Abre los ojos para ver el poder de Dios; 2 Reyes 6:8-23

Estamos empezando un nuevo año, y siempre hay optimismo de que será mejor que el anterior. Lo que sí sabemos es que Dios tiene el control, aunque a veces la vida se siente abrumadora. En esta palabra vamos a ver la importancia de los ojos. ¿Los tenemos fijados en Jesus, en el premio, en el cielo? ¿O en las malas noticias en las pantallas y las circunstancias que nos rodean? La realidad es que estamos en una guerra, pero Dios quiere darte la victoria. Voy a compartir 12 estrategias para derrotar al enemigo.

2 Reyes 6:8

Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento.

Durante esos años, Israel, las diez tribus del norte, siempre estaba en guerra con Siria. Los reyes de Israel eran corruptos y provocaron el juicio de Dios contra el país. Siria fue a menudo su instrumento para castigarlos. Este era el plan sencillo de Siria para acampar y luchar contra el pueblo de Dios.

Dios puede permite que alguien esté en contra para llamar nuesta atención. Incluso puede ser un familiar, un jefe o un amigo. ¿Hay una batalla en tu vida ahora? ¿Será que Dios quiere glorificarse a sí mismo en esa batalla? ¿Tienes idea de donde está el campamento del enemigo ahora? ¿Podría tener una fortaleza en tu vida que use para atacarte?

1: Analiza lo que está sucediendo en el mundo, el país, esta iglesia y tu familia para discernir donde el enemigo tiene su campamento. El diablo no es estúpido. Él tiene una estrategia. Sabemos que su objetivo es hurtar, matar y destruir.

Claro que los planes de alguien que hace la guerra deben mantenerse en secreto. Pero el rey de Siria se está metiendo con el pueblo de Dios. Aunque estén en pecado, Dios todavía los ama y los protegerá. Dios permite esta batalla para glorificarse y enseñar algo a su pueblo. A pesar de todo el pecado en el país, hay un remanente de profetas y gente que sirve a Dios. Sobre todo hay un varón de Dios que tiene uno de los ministerios más milagrosos de toda la Biblia.

Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. 10 Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse.

El rey Joram de Israel no era un hombre piadoso. Así que es impresionante que escuchó la palabra de Eliseo e hizo lo necesario para cuidarse. Lo hizo una y otra vez.

Hoy podríamos decir que Eliseo está operando con una palabra de ciencia. Es el conocimiento sobrenatural de lo que está pasando en una persona o situación. Nos muestra que existe un entorno sobrenatural. La mayor parte del mundo no tiene idea de que tal entorno existe. Están completamente envueltos en este mundo físico con sus placeres y materialismo. Pero Dios es omnisciente. Él sabe todo lo que está pasando, incluso en tu corazón en este momento. En la vida de ese hijo que dejó al Señor y vive en el mundo. En la asamblea legislativa. Dios lo sabe todo y nos puede revelarlo.

2: Escucha la Palabra de Dios si quieres sobrevivir en esta guerra. Ya sea de un profeta, un pastor, la Biblia o la voz del Espíritu. Esta es una guerra espiritual, y si militamos según la carne, con armas carnales, vamos a perder la batalla.

El conocimiento que Dios nos da puede ser solo para nosotros. Pero generalmente es para cumplir sus propósitos y proteger a su pueblo, y es nuestro deber advertir a la gente. A menudo, el creyente tiene miedo de equivocarse o de ser rechazado. Pero es una falta de amor no compartir una palabra que puede salvar la vida de alguien – o de un país. Así como es pecado tener la palabra de salvación y liberación y no compartirla con alguien atado en su pecado.

El rey ha aprendido que la palabra de Eliseo es digna de confianza. De la misma manera, queremos establecer esa reputación de hablar la verdad y establecer credibilidad con otros. ¿Conoces a alguien de confianza que pueda traer una palabra de Dios para ti? Cuando recibas una palabra, es sabio orar al respecto, pedir el discernimiento del Espíritu, probar la palabra y posiblemente consultar a un pastor o alguien en quien confíes. Si es de Dios, es importante actuar de acuerdo con esa palabra para cuidarte. Dios te ayudará a escapar de las trampas del diablo también. No vayas al campo del enemigo, a menos que Dios te envié allá. Es mejor huir del enemigo y resistirlo si te enfrentas a él.

