de hacer, de repente es como lo último que quieres hacer.

En ese momento tienes que discernir:

  • ¿Es la oposición del diablo? ¿Tenemos que batallar contra él? Satanás también puede impedirnos. Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 2:18: Sí, deseábamos visitarlos —yo mismo, Pablo, más de una vez intenté ir—, pero Satanás nos lo impidió.
  • ¿Está el Señor probándonos o enseñándonos perseverancia y fe?
  • ¿O es un simple “no” de Dios?

Hay gente terca que insiste en seguir adelante e ignorar la dirección del Espíritu, pero es muy peligroso entrar en un lugar donde el Espíritu te ha prohibido entrar. He oído historias de misioneros que fueron prohibidos para entrar en un país, y resulta que hubo un golpe de estado y sería muy peligroso para ellos allí. Hay muchas historias de alguien que cree que Dios no quiere que aborde un vuelo, y ese avión se estrelló. Aprende a escuchar la voz tierna del Espíritu.

Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas. Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». 10 Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir hacia Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar el evangelio a los macedonios.

Una visión nocturna es parecida a un sueño, pero más impresionante y más memorable. Pablo estaba disponible; ahora recibe una llamada clara para ir a Macedonia, y en seguida obedece. Hasta ahora ha estado con sus hermanos, esperando en el Señor. Es como nosotros, en hermosos momentos de comunión con Dios en casa, o en la iglesia con el compañerismo cariñoso de los hermanos. Pero después de ese culto lindo el domingo, el lunes tenemos que volver a trabajar o estudiar, o lidiar con los problemas en el hogar. Pablo y sus compañeros (Silas, Timoteo y Lucas) ya están entrando en la segunda etapa.

Entrando al campo de batalla

Ahora arrancan su misión, listos para invadir el territorio del diablo y proclamar las buenas nuevas. Pero, tal como Jesucristo, están en un camino que termina con la cruz.

11 Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. 12 De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese distrito de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.

Cruzan el mar Egeo a Macedonia en barco, primero a Samotracia (una pequeña isla montañosa) y al día siguiente a Neápolis. Como de costumbre, Pablo va primero a la ciudad principal de la provincia; de allí salen para evangelizar los otros distritos.

En Filipos encuentran una ciudad pagana y próspera (había minas de oro y plata cercanas). A la entrada de la ciudad, un arco anunció que las religiones desconocidas estaban prohibidas en la ciudad. Era una ciudad muy romana, con muchos soldados romanos retirados. No había sinagoga, y posiblemente tampoco judíos.

Cuando llegaron, no empezaron a evangelizar de inmediato, sino que pasaron unos días en oración, posiblemente en ayuno, conociendo la ciudad, para discernir cuáles son los principados y potestades que operan en ella. Se enteraron de que hay una reunión de oración junto al rio, y esperan el sábado.

13 El sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla del río, donde esperábamos encontrar un lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido.

Son obedientes a la prohibición de evangelizar dentro de la ciudad. En aquel entonces, como hoy, a menudo son las mujeres las que se reúnen para orar. Es un pequeño comienzo, pero atrae la atención del maligno.

Al principio se puede cuestionar por qué Dios los llamó a Macedonia. No parece un campo muy fértil. No hay sinagoga. No pudo predicar en el foro. En su primera reunión solo hay unas pocas mujeres. No hay milagros ni liberaciones. Pero empezamos con lo que el Señor nos da, y muchos milagros y grandes números no son siempre el signo del éxito. En la primera ronda, Cristo gana un alma.

14 Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. 

La púrpura era una tela costosa, que fue llevada como una muestra de nobleza o realeza. Tiatira, una de las 7 iglesias que recibió cartas en Apocalipsis, era una ciudad en el interior de Asia, a unos 600 km de Filipos. Los tintoreros de Tiatira eran famosos por su conocimiento del secreto de la tintura púrpura con la raíz de rubia. Lidia vino a Filipo para vender púrpura. Era extranjera, bastante rica y posiblemente más conocedora del judaísmo que los demás.

