Deuteronomio 6:4-19 El Shemá – corazón de la religión judía

Puede que Moisés no haya sido consciente de esto, pero éste es el corazón de la religión judía. Si no tienes en cuenta las divisiones de los capítulos (que fueron insertadas mucho más tarde), está claro que el versículo cuatro comienza un mensaje nuevo en esta serie de discursos finales. Los versículos 4 a 9 son el famoso Shemá (en hebreo, “oye”). Los judíos devotos aún recitan el versículo cuatro cada mañana y tarde, y a menudo dicen el Shemá cuando se acerca la muerte. La mezuzá, que está fijada junto a la puerta de la mayoría de los hogares judíos, también la contiene. Jesús estaba muy familiarizado con el Shemá, y lo citó como el mandamiento más importante.

Dios es uno

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (RVR)

Como la única religión monoteísta en el mundo en ese momento, el judaísmo estaba en marcado contraste con la multitud de ídolos y dioses paganos. Dios es uno, el único dios. Él no es una opción entre muchas, sino el único Dios verdadero. El politeísmo y sincretismo (la combinación de la adoración de Dios con otra religión) están prohibidos. Él es nuestro Dios. Lo hace personal, y le da a Israel un lugar especial como el pueblo escogido de Dios. Ahora, por su gracia, todos los creyentes pueden decir que Él es nuestro Dios.

En una referencia impresionante a la trinidad, la palabra hebrea (echad, traducida “uno”) puede implicar “unidad en diversidad.” Las diversas partes del tabernáculo hicieron una tienda de campaña (Éxodo 26:6), y el esposo y la esposa son una sola carne (Génesis 2:24). Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen» en Génesis. De hecho, la misma palabra usada para Dios aquí (Elohim) es el plural de El. Dios existe en tres personas distintas, pero es claramente un solo Dios, no tres. La trinidad es un misterio confirmado por las Escrituras, y (sin saberlo) por los judíos, cada vez que dicen el Shemá.

Con esa declaración clara de quién es Dios, Moisés presenta nuestra respuesta requerida, el mandamiento que resume la ley:

Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.

Dios un padre amoroso

La relación viene antes de la obediencia legalista. El mayor es el amor, incluso bajo la ley. Puede que no pensemos que el amor es una parte importante del Antiguo Pacto, pero Dios también era un dios de amor en aquel entonces. Como padre amoroso, los guió en la columna de nube y fuego, y les proveyó maná y agua. Él los protegió y prometió bendiciones increíbles, si solo fuesen fieles a Él y a sus mandamientos:

El Señor su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo.”

A pesar de eso, ninguno de ustedes confió en el Señor su Dios, que se adelantaba a ustedes para buscarles dónde acampar. De noche lo hacía con fuego, para que vieran el camino a seguir, y de día los acompañaba con una nube (Deuteronomio 1:30-33).

Dios quería un pueblo para sí mismo, una novia; al igual que un hombre corteja a una dama y anhela su amor a cambio. Él espera que ellos respondan a su cuidado con amor y fe, pero no hemos visto mucha evidencia del amor de los hebreos para Dios durante estos cuarenta años en el desierto. Se quejaron de Él y caminaron en temor de su juicio. Necesitarán más que obediencia a regañadientes para prosperar espiritualmente en la Tierra Prometida. Como muchos cristianos han descubierto, eso no dura mucho; da lugar al resentimiento y luego a la rebelión. La obediencia debe fluir del amor.

Amor total e incondicional

La palabra hebrea usada para amor (‘ahebh) se refiere a la obligación de cuidar y valorar a alguien, por lo general en el contexto de la relación esposo/esposa o padre/hijo. No hay sentido de amor sexual o romántico. Cuando el Antiguo Testamento fue traducido al griego (la Septuaginta) usaron una forma de ágape (el amor incondicional de Dios) en este versículo.

Dios exige nuestro amor total:

  • El espíritu: Con todo nuestro corazón. Nuestras emociones y la parte más profunda de quienes somos. Nuestra devoción debe ser indivisa.
  • El alma: Con toda nuestra alma. La voluntad.
  • El cuerpo: Con todas nuestras fuerzas. El amor se manifiesta en obediencia y acciones. No solo en palabras, sino con total dedicación en todo lo que hacemos.

La importancia de este mandato fue afirmada fuertemente por Jesús:

Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?

Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.

Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle (Marcos 12:28-34).

Jesús cita directamente el Shemá, y agrega «con toda tu mente.» Para el segundo mandamiento (ama a tu prójimo), Jesús cita Levítico 19:18. En el pasaje paralelo en Mateo 22:40 Jesús hace la notable afirmación: «De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.» En la parábola del buen samaritano, el escriba los cita como el resumen de la ley, y Jesús dice: «Haz esto y vivirás.»

¿Cómo te va en tu amor por Dios? ¿Tienes algún concepto de lo que significa el amor para Dios? Si es tan importante, yo creo que si pides sinceramente, Dios te ayudará a comprender y vivir ese amor. Por naturaleza, somos egocéntricos, por lo que una de las lecciones claves de la vida es aprender a amar con amor ágape (no el amor romántico o erótico que vemos en el cine y en la televisión). Dios a menudo te trae personas difíciles de amar para que te enseñen a amar. El matrimonio, la familia y la iglesia son buenos lugares para aprender sobre el amor.

El lugar central de la Palabra

Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 

El primer paso esencial para el éxito es amar a Dios. El segundo es mover la Palabra de Dios de la cabeza al corazón. Medita en ella. Manténla delante de ti continuamente, central en tus pensamientos, para moldear tu vida y guiar tus decisiones diarias.

Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.

Si conoces a un judío, es posible que hayas visto su mezuzá (hebrea para “poste de la puerta”). Contiene una copia del pergamino de estos mismos versos (4 a 9), el Shemá. Para atar la ley a sus manos y frente, filacterias (hebreo: tefilín; pequeñas cajas de escrituras), están atadas con correas de cuero. Por lo general, los judíos devotos los usan solo en oración. ¿Es eficaz? Honestamente, yo no lo creo, y no creo que fuera la intención de Dios en este mandamiento. Ellas mantienen la ley externa, en una caja. Es como nosotros con una hermosa Biblia en la mesa o estante. Jesús habló del peligro de una demostración externa en Mateo 23:5, al condenar a los escribas y fariseos: Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan filacterias grandes y adornan sus ropas con borlas vistosas. En cambio, la Palabra debe guiar todo lo que hacemos con nuestras manos, y ser un filtro para todo lo que entra en nuestras mentes.

La palabra de Dios tiene que ocupar un lugar destacado en nuestros hogares y familias. Debe ser un tema central de conversación con nuestros hijos. Es mucho más que una lectura Bíblica; tienes que explicarla y vivirla. Ellos deben vernos dar prioridad a la palabra en la vida cotidiana. Cuando nos reunimos con otros creyentes, gran parte de nuestra comunión debe girar en torno a la Palabra.

¿Qué hay de ti? ¿Qué papel juegan las Escrituras en tu vida familiar? Con el teléfono celular omnipresente y el entretenimiento sin fin, es difícil para muchos dedicar más de unos minutos a la Palabra de Dios. Pero si en serio vamos a amar a Dios, tenemos que tomar en serio lo que Él ha dicho.

Ese es el final del Shemá, pero no el fin del mensaje de Moisés.

El peligro de la prosperidad

10 »El Señor tu Dios te hará entrar en la tierra que les juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Es una tierra con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, 11 con casas llenas de toda clase de bienes que tú no acumulaste, con cisternas que no cavaste, y con viñas y olivares que no plantaste. Cuando comas de ellas y te sacies, 12 cuídate de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud.

Ellos nunca conocían esa abundancia. Sufrieron esclavitud bajo los egipcios durante cientos de años y pasaron los últimos cuarenta años vagando por el desierto. ¡Imagina pensar en ciudades grandes y prósperas! ¡Es como alguien de un pequeño pueblo en otro país que viaja a Nueva York! ¡Casas llenas de toda clase de cosas buenas! ¡Algo más que maná para comer! ¡Dios tiene una vida buena preparada para ellos!

Dios quiere bendecirnos, no de la manera avara y excesiva prometida por los predicadores de la prosperidad, sino con una vida buena. Dios aún puede saquear cosas del mundo para nosotros. Nada de lo que Israel recibiría aquí provendría del trabajo de sus manos. Tienen que luchar por ello, pero otros hicieron el trabajo; otros construyeron las ciudades y las casas encantadoras amuebladas, cavaron los pozos y plantaron todo tipo de plantas frutales. Ahora Israel va a cosechar los beneficios.

¡No olvides a Dios en los tiempos buenos!

Hay mucho peligro en las cosas del mundo; es fácil olvidar quién nos las dio y olvidar de dónde vinimos. Podemos empezar a sentirnos orgullosos y pensar que las conseguimos por la obra de nuestras manos. Y podemos ocuparnos tanto con los placeres que olvidamos las prioridades que Moisés acaba de presentar: amar a Dios y hacer que su Palabra sea central. Si obedecemos esos mandamientos, vamos a mantener una perspectiva saludable de las cosas buenas de esta vida, pero es una lucha constante no caer en la trampa del materialismo y el placer. No es suficiente cantar cuánto amamos a Dios, fervientemente proclamando «Te amo Señor» en la iglesia, y leer la Biblia durante unos quince minutos con la familia. Me temo que gran parte de la iglesia está en esa situación: Dios nos ha bendecido, y lo hemos olvidado.

Algunos consejos

13 »Teme al Señor tu Dios, sírvele solamente a él, y jura solo en su nombre. 

  • ¿Tienes un temor saludable de Dios?
  • ¿Te das cuenta de que Dios puede quitar todas esas bendiciones si quisiera?
  • ¿Le sirves a Dios? ¿Participas activamente en su obra, incluso si tienes un trabajo secular a tiempo completo? “Servir” también se puede traducir como “adorar.” Nuestro servicio a Dios es adoración, tal vez más importante que cantar alabanzas.

14 No sigas a esos dioses de los pueblos que te rodean, 15 pues el Señor tu Dios está contigo y es un Dios celoso; no vaya a ser que su ira se encienda contra ti y te borre de la faz de la tierra.

  • ¿Cuáles son los dioses de la gente que te rodean?
  • ¿Qué implicaría seguirlos?
  • ¿Has hecho algo para inflamar los celos de Dios?

¿No estamos protegidos de la ira de Dios por el amor de Cristo? Podemos pensar que la amenaza de destrucción fue solo para los hebreos, y es cierto que la vemos en el Antiguo Testamento. Pero no te dejes engañar: hay un juicio venidero (aunque puede retrasarse), cuando tendremos que dar cuenta de todo lo que hemos hecho.

16 »No pongas a prueba al Señor tu Dios, como lo hiciste en Masá. 

Israel probó (o tentó) a Dios en Masah, quejándose de la falta de agua. Refunfuñar y quejarse son una forma de tentar o poner a Dios a prueba, y Él lo odia. Otra forma es probar hasta dónde podemos pecar y aún así mantener su favor. Jesús citó este versículo contra Satanás en sus tentaciones. ¿Está el diablo tentándote a poner a prueba a Dios? ¿Estás poniendo a prueba a Dios ahora?

17 Cumple cuidadosamente los mandamientos del Señor tu Dios, y los mandatos y preceptos que te ha dado. 18 Haz lo que es recto y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien y tomes posesión de la buena tierra que el Señor les juró a tus antepasados. 19 El Señor arrojará a todos los enemigos que encuentres en tu camino, tal como te lo prometió.

Es tan importante que Moisés lo repetirá muchas veces: Obedece los mandamientos de Dios. Cuando lo hagamos, nos irá bien. Vamos a experimentar las bendiciones de las promesas de Dios, reclamaremos más de lo que pertenecía al diablo y echaremos fuera a todos nuestros enemigos a través del poder de Dios.

Seguir a Cristo es muy simple, pero también muy difícil, por lo que muchas personas prefieren una religión de obras. Si podemos marcar las casillas (fui a la iglesia, leo la Biblia todos los días, oro quince minutos cada mañana), y evitar los peores pecados (porno, alcohol, malas palabras), sentimos que estamos bien. Es mucho más difícil tratar con el corazón y aprender lo que significa amar a Dios y al prójimo, pero es infinitamente más gratificante. Durante miles de años, el Shemá ha recordado a los judíos a diario lo que es más importante. Síguelo, para que te vaya bien.

Deuteronomio 4:1-40  Rescatado del horno

Cada cristiano probablemente ha soportado un sermón que parecía interminable. Por otro lado, algunos predicadores son tan buenos que el tiempo pasa volando. No sabemos cuánto duraron los mensajes finales de Moisés; es obvio que él tenía mucho que decir. Su mayor preocupación, dado que había pasado cuarenta años sufriendo las quejas y la rebelión del pueblo, fue la importancia de la obediencia a Dios y las graves consecuencias de la desobediencia.

Hemos caminado con este gran hombre a través de muchas experiencias. Ahora es viejo, y sabe que su muerte está cerca. Escúchalo como a un padre. Escucha a su corazón:

1»Ahora, Israel, escucha con atención los decretos y las ordenanzas que estoy a punto de enseñarte. Obedécelos para que vivas y para que puedas entrar y poseer la tierra que el Señor, Dios de tus antepasados, te da. No agregues ni quites nada a estos mandatos que te doy. Simplemente obedece los mandatos del Señor tu Dios que te doy.

Sus primeros consejos

  • Escucha la Palabra de Dios. Alguien tiene que escuchar y luego enseñar lo que ha escuchado. No es la opinión de Moisés, sino losmandatos del Dios todopoderoso.
  • Es interesante que él diga «Yo estoy a punto de enseñar» estas leyes, dado que lleva casi cuarenta años enseñándolas.
  • Ten cuidado de no agregar ni quitar nada de lo que Dios ha dicho. Cada palabra es importante. Es muy presuntuoso para nosotros pensar que podemos cambiar la Palabra de Dios.
  • El próximo paso es sencillo, pero muy difícil: Hazlo. Sigue el corazón de Dios como se revela en su Palabra. Guarda todos sus mandamientos.
  • Cuando lo hacemos, Dios tiene recompensas para nosotros. Él tiene algo que dar: la vida. Él tiene planes para nosotros. Si caminamos con Él, podemos entrar en esos planes y tomar posesión de todo lo que Dios ha preparado para nosotros.

»Tú viste con tus propios ojos lo que el Señor te hizo en Baal-peor. Allí, el Señor tu Dios destruyó a todos los que habían rendido culto a Baal, el dios de Peor. Sin embargo, ustedes, todos los que fueron fieles al Señor su Dios, todavía siguen vivos; todos y cada uno de ustedes.

Están recibiendo sus mandatos en el contexto de los milagros que han experimentado (como el maná diario), y saben que cuando Dios habla, está en serio. La idolatría trae devastación. La memoria viva de toda la gente que murió en Baal-peor (Números 25) debería impulsarlos a obedecer, e inculcar un temor sano de Dios.

Un testimonio a las naciones

»Mira, ahora te enseño decretos y ordenanzas tal como me lo encargó el Señor mi Dios, para que los obedezcas en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. Síguelos al pie de la letra y darás a conocer tu sabiduría y tu inteligencia a las naciones vecinas. Cuando esas naciones se enteren de todos estos decretos, exclamarán: “¡Qué sabio y prudente es el pueblo de esa gran nación!”. Pues, ¿qué gran nación tiene un dios que esté tan cerca de ellos de la manera que el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros cada vez que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene decretos y ordenanzas tan justas e imparciales como este conjunto de leyes que te entrego hoy?

Moisés ha hecho su parte. Ha sido obediente para enseñar lo que Dios le ha dado. Esos mandatos no eran solo para el Éxodo; ese fue un período de formación para que siguieran a Dios en la Tierra Prometida, pero Dios tiene un propósito más allá de bendicirlos. Aunque el Antiguo Testamento parece centrarse en Israel, desde el principio Dios quería a todas las naciones para su posesión. Israel era el vehículo que Dios quería usar para mostrar su grandeza.