3: Huye de los lugares peligrosos, donde puedas caer en la tentación y el pecado.

11 Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel?

Obviamente, es muy frustrante para el rey de Siria. El no conoce a Dios y no opera en ese ambiente espiritual. Solo puede creer que hay un traidor entre sus siervos. Eso es duro: no confiar en tu propia familia, tus empleados o tus siervos. Tal vez tu sepas lo que es ser traicionado por alguien de tu familia o por un amigo.

4: Para triunfar, sé consciente de los dos ámbitos: lo que está sucediendo aquí en la tierra, pero también lo que está sucediendo en los cielos. Hay que estar alineado con el Dios soberano del universo. Todo lo que Él dice es verdad. No confíes en lo que dice el diablo. Él es el padre de la mentira y te engaña para destruirte.

12 Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

El rey no lo sabe, pero sus siervos sí. A menudo es así, que la gente común tiene más conocimiento de lo que está sucediendo en la calle. Tienen más sentido común. Son más espirituales. Eliseo es famoso y ellos saben cómo el rey de Israel escapa de su enemigo.

Es muy incómodo saber que otra persona – el pastor, un varón de Dios, un profeta – puede saber lo que dices en tu cámara más secreta. Pero así es.

5: Vive transparente ante Dios. No le ocultes nada. Es imposible escapar de Él. El ve todo lo que usted hace en los lugares más oscuros y escondidos. Él sabe lo que ves y escribes en tu teléfono. Él conoce alos pensamientos de tu corazón.

13 Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán.

La reacción natural es prenderlo. Detenerlo. Tal vez obligarlo a cumplir sus propósitos y compartir lo que está pasando con sus enemigos. Pero es peligroso pelear con Dios y apagar la obra del Espíritu Santo. Algunos de ustedes ya lo saben.

14 Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.

Este rey está en serio. Para prender a un solo profeta, envía un gran ejército. No quiere ninguna posibilidad de que se escape. Le fue revelado a Eliseo lo que el rey dijo en su cámara sobre la guerra, pero él no sabía nada sobre este gran ejército que fue enviado contra él. Eso puede pasar con nosotros: Dios nos revela una palabra o una enseñanza para ayudar a otros, pero no tenemos el mismo discernimiento cuando el enemigo envía un ejército contra nosotros. O podemos pensar que estamos exentos porque somos muy espirituales.

6: Puede que el enemigo esté preparando un gran ejército para venir contra ti de noche y sitiar tu hogar. ¿Estás preparado?

15 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: !!Ah, señor mío! ¿qué haremos?

¿Has experimentado eso cuando te despiertas de mañana? Dejas la casa para disfrutar del amanecer y te encuentras sitiado por multitud de enemigos. Los problemas del día parecen abrumadores. Algo inesperado te espera en un mensaje de WhatsApp. Pensabas que debido a que estás sirviendo a Dios o a sus siervos en la iglesia, no habrá ningún problema. Pero olvidaste que ahora eres un blanco para el enemigo. Si eres un Eliseo, el diablo quiere eliminarte. Y como el siervo de Eliseo, si estás asociado con un varón de Dios, tú también serás un blanco de sus ataques.

El siervo de Eliseo se llama Giezi. Según el capítulo 5, estuvo afligido con lepra para siempre– y su descendencia, porque tomó por sí mismo bienes del sirio Naamán, a quien Dios sanó. No sabemos si tenía lepra aquí, o si esto sucedió antes de que fuera castigado con la lepra. Pero Giezi me recuerda de los discípulos de Jesús. El pasó mucho tiempo con Eliseo y se supone que ya tendría la fe para clamar a Dios o incluso proclamar alguna palabra contra ese ejército. Pero tal como los discípulos de Jesús en la tormenta, no tiene la fe para reprender a las olas o, en este caso, al enemigo. La reacción natural es el temor.

Lo bueno aquí es que él vio al ejército antes de que llegara a la casa. Es mejor ver lo que el enemigo se ha levantado contra ti antes de que llegara a tu casa. ¿Hay un ejército sitiando tu familia ahora? ¿O tu iglesia? ¿O tu país? Tal vez hoy tú, como Giezi, digas: Ah, ¡Señor mío! ¿Qué hare?