Nosotros tenemos que hacer nuestra parte y anunciar la palabra, pero el Señor abre los corazones para escuchar y responder al mensaje. Hay que orar para que Dios abra los corazones de los compañeros de trabajo, amigos y familiares.

15 Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa». Y nos persuadió.

Muchas veces una iglesia empieza con una familia. En el pasado, con familias muy grandes, podría incluir a mucha gente; hoy no tanto. Parece que de las mujeres allí junto al rio, solo Lidia aceptó al Señor, y entonces compartió la palabra con su familia (nunca menciona un esposo). Como comerciante, ella tenía una casa grande y cómoda. Ya el Señor ha provisto un lugar, y los hermanos permanecen allí, en obediencia a las instrucciones que Jesús les había dado a sus discípulos (Lucas 10:7).

La batalla intensifica: Choque de reinos

Cuando nos involucramos en la obra del Señor y el Espíritu Santo se manifiesta con conversiones y milagros, el diablo y sus demonios también se manifestarán:

16 Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos. 17 Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: —Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.

Muchas veces habrá oposición en el camino a la iglesia, a la oración: una discusión con la esposa, problemas con los hijos o un carro que no arranca. Esta muchacha era una esclava; tenía amos, y ellos probablemente la estaban abusando.  A menudo, en el ministerio de Jesús, la persona endemoniada lo reconoció como el Hijo de Dios (mucho más que la gente religiosa). Los demonios reconocen a los verdaderos siervos de Dios; les tienen temor, pero por alguna razón también les llaman la atención. No te preocupes si los demonios se manifiestan en tu presencia; es una confirmación de que tú estás lleno del Espíritu de Dios.

En el griego este espíritu se llama un espíritu pitónico. Los espíritus tienen nombres, y este es un espíritu muy feo. Está presente en el mundo de hoy, a veces en la iglesia, donde se disfraza como un espíritu de profecía. La adivinación es predecir el futuro; realmente puede tener alguna revelación del futuro, pero como siempre con el diablo, se mezcla con mentiras.

Pablo no quiere este tipo de testimonio. En primer lugar, era contra la ley evangelizar dentro de la ciudad, y no quería atraer la atención del pueblo. La gente pagaba para los servicios de la muchacha; ella ganaba mucho dinero para sus amos, y Pablo no quería problemas con ellos.

La segunda ronda: Cristo gana una mas

18 Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y reprendió al espíritu: —¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!

Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.

¿Por qué esperó tanto Pablo para reprender al espíritu? Posiblemente ya sabía que habría consecuencias feas por parte de sus amos. Puede ser una pandilla de narcotraficantes, prostitutas o gente con otro vicio, pero siempre es peligroso cuando nos entrometemos en cuestiones del dinero. Fueron “muchos días” que ella los siguió; Pablo finalmente se hartó y reprendió al espíritu con autoridad, en el nombre de Jesús. Tú tienes ese mismo poder y autoridad para reprender a los espíritus inmundos, pero no es algo que hagamos a la ligera; hay que estar preparado espiritualmente y listo para las consecuencias.

Nuestra tendencia es pensar que cuando andamos así en el poder de Dios, habrá bendición y todo va a estar bien, pero muchas veces no es así. Puede ser que tú  ames al Señor y estés caminando en obediencia a Él, pero de repente todo el infierno se ha desatado. No necesariamente significa que estás en pecado o que Dios está enojado contigo.

Tercera ronda: Se acercan a la cruz azotados por del enemigo

19 Cuando los amos de la joven se dieron cuenta de que se les había esfumado la esperanza de ganar dinero, echaron mano a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades. 20 Los presentaron ante los magistrados y dijeron: —Estos hombres son judíos, y están alborotando a nuestra ciudad, 21 enseñando costumbres que a los romanos se nos prohíbe admitir o practicar.

Los amos no tenían interés en el bienestar de la muchacha; solo están pensando en el dinero y su placer, abusando a la muchacha. Además de las cuestiones de raza, cultura, religión y economía, Pablo y sus compañeros habían violado la norma de no introducir nuevas creencias en la ciudad.