  • Otros que nunca han oído hablar del verdadero Dios se impresionarán con la sabiduría y el entendimiento que provienen de vivir su Palabra.
  • El pueblo de Dios debe tener una reputación de ser sabio y entendido. Será tan evidente, que será anunciado en toda la tierra que hay algo especial en este país.
  • Dios también responde a la oración, para que otros puedan ver que está vivo y cerca de su pueblo.
  • Nadie más en ese momento tuvo el gran privilegio de esta enseñanza y la bendición del Dios todopoderoso en sus vidas como resultado de su obediencia.

¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a gente maravillarse de los cristianos porque es tan obvio que la Palabra de Dios es viva y eficaz en el mundo de hoy? ¿Vivimos de tal manera que otros estén impresionados que Dios nos haya confiado su Palabra?

Puede parecer contradictorio que Dios quisiera a Israel como testigo a las naciones, cuando estaba a punto de destruir a toda la gente de la Tierra Prometida. Pero eso sirvió para asegurar un testimonio puro (no contaminado por idolatría u otro pecado) para el resto del mundo.

Recuerda lo que Dios ha hecho

»¡Pero cuidado! Asegúrate de nunca olvidar lo que viste con tus propios ojos. ¡No dejes que esas experiencias se te borren de la mente mientras vivas! Y asegúrate de transmitirlas a tus hijos y a tus nietos. 10 Jamás te olvides del día que estuviste ante el Señor tu Dios en el monte Sinaí, donde él me dijo: “Convoca al pueblo para que se presente ante mí, y yo mismo lo instruiré. Entonces ellos aprenderán a temerme toda su vida y les enseñarán a sus hijos que también me teman”.

11 »Ustedes se acercaron y se pararon al pie del monte mientras las llamas de fuego se elevaban hacia el cielo. El monte estaba envuelto en nubes negras y en una densa oscuridad.12 Entonces el Señor les habló desde en medio del fuego. Ustedes oyeron el sonido de sus palabras pero no vieron ninguna figura; solo había una voz. 13 Él proclamó su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y les ordenó que los cumplieran. 14 Fue en esa ocasión que el Señor me ordenó que les enseñara sus decretos y ordenanzas, para que ustedes los obedecieran en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer.

¿Qué experiencias especiales has tenido en el Señor?

  • ¿Su increíble amor y perdón cuando recibiste a Jesús?
  • ¿Tu bautismo? ¿O el bautismo en el Espíritu?
  • ¿La primera vez que presentaste a alguien al Señor o fuiste utilizado por Dios para ministrar sanidad?

La mayor parte de lo que Moisés los llama a recordar sucedió cuando eran niños; todos los adultos que salieron de Egipto ya habían muerto, pero el recuerdo de Dios hablando del fuego en medio de la oscuridad sería inolvidable.

Las instrucciones de Moisés a los israelitas también se aplican a ti:

  • Ten cuidado
  • Guárdate, y guarda tu alma con diligencia
  • No te olvides de lo que has visto
  • No borres de tu mente tus experiencias en el Señor
  • Cuéntalas y enséñalas a tus hijos y nietos

¿Por qué Moisés tiene que decir esto? ¡Porque tenemos memorias cortas! Sin un esfuerzo consciente, puedes olvidar lo que fue tan real para ti ese día que aceptaste a Cristo. Por eso las fiestas como la Pascua eran tan importantes; son un recordatorio eterno de las grandes obras de Dios. Por eso los altares y los monumentos eran tan comunes. ¡Qué pérdida que muchos creyentes hoy minimizan las celebraciones del nacimiento, muerte y resurrección de Jesús! ¡Necesitamos que nos recuerde todo lo que Jesús hizo por nosotros!

  • ¿Mantienes un diario?
  • ¿Tienes fotos de eventos importantes en tu vida cristiana en Facebook o en casa?
  • ¿Hablas de esas experiencias con tu familia y hermanos cristianos?
  • ¿Dedicas tiempo para enseñar a tus hijos y nietos lo que Dios te ha enseñado?

Rescatado del horno

15 »¡Pero tengan mucho cuidado! Ustedes no vieron una figura del Señor el día que les habló desde en medio del fuego, en el monte Sinaí.16 Así que no se corrompan haciendo ídolos de ninguna clase, sea con figura de hombre o de mujer, 17 de animales de la tierra o de aves del cielo, 18 de animales pequeños que corren por el suelo o de peces de las profundidades del mar. 19 Además, cuando miren hacia los cielos y vean el sol, la luna y las estrellas —todas las fuerzas del cielo—, no caigan en la tentación de rendirles culto. El Señor su Dios se los dio a todos los pueblos de la tierra. 20 Recuerden que el Señor su Dios los rescató de ese horno de fundir hierro que es Egipto, para convertirlos en su propio pueblo y en su posesión más preciada, y eso es lo que ahora son.

¿En qué tipo de «horno de fundir hierro» estabas? ¿Qué hizo Dios para rescatarte de ello? Israel pasó más tiempo en el horno (en esclavitud), de lo que creían soportable. Dios hizo grandes prodigios para convencer al faraón a dejarlos irse, y los rescató. Probablemente lo hizo por ti también. Si todavía estás en ese horno, Dios tiene un propósito para que leas esto. ¡No te quedes en el horno más tiempo del necesario! ¡Busca a Dios! Si tienes seres queridos en el horno, ora y confía en que el mismo Dios que te sacó también los rescatará a ellos. ¡Dios hace todo esto para que Él tenga herederos! ¡Somos su propio pueblo y su posesión más preciada!

La idolatría y la adoración del sol y de la luna eran muy comunes en aquella época. A los hombres les gusta tener algo tangible para adorar. Están listos para dejar una relación con el Dios vivo para seguir un ídolo hecho por el hombre. Podemos menospreciar a los adoradores de ídolos, pero un ídolo es cualquier cosa que ocupa un lugar central en la vida y ocupa más de nuestro tiempo, energía y cariño que Dios. El teléfono celular, la computadora, los deportes, incluso tus hijos y la mujer que amas, pueden convertirse en ídolos.

Dios es un fuego consumidor

21 »Sin embargo, el Señor se enojó conmigo por culpa de ustedes. Juró que yo no cruzaría el río Jordán para entrar en la buena tierra que el Señor su Dios les da como su preciada posesión. 22 Ustedes cruzarán el Jordán para apoderarse de la tierra, pero yo no. En cambio, moriré aquí, al oriente del río. 23 Así que asegúrense de no romper el pacto que el Señor su Dios hizo con ustedes. No se hagan ídolos de ninguna imagen ni de ninguna forma, porque el Señor su Dios lo ha prohibido. 24 El Señor su Dios es un fuego devorador; él es Dios celoso.

Después de tantos años de servicio fiel, Moisés aprendió la dura lección que su pueblo ya había aprendido: no se puede jugar con Dios. En un momento de ira, golpeó la roca en lugar de hablarle para brotar agua, y como castigo no pudo entrar en la tierra. Nos centramos en el amor y las bendiciones de Dios, pero sigue siendo un fuego consumidor o devorador. Y es celoso; no hagas nada para despertar sus celos.

Busca a Dios con todo el corazón y toda el alma

25 »En el futuro, cuando tengan hijos y nietos, y hayan vivido en esa tierra por mucho tiempo, no se corrompan haciendo ídolos de ninguna clase. Esa práctica es mala a los ojos del Señor su Dios y provocará su enojo.

26 »Hoy pongo al cielo y a la tierra como testigos contra ustedes. Si rompen mi pacto, pronto desaparecerán de la tierra que poseerán al cruzar el Jordán. Vivirán allí poco tiempo y después serán destruidos por completo. 27 Pues el Señor los dispersará entre las naciones, donde solo unos pocos sobrevivirán. 28 Allí, en tierra extraña, rendirán culto a ídolos hechos de madera y de hierro, a dioses que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.29 Sin embargo, desde allí, buscarán nuevamente al Señor su Dios. Y si lo buscan con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarán.

30 »En un futuro lejano, cuando estén sufriendo todas esas cosas, finalmente regresarán al Señor su Dios y escucharán lo que él les dice.31 Pues el Señor su Dios es Dios compasivo; no los abandonará, ni los destruirá, ni se olvidará del pacto solemne que hizo con sus antepasados.

Con tiempo y comodidad tendemos a la complacencia. Con entusiasmo los hebreos afirmaron el pacto mientras Moisés estaba vivo, pero cuando se sientan cómodos en sus hogares disfrutando la vida buena, fácilmente se corruptarán. ¿Pueden simplemente descansar en la seguridad de las promesas pasadas de Dios? ¡No! Si dejan a Dios:

  • Desaparecerán de la tierra y serán destruidos.
  • Se dispersarán entre las naciones con pocos sobrevivientes.
  • Allí tendrán muchas oportunidades de rendir culto a ídolos.

Moisés está hablando proféticamente; eso es precisamente lo que sucedió. Y nosotros a menudo pasamos por el mismo ciclo: Dios bendice, caemos en complacencia, nos olvidamos de Él y sufrimos una gran pérdida en su juicio. Dios nos da el libre albedrío; podemos perseguir el «ídolo» tan importante para nosotros, pero llegamos al fondo y hacemos lo que Moisés profetizó: Buscamos al Señor y le obedecemos de nuevo.

¿Te has apartado de Dios? ¿Estás experimentando su disciplina? ¿Estás comenzando a buscarlo de nuevo? ¿Te preguntas por qué no lo has encontrado? La promesa de encontrarlo es para los que lo buscan con todo su corazón y toda su alma. Eso significa que no hay nada más importante. Es más que orar por el alivio de las dificultades. Te dedicas a sumergirte en su palabra y su presencia, y aprovechas cada oportunidad para acercarte a Él. He visto a muchas personas que se desaniman y abandonan la búsqueda de Dios porque lo buscan a medias, y luego se quejan cuando Él no lo arregla todo de inmediato.

Dios es un fuego consumidor, pero también es misericordioso y fiel a su pacto. Incluso en medio de nuestro pecado no nos abandona. Tú tienes un pacto con Dios sellado con la sangre de Jesús, que reafirmas cada vez que compartes la Cena del Señor. ¿Eres fiel a tu parte de ese pacto?

En el versículo 26 Moisés dijo que serían destruidos; en el 31, dice que no serán destruidos. ¿Es una contradicción? No; es cierto que Dios destruirá a los individuos, pero no destruirá a su pueblo. Él recuerda su pacto y siempre tendrá un remanente.

El único Dios verdadero

32 »Investiga toda la historia, desde el momento en que Dios creó a los seres humanos sobre la tierra hasta ahora, y busca desde un extremo del cielo hasta el otro. ¿Alguna vez se ha visto u oído algo tan grande como esto?33 ¿Hay alguna otra nación que haya escuchado la voz de Dios hablar desde el fuego —tal como la escuchaste tú— y haya sobrevivido?34 ¿Existe algún otro dios que se haya atrevido a sacar a una nación de otra nación y hacerla suya con mano fuerte y brazo poderoso por medio de pruebas, señales asombrosas, milagros, guerras, y hechos aterradores? Eso fue precisamente lo que el Señor tu Dios hizo por ti en Egipto, frente a tus propios ojos.

Somos parte de lo que se llama la historia de salvación; la historia de la obra de Dios con nosotros desde la creación. Hoy existe una ignorancia espantosa de la historia de la iglesia y de lo que Dios hizo en los siglos anteriores a Cristo. Hay muchas religiones en competencia, y muchos creen que todas son caminos válidos de alcanzar a Dios. Pero reflexiona sobre todas las cosas que sucedieron en el Antiguo Testamento, y la vida y la muerte sacrificial de Jesús. Estos son absolutamente únicos. La integridad de la Biblia debe fortalecer tu fe. Es importante también leer acerca de cómo Dios sigue trabajando en su pueblo hoy.

La obediencia: lo más importante

35 »Él te mostró esas cosas, para que supieras que el Señor es Dios y que no hay ningún otro. 36 Él te permitió oír su voz desde el cielo para instruirte. Te permitió ver su fuego poderoso aquí, en la tierra, para hablarte desde allí. 37 Debido a que él amó a tus antepasados, quiso bendecir a sus descendientes, así que él mismo te sacó de Egipto con un gran despliegue de poder. 38 Expulsó a naciones mucho más poderosas que tú para establecerte en la tierra de esas naciones y dártela a ti como preciada posesión, así como sucede hoy.

39 »Entonces recuerda lo siguiente y tenlo siempre presente: el Señor es Dios en los cielos y en la tierra, y no hay otro. 40 Si obedeces todos los decretos y los mandatos que te entrego hoy, les irá bien en todo a ti y a tus hijos. Te doy estas instrucciones para que disfrutes de una larga vida en la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre».

La conclusión de reflexionar sobre todos estos hechos poderosos debe ser una fe sólida de que solo el Señor es Dios. Él nos amó y nos eligió, nos libró de la esclavitud y nos disciplina como padre. Él nos ha bendecido y nos da una herencia. Él desea que todo nos vaya bien y disfrutemos de una larga vida. Esa bendición fluirá entonces a tus hijos. ¿Cuál es tu parte?

  • Reconocer quién es Dios y adorarlo. La RVR dice reflexiona en tu corazón. Deja que pase del conocimiento cerebral a tu corazón en una relación viva.
  • Guarda sus decretos y órdenes. Obedécelo.

Hemos seguido a Israel durante cuarenta largos años. Finalmente están a punto de tomar posesión de la Tierra Prometida que fluye leche y miel. Moisés ha hecho todo lo posible para prepararlos. Dios les ha provisto todo lo que necesitan para hacerlo. Si conoces la historia, las cosas no salieron muy bien. Cualquier sea la situación de tu horno, puede que hayas sufrido a causa de tu rebelión y pecado. Ahora tienes la oportunidad de crecer en tu fe y vivir en la abundancia que Dios tiene para ti. Moisés está compartiendo su corazón con ellos. Toma sus palabras en serio.

Liberación: El hombre fuerte Mateo 12:22-37

Esta es la enseñanza más larga de Jesús sobre liberación: su respuesta a la acusación de los fariseos de que Él sanó por el poder del diablo. Lo hemos visto una y otra vez: el enfoque de Jesús era el Reino de Dios. Solo se metió con Satanás cuando fue necesario. Nosotros también debemos enfocarnos en el Señor y no prestar más atención al diablo de la necesaria. Tendemos a pensar en la guerra espiritual como una batalla entre iguales, pero Satanás no es omnipotente, omnisciente ni omnipresente: es un ángel caído, creado por Dios y bajo el control de Dios.

¿Liberación o curación?

22 Un día le llevaron un endemoniado que estaba ciego y mudo, y Jesús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar.23 Toda la gente se quedó asombrada y decía: «¿No será éste el Hijo de David?»

¿Son liberación y curación lo mismo? Ciertamente están relacionadas. Un demonio puede ser la fuente de una enfermedad, pero no siempre. Hemos visto a hombres mudos y sordos; este hombre era ciego y mudo. Aunque la Biblia afirma que estaba endemoniado, no dice que Jesús echó fuera al demonio, sino que Él sanó al hombre. Jesús vino para restaurar nuestra salud y liberarnos de aflicción, y eso debe ser nuestro ministerio también.

Una vez más, la gente común se maravilla ante el poder de Jesús, mientras que los líderes religiosos lo critican. ¿Por qué es tan difícil para ellos regocijarse en una sanación obvia?

24 Pero al oírlo los fariseos, dijeron: «Éste no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios.»

Cuando no estés de acuerdo con lo que alguien hace, es fácil decir que es del diablo. Lo triste es que no pudieron ver que el mismo Beelzebú los estaba cegándolos y usándolos para socavar el ministerio de Jesús.

