Josué 1:1; Después

1Después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, Dios le dijo a Josué hijo de Nun asistente de Moisés:

Después. Esta es una transición. Hay algo nuevo. Hay un cambio. Un cambio drástico. Moisés acaba de guiar a miles de personas durante cuarenta años a través de un desierto. Fue una lucha continua, con mucha rebelión. Incluso la fabricación de un becerro de oro por el hermano de Moisés, el sacerdote Aarón. Pero también fue una época, aparte del ministerio del Hijo de Dios, de los milagros más impresionantes de toda la historia. El último capítulo (34) de Deuteronomio nos habla del hombre extraordinario que fue Moisés:

10 Desde entonces no volvió a surgir en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor tenía trato directo.  (RVR: a quien haya conocido Jehová cara a cara) 11 Solo Moisés hizo todas aquellas señales y prodigios que el Señor le mandó realizar en Egipto ante el faraón, sus funcionarios y todo su país. 12 Nadie ha demostrado jamás tener un poder tan extraordinario, ni ha sido capaz de realizar las proezas que hizo Moisés ante todo Israel.

Ahora bien, este gran hombre, el único líder que esta nación ha conocido, ha muerto: Allí en Moab murió Moisés, siervo del Señor, tal como el Señor se lo había dicho. Y fue sepultado en Moab, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura. Moisés tenía ciento veinte años de edad cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor. 

La nación está de luto: Durante treinta días los israelitas lloraron a Moisés en las llanuras de Moab, guardando así el tiempo de luto acostumbrado.

¿Cuál es tu “después”? ¿Estás en un punto de inflexión? ¿Has perdido a alguien importante en tu vida? ¿Qué crees que el Señor tiene para ti ahora?

Al mismo tiempo, están a punto de ingresar a su tierra prometida. Moisés ha hecho su parte, y la hizo bien, pero por una falla que puede parecer pequeña (golpear una roca en lugar de hablarla) él no pudo entrar en esa tierra: 1Moisés ascendió de las llanuras de Moab al monte Nebo, a la cima del monte Pisgá, frente a Jericó. Allí el Señor le mostró todo el territorio que se extiende desde Galaad hasta Dan, todo el territorio de Neftalí y de Efraín, Manasés y Judá, hasta el mar Mediterráneo. Le mostró también la región del Néguev y la del valle de Jericó, la Ciudad de Palmeras, hasta Zoar. Luego el Señor le dijo: «Este es el territorio que juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. Te he permitido verlo con tus propios ojos, pero no podrás entrar en él».

¿Estás sufriendo las consecuencias de algún fracaso del pasado? ¡Incluso este gran hombre las sufrió!

Una de las cosas más importantes que hizo Moisés fue entrenar a un nuevo líder. Josué fue uno de los espías que reconoció la tierra que fluye leche y miel cuarenta años atrás. Él y Caleb fueron los únicos que tuvieron la fe para entrar en la tierra. Durante todos los años que vagaban por el desierto, disciplinados por la incredulidad de los demás, Josué sirvió a Moisés y aprendió de él. Pasó horas en la presencia de Dios con su mentor. Y Moisés le hizo algo muy importante antes de su muerte: Entonces Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

¿Hay un Moisés en tu vida? ¿Un mentor? ¿Alguien a quien has servido? ¿Alguien que te impuso las manos?

Dios honra la imposición de manos. Josué se llenó del Espíritu Santo, el espíritu de sabiduría, porque Moisés le impuso las manos. Y todo el pueblo de Israel reconoció la autoridad que había recibido y le obedeció tal como habían obedecido a Moisés (algo que habían aprendido con dificultad durante esos cuarenta años).

¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo, prometido a cada cristiano? ¿Estás lleno del Espíritu ahora? ¿Hay evidencia de la sabiduría que el Espíritu nos da en tu vida? Si tienes alguna duda, aquí, al comienzo de este libro, es importante buscar a Dios para esa plenitud.

Nota la importancia de las relaciones en este versículo: Moisés era un siervo del Señor. Josué era su asistente. Y era un hijo. Josué tenía un padre terrenal, pero también un padre espiritual. Los dos, Moisés y Josué, eran servidores. Lo más importante para Josué en este momento de luto y transición es escuchar la voz de Dios y mantener esa relación con el Señor.

Dice que Moisés conoció a Dios cara a cara. A través de la sangre de Jesus podemos entrar en el Lugar Santísimo y tener un trato directo con Dios. ¿Aprovechas ese privilegio? ¿Sabes lo que es tener una relación directa con Dios?

¿Cuándo fue la última vez que Dios te habló? ¿Cuáles son las relaciones más importantes de tu vida? ¿Te consideras un siervo del Señor?

El último versículo de Deuteronomio habla del poder extraordinario que Moisés demostró, y de las grandes proezas que hizo. Jesús nos prometió que haríamos obras mayores que las que Él hizo. ¿Crees que el mismo Dios que operó en Moisés está contigo también? ¿Crees que puedes hacer grandes proezas en el Nombre de Jesús?

 

Mateo 7: Fundamentos importantes para tu vida, tu familia y tu iglesia

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Aquí, al final del Sermón del Monte, Jesus habla de la importancia del fundamento. Creo que esperó hasta el final porque quiere impresionarlos con la importancia de poner en práctica todo lo que enseñó en su sermón. Este versículo es para todos nosotros; cualquiera. Todos tienen la oportunidad de ser prudentes o insensatos. ¿Cuál es usted?

Este capítulo nos presenta con una visión de la iglesia que Jesús quisiera, y 9 consejos para mantener su crecimiento y fortaleza. La mayoría no solo se aplica a la familia de Dios, sino también a la tuya. La iglesia está compuesta de varias familias, y su salud tiene un impacto directo en la salud de una iglesia.

Cualquiera que me oye… Un buen fundamento empieza con los oídos. Tenemos que escuchar y mantener los oídos abiertos. Pero hay muchas voces hoy. Tenemos que escuchar es la voz de Dios y su Palabra. El fundamento necesario es la Biblia. Pero no es suficiente solo escuchar la Palabra. Hay gente que escucha las predicaciones todo el día en internet y cada semana en la iglesia, pero sus vidas no cambian. Jesus dice que tenemos hacer la Palabra. Obedecerla. Ponerla en práctica. Esa es la diferencia. ¿Cómo está tu obediencia?

No es fácil. Cuesta trabajo edificar una casa o una iglesia, y vendrán tormentas.

25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Lamentablemente, la lluvia descenderá. Los ríos vendrán. Y los vientos soplarán. La casa puede estar golpeada, y no hay garantía de protección contra esos ataques. Son parte de la vida en este mundo, pero si has edificado bien la casa, no caerá, porque está sobre la roca. ¿Cómo está tu casa? ¿Cuáles son los vientos que soplan en tu vida ahora? ¿Está tu casa golpeada? ¿Ha sido esta pandemia una prueba? Tu iglesia, ¿está pasando por pruebas ahora? La tormenta revela dónde la casa necesita trabajo; donde hay fugas y donde entra el agua. Donde tenemos que reparar el techo. Pero si el fundamento es bueno, no caerá.

26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

El hombre insensato también oye las palabras de Jesus. Lleva una Biblia grande. Habla de su gran conocimiento de la Palabra. También trabaja y edifica una casa. Pero no pone en práctica la Palabra. Es más fácil edificar una casa en la arena. No tiene que excavar mucho, y está agradable tener una casa en la playa. Es duro trabajar con la roca. Cuando hace buen tiempo, esa casa se ve bien. Esa iglesia puede tener un templo hermoso con asientos con cojines y un buen sistema de sonido; todo muy lindo. Una familia puede parecer ejemplar. Es cuando llega la tormenta que se revela su calidad y cuál es su fundamento. Si no es su obediencia a la Palabra de Dios, esa casa caerá. Es posible que tú hayas visto iglesias en ruinas: Un pastor en inmoralidad, doctrina falsa y divisiones. Y familias en ruinas: Adulterio, abuso o un padre encarcelado.

  1. Jesus quiere que tu casa nunca se caiga. Él hará su parte; tú tienes que hacer tu parte: enstudiar, predicar y escuchar la Palabra. Pero más importante, hacerla.

28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Qué bueno que la gente se admiraba de su doctrina. Qué bueno cuando alguien habla del buen predicador que es el pastor. Pero sabemos que de las miles de personas que oyeron sus palabras, muy pocas las pusieron en práctica.

La gente quiere a alguien que hable con autoridad. Jesus era diferente a los escribas. Él estaba sometido a la autoridad de su Padre y solo habló la Palabra que su Padre le dio.

  1. Dios quiere darte autoridad cuando compartas la Palabra. Y quiere que otros reconozcan tu autoridad en la casa, en el trabajo y en la iglesia. Hay mucha rebelión hoy. Dios quiere establecer su autoridad en la iglesia y el hogar.

Ahora, vamos al volver al principio del capítulo. Tenemos la bendición de ser parte de una familia, el cuerpo de Jesucristo, y somos parte de una familia terrenal. Dios quiere que crezcamos como individuos, y Él usa a otras personas para refinarnos. Como dice Proverbios 27:17: El hierro se afila con el hierro,  y el hombre en el trato con el hombre.

Muchos son ciegos a sus faltas. Gracias a Dios, tenemos hermanos y un conyugue que nos ayudan a verlas, pero hay un proceso importante que tenemos que seguir.

1No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.

Dios quiere librarnos de un espíritu crítico y de juzgar. Si tú eres severo al juzgar a otros, Dios será severo al juzgar a ti. Es fácil criticar y ver la falta en tu conyugue, en el pastor o en otras iglesias. Pero cada persona tiene que empezar por su propia vida.

¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Todos tenemos vigas en nuestros ojos. ¿Sabes cuál es la tuya? A menudo, otros las ven claramente, y nosotros no. Tenemos nuestras excusas. “Siempre he sido así. Mi papa era así también.” “Yo soy una buena persona. Todos tienen sus defectos.” Pero Jesus tiene un nombre para esa persona crítica:

¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Una de las excusas más comunes para no ir a la iglesia son todos los hipócritas que hay. Jesus dice que la persona que no atiende su propia vida y no trabaja para cambiar y librarse de esas vigas es un hipócrita.

Podemos hacerle mucho daño a la otra persona cuando intentamos sacarle la paja sin tener una visión clara. Pero una vez que dejamos que el Espíritu trabaje en nosotros, podemos ayudar a otros sacar la paja de sus vidas. Así todos crecemos: Ayuda mutua. En lugar de señalar, criticar y juzgar, con un espíritu de amor ayudamos a otros con los problemas de sus vidas, y somos humildes al recibir la corrección de un hermano y dejar que nos saque la paja de los ojos. Pero se necesita mucho discernimiento en cuanto a quién ministramos.

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

No es para menospreciar perros o cerdos, ni para tratar de identificar quiénes son perros o cerdos entre nosotros. Pero podemos ofrecer buenos consejos a alguien e invertir tiempo e incluso dinero, y ellos vuelvan y nos despedacen.

  1. Este es el ambiente que Dios quiere crear en la iglesia y tu hogar: Libre de perros y cerdos, gente libre de sus vigas. Un espíritu de humildad y amor, para ayudar unos a otros, sin criticar ni juzgar. Así todos creceremos.

Tenemos el fundamento, una casa sólida, y ayuda mutua entre los hermanos de la familia. Ahora ocupamos una  conexión con el Papá de la familia. Se llama oración.

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Estos son mandamientos. No es opcional para nosotros orar. Esa comunicación con Dios es esencial si queremos crecer como individuos y como iglesia. Hay tres facetas de la oración que Jesus menciona aquí.

Primero, pedid. Está bien pedir cosas a Dios. Esa es la forma de recibir lo que necesitamos como su familia. Pedirle a Papá. Para recibir, tenemos que pedir conforme a su voluntad, con su corazón, en el nombre de Jesús. Como si fuese el mismo Jesús quien lo pidiera. La promesa es que cuando pedimos, recibiremos. Dios nos dará lo que necesitamos. Santiago escribió que no tenemos porque no pedimos. ¿Estás pidiendo cosas grandes al Señor? ¿Pides solo cosas egoístas, o pides también por las necesidades de otros en la iglesia y en la comunidad?

Pero no solo pedimos. Ningún padre quiere sentir que su hijo le habla solo cuando quiere algo de él. También buscamos su rostro. Buscamos su presencia. Buscamos más de Dios en nuestras vidas. La promesa es que cuando lo buscamos con todo el corazón, lo hallaremos. Dios quiere ser hallado por ti, pero tú tienes que demostrar que le tomas en serio la búsqueda de su rostro.

También tenemos que llamar. La puerta no se abre automáticamente. Tenemos que llamar, y luego la promesa es que se le abrirá la puerta. ¿Hay puertas cerradas para tu iglesia ahora? ¿Hay oportunidades de ministerio que anhelan? ¿Hay puertas cerradas en tu vida ahora? La promesa es que, cuando sea la voluntad de Dios, Él te abrirá la puerta si lo llamas.

Jess quiere animarnos y motivarnos a orar más. Así que nos da dos ejemplos:

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Lamentablemente hay padres crueles que le darían una serpiente a su hijo. Que Dios nos libere de ese espíritu y nos dé el corazón de este buen padre para bendecir a nuestros hijos. Obviamente, si tenemos un pan o un pescado y el hijo tiene hambre y lo quiere, con mucho gusto se lo daremos.

Dios es un padre perfecto. Tiene un gran corazón y es generoso. Él quiere darte las cosas que pides. El anhela esta comunión contigo. ¿Cómo está tu vida personal de oración? ¿La oración de ustedes como iglesia?

  1. Hazla tu meta: Ser una persona de oración, que mantiene esa conexión con el Padre y le pide cosas grandes, le busca y llama a la puerta.

12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Esta es la famosa Regla de Oro: Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. Intenta algo esta semana en tu familia: Antes de hacer o decir algo, tómate una pausa y piensa: ¿Quiero que me traten así? ¿Qué me hablan así?

Jesús dice algo muy impresionante: Esto es la ley y los profetas. En otra ocasión Jesus dijo que se puede resumir la ley en dos mandamientos: Amar a Dios con todo el corazón, y amar a otros como a sí mismo. La Regla de Oro es una forma más práctica de expresar lo que significa amar a otros. La idea es la misma: El amor es lo más importante. Es lo que también dijo Pablo en 1 Corintios 13: La fe, la esperanza y el amor permanecen, pero lo más importante es el amor. De toda la ley del Antiguo Testamento y los profetas, el mensaje principal es una relación transformada: con Dios, y con otros.