22 Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran.

No sabemos qué pasó con Timoteo y Lucas, pero allí están el gran apóstol con Silas, desnudos. Ser azotado con varas era algo muy fuerte. Azotaron todo el cuerpo, incluso los pies, para quebrar los huesos de los pies. Los judíos tenían un límite de 39 latigazos, pero los romanos no tenían límite. Muchos murieron por el azoteo de varas.

23 Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. 24 Al recibir tal orden, este los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo.

Están ensangrentados, desnudos y con alta seguridad, en el calabozo más adentro de la cárcel, con los pies en el cepo. Estaban en una provincia romana, pero claramente extranjeros, y sin abogado. La situación está muy mala. ¿Por qué? ¿Dónde está Dios? ¿Qué hicieron mal? ¿Han pecado? ¡No! En este mundo hay momentos cuando estemos azotados con varas, emocionalmente y espiritualmente, y parece que el enemigo ha ganado la batalla. No hay esperanza. Pablo está listo para morir. Años después él escribió a la iglesia en Filipos:

Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.  Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé!  Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor,  pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo (Filipenses 1:21-24).

¿Te sientes como si estuvieras en el calabozo más adentro de una prisión? ¿Atado por el enemigo? ¿Cautivo de algún pecado? ¿Estás pasando por circunstancias muy duras? Puede que no veas ninguna salida. Solo haya oscuridad. Los pies están en el cepo. La victoria parece imposible. Pero tu circunstancia, ¿está peor que la de Pablo y Silas? Creo que no. Entonces, ¿qué esperanza hay? ¿Qué puedes hacer?

El varón de Dios se levanta para la cuarta ronda

25 A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. 

Cuando no hay más nada que puedas hacer, alaba a Dios. Hay poder en la alabanza. Adoramos a Dios no solo porque se siente bien y la música es linda; el diablo huye frente a nuestras alabanzas. Puede que no tengas una Biblia, pero siempre puedes orar y adorar. A medianoche, Pablo y Silas cantan alabanzas a Dios. En la hora más oscura, alaba a Dios. Con el corazón quebrantado, alaba a Dios. Cántale al Señor. En la ducha, alaba a Dios. ¿Y si los vecinos te escuchan? Confía en Dios que Él usará tu testimonio. Hay un corrito viejo: “Cuando el pueblo del Señor alaba a Dios, suceden cosas maravillosas. Hay sanidad, liberación, se siente la bendición.” ¿Estaban declarando su liberación? ¿Pidieron la libertad de los demás prisioneros? ¿Declararon un gran terremoto? No lo creo. Creo que en su oración pidieron un milagro, pero entregaron sus vidas otra vez a Dios, confiando en Él, y entonces empezaron a alabar y adorar.

La alabanza suelta una gran victoria para Dios

26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.

Cuando Cristo murió en la cruz, el diablo creyó que había vencido al Hijo de Dios. Jesús estaba en el sepulcro, muerto. Pablo está en el calabozo más adentro, casi muerto, pero Dios siempre tiene la última palabra.

Cuando Jesús resucitó, hubo un terremoto: Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella (Mateo 28:2). Ahora hubo otro gran terremoto.

No tenemos que saber cómo Dios va a hacerlo; en este caso Él fue mucho más allá de sus expectativas. ¿Crees que Dios puede mandar un gran terremoto? ¡Seguro que puede! ¡No hay nada difícil para Él! Puede sacudir los cimientos de tu casa, tu pueblo y tu país. Puede abrirte puertas, y romper todas las cadenas de tu vida.

Cuando Dios bendice tu vida, muchas veces tu familia y todos los que te rodean beneficiarán también: todas las puertas se abrieron y todas las cadenas de los presos se les soltaron.