Una casa dividida

25 Jesús conocía sus pensamientos, y les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo. ¿Cómo puede, entonces, mantenerse en pie su reino? 27 Ahora bien, si yo expulso a los demonios por medio de Beelzebú, ¿los seguidores de ustedes por medio de quién los expulsan? Por eso ellos mismos los juzgarán a ustedes. 28 En cambio, si expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.

Aunque estaban hablando entre sí, Jesús conocía sus pensamientos. Eso debería llamarles la atención y condenarlos, pero están endurecidos y no se arrepienten para nada.

  • Como el Hijo de Dios, Jesús obviamente tiene autoridad sobre los demonios, pero en su vida terrenal, fue por el poder del Espíritu Santo que los expulsó. Su vida era una demostración de la misma autoridad que nosotros tenemos por medio del Espíritu para liberar a los oprimidos.
  • Los judíos también practicaban la liberación, aunque la gente no estaba acostumbrada a verla.
  • El reino de Dios es la manifestación del dominio de Dios y el desplazamiento del reino de las tinieblas. La liberación es evidencia dramática que el reino de luz está presente. Si no hay liberaciones, podemos cuestionar si realmente el reino ha llegado a ese lugar.
  • Jesús señala un principio fundamental: la división interna conduce a una caída. Es por eso que la unidad recibe tanto énfasis en la Biblia. ¿Cuántas iglesias han caído a causa de divisiones internas? ¿Cuántas familias han sido devastadas?

Roba la casa del hombre fuerte

29 »¿O cómo puede entrar alguien en la casa de un hombre fuerte y arrebatarle sus bienes, a menos que primero lo ate? Sólo entonces podrá robar su casa.

El hombre fuerte es Satanás. ¡No lo tomes a la ligera! ¡Él es un enemigo formidable! Dios quiere que no sólo entremos a su casa, sino que también arrebatemos sus bienes. Ellos pueden ser los endemoniados, los cegados a la verdad, o aquellas áreas de la sociedad donde Satanás domina. Muchos creyentes bien intencionados han planeado nuevas iglesias, campañas evangelísticas y otras buenas obras, sin antes atar al hombre fuerte. Terminan desanimados, e incluso cuestionan su llamada o el poder de Dios.

Jesús no hablaría de atar al hombre fuerte si no fuese posible hacerlo. ¡Pero no en tu propia fuerza! ¡Vas a salir lastimado! En el Nombre de Jesús, Satanás tiene que someterse. Entonces, ¿cómo robamos su casa?

  • Primero, identifica sus casas. Con oración, discierne a aquellas personas o áreas donde el diablo ha construido fortalezas.
  • En ayuno y oración, batalla para atarlo. La verdadera unidad en el Espíritu es necesaria para ser eficaz en esa oración. Si hay alguna división en el ejército del Señor, fracasará. Si es una casa grande y Satanás ha invertido mucho para protegerla, será una batalla fuerte. Muchas personas se dan por vencidas porque es demasiado dura.
  • El discernimiento espiritual es necesario para saber cuándo está atado, y es seguro entrar a la casa. He visto cuando atan a Satanás pero no se dan cuenta de que es sólo el comienzo. ¡Ellos dejan su casa intacta! Como Israel entrando a la Tierra Prometida, necesitamos fe y audacia, no sólo para entrar, sino también para tomar posesión del territorio para el Señor.

¿Cuál es tu situación? ¿Estás atado en una casa del hombre fuerte? ¿Hay casas del diablo a tu alrededor? Si estás involucrado en la batalla en este momento, ¡coge ánimo! Si necesitas tiempo para recuperar, tómalo. ¡Luego vuelve a la batalla! Prepara una estrategia de oración – con unos hermanos de la misma mente – de cómo saquear su casa y retomar las posesiones del Señor. Tal vez tienes a un hijo en la casa del hombre fuerte. En ese caso, la oración unida con tu cónyuge es muy importante, y es poderosa. Pídele a Dios que te dé ojos para ver claramente lo que está sucediendo a tu alrededor en el reino espiritual.

Blasfemia contra el Espíritu

30 »El que no está de mi parte, está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce. 31 Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie. 32 A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero.

Estos versículos han causado gran consternación entre los creyentes: ¿He sido culpable del pecado imperdonable, la blasfemia contra el Espíritu? Jesús está hablando específicamente en el contexto de los fariseos que atribuyen una obra del Espíritu Santo al diablo. Ten mucho cuidado de despreciar lo que el Espíritu hace en otras iglesias. Si estás preocupado de haber cometido este pecado, probablemente no lo has hecho. Los que blasfeman confían en su propia justicia, están tan cegados que no pueden ver que la sanidad es una obra de Dios, y se endurecen a la convicción de pecado por el Espíritu. Pablo, por ejemplo, creía que los cristianos eran del diablo, pero cuando se enfrentó a la luz, se arrepintió. El pecado imperdonable puede ser apostasía: endurecer permanentemente el corazón a las obras del Espíritu, incluida la convicción de pecado que conduce al arrepentimiento. En el relato de Lucas (12:8-12), incluye renunciar a Jesús bajo presión.

Aunque estos versos son alarmantes, la buena noticia es que hay perdón para todos los demás pecados y blasfemias. Asegúrate que has confesado todo pecado, y luego agradécele alegremente por tu perdón, recordando lo que le costó.

El versículo 30 parece contradecir lo que Jesús dijo en Marcos 9:40 (Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.), pero hay una diferencia importante: En Marcos, la gente hacía milagros en el nombre de Jesús. A diferencia de los fariseos, ellos actuaban con fe en Cristo, pero los discípulos estaban celosos. Es importante tener en cuenta que los fariseos no se quedaron en una zona neutral: O estás con Jesús o contra Él. Eso significa que hay muchas personas amables que están en contra de Jesús, porque Él dijo: O estás recogiendo conmigo o estás esparciendo. Puede ser una buena persona, pero si no está sirviendo a Jesús, está en contra de Él. Dios atrae a la gente y trae paz; Satanás trae división y contienda.

¿Cómo está tu fruto?

33 »Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tienen un mal árbol, su fruto es malo. Al árbol se le reconoce por su fruto. 34 Camada de víboras, ¿cómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca. 35 El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.36 Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. 37 Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.»

La evaluación de un ministerio de liberación debe ir más allá de lo que se ve en un servicio o en la televisión. ¿Cómo está la vida diaria del ministro? ¿Cómo está su fruto? ¿Cómo está el fruto en su familia? ¿Cómo están sus relaciones con otros ministerios? ¿Cómo están sus conversaciones?

¿Qué llena tu corazón? ¿Cómo se manifiesta en tu hablar? ¿Qué tipo de árbol eres? ¿Cómo está tu fruto?

Ya sabes que tu boca puede causar muchos problemas. Ten cuidado con las palabras ociosas. ¡Piensa antes de hablar! ¡Tienes que dar cuenta de todas tus palabras!

Cuando el demonio vuelve

Lucas 11:14-26 puede registrar el mismo incidente, aunque hay algunas diferencias: Mateo coloca estas palabras más adelante en el mismo capítulo (12:43-45); Lucas las tiene en el contexto de la enseñanza de Jesús sobre la liberación.

24 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada.26 Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.»

Los detalles:

  • Un espíritu inmundo es echado fuera. La persona que ministra la liberación opera en la autoridad dada por Cristo, y tuvo éxito.
  • Los demonios nunca quieren irse. Este espíritu estaba cómodo en la persona, pero cuando tiene que irse, busca descanso en lugares áridos.
  • Su inclinación es volver a donde moraba antes.
  • Esta persona puede haber recibido un seguimiento sobre cómo ordenar su vida. Ha sido diligente, y tiene su casa limpia y ordenada.
  • No hay nada que impida que el espíritu regrese a esa casa; en efecto, la alfombra de bienvenida está afuera, y la puerta abierta.
  • La tendencia para un espíritu inmundo es unirse a otros, aún más siniestros, y volver a «casa».
  • Jesús dice que viven allí.
  • En este caso, la persona termina peor que antes. Está desanimado a pensar que Dios lo había liberado, solo para encontrarse a sí mucho peor. Puede rechazar a Jesús y a la iglesia, y ser resistente a  la liberación. Aquí el diablo ha ganado la batalla.

¡No tomes la liberación a la ligera! ¡Prepárate bien! Tú puedes hacer mucho daño a otras personas y al reino de Dios.

  • Así como la salvación consiste en más que decir la oración del pecador, la liberación es más que la expulsión de los espíritus malignos. Cualquier creyente lleno del Espíritu puede ministrar la salvación o la liberación, pero una enseñanza sólida es necesaria sobre todas las facetas del ministerio.
  • La liberación debe ser ministrada en el contexto de una iglesia local, donde la persona está sometida al liderazgo y recibe seguimiento.
  • Parte de la liberación debe ser la oración para recibir al Espíritu Santo, y la enseñanza sobre la vida llena del Espíritu. Si no ha sido bautizado como creyente, debe ser bautizado.
  • Alguien tiene que andar con la persona, velando por el posible regreso del demonio y ayudándole a crecer en el Señor.
  • Si de repente la persona tiene luchas fuertes, puede ser que un espíritu haya regresado, junto con otros que son aún más destructivos. Prepárate para ministrar la liberación otra vez.

¡Dios está contigo!

Hay una vez más cuando se menciona el ministerio de liberación de Jesús, en el discurso de Pedro a Cornelio en Hechos 10:37-38:

Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

Aquí también la liberación se equipara a la curación. Pedro resume el ministerio de Jesús como haciendo el bien y la curación de gente que estaba bajo el poder del diablo. Él podía hacerlo porque Dios estaba con Él, y lo ungió con el Espíritu Santo y con poder. ¿Y sabes algo? ¡Dios está contigo también! ¡Tú puedes experimentar la misma unción y el mismo poder! La vida de Jesús es un ejemplo de lo que Dios puede hacer con una vida sometida a Él. Tu puedes hacer lo que hizo Jesús, y quizás aún más (Juan 14:12).

Innumerables personas están sufriendo bajo la opresión demoníaca, mientras que la iglesia se ocupa con sus bandas de adoración, prosperidad y templos grandes. La mayoría no quiere hacer nada con la liberación: Es demasiada complicada, demasiada polémica y demasiada exigente. ¡Tienes que orar mucho! ¡Incluso ayunar! Mientras tanto, algunas familias son destruidas; la gente muere, y la iglesia es vista como una broma. Con demasiada frecuencia, los ministerios de sanidad y liberación son despreciados por el mundo – y la iglesia. ¿Es hora de que tú lo tomes en serio? ¿Necesitas liberación? ¿Hay algún ser querido que la necesita?

Liberación: La autoridad de una palabra

Solo dos historias de liberaciones aparecen en los tres evangelios sinópticos: la liberación de Legión (el gadareno; Mateo 8:28-32, Marcos 5:1-20 y Lucas 8:26-39), y el niño que los discípulos no pudieron ayudar (Mateo 17:14-21, Marcos 9:14-29 y Lucas 9:37-43). No hay liberación registrada en el Evangelio de Juan. En este capítulo vamos a estudiar varios pasajes cortos en los evangelios y la única liberación registrada en Hechos.

El poder de una palabra

Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos. (Mateo 8:16)

Marcos (1:32-34) añade más detalle:

 Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados,  de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades. También expulsó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él.

¡Claro que todo el pueblo vino, y trajo a todos los enfermos y endemoniados! ¿Quién perdería esa oportunidad? Marcos dice que sanó a muchos; Mateo dice que sanó a todos. Podemos asumir que nadie que vino demonizado o enfermo se fue sin un milagro.

Fueron llevados por amigos o familiares. Tal vez ellos no podían (o no querían) buscar ayuda por su cuenta. Al igual a los amigos que llevaron al paralítico y lo bajaron por el techo, la fe de otros era al menos tan importante como la fe de la persona enferma. ¿Conoces a alguien que tú debes traer a Jesús para sanidad o liberación? ¡No lo dejes en casa enfermo o endemoniado! ¡Jesús está esperando para curarlo!

Los demonios conocen a Jesús, y no tienen miedo de hablar de Él, pero Jesús no necesita ese tipo de testimonio. Él tiene la autoridad para expulsarlos, y Él tiene autoridad para silenciarlos. No hubo una lucha prolongada, ni unción con aceite, ni conversaciones con los demonios. Él simplemente los expulsó, con una sola palabra.

¿No crees que es impresionante? Alguien que ha sido devastado por la opresión demoníaca o una enfermedad durante muchos años puede tener su vida transformada por una palabra. Todo depende de quién habla esa palabra y la autoridad que tiene. Si tú estás sometido a Dios y crees que te ha dado la autoridad, habla su palabra. Debe ser suficiente para liberar o curar.

Espera oposición

Mientras ellos salían, le llevaron un mudo endemoniado. Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel.»

Pero los fariseos afirmaban: «Éste expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios.» (Mateo 9:32-34)

Aquí, otro demonio le roba a alguien su habla. La gente tenía conocimiento de los demonios, pero no tenía esperanza de ayuda hasta que vino Jesús. La mayoría se maravillaba ante el poder de Dios, pero en aquel entonces, como ahora, a menudo es la gente religiosa que se opone a la liberación, probablemente porque revela su propia falta de poder espiritual. Sin embargo, como dijo Jesús en otra ocasión, el sentido común dice que Satanás no va a expulsar a sus propios demonios. Él puede hacer milagros falsos, pero la genuina liberación sólo proviene de Dios. Los médicos brujos y otros que supuestamente ofrecen alivio de la demonización sin Jesús no proporcionan la verdadera liberación.

Autoridad y poder

Jesús pasó a Capernaúm, un pueblo de Galilea, y el día sábado enseñaba a la gente. Estaban asombrados de su enseñanza, porque les hablaba con autoridad.

Había en la sinagoga un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno, quien gritó con todas sus fuerzas:

—¡Ah! ¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

—¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre!

Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin hacerle ningún daño.

Todos se asustaron y se decían unos a otros: «¿Qué clase de palabra es ésta? ¡Con autoridad y poder les da órdenes a los espíritus malignos, y salen!» Y se extendió su fama por todo aquel lugar. (Lucas 4:31-37)

Una vez más la autoridad de Jesús es impresionante. Al principio la gente estaba asombrada por la autoridad de su enseñanza. El demonio también reconoció esa autoridad, y al final del culto todos se maravillaron ante la autoridad de Jesús sobre el espíritu inmundo. No fue un culto de liberación. Jesús no estaba buscando oportunidades para liberar a la gente de sus demonios, pero cuando se presenta la situación, Jesús, con calma – pero con fuerza – se ocupó de él inmediatamente. El demonio conoció a Jesús antes de que Satanás fuera arrojado del cielo, junto con un tercio de los ángeles. Él sabe que Jesús vino a destruir la obra del diablo. Habla de sí mismo en plural, lo que indica que probablemente había más de un demonio; eso casi siempre es el caso.

Los demonios intentarán interrumpir el culto en la iglesia y tenderán a ser ruidosos: éste gritó con todas sus fuerzas. Si la persona no puede ser ministrada rápidamente, debe ser retirada y ministrada fuera de la vista. Una vez más, Jesús no entra en una conversación con el demonio, y no le permite «dar testimonio» de quién es Jesús. Es echado fuera con unas palabras sencillas de autoridad, pero aún se resiste, derribando al hombre al suelo.

Es curioso que el hombre estuviera en la sinagoga. Al parecer, el demonio estaba cómodo allí. La gente no estaba acostumbrada a una predicación o ministerio con autoridad. Los demonios pueden estar presentes en nuestras iglesias y hacer todo lo posible para eliminar a un creyente ungido con la autoridad de Dios que puede perturbarlos.

«¡Cállate! ¡Sal de ese hombre!» ¿Puedes decir esas palabras con el mismo efecto? ¡Por supuesto! No tiene nada que ver con una fórmula, o usar exactamente las palabras adecuadas. Tiene todo que ver con tu relación con Dios, tu sumisión a Él y tu fe, hablando en su autoridad.