16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

7: No te rindas al temor. Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo. No tengas miedo. Más son los que están contigo que los que están con tu enemigo.

Esa es la actitud de fe. Eliseo puede ver más allá de las circunstancias. Tiene ojos espirituales.

8: No confíes demasiado en lo que ves o escuchas en lo natural. A menudo las cosas no son lo que parecen. Tu  batalla no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades. La verdadera batalla está en los cielos y la tenemos que pelear con armas espirituales.  No importa los números o cuán grande parezca el problema. Tú y Dios siempre son mayoría.

Recibe esta palabra: No tengas miedo. Dios tiene el control. No se ha olvidado de ti. Nunca te desampararás. No te ha abandonado. Con fe como una semilla de mostaza tú puedes decirle a la montaña: Muévete.

17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Parece que Eliseo ya tenía los ojos abiertos. Ya podía ver en el Espíritu la provisión de Dios. El no declaró nada. No reprendió al enemigo. Simplemente le rogó al Señor que Dios le abriera los ojos para que vea.

9: Cuando nos enfrentamos al enemigo es importante que tu familia tenga la misma visión. Que todos tengan los ojos abiertos. Es importante que toda la iglesia vea la verdadera naturaleza de la batalla.

Aquí Dios no le reveló qué hacer. Simplemente ora a Dios por esos ojos abiertos.

10: Dios tiene un gran ejército a su disposición para ayudarte en las batallas de esta vida. ¿Crees que puede haber carros de fuego a tu alrededor cuando ingresas a tu trabajo o sales a un distrito peligroso para evangelizar?

18 Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.

Otra vez Dios no le revela qué hacer. Creo que tal como los discípulos en el mar, Dios quiere que crezcamos para ejercitar nuestra fe. Eliseo no manda ni declara nada. Le oró a Dios. A pesar de los carros de fuego y toda la gente de a caballo del gran ejercito de Dios, los sirios descendieron a él.

11: Dios puede permitir que el enemigo descienda a ti. Pero Eliseo no entró en pánico, y no hay razón para temer cuando el enemigo desciende sobre ti.

Hay momentos en que Dios confundió al enemigo para matarse entre sí. Otras veces, el ejército de Israel tuvo que pelear. Pero aquí todo es una cuestión de visión, de lo que vieron. Hay gente ya ciega en el mundo. Dios puede abrir sus ojos. Y Dios puede cegar a la gente también.

19 Después les dijo Eliseo: No es este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.

Esto es un poco complicado, porque Eliseo le miente a su enemigo. Seguro que están asustados. Pero Eliseo sale muy confiado para hablar con ellos. Él es el hombre que buscan, pero ellos no lo saben. Muchos en esa situación huirían. Pero qué lindo tener la fe y el denuedo para guiarlos. Igual tiene mucho denuedo cuando llegan a su destino:

20 Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria.

¡Imagínate la sorpresa cuando se encuentren en medio de la capital de Israel! Por tercera vez, Dios responde inmediatamente a la petición de Eliseo. Se nota la autoridad impresionante de Eliseo. Incluso el rey lo consulta para saber qué hacer:

21 Cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío? 22 Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores.

Eliseo propone algo radical: Dejarlos irse después de alimentarlos. No sabemos cuántos son, ni por qué no intentaron a matar a Eliseo o el rey.

23 Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.

Jesús no nos manda amar al diablo o sus demonios, sino a nuestros enemigos terrenales.

12: Ama a tus enemigos aquí en la tierra y ora por ellos.

Parece que no fue solo pan y agua, sino una gran comida. Se puede pensar que seguramente se aprovecharán de esta misericordia para volver y atacar a Israel. Pero dejaron a Israel en paz. Por un rato. Parece que son las bandas armadas que nunca volvieron. Porque el siguiente versículo dice que el rey de Siria con su ejército sitió a Samaria.

Jesús dijo que haríamos las obras del Hijo de Dios y aún mayores, y yo creo que podemos hacer las obras de Eliseo por medio del poder del Espíritu Santo. No veo ninguna razón por la que usted no pueda hacer lo que hizo Eliseo.