27 El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó: 28 —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí!

Dios abrió las puertas y los soltó de sus cadenas. Les dio la oportunidad de salir y escapar de la ciudad. Pero no, se quedaron adentro, y Dios también hizo algo impresionante en los demás presos: ninguno de ellos huyó. Tal vez estaban abrumados con el poder y la gloria de Dios, y las alabanzas de Pablo y Silas tocaron sus corazones.  Pablo se levanta en autoridad: Dios vino para salvar, no para matar, y Pablo sabe que Dios ama al carcelero también.

Otra ronda, de noche, y una familia ganada para Cristo

29 El carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego los sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?

Cuando tú tienes el favor de Dios, gente poderosa del mundo vendrá temblando y se postrará a tus pies, buscando la bendición de Dios. ¿Crees que Dios también puede trabajar en tu vida de tal manera que otros vean el poder de Dios y te pregunten cómo ser salvo?

31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.

La salvación es una cuestión de fe y relación con Jesucristo. De este verso surge una creencia común de que la salvación de toda la casa es prometida cuando tú aceptas a Jesús. Es la voluntad de Dios, y muchas veces sucede como resultado de tu testimonio, pero no es automática. Cada persona necesita fe y tiene que tomar esa decisión; tu fe no puede salvar a otra persona. Puedes orar por él en fe y testificar en fe, pero él tiene que tomar su propia decisión.

32 Luego les expusieron la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa. 33 A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia. 34 El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia por haber creído en Dios.

Podría haber sido la una de la mañana. No importa. No sabemos qué pasó con los demás presos. Pablo y Silas están cubiertos de sangre y gravemente heridos, pero antes que nada hablaron la palabra de Dios a todos en la casa. Luego el carcelero lavó sus heridas, y tal vez en el mismo lugar donde los limpió, el carcelero y su familia fueron bautizados. Otra vez vemos la importancia del bautismo; no esperaron la mañana o un culto con los otros creyentes. Tal vez Dios sanó las heridas de Pablo y Silas, y todos comieron. Dios llenó esa casa de gozo.

El final de la historia: expulsados de la ciudad

35 Al amanecer, los magistrados mandaron a unos guardias al carcelero con esta orden: «Suelta a esos hombres». 36 El carcelero, entonces, le informó a Pablo: —Los magistrados han ordenado que los suelte. Así que pueden irse. Vayan en paz.

37 Pero Pablo respondió a los guardias: —¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida.

Ellos no huyeron por las puertas abiertas de la cárcel, y ahora los magistrados les ofrecen su libertad. Otra vez parece que Dios está moviéndose a su favor. El carcelero se complace en comunicar esa decisión, pero Pablo dice que no: Era ilegal azotar a un ciudadano romano con varas o echarlos en la cárcel sin sentencia. Evidentemente, Silas también era ciudadano romano; era un valioso privilegio, difícil de conseguir. Dios había preparado esa bendición para ellos de antemano. No es pecado reclamar tus derechos ante la ley.

38 Los guardias comunicaron la respuesta a los magistrados. Estos se asustaron cuando oyeron que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, 39 así que fueron a presentarles sus disculpas. Los escoltaron desde la cárcel, pidiéndoles que se fueran de la ciudad. 40 Al salir de la cárcel, Pablo y Silas se dirigieron a la casa de Lidia, donde se vieron con los hermanos y los animaron. Después se fueron.

Ahora los magistrados tienen temor; ruegan a los hermanos que salgan. Tienen un culto final, y se van de la ciudad. ¡Qué introducción a Macedonia!

Pablo y Silas casi murieron. Dejaron dos familias y algunos presos en Filipos para establecer una iglesia. Al principio pareció una derrota, una gran victoria para el diablo. Pero Dios es fiel, y Él se glorificó de una manera muy impresionante. No importa donde estés o que esté sucediendo en tu vida. Alaba a Dios. Él puede mover montañas.

 

Pablo empieza su segundo viaje con un nuevo compañero; Hechos 15:36-16:5

36 Algún tiempo después, Pablo le dijo a Bernabé: «Volvamos a visitar a los creyentes en todas las ciudades en donde hemos anunciado la palabra del Señor, y veamos cómo están». 