Liberación a distancia

Partiendo de allí, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón. Una mujer cananea de las inmediaciones salió a su encuentro, gritando:

—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija sufre terriblemente por estar endemoniada.

Jesús no le respondió palabra. Así que sus discípulos se acercaron a él y le rogaron:

—Despídela, porque viene detrás de nosotros gritando.

—No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel —contestó Jesús.

La mujer se acercó y, arrodillándose delante de él, le suplicó:

—¡Señor, ayúdame!

Él le respondió:

—No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.

—Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

—¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres.

Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. (Mateo 15:21-28, y también en Marcos 7: 24-30)

Esta es una situación extraordinaria:

  • Jesús y sus discípulos están en territorio gentil. Ellos se retiraron allí para escapar de las multitudes y descansar un poco. Marcos dice Entró en una casa y no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido.
  • Una mujer gentil, cananea (Marcos: griega, y sirofenicia de nación) ha oído hablar de Jesús, y está decidida a conseguir su ayuda. Ella sigue acosándolo hasta que los discípulos piden a Jesús que la despida. Aparentemente ellos no creen que tengan la autoridad para hablar con ella, tal vez porque estaban en un país extranjero.
  • Jesús parece grosero. Primero Él no le hace caso. Es la única vez en que Jesús se niega a responder a alguien que viene sinceramente en busca de ayuda. Entonces, esencialmente la llama una perra. Él refleja el peor prejuicio de esa época hacia los gentiles (y las mujeres). Los discípulos no son mejores: En lugar de interceder por ella, quieren despedirla. ¿Por qué responde Jesús así? Era muy consciente de la misión que su padre le había encomendado, y quiere permanecer fiel a ella (en Marcos Él dice: «Deja primero que se sacien los hijos»). Él sabe que el tiempo llegará en que se incluirá los gentiles – pero aún no.
  • Ésta fue una liberación a distancia – la niña ni siquiera estuvo presente.

Lo que motivó a Jesús a actuar fue la gran fe de la mujer. ¿Por qué dijo que era grande? ¿Era alguna fuerza que ella tenía adentro? De ningún manera. Tenía plena confianza en que Jesús podría ayudarla, y no se rendiría hasta que lo hiciera. Aunque los discípulos querían que ella se callara, ella persistió en gritar y finalmente se arrodilló a los pies de Jesús. ¡Y ella contradice a Jesús! Él dijo que no está bien, ¡y ella dijo que sí, está bien! ¡Solo quería las migajas! ¡Fe como una semilla de mostaza! Esa respuesta perceptiva, atrevida y llena de fe, tocó el corazón de Jesús (Marcos: «Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.»). Su fe se evidencia aún más al creer lo que Jesús dijo, y ella volvió a casa, en lugar de pedirle que Él viniese a la casa o pedirle alguna confirmación adicional. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama. (Marcos 7:30)

Si estamos luchando o ministrando en el mundo espiritual, no es necesario estar presente físicamente. Todo se hace en el espíritu. No hay razón para dudar de que Jesús pueda liberar a tu hijo o hija, u otro ser querido, sin importar dónde estén. ¿Tienes la fe y persistencia para seguir clamando a Jesús? ¿Realmente crees que Jesús hará lo que Él dijo que haría?

Atada dieciocho años

Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:

—Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente:

—Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado.

—¡Hipócritas! —le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado? (Lucas 13:10-16)

Mientras Jesús ignoró a la mujer cananea que buscaba ayuda, aquí llama a una mujer que ni siquiera pidió ayuda, ni muestra fe por su liberación. De hecho, había estado atada por Satanás durante dieciocho años, y ya había perdido toda esperanza. Probablemente asistía siempre a la sinagoga, pero eso no molestó al demonio.

  • Este es el único ejemplo en los evangelios donde Jesús puso sus manos sobre alguien para liberarlo.
  • Nunca manda al demonio salir (y parece que estaría bien apegado a ella después de 18 años), sino que simplemente le dice a la mujer que quede libre.
  • El espíritu la había paralizado; andaba encorvada. ¿Aun consideramos la posibilidad que una persona con discapacidad física sea demonizada?
  • Inicialmente dice un espíritu; luego Jesús dice que es Satanás quien la ataba. Trabajan juntos, y los demonios reciben su autoridad de Satanás.
  • Una vez más, la oposición proviene de un líder religioso, a quien Jesús llama un hipócrita.

¡Ella se enderezó y empezó a alabar a Dios! ¡Me gusta eso! ¿Estás dispuesto a señalar a alguien para que sea liberado de sus ataduras? ¿Tienes el discernimiento para reconocer un espíritu inmundo? ¿Es hora que dejes tus ataduras, endereces y empieces a alabar a Dios? ¡Nunca es demasiado tarde! Dieciocho años es mucho tiempo, pero en un momento todo cambió y ella se quedó sana.

La experiencia de los discípulos con la liberación

Los evangelios no hablan mucho de los discípulos, pero las historias indican que ellos tenían el mismo poder que Jesús (a excepción de su fracaso con ese pobre muchacho).

Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos. También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite. (Marcos 6:7, 13)

Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades. (Lucas 9:1)

Se les dio todo lo que necesitaban para el ministerio: el poder y la autoridad de Jesús. Jesús lo recibió de su padre, y lo ejercía a través del poder del Espíritu Santo. Él nos da ese poder y autoridad a nosotros también. Tú no puedes ganarlo; se da a todos los que andan en el poder del Espíritu Santo, a todos los verdaderos seguidores de Jesús. ¡Lástima que tan pocos se dan cuenta de lo que tienen!

Jesús no encargó específicamente a los setenta y dos para echar fuera demonios, pero sin embargo lo hicieron:

 Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos:

—Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.

—Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—. Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo. (Lucas 10:17-20)

Los discípulos estaban aprendiendo el poder del nombre de Jesús. Los demonios tienen que someterse a ese nombre. Eso puede ser emocionante para nosotros, y Jesús tiene una palabra de precaución: Satanás se embriagó con el poder que Dios le había dado, y lo condujo a su caída. Hay que tener cuidado con el ministerio de liberación, y mantener nuestro enfoque en Jesús y su don de salvación.

Mientras tanto, aférrate a esta promesa: El enemigo no puede hacerte daño. Jesús nos ha dado autoridad para superar todo el poder del enemigo y para pisotear los espíritus malignos. ¿Hay algo que tienes que pisotear? ¿Has sido intimidado por Satanás? ¿Incluso herido por él? ¿Estás listo para levantarte en la autoridad que Jesús te ha dado?

También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudían multitudes que llevaban personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos, y todas eran sanadas. (Hechos 5:16)

Exactamente como Jesús, los discípulos sanaron a todos aquellos atormentados por espíritus inmundos. Aquí también los enfermos y atormentados fueron llevados por amigos y familiares. Cuando ministramos sanidad y liberación, multitudes vendrán.

Una liberación que los lleva a la cárcel

Una vez, cuando íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos. Nos seguía a Pablo y a nosotros, gritando:

—Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.

Así continuó durante muchos días. Por fin Pablo se molestó tanto que se volvió y reprendió al espíritu:

—¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!

Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó. (Hechos 16:16-18)

Ten cuidado con los adivinos; incluso aquellos que dicen que tienen un «don profético» para predecir el futuro. ¡Puede ser un espíritu maligno detrás de ellos! Así como varias personas demonizadas se acercaron a Jesús, ella siguió a Pablo y está interrumpiendo su ministerio. No sé por qué Pablo esperaba tanto tiempo para reprender al espíritu; tal vez él sabía que podría causar más problemas. Lee el pasaje completo y verás que los llevó directamente a la cárcel. Es interesante ver a Pablo ministrar con molestia (en lugar de amor), pero cuando habla «en el nombre de Jesucristo» es como si Jesús estuviese allí. Pablo tiene la misma autoridad. Y con una simple palabra, el espíritu la deja.

Creo que hay mucha gente a nuestro alrededor como la mujer encorvada y la hija de la cananea. Muchos están en la iglesia. No tienen idea de que su aflicción es causada por un demonio. Al igual que en los días de Jesús, muchas personas religiosas, sin saberlo, han sido utilizadas por el mismo Satanás para ridiculizar y disminuir el ministerio de liberación. Como se puede esperar, hay abusos, pero ten cuidado de ignorar una parte importante de lo que Jesús vino a hacer. Mantén tus ojos abiertos esta semana. ¿Cómo está tu fe? ¿Realmente crees que Jesús tiene esta autoridad? ¿Crees en la palabra de Jesús? Él necesita que alguien diga la palabra y expulse al espíritu inmundo. ¿Estás disponible?

 

Deuteronomio 2 y 3   Moisés reflexiona en el viaje

Moisés está casi terminando su misión. Dos veces ha llevado al pueblo a la frontera de la Tierra Prometida; casi cuarenta años atrás no podían entrar a causa de su rebelión. ¿Lamenta Moisés haber ingresado en un trabajo que consumió el resto de su vida? ¿Le molesta que la gente le haya robado una jubilación con su familia en la tierra que fluye leche y miel? Parece que no. Fielmente ha hecho un buen trabajo. La batalla con Moab y Madián fue su última. Ahora Israel está acampado en las llanuras de Moab, esperando cruzar el Jordán. Allí Moisés tiene una última oportunidad para hablar con ellos: Él da un resumen de su viaje, comparte su preocupación urgente que caminen en obediencia a Dios y finalmente asciende al Monte Nebo, para morir.

Deuteronomio contiene sus últimas palabras. El capítulo dos toca algunos de los aspectos más destacados del viaje.

La fidelidad de Dios

»Bien saben que el Señor su Dios los ha bendecido en todo lo que han emprendido, y los ha cuidado por todo este inmenso desierto. Durante estos cuarenta años, el Señor su Dios ha estado con ustedes y no les ha faltado nada.

Tantas veces Dios quería destruir al pueblo debido a sus quejas y rebeliones; solo la intercesión de Moisés lo salvó. Ciertamente no merecían el favor del Señor, pero seguía siendo su pueblo. Y a pesar de nuestro pecado y sus consecuencias, Dios es bueno. Mira todo lo que hizo por ellos:

  • Los bendijo en todo lo que hicieron. Cada vez que pusieron su mano a trabajar, Él lo prosperó.
  • Los cuidaba durante todo el viaje: “cada paso que han dado por este inmenso desierto” (NTV).
  • Durante cuarenta años los ha acompañado, noche y día, sin fallar. Nunca los había dejado, aunque a veces quería hacerlo.
  • No les faltaba nada; es decir, nada de lo que necesitaban para sobrevivir. Ellos dirían que les falta la comida selecta de Egipto y muchas de las comodidades de la vida. Sufrieron días sin agua. Pero Dios siempre proporcionó lo que era realmente necesario.

Si Dios lo hizo por estos refunfuñados y rebeldes israelitas, ¿no crees que hará eso y mucho más por ti? Te ha adoptado como su hijo a través de tu fe en Jesús. Ha prometido que nunca te dejará ni te desamparará. Reflexiona sobre tu experiencia con Cristo: ¿Alguna vez te ha dejado? Él te cuida, y tu viaje probablemente no será tan áspero como esa peregrinación en el desierto. Dios te promete todo lo que realmente necesitas, y quiere bendecir la obra de tus manos.

Las luchas de Israel esos cuarenta años nos sirven de ejemplo. ¡Llegaron a la Tierra Prometida! Eso debería animarte. ¡Tú también lo harás!

Toma posesión de lo que Dios te ha dado

»El Señor también me dijo: “No ataquen a los moabitas, ni los provoquen a la guerra, porque no les daré a ustedes ninguna porción de su territorio. A los descendientes de Lot les he dado por herencia la región de Ar.

Dios les mandó que eliminaran a las naciones paganas de la Tierra Prometida y les prometió ayudarlos en la batalla, pero tenían que escucharlo a Él, y luchar cuando les mandó luchar. Aunque Lot, el sobrino de Abraham, no era necesariamente piadoso, por amor de Abraham Dios apartó una tierra para sus descendientes. Los moabitas estaban justo a las afueras de la Tierra Prometida. Israel podría haber sido tentado a codiciar parte de su tierra. En realidad, como hemos visto en Números 31, los moabitas trajeron su destrucción sobre sí mismos. La lección esencial fue hacer todo en el tiempo de Dios y a su manera.

¿Qué es la «tierra» que Dios te ha dado? ¿Cuál es la tuya para poseerla? No intentes tomar lo que pertenece a otro hombre, especialmente a su esposa. Si Dios te ha dado «territorio» para una iglesia o ministerio, no codicies los dones y el ministerio de otro hombre. Ocúpate en lo que Dios te ha dado, y escucha su dirección y qué hacer. Si intentas entrar en algo que no te ha dado, te encontrarás frustrado y sufrirás pérdidas. Por otro lado, confía en que Dios guardará celosamente lo que es tuyo. Si alguien se mete con tu esposa o territorio, Dios se levantará, y ellos van a sufrir.

14 Habían pasado treinta y ocho años desde que salimos de Cades Barnea hasta que cruzamos el arroyo Zéred. Para entonces ya había desaparecido del campamento toda la generación de guerreros, tal como el Señor lo había jurado. 15 El Señor atacó el campamento hasta que los eliminó por completo.

16 »Cuando ya no quedaba entre el pueblo ninguno de aquellos guerreros, 17 el Señor me dijo: 18 “Hoy van a cruzar la frontera de Moab por la ciudad de Ar. 19 Cuando lleguen a la frontera de los amonitas, no los ataquen ni los provoquen a la guerra, porque no les daré a ustedes ninguna porción de su territorio. Esa tierra se la he dado por herencia a los descendientes de Lot.”

Parece contradictorio: Dios acaba de decir que estaba con ellos y los cuidaría, pero la mano del Señor estaba también en contra de toda una generación. Nada más ocurriría hasta que todos muriesen. ¿No habría sido más fácil matar a todos a la vez? Probablemente, pero eso no dejaría a nadie para criar a la próxima generación.

Puede haber cosas que tienen que suceder en tu vida o familia antes de que pases al siguiente nivel. Eso puede ser frustrante. Podrías ver a otros que ni siquiera están caminando con Dios disfrutando de su tierra. Confía en Dios que Él sabe lo que está haciendo, a pesar de que puede llevar más tiempo del esperado. Sigue su plan con mucho cuidado. Si la mano de Dios está en tu contra por alguna razón, pide misericordia, acepta el juicio y ayuda a tus hijos y a otros creyentes a evitar tus errores. No te sientas resentido con Dios, sino sigue alabándolo y buscándolo aún en las dificultades.

Dios infunde terror de ti entre tus enemigos

24 »Después nos dijo el Señor: “Emprendan de nuevo el viaje y crucen el arroyo Arnón. Yo les entrego a Sijón el amorreo, rey de Hesbón, y su tierra. Láncense a la conquista. Declárenle la guerra.25 Hoy mismo comenzaré a infundir entre todas las naciones que hay debajo del cielo terror y espanto hacia ustedes. Cuando ellas escuchen hablar de ustedes, temblarán y se llenarán de pánico.”

Ahora están libres para guerrear. Hay un tiempo para dejar tu enemigo en paz, y un tiempo para declarar la guerra. Qué bueno es saber que Dios es soberano sobre nuestras batallas. En su tiempo te dará tus enemigos en tu mano. Antes de cruzar el arroyo o entrar en Sijón, Dios ya había determinado el resultado, pero todavía tenían que luchar y tomar posesión de la tierra. Puede que no sea con espadas o armas, pero ¿hay una batalla que tienes que luchar para tomar posesión de algo que Dios te prometió?

¡Dios conoce la guerra psicológica! Las naciones estarán en terror y espanto por Israel. A veces puede ser apropiado orar para que los que se opongan al Evangelio tiemblen y caigan en pánico por nosotros. Demasiadas veces se burlan de nosotros. ¡Dios no quiere eso!