  1. Junto con la oración, hazla tu meta ser conocida como una persona de amor. Que otros vean el amor de Cristo en ti, y que hagas con otros lo que quieran que ellos hagan contigo.

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Ahora Jesús comparte dos cosas esenciales para heredar el reino, ir al cielo y experimentar la vida: La salvación y la santidad.

Primero, para formar parte de la familia de Dios, hay que entrar por la puerta estrecha. Tienes que someterte al señorío de Jesucristo y aceptarlo como Salvador. Es un paso, simbolizado en el bautismo, donde uno se arrepiente, se crucifica al hombre viejo, se deja la vida del mundo y se toma la decisión de seguir a Cristo.

Pero ser salvo no solo significa tomar esa decisión y entrar por la puerta. Luego se tiene que caminar con Cristo el camino angosto. Si tu vuelves al camino espacioso, Jesús dice que lleva a la perdición, al infierno.

Mejor tener una iglesia de 10 personas caminando juntas el camino angosto que 100 personas en el camino espacioso. Jesus dice que pocos hallan la puerta estrecha. No es fácil.

  1. ¿Caminas ahora por un camino angosto? Hay muchos que intentan caminar los dos caminos: Los domingos andan el camino angosto con la iglesia. Pero el lunes, en el trabajo o en la escuela, vuelven al camino espacioso. Es muy atractivo. Hay muchos placeres allá. Mucho que te llama la atención. Pero no hay vida. Jesus te llama a la santidad, a una vida en la calle angosta.

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

Jesus dijo que en estos días postreros habrá muchos falsos profetas y tenemos que guardarnos de ellos. Son engañosos. Vienen vestidos de ovejas. No entran con cuernos o hablando blasfemias. Al principio todo parece estar bien. ¿Vendrán a tu iglesia? Si están haciendo la obra del Señor y amenazando el reino de las tinieblas, es casi seguro. No significa que tengas que tratar con dureza a alguien que viene allá. Pero es mejor conocer la persona y saber de dónde viene, y hay una prueba muy clara para ellos:

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Esto no solo se aplica a profetas. Hay varias cosas importantes aquí.

Habrá fruto de tu vida; buena fruta, o fruta mala. ¿Cuál fruto has dado? No es algo que tengas que intentar. La naturaleza de un creyente es ser fructífero, tal como un árbol bien alimentado, que recibe luz y agua, naturalmente da frutos.

¿Cuáles son esos frutos? Personas que conocen y sirven a Jesus, y están creciendo en su gracia. Buenas obras que han impactado a otros. Y frutos del Espíritu: Amor, paz, paciencia, bondad, gozo.

Los arboles malos dan frutos malos: Gente destruida y maltratada. Gente dañada que no quieren nada que ver con la iglesia o con Cristo. Y los frutos de la naturaleza pecaminosa: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras y orgías.

  1. Examina los frutos de tu vida y tu iglesia. ¿Qué revelan de la cualidad de ellas? Jesús dice en Juan 15 que si permaneces en Él y su palabra, llevarás mucho fruto. Haz lo necesario para tener una vida fructífera.

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Estos son unos de los versículos más espantosos de la Biblia para mí. Jesus dice que hay “muchos.” Primero, vemos que la salvación no es solo una cuestión de palabras. Sí, es bueno confesar a Jesús Señor de tu vida. Es importante. Pero puedes llamarlo Señor y aun así edificar tu casa sobre la arena. Tampoco es suficiente hacer un gran ministerio de milagros y liberaciones.

Lamentablemente, estas personas están muy engañadas. Tienen toda la confianza de que entrarán en el reino. Eran muy activos en la iglesia, incluso con manifestaciones del Espíritu. Pero Jesus dice que nunca los conoció. Los llama hacedores de maldad. ¿Cómo es posible?

Estaban viviendo la vida cristiana a su manera. Hicieron lo que tenían las ganas hacer, pero nunca esperaron al Señor para discernir su voluntad. Dios exige esa obediencia. Tenemos que buscar su voluntad en cada situación.

  1. ¿Estás confiados que estás haciendo la voluntad de Dios? ¿Sabes cuál es su voluntad para tu iglesia? ¿Para tu familia? ¿Tu vida? ¿Lo has pedido con un espíritu sumiso, listo para hacer su voluntad?

Quiero terminar con una escritura más, de Mateo 25, que describe parte de la voluntad de Dios para nosotros:

Este es el gran juicio, cuando Jesús envía a algunos a un castigo eterno y otros a la vida eterna.

34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

Se sorprenden y dicen, “?Cuando lo vimos así?”

Los que Jesus envía al fuego eterno también se sorprenden. Tienen toda la expectativa de ir al cielo. Lo llaman “Señor.”

45 Pero Jesus los dice: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

  1. Esta es una parte importante de la voluntad de Dios: Cuidar a los hambrientos, los sedientos, los forasteros, los desnudos, los enfermos y los encarcelados. Cuidar a los más pequeños.

Hemos visto varias cosas que son cuestiones de nuestra salvación:

Una casa que permanece, edificada sobre la roca, o una casa en ruinas, edificada sobre la arena.

Un árbol con frutos malos que será cortado y echado al fuego.

Algunos caminando el camino espacioso que lleva a la perdición.

Ministros que en realidad son hacedores de maldad porque no hacen la voluntad del Padre.

Y algunos que no ministraban a las necesidades de los más pequeños.

¿Has entrado por la puerta estrecha? ¿Estás caminando el camino espacioso del mundo? ¿Puedes decir con confianza que estás haciendo la voluntad de Dios?

David y Goliat; 1 Samuel 17

Hay un peligro con un pasaje muy conocido como este: Pensar que ya lo sabemos, y perdemos el mensaje que el Señor tiene para nosotros hoy.

Mira lo que dice el versículo 1:

Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.

No hay nada nuevo ni diferente. Los filisteos siempre estaban en guerra contra Israel. Tal como no es nada sorprendente si el diablo está haciendo la guerra contra ti ahora. Pero hay algunas cosas importantes para notar aquí:

  • Juntaron sus ejércitos. Están en serio. Un ejército no fue suficiente para el ataque que querían lanzar contra Israel. ¿Podría el diablo estar juntando sus fuerzas? No sea un solo demonio atacándote. Hay un ataque coordinado para hurtar, matar y destruirte.
  • Se congregaron. Suena como una iglesia que se congrega. Así como nosotros nos congregamos, el enemigo se congrega para adorar, agradar y servir a su dios.
  • Ya están en el territorio de Judá. Están en Soco. Están en tierra que pertenece al pueblo de Dios. Una cosa es luchar contra el enemigo cuando salimos al mundo, en su territorio. Pero ya puede estar dentro de tu casa, de una iglesia, de territorio que pertenece a Dios.
  • Acamparon allí. Juntaron. Se congregaron. Acamparon. Están preparados para perseverar hasta derrotarte.

Tal como estos filisteos, el diablo no descansa. ¿Eres consciente de algún campo del enemigo en tu vida? ¿Hay  varios que se han juntado en tu contra? Puede que sea un enemigo que has batallado durante mucho tiempo. ¿Lo has permitido dentro de tu hogar o tu corazón?

¿Cómo responde el pueblo de Dios?

También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos.

Ya puedas saber que Saúl no siempre fue un buen guerrero. No siempre estaba listo para la batalla. Dejó a su ejército sin armas. Pero esta vez se juntaron y acamparon. Se pusieron en orden de batalla. Están listos.

Saben muy bien la importancia del orden y la unidad para ganar una batalla. Si tú no te has juntado con otros guerreros en tu iglesia o tu familia, tú eres un blanco para los ataques del enemigo. Existe un gran riesgo de un ataque mortal. Si no has acampado y no tienes la mentalidad para dedicarte a vencer al enemigo, es probable que caigas en batalla. No es como luchas en oración una media hora en tu tiempo devocional o en la iglesia, y ya estas fuera de peligro. Tenemos que acampar y ponernos en orden de batalla para resistir los ataques del enemigo.

Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos.

Esta era la costumbre de la guerra en ese entonces. Los dos ejércitos frente a frente, en orden de batalla. Para Israel, esta es una batalla más. Casi como una rutina.

Creo que la mayoría de las iglesias hacen lo mismo. Es una rutina. Cantan las mismas alabanzas. Acampan como siempre en los cultos de jueves y domingo. O un culto virtual. Reprenden al diablo. Gritan y declaran. Pero nunca marchan. Nunca derrotan al enemigo.

El problema para Israel es que esta vez hay algo nuevo. Y hay algo nuevo en las batallas de hoy. Son más intensas, más peligrosas.

Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él.

¿Cómo se siente al ver este paladín? Oh, yo sé que somos personas de fe. Ya sabemos que David derrotó a Goliat. Pero imagina un soldado en Israel. La verdad es que su apariencia tiene que asustarte. Y la realidad es que sentimos ese mismo terror frente a Goliat. ¿Hay algún paladín en tu vida ahora? ¿Algo o alguien que te intimide? ¿Qué se ve tan aterrador como Goliat?

Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.

“Dadme un hombre.” El enemigo nos desafía. Le corresponde a Saúl responder a este reto. El diablo quiere luchar con un hombre. Un solo hombre puede marcar la diferencia. El hombre es el blanco de sus ataques. Por desgracia, a veces los hombres no responden, y corresponde a la mujer pelear la batalla.

Hay una gran necesidad de hombres de valor, hombres de Dios, que se levanten para la gloria y la honra de Dios. El diablo y el mundo están desafiando al pueblo de Dios. Nosotros estamos acampados en nuestros templos. Hacemos todo como lo hicimos en el pasado. Pero no respondemos al desafío de Goliat. ¿Por qué?

11 Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

Hay unas palabras importantes aquí. Primero, oyendo y palabras. Son meras palabras. Pero las palabras son importantes. Son poderosas. El enemigo opera mucho en palabras. Goliat no hizo nada. En toda esta historia, Goliat realmente no hizo nada. Pero vieron su altura, y lo escucharon. Ten mucho cuidado con lo que veas, y lo que escuches. Usa el escudo de la fe para proteger tu corazón y revelar las mentiras del diablo. No permitas que sus palabras, o las palabras de sus siervos, permanezcan en tu corazón. Permanece en la Palabra de Dios. Usa esta espada del Espíritu para desarmar al filisteo.

¿Qué paso con Saúl y la unción del Espíritu Santo? Pues, el Espíritu ya dejó a Saúl. Pero él tenía mucha experiencia en la batalla. Saúl era un hombre alto – más alto que todos los hombres de Israel. Y seguramente Dios va a ayudar a su pueblo. ¿Olvidaron que ellos tienen alguien mucho más fuerte en batalla que cualquier paladín?

Hay otras palabras en este versículo que revelan el fracaso de los hebreos: se turbaron y tuvieron gran miedo.

Sabemos que todas las Biblias son traducciones; del hebreo para el Antiguo Testamento y del griego para el Nuevo. Es complicado hacer una traducción perfecta. Hay palabras que no tienen traducción literal; otras que no tienen sentido si se traducen literalmente. Son dichos. Así que muchas traducciones intentan comunicar el sentido de la palabra. Una traducción literal muy buena es La Biblia de las Américas; también la Reina Valera de 1960. La Nueva Versión Internacional combina una traducción buena con un estilo más fácil de entender. Con las computadoras, tenemos la oportunidad de comparar varias versiones.

En este caso las varias traducciones de la palabra “se turbaron” nos ayudan entender lo que sintieron:

Se acobardaron

Perdieron el ánimo

Se conturbaron

Se sintieron desfallecer de temor

Quedaron aterrados y profundamente perturbados

Se turbaron

Se amedrentaron

Se quedaron atónitos

Se desanimaron

Es común sentirse así cuando Goliat nos desafía; cuando perdemos la fe y la visión de nuestro Dios Todopoderoso. Esas palabras explican por qué muchos no marchan. Parece que no hay esperanza para Israel. No hay nadie – desde el rey hasta el soldado más joven – que tenga la valentía para marchar y responder al desafío del paladín.

Pero Dios no ha abandonado a su pueblo. Él también tiene algo nuevo. Alguien completamente diferente que va a derrotar al paladín. Alguien totalmente inesperado. Un solo muchacho entre toda esa gente. Puede que tú seas esa persona hoy. Dios ya está preparándote para una batalla muy importante. Para responder al desafío del enemigo y traer algo nuevo a la iglesia. Ya sabes que guerrear como siempre, con las mismas alabanzas y los mismos programas, no sirve con este paladín. Dios necesita a alguien con el corazón de David. Un corazón conforme al corazón de Dios. ¿Tienes ese corazón?

12 Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y en el tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero Sama; 14 y David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl.

Los tres hermanos mayores ya se fueron para la guerra. Siguieron a Saúl. Siguieron a un rey que ya perdió su reino. Siguieron a un hombre rechazado por Dios. Ten cuidado a quien sigas.

15 Pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.

Mientras sus hermanos seguían a Saúl, David lo dejó. Sí, había ido, pero no le gustó lo que vio. Tal vez pudo ver que Dios también lo dejo. Y volvió a apacentar sus ovejas.

David no estaba buscando la gloria. Vio cosas que no le agradaron, y volvió a sus ovejas. No tienes que buscar ni crear la oportunidad. Sigue a Dios. Sigue haciendo fielmente lo que Dios te ha dado que hagas. En su tiempo, Dios arreglará todo.

16 Venía, pues, aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.

Más de un mes de lo mismo. El diablo no se cansa. Todos los días él sigue con las mismas tentaciones y el mismo desafío. Creo que él tiene que preguntarse: ¿Dónde están los varones de Dios? ¿Por qué nadie responde a mi desafío?

Como lo hace muchas veces, Dios usa a otra persona y una tarea ordinaria para colocar a su hombre y preparar el escenario para la victoria de su pueblo.

17 Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18 Y estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.

Dios tiene que llevar a David al campo de batalla. Pero no le da una palabra profética. Utiliza a su padre y la asignación de algo que puede parecer de poca importancia. David puede pensar: “Llevar panes y queso a mis hermanos no me sirve de nada. No quiero hacerlo.” Pero nuestra obediencia en estas cosas normales prepara el camino.

Mientras tanto, en el campo de batalla, están desesperados. Pero no se menciona a Dios. En lugar de humillarse y clamar al Señor en esta situación tan complicada, siguen con la apariencia de un ejército, lo cual no lo son.

19 Y Saúl y ellos y todos los de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.

Pues, en realidad no estaban peleando. Estaban jugando, con la apariencia de pelear.

20 Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate. 21 Y se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a ejército.

David no tiene idea de que él sería el gran héroe del día. Simplemente se levantó en obediencia a su padre. Puede que tú no sepas lo que Dios tiene preparado para ti cuando te vayas en obediencia a una palabra de tu esposa, tu jefe, tu pastor o tu Dios. David llega justo a tiempo para escuchar el grito de combate.