Después de un descanso (14:35), a Pablo se le ocurre algo muy importante: Un seguimiento para animar a los ancianos y las iglesias que plantaron en su primer viaje. Sin los medios de comunicación que tenemos hoy, sería muy difícil saber cómo estaban.

Conflicto entre Pablo y Bernabé

37 Resulta que Bernabé quería llevar con ellos a Juan Marcos, 38 pero a Pablo no le pareció prudente llevarlo, porque los había abandonado en Panfilia y no había seguido con ellos en el trabajo. 

Juan Marcos viajaba entre Jerusalén (ayudando a Pedro) y Antioquia. Era un joven capacitado y dotado, y primo de Bernabé. Ese apóstol, con su buen corazón para animar a otros, quiere darle a Juan Marcos otra oportunidad, pero a Pablo no le pareció prudente. Es un equilibrio delicado: Queremos mostrar perdón, misericordia, gracia y compasión; ese era el personaje de Bernabé. Pero también hay cuestiones prácticas de arreglos y el inconveniente cuando alguien con quien cuentas abandona la misión. En el ministerio necesitamos límites con gente que carece de madurez; ya sea emocional, espiritual o personal.

39 Se produjo entre ellos un conflicto tan serio que acabaron por separarse.

Se espera que en el Señor, con ayuno y oración, podamos llegar a un acuerdo, pero también existen conflictos entre cristianos. A veces parece que la única solución es separarse (¡eso no se aplica a un matrimonio, que es un pacto hecho ante Dios!). Puede ser también algo que debería reconocerse sin un conflicto tan serio: Dios tiene planes distintos para dos personas que han trabajado juntas y es hora de separarse. Eso puede pasar con una iglesia también; a veces gastamos mucha energía para mantener la situación cuando Dios ya está dirigiendo un cambio.

39Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre, 40 mientras que Pablo escogió a Silas. Después de que los hermanos lo encomendaron a la gracia del Señor, Pablo partió 41 y viajó por Siria y Cilicia, consolidando a las iglesias.

Bernabé volvió a su tierra natal. Lamentablemente, no dice que Bernabé fue encomendado a la gracia del Señor por la iglesia, y no sabemos nada más sobre él; desaparece de la historia de la iglesia. Esperamos que Bernabé todavía fuera útil en las manos del Señor; una situación como ésta puede desalentar a alguien hasta que abandone el ministerio o incluso su fe. Más tarde, Marcos era compañero de Pablo en su ministerio (2 Timoteo 4:11, Filemón 1:24).

Pablo partió con Silas, uno de los ancianos enviados de Jerusalén con la carta del concilio. Silas sería un fiel ayudante de Pablo. Es interesante que al principio (12:1) fue el Espíritu Santo quien escogió a Pablo y a Bernabé; aquí Pablo escogió a Silas. A mí me parece mejor cuando el Espíritu lo hace, pero también puede ser el derecho de un apóstol tomar esa decisión. La meta era “visitar a los creyentes en todas las ciudades” donde Pablo y Bernabé predicaron, pero Pablo le da Chipre a Bernabé.

16:1Llegó Pablo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos en Listra y en Iconio hablaban bien de Timoteo, así que Pablo decidió llevárselo. Por causa de los judíos que vivían en aquella región, lo circuncidó, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén, para que los pusieran en práctica. 

En el tiempo transcurrido entre la primera visita a Listra y ésta, la iglesia ha engendrado a un discípulo que ya se había distinguido en el ministerio. Pablo decide llevárselo, tal vez recordando el ejemplo de Bernabé y como él había llevado a Saulo.

Aquí sucede algo que puede parecer una contradicción. Uno de los propósitos de Pablo es comunicar el contenido de la carta del concilio de Jerusalén a estas iglesias, la cual dice que un cristiano gentil no tiene que ser circuncidado. Timoteo se encuentra en una situación difícil: Tiene un padre gentil, pero una madre judía, y los judíos todavía creían que era necesario circuncidar a un judío. Para no ofenderlos, Pablo lo circuncidó. Timoteo sería uno de sus discípulos más importantes. Otra vez tenemos ese ejemplo de un apóstol o líder cristiano que se da cuenta del potencial de un joven y lo lleva a un ministerio juntos.