Nuestra lucha es por lo general contra principados y potestades; contra el diablo. Cuando caminamos en santidad y en el poder del Espíritu, esos demonios temblarán. Temen la oración de un hombre piadoso. Tiemblan ante el nombre de Jesús. También saben si nuestra espiritualidad no es real, y nos pueden lastimar si estamos luchando en la carne. Cuando Dios nos guía, podemos hacer daño al reino de las tinieblas y tomar territorio para el Rey de reyes.

Capítulo 3: Sé contento con lo que Dios te ha dado

12 »Una vez que nos apoderamos de esa tierra, a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que está al norte de Aroer y junto al arroyo Arnón, y también la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades. 13 El resto de Galaad y todo el reino de Og, es decir, Basán, se los entregué a la media tribu de Manasés.

Moisés no pudo cruzar a la Tierra Prometida, pero el ejército tomó tierra en Transjordania, el área al este del río Jordán, y varias tribus se asentaron allí.

Tenían mucha oportunidad en el éxodo de aprender a estar contentos  con lo que Dios les dio, pero yo puedo imaginar sus quejas:

  • Estamos separados de nuestros parientes por el río.
  • La tierra al otro lado es mejor.
  • No queremos morar en las montañas.
  • La distribución no fue justa.
  • Queremos la libertad para vivir donde queramos.

¿Recuerdas la columna de nube y fuego? Vamos a donde Dios nosenvía, y lo aceptamos con alegría y acción de gracias. Aprende a estar contento con lo que Dios te ha dado.

Trabajen juntos hasta que todos reciban su herencia

18 »En aquel tiempo les di esta orden: “El Señor su Dios les ha dado posesión de esta tierra. Ustedes, los hombres fuertes y guerreros, pasen al otro lado al frente de sus hermanos israelitas. 19 En las ciudades que les he entregado permanecerán solamente sus mujeres, sus niños y el mucho ganado que yo sé que ustedes tienen. 20 No podrán volver al territorio que les he entregado hasta que el Señor haya dado reposo a sus hermanos, como se lo ha dado a ustedes, y hasta que ellos hayan tomado posesión de la tierra que el Señor su Dios les entregará al otro lado del Jordán.”

Algunas tribus ya tenían sus tierras. Las mujeres, los niños y el ganado podrían permanecer allí y establecer hogares, pero no habría descanso para los hombres sanos hasta que todos tuviesen su territorio. Así que no habría hombres para proteger a sus familias, excepto tal vez algún hombre discapacitado que no pudiera luchar. Pero Dios los protegería. Sí, sería difícil para un hombre dejar a su familia en una tierra extraña, pero nadie podría descansar hasta que todos tuviesen lo que Dios les asignó.

Esto también se aplica al cuerpo de Cristo. Antes de que podamos descansar, somos responsables ante nuestros hermanos para asegurar de que tengan lo que Dios les ha dado. Todos luchamos juntos y trabajamos juntos para tomar posesión de él. Está mal que los privilegiados se olvidasen de los que todavía están luchando. Por nuestra naturaleza somos egoístas, pero Dios obra a través de su cuerpo. Estamos en esto juntos. Esa ha sido una lección clave del éxodo. También podemos aplicar el principio al nivel mundial. Tenemos que estar realmente preocupados por nuestros hermanos en todo el mundo, para que reciban lo que Dios ha planeado para ellos, antes de que nosotros descansemos. ¡Eso puede significar que no habrá descanso hasta que lleguemos al cielo!

Moisés tiene mucho más que compartir con ellos, pero tienen que recibirlo desde la perspectiva de lo que ya han aprendido y experimentado. Con demasiada frecuencia repetimos nuestros errores. No aprendemos de la historia. A pesar de nuestra determinación de no ser como nuestros padres, cometemos los mismos errores.

  • ¿Cuáles son las lecciones principales que Dios te ha enseñado?
  • ¿Qué errores has cometido? ¿Estás cayendo en los mismos patrones destructivos?
  • ¿Estás contento con lo que Dios te ha dado?

No te conformes con menos de lo que Dios tiene planeado para ti. Sigue luchando para tomar posesión de ello. Y recuerda que eres parte de la familia de Dios. Ten cuidado con el individualismo.

¡Ve! Un mensaje para Pascua (Mateo 28)

1Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

¿Dónde estaban los discípulos? ¿Dónde estaba Pedro, que dijo que nunca dejaría a Jesús? Dos mujeres vinieron al sepulcro.  ¿Era fácil para ellas? ¡Claro que no! Vinieron con temores y corazones muy pesados. Vinieron con lágrimas. Pero querían ver el sepulcro. Y, si fuese posible, ver el cuerpo de su Maestro. No creo que esperaban a encontrar al Señor vivo. Pero algo las impulsó a venir al sepulcro.

Ve a tu sepulcro

¿Qué hay doloroso en tu vida que no quieres enfrentar? ¿Te sientes confuso? ¿Desilusionado? ¿Tenías algunas expectativas de Jesús que parecen muertas y sepultadas?

Aunque puede ser la última cosa que quieres hacer, el primer paso a un encuentro nuevo con el Señor puede ser ir al sepulcro. Ve a esa parte de tu vida que ya no quieres visitar, donde relaciones y sueños del pasado están sepultados.

Una y otra vez Jesús dijo a sus discípulos que tenía que morir, pero ellos no querían dejar su esperanza de un nuevo rey como David, y ellos reinando juntamente con Él. Hay muchas escrituras que hablan de las aflicciones en este mundo, pero todavía hay muchos que solamente hablan de bendiciones y prosperidad, y andan desilusionados con Jesús porque no ha cumplido con sus expectativas.

No te quedes en casa como los discípulos. Ven a la tumba con las mujeres. Ven, a ver a Jesús. Tengo un secreto para ti: Hay esperanza. Pronto vamos a ver por qué.

El encuentro con un ángel

Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

Cuando vienes a Jesús y pones a un lado tu temor y tus dudas, prepárate para unas manifestaciones sobrenaturales de su poder. Dios hizo esto para el beneficio de estas dos mujeres; los guardas también estaban presentes, y con razón temblaron. Saben que podrían morir por su falla guardando el cuerpo, sobre todo en un caso tan delicado.

Las pobres mujeres ya tenían miedo, pero entonces hubo un gran terremoto. Y, como nada, el ángel quita la piedra y se sienta sobre ella.

Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

No quitaron la piedra para que Jesús podría salir del sepulcro; Jesús ya tenía un cuerpo glorificado que podía aparecer y desaparecer y pasar por paredes y piedras. El ángel quitó la piedra para que las mujeres podrían ver que el sepulcro estaba vacío, y él tenía un mensaje muy importante para ellas – y para nosotros.

La palabra de Dios para ti esta Pascua

  • ¡No temas! No importa lo que ha pasado en tu vida o lo que ha muerto: Jesús es la resurrección y la vida. Jesús resucitó, y puede resucitar tu matrimonio, tu familia, tu carrera, o tu vida espiritual. Su perfecto amor echa fuera todo el temor.
  • Ven y ve. Tú puedes ser como los discípulos que se quedaron en casa, desilusionados y desesperados. Levántate. Ven a la Biblia. Ven a la iglesia. Ven a Jesús. Ven y ve lo que dice la Biblia acerca de Cristo – quizás para la primera vez. Ven a ver cómo Jesús ha transformado a otros.
  • Entonces ve con prisa y comparte con otros lo que has visto. Ésta no es una ocasión para lamentar y llorar por lo que has perdido, o por sueños quebrantados. Este es un día nuevo. Tampoco es una ocasión para quedarte en el sepulcro vacío, o la iglesia llena, esperando alguna manifestación de su poder y cantando alabanzas. Claro que es importante congregarse y adorarle, pero a veces nos quedemos semana tras semana en nuestros sepulcros vacíos. Ya es tiempo irse con prisa para compartir las buenas nuevas que Cristo vive. ¡Ha resucitado!
  • Busca a Jesús y acompáñale. ¡Él tiene mucho que hacer! En ese entonces se fue para Galilea. Ellos tenían que seguirle si querían verle. Jesús no se queda en el mismo lugar. Ya no mora en un templo. ¡Nosotros somos templos del Espíritu Santo! Y el Espíritu es como el viento; siempre mueve. ¡El tiempo es corto! El discípulo que se quedó en Jerusalén no tendría una relación viva con Jesús. Jesús va delante de nosotros; nosotros le seguimos. Muchas veces nosotros queremos ir primeros.  Entonces le invitamos a Jesús que siga a nosotros: “Ven conmigo Señor.” “Ven a este sepulcro.” “Bendice lo que estoy haciendo.” ¡No! ¡Cristo vive! ¡Va delante de ti! ¡Síguele!

El encuentro con Jesús

Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

Salieron. Salieron corriendo. Fue solamente cuando salieron del sepulcro que vieron a Jesús; solamente cuando iban en obediencia para compartir las buenas nuevas. ¿Por qué esperas día tras día en un sepulcro, con la esperanza que Jesús aparezca? ¡Sal corriendo! ¡Comparte las buenas nuevas!

Allí, de camino, tú puedes abrazarle y adorarle. Pero Jesús nunca dijo: “Que bueno. Vamos a levantar un templo aquí y siempre congregarnos aquí.” No, Jesús tiene el mismo mensaje para las mujeres que tuvo el ángel:

  • No temas.
  • Levántate, muévete.
  • Da las nuevas a otros.

Si quieren ver a Jesús, tienen que obedecerle y seguirle adondequiera que vaya. Yo creo que Jesús tiene esa misma palabra para ti. Cuando lo hagas, verás a Jesús.

Los guardas van

11 Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. 12 Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, 13 diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. 14 Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. 15 Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.

Las mujeres no eran las únicas que salieron corriendo. Los discípulos no eran los únicos que tenían noticias para compartir. Los guardas también van corriendo con sus noticias. Pero los ancianos y los sacerdotes no querían ver a Jesús. Se quedaron en el templo y en sus palacios en Jerusalén. Y su mundo fue destruido en el año 70 (cuando los romanos destruyeron el templo y Jerusalén).

Hay todavía enemigos del Señor que intentan hacer todo lo posible para destruir nuestra fe. Pueden tener muchos recursos y pueden usar su dinero para propagar mentiras. Qué triste que, a pesar de toda la evidencia, hay muchos que no quieren creer en Jesús. Cuesta demasiado. Exige su vida. Cristo destruye el mundo cómodo de los poderosos y religiosos.

La gran comisión

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

¡Fueron! En obediencia buscaban a Jesús en Galilea. ¡Y le encontraron! ¡Le vieron! ¡Le adoraron!

¿Cómo es posible que algunos de esos discípulos todavía dudaban? ¿Cómo es, después de tantos años, que algunos dudan esta historia que ha transformado a millones? ¿Tienes dudas? Sigue buscándole y siguiéndole. Vas a ver que es real y su palabra es verdad.

Guarda estas dos cosas en tu corazón:

  • Cristo fue dado toda potestad, toda autoridad, en el cielo y en la tierra. Todavía la tiene. Él puede compartir ese poder y esa autoridad contigo. Él tiene el poder para transformar tu vida y hacer todo lo necesario para cumplir su voluntad.
  • Él está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mucha gente piensan mucho acerca de detalles sobre el final. Jesús no menciona eso. Lo importante es saber que venga lo que venga, Él está contigo. Nunca te dejará ni te desamparará.

Ya hemos visto la importancia de movimiento. ¡Ve! Como las mujeres. Como los guardas. Como los discípulos de camino para Galilea. Es cuando caminamos con Jesús en obediencia que vamos a experimentar su presencia. El mensaje de Pascua es que Jesús resucitó y vive aún. ¡Ve! ¿Adonde? A todas las naciones. Sí, Jesús todavía envía misioneros a otros países. Hay tres cosas que tenemos que hacer:

  • Haz discípulos. ¿Estamos haciendo verdaderos discípulos que sirven al Señor? ¿Discípulos bien fundados sobre su Palabra? ¿O estamos haciendo espectadores que buscan un show y unas palabras de aliento cada domingo?
  • Bautízalos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Hay algunos que dicen que tenemos que bautizar en el nombre de Jesús solamente. Otros niegan la trinidad. Y otros no tienen la plenitud del Espíritu Santo. Bautizar a alguien significa más que sumergirlo en aguas. Bautismo es una identificación radical con Jesucristo, es la crucifixión del viejo hombre, y es el mismo bautismo del Espíritu que Jesús recibió cuando subió de su bautismo.
  • Enséñalos a guardar todas las cosas que Jesús nos ha mandado. ¿Tenemos buena enseñanza en la iglesia? ¿Enfatizamos obediencia? ¿Sabemos lo que Jesús nos mandó hacer? ¿O creemos que somos libres, bajo la gracia, y no tenemos que ser legalistas y obedecer su palabra?

¿Qué piensas? ¿Hemos obedecido estas últimas palabras de nuestro Señor? ¿Nos ocupamos principalmente con estas cosas? ¿O estamos en un desvío, con un énfasis equivocado? O aun peor, ¿somos como los ancianos y sacerdotes, practicando una religión de nuestra invención? ¿Estamos sirviendo a Jesús a nuestra manera?

¡Aleluya!

¡Cristo vive! ¡Él resucitó! Este capítulo comenzó con unas mujeres atemorizadas y desesperadas buscando el sepulcro de un hombre muerto. Termina con ese mismo hombre – muy vivo – mandándonos a salir para proclamar estas buenas nuevas y hacer a otros discípulos.

Qué bueno saber que Jesús tiene toda autoridad, y siempre está con nosotros, sobre todo cuando profecías de desastres llenan el internet. Me dejan confuso y algo temeroso. ¿Qué es la verdad? ¿Qué va a pasar? Pedí al Señor cómo debo responder, y me dijo algo muy interesante, aunque no era sorprendente. Me dirigió atrás a estos mandatos. Jesús nunca nos mandó preocuparnos con detalles de los días postreros; nos mandó:

  • Hacer discípulos de todas naciones.
  • Enseñarlos a obedecer sus mandatos.

Basta. Es suficiente para mí. Voy a dejar lo demás en las manos del Señor, y servir y adorar a mi Jesús resucitado.

Números 25 y 31   El sexo como un arma

Sexo. La trampa número uno para muchos hombres. Y cuando un varón cae en pecado sexual, su familia y comunidad sufren también. Hasta ahora, el sexo no ha sido un gran problema en el éxodo, pero ahora están acercándose a la Tierra Prometida. A pesar de tanta rebelíon, la nación ha sobrevivido. Satanás sabe que le queda poco tiempo para descarrilar el plan de Dios para ellos, y sabe que una mujer siempre es útil para hacer caer al hombre. También encontró un siervo disponible en el infame Balán; el diablo y su «profeta» casi instigaron a Dios a destruir la nación.

No coquetees con el desastre

1Mientras los israelitas acampaban en la arboleda de Acacias, algunos hombres se contaminaron al tener relaciones sexuales con las mujeres moabitas del lugar. 

¿Por qué es tan difícil para muchos hombres estar satisfechos con la mujer que Dios les ha dado? ¿Por qué para muchos de ellos las mujeres del mundo son tan atractivas? El adulterio y las relaciones con mujeres paganas estaban claramente prohibidos en la ley. Dios estaba muy consciente del peligro potencial; es por eso que les mandó destruir totalmente las naciones paganas en Canaán, al igual que tu tienes que destruir cualquier pornografía que tengas y asegurarte de que no puedes acceder a ella por Internet. Si está solo un clic de distancia será una tentación constante. Corta cualquier relación que pueda conducir al adulterio y destruye cualquier ídolo. No coquetees con el desastre.

Estas mujeres los invitaron a los sacrificios a sus dioses, así que los israelitas festejaron con ellas y rindieron culto a los dioses de Moab. De ese modo Israel se unió al culto a Baal de Peor, lo cual encendió el enojo del Señor contra su pueblo.