Durante más de un mes han hecho lo mismo. Otra vez me impresiona cuantas veces en la iglesia hacemos todos los movimientos, damos el grito de victoria, y supuestamente estamos listos para vencer al diablo. Pero no respondemos al verdadero desafío.

22 Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y las oyó David. 24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.

Saúl se escondió en el bagaje cuando fue llamado a reinar. David dejó su carga con el hombre que guardaba el bagaje, y corrió al ejército. Estaban en orden de batalla. Dieron el grito de combate. Pero todo cambia cuando el paladín sale y desafía a Israel. Estos hombres – todos – huían en gran temor. Qué mal ejemplo ofrecemos a nuestros hijos y jóvenes cuando huimos de los desafíos del enemigo.

25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel.

26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

Nadie más piensa en quitar el oprobio del pueblo de Dios. Están cegados por su temor. Incluso la atractiva recompensa de las riquezas, la hija del rey y la exención de impuestos no es suficiente para motivarlos. No están pensando en la posibilidad de una victoria para Dios o en la gloria que Él recibiría.

Solo David puede ver la realidad de la batalla: Un filisteo que no tiene Dios no es quien provoque al Dios viviente y a su pueblo. ¿Quién, o qué, está provocando a Dios y a su iglesia hoy?

A David no le importan la fama, las riquezas o la mujer. El solo quiere quitar el oprobio de su Dios y su pueblo. Más tarde le dieron la hija del rey, Michal, y solo le causó dolores de cabeza.

27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere.

28 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

29 David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?

Puede que otros te hayan despreciado. Tú eres más joven. Has tenido problemas en la vida. Tus padres, tus hermanos, tus profesores, tu jefe siempre te menospreciaron. Eres la última persona que otros creen que haría grandes cosas para Dios.

Incluso el gran profeta Samuel se equivocó. Él pensó que este mismo Eliab sería el escogido de Dios. Pero a Dios le gusta exaltar al vil, al despreciado del mundo. En esa ocasión, en 1 Samuel 16, Dios dijo: El hombre mira la apariencia. Dios mira el corazón. Dios conoce tu corazón. No importa lo que digan los demás.

Solo David pudo ver la realidad de la situación: ¿No es mero hablar? ¡Las acusaciones del diablo cuando te condena son meras palabras!

30 Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes.

A veces tenemos que apartarnos de aquellos que desprecian nuestra fe. Aquellos que no están en serio. Puede ser de una iglesia o de algunos amigos. David perseveró. No permitió que los malhechores lo desanimaran.

31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

¡Este joven tiene que animar al rey! ¡Pero Saúl es incrédulo!

33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.

Cuando tomemos la decisión de marchar, habrá otros que intentarán desanimarnos. Dicen que es imposible, y señalan todas las razones por las que sería imposible. A veces un rey, un pastor o un padre sienten celos o temen a un joven con tanta fe.

34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.

David es muy sabio. Él aplica lo que aprendió en cosas ordinarias a esta situación especial. Se dio cuenta de que Dios estaba usando esas experiencias para entrenarlo. Cuando tengas el corazón de David, verás la mano de Dios en todo. No hay tiempo perdido con el Señor. El empieza de a poco, y cuando aprendemos la lección, nos envía situaciones más complicadas. Pero aplicamos los mismos principios a esas situaciones. Así es que nuestra fe se edifica.

No es en vano lo que estás haciendo en ese trabajo ahora. La madre en casa aprende cosas muy importantes. Hay que ver la mano de Dios y la lección que tiene para ti en todas las experiencias.

38 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza.

39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas.

El mundo y la religión quieren vestirte con sus ropas. Quieren ponerte muchas cosas. Pero no son necesarias. No es posible andar – y menos marchar – con todas esas cargas. ¿Qué tienes que echar de ti para marchar?

40 Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. 41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.

Hay muchos creyentes que marchan hasta este punto. Han hecho todo bien. Pero frente a frente con el diablo, no pueden. Huyen asustados, como todos los demás.

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.

Para marchar, tenemos que saber que la batalla es de Dios. No es para vanagloriarnos o jactarnos. Vamos en el nombre de Jesús. Es Dios que el mundo está provocando. Si te enfrentas al enemigo porque ha provocado a ti y quieres vengarte, fracasarás.  Tu objetivo es que sepan que hay un Dios vivo. Que Cristo salva y sana.

Dios no salva con la armas del mundo. Lamentablemente, muchas veces la iglesia pelea con esas armas. Para ganar la batalla, tenemos que entender que la batalla es de Dios.

48 Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. 50 Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. 51 Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza.

Lo importante no es nuestra elocuencia. O la calidad del sistema de sonido. O lo buena que es la música. Podemos hacer algo muy humilde, pero cuando lo hacemos en fe, Dios se levanta y pelea.

Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron. 52 Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53 Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento.

Ese ejército solo necesitaba un hombre de fe para movilizarse. Le corresponde a Saúl, pero él es un fracaso. Este joven pastor lo hizo con fe. Es la chispa que necesitan. No queremos súper-estrellas. Queremos movilizar todo el pueblo de Dios para hacer proezas.

¿Puedes tú ser ese David que quitara el oprobio de la iglesia de Cristo? ¿Tienes el corazón de David, un corazón conforme al corazón de Dios? ¿Cuál es el desafío del diablo en tu vida ahora? ¿Quién es tu Goliat? No seas como Saúl y el ejército de Israel. Tira la piedra que Dios te dé en fe y vence al enemigo.

Abre los ojos para ver el poder de Dios; 2 Reyes 6:8-23

Estamos empezando un nuevo año, y siempre hay optimismo de que será mejor que el anterior. Lo que sí sabemos es que Dios tiene el control, aunque a veces la vida se siente abrumadora. En esta palabra vamos a ver la importancia de los ojos. ¿Los tenemos fijados en Jesus, en el premio, en el cielo? ¿O en las malas noticias en las pantallas y las circunstancias que nos rodean? La realidad es que estamos en una guerra, pero Dios quiere darte la victoria. Voy a compartir 12 estrategias para derrotar al enemigo.

2 Reyes 6:8

Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento.

Durante esos años, Israel, las diez tribus del norte, siempre estaba en guerra con Siria. Los reyes de Israel eran corruptos y provocaron el juicio de Dios contra el país. Siria fue a menudo su instrumento para castigarlos. Este era el plan sencillo de Siria para acampar y luchar contra el pueblo de Dios.

Dios puede permite que alguien esté en contra para llamar nuesta atención. Incluso puede ser un familiar, un jefe o un amigo. ¿Hay una batalla en tu vida ahora? ¿Será que Dios quiere glorificarse a sí mismo en esa batalla? ¿Tienes idea de donde está el campamento del enemigo ahora? ¿Podría tener una fortaleza en tu vida que use para atacarte?

1: Analiza lo que está sucediendo en el mundo, el país, esta iglesia y tu familia para discernir donde el enemigo tiene su campamento. El diablo no es estúpido. Él tiene una estrategia. Sabemos que su objetivo es hurtar, matar y destruir.

Claro que los planes de alguien que hace la guerra deben mantenerse en secreto. Pero el rey de Siria se está metiendo con el pueblo de Dios. Aunque estén en pecado, Dios todavía los ama y los protegerá. Dios permite esta batalla para glorificarse y enseñar algo a su pueblo. A pesar de todo el pecado en el país, hay un remanente de profetas y gente que sirve a Dios. Sobre todo hay un varón de Dios que tiene uno de los ministerios más milagrosos de toda la Biblia.

Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. 10 Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse.

El rey Joram de Israel no era un hombre piadoso. Así que es impresionante que escuchó la palabra de Eliseo e hizo lo necesario para cuidarse. Lo hizo una y otra vez.

Hoy podríamos decir que Eliseo está operando con una palabra de ciencia. Es el conocimiento sobrenatural de lo que está pasando en una persona o situación. Nos muestra que existe un entorno sobrenatural. La mayor parte del mundo no tiene idea de que tal entorno existe. Están completamente envueltos en este mundo físico con sus placeres y materialismo. Pero Dios es omnisciente. Él sabe todo lo que está pasando, incluso en tu corazón en este momento. En la vida de ese hijo que dejó al Señor y vive en el mundo. En la asamblea legislativa. Dios lo sabe todo y nos puede revelarlo.

2: Escucha la Palabra de Dios si quieres sobrevivir en esta guerra. Ya sea de un profeta, un pastor, la Biblia o la voz del Espíritu. Esta es una guerra espiritual, y si militamos según la carne, con armas carnales, vamos a perder la batalla.

El conocimiento que Dios nos da puede ser solo para nosotros. Pero generalmente es para cumplir sus propósitos y proteger a su pueblo, y es nuestro deber advertir a la gente. A menudo, el creyente tiene miedo de equivocarse o de ser rechazado. Pero es una falta de amor no compartir una palabra que puede salvar la vida de alguien – o de un país. Así como es pecado tener la palabra de salvación y liberación y no compartirla con alguien atado en su pecado.

El rey ha aprendido que la palabra de Eliseo es digna de confianza. De la misma manera, queremos establecer esa reputación de hablar la verdad y establecer credibilidad con otros. ¿Conoces a alguien de confianza que pueda traer una palabra de Dios para ti? Cuando recibas una palabra, es sabio orar al respecto, pedir el discernimiento del Espíritu, probar la palabra y posiblemente consultar a un pastor o alguien en quien confíes. Si es de Dios, es importante actuar de acuerdo con esa palabra para cuidarte. Dios te ayudará a escapar de las trampas del diablo también. No vayas al campo del enemigo, a menos que Dios te envié allá. Es mejor huir del enemigo y resistirlo si te enfrentas a él.

3: Huye de los lugares peligrosos, donde puedas caer en la tentación y el pecado.

11 Y el corazón del rey de Siria se turbó por esto; y llamando a sus siervos, les dijo: ¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es del rey de Israel?

Obviamente, es muy frustrante para el rey de Siria. El no conoce a Dios y no opera en ese ambiente espiritual. Solo puede creer que hay un traidor entre sus siervos. Eso es duro: no confiar en tu propia familia, tus empleados o tus siervos. Tal vez tu sepas lo que es ser traicionado por alguien de tu familia o por un amigo.

4: Para triunfar, sé consciente de los dos ámbitos: lo que está sucediendo aquí en la tierra, pero también lo que está sucediendo en los cielos. Hay que estar alineado con el Dios soberano del universo. Todo lo que Él dice es verdad. No confíes en lo que dice el diablo. Él es el padre de la mentira y te engaña para destruirte.

12 Entonces uno de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

El rey no lo sabe, pero sus siervos sí. A menudo es así, que la gente común tiene más conocimiento de lo que está sucediendo en la calle. Tienen más sentido común. Son más espirituales. Eliseo es famoso y ellos saben cómo el rey de Israel escapa de su enemigo.

Es muy incómodo saber que otra persona – el pastor, un varón de Dios, un profeta – puede saber lo que dices en tu cámara más secreta. Pero así es.

5: Vive transparente ante Dios. No le ocultes nada. Es imposible escapar de Él. El ve todo lo que usted hace en los lugares más oscuros y escondidos. Él sabe lo que ves y escribes en tu teléfono. Él conoce alos pensamientos de tu corazón.

13 Y él dijo: Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está en Dotán.

La reacción natural es prenderlo. Detenerlo. Tal vez obligarlo a cumplir sus propósitos y compartir lo que está pasando con sus enemigos. Pero es peligroso pelear con Dios y apagar la obra del Espíritu Santo. Algunos de ustedes ya lo saben.

14 Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad.

Este rey está en serio. Para prender a un solo profeta, envía un gran ejército. No quiere ninguna posibilidad de que se escape. Le fue revelado a Eliseo lo que el rey dijo en su cámara sobre la guerra, pero él no sabía nada sobre este gran ejército que fue enviado contra él. Eso puede pasar con nosotros: Dios nos revela una palabra o una enseñanza para ayudar a otros, pero no tenemos el mismo discernimiento cuando el enemigo envía un ejército contra nosotros. O podemos pensar que estamos exentos porque somos muy espirituales.

6: Puede que el enemigo esté preparando un gran ejército para venir contra ti de noche y sitiar tu hogar. ¿Estás preparado?

15 Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: !!Ah, señor mío! ¿qué haremos?

¿Has experimentado eso cuando te despiertas de mañana? Dejas la casa para disfrutar del amanecer y te encuentras sitiado por multitud de enemigos. Los problemas del día parecen abrumadores. Algo inesperado te espera en un mensaje de WhatsApp. Pensabas que debido a que estás sirviendo a Dios o a sus siervos en la iglesia, no habrá ningún problema. Pero olvidaste que ahora eres un blanco para el enemigo. Si eres un Eliseo, el diablo quiere eliminarte. Y como el siervo de Eliseo, si estás asociado con un varón de Dios, tú también serás un blanco de sus ataques.

El siervo de Eliseo se llama Giezi. Según el capítulo 5, estuvo afligido con lepra para siempre– y su descendencia, porque tomó por sí mismo bienes del sirio Naamán, a quien Dios sanó. No sabemos si tenía lepra aquí, o si esto sucedió antes de que fuera castigado con la lepra. Pero Giezi me recuerda de los discípulos de Jesús. El pasó mucho tiempo con Eliseo y se supone que ya tendría la fe para clamar a Dios o incluso proclamar alguna palabra contra ese ejército. Pero tal como los discípulos de Jesús en la tormenta, no tiene la fe para reprender a las olas o, en este caso, al enemigo. La reacción natural es el temor.

Lo bueno aquí es que él vio al ejército antes de que llegara a la casa. Es mejor ver lo que el enemigo se ha levantado contra ti antes de que llegara a tu casa. ¿Hay un ejército sitiando tu familia ahora? ¿O tu iglesia? ¿O tu país? Tal vez hoy tú, como Giezi, digas: Ah, ¡Señor mío! ¿Qué hare?

16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

7: No te rindas al temor. Mayor es el que está en ti que el que está en el mundo. No tengas miedo. Más son los que están contigo que los que están con tu enemigo.

Esa es la actitud de fe. Eliseo puede ver más allá de las circunstancias. Tiene ojos espirituales.

8: No confíes demasiado en lo que ves o escuchas en lo natural. A menudo las cosas no son lo que parecen. Tu  batalla no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades. La verdadera batalla está en los cielos y la tenemos que pelear con armas espirituales.  No importa los números o cuán grande parezca el problema. Tú y Dios siempre son mayoría.

Recibe esta palabra: No tengas miedo. Dios tiene el control. No se ha olvidado de ti. Nunca te desampararás. No te ha abandonado. Con fe como una semilla de mostaza tú puedes decirle a la montaña: Muévete.