Y así las iglesias se fortalecían en la fe y crecían en número día tras día.

Es breve, pero característicamente Lucas termina esta porción (el final de la historia del concilio y cómo implementaron su decisión) con un resumen del estado de la iglesia. Es muy positivo: Con el asunto de los gentiles aclarado, las iglesias experimentaron dos cosas que Dios quiere para cada iglesia: fortalecerse en la fe (crecer espiritualmente) y crecer en número día tras día. La naturaleza del cuerpo de Jesús es el crecimiento. Si no hay, hay algo mal.

El concilio de Jerusalén; Hechos 15:1-35

1Algunos que habían llegado de Judea a Antioquía se pusieron a enseñar a los hermanos: «A menos que ustedes se circunciden, conforme a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos». 

Con la inclusión de los gentiles y otras culturas, y la expansión de la iglesia, habrá este tipo de problema. Hemos notado que esta iglesia en Antioquía tenía gente de varias provincias y de habla griega, y no estaban guardando toda la ley de Moisés. La situación era muy diferente en Jerusalén, donde las costumbres judías todavía tenían mucha influencia. A través de los siglos la iglesia ha enfrentado muchas diferencias teológicas, y de prácticas en la vida diaria. Este capítulo provee un modelo de cómo resolverlos. La meta es mantener la unidad, y durante varios siglos la iglesia tenía bastante éxito con eso. Hoy hemos perdido el concepto de la autoridad delegada de Cristo a sus apóstoles, quienes supervisan todas las iglesias. Si hay desacuerdo, las iglesias se dividen; forman una nueva denominación o un nuevo concilio, o se proclaman “independientes” de toda autoridad eclesiástica. En este caso, podría haber resultado en una iglesia de los circuncisos, y otra de los no circuncisos.

Este capítulo determinará la dirección del resto de Hechos: ¿Siempre será una secta judía centrada en Jerusalén que reconoce a Jesús como su mesías? ¿O seguirá extendiéndose en el campo gentil hasta la misma capital del imperio, hasta Roma?

Esto provocó un altercado y un serio debate de Pablo y Bernabé con ellos.

Los hermanos de Judea estaban entrando en el territorio de otra iglesia sin respetar la autoridad de su liderazgo. Más tarde Pablo escribiría de alguien que quiere imponer la ley judía: El que los está perturbando será castigado, sea quien sea (Gálatas 5:10).

Es posible que Pablo escribió la carta a los Gálatas reflexionando sobre esta situación:

Pues bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable. Antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, Pedro solía comer con los gentiles. Pero, cuando aquellos llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por temor a los partidarios de la circuncisión. Entonces los demás judíos se unieron a Pedro en su hipocresía, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita.

Cuando vi que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo? Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”.  Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por estas nadie será justificado (Gálatas 2:11-16).

Pablo y Bernabé estaban de vuelto de su viaje misionero. Eran líderes de la iglesia, y habían visto a muchos gentiles recibir el evangelio. Pablo era un hombre terco, pero Dios lo usó en gran manera para preservar la sana doctrina de la justificación por la fe. No iba a ceder en este punto, que es el fundamento mismo del evangelio, y volvió a surgir en la Reformación, cuando muchos creyentes (como Martín Lutero) abandonaron la Iglesia Católica. La cuestión era: ¿Es suficiente la fe en Cristo para la salvación? ¿O es Cristo, más la circuncisión, más la ley o más alguna otra obra? Todas las otras religiones del mundo cuentan con alguna obra necesaria para alcanzar a Dios. Es una tentación constante para los cristianos de hoy también; tal vez no lo digan explícitamente, pero en su práctica y sus enseñanzas, muchos agregan algo más que es necesario para ser un buen cristiano.