El pecado sexual conduce a la idolatría

Para Dios, la idolatría era peor que el pecado sexual, aunque el hecho es que las mujeres y el sexo a menudo se convierten en ídolos. En lugar de ayudar a estas mujeres a conocer al verdadero Dios, los hombres israelitas cayeron rápidamente en su religión pagana. Parece ser la norma cuando nos relacionamos con una mujer incrédula; rara vez ella viene al Señor. Por supuesto, la eficacia de tu evangelismo es limitada cuando ya estás en pecado. De hecho, cuando caes en pecado sexual, Satanás ya tiene una entrada en tu vida y comienza a edificar una fortaleza, y de allí muchas veces conduce al abuso de drogas o alcohol, una religión falsa y muchas prácticas corruptas.

Si la ira de Dios está ardiendo contra ti por el pecado sexual o la idolatría, no esperes para arrepentirte. Confiesa tu pecado y  vuelve a Dios. El pecado puede ser placentero en el momento y puede no parecer tan grave, pero te destruirá.

Entonces el Señor le dictó a Moisés la siguiente orden: «Detén a todos los cabecillas y ejecútalos delante del Señor, a plena luz del día, para que su ira feroz se aleje del pueblo de Israel».

Acción drástica requerida

Pobre Moisés; ya tiene unos 120 años y tiene que reunir y ejecutar a estos hombres. La plaga ya ha comenzado. En el pasado, Moisés ya estaría intercediendo por el pueblo, pero por alguna razón él guarda silencio. En lugar de buscar al Señor, Dios viene a él y le dice cómo detener la matanza: ejecutar a todos los cabecillas; los hombres que los siguieron se salvarán. Pero Moisés tiene que actuar rapidamente para evitar una masacre más grande.

Así que Moisés les ordenó a los jueces de Israel: «Cada uno de ustedes debe quitarles la vida a los hombres bajo su autoridad que se han unido a rendir culto a Baal de Peor».

Moisés había aprendido a delegar, y sabiamente ordenó a cada juez que matara a aquellos hombres bajo su autoridad que habían pecado. La palabra “juez” se utiliza aquí en el mismo sentido que en el libro de Jueces: eran aquellos que tenían autoridad, inicialmente para resolver disputas comunitarias. ¡Tal vez estas ejecuciones fueron una nueva adición a la descripción de su trabajo! Para cumplir con este mandato tenían que conocer a los hombres a su cuidado y saber dónde encontrarlos. Podría llevar mucho tiempo encontrar a todos y matarlos. Parece que Moisés fue más allá del mandato de Dios e incluyó a todos los que participaron en la adoración de ídolos. Pero, antes de que los jueces actuaran, apareció un problema mayor.

Pecado feo y un hombre celoso

En ese momento, mientras todos lloraban a la entrada del tabernáculo, un israelita llevó a una madianita a su carpa ante los ojos de Moisés y de todo el pueblo. Cuando Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, los vio, se levantó de un salto y salió de la asamblea. Fue y tomó una lanza y corrió detrás del hombre hasta su carpa. Con la lanza, Finees atravesó el cuerpo del hombre y perforó hasta el estómago de la mujer. Entonces se detuvo la plaga contra los israelitas, pero ya habían muerto veinticuatro mil personas.

La plaga ya había matado a 24,000 personas. Probablemente no fue selectiva, por lo que también murió gente inocente. Como siempre, nuestro pecado impacta a quienes nos rodean. Todos vinieron llorando y se unieron a Moisés en el tabernáculo. Y luego, increíblemente, frente a todos, ¡un hombre lleva a una mujer madianita a su tienda! ¿Quién responderá? Moisés no hace nada. ¡Todos están en estado de shock!

Excepto Finees; él tenía celo por el Señor, y corrió tras ellos. Al parecer, su padre Eleazar, el sumo sacerdote, lo criaba bien. Mientras la pareja tuvo relaciones, Finees irrumpe en su tienda y clava su lanza a través de los dos. No hay indicios de que ningunas de los otros cabecillas fueron matados en obediencia al mandato de Dios, pero ese acto audaz fue suficiente para detener la plaga.

10 Así que el Señor le dijo a Moisés: 11 «Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo. 12 Ahora dile que establezco con él mi especial pacto de paz, 13 por medio del cual doy a él y a sus descendientes el derecho perpetuo al sacerdocio. Pues en su celo por mí, su Dios, él purificó al pueblo de Israel, y los hizo justos ante mí».

Ya tenemos el sentido de que el tiempo de Moisés es corto; una nueva generación está haciendo la obra del Señor. Es Finees quien es celoso y purifica al pueblo. Ya está entrando en su papel de sacerdote, e intercede como Moisés lo había hecho tantas veces. Él está dispuesto a dar un paso audaz para librar a la nación del pecado y hacerlos justos ante Dios. Una vez más, un solo hombre dispuesto a ponerse de pie y actuar salvó multitudes.

Aunque sus días están contados, Moisés sigue siendo el que recibe la palabra de Dios, y ahora se revela la verdad: Una vez más, Dios estaba listo para destruir a toda la nación, pero encontró a alguien con el mismo celo que Él tenía. Alguien tuvo que hacer algo; gracias a Dios por Finees.

Esta historia no justifica algo tan extremo como matar a un pecador. Sin embargo, la lección fundamental es clara: Tenemos que tratar el pecado de manera decisiva, tal como Jesús abogó por cortar la mano o sacar el ojo si te hace pecar (Mateo 5:30; 18:8; Marcos 9:43). Tenemos que mantener nuestras vidas, familias e iglesias puras.

¿Estás celoso para Dios y su santidad? ¿Dispuesto a tomar una posición audaz? ¿Te darías cuenta si Dios estuviera enojado con tu iglesia? ¿O con tu país? ¿Crees que es posible que tú puedas alejar su ira, purificar al pueblo y hacerlos justos ante Dios? Eso es lo que hizo Jesús, ¿verdad? ¿Crees que Él te podría utilizar? Utilizó Finees, y el joven fue recompensado con un pacto especial de paz: Sus descendientes heredarían un sacerdocio permanente.

14 El israelita que murió con la madianita se llamaba Zimri, hijo de Salu, jefe de una familia de la tribu de Simeón.15 La mujer se llamaba Cozbi, hija de Zur, jefe de un clan madianita.

Los transgresores eran personas prominentes de Israel y Madián. Israel ya está bien, pero ahora otros van a morir.

La última batalla de Moisés

16 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 17 «Ataca a los madianitas y destrúyelos,18 porque los agredieron con artimañas y los engañaron para que rindieran culto a Baal de Peor, y también por causa de Cozbi, hija de un jefe madianita, que murió durante la plaga debido a lo que ocurrió en Peor».

Ahora los madianitas pagarán. Israel tenía un buen ejército (tenían mucho tiempo para prepararse durante esos cuarenta años en el desierto), y los otros países ya habían oído hablar de ellos. Eran tan numerosos que tenían a todos aterrorizados. Pero más importante, el favor de Dios estaba con ellos y Él bendijo sus esfuerzos. Los madianitas habían utilizado artimañas para luchar contra Israel; ahora morirán por su engaño.

La batalla como se registra en Números 31

1Entonces el Señor le dijo a Moisés: «En nombre del pueblo de Israel, toma venganza en contra de los madianitas por haber conducido a mi pueblo a la idolatría. Después morirás y te reunirás con tus antepasados».

Dios estaba decidido a vengarse de Madián, y mantiene a Moisés vivo para la batalla. Esta sería su última, y podría ser muy doloroso para él. Su esposa era madianita; su familia vivía en Madián. Puede que no haya estado en la misma zona, y sin duda ellos no estaban involucrados en la adoración de Baal, pero es una amarga ironía que el último gran acto de Moisés fue supervisar la devastación de un pueblo que conocía íntimamente.

Así que Moisés le dijo al pueblo: «Escojan a algunos hombres y ármenlos para pelear la guerra de venganza del Señor contra Madián. De cada tribu de Israel envíen mil hombres a la batalla».Entonces escogieron a mil hombres de cada tribu de Israel, en total reunieron a doce mil hombres armados para la batalla. Así que Moisés envió a mil hombres de cada tribu, y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, los dirigió en la batalla. Llevaban los objetos sagrados del santuario y las trompetas para dar la orden de ataque. 

¡Mira quién está dirigiendo la batalla! Moisés es demasiado viejo, pero Finees está listo para pelear. El que está ausente de toda esta historia es Josué, quien pronto asumirá el liderazgo de Moisés y los llevará a la tierra prometida. No tenemos idea de dónde pudo haber estado.

Así que atacaron a Madián, tal como el Señor le había ordenado a Moisés, y mataron a todos los hombres. Los cinco reyes madianitas —Evi, Requem, Zur, Hur y Reba— murieron en la batalla. También mataron a espada a Balán, hijo de Beor.

Balán

Así terminó la historia de Balán (o Balaam). Tú puedes leer acerca de su vida conflictiva en Números, los capítulos 22 a 24:

Pero cuando Balán se dio cuenta de que al Señor le complacía que se bendijera a Israel, no recurrió a la hechicería, como otras veces, sino que volvió su rostro hacia el desierto. Cuando Balán alzó la vista y vio a Israel acampando por tribus, el Espíritu del Señor vino sobre él; entonces pronunció su oráculo (Números 24: 1-3).

¡Ahora finalmente aprendemos quién fue el responsable de todo este fiasco! Un hombre que al principio parecía un siervo de Dios, pero está condenado en toda la Biblia. Moab y Madián se habían unido por temor de Israel, y contrataron a Balan para maldecir a Israel. Cuando eso no funcionó, utilizaron sexo y casi tuvieron éxito. ¡Si Dios hubiera destruido todo Israel como Él quería, Moab y Madián podrían haber celebrado una gran victoria!

La historia de Balán nos recuerda la vigilancia necesaria con los «profetas.» Alguien puede sonar bien, pero eso no necesariamente significa que sea del Señor. Jesús advirtió sobre muchos falsos profetas en los últimos días. Estén atentos al “Balán” en nuestro medio. Parece que alguien puede hablar la palabra de Dios y tener al Espíritu pero aun así ser un hechicero.

¡No maten a las mujeres!

El ejército israelita capturó a las mujeres y a los niños madianitas y tomó como botín el ganado y los rebaños y toda su riqueza.10 Quemaron todas las ciudades y las aldeas donde los madianitas habían vivido. 11 Después que reunieron el botín y a los cautivos, tanto personas como animales, 12 llevaron todo a Moisés, al sacerdote Eleazar y a toda la comunidad de Israel que acampaba en las llanuras de Moab, al lado del río Jordán frente a Jericó. 

Israel estaba a punto de entrar en la Tierra Prometida. Estaban al final de su viaje. Parece que el ejército le fue muy bien, pero cuando Moisés sale a su encuentro, le espera una gran sorpresa:

13 Entonces Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los jefes de la comunidad salieron a su encuentro afuera del campamento. 14 Pero Moisés se enfureció con los generales y los capitanes que volvieron de la batalla.

15 «¿Por qué dejaron con vida a las mujeres? —les reclamó—.16 Precisamente son ellas las que, siguiendo el consejo de Balán, incitaron al pueblo de Israel a rebelarse contra el Señor en el monte Peor. Son ellas las que causaron la plaga que hirió al pueblo del Señor. 17 Así que maten a todos los niños varones y a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales. 18 Dejen con vida únicamente a las niñas vírgenes; pueden quedarse con ellas. 

¡Guarda a las vírgenes!

¿Qué? Matar mujeres y niños, ¿pero guarda a las niñas vírgenes? ¡El versículo 35 nos dice que había 35,000 de ellas! Habría muchas para integrarse en la comunidad judía. ¿Crees que podrían causar celos entre las mujeres judías? ¿Y gozo para muchos hombres judíos? Parece una acomodación extraña para los hombres que apenas salieron del pecado sexual y la idolatría. ¡Casi como recompensarlos por su pecado!

El resto del capítulo describe la purificación necesaria y el botín de la batalla. Este fue un gran comienzo del ganado y los suministros para su traslado a la Tierra Prometida: ¡alrededor de 675,000 ovejas! Sorprendentemente, el verso 49 dice que ni un solo israelita murió en esta gran batalla. ¡Dios realmente estaba con ese ejército! ¡Y eso es lo último que la Biblia dice acerca de todo este asunto extraño!

Es un final trágico y siniestro para un viaje que plagado de quejas y rebeliones. Después de tanto tiempo caminando con Moisés, es triste ver su evidente declive. No hay duda de que ha hecho un trabajo increíble, y es alentador que haya alguien celoso como Finees. Sin embargo, parece que el diablo, la idolatría y nuestra propia naturaleza pecaminosa (especialmente la tentación sexual) siempre están al acecho, queriendo destruirnos. ¿Estás involucrado en algún pecado que con tiempo podría devastar a tu familia? ¿O resultar en tu propia muerte? ¿Hay un pecado a tu alrededor que debes desafiar? ¡Que Dios te dé el celo y la fuerza de Finees a ponerte de pie e interceder por el pueblo de Dios!

Números 21   Salvación a través de una serpiente

¿Hasta cuándo continuará Israel en su rebelión? ¿Jamás se acabará? Hemos visto cómo nuestro Dios se enfureció, se entristeció, y se cansó por ella. Y si somos honestos, tenemos que confesar que nosotros también somos profundamente impactados por nuestra naturaleza caída. Somos propensos a la misma incredulidad, murmullos y desobediencia. Sin embargo, nos resistimos a confesar «Yo soy un rebelde;» queremos justificar y minimizar su gravedad. ¿Has examinado tu corazón en busca de evidencia de esa rebelión?

Sin embargo, recuerda que en este éxodo estamos hablando de un período de cuarenta años. Es posible que hayan pasado muchos meses pacientemente soportando los viajes interminables, la misma comida y las duras condiciones. Es cierto que leemos sobre mucha rebelión en las Escrituras, pero es posible que solo haya una rebelión grave cada año, aunque eso no minimiza su gravedad para Dios o las graves consecuencias para la nación.

Impaciencia en el viaje

Luego el pueblo de Israel salió del monte Hor y tomó el camino hacia el mar Rojo para bordear la tierra de Edom; pero el pueblo se impacientó con tan larga jornada y comenzó a hablar contra Dios y Moisés: «¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? —se quejaron—. Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos este horrible maná!».

Tantas veces hemos escuchado la misma queja: No hay nada para beber o comer, excepto el maná, y están hartos de ello. Tienen razón al lamentar que van a morir en el desierto; eso fue el castigo por su rebelión cuando los espías volvieron de la Tierra Prometida. Al final de los 40 años no tenían nada que mostrar por todo ese tiempo caminando en el desierto. Incluso la esclavitud en Egipto les parecía atractiva, aunque casi ninguno de ellos la había experimentado; solo habían escuchado las historias romantizadas de la vida allí.

Al principio eran reacios a quejarse de Dios; dirigieron sus quejas a Moisés. Pero ahora también hablan en contra del Señor.

«¿Cuándo llegaremos?»

Cuando viajamos en automovil durante varias horas, es común para los chiquillos llorar una y otra vez: «¿Cuando llegaremos?» ¡Todos queremos llegar! ¡Queremos las bendiciones prometidas ya! Pero Dios usa el viaje, el proceso, para formarnos y prepararnos para nuestro destino, que no está aquí en la tierra. Cuando nos impacientemos y refunfuñemos somos vulnerables al pecado.

  • ¿Estás impaciente con el largo viaje?
  • ¿Sientes que andas perdido?
  • ¿Piensas mucho en los buenos tiempos del pasado?
  • ¿Te parece inadecuada la provisión de Dios en el desierto?
  • ¿Estás cansado del maná, sobre todo cuando ves a otros disfrutar de una comida rica?
  • ¿Tienes dudas de si sobrevivirás?
  • ¿Recuerdas cómo Dios se siente acerca de las quejas?

¡Serpientes!

Entonces el Señor envió serpientes venenosas entre el pueblo y muchos fueron mordidos y murieron.