17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Parece que Eliseo ya tenía los ojos abiertos. Ya podía ver en el Espíritu la provisión de Dios. El no declaró nada. No reprendió al enemigo. Simplemente le rogó al Señor que Dios le abriera los ojos para que vea.

9: Cuando nos enfrentamos al enemigo es importante que tu familia tenga la misma visión. Que todos tengan los ojos abiertos. Es importante que toda la iglesia vea la verdadera naturaleza de la batalla.

Aquí Dios no le reveló qué hacer. Simplemente ora a Dios por esos ojos abiertos.

10: Dios tiene un gran ejército a su disposición para ayudarte en las batallas de esta vida. ¿Crees que puede haber carros de fuego a tu alrededor cuando ingresas a tu trabajo o sales a un distrito peligroso para evangelizar?

18 Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.

Otra vez Dios no le revela qué hacer. Creo que tal como los discípulos en el mar, Dios quiere que crezcamos para ejercitar nuestra fe. Eliseo no manda ni declara nada. Le oró a Dios. A pesar de los carros de fuego y toda la gente de a caballo del gran ejercito de Dios, los sirios descendieron a él.

11: Dios puede permitir que el enemigo descienda a ti. Pero Eliseo no entró en pánico, y no hay razón para temer cuando el enemigo desciende sobre ti.

Hay momentos en que Dios confundió al enemigo para matarse entre sí. Otras veces, el ejército de Israel tuvo que pelear. Pero aquí todo es una cuestión de visión, de lo que vieron. Hay gente ya ciega en el mundo. Dios puede abrir sus ojos. Y Dios puede cegar a la gente también.

19 Después les dijo Eliseo: No es este el camino, ni es esta la ciudad; seguidme, y yo os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.

Esto es un poco complicado, porque Eliseo le miente a su enemigo. Seguro que están asustados. Pero Eliseo sale muy confiado para hablar con ellos. Él es el hombre que buscan, pero ellos no lo saben. Muchos en esa situación huirían. Pero qué lindo tener la fe y el denuedo para guiarlos. Igual tiene mucho denuedo cuando llegan a su destino:

20 Y cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos, para que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y miraron, y se hallaban en medio de Samaria.

¡Imagínate la sorpresa cuando se encuentren en medio de la capital de Israel! Por tercera vez, Dios responde inmediatamente a la petición de Eliseo. Se nota la autoridad impresionante de Eliseo. Incluso el rey lo consulta para saber qué hacer:

21 Cuando el rey de Israel los hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío? 22 Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores.

Eliseo propone algo radical: Dejarlos irse después de alimentarlos. No sabemos cuántos son, ni por qué no intentaron a matar a Eliseo o el rey.

23 Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.

Jesús no nos manda amar al diablo o sus demonios, sino a nuestros enemigos terrenales.

12: Ama a tus enemigos aquí en la tierra y ora por ellos.

Parece que no fue solo pan y agua, sino una gran comida. Se puede pensar que seguramente se aprovecharán de esta misericordia para volver y atacar a Israel. Pero dejaron a Israel en paz. Por un rato. Parece que son las bandas armadas que nunca volvieron. Porque el siguiente versículo dice que el rey de Siria con su ejército sitió a Samaria.

Jesús dijo que haríamos las obras del Hijo de Dios y aún mayores, y yo creo que podemos hacer las obras de Eliseo por medio del poder del Espíritu Santo. No veo ninguna razón por la que usted no pueda hacer lo que hizo Eliseo.

Qué hacer cuando te encuentras en un calabozo; Hechos 16:6-40

En este libro de Hechos hemos visto un patrón sencillo para alguien que quiere ser útil en las manos del Señor: estar disponible, escuchar su voz y obedecer lo que dice. Aquí vemos a Pablo siguiendo ese patrón, y una progresión de tres etapas muy parecida a la vida de nuestro Señor Jesús. Pablo andaba como Cristo anduvo.

Prepararte para la obra que Dios tiene para ti

Primero, en la comodidad del hogar y la iglesia, esperamos en el Señor para discernir su voluntad:

Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia. Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.

Aquí Pablo llama a las puertas, y las encuentra cerradas. No está en pecado; estoy seguro de que había orado y sabe que había una gran necesidad en Asia (la que ahora es Turquía). Pablo está disponible, y tiene un deseo ardiente de predicar el evangelio en todo el mundo. Hay un dicho: “no se puede dirigir un carro estacionado;” a veces tenemos que tocar  varias puertas antes de que se abra una. Pero también hay momentos en que tenemos que orar y esperar. Si hay una duda o inquietud, puede ser mejor quedarse donde estás hasta que recibas una confirmación para mover.

¿Cómo no les permitió el Espíritu predicar en Bitinia? ¿Cómo les fue prohibido por el Espíritu predicar en Asia? No sabemos. Puede ser debido a circunstancias, el consejo de un hermano en Cristo o una voz interior. ¿Ha habido ocasiones en tu vida en las que dirías que el Espíritu te prohibió hacer algo, o cuando Él no permitió algo? En mi experiencia, empieza con una inquietud, casi un pavor. Algo que en sí es bueno de repente siembra temor en tu corazón. Algo que tenías muchas ganas de hacer, de repente es como lo último que quieres hacer.

En ese momento tienes que discernir:

  • ¿Es la oposición del diablo? ¿Tenemos que batallar contra él? Satanás también puede impedirnos. Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 2:18: Sí, deseábamos visitarlos —yo mismo, Pablo, más de una vez intenté ir—, pero Satanás nos lo impidió.
  • ¿Está el Señor probándonos o enseñándonos perseverancia y fe?
  • ¿O es un simple “no” de Dios?

Hay gente terca que insiste en seguir adelante e ignorar la dirección del Espíritu, pero es muy peligroso entrar en un lugar donde el Espíritu te ha prohibido entrar. He oído historias de misioneros que fueron prohibidos para entrar en un país, y resulta que hubo un golpe de estado y sería muy peligroso para ellos allí. Hay muchas historias de alguien que cree que Dios no quiere que aborde un vuelo, y ese avión se estrelló. Aprende a escuchar la voz tierna del Espíritu.

Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas. Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». 10 Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir hacia Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar el evangelio a los macedonios.

Una visión nocturna es parecida a un sueño, pero más impresionante y más memorable. Pablo estaba disponible; ahora recibe una llamada clara para ir a Macedonia, y en seguida obedece. Hasta ahora ha estado con sus hermanos, esperando en el Señor. Es como nosotros, en hermosos momentos de comunión con Dios en casa, o en la iglesia con el compañerismo cariñoso de los hermanos. Pero después de ese culto lindo el domingo, el lunes tenemos que volver a trabajar o estudiar, o lidiar con los problemas en el hogar. Pablo y sus compañeros (Silas, Timoteo y Lucas) ya están entrando en la segunda etapa.

Entrando al campo de batalla

Ahora arrancan su misión, listos para invadir el territorio del diablo y proclamar las buenas nuevas. Pero, tal como Jesucristo, están en un camino que termina con la cruz.

11 Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. 12 De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese distrito de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.

Cruzan el mar Egeo a Macedonia en barco, primero a Samotracia (una pequeña isla montañosa) y al día siguiente a Neápolis. Como de costumbre, Pablo va primero a la ciudad principal de la provincia; de allí salen para evangelizar los otros distritos.

En Filipos encuentran una ciudad pagana y próspera (había minas de oro y plata cercanas). A la entrada de la ciudad, un arco anunció que las religiones desconocidas estaban prohibidas en la ciudad. Era una ciudad muy romana, con muchos soldados romanos retirados. No había sinagoga, y posiblemente tampoco judíos.

Cuando llegaron, no empezaron a evangelizar de inmediato, sino que pasaron unos días en oración, posiblemente en ayuno, conociendo la ciudad, para discernir cuáles son los principados y potestades que operan en ella. Se enteraron de que hay una reunión de oración junto al rio, y esperan el sábado.

13 El sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla del río, donde esperábamos encontrar un lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido.

Son obedientes a la prohibición de evangelizar dentro de la ciudad. En aquel entonces, como hoy, a menudo son las mujeres las que se reúnen para orar. Es un pequeño comienzo, pero atrae la atención del maligno.

Al principio se puede cuestionar por qué Dios los llamó a Macedonia. No parece un campo muy fértil. No hay sinagoga. No pudo predicar en el foro. En su primera reunión solo hay unas pocas mujeres. No hay milagros ni liberaciones. Pero empezamos con lo que el Señor nos da, y muchos milagros y grandes números no son siempre el signo del éxito. En la primera ronda, Cristo gana un alma.

14 Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. 

La púrpura era una tela costosa, que fue llevada como una muestra de nobleza o realeza. Tiatira, una de las 7 iglesias que recibió cartas en Apocalipsis, era una ciudad en el interior de Asia, a unos 600 km de Filipos. Los tintoreros de Tiatira eran famosos por su conocimiento del secreto de la tintura púrpura con la raíz de rubia. Lidia vino a Filipo para vender púrpura. Era extranjera, bastante rica y posiblemente más conocedora del judaísmo que los demás.

Nosotros tenemos que hacer nuestra parte y anunciar la palabra, pero el Señor abre los corazones para escuchar y responder al mensaje. Hay que orar para que Dios abra los corazones de los compañeros de trabajo, amigos y familiares.

15 Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa». Y nos persuadió.

Muchas veces una iglesia empieza con una familia. En el pasado, con familias muy grandes, podría incluir a mucha gente; hoy no tanto. Parece que de las mujeres allí junto al rio, solo Lidia aceptó al Señor, y entonces compartió la palabra con su familia (nunca menciona un esposo). Como comerciante, ella tenía una casa grande y cómoda. Ya el Señor ha provisto un lugar, y los hermanos permanecen allí, en obediencia a las instrucciones que Jesús les había dado a sus discípulos (Lucas 10:7).

La batalla intensifica: Choque de reinos

Cuando nos involucramos en la obra del Señor y el Espíritu Santo se manifiesta con conversiones y milagros, el diablo y sus demonios también se manifestarán:

16 Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos. 17 Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando: —Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.

Muchas veces habrá oposición en el camino a la iglesia, a la oración: una discusión con la esposa, problemas con los hijos o un carro que no arranca. Esta muchacha era una esclava; tenía amos, y ellos probablemente la estaban abusando.  A menudo, en el ministerio de Jesús, la persona endemoniada lo reconoció como el Hijo de Dios (mucho más que la gente religiosa). Los demonios reconocen a los verdaderos siervos de Dios; les tienen temor, pero por alguna razón también les llaman la atención. No te preocupes si los demonios se manifiestan en tu presencia; es una confirmación de que tú estás lleno del Espíritu de Dios.

En el griego este espíritu se llama un espíritu pitónico. Los espíritus tienen nombres, y este es un espíritu muy feo. Está presente en el mundo de hoy, a veces en la iglesia, donde se disfraza como un espíritu de profecía. La adivinación es predecir el futuro; realmente puede tener alguna revelación del futuro, pero como siempre con el diablo, se mezcla con mentiras.

Pablo no quiere este tipo de testimonio. En primer lugar, era contra la ley evangelizar dentro de la ciudad, y no quería atraer la atención del pueblo. La gente pagaba para los servicios de la muchacha; ella ganaba mucho dinero para sus amos, y Pablo no quería problemas con ellos.

La segunda ronda: Cristo gana una mas

18 Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y reprendió al espíritu: —¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!

Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.

¿Por qué esperó tanto Pablo para reprender al espíritu? Posiblemente ya sabía que habría consecuencias feas por parte de sus amos. Puede ser una pandilla de narcotraficantes, prostitutas o gente con otro vicio, pero siempre es peligroso cuando nos entrometemos en cuestiones del dinero. Fueron “muchos días” que ella los siguió; Pablo finalmente se hartó y reprendió al espíritu con autoridad, en el nombre de Jesús. Tú tienes ese mismo poder y autoridad para reprender a los espíritus inmundos, pero no es algo que hagamos a la ligera; hay que estar preparado espiritualmente y listo para las consecuencias.

Nuestra tendencia es pensar que cuando andamos así en el poder de Dios, habrá bendición y todo va a estar bien, pero muchas veces no es así. Puede ser que tú  ames al Señor y estés caminando en obediencia a Él, pero de repente todo el infierno se ha desatado. No necesariamente significa que estás en pecado o que Dios está enojado contigo.

Tercera ronda: Se acercan a la cruz azotados por del enemigo

19 Cuando los amos de la joven se dieron cuenta de que se les había esfumado la esperanza de ganar dinero, echaron mano a Pablo y a Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades. 20 Los presentaron ante los magistrados y dijeron: —Estos hombres son judíos, y están alborotando a nuestra ciudad, 21 enseñando costumbres que a los romanos se nos prohíbe admitir o practicar.

Los amos no tenían interés en el bienestar de la muchacha; solo están pensando en el dinero y su placer, abusando a la muchacha. Además de las cuestiones de raza, cultura, religión y economía, Pablo y sus compañeros habían violado la norma de no introducir nuevas creencias en la ciudad.

22 Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran.

No sabemos qué pasó con Timoteo y Lucas, pero allí están el gran apóstol con Silas, desnudos. Ser azotado con varas era algo muy fuerte. Azotaron todo el cuerpo, incluso los pies, para quebrar los huesos de los pies. Los judíos tenían un límite de 39 latigazos, pero los romanos no tenían límite. Muchos murieron por el azoteo de varas.

23 Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. 24 Al recibir tal orden, este los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo.

Están ensangrentados, desnudos y con alta seguridad, en el calabozo más adentro de la cárcel, con los pies en el cepo. Estaban en una provincia romana, pero claramente extranjeros, y sin abogado. La situación está muy mala. ¿Por qué? ¿Dónde está Dios? ¿Qué hicieron mal? ¿Han pecado? ¡No! En este mundo hay momentos cuando estemos azotados con varas, emocionalmente y espiritualmente, y parece que el enemigo ha ganado la batalla. No hay esperanza. Pablo está listo para morir. Años después él escribió a la iglesia en Filipos:

Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.  Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé!  Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor,  pero por el bien de ustedes es preferible que yo permanezca en este mundo (Filipenses 1:21-24).

¿Te sientes como si estuvieras en el calabozo más adentro de una prisión? ¿Atado por el enemigo? ¿Cautivo de algún pecado? ¿Estás pasando por circunstancias muy duras? Puede que no veas ninguna salida. Solo haya oscuridad. Los pies están en el cepo. La victoria parece imposible. Pero tu circunstancia, ¿está peor que la de Pablo y Silas? Creo que no. Entonces, ¿qué esperanza hay? ¿Qué puedes hacer?