Entonces se decidió que Pablo y Bernabé, y algunos otros creyentes, subieran a Jerusalén para tratar este asunto con los apóstoles y los ancianos. 

Tomaron la decisión de apelar a los apóstoles y ancianos de la iglesia madre en Jerusalén.

Enviados por la iglesia, al pasar por Fenicia y Samaria contaron cómo se habían convertido los gentiles. Estas noticias llenaron de alegría a todos los creyentes. Al llegar a Jerusalén, fueron muy bien recibidos tanto por la iglesia como por los apóstoles y los ancianos, a quienes informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos.

Otra vez, tal como en su viaje misionero, fueron enviados por la iglesia (probablemente con ayuno y oración). El viaje les ofreció la oportunidad de compartir lo que Dios había hecho entre los gentiles. La oportunidad de compartir durante el viaje y la bienvenida que recibieron en Jerusalén los dejaron muy animados.

Entonces intervinieron algunos creyentes que pertenecían a la secta de los fariseos y afirmaron: —Es necesario circuncidar a los gentiles y exigirles que obedezcan la ley de Moisés.

No es de sorpresa que fueron los fariseos que habían recibido a Cristo quienes sostenían firmemente la importancia de la circuncisión y la obediencia a la ley.

Los apóstoles y los ancianos se reunieron para examinar este asunto. 

Estos son los que tienen la autoridad para determinar cuál sería la doctrina de la iglesia.

Después de una larga discusión, Pedro tomó la palabra:

—Hermanos, ustedes saben que desde un principio Dios me escogió de entre ustedes para que por mi boca los gentiles oyeran el mensaje del evangelio y creyeran. Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe. 10 Entonces, ¿por qué tratan ahora de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? 11 ¡No puede ser! Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús.

Pedro responsabiliza a Dios por su cambio de opinión. Fue Dios quien escogió a Pedro y Dios quien conoce el corazón humano. No aceptar esa iniciativa es provocar a Dios. Para Pedro, la visión que tuvo en Jope (Hechos 9), y la conversión milagrosa de Cornelio y su familia, fueron confirmaciones no solo de la inclusión de los gentiles, sino también de un cambio en las leyes del Antiguo Testamento, en ese caso, las leyes de la comida. Sobre esa base, Pedro sugiere varios puntos (¡y hace su última apariencia en este libro!):

  • Fue Dios quien los aceptó y lo confirmó con el don del Espíritu Santo.
  • Dios no hace distinción entre judío y gentil.
  • Tenemos el corazón purificado por fe; lo importante es lo que hay dentro, y no algo externo (como la circuncisión).
  • Agregar algo que Dios no ha mandado es provocar a Dios.
  • El legalismo es un yugo sobre el cuello del creyente.
  • Pedro es honesto, y reconoce que ni ellos ni sus antepasados podrían soportar los requisitos de la ley.
  • La salvación es por la gracia de Jesucristo.

12 Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. 

Posiblemente Lucas nombra a Bernabé primero porque era mejor conocido en Jerusalén. El caso que ellos presentan no es teológico (lo cual Pablo presentaría en sus cartas, como Efesios 3:2-6, Colosenses 1:26-27 y Romanos 16:25-27), sino un testimonio de señales y prodigios que Dios hizo entre los gentiles, como signo de su aceptación de ellos por parte de Dios.

Para finalizar las presentaciones, Jacobo, el hermano de Jesús y cabeza de la iglesia en Jerusalén, habla.

13 Cuando terminaron, Jacobo tomó la palabra y dijo:

—Hermanos, escúchenme. 14 Simón nos ha expuesto cómo Dios desde el principio tuvo a bien escoger de entre los gentiles un pueblo para honra de su nombre. 15 Con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:

16 »“Después de esto volveré
y reedificaré la choza caída de David.
Reedificaré sus ruinas,
y la restauraré,
17 para que busque al Señor el resto de la humanidad,
todas las naciones que llevan mi nombre.
18 Así dice el Señor, que hace estas cosas”
conocidas desde tiempos antiguos.