Esto es diferente; parece que al Señor le gusta mantenernos vigilantes. Lástima que tengamos que ser mordidos o incluso morir para recibir el mensaje de que estamos desagradando a Dios. ¿Qué podría pasar contigo si Dios enviase serpientes venenosas a los murmuradores hoy? Las serpientes no sabían quiénes eran los culpables; mordieron a todos. Probablemente algunas personas contentas con su maná murieron también porque se encontraron en el lugar equivocado. ¡Cuídate con tus amigos! ¡Quejarse es contagioso y peligroso!

Así que el pueblo acudió a Moisés y clamó: «Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Pide al Señor que quite las serpientes». Así pues, Moisés oró por el pueblo.

¿Recuerdas a otra persona que llamó a Moisés para pedirle a Dios que detuviera las plagas? ¿Crees que Moisés recordó cómo el faraón se arrepintió de su corazón endurecido? Es interesante que el pueblo nunca clamara directamente a Dios. Como siempre, Moisés intercede por ellos y espera en Dios la solución; nunca sabía cuál sería.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Haz la figura de una serpiente venenosa y átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con mirar la serpiente».Así que Moisés hizo una serpiente de bronce y la ató a un poste. ¡Entonces los que eran mordidos por una serpiente miraban la serpiente de bronce y sanaban!

En este caso, la solución fue tan única como el juicio.

Dios no quitó las serpientes; todavía mordieron a la gente. Pero una vez mordida, el Señor provee la curación. Simplemente tienen que mirar a una réplica de la misma cosa que los afligió. ¡Qué interesante que la sanidad vendría de una serpiente, la misma criatura que al principio trajo el pecado a nuestra raza!

Una vez más el papel de Moisés fue crítico: Él fue el blanco de sus críticas, y lleva todo el peso de la crisis. Alguien tenía que escuchar de Dios cómo salvar al pueblo de una situación desesperada. Moisés fue el único que escuchó su voz confiablemente. Luego tuvo que obedecer una orden extraña: hacer la serpiente, y levantarla en un poste. ¿Te imaginas su prisa haciendo la serpiente, con tantas personas muriendo a su alrededor?

El Hijo del hombre tiene que ser levantado

Jesús se refiere a este incidente en su famoso diálogo con Nicodemo en Juan 3:14-15. Al hacerlo, el Hijo de Dios validó el relato bíblico del éxodo y el liderazgo de Moisés del pueblo:

 Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,  para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Al principio parece extraño que se compare a sí mismo con una serpiente de bronce en un poste, pero es la idea de ser levantado y la fe sencilla para buscar la provisión de Dios para la salvación.

Así como la mordedura de la serpiente fue mortal, el legado duradero del pecado en nuestra raza, como resultado de escuchar a la serpiente, es mortal. En el éxodo trajo la muerte física; para nosotros es una muerte espiritual. Pero en ambos casos, Dios proporciona vida y sanidad.

Salvarse por una mirada a una serpiente puede parecernos extraño. Tal como, para alguien que no conoce el Evangelio, encontrar la salvación a través de un hombre ensangrentado colgando en una cruz parece extraño. Pero la persona agonizando con su mordedura de serpiente está dispuesta a hacer cualquier cosa para curarse y salvar su vida. Cuando tú te das cuenta del impacto mortal del pecado en tu vida, estás listo para abrazar la locura de la cruz. Si nunca has mirado a Jesús, lee los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas o Juan) con el simple deseo de ver a Jesús. Si estás listo para creer que su muerte pagó el precio de tu pecado y te da nueva vida, díselo. Pídele que te perdone y te sane. Si ya has confiado en Jesús, tómate el tiempo para maravillarte con el prototipo de la cruz que Moisés levantó en el desierto, y cómo simple fe en Jesús puede salvarte y darte vida eterna.

Jesús hizo una declaración más acerca de los resultados de ser levantado en la cruz, en Juan 12:32:

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

En el desierto, Moisés levantó la serpiente, pero la gente tenía que mirarla para vivir. Todavía tenemos que dar ese paso de fe, pero cuando Jesús fue levantado, se desató poder sobrenatural. Él está atrayendo la gente a sí mismo. Ellos pueden resistirlo, pero Jesús desea que todos vengan a Él y vivan. Aprovecha eso y créelo por tus seres queridos que vagan descarriados en este momento. Ora para que Él atraiga a tu familia y comunidad a sí mismo. Cuando tú les hables acerca de Jesús, confía en que Él está trabajando junto contigo. Levanta a Jesús en tus palabras y acciones, y proclámalo con la urgencia de Moisés levantando la serpiente de bronce. Han sido mordidos letalmente por la serpiente, y sin Jesús se enfrentan a un futuro brutal que solo comienza con la muerte. Tú tienes la llave de su salvación en tus manos. Sería criminal para Moisés no levantar la serpiente y ofrecerles sanidad, y es criminal para ti retener a Jesús de los que perecen.

 

Levítico 10    Fuego extraño

Todos nosotros sufrimos de una enfermedad mortal llamada “pecado,” y la rebelión es uno de los síntomas principales. Cada israelita que salió de Egipto se vio afectado por ella. Este caso, que involucró solo a dos hombres, nos recuerda lo importante que es hacer la obra del Señor a su manera.

1Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron carbones encendidos en sus incensarios y encima esparcieron incienso. De esta manera, desobedecieron al Señor al quemar ante él un fuego equivocado, diferente al que él había ordenado.

¿Qué mandato violaron? Éxodo 30:1-10 dice que solo el sumo sacerdote podía ofrecer incienso, y solo el incienso específico aprobado por Dios; cualquier otro incienso estaba prohibido.

¿Por qué lo hicieron?

No sabemos. Ellos nunca tuvieron la oportunidad de decir. Es posible que sinceramente quisieran adorar a Dios, o eran ignorantes del mandato. O tal vez sabían que estaba prohibido y se rebelaron deliberadamente. Lo que es trágicamente claro es que no prestaron mucha atención a las instrucciones de Dios. No entendieron cuán santo y serio es adorar al Creador. Una vez más, se manifiesta un corazón rebelde e insumiso.

Muchos cristianos hoy se levantarían para defenderlos:

  • “Ellos estaban ministrando al Señor.”
  • “No estaban adorando a otro dios.”
  • “Solo cambiaron un poco una norma que ni siquiera entendieron.”
  • “Dios era muy restrictivo y no lo suficientemente inclusivo.”

Lamentablemente, nosotros estamos acostumbrados a comprometer lo que claramente dice la Palabra de Dios mucho más que ellos, como el hombre en Mateo 7 que hace grandes cosas por Dios a su manera, y no de acuerdo con la voluntad de Dios. Es un ejemplo perfecto de una religión de conveniencia, donde escogemos de la Biblia lo que nos gusta e ignoramos el resto.

Cómo Dios responde a la rebelión

Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.

No hubo misericordia. Moisés no tuvo la oportunidad de interceder para salvarlos. ¡No juegues con Dios!

Así que Moisés le dijo a Aarón: «Esto quiso decir el Señor cuando dijo:

“Demostraré mi santidad
por medio de los que se acercan a mí.
Demostraré mi gloria
ante todo el pueblo”».

Y Aarón guardó silencio.

No es la primera vez que Aarón se quedó callado. No sabía qué decir. Él pudo haber estado en shock; acaba de ver a dos de sus hijos consumidos por el fuego. Pero probablemente las palabras de su hermano lo condenaron; Aarón no los había orientado adecuadamente sobre la gravedad de servir a Dios. ¿Podría ser un caso del pecado del padre visitado en sus hijos? Aarón había fabricado un becerro de oro y lo presentó como el nuevo dios del pueblo. Dios no lo mató, tal vez solo porque Dios aún no había dado muchas de las normas de una adoración apropiada.

Dios se demostró santo. Alguien que se le acerca de forma incorrecta pagará un precio alto. Dios será honrado ante el pueblo. Si sus ministros no lo honran, serán castigados, y Dios hará lo necesario para que la gente sepa quién es Él.

Honrar la santidad de Dios

Lo sucedido con esos dos hombres debería poner el temor de Dios en cualquier ministro o líder de adoración. Una cosa es acercarte a Dios solo, pero la responsabilidad es mucho mayor cuando estás llevando a cientos de personas a su presencia, o si te ha dado la oportunidad de honrarlo frente a una multitud.

  • ¿Comunicamos la santidad de Dios en nuestros cultos?
  • ¿Es posible que la gente del pasado en sus catedrales tenían un mejor sentido de su santidad? ¿Honraban más a Dios?
  • ¿De verdad honran a Dios nuestras bandas vestidas con jeans, gritando, con luces láser y humo? ¿O llaman más atención a ellos mismos, y los buenos sentimientos que la música provoca?

Espero que nuestros líderes no sean como Aarón. Él nunca comprendió la gravedad de no entender la santidad de Dios, ni la inculcó en sus hijos, por lo que pagaron con sus vidas.

Después Moisés llamó a Misael y a Elzafán, primos de Aarón e hijos de Uziel —que era tío de Aarón— y les dijo: «Vengan y llévense los cuerpos de sus parientes de delante del santuario a un lugar fuera del campamento». Entonces se acercaron, los agarraron por la ropa y los llevaron fuera del campamento, tal como Moisés lo había mandado.

Como Aarón se quedó callado y tal vez paralizado, le tocó a Moisés limpiar el santuario. Tenían que sacar a los rebeldes del campamento, y dos de sus primos fueron llamados a hacerlo.

Luego Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No rasguen su ropa ni dejen de peinarse en señal de dolor. Si lo hacen, morirán, y el enojo del Señor herirá a toda la comunidad de Israel. Sin embargo, el resto de los israelitas, sus parientes, podrán hacer duelo a causa de la destrucción por fuego de Nadab y Abiú que hizo el Señor. Pero no salgan de la entrada del tabernáculo o morirán, porque ustedes fueron ungidos con el aceite de unción del Señor». Entonces hicieron lo que Moisés les ordenó.

Dios tenía su atención; no hubo ninguna discusión. Aarón y sus dos hijos restantes hicieron exactamente lo que Moisés les mandó. Si no lo hiciesen, se arriesgarían a incitar la ira de Dios contra toda la comunidad. Cuando los líderes no manejan situaciones delicadas correctamente, el juicio puede caer sobre toda la iglesia.

Todavía tenían el aceite de la unción del Señor. Todavía estaban de guardia, y no se les permitió llorar. Eso fue duro, pero la alternativa sería morir. Los demás, seguramente muy sobrios, podían llorar y enlutarse.

Después el Señor le dijo a Aarón: «Tú y tus descendientes nunca deben beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica antes de entrar en el tabernáculo. Si lo hacen, morirán. Esta es una ley perpetua para ustedes, que se cumplirá de generación en generación. 10 Deben distinguir entre lo sagrado y lo común, entre lo que es ceremonialmente impuro y lo que es puro. 11 Y deben enseñarles a los israelitas todos los decretos que el Señor les ha dado por medio de Moisés».

12 Luego Moisés les dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, Eleazar e Itamar: «Tomen lo que queda de la ofrenda de grano, después de que se haya presentado una porción como ofrenda especial al Señor, y cómanla junto al altar. Es sumamente santa, por lo tanto, asegúrense de que no contenga levadura. 13 Deberán comerla en un lugar sagrado, porque se les dio a ustedes y a sus descendientes como su porción de las ofrendas especiales que se presentan al Señor. Estos son los mandatos que me fueron dados. 14 Sin embargo, el pecho y el muslo que fueron levantados como ofrenda especial podrán comérselos en cualquier lugar que sea ceremonialmente puro. Estas partes se te han dado a ti y a tus descendientes como su porción de las ofrendas de paz presentadas por el pueblo de Israel. 15 Deberán levantar el muslo y el pecho como ofrenda especial al Señor, junto con la grasa de las ofrendas especiales. Estas partes te pertenecerán a ti y a tus descendientes, tal como el Señor ha ordenado».

Moisés aprovechó la oportunidad para recordarles otras reglas críticas en el servicio a Dios. Una de ellas merece mayor explicación.

Fue prohibido para los sacerdotes beber «vino ni ninguna otra bebida alcohólica» cuando entraran al tabernáculo para servir a Dios. ¡Dios no quería sacerdotes borrachos! El alcohol impediría su capacidad para distinguir entre lo puro y lo impuro, y no podrían enseñar claramente la Palabra de Dios. Se supone que fuera de su servicio en el tabernáculo, y para la población en general, no había prohibición de bebidas alcohólicas.

Conozco a muchos cristianos que mantienen con muchos celos la idea que el vino de aquel entonces no era fermentado. Es difícil decir con certeza que podría haber sido el contenido alcohólico. Los pueblos antiguos a veces hervirían el jugo de uva, preparaban un jarabe y luego lo combinarían con agua para evitar el alcohol. A veces se lo hervía justo antes de beber para reducir el alcohol, y el jugo de uvas recién exprimidas se podía beber. Sin embargo, parece que ninguno de esos métodos fue ampliamente utilizado, y no fue hasta 1869 que un ministro metodista (Thomas Welch) descubrió cómo pasteurizar el jugo de uva para que no fermentara, principalmente para que pudiera usarse en la Santa Cena. Existen argumentos sustanciales de que el vino bíblico estaba fermentado (como lo es la prohibición que Moisés dio a los sacerdotes), y la combinación en el hebreo de “vino” con “bebida fuerte.” Cuando Pablo ordenó “no te embriaguéis con vino” (Efesios 5:18), él obviamente estaba pensando en vino con alcohol. Lo que es cierto es que la Biblia prohíbe el consumo excesivo de alcohol o la embriaguez, y hay muchas buenas razones para evitar el alcohol por completo.

La obra de Dios a la manera de Dios

16 Luego Moisés les preguntó qué había sucedido con el chivo de la ofrenda por el pecado. Cuando descubrió que había sido quemado, se enojó mucho con Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón.

17 —¿Por qué no comieron la ofrenda por el pecado en el lugar sagrado? —les preguntó—. ¡Es una ofrenda santa! El Señor se la dio a ustedes para quitar la culpa de la comunidad y purificar al pueblo, y hacerlo justo ante el Señor. 18 Puesto que la sangre del animal no fue llevada al Lugar Santo, ustedes debieron haberse comido la carne en el lugar sagrado, como lo ordené.

Después de este incidente Moisés probablemente sospechó otras violaciones de la ley. De hecho, los otros dos hijos de Aarón pasaron por alto de una parte muy significativa del sacrificio por la expiación; es solo por su misericordia que Dios no quemó a ellos también. Alguien tenía que supervisar la administración de sacrificios, ofrendas y todo lo relacionado con el servicio a Dios. Era responsabilidad de Aarón, pero ya sabemos que Aarón no era un líder muy bueno.

Demasiados pastores tienen poca idea de lo que está sucediendo en los diversos ministerios en sus iglesias. No es que ellos deben micro-gestionar todos los detalles, sino que deben asegurarse de que están guardando las Escrituras y honrando a Dios.

Demasiados padres tienen poca idea de lo que está sucediendo en sus hogares. Están involuncrados en su trabajo y, a menudo, en la iglesia. La responsabilidad de administrar el hogar recae a mamá. Peor aún, a veces los niños se quedan solos con poca supervisión.

19 Aarón le contestó a Moisés: —Hoy, mis hijos presentaron al Señor tanto su ofrenda por el pecado como su ofrenda quemada. No obstante, me ocurrió esta tragedia. ¿Le habría agradado al Señor si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado del pueblo en un día tan trágico como este?

20 Cuando Moisés escuchó esto, quedó satisfecho.

Puede parecer que Aarón está inventando excusas, pero la realidad es que fue un día muy trágico. El hombre estaba sufriendo. Los otros hijos tenían mucho temor de ofender a Dios; tal vez no quisieron tocar el sacrificio. Es cierto que Aarón y sus dos hijos no podían llorar por los muertos, pero Dios todavía es misericordioso, y Moisés quedó satisfecho cuando escuchó a su hermano.