El varón de Dios se levanta para la cuarta ronda

25 A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. 

Cuando no hay más nada que puedas hacer, alaba a Dios. Hay poder en la alabanza. Adoramos a Dios no solo porque se siente bien y la música es linda; el diablo huye frente a nuestras alabanzas. Puede que no tengas una Biblia, pero siempre puedes orar y adorar. A medianoche, Pablo y Silas cantan alabanzas a Dios. En la hora más oscura, alaba a Dios. Con el corazón quebrantado, alaba a Dios. Cántale al Señor. En la ducha, alaba a Dios. ¿Y si los vecinos te escuchan? Confía en Dios que Él usará tu testimonio. Hay un corrito viejo: “Cuando el pueblo del Señor alaba a Dios, suceden cosas maravillosas. Hay sanidad, liberación, se siente la bendición.” ¿Estaban declarando su liberación? ¿Pidieron la libertad de los demás prisioneros? ¿Declararon un gran terremoto? No lo creo. Creo que en su oración pidieron un milagro, pero entregaron sus vidas otra vez a Dios, confiando en Él, y entonces empezaron a alabar y adorar.

La alabanza suelta una gran victoria para Dios

26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.

Cuando Cristo murió en la cruz, el diablo creyó que había vencido al Hijo de Dios. Jesús estaba en el sepulcro, muerto. Pablo está en el calabozo más adentro, casi muerto, pero Dios siempre tiene la última palabra.

Cuando Jesús resucitó, hubo un terremoto: Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella (Mateo 28:2). Ahora hubo otro gran terremoto.

No tenemos que saber cómo Dios va a hacerlo; en este caso Él fue mucho más allá de sus expectativas. ¿Crees que Dios puede mandar un gran terremoto? ¡Seguro que puede! ¡No hay nada difícil para Él! Puede sacudir los cimientos de tu casa, tu pueblo y tu país. Puede abrirte puertas, y romper todas las cadenas de tu vida.

Cuando Dios bendice tu vida, muchas veces tu familia y todos los que te rodean beneficiarán también: todas las puertas se abrieron y todas las cadenas de los presos se les soltaron.

27 El carcelero despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó: 28 —¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí!

Dios abrió las puertas y los soltó de sus cadenas. Les dio la oportunidad de salir y escapar de la ciudad. Pero no, se quedaron adentro, y Dios también hizo algo impresionante en los demás presos: ninguno de ellos huyó. Tal vez estaban abrumados con el poder y la gloria de Dios, y las alabanzas de Pablo y Silas tocaron sus corazones.  Pablo se levanta en autoridad: Dios vino para salvar, no para matar, y Pablo sabe que Dios ama al carcelero también.

Otra ronda, de noche, y una familia ganada para Cristo

29 El carcelero pidió luz, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies de Pablo y de Silas. 30 Luego los sacó y les preguntó: —Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo?

Cuando tú tienes el favor de Dios, gente poderosa del mundo vendrá temblando y se postrará a tus pies, buscando la bendición de Dios. ¿Crees que Dios también puede trabajar en tu vida de tal manera que otros vean el poder de Dios y te pregunten cómo ser salvo?

31 —Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos —le contestaron.

La salvación es una cuestión de fe y relación con Jesucristo. De este verso surge una creencia común de que la salvación de toda la casa es prometida cuando tú aceptas a Jesús. Es la voluntad de Dios, y muchas veces sucede como resultado de tu testimonio, pero no es automática. Cada persona necesita fe y tiene que tomar esa decisión; tu fe no puede salvar a otra persona. Puedes orar por él en fe y testificar en fe, pero él tiene que tomar su propia decisión.

32 Luego les expusieron la palabra de Dios a él y a todos los demás que estaban en su casa. 33 A esas horas de la noche, el carcelero se los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su familia. 34 El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia por haber creído en Dios.

Podría haber sido la una de la mañana. No importa. No sabemos qué pasó con los demás presos. Pablo y Silas están cubiertos de sangre y gravemente heridos, pero antes que nada hablaron la palabra de Dios a todos en la casa. Luego el carcelero lavó sus heridas, y tal vez en el mismo lugar donde los limpió, el carcelero y su familia fueron bautizados. Otra vez vemos la importancia del bautismo; no esperaron la mañana o un culto con los otros creyentes. Tal vez Dios sanó las heridas de Pablo y Silas, y todos comieron. Dios llenó esa casa de gozo.

El final de la historia: expulsados de la ciudad

35 Al amanecer, los magistrados mandaron a unos guardias al carcelero con esta orden: «Suelta a esos hombres». 36 El carcelero, entonces, le informó a Pablo: —Los magistrados han ordenado que los suelte. Así que pueden irse. Vayan en paz.

37 Pero Pablo respondió a los guardias: —¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida.

Ellos no huyeron por las puertas abiertas de la cárcel, y ahora los magistrados les ofrecen su libertad. Otra vez parece que Dios está moviéndose a su favor. El carcelero se complace en comunicar esa decisión, pero Pablo dice que no: Era ilegal azotar a un ciudadano romano con varas o echarlos en la cárcel sin sentencia. Evidentemente, Silas también era ciudadano romano; era un valioso privilegio, difícil de conseguir. Dios había preparado esa bendición para ellos de antemano. No es pecado reclamar tus derechos ante la ley.

38 Los guardias comunicaron la respuesta a los magistrados. Estos se asustaron cuando oyeron que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, 39 así que fueron a presentarles sus disculpas. Los escoltaron desde la cárcel, pidiéndoles que se fueran de la ciudad. 40 Al salir de la cárcel, Pablo y Silas se dirigieron a la casa de Lidia, donde se vieron con los hermanos y los animaron. Después se fueron.

Ahora los magistrados tienen temor; ruegan a los hermanos que salgan. Tienen un culto final, y se van de la ciudad. ¡Qué introducción a Macedonia!

Pablo y Silas casi murieron. Dejaron dos familias y algunos presos en Filipos para establecer una iglesia. Al principio pareció una derrota, una gran victoria para el diablo. Pero Dios es fiel, y Él se glorificó de una manera muy impresionante. No importa donde estés o que esté sucediendo en tu vida. Alaba a Dios. Él puede mover montañas.

 

Pablo empieza su segundo viaje con un nuevo compañero; Hechos 15:36-16:5

36 Algún tiempo después, Pablo le dijo a Bernabé: «Volvamos a visitar a los creyentes en todas las ciudades en donde hemos anunciado la palabra del Señor, y veamos cómo están». 

Después de un descanso (14:35), a Pablo se le ocurre algo muy importante: Un seguimiento para animar a los ancianos y las iglesias que plantaron en su primer viaje. Sin los medios de comunicación que tenemos hoy, sería muy difícil saber cómo estaban.

Conflicto entre Pablo y Bernabé

37 Resulta que Bernabé quería llevar con ellos a Juan Marcos, 38 pero a Pablo no le pareció prudente llevarlo, porque los había abandonado en Panfilia y no había seguido con ellos en el trabajo. 

Juan Marcos viajaba entre Jerusalén (ayudando a Pedro) y Antioquia. Era un joven capacitado y dotado, y primo de Bernabé. Ese apóstol, con su buen corazón para animar a otros, quiere darle a Juan Marcos otra oportunidad, pero a Pablo no le pareció prudente. Es un equilibrio delicado: Queremos mostrar perdón, misericordia, gracia y compasión; ese era el personaje de Bernabé. Pero también hay cuestiones prácticas de arreglos y el inconveniente cuando alguien con quien cuentas abandona la misión. En el ministerio necesitamos límites con gente que carece de madurez; ya sea emocional, espiritual o personal.

39 Se produjo entre ellos un conflicto tan serio que acabaron por separarse.

Se espera que en el Señor, con ayuno y oración, podamos llegar a un acuerdo, pero también existen conflictos entre cristianos. A veces parece que la única solución es separarse (¡eso no se aplica a un matrimonio, que es un pacto hecho ante Dios!). Puede ser también algo que debería reconocerse sin un conflicto tan serio: Dios tiene planes distintos para dos personas que han trabajado juntas y es hora de separarse. Eso puede pasar con una iglesia también; a veces gastamos mucha energía para mantener la situación cuando Dios ya está dirigiendo un cambio.

39Bernabé se llevó a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre, 40 mientras que Pablo escogió a Silas. Después de que los hermanos lo encomendaron a la gracia del Señor, Pablo partió 41 y viajó por Siria y Cilicia, consolidando a las iglesias.

Bernabé volvió a su tierra natal. Lamentablemente, no dice que Bernabé fue encomendado a la gracia del Señor por la iglesia, y no sabemos nada más sobre él; desaparece de la historia de la iglesia. Esperamos que Bernabé todavía fuera útil en las manos del Señor; una situación como ésta puede desalentar a alguien hasta que abandone el ministerio o incluso su fe. Más tarde, Marcos era compañero de Pablo en su ministerio (2 Timoteo 4:11, Filemón 1:24).

Pablo partió con Silas, uno de los ancianos enviados de Jerusalén con la carta del concilio. Silas sería un fiel ayudante de Pablo. Es interesante que al principio (12:1) fue el Espíritu Santo quien escogió a Pablo y a Bernabé; aquí Pablo escogió a Silas. A mí me parece mejor cuando el Espíritu lo hace, pero también puede ser el derecho de un apóstol tomar esa decisión. La meta era “visitar a los creyentes en todas las ciudades” donde Pablo y Bernabé predicaron, pero Pablo le da Chipre a Bernabé.

16:1Llegó Pablo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos en Listra y en Iconio hablaban bien de Timoteo, así que Pablo decidió llevárselo. Por causa de los judíos que vivían en aquella región, lo circuncidó, pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén, para que los pusieran en práctica. 

En el tiempo transcurrido entre la primera visita a Listra y ésta, la iglesia ha engendrado a un discípulo que ya se había distinguido en el ministerio. Pablo decide llevárselo, tal vez recordando el ejemplo de Bernabé y como él había llevado a Saulo.

Aquí sucede algo que puede parecer una contradicción. Uno de los propósitos de Pablo es comunicar el contenido de la carta del concilio de Jerusalén a estas iglesias, la cual dice que un cristiano gentil no tiene que ser circuncidado. Timoteo se encuentra en una situación difícil: Tiene un padre gentil, pero una madre judía, y los judíos todavía creían que era necesario circuncidar a un judío. Para no ofenderlos, Pablo lo circuncidó. Timoteo sería uno de sus discípulos más importantes. Otra vez tenemos ese ejemplo de un apóstol o líder cristiano que se da cuenta del potencial de un joven y lo lleva a un ministerio juntos.

Y así las iglesias se fortalecían en la fe y crecían en número día tras día.

Es breve, pero característicamente Lucas termina esta porción (el final de la historia del concilio y cómo implementaron su decisión) con un resumen del estado de la iglesia. Es muy positivo: Con el asunto de los gentiles aclarado, las iglesias experimentaron dos cosas que Dios quiere para cada iglesia: fortalecerse en la fe (crecer espiritualmente) y crecer en número día tras día. La naturaleza del cuerpo de Jesús es el crecimiento. Si no hay, hay algo mal.

El concilio de Jerusalén; Hechos 15:1-35

1Algunos que habían llegado de Judea a Antioquía se pusieron a enseñar a los hermanos: «A menos que ustedes se circunciden, conforme a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos». 

Con la inclusión de los gentiles y otras culturas, y la expansión de la iglesia, habrá este tipo de problema. Hemos notado que esta iglesia en Antioquía tenía gente de varias provincias y de habla griega, y no estaban guardando toda la ley de Moisés. La situación era muy diferente en Jerusalén, donde las costumbres judías todavía tenían mucha influencia. A través de los siglos la iglesia ha enfrentado muchas diferencias teológicas, y de prácticas en la vida diaria. Este capítulo provee un modelo de cómo resolverlos. La meta es mantener la unidad, y durante varios siglos la iglesia tenía bastante éxito con eso. Hoy hemos perdido el concepto de la autoridad delegada de Cristo a sus apóstoles, quienes supervisan todas las iglesias. Si hay desacuerdo, las iglesias se dividen; forman una nueva denominación o un nuevo concilio, o se proclaman “independientes” de toda autoridad eclesiástica. En este caso, podría haber resultado en una iglesia de los circuncisos, y otra de los no circuncisos.

Este capítulo determinará la dirección del resto de Hechos: ¿Siempre será una secta judía centrada en Jerusalén que reconoce a Jesús como su mesías? ¿O seguirá extendiéndose en el campo gentil hasta la misma capital del imperio, hasta Roma?

Esto provocó un altercado y un serio debate de Pablo y Bernabé con ellos.

Los hermanos de Judea estaban entrando en el territorio de otra iglesia sin respetar la autoridad de su liderazgo. Más tarde Pablo escribiría de alguien que quiere imponer la ley judía: El que los está perturbando será castigado, sea quien sea (Gálatas 5:10).

Es posible que Pablo escribió la carta a los Gálatas reflexionando sobre esta situación:

Pues bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable. Antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, Pedro solía comer con los gentiles. Pero, cuando aquellos llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por temor a los partidarios de la circuncisión. Entonces los demás judíos se unieron a Pedro en su hipocresía, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita.

Cuando vi que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo? Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”.  Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por estas nadie será justificado (Gálatas 2:11-16).

Pablo y Bernabé estaban de vuelto de su viaje misionero. Eran líderes de la iglesia, y habían visto a muchos gentiles recibir el evangelio. Pablo era un hombre terco, pero Dios lo usó en gran manera para preservar la sana doctrina de la justificación por la fe. No iba a ceder en este punto, que es el fundamento mismo del evangelio, y volvió a surgir en la Reformación, cuando muchos creyentes (como Martín Lutero) abandonaron la Iglesia Católica. La cuestión era: ¿Es suficiente la fe en Cristo para la salvación? ¿O es Cristo, más la circuncisión, más la ley o más alguna otra obra? Todas las otras religiones del mundo cuentan con alguna obra necesaria para alcanzar a Dios. Es una tentación constante para los cristianos de hoy también; tal vez no lo digan explícitamente, pero en su práctica y sus enseñanzas, muchos agregan algo más que es necesario para ser un buen cristiano.

Entonces se decidió que Pablo y Bernabé, y algunos otros creyentes, subieran a Jerusalén para tratar este asunto con los apóstoles y los ancianos. 

Tomaron la decisión de apelar a los apóstoles y ancianos de la iglesia madre en Jerusalén.

Enviados por la iglesia, al pasar por Fenicia y Samaria contaron cómo se habían convertido los gentiles. Estas noticias llenaron de alegría a todos los creyentes. Al llegar a Jerusalén, fueron muy bien recibidos tanto por la iglesia como por los apóstoles y los ancianos, a quienes informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos.