19 »Por lo tanto, yo considero (RVR: juzgo) que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios. 20 Más bien debemos escribirles que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de sangre. 21 En efecto, desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en cada ciudad quien lo predique y lo lea en las sinagogas todos los sábados».

Jacobo honra la visión y el testimonio de Pedro, afirmando que era el propósito de Dios desde el principio incluir a los gentiles. Él cita la profecía (Amos 9:11-12) para apoyarlo, y luego, con la autoridad que posee, declara lo que él cree que debería ser la conclusión del asunto:

  • No suelta a judíos de obedecer a la ley (eso vendría después), pero dice que un converso gentil no tiene que someterse a ella.
  • No ponerles trabas, imponer cargas innecesarias o ponerles obstáculos a los conversos gentiles. Es un buen consejo para nosotros en nuestra evangelización hoy.
  • Deben abstenerse de tres cosas:
    • Lo que está contaminado por los ídolos.
    • La inmoralidad sexual.
    • La carne de animales estrangulados y de sangre.

22 Entonces los apóstoles y los ancianos, de común acuerdo con toda la iglesia, decidieron escoger a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Escogieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, que tenían buena reputación entre los hermanos. 

La decisión no es solo de los apóstoles y los ancianos, sino de toda la iglesia. No sería suficiente enviar una carta con Pablo y Bernabé, sino que quieren enviar a dos hermanos con ellos. Aquí Lucas presenta a Silas, quien sería muy importante en los ministerios de Pablo y Pedro.

23 Con ellos mandaron la siguiente carta:

Los apóstoles y los ancianos, a nuestros hermanos gentiles en Antioquía, Siria y Cilicia:

Saludos. 24 Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros, sin nuestra autorización, los han inquietado a ustedes, alarmándoles con lo que les han dicho. 25 Así que de común acuerdo hemos decidido escoger a algunos hombres y enviarlos a ustedes con nuestros queridos hermanos Pablo y Bernabé, 26 quienes han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Por tanto, les enviamos a Judas y a Silas para que les confirmen personalmente lo que les escribimos. 28 Nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles a ustedes ninguna carga aparte de los siguientes requisitos: 29 abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas.

Con nuestros mejores deseos.

La carta está dirigida a los hermanos gentiles en tres regiones (no es necesariamente una carta universal de doctrina eclesiástica). Llamarlos “hermanos” del saludo fue una señal importante de su aceptación. Viene de los apóstoles y ancianos en Jerusalén. Hay varias cosas de interés en la carta:

  • Reconocen que los hombres que fueron a Antioquía eran de la iglesia en Jerusalén, pero no tenían su autorización. Algún miembro de la iglesia no tiene derecho salir y predicar lo que quiera en otro lugar. Tiene que ir con la autorización del liderazgo de la iglesia.
  • No quieren inquietar o alarmar a los hermanos; tenemos que guardarnos de aquellos que lo harían.
  • Honran a los líderes de la iglesia en Antioquía (Pablo y Bernabé), llamándolos “queridos hermanos” quienes “han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
  • Después de discutir el asunto, creen que es la voluntad de Espíritu, y ellos están de acuerdo con las tres normas. No quieren imponerles muchas cargas.

30 Una vez despedidos, ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la congregación y entregaron la carta. 31 Los creyentes la leyeron y se alegraron por su mensaje alentador. 32 Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos. 33 Después de pasar algún tiempo allí, los hermanos los despidieron en paz, para que regresaran a quienes los habían enviado, 34 pero Silas decidió quedarse. 35 Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía, enseñando y anunciando la palabra del Señor en compañía de muchos otros.

Ahora nos enteramos de que los dos hermanos enviados de Jerusalén, Judas y Silas, eran profetas. No solo entregaron la carta, sino que hablaron “extensamente” para animarlos y fortalecernos. La porción concluye con el “estado de la iglesia” que hemos visto con frecuencia en Hechos. Un problema se ha presentado, la iglesia lo enfrentó, y ahora nuevamente hay paz y bendición en la iglesia.