Esperamos que ellos hayan entendido el mensaje: Dios es santo y tenemos que hacer la obra del Señor a su manera. Una y otra vez hemos visto lo lento que fue el pueblo para aprender eso, y miles de personas murieron como resultado.

Nosotros no estamos cargados con todos los sacrificios y los detalles del Antiguo Pacto. Sin embargo, parece que tomamos servir a Dios muy a la ligera. ¿Y tú? ¿Eres muy cuidadoso en tu servicio a Dios? ¿Escudriñas las Escrituras para asegurarte de que estás haciendo todo conforme a la voluntad de Dios? Actualmente no vemos muchos consumidos por fuego, pero todavía tenemos que rendir cuentas a Dios en el día del juicio. ¿Puedes decir con confianza que estás haciendo  la obra del Señor como Él lo manda?

 

Números 20   Un error costoso para Moisés

Moisés ha sido un gran ejemplo de humildad, fe, obediencia y servicio sacrificial. Él se mantuvo firme frente a la rebelión de casi todo el pueblo de Israel. Parece que su recompensa mínima sería disfrutar un poco de las riquezas de la Tierra Prometida. ¿No pensarías que Moisés sería el último en perder su recompensa a causa de su rebelión?

1El primer mes del año, toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron.

Han pasado muchos años; pronto entrarán en la Tierra Prometida. Se registra muy poco acerca de esos años de vagar en el desierto. La última vez que se mencionó a Miriam, ella lideró una rebelión contra su hermano Moisés. Ahora está muerta. No sabemos cómo fue su relación con Moisés después de la rebelión, pero conociendo a Moisés, creo que la perdonó. Él ahora está de luto; lo último que él necesita son más problemas del pueblo.

Un problema común: No hay agua

Como la gente no tenía agua, se reunieron todos para protestar contra Moisés y Aarón, y le dijeron a Moisés: —¡Ojalá hubiéramos muerto junto con los otros israelitas que hizo morir el Señor! ¿Para qué trajeron ustedes al pueblo del Señor a este desierto? ¿Acaso quieren que muramos nosotros y nuestro ganado? ¿Para qué nos sacaron de Egipto y nos trajeron a este lugar tan horrible? Aquí no se puede sembrar nada; no hay higueras, ni viñedos, ni granados; ¡ni siquiera hay agua para beber!

Algunas cosas nunca cambian, especialmente en el desierto. ¡Todavía hay falta de agua! Pero Dios siempre ha provisto agua; nadie había muerto de sed. Lástima que esos milagros no resultaron en una fe firme de que Dios la supliría otra vez. ¡Y después de casi 40 años, todavía están pensando en Egipto! ¿Qué hacen en su desesperación? Se juntan contra Moisés y Aarón, y protestan y culpan a Moisés por estar en ese lugar seco. Están desilusionados, sedientos y desesperados. Les parece mejor morir.

¿Y somos nosotros tan diferentes? En situaciones desesperadas es tan fácil para nosotros olvidar la fidelidad de Dios.

  • ¿Estás decepcionado con Dios por un pastor o líder que no cumplió sus promesas? ¿Has aprendido a diferenciar entre las promesas de Dios y las promesas que los hombres pueden hacer a la ligera?
  • ¿Tienes miedo de lo que te pueda pasar a ti o a tu familia?
  • ¿Has perdido la voluntad de vivir o incluso has pensado en suicidarte?
  • ¿Estás en un lugar horrible en este momento?
  • ¿Crees que Dios aún te llevará a un lugar con higos, viñas y granadas?

Gente desesperada tienden a reunirse en oposición a quién está haciendo la vida difícil. ¿Eres parte de un grupo de quejosos? ¿Hay alguien a quien culpes por tus luchas?

La provisión de Dios

Entonces Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo, donde cayeron rostro en tierra. Allí la presencia gloriosa del Señor se les apareció, y el Señor le dijo a Moisés: «Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales».

Aarón ha tenido sus momentos difíciles, como el becerro de oro y la rebelión de Miriam. Pero después de todo, se acercó a Moisés y ahora hacen todo juntos. Ya están acostumbrados a caer rostro en tierra. Ellos hacen lo correcto: van al Señor y se humillan en su presencia. Otra vez más su gloria apareció y dio instrucciones claras para resolver el problema: Moisés tiene que tomar su vara, pero esta vez no hace nada con ella. Solo debe hablar a la roca, en presencia de todo Israel, y el agua brotará. Dios quiere que toda la asamblea sea testigo de este milagro. En Éxodo 17, cuando Moisés golpeó la roca, solo los ancianos estaban presentes.

¿No sería genial si siempre fuese tan fácil? ¿Has hecho lo que parece correcto, pero la gloria de Dios nunca aparece? ¿O has pedido su dirección, pero no hay respuesta?

Así que Moisés hizo lo que se le dijo. Tomó la vara del lugar donde se guardaba en la presencia del Señor.10 Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca.

Suena bien. Como siempre, Moisés hace exactamente lo que Dios le manda. Casi se convierte en una rutina. Haces todo lo correcto; has manejado otras crisis y ésta no parece tan grande. ¿Y el agua de una roca? No hay problema. Es solo un día más en el camino del Éxodo. Pero no tengas demasiada confianza, porque cuando tienes mucha confianza, dejas lugar para lo que puede parecer un error pequeño.

La rebelión tonta de Moisés

«¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?». 11 Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.

Varias veces Dios quiso destruir a todo el pueblo. Ésta no es la primera vez que Moisés se ha irritado por ellos. Tantas veces los había salvado por su intercesión, y todavía no estaban agradecidos. Moisés sabe que los cuarenta años casi han terminado; tal vez finalmente se sienta libre de expresar su frustración y enojo. Él los llama rebeldes, lo que son. Pero luego desobedece a Dios y golpea la roca, dos veces, con la misma vara que Dios santificó y ha usado tantas veces. La golpea con ira y con mucha fuerza.

Al principio no parece ser un gran problema: Brotó agua en abundancia y todos bebieron. El problema se resolvió. Por alguna razón, tal vez porque el pecado de Moisés no tuvo nada que ver con la comunidad, Dios todavía hace el milagro. Pero el hecho de que alguien haga milagros no necesariamente significa que esté haciendo la voluntad de Dios. Dios puede contestar sus oraciones por el bien de la persona que recibe el milagro.

Es cierto que en el pasado Dios le mandó a Moisés golpear la roca para proveer agua, pero éste es un nuevo día. A Dios le gusta mantenernos alertas, cambiando la forma en que hace las cosas. Puede que la comunidad no sepa que Moisés hizo mal, pero Dios los llama a él y a Aarón a rendir cuentas, y las consecuencias son devastadoras.

Las consecuencias de su rebelión

12 Sin embargo, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!». 

Para Dios, la desobediencia de Moisés fue una falta de confianza o fe. ¿No le creyó que hablar a la roca produciría agua? ¿Se olvidó de quién manda? La ira es poderosa, y tal vez era la fuente del pecado de Moisés.

Honramos a Dios como santo cuando le obedecemos y mostramos su amor y cuidado a la gente. Moisés estaba muy consciente de la importancia de honrar a Dios; en el incidente del «fuego extraño» en Levítico 10 (capítulo 35 en este libro),  compartió con Aarón esta palabra que Dios le había dado:

En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado.

Moisés era el  rostro de Dios para ese pueblo, y tenía que modelar el carácter de Dios. En cambio, aquí toda la nación lo vio deshonrar a Dios. Los líderes tienen una mayor responsabilidad, y enfrentan un castigo más fuerte por traer mala fama a su Señor.

Todavía me estremezco cuando leo esto. ¿Cómo puede Dios ser tan severo con un hombre que hizo un trabajo casi imposible tan bueno? Para mi sería devastador no poder entrar en la tierra que le había prometido a la gente durante 40 años. No creas que puedes desobedecer a Dios sin consecuencias severas solo porque lo has servido durante muchos años.

13 Por eso este lugar se conoce como las aguas de Meriba (que significa «discusión») porque allí el pueblo de Israel discutió con el Señor y él demostró su santidad entre ellos.

Anteriormente discutieron con Moisés, pero ahora dice que discutieron con el Señor. Los dos estaban tan unidos que discutir con Moisés era discutir con Dios, lo que hace que el pecado de Moisés sea tan grave.

¿Y cómo mostró Dios su santidad? Al mostrar su poder al suministrar agua, y ni  siquiera permitir que un sirviente especial como Moisés se rebele; eso sería una violación de su santidad y justicia. No hay acepción de personas con Dios.

La muerte de Aarón

Poco después de ese golpe fuerte, Aarón murió. ¡Moisés perdió a su hermana y a su hermano en el mismo capítulo! Dios les negó la entrada a la Tierra Prometida tanto a Aarón como a Moisés, pero Aarón era más prescindible; su hora llegó primero.

22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor. 23 Allí, en la frontera de la tierra de Edom, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 24 «Ha llegado el momento en que Aarón se reúna con sus antepasados al morir. Él no entrará a la tierra que le daré al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones con respecto al agua en Meriba. 25 Lleva a Aarón y a su hijo Eleazar y suban al monte Hor. 26 Ahí le quitarás las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las pondrás a su hijo Eleazar. Aarón morirá allí y se reunirá con sus antepasados».

No parece como una despedida muy apropiada para el primer sumo sacerdote y uno de los más grandes líderes de Israel. Parece que Aarón pagó por el pecado de su hermano. Dios se dirige a los dos, pero habla de Aarón en tercera persona. No le agradece lo que ha hecho ni le asegura perdón por sus fracasos. Moisés tiene que escalar una montaña más, quitarle la ropa a Aarón, y ponérsela a su hijo y sucesor como sumo sacerdote.

27 Así que Moisés hizo lo que el Señor le ordenó. Los tres subieron juntos al monte Hor, mientras toda la comunidad observaba. 28 En la cumbre, Moisés le quitó las vestiduras sacerdotales a Aarón y se las puso a Eleazar, hijo de Aarón. Entonces Aarón murió en la cima de la montaña y Moisés y Eleazar descendieron. 29 Cuando el pueblo se dio cuenta de que Aarón había muerto, todo Israel lo lloró por treinta días.

Una vez más, Moisés hace exactamente lo que Dios le manda. No sabemos lo que dijeron estos tres hombres en esa montaña. Después de la muerte de Aarón, todo se detuvo durante treinta días de luto. Moisés sabía que él sería el próximo. Hay una escena conmovedora en Números 27 cuando se acerca al final:

12 Cierto día el Señor le dijo a Moisés: —Sube a una de las montañas al oriente del río, y contempla la tierra que le he dado al pueblo de Israel. 13 Después de verla, al igual que tu hermano Aarón, morirás; 14 pues los dos se rebelaron contra mis instrucciones en el desierto de Zin. Cuando los israelitas se rebelaron, ustedes no les demostraron mi santidad junto a las aguas.

Otra subida de montaña. En lo que sería muy agridulce, Moisés ve la tierra que fluye leche y miel, pero nunca entrará en ella. No habrá misericordia para Moisés. Él no discute con Dios, sino acepta su destino. ¿Qué más puede hacer? A veces, debido a nuestro pecado, perdemos las bendiciones que el Señor había planeadas para nosotros; un hijo u otro líder puede recibir los beneficios de nuestro duro trabajo.

Moisés unge a su sucesor

15 Entonces Moisés le dijo al Señor: 16 —Oh Señor, tú eres el Dios que da aliento a todas las criaturas. Por favor, nombra a un nuevo hombre como líder de la comunidad. 17 Dales a alguien que los guíe dondequiera que vayan y que los conduzca en batalla, para que la comunidad del Señor no ande como ovejas sin pastor.

Moisés ya es muy avanzado de edad. Ha experimentado mucho en su vida. Ya está listo para dejar este mundo y todas sus tribulaciones para morar eternamente en la presencia de su Señor, pero hay una cosa que le preocupa antes de su muerte: Un pastor para guiar y cuidar a este pueblo que ha pastoreado con tanto amor.

¿Eres consciente que no vas a estar aquí para siempre? ¿Estás preparando a alguien para continuar el trabajo que Dios te ha dado? Puede que Dios te traslade a otro lugar, o mueras, pero no dejes al pueblo de Dios sin pastor.

18 El Señor le respondió: —Toma a Josué, hijo de Nun, en quien está el Espíritu, y pon tus manos sobre él. 19 Preséntalo al sacerdote Eleazar ante toda la comunidad y públicamente encárgale que dirija al pueblo. 20 Entrégale de tu autoridad para que toda la comunidad de Israel lo obedezca. 21 Cuando se necesite dirección del Señor, Josué se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien usará el Urim —uno de los sorteos sagrados que se hacen ante el Señor— para determinar su voluntad. De esta manera Josué y el resto de la comunidad de Israel decidirán todo lo que deben hacer.

Parece obvio que Josué sería escogido, pero Moisés quiere la confirmación del Señor. Hubo pasos específicos que tuvo que seguir en su ordenación como líder:

  • El Espíritu Santo moraba en muy pocas personas en aquel entonces. La presencia del Espíritu era esencial para el liderazgo, y de alguna manera Josué ya estaba lleno del Espíritu.
  • Moisés pone su mano sobre él, una práctica que todavía seguimos cuando ordenamos y comisionamos a los líderes.
  • Lo hace públicamente frente al sumo sacerdote y todo el pueblo. Es importante que las transiciones de liderazgo se hagan públicamente, y no sorprendan a la asamblea.
  • Moisés entregó algo de su autoridad a Josué; cómo lo hizo no está claro. Si Dios lo ha ordenado, se puede transmitir su autoridad de un hombre a otro. Esa autoridad era esencial. Sin ella, Israel no tendría que obedecer a Josué. Con ella, estarían en pecado si no lo hacen.
  • Moisés había hablado directamente con el Señor para pedirle dirección, pero para Josué esa palabra vendría por medio del sumo sacerdote, Eleazar.

22 Así que Moisés hizo lo que el Señor le ordenó y presentó a Josué ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. 23 Luego Moisés impuso sus manos sobre él y le entregó el cargo de dirigir al pueblo, tal como el Señor había ordenado por medio de Moisés.

Como había hecho tantas veces, Moisés hizo exactamente lo que Dios le mandó hacer. Muy pronto pagará el precio de su rebelión. Él está listo para irse. Ha visto la tierra, y su sucesor está listo. Ahora Moisés quiere escuchar esas palabras que cada siervo del Señor anhela escuchar: «Hiciste bien, buen siervo y fiel.»

La palabra de Dios para ti

¿Y tú? Este pasaje tiene enseñanzas que te ayudarán a ser un siervo bueno y fiel, y terminar bien:

  • Cuando estás en la voluntad de Dios y encuentras un problema, Él te dará una solución. No intentes resolverlo por tu cuenta ni entrar en discusiones con la gente. Ve directamente a Dios, cae sobre tu rostro, y espera sus instrucciones.
  • Moisés dudó si el agua brotaría de una roca a su palabra. Hay mucho poder en proclamar una palabra que Dios te da. Confía en Él.
  • Haz exactamente lo que Él te manda hacer. No hay lugar para improvisar o mejorar su plan. Tal vez por esa razón, aquellos que hicieron grandes cosas en Mateo 7 fueron rechazados por Jesús: no estaban haciendo la voluntad del Padre.
  • Cuidado con la ira y la frustración; pueden nublar tu juicio y hacerte caer en problemas muy graves.
  • Ten cuidado cuando casi estés en casa; casi en la Tierra Prometida. Es fácil aflojar un poco; las consecuencias pueden ser devastadoras.
  • Honra a Dios como santo en todo lo que hagas. Nunca hagas algo que traiga desprecio a su nombre. Muestra tu fe y confía en Él, haciendo lo que te manda hacer.

Si un gran hombre como Moisés perdió la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida debido a lo que parece ser una desobediencia relativamente menor, ¿qué pasará con aquellos que flagrantemente y constantemente violan la santidad de Dios y hacen el ministerio a su manera?