Otra vez, tal como en su viaje misionero, fueron enviados por la iglesia (probablemente con ayuno y oración). El viaje les ofreció la oportunidad de compartir lo que Dios había hecho entre los gentiles. La oportunidad de compartir durante el viaje y la bienvenida que recibieron en Jerusalén los dejaron muy animados.

Entonces intervinieron algunos creyentes que pertenecían a la secta de los fariseos y afirmaron: —Es necesario circuncidar a los gentiles y exigirles que obedezcan la ley de Moisés.

No es de sorpresa que fueron los fariseos que habían recibido a Cristo quienes sostenían firmemente la importancia de la circuncisión y la obediencia a la ley.

Los apóstoles y los ancianos se reunieron para examinar este asunto. 

Estos son los que tienen la autoridad para determinar cuál sería la doctrina de la iglesia.

Después de una larga discusión, Pedro tomó la palabra:

—Hermanos, ustedes saben que desde un principio Dios me escogió de entre ustedes para que por mi boca los gentiles oyeran el mensaje del evangelio y creyeran. Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros. Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe. 10 Entonces, ¿por qué tratan ahora de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar? 11 ¡No puede ser! Más bien, como ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesús.

Pedro responsabiliza a Dios por su cambio de opinión. Fue Dios quien escogió a Pedro y Dios quien conoce el corazón humano. No aceptar esa iniciativa es provocar a Dios. Para Pedro, la visión que tuvo en Jope (Hechos 9), y la conversión milagrosa de Cornelio y su familia, fueron confirmaciones no solo de la inclusión de los gentiles, sino también de un cambio en las leyes del Antiguo Testamento, en ese caso, las leyes de la comida. Sobre esa base, Pedro sugiere varios puntos (¡y hace su última apariencia en este libro!):

  • Fue Dios quien los aceptó y lo confirmó con el don del Espíritu Santo.
  • Dios no hace distinción entre judío y gentil.
  • Tenemos el corazón purificado por fe; lo importante es lo que hay dentro, y no algo externo (como la circuncisión).
  • Agregar algo que Dios no ha mandado es provocar a Dios.
  • El legalismo es un yugo sobre el cuello del creyente.
  • Pedro es honesto, y reconoce que ni ellos ni sus antepasados podrían soportar los requisitos de la ley.
  • La salvación es por la gracia de Jesucristo.

12 Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. 

Posiblemente Lucas nombra a Bernabé primero porque era mejor conocido en Jerusalén. El caso que ellos presentan no es teológico (lo cual Pablo presentaría en sus cartas, como Efesios 3:2-6, Colosenses 1:26-27 y Romanos 16:25-27), sino un testimonio de señales y prodigios que Dios hizo entre los gentiles, como signo de su aceptación de ellos por parte de Dios.

Para finalizar las presentaciones, Jacobo, el hermano de Jesús y cabeza de la iglesia en Jerusalén, habla.

13 Cuando terminaron, Jacobo tomó la palabra y dijo:

—Hermanos, escúchenme. 14 Simón nos ha expuesto cómo Dios desde el principio tuvo a bien escoger de entre los gentiles un pueblo para honra de su nombre. 15 Con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:

16 »“Después de esto volveré
y reedificaré la choza caída de David.
Reedificaré sus ruinas,
y la restauraré,
17 para que busque al Señor el resto de la humanidad,
todas las naciones que llevan mi nombre.
18 Así dice el Señor, que hace estas cosas”
conocidas desde tiempos antiguos.

19 »Por lo tanto, yo considero (RVR: juzgo) que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios. 20 Más bien debemos escribirles que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de sangre. 21 En efecto, desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en cada ciudad quien lo predique y lo lea en las sinagogas todos los sábados».

Jacobo honra la visión y el testimonio de Pedro, afirmando que era el propósito de Dios desde el principio incluir a los gentiles. Él cita la profecía (Amos 9:11-12) para apoyarlo, y luego, con la autoridad que posee, declara lo que él cree que debería ser la conclusión del asunto:

  • No suelta a judíos de obedecer a la ley (eso vendría después), pero dice que un converso gentil no tiene que someterse a ella.
  • No ponerles trabas, imponer cargas innecesarias o ponerles obstáculos a los conversos gentiles. Es un buen consejo para nosotros en nuestra evangelización hoy.
  • Deben abstenerse de tres cosas:
    • Lo que está contaminado por los ídolos.
    • La inmoralidad sexual.
    • La carne de animales estrangulados y de sangre.

22 Entonces los apóstoles y los ancianos, de común acuerdo con toda la iglesia, decidieron escoger a algunos de ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Escogieron a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, que tenían buena reputación entre los hermanos. 

La decisión no es solo de los apóstoles y los ancianos, sino de toda la iglesia. No sería suficiente enviar una carta con Pablo y Bernabé, sino que quieren enviar a dos hermanos con ellos. Aquí Lucas presenta a Silas, quien sería muy importante en los ministerios de Pablo y Pedro.

23 Con ellos mandaron la siguiente carta:

Los apóstoles y los ancianos, a nuestros hermanos gentiles en Antioquía, Siria y Cilicia:

Saludos. 24 Nos hemos enterado de que algunos de los nuestros, sin nuestra autorización, los han inquietado a ustedes, alarmándoles con lo que les han dicho. 25 Así que de común acuerdo hemos decidido escoger a algunos hombres y enviarlos a ustedes con nuestros queridos hermanos Pablo y Bernabé, 26 quienes han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Por tanto, les enviamos a Judas y a Silas para que les confirmen personalmente lo que les escribimos. 28 Nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponerles a ustedes ninguna carga aparte de los siguientes requisitos: 29 abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual. Bien harán ustedes si evitan estas cosas.

Con nuestros mejores deseos.

La carta está dirigida a los hermanos gentiles en tres regiones (no es necesariamente una carta universal de doctrina eclesiástica). Llamarlos “hermanos” del saludo fue una señal importante de su aceptación. Viene de los apóstoles y ancianos en Jerusalén. Hay varias cosas de interés en la carta:

  • Reconocen que los hombres que fueron a Antioquía eran de la iglesia en Jerusalén, pero no tenían su autorización. Algún miembro de la iglesia no tiene derecho salir y predicar lo que quiera en otro lugar. Tiene que ir con la autorización del liderazgo de la iglesia.
  • No quieren inquietar o alarmar a los hermanos; tenemos que guardarnos de aquellos que lo harían.
  • Honran a los líderes de la iglesia en Antioquía (Pablo y Bernabé), llamándolos “queridos hermanos” quienes “han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
  • Después de discutir el asunto, creen que es la voluntad de Espíritu, y ellos están de acuerdo con las tres normas. No quieren imponerles muchas cargas.

30 Una vez despedidos, ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la congregación y entregaron la carta. 31 Los creyentes la leyeron y se alegraron por su mensaje alentador. 32 Judas y Silas, que también eran profetas, hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos. 33 Después de pasar algún tiempo allí, los hermanos los despidieron en paz, para que regresaran a quienes los habían enviado, 34 pero Silas decidió quedarse. 35 Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía, enseñando y anunciando la palabra del Señor en compañía de muchos otros.

Ahora nos enteramos de que los dos hermanos enviados de Jerusalén, Judas y Silas, eran profetas. No solo entregaron la carta, sino que hablaron “extensamente” para animarlos y fortalecernos. La porción concluye con el “estado de la iglesia” que hemos visto con frecuencia en Hechos. Un problema se ha presentado, la iglesia lo enfrentó, y ahora nuevamente hay paz y bendición en la iglesia.

Pablo y Bernabé enviados en su primer viaje misionero; Hechos 12, 13 y 14

12:25 Cuando Bernabé y Saulo cumplieron su servicio, regresaron de Jerusalén llevando con ellos a Juan, llamado también Marcos.

La última vez que vimos a Bernabé y Saulo (Hechos 11:30), traían una ofrenda de Antioquía a la iglesia en Jerusalén. Posiblemente estaban allí por la muerte de Jacobo y el encarcelamiento de Pedro; la cronología no está muy clara en ese punto.

Se menciona a Juan Marcos (12:12) como el hijo de la dueña de la casa donde la gente estaba orando para Pedro. Bernabé tiene buen ojo para los siervos potenciales del Señor; se acerca a ellos y los suelta en un ministerio. Trajo a Saulo a Jerusalén y luego lo buscó en Tarso. Ahora, lleva a Juan Marcos a Antioquía con ellos. ¡Qué hermoso ministerio! Presentar a creyentes al campo misionero u otra cultura, y ser un mentor para ellos. Con razón le pusieran el nombre  Bernabé, que significa “Hijo de consolación” o “Hijo de ánimo” (Hechos 4:36). ¿Puedes tu ser un Bernabé para alguien?

El llamado y la ordenación de Bernabé y Saulo

1En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón, apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca; y Saulo. Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado».

Este es el primer llamado misionero claro. Estos líderes reflejan la naturaleza cosmopolita de Antioquía y su diversidad, tal como el liderazgo de una iglesia de hoy debe reflejar su diversidad:

  • Bernabé, Levita de Chipre.
  • Simeón; “el Negro,” un nombre judío pero probablemente de África.
  • Lucio de Cirene, en el norte de África.
  • Manaén; de una clase alta, criado con Herodes.
  • Saulo; Fariseo de Tarso.

La iglesia también estaba bien ordenada, con estos hombres reconocidos como profetas y maestros, dos de los cinco oficios que Pablo nombra en Efesios 4:11. Es posible que una persona ocupe dos de esos oficios (o más; Pablo era un apóstol).

El llamado ocurrió en el contexto de la iglesia, en un culto, con los dones funcionando conforme al plan de Dios. Además, estaban en ayuno, buscando al Señor y en su presencia. Claro que alguien puede recibir un llamado de Dios solo (como Moisés y la zarza ardiente), pero hay un orden en el reino de Dios que era muy obvio con el sacerdocio del Antiguo Testamento, y que aún hoy es muy importante. Dios opera dentro de la autoridad de la iglesia.

El Espíritu llamó a dos hombres. Aunque hay casos en que alguien va solo, Jesús envió a los discípulos de dos en dos, y creo que es el patrón bíblico. Saulo ya sabía que su trabajo sería con los gentiles, y el Espíritu guio a Bernabé a buscarlo.

Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron.

Tan importante como el llamado es la ordenación de una iglesia. Es peligroso (espiritual y físicamente) que alguien salga al campo misionero sin esa cobertura. La iglesia en Antioquía obedeció al Espíritu sin dudarlo, pero pasaron un tiempo en ayuno, preparándose para orar, imponerles las manos y despedirlos.

Enviados por el Espíritu Santo

Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. 

Si eres enviado por el Espíritu Santo, tienes la certeza de que Él guiará, ungirá y preparará el camino. Todo fue la obra del Espíritu, a través de la iglesia. Si tu sales a algún ministerio, es importante ser enviado por el Espíritu.

Primero bajaron a Seleucia, la puerta de Antioquía, unos 24 km (15 millas) de la ciudad. No es de extrañar que empiecen en Chipre, la tierra natal de Bernabé; él ya tendría algún conocimiento de la isla y su cultura.

Al llegar a Salamina, predicaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan como ayudante.

Aquí nos enteramos de que Juan Marcos los acompañó, como ayudante y estudiante para aprender de ellos. Aunque el llamado de Pablo fue a los gentiles, él siempre empezó en las sinagogas de los judíos.

Pablo se enfrenta a un falso profeta

Recorrieron toda la isla hasta Pafos. Allí se encontraron con un hechicero, un falso profeta judío llamado Barjesús, que estaba con el gobernador Sergio Paulo. El gobernador, hombre inteligente, mandó llamar a Bernabé y a Saulo, en un esfuerzo por escuchar la palabra de Dios. Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. 

Uno supondría que estaban predicando a la gente durante el viaje desde la costa este a la costa oeste de Chipre (unos 144 km o 90 millas). Hasta ahora todo parece tranquilo; aparentemente no experimentaron mucha oposición de los judíos mientras recorrían toda la isla. No hay mención de señales y prodigios; simplemente predicaron la palabra. El gobernador, en Pafos, la capital de la provincia, tenía hambre de algo espiritual. Era común que los gobernadores tuvieran un hechicero o un mago para dar consejos, y él estaba recibiendo palabras de un falso profeta. Sergio Paulo había oído hablar de Bernabé y Saulo, y los llamaron a escuchar la palabra, la cual recibió con fe. Pero Elimas, el hechicero, no quiere perder su posición e influencia, y se les oponía.

Notamos varias cosas sobre este Elimas:

  • Era judío, pero no guardaba la ley.
  • Era un hechicero, pero también un falso profeta. ¿Puede ser que muchos falsos profetas operen con un espíritu de brujería? Podrían recibir mensajes, pero son del maligno.
  • Su nombre “Barjesús” significa “hijo de salvación” (probablemente no tuvo nada que ver con Jesucristo).
  • Incluso hombres inteligentes, como Sergio Paulo, pueden ser engañados por falsos profetas.
  • Un falso profeta o hechicero intenta apartar al creyente de su fe.

¿Cómo van a responder Bernabé y Saulo?

Entonces Saulo, o sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo: 10 «¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de engaño y de fraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del Señor? 11 Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol».

Por primera vez, Lucas llama a Saulo “Pablo” (y nunca más lo vuelve a llamar Saulo), y él se levanta con una unción especial del Espíritu Santo. Al igual que Pedro y Juan que fijaron sus ojos en el cojo en la Puerta Hermosa (Hechos 3), Pablo clavó los ojos en Elimas y dice las cosas tal como son, inspirado por el Espíritu:

  • Es un hijo del diablo. No solo está equivocado, está endemoniado, un siervo de Satanás.
  • Es enemigo de toda justicia; pueden ser lobos vestidos como ovejas, pero son enemigos de la justicia.
  • Está lleno de todo tipo de engaño y fraude.
  • Tuerce los caminos rectos del Señor; puede proclamar cosas supuestamente de Dios o de la Biblia, pero las tuerce.
  • Alguien tiene que revelar lo que es, y Pablo proclama que la mano del Señor ahora está en su contra. Hay gente malvada que perjudica la obra del Señor, pero aparentemente Dios está esperando que alguien como Pablo (¿o tú?) proclame un juicio contra ellos.
  • La confirmación será una señal: ceguera. Pablo está muy familiarizado con eso; fue su experiencia en el camino a Damasco.

Pablo no le ofrece la oportunidad de arrepentirse; tiene que caer bajo el juicio de Dios.

Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar a tientas a alguien que lo llevara de la mano. 12 Al ver lo sucedido, el gobernador creyó, maravillado de la enseñanza acerca del Señor.

Con mucha fe y la unción del Espíritu, Pablo proclamó la ceguera, y así sucedió. No sabemos nada más sobre lo que sucedió a Elimas, pero fue suficiente para convencer al gobernador. Como vemos tantas veces, la manifestación del poder de Dios confirma la palabra y resulta en que la persona cree y se maravilla del Señor.

No dice nada acerca de cuánto tiempo permanecieron allí o si intentaron de formar una iglesia. Siguen adelante en su viaje.

Juan Marcos se separa de ellos en Panfilia

13 Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar desde Pafos, y llegaron a Perge de Panfilia. Juan se separó de ellos y regresó a Jerusalén; 14 ellos, por su parte, siguieron su viaje desde Perge hasta Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y se sentaron. 15 Al terminar la lectura de la ley y los profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: «Hermanos, si tienen algún mensaje de aliento para el pueblo, hablen».

Se produjo un cambio importante en Chipre: Pablo obviamente toma la posición de liderazgo y Bernabé sirve, como su nombre lo sugiere, para animarlo. Posiblemente eso no le cayó bien a Juan Marcos, y él se separó en la primera oportunidad de volver a casa en Jerusalén. Algunas veces nuestros intentos de iniciar a alguien en el ministerio son prematuros o no están guiados por el Señor. Tristemente, el problema con Juan Marcos sirvió para separar a Pablo y Bernabé más tarde (Hechos 15:36-41), aunque más tarde Juan Marcos viajaba con Pablo. Posiblemente, en el plan de Dios, Juan Marcos pasó este tiempo con Pedro en Jerusalén, y escribió el Evangelio de Marcos.

Fue un viaje de unos 160 km (100 millas) desde la costa de Asia (hoy Turquía) a Antioquía de Pisidia. Conforme a la costumbre de los judíos, los visitantes tienen la oportunidad de compartir una palabra.

16 Pablo se puso en pie, hizo una señal con la mano y dijo: «Escúchenme, israelitas, y ustedes, los gentiles temerosos de Dios: 

Este es el primer sermón registrado de Pablo (versículos 17-41), y sigue un patrón similar a la predicación de Pedro:

  • La historia de Israel, con énfasis en la iniciativa de la gracia de Dios. Señala a David, “hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”.
  • El ministerio de Juan el Bautista.
  • La muerte y resurrección de Jesucristo, cumpliendo las profecías del Antiguo Testamento.
  • Jesús ofrece el perdón del pecado si no endurecen sus corazones.

Es totalmente Cristo-céntrico y basado en la Biblia. Termina su sermón con esta cita de 2 Samuel 7:13-14:

»“¡Miren, burlones!
¡Asómbrense y desaparezcan!
Estoy por hacer en estos días una obra
que ustedes nunca creerán,
aunque alguien se la explique”».

42 Al salir ellos de la sinagoga, los invitaron a que el siguiente sábado les hablaran más de estas cosas. 43 Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos fieles acompañaron a Pablo y a Bernabé, los cuales en su conversación con ellos les instaron a perseverar en la gracia de Dios.

Reciben la palabra y hay una puerta abierta para el sábado siguiente; mientras tanto, Pablo y Bernabé siguen hablando con ellos entre semana, animándolos a perseverar en la gracia de Dios.

44 El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor. 45 Pero, cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían con maldiciones lo que Pablo decía.

La noticia se difundió, ¡y casi toda la ciudad quiere oír la palabra! De repente, los corazones abiertos de los judíos cierran y maldicen a Pablo, contradiciéndolo. ¡Los celos son poderosos!

46 Pablo y Bernabé les contestaron valientemente: «Era necesario que les anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los gentiles. 47 Así nos lo ha mandado el Señor:

»“Te he puesto por luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”».

48 Al oír esto, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna.

Como sucedió tan a menudo, los judíos tuvieron la primera oportunidad de creer, pero rechazaron la palabra, y ahora Pablo y Bernabé se dirigieron a los gentiles, quienes recibieron la palabra de salvación con mucha alegría.

Aquí hay un indicio de algo que ha causado mucha controversia en la iglesia: habla de algunos que “estaban destinados a la vida eterna.” Obviamente no eran todos, pero Dios preparó sus corazones para recibir la palabra y creer en Jesús. No es el propósito de este libro resolver esta controversia; simplemente tenemos que reconocer que la idea de algunos destinados a la salvación existe en la Palabra, y podemos confiar en la obra del Espíritu para abrir sus corazones.

49 La palabra del Señor se difundía por toda la región. 50 Pero los judíos incitaron a mujeres muy distinguidas y favorables al judaísmo, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé. Por tanto, los expulsaron de la región. 51 Ellos, por su parte, se sacudieron el polvo de los pies en señal de protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. 52 Y los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.

Lucas termina esta porción con un resumen del estado de la iglesia allá. Pablo y Bernabé tenían mucho éxito, predicando en toda la región y dejando a los discípulos llenos de alegría y del Espíritu. Los que no estaban “destinados a la vida eterna” estaban celosos, y tenían conexiones con las personas más influyentes de la ciudad. Otra vez Pablo y Bernabé sufrieron persecución y fueron expulsados de la región, sacudiéndose el polvo de los pies, conforme a las instrucciones de Jesús (Lucas 9:5 y 10:11).

El viaje continúa en el capítulo 14

Hay mucho de interés en estos viajes de Pablo, pero para el propósito de este libro, no vamos a estudiarlos todos.

Su experiencia en Iconio (14:1-7) era familiar: Empezaron con los judíos, quienes los rechazaron, pero “una multitud” de judíos y griegos creyeron. Aquí nos enteramos de que Bernabé también fue incluido entre los apóstoles. Ministraban allí “bastante tiempo, hablando valientemente,” con muchos señales y prodigios. Cuando se dieron cuenta de un complot para apedrearlos, huyeron a Listra y Derbe (¡buena decisión!).

En Listra (14:8-20) la curación de un hombre lisiado de nacimiento abrió un camino para el evangelio, pero el pueblo llamó a Bernabé Zeus, y a Pablo, Hermes, y quería ofrecerles sacrificios como a los dioses. En esta ciudad pagana Pablo no habló del Antiguo Testamento, sino del Dios viviente de la creación. En un cambio dramático, llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que hicieron cambiar de parecer a la multitud. Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, creyendo que estaba muerto (14:19).

Derbe y regreso a casa

Seguramente sería difícil para Pablo (quien pensaban que estaba muerto) caminar los 100 km (60 millas) hasta Derbe, pero su tiempo allá era más tranquilo. No sabemos cuánto tiempo estaban allí, pero de Derbe volvieron a las ciudades donde habían dejado a discípulos, y luego volvieron a casa, después de casi dos años.

21 Después de anunciar las buenas nuevas en aquella ciudad [Derbe} y de hacer muchos discípulos, Pablo y Bernabé regresaron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22 fortaleciendo a los discípulos y animándolos a perseverar en la fe. «Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios», les decían. 23 En cada iglesia nombraron ancianos y, con oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían creído. 24 Atravesando Pisidia, llegaron a Panfilia, 25 y, cuando terminaron de predicar la palabra en Perge, bajaron a Atalía.

Esta es una parte muy importante del seguimiento. De su propia experiencia, podían hablar sobre las “muchas dificultades” por las que pasamos para entrar al reino. Muy posiblemente estos nuevos creyentes ya las estaban experimentando también. Nuevos discípulos necesitan ser fortalecidos y animados a perseverar en la fe. El amor manifestado por Pablo y Bernabé al volver a verlos sería de mucho valor, tal como las palabras de aliento y la oración por ellos. Ese toque personal es muy importante en el seguimiento, si no en persona, de los mensajes electrónicos. Jesús nos mandó “hacer discípulos,” no “conversos.” Nosotros tenemos infinitamente más recursos para compartir con discípulos para fortalecer y animarlos.

No solo animaron a los hermanos, sino que formaron iglesias con ancianos, quienes solo tendrían unos meses en el evangelio. Pero ya sería evidente quién permanecerá y quién tiene el corazón para guiar a la iglesia. Es difícil dejar una iglesia joven, sabiendo que estos ancianos van a pasar por muchas dificultades, pero los encomendaron al Señor, con la fe manifestada en su ayuno y oración. Jesucristo los cuidará. La meta de Pablo en su obra misionera no era la fama o las multitudes de conversos, sino establecer a iglesias, cuerpos de Jesucristo, en cada lugar. Él para siempre sería su “padre espiritual” y proporcionaría una cobertura espiritual para estas iglesias.

26 De Atalía navegaron a Antioquía, donde se los había encomendado a la gracia de Dios para la obra que ya habían realizado. 27 Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos, y de cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. 28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.

Ellos mismos habían sido “encomendados a la gracia de Dios” meses antes, cuando salieron de su iglesia en Antioquia. Han pasado por “muchas dificultades,” pero Dios ha sido fiel, y vuelven con muchos testimonios para compartir con una iglesia hambrienta para noticias de ellos. Hoy tenemos conexiones con todo el mundo con WhatsApp, pero es ese momento podrían pasar meses sin ninguna noticia. Con razón se quedaron allí mucho tiempo, para descansar, ministrar a la iglesia y refrescarse en el Señor.

Preparándose para nuestro matrimonio con el Cordero de Dios

Nosotros como la novia de Jesucristo. Cuando empecé a reflexionar sobre esto, pensé en las escrituras conocidas sobre la novia en Apocalipsis y Mateo (como la parábola de las vírgenes prudentes e insensatas en el capítulo 24). Pero cuanto más pensaba en esto, más me maravillaba. Creo que hemos perdido el impacto de esta realidad: El Dios del universo ha escogido a nosotros, su iglesia, para la esposa de su Hijo unigénito.

¿Has tenido a hijos que se han casado? Es un momento de ansiedad, tristeza y alegría. En el pasado muchas veces los padres escogieron a la persona. Hoy eso es raro. Pero oramos y esperamos que haga una buena elección. Sabemos que el matrimonio no es fácil. Sabemos que muchos hombres solo piensan en la atracción física. Ofrecemos nuestros consejos. Es un paso gigante para el hijo. Está formando una nueva familia. Al mismo tiempo, reconocemos que su niñez ha terminado y de alguna manera estamos perdiendo a ese hijo.

En el caso de nuestro Padre celestial, Él ya envió a su hijo a este mundo. Ya derramo toda su ira sobre Él en la cruz del Calvario. Ya lo recibió de vuelta al cielo para sentarse triunfalmente a su diestra. Y ahora está preparándose para recibir a esta novia que va a compartir el reinado del universo. Finalmente va a lograr lo que quería desde el principio de los tiempos. Esa es la parte del padre.

Para los que están casados, los hombres han experimentado la anticipación, la inseguridad y el deseo para una mujer mientras nos preparamos para el matrimonio. Hermanas, ustedes le están confiando su vida a este varón que posiblemente solo conocieron hace unos meses. Usted va a compartir lo más íntimo con él. Idealmente, sería exclusivo. Como virgen usted recibe a un hombre de por vida, hasta la muerte.

Para ambos, la preparación es muy importante. Si hay una recepción, quieren un queque hermoso y comida rica. La luna de miel en un lugar precioso. La boda en sí en un lugar bonito, con toda la familia y amigos. Es una celebración, pero también una consagración solemne en presencia de Dios. Toman votos de lealtad y fidelidad.

Lamentablemente, algunos conocen el dolor de los votos rotos. De infidelidad. De la muerte. Muerte física o muerte del amor. Como es una relación tan íntima, el dolor es más intenso.

Hay varios factores que conforman un matrimonio feliz, como la fidelidad, la comunicación, el respeto y los objetivos comunes. Esos también son importantes en nuestra relación con Cristo como su novia. Pero el centro de esa relación es el amor.

Muchos muchachos, cuando piensan en el amor, piensan en hacer el amor. Pero nosotros sabemos que el amor es algo mucho más profundo. Tal vez lo más importante en la preparación para el novio es crecer en ese amor. Aprender lo que significa amar a Cristo. Y comprender lo que significa estar unido a Jesús, como un hombre y una mujer están unidos en el matrimonio. No es intimidad física, pero es una unión tan íntima al nivel personal como el matrimonio. Jesus dijo en Juan 14:

20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

“Aquel día” es la venida del Espíritu Santo a la iglesia en su plenitud. En su oración en Juan 17, Jesus oró:

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

¡Cristo es el polígamo más grande! Claro que es muy diferente de ser un polígamo aquí. Pero hay millones de personas que componen su novia. ¡Qué desastre sería tener peleas y divisiones entre ellas! Cristo, como buen novio, nos pasa la gloria que recibió de su Padre. No para vanagloriarnos, sino para que seamos uno. Esa es su petición para nosotros. Si vamos a estar preparados para la boda, tenemos que mantener nuestra unidad y hacer todo lo posible para promover la unidad de su cuerpo.

¿Usted ha visto a una pareja que llame la atención por el cariño y la unidad que muestran? Así debe ser para Cristo y su novia. El mundo ve algo muy especial en nosotros, y sabe que solo sería posible si Dios enviara a su hijo a este mundo para ser el novio.

23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

¡Podemos contar con el amor del suegro! ¡Qué hermoso sería tener esa perfecta unidad con tu conyugue! Esa es la unión que Cristo quiere con nosotros y entre nosotros como su novia. Así como una mujer feliz refleja el cuidado y el amor de su esposo, también debemos reflejar el amor del novio para nosotros.

24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Como todo novio, Él ha preparado un lugar muy especial para nosotros, y espera con ansias ese día en que pueda llevarnos a su casa. Quiere que estemos donde Él está, que estemos con Él. Todo novio quiere mostrar su virilidad y su fuerza. Del mismo modo, Cristo quiere que veamos su gloria.

Todo esto es un misterio. ¿Cómo es posible esa unión con Dios? ¿Qué significa ser el novio de Cristo?

Tal como la imagen del cuerpo nos ayuda entender cómo funciona la iglesia, el matrimonio es algo que todos entendemos. Es por eso Pablo escribió en Efesios 5 cuando enseña sobre el matrimonio: 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

¿Habla de matrimonio, o de Cristo y la iglesia? ¡Ambos! ¡Los dos son misterios! Y los dos son paralelos. Entonces podemos aprender algunas cosas muy importantes para nuestra relación con Cristo como su novia.

21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

La primera lección aquí para nosotros es aprender a someternos a la autoridad. El hombre tiene que someterse a Cristo. Tenemos que aprender a someternos unos a otros. Esa es una lección para todos: Aprender la humildad y el temor de Dios. Si nos cuesta someternos a otros, será difícil estar sujetos a Cristo. Como su cuerpo, su novia, tenemos que honrarlo como la cabeza de la iglesia. La mujer tiene la oportunidad de aprender esa sumisión con su esposo.

24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Hay varias cosas que Cristo hace como nuestro novio:

  • Nos ama.
  • Demuestra ese amor en su sacrificio en la cruz, entregándose a sí mismo.
  • Él quiere una novia santificada y purificada.
  • Nos lava mediante la purificación de la palabra de Dios.
  • Allí, en la boda, la novia se presenta a Cristo, una novia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. En cambio, será santa e intachable.

Esa es la responsabilidad del esposo hacia su esposa también. En nuestra preparación para ser su novia, esta escritura nos enseña varias cosas que tenemos que hacer:

  • Permitir que el Espíritu Santo nos santifique.
  • Meternos en la palabra de Dios y permitir que nos lave y purifique.
  • Examinarnos en busca de manchas o defectos en nuestras vidas. Ya es tiempo corregir esas cosas para estar listos para el novio.

28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

Si la unión de un hombre y una mujer es un misterio, aún más la unión de Cristo y su novia, la iglesia. Y la clave es el amor. La novia que se ha preparado, ama al novio, y ha aprendido a comprender y recibir el amor del novio, de Cristo.

¿Cómo sabes si amas a Cristo? Él dijo en Juan 14:

21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

Para prepararse, la novia estudia la palabra y los mandamientos de Jesus, y lo obedece. Sin obediencia, el amor es meras palabras.

Jesus habló de la preeminencia del amor en Mateo 22:37: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

El amor empieza con esa obediencia. Estamos hablando aquí de un amor ágape, un amor que pocos en el mundo conocen. Ellos piensan en el amor como eros, amor sexual y romántico, o fileo, el amor entre nosotros como hermanos. El amor ágape es un amor incondicional. Pablo lo describe en 1 Corintios 13, en la NTV:

El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.

En el matrimonio, después de la luna de miel, aprendemos que esa relación cuesta mucho trabajo. No es fácil. Y Dios lo usa para enseñarnos mucho acerca de cómo amar. Si vamos a estar preparados para el novio, vamos a aprovechar cada oportunidad para poner estas calidades en práctica. Y podemos esperar que Dios proporcione circunstancias en nuestras vidas para probarnos y darnos la oportunidad para crecer en ellas.

Creo que Romanos 13 tiene algunos versículos muy apropiados para terminar esta reflexión:

No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. 11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Lo que tú puedes hacer ahora en esta pandemia; Mateo 24 y 25

Estamos viviendo en un momento muy difícil. Justo cuando empezamos a abrir y pensamos que todo va a volver a la normalidad, hay una explosión de casos de Covid. ¿Jamás terminara? Sólo Dios sabe. Él es soberano y siempre tiene el control en medio de esta crisis. Él tiene un plan para tu vida y para un reino perfecto sin dolor, pecado o enfermedad. Pero es fácil sentirse impotente ante las malas noticias y la incertidumbre que nos rodea.

El internet está lleno de “profecías” y prédicas sobre el fin del mundo, la gran tribulación y el regreso de Cristo. Sabemos que Él viene pronto. ¡Aleluya! Pero la verdad, leer Mateo 24 no parece muy alentador:

Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.

¡Más malas noticias!

Ya veo malas noticias en la tele todos los días. Y estas noticias son deprimentes. ¿Estás emocionado de saber esto? Si no fueras un creyente, ¿te motivarían a aceptar a Cristo?

  • Nos entregarán a tribulación. Nos perseguirán.
  • Nos matarán. TLA: »Ustedes serán llevados presos, y entregados a las autoridades para que los maltraten y los maten.
  • Seremos aborrecidos de todos.

Gloria a Dios, ¿verdad? “Ay de mí. Están persiguiendo los cristianos.” “Nadie me quiere.” Lo siento, pero así lo dijo Jesús. ¿Puedes soportar ese maltrato sin renunciar a Cristo?

Incluso en las iglesias habrá muchos falsos profetas que engañarán a muchos. La maldad se multiplicará. Habrá mucha tentación de negar a Cristo y volver al pecado.

Con razón, en el pasaje paralelo en Lucas 21:36, Cristo dice: Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

Más que nunca necesitamos el apoyo de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Siempre mantén tu amor por ellos y por Cristo. Porque entre nosotros, aquí en la iglesia, Jesus dice que:

  • Muchos tropezarán y se apartarán de Cristo
  • Se entregarán unos a otros, incluso dentro de la misma familia.
  • Unos a otros se aborrecerán.
  • El amor de muchos se enfriará.

El verso 13 dice:  Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. La triste realidad es que muchos no perseverarán hasta el fin.

¿Cuánto habló Jesús sobre su regreso?

Sí, es importante estar preparado. Pero es peligroso concentrarse en Mateo 24. Sí, es cierto que las películas que la gente quiere ver son sobre el rapto, el anticristo y la tribulación. Y son los mensajes que quieren escuchar. Les encanta adivinar quién podría ser el anticristo. Pero Cristo habló muy poco de los días postreros y su regreso:

  • Nunca inició la conversación.
  • No dijo nada al respecto hasta unos días antes de su crucifixión.
  • Incluso en este capítulo 24 no nos ofrece todos los detalles de lo que sucederá, ni nos anima a involucrarnos mucho en ellos.
  • Después de su resurrección no volvió al tema; solo dijo que nosotros recibiremos el poder del Espíritu Santo y que tenemos que hacer discípulos a todas las naciones.

¡Esa es nuestra parte! ¡Predicar el evangelio! Mira el verso 14: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Yo creo que hemos pasado por alto algo muy importante en estos capítulos 24 y 25. Escucha como inicia el capítulo 24:

1Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Es como Él quisiera decir: “No se impresionen demasiado con los edificios. Este templo es temporal.” Y no dijo nada más. No aprovechó la oportunidad para darles más detalles. Creo que es un mensaje para nosotros y nuestra afinidad por los grandes edificios. Como los discípulos, estamos impresionados con el hermoso templo de alguna iglesia, pero Cristo dice: “No quedará piedra sobre piedra.” No debería ser nuestro enfoque.

Fue solo más tarde, en el verso 3, que sigue hablando del fin, y tampoco inició esa conversación:

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Marcos 13 dice que solo Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte. Esta palabra no era para todos los discípulos y menos aún para la multitud.

Engaño, la Palabra y Noé

Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

Los discípulos quieren saber cuándo, y qué señal habrá de su venida. Pero característicamente, Cristo no responde directamente a sus preguntas. Ellos quieren todos los detalles, pero Cristo dice que hay otros que hablarán mucho sobre su regreso, y el peligro es que seremos engañados por ellos. Es un tema muy propenso a falsas doctrinas, mentiras y especulaciones. Un estudio de la historia de la iglesia lo confirma. Entonces, ¿qué es más importante?

35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. 36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

En medio de toda clase de desastre natural, tenemos que aferrarnos a la Palabra de Dios. Esta Palabra es nuestra roca firme. Cristo nos advierte claramente de aquellos que fijan fechas para su venida. Sabemos que viene pronto. Tenemos que vivir como si fuese hoy. Pero solo el Padre sabe cuándo será.

37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

Noé escuchó la Palabra de Dios y trabajó. Preparó un arca para su familia. Fue obediente al mandato de Dios. Predicó a sus vecinos. Buscó a todos los animales.

Muchos se dedican al estudio de las señales y los detalles, pero esas cosas están en manos del Señor. ¿Qué es nuestra parte? Estar preparado, trabajar y servir al Señor:

44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. 45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

Darles de comer a su debido tiempo. Ser un siervo fiel y prudente. Ese es el enfoque de Jesucristo, pero ¿qué significa?  Ahora nos explicará lo que tenemos que hacer. El error en la interpretación de este discurso es separar el capítulo 24 del 25. Sabemos que esas divisiones no existen en el original. Cristo termina el capítulo 24 hablando sobre el lugar donde “será el lloro y el crujir de dientes”  – e inmediatamente nos da tres ejemplos de las personas que terminarán allí. Son personas inesperadas que forman parte de la iglesia.

A la luz de Mateo 24, tres consejos sobre cómo vivir ahora

Escuchen bien, mi hermano y mi hermana: En medio de toda la confusión y la impotencia que muchos sienten ante esta pandemia y la posibilidad del anticristo y la gran tribulación, Cristo tiene tres consejos muy claros sobre cómo vivir ahora. Estas son cosas que tú puedes hacer hoy. Son el enfoque del mensaje de Cristo en estos capítulos. Es tan importante que Jesús nos da tres parábolas para asegurarnos de que lo entendemos completamente. Me gustaría profundizar en cada uno de los tres, pero debido a la falta de tiempo, solo voy a dar algunos puntos principales de los primeros. Usted puede volver y estudiarlos más.

Parábola de las 10 vírgenes

1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.

Hay cinco vírgenes prudentes y cinco insensatas. Todas salen para recibir al esposo. Todas tienen la expectativa de estar con Él. Todas tienen sus lámparas. No están de fiesta. No están en el mundo. La única diferencia es que las insensatas no tomaron aceite con ellas. El esposo llegó tarde. Cabecearon todas y se durmieron. Eso no era el problema, pero la demora era tanta que todas las lámparas se apagaron. Las insensatas creen que, como buenas cristianas, las prudentes van a compartir su aceite. Pero no hay suficiente para todas, y tienen que buscar a alguien que las venda el aceite.

10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

En el ejemplo de Jesús la mitad son insensatas. Algunos de ustedes aquí son prudentes, y algunos son insensatos. Estás aquí en la iglesia, pero la verdad es que no estás preparado para entrar en las bodas de Jesucristo. Puedes creer que la preparación de tu esposa o tu mamá te ayudará ese día. Ellas tienen el aceite. Tú no lo tienes. No tienes el Espíritu Santo. Hay pecado en tu vida. No estás caminando bien. Cuando Cristo venga, tú vas a estar allí con toda tu familia, y ellos entrarán. Pero cuando llegues a la puerta, Jesús te dirá: No te conozco. Prepárate ya. Hay prisa. Cristo viene pronto.

Hay caos y muerte a nuestro alrededor. No puedes hacer mucho al respecto; está en las manos de Dios. Él te dice: Examínate a ti mismo. Prepárate. El primero de los tres enfoques para estos días es mantener nuestra relación con Cristo y la plenitud de su Espíritu. Pon aceite en tu lámpara.

Parábola de los talentos

El segundo ejemplo que Cristo nos da es la parábola de los talentos. El Dios del universo nos confía sus bienes. No es nuestro dinero; Dios nos confía ser mayordomos de sus bienes. Son tres siervos de Dios que reciben un dinero (un talento era una moneda), o un don, conforme a su capacidad: 5, 2 o 1. La primera lección aquí es que habrá diferencias entre nosotros en las habilidades, recursos y talentos que Dios nos da. No mires a otros y lo que tengan. Hay que aceptar lo que Dios tiene para ti y ser un fiel mayordomo. Cristo espera que multipliquemos ese talento. Algún día tendremos que rendir cuentas a Dios por lo que hicimos con lo que Él nos confió. Cristo no menciona todas las cosas que suceden en el mundo alrededor de estos sirvientes. No acepta la excusa de que hubo una pandemia y fueron puestos en cuarentena. Él nos da un llamado, una tarea, y nuestro deber ahora es dedicarnos a trabajar con todas nuestras fuerzas.

¿No quieren todos ustedes escuchar estas palabras? Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Todos eran siervos del Señor. Todos recibieron talentos de Él. Pero el siervo que recibió un solo talento tuvo miedo y no hizo nada con su talento. El miedo es peligroso. Muchos tienen miedo hoy. Pero ese miedo te hará infructífero. El siervo no malgastó el dinero. Devolvió al Señor lo suyo. Pero no es suficiente. Dios le llama: Siervo malo y negligente. Y luego vemos la economía del Reino de Dios: al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Y exactamente como termina el capítulo 24, Jesus dice que será el fin de ese siervo: 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

No te preocupes tanto con las locuras de este mundo, la pandemia y la economía. ¿Cuál es el talento que Dios te ha dado? ¿Estás trabajando arduamente en ese llamado? ¿Eres un fiel mayordomo de los recursos que Dios te ha dado? ¿Cuáles frutos tienes para entregar a Jesús cuando venga?

¿Eres oveja o cabrito?

El gran final de esta enseñanza sobre la venida de Cristo es sobre el juicio de ese día. Todos queremos ver a Jesús cuando venga en su gloria. Todos los ángeles vendrán con Él. Pero el verso 31 dice: El se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

¿Eres una oveja o un cabrito? Depende de lo que estés haciendo con tu vida ahora.

34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

Ellos no estaban haciendo estas cosas conscientemente para ser “buenos cristianos.” ¿Te diste cuenta de que no menciona que siempre estaban en la iglesia? ¿U oraban mucho? ¿O siempre diezmaron? Esas cosas son buenas, pero esas son las cosas que los judíos señalaron para justificarse: Ofrecieron todos los sacrificios. Comieron según la ley. Diezmaron. Celebraron las fiestas. Jesús no menciona que tenían todo en orden con su comprensión de los días postreros. O que estaban luchando contra la injusticia en el gobierno. Todas esas cosas pueden ser buenas. Pero Jesús está buscando algo diferente en nuestras vidas. Las ovejas simplemente andaban en amor, andaban como Cristo anduvo:

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

¿Y por qué envía a estos cabritos al infierno?

41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

Están en shock, sorprendidos:

44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?

Lo llaman “Señor;” seguramente, si supieran que Cristo quería estas cosas, se las ofrecerían. Siempre estaban en la iglesia. No había mucho pecado en sus vidas. Tienen todas las expectativas de heredar el reino.

45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

No nos corresponde preocuparnos por todo lo que está sucediendo en el mundo. Sabios, sí. Velando y orando, claro. Pero no puedes vivir en temor. No puedes retirarte a la casa y no hacer nada para el Señor. Ahora más que nunca tenemos que proclamar su palabra y servir a otros con el amor de Cristo. Tenemos que buscar a los más pequeños, los más humildes y más insignificantes,  y ayudarlos. Todo eso es servir a Cristo.

Dios sabe que estos son días difíciles. Quiere librarte del temor y el desánimo. ¡Hay mucho que hacer! Llena tu cántaro con el aceite del Espíritu Santo. Usa los talentos que el Señor te ha dado para el beneficio de su reino. Y está atento para los más pequeños. Ofrécelos agua o comida. Una cama. Ropa. Ministra a los enfermos. Siempre siguiendo el protocolo, pero sirviéndolos como si fuese el mismo Cristo.